image/svg+xmlVoces Recobradas8Una entrevista aLampiãoel Rey de losCangaceirosNum combate à noite, na FazendaQuixaba, o nosso companheiro DéAraújo comentou que a boca dorifle de Virgulino mais parecia umlampião. Eu reclamei dizendo quemunição de cangaceiro eraadquirida a duras penas. Desseepisódio resultou o Lampião queaterrorizou o Nordeste.1Voces Recobradas8
image/svg+xmlVoces Recobradas9IntroducciónEl 6 de marzo de 1926, el médico de Crato, doc-tor Otacílio Macedo, entrevistó a Virgulino Ferreirada Silva, más conocido como Lampião. El encuentrotuvo lugar en la ciudad de Juazeiro do Norte, Ceará,en ocasión en que Lampião y su banda, o cangaço2,fue convocado por el padre Cícero para perseguir ala famosa Columna Prestes que, de 1924 a 1927,recorría el interior brasileño en una cruzada deprotesta contra la Vieja República oligárquica de losbarones del café3. Más adelante intentaremosesclarecer las condiciones en que fue realizada estafamosa entrevista, citada por la mayoría de lasbiografías sobre Lampião. La primera vez que esterelato se publicó fue el 19 de abril de 1926 en eldiario O Cearáde Fortaleza.Antes de seguir adelante, creemos necesariohacer una breve contextualización histórica,describiendo, someramente, la situación en que seencontraba el Brasil durante la Vieja República y ladécada del 30.En lo económico, el Brasil del último cuarto delsiglo XIX se caracterizaba por la relativa decadenciade la producción azucarera en Pernambuco y Bahíay por la creciente prosperidad de las regionescafetaleras del centro-sur, en especial, São Paulo. Losbarones del café consiguieron superar exitosamentela transición entre el sistema de producciónfundamentado en el trabajo esclavo, sustituyéndolopor el régimen de colonato, con base en la mano deobra familiar de inmigrantes del sur de Europa,especialmente italianos.Con referencia a la abolición del trabajo cautivo,la promulgación de la “Ley Áurea”, en 1888, por laPrincesa Isabel, significó que Brasil, como últimopaís del mundo, optara por formas de transiciónhacia el trabajo asalariado como, por ejemplo, el yamencionado colonato.En cuanto al nordeste, la abundancia de supoblación nativa libre y la decadencia del complejoeconómico social del azúcar hacía que el problemade la sustitución de la mano de obra esclava por unaalternativa económica viable no revistiese uncarácter demasiado grave. La crisis de la economíanordestina había comenzado alrededor de 1870,cuando el azúcar de remolacha comenzó a desplazaral de la caña del mercado europeo. En cuanto alsertão bahiano —definido como la “periferia de laperiferia” por la historiadora Sonia de Mendonça—éste suministraba productos pecuarios al Recôncavoazucarero, y no podía menos que participar de sudecadencia económica y política, como partesubordinada que era de ese complejo productivo.En el interior del nordeste brasileño —teatro deEl fin de siglo y el umbral del tercer milenio (1983-1999)Una entrevista a Lampião, el Rey de los CangaceirosAutorAndreas L. Doeswijk*operaciones de los cangaceiros— predominaban,desde el siglo XVII, relaciones de producción que noeran ni cautivas ni asalariadas. Los vaqueiros, porejemplo, solían trabajar por quarteação, es decir, porla cuarta parte de los animales criados,permaneciendo la propiedad de la tierra firmementeen manos de los coroneles, tanto antes como despuésde proclamada la República. En peor condición quelos vaqueirosestaban, según Robert Levine, losagricultores meeiros, en cuanto que los moradoresoagregados, se encontraban en el escalón más bajo dela sociedad sertanera4.A la decadencia regional mencionada sesumaban también las terribles sequías cíclicas, unade las consecuencias del fenómeno climático queconocemos, ahora, como El Niño. Por ejemplo, laseca de 1877-1879 produjo un tremendo impacto encuanto al número de víctimas y de migrantes que seretiraban a las ciudades del litoral. Sin duda que esassequías —y más aún en esa época de transiciónpolítica y decadencia económica— contribuyeron a
image/svg+xmlVoces Recobradas10formar el carácter del sertanero, a convertirlo en unhombre fuerte, resignado, estoico y con un gransentido de la transitoriedad de la vida. Por otra parte,tal como la guerra entre clanes, el fenómeno de lasequía, podría tener como consecuencia la entrada alcangaço de los sertaneros expulsados de su tierra.El cambio político de Imperio a Repúblicatambién incidió fuertemente en los acontecimientossociales como los de Canudos (1893-1897), Contestado(1911-1916) y el cangaceirismo que, al amparo delfederalismo de los coroneles, floreció durante toda la“Vieja República” (1889-1930). La República tuvocomo progenitores, por una parte, a los militaresjacobinos “florianistas”, urbanos, centralistas ymodernizadores y, por la otra, a la elite cafetalera deRío de Janeiro, São Paulo y MinasGerais. Fue esta última que acabóhegemonizando el poder político yeconómico, en especial, a partir delgobierno del paulista Prudente deMorais, 1894-1898. Para Mendonça,la “Vieja República” se caracterizópor el predominio de los gruposagrarios, bajo la hegemonía de laburguesía cafetalera paulista. En lapráctica, éstos terminaronimplantando un régimen “federal”,fundamentado en la concentraciónmáxima del poder en manos de lasoligarquías regionales viabilizadopor el fortalecimiento del sistema de dominaciónpreexistente de los coroneles5. La República, lejos derecortar el poder de éstos, aumentó su dominiodiscrecional sobre la población, especialmente en elinterior.Si en 1896, un acuerdo político entre las dosprincipales facciones políticas rivales de Bahía decidióliquidar la experiencia agraria de Canudos, en ladécada del 30, el estado de Getulio Vargas, pre-populista, centralizado y autoritario, resolvió acabartanto con el poder de los