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Voces Recobradas
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Voces Recobradas
El día esperado...
25, 26 y 27 de agosto de 1999
IV ENCUENTRO NACIONAL DE HISTORIA ORAL
Trabajo presentado en el
Elecciones
Autor
Norma G. Álvarez
Facultad de Humanidades y Ciencias
Sociales U.Na.M.
El día esperado... Elecciones
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a historia política en las últimas décadas ha co-
brado un renovado vigor y, dentro de las
investigaciones que se llevan adelante, los estudios
referidos a las prácticas electorales se han convertido en
uno de los temas centrales. Las nuevas perspectivas de
análisis, que van más allá de una investigación sobre
resultados electorales o conformación de grupos de
dirigentes, permiten abordar otros aspectos tales como
el papel de las mujeres en la participación política,
las
relaciones que se establecen entre los diversos sujetos;
el impacto
de la tecnología en los estilos de comunicación y la
propaganda política. Estos estudios se
han vistos estimulados por la
normalización de la vida democrática,
dado que las elecciones pasan a ser un
instrumento importante en las
democracias representativas.
En la Argentina, los estudios sobre
participación y prácticas políticas,
donde las electorales están siendo
analizadas, particularmente, en el
período que transcurre entre el siglo
XIX y las primeras décadas del XX,
ocupan un lugar destacado. En la
historiografía regional, no obstante,
aún no se registran estudios de
problemáticas similares y, en su
mayoría, los trabajos publicados o
inéditos abordan temáticas más ligadas
a procesos institucionales, a la
formación y funcionamiento interno de
los Partidos Políticos y al estudio del discurso de los
dirigentes partidarios.
Así, se encuentran pendientes estudios que -desde la
historia- aborden los procesos electorales en tanto
fenómenos sociales complejos en los que -más allá del acto
concreto de emitir el sufragio el día del comicio- revelen la
trama de relaciones sociales que se construyen a través del
tiempo y en la que, dirigentes, punteros y militantes, pugnan
por la obtención de espacios de poder; establecen relaciones
de solidaridad y -finalmente- intercambian “favores” por
“votos”.
Nuestra propuesta de trabajo se orienta al abordaje de
este aspecto de la historia política, como aporte para futuros
trabajos, en un espacio aún vacío de información
sistematizada. En tal sentido, la presente comunicación
presenta una descripción etnográfica de dos prácticas
políticas electorales: el “sistema de corralón” y el “acarreo
de votantes”.
La historia electoral de la Provincia de Misiones es muy
corta. Como Territorio Nacional, su vida política se
encontraba limitada a la participación electoral de los
Partidos Políticos en los ámbitos comunales. Una
transformación en la vida política de los territorios se iba a
producir a partir de la puesta en vigencia de la Constitución
Nacional de 1949 que, en su artículo 82, otorgaba la
ampliación de los derechos políticos, permitiendo la
participación de sus habitantes en la política nacional a través
del sufragio, para la elección del presidente y vicepresidente
de la Nación. En 1951, los habitantes de Misiones intervienen
por primera vez en una nueva experiencia política.
En 1953, la sanción de la ley 14.294 convierte al
Territorio Nacional de Misiones en Provincia. Esa
modificación del
status
jurídico transforma a sus habitantes
en ciudadanos políticos al otorgarles el derecho de elegir
sus propios gobernantes. En este contexto histórico, el
período a investigar transcurre entre 1955, fecha de la
primera experiencia de participación
electoral donde los ciudadanos eligen a
sus representantes para el gobierno
provincial, y las elecciones de 1995, última
elección donde rigió la Ley de Lemas para
la elección de gobernador y vice.
1
El abordaje del estudio de las
prácticas electorales nos pone frente a
determinadas categorías conceptuales
que permiten mostrar cómo se establece
la relación entre los sujetos partícipes de
las mismas:
punteros
,
dirigentes
y
electores
.
Tales relaciones, se constituyen como
relaciones de
poder
,
dominación
y
reciprocidad
; relaciones que en este estudio
las catalogamos de
clientelares
.
Siguiendo a Foucault, nos interesa
poner énfasis en el sujeto que se
encuentra
sometido
a otro a través del
control
y la
dependencia
y no en aquel que
se encuentra sujeto a su identidad por la
conciencia. Aún cuando, tanto uno como otro, se enmarcan
en formas de poder que
someten
2
,
nuestra exploración de
las relaciones clientelares, pone en el centro del análisis a
sujetos que someten a otros sujetos. En estas relaciones
clientelares se advierte la existencia de
estrategias,
entendidas como un conjunto de procedimientos,
tendientes a controlarlos por medio del otorgamiento
de determinados beneficios.
