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Voces Recobradas
34
vista desde una
metodología
foucaultiana
La Historia de un intelectual vista desde una metodología...
Autor
Carmen Sesto
Programa de Historia oral
Museo Roca
Programa UBACYT-CONICET
La Historia
de un intelectual
25, 26 y 27 de agosto de 1999
IV ENCUENTRO NACIONAL DE HISTORIA ORAL
Voces Recobradas
34
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Voces Recobradas
35
1.1.
1.1.
1.
Intr Intr
Intr Intr
Intr
oducciónoducción
oducciónoducción
oducción
Una de las dificultades de tipo lógico que restrin-
ge la validez del género biográfico, en sus diversas mo-
dalidades, es que se organiza de antemano en función
de una identidad fija y estable a través del tiempo, pro-
vocando la ilusión de continuidad y coherencia de un
sujeto siempre igual a sí mismo. Este efecto ilusorio
proviene de considerar a la identidad como algo úni-
co y esencial, un núcleo central desde el cual se deter-
mina la razón de ser de los sujetos individuales y co-
lectivos, reduciendo la diversidad existente a uno solo
de los factores como si impregnara y diera sentido al
resto. Un ejemplo ilustrativo de este abordaje tradi-
cional se vincula al encarnizado y largo debate sobre
el “ser nacional”, en el que se desconoce la pertinencia
de ámbitos muy disímiles entre sí como familiares,
religiosos, étnicos, sociales e ideológicos.
Las preguntas acerca de si la identidad era esta-
ble o si varía en el tiempo y el espacio, si funciona de
manera monolítica o compleja estuvieron ausentes en
las preocupaciones metodológicas en general, y de la
historia oral en particular en la década de 1960, ya que
en este período inicial está mucho más acuciada por
adoptar las preceptivas de cientificidad que exige la
profesionalización y el ingreso al ámbito académico.
Estos interrogantes tampoco fueron incluidos en la
agenda de debate entre 1970 y 1980, básicamente orien-
tada a resolver cuestiones empíricas vinculadas con la
recopilación y acumulación de entrevistas, a fin de
contar con una masa crítica encorsetada en los mode-
los estandarizados impuestos por la comunidad aca-
démica.
(1)
Estos puntos comienzan a precisarse y explicitarse
activamente en relación con las temáticas de las nacio-
nalidades y la inmigración hacia 1990, cuando ya se
dispone de una sustancial renovación en el campo
epistemológico y teórico. Lo que se hizo claro con es-
tas dilucidaciones fue una concepción de la identidad
múltiple, diversa y flexible, haciendo referencia al pro-
ceso social en el que una persona adopta determina-
das características y rasgos según el ámbito, la posi-
ción y el estatuto que ocupa en lo familiar, religioso,
económico, intelectual y político. Poniendo de relieve
una dinámica identitaria cuya configuración es frag-
mentaria y permeable, ya que en ese campo de dife-
renciación, individualización y agrupamiento existe un
constante entrecruzamiento, flujo y pasaje de las di-
versas modalidades adoptadas.
(2)
El problema es que aún después de esta descom-
posición del campo identitario, ese proceso social se
sigue pensando como expresión única de la concien-
cia y la voluntad del individuo. Por consiguiente, el
material proveniente de la relación con los otros y el
mundo que es la contracara de dicho proceso, queda
minimizado a un mero reflejo de esa interioridad, des-
conociendo la entidad que le es propia.
Una de las maneras de romper con ese modelo
psicologista, es aceptar un recorte donde las caracte-
rísticas diferenciadas provienen de las reglas, proce-
dimientos y códigos de cada posicionamiento, ámbito
y estatuto, ya que son independientes de los sujetos
que los ocupan. Esto implicó situarnos en el punto de
intersección en que confluyen los dos aspectos consti-
tutivos de las identidades: los sujetos y los otros/el
mundo.
Se trata de analizar la configuración de esas iden-
tidades en dos niveles, el del trabajo sobre sí mismo y
el de la interacción con los otros y el mundo. Poniendo
especial acento en el contexto histórico que estructura
esas identidades, porque ya no cabe duda que las so-
ciedades y épocas en las que viven determinan los ras-
gos fundamentales, por tanto, ponen en evidencia las
transformaciones que impone el tiempo y el espacio.
(3)
Las características que presentan las trayectorias
de vida puestas a consideración en este caso, nos lle-
varon a optar por la noción de intelectuales específi-
cos formulada por Michel Foucault, dado que ilustra
perfectamente la emergencia de este nuevo tipo de
intelectuales en nuestra historia más reciente.
(4)
En síntesis, éstos son los objetivos del trabajo que
presentamos al debate académico. No sin antes men-
cionar que esta perspectiva articula lo teórico y lo prác-
tico como indisociables, por tanto, los hallazgos pre-
sentados surgieron de la información recogida en el
transcurso de las entrevistas que realizamos con
Horacio Giberti y Hebe Clementi. La creación de esta
fuente oral demandó dos años de labor permanente,
con una periodicidad semanal, durante los cuales se
recopilaron 80 horas de grabaciones, utilizando los
procedimientos que se describirán en la segunda par-
te de este artículo.
2.2.
2.2.
2.
Hacia una def Hacia una def
Hacia una def Hacia una def
Hacia una def
inicióninición
inicióninición
inición
de las trde las tr
de las trde las tr
de las tr
aa
aa
a
yy
yy
y
ectorector
ectorector
ector
ias de vidaias de vida
ias de vidaias de vida
ias de vida
como como
como como
como
“intelectuales“intelectuales
“intelectuales“intelectuales
“intelectuales
específespecíf
específespecíf
específ
icos”icos”
icos”icos”
icos”
En rigor de verdad, debemos admitir que no se
partió de esta conceptualización del intelectual espe-
cífico como un
a priori
que se ponía a prueba, por el
contrario, llegamos a la misma a partir de la informa-
ción recogida en las entrevistas y de la aplicación del
método arqueológico genealógico foucaultiano. Esta
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Voces Recobradas
36
primera aproximación partió de una previa evalua-
ción de su tarea como intelectuales y del curriculum
vitae como carta de presentación y que, a la vez, nos
permitió avizorar las rasgos en común de ambos per-
sonajes, autorizándonos a incluirlos en la misma
categorización.
