image/svg+xml14La voz social de “la otra”El ejerciciode la prostituciónen judías inmigrantes14El ejerciciode la prostituciónen judías inmigrantes
image/svg+xml151-América como salvación y decadenciaA fines del siglo XIX y comienzos del XX, elmovimiento migratorio femenino que desdeEuropa llegó a América fue en gran parteresponsable de la conformación de las nuevassociedades que se instauraron en esta parte delocéano.¿Qué era lo que movía a tantas mujeres aaceptar viajar tan lejos, a pesar de los riesgos queesto implicaba?Evidentemente, existieronfactores políticos, económicos ysociales que incidieron en elmovimiento migratorio, perotambién otros factores tales comolos ideales utópicos de encontraruna tierra de paz y bonanzapropagados en un mundo enguerra, pobreza y hambre, queunidos al fortalecimiento de unimaginario social integrado porestos elementos y la generación de otrosprincipios simbólicos transmitidos por losincipientes medios de comunicación, fueron engran parte los responsables de que las conductascolectivas se movilizaran buscando “hacer laAmérica”.Por otra parte, estos campos simbólicos eranconstantemente generados, abonados ydifundidos, y así se favoreció a que oleadas demujeres llegaran a las costas argentinas, muchasveces, sin saber que con su conducta contribuían aobjetivos más bien ilícitos.En efecto, las cartas familiares queintercambiaban los inmigrantes relatando la bo-nanza de estas tierras y el hecho de que lasmujeres europeas accedían cada vez más a lalectura, especialmente de novelas en las que serepetía el mito principesco que redimía a la pobrecampesina presentándole otra vida, ayudaron engran parte a los planes de los tratantes de blancas.En efecto, no sólo el cine sino también lasnovelas populares del siglo XIX eran por lo ge-neral romances domésticos que se centraban en latrayectoria desafortunada de la protagonistacoronada con un final feliz como esposa y madre,pero además, estas novelas justificaban lasubordinación de la mujer afirmandoabiertamente que las que seguían el camino de laobediencia y la paciencia serían recompensadascon un buen marido, prosperidad y una vidafeliz.De modo que en ese mundo de ficción que sele presentaba a la mujer para una educacióndiferente, los hombres, ya fueran conocidos oextraños, se convirtieron en el objeto de intensosdeseos y fantasías, lo cual llevaba a decisiones devida basadas más en ilusiones que en propuestasreales.Así, creo que es importanteprofundizar en los procesosseguidos por las mujeres tanto degrupos aceptados comomarginales que llegaban a lascostas, intentando interpretarcómo en la transmisión oral deuna comunidad se entretejenelementos ideológicos, prejuicios,opiniones y actitudes socialesmuy diversas, especialmentecuando se trata un tema tanespinoso como es el vinculado con el mundo de laprostitución.Voy a referirme a un caso concreto encontradoen Tucumán, la historia de una prostituta judía,Malka Abraham, que por su inusitado finalconstituyó un caso que ha quedado impreso en laEl fin de siglo y el umbral del tercer milenio (1983-1999)La voz social de “la otra”. El ejercicio de la prostitución...AutorElisa Cohen de Chervonagura CONICET- UNTImagen de una tarjeta postal de principios del siglo XX.¿Qué era lo que movía atantas mujeres a aceptarviajar tan lejos, a pesar delos riesgos que estoimplicaba?
