image/svg+xml
Voces Recobradas
6
Las fuentes de la memoria: Problemas metodológicos
I.I.
I.I.
I.
P P
P P
P
ensar la memorensar la memor
ensar la memorensar la memor
ensar la memor
iaia
iaia
ia
Todos aquéllos que nos vinculamos al quehacer
de la historia oral habitualmente nos cuestionamos
sobre el papel que desempeña la memoria, y nos asal-
tan más las dudas e inquietudes que las certezas y res-
puestas acabadas.
Como parte del campo de la investigación
sociohistórica que resalta y eleva a primer término los
enfoques cualitativos, la mirada y escucha que des-
pliega el historiador oral reposa y se nutre de las di-
versas fuentes que se nos presentan al convocar y tra-
tar con la memoria.
III SeminarIII Seminar
III SeminarIII Seminar
III Seminar
io Interio Inter
io Interio Inter
io Inter
nacional de lanacional de la
nacional de lanacional de la
nacional de la
Asociación MeAsociación Me
Asociación MeAsociación Me
Asociación Me
xicana de Historxicana de Histor
xicana de Historxicana de Histor
xicana de Histor
ia oria or
ia oria or
ia or
alal
alal
al
Xalapa, Veracruz, 25 al 27 de noviembre de 1998. Sede: Ciesas-Golfo
LAS FUENTES DE
LA MEMORIA:
PRPR
PRPR
PR
OBLEMASOBLEMAS
OBLEMASOBLEMAS
OBLEMAS
METMET
METMET
MET
ODOLÓGICOSODOLÓGICOS
ODOLÓGICOSODOLÓGICOS
ODOLÓGICOS
Voces Recobradas
6
Ponencia:
“Reflexiones
teórico-metodológicas
y creación e interpretación
de fuentes”
Autor
Jorge E. Aceves
Asociación Mexicana de Historia Oral
image/svg+xml
Voces Recobradas
7
Esta inquietud no es nueva del todo, ya que es y
ha sido una constante en las reflexiones sobre el carác-
ter y las especificidades de esta capacidad del pensa-
miento tan particular, con la que elaboramos en bue-
na medida nuestro saber y comprensión socio-históri-
cos.
Prolongando esta costumbre re-
flexiva, no estará de más acercarnos
de nueva cuenta a los problemas
metodológicos que con frecuencia re-
conocemos actualmente en el traba-
jo del historiador oral.
(1)
La memoria
es una cuestión compleja y no pode-
mos sencillamente eludir su proble-
matización y dejar su tratamiento a
otros estudiosos o pacientemente
aguardar para mejores y más ilumi-
nados tiempos futuros.
Algo que nos compete a todos
ejercitar es la tarea de pensar y dar
cuenta explícita de las maneras y es-
tilos específicos cómo construimos y
comunicamos nuestras observacio-
nes, las ideas que orientan y mode-
lan nuestro trabajo, el tipo y los pro-
cesos para reconstruir y estructurar nuestros “datos”
significativos, las versiones que exponen los diversos
puntos de vista y concepciones del mundo, y en fin, la
necesaria inquietud por no dejar pasar sin explicitar y
dejar por sentado, con la intencionalidad de compar-
tir, la propia experiencia del hacer y pensar el proceso
total de la investigación.
La memoria ha estado en la mira reflexiva como
un problema a desentrañar y no como un factor
unívoco de materia prima esperando a nuestras pre-
guntas para objetivarse en las narraciones de nuestros
entrevistados. La concepción y la utilización específi-
ca que los historiadores orales han realizado de la
memoria ha sido en varias ocasiones cuestionada, pero
según parece, reiterativamente mal comprendida.
Hace algunos años el profesor e historiador oral
Ronald J. Grele (1991: 249) asentaba que la discusión
con los críticos de esta práctica de indagación había
resultado un tanto estéril. En buena parte porque la
crítica entendía y reducía su análisis del papel que ju-
gaba la memoria y la capacidad de recordar en térmi-
nos casi exclusivamente de los factores físicos y psico-
lógicos, relegando lo sociocultural. Grele se pregunta-
ba el por qué, y consideraba que la causa más proba-
ble era la incomprensión del quehacer del productor
de la historia oral. Explicaba, y ahora yo lo entiendo,
que el indagador de la oralidad no busca en las me-
morias de los individuos cúmulos de hechos y eviden-
cias empíricas necesariamente verificables, que no
busca ni fechas, ni descripciones precisas ni tampoco
informes cien por ciento comprobables. El testimonio
evocado como reflejo verídico de la supuesta realidad
no era el objetivo central de la caza por la memoria:
era y, aún lo es, la construcción de los significados de
tales experiencias humanas.
