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Voces Recobradas
7
militancia, participación, compromiso y violencia
LOS SETENTA
Luis García Conde, Enrique Gleizer,
Patricia Ibáñez, María Mastrocésare,
Mercedes Miguez y Daniel Paredes
Los autores realizaron
entrevistas a militantes de base
que actuaron políticamente
entre los años 1966 y 1976.
Se analizan similitudes
y diferencias de ese discurso con
el que era sustentado
por los cuadros dirigentes.
n el marco del IIIº Encuentro Nacional de Historia
Oral, realizado en octubre último, organizado por el
Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires en el
Centro Cultural General San Martín, un equipo
integrado por investigadores de este Instituto, con la
participación de miembros de otras instituciones,
presentó un trabajo titulado
“Los setenta:
militancia, participación, compromiso y
violencia”
.
Nuestra hipótesis de trabajo podría ser sintetizada
así: consideramos que en la década del sesenta, debido
a una pluralidad de factores, tiene lugar una profunda
crisis de los espacios simbólicos, que se expresó en un
cuadro de “anomia social” y en una tensión entre lo
instituido y lo instituyente. Es en esta tensión en la que
el proceso instituyente encontró su voz fundamen–
talmente en una generación: la juventud, y en un sector
social: la clase media y la “aristocracia obrera”. La
juventud encarnó, en el proceso cultural del período
citado, un movimiento emergente, en el que la militancia
y los planteos políticos constituyeron sólo una
expresión, una instancia.
Siguiendo a Raymond Williams, analizamos este
movimiento emergente como “estructuras del sentir” y
por lo tanto, como algo distinto de la cultura dominante,
así como de la residual. Las estructuras del sentir,
pueden ser definidas como “experiencias sociales en
solución”
1
y nos remiten a un tipo de conciencia social
cuyo elemento fundamental es la conciencia práctica
“casi siempre diferente de la conciencia oficial (cultura
hegemónica); es un tipo de sentimiento y pensamiento
efectivamente social y material, aunque cada uno de
ellos en fase embrionaria, antes de convertirse en un
E
Los setenta: militancia, participación, compromiso y violencia
Liliana Barela
Integrantes Integrantes
Integrantes Integrantes
Integrantes
Dirección Dirección
Dirección Dirección
Dirección
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8
intercambio plenamente articulado y definido ...
pensamiento tal como es sentido y sentimiento tal
como es pensado; una conciencia práctica de tipo
presente, dentro de una comunidad
viviente e interrelacionada”
2
.
En la Argentina, al igual que en
el resto del mundo, este movimiento
emergente se caracterizó por una
discursividad y una práctica cuestio–
nadoras de los saberes instituidos en
todas
las instancias y se presenta en
la primera mitad de la década (1958/
66) como un movimiento politizado,
precisamente porque, de diversas
maneras, estaba expresando una
crisis de conciencia e hizo pasar la
ideología por la vida cotidiana. Pero,
a partir del 66, con la Revolución
Argentina, la “conciencia oficial”
(cultura hegemónica) cierra no sólo la vida político-
institucional, sino todos los ámbitos en los cuales estas
“estructuras del sentir” pudiesen encontrar formas de
expresión. Se va generando un proceso al interior de
este “movimiento emergente” en el que lo político y la
acción política se constituyen en la única premisa de
todo cambio. Cambio que, según los modelos adoptados
por esa generación (Lenin, Trotsky, Mao, el Che, el
peronismo y el cristianismo) debía ser “revolucio–
nario”. La lucha armada adquiere legitimidad y la
acción política se traducirá en participación-
compromiso-violencia.
Paradójicamente,
al interior de esta
militancia se reproducirá un espacio simbólico
en el que tendrán cabida muchos aspectos
autoritarios de aquella sociedad a la que
pretendía cambiar.
Método de trabajo
aproximarnos a un análisis comparativo con los
testimonios obtenidos en las historias de vida.