(5)
Haciendo una breve síntesis de las trayectorias de
Horacio Giberti que es ingeniero agrónomo y Hebe
Clementi que es licenciada en Historia, encontramos
una temprana especialización en áreas determinadas
del conocimiento científico: sector agropecuario
pampeano e historia estadounidense respectivamen-
te, el ejercicio de la docencia y la investigación en la
Universidad Nacional de Buenos Aires, en donde aún
continúan con el dictado de materias de posgrado.
Desde esta previa profesionalización son invita-
dos a ejercer funciones públicas, y subrayamos esto
de “invitados”, porque esa nueva pertenencia se debe
a que poseen un bien escaso y muy
valioso: una información de alta cua-
lificación y la previa capacitación,
que los habilita para adentrarse en
problemas claves. Esta situación de
excepcionalidad es quizás, una de las
circunstancias que permiten sortear
el paso por las horcas caudinas de la
militancia política, Giberti hasta aho-
ra no se afilió a ningún partido y
Clementi recién lo hace en su madu-
rez, en 1982, en uno de los dos parti-
dos mayoritarios de nuestro país: la
UCR.
A esos cargos públicos acceden
en períodos neurálgicos de la Argen-
tina, en períodos de transición demo-
crática luego de gobiernos de facto.
Giberti es nombrado secretario de Agricultura y Ga-
nadería dependiendo del Ministerio de Economía a
cargo de José Gelbard durante la presidencia Perón-
Perón entre 1973-1974, antes había ocupado el cargo
de presidente del INTA entre 1958-1962. En cambio,
Clementi debuta como funcionaria en la presidencia
Alfonsín-Martínez, como directora del Museo Roca
entre 1983-1985 y luego, como directora del Libro en-
tre 1985-1989, dependiendo ambos de la Secretaria de
Cultura de la Nación.
Estos datos primarios nos posibilitaron la confi-
guración de una imagen compartida, en donde debía-
mos desechar de plano la existencia de prototipos
excluyentes de intelectuales o de políticos sólo en re-
lación directa con la institución y el saber científico o
con los cuadros y estructuras burocráticas del partido.
Estos intelectuales se politizan a partir de la actividad
específica de cada uno y en lugares ultrasensibles como
la universidad, participando en el diseño de sectores
esenciales del país como lo agrario, la educación y la
cultura. Esa imagen nos llevó a un primer recorte con-
ceptual provisorio como “intelectuales orgánicos” en
el sentido marcado por Gramsci, y que planteó como
indagación la relación con el grupo a que pertenecen,
al sector social que representan y la función que cum-
plen como formadores de la conciencia de la socie-
dad.
(6)
La inadecuación de esta categoría quedó en evi-
dencia en cuanto avanzamos en las entrevistas, ya que
estas figuras no aparecen como portadoras de valores
universales, ni un paso más adelante del resto de la
sociedad, ni tampoco asumiendo la dirección ideoló-
gica de la clase fundamental. Por el contrario, el ejer-
cicio de la práctica política, de las condiciones de tra-
bajo y la experiencia cotidiana de su vida íntima, mues-
tran a Giberti y Clementi ocupados en resolver pro-
blemas concretos y en estrecho contacto con los secto-
res más desfavorecidos de nuestra sociedad. No un
paso más adelante para esclarecer su
conciencia sino junto a ellos escu-
chando lo que decían, ya que estaban
plenamente convencidos de que so-
bre ese tema sabían mucho más que
ellos, como ambos lo admiten lúci-
damente.
La respuesta es proporcionarles
los instrumentos y los medios para
que aprendan a defenderse por sus
propios medios, sorteando o rodean-
do las limitaciones y restricciones que
imponen las circunstancias históri-
cas. A modo de ejemplo de este pro-
ceder podemos señalar el énfasis que
adquirió el INTA en su papel
asistencial y de extensión durante las
dos gestiones de Giberti, quien par-
ticipaba activamente de estos programas de
reconversión que aminoraron las distancias existentes
entre los pequeños y grandes productores.
El Plan Nacional de Lectura elaborado por
Clementi desempeñó un papel similar. Instrumentado
a través de las Bibliotecas Públicas, se orientó en pri-
mera instancia hacia los marginados de la
escolarización: niños, jóvenes y adultos, más tarde, se
incluirán a los escolares. Pero siempre en las provin-
cias más desfavorecidas, por su pobreza y ubicación
geográfica, como por ejemplo las fronterizas. Esas vo-
ces se escucharon en diferentes talleres: literarios, de
historias y experiencias de vida, y generaron una di-
námica de creación de archivos orales, de exposicio-
nes de muy diverso tenor que, en todos los casos, fue-
ron implementados desde esos mismos sectores socia-
les.
La tarea de estos intelectuales no sólo les crea ene-
migos sino que encuentra grandes obstáculos y los
expone al riesgo de quedar aislados al no dejarse ma-
La tarLa tar
La tarLa tar
La tar
ea de estos inte-ea de estos inte-
ea de estos inte-ea de estos inte-
ea de estos inte-
lectuales no sólo leslectuales no sólo les
lectuales no sólo leslectuales no sólo les
lectuales no sólo les
crcr
crcr
cr
ea enemigea enemig
ea enemigea enemig
ea enemig
os sino queos sino que
os sino queos sino que
os sino que
encuentrencuentr
encuentrencuentr
encuentr
a gra gr
a gra gr
a gr
andesandes
andesandes
andes
obstáculos y los eobstáculos y los e
obstáculos y los eobstáculos y los e
obstáculos y los e
xponexpone
xponexpone
xpone
al ral r
al ral r
al r
iesgiesg
iesgiesg
iesg
o de quedaro de quedar
o de quedaro de quedar
o de quedar
aislados al no dejarseaislados al no dejarse
aislados al no dejarseaislados al no dejarse
aislados al no dejarse
manipular por losmanipular por los
manipular por losmanipular por los
manipular por los
parpar
parpar
par
tidos políticos o lostidos políticos o los
tidos políticos o lostidos políticos o los
tidos políticos o los
aparapar
aparapar
apar
atos sindicales.atos sindicales.
atos sindicales.atos sindicales.
atos sindicales.
