image/svg+xmlVoces Recobradas10LA POLÍTICADE LASMUJERESVoces Recobradas10El fin de siglo y el umbral del tercer milenio (1983-1999)La política de las mujeresAutorEmilia Yolanda Urquiza
image/svg+xmlVoces Recobradas11n esta comunicación se presentan resultadosparciales de un proyecto de investigación centrado enlas formas de hacer política de las mujeres, en elámbito de los dos Partidos, que ejercen la hegemoníade la representación política, en la Provincia deMisiones. Desde la historiografía seintenta combinar el estudio de unámbito tradicional del poderpolítico: los Partidos, en nuestrocaso la UCR y el PJ, con un enfoqueinscripto en la renovación de losmodos de abordaje que plantea lanueva historia política. Desde unaperspectiva metodológica, se realizauna experiencia sistemática deconstrucción de fuentes orales quese constituyen en una herramientafundamental, por múltiples razones.Porque las recurrentesinterrupciones del sistemademocrático, impactaron de mododirecto en los repositorios responsables de laconservación de los testimonios que nos interesaban.Así, los Archivos de la Secretaría Electoral y el PoderLegislativo Provincial afectados por sucesivostraslados y destrucción de parte de su patrimonio,sólo contienen documentación fragmentaria y seriesincompletas respecto de datos fundamentales(resultados electorales: nómina de candidatos a car-gos electivos, etc.). Los Partidos Políticos, salvoexcepciones, conservan testimonios quecorresponden al período reciente (a partir de l983).Asimismo, los archivos personales de actorespolíticos relevantes de la historia provincial,perdieron parte importante de su patrimonio comoconsecuencia del ocultamiento o la destrucción a quese vieron obligados sus propietarios. En ningún casose cuenta con auxiliares de búsqueda que faciliten eltrabajo heurístico.Por último, señalemos que, a los obstáculosvinculados a las fuentes documentales, los propiossujetos históricos que hemos elegido, las mujeres, seven afectados por la interdicción1.Porque,generalmente, ellas transitan por los bordes de losespacios del poder; y su presencia—individualizada— sólo excepcionalmente estáregistrada en las fuentes con las que operamostradicionalmente los historiadores.La presencia de mujeres en lugaresde relevancia constituye unaexcepción, tanto en las estructurasde poder partidario como en lacomposición de los distintospoderes del Estado. Sólo a partir dela aplicación de la Ley de CupoFemenino para cargos legislativos,esta presencia ha comenzado aaumentar, aunque limitadaestrictamente al porcentajeestablecido por la Ley.En este contexto, las fuentesorales encierran múltiplespotencialidades para reconstruirprácticas políticas y electorales; explorar laconstitución de redes de relaciones políticas y aportarlas miradas y las voces de sujetos que operan comoclaves fundamentales para intentar una descripciónetnográfica, de quienes hacen del “hacer política”una forma de vida cotidiana. El lugar dondeejercemos nuestro oficio de historiadoras, un espaciocaracterizado por un proceso de re-poblamiento depoco más de un siglo y cuya institucionalizaciónapenas supera las cuatro décadas, amplían laspotencialidades heurísticas de las fuentes orales quese constituyen en el único medio para reconstruirciertos procesos.Planteando el problemaUn recorrido por los estudios empíricosrealizados en la última década nos permite reconocerque las cuestiones que más han ocupado el interés delos estudiosos/as se relacionan con la participaciónpolítica de las mujeres, tanto en ámbitos tradicionalescomo partidos, sindicatos, poderes públicos estatales,ELa presencia de mujeresen lugares de relevanciaconstituye unaexcepción, tanto en lasestructuras de poderpartidario como en lacomposición de losdistintos poderes delEstado.