Militantes de base
En el interior deEn el interior de
En el interior deEn el interior de
En el interior de
esta militancia seesta militancia se
esta militancia seesta militancia se
esta militancia se
rr
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oducirá unoducirá un
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espacio simbólicoespacio simbólico
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en el que tendránen el que tendrán
en el que tendránen el que tendrán
en el que tendrán
cabida muchoscabida muchos
cabida muchoscabida muchos
cabida muchos
aspectosaspectos
aspectosaspectos
aspectos
autoritarios deautoritarios de
autoritarios deautoritarios de
autoritarios de
aquella sociedadaquella sociedad
aquella sociedadaquella sociedad
aquella sociedad
a la que pra la que pr
a la que pra la que pr
a la que pr
etendíaetendía
etendíaetendía
etendía
cambiarcambiar
cambiarcambiar
cambiar
..
..
.
Realizamos entrevistas a militantes políticos que
actuaron entre los años 1966 y 1976,
buscando el testimonio de aquellos
que participaron en niveles de base
o intermedios. Focalizamos los
testimonios de quienes participaron
en lo que genéricamente se conoció
como “izquierda peronista” en los
años 1970 a 1973, analizando dete–
nidamente los correspondientes a la
militancia proveniente del cristia–
nismo.
Tomamos una muestra de los
documentos de las conducciones de
FAR y Montoneros y de los produci–
dos por la Iglesia (Movimiento de
Sacerdotes para el Tercer Mundo,
Pastoral Social, Teología del Pueblo, etc.) a fin de
Si bien el proyecto de investigación encarado tiene
como intención abarcar a todos los grupos políticos
siempre en la instancia de base- que tuvieron actuación
en este período, en el presente trabajo, como quedó
dicho anteriormente, el análisis quedará restringido a
la militancia de base de la JP (Juventud Peronista) de
grupos que provenían de sectores cristianos de clase
media. El corpus documental sobre el que hemos
trabajado comprende: fuentes orales, historias de vida
(basadas en testimonios con reserva de identidad) y
documentos de la Iglesia, período 1965-1973. El análisis
seguirá las líneas generales planteadas en la
introducción, considerando, dentro de este marco, a la
Iglesia Católica como una institución que es atravesada
por esta profunda crisis cultural que recorre la década.
Esta tensión entre lo instituido y lo instituyente al
interior de la Iglesia, quedará expresada en la síntesis
de las “líneas de fuerza” del Encuentro que tuviera
lugar el 28 de junio de 1965 en lo que se denominó
Reunión de Quilmes: “1.- En primer término se constató
que hay una apertura ‘algo nuevo’, a lo que
difusamente llamamos ‘Mundo’. Hoy el sacerdote
sumergido en el mundo valora de otra manera el
trabajo, la técnica, las relaciones humanas y las cosas
en general. Paralelamente enfrenta ‘algo viejo’ que
podríamos llamar Iglesia-mundo en lo que tiene de
pasado o anacrónico. Ante este hecho, el hombre-
sacerdote reacciona de distintas formas: quiere salir de
ese ‘algo viejo’ para entrar en ‘lo nuevo’ o se defiende
de ‘lo nuevo’ para permanecer en ‘lo viejo’. Es en este
punto donde se produce una pronunciada tensión (...).
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Voces Recobradas
9
En general, puede señalarse una gran ‘admiración’ por
las cosas nuevas y un ‘deseo de estar presente’ en todas
ellas para lograr la realización personal y autenticidad
del trabajo pastoral”.
Los entrevistados en todos los casos se presentaron
como pertenecientes a la clase media y con niveles de
educación terciaria. Rastreando el concepto de militan–
cia, se observa que la misma es presentada como una
cuestión del “ser”, no como un medio para lograr un
objetivo sino que suponía una transformación personal,
una vida militante tenía que ver con una
cuestión relacionada con lo ético,
los valores, la
solidaridad, pensar en el otro y por el otro, dejando de
lado las ambiciones individuales.
“...el pueblo es solidario, el pueblo es
revolucionario, el pueblo es la gente más
sencilla, pobre, nosotros no estábamos en
condiciones de sentirnos pueblo, quisiéramos
ser pueblo, quisiéramos tener esos valores,
pero uno iba al pueblo a aprender”, dice un
entrevistado.