Para cerrar este apartado, debemos señalar que en
la medida que se plantea en esta investigación un nuevo
L
En 1953, la sanción de la
ley 14.294 convierte al
Territorio Nacional de
Misiones en Provincia.
Esa modificación del
status
jurídico
transforma a sus
habitantes en
ciudadanos políticos al
otorgarles el derecho de
elegir sus propios
gobernantes.
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enfoque, que tener en cuenta las relaciones que se dan
entre los sujetos, se propone también, edificar una
historia donde se conjugue un análisis desde los
documentos y desde la memoria de los diversos
protagonistas. De este modo, también enfrentamos los
problemas derivados de la escasa disponibilidad de
fuentes escritas relacionadas con esta problemática, e
incorporamos en forma sistemática, fuentes orales.
La construcción de fuentes orales está diseñada
sobre la base de tres tipos de informantes: a) dirigentes,
b) punteros y c) militantes de base [afiliados, adherentes,
etc.]. A partir del trabajo con estas fuentes es posible
cotejar la información mediante dos cruces. Uno, entre
la información proporcionada por los diferentes
informantes y otro, entre los testimonios orales y los
documentos escritos.
“Bajar de la sierra”
y establecer el
Corralón
Si bien, la UCR y el PJ cuentan con una estructura de
poder institucionalizada y ajustada a sus Cartas Orgánicas,
una lectura más cuidadosa de sus dinámicas de
funcionamiento permite distinguir al menos dos
protagonistas fundamentales que operan en ese contexto,
más allá de lo que establece la distribución formal del poder:
los
dirigentes
y los
punteros
. Una parte fundamental de la
vida política electoral se articula alrededor de estos dos
sujetos, quienes, durante las campañas electorales y el día
previsto para emitir el voto, ponen en juego una serie de
estrategias tendientes a obtener el máximo apoyo electoral,
con la finalidad de que su partido acceda al gobierno.
En Misiones, con el transcurrir de los años, algunas
formas de hacer política se han perdido, y hoy sólo
permanecen en la memoria de quienes participaban en las
campañas y actos electorales; otras, en cambio, han mostrado
su persistencia hasta prácticamente los primeros años de la
década del 90. Así, desde la época de Territorio Nacional,
cuando los misioneros sólo participaban en las elecciones
municipales, subsistió, particularmente en determinadas
zonas de la provincia, una práctica electoral reconocida por
antiguos dirigentes y militantes de épocas anteriores, con el
nombre de
sistema de corralón
:
En aquella época
[recuerda cuando empezó a militar,
entre el 35-38]
habían los famosos corralones que se hacían
en las épocas de elecciones; recuerdo uno al que concurrí que
estaba en Bolívar y Ayacucho,
[Posadas]
. Después había otros
lugares.
3
Bueno, nosotros decíamos el
corralón
antes, porque se
ocupaba antes para... se alquilaba un galpón grande y se llevaba
a toda la gente; se hacían asado, música, y desde ahí se les
llevaba a votar y a eso se le llamaba el
corralón
.
4
Las imágenes del
corralón,
que presentan los
políticos que militaron antes de 1950 y durante las
décadas del 50 y 60, son ilustrativas para mostrar cómo
se desarrollaba la actividad electoral el día de votación.
Esta práctica electoral tenía su correlato en otros
países latinoamericanos. Así, en un análisis sobre el
patronazgo y la política en el Brasil durante el siglo XIX,
Richard Graham sostiene:
“El día mismo de las elecciones los patrones
convidaban a los votantes con ‘finas exquisiteces’. Cuando
los jefes políticos reunían a sus agregados y dependientes
en el pueblo, a veces solían intentar aislarlos como si fuera
en un corral, para evitar que sean tentados a aceptar un
voto del campo opositor a cambio de dinero u otras
recompensas.”
5
El concepto “corral”, indicado por Graham, da idea
de espacio cerrado y controlado. Espacio donde los políticos
pueden “cuidar” a los electores que han reunido en
las horas previas y lugar desde el cual los llevan a
votar el día del sufragio.
Así mismo, cuando Alain Rouquié habla de caciquismo
y clientelismo en América latina afirma:
“Hasta épocas relativamente recientes, lo
importante en el Nordeste era mantener a los
‘contingentes electorales’ encerrados en el redil mientras
llega de votar porque el resultado de la elección, la
amplitud de la victoria, dependía de la disciplina o
indisciplina de los electores reunidos.”
6
Juntarlos el día previo al acto electoral implicaba,
en aquellos años, tener que atender a los electores ahí
reunidos, no sólo durante la noche previa sino durante
todo el día siguiente, antes de llevarlos a votar y luego al
regresarlos nuevamente al
corralón
. En este sentido, un
dirigente radical, expresaba:
Un día antes... Recuerdo ahí por la avenida Uruguay
que había un galpón grandísimo, ahí se juntaban 1000
personas por lo menos, y se iba a votar. Ahí se comía, porque
antes sin asado, antes era más fácil... los dirigentes máximos
regalaban dos, tres novillos... cuando va a haber una interna,
una elección general, se repartía, nosotros repartíamos...
nosotros retirábamos camionada de carnes, para cada zona...
