Voces Recobradas8
LOS TALLERES
SOBRE EL PLANO
Nota
Los grisados corresponden a los barrios en donde han funcionado o funcionan Talleres de Historia Oral
PLANO DE LAPLANO DE LA
PLANO DE LAPLANO DE LA
PLANO DE LA
CIUDAD DECIUDAD DE
CIUDAD DECIUDAD DE
CIUDAD DE
BUENOS BUENOS
BUENOS BUENOS
BUENOS
AIRESAIRES
AIRESAIRES
AIRES
REPUBLICA ARGENTINA
LIMITES BARRIALES
REFERENCIAS
HOGAR RAWSON
VILLA AMBATO
PARQUE CHAS
AV. DE MAYO
1
2
3
4
1
2
3
4
Voces Recobradas 9
n un taller se produce. El diccionario le da a esta
palabra dos acepciones; primero dice: “Lugar donde
se producen cosas en forma manual” y, en segundo
lugar: “Escuela de ciencias a donde concurren muchos
a la común enseñanza”. De allí esa triple función de
un taller: trabajar, hacer ese trabajo en común y obte-
ner un producto acabado. Realizar todo eso es una
cuestión compleja; bien lo saben quienes viven de lo
que producen con sus manos, los artistas y los docen-
tes que quieren trabajar con sus alumnos en forma de
taller.
Ahora bien, la complejidad de cualquier taller au-
menta cuando de Historia se trata, entre otras razones
porque la Historia siempre se mete con el poder, siem-
pre se funda en la memoria y el olvido, y es siempre
Un taller es una cosa seria,
aunque los talleres de Historia
a veces sean tristes
y se nos escapen lágrimas
y en otros momentos
la risa pueda hacernos
perder la compostura.
Buenos Aires: Los Talleres en los Barrios
Título
Convocatoria y Participación
Autor
Dora Bordegaray
CONVOCATORIA
Y PARTICIPACION
una relación constante entre pasado, presente y futu-
ro. En este artículo voy a hacer caso omiso de todas
estas problemáticas que se manifiestan con especial
fuerza en la Historia oral. Tampoco voy a referirme a
los pasos anteriores y posteriores a la realización de
un Taller de Historia Oral (elección de un tema, plan-
teamiento de un problema, desgrabación textual de lo
conversado, posibles interpretaciones de la fuente crea-
da). Simplemente focalizaré dos aspectos de esta práctica
historiográfica
1
teniendo en cuenta especialmente los talle-
res y dejando de lado las entrevistas. Esos dos aspectos son:
la convocatoria y la participación. Ni siquiera voy a hacer
un análisis exhaustivo sobre esos dos temas sino, simple-
mente voy a reflexionar sobre algunos aspectos que me pre-
ocupan particularmente.
La conLa con
La conLa con
La con
vv
vv
v
ocatorocator
ocatorocator
ocator
iaia
iaia
ia
El primer problema es a quién convocar y cómo
hacerlo.
Las dudas y los temores al comienzo son nuestra
compañía pero la creatividad puesta en funcionamien-
to se potencia a sí misma. Una vez que nos hemos atre-
vido a la primera invitación, las ideas alternativas flu-
yen con más facilidad. En mi caso personal he invita-
do a la gente desde dentro de instituciones, a través
del contacto personal y la recomendación de persona
a persona y por medio de anuncios en periódicos veci-
nales
2
o en comercios barriales que algunos vecinos
reputaban como “centros de información” local. El año
pasado también participé en un taller generado “a
posteriori” de un curso con docentes de una escuela
porteña del barrio de Parque Avellaneda
3
.
Para los trabajos en forma de taller nunca he in-
tentado convocar a quienes los antropólogos llama-
rían “informantes clave” sino que dejé abierta la invi-
E
Voces Recobradas10
tación a todos los que se sintiesen interesados. La se-
lección “a priori” la he hecho solamente cuando se tra-
taba de entrevistas individuales. Al no elegir a los par-
ticipantes del taller, presupuse siempre que aquellas
personas que se postulaban para participar se consi-
deraban a sí mismas con las características que un in-
formante clave debe tener o por lo menos creían po-
seer información útil. Aquí se debe
centrar nuestro primer interrogan-
te: ¿quiénes podrán ser los que no
han venido? ¿Qué razones los han
llevado a auto- excluirse? ¿Qué sig-
nifica el silencio de algunos gru-
pos? ¿Qué problemáticas de clase,
género, edad, etnia, etc. pueden es-
tar interfiriendo? Claro está que no
hallaremos respuesta inmediata a
estas preguntas aunque, si hemos
preparado bien nuestra tarea cono-
ciendo lo máximo posible el univer-
so a investigar, alguna pista se nos antojará.
Una vez encontrado un grupo de gente deseosa
de contar, comenzamos una nueva etapa de nuestro
trabajo y armamos el grupo definiendo tiempo y es-
pacio para las reuniones.
La parLa par
La parLa par
La par
ticipaciónticipación
ticipaciónticipación
ticipación
La primera reunión de taller podría llamarse
exploratoria. Para mí es una pequeña muestra de las
posibilidades de indagación que cada concurrente me
abre. Por otro lado con su presentación cada uno revela
un panorama (borroso aún) acerca de cuál es su postura
frente a los temas que se van a tratar. Dicho en otros
términos, cada cual, casi sin querer anuncia su mirada.
¡Pero cuidado! No sólo el coordinador explora, los con-
currentes también lo hacen. Me estudian a mí y a sus
pares. Resuelven cómo han de manejarse y qué cosas
dirán o callarán. Porque en el juego de las relaciones
humanas todos queremos participar aunque sea en un
papel secundario. Más aún podemos aceptar ser “el
malo”, aquél a quien todos le discuten absolutamente
cualquier recuerdo u opinión pero no podemos quedar
fuera del juego.
Esa es una de las razones por las cuales entre la segun-
da y la tercera reunión el grupo, por su propia cuenta, se
decanta; algunos participantes dejan de venir. Quienes sien-
ten que están “fuera de juego”, es decir que no tienen coin-
cidencias básicas o afectos muy fuertes con la mayoría del
grupo
4
, defeccionan. Optan por no asistir más. He aquí un
segundo silencio a interpretar. El grupo también silencia a
quienes se han ido; por lo general ni se
mencionan sus ausencias: son parte del
olvido. ¿Qué es lo que los pone fuera de
juego? ¿Por qué aceptan callar su voz
permitiendo que la versión de los otros
parezca la única?
Entonces esta participación tiene
una contrapartida: la ausencia, la falta
de participación. Y la imagen que nos
brinda puede asemejarse a la idea de un
iceberg, sólo se ve la mínima parte Es
que, en realidad, son tantos los silencios
(a los que habrá que agregar los olvidos
que se sucederán casi constantemente en la praxis del ta-
ller) que nos asalta una dilema: a pesar de tanto recuerdo
parece casi imposible la reconstrucción histórica. Por tal ra-
zón he intentado en los últimos trabajos abrir perspectivas
diferentes reuniendo talleres paralelos sobre un mismo tema.
Por ejemplo para la historia de un barrio he armado un
taller con personas de la tercera edad a las que a veces se
agregaron adultos más jóvenes pero debí convocar otro dis-
tinto para poder apreciar las visiones que sobre ese mismo
barrio tenían adolescentes y jóvenes de menos de 35 años.
En otro caso, indagando la historia de un club de fútbol el
taller se integró solamente con varones mayores de 65 años;
debí completar mi información con entrevistas individua-
les a mujeres y a hombres más jóvenes.
Y a pesar de estos esfuerzos por conocer distintas
versiones y facetas de la misma historia, seguirán que-
dando hiatos imposibles de llenar. No importa. Sólo
quiero tener presente que la participación y sus resulta-
dos son una parte, no el todo. Tampoco creeré en la po-
sibilidad de abarcar ese todo, pues como dice Adorno
“la totalidad es la no verdad”.