“...era amor a la gente...y ¿qué era querer a
la gente? y...entregarle la vida, no entregar
la vida ...era vivir para generar vida...yo lo
que rescato profundamente de ese tiempo es
eso, la ética que había, una profunda ética
de compartir, de solidaridad, de amor
verdadero, sin conocer al otro” (Adriana)
En la lectura de las entrevistas se puede observar
una correspondencia entre las formas de entender y
sentir la militancia con conceptos de orden religioso,
más precisamente de lo conceptualizado por el Mo–
vimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. Un
ejemplo es la fe vista como el encuentro con Cristo que
da sentido a la vida, que cambia la vida, una conversión
y la conversión como una liberación, salir de un estado
malo para vivir de otra manera.
Esta relación entre la militancia como una cuestión
del ser y la conversión, podría pensarse como la
búsqueda de una nueva identidad, de alguna manera
el pasaje de burgués a pueblo. Esto hablaría de una cri–
sis previa de los espacios simbólicos, de los espacios
de pertenencia y referencia, un corte transversal,
generacional, de ruptura con una continuidad histórica
en tanto a los ideales, normas, convenciones, conductas
de una clase, la clase media, con la consiguiente
necesidad posterior de incluirse en una historia que no
le es propia y le otorgue identidad.
Los nuevos vínculos que se crean son de índole
afectivo y se establecen a partir de la ilusión de
compartir un ideal en común que podría describirse
como el anhelo de integrarse a un pueblo visto como
depositario de los valores que se aspira alcanzar,
portador de una historia caracterizada como de lucha
y con la potencialidad intrínseca de promover el
cambio que posibilite un mundo diferente descripto en
términos difusos como patria socialista, liberación,
justicia social, etc.
Esta ligazón afectiva presupone la renuncia a las
ambiciones personales en beneficio del conjunto, la
anulación de las particularidades de los otros a fin de
considerarse iguales entre sí.
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Voces Recobradas
10
Adriana, una de las entrevistadas, manifestaba que
más allá de la propuesta política, que podría ser
discutida, lo que había era el amor a la historia de un
pueblo que venía de 18 años de lucha, que se sentían
parte de una historia, que no había diferencias, que
eran todos del prójimo, que a pesar de que provenían
de diferentes estratos, de distintas clases, no había
diferencias, eran todos juntos porque lo que los juntaba
era una historia en común.
“... más allá de la propuesta política, que
bueno, eso se puede discutir, pero era un amor
a la historia, a una historia de un pueblo que
venía... como se decía “estos 18 años de
lucha”, eran 18 años de lucha, donde uno se
sintió parte de una historia y un país... Eras
actor de la historia, sentías que estabas
viviendo la historia... y con un sentido de tu
vida... No había diferencia entre yo te doy...
este... sino que éramos todos juntos, éramos
todos el prójimo, todos partes de un
proceso... a pesar de que éramos de distintos
estratos, clase media baja, clase pobre, no
era digamos una diferencia, éramos todos
juntos, porque lo que nos juntaba era una
historia común...” (Adriana)
En este punto cabe hacer mención, someramente, a
la versión de “pueblo” para el MSTM.
Para ellos el pueblo es una comunidad de valores,
estilos de vida, actitudes, convicciones y aspiraciones
compartidas y que sólo existe y subsiste en las personas
que lo forman, que no es sólo la comunidad existente
en un momento dado sino que es una realidad más
amplia y trascendente que comprende el pasado
histórico y también de algún modo el futuro; tiene por
ello la responsabilidad de conversar y ser fiel al pasado
y abrir el camino a las futuras generaciones cumpliendo
el mandato histórico que recibieron.
Los pobres por estar enfrentados a las necesidades
primarias y a la vida, la muerte, la dependencia y la
libertad, estarían en mejores condiciones para percibir
y conservar los valores humanos que constituyen una
cultura que busca rescatar a todo el hombre y a todos
los hombres, son los que van a la delantera de las
aspiraciones comunes. Los pobres son el corazón del
pueblo.
Cabe mencionar uno de los párrafos de “¿El pueblo
dónde está?” (Publicaciones del Movimiento de
Sacerdotes para el Tercer Mundo, Buenos Aires, 1975.)
y que tiene una correspondencia casi textual con lo que
aparece en las entrevistas. “Sin embargo forman
también parte del pueblo quienes “acceden a él”
mediante una opción concreta por la cual hacen suyos
los valores, convicciones últimas y aspiraciones
comunes de los pobres, insertándose, por lo tanto, en la
lucha por la liberación de toda la nación, que es el
proyecto común de los pobres”.