image/svg+xml16memoria comunitaria, y que através del testimonio y delsilencio de hombres y mujerespermite advertir, por ejemplo,estrategias de mitigación olegitimación de ciertas conductasimbricadas en la superficie tex-tual de los diferentes testimonios,constituyendo un episodio queopone al proceso dedesvalorización social unevidente intento por adquirirprestigio póstumo, y que por losorprendente, creo que merecenuestra atención.2-Argentina frente a la prostituciónEn nuestro país existían leyes sobre laprostitución y ordenanzas de supervisión médica“aún antes de que el Congreso terminara deformular los códigos legales básicos”1 que nodiferían mucho del panorama europeo; y elCódigo Civil de 1871, siguiendo los conceptoseuropeos, insistía en que el papel de las mujeresdecentes era casarse y cuidar los hijos, el hogar,de modo que las madres debían hacer a sus hijasfemeninas y sumisas, enseñarles a controlar lospasos, bajar los ojos e incluso ruborizarse paracrear los sentimientos de modestia y obediencia.Por otra parte, si bien las antiguas tradicionessobre los papeles masculino y femenino dieronlugar a los códigos de leyes, también influyeronlas nuevas opiniones científicas de la época. Porentonces surgen nuevas teorías sobre laevolución impulsadas por el positivismo, segúnlas cuales se intentaban encajar las concepcionespreestablecidas de la superioridad masculina y lainferioridad de la mujer2: para Darwin el hombrehabía evolucionado más que la mujer y, por lotanto, era superior, y así mediante la autoridadbiológica se confirmaba la autoridad bíblica.Entonces, así como los hombres debíancompetir en los negocios, se esperaba que lasmujeres compitieran en el negocio del matrimo-nio, y las madres hacían grandes esfuerzos paraasegurar que sus hijas adquirieran los contactossociales que las condujeran a un buen matrimo-nio, de allí la importancia derituales como la presentación ensociedad.Frente a esta situación, lasmujeres marginales, que noestaban sujetas a la voluntad deun patriarca y que exhibían unaimpúdica libertad por su relativaindependencia económica fueradel hogar, eran una amenaza, notenían lugar en la sociedad,menos aún en la sociedad judíaaltamente normatizada yestructurada alrededor de la fa-milia.Eran mujeres marginadas porun poder patriarcal centralizadoen las instituciones sociales pero,sin embargo, a menudo estosesfuerzos por controlar la prostitución yeliminarla llevó a esconderla, y “convertir a ungrupo de mujeres social, política yeconómicamente marginales en sujetos de undiscurso volátil que impregnó con nociones degénero la política, la economía y la culturaargentina”.3De modo que el comercio sexual femenino enArgentina a fines del siglo XIX y comienzos delXX era fuente de preocupación y rechazo para losrabinos europeos, los movimientos feministas, losprofesionales de la salud e incluso para losparlamentarios, envueltos en interminablespolémicas acerca de la necesidad social o no de laprostitución.Pero, por sobre todo, era la sociedad la quesentía que sus conceptos sobre familia, que teníana la mujer como principal transmisora y sobre losDe modo que en ese mundode ficción que se lepresentaba a la mujer parauna educación diferente, loshombres, ya fueranconocidos o extraños, seconvirtieron en el objeto deintensos deseos y fantasías,lo cual llevaba a decisionesde vida basadas más enilusiones que en propuestasreales.
image/svg+xml17cuales se construían otros conceptos comoidentidad y nación, se estaban modificandopeligrosamente, y por eso muchas veces ellenguaje expresaba y describía una relaciónambivalente entre el ejercicio de la prostitución ylas instituciones sociales.Así, si bien a menudo se utilizabaneufemismos para aludir a este sub-mundo, talcomo lo advertimos en las letras de tango o en losvocablos del lunfardo queexpresan un discurso altamentetabú, otras veces las alusiones aeste mundo aparecen enenunciados escritos, quemodalizan el texto desde unaperspectiva ética.Un informe de la SociedadIsraelita de Protección a Niñas yMujeres (Ezras Nochim),institución de la comunidadjudía de Buenos Aires quetodavía existía a mediados de1940, permite que nosencontremos con las siguientesexpresiones que aluden a lasprostitutas y su esfera de acción:“medidas tendientes a la rehabilitación de lamujer caída”, “el triste comercio”, “parias de lasociedad humana”, “casas de lenocidio” y en unestilo más general expresan su combate abiertocontra los “impuros” y “tenebrosos”.4Por otra parte, si bien el imaginario social eraun poderoso impulsor migratorio, también es realque a fines del siglo XIX en Europa corríanterribles versiones acerca de qué tipo de ciudadera Buenos Aires. Las historias publicadas enperiódicos de Hungría, Alemania e Inglaterranarraban historias de jóvenes secuestradas oengañadas por falsas promesas de matrimonio otrabajo, que eran enviadas a sórdidas casas deprostitución en Buenos Aires.En 1889 el Bulletin Continental afirmaba quedoscientas alemanas o austríacas eran retenidascontra su voluntad en Buenos Aires por rufianesjudeo-polacos. “Para las europeas de clase media,el camino a Buenos Aires conducía a la trata deblancas, el tráfico internacional de jóvenesdestinadas a la explotación sexual”.5Sin embargo, al parecer, si bien esta impresiónestaba basada en incidentes verdaderos, losmismos eran exagerados, había mujeres queejercían la prostitución antes de viajar y teníanpleno conocimiento de lo que les esperaba alllegar, si bien muchas jóvenes eran embaucadasmediante casamientos religiosos falsos y luegoenviadas con sus “esposos”, los mismos rufianesque las explotarían, y a quienes por ese supuestovínculo les debían total obediencia.Por otra parte, las prostitutas europeasprovenían de familias miserables y no sólo habíansoportado una marginación por la RevoluciónIndustrial sino que habían sidoexpulsadas por el hambre, lapersecución religiosa o política6ypor eso había también francesas,húngaras e italianas (en muchomenor número las inglesas) queveían así un recurso válido para lasupervivencia, mientras que porotra parte, el estado no las veía detan mal grado puesto que deLa MusAraña, de Claudia Sobrero. En Catálogo de obrasrealizadas en el Taller de Grabado La Estampa.Las historias publicadas enperiódicos de Hungría,Alemania e Inglaterranarraban historias de jóvenessecuestradas o engañadaspor falsas promesas dematrimonio o trabajo, queeran enviadas a sórdidascasas de prostitución enBuenos Aires.
