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Voces Recobradas
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APUNTES TEÓRICOS
LA HISTORIA
Y LOS MODOS
DE HACERLA
Cada número de nuestra revista llevará un sector
sobre teoría de la historia, y preferentemente
sobre la historia oral. En todo caso, partimos de la
unidad del conocimiento. El tema básico, a nuestro
entender, es cómo alcanzar a construir una historia.
INDIVIDUO, MO-
DERNIDAD, HISTO-
RIA
. M. Cruz. Tecnos,
1992.
Este párrafo de Ma-
nuel Cruz, en la compi-
lación que citamos, vale
para mucha meditación.
“La reflexión acerca de
la importancia y el lugar
del discurso histórico en el
conjunto del saber huma-
no es, ella misma, históri-
camente datable, como
una transposición de la
TEOLOGÍA, con autores
como, Turgot, Voltaire o
Condorcet. Y luego de
Kant habrá que preguntar-
se sobre la manera de
abordar las cuestiones, de
alguna forma actualizada,
en los tres órdenes de con-
sideración:
- Problemas
epistemológicos, que plan-
tea aprehender el devenir
humano.
- Problemas
ontológicos, acerca de la
naturaleza esencial de lo
histórico.
- La narración histórica
propiamente dicha, en la
que se presenta una pro-
puesta de interpretación
del pasado.
Existe un agotamiento
de los discursos totalizado-
res sobre la historia, crisis
de los relatos utópicos, que
permitían diagnosticar
nuestro presente o la desa-
parición de los social, hasta
el hipotético fin de la histo-
ria. HOY LA CUESTIÓN
ES ATENDER A LA EXIS-
TENCIA Y RELEVANCIA
DE LOS AGENTES HIS-
TÓRICOS EN GENERAL,
Y DE LOS INDIVIDUOS
EN PARTICULAR, y por
OTRA PARTE A LA CA-
LIDAD DE SU PRESUN-
TA INTERVENCIÓN,
ESTO ES, EL PROBLEMA
DE LA ACCIÓN HISTÓ-
RICA. (La validez de la
categoría del sujeto). El
discurso histórico tiene
frontera con la metodolo-
gía de las ciencias sociales,
con la ética, con la filosofía
política, con la propia his-
toria de la filosofía y por
supuesto CON LA HIS-
TORIA EN TANTO
HISTORIOGRAFÍA. Esto
coloca a la historia en la
mejor perspectiva para
abordar un programa tota-
lizador, orientado en la
dirección de hacer inteligi-
ble el presente”.
Cuando nos propo-
nemos trabajar con la
historia oral, no olvida-
mos que la historia es
una sola. De modo que
cuanta reflexión teórica
circula en torno a las pro-
babilidades y circunstan-
cias en que el pensamien-
to histórico se adecue a
los tiempos y cuestiones
que el hombre se plantea
respecto del pasado, son
o deben ser bienvenidas.
Hoy proponemos la lec-
tura detenida de un filó-
sofo considerado maldito
durante mucho tiempo,
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Voces Recobradas
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cuyas apreciaciones, to-
davía, son objeto de en-
cendidas diatribas y pon-
deraciones, después de
un siglo de su muerte.
Sus CONSIDERACIO-
NES INTEMPESTIVAS
(1873-1875), incluyen una
crítica acerca de “La utili-
dad y los inconvenientes
de los estudios históri-
cos”. Proponemos leer
con cuidado lo que sigue,
y que cada uno repiense
en qué historia estamos
creyendo, cuál es la histo-
ria que elegimos, al me-
nos los que recorremos la
senda azarosa de la histo-
ria oral.”
DE LA UTILIDAD Y
LOS INCONVENIEN-
TES DE LOS ESTUDIOS
HISTÓRICOS PARA LA
VIDA.
Frederik Nietzche.
Ed. Bajel, 1945.
...Tenemos necesidad
de la historia para vivir y
obrar, y no para desviar-
nos cómodamente de la
vida y de la acción, o acaso
para adornar una vida
egoísta y una conducta
cobarde y perversa. Quere-
mos servir a la historia
solamente en cuanto ella
sirve a la vida. Pero hay
una manera de considerar
la historia, en virtud de la
cual la vida se depaupera
y degenera. Es un fenóme-
no cuyo conocimiento
actualmente es tan necesa-
rio como doloroso. Y es
preciso conocerlo según
los síntomas que reviste en
nuestro tiempo.
...Esta consideración es
intempestiva, porque yo
trato de interpretar como
un mal, como una enfer-
medad, y un vicio, algo de
que nuestra época está
orgullosa con justo título
-su cultura histórica-...