image/svg+xmlVoces Recobradas12etc., como en los que se presentan como nuevosespacios, ONG y movimientos sociales, donde supresencia constituye un dato relevante.Respecto de la participación política, diversosautores (Martínez Ten: 1990; Pérez-Fuentes: 1990;Pateman: 1996) coinciden en afirmar que los cambiosobservados en los últimos años en distintos ámbitosde la vida social, tales como el trabajo asalariado o laeducación, que muestran una mayor presencia de lamujer, no se han extendido al ámbito de los PartidosPolíticos que siguen constituyendo un reducto deacentuada hegemonía masculina:“En la actualidad, las mujeres siguen teniendo,en el mejor de los casos, una representaciónmeramente simbólica en los organismos públicosrelevantes; la vida pública, aunque no totalmenteexenta de mujeres, sigue siendo el mundo de loshombres y sigue estando dominada por ellos.”(Carole Pateman: 1996, 47 infra).Existe también coincidencia en considerar que elproblema de la participación, tanto en los Partidoscomo en otras instituciones públicas, constituye unacuestión de carácter estructural en nuestrassociedades y pareciera no estar necesariamenterelacionada con el grado de desarrollo de las diversasdemocracias.En otros términos, la participación de las mujeresen el espacio político-público, una actividad que,junto con la guerra y la jerarquía religiosa,constituiría el paradigma más acabado de lamasculinidad, se presenta como un fenómeno conrasgos comunes, que atraviesa sociedades históricascon acentuadas diferencias.Así vistas las cosas, pareciera existir consensoentre los autores que estudian la participaciónpolítica de las mujeres en, al menos, dos cuestionesbásicas:1. La estructuración, tanto de las institucionescomo de la propia dinámica de la actividad política,en sus tiempos, sus formas de relación y las cosas delas que se ocupan, se ha realizado a partir de ladivisión de espacio y de trabajo entre los sexos. Elpoder patriarcal (Amorós: 1990; Izquierdo: 1991;Luna: 1991; Nordström: 1990) se instituye como unespacio de reconocimiento que discrimina y sitúajerárquicamente a las personas, de acuerdo con eltipo de actividad que realizan, con la clase a la quepertenecen, con la edad, pero también, y de modoprevio a las variables precedentes, con su género. Enconsecuencia, la división sexual del trabajo y laconfiguración de espacios públicos y privados, sonsupuestos de partida necesarios para el estudio de laparticipación política de las mujeres. Así, Privado-Público; Femenino-Masculino, constituyen conceptosde significación densa a la hora de buscarexplicaciones al lugar de las mujeres en los PartidosPolíticos. No sólo porque hay razones para suponerque existe alguna relación entre esta dicotomía,público-privado, y la consecución de los derechosciudadanos obtenidos por las mujeres sino, además,porque el modo distinto en que cada género legitimay sustenta sus derechos políticos, tiene implicacionesprofundas para nuestra situación presente y futurade mujeres-ciudadanas, porque:“Si los hombres ‘ganaron’ su ciudadanía comosoldados y trabajadores, mientras que las mujeres‘ganaron’ la suya como madres y educadoras de sushijos/as, cabrá convenir que en realidad el acuerdopolítico legitimó la división sexual del trabajo. Asípues, las desigualdades son inherentes a la política,no son ningún asunto desvinculado o ajeno a ella.”(Anne Phillips: 1996, 84-85).2. Los conceptos tradicionales, particularmenteen los campos de las ciencias políticas, la sociologíay la historia deben ser puestos en controversia. Lascategorías de “lo político” y “participación política”,existentes en los paradigmas tradicionales, noresultan adecuadas para dar cuenta de la “ausencia”de las mujeres sino que, más bien, tienden a actuarcomo un velo en torno de ella. Es necesario avanzaren la construcción de nuevas herramientasconceptuales y metodológicas para interpretar estosfenómenos, y revisar los paradigmas predominantesen los campos de las ciencias sociales. En estesentido, se registran múltiples evidencias empíricaspara cuestionar la supuesta “neutralidad” y“universalidad” de categorías pensadas para seraplicadas en el ámbito de lo público, y cuya solaextensión al estudio de la esfera privada de ningúnmodo resuelve el problema. En una sociedadorganizada en función del género, toda negación oindiferencia frente a ese aspecto, imprime de unsesgo androcéntrico cualquier investigación.Las discusiones teóricas han centrado suatención en algunos conceptos que aparecen comoclaves interpretativas fundamentales. El primero deellos, que significativamente sigue constituyendo