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Voces Recobradas
37
nipular por los partidos políticos o los aparatos sindi-
cales. Aunque la restricción más importante es que no
pueden desarrollar su estrategia por falta de apoyos
externos como ocurrió en estos casos estudiados.
Giberti no logró implementar su Ley de renta normal-
potencial y Clementi que se continuara el Plan Nacio-
nal de Lecturas.
El desplazamiento de intelectuales a funcionarios
públicos evidencia un corte, una discontinuidad en sus
rasgos identitarios, ya que asumir esta politización
implicó un desprendimiento de sí mismo y un trans-
formarse en algo distinto en un espacio extraño, cuyas
reglas desconocen. Una práctica transformadora que
modifica muchos aspectos en la vida de Giberti y
Clementi, e incluso cambia aquello que es la razón de
ser de los intelectuales: la relación
con la verdad. Un objetivo siempre
presente en sus luchas, pero ya no
como un ente universal y temporal,
sino como la consecución de estos fi-
nes pequeños y particulares y desde
las condiciones históricas y concre-
tas.
En este punto conviene una dis-
gresión que atiende a la ética de es-
tos personajes. En un país atravesa-
do por el fantasma de la corrupción,
no hay un solo indicio ni denuncia
de que hayan saqueado al erario na-
cional. Por el contrario, son capaces
de desprenderse de sí mismos, y de
sus cargos salieron con los mismos
bienes que tenían antes. Desde esta
perspectiva, estas trayectorias de
vida tienen un valor ejemplificador
que son fundamentales para nosotros
y las generaciones venideras.
La serie de características enun-
ciadas nos permite afirmar que éstos
son nuevos intelectuales que, de manera alguna, se
pueden ligar con la
intelligentzia
que les precede sino
que inauguran una modalidad cuya habilitación se
sustenta fundamentalmente en el ejercicio y la respon-
sabilidad ciudadana. Esas características se ajustan per-
fectamente a la definición de intelectuales específicos
de Michel Foucault, denominando como tal a los indi-
viduos que hacen uso de su saber y competencia con
relación a la práctica política, cuya postura no repre-
senta valores universales ni indica por adelantado al
pueblo lo que debe hacer y pensar.
(7)
La fertilidad analítica de este recorte conceptual
va mucho más allá de la congruencia y coherencia que
se pide porque provoca una apertura que permite un
análisis múltiple, diferenciado y detallado, que se re-
fiere a individuos concretos con un cuerpo marcado
por las huellas de la historicidad, de las condiciones
de vida y de trabajo, de la esfera de lo privado y de la
sexualidad, de sus familias, amores y odios, de las re-
laciones entre las prácticas académicas, políticas, so-
ciales y económicas.
Podemos concluir que los intelectuales específi-
cos presentan una serie de características, que permi-
ten reconocerlos e individualizarlos.
1. Son profesionales ya prestigiados en su activi-
dad académica y, desde allí, acceden a la función pú-
blica sin considerarse portadores de valores eternos ni
de crítica universal.
2. Estos intelectuales son a la vez padres de fami-
lia, vecinos, deportistas, consumidores, es decir, son
hombres concretos que parten de una posición social
y de los medios que disponen y que adoptan diferen-
tes identidades en cada ámbito que,
a la vez, se entrecruzan e interre-
lacionan entre sí.
3. En su condición de intelectua-
les siguen teniendo una estrecha vin-
culación con las instituciones acadé-
micas y políticas.
4. Los planes y las funciones que
pueden adoptar estos intelectuales
polítizados ocurren en un espacio ya
configurado que no permite indefi-
nidas modificaciones.
5. Esa práctica política se centra
en la responsabilidad que asumen
como ciudadanos plenos con una in-
tervención directa en las políticas pú-
blicas, que excede ampliamente el as-
pecto representativo que consiste en
votar periódicamente. Ese accionar
se da en determinadas condiciones
históricas y en un espacio reglamen-
tado que limita las posibilidades de
transformación.
6. La función de estos intelectua-
les cambia radicalmente en un punto: la relación con
las masas. Su objetivo no es iluminar la conciencia de
las masas para que conozcan sus necesidades, sino pro-
porcionarles los medios para que las satisfagan.
7. Esta especificidad está atravesada por las for-
mas identitarias que fluyen de lo privado, lo íntimo y
lo familiar.
8. Los intelectuales específicos son hombres his-
tóricos que pertenecen a un tiempo determinado, y a
las contingencias e imposibilidades que plantea ese
azaroso camino.
