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Voces Recobradas
16
Autor
Carlos Ferrera
Historias de vida en la cárcel de Ezeiza
HISTORIAS
Voces Recobradas
16
Ilustración: Jorge Mallo
DE VIDA EN LA
CÁRCEL
DE EZEIZA
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Voces Recobradas
17
Cuando iniciamos el taller de Historia oral
en la U 31, lo planteamos como “Historias de
mi pueblo natal”, aprovechando las distintas rea-
lidades que se podían conocer en el ámbito de la
cárcel. La variedad de testimonios, con internas
de distintas nacionalidades o regiones del país,
nos alentó a utilizar el tema como disparador
para establecer un primer contacto.
En la primera entrevista, las talleristas pro-
pusieron que fuera Dora, una cubana de 25 años,
quien comenzara con su exposición. El primer
recuerdo que nos trajo tuvo que ver con su tierra
y con aquello que seguramente extrañaba dentro
del ámbito carcelario:
Dora:
Mi niñez, fue un momento que tuve a
mi mamá y a mi papá... aunque eran mis padres
adoptivos... Las navidades y las fiestas, fue lo
más lindo de mi niñez. Hasta que descubrí que
era adoptada y esos problemas... que hay. Y bue-
no, a los 10 años ya empecé a vi-
vir sola. La navidad era que se
juntaban las familias y vecinos de
poca familia. Se juntaban en la
calle, se juntaban las mesas de
una cierta cantidad de cuadras.
Se ponía toda la comida junta, se
compartía todo. Se bailaba...
Coord:
¿Era espontáneo?
Dora:
Sí. Ya era costumbre en
el barrio. Ya el día 23 se empeza-
ban a acomodar las guirnaldas...
y el día 24 se acomodaban las
cosas para hacer las fiestas. A
veces terminaban las fiestas en
Varadero, ya en la playa. Todos
empapados, todo eso. Lo lindo era el baile, la re-
unión. Tenías que hacer una comida, no tenías
algo, ibas y le decías a tu vecino, “mirá necesito
tal cosa, porque me falta”, entonces te daba. Vos
le dabas otra cosa que necesitaba otro... Esas co-
sas eran lindas.
En su testimonio aparecieron ele-
mentos que -aparentemente- tenían que
ver con la realidad política cubana, pero
que luego se reiterarían en casi todas las
historias de vida que conocimos en el
taller.
Dora:
Yo estuve acostumbrada. No es el he-
cho del hambre. Cuando hay alguien que te hace
notar que realmente hay hambre te dan ganas de
irte. Mientras, vos vivís tu vida, tu niñez, como
la vivió la otra gente. Aprendés a vivir en esa
vida que te da la gobernación. Para mí no fue fea.
Yo me acostumbré a ese estado de vida. Para mí
no fue pasar hambre. Con el tiempo me di cuen-
ta. Acá me di cuenta del hambre que estaban pa-
sando allá
. De las cosas que se nos prohibían y
que se nos quitaba y de lo que se nos permitía
hacer... Cuando yo acá hice todo lo que quise,
por eso terminé acá... hasta lo que se me prohi-
bía
...
Allá caer detenida por sacarle algo a al-
guien, nomás, era terrible. Era una tortura. Y acá
no.
Hoy en día para mí es una tortura por mis
chicos. Si yo no hubiese tenido chicos no hu-
biese sido tan malo. La hubiese pasado como
cualquier chica
... Pero allá es terrible. Acá me di
cuenta lo que era allá. Las prohibiciones. Había
que estar con un uniforme toda la mañana. Si no
era de trabajo, era de escuela. Y después a la tar-
de ponerte lo que quisieras. Tenían esas cosas que
te prohibían hacer... Pero uno de chico no se da
cuenta de eso. Uno se da cuenta
cuando uno está libre, como es-
tuve acá, de hacer lo que yo que-
ría. También te das cuenta del
hambre que pasabas vos y los
que estuvieron con vos...
Coord:
¿Qué otro tipo de li-
mitación veías?
Dora:
En las cosechas. Era
algo que... Nosotros no teníamos
que ir a trabajar, pero cuando
había demasiado trabajo o cuan-
do no daban las máquinas, se
nos exigía ir a trabajar. O hacer
un tipo colimba a los 9 años, que
era algo que no querías hacer,
como aprender a manejar un arma a los 9 años,
para defenderte, por si algún día pasaba algo en
el país. Para que no mueran tantos chicos, de-
cían...
Yo lo aceptaba como normal, yo qué sé... para
nosotros era lo normal. Había chicos de 10 años
que ya sabían disparar. Era para nuestra defen-
sa, decían. Porque en la primera revolución mu-
rieron muchos chicos.
Uno se da cuenta acá. Allá nosotros agarrá-
bamos un arma cuando acá agarran una muñe-
ca... Por ahí ahora me cargan porque veo
“Chiquititas...” o “Clarita...”. Porque me gusta-
ría vivir esas cosas y no pude...
Hay cosas lindas y cosas no tan lindas. Muy
lindo el país, pero muy trabajado de acá (la ca-
beza).
Cambió mucho. Hoy la prostitución se per-
«Uno se da cuenta acá.«Uno se da cuenta acá.
«Uno se da cuenta acá.«Uno se da cuenta acá.
«Uno se da cuenta acá.
Allá nosotrAllá nosotr
Allá nosotrAllá nosotr
Allá nosotr
os agos ag
os agos ag
os ag
arar
arar
ar
rába-rába-
rába-rába-
rába-
mos un arma cuandomos un arma cuando
mos un arma cuandomos un arma cuando
mos un arma cuando
acá agacá ag
acá agacá ag
acá ag
arar
arar
ar
rr
rr
r
an una muñe-an una muñe-
an una muñe-an una muñe-
an una muñe-
ca...ca...
ca...ca...
ca...
P P
P P
P
or ahí ahoror ahí ahor
or ahí ahoror ahí ahor
or ahí ahor
a mea me
a mea me
a me
carcar
carcar
car
gg
gg
g
an poran por
an poran por
an por
que vque v
que vque v
que v
eoeo
eoeo
eo
“Chiquitas...“Chiquitas...
“Chiquitas...“Chiquitas...
“Chiquitas...
””
””
”
o o
o o
o
“Clar“Clar
“Clar“Clar
“Clar
ita...ita...
ita...ita...
ita...
”.”.
”.”.
”.
P P
P P
P
oror
oror
or
que meque me
que meque me
que me
gustaría vigustaría vi
gustaría vigustaría vi
gustaría vi
vir esas cosasvir esas cosas
vir esas cosasvir esas cosas
vir esas cosas
y no pudey no pude
y no pudey no pude
y no pude
.».»
.».»
.»
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Voces Recobradas
18
mite en ciertos aspectos. Antes el hecho de ser
gay o ser prostituta se castigaba, ibas detenido.
Hoy en día podés ser prostituta. Si lo hacés bien,
que no te vean mucho, podés pasarlo. Igual que
ser gay. No se podía mostrar nada de eso, por-
que era una condena...
Yo tenía 17 años... para mí era normal. Yo
quería ir a un baile de turistas y le decía a mi
papá “yo quiero ir a bailar a tal lugar” y mi papá
sacaba plata de no sé donde y me daba. Porque
teníamos que pagar y pagar... y era mucha plata
para nosotros. Y por ahí una vez al mes me deja-
ba ir a bailar ahí, donde iban los turistas... Para
entrar al casino mismo teníamos que entrar por
atrás... Porque si entrabas por adelante te aga-
rraban y te tiraban en el barro... Porque si no te-
nías para gastar, ¿cómo ibas a gastar? Sabían que
no tenías un peso. Para entrar tenías que ir por
atrás y con las tretas... cualquiera, sirvo café, me
pongo un moño... cosas así.
Coord:
¿Y vos hacías esas
cosas?
Dora:
Y sí, yo hice de todo...
Hasta hacía camas... Pero era lin-
do. Para mí hacer esas cosas eran
lindas, hacer cosas que... claro,
yo decía qué cosas me pueden
hacer más que mandarme tres
días adentro. Hasta que conocí lo
que era adentro. Acá es tranqui-
lo. Es un lugar donde vos podés
hablar con ella, con ella... allá es
jodido.Una señora había estado presa allá. Ha-
bía estado cinco días. Y después estuvo acá y es-
tuvo como 19 meses. Y dijo que en 19 meses, lo
que ella pasó acá, ella lo pasó allá en cinco días.
Es feo, es feo estar adentro... Yo lo tomaba como
una broma, ¿qué me hacen cinco días? Y me man-
daba por cualquier lado, como todo chico...
Las prohibiciones durante la infan-
cia y la primera adolescencia fueron uno
de esos temas recurrentes. En todas las
historias surgieron comentarios sobre lí-
mites muy rígidos -generalmente im-
puestos por la familia- que dejaron mar-
cas en las vidas de las internas. Aquello
que en Dora aparecía como una “parti-
cularidad político cultural” formaba par-
te de la vida de todas, pero con otras ca-
racterísticas.
Roxana (27):
No sé qué contarles. No vivo
de los recuerdos. Prefiero vivir el presente y qui-
zás proyectar un futuro. No me gusta recordar.
Nací en Devoto. Tengo cuatro hermanos varones.
Nada en especial. Un lugar frío y adinerado. Sim-
plemente eso.
Coord:
¿Esa visión la tuviste siempre?
Roxana:
Sí. Y la sigo teniendo.
...A mí me criaron igual que a ella. Creo que
por el hecho de venir de familias disciplinadas.
Con padres con mucha autoridad. Es una familia
disciplinada. Pero yo, como comenté la otra vez,
soy la oveja negra. Lo conversaba con mi tera-
peuta, que me preguntaba si sabía lo que signifi-
caba “anormal”, que significa estar en contra de
las normas. Entonces soy totalmente anormal,
porque yo salgo fuera de las normas. Por lo me-
nos de las normas que me instalan determinado
tipo de personas. Lamentablemente tengo que
adecuarme a cierto tipo de normas, porque estoy
dentro de este lugar, si no me
dan un palazo y me rompen la
cabeza...
Viviana (25):
Yo hice una vida
rutinaria. Mi primera salida fue a
los 15 años, con mi mejor amiga.