El animal vive de una
manera no-histórica, pues
se resuelve en el presente...
el hombre por el contrario
se dobla bajo la carga cada
vez mayor del pasado...
Toda acción exige el
olvido, como todo organis-
mo tiene necesidad no sólo
de la luz sino también de
la oscuridad. Un hombre
que pretendiera no sentir
más que de una manera
puramente histórica se
parecería a alguien a quien
se obligase a no dormir, o
bien a un animal que se
viese condenado a rumiar
siempre los mismos ali-
mentos. Es posible, pues,
vivir casi sin recuerdos, y
hasta vivir feliz, a semejan-
za del animal; pero es ab-
solutamente imposible
vivir sin olvidar... La sere-
nidad, la buena conciencia,
la actividad alegre, la con-
fianza en el porvenir, todo
esto depende tanto en un
individuo como en un
pueblo, de la existencia de
una línea de demarcación
que separe lo que es claro,
lo que se puede abarcar
con la mirada, de lo que es
oscuro y está fuera del
radio de la visión; depen-
derá de la facultad de olvi-
dar en el momento oportu-
no, así como de cuando es
necesario recordar el buen
momento. El punto de
vista histórico, tanto como
el punto de visto no histó-
rico son necesarios para la
salud de un individuo, de
un pueblo y de una cultu-
ra.
Lo no histórico se pare-
ce a una atmósfera cam-
biante, en que únicamente
se puede engendrar la
vida para desaparecer de
nuevo con el aniquila-
miento de esta atmósfera.
A decir verdad, el hombre
no es hombre hasta que no
llega, pensando, repensan-
do, comparando, separan-
do y reuniendo, a restrin-
gir este elemento no histó-
rico... Cuando los recuer-
dos históricos se hacen
demasiado abrumadores,
el hombre deja de nuevo
de ser, si no poseyese ese
ambiente no histórico ja-
más comenzaría a ser,
jamás se atrevería a co-
menzar.
...Un fenómeno históri-
co estudiado de una mane-
ra absoluta y completa y
reducido a fenómeno del
conocimiento está muerto
para el que lo ha estudia-
do, pues al mismo tiempo,
ha reconocido la locura, la
injusticia, la ciega pasión,
en general, todo el hori-
zonte oscuro y terrestre de
este fenómeno, y por lo
mismo, su poder histórico.
Desde entonces, este poder
ha perdido su fuerza, para
el que sabe, pero quizá no
para el que vive.
...La historia pertenece
a un ser vivo bajo tres as-
pectos: le pertenece porque
es activo y aspira, porque
conserva y venera, porque
sufre y tiene necesidad de
consuelo. A esta TRINI-
DAD DE RELACIONES
corresponden tres especies
de historia si es lícito dis-
tinguir, en el estudio de la
historia, un punto de vista
MONUMENTAL, UN
PUNTO DE VISTA ANTI-
CUARIO Y UN PUNTO DE
VISTA CRÍTICO... Cuando
la consideración monumen-
tal del pasado domina a las
otras maneras de conside-
rarlo, quiero decir a las ma-
neras anticuaria y crítica, el
PASADO SUFRE PEDIDOS
ENTEROS SON OLVIDA-
DOS, menospreciados, se les
deja correr como un gran río
gris del cual emergen única-
mente algunos hechos enga-
lanados semejantes a islo-
tes...
Cada una de las tres
maneras de estudiar la histo-
ria tiene su razón de ser sólo
en un terreno, abajo un sólo
clima, en cualquier otro cre-
ce como cizaña destructora.
Cuando el hombre que quie-
re crear una cosa grande
tiene necesidad del pasado,
se apodera de éste por me-
dio de la historia monumen-
tal, cuando, por el contrario,
quiere conformarse con lo
convenido y de antiguo ve-
nerado, se ocupa del pasado
como historiador anticuario.
Únicamente aquél a quien
TORTURA UNA ANGUS-
TIA DE PRESENTE Y QUE
A TODA COSTA QUIERE
DESEMBARAZARSE DE
SU CARGA, sólo ése siente
la necesidad de una historia
crítica, es decir de una histo-
ria que juzga y condena. El
crítico sin angustia, el anti-
cuario sin piedad, el que
conoce lo sublime sin poder
realizarlo, he aquí plantas
que se han hecho extranjeras
en su suelo nativo y que a
causa de ello, han degenera-
do y se han convertido en
cizaña.
...El conocimiento del
pasado, en todos los tiem-
pos, no es de desear sino
cuando está al servicio del
futuro y del presente, cuan-
do desarraiga los gérmenes
vivos del porvenir.
Apuntes teóricos
Hebe Clementi
Autor