En síntesis, estos intelectuales no son un puro es-
píritu que conserva y preserva esa identidad en cada
uno de los ámbitos en que transcurre su vida sino que,
por el contrario, esa identidad varía en cada una de
las dimensiones en que emergen. Son hombres mate-
rializados con un cuerpo que está sometido a diversos
Esas carEsas car
Esas carEsas car
Esas car
acterísticas seacterísticas se
acterísticas seacterísticas se
acterísticas se
ajustan perfajustan perf
ajustan perfajustan perf
ajustan perf
ectamente aectamente a
ectamente aectamente a
ectamente a
la defla def
la defla def
la def
inición de intelec-inición de intelec-
inición de intelec-inición de intelec-
inición de intelec-
tuales específtuales específ
tuales específtuales específ
tuales específ
icos deicos de
icos deicos de
icos de
Michel FMichel F
Michel FMichel F
Michel F
oucault,oucault,
oucault,oucault,
oucault,
deno- deno-
deno- deno-
deno-
minando como tal a losminando como tal a los
minando como tal a losminando como tal a los
minando como tal a los
indiindi
indiindi
indi
viduos que hacenviduos que hacen
viduos que hacenviduos que hacen
viduos que hacen
uso de su saber y com-uso de su saber y com-
uso de su saber y com-uso de su saber y com-
uso de su saber y com-
petencia con rpetencia con r
petencia con rpetencia con r
petencia con r
elación aelación a
elación aelación a
elación a
la práctica política,la práctica política,
la práctica política,la práctica política,
la práctica política,
cuy cuy
cuy cuy
cuy
aa
aa
a
posturpostur
posturpostur
postur
a no ra no r
a no ra no r
a no r
eprepr
eprepr
epr
esentaesenta
esentaesenta
esenta
vv
vv
v
aloralor
aloralor
alor
es unies uni
es unies uni
es uni
vv
vv
v
ersales niersales ni
ersales niersales ni
ersales ni
indica por adelantado alindica por adelantado al
indica por adelantado alindica por adelantado al
indica por adelantado al
puepue
puepue
pue
bb
bb
b
lo lo que delo lo que de
lo lo que delo lo que de
lo lo que de
bebe
bebe
be
hacer y pensarhacer y pensar
hacer y pensarhacer y pensar
hacer y pensar
..
..
.
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Voces Recobradas
38
regímenes: de trabajo, de placer y de enfermedades
que dejan huellas de su historicidad. Estos hombres
concretos muestran una multiplicidad y diversidad de
posicionamientos y de estrategias identitarias según
el estatuto y la dimensión que se trate y la fluidez o
estancamiento de cada espacio social.
3. Los intelectuales3. Los intelectuales
3. Los intelectuales3. Los intelectuales
3. Los intelectuales
específespecíf
específespecíf
específ
icos y el métodoicos y el método
icos y el métodoicos y el método
icos y el método
arar
arar
ar
queológico-gqueológico-g
queológico-gqueológico-g
queológico-g
enealógicoenealógico
enealógicoenealógico
enealógico
ff
ff
f
oucaultianooucaultiano
oucaultianooucaultiano
oucaultiano
La cuestión ahora es la siguiente: cómo pudimos
acceder a esa multiplicidad de identidades, cuidado-
samente individualizadas en los diversos posi-
cionamientos y juegos de desgajamientos en las tra-
yectorias de los sujetos. Sin duda, fue el resultado de
la aplicación del método arqueológico-genealógico
foucaultiano.
Llegó el momento de considerar
la renovación metodológica que en-
gendra la propuesta foucaultiana,
cuya crítica acerba a la función
sintetizadora del YO, nos orientó en
la dirección de introducir el artificio
de dejar en suspenso lo más eviden-
te e inmediato: la identidad como un
sustrato homogéneo, estable, perma-
nente y siempre igual a sí mismo.
(8)
Este artificio crítico debe enten-
derse según Foucault, como una pre-
caución destinada a evitar referir o
subsumir la multiplicidad en un solo
rasgo, afrontando el riesgo que aparezca el entrama-
do histórico en procesos diferenciados según los ám-
bitos y niveles en que operan. Desde el punto de vista
epistemológico, se trata de un poliedro de inteligibili-
dad, que carece de un punto central o un núcleo que
explique todo, cuyas caras van siendo definidas a me-
dida que se despliega esa variada gama de elementos,
procediendo por saturación progresiva.
3.a.3.a.
3.a.3.a.
3.a.
El método g El método g
El método g El método g
El método g
enealógicoenealógico
enealógicoenealógico
enealógico
Este marco metodológico resulta básico para ana-
lizar los juegos identitarios dando cuenta de la com-
plejidad sobre la que se edifica, debido a que se trata
de una constelación de factores heterogéneos que se
desplazan y cambian muy rápidamente. En vez de
definir el núcleo central de una identidad y desde
allí, buscar su génesis a través del tiempo, lo que
hicimos fue remitirnos a los comienzos tomando el
plano más bajo y elemental. Para ello, disponíamos
de dos conceptos: procedencia y emergencia, que
nos permitieron distinguir las diferentes formas de
identidad y su pertenencia, reconstruyendo los hi-
los que los atan, los relacionan y los hacen darse
unos a otros.
(9)
Para precisar aquí el patrón de inteligibilidad
que nos proporcionaron dichos conceptos, los des-
cribiremos separadamente aunque visualizando los
efectos de conjunto. La procedencia remite a los
comienzos donde se encuentra una multiplicidad
de características brumosas y luego un gran núme-
ro de desplazamientos, modificaciones e inversio-
nes de esos rasgos diferenciados. Situarnos en los
comienzos fue algo fantástico, porque quedó en
evidencia la inexistencia de una esencia cuyo desa-
rrollo determina lo que viene posteriormente.
En el plano más elemental sólo encontramos a
niños absorbidos por la escena familiar: padres, her-
manos, vecinos y amigos, cuyo entorno se
circunscribía a los límites de la casa paterna, y un
poco más adelante, a la escuela, los
paseos, los medios de comunica-
ción, el barrio, el centro y los pri-
meros ritos de iniciación sexual.
Por ejemplo, la construcción de la
casa propia como proyecto familiar
tiene un valor emblemático para
Clementi, que es hija de inmi-
grantes italianos.
Esos comienzos no revelan
ninguna intencionalidad, ni desig-
nio, ni llamado vocacional, ni nin-
gún otro sentido originario que
imprime un rumbo fuera de cual-
quier datación cronológica, como
un proyecto que atraviesa su existencia y le da sig-
nificación. Incluso el giro que va tomando la vida
en cuanto a elecciones personales y profesionales
está rodeado de circunstancias azarosas y fortuitas,
en un caso surge de improviso y en otro por des-
carte de otras opciones.