Para Ron Grele, la historia oral debiera interesar-
se en registrar y provocar la narración de los eventos,
pero no tanto con la intención de
acumular textos narrativos e infor-
mes empíricos, sino con el afán de
aprehender el “sentido” histórico
que tales hechos, acontecimientos y
experiencias tienen –en el presente–
y tuvieron –en el pasado– para los
narradores. Por ello, la memoria co-
lectiva y el olvido colectivo también
son necesariamente materia de gran
relevancia e interés para cualquier
historiador oral, en cuanto que las
personas experimentan los hechos
como individuos pero también
como miembros insertos en una par-
ticular cultura ubicada en un tiem-
po y un espacio específicos (
Ibídem
:
250). Por lo anterior, concluye Grele,
refiriéndose al campo de la historia
oral, discutir la memoria no debiera quedar sólo en
evaluar la capacidad psíquica para recordar qué po-
seen y pueden desarrollar diferencialmente los indi-
viduos, sino que habrá que incorporar la dimensión
simbólica –o si se prefiere cultural– como resultado de
relacionarse y vivir en sociedad.
II.II.
II.II.
II.
Conf Conf
Conf Conf
Conf
igurigur
igurigur
igur
aciónación
aciónación
ación
de la memorde la memor
de la memorde la memor
de la memor
iaia
iaia
ia
Resultaría por ello de gran interés analizar esta
cuestión desde la perspectiva que se pregunta por la
manera concreta como se configuran los contenidos
de la memoria de los sujetos entrevistados. Charles
Briggs, antropólogo y lingüista (1986: 13-15) nos ex-
pone que la historia oral, para nuestra fortuna, ya no
trabaja con la memoria –como podría pensarse que lo
hizo en un principio– tal como si fuera un archivo o
depósito de recuerdos incólumes, no tocados o afecta-
dos por el paso del tiempo o las vivencias de los indi-
viduos; y que la capacidad humana de recordar, acti-
vidad por cierto no exclusiva de nuestra especie, nos
permite evocar y recuperar la memoria para incorpo-
rar sus contenidos al ritual social de la conversación.
Es un acierto, afirma Briggs, el que los historiado-
res orales consideren a las fuentes de la memoria como
“percepciones sociales” de los hechos, los cuales están
inmersos en procesos y contextos sociales más amplios;
por lo que la búsqueda de los sentidos sociales se vuel-
La memorLa memor
La memorLa memor
La memor
ia es unaia es una
ia es unaia es una
ia es una
cuestión compleja y nocuestión compleja y no
cuestión compleja y nocuestión compleja y no
cuestión compleja y no
podemos sencillamentepodemos sencillamente
podemos sencillamentepodemos sencillamente
podemos sencillamente
eludir sueludir su
eludir sueludir su
eludir su
prpr
prpr
pr
obob
obob
ob
lematización ylematización y
lematización ylematización y
lematización y
dejar su trdejar su tr
dejar su trdejar su tr
dejar su tr
atamiento aatamiento a
atamiento aatamiento a
atamiento a
otrotr
otrotr
otr
os estudiosos oos estudiosos o
os estudiosos oos estudiosos o
os estudiosos o
pacientemente aguar-pacientemente aguar-
pacientemente aguar-pacientemente aguar-
pacientemente aguar-
dar pardar par
dar pardar par
dar par
a mejora mejor
a mejora mejor
a mejor
es y máses y más
es y máses y más
es y más
iluminados tiemposiluminados tiempos
iluminados tiemposiluminados tiempos
iluminados tiempos
futurfutur
futurfutur
futur
os.os.
os.os.
os.
image/svg+xml
Voces Recobradas
8
ve entonces un objetivo pertinente y posible. No obs-
tante, la naturaleza y el significado de los contextos, y
no sólo de la situación de la entrevista, no había sido
suficientemente atendida por los practicantes de la
historia oral (
Ibídem
: 14). De nueva cuenta, los aportes
que se obtienen del análisis y etnografía del habla y de
la comunicación no-verbal podrían apoyar este pro-
pósito aún no logrado con suficien-
te solidez por parte de la historia
oral.
