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Voces Recobradas
40
Entrevista a Luis Mattini, máximo dirigente del
PRT-ERP, después de la muerte de M. R. Santucho
LA PASIÓN
ECOS DE LOS SETENTA
MILITANTE
u verdadero nombre Arnold Kremer; obrero metalúr-
gico nacido en Zárate. Inicia su actividad política a partir de
1959.
En 1967 se vincula al PRT en la conformación de los
primeros núcleos armados en la zona norte de Buenos Ai-
res con centro en Zárate-Campana. Luego participa bajo el
seudónimo de Luis Mattini en la lucha clandestina (des-
pués de la fundación del ERP en 1970).
En 1976 con la muerte de Santucho asume la secretaría
general del PRT y la comandancia del ERP, ya en pleno
proceso de la derrota.
En 1977 organiza la retirada del PRT; se aleja del parti-
do y marcha al exilio en Suecia. Allí escribe, entre 1983 y
1987, Hombres y mujeres del PRT-ERP de Tucumán a la
Tablada.
Esta entrevista se inscribió en el proyecto “militancia,
participación, compromiso y violencia (1966-1976)” que lle-
vamos adelante en el Instituto Histórico.
Aquí sólo publicamos un extracto circunscripto a lo
que tiene que ver con la formación y origen de la militancia
de Luis Mattini.
Nuestro trabajo sobre militancia fue con militantes de
base de origen peronista, dejando para un segundo mo-
mento, a los militantes de organizaciones marxistas, uni-
verso vastamente investigado por P. Pozzi y A. Schneider
(Cf. Memoria y socialismo. Historia de la militancia argen-
tina 1965-1975, en Taller Vol. 3, N° 6, abril 1998).
S
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Voces Recobradas
41
La Pasión Militante
Liliana Barela
Autor
Día 25 de setiembrDía 25 de setiembr
Día 25 de setiembrDía 25 de setiembr
Día 25 de setiembr
e de 1997e de 1997
e de 1997e de 1997
e de 1997
EntrEntr
EntrEntr
Entr
ee
ee
e
vista a Arvista a Ar
vista a Arvista a Ar
vista a Ar
nold Krnold Kr
nold Krnold Kr
nold Kr
emeremer
emeremer
emer
,,
,,
,
horhor
horhor
hor
a 17.a 17.
a 17.a 17.
a 17.
Entr Entr
Entr Entr
Entr
ee
ee
e
vistadorvistador
vistadorvistador
vistador
a:a:
a:a:
a:
Liliana Bar Liliana Bar
Liliana Bar Liliana Bar
Liliana Bar
elaela
elaela
ela
E
. Yo sé algunas cosas de usted. Traté de contarle algu-
nas cosas mías y del sentido que tiene esta investigación.
Usted es de Zárate.
Mattini.
Sí, nacido allí, nacido y criado, como dirían.
E.
Cuénteme ¿cuándo o por qué creyó que la militancia
era importante en su vida?
M.
Bueno, es difícil, es difícil entenderlo si falta el am-
biente en que uno vivía; yo viví como casi toda mi genera-
ción en un ambiente de mucha discusión y conversación
política en la familia, yo de chico... yo habré estado en zonas
como Zárate o Capital, no? pero me re-
fiero, no es lo mismo que Pergamino,
Zárate, Campana, son zonas de vieja
militancia de izquierda peronista, luga-
res industrializados. Entonces mi fami-
lia... yo desde chiquito me crié escuchan-
do hablar sobre conservadores, radica-
les de la Semana Trágica, las luchas sin-
dicales, digamos todo lo que era el
peronismo, el 45, bueno todo esto, no?
E.
Su familia, ¿era peronista?
M.
No se puede decir, mi padre
era una especie de librepensador, típico
de la época, que apoyó el peronismo en
el 49 por la Constitución y de la manera
que se discutió la Constitución. Retomó sus simpatías con
el peronismo por bronca a la dictadura, a la Libertadora y
puteó toda su vida a Perón y bueno, eran sus simpatías con
el anarquismo, el socialismo, una mezcla, lo que se llama
un librepensador. Un hombre que leía mucho, por su cuen-
ta y además era un hombre de fábrica, no? Mi madre, obre-
ra del frigorífico, peronista de Evita, pero bueno, sobre todo
con los años, tenía cada vez más bronca con Perón, pero ella
siempre decía que el problema del peronismo no era el pan
y circo, o el pan que les dio, sino que les dio dignidad, eso
era muy importante, mi vieja era casi analfabeta, es casi
analfabeta.