coroneles como con aquelpoder menor de los últimos bandos de cangaceiros.Fue el Estado getulista, el que, según FranciscoWeffort, por primera vez en la historia, traspasó lastranqueras de las haciendas, terminó con el cangaçoenforma definitiva. Cabe remarcar aquí que ese finaldefinitivo acontece en la época del estado Novo (1937-1945) en que el fascismo tupiniquim de Vargas podíaprescindir de la clientela electoral de los coroneles.Lampião: la figura históricaRecientemente, una nieta de Lampião, VeraFerreira, publicó, en coautoría con un especialistasobre el tema, Antonio Amaury, una biografía sobresu abuelo fundamentada en la me-moria de todos aquellos que habíanconocido personalmente a Lampião.Las entrevistas fueron realizadasentre 1970 y 1996 y como laactuación pública de Lampiãotranscurrió entre 1915 a 1938, fueronmuchas las personas entrevistadasque aún poseían recuerdos de él.Virgulino Ferreira da Silvanació el 4 de junio de 1898 como eltercero de 9 hermanos, de los cualesAntonio, Livino y Ezequiel formaronparte de su banda. El otro hermanovarón era João y las cuatrohermanas, Virtuosa, Angélica, María (llamada“Mocinha”) y Analia. El lugar de nacimiento deVirgulino fue el sitio Pasagem das Pedras, municipiode Vila Bela (actualmente Serra Talhada) situado enel agreste pernambucano a 417 kilómetros de Recife.La familia Ferreira era dueña de una propiedadmediana y se dedicaba tanto a la cría de ganadovacuno y caprino como al servicio de troperostransportando a lomo de burro mercancías varias acuenta de terceros. De esta forma los hermanosFerreira conocían bien los vericuetos del sertãodevarios estados nordestinos. También concurrían a lasdistintas ferias de la región en calidad decomerciantes.La entrada de Antonio, Livino y VirgulinoFerreira alcangaçose debió al posicionamiento de laautoridad pública del lado del clan de los Nogueira,al cual pertenecían los Alves de Barros, vecinos de lafamilia Ferreira. La disputa comenzó por cuestionesde límites entre las haciendas y robo de animales, yterminó en una serie de emboscadas y choquesarmados con muertes de cada bando. Esteenfrentamiento entre dos clanes, que comenzó en1915, constituye un episodio rutinario en la historiasocial del sertão, en donde la hegemonía políticaLa disputa comenzó porcuestiones de límitesentre las haciendas yrobo de animales, yterminó en una serie deemboscadas y choquesarmados con muertes decada bando.
image/svg+xmlVoces Recobradas11efectiva era ejercida —al menos hasta 1930 o, quizás,hasta 1937— por los llamados coroneles, hacendadosy caudillos políticos regionales.En el caso que nos ocupa, el clan de losNogueira era más fuerte que el de los Pereira, al cualpertenecía la familia Ferreira y ésta tuvo que huir alestado de Alagoas. En estos casos las opciones noeran muchas: o se intentaba recomenzar lasactividades en otro lugar o entrar al cangaço. Anto-nio, Livino, Virgulino y, más tarde, Ezequiel optaronpor esta última alternativa, ya en forma definitiva,en junio de 1920, incorporándose al bando de SinhôPereira. Esto quiere decir que entre el comienzo delconflicto y la incorporación final al cangaçotranscurrieron nada menos que cinco años, períododurante el cual la familia intentó reiniciar susactividades en otras partes.Los cuatro hermanos Ferreira murieron encombate, el último de ellos, Lampião, el 28 de juliode 1938, según la creencia sertanera, por no tener el“cuerpo cerrado” en ese día fatídico. María Bonita,su compañera desde 1930, fue herida y degolladapor la policía pernambucana a igual que los demásprisioneros. Las cabezas descepadas de oncecangaceiros fueron llevadas a Bahía y expuestas enla vía pública para formar luego parte de la macabracolección del Museo “Nina Rodrigues” de Bahía,hasta el año 1969 en que fueron enterradas, porcausa de las insistentes gestiones de la hija deLampião6.El fenómeno social del cangaçoJosé de Souza Martins divide a los movimientosagraristas brasileños en tres fases, no necesariamentesucesivas: el mesianismo, el bandolerismo de loscangaceiros y el sindicalismo rural. De formaaproximada, esas fases transcurrieron desde la épocacolonial hasta Contestado (1911-1916); del sigloXVIII (sic) hasta 1940 (muerte de Corisco) y de 1945en adelante.Sin embargo, la caracterización de esosmovimientos merece muchos reparos. Por ejemplo,el sebastianismo, milenarismo o mesianismo deCanudos (1893-1897), posiblemente sea más unaconstrucción literaria de Euclides da Cunha que unacaracterización fundamentada en evidenciashistóricas. Personalmente pienso que sería másapropiado considerar a Canudos como una utopíaagraria amalgamada, ideológicamente, por lareligión tradicional sertanera, que un movimientomesiánico propiamente dicho7.De la misma manera, el bandolerismo rural noconstituye un fenómeno histórico unívoco. Porejemplo, la banda de Antonio Silvino poseíaprácticas de distribución social del productoobtenido por asaltos yexacciones mucho másmarcadas que el bando deLampião. En realidad, no haycangaceiros puramenteidealistas ni puramentebandidos sino una graduaciónque va de un cierto altruismo ala casi criminalidad pura. Laliteratura de cordel, loscineastas como Glauber Rocha y escritores como elPadre Frederico Bezerra Maciel o Vera Ferreira yAntonio Amaury romantizaron la vida de estosvalentones del norte, los cuales, si bien poseían unacuota de poder autónomo, eran también utilizadospor coroneles para sus guerras endémicas contra susrivales. Más aún, el fenómeno del cangaçoes unaparte intrínseca de la estructura político-social de lasregiones interioranas dominadas por los clanes delatifundistas.Eric Hobsbawm, en su libro clásico Bandidos,sistematiza a su universo en tres categorías: el“ladrón noble”, el “vengador”, y el “haiduk”.Representantes de esa sistematización seríanrespectivamente: Robin Hood, Lampião y loscangaceiros en general y aquellos bandidos/guerrilleros que se refugiaban en las montañas del