A partir de allí, comenzaré el camino con mis
talleristas y podré arriesgar una primera interpretación,
pero eso es tema de otro artículo.
La HistorLa Histor
La HistorLa Histor
La Histor
ia siempria siempr
ia siempria siempr
ia siempr
e see se
e see se
e se
mete con el podermete con el poder
mete con el podermete con el poder
mete con el poder
,,
,,
,
siemprsiempr
siemprsiempr
siempr
e se funda en lae se funda en la
e se funda en lae se funda en la
e se funda en la
memormemor
memormemor
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ia y el olvidoia y el olvido
ia y el olvidoia y el olvido
ia y el olvido
,,
,,
,
y y
y y
y
es siempres siempr
es siempres siempr
es siempr
e una re una r
e una re una r
e una r
elaciónelación
elaciónelación
elación
constante entrconstante entr
constante entrconstante entr
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e pasadoe pasado
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,,
,,
,
prpr
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esente y futuresente y futur
esente y futuresente y futur
esente y futur
oo
oo
o
..
..
.
1- No es este el lugar para discutir si la Historia Oral es una prácti-
ca o más que eso, una metodología.
2- Tal el caso de la Historia del Club All Boys a través de la publi-
cación de avisos en el Periódico de par.
3- El relato de experiencia en el artículo “Villa Ambato. Pasado y
futuro de un taller.“
4- Porque desde el primer encuentro comienza a delinearse una
identidad grupal que si bien se recrea constantemente debe tener
como base de sustento algunas semejanzas mínimas.
BIBLIOGRAFÍA
* Barela, Liliana; La Greca, Francis; Sánchez, José, “Barrio y
Memoria”, Municipalidad de la Ciudad de Bs. As., Secreta-
ría de Educación y Cultura,
Inst. Histórico de la Ciudad de Bs. As., 1992
* Morin, Edgar, “Introducción al pensamiento complejo”,
Ed. Gedisa, Barcelona, 1994
* Joutard, Philippe, “Esas voces que nos llegan del pasado”,
FCE, Méjico, 1986
Voces Recobradas 11
Las Lomas de Lugano
Relato de una experiencia
Buenos Aires: Los Talleres en los Barrios
Título
Las Lomas de Lugano: Relato...
Autor
Dora Bordegaray
ALGUNOS BARRIOS
ALGUNOS TALLERES
legué a Lugano, a fines de 1997, a raíz de unas en-
trevistas con vecinos y con docentes que viven y traba-
jan en escuelas de la zona. Se fue perfilando así, una
propuesta de investigación que adquirió un sesgo muy
particular cuando la directora de la escuela secundaria
N° 4, de la calle Riestra, Prof. Norma Colombato, pro-
puso promover un taller que rescatase la historia de la
villa de emergencia Nº 20. El interés por focalizar la his-
toria en la villa está dado porque la mayoría de los alum-
nos inscriptos en dicha escuela habitan en ella.
Entre septiembre y octubre concurrí a la escuela
para arbitrar, junto con los docentes, los detalles de la
posible organización del Taller de Historia barrial. En la
primera reunión decidimos convocar a algunos padres
de alumnos en su calidad de antiguos vecinos y tam-
bién conversamos acerca de la posibilidad de trabajar
en forma simultánea con jóvenes alumnos en reuniones
que se realizarían cada 15 días.
No fue fácil concretar las reuniones del taller con
los adultos debido a que no se presentaron los invita-
dos. Una segunda convocatoria tuvo los mismos resul-
tados. Interpreté estas ausencias como un silencio que
significaba más de lo que decía y decidí no insistir en
ese modo de trabajo. Puse mi esperanza en que el cono-
cimiento cara a cara que se va dando con el tiempo, ge-
neraría la confianza suficiente para la participación y
comencé a hacer entrevistas individuales a personas con
muchos años de residencia en la villa. Por otra parte,
prioricé otros “frentes” de trabajo: el de los recuerdos
de los jóvenes alumnos de la escuela (menores de 20
años) y el de algunos preceptores de la misma, cuyas
edades oscilan entre los 25 y 35 años. Profundizando en
este aspecto descubrí que para esta última franja etaria
podía ser de gran significación el relevamiento de la his-
L
Voces Recobradas12
toria del club barrial al que concurrían en su niñez y
primera adolescencia. Aunque parezca mentira, de las
tres líneas de indagación mencionadas la que está
casi terminada es la del club conocido como “Lo-
mas” del cual yo no tenía ninguna referencia al co-
menzar este trabajo.
Los resultados provisorios que se
deducen de las fuentes construidas des-
de octubre del año pasado hasta el día
de hoy (con una interrupción en los
meses de verano) son: la elaboración de
un fascículo que cuenta la historia del
club y del barrio desde la visión de los
que viven en Las Lomas de Lugano; la
historia de los últimos años de la villa
de emergencia contada por sus pobla-
dores más jóvenes y un breve relato so-
bre la escuela secundaria que se inauguró en 1990.
Todo este material, que evidentemente debe ser
completado y reelaborado, deja entrever las vicisitudes
por las que han pasado los vecinos de esta zona que han
ido instalándose en ella con el sueño de mejorar su vida
cotidiana. Uno de los análisis posibles es el que se desa-
rrolla a continuación interpretando los recuerdos de los
viejos habitantes de Las Lomas de Lugano a la luz de
categorías como el espacio y la identidad.
Espacio e IdentidadEspacio e Identidad
Espacio e IdentidadEspacio e Identidad
Espacio e Identidad
Circundado por los barrios de Villa Riachuelo,
Mataderos y Villa Soldati, Villa Lugano está delimitado
por la Avda. Eva Perón, Lisandro de la Torre, Ana Ma-
ría Janer, Avda. Gral. Paz, Avda. Roca y Avda. Escala-
da. Dentro de este ámbito urbano, que el desprevenido
puede ver como un conjunto homogéneo, hay una serie
de barrios más pequeños o sub-barrios que tienen ca-
racterísticas propias. Entre los mencionados, está el trián-
gulo limitado por la Avda. Escalada, la Avda. Argenti-
na y la Avda. Dellepiane, que es la que se denomina Las
Lomas de Lugano, ámbito geográfico en el que estoy
llevando a cabo mi labor.
Ese triángulo ocupa un ámbito central en el barrio, sin
embargo, sus vecinos sienten que esa centralidad geográfi-
ca, que en los primeros años de vida del espacio urbano
pudo coincidir con una cierta jerarquía social, se ha
desdibujado desplazándolos a un lugar marginal. En este
sentido muchos recuerdos tienden a valorizar en forma
negativa algunos hechos que, desde otra ubicación, podrían
ser vistos como un adelanto. Es que la memoria los identifi-
ca en forma sincrónica con procesos ocurridos en distintos
momentos pero percibidos como contemporáneos. Tal es
el caso de la construcción de la autopista Dellepiane. Los
vecinos de Las Lomas sostienen que esa obra de ingeniería
es un adelanto para los que “pasan” pero que a ellos los
sumió en el aislamiento, constituyendo dos fragmentos de
vecindad: los que viven “de un lado” o “del otro lado” de
Lugano. Por otra parte, ese aislamiento se vio agravado por
la llegada de nuevos grupos sociales (hecho que ocurrió
por lo menos 15 años atrás) portadores de costumbres di-
versas. Gran parte de esos nuevos sujetos sociales se asentó
en terrenos sin ocupar constituyendo la villa de emergencia
Nº 20. Es sintomático que los vecinos de
Las Lomas no hablen mucho de la exis-
tencia de la villa; en realidad, silencian
su presencia. Sin embargo, en sus re-
cuerdos aparecen imágenes que con-
tradicen un supuesto pasado ideal en
el que la vida cotidiana era modelo de
perfección a pesar de su dureza. Es en
esas imágenes donde podrían encon-
trarse algunas semejanzas entre viejos
pobladores de la zona y grupos adve-
nedizos, siendo solamente estos últimos
los que son identificados como responsables de actitudes
negativas respecto del conjunto de la población. En este sen-
tido los talleristas de Las Lomas recuerdan, como coinci-
dentes en el tiempo, la construcción de la autopista y la de
la villa, que marcan una ruptura en su pasado idealizado.