Otro problema que entonces
identificaba Briggs, era la poca aten-
ción que se le otorgaba al carácter
dialógico de la situación de la entre-
vista y que tiene que ver con la for-
ma cómo se conciben, piensan y
estructuran las entrevistas así como
los procedimientos, supuestos y ca-
tegorías con que se les analiza. La
observación de Briggs ya ha sido
hasta cierto punto cubierta,
(2)
ya que
ahora la cuestión es pensar la memo-
ria como un constructo simbólico sis-
tematizado desde el tiempo presen-
te, y por lo tanto contemporáneo al
investigador y al narrador, pero tam-
bién adecuado y en sintonía, no exenta de tensiones y
problemas, a los objetivos, condiciones y marcos so-
ciales referenciales de la investigación que los anima.
Las entrevistas de historia oral pueden ser conce-
bidas, como entonces afirmaba Briggs, tal cual con-
formaran un diálogo entre el pasado y el presente,
enmarcadas en la peculiar naturaleza bifocal y sintéti-
ca que produce la historia oral (
Ibídem
: 15).
III.III.
III.III.
III.
La memor La memor
La memor La memor
La memor
ia en la historia en la histor
ia en la historia en la histor
ia en la histor
iaia
iaia
ia
oror
oror
or
al:al:
al:al:
al:
f f
f f
f
ormatos,ormatos,
ormatos,ormatos,
ormatos,
r r
r r
r
ompecabezasompecabezas
ompecabezasompecabezas
ompecabezas
y labery laber
y labery laber
y laber
intosintos
intosintos
intos
El rol de la memoria en el trabajo que realiza la
historia oral está bien documentado y expuesto en di-
versos textos ya clásicos y en otros más novedosos.
(3)
La revisión bibliográfica de lo realizado ya puede con-
vertirse en algo de vastas dimensiones. Plantear nue-
vas propuestas y reflexiones es siempre aventurado,
pero, a pesar de los riesgos, me resulta una praxis esti-
mulante. Por ello exteriorizar algunas ideas en torno a
la concepción de la memoria puede ser un pretexto
para afirmar o rechazar los puntos de partida con los
que uno ha venido operando en la práctica.
Con frecuencia repetimos lo que el sentido común
ya conoce: la memoria es la vida. Recordar es vivir de
nuevo. El pasado está siempre en el presente. El futu-
ro está enraizado en el pasado.
Todas ellas son sentencias procreadas con sabi-
duría y todas ellas nos ofrecen un espejo de nosotros
mismos. Nos miramos al aproximarnos al espejo, así
construimos las memorias de los hombres y mujeres
al dialogar con ellos. Memorias que se conversan, ex-
poniéndose y discurriéndose. Cara a cara en la bús-
queda organizada del pasado por
configurar, que efectivamente va
relatándose al elaborarse en el dis-
curso sobre lo comunicable y com-
partible.
La memoria producto de la si-
tuación de la entrevista es una con-
figuración solicitada al narrador, con
base a un posicionamiento mutuo,
en la vida social y en los entendidos
culturales que nos permiten in-
teraccionar. El resultado es un
constructo cargado de sentido, pro-
ducto de una relación social concre-
ta: la entrevista como escenario e ins-
trumento para el intercambio de sub-
jetividades.
Configuración intencionada
desde los respectivos puntos de vis-
ta de los actores de la relación social, enmarcada en
los flujos y redes de particulares poderes y apoyos
societales.