(...)
Yo me empecé a educar después de la primaria, en la
escuela de aprendices de operarios de la Marina, sí la Mari-
na tenía cuatro escuelas en el país, una en Zárate, que pre-
para personal civil técnico, para reparar armas, municio-
nes, barcos, cañones, en fin, no? ...Lo que era en el sindicato
unión ATE. Como tenía toda esa influencia, de mi familia,
me quise afiliar al sindicato cuando tenía 13, 14 años, no me
dieron bola porque era menor, pero a los 18 me afilié.
E.
¿Usted podía participar igual de las reuniones?
M.
Podíamos ir a las asambleas, sin voto pero podía-
mos opinar, entonces ya a los 17 años, estaba opinando en
las asambleas.
E.
¿De qué año estamos hablando?
M.
41... 58, 58 por ahí, que empezaron los conflictos,
que empezaba toda la ola de conflictos, participé de puro
metido, en la laica y la libre, de puro metido porque esa
escuela no participaba, eran esas escuelas de la Marina. Y
no tenía todavía 18 años, me metieron medio de contraban-
do en la comisión interna del sindicato, porque hubo una
crisis en el sindicato, la comisión renunció, se hizo una co-
misión provisoria e hicieron la comisión de cinco o de cua-
tro... no, de cinco, porque los cargaban (los cinco grandes),
donde había dos comunistas experimentados, un tipo del
socialismo y un peronista disidente, me parece, y yo, bue-
no, para mí fue toda una experiencia, lo que pasa que yo ya
iba al sindicato.
E.
Su acercamiento, digamos por lo que usted está con-
tando, ¿tiene que ver con la práctica sindical más que con la
lectura, o las dos cosas van paralelas?
M.
No, porque ya le digo, mi pa-
dre era un hombre que leía mucho, y
me educó de chico para leer, y además
tenía una frase que decía: “nosotros los
que no podemos viajar, porque no te-
nemos plata, al mundo se lo conoce le-
yendo” y entonces nosotros leíamos
mucho, y él nos orientaba en la lectura,
casi todo literatura...
E.
Por lo que escucho va trabajan-
do mucho en la acción como trabaja-
dor, no?
M.
Sí, claro, exactamente, y hasta
ese momento, yo no tenía una vaga
simpatía por algo social, digamos, una
relación rara con el peronismo, rechazaba todo su
populacherismo, porque yo era el hombre de nivel... y en-
tonces rechazaba todo eso, pero me gustaba su aspecto so-
cial, y frente al gorilaje, llamado así para usar palabras de la
época, yo me identificaba con el peronismo, compañeros
de trabajo, todo eso.
E.
Usted me dijo, yo ingresé con dos comunistas, un
peronista disidente, ¿qué pensaban los comunistas?
M.
Bueno, el comunista, con esas condiciones, me con-
sideraba un pibe de 15, era verdad, no?, es decir, siempre
desde entrada, siempre trabajamos para el partido, pero
había algo que yo no enganchaba en el Partido Comunista,
a pesar de que yo les tenía mucha simpatía a los compañe-
ros, porque eran modelos, realmente los compañeros de
fábrica eran modelos de comunistas, los mejores obreros,
solidarios y todo eso, pero la cosa rusa no me terminaba de
cerrar, cómo podría decir, bueno, hoy en día se dice
dogmatismo, pero yo percibía algo de esquema, algo de
falso en todo eso. Hasta los 17 años estuve ahí sin una defi-
Me quise afMe quise af
Me quise afMe quise af
Me quise af
iliar aliliar al
iliar aliliar al
iliar al
sindicato cuando teníasindicato cuando tenía
sindicato cuando teníasindicato cuando tenía
sindicato cuando tenía
13, 14 años, no me13, 14 años, no me
13, 14 años, no me13, 14 años, no me
13, 14 años, no me
dierdier
dierdier
dier
on bolaon bola
on bolaon bola
on bola
porpor
porpor
por
que erque er
que erque er
que er
a menora menor
a menora menor
a menor
,,
,,
,
perper
perper
per
o a los 18o a los 18
o a los 18o a los 18
o a los 18
me afme af
me afme af
me af
ilié.ilié.
ilié.ilié.
ilié.