La cuestión anteriormente citada sirve sólo como
tipificación del profundo cambio vivido en este barrio
del suroeste porteño en los últimos 50 años. Muestra el
punto de inflexión de un proceso de urbanización que
parecía realizarse en forma continua y homogénea pero
que se ve abruptamente sacudido por fenómenos políti-
cos, económicos y sociales que tienden a constituir un
“nosotros” frente a un “los otros”. Es en ese momento,
cuando las viejas solidaridades se rompen, aparecen
nuevos sujetos que recrean la vida cotidiana y por ende,
recrean también, la idea de identidad que está siempre
en constante adaptación.
InterInter
InterInter
Inter
prpr
prpr
pr
eté estaseté estas
eté estaseté estas
eté estas
ausencias como unausencias como un
ausencias como unausencias como un
ausencias como un
silencio que signifsilencio que signif
silencio que signifsilencio que signif
silencio que signif
icabaicaba
icabaicaba
icaba
más de lo que decíamás de lo que decía
más de lo que decíamás de lo que decía
más de lo que decía
y decidí no insistir eny decidí no insistir en
y decidí no insistir eny decidí no insistir en
y decidí no insistir en
ese modo de trese modo de tr
ese modo de trese modo de tr
ese modo de tr
abajoabajo
abajoabajo
abajo
..
..
.
Zona llamada
Las Lomas
Límites Barriales
Ambito de Las Lomas
1
2
3
1
2
3
Ubicación Escuela nº 4
Ubicación Club «Las Lomas»
Ubicación Villa 20
Voces Recobradas 13
Villa Ambato
Pasado y futuro de un taller
Buenos Aires: Los Talleres en los Barrios
Título
Villa Ambato: Pasado y futuro...
Autor
Dora Bordegaray
Un edifUn edif
Un edifUn edif
Un edif
icioicio
icioicio
icio
Enclavada en el “Barrio Alvear”de Parque Avellaneda,
con domicilio en Pío Collivadino 436, la Escuela Paula
Albarracín de Sarmiento (Escuela Técnica Nº 8 Distrito Es-
colar 13) ocupaba un viejo edificio que fue casa familiar de
Carlos Olivera. A principios de este siglo, esa mansión era
conocida como Villa Ambato y estaba separada del anti-
guo casco de la estancia de Don Domingo Olivera, padre
de Carlos, por la traza de la actual avenida Directorio.
Villa AmbatoVilla Ambato
Villa AmbatoVilla Ambato
Villa Ambato
Desde 1924 funcionaron en ese predio distintas insti-
tuciones escolares que fueron cambiando para adecuarse a
las necesidades del barrio, pero también a las políticas edu-
cativas de cada época. En las últimas décadas, la escuela
sufrió el problema de tener que funcionar en un edificio
deteriorado que no cumplía con los requisitos mínimos de
una infraestructura escolar. Por fin y después de mucho
esfuerzo, el día 6 de agosto del año pasado se inauguró un
edificio nuevo.
Unos meses antes de la inauguración, con más preci-
sión en el mes de mayo, el Programa “Por la memoria de
Buenos Aires” había organizado allí un curso de Educa-
ción y Patrimonio llamado“Villa Ambato: testimonios de
cuando Buenos Aires era campo”. Entre los asistentes, ha-
bía un grupo compuesto por docentes de esa casa de estu-
dios que manifestó su interés por organizar un Taller Per-
manente de Historia de la Escuela. Uno de ellos, el profesor
Héctor Durán, gran conocedor de la historia de la zona,
resultó ser un entusiasta animador que se encargó de orga-
nizar y coordinar las reuniones. Mi función se limitó a ha-
cer de nexo entre el Taller y el Instituto Histórico.
El tallerEl taller
El tallerEl taller
El taller
Este grupo que podríamos llamar “fundador” prepa-
ró el trabajo, decidiendo varias cosas: el listado de personas
a convocar y la fecha de realización del taller, la distribu-
ción de las tareas y la responsabilidad de la desgrabación.
Se eligió el día de Inauguración del Nuevo Edificio escolar
para encontrarse con antiguos docentes y directivos de la
Institución y compartir un primer encuentro evocativo.
El proyecto era hacer un Taller permanente, pero no
pudo ser. Varias complicaciones impidieron su continui-
dad, pero lo conversado el día 6 de agosto dejó un material
muy rico para el análisis. De su lectura se desprenden va-
rias temáticas que pueden ser analizadas dentro del marco
de la historia de nuestro país en los últimos 70 años y que
suscitan el interés por seguir trabajando allí.
Algunas hipótesisAlgunas hipótesis
Algunas hipótesisAlgunas hipótesis
Algunas hipótesis
La memoria de los presentes en el taller hacía referen-
cia constante y en forma que, a veces recursiva, a los cam-
bios institucionales operados desde la fundación de la pri-
mera institución escolar. Esa escuela fue primero lugar de
aprendizaje de las tareas de ama de casa para un grupo
selecto de niñas; se convirtió, luego, en escuela Profesional
Femenina para atender el mercado de jóvenes mujeres ne-
cesitadas de un oficio; por último debió convertirse en In-
dustrial con una época intermedia en la que se dictó la ca-
rrera de Técnicas/os en Administración de Empresas. To-
dos estos cambios muestran en alguna medida los ciclos
económicos de nuestro país desde la permanencia del mo-
delo primario exportador hasta la declinación del de susti-
tución de importaciones.
Por otro lado esas adaptaciones no resultaron fáciles;
durísimos han de haber sido los malos entendidos genera-
dos por la reconversión laboral de las mujeres docentes que,
en algunos casos pasaron de ser maestras de Taller de Coci-
na a Maestras de Soldadura. De allí es que resulta intere-
sante plantearse la posibilidad de profundizar en el tema
de los cambios operados, tanto en alumnas como en docen-
tes mujeres y varones, para luego, cruzar ese material con
la perspectiva de género en relación con las fluctuaciones
del mercado de trabajo.
Conjuntamente con esta temática que se vincula
a los avatares políticos y económicos de nuestro país,
aparece otra, cuya importancia se deduce del peso
comparativo que tiene la cantidad de recuerdos que
giran a su alrededor. Me refiero al tema del poder y
el de la violencia que se reiteran en dichos recuerdos
compartidos, en función de diversos conflictos. Algu-
nos de ellos tienen que ver con pugnas entre institu-
ciones educativas, con el abandono de promesas y
los acuerdos espurios de algunos políticos y por últi-
mo con la Guerra de Malvinas y la dictadura militar.
En este sentido la vinculación de la escuela y el barrio
con las distintas etapas del fenómeno peronista son
dos ejes imposibles de soslayar y deberían analizarse
a la luz de procesos de construcción de identidades
tanto barriales como institucionales.
BIBLIOGRAFÍA
*Por la Memoria de Buenos Aires, “Villa Ambato: testimonios de
cuando Buenos Aires era campo”, Taller de Educación y Patrimo-
nio, Mayo de 1997, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
FUENTES
* Desgrabación del Taller realizado el día 6 de agosto de 1997
Voces Recobradas14
Almagro
El Mercado de Abasto
Buenos Aires: Los Talleres en los Barrios
Título
Almagro: El Mercado de Abasto
Autor
Liliana Barela
En el taller de AlmagrEn el taller de Almagr
En el taller de AlmagrEn el taller de Almagr
En el taller de Almagr
oo
oo
o
Las reuniones se llevaron a cabo durante
1997. Todas estuvieron caracterizadas por la pre-
ocupación por el barrio actual. Los temas prepon-
derantes fueron el de la seguridad y la partici-
pación de los vecinos.
