image/svg+xmlVoces Recobradas20Y MUNDO DEL TRABAJOEN EL NOROESTEDE LA PROVINCIA DE TUCUMÁNMEMORIA Y ORALIDADpartir del empleo del concepto género -entendi-do como conjunto complejo de relaciones y procesos,una realidad cultural tanto en el pasado como en el pre-sente-, intentamos demostrar que los roles cumplidospor mujeres y varones en este ámbito rural tucumanoestán marcados por los modelos de comportamientosexual que la sociedad impone, y por la manera en quela sociedad estructura sus relaciones de poder. Consi-derado de esta forma, el género aparece como un ele-mento constitutivo de las relaciones sociales basadas enlas diferencias que se perciben entre los sexos y es unamanera primaria de significar las relaciones de poder.En este marco analizamos la organización de la fa-milia y situamos a la mujer en relación a las vinculacio-nes intergenéricas e intergeneracionales que operan den-tro de aquélla, situando a los sujetos concretos que co-operan, que se involucran sexualmente, que se tratancomo padres e hijos, que trabajan juntos, etc. Situamosla investigación en el ámbito cotidiano, haciendo visi-bles las relaciones de poder entre los miembros de lafamilia, el trabajo de la mujer dentro y fuera del hogar,las estrategias familiares y femeninas frente a la crisis, elprotagonismo de la mujer, como producto de la organi-zación de la familia y del orden económico y político delcapitalismo1.Se realiza este estudio a partir de metodologías cua-litativas. El objetivo es recuperar, por medio de la pala-bra, la memoria de las mujeres campesinas del noroestede nuestra provincia, a través del “retorno de lo biográ-fico”, teniendo como uno de los principales propósitosNos planteamos bucear en elmundo del trabajo de las mujerescampesinas del noroeste de laprovincia de Tucumán,en el marco de la organizaciónde la familia, desafiandoel enfoque androcéntrico ysexista, y proponiendola perspectiva de géneropara este análisis.AMemoria y Oralidad: Mujeres campesinas...AutorHilda Beatriz Garrido-BiazzoMUJERES CAMPESINAS
image/svg+xmlVoces Recobradas21captar los signos de las diversas construcciones concep-tuales y de las interpretaciones e interacciones de los gru-pos humanos. La idea, entonces es “... captar el modo deencarnación del proceso social en el sujeto ...”2desta-cando la conciencia o inconciencia de ellos en relación aéste. “La memoria... es una fuente viva, presente y mo-vida por el tiempo donde imprime recuerdos y huellas.La vida cotidiana privada o pública, familiar o social,individual o colectiva es el ámbito o hábitat del tiempopresente. La memoria, entonces, abre sus puertas en elpresente y a través de un tejido de recuerdos, un enlazarcontinuo de huellas, un espacio insondable de olvidos ypesares de sueños y fantasías, como presencia y comoausencia en todos y cada uno, con la ayuda de la imagi-nación tejida por el tiempo, para reconocer identidades,evidenciando herencias para entender el presente y to-mar las riendas del futuro.”3ORALIDORALIDORALIDORALIDORALIDADADADADADY RECUPERAY RECUPERAY RECUPERAY RECUPERAY RECUPERACIÓNCIÓNCIÓNCIÓNCIÓNDE LA MEMORIADE LA MEMORIADE LA MEMORIADE LA MEMORIADE LA MEMORIAEn las formas de organización social que los sereshumanos crean, los actores interactúan de forma per-manente construyendo sus normas de cultura durantela vida cotidiana; así, la realidad social está siendo per-manentemente creada y recreada por los actores. En esainteractuación generan e intercambian información me-diante las formas de emplear el len-guaje de la vida cotidiana; pues la vidacotidiana, por sobre todo, es vida porel lenguaje que comparten los actores.El lenguaje aparece así, no sólo comoun sistema de comunicación, sinotambién como estructurante de unamanera peculiar de comprender y depronunciar al mundo. El lenguaje em-pleado en la cotidianeidad proporcio-na de manera continua las ob-jetivaciones indispensables y disponeel orden dentro del cual éstas adquie-ren sentido y dentro del cual la vidacotidiana tiene significado para el su-jeto social4. Es en el campo de lasinteracciones en donde, y a través dela intercomunicación, se construye un universo simbó-lico común.A partir de estos supuestos, sostenemos que la in-vestigación cualitativa posibilita la formulación de in-terpretaciones teóricas de los datos de la realidad y pro-vee un excelente medio para comprender el mundo “queestá allí”.Irene Vasilachis apunta que: “A diferencia de losmétodos cuantitativos, que se enmarcan en una concep-ción positivista, que aplican controles rígidos a situacio-nes “artificiales” y en cuya aplicación el investigador in-tenta operar manteniendo cierta distancia y neutralidad,en los métodos cualitativos se actúa sobre contextos “rea-les” y el observador procura acceder a las estructurasde significados propias de esos contextos mediante suparticipación en los mismos. El presupuesto fundamen-tal de la investigación social tiene que ser más fiel al fe-nómeno que se estudia que a un conjunto de principiosmetodológicos, y que los fenómenos sociales son distin-tos a los naturales y no pueden ser comprendidos entérminos de relaciones causales mediante la subsunciónde los hechos sociales a leyes universales porque las ac-ciones sociales están basadas e imbuidas de significa-dos sociales: intenciones, actitudes y creencias(Fielding,1986)”.5Al propugnar la validez de lo cualitativo, nos pro-ponemos -como ya dijimos- la recuperación por mediode la palabra de la memoria individual y colectiva, através del “retorno de lo biográfico”, partiendo de nue-vas formas de hacer estudios sociales e incorporandocomo válidas otras fuentes diferentes de las tradiciona-les, como historias/relatos de vida, testimonios y entre-vistas no estructuradas y flexibles. En el empleo de ma-teriales biográficos, las diversas etapas de la investiga-ción no se encuentran separadas, no son etapasdiscontinuas, sino que se entremezclan permanentemen-te, pues existe una ligazón inseparable entre la biogra-fía, la historia y la sociedad.En relación a la metodología para investigar los te-mas vinculados a las relaciones degénero, es interesante señalar la opi-nión de H. Habichayn que afirma que“hace falta afinar una metodologíaque contribuya a elucidar cómo sonestas relaciones intergenéricas. Lastécnicas más adecuadas serán aque-llas que permitan llegar a los fenóme-nos desde un punto de vista cualita-tivo” como los relatos de vida y lasentrevistas en profundidad que per-miten la recuperación por medio dela palabra de la memoria individualy colectiva, a través del “retorno delo biográfico”, teniendo como uno desus principales propósitos captar lossignos de las diversas construccionesconceptuales y de las interpretaciones e interacciones delos grupos humanos 6.Las experiencias vitales de los seres humanos pue-den ser narradas de múltiples maneras, pero la vida deun ser humano narrada en un relato testimonial suponeuna reconstrucción del contexto histórico. El “retorno”al que referimos tendría que ver, entonces, de acuerdoa lo que expresa F. Ferrarotti7, con un reconocimientoEl lenguaje aparEl lenguaje aparEl lenguaje aparEl lenguaje aparEl lenguaje aparece así,ece así,ece así,ece así,ece así,no sólo como un sistemano sólo como un sistemano sólo como un sistemano sólo como un sistemano sólo como un sistemade comunicación, sinode comunicación, sinode comunicación, sinode comunicación, sinode comunicación, sinotambién comotambién comotambién comotambién comotambién comoestrestrestrestrestructuructuructuructuructurante de unaante de unaante de unaante de unaante de unamanermanermanermanermanera peculiar dea peculiar dea peculiar dea peculiar dea peculiar decomprcomprcomprcomprcomprender yender yender yender yender yde prde prde prde prde pronononononunciar al mundounciar al mundounciar al mundounciar al mundounciar al mundo.....
