image/svg+xml4IntroducciónA partir de la recuperación de la democracia en laArgentina han surgido comisiones, entidades,espacios de difusión; se han publicado textos eidentificado lugares significativos, es decir, se haintentado rescatar la memoria de la última y másatroz de nuestras dictaduras.1Como participante dealgunas comisiones y debates sobre este períodohistórico me propongo aquí analizar y vincular lostemas de algunos proyectos de los monumentospresentados en ocasión de construir el Parque de laMemoria de la ciudad de Buenos Aires, con el objetivode descubrir aproximaciones en torno a larepresentación artística de la memoria del horror enestas obras, sus alcances y sus propias frustraciones.Del análisis del proyecto del Parque mismo y desus diferentes esculturas pudimos obtenerconclusiones aplicables a nuestra memoria delterrorismo de estado y a otros casos de la historia uni-versal del siglo XX.El trabajo, entonces, se propone mostrar los límitesdel arte en la representación de la memoria de laúltima dictadura en la Argentina.Los proyectos presentados y los problemas paraseleccionarlos dieron como resultado un muestrariodel horror que no resuelve a través del arte lo que aúnno ha resuelto la sociedad: la legitimación delproyecto de lucha de las víctimas. Éste será un temapendiente para la historia, ya que el arte sólo lograaquí reflejar este aspecto irresuelto.Límites de larepresentaciónartística en laconstrucción delParque de laMemoria
image/svg+xml5El fin de siglo y el umbral del tercer milenio (1983-1999)Límites de la representación artística en la construcción...AutorLiliana BarelaMemorial de Washington (Maya Lin).No son equiparables los acontecimientos, peroparecería que a pesar de los “localismos”, losdiscursos se entrecruzan en concepciones globales.Este proyecto del Parque incluía tres temas: elterrorismo de estado, el ataque a la AMIA y lasacciones por la paz del obispo Segura.Además, el proyecto arquitectónico ganador no fueconocido por quienes proyectaron las esculturas, ni losarquitectos ganadores formaron parte del jurado delconcurso de esculturas.Por ello –siguiendo aquí a Graciela Silvestri– elresultado podrá devenir en un parque temático de lamemoria en el que probablemente quede desdibujadoel tema de reflejar la herida que no cierra, que era unade las condiciones fundamentales reclamadas por lasorganizaciones de derechos humanos.Las consecuencias de esta intervención urbana nose pueden medir: hoy los monumentos de la ciudadson casi invisibles, la ubicación del parque seencuentra desvinculada de la trama de la ciudad, portanto su visita deberá ser planificada.Este Parque de la Memoria y sus esculturas tienenlas mejores condiciones para conmover y conjurar elolvido, aun cuando poco queda de la iniciativaprimera (Huyssen, Andreas “El Parque de la memo-ria, una glosa desde lejos”, en Punto de Vista, Nº 68,diciembre de 2000).Una de las tareas en que se trabajó para el futuromonumento fue en la elaboración de un listado de lasvíctimas. En ese momento aparecieron las diferenciasen las cantidades, los registros, es decir, todas lasdificultades que implica todavía la inscripción de losdesaparecidos. Estos problemas reflejan otros nomenos importantes.¿Cómo construir una superficie de inscripción?¿Cómo construir una memoria en tanto pasible de sertrasmitida y recibida?¿Cómo y por qué elegir los “significantes” quepermitan la carga de sentido y hagan posible laconstrucción de ese relato?El camino a “una”respuesta a estosinterrogantes se puede irperfilando en el análisis de lalucha de los organismos dederechos humanos, laintervención del Estado através del Gobierno de laCiudad y la Legislaturaporteña, los fundamentos dela Ley que crea el Parque dela Memoria, los debates quese dieron en la elección de losproyectos ganadores y lasreflexiones que los mismosautores de los proyectoshicieron sobre el sentido de suobra.Ir en busca de aquellos“significantes” es el sentidoEl proyecto del ParqueEl 10 de diciembre de 1997, diez organismos dederechos humanos presentaron a la Legislatura de laciudad de Buenos Aires la iniciativa