Custodiada. Una vida muy distin-
ta a la de acá. Muy de campo. In-
cluso los boliches, distintos los ho-
rarios... Mucho control de los pa-
dres sobre los hijos. Yo viví con mi
madre hasta los 21 años y mi
mamá hasta los 21 años me pre-
guntaba adónde iba, adónde había ido... Una vida
muy distinta. Aparte me crié entre grandes...
Tengo tres hermanas, más chicas. Lo mismo
que me pasó a mí les está pasando a ellas aho-
ra... Pero no reniego de cómo me criaron. A pe-
sar que me criaron a la antigua me parece que
me criaron bien... A pesar de errores míos.
Era muy solitaria. De la forma en que me crió
mi mamá me daba miedo todo. Incluso ahora acá
me pasa lo mismo. Yo un ratito estoy, charlo con
las chicas, pero me gusta estar sola. Me gusta leer
mucho... Es como que sigo con mi mamá... Es
como que le temo mucho a la habladuría. Me pa-
rece que estar en un lugar en el que se está ha-
blando algo ya me puede traer problemas. Soy
igual a mi mamá. A veces me río, y digo al final
tanto que renegaba y soy igual a ella. Exactamente
igual a ella. Incluso mis hermanas me lo dicen.
La rigidez familiar fue sentida, en
algunos casos, como una falta de afecto
que produjo vacíos que intentaron ser
«No me gusta r«No me gusta r
«No me gusta r«No me gusta r
«No me gusta r
ecorecor
ecorecor
ecor
dardar
dardar
dar
..
..
.
Nací en DeNací en De
Nací en DeNací en De
Nací en De
vv
vv
v
otooto
otooto
oto
..
..
.
TT
TT
T
engeng
engeng
eng
o 4 hermanoso 4 hermanos
o 4 hermanoso 4 hermanos
o 4 hermanos
vv
vv
v
arar
arar
ar
ones.ones.
ones.ones.
ones.
Nada en espe- Nada en espe-
Nada en espe- Nada en espe-
Nada en espe-
cial.cial.
cial.cial.
cial.
Un lug Un lug
Un lug Un lug
Un lug
ar frío yar frío y
ar frío yar frío y
ar frío y
adineradiner
adineradiner
adiner
adoado
adoado
ado
..
..
.
Simplemente esoSimplemente eso
Simplemente esoSimplemente eso
Simplemente eso
.».»
.».»
.»
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Voces Recobradas
19
llenados de cualquier manera. En mu-
chos casos adjudicaron sus posteriores
“desvíos” al intentar “cubrir” ese vacío.
En general, afirmaron que sus padres
hicieron lo posible, pero que no alcanzó.
Resultó sumamente interesante el contra-
punto entre María Angélica, de un ho-
gar humilde con diez hermanos y Marta
Elena, hija única de una familia acomo-
dada.
María Angélica:
Nací en Parque Patricios.
Después me crié en Pompeya. Mi niñez fue lin-
da, porque tuve a mi mamá y a mi papá. Fue
linda y divertida, porque nos matábamos entre
los 10 (hermanos). Y mi mamá participaba, jugan-
do con nosotros. Era una mamá que no tuvo
mamá, no la criaron sus padres, y debe ser por
eso que cuando nosotros jugába-
mos a la escondida o a la pelota,
ella también se metía.
Mi papá
era muy estricto. No le gustaba.
Así que nosotros la teníamos que
hacer escapar a ella para que jue-
gue. Con mi papá, primero pare-
cía que estaba todo bien, pero
después, cuando fuimos más
grandes nos dimos cuenta que no
era tan así. Mi mamá era una per-
sona que la llevaba mucho mi
papá y la tenía muy restringida...
Me hubiera gustado que mi
papá... Yo sé que era por el plato
de comida, pero en ese momen-
to... yo... era como que ellos te-
nían tantas, tantas obligaciones
que se olvidaban de nosotros. Mi papá no permi-
tía nunca. Nosotros ni hablábamos en la mesa.
No podíamos hacer ruido. Teníamos que dormir
la siesta. Era un poco como un régimen...
Marta Elena:
Yo de chica tuve todo lo que
puede tener una chica, pero no tuve nada. Mis
padres, que en paz descansen, fueron maravillo-
sos, porque ellos creyeron que me daban lo me-
jor. No me dieron nada. Yo tenía personal, en
casa, entonces me llevaban los fines de semana.
Entonces jugaba con los pollos, con las gallinas.
Me traía escondidos pollitos a mi casa. Y tenía
unos líos... Porque mi papá era muy así, ¿no?
(gesto de firme). Mamá era más sencilla. Pero
papá era muy especial. Yo estaba como prisione-
ra. Entonces siempre que había gente con herma-
nos o con chicos, me escapaba y me iba para te-
ner un poco de afecto, porque no tenía nada. Ellos
trabajaban y hacían sus cosas, pensando que me
daban. Y yo no tenía nada. A los 18 años ya me
había recibido de maestra, sabía tocar el piano y
todo eso, pero me seguía sintiendo vacía... En-
tonces empecé a estudiar teatro. Por poco me
mata mi papá, porque eso era de locas y de... la
palabra de las cuatro letras, ¿no? Pero yo ahí
encontraba calor, encontraba afecto, encontraba
un montón de cosas... Siempre apuntaba a don-
de hubiera chicos y donde hubiera alguien que
pudiera darme un poco de ternura o de afecto...
así me equivoqué después. Porque me casé con
quien no debía casarme, porque éramos distin-
tos, no teníamos nada que ver el uno con el otro,
pero yo iba a la casa de mis suegros, mi suegra
hacía unos platos de ravioles enormes, que no
eran costumbre. En mi casa todo era medido...
Yo con tal de estar con los animales... Me casé
con él. No era un mal hombre. Era muy jugador.
Me separé a los 23 años. Y me-
dio como que se descalabró mi
vida, ¿no? Porque busqué cosas
donde no debía buscarlas y me
aferré a cosas a las que no debía
de haberme aferrado... Después
de muchos años tuve la suerte de
encontrar al que hoy es mi mari-
do, con el que hace 24 años que
estamos juntos. Y como que me
rescató de las cosas... yo ya te-
nía un hijo de mi anterior matri-
monio y dos hijos de él. Y él,
medio con los chicos y eso... Él
siempre fue un hombre dulce y
tierno... todo es diferente, cari-
ñoso... Me pasó esto, que a mi
edad es difícil. Yo ya había esta-
do detenida. Era por otra cosa, totalmente dife-
rente, pero lo tenía a él afuera, me venía a ver,
me traía cosas. Pero si yo hubiera tenido un her-
mano, no hubiera caído presa. Volqué el cariño
en otras cosas, en otra gente. En amigos que me
traicionaban... Todo por la casa, por tener la mesa
tendida con el mantel a cuadros, ¿no?...
En la historia de Roxana (27) el he-
cho de transgredir las normas significa-
ba un intento de comunicarse con su pa-
dre. Acostumbrada a la vida acomoda-
da, entre 4 hermanos varones, no sopor-
taba la idea de ser “la hija del policía”.
Desde chica comprobó que la mejor ma-
nera de llamar la atención de su padre
era desafiando su autoridad. Contó cómo
se encargó de hacer todo lo contrario a
lo que le enseñaron... hasta terminar en
«Me hubier«Me hubier
«Me hubier«Me hubier
«Me hubier
a gustadoa gustado
a gustadoa gustado
a gustado
que mi papá...que mi papá...
que mi papá...que mi papá...
que mi papá...
YY
YY
Y
o sé queo sé que
o sé queo sé que
o sé que
erer
erer
er
a por el plato dea por el plato de
a por el plato dea por el plato de
a por el plato de
comida,comida,
comida,comida,
comida,
per per
per per
per
o en eseo en ese
o en eseo en ese
o en ese
momentomomento
momentomomento
momento
......
......
...
y y
y y
y
oo
oo
o
......
......
...
er er
er er
er
aa
aa
a
como que ellos teníancomo que ellos tenían
como que ellos teníancomo que ellos tenían
como que ellos tenían
tantas obtantas ob
tantas obtantas ob
tantas ob
liglig
liglig
lig
aciones queaciones que
aciones queaciones que
aciones que
se olvidaban dese olvidaban de
se olvidaban dese olvidaban de
se olvidaban de
nosotrnosotr
nosotrnosotr
nosotr
os.»os.»
os.»os.»
os.»
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Voces Recobradas
20
la cárcel. Por momentos pareciera que
competía con sus hermanos, marcando la
diferencia entre su vida “re-loca” y la
condición de “hijos del policía” de ellos.
En ese marco, expresó abiertamente su
necesidad de ser aceptada no por ser la
hija del “covanni”, sino a “pesar de”. Se
interesó en juntarse con gente que nor-
malmente no aceptaba las normas de la
institución policial. Y adoptó sus códi-
gos y sus normas. La misma situación la
vivió en la cárcel. Según su terapeuta ella
era “anormal” por no aceptar las normas,
pero no tenía inconvenientes en respetar
la “ley del preso”. Elegí transcribir ínte-
gra una entrevista en la que intervino
Susana (31) porque me pareció muy in-
teresante el diálogo de dos personas de
la misma generación y con vivencias muy
distintas que compartían la prisión.
Susana Beatriz
(31):
De lo que me acuerdo
de mi niñez es que hasta los 10
años viví con mi familia. Después
mi papá murió. Se suicidó. Y de
ahí para mí ya no fue una niñez.
Fue una cosa más dura. A los 14
tuve que ir a trabajar.
Coord:
¿Dónde vivías?
Susana:
En Moreno. Terminé
7° grado y empecé a trabajar de
niñera. A los 17 me junté. Tengo
3 chicos. Ahora estoy acá.
...Era muy marimacho. Jugaba con los chicos.
En ese momento yo vivía en una casa que para
todo el mundo era un rancho, una casilla. Enton-
ces las mamás de los otros chicos no los dejaban
que se junten con nosotros, por el rancho… En-
tonces mi mamá no quería que nos sigan dicien-
do eso y nos fuimos a otro lado y mi mamá em-
pezó a trabajar para que no nos dijeran más así...
Coord:
¿Pudieron hacer la casa?
Susana:
Sí.
Coord:
¿Seguían viviendo en Moreno?
Susana:
Sí, pero en otro barrio. Porque mi
mamá ya había comprado el terreno. Y nosotros
nos criamos solos.