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Voces Recobradas
42
nición, hasta que un día voy, y mi padre me dice: “por qué
no te afiliás a la Biblioteca José Ingenieros”. Era una de esas
típicas bibliotecas de los socialistas, biblioteca que en su ori-
gen se había llamado Nicolás Mendy; en el año 30 la alla-
nan, queman todo el material en la plaza pública, y estos
viejos socialistas compran -porque los muebles los llevan al
corralón municipal- van y los compran, ponen plata y com-
pran sus propios muebles y la reabren, pero ya con un nom-
bre argentino, entonces yo me hice socio, y empecé a mirar
que había libros que yo no conocía, porque mi viejo no tenía
una biblioteca social, tenía una biblioteca literaria, entonces
de libros de marxismo, apenas tenía yo idea de que había
algo, pero muy vaga.
Mi padre no tenía una formación y me acuerdo que
una vez de chico le pregunté qué era el comunismo, y me
dijo: “Bueno, es una gran idea, pero en manos de los sinver-
güenzas se transforma en una porquería”, o una cosa así, y
yo voy a esa biblioteca, y a los pocos días -este detalle es
importante porque es clave en mi vida-
a los pocos días que estoy ahí dan una
charla, hacían charlas culturales, políti-
cas, que si no me equivoco, se lo dije a él
otro día, que fue Alexis Ratendorf, que
fue a hablar del socialismo, y estaba el
movimiento ya en Cuba, él sabía que
había unos guerrilleros, que estaban en
la montaña, todavía estaba lejos de ser
el triunfo de la Revolución Cubana, ni
mucho menos, me parece que era sobre
ese tema, y yo siempre fui un tipo, sigo
siendo puntual, como lo puede compro-
bar llegué a las 17 en punto, a escuchar
la charla, que no había nadie, me senté
así como acá, la sala eran todo anaqueles, y mientras espe-
raba agarré un libro para ojearlo, no? El libro, eso sí me acuer-
do bien, era de Martín Engels, entonces leo, empiezo a ojear,
y veo luchas obreras, clases, qué sé yo, y fue como un mun-
do, después escuché la charla, que no me acuerdo exacta-
mente, pero me quedé prendido con el asunto del libro, y al
otro día voy en horario de biblioteca, y empiezo a buscar
libros sobre Marx y me agarro un empacho...
E.
Estábamos ya en los 60.
M.
No, eso es del 58-59, por ahí aproximadamente.
E.
Y usted, ¿cuántos años tenía?
M.
17, sí ahora me acuerdo, 17 o 18 años. Entonces
empecé, iba, sacaba libros, me empaché, qué sé yo, y un día
entro a la biblioteca y estaba el director de la biblioteca, no el
presidente, sino el tipo que llevaba el aspecto cultural de la
biblioteca, no el administrativo, que era un alemán que te-
nía en aquel tiempo como 60 años, Enrique Fisoh, se llama-
ba, y había sido este hombre estudiante de filosofía en Ale-
mania, hablaba cuatro lenguas vivas y dos muertas, un es-
pecialista en marxismo, de esos... bueno, un alemán riguro-
so, y además con todas las virtudes y defectos del alemán, y
entonces me agarraba el alemán y me decía... me empezó a
hablar del marxismo, qué era el marxismo y qué no se po-
día leer el marxismo así, incluso me dijo, el marxismo hay
que leerlo sistemáticamente, y me explicó. Yo ya había ter-
minado la escuela de aprendices, entonces tenía formación
secundaria... él me orientó con las lecturas... y además a mí
me gustó el ambiente... era una cosa de política todos los
días... y entonces tuve ahí un largo período de formación,
no sólo por las lecturas sino por las charlas informales.
E
. ¿Cómo lo veía la gente de Zárate a ese lugar?
M
. La cueva comunista, era mal vista, lo que pasa que
eso era paliado por que la gente que estaba ahí era muy
buena gente, qué sé yo, el presidente era un colchonero, y
era un hombre íntegro, el otro era un farmacéutico; no ha-
bía con qué darles del punto de vista de la integridad, inclu-
so había un socialista democrático de derecha, muy gorila,
pero eran íntegros, era un lugar profundamente
antiperonista, era un lugar muy antiperonista, y tampoco
era comunista, en realidad la gente que orientaba esto era
de la vieja, no era un anacronismo era una curiosidad.