de construcciónde un monumento y el emplazamiento de un grupode esculturas frente al Río de la Plata, en homenaje alos detenidos desaparecidos y asesinados por elterrorismo de estado, a mediados de la década delsetenta y comienzos de los ochenta. En agosto de 1998la Legislatura aprobó este proyecto a través de la LeyNº 46, que establece la construcción de unmonumento que contenga los nombres de lasvíctimas y la instalación de un conjunto de esculturaselegidas a través de un concurso internacional.La respuesta a la convocatoria superóampliamente las expectativas; se recibieron 665proyectos escultóricos, 388 de nuestro país y 277llegaron del exterior.Paralelamente a este proyecto de monumento,surgió otro, vinculado a la creación de un museo de lamemoria, que aún no resolvió las controversiasligadas sobre todo a su patrimonio y suemplazamiento.2La construcción de un parque de la memoriaconstituyó un gran desafío. Se intentó trabajar sobreuna memoria sin archivos, de la que sólo quedanfragmentos. No hay tumbas, pero sí hubo muertos. Eldilema es qué se debía construir en ese espacio: unlugar para llorar a los muertos, una especie de tumbasin cadáveres o un espacio de reflexión (véase eltrabajo de Graciela Silvestri, “Memoria ymonumento”, en Punto de Vista, Nº 64, agosto de1999).Más allá de la superación de algunos temasburocráticos resultó difícil que los proyectosarquitectónicos y escultóricos pudieran resolver loque pedía la sociedad porteña: una representación, node lo siniestro, sino de la proyección de un mundopor el que pelearon las víctimas, que aún sigueesperando ser.El ciudadano hoy está preso entre dosobligaciones: por un lado, debe cultivar en común larememoración de los sacrificios, puesto que losmonumentos luchan contra el olvido pasivo. Por otrolado, se trata de olvidar lo más rápido posible laspertenencias pasadas sin análisis crítico, no hay queremover el fondo del vaso (Deotte, Jean Louis,Catástrofe y olvido, Chile, Cuarto Propio, 1998, p. 29).Es en este sentido que surge el proyecto ganadordel Parque. El mismo utiliza un espacio política ysimbólicamente elegido sin su participación (Río de laPlata, cementerio de víctimas), sin olvidar, además, laproximidad del lugar a la Escuela de Mecánica de laArmada. En este proyecto el autor marca unaestructura en zig-zag que define el sentido delrecorrido que deberá seguir el visitante. Esta línea enzig-zag es una herida en la tierra complementada concuatro muros en donde están inscriptos los nombresde los desaparecidos.Este diseño en algún punto remite al Museo Judíode Berlín (Daniel Libeskind) y al Vietnam Veterans
image/svg+xml6de esta investigación y el objetivo final es desentrañarcuáles memorias permanecen silenciadas en estasrepresentaciones, por eso, más que el juego sobre quése recuerda aparece el cómo se recuerda.Una de las discusiones más notoria frente a la me-moria de la última dictadura en Argentina giraba entorno a privilegiar la muerte brutal e ilegal de perso-nas frente al terrorismo de estado o a reivindicar lasluchas de estos muertos. En la reivindicación de susluchas se incluía a las de toda una generación quesupuestamente las compartía. De la lista de proyectosadvertimos que son muy pocos los que rescatan ylegitiman las luchas por estos ideales de las víctimas.(Todos los proyectos pueden consultarse en Esculturay Memoria, Comisión Monumentos a las Víctimas delTerrorismo de Estado, Eudeba, 2000).Los temas de los monumentos presentadosQuisiéramos reiterar en este punto que ninguno delos autores conoció el proyecto arquitectónico delParque, por tanto, sus propuestas nos sirven comotemas de estudio sin influencia alguna del entornoarquitectónico que constituyó la primerarepresentación del tema de la memoria.Aquí se agudiza el problema de la representaciónde la memoria.