En cuanto acceso a la función pública, tampo-
co se advierte la existencia de un destino manifies-
to ni una evolución hacia esas formas más presti-
giosas de ser. Por el contrario, lo que se percibe es
la inestabilidad de una figura única como identi-
dad preservada, ya que constantemente se atravie-
san diversas experiencias, desafíos y sufrimientos
en el campo práctico en que viven, trabajan y aman
y de los cuales no se sale de la misma manera en
que se entró.
Este juego de transformaciones específicas en
tiempos diferenciales recorrió las entrevistas ya
desde el comienzo, fue el recurso que posibilitó sor-
SituarSituar
SituarSituar
Situar
nos en los comien-nos en los comien-
nos en los comien-nos en los comien-
nos en los comien-
zz
zz
z
os fue algos fue alg
os fue algos fue alg
os fue alg
o fo f
o fo f
o f
antásticoantástico
antásticoantástico
antástico
,,
,,
,
porpor
porpor
por
que quedó en eque quedó en e
que quedó en eque quedó en e
que quedó en e
vi-vi-
vi-vi-
vi-
dencia la inedencia la ine
dencia la inedencia la ine
dencia la ine
xistenciaxistencia
xistenciaxistencia
xistencia
de una esencia cuyde una esencia cuy
de una esencia cuyde una esencia cuy
de una esencia cuy
oo
oo
o
desardesar
desardesar
desar
rr
rr
r
ollo determina loollo determina lo
ollo determina loollo determina lo
ollo determina lo
que viene posterque viene poster
que viene posterque viene poster
que viene poster
ior-ior-
ior-ior-
ior-
mentemente
mentemente
mente
..
..
.
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Voces Recobradas
39
tear las cronologías basadas en el devenir humano:
infancia, juventud, madurez y vejez. Aunque se
partió de la percepción que tenían los sujetos de esas
dislocaciones en su forma de ser, esta cuestión fue
retomada ante cada contingencia o avatar que im-
plicara una transformación sobre sí mismo o en la
relación con los otros y el mundo.
Ciertamente, esta precaución ofrece un campo
de reflexión importante, ya que favorece la visuali-
zación de circunstancias que antes no habían sido
consideradas, por ejemplo, la experiencia devas-
tadora que fue para Hebe Clementi la salida de la
función pública de manera imprevista y en medio
de la hiperinflación. Un efecto traumático que sólo
pudo ser verbalizado pidiendo un corte abrupto en
las entrevistas, que se retomaron con toda normali-
dad una vez aclarado el peso de ese hecho. En cam-
bio, Horacio Giberti narró como un suceso
conmocionante la enfermedad de su hijo menor
cuarenta años atrás. Sin embargo, lo que finalmen-
te apareció fue la transposición entre esa circuns-
tancia y la que había vivido recientemente con su
hijo mayor que, en cierto modo, lo
había conectado con su propia de-
bilidad y vejez.
Estos resultados son insepara-
bles de los efectos del otro concep-
to genealógico: la emergencia
como irrupción de un aconteci-
miento cuya razón de ser no se
puede retrotraer desde el presen-
te hacia el pasado. Esta precaución
metodológica previene uno de los
errores más habituales, la creencia
engañosa que el prestigio alcanza-
do en el presente ya está en ger-
men en el origen, situando al prin-
cipio lo que está al final o las últimas cosas antes
que las primeras.
(10)
Este paciente movimiento invirtió la relación
establecida entre la irrupción de determinados su-
cesos y la intencionalidad de los protagonistas, ya
que esa voluntad de acción se veía constantemente
contrarrestada por las restricciones que imponía un
espacio configurado por reglas, procedimientos y
símbolos. Esas precauciones hicieron visibles las
condiciones que determinan el quehacer, ya que
estas regulaciones limitan la voluntad y el accionar
de los sujetos.
Un caso muy interesante, en ese sentido, fue la
Universidad Nacional de Buenos Aires en la que
actuaron Clementi y Giberti en la década de 1960,
transida por los conflictos entre grupos de diferen-
te pertenencia ideológica, de limpieza de sectores
reaccionarios y de formulación de la carrera docente.
En ambos casos, para su suerte o desgracia, la acepta-
ción, rechazo o desplazamiento dependerá de la for-
tuna que tenga el sector al que aparecen ligados. En
esos enfrentamientos, quedan implicados en las luchas
de los que se disputan el control de un espacio de po-
der, bastante estrecho y limitado.
3.b3.b
3.b3.b
3.b
..
..
.
El análisisEl análisis
El análisisEl análisis
El análisis
arar
arar
ar
queológico-gqueológico-g
queológico-gqueológico-g
queológico-g
enealógicoenealógico
enealógicoenealógico
enealógico
El análisis arqueológico-genealógico opera sobre
los dos procesos esenciales de configuración de iden-
tidades: la transformación sobre sí mismo y la rela-
ción con el mundo y con los otros. Esta confluencia
entre el sujeto, los otros y el mundo se da en los diver-
sos estatutos, posicionamientos, y ámbitos que se ocu-
pan simultánea y sucesivamente. El punto principal
es que esos procesos se encararon desde las técnicas y
las prácticas usadas, como el conjunto de los “modos
de hacer” más o menos regulados, o reflexivas, a tra-
vés de las cuales se intenta conocer, trabajar, hablar,
amar y eventualmente modificar lo
real.
(11)
Hay que señalar que la confluen-
cia de las formas identitarias, se ana-
lizó distinguiendo tres niveles de in-
terrogación. El primero es el recorte
institucional de las posiciones, esta-
tutos y ámbitos, donde se proyectan
programas, objetivos inherentes, fina-
lidad, obligaciones, derechos y valo-
res. El segundo el de los efectos entre
el recorte institucional y los indivi-
duos en su funcionamiento concreto,
donde se presentan las contradiccio-
nes, fallas en los cálculos, errores, im-
previsiones y confusiones propias de esa puesta en
práctica. El tercero el de las configuraciones estratégi-
cas formuladas por los individuos, donde la
intencionalidad y el accionar están inscriptos en las
matrices transformadoras de la realidad.