E
. Qué pasaba en el país en ese momento, ¿era posible
la discusión libre, la reunión?
M
. Lo que pasa que había tanta
ocupación y yo tenía oficio, yo perdí el
trabajo una docena de veces.
E
. ¿Por qué los perdía, por cuestio-
nes sindicales?
M
. Fudamentalmente, y esto es
histórico, porque ya estoy hablando del
sesenta en adelante, ese período era,
porque era opositor a la burocracia de
Vandor, después la política de limpie-
za de rojos en los sindicatos, que es co-
nocida así, entonces yo, entraba a una
fábrica, y empezaba a levantar cabeza
un poquito, caía el telegrama y ya se
sabía que era el acuerdo de los dirigentes sindicales.
Generalmente era el sindicato, porque nosotros tomá-
bamos las comisiones internas, entonces venía la cosa del
sindicato, y a mí me echaron media docena de veces, yo lo
que pasa que yo tenía oficio y había mucha ocupación, ade-
más no sólo ocupación, sino que había una demanda
desesperada de gente de oficio.
E.
Qué pasó por ejemplo, usted habló de Onganía, ¿qué
significado...?
M
. Perdón, perdón, el primer grupo político que yo
participé en el 60, no en la década del 60, entrando, en los
grupos de Revolución Cubana, mi inquietud fue un grupo
que se llamó
Praxis
, y lo dirigió Silvio Frondizi, esa fue mi
primera experiencia, que era muy teórica, de andar pintan-
do calles, discutiendo ...
Con el grupo, es decir con distintos grupos, es decir,
nosotros, éramos un grupo ahí en Zárate que éramos como
una niña mimada, porque éramos gente de Zárate.
E. ¿
Desde el gremialismo, dice usted?
M
. Desde el gremialismo, y desde la política, Perón
mandó “desensillar hasta que aclare”, la izquierda se man-
tuvo a la expectativa, yo recuerdo que el P.C. lo denunció, sí
como el fascismo, una cosa así, no?, y yo intuitivamente,
dije bueno, esto ya es fascismo, y esa misma tarde llega la
PP
PP
P
arar
arar
ar
a nosotra nosotr
a nosotra nosotr
a nosotr
os la historos la histor
os la historos la histor
os la histor
iaia
iaia
ia
estaba asegurestaba asegur
estaba asegurestaba asegur
estaba asegur
ada,ada,
ada,ada,
ada,
er er
er er
er
a una un
a una un
a un
trtr
trtr
tr
iunfiunf
iunfiunf
iunf
o seguro segur
o seguro segur
o segur
oo
oo
o
,,
,,
,
que podía- que podía-
que podía- que podía-
que podía-
mos tener dermos tener der
mos tener dermos tener der
mos tener der
rr
rr
r
otas...otas...
otas...otas...
otas...
eso no tenía mucha eso no tenía mucha
eso no tenía mucha eso no tenía mucha
eso no tenía mucha
imporimpor
imporimpor
impor
tancia,tancia,
tancia,tancia,
tancia,
per per
per per
per
o elo el
o elo el
o el
trtr
trtr
tr
iunfiunf
iunfiunf
iunf
o estaba seguro estaba segur
o estaba seguro estaba segur
o estaba segur
oo
oo
o
......
......
...