El grupo de vecinos -dispuestos a contar la
historia del barrio- formaban parte de la institu-
ción Vecinos Unidos de Almagro por una Parti-
cipación Solidaria. Esta condición atravesó todo
el discurso de las reuniones de historia oral del
barrio. Además el tema
excluyente era el Abas-
to que quedaba fuera
de los límites oficiales
del barrio de Almagro.
(En realidad correspon-
de al barrio de Balva-
nera).
Las acotaciones y
los recuerdos se mez-
claban con el hoy de
una manera recurrente.
Cuando hablan del
Abasto se refieren a
una zona de asenta-
miento de inmigrantes
españoles, árabes, portugueses y sobre todo ita-
lianos que desarrollaban sus actividades dentro
o fuera del mercado.
Los trabajadores del mercado y los vecinos
son asimilados a gente de trabajo, con dignidad
y solidarios, un barrio abierto y familiar sin pro-
blemas entre las diversas colectividades.
Voces Recobradas 15
La instalación del mercado trajo aparejado todo
un flujo inmigratorio y su cierre provocó una emigra-
ción en masa. “Cuando se abrió el mercado se creyó
que venía el progreso y cuando lo sacaron también”.
Pero esto no ocurrió.
La mayoría de las viviendas quedaron como
inquilinatos, pensiones o casas tomadas.
También instalaciones abandonadas del mercado
sirvieron como morada para gente sin techo.
Un nuevo grupo de inmigrantes se asentó en la
zona: bolivianos, paraguayos, chinos, coreanos. El barrio en la actualidad es visto
como un barrio peligroso por la violencia callejera, los robos y la venta de droga.
Desaparecieron la mayoría de los negocios, queserías, bares, cantinas.
En el prEn el pr
En el prEn el pr
En el pr
ofof
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esoresor
esoresor
esor
adoado
adoado
ado
En 1997, las alumnas de “Introducción a la Historia”, Marisa Costa,
Susana Cunha, Ana Erbetta y Myriam Pugliese, realizaron también un tra-
bajo sobre el mercado utilizando testimonios orales. El período investiga-
do abarcó 20 años (1970-1990) y se centró en el
impacto social y comercial que causó el cierre en
1984.
Aquí el testimonio está más acotado, pauta-
do. Se incluyeron comerciantes que aún trabajan
en la zona, de personas que aún viven allí, de los
que trabajan en el mercado central y de los que
ya no viven en el barrio.
En estos testimonios es muy difícil superar
la nostalgia. Expresiones como “morirse el Abas-
to”, “quiero acordarme del barrio y de su gente.
“Nunca más volveré”. “Todo esto acabó”, “... Hoy
es otro mundo”.
“La tristeza y abandono” son frecuentes.
Sin embargo hoy igual que ayer el cambio en
el mercado, su transformación como shopping,
generó expectativas... y abrió nuevas esperanzas.
Se cerraron los lugares de tango y en su lugar proliferaron las
bailantas, de las cuales algunas no tienen cartel identificatorio.
Con la compra del predio por parte de Soros, los asistentes
al taller aseguran que las cosas mejoraron. Se empezaron a desa-
lojar las casas tomadas y se instalaron nuevos tipos de activida-
des en el lugar.
Frente a este cambio futuro los vecinos temen que el barrio
se convierta en una extensión del “barrio norte”, por cierto di-
ferente de aquel barrio que recuerdan con nostalgia, con gente
trabajadora, con fondas y visitado por personajes famosos.
Recién después de realizar esta especie de “catarsis” del
presente tan difícil, hoy demandan retomar la actividad para
escribir la vieja historia del barrio.
Esta nueva-vieja historia que escribamos será la que los ten-
ga otra vez como protagonistas.
Voces Recobradas16
Floresta
Más de diez años
haciendo historia
Buenos Aires: Los Talleres en los Barrios
Título
Floresta: Más de diez años...
Autor
Francis La Greca
l taller de historia del barrio de Floresta se
empezó a reunir a partir de una iniciativa del
Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires
y del espacio que el Programa Cultural de la ex-
M.C.B.A. le otorgó el Centro Cultural de Flores-
ta “Baldomero Fernández
Moreno”.
Este período atravesó por
distintas etapas que podemos ti-
pificar en tres: formación, expan-
sión e institucionalización.
En la primera fase se notó el
cambio que se produjo en los
talleristas porque empezaron sos-
teniendo que su testimonio no te-
nía valor y terminaron sintiéndo-
se protagonistas.
Como dice Grele “los entre-
vistados son seleccionados no
porque representan alguna nor-
ma estadística abstracta, sino
porque tipifican procesos históri-
cos”. En nuestro caso no fueron seleccionados
sino que aceptaron la convocatoria aquellos que
en sus años jóvenes participaron activamente en
la construcción del barrio y formaron sociedades
de fomento, clubes sociales, deportivos y cultu-
rales o estaban afiliados a un partido político, no
es casual que, como en los comienzos de Flores-
ta, este grupo haya sido integrado por varones
exclusiva y excluyentemente.
Si bien, como ya dijimos, al principio tuvie-
ron reticencias para dar
su testimonio por consi-
derarlo relevante sólo
para la experiencia per-
sonal, con el transcurso
del tiempo fueron ad-
quiriendo conciencia
histórica al sostener que
«sólo ellos conocían es-
tos y que con la muerte
de ellos se perdía la me-
moria barrial» Por ello
era necesario transferir-
la, así se empezó a tra-
bajar en medio de fuer-
tes discusiones sobre
quién tenía la verdad, desvalorizando en algu-
nos casos la memoria del otro o la importancia
de los hechos en los que no habían participado
directamente. En la diversidad, fundamental-
mente ideológica, se fueron construyendo las vi-
vencias de Floresta y se pudo
trascender a la comunidad con
una imagen de unidad basada en
el respeto por la trayectoria in-
dividual y porque cada uno fue
comprendiendo que su memoria
completaba a la del otro aunque
fuera distinta.
Es así que se emprendieron
distintas tareas, a partir de las
fotos familiares y de eventos pú-
blicos que abarcaban desde ac-
tos escolares hasta la organiza-
ción de espectáculos teatrales y
movimientos de protesta reali-
zados en defensa del espacio co-
mún, también se hicieron
diapositivas que se llevaron a las escuelas, mar-
cando la presencia de este taller en la comuni-
dad. También, los integrantes de este taller par-
ticiparon en los cursos de formación docente para
mostrar que a partir del testimonio personal se
podían enriquecer los procesos históricos nacio-
nales y hacer una historia más próxima y accesi-
ble a los alumnos en edad escolar que tantas di-
ficultades tienen para establecer las relaciones
temporales.
E
«se notó el cambio que«se notó el cambio que
«se notó el cambio que«se notó el cambio que
«se notó el cambio que
se prse pr
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odujo en losodujo en los
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tallertaller
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taller
istas poristas por
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queque
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empezarempezar
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empezar
on sosteniendoon sosteniendo
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que su testimonioque su testimonio
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no tenía vno tenía v
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aloralor
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y terminary terminar
y terminary terminar
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onon
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sintiéndosesintiéndose
sintiéndosesintiéndose
sintiéndose
prpr
prpr
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onistas»onistas»
onistas»onistas»
onistas»
Voces Recobradas 17
A través de estas participa-
ciones fueron tomando concien-
cia que hablaban no sólo para sí
y para el entrevistador sino para
la comunidad en general, produ-
ciéndose de esta manera dos pro-
cesos diferenciados, uno de enri-
quecimiento interno y de valorización personal
y otro de consolidación y presencia del grupo en
el barrio.