Se repartía un día antes.
7
En la víspera de toda elección, a estos “espacios de
reunión” se acercaban los candidatos electorales con la
finalidad de entablar contacto directo con los potenciales
electores. Esa noche, además de reunirlos y darles de comer,
quienes se hacían cargo del control de un
corralón
buscaban
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la forma de entretener a las personas. En tal sentido,
dependiendo del lugar donde estos corralones estaban
ubicados [ciudades o pequeños pueblos] se organizaban
diversos juegos y bailes:
Esa noche ya era toda joda. Asado y vinito... era un galpón
grande, donde existía asado, vino y de ahí se llevaba a la gente a
votar. Pero miles y miles, y ahí estaba la autoridad máxima, el
candidato a gobernador, los diputados. Estaban para charlar con
los afiliados. Ahora la campaña ha cambiado... en aquella época
[60]
se
juntaba a la gente
en sub-comités,
había que pasar la
noche y el día siguiente
, siempre se hacía asado, había juego de
taba, riñas de gallo... ésa era la forma de reunir a la gente.
8
Esta práctica de reunir a los
electores, atenderlos y desde allí
llevarlos a votar, también formaba parte
del estilo de hacer política en el norte
del Brasil:
“En los campos del norte brasileño,
votar es caro... El generoso organizador
que se apropiaba de los votos ya lo ha
previsto todo. Él paga el transporte,
alojamiento, alimentos y diversión... La
elección es una fiesta. Los electores son
llevados en grupos a las urnas. El
vocabulario electoral brasileño los llama
votos de cabestro
, es decir, el ‘voto en
manada’.”
9
Aún cuando, particularmente, determinados dirigentes
y punteros sostienen que la práctica del
corralón
se fue
perdiendo con el tiempo, otros testimonios afirman que,
sobre todo en las colonias alejadas de los centros más
poblados del interior de la provincia, esta práctica se siguió
empleando posteriormente a las elecciones de 1983.
Hoy, en las ciudades donde las distancias no son tan
extensas respecto del lugar de votación [ej.: Posadas, Oberá,
Alem, etc.], la modalidad de reunirlos ha variado en algunos
aspectos; no así en las colonias alejadas de estos centros
importantes. Las mismas, por el reducido número de
electores, no son consideradas por la Justicia Electoral para
el establecimiento de mesas de votación. Esta situación lleva
a que los pobladores deban recorrer varios kilómetros para
poder emitir su voto; la distancia se convierte en un obstáculo
al que, muchas veces, se suman otros vinculados con los
medios de transporte, las condiciones climáticas, etcétera.
Es en este contexto que los partidos políticos ponen a
disposición de los electores medios indispensables para
acercarlos a las urnas.
De esta manera, en los departamentos o municipios
muy extensos, esta forma de trabajar en política sigue
vigente de igual modo a cómo se realizaba en épocas
anteriores. En este sentido resulta ilustrativo exponer la
narración de una dirigente del Partido Justicialista que
militó hasta las elecciones efectuadas en 1993, en un
pequeño pueblo a orillas del río Uruguay [Santa María].
En este circuito electoral, hasta la fecha, deben votar
además de los pobladores de ese pueblo, ciudadanos
localizados en colonias circundantes, una de ellas
ubicada a más de 12 km:
10
Tenemos una manera de
retenerlos
. A la madrugada, o
la noche antes, ya
los bajamos de la sierra
, por ejemplo de
San Juan... San Juan de la Sierra que es lejísimo. Allá hacíamos
siempre en lo de doña Cándida, que nos cedía el lugar. Ahora
los traemos... Los traemos y los ponemos
en lo de Pedro, o
si no los muchachos los traen a Concepción y los dejan ahí esa
noche. Esa noche toman, comen asado, bailan y al otro día
votan;
pero ya los tenemos ahí
porque si no nos sacan
.
Hay que
tenerlos sujetos...
Antes
les sacábamos las
libretas...
ahora
no. Ahí les ponemos la boleta en el bolsillo.
Para estas últimas elecciones
[1993]
, el
tiempo no nos dejó, llovió toda la semana;
no pudimos bajar mucha gente de la
sierra.
11
Los testimonios de los infor-
mantes no están muy alejados de la
descripción presentada por Graham.