image/svg+xml18alguna manera cumplían la función social depreservar la virtud de las señoritas locales.De modo que, en muchos aspectos, “el debatesobre la trata de blancas constituía el núcleo deun discurso en el que los supuestos peligros de lainmigración femenina vinculaban los temas degénero y la familia con la identidad nacional y elprejuicio internacional”.7Así, en Buenos Aires, la prostitución selegalizó entre 1875 hasta la caída de Perón,siguiendo el concepto de que era un mal necesariopara el desahogo de los hombres y una forma decombatir la homosexualidad, criterios muchasveces respaldados en textos de agustinianos ytomistas que consideraban que la prostitución,aunque repugnante, eranecesaria, a pesar de que elVaticano condenaba la legalidadde los burdeles.3-Un universo maniqueode mujeres malas y buenasa) Mujeres “buenas”Tal como lo hemos señalado,la vida social de las mujeres engeneral y judías en especialestaba reglada y regulada segúnprincipios de aceptación ysometimiento al poder del padreprimero y del marido después.Así, el vínculo matrimonial se basaba en unacuerdo entre los cónyuges escrito en la Ketubá,un contrato firmado además por testigos del acto,según lo establece el Talmud (código que rige lavida social y jurídica) escrito entre los siglos III yVI d.C.) y por eso el divorcio entre los judíos estáaceptado, ya que no se trata de un sacramentoreligioso.Este modelo de relación entre marido y mujer,en gran parte también estaba aceptado por elresto de la sociedad, y así hacia comienzos delsiglo XIX también las familias no judíasintentaban proteger la propiedad de las hijasmediante la redacción de contratos matrimonialesque, sin embargo, a menudo tenían cláusulas quesubordinaban a la esposa a su marido, hasta elpunto de no poder vender propiedades sin suconsentimiento.Pero por otra parte, el Código Napoleónico, degran influencia en muchos países de Europa,estipulaba que la base esencial del matrimonio nopodía ser alterada, ni siquiera por un contratomatrimonial: el marido era por ley la cabeza de lafamilia que debía proteger a su esposa, salvo encaso de adulterio que justificaba incluso elasesinato, pero las mujeres no sólo no teníanderechos equivalentes sino que le debíanobediencia en forma ilimitada, y así, todos estosprincipios facilitaron los planes de la Migdal, laorganización polaca de trata de blancas.De esta manera, el esposo decidía el lugar deresidencia, podía leer la correspondencia de lamujer e incluso acceder a las cuentas bancariasque ella podía abrir sólo con su permiso. En 1840en la sentencia de un juicio en Inglaterra se lee:“El marido tiene por ley, el poder y el dominiosobre su esposa: puede retenerlaa la fuerza y puede golpearlaaunque no de manera violenta ycruel”.8Cabe aclarar que estoscontratos luego declinan hacia elsiglo XIX cuando se hace popularel matrimonio romántico, sincontrato pero con la únicasalvaguardia de que la propiedadde una mujer casada seguíasiendo el contrato matrimonial, sibien la comunidad judía, portradición y principios religiosos,sigue utilizándolos incluso en laactualidad.De modo que la mujer “buena” podía mostraruna independencia social controlada, por ejemploa través de organizaciones filantrópicas o laayuda social, porque para aquéllas que queríantener una vida más allá de la sala de estar, larebelión no era la salida sino el virtuoso caminode la caridad y, por otra parte, rechazabanfuertemente la independencia que mostraban lasmujeres “malas” a las que no aceptaban niintentaban integrar.Así, ante la pregunta formulada a una denuestras informantes, Dora de Levín, sobre sialguna vez había conversado con MalkaAbraham, la respuesta fue: “¿Qué vas a conversarcon ella? ¿Alta literatura? A ella le gustaba hablaresas cosas que les gusta a los hombres”.b) Mujeres “malas”Pero por otra parte, en la sociedad burguesa dela época9se interpretaba que la prostituciónocultaba en forma subyacente una independencialaboral y económica, especialmente en ciertosEn 1840 en la sentenciade un juicio en Inglaterra selee: “El marido tiene por ley,el poder y el dominio sobresu esposa: puede retenerla ala fuerza y puede golpearlaaunque no de maneraviolenta y cruel”.