...Sufrí mucho la muerte de mi papá. Creo
que hasta ahora. Me pegaba mucho más antes de
tener el primer nene que tengo. Después era como
que ya no me acordaba tanto de mi papá. Pero
cuando tenía 15, 16 años me acordaba y me pa-
saba el día llorando. Había veces que me golpea-
ba, como estaba siempre sola me golpeaba con la
pared. Después que tuve el nene ya no lloré tan-
to...
Coord:
De esa época, de cuando tenían 10,
15 años ¿qué se acuerdan del afuera, de las noti-
cias del mundo?
Roxana:
Las Malvinas, de mi época las
Malvinas...
Susana:
Yo me acuerdo del problema con
Chile, de cuando casi se arma la guerra. Tenía
un compañero que era chileno y lo cargaban.
Roxana:
Yo eso ni sé... Yo no recuerdo en ab-
soluto que me hayan hablado...
Coord:
¿Y del mundial, se
acuerdan?
Roxana:
Siiiiii. Yo me acuer-
do porque salí a la calle con la
cara pintada y mi viejo me an-
daba buscando con los patrulle-
ros por toda la ciudad...
Susana:
Me acuerdo que con
una vecina salíamos a festejar
golpeando las cacerolas...
Roxana:
Me acuerdo que me fui al obelisco.
Hicimos un desastre. Volvimos al otro día. Nos
pintamos la cara. Mi viejo buscándome,
imaginate, la nena... con patrulleros buscándo-
me. Pero lo viví bien, lindo. Con amigos de mis
hermanos. Mis hermanos no me querían llevar.
Mi hermano mayor no me quería llevar, mi se-
gundo hermano sí. Fui a la casa de uno de los
amigos de mis hermanos. Mi hermano a media-
noche se fue. Ellos decidieron ir al Obelisco. Mi
hermano dijo no, porque papá nos va a matar. Y
yo agarré y me fui al obelisco con los amigos de
mis hermanos. Pero lindo, sí. Yo creo que fue una
de mis primeras escapadas. Sí, porque a los 8
años fue una de mis primeras escapadas. Esca-
padas así, durante toda una noche, quiero decir.
Después con los años salí de mochilera, ya...
Susana:
Mi mamá se juntó enseguida des-
pués que murió mi papá. Y con mi hermano está-
«Mis padr«Mis padr
«Mis padr«Mis padr
«Mis padr
es,es,
es,es,
es,
que en paz que en paz
que en paz que en paz
que en paz
descansen,descansen,
descansen,descansen,
descansen,
fuer fuer
fuer fuer
fuer
onon
onon
on
marmar
marmar
mar
aa
aa
a
villosos,villosos,
villosos,villosos,
villosos,
por por
por por
por
queque
queque
que
ellos crellos cr
ellos crellos cr
ellos cr
ee
ee
e
yy
yy
y
erer
erer
er
on que meon que me
on que meon que me
on que me
daban lo mejordaban lo mejor
daban lo mejordaban lo mejor
daban lo mejor
..
..
.
No me dierNo me dier
No me dierNo me dier
No me dier
on nada.»on nada.»
on nada.»on nada.»
on nada.»
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Voces Recobradas
21
bamos medio celosos. Y decíamos que nos íba-
mos a fugar. Y que nos íbamos a subir a un árbol
y nos íbamos a hacer una choza ahí arriba. Íba-
mos a vivir los dos. Siempre decíamos que nos
íbamos a escapar y ya teníamos elegido el lugar.
Roxana:
Yo te digo que a los 12 años, comen-
cé a conocer gente que, bueno, era gente del palo,
re-loca. Gente que, por supuesto, ahora tiene 40,
50 años. Gente re-loca, que con mis hermanos no
se hablaban porque eran los clásicos hijos de po-
licía, no los querían ni ver. Pero a mí me afecta-
ba tanto que toda esa gente... que la gente del
patio de Villa del Parque... que el apellido tal...
Era la hija del policía. No la podían mirar, no la
podían tocar. Y menos... si pasaban ellos terrible
silencio, que nadie hablara porque eran terribles
ortivas. ¡No! Yo quise revertir esa situación.
Imaginate que yo odiaba, llegué a un punto a los
12 años que yo odiaba a mi apellido. Cuando yo
tenía esa edad estaba en... y ...
Enfrente hay una vía, un paso a
nivel. Estaban los fierros, las vi-
gas. Ahí se juntaban una canti-
dad de hombres grandes que
cantaban todo el día, todo el día.
Y mi viejo venía a las tres de la
mañana de la guardia y cada dos
por tres salía a pegar unos gritos
espantosos. Porque al otro día se
tenía que levantar para ir a
laburar. Pero cada dos por tres la
nena estaba en medio de esa ban-
da cantando “Jugo de tomate
frío”, sin saber lo que quería de-
cir, o “Zapatos de gamuza
azul”... Y me gané esa confianza. Me gané la con-
fianza de todos. Después andaba en motos, en
coches con toda esa gente que ahora son... gran-
des, tienen familias. Crecieron, maduraron, se
adecuaron a la sociedad. Yo sigo con la rebeldía...
Coord:
¿Y con esa gente de qué hablabas?
Roxana:
Ellos estaban todo el día re-locos, fu-
maban porros. Pero me cabía porque me cabía esa
onda. Toda la noche cantando. Para algunos era
re aburrido. Para mí era re-loco porque yo tenía
12 años y mi viejo salía a los gritos a las tres de
la mañana a llamarme a gritos, a gritos... Para mí
era lindo, porque conocía... porque experimen-
taba cosas que mis hermanos no habían experi-
mentado en absoluto... para nada, para nada. Y
era lindo porque los hacía enojar a mis viejos te-
rriblemente. Que era todo lo que yo quería. No
sé por qué. Dicen que cuando más amás a la gen-
te es a la que más herís. ¿No? Pero además mi
padre tiene un carácter muy parecido al mío.
Somos muy de ser fríos. Es así frío. Entonces ya
al criarme así, bueno, si vos me hacés una yo te
voy a hacer dos...
Coord:
Y a tus compañeritas de la escuela,
¿vos les contabas que estabas hasta las tres de la
mañana?
Roxana:
No, para nada, para nada. No, nada
que ver. Primero porque amigas mujeres tuve
muy pocas. Muy pocas. Muy pocas amigas muje-
res... Imaginate que ser única hija mujer de tres
hijos varones. Yo tenía mis muñecas, tenía todo.
Pero yo salía a jugar a la pelota y a pelearme de
igual a igual con mis hermanos... Yo le tiré un
piedrazo acá a mi hermano y le desfiguré la cara.
Lo desfiguré. Porque enfrente estaba la plaza. Y
hay un cruce de vías de ferroca-
rril. Jugábamos con la hamaca
larga y a darte vuelta. Me caí y
fui toda ensangrentada y le dije
¿ma, me llevás al hospital? Ten-
dría 13 años. Después no sé
quién fue que me vino a contar
que fue mi hermano el que me
puso el pie para que yo me caye-
ra. Al otro día fui toda vendada.
Se reía. El otro que estaba arriba
del árbol me dijo, “mirá tu her-
mano, qué macho que es...” Y
agarré una piedra de ahí de las
vías y no lo podía hacer bajar y se
la tiré. Fue llorando a mi mamá.
Sí, yo soy muy así. El que las hace las paga... Mis
hermanos eran re-cuidas. Sobre todo porque yo
estaba con esa gente grande. Si yo me juntaba con
la gente de mi edad, lo único que hacían es que
debajo de las vías había unos huecos con rejas y
sacábamos las rejas y nos metíamos en unas
canaletas y aparecíamos debajo de las calles. Ay,
por favor!!! El día que me hicieron entrar allí, yo
era re-machona, mi vieja buscándome por todos
lados y mis hermanos diciéndole que estaba de-
bajo de la calle y mi vieja que no podía creerlo.
Susana:
Nosotros también abríamos las re-
jas y salíamos lejos. Pescábamos anguilas, ranas.
Siempre con mis hermanos haciendo cosas de
hombre...
Coord:
Y de la barra con la que andabas, ¿te
acordás de alguno en especial?
«P«P
«P«P
«P
erer
erer
er
o si yo si y
o si yo si y
o si y
o hubiero hubier
o hubiero hubier
o hubier
aa
aa
a
tenido un hermanotenido un hermano
tenido un hermanotenido un hermano
tenido un hermano
,,
,,
,
no no
no no
no
hubierhubier
hubierhubier
hubier
a caído pra caído pr
a caído pra caído pr
a caído pr
esa.esa.
esa.esa.
esa.
VV
VV
V
olqué el carolqué el car
olqué el carolqué el car
olqué el car
iño eniño en
iño eniño en
iño en
otrotr
otrotr
otr
as cosas,as cosas,
as cosas,as cosas,
as cosas,
en otr en otr
en otr en otr
en otr
aa
aa
a
gg
gg
g
enteente
enteente
ente
..
..
.
En amigEn amig
En amigEn amig
En amig
os que meos que me
os que meos que me
os que me
trtr
trtr
tr
aicionaban...»aicionaban...»
aicionaban...»aicionaban...»
aicionaban...»
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Voces Recobradas
22
Susana:
Sí, porque seguimos viéndonos. Se-
guimos todos juntos. Del colegio no, son dos o
tres que veo.
Roxana:
Yo de la barra esta que éramos 25 y
de los 25, máximo 10 murieron. Sobredosis, otro
falleció este año, otros en un choque. Y de los
otros quedaron y hicieron sus caminos. Trabajan
en el Concejo Deliberante, uno es muy famoso.
Igualmente todos los Días del Amigo se festeja
de una manera en especial. Se reúnen todos. Y es
hermoso. Yo me acuerdo cuando yo tuve mi pri-
mer hijo, que mi marido había fallecido, vinie-
ron todos, le regalaron de todo al nene. Eran to-
dos como padres, el nene no sabía quién era el
padre. Los padrinos, viste...
Coord:
¿Y eran todos hom-
bres...?
Roxana:
Todos hombres. La
única mujer era la que era la mu-
jer de uno de los guitarristas que
tocaba en Spinetta... Mucho con
la música. Yo no me colgaba mu-
cho en los recitales, iba, pero no
me gustaba mucho hacer de so-
porte...
Coord:
Y vos de música, ¿te
acordás qué escuchabas?
Susana:
Me acuerdo que
cuando estaba en 7° grado escu-
chábamos todo el día Chiquitita.
La cantábamos con una amiga...
Y después bailábamos en los asal-
tos...