Las entrLas entr
Las entrLas entr
Las entr
ee
ee
e
vistas de histo-vistas de histo-
vistas de histo-vistas de histo-
vistas de histo-
rr
rr
r
ia oria or
ia oria or
ia or
al pueden seral pueden ser
al pueden seral pueden ser
al pueden ser
conceconce
conceconce
conce
bidas,bidas,
bidas,bidas,
bidas,
como como
como como
como
entonces afentonces af
entonces afentonces af
entonces af
irmabairmaba
irmabairmaba
irmaba
BrBr
BrBr
Br
igig
igig
ig
gs,gs,
gs,gs,
gs,
tal cual conf tal cual conf
tal cual conf tal cual conf
tal cual conf
or-or-
or-or-
or-
marmar
marmar
mar
an un diálogan un diálog
an un diálogan un diálog
an un diálog
o entro entr
o entro entr
o entr
ee
ee
e
el pasado y el prel pasado y el pr
el pasado y el prel pasado y el pr
el pasado y el pr
esenteesente
esenteesente
esente
,,
,,
,
enmarenmar
enmarenmar
enmar
cadas en la pecu-cadas en la pecu-
cadas en la pecu-cadas en la pecu-
cadas en la pecu-
liar naturliar natur
liar naturliar natur
liar natur
aleza bifaleza bif
aleza bifaleza bif
aleza bif
ocal yocal y
ocal yocal y
ocal y
sintética que prsintética que pr
sintética que prsintética que pr
sintética que pr
oduce laoduce la
oduce laoduce la
oduce la
historhistor
historhistor
histor
ia oria or
ia oria or
ia or
al.al.
al.al.
al.
image/svg+xml
Voces Recobradas
9
Las memorias se construyen, elaboran, organizan,
en la voluntad de incursionar en el sentido de las vi-
vencias del pasado y en el propósito de exponerlas
selectiva, pública y coherentemente narradas para dar
cuenta de la trayectoria de la vida personal en socie-
dad. Por lo mismo, en este propósito aparecen las vi-
vencias como una ficción, en el sentido de habérseles
dotado de integridad, de convertir la evocación en un
producto del ensueño deseado y evocado.
La configuración de una memoria narrada no ne-
cesariamente es una invención, ya que inten-
cionalmente puede estar regida por la construcción
sincera y honesta del individuo por la experiencia de
explorarse a sí mismo y exponerse a los semejantes a
partir de componer sus vivencias y recuerdos signifi-
cativos.
Concebir la memoria como algo por construir más
que por desempolvar es un giro heurístico importante
que beneficia la reflexión y dificulta un poco más la
indagación de la memoria individual y colectiva, así
como para la precisión del papel que le toca al que
incita como entrevistador y al que narra su propia vida.
La memoria oral así construida tomaría caminos
diversos y formas plurales. Como un “rompecabezas”
al cual hay que ir configurando cada una de las pie-
zas, armando el sentido y posición de las diversas ex-
periencias hasta poder terminar un formato con tra-
yectoria y composición verídicas y donde las piezas o
relatos de vida adquieren sintonía y equilibrio.
El rompecabezas se arma y produce una versión
panorámica del conjunto de las pie-
zas intencionalmente agrupadas. La
memoria que se expone y se discurre
es entonces una síntesis de la evoca-
ción premeditada y jerarquizada,
enmarcada en la situación social y
respondiendo a las expectativas acor-
dadas, negociadas o unilateralmente
establecidas por la situación social de
la interacción de la entrevista de his-
toria oral.
El formato de la memoria como
rompecabezas es un constructo pro-
blemático, en donde la implicación
del investigador debería estar clara-
mente definida, y reflexivamente ca-
racterizada. El formato limita y diri-
ge en gran medida los contenidos que
finalmente puede configurar la me-
moria evocada. No obstante, es un
asunto de dos que se explicita y por lo tanto puede
evaluarse.
La memoria como un “laberinto”, más que un re-
sultado es un estilo de acceso y de configuración. Se
construye la cadena de relatos significativos mediante
la exploración libre e impugnando las lealtades con
las trayectorias conocidas y oficializadas. Los olvidos
como los motivos de la memoria, los olvidos como los
conductos hacia la resignificación de las vivencias
secundarizadas. El formato del laberinto desea
remodular la jerarquía de lo vivido, seleccionar y real-
zar lo no relevante, incluir lo que ha sido excluido,
contextualizar lo que está aislado e incomprendido,
posicionar las acciones personales en los contextos
sociales no previstos, inventar salidas y opciones de
acciones personales que nunca acontecieron,
resemantizar la vida y buscar nuevas salidas al labe-
rinto que ha sido la vida personal.
La memoria en el formato construido como labe-
rinto puede ayudarnos a detectar las trayectorias vita-
les que no son explícitas por no haber sido pensadas o
configuradas como tales. La técnica de la entrevista
narrativa se convierte entonces en un recurso para
dotar de sentido a las memorias dispersas y demasia-
do episódicas.