image/svg+xml19sectores en los que no se tenía una educación su-perior.De modo que frente a un modelo patriarcal ydominante, ser prostituta era también ser rebeldee independiente, y por lo tanto mucho máspeligrosa para algunos detentores del poder so-cial que habían diseñado como pautas de vidapara la mujer, lecciones de piano o declamación,corte y confección o repostería, mientras secustodiaba la virginidad como trofeo que seentregaba sólo después de que la religión y elestado consagraran el matrimonio.Así, hacia mediados del siglo XIX una mujerera “mala” cuando actuaba de una maneraextraña a los cánones femeninos, exhibía suindependencia e incluso iba más allá de loslímites aceptados en todo lo referente a laconducta de las mujeres, basándose en suspropios juicios y opiniones: “Hay algo nofemenino en la independencia –se escribía en unmanual para mujeres de 1831– es contrario a lanaturaleza y por lo tanto ofende”En 1840 en lasentencia de un juicio en Inglaterra se lee: “Elmarido tiene por ley, el poder y el dominio sobre suesposa: puede retenerla a la fuerza y puedegolpearla aunque no de manera violenta y cruel”10.En el caso de las prostitutas (y es el caso espe-cial de Malka que luego fue prestamista), teníanque mantener su libertad si actuaban imitando elaccionar de un hombre, lo cual implicaba romperlas convenciones y afrontar el rechazo deaquellas que propugnaban un modelotradicional de mujer, en el que se enseñaba lacaridad para el prójimo pero que, sin embargo,eran las primeras en manifestar incomprensióne incluso hostilidad con las mujeres de laprostitución, si bien probablemente en el máshondo secreto, esta situación debía suscitarcierta envidia hacia aquéllas que se animaban avivir su sexualidad.Esta situación se agravaba en el caso de lasmujeres judías que ejercían la prostitución. Así,señalar a alguien como prostituta implicabaescribir la marca abominable (la misma quellevaba Caín, quizás) para todo un nombre,para toda una familia, pero si la prostituta erajudía, la comunidad toda sentía que esavergüenza se extendía al conjunto de un puebloque por tradición es considerado sagrado,heredero de valores éticos incorruptibles ymodelo guía de los otros pueblos por suconducta.11En nuestra investigación, algunos informantesse negaron abiertamente a señalar nombres deindividuos vinculados con este ámbito,argumentando que estaban muertos y que susfamilias no tenían porqué sufrir esta herencianefasta, fruto de un camino sin retorno y dedegeneración.4-Malka Abraham: el nombre oculto,el sexo expuestoTal como lo venimos indicando,de todos losgrupos inmigratorios fue el judío el que más sedistinguió en la lucha contra la prostitución entierras americanas, movidos por un temor alresurgimiento de sentimientos xenófobos ysiguiendo rígidas leyes religiosas y tradicionales,al punto que todo el grupo que vivía de la tratade blancas fue segregado de la comunidad judíalocal y tenía sus propias instituciones:cementerios, teatros y templos, tal como lo señalaRicardo Feierstein.12Por otra parte, la mayoría de estas prostitutasjudías eran polacas, rusas o austro-húngaras y seagrupaban especialmente en ciudades portuariascomo Buenos Aires y Rosario, donde era la propiacomunidad la encargada de identificarlas ymantenerlas alejadas de las instituciones. Se lasJuegos prohibidos. Caras y Caretas, 1920.