Este abordaje facilitó la indagación acerca de las
operaciones realizadas por el sujeto en su cuerpo, sen-
timientos, deseos, impulsos, condiciones de vida, elec-
ciones existenciales, modo de regular la conducta y de
fijarse para sí mismo fines y medios, ya que cada una
de ellas implicó ciertas formas de aprendizaje, de ad-
quisición de habilidades y de algunas actitudes. Pero
cuya inteligibilidad e iluminación provenían de una
experiencia del afuera en donde el sujeto es objetivado
para sí y para los demás.
En primera instancia nos ocupamos de las trans-
formaciones sobre sí mismo, tomando en cuenta las
cuatro técnicas fundamentales: las que permiten pro-
ducir, transformar o manipular cosas; las que ofrecen
En cuanto acceso a laEn cuanto acceso a la
En cuanto acceso a laEn cuanto acceso a la
En cuanto acceso a la
función púbfunción púb
función púbfunción púb
función púb
lica,lica,
lica,lica,
lica,
tam- tam-
tam- tam-
tam-
poco se adpoco se ad
poco se adpoco se ad
poco se ad
viervier
viervier
vier
te late la
te late la
te la
ee
ee
e
xistencia de un desti-xistencia de un desti-
xistencia de un desti-xistencia de un desti-
xistencia de un desti-
no manifno manif
no manifno manif
no manif
iesto ni unaiesto ni una
iesto ni unaiesto ni una
iesto ni una
ee
ee
e
vv
vv
v
olución hacia esasolución hacia esas
olución hacia esasolución hacia esas
olución hacia esas
ff
ff
f
ormas más prormas más pr
ormas más prormas más pr
ormas más pr
estigio-estigio-
estigio-estigio-
estigio-
sas de sersas de ser
sas de sersas de ser
sas de ser
..
..
.
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Voces Recobradas
40
sentidos, símbolos y significaciones; las que inciden
en la conducta de otros individuos y las que efec-
tuaron por su propia cuenta llegando a pensar
de otro modo, y buscando algo mejor para ellos
mismos. Sin embargo, esta tarea comenzó ape-
lando a la percepción de los sujetos, pidiéndoles
que señalaran cuáles eran a su juicio esos momen-
tos de transformación, y por qué habían sucedi-
do. Esta indagación la retomamos continuamen-
te, permitiéndonos revisar y enriquecer la res-
puesta inicial.
La otra cuestión fue la dispersión de la iden-
tidad en variadas posiciones, estatutos y ámbi-
tos. En este contexto debimos avanzar con pru-
dencia, definiendo esas tres categorías de la ma-
nera más concisa y precisa posible. Es importan-
te aclarar que no fue fácil caracterizar cada una
de esas nociones, cuyo conocimiento es aún muy
imperfecto y son numerosos los puntos de de-
sacuerdo, ni tampoco se pueden establecer cla-
ramente las fronteras entre unos y otros. En cuan-
to al pasaje y flujo de uno a otro estatuto o posi-
cionamiento o ámbito, se observaron a partir de
las necesidad de controlar capacidades, utilizar-
las al máximo y mejorar el efecto útil de los tra-
bajos, así como distintas contingencias e imposi-
bilidades que las impulsaron.
Por otra parte se definieron esas categorías
en la instancia que le es propia e irreductible una
a otra y, a partir de las relaciones que se anudan
entre ellas. Por estatuto entendemos las exigen-
cias y requisitos que debe cumplir un individuo
para ocupar un lugar, cuya pertinencia es deter-
minada por el ámbito y la posición correspon-
diente. La posición alude a las superficies de di-
ferenciación, agrupamiento, desplazamiento y
distribución de los individuos, cuya delimitación
depende del estatuto y el ámbito correspondien-
te. El ámbito se conforma con las instituciones,
los sistemas de percepción, pensamiento, valo-
res de ese tiempo y los comportamientos genera-
les e individuales impregnados por los estatutos
y posiciones.
La emergencia de las modalidades iden-
titarias como profesionales, ciudadanos, padres,
investigadores y funcionarios públicos, surgió a
partir del interjuego de las tres categorías espe-
cificadas. En el caso del estatuto como intelec-
tuales se estableció indagando en la red de in-
formación, en el régimen de premios y becas,
en el intercambio de información con los pares y
otros grupos de poder, en los circuitos de inves-
tigación y enseñanza, públicos y privados y en
la corporación académica. En cuanto a la función
política, ubicándolos en la estructura partidaria,
administrativa burocrática y respecto a las jerar-
quías de distinta clase.
(12)
Respecto al papel de los intelectuales se pri-
vilegiaron los criterios de competencia y saber
que comporta ese tipo de actividad, y nos llevó a
preguntarnos acerca del tipo de estudios cursa-
dos, las características del sistema universitario,
de los programas, de las modalidades de inser-
ción en los ámbitos académicos y de investiga-
ción. Un lugar relevante se confirió a las obras
como razón de ser de esa actividad, pero se hizo
remitiendo a una estructura en la que se deter-
minaban los elementos autónomos y hete-
rónomos, poniendo entre paréntesis los princi-
pios del autor y del libro.
Este mismo tipo de precauciones se introdu-
jo al tratar el campo identitario que encuentra su
legitimidad y aplicación en el hogar, la familia,
el género y otras instituciones de muy diverso
alcance. Con esta sintética y breve enumeración,
intentamos dar cuenta de las categorías, temas y
niveles de análisis que implementamos.
(13)
4. Conclusiones4. Conclusiones
4. Conclusiones4. Conclusiones
4. Conclusiones
Emprender la aventura de aplicar el método
arqueológico-genealógico foucaultiano fue un de-
safío tan enorme como fascinante, ya que exigió
una reconversión de nuestra forma de pensar. A
la vez, debimos abandonar las técnicas y los pro-
cedimientos tradicionales por otros conceptos,
categorías y precauciones de cuya solvencia y
confiabilidad carecíamos de precedentes, así
como de una masa crítica que nos sirviera de re-
ferente haciendo el camino menos fangoso. En
consecuencia, este trabajo debió cumplir ese pro-
pósito y esperamos que tenga alguna utilidad.