Los discursos dejan entrever que esta
práctica la empleaban todos los
partidos como una de las formas de
asegurarse el voto. Así como en el
testimonio presentado, términos tales
como:
retener
,
tenerlos sujetos
o la idea
de que sean
tentados y sacados por otros
partidos
, aparecen explícitamente en los discursos de
otros informantes. La práctica de retener la libreta desde
días antes al acto electoral para que otros punteros no
se adelanten se fue dejando de lado.
Del testimonio anterior se pueden rescatar dos
cuestiones: primero, el sentido de control sobre los otros
del que habla el informante, en este caso los electores y
segundo, lo que en este contexto podríamos denominar
como “violencia política simbólica”. El control y la
violencia simbólica sobre el elector se pueden reconocer
en frases como:
los bajamos de la sierra; los traemos y los
ponemos
;
antes les sacábamos la libreta
. En este testimonio,
la informante sostiene que ahora no se les quita más la
libreta y, en otros testimonios, los informantes expresan
que “ahora no se puede hacer eso, porque está
prohibido”. La expresión “
ahora
está prohibido” se
«...se alquilaba un galpón
grande y se llevaba a
toda la gente; se hacían
asado, música, y desde
ahí se les llevaba a votar
y a eso se le llamaba el
corralón.»
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podría interpretar como que en décadas anteriores la
retención de documentos estaba permitida. El “sacar la
libreta” a los electores días antes no constituía una
práctica legal y ésta se fue dejando de lado por los
controles de la Justicia Electoral.
En Departamentos muy extensos y con pocos
habitantes, esta forma de trabajar en política está vigente
pero con algunas modificaciones.
En las campañas se hacía como hacen todos los partidos.
Hay algunos en el pueblo que ponen
dinero y con eso compran la vaca y hacen
el asado; eso hacen todos los partidos y en
todas las épocas. El
sistema de corralón
sigue existiendo, el día de las elecciones
para que no se les dispersen las gentes
se
los junta
en un lugar, ahí están comiendo
asado y desde allí
el auto los trae y los
lleva a votar
...
13
El establecimiento de corralones,
en un gran número de circuitos
electorales, no excluía otras formas de trabajo con los
electores. Otra práctica electoral, que hoy se encuentra muy
difundida, es el “acarreo de votantes”. Para llevar adelante
esta práctica, los punteros y militantes preparaban las
Unidades Básicas o los Comités a la espera de electores que
se acercaran solicitando ser trasladados hasta las mesas de
votación o para la verificación de sus datos en los padrones.
En tal sentido, la tarea de los militantes debía comenzar
desde muy temprano puesto que -como
“el acto comicial se
inicia a las ocho de la mañana- los militantes desde horas muy
tempranas, seis de la mañana, ya estábamos poniendo el agua para
hacer el mate cocido, para esperarle a la gente”.
14
El día previsto para las elecciones, desde las primeras
horas de la mañana y hasta el cierre del comicio, la atención
de militantes y punteros se centraban en cada uno de los
sufragantes que se acercaban al local partidario. Las tareas
se encontraban divididas para un mejor rendimiento;
generalmente se formaban varios grupos de trabajo: los
encargados de “juntar” a los sufragantes,
los encargados de preparar el sustento y
atender a la gente y los encargados de
controlar los padrones.
Durante todo el día y hasta el cierre
del comicio, la actividad era intensa. Cada
puntero acompañaba a “su gente” hasta
la mesa de votación y controlaba en sus
planillas quiénes habían sufragado y
quiénes aún no habían emitido el voto
para acercarse a buscarlos. Los testi-
monios relatan además otra práctica electoral, que aún se
sigue empleando en la UCR y el PJ. De acuerdo con las
relaciones y el grado de confianza que los punteros y
militantes hayan establecido con determinadas personas
podían poner en práctica el “cambio de boleta”. Ahora bien,
¿cómo se efectuaba dicho cambio? Una vez instalados los
militantes y punteros en los lugares de votación, se acercaban
a conversar con los electores que conocían y después de
una larga charla, les cambiaban la boleta. Esta práctica es
conocida por los políticos y la ciudadanía en general con el
término de
boletear
.
La práctica del
corralón
y la de juntar las libretas, que
caracterizaban la cultura política local durante las décadas
del 50 y 60, se comienzan a perder o bien son modificadas
en algunos aspectos a partir de los 70. Aunque, en algunas
localidades de la provincia se siguieron realizando a través
de los mismos procedimientos, desde 1995, el esta-
blecimiento de corralones prácticamente se ha perdido y se
mantiene la búsqueda y el traslado de votantes.