Esta presencia convocó a la participación de
otros vecinos que, si bien no formaron parte de
este proceso de construcción, tenían vivencias
barriales. Se inicia así la segunda etapa del taller
en la que se recordaron aspectos
costumbristas y la vida cotidia-
na, ambas perspectivas relacio-
nadas con Floresta y su inserción
cultural en la ciudad de Buenos
Aires.
El taller se convierte así en
un espacio de reflexión de las
pautas de conducta aprendidas y
seguidas, buscando con ello en-
tender mejor la dinámica de la
cultura, los cambios sociales y
políticos y la relación pasado-
presente sin que predomine una
mirada nostalgiosa y mantenien-
do o reanudando el compromiso
barrial.
En ambos momentos, el taller adquirió un
significado vital para sus integrantes que en mu-
chos casos sostienen que esperan el día martes
para reunirse. Es decir el encuentro con los otros
no sólo movilizó el recuerdo sino que, al com-
partirlo, adquirió vigencia, dando lugar a nue-
vas acciones y compromisos.
Hoy, tercera etapa, el grupo tiene un consen-
so en las instituciones y partidos de la zona y,
por ello, se convirtió en un grupo de referencia y
en “institución”. A esta instancia se llega porque
algunos integrantes siguen actuando en la comu-
nidad barrial y también porque el diario Víncu-
los Vecinales, a través de Enrique, su director que
ha sido una de los integrantes- protagonistas del
taller desde el comienzo, le dio difusión a través
de las páginas de “Vínculos”.
Como grupo de referencia,
los alumnos de escuelas prima-
rias y secundarias van al taller
en busca de datos para sus tra-
bajos escolares. El reconocimien-
to institucional se adquiere a
partir de gestos como el del
coordinador del Centro Cultural Baldomero
Fernández Moreno, Luis Labragña, que cede en
custodia al taller de Historia la bandera que el
Gobierno de la Ciudad le dio para enarbolarla
en el mástil de la plaza Udine en la que se en-
cuentra funcionando dicho centro.
También, los legisladores de Bs. As., que per-
tenecen al barrio, buscan acer-
carse al taller para legitimarse en
el barrio, dando legalidad a al-
gunos proyectos, como el del se-
ñor Piotti, de convertir la fuente
de la Plaza Udine en un anfitea-
tro para que los espectáculos
realizados para la Secretaría de
Cultura del Gobierno de la Ciu-
dad puedan llegar al barrio.
Este es el balance que hace-
mos de un taller que surgió como
parte de un proyecto y que hoy
tiene su propia autonomía y re-
cursos como para seguir re-
uniéndose como un grupo que se
va construyendo y va constru-
yendo en el transcurso del tiempo poniendo de
manifiesto la función social de la historia.
« a tr« a tr
« a tr« a tr
« a tr
aa
aa
a
vés de estasvés de estas
vés de estasvés de estas
vés de estas
parpar
parpar
par
ticipacionesticipaciones
ticipacionesticipaciones
ticipaciones
fuerfuer
fuerfuer
fuer
on tomandoon tomando
on tomandoon tomando
on tomando
conciencia queconciencia que
conciencia queconciencia que
conciencia que
habhab
habhab
hab
laban no sólo parlaban no sólo par
laban no sólo parlaban no sólo par
laban no sólo par
a sía sí
a sía sí
a sí
y pary par
y pary par
y par
a el entra el entr
a el entra el entr
a el entr
ee
ee
e
vistadorvistador
vistadorvistador
vistador
sino parsino par
sino parsino par
sino par
a laa la
a laa la
a la
comunidad en gcomunidad en g
comunidad en gcomunidad en g
comunidad en g
enerener
enerener
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al»al»
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al»
HoHo
HoHo
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yy
yy
y
,,
,,
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ter ter
ter ter
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cercer
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a etapa,a etapa,
a etapa,a etapa,
a etapa,
el grel gr
el grel gr
el gr
upo tieneupo tiene
upo tieneupo tiene
upo tiene
un consenso en lasun consenso en las
un consenso en lasun consenso en las
un consenso en las
instituciones y parinstituciones y par
instituciones y parinstituciones y par
instituciones y par
tidostidos
tidostidos
tidos
de la zde la z
de la zde la z
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ona yona y
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por ello por ello
por ello por ello
por ello
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,,
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se conse con
se conse con
se con
virvir
virvir
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tió en un grtió en un gr
tió en un grtió en un gr
tió en un gr
upoupo
upoupo
upo
de rde r
de rde r
de r
efef
efef
ef
erer
erer
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encia y enencia y en
encia y enencia y en
encia y en
«institución»«institución»
«institución»«institución»
«institución»
Voces Recobradas18
Caballito
Flores - Palermo
La memoria barrial:
«Un nuevo género literario»
Buenos Aires: Los Talleres en los Barrios
Título
Caballito- Flores - Palermo: La memoria...
Comentario
María Cecilia Alegre
D
esde hace un tiempo, en el Centro Cultural El
Eternauta del barrio de Caballito, en el Centro Cultural
Roberto Arlt del barrio de Flores y en el Centro Cultural
El Túnel del barrio de Palermo, los vecinos vienen re-
uniéndose en forma periódica en una serie de talleres
que en sus comienzos fueron de memoria barrial. Al fren-
te de los mismos está su coordinado-
ra, Marily Canoso, quien se encarga
de la tarea de guiar a las personas que
se sumaron a la convocatoria en esa
especial aventura que significa el ejer-
cicio del recordar. Recordar rescatan-
do los recuerdos de los vecinos, re-
cuerdos que los mismos narradores
van dando a conocer mediante la prác-
tica constante del contarlos, de poner-
los en palabras en el presente y que
luego llevan a una publicación barrial
en donde lo recordado cobra una nue-
va entidad a través de una nueva for-
ma: la forma literaria.
Lo recordado a través de un ejercicio de la memo-
ria realizado en forma colectiva en los talleres se trans-
forma en una publicación literaria particular.
Para nosotros, todo relato siempre está narrado
desde algún lugar en especial y, por esa misma razón,
es que todos podemos convertirnos en narradores de
nuestras propias historias evocadas desde el ejercicio del
recordar. Es así que partiendo de estas premisas, estos
talleres de historia y memoria del barrio se fueron con-
virtiendo, con el correr del tiempo, en una experiencia
nueva, diferente en donde los participantes tomaron un
nuevo protagonismo. Estos talleres de memoria ahora
son talleres que podemos denominar literarios. Por qué?
Porque el trabajo realizado en ellos ha cobrado una nue-
va dimensión. La labor no consiste ya
sólo en recordar y reelaborar lo recor-
dado, además en esta experiencia se
logra llegar a la creación de un nuevo
género narrativo, el que denomina-
mos el género literario. Estamos en
presencia del relato de los vecinos
como la memoria barrial que ha pa-
sado a ser, al decir de la coordinado-
ra de la experiencia, como un libro de
las memorias personales de esos mis-
mos vecinos que las narran con la
particularidad de que las mismas son
colectivamente recuperadas y traba-
jadas conjuntamente bajo la forma de literatura.
Lo que ha resultado interesante, y además diferen-
te de esta experiencia, es que durante la misma se han
conjugado la experiencia tradicional del Instituto Histó-
rico de la Ciudad de Buenos Aires de realizar talleres de
historia oral en donde los recuerdos, la memoria, se cons-
truyen en forma colectiva, con la experiencia original de
generar como resultado talleres literarios, en donde lo
narrado se recoge en forma escrita y se publica bajo la
forma de un libro de memorias personales. Lo original
reside entonces en la manera de trabajar que han adop-
tado estos talleres. Originalidad que está dada, ni más
ni menos, en que las historias, las anécdotas, todo aque-
llo que se cuenta a través de las voces de los vecinos
cobra una validez casi mítica porque los narradores en
el conjunto de los talleres reelaboran los dichos y los plas-
man en escritos literarios. Los narradores barriales tras-
cienden su propia historia para sumarse a un logro de
todos. Su importancia está entonces en que todo lo reco-
brado, al ser logrado como un todo y entre todos, resca-
ta la imprescindibilidad de la presencia de las redes, de
esos lazos que se llegan a establecer de persona a perso-
na y la necesidad de la reelaboración posterior de todo
el material reunido con el fin de que lo trabajado se
resignifique.