Roxana:
Yo me acuerdo que en mi barrio le
llamaban asaltos a esos bailes que hacían en las
casas que cada uno tenía que llevar algo. Se to-
maba Coca Cola, chizitos. Bailaban, espantoso...
todos vigilados.
Susana:
Para mí era todo lo contrario. Por-
que en mi casa me tenían medio... me decían a
tal hora tenés que estar... me acuerdo que una
vez volví a cualquier hora con un chico y yo le
dije que fuera para otro lado y cuando doblo en
la esquina la veo a mi mamá ahí parada y no me
daban las piernas para salir corriendo... Para mí
era donde tenía libertad. Porque era en la casa
pero nos íbamos a la vuelta, fumábamos...
Roxana:
Lo que pasa es que en mi barrio la
mamá del otro me cuidaba a mí, y mi mamá cui-
daba al otro. Me llevaba mi mamá.
Susana:
No, nosotros no.
Roxana:
Era una atadura impresionante, pero
normalmente la gente de afuera de la capital tie-
ne un poquito más de libertad.
Susana:
Yo tenía amigas que el padre direc-
tamente... lo hacían en la casa de ella, ella podía
ir. Pero si tenía que ir a otra casa el padre no la
dejaba. Y era mayor que yo. Le tuve que ir yo a
pedir. Me tenía más confianza a mí que a ella...
Roxana:
Nosotros encima teníamos esos pe-
rros, un ovejero alemán cada uno. Éramos cinco
hermanos. Y yo llegaba a las
cuatro de la mañana y tenía que
saltar la reja, entrar al jardín y
hacer que los tipos no ladraran,
imaginate... El otro que me de-
jaba en la moto. Te estoy hablan-
do de un tipo que hoy tiene... Mi
papá tiene 52 años y él fue a la
facultad con mi papá, tiene la
edad de mi papá. Te estoy ha-
blando de un hombre. Cuando
mi papá me vio en esa moto... Te
estoy hablando de un hombre
muy nombrado. Muy nombrado.
Era alguien que me costó ganar-
lo mucho. Lo tenía todo. Todo.
De aspecto...
Botas negras, pantalones de
cuero negro. Y es una onda
Clinton, ¿viste? Imaginate que
era muy bonito. La policía no lo paraba. Para
nada. No lo paraba nada, no lo paraba nadie.
¿Qué me lo iba a ganar? Y me lo gané. Me lo gané
de chamuyo. Porque yo tuve la primera relación
sexual a los 16 años. Y no con él. Que cuando él
se enteró me dijo “pendeja de mierda te respeté
hasta último momento, hasta el último mes”. Es-
tuve cuatro años con él, ¿entendés? Yo soy así, y
creo que cuando salga a la calle voy a seguir así.
Acá no. Acá estoy un poquito más bajo. Respeto
la ley del preso. Respeto los años del preso. Res-
peto los códigos de los presos. Porque si vos tenés
cuatro, cinco años... yo que tengo dos, tres años
no te voy a venir a pegar tres gritos a vos. Por
más que seas vos el que tenga razón. Te voy a
hacer entender de buenas maneras...
Coord:
Entonces no sos “anormal”, aceptás
ciertas normas...
«Comencé a conocer«Comencé a conocer
«Comencé a conocer«Comencé a conocer
«Comencé a conocer
gg
gg
g
ente queente que
ente queente que
ente que
,,
,,
,
b b
b b
b
uenoueno
uenoueno
ueno
,,
,,
,
er er
er er
er
aa
aa
a
gg
gg
g
ente del paloente del palo
ente del paloente del palo
ente del palo
,,
,,
,
r r
r r
r
e-loca.e-loca.
e-loca.e-loca.
e-loca.
Gente queGente que
Gente queGente que
Gente que
,,
,,
,
por supues- por supues-
por supues- por supues-
por supues-
toto
toto
to
,,
,,
,
ahor ahor
ahor ahor
ahor
a tiene 40,a tiene 40,
a tiene 40,a tiene 40,
a tiene 40,
50 50
50 50
50
años.años.
años.años.
años.
Gente r Gente r
Gente r Gente r
Gente r
e-loca,e-loca,
e-loca,e-loca,
e-loca,
que que
que que
que
con mis hermanos no secon mis hermanos no se
con mis hermanos no secon mis hermanos no se
con mis hermanos no se
habhab
habhab
hab
laban porlaban por
laban porlaban por
laban por
que erque er
que erque er
que er
anan
anan
an
los clásicos hijos delos clásicos hijos de
los clásicos hijos delos clásicos hijos de
los clásicos hijos de
policía, no los querían nipolicía, no los querían ni
policía, no los querían nipolicía, no los querían ni
policía, no los querían ni
vv
vv
v
erer
erer
er
.».»
.».»
.»
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Voces Recobradas
23
Roxana:
Respeto las normas de los presos, las
de la sociedad no. Dentro de este lugar tenés que
respetar las normas. Viste recién, dijeron cinco
minutos y dentro de cinco minutos tenemos que
terminar. Yo elijo las normas, las otras son las de
las autoridades, las que me obligan porque mo-
mentáneamente me encuentro procesada en este
lugar por algo que no he cometido. Pero las nor-
mas que sí admito, que sí respeto son las de los
presos porque las aprendí, porque conviví con
presas viejas. Porque sé lo que es convivir, por-
que sé lo que es no tener nada, ni un papel higié-
nico, nada. De tener todo en la calle a que tu fa-
milia ni se preocupe por vos porque ajjjj, ¡cómo
vas a ir a la cárcel a verla! Mandémosle una en-
comienda, unos pesos y a otra cosa. Y las otras
presas se encargaron de ayudar a la hija de un
policía, encima, que no sé si eso está dentro de
los códigos de los presos, y se encargaron de aga-
rrarla, de amoldarla, bien, bien, bien. Entonces
es cosa de que si te indisponés y
necesitás una toallita la tenés,
necesitás un papel higiénico y lo
tenés, una palabra de afecto, una
mano, un apoyo y lo tenés. Si vos
no tenés a tu vieja, no tenés a tu
viejo, no tenés a tus hermanos,
no tenés a tu familia que está
afuera, la tenés acá. Ahora, en
este momento yo le digo a Dios
qué lindo es vivir esto... Ayer se
fue una chica que estuvo cinco
años, y me agarró una angustia...
Yo me cambié de pabellón y
ahora volví. Éramos como una
familia creada y se me están yendo. Así y todo sé
que esa misma gente me va a venir a ver desde
afuera, aunque no es tu propia familia.
¿Entendés qué es la ley del preso? Son re-huma-
nos, re-locos, re-lindos. A mí me cabe muchísi-
mo más que la gente de la sociedad que te pone
ciertos límites que no me caben.
Me resultó llamativo que un mis-
mo espacio (los asaltos) significaran la
libertad para Susana y un encierro para
Roxana, acostumbrada a sus amistades
mayores. De la misma manera, podría
llegar a interpretarse su respeto hacia las
normas de aquellos que transgredieron
las de la sociedad. Como si quisiera de-
cir que aquello que para todos era “bue-
no” para ella no lo era. Encontró el calor
que buscaba en la cárcel y no en la fami-
lia, que es “donde se debe encontrar”. Y
su primer acto de libertad fue en 1978,
cuando todo el país era una cárcel...
El sentir cierta falta de afecto, la ri-
gidez durante la infancia, la cárcel, son
elementos que se entrecruzaron en la
particular historia de Elena de La Boca.
Elena (43):
Me crié parte en Caballito, en La
Boca. La experiencia más linda fue la de La Boca,
porque me crié con mis padrinos. Tuve la suerte
de comer con Quinquela Martín. Mi padrino es
Cárdega, uno de los fundadores de Caminito. Lo
que me acuerdo... Tendría 10, 12 años... Una de
las cosas que Quinquela no aceptaba cuando se
lo invitaba a cenar era que la comida no tuviera
peras al natural. Le gustaban mucho las peras al
natural. Era muy dominante. Una personalidad
tremenda tenía. Jamás se podía comenzar a ha-
blar. Era el primero que expresaba su pensamien-
to en ese momento y después hablaban los de-
más que estaban en la mesa. A mí
me ponían en la mesa para que
vaya aprendiendo, para prepa-
rarme. No podía hablar. Tenía
que escuchar. Yo tenía 11, 12
años. Y cuando mi madrina me
decía que iba a venir Quinquela
a cenar... yo tenía miedo. Claro,
después fui creciendo... Después
más me gustó una historia ro-
mántica que tuvo, siempre la
tuvo, está en la historia de él.
Una novia que nunca declaró
pero que fue el amor de su vida.
Fue la que lo cuidó...
Coord:
¿En qué tipo de casa vivías?
Elena:
En la calle Olavarría y Aristóbulo del
Valle, frente a la farmacia, en una casa de depar-
tamentos. Enfrente hay un bar y la casa de pas-
tas, antiquísima. Y enfrente una casa de sombre-
ros, muy famosa. Fui al Colegio María
Auxiliadora. En San Juan Evangelista, estaba en
el coro de la iglesia, en la época en que estaba el
Padre Fornes. Era toda una tradición tomar la
comunión en el María Auxiliadora. Mi padrino
era el dueño de la ferretería Cárdega... a él lo cria-
ron de esa forma y quiso criarme a mí así. Ellos
eran los que iban a limpiar los bronces de
Caminito. Ponían la bandera en La Vuelta de
Rocha, unos actos culturales impresionantes. Él
sentía como un orgullo de eso… La misa todos
los domingos en San Juan Evangelista, donde se
juntaban todas las familias más antiguas.
Venían los amigos de mis padrinos a cenar a
«Y er«Y er
«Y er«Y er
«Y er
a lindo pora lindo por
a lindo pora lindo por
a lindo por
que losque los
que losque los
que los
hacía enojar a mishacía enojar a mis
hacía enojar a mishacía enojar a mis
hacía enojar a mis
viejos terviejos ter
viejos terviejos ter
viejos ter
rr
rr
r
ibib
ibib
ib
lementelemente
lementelemente
lemente
..
..
.
Que erQue er
Que erQue er
Que er
a todo lo que ya todo lo que y
a todo lo que ya todo lo que y
a todo lo que y
oo
oo
o
quería. No sé por qué.quería. No sé por qué.
quería. No sé por qué.quería. No sé por qué.
quería. No sé por qué.