image/svg+xml20conocía como “tmeím” (impuros) y el propio celode la comunidad en luchar contra ellaspermitió conocer más sobre la prostituciónjudía que sobre la prostitución de otros gruposmigratorios.En Tucumán encontramos el caso de MalkaAbraham, una mujer traída por la organizaciónde trata de blancas Zwi Migdal que llegóprimero a Brasil y de allí pudo ingresar a laArgentina.Malka era buena. Yo la conocí porque era delmismo pueblo que mi papá y siempre venía acomprar bursh y pastrom. Alta,elegante, siempre vestida de negrocon sus joyas en la solapa del sacoy en el cuello. Ayudó a muchagente a estudiar, nos diceCarlota de Mesanich.Lo cierto es que hemospodido recomponer suderrotero, pero quedan muchosblancos que el silencio de losentrevistados no ha podidoneutralizar a pesar deencontrar referencias de su per-sona en otros que cuentan cómoMalka se libra de laorganización, compra sulibertad y llega a Tucumándonde actúa como prestamistay financia campañas políticas.A su fallecimiento, sudomicilio es allanado por lapolicía y desaparecen joyas,dinero y otros elementos devalor, pero Malka había tomado lasprovidencias del caso y había elaborado un tes-tamento donde legaba todas sus propiedades ala escuela judía local, que en esos momentosestaba organizándose en Escuela Integral, conla promesa de ser enterrada en el cementeriocomunitario, todo lo cual generó ribetespolémicos en los ámbitos comunitarios.¿Qué quiso expresar Malka con esta actitud?Debemos comprender, en principio, quecuando el hablante dice algo no sólo se estárefiriendo al mundo objetivo, sino también almundo social porque expresa parte de susvivencias manifestables y, tal como lo presentaHabermas13, en este caso se estaría apelando auna triple función:a) La reproducción cultural o actualizaciónde las tradiciones a la que el sujeto respeta consus normas y valores, y que se evidencia en lanecesidad de ser enterrada en un cementeriojudío.b) La aspiración a la integración social que sele negó en toda su etapa de vida activa.c) La interpretación cultural y económica denecesidades especiales entendidas como unarealidad objetivable y que se funden en el apoyoy aporte a la escuela comunitaria.Sin embargo, la actitud de Malka tuvodiferentes interpretaciones:La situación generó polémica ydiscusión –señaló Alberto Cohen–recuerdo que había un grupo muyfuerte que decía que no se debíaaceptar ese dinero porque eramalhabido, provenía de fuentesimpuras, pero había otro grupo queseñalaba que no se debía rechazar lavoluntad de una muerta quebuscaba de esta manera laredención, aceptada por la Biblia.Intervino el doctor Piliponsky,representante legal de la comunidady con el testamento en la mano pudorescatar sus bienes y hacer cumplirel deseo de Malka.Pero por otra parte, cuandoMalka dona, no sólo sigue latradición hebrea sino unacorriente ya iniciada por lasmujeres europeas, a las quepretende parecerse en su afán deacceder a una esfera superior en laconsideración social: de alguna manera estásiguiendo un camino iniciado por HannahMore, fundadora de escuelas para niños pobreso incluso Florence Nightingale, que comoenfermera mejoró la salud pública e inició lareforma sanitaria en Londres, caminos seguidospor muchas mujeres que mediante la filantropíay la acción social querían trascender saliendodel hogar y abriendo su propio camino.Pero en estos casos no se trataba de dardinero como limosna a obras de carácterreligioso, sino que también implicaba un trabajoactivo de organización y ejecución de proyectossociales, un derecho que también tuvo que serdefendido, todo lo cual proporcionaba unLa situación generó polémicay discusión –señaló AlbertoCohen–, recuerdo que habíaun grupo muy fuerte quedecía que no se debía aceptarese dinero porque eramalhabido, provenía defuentes impuras, pero habíaotro grupo que señalaba queno se debía rechazar lavoluntad de una muerta quebuscaba de esta manera laredención, aceptada por laBiblia.
