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Voces Recobradas
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n la conferencia, Philippe Joutard nos ofrece una se-
rie de reflexiones sobre la investigación oral.
El investigador oral, en primer lugar, se maravilla
frente a los testimonios que recoge. Este maravillarse pue-
de tentarlo a detenerse allí, a reducir su trabajo al testi-
monio y a una breve explicación... Es por eso que el in-
vestigador debe tener el coraje de no ser sólo un memo-
rialista y asumir completamente la austeridad de la fun-
ción de historiador -austeridad que se hace evidente fren-
te a la abundancia de la memoria-.
Hay que tener, por lo tanto, el coraje de poder tomar
distancia, cruzar los testimonios, confrontar lo escrito y
lo oral, hacer aparecer las divergencias y los olvidos frente
a los testimonios, especialmente si éstos son relatados por
las víctimas de los traumatismos que sufrió nuestro siglo
XX. Porque si hay un dominio en el que la historia oral se
revela irremplazable e indispensable es ése. Esta noción
de que sólo el testigo puede traducir se ve claramente en
la película SHOA. Los documentos escritos no revelan el
dolor ni el sufrimiento ni la perversidad del sistema sin
embargo, son muy importantes para confrontarlos con
los documentos orales.
Frente a esos testimonios traumáticos, ¿la mirada crí-
tica no es una pretensión insoportable e insultante? Y sin
embargo, hay que hacerlo. La historia oral no es simple-
mente un método histórico novedoso, sino otra historia,
una historia alternativa, que devuelve la palabra a los
que jamás la han tenido. Entonces, no hay elección: de-
COMENTCOMENT
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ARIO SOBREARIO SOBRE
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LA CONFERENCIA DE PHILIPPE JOUTLA CONFERENCIA DE PHILIPPE JOUT
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ALENTÍA DE SERALENTÍA DE SER
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IV ENCUENTRO NACIONAL DE HISTORIA ORAL
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Voces Recobradas
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bemos ser historiadores/as y no simplemente, memorialistas.
¿Por qué? Aunque la primera razón pueda parecer para-
dójica, para respetar el verdadero objeto de nuestro tra-
bajo, la memoria, para ser verdaderos memorialistas, hay
que adoptar un modo histórico.
El verdadero fundamento de la memoria no es el re-
cuerdo sino el olvido. La memoria se constituye prime-
ro por lo que rechaza, sea porque lo encuentra insigni-
ficante, o demasiado significante.
Tiene también una ca-
pacidad extraordinaria, como lugar en donde comparten
el recuerdo y el olvido, lugar de la mitificación, de lo sim-
bólico. La contrapartida de un análisis crítico y de no
quedarse con una explicación superficial, chata y
desvalorizante de este trabajo sobre la memoria. Es de-
cir, no hay que considerar esos "olvidos", esas deforma-
ciones del relato como fallas que hay que rechazar. Esto es
considerado a menudo, y en especial para el historiador aca-
démico, como la debilidad del testimonio oral pero, por el
contrario, es su fuerza.
Dice Joutard claramente: "Si no están convencidos de que
la memoria es primero el olvido, la deformación y al final los
hechos verdaderos, pero además que este olvido, estas defor-
maciones tienen una significación, yo creo que no están he-
chos para hacer historia oral."
Hay que desconfiar mucho ya que una memoria sin sufrir
la crítica histórica es siempre susceptible de ser relativizada. Y
que en consecuencia desde este punto de vista, la historia con
este carácter de rigor y de austeridad está aquí como una espe-
cie de pretil. Con la condición de respetar dos exigencias: pri-
mero, no quedarse con una visión extrema de la verdad histó-
rica, sin caer tampoco en el relativismo. Hay una segunda con-
dición tan importante como la primera. Es la modestia del his-
toriador, y es la segunda forma, última forma del coraje que se
requiere... tener el coraje de reconocer que el historiador no
agota jamás la realidad. La visión de cada uno de nosotros
queda parcial.
Debemos tener el coraje de decir que la pers-
pectiva de la historia tiene todo su valor pero es sólo una
aproximación de la realidad.
Más tarde, en la presentación de la reedición de su li-
bro, Joutard señaló la importancia del desarrollo tecnológi-
co, sobre todo el paso de la grabación magnetofónica a la
grabación de video. En los próximos años habrá que re-
flexionar sobre el problema de la imagen en relación al so-
nido. Y después, a nivel tecnológico, poco a poco se van a ir
desarrollando formas de historia oral escritas como por
ejemplo los foros de Internet.
Luego nos llamó la atención sobre el problema instala-
do por la identidad en nuestras sociedades. Es verdad que
ya no se puede negar la mundialización, pero los mun-
dialistas son naïfs al ver este fenómeno como algo única-
mente positivo. En cambio mucha gente piensa que el úni-
co medio de resistir a la mundialización es el crecimiento
identitario.
A partir de allí el problema es saber qué tipo de identi-
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io sobrio sobr
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e la confe la conf
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encia de Philippe Jencia de Philippe J
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Traducción
Lucía Dorin
dades van a ser construidas. Si es que la identidad será
mortífera o abierta. Los historiadores europeos están en una
encrucijada de caminos, ya que más que ningún otro pue-
de jugar en un sentido o en el otro. Pueden jugar un rol
en un sentido completamente negativo, por el mejor
motivo del mundo reforzando la identidad cerrada. Y
hay cierta instrumentación de la historia oral que está
en marcha, muy inquietante. Es por eso que el modo del
historiador riguroso y científico está justamente en con-
tra incluso de esta historia identitaria. Es decir, reconoce
esta identidad, la respeta pero busca abrirla.
Parece algo bastante difícil, todos tendremos que
trabajar con la noción de identidades abiertas. Y una
cierta manera de hacer lo oral puede ayudar a la aper-
tura de estas identidades, dando la palabra a las cul-
turas que están hasta ahora en muchos casos domina-
das y oprimidas.
Allí es donde la historia oral es un proyecto pro-
fundamente político, en el sentido amplio del térmi-
no, sabiendo que buscará estar siempre del lado de la
apertura, y de cierto lado no conformistas que es aquél
que pone el acento en el peligro. Hoy el más concreto
es el peligro contra todas las formas de poder.