Dicen que cuando másDicen que cuando más
Dicen que cuando másDicen que cuando más
Dicen que cuando más
amás a la gamás a la g
amás a la gamás a la g
amás a la g
ente es a laente es a la
ente es a laente es a la
ente es a la
que más herís.»que más herís.»
que más herís.»que más herís.»
que más herís.»
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Voces Recobradas
24
mi casa y yo encadenada a la mesa.
No hablaba.
Me preguntaban si quería más y yo mmmm.
Dura.
Mire lo terrible que era que con un vecino
me subí a una planta de higos, para sacarle los
higos a una vecina. Y me caí, me fracturé... Juga-
ba a la bolita yo...
Jugaba con los chicos del barrio...
A los 16 años quería ser monja, hasta que me
enamoré del monaguillo, en San Juan Evangelis-
ta, a los 18 desistí de ser monja. Claro, porque la
Hermana creyó que yo tenía la vocación. Me ena-
moré... Un muchacho que ahora es contador, que
sigue viviendo en La Boca. Y no se casó. Le pidió
la mano a mi padrino y todo. Pero a mí no me
gustaba, porque era muy blanco. A los tres me-
ses yo ya estaba aburrida. Mi madrina me pre-
guntaba ¿qué te dijo Esteban? no me acuerdo...
Como en esa época yo estaba en
el coro y era una actividad muy
linda. Cantábamos en casamien-
tos, etc... Cantábamos en las igle-
sias de la zona de Belgrano R.
Éramos 45 en el coro. Se llamaba
Don Bosco. También hacíamos
travesuras. Salíamos, íbamos a
tomar algo...
LA CLA C
LA CLA C
LA C
AA
AA
A
USAUSA
USAUSA
USA
... Porque lo que se cometió
conmigo fue una injusticia. Y
gracias a Dios, tanto pedirle a
Dios, que se hiciera su voluntad,
parece que las cosas se acomodaron. Parece que
tengo juicio y si Dios quiere en un mes salgo. Yo
soy comerciante. Nunca tuve una infracción,
dada la formación de familia que tuve, ni una in-
fracción a la municipalidad. Viene el pariente de
una clienta de La Pampa (le cuento esto para que
vea el desastre de justicia que tenemos). Me da
un cheque. Este individuo se había robado 25 che-
ques. Hace un desastre. Se aloja en mi hotel. Me
paga con un cheque. Yo lo deposito. Me viene una
citación de Tribunales. Sin abogado, me presen-
to. Me peleo con la jueza, le grito corrupta, que
no me grite, que no me trate como delincuente.
Le digo quién soy. Porque yo endoso el cheque y
lo deposito, lógicamente, si tengo cuenta corrien-
te qué voy a hacer. Si no, no lo puedo cobrar. La
jueza, una trastornada, porque es una enferma.
No puede estar ahí. No puede hacer un juicio.
Yo soy diabética, me sube el azúcar a 320. Me deja
sorda en un 70%. Le estoy haciendo juicio al Es-
tado por eso. Me enojo. Me voy de mis cabales,
que nunca lo tendría que haber hecho, lo apren-
dí después de 8 meses de estar acá, me tendría
que haber cosido la boca, me dijeron en el tribu-
nal oral, antes de ayer. Discuto. En el instante en
que me pongo a discutir me sacan y me mandan
presa. “Va a Ezeiza”. Me mandan presa al cala-
bozo. Me hacen revisar por el psiquiatra, quie-
ren hacer ver que estoy loca. Después viene toda
una historia que me tienen 19 días en ingreso.
Ahí, enferma. Y es el día de hoy que doy gracias
a Dios haber conocido a la gente de la 3. Porque
en mi vida me habían ciudado sin ser familia. Me
sirvieron la comida en la cama. 40º de fiebre, me
dolían las piernas, tenía el azúcar altísima, no
me podía levantar. Una depresión, porque yo en
mi vida había estado detenida. A los 19 días se
declara incompetente, porque
lógicamente no tienen de dónde
acusarme. Se declara incompe-
tente y lógicamente, al declarar-
se incompetente yo sigo deteni-
da. Ahí me descompongo. Me
sube el azúcar a 320, se pegan un
susto terrible. Y gracias a eso,
estoy acá, porque si estaba en la
3 no sé lo que pasaba. Por suerte
me toma un juez que tiene más
de 45 años de experiencia, un
hombre grande. Y estamos lu-
chando. Mire lo que pasa. A los
seis meses va la parienta a alo-
jarse en mi negocio. Pregunta por
mí y el empleado le dice: ¿Usted
no sabe que la señora está presa
por el cheque así, así y así? Entonces le cuenta la
historia del pariente, que estaba en Bolivia. Mi
contador la encierra en una oficina y le dice: “de
alguna forma tenemos que arreglar”, pero él me
llama muy de vez en cuando. “Tiene que venir a
declarar y decir que la señora no tiene nada que
ver”. Me manda el 31 de diciembre una declara-
ción hecha ante escribano, visada por la embaja-
da argentina. Claro, estábamos a fin de año. Lle-
ga acá al penal la declaración, se extrapapela el
original. Pierden acá el original. Menos mal que
la empleada había sacado una fotocopia.
¿Qué me pasa el 22 de diciembre? En ese
transcurso yo tengo un sobreseimiento definiti-
vo y falta de mérito del fiscal de instrucción, pero
como nosotros apelamos a cámara y el fiscal, así
llanamente le dice a mi abogado que la señora,
su clienta, se tiene que acordar del pan dulce y
del champagne. Ve esta pila, acá abajo está la
«Y«Y
«Y«Y
«Y
o soo so
o soo so
o so
y así,y así,
y así,y así,
y así,
y cr y cr
y cr y cr
y cr
eo queeo que
eo queeo que
eo que
cuando salgcuando salg
cuando salgcuando salg
cuando salg
a a la callea a la calle
a a la callea a la calle
a a la calle
vv
vv
v
oo
oo
o
y a seguir así.y a seguir así.
y a seguir así.y a seguir así.
y a seguir así.
Acá no Acá no
Acá no Acá no
Acá no
..
..
.
Acá estoAcá esto
Acá estoAcá esto
Acá esto
y un poquitoy un poquito
y un poquitoy un poquito
y un poquito
más bajomás bajo
más bajomás bajo
más bajo
..
..
.
Respeto la le Respeto la le
Respeto la le Respeto la le
Respeto la le
yy
yy
y
del prdel pr
del prdel pr
del pr
esoeso
esoeso
eso
..
..
.
Respeto los Respeto los
Respeto los Respeto los
Respeto los
años del praños del pr
años del praños del pr
años del pr
esoeso
esoeso
eso
..
..
.
Respeto Respeto
Respeto Respeto
Respeto
los códiglos códig
los códiglos códig
los códig
os de losos de los
os de losos de los
os de los
prpr
prpr
pr
esos.»esos.»
esos.»esos.»
esos.»
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Voces Recobradas
25
causa de la señora, usted va mañana y trae 4000
dólares y el fiscal de cámara va a opinar lo mis-
mo que el fiscal de instrucción. Mañana sale en
libertad. Mi abogado, persona grande, peor que
yo, casi lo dejan detenido. Me avisa. ¿Qué hago
yo? Por eso le digo que yo nunca más voy a ser
más papista que el Papa, ni a hablar, porque gra-
cias a hablar estoy donde estoy y cada día estoy
más embarrada.
Saco un comparendo sin decirle
a mi abogado, porque estaba de vacaciones. Voy
y le cuento al juez. Se arma un lío terrible. Tuve
que cambiar de abogado. Entonces le dijeron, tex-
tuales palabras, en el juzgado, que por haber ha-
blado, me van a hacer pagar un parto de
quintillizos.
Con el sobreseimiento definitivo y esa foto-
copia de esa declaración, el fiscal me dice que no,
que quiere el original, si este señor, la parienta
no sabe dónde está, porque él puede estar en
Bolivia o en EE UU, no se sabe dónde está. Es un
delincuente, un estafador. Me
rechazan eso. Vuelve la causa a
instrucción y el juez está atado
de pies y manos. No puede ir
contra la cámara, porque él dice
que tengo que ir por falta de mé-
rito... Entonces me aconseja que
mi abogado salga de la causa,
que ponga otro abogado y así
hice. Me llaman la semana pa-
sada. Me notifican que voy a jui-
cio, pero dada la gravedad de la
causa y de la indebida... deten-
ción que tengo, van a acelerar el
juicio. Yo me puse a llorar, por-
que si no podría estar seis me-
ses más acá...
Antes de ayer voy, porque -a todo esto hago
una inhibición de bienes porque tengo un socio
en el hotel, está en Santa Fe- antes de ayer ven-
cía la inhibición de bienes y la hago por seis me-
ses más, porque no sé cuándo voy a salir, para
estar segura. Ayer a la tarde llama mi abogado y
me dice que probablemente, llega una notifica-
ción de la cámara del oral, que probablemente
tenga el 15 de mayo juicio. Mi juicio va a durar
dos horas, porque no tengo acusante, no tengo
nada que ver, es un capricho. Ahora estoy bas-
tante mal porque en el oral, la gente que trabaja
en el oral me dice: señora, la próxima vez se tie-
ne que coser la boca, porque tiene bastantes pro-
blemas acá... en tribunales, por la denuncia que
hizo.
¿Por qué no la hizo cuando se fue? ¿Usted
se cree que a los jueces les va a gustar lo que hizo?
A ningún juez le va a gustar que acusen a un com-
pañero. Le digo, mire, en la cárcel aprendí que
tengo que cerrar la boca. Y desgraciadamente los
corruptos van a seguir existiendo. Siempre va a
haber gente que los va a seguir encubriendo, pero
yo nunca más. Lamentablemente siento mucho mi
pobre Argentina, adónde va a parar con esto...
Ve, se tiene que callar la boca...
Fue significativo el que haya mencio-
nado, dentro de los recuerdos de la in-
fancia, el hecho de no poder hablar ante
Quinquela Martín y cuánto miedo le pro-
vocaban sus visitas por no poder cum-
plir con el mandato de su familia. La sen-
taban a cenar para que aprendiera, para
que se fuera preparando. 30 años más
tarde cayó presa y atribuyó su prisión ¡a
hablar! “Me tendría que haber cosido la
boca” fue su conclusión...
A su vez, las internas te-
nían prohibido comentar sus
causas frente al grabador y
Elena
no pudo dejar de ha-
blar.
Su necesidad de contar
la historia que la tenía ence-
rrada fue más fuerte que
cualquier prohibición y que
todas las advertencias que le
hicimos durante la entrevis-
ta.