image/svg+xml21mayor prestigio social a la benefactora y a laejecutora, al punto que ser aceptada comomiembro de un grupo caritativo era una señalde respeto y aceptación social, lo mismo quepara un hombre lo era el serinvitado a formar parte de unclub exclusivo.Así, la historia de MalkaAbraham nos ubica en lapalabra marginal, la del testi-monio colectivo que se opone aldiscurso monológico de lasinstituciones de poder, porquepugna por llevar una palabrasilenciada por muchos años yconstituye el develamiento deuna historia opuesta a laoficial.14En este caso, estamos puesante una historia alternativasilenciada porque se trata deuna mujer diferente y, por lotanto peligrosa, doblementerechazada: por los hombresquienes no pueden recuadrarla totalmente ensu condición de mujer y por laspropias mujeres que no la reconocen comointegrante de su género, pasando a ser un“otro” rechazado y negado, por la carga de“tabuización” que conlleva pertenecer alsubmundo de la prostitución y el hampa.5-ConclusionesMalka está enterrada sola en uno de lossectores más menospreciados del cementeriojudío local, cerca de los suicidas y deaquellos que rechazaron la tradición judía;sola en un cuadro, nadie quiere ser enterradoallí por el temor a estar en una tierra impura.En efecto, las costumbres y los rituales nosólo sirven para ejercer un control social sinopara evidenciar la transmisión de una ética,por eso la religión tiene rituales muyprecisos. En el caso de la religión judía losrituales del sepelio son muy explícitos alrespecto: se indica quién puede entrar alcementerio y quién no, cómo debe realizarsela ceremonia, qué distancia debe guardarseentre las tumbas, qué lugar debe ocupar cadauno en relación a los otros, etc., y de estaAsí, la historia de MalkaAbraham nos ubica en lapalabra marginal, la deltestimonio colectivo que seopone al discurso monológicode las instituciones de poder,porque pugna por llevar unapalabra silenciada pormuchos años y constituye eldevelamiento de una historiaopuesta a la oficial.manera no sólo se transmite una integraciónsocial comunitaria, sino que se estátransmitiendo un sentir y un pensar a través desímbolos que serán interpretados de igualmanera por la posterioridad.15El legado postrero de Malka aspira aobtener su legitimación dentro de un contextoinstitucional, y como señala Van Dijk16: “lalegitimación es un discurso que justifica laacción oficial en términos de derechos yobligaciones asociados con ese rol, entonces siun actor institucional cree o dice respetar lasnormas oficiales, permanece dentro del ordenmoral prevalente”.De modo que ante una situación de crisis enla que la legitimidad de una institución está enjuego, puesto que implica juntar a los impuroscon los puros, se generan estrategias deautolegitimación de los miembros de grupo yde deslegitimación de la disidencia internaconsiderada una competencia o amenaza exte-rior, ya que si no se los castiga de algunaforma, pronto todos se considerarán conderecho de vivir como ellos.Así, el lugar físico de la tumba de Malkaexpresa una voluntad de reafirmar en eldestino de Malka las normas, valores que
