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Voces Recobradas
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“
Nosotros
del
Cuarto Distrito...”
Identidad colectiva en las
memorias sobre la inundación
de 1941 en los barrios
industriales de Porto Alegre
25, 26 y 27 de agosto de 1999
IV ENCUENTRO NACIONAL DE HISTORIA ORAL
Trabajo presentado en el Simposio: Memoria,
historia y formación de identidades realizado
el 25 de agosto de 1999 y coordinado por
Mirta Zaida Lobato (UBA)
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ntre las décadas de 1920 y 1950, Porto Alegre, capital
del Estado de Río Grande do Sul, experimentó un acelerado
proceso de crecimiento urbano directamente asociado al de-
sarrollo de un complejo económico que articulaba, en íntima
conexión, un parque industrial y una red de transportes de
media y larga distancia (navegación fluvial, ferroviaria y avia-
ción civil).
Este proceso de transformación derivaba del papel asu-
mido por la ciudad en la intermediación entre el mundo exte-
rior y las colonias agrícolas alemanas e italianas que desde el
siglo XIX realizaron la integración de la mitad norte del Esta-
do, a la economía del mercado.
Es natural, por lo tanto, que el cre-
cimiento urbano se concentrara en las
áreas inundables de la región norte, a
orillas del río Guaíba, donde desembo-
caban todas las vías de comunicación
entre la capital y las colonias. Así se ori-
ginaron los barrios operarios de “Nave-
gantes de Sâo Joâo”, que concentraron el
crecimiento poblacional de la ciudad des-
de el inicio del siglo, y los vieron conver-
tirse en los principales colegios electora-
les de la misma en el llamado “período
populista” (1945-1964).
Caracterizados por la proximidad
entre las áreas de viviendas y el lugar de
trabajo, la emergencia de estos barrios
marcó un nuevo momento en la configu-
ración de la clase trabajadora en la ciu-
dad, con un amplio predominio del em-
pleo industrial, un cambio en la escala
cuantitativa (número total de la concen-
tración de trabajadores por unidad) y el desenvolvimiento de
formas de sociabilidad y estrategias socio-económicas fami-
liares, bastante distintas de
las que caracterizaban al
operario porto-alegrense
hasta el inicio de este siglo.
Desde mediados de los
años 20, la existencia de esta
nueva realidad llamaba la
atención de observadores
externos, que la identifica-
ban como la emergencia de
una “ciudad dentro de la
ciudad”. Fue mientras tanto
entre 1945 y 1964 que la po-
blación de estos barrios vino
a asumir un papel decisivo
en la redefinición del escenario político local, constituyéndo-
se en la base más articulada de actuación tanto del Partido
Comunista como, especialmente, del Partido Laborista Brasi-
leño, que bajo el liderazgo de Leonel Brizola asumió en la
ciudad una característica fuertemente “programática”, con un
papel importante en varias movilizaciones populares y la
adopción de banderas reformistas y anti-imperialistas.
Diversas matrices discursivas y proyectos políticos
impactaron el proceso de constitución de esta comunidad
como principal protagonista colectivo. El movimiento sindi-
cal pasó a lo largo del período por varias mutaciones, en fun-
ción de la redefinición del perfil de clase, de la lucha política
interna y del conflicto con estrategias estatales y patronales.
Los sistemas paternalistas de relaciones de trabajo implanta-
dos en algunas grandes empresas desempeñaron un papel
decisivo no sólo en el control sobre los trabajadores y en la
atención de un amplio abanico de sus necesidades, sino tam-
bién en la propia definición del universo
simbólico local. Por otro lado, la comple-
ja composición étnica de estos barrios, y
el traumático proceso de “nacionaliza-
ción” vivido en medio de la Segunda Gue-
rra Mundial también dejaron sus marcas.
Estos diferentes factores derivaron
en una gran diversidad de orientaciones
y definiciones identificadoras que no im-
pidieron que los habitantes y/o trabaja-
dores de esta parte de la ciudad adquirie-
sen un poderoso sentido de constituir una
comunidad con características propias co-
munes. Sintomáticamente, esta identidad
acostumbra, todavía en los días de hoy,
ser anunciada a través de la frase “Noso-
tros, del Cuarto Distrito...”, que indica el
peso de la base territorial y de la inser-
ción político-administrativa en la consti-
tución de una comunidad abarcante en el
seno de esta colectividad de trabajadores.
La caracterización de esta identidad
propia del “Cuarto Distrito” ha sido elaborada en la memo-
ria colectiva local a través de una serie de narrativas orales
repasadas de generación en generación. De éstas, la historia
de la inundación de 1941 asume la dimensión de un verdade-
ro “mito fundador”, siendo una de las pocas referencias que
los descendientes actuales, casi sin excepción, conocen sobre
la trayectoria de sus antepasados.
El presente trabajo analiza el papel de este marco en la
estructuración de los relatos de antiguos moradores, y lo que
él expresa sobre la definición de una identidad colectiva pro-
pia de la población de estos barrios, comprendida como ex-
presión de una configuración histórica particular de la clase
trabajadora porto-alegrense.
Examinaremos también el modo como la utilización de
la memoria de la inundación como elemento definitivo del
carácter del “Cuarto Distrito” fue objeto de intervenciones
desencadenadas desde el propio momento de los aconteci-
Autor
Alexandre Fortes
Universidad Estatal de Campinas - Brasil
Traducción: Elza Scalco
“Nosotros del Cuarto Distrito...”
E
SintomáticamenteSintomáticamente
SintomáticamenteSintomáticamente
Sintomáticamente
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vía en los días devía en los días de
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unciada aunciada a
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vés de la frvés de la fr
vés de la frvés de la fr
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“Noso-“Noso-
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que indica el peso que indica el peso
que indica el peso que indica el peso
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de la base terde la base ter
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rr
rr
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ial y deial y de
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la inserla inser
la inserla inser
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ción político-ción político-
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administradministr
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atiati
atiati
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vv
vv
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a en laa en la
a en laa en la
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constitución de unaconstitución de una
constitución de unaconstitución de una
constitución de una
comunidad abarcomunidad abar
comunidad abarcomunidad abar
comunidad abar
cante encante en
cante encante en
cante en
el seno de esta colectiel seno de esta colecti
el seno de esta colectiel seno de esta colecti
el seno de esta colecti
vi-vi-
vi-vi-
vi-
dad de trdad de tr
dad de trdad de tr
dad de tr
abajadorabajador
abajadorabajador
abajador
es.es.
es.es.
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mientos por diferentes protagonistas en el orden local, nacio-
nal e internacional. En este sentido, definimos la memoria re-
producida y transmitida sobre el episodio no como producto
espontáneo que expresa una noción de comunidad
preestablecida, pero sí como resultado de la reelaboración de
la experiencia vivida y de diferentes discursos que, al inter-
pretarla, buscan incidir sobre la propia definición de lo que
constituye la “comunidad”. El hecho y sus relatos: lecturas
sobre el carácter de una comunidad.
No hay como negar la dimensión objetiva de este “gran
hecho”. Finalmente, el día 8 de mayo de 1941, las aguas del
Guaíba llegaban al récord de 4,73 metros sobre el nivel nor-
mal y así permanecerían hasta fin de mes. El “Cuarto Distri-
to” quedaba totalmente sumergido, con el agua elevándose a
más de 2,5 metros en la mayoría de las casas, cubriendo bue-
na parte de ellas y dejando libres apenas los tejados y áticos
de las más elevadas.
Si la dimensión extraordinaria del
evento explica su impacto en la memoria
colectiva, el significado asumido por las
narrativas que lo describen resulta por
otro lado de un complejo proceso de cons-
trucción y reelaboración. En estos relatos,
se trasluce toda la ambigüedad que mar-
ca la proximidad de la comunidad con
las aguas del río, vivida al mismo tiem-
po como fuente de oportunidades y de
riesgos.