¿Cómo representarla? Muchas veces, a través de laescritura misma. La palabra memoria encierra todoslos interrogantes, qué, cómo, dónde recordar. Esto nosplantea el tema de la recepción y la producción desentido. Sin embargo, una simple reflexión nos lleva aver a quién está dirigido el proyecto: a honrar la me-moria de las víctimas, siendo un monumentofunerario donde no hay restos. Recordar las luchas ylos ideales truncados de una generación. Recordar lasacciones que se llevaron a cabo desde el Estado paradesaparecer personas. Estos puntos tienen una íntimavinculación con el desarrollo de la historia argentina,que no puede salir del mito del bronce para ver lacarnadura real de los protagonistas, como en todamaraña intrincada, donde la pelea entre los distintosintereses en pugna se encuentra con la búsqueda de laverdad teñida del color políticamente dominante.Es interesante destacar que este concurso, al ser unllamado internacional, convocó a artistas de diferentesnacionalidades: japoneses, rumanos, polacos,estadounidenses, ingleses, colombianos, brasileños,mexicanos, costarricenses, hondureños, etc., lo cualpermite traer diferentes bagajes culturales y otrasmiradas, así como las experiencias diversas en torno asituaciones donde la censura, la guerra y episodiossimilares a los de la Argentina de los setenta, hanaparecido no sólo en el ámbito latinoamericano, sinotambién en Europa central y los Balcanes.En la formulación teórica de cada uno de losproyectos aparecen en forma recurrente definicionesde historia, la imagen de la madre mutilada oensalzada, la opresión, la prisión, la libertad, elrecuerdo y la memoria, la verdad y su búsqueda, latortura y la necesidad de recordar para no repetir, elcontrapunto entre la memoria y el olvido.En este trabajo nos propusimos elegir algunostemas que consideramos significativos de las obraspre-seleccionadas. A partir de ellos los agrupamos eincluimos las reflexiones de los propios autores y lasnuestras.Los temas agrupados fueron:a) Las culturas precolombinasAlgunos escultores basan sus proyectos en ladesestructuración de estas culturas, como unaprimera pérdida de identidad en esa sangría que dejóuna herida profunda. Traer a la luz la visión de lospueblos indígenas americanos después de más dequinientos años de adaptación y resistencias, quefueron llevados a conformar el sector más postergadode las sociedades americanas actuales, significarescatar la idea de sobrevivir como una empresacolectiva en la cual el desarrollo de la identidadaparece en el conjunto de hábitos cotidianos queparten del ámbito familiar al comunal. Es en estepunto en que aparece la vinculación con los sueñossetentistas. Así algunos artistas unen el pasado máslejano con el más cercano, en una línea común. A lolargo de la historia latinoamericana todos han sufridodesapariciones, desde borrar toda huella que deja lapropia cultura, al dolor de las persecuciones políticasy muerte que recorren el continente. Así, elcolombiano Germán Botero (Escultura y Memoria,Comisión Monumentos a las Víctimas del Terrorismode Estado, Eudeba, 2000, p. 91) retoma la idea de“huaca”, lugar sagrado de las antiguas culturasandinas donde se rendía culto a los antepasados. O loselementos de la cultura Condorhuasi, tomados por laargentina Silvia Carballo (op. cit., p. 119) pararepresentar una urna funeraria rota. Ambosbuscan representar un lugar donde recordar a losdesaparecidos. No podía estar ausente la Pachamama,símbolo de la madre tierra, y la referencia a Antígona,como sinónimo del genocidio universal,representado por Ely Cárdenas y Yolanda del Gesso(op. cit., p. 122).Estos proyectos nos remiten a las pérdidas, pero nolas superan. Cada uno de estos temas reiteran el vacío,la desaparición, la injusticia, la derrota.b) La madreEl otro gran tópico es el tema de la madre y labúsqueda que no tiene fin. El vientre vacío, el grito, ladesesperanza hasta una nueva “piedad” aparecenrepresentados. La mujer es la primera protagonista, laque no se deja vencer por las dificultades, la que buscasin cesar a sus hijos, el motor que da inicio alconocimiento del terror. Los niños representan elfuturo truncado.A veces, la figura de la madre, la figura femenina,aparece con el vientre lleno de flores recordando atodas las mujeres embarazadas de vida, alegría yesperanza, victimizadas por la violencia de lasFuerzas Armadas durante la dictadura militar. En estecaso, el escultor sugiere que el jardín sea plantado ycuidado por parientes de estas mujeres (JoeserAlvares Da Silva, op. cit., p. 31).Otras veces, la escultura de la madre aparece comouna imagen sufriente con un pañuelo amarrado a lacabeza, que evoca a las madres que rondan la mítica