A los formatos anteriores, el modelo del “iceberg”
también les ajusta. Ya que la entrevista de historia oral
por lo común raspa la punta del tema “iceberg” en
cuestión, y sólo con la larga interacción y la copartici-
pación en la formulación y construcción de las memo-
rias narrativas del entrevistado, la base y el conjunto
del texto de vida se va reconstruyendo y va aparecien-
do gradualmente pero sin que termine de salir total-
mente a la superficie. Y aun así, la mirada que se le
disponga tendrá la característica, ahora sí, de un
“caleidoscopio”, en donde dependiendo del movi-
miento y posición de la observación
se verá el contenido cambiante de
las formas.
IVIV
IVIV
IV
..
..
.
Constr Constr
Constr Constr
Constr
ucción,ucción,
ucción,ucción,
ucción,
inin
inin
in
vv
vv
v
ención,ención,
ención,ención,
ención,
rr
rr
r
eprepr
eprepr
epr
esentaciónesentación
esentaciónesentación
esentación
Todo esto para decir que las
memorias y los contenidos que les
asignamos son productos premedi-
tadamente concebidos. El historia-
dor oral construye sus datos, no los
recopila tal como si estuvieran siem-
pre allí aguardándolo. No es un
desenterrador de memorias mo-
mificadas, pero tampoco resucita re-
cuerdos inexistentes. Al buscar el testimonio personal
y configurar memorias de los actores sociales que par-
ticipan en su tiempo y en un espacio concreto, intere-
sa aproximarse a la vivencia más verosímil y posible.
Sin embargo, son constructos resemantizados a los
cuales hay que evaluar y calibrar en consonancia con
La memorLa memor
La memorLa memor
La memor
ia pria pr
ia pria pr
ia pr
oducto deoducto de
oducto deoducto de
oducto de
la situación de la entrla situación de la entr
la situación de la entrla situación de la entr
la situación de la entr
e-e-
e-e-
e-
vista es una confvista es una conf
vista es una confvista es una conf
vista es una conf
igurigur
igurigur
igur
a-a-
a-a-
a-
ción solicitada al narción solicitada al nar
ción solicitada al narción solicitada al nar
ción solicitada al nar
rr
rr
r
a-a-
a-a-
a-
dordor
dordor
dor
,,
,,
,
con base a un posi- con base a un posi-
con base a un posi- con base a un posi-
con base a un posi-
cionamiento mutuocionamiento mutuo
cionamiento mutuocionamiento mutuo
cionamiento mutuo
,,
,,
,
en la en la
en la en la
en la
vida social y en losvida social y en los
vida social y en losvida social y en los
vida social y en los
entendidos culturentendidos cultur
entendidos culturentendidos cultur
entendidos cultur
alesales
alesales
ales
que nos permitenque nos permiten
que nos permitenque nos permiten
que nos permiten
interinter
interinter
inter
accionaraccionar
accionaraccionar
accionar
..
..
.
image/svg+xml
Voces Recobradas
10
NOTAS Y REFERENCIAS:
1.
Cfr. Obras de autores como Paul Thompson, David Henige,
Jacques Le Goff, Phillipe Lejeune, Pierre Nora, Alessandro Portelli,
Luisa Passerini, Jan Vansina, Maurice Halbwachs, Eric Hobsbawm,
etc.
Grele, Ronald J. “Private memories and public presentation: The
art of oral history” en su
Envelopes of Sound. The Art of Oral History
,
2°ed., New York, Praeger, 1991.
Briggs, Charles L.
Learning How to Ask, A sociolinguistic appraisal of
the role of the interview in social science research
. Cambridge, University
Press, 1986.
2.
Ver los trabajos correspondientes a la Parte IV “Interpreting
memories”, de la antología editada por Robert Perks y Alistair
Thomson,
The Oral History Reader
, London, New York, Routledge,
1998. También varios artículos aparecidos en la revista española
de
Historia y fuente oral
, nros. 1, 2, 5 y 11.
3.
Thompson, Paul.
La voz del pasado. Historia oral
. Valencia, Edicions
Alfons El Magnánim, 1988.
Henige, David.
Oral Historiography
, New York, London, Lagos,
Longman, 1982. (Especialmente el capítulo 6: “Oral history:
testimony of the recent past”.)
Diges, Margarita
et.al
.
Los falsos recuerdos. Sugestión y memoria
. Bar-
celona, Paidós, 1997. Cuadernos de Psicología, 5.
