
Voces Recobradas36
vo, un enfoque nuevo de la sociedad, era todo lo con-
trario de lo que los neoliberales dicen... La economía
está necesariamente orientada al humanismo, al hom-
bre, el hombre es el fin, y el hombre social... y en la
encíclica se propiciaba sin pelo en la lengua que el
mundo estaba mal organizado, que había que cambiar
de rumbo, que hacían falta reformas audaces, profun-
damente renovadoras, en fin casi textualmente estoy
diciendo algunas expresiones.”
«La difusión de la encíclica«La difusión de la encíclica
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«La difusión de la encíclica
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eó un poco de conciencia...»eó un poco de conciencia...»
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eó un poco de conciencia...»
Tuvo Podestá un papel fundamental como
principal divulgador del contenido de la Encíclica
en Argentina: “...a mí me había llamado el Nuncio, y
me dice- mirá, tengo el primer texto escrito que hay de
esta Encíclica y yo creo que vos podrías ser, que tu tarea
podría ser la difusión- Cosa que hice, pero la hice con
mala suerte. Me costó la cabeza...”
“...el primer grupo al cual yo le fui a hablar de la
Encíclica era el grupo de ACDE, Asociación Católica
de Dirigentes de Empresa, la crema y nata de los em-
presarios católicos. Ahora está el Grupo de los ocho,
bueno, en ese tiempo tenía bastante importancia el
grupo de los empresarios católicos y el asesor que fue
hasta su muerte muy amigo mío, el padre Moledo, me
llamó y me dijo- mirá, es muy importante, vos tenés
que hacerles una conferencia, pero no seas muy duro,
bajá los decibeles, sé suavecito, porque están muy
asustados. ¡ La Encíclica era un programa revolucio-
nario! Y entonces los dirigentes estaban asustados, ¿
nos tenemos que hacer portavoces de esto?», decían.
En la Populorum Progressio, el Papa rechazaba
la insurrección revolucionaria, pero exceptuaba aque-
llos casos “de tiranía evidente y prolongada, que aten-
tase gravemente a los derechos fundamentales de la
persona y dañase peligrosamente el bien común del
país”. Este párrafo iría a sugerir distintas líneas de in-
terpretación con respecto al camino de la violencia,
tema que rápidamente daría origen a la cuestión de
“la violencia estructural de la sociedad” y a partir de
la cual se interpretaría la legitimación de “la violencia
de abajo”. “Sin duda, los tres años del ‘Onganiato’ han
configurado ya la tiranía evidente y prolongada que
justifica el empleo de la violencia para derrocarla, se-
gún reza la Encíclica Populorum Progressio. Funda-
mentaban así distintos grupos del peronismo revolu-
cionario en un Informe a Perón sobre la situación na-
cional en agosto de 1969”. ( Baschetti, Roberto (comp.) Docu-
mentos de la Resistencia Peronista, (1955-1970), Bs. As. Puntosur,
1988, p. 411 en Pontoriero, Gustavo Sacerdotes para el Tercer Mun-
do (1967-1976), 1/2, Bs. As, CEAL, 1991,v.1, P.26)
“Nunca más he vuelto a oír hablar de esta Encí-
clica, ni me ha tocado a mí la oportunidad de levan-
tar esta bandera, pero habría que hacerlo. Hay todo
un programa para los países pobres, subordinados. En-
tonces, la difusión creó un poco de conciencia...”.
“Yo suelo decir que lo más importante de unas
ideas, de un movimiento, no es crear una fuerza para
el manejo de las estructuras sino atacar a las concien-
cias, impactar las mentalidades. Y de alguna manera,
la Populorum Progressio, aunque no se la nombre,
aunque no se la cite, abrió un cauce para que haya
gente que piense que no es la ley del mercado la que
Monseñor Jerónimo Podestá