image/svg+xml7Plaza de Mayo, preguntando por sus hijos; el vientrecóncavo como espacio vacío evoca la maternidadsecuestrada (María Begoña Basterrechea Fuentes, op.cit., p. 64).Porque si hay algo que recorre la reconstrucción deestas historias es, justamente, la aparición constanteque tiene el juicio moral y la representación de losvalores.La madre es siempre el ser sufriente que apenas senutre de esperanza en el proyecto de mujeresembarazadas. Más que la madre como futuro es lamadre que sufre por la pérdida y su lucha por laverdad.c) El espacio y la memoriaEn uno de los proyectos (María Gabriela Andrés,op.cit., p. 37) aparece la memoria como un lugar enmovimiento. La autora la concreta alrededor de unaurna que encierra un doble simbolismo, caja que sirvepara guardar restos o cenizas de cadáveres, o caja paradepositar los votos de una elección democrática,reflejando proyectos, ideales de libertad y justicia. Esdecir que en esta memoria tomada como espejo sevinculan sucesivamente los diferentes momentoshistóricos creando un ambiente que posibiliterecuerdos profundos.La memoria opera como conexión entre el presentey el pasado y, como el tiempo, al igual que un río,siempre fluye. El proyecto de B. Amore y WoodyDorsey, Espejos de la Memoria(op. cit., p. 36) se resuelvea través de cinco discos: tres estarán en posición verti-cal, mientras los otros dos serán horizontales paraposibilitar su uso a quienes visiten el monumento. Losdiscos verticales le imparten a la piedra una sensaciónde movimiento. Cada disco es como una rueda quesiempre está girando. Las inscripciones en los discostambién tendrán forma circular. El lugar para sentarsepermite ese espacio de reflexión al que aludíamos alprincipio. Otro proyecto (E. Badaro; M. J. Garderes y S.Rubiales, op. cit., p. 55) juega con el espacio y el tiempo,70 árboles reivindicanla lucha: se recurre “a losimbólico como herramienta plástica por la necesidadde elaboración que exige y por la característica de‘abierto’ a la interpretación del espectador”. Se apuesta“al lugar desconocido, para nosotros, del otro” y a laproducción de alteridades sucesivas en el tiempofrente a la mirada del otro. “El uso del espacio-tiempocomo elemento fundamental de la escultura. Se trabajóhaciendo del espacio existente un elemento más,integrando el tiempo y los materiales al entorno”. Laaparición “de espacios vacíos es importante porquerefuerza la idea de que el espectador tiene que ponertanto como el artista para completar la obra. Es vacíoque él deberá poblar con sus propias asociaciones yvivencias.Vínculos intergeneracionales, lo interior. La obrarepresenta los vínculos y rupturas a los que fueronobligadas las víctimas del terrorismo de estado. Seinstalan setenta árboles como referencia a los años 70.El uso de espejos en los árboles refiere a la necesidadde introspección a la que nos compromete estasituación”.A veces, los fundamentos tienen que ver con lanecesidad de que no queden preguntas sin respuestas:“Ruego que no quede en el olvido el desgarro de esasvidas y se siga avanzando en el esclarecimiento deesos hechos” (Juan C. Abal Jofre, op. cit.,p. 15). Aquíaparece un pedido por la explicación , elesclarecimiento, pareciera que la memoria sin lahistoria se presenta incompleta.En otro de los proyectos (Horacio María AbramLuján, op. cit., p. 17), el espacio, tan sensible a la me-moria, es trabajado para recordar y planificar un fu-turo promisorio. Esta propuesta del autor comprende:“rellenar de tierra fértil una extensión ovalada,trasplantar vegetación natural de la zona, dejarla enestado ‘salvaje’ y que crezca sin diseños, podas o‘arreglos’. Atravesar la vegetación con un senderohecho por caminantes, apenas serpenteante. No irá aun lugar específico, no es un lugar de tránsito de unsitio a otro. No hay llegada.La obra consiste en el diálogo