Tras 13 meses de prisión
salió libre de culpa y cargo.
Otro de los temas recu-
rrentes fue la culpa con la que
las internas llevaban su pri-
sión. Los hijos ocupaban el lugar central
de esa culpa. Es curioso, pero explicable
psicológicamente, el hecho de conside-
rar la sensación de abandono que sintie-
ron durante la niñez como el motivo
principal por el que fueron conducidas
a la prisión y terminar “abandonando” a
sus hijos, mientras se habían propuesto
hacer todo lo contrario.
María Angélica:
Yo, el temor que tengo aho-
ra, es lo que también me pone mal, no es estar
encerrada. Yo ya estuve, lamentablemente, varias
veces presa. Un día me dije a mí misma “qué
tarada que soy” voy a pasar toda mi vida ence-
rrada... Mi mamá no me dio nunca un cachetazo,
mi papá tampoco... Y te digo una cosa, yo estu-
dié porque fui muy testaruda.
Porque en una fa-
«¿Entendés qué es la le«¿Entendés qué es la le
«¿Entendés qué es la le«¿Entendés qué es la le
«¿Entendés qué es la le
yy
yy
y
del prdel pr
del prdel pr
del pr
eso? Son reso? Son r
eso? Son reso? Son r
eso? Son r
e-huma-e-huma-
e-huma-e-huma-
e-huma-
nos,nos,
nos,nos,
nos,
r r
r r
r
e-locoe-loco
e-locoe-loco
e-loco
,,
,,
,
r r
r r
r
e-lindoe-lindo
e-lindoe-lindo
e-lindo
..
..
.
A A
A A
A
mí me cabe muchísimomí me cabe muchísimo
mí me cabe muchísimomí me cabe muchísimo
mí me cabe muchísimo
más que la gmás que la g
más que la gmás que la g
más que la g
ente de laente de la
ente de laente de la
ente de la
sociedad que te ponesociedad que te pone
sociedad que te ponesociedad que te pone
sociedad que te pone
ciercier
ciercier
cier
tos límites que no metos límites que no me
tos límites que no metos límites que no me
tos límites que no me
caben.»caben.»
caben.»caben.»
caben.»
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Voces Recobradas
26
milia grande como ésta, donde los padres tenían
que trabajar todo el día... Yo también hice... eso,
yo se lo transmití a mis hermanos. Y elegí mal.
Porque hubiera tenido que seguir el camino de
mis padres, pero yo no lo quería. Porque era
mucho sacrificio. Ellos de pronto no estaban en
la casa para fijarse si a mí me dolía el estómago.
O si tenía fiebre, o si a mi hermanito le agarró
dolor de oído. Entonces a mí me fue llenando...
en vez de acumular lo bueno, también acumula-
ba lo malo. Decía, “no, eso no; a mí no me va a
pasar”. Como después cuando me enteré que mi
papá era golpeador y le pegaba a mi mamá. A mí
me dio tanta indignación... Porque yo era la pre-
ferida de mi papá... Y decía “cuando yo sea gran-
de y un hombre me pegue le voy a dar tantas
trompadas...” Iba creando una rebeldía, una re-
beldía hacia el matrimonio. No me casé nunca.
Mis hijos no tienen papá. Yo no soy el papá por-
que eso no se reemplaza nunca.
No quise darles un papá. Mis hi-
jos eran míos. Y ahora, acá, aho-
ra digo “no, mis hijos no son
míos; mis hijos son de ellos” y
tengo miedo de que esto los mar-
que. A mí me marcó el que mi
papá le pegue a mi mamá, que
esto yo los estoy marcando a
ellos, con una señal en el cuer-
po. Como a mí me dejó el hecho
de que yo no iba a tener un tipo
que no me iba a venir a mandar.
Y no lo tuve...
Yo te cuento que estuve cua-
tro años y ocho meses detenida.
Estuve 14 veces detenida. Pero
nunca me dolió como ahora. ¿Por qué?, por mis
hijos... Se pueden sacar cosas positivas. Sé que
esto puede llegar a marcarlos pero también sé que
esto los puede ayudar a vivir.
Porque el papá de ellos falleció cuando el chi-
quito era bebé, tenía ocho meses. También la vida...
Me hubiera gustado seguir al lado de mi marido y
que yo no terminara acá, pero... No es que yo lo
busqué tampoco. De todas maneras voy a buscar lo
positivo. Mi hijo, el mayor me pregunta por qué la
vida me golpeó así; o el chiquito...
Norma (50):
Uno se daña a sí mismo también,
¿no? Pero siente más sentido de culpa con los hijos,
con los de afuera que con uno mismo... Ayer, por ejem-
plo, vino mi hija, y -mi hija no quiere venir acá-. Vie-
ne una vez cada 20 días, una vez cada dos meses...
ella detesta tener que entrar al penal. Claro, el entor-
no en el que se crió es totalmente diferente. Ellos des-
cubrieron mi forma de vida cuando pasó todo esto.
Mientras tanto no sabían nada. Ella me dice “yo de-
testo tener que venir acá. Te extraño a horrores. Lloro
todas las tardes, todas las noches, porque te quiero
ver todos los días, pero cuando llega la fecha para ir a
ver a mamá no quiero ir”. No puede venir. Y tiene 19
años... El otro no. Tiene 20, cumple 21 ahora y la otra
tiene 19. Pero son chicos que no pueden. Ellos dicen
que sienten culpa porque dicen que me obligaron... a
mí no me obligaron a nada, la decisión fue mía. El
hecho de decidir qué hacer o qué no hacer con mi vida
fue mía. Yo tengo mucha culpa con respecto a eso.
En sí no les cambió mucho el estilo de vida en su
entorno, pero sí se las cambió psíquicamente. Eso es
lo que uno más paga. Uno cuando está solo se siente
mal, no tanto por estar encerrado acá, sino por lo que
siente uno consigo mismo.
La religión fue otro motivo de con-
versación en varias oportunidades. En
muchos casos la creencia re-
ligiosa apareció como un
fuerte refugio de las deteni-
das.
El argumento de la vo-
luntad divina como princi-
pal motivo de su encierro -y
una buena dosis de resigna-
ción- para acatar esa volun-
tad parecieran ayudar a “ba-
jar las ansias” y armar ma-
yores defensas.
María Emilia (58):
Mi hijo
que está adentro de la cárcel era
drogadicto... Ahora está gordo,
lindo, ni pastillas toma. Solo sa-
lió. Y agarraba un arma y era capaz de darle un
tiro. La voluntad de ella sola, a los tres años, la
dejó sola... Lo que me pasó a mí con mi hijo y con
toda mi familia... Porque mataron a mi hijo. Te-
nía 17 años el más chico. Pero si Dios se lo llevó,
bueno, por algo sería. Porque yo después me dí
cuenta. Se ve que estaba en otro mundo también.
Mis hijos enloquecieron. Usted me pregunta a mí,
por... porque yo no quiero decir... para mí está
vivo mi hijo... Eso está en mi mente. Y me dice,
«no mamá Luis está vivo» entonces yo también...
Le digo como dicen ellos. Ellos son grandes, tie-
nen hijos, todo. Les pasó eso con el hermano y
quedaron mal. Menos Pajarito, porque Pajarito
está perdido completamente. Por eso yo creo que
Dios me va a sacar de acá adentro. A mí y a mi
esposo y a ellos. El sólo sabe si somos culpables
o no somos. Yo lo dejo en las manos de Dios. Lo
que pasa es que mi hijo está completamente per-
dido, Pajarito, porque cuando iba en una camio-
«No quise dar«No quise dar
«No quise dar«No quise dar
«No quise dar
les unles un
les unles un
les un
papá.papá.
papá.papá.
papá.
Mis hijos er Mis hijos er
Mis hijos er Mis hijos er
Mis hijos er
anan
anan
an
míos.míos.
míos.míos.
míos.
Y ahorY ahor
Y ahorY ahor
Y ahor
a,a,
a,a,
a,
acá, acá,
acá, acá,
acá,
ahor ahor
ahor ahor
ahor
aa
aa
a
digdig
digdig
dig
o o
o o
o
“No“No
“No“No
“No
,,
,,
,
mis hijos no mis hijos no
mis hijos no mis hijos no
mis hijos no
son míos; mis hijos sonson míos; mis hijos son
son míos; mis hijos sonson míos; mis hijos son
son míos; mis hijos son
de ellos”de ellos”
de ellos”de ellos”
de ellos”
y teng y teng
y teng y teng
y teng
o miedoo miedo
o miedoo miedo
o miedo
de que estode que esto
de que estode que esto
de que esto
los marlos mar
los marlos mar
los mar
queque
queque
que
.».»
.».»
.»
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Voces Recobradas
27
neta se golpeó la cabeza y estuvo en el manico-
mio de hombres, en la Capital. Y después lo que
le pasó al hermano, peor. Se golpeó la cabeza y
se le da por tomar droga. Y se le da por correr a
la gente. Pero solamente a mí me hace caso. Ni al
padre, diga que los amigos lo conocen, todo el
mundo lo conoce. Habla por teléfono y empieza
a gritar y Dios mío... Grita, mami por qué estás
ahí... qué sé yo.
Un día se me perdió el Pajarito, porque los
chicos lo llevaron allá a la Capital y él nunca ha-
bía ido. Nosotros pensábamos que se había caí-
do por el pozo de los desagües y lo buscamos,
los vecinos, la policía, todos. Una semana lo en-
contramos después en un hospital que lo agarró
la escalera mecánica, le cortó toda la parte de
abajo de los pies. A Pajarito, la parte de abajo está
toda operada. Los chicos que lo llevaron lo deja-
ron solito allá y ahí lo encontré yo, en un hospi-
tal. Y toda la gente nos ayudó. Nosotros somos
muy queridos. Yo sé que todo el mundo me apre-
cia. A mi marido y a mis hijos. Y
yo también quiero a la gente.
En algunos casos apare-
cieron costados casi místi-
cos, que hacían aparecer a la
cárcel como una misión en-
cargada por Dios.