image/svg+xml22NOTAS1Cfr. Dona Guy,El sexo peligroso. La prostitución legal en BuenosAires, Buenos Aires, Sudamericana, 1994, p.11.2Bonnie S. Anderson y Judith Zinsser, “La mujer como género”,enHistoria de las mujeres: una historia propia, vol. 2, Barcelona,Editorial Crítica, 1991, p. 177.3Cfr. Dona Guy, op. cit., p. 14.4Informe de la Sociedad Israelita de Protección a Niñas y Mujeres(Ezras Nochim), Archivo del Instituto Científico Judío IWO,AMIA, Buenos Aires. El documento al que pude acceder fue unode los salvados del atentado a la AMIA, pero está incompleto ypor lo tanto es imposible indicar su fecha de redacción.5Cfr. Dona Guy,idem,p. 18.6A comienzos del siglo XX había casi seis millones de judíosempobrecidos en Rusia y un tercio de los judíos polacos estabanal borde del hambre. Frente a tanta miseria, Buenos Aires valía lapena, si significaba dejar atrás una muerte segura.7Cfr. Dona Guy,idem, p. 19.8 Anderson y Zinsser, op. cit., p. 176.9Quizás uno de los poemas que mejor ridiculiza a la pacatasociedad argentina, y en especial a las mujeres burguesas de lasegunda década del siglo XX, sea el poema “Exvoto” de OliverioGirondo (20 Poemas para ser leídos en el tranvía, Francia,Argenteuil, 1922), en el que se describe la relación de las mujerescon el sexo y señala que a las chicas de Flores, el deseo de loshombres las sofoca tanto que a veces quisieran desembarazarsede él como de un corsé ya que no tienen el coraje de cortarse elcuello y arrojarse a todos los que pasean por la vereda.10 Anderson y Zinsser, idem,p. 195.11La Encyclopaedia Judaica, Israel, Keter Publishing House Jerusa-lem, tomo 13, p. 1244, indica que si bien en los tiempos bíblicosse mencionan casos de prostitución sin que ello implicara unaproscripción moral demasiado estricta, era una actividaddespreciable y los israelitas se cuidaban de promoverla ymantenerla al punto que su ejercicio implicaba la muerte, y encuanto a la prostitución sagrada en los templos, a diferencia de loque ocurría en el resto del mundo antiguo, estaba condenada porsu vinculación con la idolatría.La Halajá (legislación oral sobre aspectos sociales, nacionales eindividuales que intervienen en la observancia del judaísmo)continúa con la prohibición general de la prostitución profesionaly llega a considerar cualquier relación sexual fuera del matrimo-nio como tal.Por otra parte, si bien hubo fluctuaciones según los períodos y lassociedades donde los judíos habitaban (al punto que en España,Italia y los países del norte de África con sociedades concostumbres más ligeras, estas prohibiciones se debilitaron) a lolargo del siglo XVII y XVIII, especialmente en Alemania yFrancia, la comunidad judía reaccionó violentamente contra laprostitución y el rufianismo, mientras por otra parte surgió unaliteratura que habla de jóvenes judías engañadas y conducidas aeste camino.En el período moderno, la inmigración y la desintegración fami-liar implicaron el abandono de la forma tradicional de vida y laasimilación al medio general, que llevaron a un cambio en lamoral sexual.12Feierstein, Ricardo,Historia de los judíos argentinos, BuenosAires, Planeta, 1993, p. 297.13Habermas, J.,Teoría de la Acción Comunicativa, 1989, p. 279.14Achugar, Hugo, “Historias ejemplares: la historia y la voz delotro”, en Revista de Crítica Latinoamericana,Nº 36, año XVIII, Perú,1992, pp. 52/53.15 Benedict, Ruth, El hombre y su cultura, Buenos Aires, CentroEditor de América Latina, 1971.16 Van Dijk, Teun, Ideología, Buenos Aires, Paidós, 1998, p. 261.estaban aceptados en la sociedad y que elgrupo dominante sentía desafiar por unatransgresora.Lo que nunca seguramente imaginaron,quienes decidieron su destino final, fue que nose puede negar que la discriminación muchasveces está basada en el prejuicio y en eldesconocimiento hacia el otro, lo cual lleva aque las actitudes sociales no sean fijas sinomutables, lo que hace de la historia de Malkauna rica fuente de investigación y análisis.Agradecemos aFernando Bedoya,Coordinador del Taller deGrabado La Estampa, suautorización parareproducir la ilustraciónobrante en fojas 17,publicada en Arte Tumbero.