Por otra parte, aunque en la mayoría de los discursos
de los informantes aparece con claridad el tema de “saber
respetar las leyes”, no deja de ser interesante que sostengan
que en algún momento de su militancia fueron partícipes
activos de alguna “picardía política” o vivieron situaciones
de “chicanas políticas”. Algunas de estas picardías se
pusieron en práctica en una época determinada. Por ejemplo,
algunos dirigentes y militantes del Justicialismo recuerdan
que durante los años 58 y 63, cuando el Peronismo se
encontraba proscripto, se habían empleado algunas
estrategias novedosas. Con el fin de que la ciudadanía en
su conjunto votase en blanco en las elecciones a presidente,
habían dispuesto recordar a los ciudadanos el día del
sufragio, a través de señales como saludar con un pañuelo
blanco o tocar con las manos varias veces el cuello del
guardapolvo.
En el análisis que F. Guerra efectúa sobre la
«Hay que tenerlos
sujetos... Antes les
sacábamos las libretas...
ahora no. Ahí les
ponemos la boleta en el
bolsillo.»
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representación política durante el siglo XIX en América
latina, señala algunas prácticas que los partidos políticos
ponían en juego con el objetivo de alcanzar el poder. Así
sostiene que en el campo de la “manipulación física del voto”
se podría enumerar: “los electores traídos a las urnas desde
lejos y en grupos; la captación del voto por medio de ventajas
ofrecidas a los electores (comidas, regalos) o la pura y simple
compra del voto...”
15
Esta “manipulación física del voto” se torna cada vez
más compleja a medida que el número de electores se
amplía. Aún cuando sigue constituyendo un aspecto
esencial de todo mecanismo electoral, hay que destacar que
tal manipulación física no alcanza para garantizar el triunfo
electoral y, por esta razón, los partidos ponen en práctica
otras estrategias tendientes a incrementar el número de
votos.
Cuando se hace referencia a la “compra del voto por
medio de favores”, tanto Graham como Guerra están
marcando un aspecto que se relaciona con la constitución
de redes clientelares. Las prácticas electorales que aquí se
describen y que se desarrollan en un tiempo determinado
[horas antes y durante el acto electoral] se producen en el
marco del “clientelismo”. Los
electores traídos a las urnas
y
reunidos en espacios donde permanecen
controlados
, como
así también otras actividades, son puestas en práctica por
punteros, dirigentes y militantes. El trabajo que estos
“políticos” realizan durante todo el año, y que es incentivado
con mayor fuerza durante “los tiempos de campaña”, se
pone en juego el día en que los ciudadanos concurren a las
urnas. En términos de Graham y Guerra, la “compra de
votos por medio de favores” constituye un nudo central
que está sostenido por
redes clientelares
que son
cuidadosamente tejidas -a lo largo del tiempo- por
diferentes políticos.
Con el transcurrir de los años, algunas formas de hacer
política se van perdiendo. Otras en cambio, se mantienen,
modifican y en muchos casos, se mejoran.
El “acarreo” de votantes
Uno de los testimonios presentados señalaba que
“el sistema de corralón sigue existiendo...”
16
.
Así como
este testimonio, existen los de otros dirigentes, punteros
y militantes que sostienen que todavía hoy el sistema de
corralón
sigue vigente en toda la provincia aunque con
algunas modificaciones. Expresan que una de las
estrategias empleadas por los partidos políticos es la de
juntarlos en un lugar previsto
el día de las elecciones
y desde
allí llevarlos a votar, como una forma de evitar que la
gente se disperse.
El punteo del padrón y el traslado de los votantes
son las prácticas más difundidas y aplicadas por los
punteros y militantes de los partidos políticos. En algunas
ocasiones cuando concurren a buscar a los votantes
acercan provisiones, ropas, útiles escolares, etc. que las
personas solicitan días antes.
Hay que señalar, no obstante, que tanto el acarreo
de votantes como el otorgamiento de “favores”, no
siempre asegura el apoyo de los sufragantes. Algunos
dirigentes y punteros afirman que el secreto del sufragio
posibilita que, aún cuando los electores aceptan los
favores otorgados por los políticos y aceptan “ser
acarreados” hasta los lugares de votación, dentro del
cuarto oscuro pueden sufragar libremente.
17
Acarrear a los votantes implica un trabajo de
“rastrillaje” previo en el que cada puntero o encargado
de circuito realiza en su zona. Se identifican los
simpatizantes, se conversa con los mismos y,
posteriormente, se coordina con los posibles votantes el
momento en que se los acercará a las urnas. Esto es, un
gran número de votantes no necesita hoy concurrir a los
locales partidarios para ser llevados hasta las escuelas
donde deben votar. Los grupos que en cada Unidad
Básica o Comité de Circuito se organizan para la
movilización recorren las casas de los votantes
“apuntando” los apellidos y nombres, la escuela donde
votan y el horario en que hay que buscarlos. De esta
manera, se establece un compromiso entre “punteros”
y los electores son trasladados desde sus domicilios.