image/svg+xmlVoces Recobradas13una fuente de discusiones y conflictos en la teoríapara quienes investigan y en la praxis para quienestienen algún tipo de intervención social, es elconcepto de Poder:“Por fin nos estamos acercando al tema delpoder y a su complejidad; ¿será que en lainvestigación sobre el ejercicio del poder y sunaturaleza está la clave de la desigualdad de géneroasentada sobre la diferencia de sexo? ” (Luna: 1991,21 supra).Una segunda categoríaconceptual, la de género,parece serla más relevante a la hora de buscarnuevos enfoques y clavesinterpretativas para formularalgunas hipótesis. Si bien ya existíaen algunas ciencias, para lasinvestigadoras feministas elconcepto de géneroadquiererelevancia a partir de la formulaciónya clásica realizada por lahistoriadora Joan Scott, porque:“Scott desplaza la produccióndel centro del análisis, colocando enéste el poder, al tiempo que sitúa alinterior del género el mundo de lasinter-relaciones de clase, etnia, edad,etc. y propone mirar desde elsignificado del género las desigualdades sociales,considerando éste como un paradigma del principiode la desigualdad. En este sentido vuelve a lo que yadijeron otros autores al presentar la desigualdadentre los sexos como la desigualdad original, peromostrando la vía teórica y metodológica del géneropara explicar cómo se fue multiplicando esadesigualdad en relación con lo político, lo económico,lo social, lo cultural...” (Luna: 1994, 27-28)Género y poder, entonces, se nos presentancomo categorías conceptuales apropiadas para elabordaje de problemas como el que se plantean ennuestra investigación. Dedicaremos el apartado quesigue, a explorar las vías que abre el género comocategoría de análisis para operar en un problemaconcreto.La dimensión genérica del análisis de la políticano constituye un fenómeno que se nos presentadirectamente, aparece velado, detrás de lasposiciones y los discursos de los sujetos, y tomavariadas formas de expresión. Desde nuestraperspectiva, género, en tanto categoría analítica,supone operar desde los siguientes principios:a) las identidades femeninas y masculinas sonun producto histórico-social, y sus contenidospueden variar de unas culturas a otras. Se hacenecesario, entonces, poner en controversia ydeconstruir la supuesta base biológica de loscomportamientos femenino y masculino,distinguiendo entre datos biológicos y género;b) elelemento relacional es un componentefundamental en los sistemas de género y su estudioconstituye un camino para explicar la situación delas mujeres, no como un aspecto aislado de lasociedad sino como parte de ella. Así, el género es unproducto social y opera como un principio deorganización social. No constituye una variableneutra sino que, en el contexto de nuestra sociedadpatriarcal, opera necesariamenteasociada al principio de jerarquía.La sexualidad del cuerpo da lugara desigualdades ysimultáneamente las legitima. Enotros términos toda relacióngenérica conlleva una relación depoder.Cómo articular estossupuestos teóricos con nuestroobjeto de investigación, el estudiode las prácticas políticas en lospartidos, constituye uninterrogante central para nosotros.A partir de un primer nivel dereflexión que será revisadoparalelamente al desarrollo de lainvestigación empírica, y sindistinguir, claramente aún, entre elementos teóricos yestrictamente metodológicos, nuestro marcoconceptual incluye las siguientes hipótesis generales:a)La construcción de la ciudadanía y elreconocimiento del sufragio “universal” se inscribenen un proceso histórico de organización genérica dela sociedad.b) Para conocer la historia y la situación presentede las mujeres en una sociedad concreta, es necesarioestudiar también a los hombres. Esto es, unaperspectiva genérica no equivale a estudios de lasLas categorías de “lopolítico” y“participación política”,existentes en losparadigmastradicionales, noresultan adecuadas paradar cuenta de la“ausencia” de lasmujeres sino que, másbien, tienden a actuarcomo un velo en tornode ella.