Sin embargo, la propia existencia del
complejo económico que definió la loca-
lización de los barrios y posibilitó el de-
senvolvimiento de las estrategias socio-
económicas de los trabajadores que los
poblaran deriva de varias maneras de esta
proximidad con el Guaíba. Las fábricas
se localizaron inicialmente de frente para
el amplio andén, a través del cual se daba la mayor parte de la
circulación de materias primas y productos terminados. La
propia navegación fluvial se intensificó como fuente de em-
pleos o de generación de encaje complementario, así como lo
eran la pesca y la caza:
“Yo hice un montón de trabajos, trabajé de pescador tam-
bién, (...) vendía mucha mercadería por el norte también. Yo y
un compadre, teníamos una gasolina [barco de carga, N. de
A.] en sociedad (...)
Yo iba hasta la granja Carola hasta allá... en el Esteio, en
la Charqueada, (...) la gente llegaba ahí y hacía los pedidos de
mercadería: el tipo quería diez cajas de aguardiente, diez ca-
jas de vino, tenía cerveza, y yo venía, cargaba el barco, subía y
hacía mis entregas. (...) Un tío mío tenía banca en el mercado.
El pez que atrapaba, yo se lo daba a él para que lo llevara al
mercado.”
“(...) En esa época justamente que yo trabajaba en la
Renner, hay veces que yo mismo buscaba un modo de rom-
per el telar (...) los viernes, que era para poder viajar, ¿no? Un
viaje duraba como quince días, tenía que trabajar quince días
para tirar lo que yo ganaba en dos días viajando con la merca-
dería. (...) El servicio de cuidar el telar era por pieza.”
“(...) Ahí estaba lleno de carpinchos, un bañado peligro-
so, el agua peligrosa, los carpinchos no sé cómo no morían
allí... una cosa de locos. (...) Yo comí mucha carne (de carpin-
cho), es una maravilla, ellos sólo comen pasto, son como una
vaca, sólo eso, no comen nada más (...) Yo tenía un tío que
sólo vivía de la caza (...) de carpincho, de ratón, nutria. Tenían
aquellos judíos que (...) agarraban y vendían el cuero de los
yacarés, cuero de carpincho, de ratón, de nutria. (...) Lo que
salía más caro era la nutria que tiene un pelo maravilloso, muy
sedoso, una cosa de linda (...).”
Este papel del río y sus aguas como proveedor de la opor-
tunidad de acceso a ganancias o beneficios extraordinarios
aparece también de manera eventual en los propios relatos
sobre la inundación:
“(...) La Conducción Férrea tenía mucha madera, gene-
ralmente la que quemaban las máquinas,
aquello pasaba así, aquellas camadas de
madera, hacía falta sólo que nosotros abrié-
ramos un pedazo, como yo abrí en frente
de mi casa un portón grande y la madera
iba entrando (...) y cuando terminó la inun-
dación yo tenía un cerro de leña.”
“(...) Ah, no, el aeropuerto (...) en
aquella época era tipo una casa, una resi-
dencia, un sobrado. Entonces el personal
tenía unos bancos en la calle, unos bancos
rojos. Inclusive hasta los bancos la gente
alcanzó a salvar en la inundación.”
La convivencia con el río no definía
sólo el acceso a recursos y oportunidades,
aún así de diversos modos afectaba otras
formas de sociabilidad, como el ocio y el
deporte, que así como la experiencia acu-
mulada en el pasado, generarían habilida-
des que serían cruciales para el enfrentamiento de la situa-
ción de emergencia representada por la inundación:
“Allí quedaba el Gerdau, quedaba dentro del agua y el
tren pasaba bien al frente, tenía un trapiche allí donde Benoni,
donde nosotros íbamos a pescar, nadar, (...) con la gurisada.”
“(...) La gente que se crió en Navegantes... No tenía pla-
ya, no, y la gente estaba desnuda, muchas veces era golpea-
da, iba preso, cuando era gurí, no tenía ni calzones, me sacaba
los calzoncillos y todo. Entonces la gente se bañaba allí. La
policía golpeaba y a veces se quedaba con la ropa de la gente.
La gente se sumergía y ellos no nos pegaban ahí, ¿no?”
Ernesto: —“Vos sabés lo que nosotros sufrimos aquí, fue
con las inundaciones. Nosotros pasamos la inundación del 24,
nosotros agarramos la inundación del 26, nosotros agarramos
la inundación del 28, (...) vino la del 36 aquí en la chacra, aga-
rramos la inundación del 41 que tapó casi la casa, fue donde
nosotros paramos en el ático de (...) doña Elsa, (...) y el agua
tapó los galpones donde tenía las vacas, tenía todo, (...) y yo
con el bote subí casi encima del tejado.”
Teodolina: —“(...) Era tan alta la casa, (...) que ellos apoya-
......
......
...
la histor la histor
la histor la histor
la histor
ia de la inia de la in
ia de la inia de la in
ia de la in
un-un-
un-un-
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dación de 1941 asume ladación de 1941 asume la
dación de 1941 asume ladación de 1941 asume la
dación de 1941 asume la
dimensión de un vdimensión de un v
dimensión de un vdimensión de un v
dimensión de un v
erer
erer
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da-da-
da-da-
da-
derder
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o o
o o
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“mito fundador”,“mito fundador”,
“mito fundador”,“mito fundador”,
“mito fundador”,
siendo una de las pocassiendo una de las pocas
siendo una de las pocassiendo una de las pocas
siendo una de las pocas
rr
rr
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efef
efef
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erer
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er
encias que losencias que los
encias que losencias que los
encias que los
descendientes actuales,descendientes actuales,
descendientes actuales,descendientes actuales,
descendientes actuales,
casi sin ecasi sin e
casi sin ecasi sin e
casi sin e
xcepción,xcepción,
xcepción,xcepción,
xcepción,
conocen sobrconocen sobr
conocen sobrconocen sobr
conocen sobr
e la tre la tr
e la tre la tr
e la tr
aa
aa
a
yy
yy
y
ec-ec-
ec-ec-
ec-
tortor
tortor
tor
ia de sus antepasados.ia de sus antepasados.
ia de sus antepasados.ia de sus antepasados.
ia de sus antepasados.
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Voces Recobradas
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ron la balsa en la ventana, se entraba con la balsa...”
Ernesto: —“Yo, (...) ya tenía cierta experiencia. (...) Cuan-
do vimos subir el agua (...) fuimos luego a comprar madera.
(Yo y ...) don Otto, hicimos una balsa cuando el agua iba lle-
gando de allá abajo y cuando terminamos, ya estábamos den-
tro del agua y esa balsa nos salvó todo (...) (El Feijó), criaba
chanchos en una chacra, nosotros íbamos
a cuidar mucho a los chanchos de él y yo
un día llegué a agarrar un chancho de allá
lo pusimos dentro de la balsa y matamos
al chancho sobre el ático de casa. (...) y
eso fue pasando, y esa carne y el poroto
y más aguardiente... Mirá, pasamos y no
hubo nada. Nosotros teníamos muchas
gallinas en la chacra y esas gallinas las
puse todas sobre un ático que nosotros
teníamos en el galpón y venía mucha ma-
dera de los durmientes que el agua levan-
tó, madera de durmientes, que usaba
para las máquinas, para calentar las máquinas y todo esto vino
y se quedó. Entonces yo (...) tenía que sumergir la madera
para entrar por debajo de la puerta, porque el agua tapó la
puerta, y aquella madera sumergida y las gallinas caminaban
por encima. No faltaba agua, comida y no murió una gallina.
De vez en cuando, se necesitaba de una gallina o dos para
comer, iba allí y agarraba la gallina y nos defendíamos, gra-
cias a Dios.”
Este énfasis en la capacidad de enfrentar y superar una
situación de calamidad tiende a ser predominante en la ma-
yoría de los relatos sobre la inundación, en particular en los
relatos masculinos, donde aparece destacada la toma de me-
didas de precaución, en función de la ex-
periencia con las inundaciones anteriores,
las habilidades como la de construir una
embarcación simple y de nadar con desen-
voltura. El otro elemento que es destaca-
do como fortaleciendo condiciones para lu-
char con la inundación es la disponibilidad
de alimento (gallinas, chanchos,...) deriva-
da de una estrategia socio-económica fa-
miliar que combinaba el empleo industrial
con pequeños negocios urbanos y rurales.