Roxana:
Yo lo dije. Soy cre-
yente. Creo mucho en Dios, me
aferro a Dios porque quiero afe-
rrarme a Dios, porque es el úni-
co que puede sacarme de este
lugar y de lo que tengo en mi ce-
rebro... Siempre lo mencioné, me siento Jonás en
el Nínive. Jonás en el Nínive. Supongo que todos
habrán leído la Biblia. Jonás. Dios lo mandó a
Jonás a que vaya a un pueblo, que estaba total-
mente destrozado, que no creían en Dios para
nada, para nada, que era totalmente rebelde. Que
vaya y que predique. Jonás se esconde de Dios,
porque no quiere predicar. A Jonás, es larga la
historia, te la hago breve, a Jonás, bueno, se lo
traga un pez, el frío, la ingratitud, se embarca,
las olas, todos pedían a sus dioses y a él lo tiran,
porque él dormía, cuando él despierta, no sé si
me entendés porque estoy contando todo mez-
clado porque mi mente está bastante desorbitada
o desorganizada. Lo despiertan y cuando él dice,
lo primero que se les ocurre es tirarlo al agua. Y
cuando lo tiran al agua, ahí se lo come el pez. Lo
tiran al agua porque le dicen, por vos nos vamos
a morir todos, te tiramos al agua. Yo te lo cuento
así, la Biblia, por supuesto no. Dentro del vien-
tre del pez, Jonás le pide a Dios que por favor,
suplica, ruega a Dios para salir de ahí. No obs-
tante él sale, le da la nueva oportunidad de salir,
pero no deja de decirle que él debe ir a predicar
al Asia. Él va y predica la palabra. Avisa que Dios
va a destruir todo. Que los que realmente creye-
ran se hagan una marca. La gente, no y no, no,
no, y no. Jonás cumplió con su tarea, finalmente,
pero... la gente no. Y ahí quedó destruido el pue-
blo. Entendés la comparación. No sé si Dios me
trajo acá para que yo sea el profeta que predique
la palabra. Pero si lo hizo, varias veces me es-
condí...
Lo cierto es que por distintos moti-
vos y de diferentes maneras, la mayor
parte de las internas sintió que la cárcel
les había servido para acercarse a Dios.
Viviana:
A mí me ayudó mucho. Yo no creía en
Dios. Era la única de mi familia que
no creía. Empecé a creer aquí en la
cárcel. Y me ayudó mucho...
Elena:
Y gracias a Dios, tan-
to pedirle a Dios, que se hiciera
su voluntad, parece que las cosas
se acomodaron. Parece que ten-
go juicio y si Dios quiere en un
mes salgo...
Norma:
No te voy a decir que
me gusta estar presa, pero tan
mal no estoy. Empecé a creer más
en Dios, en que Dios es justo, que
no me importa la justicia de ellos, sino que si hay
algo que yo estoy pagando es porque de allá arri-
ba me estaban viendo... porque tampoco voy a
decir que yo era una santa y que no andaba en
nada... Dios me dio la posibilidad de estar viva,
porque dentro del círculo del que yo me movía
cabía la posibilidad de estar muerta...
La historia de Norma tiene ribetes
fantásticos. Tantos como la vida política
argentina de los últimos 25 años. Comen-
zó a contarla la primera vez que asistió
al taller y -según dijo- era la segunda vez
en su vida que lo hablaba.
Norma:
Yo el 1 de abril de este año fui con-
denada por una causa que es de 1976. Entonces...
yo ya, del 76 al 97, ya han pasado unos cuantos
años...
«Y«Y
«Y«Y
«Y
o lo dijeo lo dije
o lo dijeo lo dije
o lo dije
..
..
.
So So
So So
So
y cry cr
y cry cr
y cr
ee
ee
e
yy
yy
y
enteente
enteente
ente
..
..
.
CrCr
CrCr
Cr
eo mucho en Dios,eo mucho en Dios,
eo mucho en Dios,eo mucho en Dios,
eo mucho en Dios,
me me
me me
me
afaf
afaf
af
erer
erer
er
rr
rr
r
o a Dios poro a Dios por
o a Dios poro a Dios por
o a Dios por
queque
queque
que
quierquier
quierquier
quier
o afo af
o afo af
o af
erer
erer
er
rr
rr
r
arme a Dios,arme a Dios,
arme a Dios,arme a Dios,
arme a Dios,
porpor
porpor
por
que es el único queque es el único que
que es el único queque es el único que
que es el único que
puede sacarme de estepuede sacarme de este
puede sacarme de estepuede sacarme de este
puede sacarme de este
luglug
luglug
lug
ar y de lo que tengar y de lo que teng
ar y de lo que tengar y de lo que teng
ar y de lo que teng
oo
oo
o
en mi ceren mi cer
en mi ceren mi cer
en mi cer
ee
ee
e
brbr
brbr
br
oo
oo
o
...»...»
...»...»
...»
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Voces Recobradas
28
Coord:
¿No prescribió?
Norma:
No, porque yo había sido condena-
da, pero me fugué. Entonces ahora me agarran.
La causa en sí, es una causa de la época del pro-
ceso, por causas del proceso. Yo estoy acá por un
homicidio.
Coord:
¿Sos política?
Norma:
Sí. Por causa de este país que hace
que Astiz esté caminando por la calle y yo esté
acá.
En la segunda entrevista en la que
ella participó, se estableció un diálogo
muy jugoso con María Angélica y con
Marta Elena, en el que sin querer, el tema
fue
la mentira
.
Marta Elena:
Tengo tres hi-
jos que son decentes. Que hasta
hoy, hasta hace un minuto, son
decentes. Nunca tuvieron ningún
problema con la justicia. O sea que
la oveja negra de la familia soy yo.
Nunca jamás tuve este tipo de de-
lito. Yo tenía agencia de viajes y
tenía una mesa de dinero, así que
era otra cosa completamente dife-
rente. Cuando yo me terminé de
cumplir mi primer condena, me
separé y me quedé con mis tres hi-
jos sola. Empecé a hacer cosas que
no tenía que hacer. Me tomaba una botella de gi-
nebra por día. Los chicos estaban por otro lado,
en una estancia de una familia amiga que por
amor no me los dejaba ver. Porque era una tra-
gedia. Y un día haciendo una picardía, conozco
al que después se va a convertir en mi marido.
Empezamos a salir y a salir. Yo le llevo nueve
años de diferencia. Soy horrible, porque soy es-
pantosa. Él es re-buen mozo, hijo único. No sé
qué le pasó, se enamoró de mí... Empezamos la
relación, pero para mí era un juego. Entonces
poco a poco me fue sacando la ginebra. Un día
hablamos de sus hijos, y bueno vamos a ver si
los vemos... Y seguimos una relación durante seis
o siete meses. Hasta que una noche él dijo que
me iba a invitar a salir, que fuéramos a bailar.
Entonces yo, haciendo un papel que nunca fui,
porque no me tocó ser, le dije mirá cómo ando
vestida, parecía una... prosti... Él me dijo, si no
te ofendés, yo te doy esta plata para que com-
pres algo porque es mi cumpleaños, estoy solo y
quisiera pasarlo con vos. Me compré un vestidi-
to, me arreglé. ¿Viste cuando vos sabés que esa
es esa noche en la ya no podés decir más que no...
? Esto es muy personal, pero sirve... salimos y
cuando me iba a bajar del coche, él me dijo, él creía
que yo me llamaba Elena... Me dijo no tenés nin-
guna obligación de venir... yo me muero por es-
tar con vos, pero...
Yo pasé la noche más dulce, más tierna, más
apasionada que nunca la pude repetir, de tan be-
lla que fue. Y en un momento me dijo: me quiero
casar con vos. Nos vamos a casar a Montevideo...
cuando mencionó la palabra Montevideo, él no sa-
bía nada, me agarró un ataque de nervios. Le dije
vos sos... cómo vas a hablar esas estupideces,
¿cómo te vas a casar conmigo? ¿Vos, quién sabés
quién soy?
Esperá que voy al baño. Voy a traer una toa-
lla mojada...
Yo dije éste me va a hacer algo...
Me agarró la cara, me lavó
la cara y me dijo, vos te llamás
Marta Elena, tenés tres hijos, es-
tuviste presa, toda mi vida... la
semana que viene nos vamos a
casar a Montevideo y vas a vol-
ver a tener tus hijos.
No sirvió la mentira porque
era real el amor de él... Y des-
pués tuvimos una vida fantásti-
ca hasta que nos pasó esto, de lo
que él no es culpable. Entonces
quiero arrancarme esta culpa y
me enloquezco. Pasaron las co-
sas que tenían que pasar. A lo
que voy es que no sirvió haber sufrido y haberlo
engañado, porque él era tanto el amor que tenía,
que lo averiguó. Yo no averigüé para ver quién
eras, averigüé para ayudarte. Había ido a hablar
con mis viejos... Él no puede tener chicos, porque
tiene una incompatibilidad conmigo. No es que
es estéril, tiene hijos de otro matrimonio, pero él
los crió a los chicos. Dos años tenían. Todo. Es un
tipo extraordinario. Siempre me dijo: decime la
verdad. Vuelvo a cometer el mismo error, hace
18 meses. Porque él me dice “si vos me hubieras
dicho la verdad, me hubieras dicho que esa per-
sona había dejado eso, yo no voy a ser tan idiota
como para ir a llevarlo a un lado sin abrir un bol-
so. Cómo no me lo dijiste. Le estaba contando a
ella que cuando nos para la policía y eso aparece
él me mira y me dice “Marta... cómo no me dijis-
te...” Porque él no sabía nada, te juro por Dios.
Pero sí el aislamiento de la actitud de la gente...
Mirá yo tengo una amiga mía que estuvo de-
tenida acá, Magdalena se llama, estuvo en la 3
también. Es una tipa que trabaja muy bien... Ella
«V«V
«V«V
«V
os sabés que la otros sabés que la otr
os sabés que la otros sabés que la otr
os sabés que la otr
aa
aa
a
vv
vv
v
ez,ez,
ez,ez,
ez,
cuando vine acá, cuando vine acá,
cuando vine acá, cuando vine acá,
cuando vine acá,
fue la segunda vfue la segunda v
fue la segunda vfue la segunda v
fue la segunda v
ez,ez,
ez,ez,
ez,
en en
en en
en
los 50 años que tenglos 50 años que teng
los 50 años que tenglos 50 años que teng
los 50 años que teng
oo
oo
o
,,
,,
,
en que ren que r
en que ren que r
en que r
ealmenteealmente
ealmenteealmente
ealmente
acepté mi vidaacepté mi vida
acepté mi vidaacepté mi vida
acepté mi vida
pasada.»pasada.»
pasada.»pasada.»
pasada.»