Lo rLo r
Lo rLo r
Lo r
ecorecor
ecorecor
ecor
dado a trdado a tr
dado a trdado a tr
dado a tr
aa
aa
a
vésvés
vésvés
vés
de un ejerde un ejer
de un ejerde un ejer
de un ejer
cicio de lacicio de la
cicio de lacicio de la
cicio de la
memormemor
memormemor
memor
ia ria r
ia ria r
ia r
ealizado enealizado en
ealizado enealizado en
ealizado en
ff
ff
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orma colectiorma colecti
orma colectiorma colecti
orma colecti
vv
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a en losa en los
a en losa en los
a en los
tallertaller
tallertaller
taller
es se tres se tr
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ansfansf
ansfansf
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orma enorma en
orma enorma en
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una pubuna pub
una pubuna pub
una pub
licación literlicación liter
licación literlicación liter
licación liter
arar
arar
ar
iaia
iaia
ia
parpar
parpar
par
ticularticular
ticularticular
ticular
..
..
.
Voces Recobradas 19
San Telmo
febrero-julio 1997
Buenos Aires: Los Talleres en los Barrios
Título
San Telmo
Autor
Carlos Ferrera
San San
San San
San
TT
TT
T
elmo Ielmo I
elmo Ielmo I
elmo I
(f(f
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(f
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ee
e
brbr
brbr
br
erer
erer
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o-marzo-marz
o-marzo-marz
o-marz
o de 1997)o de 1997)
o de 1997)o de 1997)
o de 1997)
La primera dificultad fue la cantidad de gente. Unas
30 personas para un taller de historia oral pueden significar
un caos que termine empañando todo el trabajo. ¿Cómo
conseguir que no hablen todos a la vez? ¿Cómo desgrabar
el maremagnum de voces que inevitablemente genera un
grupo tan grande? Me hacía esas preguntas mientras expli-
caba a los talleristas en qué consistía la propuesta. Antes de
que me las pudiera responder apareció la segunda dificul-
tad. Como suele ocurrir, la mayoría pretendía un curso en
el que un docente iba a contarles la historia del barrio. Cuan-
do aclaré que eran ellos quienes debían hablar, sus rostros
reflejaron decepción.
Decidí pasar a los hechos. Pedí que se presenten ante
el grabador, que digan su nombre, su edad y cuánto tiem-
po hacía que vivían en el lugar. Los invité a que contaran
cómo era el barrio que habían conocido en su infancia. La
mayoría de los asistentes se abocó a escuchar con atención.
Muchos no eran vecinos, venían de otras zonas a conocer el
pasado de San Telmo y mostraron interés en participar como
oyentes.
Al finalizar esta primera entrevista elaboré una suerte
de síntesis de todo lo escuchado. Los distintos testimonios
nos habían aportado una cronología caótica que me ocupé
de ordenar. A gran-
des rasgos teníamos,
1: un barrio de traba-
jadores en los años ‘40
(con una zona más
modesta y otra más
acomodada), 2: un
crecimiento económi-
co en los ‘50, reflejado
en el desarrollo de la
propiedad horizontal,
el acceso a la propie-
dad de la vivienda de
muchas familias y el
alejamiento de las in-
dustrias hacia los su-
burbios), 3: acelera-
ción de la vida cotidia-
na en los años ‘60
(marcado por la des-
aparición de la trac-
ción a sangre, del tran-
vía, del trole y por el ensanche de la 9 de Julio) y desarrollo
de la bohemia cultural, 4: transformación en barrio turístico
en los ‘70 (la antigua feria municipal de la Plaza Dorrego se
transformó en feria de antigüedades, los comercios de la
calle Defensa también fueron adquiridos por anticuarios).
Los ensanches de San Juan e Independencia y las
autopistas partieron y segmentaron el barrio. Observé
que cada vez que mencionaron las autopistas apareció
la palabra muerte (sin que hubieran hablado en térmi-
nos políticos, aparecieron vecinos que murieron de tris-
teza, suicidios, etc). Las expropiaciones y el traslado de
dependencias públicas, como el Patronato de la Infan-
cia, abrieron el camino para la próxima etapa, 5: en los
‘80, las ocupaciones ilegales de casas y de edificios aban-
donados y los conflictos entre viejos y nuevos vecinos
fueron un tema casi excluyente, 6: en los ‘90, las casas
ocupadas en la década anterior fueron adquiridas por
estudios de arquitectura y recicladas. Puerto Madero
marcó el camino. Propuse profundizar cada una de esas
etapas en los 7 encuentros que nos quedaban. Casi to-
dos se mostraron entusiasmados. Los que testimonia-
ron pudieron descubrir que su palabra era valorada por
el docente y -sobre todo- por un nutrido grupo de per-
sonas que demostraron interés, preguntaron y comen-
taron sus experiencias de vida. Los que participaron
como oyentes manifestaron que habían conocido una
nueva manera de aprender historia.
En los encuentros siguientes, la mayor parte del
grupo permaneció unido. Otros abandonaron y muchos
invitaron a viejos vecinos del barrio para que vinieran a
dar su testimonio. Algunos de los nuevos asistentes con-
tinuaron hasta el final del taller, otros aportaron datos
muy valiosos en un par de encuentros y luego dejaron
de venir.
Finalmente, el balance fue muy positivo.
San San
San San
San
TT
TT
T
elmo IIelmo II
elmo IIelmo II
elmo II
(ma(ma
(ma(ma
(ma
yy
yy
y
o-julio de 1997)o-julio de 1997)
o-julio de 1997)o-julio de 1997)
o-julio de 1997)
Tras un mes de receso y de reinscripción, el taller
de historia barrial reinició su funcionamiento en mayo
de 1997. En este caso aparecieron nuevas dificultades.
Comenzaron unas 20 personas y en el primer encuentro
surgieron diferencias entre los “viejos” (que habían asis-
Voces Recobradas20
tido al taller del verano) y los “recién llegados”. Una
discusión menor provocó el alejamiento de 3 personas
que entendían que yo -en lugar de mediar y contempo-
rizar posiciones- debía defenderlos “porque ya nos co-
nocíamos”. Casi todos los participantes que se queda-
ron eran vecinos recientes de San Telmo (entre 5 y 15
años) y pretendían -una vez más- escuchar que les con-
taran la historia del barrio. Tras las presentaciones, la
explicación pertinente acerca del porqué la historia oral
y de una síntesis de lo acontecido en el verano, decidi-
mos reencontrarnos en
una semana, y esperar que
aparecieran otros vecinos
o estudiar nuevas alterna-
tivas.
En el segundo en-
cuentro se sumaron nue-
vas personas. Los viejos
vecinos seguían sin llegar.
Ante la situación pedí que
cada uno contara algo de
su infancia. Todos accedie-
ron sin entender muy bien
por qué lo hacían. Apare-
cieron juegos y costum-
bres, similitudes y dispa-
ridades. Las diferencias
generacionales fueron más
acentuadas que las regio-
nales. En medio de varios
testimonios evo-cativos, se
destacó el de una ex refugiada de la guerra civil españo-
la, llegada al país cuando tenía 11 años.
Tras la ronda de testimonios familiares les pedí que
contaran algo del mundo “del afuera”, una noticia –na-
cional o internacional- que recordaran como impactante.