Por lo tanto, en primer plano encon-
traremos la narrativa de la hazaña repre-
sentada por la superación de condiciones tan adversas con
base en recursos simples y en las capacidades desenvueltas a
partir de una gran adaptación al medio, del voluntarismo y
de la creatividad. La dimensión de las pérdidas sufridas, por
otro lado, tiende a aparecer de modo fragmentado o ser mini-
mizada en función del trabajo de reconstrucción y recupera-
ción posterior. El hecho es que, así como ocasionaba oportu-
nidades, la proximidad con el río expone a los moradores a
una serie de riesgos, y las inundaciones representaban la si-
tuación en que estos riesgos se materializaban de una forma
extrema.
Podemos percibir una cierta inflexión al respecto en al-
gunos relatos femeninos, donde la dimensión de los
infortunios asociados al contacto con el río asume un mayor
destaque:
“(Mi esposo, Fortunato,) fue verdulero por mucho tiem-
po, hasta (...) que, en la inundación del 41, su carreta se rom-
pió toda. Y él tenía muchos fiados en la calle (...). Esa inunda-
ción que deshizo nuestra casa, también rompió su carreta.”
“Mi papá (...) perdió dos hijos en una noche por saram-
pión. (...) Después (...) el mayor que murió a los 15 años, (...) él
fue a trabajar a la panadería junto con la mamá y él quedó así
medio cansado, transpirando y fue a bañarse al río, era en el
río que todavía nos bañábamos y contrajo una fiebre, fiebre,
fiebre, y murió.
Mi marido, (...) su familia era de Italia, (...) tuvieron granja
mucho tiempo, el padre de él tenía antes de casarse. Después
empezaron aquellas inundaciones aquí, inundación una tras
otra. El viejo hizo una buena plata (...) y vino una tormenta,
llegó aquella lluvia, una inundación. Hubo agua hasta en el
tejado acá en Navegantes, perdió todo (...)
(...) Hubo mucha gente enferma, báh... La gente quedó
arrasada cuando empezó la gran inundación. La gente de-
cía gran inundación porque nunca habían visto una inun-
dación así.”
Eventualmente, algunos hombres también se refieren, de
pronto, a las consecuencias negativas de la inundación.
«El agua er«El agua er
«El agua er«El agua er
«El agua er
a honda en laa honda en la
a honda en laa honda en la
a honda en la
inin
inin
in
undación,undación,
undación,undación,
undación,
¿no?, ¿no?,
¿no?, ¿no?,
¿no?,
y nos y nos
y nos y nos
y nos
tirábamos,tirábamos,
tirábamos,tirábamos,
tirábamos,
par par
par par
par
a salva salv
a salva salv
a salv
ar aar a
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uno o a otruno o a otr
uno o a otruno o a otr
uno o a otr
oo
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..
..
.
VV
VV
V
os vos v
os vos v
os v
es,es,
es,es,
es,
el el
el el
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agua podragua podr
agua podragua podr
agua podr
ida,ida,
ida,ida,
ida,
v v
v v
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enía deenía de
enía deenía de
enía de
todotodo
todotodo
todo
,,
,,
,
¿no?» ¿no?»
¿no?» ¿no?»
¿no?»
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Voces Recobradas
15
“Nosotros perdimos muchas cosas, la casa no era nuestra, y el
piso todo quedaba como las jorobas de los camellos. La gente no
tenía muchas cosas... Provocó muchas enfermedades. Las personas
tomaban agua, tiraban un cordón con una latita, o un vaso y toma-
ban esa agua. Algunos la hervían, y todo, no había agua, más nada,
entonces la hervían y usaban esa agua para todo...”
“Enfermedades en chicos hubo muchas, porque los fríos, has-
ta que seca todo, eran una calamidad. Este Navegantes, acá era to-
das esas piedritas en las calles, no había pavimento, no había nada,
entonces recuperar todo eso fue una barbaridad.”
A pesar de la existencia de estos relatos que reconocen o desta-
can la dimensión de la fragilidad de la comunidad frente a los peli-
gros ocasionados por las aguas, la visión predominante en los rela-
tos es la de una situación que fue enfrentada y superada con éxito, a
partir de verdaderas proezas, protagonizadas invariablemente por
hombres:
Ernesto: — “Las mujeres dormían en el ático arriba y tenía un
girau
que el agua faltaba un poco así para mojarnos. Allí estaban los
hombres.”
Teodolina: — “(...) mira parece mentira que Dios ayuda, siem-
pre de una manera, y don Otto tenía unas tablas allá arriba en el
girau
y ellos (...) hicieron un entarimado arriba de la parte alta del
edificio, (...) un ático en su cubierta y cada cual que puede recubrirse
con su colchón con lonas con todo para poder acostarse. Pero noso-
tros teníamos mucha suerte porque el Ernesto tenía balsa
y con el
Arno trabajaban como perros, un día transportaban las cosas de una
casa a otra y así siguieron.”
Ernesto: — “Era gente pidiendo ayuda por todos lados, galli-
nas, perros, los ponían en los tejados de las casas y después se iban
(...). Una vez (...) el fallecido Feijó y el fallecido Otto salieron no sé de
qué forma yo los encontré acá en la esquina de (Carretera Dona)
Teodora con la (calle) Pernambuco con el agua por acá (señala la
cintura).”
“De noche se escuchaban los gritos, (...)
ayuda, ayuda... La gente tenía que ir allá, ¿no?
(...) La gente nadaba bien, entonces (...) no ha-
bía ninguna dificultad de salvar, ir allá salvar
la gallina, un animal nadando, se tiraban... El
agua era honda en la inundación, ¿no?, y nos
tirábamos, para salvar a uno o a otro. Vos ves,
el agua podrida, venía de todo, ¿no?”
El mito de la fuerza y del ingenio mascu-
lino venciendo las adversidades de un me-
dio al mismo tiempo generoso en recursos,
pero hostil y peligroso, otorga el acento do-
minante en el modo cómo los habitantes del
“Cuarto Distrito” cuentan sus memorias de
la gran inundación. Esta imagen refleja el
modo cómo se definían las relaciones de gé-
nero en el seno de la comunidad, sea en el interior de las familias o en
las redes del vecindario. Al reforzar la división de papeles y la im-
portancia de la iniciativa de los hombres en la defensa de sus fami-
lias, este imaginario aproxima la figura masculina de la visión cons-
truida y difundida en la región sobre el espíritu aventurero y fuerte
de los “capitales de industria”, y su papel paternal como proveedo-
res de empleos y beneficios a la comunidad.
Esta identificación subyacente se vincula de un lado a las es-
trategias familiares, en que los hombres maduros tendían muchas
veces a dislocarse del trabajo asalariado para los pequeños negocios
autónomos; en cuanto las mujeres, particularmente las no casadas
(solteras, viudas y “solteronas”) y los adolescentes de ambos sexos
aseguraban a través del trabajo industrial una pensión baja, pero
relativamente segura. Por otro lado, la afirmación de la similitud de
esta capacidad de reacción heroica con los valores defendidos por
las empresas fue objeto de un dedicado proceso de elaboración y
difusión de una “memoria oficial” sobre la inundación, a partir de
los relatos institucionales de diferentes protagonistas envueltos di-
recta e indirectamente en la política y en la sociedad locales.
ConstrConstr
ConstrConstr
Constr
ucción de memorucción de memor
ucción de memorucción de memor
ucción de memor
iaia
iaia
ia
y estry estr
y estry estr
y estr
ategias socio-políticas:ategias socio-políticas:
ategias socio-políticas:ategias socio-políticas:
ategias socio-políticas:
la inla in
la inla in
la in
undación en la vundación en la v
undación en la vundación en la v
undación en la v
ozoz
ozoz
oz
de otrde otr
de otrde otr
de otr
os pros pr
os pros pr
os pr
otagotag
otagotag
otag
onistasonistas
onistasonistas
onistas
Ya en el momento inmediatamente posterior a la inunda-
ción, grandes empresas de la región comenzaron a presentar su
visión sobre lo ocurrido. Para la “Aviación Aérea Río Grandense-
VARIG”, la inundación habría representado:
“... el tributo que necesitamos pagar a la catástrofe, que
sometió a una dura prueba el material de vuelo de la compañía
y la capacidad de resistencia moral y física de nuestros compa-
ñeros.”