image/svg+xmlVoces Recobradas12sudeste europeo, al margen del sistema dedominación de cristianos y turcos.Con referencia a los sertaneros, el historiadoringlés comenta:Entre los cangaceiros del nordeste del Brasil existíanaquellos, como Antonio Silvino (1875-1944, activo comolíder de 1896 a 1914), que son recordados,principalmente, por sus buenas acciones y otros, como RíoPreto, que fueron famosos por su crueldad. Sin embargo, yen un sentido amplio, la “imagen” del cangaceiro combinaambos tipos. Ilustremos este punto siguiendo la narrativade uno de los cantores del cangaceiro de mayor renombre:Virgulino Ferreira da Silva (1898-1938), conocido portodas partes como “El Capitão” o “Lampião”.8Para Hobsbawm, sería precisamente Lampião lafigura que combinaría las facetas de bandido social ycriminal: Lampião fue, y todavía es, un héroe para supueblo, pero un héroe ambiguo. (...) Apesar de héroe, Lampião no era unhéroe bueno.Creo que paracontestar esa imagen artificial deun Lampião como el Robin Hoodsertanero, la entrevista del doctorMacedo resulta esclarecedora. Eldeseo de Virgulino Ferreira era elde ser fazendeiro y comerciante yfue el destino que lo obligó a entraral cangaço. A través de largos años,Lampião combinó actos decrueldad extrema con la ayudaocasional a los necesitados. Inclusive su actitud dedar limosna a los pobresrevelaba un conservadurismono muy diferente al de sus coroneles amigos yenemigos.También la opinión pública sertanera,manifestada, por ejemplo, en la literatura de cordel,estaba profundamente dividida con respecto a lafigura de ese héroe/bandido. De cualquier manera,no resulta fácil deducir de las acciones y palabras deLampião cualquier proyecto de cambio social, talcomo una reforma agraria, por ejemplo.María Isaura Pereira de Queiroz en suHistóriado Cangaçoestima que el cangaço no puede serconsiderado un movimiento social, por norepresentar una conciencia sobre los problemas deuna estructura socio-económica injusta. Según laautora, fue más bien una respuesta a la miseria, loque quedaría evidenciado por el hecho de que elradio de acción de los cangaceiros se delimitaba alllamado “polígono de la sequía”, región deconvergencia del interior de los estados de Ceará,Río Grande del Norte, Pernambuco, Paraíba,Alagoas, Sergipe y Bahía.La ilustre historiadora brasileña formulaalgunas consideraciones que parecen de importanciafundamental para poder interpretar elcangaceirismo en términoshistóricos. La primera consiste endiferenciar entre el cangaçosubordinado a los coroneles y elindependiente. Con referencia alprimero escribe:En los primeros tiempos deocupación del sertão, los jefes degrandes familias, que se disponían aentrar en aquellos páramosdesconocidos, contrataban bandos dehombres armados para defender susfamilias y ganado de los ataques a lastribus indígenas. Una vez desplazados los indios para elinterior, estos bandos pasaron a servir de apoyo a los jefes,a fin de asegurar el dominio de la localidad, o de la región,contra los rivales.9En cambio el cangaço independiente sóloaparece en las últimas décadas del siglo XIX conJoão Calangro y, en su forma más moderna, con An-tonio Silvino. Fue a causa de la gran sequía de 1877que João Calangro —capanga del fazendeiroInocêncio Vermelho— se convirtió en la autoridadprincipal de la región de Cariri, estado de Ceará,llenando el vacío de poder originado por la retiradade los hacendados y representantes del gobierno.Además, esa nueva autoridad era ejercida paradominar un peligro mucho mayor que el de loscangaceiros: la amenaza de los “retirantes” de lasequía, que asaltaban poblados y haciendas para nomorir de hambre. En 1879, cuando los retirantesdesaparecieron y los hacendados volvieron, JoãoCalangro quiso mantener su independencia.Derrotado en su guerrilla contra las volantas, acabórefugiándose en el estado de Piauí. Ahora bien, siJoão Calangro pasó de cangaceiro subordinado aindependiente, Antonio Silvino, Sinhô Pereira,Lampião y Corisco ya emergieron como autónomos,Familia de Lampião.Lampião fue, y todavía es,un héroe para su pueblo,pero un héroe ambiguo.(...) A pesar de héroe,Lampião no era un héroebueno.
image/svg+xmlVoces Recobradas13aunque siempre relacionados con una intrincada redde latifundistas protectores llamados “coiteiros”.10La segunda consideración de la profesoraPereira de Queiroz consiste en desmitificar la ideade que los cangaceiros serían simples bandidos omarginales en lucha con las volantas querepresentaban al Estado nacional o regional. Si ya enpleno siglo XX, se puede hablar de un cangaçoindependiente, éste no podía subsistir sin unaamplia red de protección ofrecida por clanes defazendeiros. Las volantas, o sea, la policía rural delos estados nordestinos, más que representar alEstado, estaban al servicio de los grupos defazendeiros en el poder. Escribe la autora:La gran rivalidad que se instalara entre cangaceiros yvolantas enmascara la realidad que consistía en asegurarla victoria de determinada facción. De esta forma,cangaceiros y volantas daban continuación a las antiguasluchas de parentelas que siempre habían existido en laregión.11Además, las formas de actuar, vestir y lasprácticas de rapiña y asesinato de las volantasdiferían en muy poco del modo como operaban loscangaceiros. La diferencia principal entre ellosconsistía en que unos estaban ligados a la situación ylos otros, a la oposición.La última consideración de Pereira de Queirozque quiero comentar es la desmitificación delcangaceiro como héroe popular, con anterioridad ala década de 1950.Resulta interesante mostrar la utilización de loscangaceiros para la afirmación de la identidad