Comenzaron a hablar de historia, de cómo habían
vivido muchos de los acontecimientos que acostumbra-
mos a leer en los libros. La infancia quedó olvidada. Los
hechos que relataron fueron tomados de distintos mo-
mentos de sus vidas. Sorpresivamente me encontraba
ante un grupo en el que había una mujer de 74 años que
había estado en Plaza de Mayo en medio de las bombas
del 16 de junio de 1955, otra que había participado del
Cordobazo, otra del Rosariazo, otra que vivía en Trelew
en agosto de 1972, etc, etc.
En el tercer encuentro propuse mi negociación. Di-
vidir los encuentros en dos. En la primer mitad yo daría
clases que se ocuparían de la historia del San Telmo co-
lonial hasta la actualidad. En la segunda mitad, los
talleristas contarían la historia argentina y mundial des-
de sus vivencias.
El taller “se depuró”. Quedó conformado un grupo
de unas 10 mujeres de entre 74 y 32 años al que denomi-
namos Mujeres en Argentina. La experiencia fue suma-
mente interesante y enriquecedora para todos. Aborda-
mos los “grandes hechos” y los pequeños. La vida coti-
diana se mezcló con la alta política y con la política mun-
dial. Cuando pregunté por Frondizi, por ejemplo, una
tallerista gritó “Laica o Libre”, el conflicto con el que
había descubierto la política, mientras estaba en el se-
cundario. Las que habían vivido en el sur evocaron el
boom del petróleo, la llegada de numerosos empresa-
rios norteamericanos y lo caro que estaban los huevos
(reflejo un alza en el costo de la vida).
También las consulté sobre el impacto del rock &
roll, la aparición de la tele-
visión o de las primeras
minifaldas (algunas de
ellas eran quienes las ha-
bían usado).
Un detalle: me resul-
taba imposible que abor-
daran el período 1973-
1976. Recurrentemente
hablaban de Onganía y
pasaban a Videla, sin de-
tenerse en esos 3 años
cruciales. Decidí experi-
mentar. En la mitad del
encuentro cuando debía
hablar de la historia de San
Telmo, me referí a la Pla-
za Dorrego y al enfrenta-
miento del ex- gobernador
con Juan Lavalle, hacien-
do hincapié en lo desme-
dido que resultó el fusilamiento dentro de los marcos
domésticos en los que se desarrollaba la política porte-
ña de la época. Cuando pasamos a la charla pregunté
algo sobre la época de Onganía y surgió el nombre de
Vandor, luego Rucci y aparecieron infinidad de comen-
tarios sobre el período buscado. Fueron caóticos. La me-
moria registraba bombas, atentados, asesinatos sin or-
den cronológico. Surgieron expresiones tales como “her-
manito, esto duele...” y las vivencias personales apare-
cieron totalmente entremezcladas con la política.
Cuando abordamos el período de la dictadura mi-
litar, las expresiones de dolor se acentuaron. El clima de
las entrevistas se tornó sumamente triste, pero íntimo.
Las pérdidas personales, la aceptación de la indiferen-
cia como autodefensa ante la situación, los sueños que-
brados fueron lugares comunes. A pesar del dolor ma-
nifiesto que les producía, no dejaron de venir. Es más,
dejamos de lado la historia de San Telmo y las clases se
referían exclusivamente a sus vivencias.
A modo de balance, el taller resultó una experien-
cia sumamente interesante. Ninguna de las entrevista-
das había abordado jamás una reflexión colectiva sobre
la historia argentina que les había tocado vivir. El inter-
cambio de experiencias y de visiones fue sumamente
enriquecedor.
Voces Recobradas 21
Pompeya
Parque Patricios
(febrero-noviembre de 1997)
Buenos Aires: Los Talleres en los Barrios
Título
Pompeya - Parque Patricios
Autor
Carlos Ferrera
n este caso trabajé con un número reducido de
talleristas (7 u 8). La mayoría de ellos eran vecinos re-
cientes (10 a 15 años en el barrio) o eran muy jóvenes
(35 años) o vivían en otro sitio. Las treintañeras conta-
ron sus vivencias, haciendo un esbozo del Parque
Patricios que conocían. Se refirieron a
modalidades de las formas de alqui-
ler, la transformación de la zona en la
que vivieron su infancia (sus antiguas
casas pasaron a ser galpones después
de 1976), etc. El grupo aceptó mi pro-
puesta de concertar entrevistas con
viejos vecinos. Tomaron seriamente el
compromiso y aparecieron numero-
sos contactos que brindaron su testi-
monio. A medida que desgrababa, nos
tomábamos algunas clases para ana-
lizar el material obtenido. Concreta-
mos un trabajo interesante en el que pudimos vincular
los distintos testimonios con la evolución política y so-
cial de la ciudad y del país.
El carácter de interrogador colectivo que tomó el
taller enriqueció el producto final, ya que pudieron ex-
presarse los distintos intereses y motivaciones a través
de preguntas concretas di-
rigidas a los protagonistas
directos. Lo mismo sucedió
con el análisis. La informa-
ción previa y el punto de
vista de cada uno de los
miembros del grupo resul-
tó fundamental.
ConcrConcr
ConcrConcr
Concr
etamos un tretamos un tr
etamos un tretamos un tr
etamos un tr
abajoabajo
abajoabajo
abajo
interinter
interinter
inter
esante en el queesante en el que
esante en el queesante en el que
esante en el que
pudimos vincular lospudimos vincular los
pudimos vincular lospudimos vincular los
pudimos vincular los
distintos testimoniosdistintos testimonios
distintos testimoniosdistintos testimonios
distintos testimonios
con la econ la e
con la econ la e
con la e
vv
vv
v
olución políticaolución política
olución políticaolución política
olución política
y social de la ciudad yy social de la ciudad y
y social de la ciudad yy social de la ciudad y
y social de la ciudad y
del paísdel país
del paísdel país
del país
E
Voces Recobradas22
Palermo
(mayo-noviembre de 1997)
Buenos Aires: Los Talleres en los Barrios
Título
Palermo
Autor
Carlos Ferrera
omo en el caso anterior, el grupo de talleristas de
Palermo era reducido y todos eran vecinos recientes. Con-
cretamos dos entrevistas muy jugosas con una persona naci-
da y criada en el barrio. Nos brindó un esbozo histórico muy
importante. Pero nuestros contactos se agotaron en él. Invité
al grupo a recorrer los bares del barrio en busca de nuevos
testimonios. Hubo entusiasmo y escepticismo, pero finalmen-
te, aceptaron probar.
El resultado nos sorprendió a todos. Comenzamos por
un bar que funciona desde los años ‘50. El dueño se mostró
bastante parco, pero desde las mesas, comenzaron a
involucrarse los parroquianos. Así conocimos a Tito, quien
nació en Palermo y trabajó 45 años como mateo. Lo entrevis-
tamos en dos oportunidades y aportó numeroso material
como vecino y como “personaje”, ya que el trabajo que desa-
rrolló y su personalidad le daban esa particularidad.
Continuamos por los bares que rodean la Plaza Cortázar,
transformada en verdadero “centro” de Palermo Viejo. Con-
cretamos experiencias sumamente interesantes. En Macondo,
por ejemplo, conversamos con uno de los dueños y un par
de sus amigos. Nacieron en el barrio y tienen entre 25 y 30
años.
Cuando terminamos la entrevista apareció el padre de
uno de ellos y -enterado del motivo de nuestra presencia-
comenzó a contar sus 55 años en el barrio. En eso estábamos
cuando llegó un amigo de
este señor que sin saber de
qué se trataba, se incorporó y
enriqueció el diálogo.
En otra oportunidad,
mientras recorríamos la zona,
nos detuvimos ante una casa
que evidenciaba sus años.