Los resultados que obtuvimos en esta expe-
riencia son francamente alentadores. Poner en-
tre paréntesis las categorías vacías e inclusivas
del sujeto o las funciones sintetizadoras del
“YO”, iluminó una multiplicidad de identidades
con su régimen de materialidad y que se obser-
van como un “saber hacer algo” a través de prác-
ticas históricas, locales, específicas y discon-
tinuas.
Esta formulación ofrece un modelo de análi-
sis biográfico que rompe con el modelo
psicologista, haciendo que aparezca todo un con-
junto de procesos desplazados, excluidos y olvi-
dados, que ponen en evidencia las transforma-
ciones que produjo sobre sí el sujeto en relación
con los otros y el mundo con las diversas formas
identitarias que le corresponden, dejando bien en
claro que en el fondo de las cosas no hay nada
permanente ni estable.
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Voces Recobradas
41
NOTAS
1.
Vasina, Jan.
Oral, Tradition: A study in historical methodology,
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Thompson, Paul.
The voice of the past
, Oxford, Oxford University Press,
1988.
Thompson, Paul (comp.).
Our common History. The transformation of
Europe
, Londres, Pluto Press, 1982.
Grele, Ronald. “La historia y sus lenguajes en la entrevista de Histo-
ria oral: quién contesta a las preguntas de quién y porqué”,
Historia
y fuente oral
, nº 5, Barcelona, 1991.
Moss, William W. “La Historia oral: ¿Qué es y de dónde proviene?”
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, Buenos Aires, CEAL,
1991, pp.21-35.
Portelli, Alessandro. “Lo que hace diferente a la historia oral” en
Dora Schwarzstein (comp.),
La historia ... op.cit
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Portelli, Alessandro. “Peculiaridades de la Historia oral” en Ph.
Joutard y otros,
Historia oral e historia de vida
, Costa Rica, FLACSO,
1988, pp. 15-28.
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po en la historia oral” en Jorge Aceves (comp.)
Historial oral
, México,
Universidad Autónoma Metropolitana, 1993, pp. 195-218.
Fraser, Ronald. “La formación de un entrevistador” en Dora
Schwarzstein (comp.)
La historia... op.cit.
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Lummis, Trevor. “La memoria” en Dora Schwarzstein (comp.)
La
historia ... op.cit.
pp. 83-100.
Una segunda generación de especialistas en esta disciplina son:
Bertaux, Daniel (comp.). Biography and Society.
The Life History
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, Beverly Hills, Sage, 1981.
Bertaux, Daniel. “El enfoque biográfico: su validez metodológica,
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Historia oral ... op.cit.
pp.
55-80.
Bertaux, Daniel. “Los relatos de vida en el análisis social” en Jorge
Aceves (comp.)
Hist... op.cit
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Niethammer, Luz. “Para qué sirve la Historia oral” en Jorge Aceves
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Hist... op.cit.
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Hist... op.cit.
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Secuencia
nº 1, 1985, pp. 162-176.
Joutard, Philippe.
Esas voces que nos llegan del pasado
, México, FCE,
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Historia mexicana
vol. 21, nº
22 (82), 1971, pp. 372-387.
2.
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y teóricos en la Historia oral” en Dora Schwarzstein (comp.)
La histo-
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, Madrid, Akal, 1985, pp. 6-
104.
Burgos, Martine. (Historias de vida. Narrativa y la búsqueda del
yo” en Jorge Aceves (comp.)
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pp. 149-163.
Moore, Kate. “Perversión de la palabra: la función de las transcrip-
ciones en la Historia oral”
IOHA
vol. 1, 1997, pp.12-22.
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Formas de hacer
Historia
, Madrid, Alianza, 1994, pp. 144-176.
Respecto a la problemática de la identidad, los aportes más sustan-
ciales son:
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, Barcelona, Centre de Cul-
tura Contemporánia, 1997.
Ibídem
, “Dinámicas identitarias y espacios públicos”
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, nº 43, Barcelona, 1998, Fundación CIBOD.
Levi Srauss, Claude I.
La identidad
, Barcelona, Petrel, 1981.
Berger, P.L. y T. Luckmann.
Modernidad, pluralismo y crisis de sentido.
La orientación del hombre moderno
, Barcelona, Paidós, 1997.
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La era de la información. Economía, sociedad y cultura
, v. 2,
Madrid, Alianza, 1998.
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Communication yearbook/12
, Londres, Sage,
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Desjeux, Dominique.
Le sens de l àutre: stratégies, réseaux et cultures en
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, París, L´Harmattattan, 1994.
Lamo de Espionsa, Emilio (editor).
Culturas, estados, ciudadanos: Una
aproximación al multiculturalismo en Europa
, Barcelona, Alianza, 1995.
Lacorne, Denis. “La crise de l identtité américaine”
Hérodote
, 85, Pa-
rís, 1997.
Ortiz, Renato. “Diversidad cultural y cosmopolitismo”
Nueva socie-
dad
, 155, Caracas, 1998.
Un número dedicado a publicar las ponencias del seminario Espai
de Comunicació Intercultural de la fundación CIDOB, ver “Dinámi-
cas identitarias”
Revista Cidob d´Afers Internacionals
nº 43-44, diciem-
bre 1998/enero 1999, Fundació CIDOB.
3.
Foucault, Michel.
La arqueología del saber
, 11º ed. México, S XXI,
1985, pp. 3-127
Foucault, Michel. “Nietzsche, la Genealogía, la Historia” en Julia
Varela y Fernando Álvarez-Uría (comp.)
Microfísica del poder
, 2º ed.
Madrid, Ediciones de La Piqueta, 1980, pp. 7-29.
Foucault, Michel. “La función política del intelectual. Respuesta a
una cuestión” en Julia Varela y Fernando Álvarez-Uría (comp.)