nacional, enun momento en que se intensificaba la industrialización delpaís, caracterizado por una invasión inusitada de capitalesextranjeros y de multinacionales. Y, más adelante,continúa la autora: Es también en esa década del 50 que sedifunde en las artes el tema del cangaço —en la pintura,literatura, cine y teatro— en una perspectiva en que tanto semezclan como se separan los temas del héroe humano yjusticiero y del nacionalismo.12Confirmando la tesis que el mito del cangaceirocomo héroe nacional y popular sólo surge a partir dela segunda mitad del siglo XX, encontré un testimonioreciente de “Mocinha”, hermana de Lampião, hoy con91 años de edad, la cual, no sólo condena a su cuñadaMaría Bonita, sino que expresa el alivio que sintiócuando se enteró de la muerte de su hermano. A lapregunta de si fue en Camaragibe, estado dePernambuco, que se enteró de la muerte de Lampião,respondió:Sí. Me enteré primero por el noticioso de la radio. Nosé, m’hija. No lloré, no derramé una sola lágrima ni usé luto.La verdad que fue un alivio para todos nosotros. (...) Sóloquedé triste porque ellos le arrancaron la cabeza. Por lodemás no lloré. No tenía más lo que llorar, fue un alivio, noaguantaba más.13A la pregunta sobre quépensaban las personas engeneral sobre los cangaceiros,doña Mocinha respondió: Unospensaban que eran valientes, pero lamayoría no quería ni amistad conesa gente.14Aparte de los nacionalistas,también los escritores del Partido Comunista del Brasilcomenzaron a revalorizar el cangaço, pero vinculándolomás a la cuestión agraria que al nacionalismo. Resultaevidente que el fenómeno de los cangaceiros está ligado a lacuestión agraria brasileña, pero la historiografía marxista,desde la década del 50, cometió grandes exageraciones alquerer presentarlo como una forma pre-política de lucha porla tierra o como una gimnasia preparatoria para la verdaderalucha desencadenada por las Ligas Agrarias del PC en lasdécadas del 50 y 60. El transhistoricismo de Rui Facó,Cangaceiros e Fanáticos; Edmundo Moniz, A guerra socialde Canudos; y hasta de José Souza Martins, Os camponesese a política no Brasil, resulta demasiado evidente como paraseguir sosteniendo ese carácter de lucha de clases allí dondesólo predominaba la revuelta personal asociada al servicio ala clase latifundista. También aquí las palabras de Lampiãoson reveladoras.15Alguna vez se afirmó en la Argentina que el rémingtony el telégrafo acabaron con la resistencia indígena en eldesierto argentino. En Brasil, en pleno siglo XX, fueron laametralladora, las rutas y, sobre todo, la consolidación delestado nacional varguista, los factores que acabaron con loscangaceiros del sertão. No resulta de extrañar que, en 1940,a los tres años de la implantación del Estado Novo deVargas, acabó definitivamente tanto el coronelismo como elcangaço. Sobre todo a partir de 1937 cuando, para GetulioVargas, dejaron de ser importantes los votos “de cabestro”de los coroneles, el poder de éstos disminuyódrásticamente. La década del 30 significó para loscangaceiros una sobrevida y, en ese lapso de tiempo, lagran mayoría de ellos fue eliminada, se trasladó a Goiás oal Norte o se entregó a las autoridades policiales,aceptando la amnistía ofrecida por Vargas.Lampião junto a María Bonita.
image/svg+xmlVoces Recobradas14La mujer cangaceira: un fenómeno dela década del 30La entrada de la mujer nordestina al cangaçofuea partir del año 1930, o sea el año que Lampiãoconoció a María Gomes de Oliveira, conocida comoMaría de Dea. Ella tenía a la sazón 18 años, era casaday todo parece indicar que ambos se enamoraron y queella entró al cangaçopor decisión propia. En realidad,esta entrada fue motivada principalmente por el hechode que las frecuentes visitas de Lampião a la familiaGomes de Oliveira atraía sin cesar a las volantas quesiempre perseguían el bando de Lampião. De todosmodos, el ejemplo de María Bonita y Lampião fueseguido casi inmediatamente por Labareda yMariquinha (cuñada de MaríaBonita), por Corisco y Dadá y otros.Ferreira y Amaury —tal vez conuna dosis de exageración—comentan: En un abrir y cerrar de ojospodíanse contar 40 mujeres entre loscangaceiros.16La decisión de Lampião nodeja de ser relevante porque va acontrapelo de la tradición de lavida social de los bandidos, unaestructura radicalmente masculina.También contradecía a lastradiciones sertaneras de maneraque —antes que la historia deLampião y María Bonita entrara al romancero— laconducta de María fue fuertemente condenada hastapor sus allegadas. Por ejemplo, doña Mocinha, lahermana de Lampião, todavía hoy, 71 años despuésde ese acontecimiento, expresa su condena moral alcangaçoen general y a la conducta de su cuñada, enparticular. A la pregunta de los periodistas sobre quépensaba de las mujeres que entraban al cangaço,respondió:¿Y qué es lo que podríamos pensar? Imagine, Dios melibre de entrar en eso, yo era miedosa, no gustaba ni de oírhablar del cangaço. Es asunto de varones y por eso no puedeser cosa buena. María Bonita no debía ser cosa buena. Ellacometió la estupidez de abandonar a su marido paraenfrentar una vida de esas. La vida hogareña era muchomejor.17Doña Mocinha, que experimentó la fama de suhermano como un sufrimiento durante toda su vida,expresa en ese reportaje una triplecondenación: al cangaçoen general, ala mujer cangaceira y a María Bonitaque tuvo la osadía de separase de sumarido para unirse a un bandido. Enla época, esta actitud de condena erabastante más generalizada que lo quelas versiones romantizadas de hoysuelen sugerir.Según Ferreira y Amaury, MaríaBonita y las otras mujeres queentraron al cangaçode Lampião en1930, si bien iban armadas de pistolas,no participaban de los combates. Esposible que Vera Ferreira hayaintentado “feminizar” la figura de su famosa