que se entablará en-tre la vegetación que irá creciendo y el sendero que loscaminantes irán realizando.El acceso a la obra sólo se efectuará mediantecaminos realizados por caminantes. No habrá ningúncamino de baldosas, hormigón pobre u otros similares.No habrá carteles indicadores, piedras, mojones,artefactos luminosos ni elemento alguno que funcionecomo ‘puerta’ fija, ya que se podrá acceder y salir de laobra por cualquier lado.Con el transcurso del tiempo, la vegetación tenderáa cubrir el camino. La gente que lo transite será laencargada de mantener este equilibrio. Esto significaque la obra, por acción directa de la comunidad y sinplanificación, se irá transformando con el tiempo.Podrá modificarse el recorrido, abrirse nuevas sendas,hacerse un claro, ser desbastada o que nadie la transitey los senderos sean olvidados.Proponer un espacio público es buscar un lugar deintercambio, de encuentro y de apropiación. Seguir lahuella, la senda que otro abrió o dudar de lo dado yproponer su transformación buscando nuevassendas”. En este trabajo aparece un tenue caminoesperanzado: pero no se lo vincula con “la esperanzade las víctimas”.En el proyecto de Gabriel Bayettini y Julio Ricciardi(op. cit., p. 65), “el planteo nace en la exaltación de dosdirecciones. Uno hacia la Plaza de Mayo comosímbolo de la lucha por la justicia y compromisoactivo de la historia de nuestro pueblo. El otro sedirige a través del río hacia el Este, nacimiento del Soly como generador de vida, energía y luz,representando la vitalidad de los ideales de libertad yjusticia social por los que lucharon, revirtiendoentonces el concepto del río como muerte. Aquí seintenta revertir el concepto marcado por el proyectoarquitectónico del río como cementerio: intentoesperanzador.La idea se concreta en la creación de dos espaciosaltamente vinculados con el río, que logran que elpaisaje final esté compuesto por fragmentos de larealidad, de formas agudas y punzantes con un altocontenido simbólico.Aparece entre nosotros una nueva realidad quenos incluye en el reflejo junto a las imágenes de
image/svg+xml8caleidoscopio del entorno, y a la de las figurasescultóricas propiamente dichas, creando una cargapsicológica de inclusión y participación en función delaporte de quien vivencia.Como una constante, en ese universo cambiante,aparecen las figuras humanas a una escala mayor quela real, ya que no representan al individuo sino a susideales, a sus rostros proyectados al sol naciente comorepresentación de esperanza”.Es interesante destacar que los proyectos, en sumayoría, no toman al público en una actitudcontemplativa, incluyen su participación proponiendola apropiación del espacio, estableciendo recorridos oincitando a realizar uno propio. Esta participaciónpuede ser mucho más activa al incorporar lugarespara exvotos, leyendas, inclusión de fotografíaspropias. En esta lectura de la memoria, un especiallugar ocupa el tiempo, ya que tiempo y espacio son lasdos coordenadas fundamentales de la historia.d) El tiempoOtro de los proyectos es Grupo escultórico 1976(Jorge A. Álvarez González, op. cit., p. 33).Tal como lodice el autor, expresar lo inexpresable es casi tan difícilcomo hacer hablar a los números. Sin embargo,cuando una fecha como la del 24 de marzo de 1976está tan marcada a fuego, cada dígito toma dimensióny significado propio.El cemento armado, gris, austero, marca confirmeza la realidad sin discusiones ni concesiones. Enese contexto, el 1 puede ser el Obelisco, o la solidez deun pueblo, o la arrogancia de una época. El 9 (aún sinterminar) gira sobre una bisagra, sin regreso seenganchó la pata. El 7 y el 6, unidos en la caída.