image/svg+xmlVoces Recobradas14mujeres exclusivamente.c) Las actividades que realizan las mujeres en elámbito de los Partidos Políticos y su situaciónmarginal respecto de los lugares de poder no puedenanalizarse sólo en términos de variables internas quepudieran operar en esos ámbitos; tales como“desconocimiento de las reglas de juego político”,“escasa disposición para competir y enfrentarconflictos”, etc.d) “La política”, en tanto campo paradigmáticode concentración y distribución de poder público(material y simbólico), y los Partidos Políticos, entanto instituciones que representan la cara visible deese poder, constituyen un baluarte masculino quepresenta fuertes resistencias a la incorporación delgénero femenino. Dicho de otra manera, lasposiciones de poder no se compartenvoluntariamente.Desde una perspectiva metodológica, centramosnuestro trabajo en el recorrido de dos caminos: enuna primera etapa trabajamos con las fuentesclásicas de nuestro oficio; realizamos la búsqueda deinformación en archivos públicos, privados y departidos políticos. Así, logramos reconstruir las listasde legisladores desde la integración de la primeraLegislatura Provincial (1955) hasta el año 1997,cuando ya se pueden observar algunos resultados dela aplicación de la Ley de Cupo Femenino.El segundo camino, consistió en delimitarnuestro universo de informantes para la construcciónde fuentes orales e iniciamos las entrevistas. Losresultados que aquí presentamos se basan en un totalde nueve entrevistas cuya distribución por género yPartido Político, deberá ser ajustada en el futuro. Sinignorar que los criterios de representatividad en elcaso de las fuentes orales son diferentes a los de unamuestra estadística, no podemos desatender estacuestión. El perfil de los coautores de nuestrasfuentes orales es el de dirigentes políticos de activaparticipación, que han ocupado cargos de diversasjerarquías a lo largo de sus carreras políticas(concejales, legisladores, presidentes de UnidadesBásicas o Comités) y cumplido otras funciones comodirigentes sociales, (dirigentes de clubes, miembrosde comisiones vecinales y asociaciones intermedias),etcétera.Explicitado el marco conceptual y metodológicodedicaremos los apartados siguientes a describiralgunos resultados de nuestro trabajo.Entre la misoginia galantey el mito de la maternidad social,las mujeres “hacen” políticaEl diálogo con nuestras fuentes (orales y escritas)se planteó en torno de tres núcleos de interrogantes:¿cuál es el hacer de las mujeres en la política?, ¿cómorepresentan su hacer y cómo se representan a ellasmismas?; ¿cuál es la participación en los “lugares delpoder”?; ¿cuáles son las diferencias entre los Partidosestudiados? Las respuestas que proponemos tienen elcarácter de hipótesis iniciales.La militancia política de las mujeres aparece—desde las voces de nuestros informantes— comouna extensión de su vocación de “trabajo social”.Una opción explícita por la atención de los sectoressociales vulnerables, y que registra antecedentes ensus historias personales previas a su inserción en lapolítica partidaria. Con significativa frecuencia,nuestras informantes asocian su actividad políticacon una acentuada vocación docente y una prácticacatólica militante. En contra de lo que nosotrossuponíamos inicialmente, estos rasgos se dan no sóloentre las mujeres peronistas sino también entre lasmilitantes radicales que hemos entrevistado hastaahora.Desde una perspectiva más analítica, podríamosafirmar que las mujeres aportan, con suincorporación a los partidos políticos, un conjunto deprácticas políticas originales vinculadas a la culturade cuidado “del otro” y relacional (“mujer de”, “hijade”, “madre de”), que caracteriza al género femeninoy que están asociadas a las que realizan en el ámbito
image/svg+xmlVoces Recobradas15privado. Una dirigente radical nos describía:Yo me voy a las casas de los afiliados, yo recorro; ahíen el Parque Adam [una villa] todos me conocen. Yo me fuia Buenos Aires y traje muchísimas cosas a través de undiputado. Por ahí yo me iba a la canchita y miraba loschicos que jugaban a la pelota en invierno, descalzos; losjuntaba a todos, los traía, los lavaba a todos, los calzaba ylos mandaba de nuevo a las casas.Estas prácticas operan como instrumentoseficaces para incorporar nuevos afiliados, captarvotos durante las campañas electorales y resultanfuncionales para mantener en actividad permanentelos aparatos políticos partidarios:No es cuestión de ir a visitar a lagente en época de elecciones y despuésdejarle y luego ir nuevamente. Lagente