La militancia política es sentida por los
entrevistados como la consecuencia natural de la
vivencia de un cristianismo real. Para todos ellos hubo
un descubrir de un nuevo cristianismo, más humano,
no limitado a normas y preceptos. Ser seguidores de un
Cristo encarnado en su pueblo es lo que los llevaba
inexorablemente a un compromiso con el otro y a
compartir la experiencia de la liberación, ésta entendida
como integral en todos los sectores donde hay opresión:
el jurídico, el político, el cultural, el económico y social.
“... el grupo tomó la decisión... que el grupo
iba a ser un grupo de reflexión del trabajo
personal de cada uno en su frente -unos
estábamos en la universidad, otros en barrios,
otros en gremios, en grupos parroquiales- en
distintos frentes, pero trabajábamos leyendo
artículos y revistas, en una metodología que
ellos llamaban de revisión de vida con el ver,
juzgar y actuar donde íbamos revisando el
cristianismo viendo, juzgándonos y viendo
qué se podía modificar o hacer desde lo
político en cada uno de los frentes.” (Josefina)
“... en este avance, o en este ir creciendo en
lo que llamábamos el compromiso, si se
quiere religioso, apareció como clara e
inevitable la pregunta por un compromiso
más amplio...
... el compromiso político se vivió como una
consecuencia natural a un proceso... de
cariño, y de amor y de búsqueda de vida...”
(Carlos)
La opción por el peronismo se presenta no
en términos ideológicos sino como algo
inevitable,
la única opción posible es el lugar al que
adhiere el pueblo, ese pueblo que es pobre y que tiene
una historia de lucha por la liberación y ese pueblo
pobre es el pueblo peronista.
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Voces Recobradas
11
La fe como mera creencia individual no bastaba, la
fe debía ser plasmada en actos, en acción trans–
formadora de una realidad injusta y por lo tanto no
cristiana. Si la historia pasaba por el peronismo, si el
pueblo era peronista, la acción no podía realizarse desde
otro lugar.
“... era el lugar por donde pasaba la historia, la
historia argentina de ese momento” (Laura)
“...entre Quilapayun,Viglietti, el cristianismo,
el peronismo, se hizo todo un licuado, un
cóctel en donde uno tuvo que hacer una
opción...” (Adriana)
“... tratando de hacer una síntesis entre
nuestra fe y nuestra acción.” (Josefina)
Perón es apenas mencionado y cuando se lo hace
es referido a su retorno como hecho significativo, era
una nueva forma de ser peronista, se lo resignificaba a
partir del bagaje con que se llegaba al mismo y del tiempo
que se vivía, eran “peronistas 1970”, que eran un tipo
de peronistas, casi como un nuevo hecho fundacional.
“Y... bueno, todo esto llevó a ingresar al
peronismo más bien por un canal cristiano
marxista, en esa época no había espacio para
hacer otra cosa. más allá de las voluntades
individuales había una corriente que te
llevaba para ahí. Había un sólo espacio
posible. También había espacio para no
cambiar...” (Brunati)
compromiso para la liberación.
Si no es así, no es
concientización sino manutención del sistema.
No hay
posición neutra:
equivaldría a dominación disfrazada.”
C.M.: “Esto fue ya en el año 72, este... dónde,
bueno en general por el clima que había en la
sociedad en líneas generales, y por haber
conocido por medio del colegio a profesores
y sacerdotes que nos empezaban a plantear
y un poco a abrir los ojos al mundo de lo
social, de lo político, a plantear interrogantes,
a generar cuestionamientos, a este... producir
por ahí, ciertas reflexiones de por qué uno
estaba en una vida, o en una forma de vida
digamos, instalada, seguro, y con ciertos
patrones de vida y bueno y porque
simultáneamente había otra gente la cual se
encontraba este... y bueno, fue como empezar
a descubrir todo un mundo que hasta ahora
no se había presentado ¿no? Esto se da
también con algunos sacerdotes, que no sé si
forman parte, o que empiezan a consolidarse
en lo que fue el MSTM. Este... se presentaba
la religión de otra manera, es decir, dejaba
de ser vista como una serie de preceptos o
normas que debían cumplirse sin gran
fundamento, y empezaba a hacerse un
planteo mucho más vivencial de la cuestión
religiosa y fundamentalmente apuntando a
que la dimensión religiosa lleva directamente
a un compromiso con los que uno tiene al
lado ¿no? Pero, bueno, eso fue algo que me
fue impactando.”