image/svg+xmlVoces Recobradas22de la crisis que atraviesa la historia como las otras cien-cias sociales en relación a las formas dominantes de con-cebir la producción de conocimiento; el autor alude a lasincronía de la nueva época coral con la ampliación dela perspectiva “sobre la base del concepto de historiacomo vida histórica en un sentido pleno, polisémico ypolimórfico”.Passerini8señala que las fuentes orales ponen al in-vestigador en contacto con la subjetividad del hablante,por ello estas fuentes no son objetivas; son fuentes muyparticulares porque hablan y se relacionan con el inves-tigador intersubjetivamente.El testimonio oral pone en evidencia la emoción delnarrador, su participación en la historia y el modo enque la historia lo afectó9. El narrador que relata constru-ye y recrea representaciones e imágenes de sentido quehacen posible una nueva forma de aproximarse a la rea-lidad; la memoria es un activo proce-so de creación de significados que noes inmutable y se inserta en un con-texto de tiempo y lugar. Los cambioselaborados por la memoria eviden-cian el esfuerzo del narrador por dar-le sentido al pasado y una forma a susvidas y colocan a la entrevista y a lanarración en su contexto histórico10. Lacontextualización, como “necesariared de fondo” reposa sobre el carác-ter selectivo de la memoria y a la ne-cesidad de construir un marco am-biental, social y familiar “en el que eldato biográfico se inserte y respectoal cual reaccione”11.La entrevista es una forma espe-cífica de interacción social en la queel entrevistado es un actor de los su-cesos narrados, y la oralidad se tornafundamental pues es la autobiografíaque se dicta, la que se recoge y la queserá escrita por el entrevistador, la quepermitirá arribar a una nueva lectura de la realidad so-cial. La interacción da lugar a una serie de mediacionesentre entrevistado y entrevistador y hace posible -a tra-vés de la oralidad, de los gestos, de las expresiones, delas reiteraciones, de los silencios-, interpretar la realidady otorgarle sentido.La entrevista, como marco de elaboración teóricaconjunta, supone, además de la interacción referida, otrostipos de relaciones de acuerdo a lo que sostiene Grele 12:el que se refiere a la estructura lingüística, gramatical yliteraria de la entrevista que en la actualidad es objetodel análisis lingüístico formal; y el tipo o conjunto derelaciones que el autor considera como el de mayor rele-vancia para los historiadores, y que se refiere a dos rela-ciones que estarían contenidas en una, la que se da entreel informante y el historiador, y aquella entre el infor-mante y su propia conciencia histórica; vale decir que elentrevistado no habla solamente “para sí mismo y parael entrevistador, sino que también habla mediante elentrevistador para la comunidad más grande y su his-toria tal como la ve”. Grele afirma que a través de unalectura “sintomática” de la narrativa, atendiendo a estetipo de relación, se revelarían niveles ocultos del discur-so y se podría aislar y describir la problemática que in-forma la entrevista.“Es a nivel de esta problemática -el contexto teóri-co o ideológico dentro del cual se encuentran palabras yfrases y la presencia o ausencia de ciertos problemas yconceptos- que hallamos la síntesis de todas las diversasrelaciones estructurales de la entrevista, así como la par-ticular relación del individuo con su visión de la histo-ria”13.En esta perspectiva, el autor citado estima que laentrevista es un elemento crucial puesallí emerge, del pensamiento de unmiembro de la cultura en el que se estáinteresado, la idea de la historia y surelación con la visión mítica y la ideo-logía con el propósito de captar laproblemática más profunda del entre-vistado. La visión mítica no es con-trapuesta a la visión histórica, puesambas existen en “tensión dialéctica”en las diferentes sociedades y, a tra-vés de combinaciones e interaccionesgeneran una variedad de visiones his-tóricas.En cuanto a la ideología, Grelela conceptúa como estructurante dela conciencia de los individuos y delas concepciones de sus relaciones conlas condiciones de la existencia, y eslo que conduce las acciones y las prác-ticas a través de una diversidad deaparatos tales como la familia, la igle-sia, los sindicatos, los sistemas de co-municación, comprendiendo también los modos de con-ducta y de comportamiento. La ideología aparece de estamanera como fundamental para la comprensión de ladinámica de la cultura y de las pautas de conducta apren-dida. Para entender el funcionamiento de la ideologíaes crucial el concepto de hegemonía que toma deGramsci14. Grele piensa que con una amplia definiciónde ideología, una correcta comprensión de la teoría dela hegemonía, y de los roles que se cumplen a través dela visión del cambio histórico en el desarrollo de la ideo-logía, “el historiador oral debería poder sintetizar susanálisis de los tres conjuntos de relaciones contenidasen la entrevista, porque la estructura socio o para-lin-güística, las pautas de conducta y la teoría de la historiaestán todas unidas dentro del concepto de ideología”.En el campo de los estudios sociales y en este estu-Cuando se alude alCuando se alude alCuando se alude alCuando se alude alCuando se alude algénergénergénergénergénero como catego como catego como catego como catego como categoríaoríaoríaoríaoríase hace mención a unase hace mención a unase hace mención a unase hace mención a unase hace mención a unaimagimagimagimagimagen intelectual,en intelectual,en intelectual,en intelectual,en intelectual, a a a a auna funa funa funa funa forma de considerorma de considerorma de considerorma de considerorma de considerararararary estudiar a las perso-y estudiar a las perso-y estudiar a las perso-y estudiar a las perso-y estudiar a las perso-nas,nas,nas,nas,nas, a una her a una her a una her a una her a una herrrrrramientaamientaamientaamientaamientaanalítica que aanalítica que aanalítica que aanalítica que aanalítica que ayuda ayuda ayuda ayuda ayuda adescubrdescubrdescubrdescubrdescubrir zir zir zir zir zonasonasonasonasonasolvidadas;olvidadas;olvidadas;olvidadas;olvidadas; es una f es una f es una f es una f es una formaormaormaormaormaconceptual de análisisconceptual de análisisconceptual de análisisconceptual de análisisconceptual de análisissocio-cultursocio-cultursocio-cultursocio-cultursocio-cultural.al.al.al.al.
image/svg+xmlVoces Recobradas23dio concreto que proponemos, creemos que además delempleo de métodos cualitativos, es posible el uso de otrosmétodos como una estrategia investigativa de conver-gencia metodológica. La combinación de metodologíasen el estudio de un mismo fenómeno es lo que se conocecomo triangulación. La triangulación es un vehículo queposibilita la “validación cruzada cuando dos o más mé-todos distintos resultan congruentes y proporcionandatos comparables”15. Jick señala que a través de latriangulación es posible lograr un más complejo,holístico y contextual retrato de la unidad bajo estudio,pues junto a los métodos cualitativos en particular alhacer surgir datos y sugerir conclusiones, hace posibleque elementos del contexto sean iluminados; así latriangulación puede ser empleada no sólo para exami-nar el mismo fenómeno desde diferentes perspectivas,sino que hace posible enriquecer nuestra comprensiónal permitir la emergencia de nuevas y más profundasdimensiones 16.GÉNERGÉNERGÉNERGÉNERGÉNERO O O O O Y CONDICIÓNY CONDICIÓNY CONDICIÓNY CONDICIÓNY CONDICIÓNSOCIAL DE LAS MUJERESSOCIAL DE LAS MUJERESSOCIAL DE LAS MUJERESSOCIAL DE LAS MUJERESSOCIAL DE LAS MUJERESG. Bock17sostiene que la necesidad de encontrar cau-sas que hicieran explícitas la condición de las mujeresen diferentes sociedades y la persistencia de las desigual-dades entre los sexos, requería de un concepto totaliza-dor. El género aparece así como una categoría funda-mental de la realidad social, cultural