Saber
y verdad
, Madrid, Ediciones de La Piqueta, 1991, pp. 47-74.
Foucault, Michel. “Respuesta a Esprit” en Oscar Terán (comp.)
El
discurso del poder
, 2º ed., Buenos Aires, Gandhi-Folios ediciones, 1985,
pp. 64-87.
Foucault, Michel. “Contestación al Círculo de Epistemología” en
Oscar Terán (comp.)
El discurso ... op.cit.
pp. 88-124.
4.
Ibídem
cita 3.
5.
Gramsci, Antonio.
Los intelectuales y la organización de la cultura
,
Buenos Aires, Nueva Visión, 1972, pp. 210.
Gramsci, Antonio.
La formación de los intelectuales
, México, Grijalbo,
1967, pp. 2-159.
Gramsci, Antonio.
La política y el Estado moderno
, Barcelona, Planeta-
De Agostini, 1985, pp. 15-166.
Portelli, Hugues:
Gramsci y el bloque histórico.
2º ed., Buenos Aires, S
XXI, 1974, pp. 93-134.
6.
Ibídem
cita 5.
7.
La definición de intelectuales la extrajimos de Michel Foucault,
“La función política del intelectual ...
op.cit
., pp. 47-74.
Foucault, Michel: “Respuesta a ...
op.cit.,
pp. 64-87.
8.
Ibídem
cita 7.
9.
Ibídem
cita 7.
10.
Foucault, Michel. “Nietzsche, la Genealogía, la Historia” en Julia
Varela y Fernando Álvarez-Uría (comp.)
Microfísica... op. cit.
pp. 7-30.
En rigor de verdad, este artículo fue publicado en francés en 1971 y
luego fue publicado en diversas compilaciones.
Foucault, Michel. “La función política del intelectual. Respuesta a
una cuestión”, en Julia Varela y Fernando Álvarez-Uría (comp.)
Sa-
ber y... op. cit.
pp. 47-74.
Morey, Miguel (comp.).
Michel Foucault, Tecnologías del yo
, 2º ed. Bar-
celona, Paidós, 1991, pp. 9-49.
Foucault, Michel.
El yo minimalista y otras conversaciones
, Buenos Ai-
res, La marca, 1996, pp. 11-100.
Foucault, Michel.
Hermenéutica del sujeto
, La Plata, Altamira, 1997,
pp. 9-125.
11.
Hemos agrupado el análisis arqueológico-genealógico tomando
el agrupamiento de Foucault, cuando señala: “...Anteriormente sos-
tuve que la diferencia entre arqueología y genealogía es la que media
entre un procedimiento descriptivo y un procedimiento explicativo...”
Morey, Miguel. “Introducción” en Michel Foucault,
Tecnologías ...
op.cit.
p.14.
Foucault, Michel.
Historia de la sexualidad 1
, 12º ed. México, S XXI,
1985, pp. 7-160.
Foucault, Michel.
Historia de la sexualidad 2
. 1º ed. México, S XXI, 1986,
pp. 7-35.
12.
Foucault, Michel.
Historia de la... op. cit.
pp. 7-160.
Foucault, Michel.
Historia de la... op. cit.
pp. 7-35.
Foucault, Michel.
Historia de la sexualidad 3
, 1º ed. México, S XXI, 1987,
pp. 38-93.
Foucault, Michel. “Tecnologías del yo” en Miguel Morey,
Michel
Foucault ... op.cit.
pp. 47-48.
13.
Ibídem
cita 12.
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Voces Recobradas
42
Voces Recobradas
42
A história
de um
intelectual vista
desde una metodologia
foucaultiana
O presente trabalho tem dois objetivos,
um deles teórico e o outro metodológico.
O primeiro objetivo é apresentar ao debate
acadêmico a categorização foucauldiana de
intelectuais específicos, aplicando-a em duas
figuras paradigmáticas como são Hebe
Clementi e Horacio Giberti. Esta definição
permite captar a emergência de um novo
tipo de intelectual, cuja maneira de ser se
organiza em torno de tres eixos: a relação
com os outros, com a verdade, e com si
pròprio.
O segundo objetivo é uma contribução,
também de raíz foucauldiana, destinada a
operar analíticamente no modo pelo qual
as identidades devenem e se constroem se-
gundo os diversos posicionamentos, estatu-
tos e âmbitos que vão adotando e mudando
nos contextos históricos que lhes são
próprios.
An intellectual’s
story seen
from a
foucaultien
methodology
The present paper has two goals, the first
one is theoretical, and the other one is
methodological. The former is to present the
"Foucaultien"categorisation to the public de-
bate: specific intellectuals, using it in two
paradigmatic figures, as Hebe Clementi and
Horacio Giberti do. This definition allows
winning the emergence of a new type of
intellectual, whose way of being is organised
around three axes, the relationship with the
others, with the truth, and with himself.
The latter is also a "Foucaultien"
rootedness contribution, destined to operate
analytically in the way in which identities
become and are built according to the
diverse positions, statutes and fields that they
adopt and change in the historical contexts
that are characteristic of them.
L’ histoire d’
un intelectuel
vue d’ une
méthodologie
foucaultienne
Le présent travail a deux objectives, un
d'eux est théorique et l'autre
méthodologique. Le premier est présenter
la categorisation «Foucaultienne» au débat
académique : des intellectuels spécifiques que
l'employent en deux figures paradigmatiques
comme Hebe Clementi et Horacio Giberti.
Cette définition permet de captiver
l'émergence d'un nouveau type d'intellectuel,
dont sa manière d'être s'organise autour de
trois axes, le rapport avec les autres, avec la
vérité et avec soi-même.
Le deuxième est une contribution de
racines «Foucaultiennes» aussi, destinée à
operer analytiquement de la façon dans
laquelle les identités deviennent et sont
construites selon les divers positions, statuts
et circuits que adoptent et changeant dans
les contextes historiques que leur
appartiennent.