Tanto el material como los funcionarios se mostraron, en
consecuencia, a la altura de esas circunstancias extraordinarias.
En la industria del vestido, A. J. Renner,
la mayor fábrica del Estado, al organizar en
1946 un “Pequeño manual de los emplea-
dos”, juzgaba necesario incluir, al lado de
ítems como “eficiencia”, “celo profesional”,
“cualidad” y “cooperación”, una referencia
a los “acontecimientos que entraron a la his-
toria de la organización”, destacando que:
“No son pocos los establecimientos
que durante sus largos años de existen-
cia tuvieron que señalar acontecimien-
tos y episodios trágicos. También en la
historia de las Industrias Renner, hay
que registrar acontecimientos deplora-
bles como las inundaciones de 1928,
1936, y 1941, esta última de proporcio-
nes extraordinarias (...)”
A todos perjudicó la inundación con igual inten-
sidad, provocando problemas enormes para la empre-
sa y situaciones difíciles que pusieron a prueba el es-
píritu de sacrificio, desprendimiento y lealtad de mu-
chos empleados –encargados de secciones y operarios–
, que permanecerían en las fábricas prestando auxilio
valioso durante los días de común peligro.
HerHer
HerHer
Her
oicamenteoicamente
oicamenteoicamente
oicamente
,,
,,
,
gr gr
gr gr
gr
anan
anan
an
parpar
parpar
par
te de los operte de los oper
te de los operte de los oper
te de los oper
arar
arar
ar
ios yios y
ios yios y
ios y
empleados, abandonan-empleados, abandonan-
empleados, abandonan-empleados, abandonan-
empleados, abandonan-
do sus interdo sus inter
do sus interdo sus inter
do sus inter
eses pareses par
eses pareses par
eses par
ticu-ticu-
ticu-ticu-
ticu-
larlar
larlar
lar
es y sus fes y sus f
es y sus fes y sus f
es y sus f
amilias,amilias,
amilias,amilias,
amilias,
lucharluchar
lucharluchar
luchar
on aún paron aún par
on aún paron aún par
on aún par
a salva salv
a salva salv
a salv
arar
arar
ar
lo que fuerlo que fuer
lo que fuerlo que fuer
lo que fuer
a posiba posib
a posiba posib
a posib
le de lale de la
le de lale de la
le de la
furfur
furfur
fur
ia de las aguas.ia de las aguas.
ia de las aguas.ia de las aguas.
ia de las aguas.
TT
TT
T
odoodo
odoodo
odo
fue inútilfue inútil
fue inútilfue inútil
fue inútil
..
..
.
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Voces Recobradas
16
Las narrativas empresariales sobre la inundación
postularon por lo tanto, que este evento significativo habría re-
velado y colocado a prueba el carácter y la capacidad de los
trabajadores locales. En la visión de las compañías, el valor por
ellos demostrado se habría expresado en la defensa del patri-
monio y del servicio de las mismas, hermanando los intereses
del capital y del trabajo.
Una publicación local, en 1943, desarrollaría este vínculo
de forma bastante sistemática. Analizando el desenvolvimiento
de Navegantes desde sus orígenes, el texto enfatiza que, ya en
1916, “la fábrica Renner pasará a constituir el corazón del barrio
dando vida a sus arterias y renovándolas”. Esta organización
entre empresa, barrio y sus habitantes, llevaría a que éstos fue-
sen beneficiados por el civismo de “nuestros industriales”, que
amparándose en las demandas por nivelación, pavimentación,
abastecimiento de electricidad y otros beneficios de urbaniza-
ción de los que los moradores/trabajadores carecían, se habían
“adelantado a los poderes públicos en la resolución de estos
problemas”. Este espíritu público habría sido demostrado par-
ticularmente por Renner, que “con más de 2.000 operarios, gana
en población a decenas de ciudades riograndenses”.
Por lo que, es natural que después de enumerar los benefi-
cios ofrecidos por la empresa, a través de la Caja Beneficiadora
de los Empleados, del refectorio y de la guardería infantil, del
Gremio Deportivo, así como la generosidad demostrada en la
cesión de los terrenos al Grupo Escolar 1º de Mayo, a un Centro
de Salud y a la escuela profesional de Servicio Nacional de
Aprendizaje Industrial (SENAI), el autor se dedicaba a descri-
bir la actitud de reciprocidad de los trabajadores en la defensa
del patrimonio industrial. El relato de la inundación, aunque
presentado como parte de la historia del barrio, se basa en un
folleto editado por la Renner, y se limitaba a su impacto en la
empresa.
Rescatando los perjuicios causados por la inundación de
1928 y las providencias resultantes, con “costosas obras de de-
fensa” y elevación del nivel de los pisos, que limitaron el impac-
to de la inundación de 1936, se destacaban las proporciones ca-
tastróficas de la de 1941, cuando:
“No sirvió la tarea hercúlea de transformar un área de
20.000 metros cuadrados en compartimentos estancos. Si resis-
tieran los diques y las paredes, cumpliendo su función, no lo
pudo hacer el suelo minado por la terrible fuerza del agua. Y en la
noche del 3 (de mayo de 1941), por la madrugada, se partió en un
estruendo el piso de concreto de las oficinas centrales y con un vio-
lento chorro el terrible elemento comenzó a invadirlo todo.
Heroicamente, gran parte de los operarios y empleados,
abandonando sus intereses particulares y sus familias, lucha-
ron aún para salvar lo que fuera posible de la furia de las aguas.
Todo fue inútil, en fin. El agua en un ritmo increíble continuaba
creciendo. Ascendió a 2,44 metros en algunos departamentos,
(...) de las puertas y portones, apenas emergían algunos pal-
mos. De este modo, no sólo las materias primas, preciosas e
insustituibles mientras durara la guerra, sino máquinas delica-
dísimas, motores eléctricos en número de 520, que tantos fue-
ron los que no pudieron ser retirados de sus lugares, millares
de piezas de hacienda, todo quedó debajo del agua.”
“(...) Las industrias del barrio renacieron a consecuencia
de este nuevo diluvio y allá están trabajando sus millares de
operarios, colmena inmensa e incansable cuyo trabajo aseguró
la reconstrucción también de sus hogares deshechos por la tre-
menda catástrofe.”
Conforme verificamos en el ítem anterior, esa imagen de
los trabajadores “abandonando sus intereses particulares y
sus familias” para defender el patrimonio de las empresas,
difícilmente encontraría respaldo en la memoria colectiva de
los moradores del barrio. Al contrario, los perjuicios de las fá-
bricas tienden a ser colocados en segundo plano, en la medida
que éstas durante la inundación continuaron cumpliendo el
papel que era esperado de ellas, o sea, proporcionar empleo y,
con él, algún rendimiento monetario:
“(...) yo hasta me arrepentí porque no me quedé trabajan-
do (...), allá en la fábrica Renner podía quedarme trabajando
porque tiene dos pisos. (...) Esas telas que se mojaron todas aba-
jo, tenían que estirarlas allá arriba para secarlas, entonces que-
dó mucha gente trabajando y yo podía haberme quedado tra-
bajando allá unos 15, 20 días más (...) me quedé en casa sin ha-
cer nada, (...) aislado, sin ganar nada.”
“Para los trabajadores no (causó mucho trastorno), por-
que eran aprovechados (...) en gran parte. Por ejemplo, en D.