e histórica, y de lapercepción y el estudio de dicha realidad. Uno de losmotivos fundamentales de la introducción del términogénero en este sentido amplio y de su rápida difusiónreemplazando a la palabra sexo, ha sido el hecho de quetanto la cuestión de la mujer, la historia de las mujeres ylos estudios de la mujer, no quedaran reducidos al sexocomo sinónimo de sexualidad, sino que debían abarcarlos diferentes ámbitos de la sociedad, incluyendo suspropias estructuras.Cuando se alude al género como categoría se hacemención a una imagen intelectual, a una forma de con-siderar y estudiar a las personas, a una herramienta ana-lítica que ayuda a descubrir zonas olvidadas; es una for-ma conceptual de análisis socio-cultural que desafía laceguera que los estudios históricos han evidenciado enrelación al sexo.Los roles femenino y masculino son construccionesculturales, modelos para afianzar y reproducir los pa-peles de mujeres y varones. El género es entonces unaherramienta útil para analizar las relaciones sociales queson, necesariamente, relaciones de poder. El carácterrelacional que incluye el concepto género supone quelas mujeres y los varones son definidos uno en relacióncon el otro y no se puede comprender a ninguno estu-diándolos separadamente; se debe tender a compren-der los diferentes niveles de los roles sexuales en larealidad social para encontrar el sentido que tienen yla manera en que funcionan para mantener el ordensocial o para promover el cambio. Pero el género noes tan sólo un concepto relacional y de equivalencia,no supone una relación cerrada de subordinación, sinoque es mejor entenderlo como “una intersección pro-blemática, contextualmente definida y repetidamen-te construida”. Esto hará posible repensar la sociedaddesde una perspectiva más equitativa para varones ymujeres, en distintas posiciones y dimensiones de lavida social.Nuestra sociedad, signada por un profundopatriarcalismo18, considera a las personas de sexo mas-culino como eje referencial de la estructuración y orga-nización sociales. La actitud de desigualdad valorativahacia las mujeres se fundamenta en prejuicios que pre-disponen a actitudes injustas y anacrónicas por parte dela sociedad en su conjunto. Las mujeres son parte y par-ticipan del sistema, dado que las relaciones de subordi-nación están subsumidas en la organización más vastaque es la sociedad misma. La asimetría fundamental degénero está presente en nuestra sociedad y se manifies-ta en los distintos niveles de la cotidianeidad.El orden social de representaciones en torno al gé-nero ofrece a la mujer una imagen de sí misma que, enrealidad responde, a un patrón ideado por los varones-que controlan la producción simbólica-, construyéndo-se estereotipos19que asignan a la mujer adjudicacionessociales y culturales que pautan y norman sus conduc-tas de acuerdo con los dictados de su género. Los fun-damentos ideológicos de la desigualdad genérica -mu-chas veces no asumida ni siquiera por las propias muje-res- operan en la construcción de la imagen de la mujerque la sociedad quiere.Las mujeres, como señala Mizrahi, son, por un lado,víctimas de una cultura portadora de una ética sacrificalque ataca y margina lo diferente; y por otro, sonsostenedoras, continuadoras y multiplicadoras de unsistema de opresión, porque ellas responden al manda-to de obediencia, al de sumisión, al de pasividad, al desecundariedad. Las mujeres son parte del sistema, por-que el sistema otorga identidad y legitimidad; la idea deperder, en esta sociedad, el consenso se vive de maneradramática porque significa la pérdida de la legitimidad,del lugar social, del reconocimiento, y esto es vivido porlas mujeres en términos de angustia20.“La escala de valoración social... la crea el hombredominante, el hombre con poder, y apoyada en su sexo,en la pura biología, la hace extensiva a toda la masculi-nidad, a todos los hombres. Todas las mujeres... se venafectadas por dicha escala de valoración social que, enprimer lugar, las inferioriza incluso a través de las para-dójicas formas del endiosamiento o del halago... y ensegundo lugar, crea las “reglas del juego”. Reglas del
image/svg+xmlVoces Recobradas24juego que siendo masculinas, sin embargo, se universa-lizan, se imponen como tales, a todos los dominados, ycon singular fuerza a las mujeres.”21El hecho de que persista el desequilibrio entre va-rones y mujeres tiene que ver con la asignación de exce-dente de valoración invertido en los varones que los dotade autoridad masculina, autoridad que tiene la aparien-cia de humana.Anna G. Jónasdóttir sostiene que, “a pesar de con-tar con una política pública bien intencionada y activapara conseguir la igualdad entre los sexos, en las socie-dades occidentales actuales todavía persiste el desequi-librio entre hombres y mujeres, y es muy probable quehaya aumentado en ciertas esferas. ¿Cómo y por quépersiste el patriarcado occidental actualmente?... Los quese encuentran son... las mujeres como seres sexuales ylos hombres como autoridades personales... Los hom-bres constituyen la especie con valor efectivo... El exce-dente de valoración invertido en los hombres los dotade autoridad masculina... y esta autoridad tiene la apa-riencia de no ser masculina, sino humana en general ygenerada exclusivamente de los méritos logrados de for-ma individual...Las estrategias feministas para el cam-bio deben construirse sobre el análisis de los interesesde las mujeres, en vez de sobre la complementariedadde géneros, que tiende a infravalorar las relaciones depoder implicadas...”22Siguiendo con lo que venimos diciendo, es impor-tante señalar lo que Carole Pateman sostiene en relaciónal “dominio paternalista”; citando a Gerda Lerner, la au-tora afirma que el dominio paternalista es una formamitigada de dominio regida por derechos y obligacio-nes mutuas. La dominación paternalista adquiere la for-ma típica del intercambio de obediencia por protección;el lenguaje del paternalismo refuerza el modelo tradi-cional patriarcal del orden político. En el paternalismolos actos se dan entre “adultos que consienten”23.PRPRPRPRPRODUCCIÓN-ODUCCIÓN-ODUCCIÓN-ODUCCIÓN-ODUCCIÓN-REPRREPRREPRREPRREPRODUCCIÓNODUCCIÓNODUCCIÓNODUCCIÓNODUCCIÓNEN LA CUENCEN LA CUENCEN LA CUENCEN LA CUENCEN LA CUENCAAAAADE DE DE DE DE TTTTTAPIA-TRANCAPIA-TRANCAPIA-TRANCAPIA-TRANCAPIA-TRANCASASASASASa.- PRODUCCIÓN, TRABAJO FEMENINOY ORGANIZACIÓN DE LA FAMILIAA diferencia del conjunto de la provincia deTucumán y del resto de la Argentina, en la Cuenca deTapia-Trancas, hay mayor número de varones. En losaños ’80 existían en Trancas 5.362 mujeres y 5.908 varo-nes. Tal tendencia se fortaleció en la última década. En1991 había 5.654 mujeres y 6.323 varones, es decir que elíndice de masculinidad ascendía a 111,8324.La Cuenca presenta un paisaje social masculinizadoque puede ser vinculado con las actividadesagropecuarias. Los varones, por ejemplo, son los encar-gados de la “yerra” del ganado. Los jinetes ataviadoscon su típica indumentaria son los encargados del arreode los vacunos desde los cerros y montes hasta las es-tancias para la marca, la descornada, la vacunación y layerra. En esta actividad, las mujeres no tienen participa-ción alguna pues, hasta las tareas consideradas “natu-ralmente” femeninas como cocinar, la realizan los varo-nes. La presencia femenina en la yerra se limita a ser lade un espectador más.A partir del estudio de casos concretos, de las estra-tegias de vida y de reproducción que se implementanen los distintos hogares, de acuerdo a las diversas situa-ciones vitales en que se encuentran, podemos aproxi-marnos al conocimiento de la familia y de su organiza-ción en esta área:“... Yo nací en Rodeo Viejo, subiendo por los cerros,de ahí a los seis años mi mamá me trajo a San Pedro, ellavendía cosas, choclos ... yo tenía nueve años cuandomurió mi papá ... con mis hermanos la ayudábamos