U.F.: “Yo empiezo a sufrir una crisis en el
mundo del pensamiento, muy fuerte, cuando
tenía 16 años, 17 años (aproximadamente año
1964) donde me conmovía fuertemente la
inequidad manifiesta en el terreno social. Yo
sentía una conmoción muy fuerte, no sé si
esto tenía que ver con el propio contorno
familiar (...) y nosotros veíamos, no
obstante... digamos el no tener inseguridades
en cuanto la alimentación, la salud (...) a uno
lo hacía sentir seguro, pero veía que esta
seguridad no se manifestaba en los sectores
que no eran como nosotros o en condiciones
mucho más centradas de carencias...”
Visión esta que tiene su correlato por oposición en
la opinión de los entrevistados de líneas peronistas
ortodoxas, donde los integrantes de la JP-Montoneros
eran vistos como infiltrados, los zurdos, aquellos que
podían pensar lo impensable, un peronismo sin líder, o
más bien, un peronismo que trascendía al líder.
Influencia de la Iglesia
La idea de una realidad distinta a la conocida,
que surge e irrumpe repentinamente, se presenta en
todos los entrevistados.
En la Conferencia Latinoamericana del MIJARC
(Mov. Internacional de la Juventud Agraria y Rural
Católica) llevada a cabo en Chile en julio de 1969, se
expresa:
“Concientizar es el caminar conjunto del pueblo
(agente de transformación) mediante el cual
alcanzamos poco a poco clara conciencia de la situación
de vida.
Al conocer esta realidad que antes
desconocíamos, llegamos a criticarla, problematizar la
para poder enfrentarla, decidiendo una acción (opción)
y luchando organizadamente.
La concientización es
real en la medida que nos lleva a
una opción de
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Voces Recobradas
12
Integración y oposición
de los discursos
Comparten la valoración positiva del peronismo.
El peronismo parece constituir una base en y sobre la
cual operar una acción revolucionaria que permita la
construcción de una sociedad socialista.
El sujeto
El testimonio de U.F. corresponde a un militante
de la Nueva Izquierda, proveniente del radicalismo. Su
incorporación tiene la intención de señalar aspectos
que fueron comunes a esta generación. Respecto a la
percepción de ruptura generacional (ya indicada en la
introducción) transcribimos un párrafo del testimonio
de un militante “tradicional” del peronismo y su visión
respecto a Montoneros y el cambio en la praxis política:
J.R.: “...de alguna manera nos sorprendió el
hecho de que la gente lo festejara / al
secuestro de Aramburu /, claro que no hubo
manifestaciones de alegría por las calles, pero
se notaba en la gente, en el colectivo, en el
subte, en el café; y... si “está bien” “Hay que
hacer lo que hacen los jóvenes”. Los jóvenes
empezaban a ser los Montoneros (...) Empieza
a cambiar el discurso (...) pero entonces
hablaban las armas. Los dirigentes gremiales
estaban armados, los Montoneros estaban
armados, los militantes, los empresarios,
estaban armados, entonces ahí, de alguna
manera, todos estábamos siendo juguetes de
estas circunstancias, costaba mucho ser un
militante sensato y buscar acuerdo, porque
pelaban los fierros y la cagaban a tiros.”
La Iglesia mostraba el
camino de la militancia
Documento de San Miguel (1969): “...como la
vocación suprema del hombre es una sola: la divina, la
misión de la iglesia es también una sola: salvar integral–
mente al hombre. En consecuencia, la Evangelización
comprende
necesariamente todo el ámbito de la
promoción humana” (Parte justicia IV - 2, p.
29)
“...La Iglesia ha de discernir acerca de su acción
liberadora o salvífica desde la perspectiva del Pueblo y
de sus intereses, pues por ser éste sujeto y agente de la
historia humana, que está vinculado íntimamente a la
Historia de la Salvación, los signos de los tiempos se
hacen presentes y descifrables en los acontecimientos
propios de ese mismo pueblo o que a él afectan.”
“...por lo tanto, la acción de la Iglesia no debe ser
solamente orientada hacia el pueblo, sino también, y
principalmente, desde el pueblo mismo.” (VI -
Conclusiones 4 y 5, p. 39)
histórico es la clase obrera.