Pedro II, las industrias aprovecharon , para colocar en la parte
alta las materias primas que habían sido alcanzadas, (...) por el
agua, (...) el producto ya acabado, y hubo industrias que coloca-
ron grandes barcos. El Arrocero brasileño puso una lancha (...)
grande para proteger y poner ahí lo que alcanzaba, y levantar
lo que se podía a través de andamios.”
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Voces Recobradas
17
Por otro lado, hay de hecho una fuerte identificación con
la imagen emprendedora del empresario, en lo que respecta al
discurso del enfrentamiento y superación autónoma de los per-
juicios. Esta identificación contribuyó a realimentar la ascenden-
cia moral de algunos líderes empresarios paternalistas, como
A. J. Renner, que ya ocupaba un papel legendario como ejem-
plo de “buen patrón”, capaz de respetar la dignidad del traba-
jador y asumir responsabilidades para con la comunidad. Para
Abrelino de Freitas, en la época presidente del Sindicato de
los Trabajadores de la Industria de Hilandería y Tejeduría
de Porto Alegre, la reacción a los perjuicios provocados de-
mostraría la diferencia cualitativa entre los industriales del
período y los actuales:
“Las industrias tuvieron mucho perjuicio, pero en aquella
época los industriales (...) tenían otra formación. Ellos, después,
iban a buscar recuperar el perjuicio, a tra-
vés de la producción, no descargaban en
el trabajador, ni andaban pirañando al go-
bierno. Ellos iban a trabajar, trabajar para
recuperar lo perdido. Había otro espíritu,
un espíritu más sano, más productivo, más
sensato. (...) Tenían que trabajar, producir
para recuperar aquel perjuicio, porque
aquello fue un fenómeno. ¿Culpar a quién?
¿Qué, ahora no están culpando al gobier-
no a causa de la seca? ¿Qué tiene que ver el
gobierno con la seca, hijo? (...) En aquellas
épocas no había nada de esto. Tampoco
había financiamiento, las personas traba-
jaban, producían, recuperaban los perjui-
cios (...) Pasaba todo eso, se enjuagaba, se
sacaba el barro, (...) salía la
murrinha
de los
lagos, quedaba todo seco, las máquinas
aceitadas, trabajando, normalmente, una
maravilla, ¿no?”
Si la gravedad de los daños materia-
les tiende a ser minimizada en muchos re-
latos por el énfasis voluntarista en la capa-
cidad de superación, el elemento subyacente que pasa por bue-
na parte de los discursos, es la solidaridad, base crucial para
esta reacción. En un plano más elemental, encontramos la soli-
daridad en las redes de ayuda mutua entre la vecindad, expan-
diéndose más allá de los límites de defensa de la familia y dilu-
yendo las nociones de privacidad del núcleo familiar:
“Nosotros estábamos allá, (en el ático de la casa más
alta de la calle, por más de 20 días) la familia de Otto, nues-
tra familia, dos, la familia de Friga, tres, la familia de Feijó,
cuatro y la familia de (...) Joâo (...), cinco familias. (...) Eran
44 personas.”
“Nosotros fuimos todos indemnizados, (...) en ropas, en
comestibles, en alimentos, no faltó nada (...) hubo muchas
donaciones, fuimos muy bien asistidos. Yo trabajé mucho en
eso, donando, entregando comida, (...) la gente agarraba unos
camiones de carga e iban a llevar los comestibles para estas
familias.”
Esta solidaridad mutua local era el primer eslabón de una
cadena que situaría a los moradores del “Cuarto Distrito”, en
cuanto a víctimas de la inundación, destacando el proceso de
fortalecimiento de la idea de comunidad nacional y, dado el
contexto de la guerra, para incluirlos como objeto de acciones
buscando fortalecer el proceso de redefinición de las relaciones
internacionales del Brasil.
Uno de los grandes arquitectos políticos de la era de Vargas,
Oswaldo Aranha, dedicaba la mayor parte de su tiempo, a lo
largo de 1941, al trabajo en favor de una progresiva aproxima-
ción brasileña con Estados Unidos y de la definición de un posi-
cionamiento pro-aliado en la guerra que, cada vez más, ganaba
contornos mundiales. Al lado de esta agenda estratégica, Aranha
abrió espacio para dedicarse personalmente a la coordinación
de esfuerzos de asistencia a las víctimas de las inundaciones en
el sur del país, acompañando el trabajo desarrollado por la “So-
ciedad Sul-riograndense”, en la coordina-
ción de la recepción y en la organización de
la distribución de donativos a los flagelados.
La correspondencia de Aranha revela
una gran repercusión nacional e internacio-
nal de la inundación, con manifestaciones
de solidaridad de individuos y empresas de
varias partes del país, de organismos guber-
namentales de países extranjeros, como la
embajada de Japón, y de la Cruz Roja de
Alemania y de Estados Unidos. Esta últi-
ma, en particular, desarrolló una operación
de gran envergadura en la atención a los
afectados por la inundación. Pero más allá
de los sentimientos humanitarios, la corres-
pondencia diplomática deja claro que, en la
visión norteamericana, ésta era una opor-
tunidad clave para revertir el sentimien-
to próximo entre los miembros de la
colonia
teuto
-brasileña del sur de Bra-
sil, considerada, en el conjunto de la po-
blación local, como bajo una fuerte in-
fluencia germánica, en función de la
prominencia socio-ecónomica de esa colonia.
Ya en el inicio de la inundación, el cónsul norteameri-
cano juzgaba pertinente alertar a la propia Secretaría de Es-
tado, en Washington, sobre las dimensiones del aconteci-
miento y sus posibles despliegues:
“En la última noche, las aguas de la inundación en las ca-
lles de Porto Alegre subieron varias pulgadas, alcanzando edi-
ficios no afectados anteriormente, incluyendo las oficinas de Pan-
Air de Brasil. (Es ahora prácticamente imposible llegar al aero-
puerto, y el servicio aéreo de hoy debe ser el último.) Los inte-
rruptores de la compañía local de luz y fuerza están bajo el agua
desde las 6.00 de la última noche y ninguna corriente eléctrica
puede ser abastecida hasta que las aguas bajen al menos ocho
pulgadas. (...) Con la ausencia de la corriente eléctrica, los tran-
vías y otros servicios dependientes de la compañía eléctrica para
el abastecimiento de la energía dejaron de funcionar. La compa-
ñía telefónica sigue ofreciendo un servicio restringido (...) Nin-
gún diario apareció hoy (...)”
Uno de los grUno de los gr
Uno de los grUno de los gr
Uno de los gr
andesandes
andesandes
andes
arar
arar
ar
quitectos políticos dequitectos políticos de
quitectos políticos dequitectos políticos de
quitectos políticos de
la erla er
la erla er
la er
a de a de
a de a de
a de
VV
VV
V
arar
arar
ar
gg
gg
g
as,as,
as,as,
as,
OswOsw
OswOsw
Osw
aldo Araldo Ar
aldo Araldo Ar
aldo Ar
anha,anha,
anha,anha,
anha,
dedica- dedica-
dedica- dedica-
dedica-
ba la maba la ma
ba la maba la ma
ba la ma
yy
yy
y
or paror par
or paror par
or par
te de sute de su
te de sute de su
te de su
tiempotiempo
tiempotiempo
tiempo
,,
,,
,
a lo lar a lo lar
a lo lar a lo lar
a lo lar
gg
gg
g
o deo de
o deo de
o de
1941,1941,
1941,1941,
1941,
al tr al tr
al tr al tr
al tr
abajo en fabajo en f
abajo en fabajo en f
abajo en f
aa
aa
a
vv
vv
v
oror
oror
or
de una prde una pr
de una prde una pr
de una pr
ogrogr
ogrogr
ogr
esiesi
esiesi
esi
vv
vv
v
aa
aa
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aprapr
aprapr
apr
oo
oo
o
ximación brximación br
ximación brximación br
ximación br
asileñaasileña
asileñaasileña
asileña
con Estados Unidos y decon Estados Unidos y de
con Estados Unidos y decon Estados Unidos y de
con Estados Unidos y de
la defla def
la defla def
la def
inición de uninición de un
inición de uninición de un
inición de un
posicionamiento prposicionamiento pr
posicionamiento prposicionamiento pr
posicionamiento pr
o-o-
o-o-
o-
aliado en la gueraliado en la guer
aliado en la gueraliado en la guer
aliado en la guer
rr
rr
r
a quea que
a quea que
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,,
,,
,
cada vcada v
cada vcada v
cada v
ez más,ez más,
ez más,ez más,
ez más,
g g
g g
g
anabaanaba
anabaanaba
anaba
contorcontor
contorcontor
contor
nos mundiales.nos mundiales.
nos mundiales.nos mundiales.
nos mundiales.