entodo a mi mamá ... vendíamos de todo, verduras, que-sos ... Yo fui a la escuela hasta cuarto grado ... había quetrabajar. Mi mamá se volvió a casar y tuvo otros hijos ...a los trece años me fui a trabajar a la ciudad en una casade familia, ahí trabajaba mucho y me pagaban poco ...pero yo me “avivé”, hice la valija y les dije que me pa-guen y me fui, allí estuve hasta los quince ... Entre losdieciséis a los diecinueve trabajé con una familia muybuena, me querían mucho y querían que me vaya conellos a vivir a Córdoba ... pero yo me casé con Juan C., élera del cerro ...Qué pena que no me fui! ... con Juan te-níamos un quiosco y vendíamos empanadas, pan ... bah!de todo, pero cuando fue Delegado el “gordo” A. nossacó del lugar ... así que nos fuimos a vivir a Chulca conmi mamá ... yo salía todos los días, yo hacía mi negocioy el de mi mamá, porque ella ya no podía caminar ... aveces, yo no tenía para vender pero sólo salía a hacer elnegocio de mi mamá. La verdad que mi vida fue un“remo” ... muy sacrificada. Tengo nueve hijos Ud. sabe,los hijos vienen nomás, con el penúltimo casi me muero,me tuvieron mucho tiempo en el hospital, pero aquí es-toy. La mayor es mi única hija mujer, la Lucía está casa-da, tiene dos hijitos y vive en Guiñazú, Córdoba. Se tuvoque ir porque el marido no quería trabajar con el padreen el campo, ellos son de la Villa de Trancas; con noso-tros él tampoco quería trabajar. Bueno, lo que pasa esque no le gusta el trabajo del campo. El muchacho eschofer y allá en Córdoba trabaja como repartidor mane-jando un camión de una embotelladora de gaseosa; cuan-do vivía en Trancas era camionero, pero se quedó sin eltrabajo y se tuvo que ir. A mi hija tampoco le gustabamucho vivir con los suegros, son medio “jodidos”; peroen Córdoba andan más o menos, mi hija hace tortillas alrescoldo y dulces para vender, yo les mando cuando
image/svg+xmlVoces Recobradas25puedo algo de plata y ropa para los chiquitos. En el ve-rano, la Lucía viene a pasar unos días con nosotros, ellame ayuda con las tareas de casa y a cuidar a sus herma-nos, cuando era soltera mi hija me colaboraba en todo...es una pena que no esté conmigo.Menos uno, todos mis hijos varones viven con no-sotros. Manuel, el mayor, estudió para mecánico, perocomo no puede poner su taller, antes que trabajar paraotro prefiere trabajar con la familia. El Negro se ha ido ala Marina, está en el sur y siempre me escribe y cuandotiene franco viene y trabaja con el padre; también nostrae algo de plata porque a él le pagan. Al Jorge no legusta el campo, así que además de ir a la secundaria, sela “rebusca” como lavacopas o trabaja en cualquier cosaen el pueblo y lo que gana lo entrega en la casa y algo sequeda él; pero cuando se lo necesita para la cosecha tra-baja en la finca con el padre y los hermanos. Los “otritos”van a la escuela y cuando pueden ayudan en el campo.Luis está muy rebelde y como no quiere trabajar con loshermanos, éstos lo retan y le pegan y el padre le diceque no debe ser hijo de él porque sa-lió vago... tampoco me lo quiere estu-diar, pero yo lo mismo lo mando a laescuela y le digo que es lo único queuno le puede dejar. Ceferino, que esel séptimo varón, es ahijado del pre-sidente ... Alfonsín era entoncespresidente, pero nunca tuvimos nin-guna ayuda como dicen que dan.Mi marido y los chicos trabajanla tierra del “dotor” A.B., con él arre-glamos a “porcentaje” de lo que sa-camos, él pone la tierra y nosotros eltrabajo, por eso la mayor parte es paranosotros. También hemos arrendadola tierra de “Miquicho” y ahí tambiénsembramos. Hemos puesto poroto. Si todo anda bien,va haber “platita”... también plantamos hortalizas paracomer y vender. Yo tengo mi casa propia y unas cuantashectáreas cerca de la Villa de San Pedro ... ahí tambiénplantamos poroto.Juan y los chicos grandes viven en el Sauzal queestá como a 8 Km, y la otra tierra arrendada está en LasTipas... para ahí todos los días van los chicos a controlarque no roben ni hagan daño, aquí la gente es “dañina” yamiga de lo ajeno, no hay que descuidarse. Mi marido ylos chicos trabajan la tierra... se la pasan en el “cerco”.Juan dirige todo el trabajo; yo voy los fines de semana alavar la ropa y a cocinarles, o si no vienen ellos. Comoen el Sauzal no hay luz ni agua corriente se vienen aveces por las noches para aquí, sobre todo en el inviernoque es tan frío.Durante la semana, mando a los más chicos a laescuela, me ocupo de que hagan bien los deberes y no sehagan la “yuta”. Yo les cocino ... uso leña porque es másbarato, aunque tengo la cocina con gas de garrafa. Yome ocupo de vender ... salgo a vender arvejas, lechuga,choclo, zapallos, depende de la temporada y lo que“aiga” y salgo con el sulky a vender. Por ahí, cuandocarneamos un ternero o un chancho, vendo carne tam-bién. Tengo algunas casas de veraneantes para limpiar,siempre hay que buscar unos “pesitos”. Yo me doy tiem-po para todo. Ayudo, a veces en la cocina de la escuela yen lo que se necesite ahí. Además soy de la cooperadoradel colegio secundario. También ayudo para las eleccio-nes, yo “soy” del “dotor” B. y de “Yemita” que sonperonistas y lo quieren al pueblo. Cuando hay reunio-nes por algún problema del pueblo siempre estoy pre-sente y opino, yo no me callo, digo las cosas como sonnomás, para eso tengo boca.En el verano, en Semana Santa, en las vacacionesde invierno, o en los fines de semana largos alquilo ca-ballos. Yo me encargo de comprar el ganado porque Juansólo sabe “burrear” en el campo, él no sabe de comercio.Cuando necesito monturas, frenos, peleros, y no tengoplata, hago cambios con la gente del cerro por animales,ya sean chanchos, gallinas o carne, osemillas. Como el Manuel ya estágrande, él se encarga de vender el po-roto o el maíz en Trancas, él ya sabepelearle el precio a los intermediarios.A veces yo voy a vender junto con Ma-nuel. Antes iba yo sola. También meencargo de comprar las semillas parasembrar.A veces me canso, y Juan con esecarácter, es tan “parco”, nunca leshace una caricia a los chicos, siempretan torpe, tan bruto. Ya está viejo, tie-ne 66 años ya ... bueno siempre fueasí, porque él se crió sin cariño. Noquiere que los chicos salgan y se di-viertan, no les quiere dar plata; pero yo le digo que si loschicos trabajan hay que darles para sus gastos. Aunqueahora con el Manuel más grande ya no se hace “el ton-to”. Manuel les compró un televisor color para los her-manos. Ahora ya no me grita ni pelea tanto como antes,porque los chicos no lo dejan. Además siempre andaenfermo, no quedó bien desde el accidente del año pa-sado, y eso no le gusta, lo pone mal, pero ya es viejo. Elaño pasado lo tiró un caballo, se “quebró” en varias par-tes y estuvo varios meses en el hospital ... si no fuera porel “dotor” B no sé que haríamos, nosotros no tenemosobra social, así que cuando hay problemas de enferme-dad yo recurro al “dotor”, él me soluciona todo. Juan aveces toma mucho, pero antes tomaba más. A mi mari-do no le gusta mucho que salga, él tiene celos ... mire aesta edad sigue con los celos ... antes también me mal-trataba ... pero ahora sólo grita y está siempre de malhumor ... pero si yo no salgo no se vende, así que aun-que a Juan no le guste yo ando en la calle, porque comoyo digo para conseguir las cosas hay que moverse.”«A mi mar«A mi mar«A mi mar«A mi mar«A mi marido no leido no leido no leido no leido no legusta mucho que salggusta mucho que salggusta mucho que salggusta mucho que salggusta mucho que salga,a,a,a,a,él tiene celos...él tiene celos...él tiene celos...él tiene celos...él tiene celos...mirmirmirmirmire a esta edad siguee a esta edad siguee a esta edad siguee a esta edad siguee a esta edad siguecon los celos...con los celos...con los celos...con los celos...con los celos...antes también meantes también meantes también meantes también meantes también memaltrmaltrmaltrmaltrmaltrataba.»ataba.»ataba.»ataba.»ataba.»