Baddeley, Alan D.
Psicología de la memoria
. Madrid, Debate, 1983.
Colección Universitaria.
Delval, Juan.
El desarrollo humano
. Madrid-México, Siglo XXI.
Yates, 1994.
Frances A.
El arte de la memoria
, Madrid, Taurus, 1974. Ensayistas,-
113.
otras fuentes históricas y recursos para la con-
textualización social.
La invención de los contenidos de las memorias
puede ser también una reconfiguración de lo vivido,
de lo olvidado, de lo desapercibido, de lo ahora rele-
vante. La invención es por lo tanto una representación
de lo social y de los mundos posibles ante los ojos y
expectativas de los individuos. La implantación de los
recuerdos, así como la sustitución, la
confusión, la falsificación, el olvido
forzoso, la selección desde una posi-
ción subordinada y demás procesos
de construir y reproducir “falsos re-
cuerdos” son construcciones objetivas
sustentadas en relaciones sociales
permeadas por la desigualdad y pri-
vilegios distribuidos con base a las
estructuras de poder (Diges, Loftus,
et.al
.: 1997).
Sin embargo, la discusión de es-
tos aspectos del carácter constructivista de las memo-
rias orales puede llevarnos a derroteros muy ajenos a
nuestro campo disciplinario. En la psicología social y la
experimental la cuestión de la memoria ha sido amplia-
mente discutida. No obstante, el afán interdisciplinario
de la historia oral ha propiciado un enriquecimiento de
sus puntos de partida y resulta evidente la necesidad de
considerar sus aportes en el momento y espacio adecua-
dos.
Por lo pronto, resalto que conocer la memoria im-
plica comprenderla en sus múltiples dimensiones, com-
posiciones y configuraciones. No sólo se habla de la
memoria episódica y autobiográfica –de recuerdos– o la
de larga duración o semántica –de conocimientos–, sino
de otras memorias específicas, como aquellas relaciona-
das con lo visual, lo auditivo, lo sensual, lo gustativo y
olfativo, las vinculadas a los esquemas corporales y de
experiencia del cuerpo (Cfr. Juan Delval, 1994: 344-355).
Los factores psicológicos y físicos que afectan a la
memoria fueron trabajados por Tulving (1972, 1983,
1985, citado en Delval) y allí se desarrollan muchos ar-
......
......
...
conocer la memor conocer la memor
conocer la memor conocer la memor
conocer la memor
iaia
iaia
ia
implica comprimplica compr
implica comprimplica compr
implica compr
enderender
enderender
ender
lala
lala
la
en sus múltiples dimen-en sus múltiples dimen-
en sus múltiples dimen-en sus múltiples dimen-
en sus múltiples dimen-
siones, composiciones ysiones, composiciones y
siones, composiciones ysiones, composiciones y
siones, composiciones y
confconf
confconf
conf
igurigur
igurigur
igur
aciones.aciones.
aciones.aciones.
aciones.
gumentos que pueden orientar al historiador oral para
determinar los procesos conscientes e inconscientes que
afectan la producción de la memoria en situación de
entrevista oral. La obra de Alan Baddeley (1983) es tam-
bién un ejemplo de la manera y extensión de pensar la
memoria desde el campo de la psicología. Al igual que
el texto de Frances Yates (1974) lo es para el campo de la
historia del arte.
Sin embargo, no se trata de
psicologizar la producción del histo-
riador y olvidar o secundarizar la in-
tención de realizar una aproximación
eminentemente sociohistórica, con
preguntas quizá del tipo antro-
pológico o sociológico. Intentar re-
flexionar y ampliar las perspectivas
sobre nuestro quehacer es con la fi-
nalidad de propiciar acercamientos a
otras propuestas disciplinarias, como
es el caso de la psicología.
Recordemos ahora lo dicho al principio, de lo que
se trata es de ir más allá de los presupuestos simples y
estrechos de concebir y tratar la memoria, se intenta no
quedarse en la discusión sostenida por criterios
biologistas o psicologistas, sino de ampliar y potenciar
la comprensión del papel que juega la memoria a partir
de la consideración e inclusión analítica del aspecto sim-
bólico, de la dimensión sociocultural. Sólo de esa mane-
ra podremos pensar en la memoria como la fuente por
excelencia de la historia oral.