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Voces Recobradas
43
policía que nos allana la biblioteca, nos allana y nos clausu-
ra con las bandas, y así estuvimos como tres años o dos
años y pico, hasta poder abrirla, bueno, hicimos gestiones
por todos lados, me acuerdo que fui a un Congreso de Bi-
bliotecas Populares, y llevé la denuncia y esas cosas. Lo que
a mi me agarró ahí después, porque con lo de Onganía hubo
una especie de bajón, de parate en todos lados, una especie
de desensillar hasta que aclare, más la gente quería saber
qué pasaba, qué se yo, y yo también pensaba, bueno, qué
pasa, esto es un despelote, y mi maestro el alemán se había
ido, se había jubilado hacía dos años, porque este hombre
era tornero, era un excelente tornero... pero que yo ahora
había decidido seguir en el movimiento sindical, y dedicar-
me a estudiar marxismo, hasta descubrir la verdad, vamos
a decir. Entonces el alemán me responde una carta, men-
cionó este hecho, porque por lo menos en mi vida fue tam-
bién determinante, así como fue encontrarlo en aquel mo-
mento (Revolución Cubana) porque yo realmente estaba
como en crisis en la política, y el alemán
me responde: “Muy bien, que no, que
por el contrario que con mucho gusto
me escribe, que no tiene tanta correspon-
dencia como yo creo”, y después me em-
pieza a dar con un caño, me dice: “le
recuerdo una frase de Goethe, quien en
tiempos inciertos siembra el espíritu in-
cierto, contribuirá a la incertidumbre”,
me la acuerdo de memoria, esa carta la
perdí en los allanamientos, entonces me
manda de paseo, me dice: “qué preten-
de usted, dedicarse a estudiar el mar-
xismo encerrado en la biblioteca y cuando las masas en-
cuentren la salida entonces usted va corriendo a su lado,
con sus maletas llenas de marxismo, diciendo ¡espérenme!”.
E
. ¿Cuántos años tenía?
M.
Y, eso fue en el 66, así que ya tenía como 24 ó 25
años, una cosa así, me sacudió, además el alemán
preanunciaba que se venía un nuevo movimiento de iz-
quierda que no venía del P.C. ni de otro lado. Me sacudió,
y bueno lo que pasa que ya empieza la resistencia a Onganía
y yo estoy de todas maneras en el movimiento sindical, y en
ese momento es cuando me vinculo con el P.R.T., porque
nosotros éramos un grupo, de todas maneras, de amigos y
camaradas...
E.
¿Le absorbía la vida personal, la vida privada?
M.
Sí, sobre todo después, no? Desde este momento, si
casi completamente, de
todas maneras yo siempre aludo a
la militancia, de esta manera, porque
además yo me anota-
ba en todo en aquel período...
E
. ¿Usted me dice que dudó en ese momento cuando
fue lo de Onganía; por qué tuvo algunas otras dudas, si
había tenido millones...?
M.
¿Dudas de qué?
E.
¿Dudas de qué? De arrepentimiento, de haber to-
mado este camino.
M.
No, dudas del camino no, no es que dudé, sino más
bien escepticismo.
E.
El escepticismo, ¿cuándo lo tuvo?
M.
En el momento en que Onganía toma el poder, y se
produce una especie de parate, hay un mes o dos meses de
parate.
E.
Y lo vuelve a tener, a lo largo de su vida, ¿cuántas
veces?
M
.
No, escepticismo, no.
E
. Ahora, ¿lo tiene?
M.
No, ahora lo que tengo es pesimismo, que no es
exactamente lo mismo
E.
¿Por qué?
M
. Es decir, no, escepticismo no, le voy a decir porque,
porque yo con toda esta formación marxista, rigurosa, si
bien yo no me anoto en el stalinismo, sí me anoto en el
determinismo histórico, es decir para nosotros la historia
estaba asegurada, era un triunfo seguro, que podíamos te-
ner derrotas, retrocesos de meses, de años, podíamos morir
en el camino, eso no tenía mucha importancia, pero el triunfo
estaba seguro, y además teníamos el
mundo de modelo, es decir Vietnam,
Cuba, es decir, entonces no puedo decir
que nunca fui escéptico, y tampoco pe-
simista a largo plazo, porque yo soy
pesimista a corto plazo.
E.
En la situación actual, pero en
algún momento...
M.
En cambio ahora, sí, porque yo
ahora, bueno... por lo menos estoy con-
vencido de que esta idea de que la his-
toria está determinada, fue un error, no
de Stalin, sino un error del iluminismo
del siglo, y creo que la historia hay que hacerla, entonces la
lucha puede salir bien o puede salir mal.
E
. Esa época, ¿cómo reclutaban gente?, ¿cómo se orga-
nizaban?