abuela, yfaltan aún estudios definitivos sobre la actividad de lamujer cangaceira. Lo que queda bastante claro en ellibro de estos autores es el hecho de que lascangaceiras no cumplían funciones de “soldaderas”como las mujeres mejicanas o argentinas, ya que,después de su incorporación, continuaban los turnosde cocina, limpieza y costura de ropas, por parte delos hombres.Resulta erróneo pensar que la función de las mujeres enel cangaço era la de realizar tareas domésticas como lavar,cocinar, cuidar de la casa o, en este caso, del albergue. No eraasí, absolutamente. La norma era que los hombres,alternadamente, cuidaban de las refecciones y consta quecocinaban muy bien.18Hace poco llegó a mis manos una revista llamadaTrip para mulher. Cuál no sería mi sorpresa que en esenúmero aparecían dos entrevistas a mujeresrelacionadas con el cangaço: una de “Sila”, compañeradel cangaceiro Zê Sereno, uno de los lugartenientes deLampião y la otra, a la ya mencionada “Mocinha”,hermana de Lampião. Mariana Sgarioni y MiguelIcassatti, los periodistas que realizaron la entrevista,hicieron un trabajo excelente, porque entrevistaron aSila (Ilda Ribeiro de Souza) indagándola desde elpunto de vista de su experiencia de mujer cangaceira.María Bonita no debía sercosa buena. Ella cometióla estupidez deabandonar a su maridopara enfrentar una vidade esas. La vida hogareñaera mucho mejor.17
image/svg+xmlVoces Recobradas15(Por ejemplo, la primera pregunta de los periodistasfue: ¿Cómo hacía usted para quedar bonita en mediodel sertão?)Las conclusiones que el lector puede extraer deesa entrevista son devastadoras con referencia al mitoromántico del cangaceiro y contradicen frontalmentela imagen del buen cangaceiro, acompañado por suheroína apasionada.Sila cuenta su historia de vida: a los 14 años deedad cuando aún jugaba con sus hermanas y primas,fue secuestrada por Zê Sereno, estuprada en su primerdía de cangaceira, día en que también se enfrentó conla muerte, el terror y la fuga permanente de lasvolantas. Su historia es la de una sobreviviente y,como dicen los periodistas, está repleta de violencia,preconcepto y sexo sin amor.19Una revelación impactante de Sila fue sobre elhijo que tuvo en el desierto: No es fácil ser mujer, vivir enel “mato”, quedar grávida en el “mato”, tener un hijo en el“mato”.El parto aconteció al lado de un río, en unasituación en que el bando huía de la policía. MaríaBonita la socorrió en calidad de “partera curiosa” yluego fue la madrina del bautismo. Fue el propioLampião que bautizó al chico y le puso el nombre de“João do Mato”. Enseguida, el chico fue entregado aun fazendeiro y, mucho más tarde, Sila supo que habíamuerto a los seis meses de edad. Sabía dónde estaba,pero nunca lo pudo visitar.Si el comienzo de la relación entre María Bonita yLampião parece haber sido bastante más románticaque la de Sila y Zê Sereno, en los ocho años de vidacangaceira, María quedó embarazada por lo menoscuatro veces, pero sólo sobrevivió Expedita, la cual fuecriada por el vaquero Severo y su esposa Aurora de laHacienda Exú20.Para finalizar este comentario quiero citar unaparte de la introducción de los autores de lasentrevistas realizadas a Sila y Mocinha. Las reflexionesson radicales, pero no deben estar muy lejos de larealidad de los años 30:Durante los casi 10 años en que hubo presenciafemenina en el cangaço, ellas fueronsolamente aparceras sexuales.Muchas fueron llevadas de suscasas todavía vírgenes —¡algunascon 12 años de edad!— y, ya en elbando, cada una pasó a ‘pertenecer’a un cangaceiro. No cuidaban deninguna de las tareas que, en laépoca, eran propias de las mujeres.Eran los hombres que cocinaban y costuraban. (...) Sila esuna de las 6 mujeres cangaceiras que todavía están vivas.Estuvo un año y medio entre los cangaceiros y pasó a formarparte de la historia porque escapó ilesa de la emboscada enque fueron muertos Lampião y María Bonita en julio de1938.21Algunos comentarios con respecto a lascondiciones en que se realizó laentrevista a LampiãoCon referencia a las condiciones de producción ytransmisión de esta entrevista, cabe hacer aquí variasobservaciones.En primer lugar, esta entrevista no fue grabada.Esto resulta una observación “casi” obvia, ya que en1926, la única posibilidad de grabar era en discos depasta. Quiere decir que el doctor Otacilio Macedo, a lausanza de los antropólogos, tomó anotaciones en uncuaderno y, posteriormente, “construyó” el textodefinitivo. En segundo lugar, no aparecen en latranscripción las preguntas hechas a Lampião ytambién esto contribuye a una pérdida parcial de laoralitura. (Además, y dicho sea de paso, todavía hoy,muchos historiadores que construyen fuentes oralescometen este grave error.) A continuación, VeraFerreira y Antonio Amaury aclaran que adaptaronmuchas expresiones nordestinas al portugués actual,tal como es hablado y, sobre todo, escrito, en SanPablo o Río de Janeiro. Y, por último, el discurso sufrela traducción al español con lo cual resulta evidenteque el resultado final fue perdiendo muchas de lascaracterísticas propias de su origen.Nos encontramos, entonces, frente a untestimonio oral que fue “anotado” libremente en 1926;publicado en el diario O Cearáde Fortaleza el día 19 deabril de ese año; adaptado al portugués moderno en1997 y traducido al español en 2001. Así y todo, y apesar de que el documento fue perdiendo, en formagradual y creciente, muchas de las características de laoralitura, creo que continúa valiendo la pena presentaral público argentino este relato, porque expresa laautorrepresentación del cangaceiro más famoso delnordeste brasileño y también porque cuestionamuchos preconceptos e idealizaciones que podríamostener sobre este fenómeno social.22Como fue observado anteriormente, en marzo deBando de Lampião.