...les llevás la boleta y les decís ¿a qué hora te vengo
a buscar? Entonces tenés que tener... que llevar la planilla
ya... fulano a tal hora... bien arreglado. Así ellos saben
que a esa hora vos tenés que ir a buscarle. ¡Y a esa hora
tenés que ir! Algunos vienen al local, y de ahí le llevas.
Pero, a veces hay gente que vive muy retirado hay que ir
a buscarle.
18
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38
Para llevar adelante el acarreo de los votantes es
que en los días previos, se organizan los grupos de
movilización. Así, en un registro detallado, los partidos
asientan los nombres de las personas que se ofrecen para
efectuar la movilización y los móviles
con que cuentan para el traslado de
los votantes. En muchos casos,
aquellos militantes que ese día actúan
como fiscales, ponen a disposición
del partido sus autos particulares.
Además, quienes tienen a su cargo la
movilización, se contactan con los
empresarios del transporte de
pasajeros, para asegurar cierto
número de unidades que les permita
llevar adelante el acarreo. En estos
últimos años, otra alternativa que se
hizo presente es el alquiler de remises
y transportes escolares.
Pero el traslado de los votantes
también tiene su lado riesgoso. En
este día se pueden ganar o perder
votos. Algunos testimonios que brindan los militantes
señalan que si se producen fallas en la movilización, se
puede efectuar el “cambio de boleta”. Por lo tanto, es
imprescindible que desde hora muy temprana ellos
comiencen a “asegurar los votos”. ¿Cómo se puede
“boletear” y asegurar un voto? En su testimonio, una
militante radical señalaba que para las elecciones de 1995,
le había tocado trabajar en un barrio muy aislado, con
gente de muy bajos recursos y muchos de ellos sin haber
completado la escolaridad.
Se puede hacer también, acarrear a
la gente y decirles ¿para quién vota
usted? Hay gente que no sabe, que van,
que les llevan ya un día antes los votos,
por ejemplo; entonces vos les hacés el
cambio de boleta. Por eso hay que
madrugar. Cuando me tocó trabajar para
atrás del Baliña, a las cuatro de la mañana
anduve por allá.
19
Les sacás las boletas de
ellos y les das la tuya. Ahí le hablás y les
decía por qué. Que vote a ése pero que no
cuente; tenés que explicarle todo a la
gente, si no a veces la gente va con la
boleta en la mano o dice por quién vota.
Todo hay que explicarle.
20
La práctica del “cambio de boleta”
sólo se puede llevar adelante en
determinados ámbitos y con ciertos
tipos de electores. Distinguir a las personas con las cuales
el “cambio de boleta” se puede poner en práctica revela
la “capacidad y experiencia” de cada puntero.
Algunos dirigentes de locales partidarios de
circuitos optan por no salir a buscar y trasladar a los
electores desde sus casas; expresan que prefieren trabajar
con aquellos que se acercan voluntariamente al local y,
desde ahí, acarrearlos hasta los lugares de votación. En
este sentido, una dirigente barrial de la zona de Villa
Cabello, que corresponde al circuito 3 A de la ciudad de
Posadas, sostenía:
Siempre digo que en el 87 cuando nosotros perdimos,
perdimos porque salimos a buscar muchos... y llevamos a
votar a muchos peronistas. Porque la gente que vino al
comité, es la gente que vota al radicalismo. Siempre le digo
eso a mi marido. En el 87 nosotros perdimos porque salimos
a lo loco a buscar gente que nos vote... Estaba tan mal el
país, porque realmente tenemos que ser conscientes el último
período del Dr. Alfonsín fue bastante nefasto para nosotros.
Así que teníamos certeza de que íbamos a perder, y salimos
a lo loco a buscar gente para que nos vote y llevábamos a
votar a cualquiera. Siempre les digo a ellos, nosotros
perdimos porque le llevamos a votar a todos los peronchos.
Ellos ni movilizaron.
21
Así como éste, existen otros discursos que
testimonian sobre las consecuencias que produce muchas
veces el acarreo de votantes. El hecho de que las personas
acepten ser llevadas por falta de medios propios para
trasladarse no implica necesariamente que vote por el
partido [o sublema] que lo acercó hasta la urna.
En relación con el acarreao de votantes, hay que
indicar, por otra parte, que la práctica electoral en las
zonas de frontera adquiere además un toque de
originalidad. Así, en las elecciones de 1995, el diario
El
Algunos dirigentes y
punteros afirman que el
secreto del sufragio
posibilita que, aún cuando
los electores aceptan los
favores otorgados por los
políticos y aceptan “ser
acarreados” hasta los
lugares de votación,
dentro del cuarto oscuro
pueden sufragar
libremente.