¿Fatiga del material?, ¿fin de la solidez del pueblo?, ¿elpeso de la arrogancia y la impunidad?El número se desgarra, mostrando sus venas ytendones como una fractura expuesta, sin remedio.Las “N.N.” parecen que algunas fueranenterrándose solas, otras por el peso del año. Puedepensarse también que surgen de la tierra, comoprueba incuestionable de que el olvido no es posible.La secuela de la guerra es escombro, cementoinútil, hierros retorcidos y desnudos por efectos debombas y fuego. Vemos sólo eso. Imaginamos el resto.El dolor es secreto, personal e intransferible. Eso estambién el 76. En nuestro corazón y en la historia.La fecha es para la memoria la marca imborrabledel hecho y del tiempo. Sirve para fijarlo, para NOOLVIDAR.e) La no repeticiónOtro de los temas recurrentes en el proyectovinculado a recordar y no repetir alude al Nunca Más,que es el título del libro que incluye el informe de laCONADEP, coordinado por Ernesto Sábato. Elproyecto de Pierre Agard (op. cit., p. 20) refieredirectamente al libro. “En la cima de la pirámidehabrá un paralelepípedo en cuyas cuatro caras estaránescritas en grandes letras de bronce las palabras NuncaMás. De este pedestal y este paralelepípedo se elevarádesde los tobillos la silueta estilizada del desaparecidogigante.Un libro, el gran libro de la memoria, está abiertoen uno de los brazos del desaparecido gigante, noobstante las cadenas y esposas... En las seis líneas dellibro aparecerá la inscripción ‘A las víctimas delTerrorismo de Estado’, escrita en grandes letras debronce”.Diana Aisenberg, Débora Benchoam y GracielaHasper (op. cit., p.24) proponen una inscripción tridi-mensional gigante de la frase Nunca Más, emplazada aorillas del Río de la Plata.Los elementos en este diseño son símbolos deaquellos que han sido víctimas, desaparecidos por estehorror deliberado. Sus espíritus se han levantado ypermanecen entre nosotros para que no permitamosnunca más esta clase de terrorismo.Terezinha Barros de Freitas, Arnaldo Lópes, CleideMoura y Julio Parra (op. cit.,p. 63) en su proyectoTortura Nunca Más, relacionan el tema de las madrescon la frase Nunca Más; es una obra en la que se“representa la figura de una mujer hincada por latortura sufrida por las víctimas, principalmente elabuso sexual, representado por los senos y el rostro dela pieza en otro material. El grito desesperado frente alas injusticia sufrida con los brazos en alto mostrandolas cadenas que privaron su vida, simbolizan ladictadura militar”.Richard Becker, autor de otro de los proyectospresentados (op. cit., p. 68), en los fundamentos de suobra dice: “Como los monumentos dedicados a laconmemoración del Holocausto, espero que esteparque tenga un profundo impacto en lasgeneraciones presentes y futuras para que nuncavuelvan a ocurrir atrocidades como las que recuerda.(...) Busco captar la fortaleza, el compromiso y lapasión por la vida que corrió por sus venas. Esperoque la gente vea en estas figuras a sus madres,hermanas, amigos y maestros y que sienta el impactode su pérdida y la gran causa por la que lucharon.(...) Estas atrocidades no deben ocurrir otra vez, NuncaMás”.f) Los otros, los sobrevivientesOtro de los proyectos (Miguel. A. Álvarez, op. cit.,p. 32) presenta un espacio especial para quienes nofueron víctimas, o sea, aquellos que sobrevivieron. “Lafigura semi-inerte tiene un rostro liso, el rostro detodas y cada una de las víctimas; o el rostro de todos ycada uno de los que aparentemente no fueronvíctimas. La otra figura, que muestra a la vez espantoy esperanza, se ve firme y decidida en movimiento deavance; representa los valores cívicos que esta tragedianos obliga a asumir y la prolongación ideal y posibledel cuerpo que cae.La figura femenina exhibe un vientre generoso queinsinúa la trascendencia humana de la tragedia yrecuerda el gran drama dentro del drama, losnacimientos de las hijas y los hijos de las víctimas delterror, en cuyos inciertos destinos se prolonga elgenocidio.A medida que se gire alrededor de la escultura, laspiernas aparecerán como pertenecientes a uno u otrode los dos cuerpos y darán la sensación demovimiento. La anatomía está exagerada, para