image/svg+xmlVoces Recobradas161926 Lampião se estaba incorporando a un batallónpatriótico de Juazeiro, vinculado al Ejército, a fin decombatir a la Columna Prestes, la cual recorrió elinterior brasileño entre 1924 y 1927. En la semanaanterior a la entrevista, los cangaceiros tuvieron variosencuentros armados con las tropas del Caballero de laEsperanza. Por parte de Lampião, este acto fue comouna señal, que estaba dispuesto a reincorporarse alorden social establecido, siempre bajo ciertascondiciones de seguridad para él, sus familiares y paralos hombres bajo su mando. Esto, finalmente, no serealizó.La permanencia de los cangaceiros en Juazeirosólo duró 3 días, y sobre el carácter de su relación conel Padre Cícero, los documentos discrepan totalmente.Lo que sí queda claro es que el Padre Cícero noaceptaba ni apoyaba el cangaçoy sólo no mandabaperseguir a aquellos bandos que se abstenían deoperar en su territorio de influencia, o sea, el sur deCeará.Una última advertencia: la entrevista es anterior asu relación con María Bonita y a la entrada de lasmujeres a su bando.La entrevistaLampião comenzó diciendo:—Me llamo Virgolino Ferreira da Silva y pertenezco ala humilde familia Ferreira del Riacho de São Domingos,municipio de Vila Bela. Mi padre, por ser constantementeperseguido por la familia Nogueira y, en especial, por JoséSaturnino, nuestros vecinos, resolvió retirarse al municipiode Aguas Brancas, estado de Ceará.Y continuó:—Aún así las persecuciones no cesaron. En 1917, enAguas Brancas, mi padre José Ferreira fue asesinado por losNogueira y Saturnino. No confiando en la acción de lajusticia pública, ya que los asesinos eran escandalosamenteprotegidos por los grandes, opté por la venganza. No perdí eltiempo. Junté mis recursos y, de allí en adelante, enfrenté lalucha. No elegía a quien matar, bastando que perteneciese afamilias enemigas y sé que reduje bastante el número deellas.Lampião no dejó de mencionar a su mentor,diciendo:—Pertenecí al grupo del Sinhô Pereira, a quienacompañé durante dos años. Yo quería mucho a este mi jefe,porque es leal y valiente en la lucha. Si él volviese al cangaçoun día, iría a ofrecerme como su soldado.Sobre sus andanzas y sobre sus perseguidores,declaró:—Recorrí los sertones de Pernambuco, Paraíba yAlagoas y una pequeña parte de Ceará. Entré en numerososcombates con las policías de esos estados. La de Pernambucoes disciplinada y valiente y me ha dado muchos trabajos.Mas la de Paraíba es cobarde e insolente. Actualmente existeun contingente de la fuerza pernambucana de Nazaré queestá practicando las mayores violencias por allí,comportándose como la policía pernambucana suelecomportarse.Refiriéndose a sus protectores (coiteiros),Lampião esclareció que:—No he tenido, propiamente, protectores. La familiaPereira, de Pajeú, es la que, más o menos, me protegió. Sinembargo, en todas partes encuentro buenos amigos que meconsiguen todo y que me esconden eficientemente cuando lapersecución de los gobiernos aumenta mucho. Si no tuvieranecesidad de procurar medios de subsistencia para miscompañeros, podría quedarme oculto indefinidamente sinnunca ser descubierto por las fuerzas que me persiguen.Hizo una observación importante:—De todos mis protectores, sólo uno me traicionó. Fueel Coronel José Pereira Lima, jefe político de Princesa. Es unhombre perverso, falso y deshonesto a quien serví duranteaños, prestando los mejores servicios de nuestra profesión.Sobre su modo de vida. Lampião manifestó:Consigo medios para mantener mi grupo pidiendorecursos a los ricos y tomando a la fuerza de aquellos que seniegan a ayudarme.Sobre si se hizo rico:—Todo lo que adquirí en mi vida de bandolero apenassirvió para cubrir los enormes gastos de mi personal. Gastomucho comprando armas y municiones y conviene notarque también gasto mucho distribuyendo limosnas a losnecesitados.Con respecto al número de sus combates yvíctimas, Lampião fue enfático:—No puedo mencionar un número cierto de combatesen que ya me vi envuelto. Sin embargo, calculo que ya toméparte en más de doscientos. También no sé informar conseguridad sobre el número de los que cayeron bajo lapuntería adiestrada y certera de mi rifle. Entretanto meacuerdo perfectamente que, además de los civiles, ya maté 3oficiales de policía, uno de Pernambuco y dos de Paraíba. Sihabláramos de sargentos, cabos y soldados, es imposibleBando de Ze Sereno.
image/svg+xmlVoces Recobradas17guardar en la memoria cuantos ayudé a llevar al otromundo.Sobre las persecuciones y las huidas dejó en claro:Conseguí escapar de una tremenda persecución queme movieron los gobiernos, peleando como loco y corriendorápido como el viento cuando veía que no iba a resistir elataque. Además de eso, soy muy vigilante y si confío essiempre desconfiando. Nunca conseguirán atraparme encampo abierto. Recibo muchas informaciones de mis amigos,siendo siempre avisado sobre el movimiento de las tropas.Mi servicio de espionaje es dispendioso, pero utilísimo.Su conducta mereció algunos comentariosbastante francos:—He cometido violencias y depredaciones,vengándome de los que me persiguen. Sin embargo,acostumbro respetar a las familias, por más humildes quesean. Cuando acontece que alguno de mi grupo le falta alrespeto a una mujer, lo castigo severamente. Hasta ahora nodeseé abandonar la vida de las armas, con la cual ya meacostumbré y me siento bien así. Mas aunque no fuera así,no conseguiría dejar este tipo de vida, porque los enemigosno se olvidan de mí. Por eso, yo tampoco puedo y debodejarlos tranquilos. Podría retirarme yendo a un lugar bienlejos, pero pienso que esto sería una cobardía y jamás quieropasar por cobarde.Y continuó Lampião:—Generalmente me gustan todas las clases. Tengoalgunas preferencias por las clases más conservadoras comoagricultores, hacendados, comerciantes y otros. Tengoveneración y respeto por los padres, porque soy católico. Soyamigo de los telegrafistas, porque algunos de ellos mesalvaron de grandes peligros. Acato a los jueces porque sonhombres de ley y no tiran en nadie. Sólo detesto, realmente,una clase: la de los soldados, que son mis constantesperseguidores. Reconozco que muchas veces me persiguenporque son obligados a hacerlo y es sólo por eso que, de vezen cuando, perdono algunos cuando los encuentro fuera delcampo de lucha.Preguntado sobre los demás cangaceiros,nuevamente Lampião manifestó a quién admiraba:—A mi ver, el cangaceiro más valiente del nordeste fueSinhô Pereira. Después de él, Luis Padre. Pienso queAntonio Silvino fue un cobarde porque se entregó a lasfuerzas del gobierno por causa de una pequeña herida. Yomismo ya recibí heridas gravísimas y ni por eso me entreguéa la prisión. Conocí mucho a José Inácio de Barros. Era unhombre de proyectos y el mayor protector de los cangaceirosdel nordeste. En su proximidad, me sentía feliz.Cuestionado sobre las heridas recibidas encombate, contó:—Ya recibí cuatro heridas graves, y entre ellas una enla cabeza, de la cual sólo escapé por milagro. También miscompañeros fueron alcanzados, continuamente. Ahora bien,poseemos en nuestro grupo personas habilitadas para cuidarde los heridos de manera que siempre somos atendidosconvenientemente. Por esa razón esque estoy fuerte y sano, sufriendosólo unos ligeros ataques dereumatismo.Sobre sus compañeros:Este grupo que meacompaña se compone de 49hombres, todos bien armados ymunicionados, y me cuesta bastantemantenerlos como los mantengo.Mi grupo nunca fue muy reducido, variando siempre deentre quince y cincuenta hombres.Sobre el Padre Cícero, Lampião fue bastanteconciso:—Siempre respeté y continúo respetando al estado deCeará, porque en él no tengo enemigos. Nunca me hicieronmal y, además de eso, es el estado del Padre Cícero. Como yadije, tengo la mayor veneración por este santo sacerdote,porque es el protector de los humildes e infelices y, sobretodo, porque hace muchos años que protege a mis hermanasque viven en Juazeiro. Ha sido para ellas un verdaderopadre. Cabe destacar que yo todavía no conocía al PadreCícero, pues ésta es la primera vez que vengo a Juazeiro.Con referencia a su presencia allí, explicó:—Trabé un combate con los revoltosos de laColumna Prestes, entre São Miguel y Alto de Aréias.Informado de que ellos pasaban por allí, y siendo yo unlegalista, fui a atacarlos, surgiendo un fuerte tiroteo.Después de grande lucha y estando apenas con dieciochocompañeros, me vi forzado a retroceder, dejando para atrás adiferentes enemigos heridos. Vine ahora al Cariri porquedeseo prestar mis servicios al gobierno de la Nación. Tengola intención de incorporarme a las fuerzas patrióticas deJuazeiro y con ellas dar combate a los rebeldes. Vengoobservando que las fuerzas legalistas no tienen, en general,planes estratégicos y de allí procede su fracaso en loscombates que no han servido de nada. Creo que, si aceptaranDespojos de la banda de Lampião.