image/svg+xmlVoces Recobradas26En este relato Robita C., 49 años, residente en SanPedro de Colalao, nos brinda un testimonio de vida quenos permite analizar el rol de la mujer dentro de la orga-nización de la familia.Entendemos por familia a “una organización social,un microcosmos de relaciones de producción, de repro-ducción y de distribución, con una estructura de podery con fuertes componentes ideológicos y afectivos quecementan esa organización y ayudan a su persistencia yreproducción, pero donde también hay bases estructu-rales de conflicto y lucha”25.En este mundo rural la unidad familiar busca ase-gurar su reproducción biológica, social y cultural, en unainteracción con los contextos económico, tecnológico,ecológico, simbólico, ideológico y político. En un marcosocioeconómico global signado por la crisis, la familiacomo unidad doméstico-productiva presenta una estruc-tura de tipo nuclear, en una etapa del ciclo vital de nú-cleo completo, es decir con la presencia de ambos cón-yuges, con una madre menor de cincuenta años, con unahija casada y un hijo fuera del hogar, con otros hijos va-rones potencialmente aptos para el matrimonio o la mi-gración y con una división del trabajo entre géneros ygeneraciones. La familia tiene un jefe varón adulto quese hace cargo de la organización de la actividad de losintegrantes del grupo y mantiene el rol tradicional deproveedor; en tanto le corresponden a la mujer las ta-reas reproductivas unidas con las productivas. Los hijosparticipan activamente en la producción de las unida-des agrícolas y comienzan a trabajar desde muy jóve-nes. Los ingresos se componen de una suma de recur-sos, los monetarios obtenidos por la comercialización delos productos agrícolas y ganaderos, por trabajoextrapredial y por el intercambio de productos o true-que. La mayor parte de los ingresos está destinada a sol-ventar la reproducción del grupo familiar.Los miembros jóvenes de la familia están subordi-nados a la gestión y decisión del jefe del grupo en lastareas agrícolas, pues para que la unidad doméstico-productiva pueda funcionar es necesario contar con eltrabajo no remunerado de los miembros de la familia.En la asignación de tareas, las labores de la mujerresponden a la existencia de una división sexual del tra-bajo fundamentada en una asimetría de activida-des -aún cuando la mujer participa en las actividadeseconómicas- y en una asimetría de poder que evidenciael dominio de un sexo por otro. Al respecto, es intere-sante citar a Dorothy Smith, cuando sostiene que:“Entendemos la vida y el trabajo de la familia, y lasituación de poder entre marido y mujer, como produc-to de la organización de la familia y del orden económi-co y político del capitalismo. La relación entre lo internoy lo externo, entre la dimensión personal de los víncu-los... y las relaciones que constituyen organizaciones eco-nómicas y políticas, es la clave de la experiencia de lasmujeres de que lo personal es político en tanto implicaopresión. Detrás de las relaciones personales entre hom-bres y mujeres, en el contexto de la familia, hay un pro-ceso económico y político que proporciona las condicio-nes, las exigencias, las oportunidades, los poderes y de-bilidades, y en cuyos términos se da la interacción”26.El trabajo de la mujer aparece intensificado por lacantidad horas invertidas entre las tareas domésticas ylas actividades remuneradas o que implican ingresos sig-nificativos al presupuesto del grupo familiar. Muchasveces se considera al trabajo productivo de la mujer comouna extensión de los quehaceres domésticos o de su rolde madre o de servicio.La violencia -visible e invisible- contra la mujer seevidencia en el uso de la sexualidad, de su trabajo y enel maltrato por parte de su marido. La violencia domés-tica tiene diferentes manifestaciones que comprendenla agresión física, el maltrato emocional -que no es fácilde ser observado, pero que provoca daños psicológicos-y el abuso sexual que evidencia diferentes tipos de coer-ción, como mantener relaciones sexuales por conside-rarlo un “deber” de esposa, por temor a que el maridola abandone o por temor a la agresión física. En lacotidianeidad el patriarcado se manifiesta como unaexperiencia real en la que la relación dominio/subordi-nación convierte al más débil en víctima de la violencia;la violencia dentro de la familia tiene que ver con esarelación desigual de poder entre varón y mujer.La forma de participación de las mujeres fueradel ámbito doméstico se patentiza en su presencia enorganizaciones comunitarias de tipo escolar, comocooperadoras de las escuelas; vecinales, reuniones dela comunidad por problemas puntuales de salud, deprovisión de servicios elementales como el agua; o po-líticas, actuando como militantes o “punteras” de di-rigentes de partidos políticos. Esta forma de participa-ción de las mujeres se da, en algunos casos asumiendoresponsabilidades en cargos como en las cooperadorasde los establecimientos educativos; en otros asistien-do a reuniones y opinando acerca de las diversasproblemáticas.El INTA-Trancas se propone realizar un diag-nóstico de la participación de las mujeres de laCuenca en la producción agropecuaria con el pro-pósito de capacitarlas en lo vinculado a la toma dedecisiones. Los profesionales del INTA han perci-bido que los Grupos de Cambio Rural, que sonaproximadamente diez y que trabajan con técnicosdel Instituto, no están respondiendo a los objetivosplanteados en forma óptima; ello se debería al he-cho de que los grupos se han estructurado sin par-ticipación familiar y sin contar con la opinión de lamujer del jefe del grupo. Se percibe que para queeste proyecto pueda avanzar en sus logros es nece-sario que la mujer esté integrada a éste, pues lasmujeres tienen una activa participación en la pro-ducción del tambo.
image/svg+xmlVoces Recobradas27b.- ESTRATEGIAS REPRODUCTIVASY ROLES FAMILIARESEntendemos el concepto de reproducción comoabarcativo de tres niveles, la reproducción biológica,vinculada a la fecundidad; la reproducción cotidiana,referida al mantenimiento de la población mediante lastareas domésticas de subsistencia; y la reproducción so-cial, en relación a las tareas dirigidas al mantenimientodel sistema social27.L. Benería afirma que dados los avances tecnológi-cos actuales, sólo la reproducción biológica se relacionanecesariamente con las funciones reproductivas especí-ficas de la mujer. Sin embargo, la mayoría de las socie-dades ha asignado universalmente a la mujer dos as-pectos fundamentales de la reproducción de la fuerzade trabajo: el cuidado de los niños y el conjunto de acti-vidades vinculadas al mantenimiento de la familia. Estaasignación se deriva del control que se ejerce sobre lasactividades reproductivas de las mujeres, y sobre todosobre su sexualidad, lo que reduce su movilidad y hacedel hogar su centro primario de actividad. La autoraseñala asimismo, que la división del trabajo por sexo enla producción no doméstica tiende a reproducir jerar-quías sexuales existentes en la unidad doméstica y a crearmecanismos de subordinación para la mujer. Tal subor-dinación se ve reforzada con una estructura de la pro-ducción jerárquica y explotadora, como ocurre en la pro-ducción capitalista moderna.Al entender a la familia como sometida a transfor-maciones que responden a la dinámica de una econo-mía y a una sociedad en proceso de cambio, es posiblecomprender el rol de la mujer en la reproducción y laproducción, vale decir en vinculación con factores talescomo: el proceso de acumulación y el grado de penetra-ción capitalista en economías de subsistencia, laproletarización de la fuerza de trabajo y la integraciónde economías locales en mercados nacionales e interna-cionales.La actividad reproductiva de la familia aparececomo una tarea inherente a la mujer cualquiera sea sucondición y ámbito. En el medio rural la reproduccióntoma características particulares, vinculadas a la situa-ción de crisis del campo, por las distancias a los centrosde consumo, asistenciales y educativos; o, en algunoscasos, por la carencia de servicios básicos como el aguay la electricidad. Estos factores inciden negativamenteen las labores cotidianas del hogar haciéndolas más pe-sadas y con mayor insumo de tiempo.Las obligaciones domésticas de la mujer abarcanuna amplia gama de actividades:“En este lugar funcionaba un tambo, nosotros vivi-mos aquí desde hace ya muchos años... yo, mi marido ymis hijos... todos mis hijos ya son grandes y casi todoscasados o juntados y con hijos; algunos se han ido porun tiempo y después han vuelto. Una de las chicas vivíaen la ciudad (S. M. de Tucumán), con un policía que lagolpeaba siempre... ahora está con nosotros y con su hi-jita. La Norma, otra hija que tengo, vivía aquí con noso-tros, tiene un marido que aparece y desaparece; cadavez que aparece le “hace” un hijo... ella ahora está decasera