La clase obrera es peronista
y es pueblo, en consecuencia es la prota–gonista
principal de cualquier cambio histórico que se quiera
generar; surge así una profunda necesidad de integrarse
a su historia y ser parte de ella.
En el corpus documental de la cúpula se aprecia
un discurso que halla más correspondencia con la
dimensión política. Se utilizan términos que están
ausentes en el discurso de los militantes de base, por
ejemplo: nacionalismo revolucionario, sistema
capitalista, clase obrera, clase trabajadora, peronismo
burocrático, peronismo revolucionario, estrategia
revolucionaria, interés de clase, contradicción
fundamental, guerra integral, etc.
No hay valoración de la democracia. Toda vez que
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Voces Recobradas
13
1
Williams, Raymond: “Literatura y marxismo”, pág. 153
2
Ibidem
Conclusiones
Del recorte estudiado pudimos obtener las siguientes conclusiones:
-La tensión entre lo instituido y lo instituyente encontró su voz fundamental en la juventud y en un sector
social: La clase media.
-En este contexto la militancia constituyó una expresión, una instancia. Este movimiento emergente será
algo diferente a la cultura dominante y a la residual y se presentará con un discurso y una práctica
cuestionadoras; como un movimiento politizado que hace pasar la ideología por la vida cotidiana.
-A partir de 1966 se produce el cierre de todos los ámbitos posibles de discusión y en el interior de ese
movimiento emergente lo político y la acción política se constituyen en la única premisa.
-Encontramos diferencias sustanciales entre los cuadros de la conducción y los niveles de base: en tanto los
primeros definieron su proyecto revolucionario y su ideología con una estrategia de poder y un programa
de gobierno, los militantes de base se manejaron con términos difusos y globales más cercanos a los
discursos del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo.
es mencionada aparece calificada: democracia de
masas, democracia popular, etc.
El corpus documental de los militantes de base de
la JP (provenientes del cristianismo) permite observar
una discursividad más próxima a la dimensión ética
moral que a la dimensión política. Así lo confirmarían
los conceptos asociados a la idea de militancia: opción
de fe, solidaridad, amor, actitud de servicio, sacrificio,
abnegación, entrega, etc.
La palabra participación en cada uno de los casos
está estrechamente vinculada a la idea de la necesidad
de
formar parte de...
, de
estar inserto en...
El proyecto político y los aspectos ideológicos de
los mismos parecen cobrar una importancia secun–
daria. Lo esencial estaría constituido por el
compromiso, que surge de un acto de fe, y la opción por
los pobres que aquél implica, de acuerdo a los preceptos
del cristianismo. Militancia y compromiso constituyen
dos conceptos que se fusionan en una unidad:
militancia - compromiso; compromiso - militancia.
La discursividad de los testimonios se encuentra
más próxima a los preceptos emanados de los
documentos de la Iglesia (Documento de San Miguel,
Encuentros del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer
Mundo y Documentos y escritos del MSTM) que de
aquellos que surgen de la cúpula de Montoneros. En
tal sentido, los testimonios revelan la utilización de
términos vinculados al lenguaje cristiano: reflexión,
flagelo, metodología de revisión de vida, ver juzgar y
actuar.
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Voces Recobradas
14
O presente trabalho é um
adiantamento de uma investigaçao que se
leva a fim no Instituto Histórico da Cidade
de Buenos Aires.
O tema abordado se relaciona com
o sentido do conceito da militancia na
década comprendida entre os anos 1966-
1976 na Argentina, e sua abordagem se
realizó a partir de entrevistas orales a
militantes de base em todos os espectro
sociopolítico (partidos políticos,
organizaçoes armadas, religiosas ou
bairriales, etc).
O político é um médio. Em realidade,
uma forma de definir a militancia é precisar
as causas que levaram na mesma. No
caso de este grupo, e durante este período,
a procura de identidade e participaçao
estava contido na militancia.
Do recorte estudado podemos
obtener as seguintes conclusoes:
-A tensao entre o instituído e o
institugente encontró sua voz fundamental
na juventude e em um sector social, a
classe media.