image/svg+xml23traduccionesA voz sociald’ “a outra”Elisa Cohen de ChervonaguraNos finais do século XIX e nos começos doséculo XX, o movimento migratóriofeminino que da Europa chegou a Américafoi em grande parte responsável pelaconformação das novas sociedades que seinstauraram nesta parte do oceano.O que era que fazia com que tantasmulheres aceitassem viajar tão longe,apesar dos riscos que isto implicava?Evidentemente, existiram factores políticose sociais que incidiram no movimentomigratório, mas também outros factorestais como os ideais utópicos de encontraruma terra de paz e bonança propagadosnum mundo em guerra, com pobreza ecom fome. Estes ideais unidos aofortalecimento de um imaginário socialintegrado por estes elementos e pelageração de outros princípios simbólicostransmitidos pelos incipientes meios decomunicação, foram em grande parte osresponsáveis das condutas colectivas quese mobilizaram procurando “fazer aAmérica”.Assim, considera-se importante aprofundarnos processos seguidos pelas mulherestanto em grupos considerados“respeitáveis” quanto os grupos marginaisque chegavam nas costas, tentandointerpretar como é que na transmissão oralde uma comunidade se entrelaçamelementos ideológicos, preconceitos,opiniões e atitudes sociais, muito diversas,especialmente quando se trata um tema tãoconflitivo quanto o vinculado com omundo da prostituição.O presente trabalho refere-se a um casoconcreto encontrado em Tucumán, ahistória de uma prostituta de origemjudaica, Malka Abraham, que por seuinusitado final constituiu um caso queficou impresso na memória comunitária.Aliás, através da testemunha e do silênciode homens e mulheres, permite advertirpor exemplo, estratégias de mitigação oulegitimação de certas condutas presentesna superfície textual das diferentestestemunhas, constituindo um episódioque opõe ao processo de desvalorizaçãosocial uma evidente tentativa por adquirirprestígio póstumo, e que, pelosurpreendente, merece nossa atenção.La voix socialede «l’autre»Elisa Cohen de ChervonaguraÀ la fin du XIXème siècle et lecommencement du XXème, le mouvementmigrateur féminin venant d’Europe, qui estarrivé en Amérique était en grande partieresponsable de la conformation desnouvelles sociétés établies de ce coté del’océan.Qu’est ce que c’était cela qu’a poussé tantde femmes à accepter de voyager si loin,malgré les risques que cela impliquait?Évidemment, les facteurs politiques etsociaux qui ont influé sur le mouvementmigrateur ont existé, mais aussi d’autresfacteurs tels que les idéaux Utopiques detrouver une terre de paix et prospérité,propagé dans un monde en guerre, avecpauvreté et faim qui, unis au renforçaged’un imaginaire social intégré par ceséléments et la génération d’autres principessymboliques transmis par les médiasnaissants, était en grande partie lesresponsables de la mobilisation desconduites collectives qui cherchaient de«faire l’Amérique» (Devenir riche).Ainsi, je crois que c’est importantd’approfondir dans les processus suivispar les femmes tant dans des groupesacceptés que dans des marginaux quiarrivaient aux côtes, en essayantd’interpréter comment dans latransmission orale d’une communauté leséléments idéologiques, les préjugés, lesopinions et les attitudes sociales trèsdiverses sont entrelacés, surtout quandl’affaire en question est un sujet tellementépineux comme celui attaché au monde dela prostitution.Je ferai référence à un cas concret trouvédans Tucumán, l’histoire d’une prostituéejuive, Malka Abraham qui a constitué uncas qui a été imprimé dans la mémoirecollective pour sa fin insolite, et qu’àtravers du témoignage et du silenced’hommes et femmes, nous permetd’avertir par exemple, des stratégiesd’adoucissement ou de légitimation decertains comportements imbriqués dans lasurface textuelle de différentstémoignages, en constituant un épisodequi oppose au processus de dévaluationsociale une intention évidente pouracquérir du prestige posthume, et que,pour être si surprenant, je crois qu’il méritenotre attention.The social voiceof “the other one”Elisa Cohen de ChervonaguraAt the end of the XIXth century and thebeginning of the XXth, the femininemigratory movement that arrived inAmerica from Europe was largelyresponsible for the conformation of thenew societies established in this part of theocean.What was it that moved so many women toaccept to travel so far, in spite of the risksthat this implied?Evidently, political and social factors thatimpacted in the migratory movementexisted, but also other factors such as theUtopian ideals of finding a land of peaceand prosperity, propagated in a world inwar, with poverty and hunger, that, unitedto the invigoration of a social imaginaryintegrated by these elements and thegeneration of other symbolic principlestransmitted by the incipient media, werelargely the responsible for the mobilisationof the collective behaviours looking for“hacer la América”. (To become rich).This way, I believe that it is important todeepen in the processes continued bywomen both in accepted groups and inmarginal ones that arrived to the costs,trying to interpret how in the oraltransmission of a community ideologicalelements are interwoven, prejudices,opinions and very diverse social attitudes,especially when it is about such a thornytopic tied to the world of prostitution.I will refer to a concrete case found inTucumán, the history of a Jewishprostitute, Malka Abraham that constituteda case that has been printed in thecollective memory for its unusual end, andthat through the testimony and of thesilence of men and women, allows us tonotice for example, mitigation strategies orlegitimisation of certain imbricatedbehaviours in the textual surface of thedifferent testimonies, constituting anepisode that opposes to the process ofsocial devaluation an evident intent toacquire posthumous prestige, and that, forbeing so surprising, I believe that itdeserves our attention.23