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Voces Recobradas
18
“(...) El número de personas sin techo está creciendo, y su
situación es en general miserable, no obstante todos los esfuer-
zos de las organizaciones de auxilio por ayudarlos. Hay escasez
de comida, ropas, hace frío y falta completamente el agua pota-
ble, con excepción del agua de la inundación, que es hervida y
filtrada. El clima se puso claro y soleado en Porto Alegre, pero
mucho más frío. Los sin techo están siendo alojados principal-
mente en escuelas con abrigos improvisados, donde las condi-
ciones sanitarias apropiadas no pueden ser atendidas. Hubo al-
gunas muertes por ahogamiento y exposición, pero el gobierno
no hizo ningún anuncio a fin de mantener la moral pública. De
cualquier modo, el número de muertes probablemente no es
muy grande.”
“Se teme el brote de fiebre tifoi-
dea, y las autoridades sanitarias co-
locaron grandes placas en la ciudad,
explicando la naturaleza y las cau-
sas de la enfermedad y las medidas
preventivas que deben ser tomadas
por la población. La vacunación no
es mencionada en estos avisos, pro-
bablemente por causa de la dimen-
sión del peligro y de la manifiesta
imposibilidad de vacunar a todos. La
interrupción del abastecimiento de
agua de la ciudad está empezando a
constituirse como el aspecto proba-
blemente más serio de la situación.”
Para mantener un seguimiento
más preciso de la situación por par-
te de Washington, dos días más tar-
de, sería anexado al nuevo informe
un mapa mostrando las porciones de
la ciudad afectadas por las aguas,
conteniendo informaciones más detalladas:
“(...) la porción gravemente inundada del norte (parte baja
del mapa) cubre la sección industrial de la ciudad y los distritos
residenciales de los trabajadores industriales. (...) Llamamos la
atención del Departamento especialmente la Avenida Farrapos,
una avenida moderna y amplia, rigurosamente de primera cla-
se, corriendo de norte a sur en el área fuertemente inundada.
Esa avenida fue abierta al tráfico apenas unos meses antes, y
aunque ahora esté casi totalmente bajo las aguas, sirvió como la
principal arteria, antes que la inundación llegara a su pico, para
la evacuación de millares de personas acorraladas en el distrito
de Navegantes.”
El carácter estratégico de la acción “humanitaria” norte-
americana que se seguiría puede ser identificado por el informe
consular archivado, con el anexo de una pequeña nota produci-
da por el Servicio de Inteligencia:
“La Cruz Roja anuncia que a causa de la amenaza de epi-
demias en áreas afectadas por las inundaciones alrededor de
Porto Alegre, Brasil, donde la crecida del río Guaíba forzó a
50.000 habitantes a abandonar sus casas, está haciendo pla-
nes para la inmediata remisión aérea de u$s 5.000 en va-
cunas para ayudar a la Cruz Roja brasi-
leña en el trabajo de auxilio. Además,
la Cruz Roja remitió por telegrama u$s
5.000 en dinero para ayudar con traba-
jo de emergencia a los evacuados.”
Mientras en los Estados Unidos
eran tomadas las providencias para co-
menzar el envío de auxilio, el cónsul
norteamericano en Porto Alegre comu-
nicaba al Interventor Federal, Coronel
Oswaldo Cordeiro de Farias “mi pesar
y el de mi Gobierno, por la calamidad
que afectó a Rio Grande do Sul. Quiero
aún expresar a vuestra Excelencia mi
admiración por el trabajo eficiente de
la organización oficial de auxilio a las
víctimas, así como también por el espí-
ritu y elevada moral demostrados por
el pueblo porto-alegrense, lo que tuve
amplia oportunidad de observar.”
“Desde el día 5 del corriente pro-
curé informar continuamente al Gobierno de los Esta-
dos Unidos y a la Embajada americana en Río de
Janeiro, por todos los medios de comunicación posi-
bles, sobre la situación, sabiendo que una vez conoci-
das las proporciones del desastre en los Estados Uni-
dos, no dejaría de producirse la rápida solidaridad del
pueblo americano.”
La respuesta de Cordeiro de Farias demuestra que el
nexo entre solidaridad e identidad se establecía rápida-
mente también en lo que decía respecto a las relaciones
diplomáticas en un escenario de confrontación interna-
cional:
“Es difícil transmitirle, en los términos de una co-
municación oficial, el sentimiento de la más profunda gra-
titud, que el gobierno y el pueblo rio-grandense queda-
ron impresionados ante la conmovedora manifestación de
solidaridad que reflejan los magnánimos donativos de la
Cruz Roja norteamericana.”
“Tales ofertas a las víctimas de la inundación de-
muestran, Señor Cónsul, que los ideales de cooperación
continental dejan ya de constituir meros anhelos retóricos
para que se objetiven en pruebas tangibles de fraternidad
«Se teme el br«Se teme el br
«Se teme el br«Se teme el br
«Se teme el br
ote deote de
ote deote de
ote de
ff
ff
f
ieie
ieie
ie
brbr
brbr
br
e tife tif
e tife tif
e tif
oidea,oidea,
oidea,oidea,
oidea,
y las y las
y las y las
y las
autorautor
autorautor
autor
idades sanitaridades sanitar
idades sanitaridades sanitar
idades sanitar
iasias
iasias
ias
colocarcolocar
colocarcolocar
colocar
on gron gr
on gron gr
on gr
andesandes
andesandes
andes
placas en la ciudad,placas en la ciudad,
placas en la ciudad,placas en la ciudad,
placas en la ciudad,
ee
ee
e
xplicando la naturxplicando la natur
xplicando la naturxplicando la natur
xplicando la natur
alezaaleza
alezaaleza
aleza
y las causas de la enfy las causas de la enf
y las causas de la enfy las causas de la enf
y las causas de la enf
er-er-
er-er-
er-
medad y las medidasmedad y las medidas
medad y las medidasmedad y las medidas
medad y las medidas
prpr
prpr
pr
ee
ee
e
vv
vv
v
entienti
entienti
enti
vv
vv
v
as que deas que de
as que deas que de
as que de
benben
benben
ben
ser tomadas por laser tomadas por la
ser tomadas por laser tomadas por la
ser tomadas por la
pobpob
pobpob
pob
lación.lación.
lación.lación.
lación.
La v La v
La v La v
La v
acunaciónacunación
acunaciónacunación
acunación
no es mencionada enno es mencionada en
no es mencionada enno es mencionada en
no es mencionada en
estos aestos a
estos aestos a
estos a
visosvisos
visosvisos
visos
..
..
.
»»
»»
»
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Voces Recobradas
19
americana, del que se hizo paladín el insigne presidente
Roosevelt.”
Esta coyuntura compone el telón de fondo sobre
el cual fueron construidas las narrativas respecto a la
inundación y explica al menos parcialmente la idea de
que ella obtendría un papel revelador en la definición
del carácter de esta comunidad. En 1941 convergían
en el escenario político nacional, de un lado, el desen-
cadenamiento del proceso de alineamiento de Brasil
con los aliados, del otro, los primeros bosquejos de una
política más activa por parte del Estado Nuevo en la
construcción de la imagen positiva del “trabajador na-
cional” como ciudadano. En una comunidad desarro-
llada en torno de un complejo industrial cuya propie-
dad era en su inmensa mayoría de
teuto
-brasileños, esta doble inflexión
tenía sin duda un gran impacto.