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NOTAS
1- Desde la primera participación en elecciones provinciales y hasta
la actualidad, los ciudadanos han sufragado en diez oportunidades
para elegir sus representantes al Poder Ejecutivo. Han culminado
su mandato los gobernadores electos a partir de 1987. [Barrios
Arrechea renunció en 1987 para hacerse cargo del Ministerio de
Salud de la Nación]. La Ley de Lemas, para la elección de
gobernador, estuvo en vigencia durante dos períodos electorales:
en la elección a gobernador de 1991 y de 1995.
2- Foucault: 1988.
3- Ex dirigente, mayor de 70 años.
4- Dirigente, mayor de 60 años.
5- Graham, Richard: [1990: p. 111 ]
6- Rouquié, Alain: [1994; p. 230]
7- Puntero, mayor de 60 años.
8- Ex dirigente, mayor de 70 años.
9- Rouquié, Alain: p.229.
10- San Juan de la Sierra pertenece electoralmente al Municipio de Santa
María y los pobladores en su mayoría viven en las laderas de la sierra.
11- Dirigente, mayor de 70 años.
12- Brañas, Balbino: [1975: p. 9]
13- Puntera, mayor de 40 años.
14- Puntera, mayor de 40 años.
15- Guerra, Francois [1994; p. 60]
16- Los corralones antiguamente se abrían en galpones cerrados.
Hoy, gran número de locales partidarios se abren en galpones
durante las elecciones [internas o generales].
17- El interés puesto en esta investigación es rescatar las prácticas
que estuvieron y están presentes en toda campaña y acto electoral
en la provincia, más allá de si son efectivas o no. Un posterior
análisis de estas prácticas con los resultados electorales por circuitos
y secciones electorales podrá determinar su grado de efectividad.
18- Puntera, mayor de 70 años.
19- El Sanatorio Baliña es un instituto psiquiátrico que se ubica en
la ruta hacia el aeroparque y la provincia de Corrientes. Los barrios
ubicados detrás de este sanatorio corresponden al circuito electoral
4 de la ciudad de Posadas.
20- Puntera, mayor de 50 años.
21- Puntera, mayor de 50 años.
22- El Territorio: 15-6-95, p. 18.
N. de R.: En el texto original del autor no figuraba la nota 12.
Territorio
de Misiones, señalaba: “Muchos autos con
chapas patentes del Paraguay se desplazan durante el
día del acto electoral. Además de los remises, también
colaboran en el ‘traslado de personas’ autos oficiales del
Paraguay. Al parecer la integración se viene con todo”.
22
La información con la que se cuenta pertenece sobre todo
a la ciudad de Posadas; resta por observar si en las otras
zonas de conexión con los países limítrofes [ej.: Bernardo
de Irigoyen y Puerto Iguazú] también se produce este
fenómeno.
Reflexiones Finales
El punto de partida de este trabajo ha sido señalar
algunos conceptos que son centrales en toda práctica
electoral e indicar de qué forma se establece la relación
entre los sujetos. Desde allí y a través de los testimonios
brindados por nuestros informantes, hemos intentado
reconstruir aquellas prácticas de un pasado no muy
lejano, y su relación con las prácticas que aún hoy
emplean los partidos. Hemos sostenido además, que
tales prácticas electorales se encuentran muy
relacionadas con el sistema de “red clientelar”.
Las nociones de
poder
,
dominación
y
reciprocidad
constituyen nudos que se encuentran en toda relación
que establecen los sujetos. Ese poder, esa dominación
y la reciprocidad permiten reconocer que en estas
prácticas electorales está presente la
hegemonía
de un
grupo sobre otro. Aunque en el discurso de los
informantes estos conceptos no aparecen como tales,
sí se observa que se manifiestan por medio de
expresiones como:
los bajamos de la sierra; le sacás la
boleta y le das la tuya; entregar el partido;
se los junta en
un lugar,
etcétera.
En la provincia de Misiones, los dirigentes y los
punteros se constituyen como protagonistas del
proceso de socialización política; el trabajo que
realizan adelante, no sólo durante las épocas de
campañas electorales, buscan captar y movilizar a los
electores con el objetivo de conquistar votos y ganar
elecciones. En este sentido, estas prácticas electorales
sólo se pueden entender en el contexto de la formación
de las relaciones clientelares.
Desde el pensamiento de Foucault, hemos
sostenido que existe un tipo de sujeto sometido al
control y a la dependencia de otros. Ese control y esa
dependencia se dan por medio de las “relaciones
clientelares”, que están estrechamente conectadas con
las prácticas electorales que describimos. Las
evidencias registradas permiten afirmar que las
relaciones clientelares se constituyen como una
estrategia política que facilita la conformación de una
base electoral y permite una mayor captación de votos.
En tal sentido sostenemos que el clientelismo está
basado en la
utilidad
. Son los intereses los que van a
regir la relación entre electores [
clientes
] y entre
punteros y dirigentes [
patrones
]. Uno de los factores
presentes en la formación del clientelismo es el
“intercambio de bienes”. Por lo tanto, el cliente se
somete al
control
del otro por los recursos a los que
puede acceder. Recursos que no necesariamente son
de tipo material.