Como el dueño estaba asoma-
do a la ventana lo interroga-
mos desde la vereda y se lar-
gó a hablar sin más, inmedia-
tamente se sumó su mujer,
mientras el grupo escuchaba
asombrado... bajo la lluvia.
Como en el caso anterior,
las entrevistas fueron analiza-
das por todos los talleristas y
el trabajo colectivo enriqueció
el resultado final.
C
Voces Recobradas 23
Os Talleres
nos bairros
de Buenos Aires
Depois de uma breve analise sobre os inicios
dos talleres de Historia Oral nos bairros da Cidade
de Buenos Aires, desde 1985, e dos objetivos
destes projectos, se determinaram distintas
experiências que se levaram a cabo em 1997 e
que seguem desarrolhando na actualidade.
Em príncipio, trabalhar em forma de talleres
e que estes estem referidos aos bairros da cidade,
implica com duas funções básicas do Instituto His-
tórico, «fazer historia» utilizando para eles diver-
sos instrumentos, desde as más ortodoxas até as
metodologias más novidosas, com diferentes al-
ternativas, como neste caso a construção, en for-
ma coletiva da memoria bairrial (origens do bairro,
vida cotidiana, instituiçoes representativas, etc).
A outra função é que este fazer historia está
dirigido principalmente, más no exclusivamente
a Cidade de Buenos Aires.
São três os aspectos básicos do taller:
trabalhar, fazer este trabalho em comúm e obte-
ner um produto terminado.
Como sempre ocorre quando se trata de
historia, e em especial de historia oral, o trabalho
se basa na memoria e na omisão, havendo uma
relação entre o passado, presente e futuro. A
diferença da forma clásica na historia oral e nos
talleres, é que na historia oral existe uma relação
entre o entrevistador e o entrevistado,“buscado
e elegido”, enquanto que nos talleres, a
convocatória é mais amplia, já que se convida e
aceita a todos os vizinhos que tenham informações
sobre o bairro.
Uma convocatória mais amplia tráz con-
sigo uma série de interrogantes como por
exemplo: Quém são os que não aceitam a
convocatória e por qué razões? Qué signi-
fica o silencio de alguns grupos ?, qué pro-
blemática de classe, género o idade podem
interferir?. Estas interrogações no melhor
dos casos, podem esclarecer- se quando o
taller logre uma continuidade no tempo e
uma conformação como grupo.
Os dois principais objetivos que levaram
a criar e a continuar os talleres de Historia
Oral são:
a) A elaboração da historia dos bairros o sub-
bairros em que se encontra dividida a Cidade de
Buenos Aires, a fim de possuir um registro
parcializado o de toda sua extensão, com carac-
terísticas semelhantes o diferentes. As edições
das publicações realizadas com apoio institucional
surgidas dos talleres, resgatam questões que fazem
o passado e o presente da identidade barrial.
b) A formação de um arquivo de Historia Oral,
tem por finalidade servir de fonte para os inves-
tigadores que o requeram.
TT
TT
T
alleraller
alleraller
aller
es:es:
es:es:
es: grupo de trabalho supervisionado por
uma coordenadora.
Buenos Aires:
The Workshops
in the neighborhoods
In this work, after a short narration about the
beginnings, in 1985, of the Workshops of Oral
History in the Neighborhoods of the City of Bue-
nos Aires, and the aims of this project, different
experiences that were achieved during 1997 or
that are in progress at present, are stated in a
more detailed way.
In principle, working as workshops of oral
history that are related to the neighborhoods of
the city has to do with two basic functions of the
Instituto Histórico. One of them is «making»
history, using for it diverse tools, from the most
orthodox to the most recent methodologies and
even alternative tools, as in this case the
construction, in a collective way, of the
neighbourhood memory (origins of the
neighborhood, everyday life, representative
institutions,etc.).
The other function is that «making» history
is mainly but not exclusively directed to the City
of Buenos Aires.
The workshop has three basic aspects:
working, doing that work in common and getting
a finished product.
As it always happens when it is a question of
history, and specially oral history, the work is based
on memory and forgetfulness and it is always a
constant relation between past, present and future.
As distinguished from the classic way in oral history,
where the connection is established between the
interviewer and the interviewed, who is chosen,
in the workshops the convocation is large, it is
not a question of «key-informers»: all the
neighbors that have or think that they have
information concerning the neighborhood are
invited and accepted.
Such a large convocation involves a series of
questions, such as: who are those that do no accept
the convocation and why?, what is the meaning of
silence in some groups?, what kind of problems
of class, gender or age may interfere? These are
questions that, at best, are answered when the
workshop reachs a continuity and a conformation
as a group.
The two main goals that led to create
and continue the Workshops of Oral
History are:
a) The elaboration of the history of the
neighborhoods of the City of Buenos Aires with
the purpose of having a record, though partial,
extended at least, of all the space of the city, with
its similar and different features. The edition of
publications with their productions and the
institutional support to initiatives that come from
the workshops and that have to do with the rescue
of questions concerning the past and the present
of the identity of the neighborhood.
b) The creation of an Archive of Oral History,
to be used as a source for researchers.
Buenos Aires:
Les Ateliers
dans les Quartiers
Dans ce travail, après une courte narration à-
propos des commencements, en 1985, des Ateliers
d’Histoire Orale dans les quartiers de la Ville de
Buenos Aires, et les objectifs de ce projet, on
couche par écrit les expériences différentes qu’ont
été menées à bien pendant 1997 ou qui sont
développées en ce moment, d’une façon plus
détaillée.
En principe, travailler comme des ateliers
d’histoire orale liée aux quartiers de la ville est en
rapport avec deux fonctions basiques de l’Instituto
Histórico. Une d’elles c’est «faire» histoire, en
employant pour cela des outils divers, à partir
des plus orthodoxes jusqu’aux plus récentes
méthodologies, et même alternatifs, comme en
ce cas la construction collective de la mémoire
du quartier (les origines du quartier, la vie de tous
les jours, les institutions representatives, etc.).
L’autre fonction c’est que «faire» histoire est
fondamentalement mais non exclusivement dirigé
à la Ville de Buenos Aires.
L’atelier a trois aspects basiques: travailler, faire
le travail en commun et obtenir un produit fini.
Comme il arrive toujours quand il s’agit
d’histoire, et spécialement d’histoire orale, le travail
est fondé sur la mémoire et l’oubli et il y a toujours
un rapport constant entre le passé, le présent et
l’avenir. A différence de la façon classique en
histoire orale, où le rapport est établi entre celui
qui demande et celui qui est interrogé, ce dernier
cherché et choisi, dans les ateliers la convocation
est ample, là il n’est pas question d’»informants-
clef»: tous les voisins qui ont ou croient avoir de
l’information liée au quartier sont invités et
acceptés.
Une si ample convocation comprend toute
une série de questions telles que: qui sont ceux-
là qui n’acceptent pas la convocation et pourquoi?,
quelle est la signification du silence dans quelques
groupes?, quelle sorte de problèmes de classe,
genre ou âge peuvent interférer? Celles-ci sont
des questions que, dans le meillieur des cas, sont
répondues quand l’atelier atteint une continuité
dans le temps et une conformation comme
groupe.
Les deux objectifs fondamentals qui ont mené
à créer et à continuer les Ateliers d’Histoire Orale
sont:
a) L’élaboration de l’histoire des quartiers de
la Ville de Buenos Aires avec le but d’avoir un
registre, bien qu’il soit partial, au moins étendu,
de tout l’espace de la ville, avec ses caractéristiques
similaires et différentes. L’édition de publications
avec leurs productions et l’appui institutionnel aux
initiatives provenants des ateliers et qui sont en
rapport avec la rescousse des questions liées au
passé et au présent de l’identité du quartier.
b) La création des Archives d’Histoire Orale,
afin d’être utilisées par des rechercheurs.
Voces Recobradas 23