Por otro lado, la prohibición del
uso de la lengua alemana, de la cir-
culación de diarios y otros impresos
escritos en ella, así como la “nacio-
nalización” de asociaciones de las
más variadas naturalezas, conclui-
rían de forma violenta el proceso de
dilución de las fronteras étnicas que,
bajo hegemonía alemana, habían es-
tructurado la sociabilidad de los ba-
rrios industriales de Porto Alegre
hasta el momento. Es verdad que un
amplio espacio de convivencia e in-
tegración inter-étnica ya existía en
el trabajo, en espacios de ocio, en la
vecindad y en la propia participa-
ción en movimientos políticos (como
comunismo e integralismo) o instituciones de base cla-
sista, como los sindicatos. Por lo tanto, el fortalecimien-
to del sentimiento de solidaridad de base territorial, a
partir del enfrentamiento común a la “catástrofe” re-
presentada por la inundación, fue vivido en un mo-
mento particularmente decisivo para la definición de
la identidad de “trabajador nacional”. Esto es especial-
mente verdadero para una comunidad que, en el con-
texto de estimulación de las relaciones internaciona-
les que caracterizaba el período, llegó a ser vista como
un “quiste étnico” en potencia.
Reelaborada y narrada por los moradores del ba-
rrio, la inundación de 1941 pasaría a encabezar una me-
moria colectiva compuesta también por otras referen-
cias explícitamente políticas, como: “... cuando ellos
mataron a Getúlio Vargas”; “... en los tiempos de
Brizola”; “... cuando los alemanes hundieron las na-
ves brasileñas”.
Percibimos así que, hablando de características y
lealtades locales, la narrativa sobre la inundación tuvo
un importante papel en el auto-reconocimiento de la
comunidad como un protagonista colectivo. Aunque
atravesado por una gran diversidad y por contradic-
ciones internas, el “Cuarto Distrito” poseía intereses,
valores, códigos de conducta y una historia comunes,
y en base a ellos vería asumir, particularmente en el
escenario del pos-45, su espacio en el juego político
local de forma bastante activa.
ConclusiónConclusión
ConclusiónConclusión
Conclusión
La memoria de los moradores del “Cuarto Distrito”, al
establecer la inundación de 1941 como marco central en la
historia local, asume un papel central en el desarrollo de un
discurso sobre el carácter de la comunidad y su trayectoria
histórica, que se trasluce en la selección y enunciamiento de
las narrativas sobre la reacción colectiva
a esta situación de calamidad.
En estos relatos, la inundación apa-
rece como una expresión extrema de om-
nipresencia del río, elemento definidor de
la propia existencia de la comunidad y de
sus características particulares. Como con-
dición fundamental para la constitución
del complejo industrial que se desenvol-
vió en Porto Alegre en el período, las
aguas del Guaíba se constituían para esos
trabajadores en fuente permanente de
oportunidades y de riego. El tono predo-
minante de la historia de estos barrios, en
la voz de sus moradores, está marcado por
la capacidad de superación de grandes ad-
versidades, siendo la reconstrucción pos-
terior de la inundación el mayor ejemplo
de eso.
Este optimismo se adapta a la diná-
mica socio-económica predominante en el período. De la
década del 20 a la década del 50, el crecimiento industrial y
la diversificación de la actividad económica en la ciudad crea-
ron una situación próxima al pleno empleo, como también
amplias perspectivas de ascenso social, a través del
dislocamiento de la generación subsecuente, o hasta en una
misma generación, para funciones administrativas o pues-
tos de trabajo como operarios de alta especialización. Tam-
bién fueron desarrollados pequeños negocios autónomos en
forma transitoria o permanente como parte de las estrate-
gias familiares.
Por lo que, si bien las aguas del Guaíba eran una
fuente de abundancia, y el tono predominante en los
relatos sobre la inundación, y de la capacidad de su-
peración de los infortunios, por otro lado venía a re-
cordar a aquéllos en proceso de ascenso social que los
riesgos a que el conjunto de los trabajadores/morado-
res del barrio estaban expuestos definían una situación
común, y exigían acción colectiva. Al identificar esta
exposición con la inseguridad estructural del capita-
lismo como base para el proceso de formación de cla-
se, Savage apunta que:
En 1941 conEn 1941 con
En 1941 conEn 1941 con
En 1941 con
vv
vv
v
erer
erer
er
gían engían en
gían engían en
gían en
el escenarel escenar
el escenarel escenar
el escenar
io políticoio político
io políticoio político
io político
nacional,nacional,
nacional,nacional,
nacional,
de un lado de un lado
de un lado de un lado
de un lado
,,
,,
,
el el
el el
el
desencadenamiento deldesencadenamiento del
desencadenamiento deldesencadenamiento del
desencadenamiento del
prpr
prpr
pr
oceso de alineamientooceso de alineamiento
oceso de alineamientooceso de alineamiento
oceso de alineamiento
de Brde Br
de Brde Br
de Br
asil con los aliados,asil con los aliados,
asil con los aliados,asil con los aliados,
asil con los aliados,
del otrdel otr
del otrdel otr
del otr
oo
oo
o
,,
,,
,
los pr los pr
los pr los pr
los pr
imerimer
imerimer
imer
osos
osos
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bosquejos de unabosquejos de una
bosquejos de unabosquejos de una
bosquejos de una
política más actipolítica más acti
política más actipolítica más acti
política más acti
vv
vv
v
a pora por
a pora por
a por
parpar
parpar
par
te del Estado Nuete del Estado Nue
te del Estado Nuete del Estado Nue
te del Estado Nue
vv
vv
v
oo
oo
o
en la constren la constr
en la constren la constr
en la constr
ucción de laucción de la
ucción de laucción de la
ucción de la
imagimag
imagimag
imag
en positien positi
en positien positi
en positi
vv
vv
v
a dela del
a dela del
a del
“tr“tr
“tr“tr
“tr
abajador nacional”abajador nacional”
abajador nacional”abajador nacional”
abajador nacional”
como ciudadanocomo ciudadano
como ciudadanocomo ciudadano
como ciudadano
..
..
.
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Voces Recobradas
20
“La transferencia de los medios de subsistencia de los
trabajadores en el capitalismo significa que ellos son forza-
dos a encontrar estrategias para luchar con la inseguridad
crónica de la vida cotidiana, que discurre del hecho de ser
incapaces de reproducirse autónomamente y sin recurso a
otras agencias.”
Para Levi, estas estrategias pueden envolver el uso flexi-
ble de múltiples recursos materiales (propiedad,
asalariamiento, ...) e inmateriales (prestigio, códigos de reci-
procidad, ...) en la búsqueda por colocar el mayor número
posible de factores de riesgo bajo control. La cohesión co-
munitaria, así, sería mantenida por la negociación entre ob-
jetivos estratégicos variados, propios de diferentes clases
sociales.
Si la exposición recurrente a las
inundaciones fortalecía el sentido de
identidad entre los moradores del
“Cuarto Distrito”, los colocaba al mis-
mo tiempo bajo tensión en cuanto éstos
compartían un sentido de comunidad
con los empresarios que tenían allí cons-
tituido su capital. Para los primeros, la
inundación significaba un riesgo de vida
y la invasión de la fuerza destructiva de
las aguas en el propio espacio de su
privacidad familiar. En sus relatos so-
bre lo ocurrido, las empresas buscaron
tan sólo igualar su pérdida de patrimo-
nio con el flagelo que se abatía sobre los trabajadores.
Por un lado, podemos decir que los relatos de los mo-
radores reproducen parcialmente los elementos de identifi-
cación que hacían del paternalismo empresarial el imagina-
rio predominante en la comunidad. Al desenvolver el mito
heroico del voluntarismo masculino en la prevención y en el
enfrentamiento de las incertidumbres del mundo exterior,
se realimentaba la similitud entre el patrón como padre en
la fábrica y el padre como patrón en la familia, ambos otor-
gando y protegiendo mujeres y chicos que tienden a desapa-
recer en los relatos como sujetos históricos.