en una finca cerquita nomás. Cuando eran chi-cas, a mis hijas las “crió” una señora de la ciudad, quelas hizo estudiar y ellas la ayudaban en la casa y a cui-dar a sus hijitos. Esta señora también nos ayudaba anosotros, nos compraba algunas cosas que necesitába-mos los otros chicos o yo.Con mi marido trabajamos siempre en el tambo,los dos nos encargábamos de las vacas, cuidándolas y élpreparando las pasturas para los animales. Es un traba-jo pesado que lleva todo el día. Él era el tambero y yo suayudante. Los dos nos ocupábamos del ordeñe. Hacemuchos tiempo se ordeñaba a mano, a veces a las vacasno les gustaba que yo las ordeñe ... no sé porqué sería ...pero yo las “maniaba” y lo mismo hacía el trabajo. Des-pués lo cosa se hizo más liviana cuando pusieron losordeñadores mecánicos. Se ordeñaba dos veces al día, alas 6 de la mañana y a las 7 de la tarde, verano e invier-no, sin domingos, sin descanso. Mis muchachos comen-zaron a ayudar cuando crecieron en todos los trabajos.Yo me ocupé siempre de las tareas de la casa, de lavar,de limpiar, de cocinar, de hacer el pan, los quesillos ylos quesos ... de todo. Mandé a los otros chicos a la es-cuela. Otras veces lavaba ropa para “afuera” para hacerunos pesos más.Hace como unos tres años que el tambo no funcio-na más, pero nosotros seguimos viviendo aquí ... el pa-trón, el dueño de la tierra, nos deja. Yo me estoy yendo ala ciudad a trabajar en alguna casa de gente conocidapara traer algo de plata ... vengo a veces los fines desemana. La situación se nos ha puesto “fiera” para no-sotros. Mi hijo mayor se ha ido a vivir con su familia a laciudad ... ahí algún trabajo encuentra ... casi ya no vie-nen porque no tienen para el boleto... Mi otra hija sequedó con el padre, con la “guagua” y mi hijo menorque va a la secundaria del pueblo y algunos trabajos hace.Ahora ella se tiene que ocupar de las tareas de casa. Mimarido ... el pobre, ya casi no puede hacer nada.”Este relato de una mujer-madre-ama de casa quevive en una propiedad que fue un tambo importante dela Cuenca evidencia la diversidad de tareas domésticasdestinadas al mantenimiento cotidiano de la familia quese suponen “naturalmente” femeninas. Tales tareas queimplican la subordinación del tiempo y atención de lamujer a las necesidades del grupo familiar conllevan,de acuerdo a la división sexual del trabajo, la responsa-bilidad “inherente” al género femenino de las prácticasdomésticas cercenando la autonomía personal de lasmujeres.De niñas, dos hijas fueron cedidas para ser “cria-das” por una mujer del ámbito urbano para que las hi-ciera estudiar, a cambio de tareas domésticas en su ho-gar. Estas niñas migraron a la ciudad ingresando tem-
image/svg+xmlVoces Recobradas28pranamente al mundo del trabajo doméstico, aunque pu-dieron acceder a la educación. La asunción de nuevos rolesy el abandono del hogar por necesidades económicas de-terminaron que estas niñas tempranamente asumieran ro-les adultos, pero con poca autonomía pues dependían de lapersona encargada de ellas. Las niñas dejaron de ser unacarga para sus padres convirtiéndose en realidad en ayu-das económicas importantes para el grupo, pues la patronaproveía de distinto tipos de elementos a la familia, comoalimentos, ropa, artefactos del hogar, además de dinero.A medida que los/as hijos/as conformaron sus pare-jas fueron a vivir al tambo -con autorización del patrón-junto con sus padres, y constituyeron un hogar con una es-tructura de tipo extenso o extendido, donde vivían los pa-dres, los hijos e hijas casados/as con sus respectivos cónyu-ges y con los niños.Este tipo de hogar incluía a más de un núcleo, siendoel principal el de ambos cónyuges más antiguos que esta-ban presentes, con una madre mayor de más de cincuentaaños, y la dirección de la familia la detentaba el padre. Lajerarquización, el grado de autonomía y las responsabilida-des dentro del grupo respondían a pautas de tipo genéricasy generacionales. Los hijos participaban de las tareas en eltambo y realizaban sus actividades de acuerdo a los man-datos del jefe de familia. Las hijas y las nueras compartíancon la madre las responsabilidades de la organización de ladomesticidad, en realidad la madre, cónyuge del jefe delgrupo, era quien asignaba la distribución de funciones parala ejecución de las diversas prácticas domésticas y quiendisponía las responsabilidades entre las mujeres disponi-bles de la casa para realizarlas.Al producirse el cierre de la actividad del tambo seoperó dentro de este hogar de tipo extenso con un jefe va-rón un proceso de desestructuración del grupo familiar. Lamadre se ha tenido que trasladar a la ciudad capital a em-plearse en tareas de tiempo completo vinculadas al serviciodoméstico a fin de generar un aporte económico que garan-tice la subsistencia de la familia. La hija mayor se fue delhogar con sus niños al obtener una ocupación también rela-cionada al servicio doméstico, pero sus ingresos están des-tinados a mantener su núcleo. Uno de los hijos ha migradocon su familia a la ciudad y desempeña empleos tempora-les y precarios, sus ingresos se orientan asimismo a mante-ner su núcleo. El hogar quedó conformado con el padre,una hija con su vástago y un hijo soltero que estudia y reali-za algunas tareas temporales para generar algún recurso.Las diversas estrategias que elaboran los integrantesde la familia aparecen como respuesta ante los cambios ope-rados, como consecuencia de una situación de crisis, en lacomposición de la unidad doméstica. Los motivos que de-terminan que la mujer casada migre son principalmenteeconómicos, entendiendo su salida como una proyecciónde su rol en el interior de la familia. Esta experienciamigratoria de la mujer tiene como propósito realizar activi-dades orientadas a la producción y reproducción de su gru-po familiar.De acuerdo a los resultados del Censo Nacional dePoblación y Vivienda 1991 para el Departamento de Tran-cas, los patrones de organización familiar siguen pautasdiferenciadas de acuerdo al sexo y edad del jefe de familia.Los hogares nucleares son los más numerosos y sus jefesson mayoritariamente varones, sobre todo en las edadesque oscilan entre los 25 a 64 años; de 64 años o más asciendeen este tipo de hogar el número de mujeres jefas.En los hogares extensos o extendidos, es mayor el nú-mero de jefas de familia, en relación a los nucleares. En estetipo de organización de la familia los lazos de parentescoconforman un complejo sistema de relaciones en perma-nente proceso de estructuración y desestructuración vincu-lado a las necesidades propias de la organización de la do-mesticidad.La estructura jerárquica en relación a los géneros, cuan-do la mujer es jefa, no es rígida y se evidencia una tendenciahacia la participación y el consenso entre los integrantes dela familia. Se respetan los criterios generacionales en la asun-ción de los roles jerárquicos.En relación al nivel educativo de las mujeres entrevis-tadas en este estudio, cuyas edades oscilan entre los 35 a 60años, encontramos mujeres analfabetas que no pudieronconcurrir a la escuela porque cuando eran niñas o jóvenesno había establecimientos educativos cercanos, o no fuerona educarse porque tenían que trabajar y ayudar a la familia.Algunas mujeres aprendieron a leer, escribir y hacer cuen-tas, pero muchas cosas que les enseñaron se las olvidaron.Lo que aprendieron es para emplearlo en las actividadeseconómicas, para que no les “pasen el cuarto” cuando ne-gocian y para saber firmar y votar. Todas han coincididoque los hijos e hijas necesitan ir a la escuela, que es lo únicoque les pueden dejar como herencia y que la educación lesva a permitir acceder a otras posibilidades laborales. Se con-sidera el valor de la escuela como un bien en sí mismo y a laeducación como una solución para la movilidad social, puespermite a los individuos competir y participar librementeen la vida diaria.c.- PERSPECTIVAS SOCIALESEN EL ÁMBITO RURALLos cambios económicos, sociales y políticos impactande manera notable en las familias, en sus integrantes, y enlas interrelaciones tanto en el interior del hogar como con lasociedad. No obstante la institución familiar mantiene den-tro de sí definiciones tradicionales.En reiteradas oportunidades se ha hablado de laimplementación de estrategias para revertir la crisis queafronta, desde hace ya muchos años, el ámbito ruraltucumano. Esta crisis se manifiesta en el constantedespoblamiento, la situación de pobreza y de marginalidadque soportan los habitantes de estas áreas.La combinación de trabajos prediales, extrapredialesagrarios y urbanos sumados al rol que asume la mujer entales mecanismos de sobrevivencia, permiten mantener enfuncionamiento a la unidad doméstica y garantizar la re-