mía en época de elecciones mejuntan sus libretas y me entregan y yotengo que ir el domingo y llevarles conlas boletas y hacen eso porque siempreles estoy cuidando: les consigo leche,ropa, remedios. Los punteros debencuidar su gente porque es como unafamilia. Gracias a Dios mis militantestienen todos trabajo, uno de esos esconcejal que se hizo con nosotros, enel Comité.Desde el peronismo, unadirigente nos decía:Yo vivía en Colonia G., soydocente... una colonia donde habíagente de trabajo rural y gente muy modesta. Yo ya tenía,como católica, inquietudes sociales y veía las necesidadesde la gente, los problemas a través de los alumnos,...también del vecindario... había gente que no estaba niregistrada y no tenía certificado de nacimiento. Entonces,la Unidad Básica la tenía en mi casa, venían hombres ymujeres que querían documentarse...Conseguía semillas de verdura... cuando seenfermaban, teníamos una chatita, del año 28, mi maridolos llevaba al hospital... formé una Comisión de Señoras...algunas apenas sabían leer y escribir, pero necesitábamos elapoyo y la conciencia de ir formando una salita... Ése era eltrabajo... y sí, sin buscar que sea político era un trabajoque redundaba en beneficio del peronismo ¿no cierto?La presencia de las mujeres en las “bases” deambos partidos es numerosa y desciende casigeométricamente a medida que se asciende en lapirámide de poder. Pareciera que “el techo de cristal”,en el caso de los Partidos Políticos, tiene sólo la alturade una “casa de muñecas”.No se registran evidencias de pactos, en términosdemocráticos, para la distribución del poder entre losgéneros. Las mujeres políticas sólo en situacionesaisladas y excepcionales, (Ley de Cupo, edadjubilatoria), realizan alianzas en las que el géneroconstituya un eje transversal a los Partidos.En palabras de una actora:Lo que había que discutir era la falta de solidaridadentre las mujeres, en lo que se refiere a la actividad políticay nunca se pudo discutir eso... La falta de solidaridad de lamilitante de base, de la mujer misma hacia la causa de unamujer, lo que yo sentía es la falta de solidaridad de ladirigencia, de las mujeres dirigentes: me daba cuenta cómo,esas mujeres que llegaron a esos lugares después teníancomo un cierto temor a que vengan otras y usurpen esoslugares...En hipótesis de unainvestigadora:“Pues bien, no sólonormalmente el poder ocupado poruna mujer no es traslaticio, sino queen ese ‘conferir poder’ por líneafemenina está uno de los nudos másoscuros de la práctica y vivencia delpoder por parte de algunas mujeres;nadie da de buen grado o sintensiones lo que no tienecompletamente. Si la detentación esvacilante, la subrogación esprácticamente imposible o muytensa. Una mujer se lo pensará, esdecir, cuidará de forma bastanteparticular de quién se rodea, a quiéninviste... conferir poder a una persona que, por sertambién mujer, tiene un estatuto tan débil como elsuyo, es un riesgo.”2En esta instancia centraremos nuestro análisisen el Poder Legislativo provincial, porque en lasdemocracias representativas, los Parlamentosconstituyen el paradigma del escenario público, delejercicio del poder político, que más claramentesimbolizan el sistema democrático. El número deLa militancia política delas mujeres aparece—desde las voces denuestros informantes—como una extensión desu vocación de “trabajosocial”. Una opciónexplícita por la atenciónde los sectores socialesvulnerables, y queregistra antecedentes ensus historias personalesprevias a su inserción enla política partidaria.
image/svg+xmlVoces Recobradas16“...lo que yo sentía es lafalta de solidaridad de ladirigencia, de lasmujeres dirigentes: medaba cuenta cómo, esasmujeres que llegaron aesos lugares despuéstenían como un ciertotemor a que venganotras y usurpen esoslugares...”bancas ocupadas y las capacidades de produccióndiscursiva, constituyen parte fundamental delcapital político de los Partidosque componen esepoder. Por ello, una mirada sobre el lugar de lasmujeres en ese espacio aporta claves significativasen la construcción de datos para nuestro estudio.Las mujeres participan (¿?) sólo minoritariamenteen el capital político que constituye el parlamento.Relegadas a las Comisiones de Acción SocialEducación, Cultura, su conducta “escénica” espropia de un grupo subordinado, y desempeñanroles compatibles con los que tienen en lasociedad.Las voces registradas en los diarios desesiones son hegemónicamente masculinas y noreflejan el trabajo que realizan cotidianamente enlas distintas comisiones. En este sentido, la lecturade la