Para cerrar esta comunicación, podríamos indicar
que tanto el establecimiento de espacios de
concentración de electores como el acarreo de los
mismos son prácticas que están presentes en toda
contienda electoral y que, aún con algunas diferencias,
se mantienen en el tiempo. Estas prácticas no son
exclusivas de un partido político y, aún cuando la UCR
y el PJ se reconocen como partidos diferenciados, ponen
en práctica similares estrategias de captación del voto.
Finalmente, hay que señalar que en los últimos
tiempos, aunque persista una “manipulación física del
voto” durante las elecciones y un “acarreo de
votantes” el día electoral, no se puede afirmar que
éstas se constituyan en magnitudes suficientes para
asegurar la victoria. Ante tanta “manipulación y
acarreo”, esta constatación nos resulta esperanzadora.
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Voces Recobradas
40
BIBLIOGRAFÍA
Álvarez, Norma: Las voces del radicalismo: las posibilidades
de las fuentes orales en la construcción de la historia en
Misiones. Tesis de Licenciatura. 1994 (inédito)
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1993). Sec. de investigación. 1994 (inédito).
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clientelismo político contemporáneo. Buenos Aires, Losada,
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Cazorla Pérez, José: “El clientelismo de Partido en la España
de hoy: Una disfunción de la democracia” en: Revista de
Estudios Políticos; enero-marzo 1995 (Nueva Época) Nº 87,
pp.35-50.
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el siglo XIX”; Counffignal, Georges (comp.) en: Democracias
posibles. El desafío latinoamericano. México, F.C.E., 1994.
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partidista en América Latina”; Nueva Sociedad, 1996, Nº
145.
Weber, Max: Economía y Sociedad. México, F.C.E., 1964.
Testimonios orales: se han efectuado un total de veinticinco
entrevistas a dirigentes y punteros de la UCR y del PJ. Los
entrevistados pertenecen a diferentes localidades de la
provincia y han militado en distintas épocas.
t
raduccione
s
O dia
esperado...
Eleições
Abordar-se-á a problemática relacionada
com os espaços de reunião, isto é, o lugar
onde grande número de eleitores é
convocado no dia anterior à emissão do
voto e as mudanças produzidas no
decurso de quarenta anos: 1955-1995.
Por sua vez, analisar-se-á o trabalho
desenvolvido pelo “Puntero” (aquele
dirigente político que trabalha com a
militância de base), tanto nas horas
prévias quanto no dia do Pleito Eleitoral.
Nesta investigação combina-se o trabalho
de fontes documentais com as
testemunhas dos militantes dos dois
maiores partidos da província de Misiones:
UCR (Unión Cívica Radical) e PJ (Partido
Justicialista).
A proposta é parte de um capítulo da tese
em andamento: “As práticas eleitorais em
Misiones: 1955-1995”, que é desenvolvida
no âmbito do Mestrado em História da
Faculdade de Humanidades da
Universidade Nacional de Mar del Plata.
The awaited
day...
Elections
The problem that will be approached is
connected with the places of meeting the
place where a great number of electors is
congregated the day before to the
emission of the vote, and the changes
produced along forty years (1955 - 1995).
Also, the task developed by the
“puntero”
1
, the previous hours and the
day of the elections.
In this research, the work is combined
with documental sources and with the
testimonies of militants of the two main
political parties of the province: U.C.R.
and P.J.
2
This proposal is a part of a chapter of the
thesis of Mastery in progress about “The
electoral practices in Misiones: 1955 -
1995” that is developed within the
framework of the Mastery in History of
the National University of Mar del Plata.
1 Puntero: a sort of political leader in a
neighbourhood.
2 U.C.R. and P.J. stand for “Unión Cívica
Radical” and “Partido Justicialista”.
Le jour
attendu...
Élections
Le problème que sera approché est en
rapport avec les espaces de réunion, le
lieu où un grand nombre d’électeurs est
convoqué la veille de l’émission du vote et
les changements que se sont produits
pendant quarante années (1955 - 1995).
On analyse aussi le travail développé par
le « puntero »
1
pendant les heures
précédentes aux élections.
Dans cette recherche, on combine le
travail avec des sources documentaires et
avec les témoignages des militants des
deux partis les plus nombreux de la
province: U.C.R. et P.J.
2
Cette proposition fait partie d’un chapitre
de la thèse de maîtrise en Histoire de la
Faculté d’Humanités de l’Université
Nationale de Mar del Plata.
1 « puntero » espèce de chef politique du
quartier.
2 Union Civique Radicale et Parti
Justicialista.
Voces Recobradas
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