image/svg+xmlVoces Recobradas29producción de la familia. La mujer rural, en muchos casos,ha tenido que migrar a las ciudades en procura de trabajoen actividades vinculadas al servicio doméstico que no re-quiere calificación.Ante el avance de la migración de la población delcampo, no se visualizan aún políticas que se dirijan amodificar esa situación. Este estado de cosas incide par-ticularmente sobre los pequeños productores, que sonquienes erigen a diario su destino y el de su grupo fami-liar, como parte integrante de los agroecosistemas.Dentro de la Cuenca se han identificado los proble-mas que afrontan las familias de los pobladores rurales:el vinculado a la falta de una solución global de la te-nencia de tierras para quienes las habitan y trabajan, lapresencia de latifundios improductivos, la lenta expan-sión del área productiva por los problemas relaciona-dos a los recursos hídricos, la poca superficie de pasturasperennes, la ausencia de una tecnificación del tambogeneralizada, la baja productividad, los problemas decomercialización y competitividad de la plantapasteurizadora, la intermediación en la comercializaciónde granos, entre otros.Dentro de este marco, el Estado ha evidenciado unaausencia casi total de una política global para el ámbito ru-ral. Las propuestas que se realizan surgen de otros sectorescomo la Universidad de Tucumán a través de los Proyectosde Promoción Comunitaria y del UNIR, y de docentes uni-versitarios. Por otra parte, el INTA-Trancas tiene en ejecu-ción los proyectos Cambio Rural y PROCALE que estánsiendo evaluados y ajustados permanentemente. En gene-ral, las agencias del INTA de la provincia, han impulsadoesquemas de promoción agrícola e industrial interesantespara los agricultores y productores; algunos están en mar-cha, pero la mayoría terminan estrellándose contra las difi-cultades que implican el acceso a créditos bancarios28.En el espacio rural la dirección de la familia residemayormente en un miembro masculino, ya sea el esposo oel padre; la mujer aparece cubriendo este rol cuando el va-rón está ausente. El trabajo y los roles sexuales mantienensu tradicional división, aunque en la realidad esa diferen-ciación no es tan clara pues los trabajos domésticos y el tra-bajo extrapredial están presentes en la experiencia cotidia-na de las mujeres. En relación a lo que decimos, Beneríaseñala que al aparecer la mujer como una trabajadora se-cundaria en el área de la producción social, se convierte enuna reserva de fuerza de trabajo flexible, por otra parte, suparticipación en la producción no-doméstica se ve forzadapor una división sexual del trabajo que a la vez que repro-duce su subordinación la refuerza, estando restringida esaparticipación por las exigencias de su concentración prima-ria en la reproducción29.Lourdes Benería afirma que la división del trabajo porsexo en la producción no doméstica tiende a reproducir je-rarquías sexuales existentes en la unidad doméstica y a crearmecanismos de subordinación para la mujer. Tal subordi-nación se ve reforzada con una estructura de la producciónjerárquica y explotadora, como ocurre en la producción ca-pitalista moderna30.Al entender a la familia como sometida a transforma-ciones que responden a la dinámica de una economía y auna sociedad en proceso de cambio, es posible comprenderel rol de la mujer en la reproducción y la producción, valedecir en vinculación con factores tales como: el proceso deacumulación y el grado de penetración capitalista en eco-nomías de subsistencia, la proletarización de la fuerza detrabajo y la integración de economías locales en mercadosnacionales e internacionales.En muchos casos, el control masculino se garantiza através de diversas estrategias donde la violencia hacia lamujer constituye un recurso usual. La violencia -visible einvisible- contra la mujer se evidencia en el uso de su sexua-lidad, de su trabajo y en el maltrato por parte de su marido.La violencia doméstica tiene diferentes manifestaciones quecomprenden la agresión física, el maltrato emocional -queno es fácil de ser observado, pero que provoca daños psico-lógicos-, y el abuso sexual que evidencia diferentes tipos decoerción, como mantener relaciones sexuales por conside-rarlo un “deber” de esposa, por temor a que el marido laabandone o por temor a la agresión física. En la cotidianeidadel patriarcado se manifiesta como una experiencia real en laque la relación dominio/subordinación convierte al másdébil en víctima de la violencia; la violencia dentro de lafamilia tiene que ver con esa relación desigual de poderentre varón y mujer.Fenómenos tales como el creciente aumento de mu-jeres que participan en trabajos extradomésticos -que lahan convertido en una aportante importante al ingresofamiliar- así como el incremento de las mujeres jefas dehogar, han comenzado a generar cambios en las repre-sentaciones sociales, y por ello a trastocar los patronesculturales, de forma tal que puedan comenzar a desa-rrollarse identidades de género femenino más allá delos tradicionales roles de madre y esposa.Como contrapartida, se observa la permanencia deuna ideología familista31tanto al interior del hogar comoen la sociedad, por la cual a nivel de valores, creencias eideología se adscribe al tipo ideal tradicional de familia.Tanto el horizonte simbólico como el imaginario colec-tivo están teñidos por esa definición ideal de la familia.“La ideología del familismo mistifica la posiciónde hombres y mujeres en la familia, haciendo ver eltrabajo reproductivo y doméstico de la mujer comoalgo natural y encubriendo el uso que la familia y so-ciedad hace del mismo ... El familismo reduce la fa-milia a la esfera privada y la convierte en refugio ydefensa para el individuo en relación al mundo exte-rior. La desmistificación de esta realidad permite verla familia como un sistema de luchas y conflicto, don-de las relaciones de poder moldean la experiencia in-dividual y colectiva, y donde la violencia intrafamiliary las asimetrías de poder permean las relaciones depareja y de los grupos etarios” 32.
image/svg+xmlVoces Recobradas301. Smith, Dorothy. 1985. « Mujer, clase y familia». En Bersteyn, V. ySmith, D.Women, Class and The State.2. Samuel, Ralph. 1991 En Schwarzstein, Dora. La historia oral.C.E.A.L. Buenos Aires.3. Guerrero García, Clara Inés. 1996. “Etnoeducación en Palenque:una propuesta pedagógica para la identidad”. En Las Raíces de lamemoria. América Latina, ayer y hoy. Quinto Encuentro Debate.Universitat de Barcelona.4. Berger, Peter y Thomas Luckman. 1991. La construcción social de larealidad. Buenos Aires, Amorrortu. p.39.5. Vasillachis, Irene. 1992. Métodos cualitativos I. Los problemas teóri-co-epistemológicos. Buenos Aires, C.E.A.L.6. Cf. Ferrarotti, Franco. 1990. La Historia y lo cotidiano. Buenos Ai-res, CEAL.; Schwartzstein, Dora (ed) La historia oral. Buenos Aires,C.E.A.L., 1991; Forni, Floreal et. al. Métodos cualitativos II. La prácti-ca de la investigación. Buenos Aires, C.E.A.L., 1992; Habichayn, Hilda.Rosario, 1994. Algunas consideraciones acerca de la teoría del gé-nero.7. Ferrarotti, Franco. 1990. Op.cit.pp.100-101.8. Passerini, Luisa. 1991. Ideología del trabajo y actitudes de la clasetrabajadora hacia el fascismo. En Schwarzstein, Dora,Op.cit. p.142.9. Portelli, Alessandro, 1991. Lo que hace diferente a la historia oral. EnSchwarzstein, Dora. Op.cit.p.40.10. Portelli, A. 1991. Op.cit. p.45.11. Ferrarrotti, F.1990. Op.cit.p.31.12. Grele, Ronald J. 1991. Movimiento sin meta: Problema metodológicoy teórico en la historia oral. En Schwarzstein, Dora, Op.cit.p.128.13. Grele, R.J. 1991. Op.cit.p.131.14. Hegemonía es «la lealtad espontánea que cualquier grupo socialdominante obtiene de las masas en virtud de su prestigio intelec-tual y su función supuestamente superior en el mundo de la pro-ducción» (Antonio Gramsci), Cit. por Grele, R. J. 1991. Op.cit.15. Jick, Tobd D. 1979. «Mezclando Métodos Cualitativos y Cuanti-tativos: Triangulación en Acción». En Administative ScienceQuarteley. Vol. 24.16. Cf. Jick, Tobd D. 1979. Op.cit.17. Bock, Gisela. 