composición de las bancas por géneroconstituye una evidenciasuficiente, no obstante, debemosseñalar que existen diferenciasentre la UCR y el PJ. La acción yla significación de una figuracomo Eva Perón, constituye unsigno clave a la hora de analizartales diferencias. Así, en el año1955, la primera vez que se votaen la Provincia, y ya con elreconocimiento del derecho alvoto femenino, sobre una Cámarade Representantes integrada por32 legisladores, se registra lapresencia de 9 mujeres, todaspertenecientes al PartidoJusticialista. En las eleccionessiguientes (1962) y con el peronismo proscripto, elnúmero de legisladoras se reduce a su mínimaexpresión y sólo existe una Diputada Mujer(UCRI). Esta representación se mantiene en losperíodos siguientes. En las dos elecciones que serealizan durante el paréntesis democrático que seextiende entre 1973–1976, y ya reintegrado elperonismo al campo político, el Poder Legislativoregistra la presencia de cuatro mujeres, todaspertenecientes al PartidoJusticialista.Recuperado el ordenconstitucional en 1983, larepresentación femenina siguesiendo minoritaria, cinco sobre untotal de 40 legisladores. Sólo apartir de la aplicación de la Ley deCupo femenino, ya en la décadadel noventa, comienza a observarseun incremento en el número debancas ocupadas por mujeres: 6, enel período 91-93; 10, en el período93-95; 11, en el 95–97 y 12, en el 97-99. De este modo se llegaestrictamente al piso derepresentación establecida por laLey. El sistema de cuotas contribuye a solucionarel déficit cuantitativo de las mujeres en el PoderLegislativo, pero queda pendiente una cuestióncentral: el ejercicio del poder. Los gráficos quesiguen, aportan otra imagen respecto del modo enque se distribuyen los espacios entre “los unos” y“las otras”.A modo de conclusiónEl presente trabajo pretendió explorar desdeuna perspectiva cuasi etnográfica, las prácticaspolíticas de las mujeres y avanzar en un primernivel de formulación de hipótesis respecto delmodo en que tales prácticas se configuran. En estaorientación, un primer análisis de nuestras fuentespareciera mostrarnos que:- como colectivo, las mujeres aún tienen lascaracterísticas de grupo emergente. Conservan unaalta cuota de credibilidad porque existe unconsenso fuerte respecto de que están “en política”
image/svg+xmlVoces Recobradas17
image/svg+xmlVoces Recobradas18
image/svg+xmlVoces Recobradas19FUENTESFuentes orales: conjunto de nueve entrevistas.Fuentes documentales: actas de sesiones de la Cámara deRepresentantes (Documentación conservada en los Archivos dela Secretaría Electoral, del Tribunal Electoral de la Provincia yArchivos Privados).Fuentes bibliográficas:Bock, Gisela: “La historia de las mujeres y la historia delgénero: aspectos de un debate internacional”. En Historia SocialNº 9. Valencia, Instituto de Historia Social, 1991.Castells, Carmen:Perspectiva feminista en teoría política,Barcelona, Paidós, 1996.Luna, Lola (Comp.): Mujeres y Sociedad. Nuevos enfoquesteóricos y metodológicos, Seminario Interdisciplinar Mujeres ySociedad, Barcelona, Universidad de Barcelona, 1991.Luna, Lola (Comp.): Género, clase y raza en América Latina,Seminario Interdisciplinar Mujeres y Sociedad, Barcelona,Universidad de Barcelona, 1992.Luna, Lola y Villarreal, Norma: Historia, Género y Política-Movimientos de mujeres y participación política en Colombia 1930-1991, Universidad de Barcelona, 1994.Luna, Lola y Vilanova, Mercedes (Comp.): Desde las orillas dela política, género y poder en América Latina, SeminarioInterdisciplinar Mujeres y Sociedad, Barcelona, U.B., 1996.Navarro Aranguren, Marysa: “Mirada nueva-problemasviejos”. En: Luna, Lola (Comp.):Mujeres y Sociedad. Nuevosenfoques teóricos y metodológicos, op. cit.Pateman, Carole: “Críticas feministas a la dicotomía Público/Privado. En Castells, Carmen: Perspectiva feminista en teoríapolítica, Barcelona, Paidós, 1996.Phillips, Anne: “¿Deben las feministas abandonar lademocracia liberal?” En Castells, Carmen: Perspectiva feministaen teoría política, Barcelona, Paidós, 1996.Rivera Garretas, María Milagros: Nombrar el mundo enfemenino. Pensamiento de las mujeres teoría feminista, Barcelona,Icaria, 1994.Sánchez, Ana: “La masculinidad en el discurso científico:aspectos epistémico-ideológicos”. En Luna, Lola (Comp.):Mujeres y Sociedad..., 1991.Scott, Joan: “El género: una categoría útil para el análisishistórico”. En Amelang, James y Nash, Mary (Comp.): Historiay Género: las mujeres en la Europa Moderna y Contemporánea,Valencia, Edicions Alfons El Magnanim, 1990.Vilanova, Mercedes (Comp.): Pensar las diferencias, SeminarioInterdisciplinar Mujeres y Sociedad, Universidad de Barcelona,1994.por razones que exceden la mera lucha por elpoder. Pero este rasgo tiene una dimensión cuasiperversa —desde nuestra perspectiva— y es quelas prácticas políticas aportadas por las mujereshan sido cooptadas por la cultura políticadominante y se constituyen en una forma más delas relaciones clientelísticas y patriarcalespreexistentes al momento de su incorporación. Nodesesperemos, mujeres, porque no debe asignarsecarácter absoluto a esta afirmación. Es necesarioreconocer la existencia de matices y aun deespacios de resistencia y emergencia de nuevasformas de hacer política que se están construyendoen intersticios y márgenes de los PartidosPolíticos.- Si bien, desde una primera mirada deconjunto sobre las prácticas femeninas, seobservan múltiples rasgos genéricos comunestenemos algunos elementos para suponer queexisten diferencias entre las mujeres radicales yperonistas, que aún debemos explorar con mayordetenimiento.- A medida que se asciende en la pirámide depoder, las prácticas políticas tienden ahomogeneizarse; las personas que acceden acargos políticos relevantes —salvo mínimasexcepciones— desarrollan un estilo de praxispolítica con escasas diferencias genéricas ypartidarias. Se constituyen en una “clase política”.- Aún de modo impresionista, podemosafirmar que las mujeres, por lo general, sonexcluidas de las redes informales en las que sedeciden cosas tan importantes como los lugares enlas listas de candidatos, estrategias electorales,pactos, etc. Esto resulta más significativo aún sitenemos en cuenta que la política mantiene unadimensión de “actividad cuasi conspirativa”, quetranscurre en lugares diferentes a aquellos en loscuales se realizan las prácticas “formales” y enhorarios vedados a la mayoría de las mujeres, queestán obligadas a la atención de sus deberesmaternales y familiares. Bajo pena de fuertedescalificación y “costo político”, ellas, no sólodebe atender tales obligaciones sino también“exhibir” tal cumplimiento.
image/svg+xmlVoces Recobradas20traduccionesA políticadas mulheresA comunicação apresenta uma descriçãodas práticas políticas das mulheres e umaanálise de sua participação nos “espaçosde poder” (estruturas partidárias ePoder Legislativo). Trata-se do relatóriode avanço de um projeto de investigaçãosobre “As práticas das mulheres nosPartidos Radical e Peronista da Provínciade Misiones -1947-97”.O estudo é abordado de umaperspectiva de gênero, combinando asfontes documentais usuais nos trabalhosdos historiadores com a utilizaçãosistemática de fontes orais.Women´spoliticThis work describes women’s politicalpractices and analyses their participationin “places of power” (parties structuresand Legislative Power). It is an advancedreport of an investigation project on “Women’s practices in the Radical andPeronist Parties of Misiones, 1947-97”.The study is tackled from a generic pointof view and it combines the usualdocumental sources of the historianworks with the sistematic use of oralsources.La Politiquedes FemmesLe texte présente une description despratiques politiques de femmes et uneanalyse de sa participation dans le «lieuxde pouvoir» (structures de parti etPouvoir Légistatif). Il s’agit d’uneprésentation d’un projet de recherchesur « le pratique de femmes dans lespartis radical et péroniste de Misionesentre 1947 y 1997»).L’étude est abordée d’après uneperspective de genre et elle combine lessources documentales usuelles dans lestravaux de l’historien, avec l’utilisationsystématique de sources orales.Voces Recobradas20NOTAS1Nos parece apropiado hablar de interdicción, porque este términono sólo nos remite a De Certeau; quien afirma que la“...combinación entre lapermisión y lainterdicciónes, sin duda, elpunto ciego de la investigación histórica, y la razón por la que noes compatible con cualquiercosa: (De Certeau, Michel: “Laoperación histórica”. En Le Goff, Jacques - Nora Pierre. Hacer laHistoria. Volumen 1. Nuevos Problemas. pp.15-54. Barcelona,Editorial Laia, 1985.) sino, además, porque la propia acepción deltérmino resulta muy significativa. Efectivamente, el diccionario lodefine como “prohibición temporal o perpetua de una cosa” ycomo “Privación de derechos civiles definida por la Ley. Esta penaes accesoria y determina sujeción a tutela”. Es suficiente una rápidamirada por la historia de las mujeres para acumular evidencias alrespecto.2Valcárcel, Amelia: La política de las mujeres, Madrid, Cátedra(Feminismos 38), 1997, pág. 118, supra.