M
. En el primer período que organizamos en la re-
gión, porque yo después pasé a tareas nacionales, mi fun-
ción no era reclutar gente, sino dirigir ya reclutados, pero sí
orientar el reclutamiento, nosotros en el primer período, el
reclutamiento se dio más que nada por influencias perso-
nales, eso fue indudable tenía que ver, insisto, con este des-
prestigio hacia la gente del lugar y gente con prestigio, y
entonces cuando la cosa de repente empezó a ser, digamos
empezó a interesar a mucha gente, la gente nos buscaba,
nos andaba buscando y nosotros nos andábamos escondien-
do, lo digo en términos irónicos, o se daba, además
reclutábamos compartimentando, cada uno que reclutaba
organizaba en grupos de células compartimentaba al otro,
y entonces en lugares chicos como Zárate se daba un cruce
que a veces vos tenías un hermano en la célula y otro en la
otra y ninguno de los dos hermanos sabía que estaban en la
misma organización.
E
. ¿Usted, en cifras, se anima a decir algo...?
M
. ...bueno nosotros hombres en armas, podíamos
haber puesto dos mil hombres en armas pero nunca tuvi-
mos armados más de 800... ahora sí, es por la gente que
repartían en el momento de mayor auge, ha llegado a
El prEl pr
El prEl pr
El pr
imer grimer gr
imer grimer gr
imer gr
upo que yupo que y
upo que yupo que y
upo que y
oo
oo
o
parpar
parpar
par
ticipé en el ticipé en el
ticipé en el ticipé en el
ticipé en el
‘60 fue‘60 fue
‘60 fue‘60 fue
‘60 fue
PrPr
PrPr
Pr
axisaxis
axisaxis
axis
,,
,,
,
y lo dir y lo dir
y lo dir y lo dir
y lo dir
igió Silvioigió Silvio
igió Silvioigió Silvio
igió Silvio
FrFr
FrFr
Fr
ondizi,ondizi,
ondizi,ondizi,
ondizi,
esa fue mi esa fue mi
esa fue mi esa fue mi
esa fue mi
prpr
prpr
pr
imerimer
imerimer
imer
a ea e
a ea e
a e
xperxper
xperxper
xper
iencia,iencia,
iencia,iencia,
iencia,
que erque er
que erque er
que er
a muy teóra muy teór
a muy teóra muy teór
a muy teór
ica.ica.
ica.ica.
ica.
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Voces Recobradas
44
tener unos 5000 adherentes, en distintos niveles, por
eso hablo del año 74 o 75.
E.
¿Cuándo conoció a Santucho?
M
. Me río, porque lo conocí en una circunstancia bas-
tante curiosa, lo conocí acá en capital en una reunión que se
hizo de pre-intercongreso, que fue del P.R.T., o sea que fue
en el año 70. Santucho había estado preso antes, había sali-
do un mes de la cárcel y se hizo una reunión en un departa-
mento de acá, de la calle Santa Fe, y donde yo vine como
delegado a este congreso y ahí estaba Santucho.
Y me río, porque esa reunión por una cosa que se hizo
en ese momento, se hizo enmascarados, entonces en reali-
dad lo conocí enmascarado y después, a los pocos días fui-
mos al congreso y sí ahí no estaba enmascarado entonces la
cara se la ví recién en el congreso.
E.
¿O sea que le conoció primero la voz?
M
. Sí, sí, me llamó la atención porque era un tipo... yo
ni me di cuenta que era él, hablaban de Santucho todos los
compañeros, la línea “santuchista” y qué sé yo, para mí yo
tuve cierta... porque no venía de la tradición, de los líos que
tenía el P.R.T. con Moreno, toda esa historia.
Y me llamaba la atención, porque era un tipo que de-
cía cosas muy sensatas, además tenía el nombre de Carlos,
nadie dijo quién era y, paradójicamente porque él vino con
otro personaje, un chanta histórico que fue Joe Baxter, éste
decía “bueno compañeros, yo creo que, bla... bla... bla...”
con acento santiagueño, tranquilísimo, yo hubiera dicho que
era, no se, un delegadito de por ahí.
E.
Que por ahí se confundía el presentado con...
M.