image/svg+xmlVoces Recobradas18* Profesor de Historia de América de la UNCo., Neuquén, yprofesor visitante en la Universidad Estatal de Maringá, Brasil.1Testimonio de Sinhô Pereira a Luiz Lorena en junio de 1971. VerLuiz Lorena. Serra Talhada, 250 anos de história, 150 deemancipação política,Serra Talhada: Sertagráfica, 2001, p. 260.2Cangaço proviene de la palabracanga que significa yugo. Eltérmino se encuentra por primera vez en un escrito de 1834, yen 1917, el escritor cearense Gustavo Barroso escribía:Llevabansus trabucos atravesados sobre sus hombros, tal como un buey bajo elyugo.Ver: María Isaura Pereira de Queiroz, História do Cangaço,São Paulo: Global, 1982.Entrar al cangaço, o caer en el cangaço,significaba mucho más que la asociación temporal con unabanda. Era aceptar un código no escrito de honor, lealtad yobediencia. Opté por mantener aquí la grafía original delportugués, igual que en el caso de cangaceiro, sertãoy fazendeiro,para preservar el color local de esas expresiones. VirgulinoFerreira, a causa de su piel oscura, era llamado caboclo, por susfamiliares. Era también conocido como Capitão, título que tienesu origen en una designación (dudosa desde el punto de vistalegal) como capitán del Ejército, realizado por un funcionariode segundo escalón, en 1926, el mote de Lampião(lampión,linterna) ya es de la época del cangaço. Según la leyenda, suorigen proviene de los fogonazos que lanzaba su fusil.Además, todos los cangaceiros y cangaceiras, ni que fuesenmilitantes trotskistas, poseían seudónimos tales como Corisco,Ventania, Cabeleira, María Bonita, Sila, Dadá, Zê Sereno,Jararaca, etc. A veces, los integrantes de la banda recibían elnombre del jefe o del lugar de origen. Así existía la banda,adicta a Lampião, conocida como los serenos; otro grupoarmado del pueblo de Nazaré, archi-enemigo de Lampião, eraconocido como los nazarenos.3Lampião había sido convocado por el padre-coronel, paraacertar la incorporación de su banda (que a la sazón contabacon unos 50 cangaceiros) a un batallón patriótico, vinculado alEjército, a fin de perseguir al núcleo militar rebeldecapitaneado por el famoso “Caballero de la Esperanza”, LuisCarlos Prestes, el cual, en 1931, entraría al Partido Comunistapara llegar a ser el dirigente político más importante de esepartido hasta fines de los años 80. De hecho, Lampião seincorporó al Batallón Patriótico de Juazeiro, pero su actuacióncontra las tropas rebeladas de Prestes no pasó de algunasescaramuzas. Además, estos encuentros fueron previos a sunombramiento como “capitán” en marzo de 1926.4Robert Levine, O Sertão Prometido. O Massacre de Canudos,SãoPaulo, Edusp, 1995, p. 54.5Ver, Sonia Regina de Mendoça, “Estado e Sociedade: aconsolidação da república oligárquica”, en, Maria YeddaLinhares, História Geral do Brasil, Río de Janeiro, Ed. Campus,1996, p. 252. “Coronel” aquí, no significa un grado en lajerarquía militar, sino la denominación corriente de unhacendado que, de hecho, ejercía el monopolio de la violenciaen la región bajo su dominio.6Ya en 1897 había acontecido lo mismo con la cabeza de AntonioConsejero, el líder espiritual de Canudos, Bahía; fue expuestaen Bahía, estudiada por frenólogos y exhibida en el mismomuseo en que 41 años más tarde serían exhibidas las cabezasde María Bonita y Lampião. Esa operación científica fuerealizada también con la familia tehuelche de Inacayal.Prisioneros en el Museo Florentino Ameghino de La Plata, laciencia aguardaba su muerte para exhibir sus cráneos en lasvitrinas. Existe una macabra fotografía con las 11 cabezasexpuestas en una escalinata, rodeadas de símbolos cangaceiroscomo sombreros, rifles, cartucheras y alforjas. La imagen es unabuena muestra que la fotografía puede transformarse en uninstrumento de dominación al encuadrar al vencido en unaconstrucción del vencedor.7Andreas L. Doeswijk, “Canudos, ¿un delirio milenarista o unautopía agraria?”, artículo a ser publicado en la revista DiálogosNº 5, Maringá, 2001.8Eric Hobsbawm, Bandidos,Río de Janeiro, Forense-Universitária,1976, p. 55. El cantor, payador se diría en la Argentina, es elpoeta nordestino Zabelê.9M. I. Pereira de Queiroz, op. cit., p. 23.10La palabra procede de “coito” que, en este contexto, significarefugio.11Ídem,p. 37.12Ídem,p. 66, ¿Quién dijo que este fenómeno se parece almontonerismo de Abelardo Ramos y a sus patéticosseguidores?13Mariana Sgarioni y Miguel Icassatti, “Lampião era meubrother”, en Trip para mulher,mayo de 2001, año 1, Nº 1.14Ídem.15Rui Facó, Cangaceiros e Fanáticos. Gênese e lutas,Río de Janeiro,Civilização Brasileira, 1972. Edmundo Moniz, A Guerra Socialde Canudos,Río de Janeiro, Civ. Brasileira, 1978. José SouzaMartins, Os camponeses e a política no Brasil,Petrópolis: Vozes,1995. (La primera edición es de 1981.) Es de notar que enartículos más recientes, este ilustre historiador abandonó esavisión sobre los cangaceiros como un eslabón entre losmovimientos mesiánicos y el