-Neste contexto a militancia constituió
uma expresao, uma instancia. Este
movimento emergente será um pouco
diferente da cultura dominante e no residual
e se apresentará como um discurso e uma
prática questionadora; como um movimento
politizado que faz passar uma ideologia por
a vida cotidiana.
-A partir de 1966 se produz o
fechamento de todos os espaços possiveis
de discussao, e no interior deste
movimento emergente o político a açao
política se constituem na única premissa.
-Encontramos diferenças
substanciais entre os quadros de
conduçao e nos de nível de base. Os
dirigentes tinham definido seu projeto
revolucionário, sua ideología, e tinham uma
estrategia de poder e um programa de
governo; em troca os milantes de base se
conducirom com términos difusos e
globaies mais perto dos discursos do
Movimento de Sacerdotes do Terceiro
Mundo.
The present work is a part of a
research that is carried out in the Instituto
Histórico de la Ciudad de Buenos Aires.
The studied subject is related to the
sense of the concept of militancy in the
decade that ranges from 1966 to 1976, in
Argentina, and it was approached starting
from oral interviews to militants of base of
all the social and political spectrum (parties,
military organizations, religious and
neighborhood organizations, and so on).
The political subject is a way. Actually,
a way to define the militancy is determining
the reasons that led to it. In the case of this
group, and during this period, the search
for identity and participation was contained
in the militancy.
From the studied sample, we could
arrive to the following conclusions:
The tension between the
«established» and the «institutor» found
its fundamental voice in young people and
in a social sector: the middle class.
In this context the militancy was an
expression, an instance. This issuing
movement was somewhat different from
the prevailing culture and from the residual
culture and introduced itself with a
contestant speech and method; as a
movement with political nature that makes
ideology pass by everyday life.
Starting from 1966, all the possible
scopes of discussion were closed and in
the inside of this emergent movement the
political subject and the political action
become the only premise.
We found substantial differencies
between the hierarchy and the base level.
Whereas the former defined the
revolutionary project and the ideology with
a strategy of power and a program of
government, the latter used diffuse and
global words, nearer to the speech of the
Movement of Priests for the Third World.
Le présent travail fait partie d’une
recherche effectuée par l’Instituto Histórico
de la Ciudad de Buenos Aires.
Le sujet étudié est en rapport avec le
sens du concept de militantisme dans la
décade 1966-1976, en Argentine, et il a été
abordé à partir des entrétiens oraux aux
militants de base de tout le spectre social et
politique (partis, organisations armées et
religieuses, organisations de quartiers, etc.).
Le sujet politique est un moyen. En
réalité, une façon de définir le militantisme
est déterminer les raisons qu’y conduisent.
Dans le cas de ce groupe-ci, et pendant
cette période, la recherche d’identité et de
participation a été contenue dans le
militantisme.
De l’échantillonage étudié, on a pu
arriver aux conclusions suivantes:
La tension entre l’institué et celui qui
institue a trouvé sa voix fondamentale parmi
les jeunes gens et dans un secteur social:
la classe moyenne.
Dans ce contexte, le militantisme a été
une expression, une instance. Ce
mouvement émergent a été un peu différent
à la culture dominante et à la culture
résiduelle, et il s’est présenté avec un
discours et une méthode contestataire;
comme un mouvement politisé qui fait
passer l’idéologie par la vie de tous le jours.
A partir de 1966, toutes les ambiances
possibles de discussion ont été fermées et
à l’intérieur du mouvement émergent le sujet
politique et l’action politique sont devenus la
seule prémise.
Nous avons trouvé des différences
substantielles entre la hiérarchie et le niveau
de base. Pendant que la premiére a défini le
projet révolutionnaire avec une stratégie de
pouvoir et un plan de gouvernement, le
second a employé des mots diffus et globals,
plus proches du discours du Mouvement
de Curés pour le Tiers Monde.
Os Setenta:Os Setenta:
Os Setenta:Os Setenta:
Os Setenta:
Militancia,
Participaçao,
Compromisso
e Violencia.
The seventies:The seventies:
The seventies:The seventies:
The seventies:
Militancy,
Participation,
Compromise
and Violence
Les annéesLes années
Les annéesLes années
Les années
soixante-dix:soixante-dix:
soixante-dix:soixante-dix:
soixante-dix:
Militantisme,
Participation,
Compromis
et Violence