Por otro lado, sin embargo, la memoria de los morado-
res/trabajadores procesa diversos dislocamientos frente a las
versiones institucionales sobre la historia del acontecimien-
to, ofrecidas por el capital y por el poder público. Estos
dislocamientos los diferencian claramente como un sujeto
colectivo con características, intereses y valores peculiares,
inasimilables a la lógica del capital. Las habilidades particu-
lares utilizadas para enfrentar la inundación (nado, pesca,
construcción de barcos, ...) derivadas de las prácticas de ocio
ligadas a la proximidad entre el río y el local de vivienda, o
todavía de la burla de la disciplina industrial y la dependen-
cia económica de la fábrica.
Si los relatos relativizan las pérdidas y los daños causados
por las inundaciones, podemos ahí identificar la negativa a la
incriminación, que de un cierto modo se constituye en condi-
ción para la preservación de la noción de autonomía. Al revés
de los flagelados dependientes de auxilio, los relatos de los
moradores del “Cuarto Distrito” los representaban como suje-
tos de una lucha propia contra las aguas y las dificultades traí-
das por ellas. Las relaciones de vecindad tienden a aparecer como
espacio privilegiado de constitución de este sujeto colectivo. No
hay necesariamente una confrontación abierta con el capi-
tal, cuya ascendencia moral se mantiene. Pero la noción
de una comunidad totalmente “hermanada” y homogé-
nea entre el capital y el trabajo, materializada en el espa-
cio de la fábrica de acuerdo con las versiones oficiales em-
presariales, tampoco se afirma mediante la prioridad ab-
soluta de la defensa de la familia y de la red de solidari-
dad tejida a partir de la vecindad.
La memoria de estos trabajadores, con el papel des-
tacado ocupado por las historias de la
inundación de 1941, no nos presenta
una visión clasista clásica, que explicite
la idea de confrontación de intereses con
el capital. Por otro lado, el peso de la
base territorial como elemento definidor
de una identidad colectiva (que se con-
solida en la difusión del uso del térmi-
no “Cuarto Distrito”), refuerza la iden-
tificación entre aquéllos que dependen
de la morada en este lugar, con la expo-
sición común a los riesgos en él presen-
tes y como base de sus estrategias so-
cio-económicas. Es interesante notar, en
este sentido, que las narrativas no
enfatizan tanto el aspecto cuantitativo de las pérdidas ma-
teriales como los valores y las capacidades revelados en
esta situación límite.
En la coyuntura de 1941, los trabajadores porto-
alegrenses, víctimas de una situación de grave calamidad,
por un lado asumieron en sus propias manos la defensa
de sus vidas y propiedades. Por otro lado, fueron benefi-
ciarios de auxilios de origen nacional e internacional, pro-
bablemente no sólo por solidaridad espontánea, sino por
el valor estratégico que asumían, frente a la necesidad
varguista de movilizar un apoyo operario más activo y
del interés americano en neutralizar eventuales simpatías
pro-germánicas.
Por la defensa de su espacio social propio y por la
confluencia de factores que abrían un escenario de am-
pliación de las oportunidades de participación y cambio,
1941 marcó un punto de inflexión en la historia de la co-
munidad trabajadora del “Cuarto Distrito”, cuyos ecos
serían sentidos en su entrada decisiva en el juego político
local pos-1945. Las memorias largamente reelaboradas,
preservadas y transmitidas a las generaciones posterio-
res sobre el enfrentamiento de la inundación nos dicen
mucho sobre este proceso de construcción de identidad y
solidaridad, y su papel en la constitución de un sujeto his-
tórico colectivo.
(Doctorado en Historia Social del Trabajo, Universi-
dad Estatal de Campinas.)
......
......
...
la in la in
la in la in
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undación aparundación apar
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eceece
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como una ecomo una e
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ema de omniprema de omnipr
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inidor de la prinidor de la pr
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xistencia de la comuni-xistencia de la comuni-
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dad y de sus cardad y de sus car
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cas parcas par
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Voces Recobradas
21
"Nós do
Quarto
Distrito..."
Neste trabalho o autor analisa a situação
gerada na região do Rio Grande, no ano de
1941 por causa da inundação provocada pela
enchente do rio Guaíba.
Através da análise das testemunhas de
aqueles que foram vítimas do fato, recolhidos
no período 1995-1999, e dos documentos
que manifestam a versão oficial, reconstrói-
se a referida situação. O acontecimento é
colocado como una cojuntura atravessada
por um lado pela realidade local e o seu ca-
racterístico e marcante crescimento indus-
trial, por outro, no nivel nacional, pelo
primeiro governo de Getúlio Vargas e por
último, no plano internacional, pelas relações
diplomáticas entre o Brasil e os Estados
Unidos no decurso da Segunda Guerra Mun-
dial.
O autor estuda a afirmação do sentido
de identidade coletiva dos trabalhadores a
partir da situação de catástrofe vivida em
comum, o establecimento de redes solidárias
que se demonstram na formação de un
conceito de pertenença, conceito que dá o
título ao trabalho: “Nos, os do Quarto Dis-
trito”.
Analisa-se a dinámica de situações de
paternalismo identificando a relação pai-fa-
milia com aquela que se estabelece entre
patrão-operarios, sem apresentar uma visão
classista clássica.
A confrontação das testemunhas com do-
cumentos oficiais procedentes dos Estados
Unidos, permite a análise desta particular
cojuntura vivida, até no presente, como un
fato de profunda relevância.
"We, those
of the Fourth
District..."
In this paper the author analyses the
situation generated in the region of Río
Grande, in 1941, because of the flood
provoked by the spate of the river Guaíba.
Through the analysis of the testimonies
of whom were the victims of that fact,
collected between the years 1995-1999, and
of the documents that pose the official
version, the situation is reconstructed. This
is raised as an occasion crossed by the local
reality, characterised by a pronounced indus-
trial growth, at national level by the first
government of Getulio Vargas and, in the
international level by the diplomatic relations
between Brazil and the United States of
America while the Second World War is
taking place.
The author analyses the affirmation of
the sense of collective identity of the workers
starting by the situation of catastrophe they
had lived in common, the establishment of
solidary nets, that are demonstrated in the
formation of a concept of appurtenance that
gives the title to the present paper "We,
those of the Fourth District".
The dynamic of the situations of
paternalism is analysed by identifying the
relationship father-family with the
relationship patron-worker, without
presenting a classic social class vision.
The confrontation of the testimonies
with official documents both of the
government of Brazil and official reports
coming from the United States, allows the
analysis of this particular conjuncture, lived
until the present as a fact of deep
importance.
“Nous,
ceux du 4éme.
District...”
Dans ce travail l'auteur analyse la
situation générée dans la région de Río Gran-
de, l'ánnée 1941 à cause de l'inondation
provoquée par les crues du fleuve Guaíba.
À travers l'analyse des témoignages de
ceux qui ont été les victimes du fait, obtenus
entre les années 1995-1999, et de documents
que posent la version officielle, on
reconstruit la situation. Cette situation se
pose comme une occasion traversée par la
réalité locale caracterisée par une prononcée
croissance industrielle, à niveau national par
le premier gouvernement de Getulio Vargas,
et dans le niveau international par les
rapports diplomatiques entre le Brésil et les
Ètats Unis pendant que la Deuxième Guerre
Mondiale c'est dévelopée.
L'auteur analyse l'affirmation du sens
d'identité collective des travailleurs à partir
de la situation de catastrophe vécue en
commun, l'établissement de réseaux
solidaires que se démontrent dans la
formation d'un concept d'appartenance qui
donne le titre au travail "Nous, Ceux du
4ème. District".
On analyse la dinamique des situations
de paternalisme par l'identification du
rapport père-famille avec celle que s'établit
entre patron-ouvriers, sans présenter une
typique vision de classe.
La confrontation des témoignages avec
des documents officiels du gouvernement du
Brésil, avec des renseignements officiels
provenants des États Unis, permettent
l'analyse de cette particulière situation vécue
jusqu' à présent comme un fait de profonde
importance.
Voces Recobradas
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