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Voces Recobradas
29
cuando va a una reunión donde alguien sabe que
estuvo presa, ella se sienta y dice, “bueno, como
ustedes saben, yo estuve presa, en la unidad 3...”
y cuenta todo...
Es la única manera...
Norma:
Vos sabés que la otra vez, cuando
vine acá, fue la segunda vez, en los 50 años que
tengo, en que realmente acepté mi vida pasada.
Porque la primera vez... bueno, fue hace ya mu-
cho tiempo. Y la segunda vez fue esa. Porque, in-
clusive, cuando yo caí presa, cuando vino el SIE
a mi casa, ni siquiera fui capaz de asumirlo yo,
yo. Para qué me están llevando si yo no tengo
nada que ver. No tengo nada que ver, decía yo.
Entonces cuando llegado el momento de los pa-
peles, me dice, y me dijo el secretario del juez,
“mire señora, usted no me diga que no tiene nada
que ver porque hace nueve años y siete meses que
está fugada, con una condena de 16 años, me dice,
tiene que pagarla... Como sea, tiene que pagarla.
Cayó ahora, está bien. La encon-
tramos porque cometió un error
de permitir que pasaran sus hue-
llas por la computadora y no
coinciden los nombres... entonces
a la fuerza, saltó en el SIE de que
la causa...”
Porque yo salí del juzgado
por diez kilos de droga salí. Me
fui. Dejé los diez kilos arriba del
escritorio y le dije al secretario
“está buscando dueño...” ya lo
encontró, me dijo...
Y a menos de cuatro horas y media que me
habían dado la libertad por drogas de un juzga-
do me viene a buscar el SIE por el otro... Enton-
ces yo decía “yo no tengo nada que ver...”. En el
momento en que apretaron el timbre de mi casa
y las dos personas, el hombre y la mujer que es-
tuvieron ahí parados dijeron mi primero y ver-
dadero nombre, los pelos se me pararon así... Yo
le dije “no, acá no vive”. Entonces el tipo mira la
orden y dice, “bueno, si no es fulana de tal es
esta otra fulana de tal, ¿está Norma Marchi? Sí...
venga conmigo, señora” Encima falsificación de
documentos... nueve años y siete meses con do-
cumentos falsos. Voté, me casé, tuve mis hijos...
Las deudas hay que pagarlas...
Cuando yo fui a juicio, este último tercer jui-
cio, porque tuve tres juicios yo para llegar a esta
condena. Me dejaron cinco años. El abogado me
dice ¿querés ir a casación? Estás loco. Estás loco,
por cinco años de mi vida más nueve que te digo,
estar fugado... Yo pasé nueve años y siete meses
de mi vida más presa que acá adentro. Porque
yo afuera salía, trabajaba, iba a un cine, criaba a
mis hijos, pero siempre estaba viviendo paranoi-
ca... Acá ando tranquilamente.
Coord:
¿Y gente de la época anterior, la se-
guías viendo?
Norma:
Sí, a algunos, pero muy espo-
rádicamente. Escuchame, el proceso de cambio
de identidad no lo hacías vos sola... hay una de-
terminada cantidad de gente que fabricó todo eso
y te tiene que ayudar o desaparecías...
María Angélica:
Yo te digo porque yo tengo
una familia, ¿no? Y mi hijo sabe que yo me llamo
con tal nombre, yo me llamo María Angélica, qué
le digo, no me llames más María Angélica,
llamame Nelly...
Norma:
No. Mi hijo nació en 1977, Pablo. Y
cuando Pablo nació yo ya estaba... había salido
del hecho anterior. Porque yo
me fugo del Pozo de Banfield en
febrero del 77 y Pablo nació en
marzo. Yo llegué embarazada
de Pablo de seis meses y Pablo
nació de ocho meses. Ya cuando
Pablo nació yo ya me había ido
de ahí. O sea que mis hijos me
conocieron con este nombre. Y
con el que quedé para tenerlo
ahora. Porque el caso se presen-
tó que cuando yo caí detenida
me juzgaron con un nombre y apellido y yo tenía
otro nombre y apellido. Entonces sigo siendo aho-
ra la del documento trucho, la que vale...
Coord:
La otra quedó en el Pozo de
Banfield...
Norma:
La otra quedó en el Pozo de Banfield.
La otra quedó ahí. Con sus dramas, con su vida,
sus historias, una hija...
María Angélica
: Pero te persiguió toda la
vida...
Norma:
Me persiguió toda la vida.
Coord:
Es que en realidad es un poco así, que
estás pagando algo que no hiciste vos, sino que
hizo “otra”.
Norma:
Sí. Es algo que hizo otra, en reali-
dad. Y pagué, esa otra pagó demasiado. Pagó con
una hija que en este momento tendría que tener
«La otr«La otr
«La otr«La otr
«La otr
a quedó en ela quedó en el
a quedó en ela quedó en el
a quedó en el
PP
PP
P
ozoz
ozoz
oz
o de Banfo de Banf
o de Banfo de Banf
o de Banf
ield.ield.
ield.ield.
ield.
La otr La otr
La otr La otr
La otr
aa
aa
a
quedó ahí. Con susquedó ahí. Con sus
quedó ahí. Con susquedó ahí. Con sus
quedó ahí. Con sus
drdr
drdr
dr
amas,amas,
amas,amas,
amas,
con su vida, con su vida,
con su vida, con su vida,
con su vida,
sus sus
sus sus
sus
historhistor
historhistor
histor
ias,ias,
ias,ias,
ias,
una hija...» una hija...»
una hija...» una hija...»
una hija...»
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Voces Recobradas
30
A lo largo del taller conocimos varias histo-
rias más. Hay muchos temas que quedaron pen-
dientes y que podrían engrosar el presente tra-
bajo. La visión de las internas sobre la justicia, la
relación entre el afuera y el adentro de la cárcel,
las expectativas para cuando salgan, el significa-
do de la palabra “Ezeiza”, etc. etc. son algunos
de los ítems que formarán parte de un segundo
trabajo más completo que este primer esbozo.
30 años. Que murió ahí. Y doy gracias a que este
otro hijo lo pude sacar de ahí, que fue lo que me
ayudó a vivir, ¿no? Ese y la otra hija que nació
después. La otra hija no se olvida nunca...
Yo digo esta jurisprudencia argentina...
Marta Elena:
Y pensar que hay gente que dice
que es mentira...
Norma:
Mirá yo te digo, aquella mujer que
diga que es mentira que me vea cuando me estoy
bañando...
Yo tengo 50 años, como verás no tengo un
físico, estoy recuperando kilos. Yo fui al Pozo de
Banfield con 62 kilos. Estaba embarazada. Salí del
Pozo de Banfield con 30 kilos 200. Y un embara-
zo de seis meses. Así, imaginate lo que pesaba
yo. Mi hijo nació con un kilo 700 gramos, de ocho
meses. Lo tuve afuera. O salía o me moría.
Coord:
¿Y la fuga fue casualidad o tuviste
ayuda?
Norma:
No, tuvimos ayuda. Éramos 27 a sa-
lir y salimos 11 vivos. 11 quedamos vivos. Ya des-
pués de los11 murieron 4. De los 27 que inicia-
mos el proceso de salida pudimos salir 11.
Imaginate.
A mí me hace gracia porque en el segundo
juicio, cuando el representante de los derechos
humanos presenta el libro este Nunca Más, en el
listado figura mi nombre, como desaparecida.
Dice, bueno, ¿qué hacemos? Para la ley no estás...
cómo se la puede juzgar...
María Angélica
: Y te hicieron desaparecer,
ahora para qué te van a condenar de nuevo...
Norma:
Exacto. Es lo que alegaba el de los
derechos humanos. Sabés lo que dijo el juez, el
que me condenó ahora, “eso es historia pasada,
caso juzgado”. Entonces cuando el fiscal me pide
la condena de 14 años, lee todo su... Bueno, vien-
do que pasaron nueve años, siete meses y la con-
dena anterior, más el tiempo sufrido... la conde-
no a cinco años de sentencia efectiva.
Para él yo tenía que pagar cinco años más.
Mi juicio fue en el año 85. Yo fui condenada
en ausencia en el año 85. Figurando desapareci-
da para el Estado nacional. Mi juicio fue el 13 de
diciembre de 1985. La sentencia salió el 17 de di-
ciembre de 1985 figurando desaparecida.
Ilustración: Jorge Mallo
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Voces Recobradas
31
Historias
de vida na
prisão de Ezeiza
A unidade cárceraria número 31, é
uma prisão para mulheres, situada na
localidade de Ezeiza (província de Bue-
nos Aires), mantém uma politica aberta
em quanto as atividades que permite
realizar as processadas e condenadas
que abriga.
A partir de 1996 a Biblioteca Muni-
cipal e Popular Esteban Adrogué (Almi-
rante Brown) aproximase a peniten-
ciária emprestando libros, videocassetes
e organizando talleres. Neste marco, du-
rante 1997 se realizou um taller de His-
toria Oral que, começou com a consig-
na “História da minha cidade natal”
transformando-se em historia de vida na
cadeia de Ezeiza.
Life stories
in Ezeiza
prison
The Unity N° 31 is a prison for
women placed in Ezeiza (Province of
Buenos Aires). It keeps an open policy
in terms of the activities that it allows
to do to the accused and convicted
women that it houses.
Since 1996 the Municipal and Popu-
lar Esteban Adrogué Library (Almirante
Brown) goes up to the prison to lend
books and videos and organizes
workshops. In that frame, during 1997
a workshop of Oral History was carried
out. It started with the slogan “Stories
of my home town”, and it became in life
stories in the jail of Ezeiza.
Histoires de
vie dans la
prison d’ Ezeiza
L’Unité N° 31 est une prison de
femmes placée en Ezeiza (Province de
Buenos Aires). Elle maintient une
politique ouverte quant aux activités
qu’elle permet de faire aux accusées et
aux condamnées qu’elle loge.
Depuis 1996, la Bibliothèque
Municipale et Populaire Esteban Adrogué
(Almirante Brown), s’approche de la
prison et prête des livres et des videos
et organise des ateliers. Dans ce cadre,
pendant 1997 on a fait un atelier
d’Histoire Orale qui a commencé avec
le sujet “Histoires de ma ville natale” et
après s’est transformé en des histoires
de vie dans la prison de Ezeiza.
Voces Recobradas
31