Sí, sí, así era él, además cuando yo lo llevé muchas
veces a reuniones con compañeros, compañeros que no lo
conocían, medio te miraban, como el aspecto de él no era la
imagen del dirigente que por sola presencia... era una ima-
gen muy sencilla, pero era contundente Cuando se hizo el
congreso, él no hablaba, a todo esto, todo el mundo hacía
unos discursos, el P.R.T. era mucho más discutidor que el
P.C. pero lejos eh, por lo menos en aquél tiempo, entonces
las discusiones sobre la Cuarta Internacional, iban desde la
revolución mundial, pasando por... y Santucho casi ni ha-
blaba, y sin embargo cuando él tomó la palabra, una persis-
tencia, esos tipos seductores, convincentes, no?, tipos que
convencen, bueno, a mí me convenció, me refiero la línea
concreta de ese momento...
ConsiderConsider
ConsiderConsider
Consider
aciones faciones f
aciones faciones f
aciones f
inalesinales
inalesinales
inales
Decidimos publicar en este número esta transcripción
textual de algunos de los fragmentos de esta entrevista que
estuvo orientada a esclarecer aspectos relacionados con el
concepto de militancia, porque creemos que puede resultar
interesante para el lector que se inicia en esta metodología
de Historia Oral, ver cómo un entrevistado va estruc-
turando el relato, a su manera, única y particular, y que
en esa forma de relatar, y en los aspectos que privilegia,
se va encontrando uno de los elementos que sirvieron
para las posteriores interpretaciones.
La militancia de base es el universo de investigación
que está trabajando el equipo del Instituto Histórico. El in-
terés que nos llevó a proyectar algunas entrevistas a diri-
gentes, está centrado en el hecho de contar con material que
sirva como marco comparativo de los discursos y concep-
tos, representaciones e imaginarios entre base y dirigencia.
Como ya dijimos, este espacio no está destinado a hacer un
análisis de esta entrevista, sólo hacer alguna puntualiza-
ción de algún aspecto, que no es ni pretende ser una conclu-
sión.
Cuando se le pregunta sobre su militancia, estructura
su relato partiendo desde su niñez, en su ambiente familiar,
rico en discusiones políticas. Continúa con su adolescencia
y su afán de participar “de puro metido”, dice, tanto en la
lucha sindical como en otras cuestiones, por ejemplo en la
discusión sobre la educación “laica o libre”.
Surge del relato una necesidad de participar y com-
prometerse previa a cualquier formación y elección políti-
ca. Su primer acercamiento al marxismo es alrededor de los
18 años, cuando ya integraba una comisión sindical.
Cuando cuenta sobre esa comisión y cómo estaba cons-
tituida, dice que había “2 comunistas especializados, un tipo
del sindicalismo y un peronista disidente, me parece, y yo”.
Más adelante dice, refiriéndose al comunismo trans-
mitido por sus compañeros que “la cosa rusa no me termi-
naba de cerrar, cómo podría decir, bueno, hoy en día se
dice dogmatismo, pero yo percibía algo de esquema, algo
de falso en todo eso, y por lo tanto estuve ahí, sin una defi-
nición, hasta que un día voy, y mi padre me dice; por qué
no te afiliás a la Biblioteca José Ingenieros”, y este es el hito
que señala como comienzo de un proceso de formación y
definición, siendo el comienzo de los ’60 su ingreso a gru-
pos políticos.
Otro punto a destacar es que cuando se le pregunta si
la militancia absorbía la vida personal, la vida privada, su
respuesta es “... yo siempre aludo a la militancia de esta
manera, porque además yo me anotaba en todo en aquel
período...”
Este punto es importante, porque en alguna medida
abrocha todo lo que vino relatando sobre los orígenes de su
militancia y cómo la interpretaba: una cuestión de vida, una
vida militante, una manera de ser, tal es así que, como se
dijo antes, cuando se le pregunta por su militancia, no arran-
ca desde el momento de su inserción en la vida política, o
de la organización, cosa que podría darse por supuesto
implícitamente, dada la jerarquía que alcanza en el PRT-
ERP, sino que ubica su punto de partida en su infancia y en
su necesidad de meterse, de hacer, de cambiar cosas.
Esta caracterización de la militancia tiene similitud con
los entrevistados de los niveles de base, aunque difiere el
tipo de organización. En ambos casos se presenta primero
la necesidad de participar y comprometerse, para pasar lue-
go a fundamentar política, teórica e ideológicamente, esa
participación y ese compromiso, aunque, en los casos de los
militantes de base marcan sus comienzos en la adolescen-
cia.