1991. «Historia de las Mujeres y la historia delgénero: aspectos de un debate internacional.» Historia Social. Nº 9.Valencia.18. “El concepto de patriarcado nombra relaciones, sucesos, sufri-mientos, impotencia, represión, todo lo cual ocurre de diversosmodos en nuestra experiencia. Sí, se ejerce violencia sobre las mu-jeres. Existen los modos cotidianos en los cuales las mujeres com-prenden que no cuentan. Existen las prácticas comunes mediantelas cuales se hace uso, de la sexualidad y el trabajo de las mujeres.Lo que llamamos “patriarcado” es una experiencia real. Al exami-nar nuestras vinculaciones, las percibimos como resultado de lasformas en que se ha socializado a hombres y mujeres, en las rela-ciones de dominio-subordinación. Nos encontramos ... atrapadasen situaciones que no hemos escogido, ni estamos escogiendo, peroque son ineludibles, porque ... el patriarcado como ejercicio ideo-lógico ha buscado quitarnos un sentido de derechos, así como laseguridad interior que nos permitiría levantar nuestra voz y haceruso de ella ... la misma sociedad que aplasta directamente a lasmujeres, ha escrito libros y tratados, ha construído sistemas legalesy reglamentos, ha creado organizaciones y estructurado relacionesde trabajo, que sistemáticamente subordinan la mujer al hombre ytambién sistemáticamente nos ponen en relaciones tales que que-damos política y económicamente impotentes.” Smith, Dorothy.1985.Op.cit.19. “Los estereotipos actúan en dos niveles complementarios: el delas creencias y el de las actitudes. Las creencias son conviccionesque afectan sobre todo al tipo de conocimiento. Las actitudes sonvaloraciones que suponen una toma de postura frente a otros, porlo que ellas son las consecuencias sociales del estereotipo. Unas yotras se complementan y refuerzan, si bien es posible una modifi-cación de las creencias sin que por ello cambien las actitudes. Lamayor resistencia de éstas a ser modificadas las convierte en el nú-cleo básico del estereotipo ya que las creencias se reducen a ser suracionalización.” Ortega, Félix. 1994. El mito de la modernización. Lasparadojas del cambio social. Anthropos. Barcelona.20. Mizrahi, Liliana. 1993. “La educación de la mujer en esta socie-dad”. En Fainholc, Beatriz. La mujer y los medios de comunicaciónsocial. Humanitas. Bs. As.21. García de León, Ma. Antonia 1994. Op.cit.pp.47-48.22. Jónasdóttir, Anna G. 1993. El poder del amor. ¿Le importa el sexo ala democracia?Cátedra. Madrid.23. Cf. Pateman, Carole. 1995. El contrato sexual. Antrhopos.24. El índice de masculinidad indica la cantidad de varones cadacien mujeres. Se lo obtiene del cociente entre el número total devarones y mujeres multiplicado por cien.25. Jelín, Elizabeth. 1994. «Familia, crisis y después...» En Wainerman,Catalina (comp.) Vivir en Familia. Unicef-Losada26. Smith, Dorothy. 1985. Op.cit.27. Cf. Jelín, Elizabeth. 1994. Op.cit.28. Benería, Lourdes.1984. Op.cit.p.33.29. Cf. Benería, Lourdes.1984. Op.cit.30. Ibídem.31. “... dentro de los aportes críticos que el enfoque de género haceal análisis familiar, está distinguir entre la familia como una cons-trucción ideológica y la real experiencia de hombres y mujeres queviven en diferentes arreglos domésticos. El texto de Barret yMackintosh (1982)... habla de la ideología familista. Con este enfo-que es posible examinar el proceso mediante el cual -y las institu-ciones por medio de las cuales- la construcción ideológica de fami-lia se logra y mantiene, y la permanente interacción entre estas cons-trucciones y las experiencias reales ... este análisis permitedesmistificar la construcción de tipos ideales de familia y mostrarlas falacias de sus supuestos, y de esta manera entrar a explorar lasdiferencias reales tanto de género, como de edad y generación quese dan en las familias. Finalmente, permite entender que las dife-rencias no son solamente individuales sino también estructurales,y que los cambios no se resuelven simplemente a través de los indi-viduos, sino que requieren además variaciones fundamentales enla manera como las sociedades se organizan”. León, Magdalena.1994. Op.cit.p.37.32. León, Magdalena. 1994. Op.cit.NOTAS
image/svg+xmlVoces Recobradas31Mulherescampesinase o moundodo trabalhono noroeste daprovincia deTucuman(Rep. Argentina)Nos proponemos analisar o mundo dotrabalho das mulheres campesinas da Cuencade Tapin-Trancas no noroeste da provincia deTucumán, dentro do contexto da organizaçãoda familia utilizando o enfoque do género paraeste estudio. Partindo do conceito génerocomo conjunto complexo de relações eprocessos, uma realidade cultural tanto nopassado como no presente, intentamosdemonstrar que os papeis realizados pormulheres e homens neste ambito rural estãodesignados pelos modelos de compartamentosexual que a sociedade impõe e pela maneraem que estrutura suas relações de poder.Desde o âmbito cotidiano são analizadasas vinculações intergenéricas e inter-generacionais que se produzem dentro dafamília, fazendo visível as relações de poderentre seus membros, como trabalho damulher dentro e fora do lar, as estratégiasfamiliares e femininas frente as crises e oprotagonismo da mulher como produto daorganização da familia e da ordem económicae politica do capitalismo.Se realiza este estudo a partir demetodologias qualitativas. O objetivo érecuperar, por meio da palavra, a memoríadas mulheres campesinas do noroeste danossa provincia, através do ¨retornobiografico¨, tendo em conta como uno dospropósitos principais o de captar os indíciosdas diversas construções conceituais e nasinterpretações e interações dos gruposhumanos, partindo de novas formas derealizar estudios sociais, incorporando comoválidas outras fontes distintas das tradicionaiscomo, histórias/relatos de vida, testemunhose entrevistas não estruturadas e flexiveis.No uso de materiais biográficos, asdiversas etapas da investigação não seencontram separadas e nem descontínuas,mas que se entrelaçam permanentemente, jáque existe uma ligação inseparavél entre abiografía, a história e a sociedade.The Memoryand the Oral:Countrywomenand world ofwork in the northwestof the of the provinceof Tucuman(Republica Argentina)We intend to analyze the world of workof countrywomen of the Cuenca de Tapia-Trancas, in the Northwest of the Province ofTucumán, within the context of theorganization of the family, by using theapproach of gender in this study. Starting fromthe concept of gender as a complex ensem-ble of relationships and processes, a culturalreality in the past and in the present, we tryto demonstrate that the rôles achieved bywomen and men in this rural scope aremarked by the models of sexual behaviourthat society imposes and by the manner inwhich it constructs its power relationships.From everyday scope, ties betweengenders and between generations thatoperate within the family are analyzed, makingthe power relationships among its membersvisible, as well as the work of women at homeor outside, familiar and feminine strategiesfacing to crisis, the remarkable rôle of women,as a result of the family organization and ofthe economical and political order ofcapitalism.This study is made starting from qualitativemethodologies. The goal is to recuperate, bymeans of the word, the memory ofcountrywomen of the Northwest of ourProvince through the «return of thebiographic», and one of our main purposes isto detect the signs of the different concep-tual constructions and of the interpretationsand interactions of human groups, such as lifestories, accounts, testimonies and flexible andnot predetermined interviews.In the use of biographical material, thedifferent stages of the research are notseparated, they are not discontinuous stages,but they intermix permanently, because thereis an inseparable tie between biography,history and society.La Memoireet L’oral:Les femmespaysennes et lemonde du travail aunord-ouest de laprovince de Tucuman(Argentina)Nous nous proposons d’analyser le mon-de du travail des femmes paysennes de laCuenca de Tapia-Trancas, au Nord-ouest dela Province de Tucumán, dans le contexte del’organisation de la famille, et nous utilisonsl’optique du genre pour cette investigation. Apartir du concept de genre comme un ens-emble complexe de rapports et de processus- une réalité culturelle dans le passé et dansle présent - nous essayons de démontrer queles rôles accomplis par des femmes et deshommes dans le milieu rural sont marquéspar les modèles de comportement sexuel quela société impose et pour la façon destructurer ses relations de pouvoir.Dès le contour quotidien, on analyse lesliens entre les genres et entre les générationsqui agissent dans la famille, pour faire visiblesles rapports de pouvoir parmi ses membres;le travail de la femme à la maison et dehors;les stratégies féminines et de la famille faceaux crises; le rôle principal des femmes,comme produit de l’organisation de la familleet de l’ordre économique et politique ducapitalisme.On fait cet étude à partir deméthodologies qualitatives. L’objectif estrécupérer, au moyen de la parole, la mémoiredes femmes paysennes du Nord-ouest denotre Province, au travers du «retour de cequi est biographique», et un des principauxbuts est capter les signes des diversesconstructions conceptuelles et desinterprétations des groupes humains, à par-tir de nouvelles façons de faire des étudessocials et d’incorporer comme validesd’autres sources différentes destraditionnelles, c’est à dire, des histoires devie, des narrations, des témoignages et desentretiens sans structurer et flexibles.Quand on utilise les matériauxbiographiques, les diverses étapes del’investigation ne sont pas séparées, elles nesont pas discontinues: elles s’entremêlentd’une manière permanente, parce qu’il existeune liaison inséparable entre la biographie,l’histoire et la société.Voces Recobradas31