sindicalismo rural moderno.16Vera Ferreira y Antonio Amaury, O espinho de quipá. Lampião, ahistória,São Paulo: Oficina Cultural Mônica Bonfiglio, 1997, p.149.17Mariana Sgarioni y Miguel Icassatti, “Radical Xique-Xique”, enTrip para mulher,mayo de 2001, año 1, Nº 1.18Ferreira y Amaury, op. cit.,p. 150.19Está claro que, en esa época, la violencia, el preconcepto y elsexo sin amor no eran fenómenos exclusivos de los cangaceirosni del sertão. Sin embargo, existe una diferencia entre un matri-monio concertado entre familias y un mero secuestro. Sinconocer a fondo el fenómeno, da la impresión de que el caso deLampião y María Bonita fue la excepción y la de Sila y ZêSereno, o sea, el secuestro y el estupro, la regla.20Ferreira y Amaury, op. cit.,p. 153, como excepción a la regla,Expedita conservó el apellido de su padre cangaceiro. En ge-neral, los hijos de cangaceiras recibían el apellido de sus padresadoptivos como fue el caso de Silvio Bulões, hijo de Corisco yDadá y adoptado por el padre Bulões.21Sgarioni e Icassatti, op. cit.22Vera Ferreira y Antonio Amaury afirman que adaptaron elportugués sertanero de Lampião al habla actual. Sin embargo,su versión coincide en todo con la que presenta FredericoBezerra Maciel en Lampião seu tempo e seu reinado. (Um capítuloda história social do nordeste),vol. III, Editora Vozes Ltda., 1985.NOTAStmis servicios y siguiesen mis planes, mucho podríamoshacer.Sobre el futuro, Lampião se mostró incierto, apesar de tener algunos proyectos:—Me está yendo bien en el cangaço y no pretendoabandonarlo. No sé si voy a pasarme toda la vida en él.Preciso trabajar todavía unos tres años más. Debo visitar aalgunos amigos lo que no hice por falta de oportunidad.Después, tal vez, me vuelva un comerciante.Aquí termina la entrevista con Lampião.
image/svg+xmlVoces Recobradas19traduccionesUmaentrevistaa Lampião, o Reidos CangaceirosNo presente trabalho, o autorpesquisa a figura histórica deLampião, famoso chefe de umaassociação típica do Nordestebrasileiro da época: o cangaço. Aanálise baseia-se numa entrevistarealizada ao cangaceiro no Brasilem 1926.Através de uma contextualizaçãohistórica, econômica e culturaleste artigo explica o fenômenosocial dos cangaceiros durante aVelha República e a década de 30.A imagem de Lampião nahistoriografía e na literaturaaparece como controversa, pois foiconsiderado tanto um merobandido quanto um mítico heróinacional e popular.Neste artigo realizam-seconsiderações metodológicasacerca das condições de produçãoe transmissão da referidaentrevista, que por não ter sidogravada atravessou uma série detranscrições nas quaisprovavelmente foi perdendoproximidade com a oralidadeoriginal.Contudo se apresentacomo uma valiosa testemunha daautorrepresentação do cangaceiroe como tal é tomada e citada pelamaioria dos biógrafos.An interviewto Lampião,the King of theCangaceirosIn the present work the authorstudies Lampião’s historical fig-ure, a famous chief of a typicalassociation from the Braziliannorthwest of that time: thecangaço, through an interviewdone in 1926 in Brazil.By means of a historical, economi-cal and cultural mixture , this articleexplains the social phenomenon ofthe cangaçeiros during the Old Re-public and the thirties. Lampião’simage in historiography and litera-ture seems to be controverted. Hewas considered not only a simplebandit, but also a mythical nationaland popular hero.Methodological considerationsabout the production and trans-mission conditions of this inter-view are made in this article. As ithas not been recorded, this inter-view went through a series oftranscriptions, in which, little bylittle, it has probably lost its origi-nal orality, but it still shows avaluable testimony of the self-representation of the cangaceiroand it is considered and quoted assuch by most of the biographers.Un entretienavecLampião, le Roides CangaceirosLe présent travail est unerecherche sur la figure historiquedu Lampião –le célèbre chef d’uneassociation typique du nord-estbrésilien de l’époque: le cangaço–basée en un entretien qui lui a étéréalisé en 1926 au Brésil.Au moyen d’une mise en contextehistorique, économique etculturelle, cet article explique lephénomène social des cangaçeirospendant la Vieille République et ladécade des années 30.Vue par l’historiographie et lalittérature, l’image du Lampiãosemble controversée: il a étéconsidéré comme un simplebrigand ou même comme unmythique héros national etpopulaire.Dans cette recherche, l’auteurexpose quelques considérationsméthodologiques sur lesconditions de production ettransmission de cet entretien, quicomme il n’était pas enregistré aété soumis à une série detranscriptions pendant lesquellesil a probablement perdu peu à peula proximité avec l’oralitéoriginale, mais qui montre unprécieux témoignage del’autoreprésentation ducangaceiro, et c’est pour cetteraison que cet entretien a été priset cité par la plupart desbiographes.Voces Recobradas19