image/svg+xml9potenciar los aspectos de fuerza de la obra y aludir alsentido heroico de algunos aspectos del tema tratado.Las gruesas y fuertes piernas tienen ademásfunción de columnas para sostener dinámicamente elconjunto plástico y para aludir a una memoria activaque debe ser columna necesaria de toda revalorizaciónsocial”.Estas no víctimas son la prolongación del terror ydel drama que quedó en la dimensión inconsciente detoda la sociedad. Aparece, entonces, el otro, aquel aquien no le cabía la frase “por algo será” que intentóencubrir la responsabilidad de parte de la sociedadque ciega y sorda “no sabía nada”.En esta representación no ha quedado ausente lanecesidad de búsqueda de la verdad, que por otraparte es una de las premisas no alcanzadas pero sípretendidas de todas las investigaciones históricas.g) La verdadEn el proyecto La Luz de la Verdad(Frances Bagley,op. cit., p. 56) se esgrime el concepto de que “el espíritude la verdad no puede ser extinguido. Viajando haciala cima de la colina, en dirección al monumento, hayun grupo de figuras de vidrio que brillan desdeadentro. Con orgullo y fortaleza avanzan juntas enbusca de los eternos ideales de libertad y justicia so-cial. Periódicamente las rodea una neblina que se hacenube. Esta neblina, junto con el brillo del azul-verdedel vidrio, hace referencia a la naturaleza trascendentede la verdad que encarnan.Las figuras, clásicas y formales en su sensibilidad,interactuarán como grupo.Construidas como ‘contenedores’ representan lametáfora del cuerpo humano como receptáculo. El usode pedazos rotos de vidrio representa la vida que seconstruye mediante la suma de experiencias, algunasgrandes y otras pequeñas. El color verde traslúcido yla neblina recuerdan, al observador, el río y laposibilidad de existir más allá del mundo material.Las esculturas buscan comunicar a los visitantesuna conciencia de la dicha por la que losdesaparecidos lucharon y murieron. A través de estaconciencia también se trasmitirá la dicha en la quesiempre vivirán, congelados más allá del tiempo. Lapropuesta es construir un grupo de figuras abstractasde vidrio y acero inoxidable, que estarán iluminadasdesde adentro con fibra óptica para que brillen haciaafuera. Cada figura también emitirá una débil neblinaque crearía una nube en torno del grupo”.Esta búsqueda de la verdad lleva implícita, por unlado, la necesidad de objetividad que, a veces, se leexige a la historia y, por el otro, la alegría de una luchacon ideales por una sociedad más justa.h) La neutralidadEntre los proyectos hay uno cuya idea inspiradora, deacuerdo con las propias palabras del autor (SantiagoBell Jaras, op. cit., p. 69), “es la neutralidad, como unaforma de conducta, en la confrontación entre víctimasy victimarios. La pretendida neutralidad de algunos,en esta disyuntiva, es una aberración moral que sólopuede ser entendida como una forma intencional deignorancia y egoísmo que convierte a los pretendidosneutrales en cómplices de los victimarios”.Si el propósito que ha llevado a crear el Parque dela Memoria es conseguir que las nuevas generacionesno olviden, el escultor que se encuentra con estedesafío deberá estar muy consciente del significadoque encierra su mensaje.En la memoria del horror la neutralidad históricaes imposible.En conclusión, la obra será un detonante de esamemoria que no debe apagarse para poder asíconstruir un futuro sin terrorismo de estado.ConclusiónDe los 665 proyectos presentados quedaronfinalmente 23 en la selección final. De ellos, ocho seerigieron como ganadores y se realizaron cuatromenciones especiales. Veamos un poco los temasrepresentados que resultaron elegidos por losmiembros del jurado.Ya habíamos hablado de la necesidad de encontrarun lugar donde honrar la memoria de losdesaparecidos en una especie de altar-tumba. En estesentido, uno de los proyectos ganadores fue el deGermán Botero y su “huaca”, tratado anteriormentecuando analizamos las relaciones con las culturasprecolombinas.Entre los elegidos, no podía faltar el tema de lasmadres en una piedad moderna, Pietá de Argentinadelholandés Rini Hurkmans (op. cit., p. 336), realizada enun visual de vidrio. En ella, la mujer sostiene ropasvacías que representan el recuerdo de los hijos que yano están.La opresión, el sufrimiento y la tortura seencuentran representados en tres propuestas: una deDennis Oppenheim (estadounidense), otra deMarjetica Potrc (eslovaca) y la del brasileño NunoRamos (op. cit., pp. 490, 530 y 544, respectivamente),quienes remarcan la sensación de encierro, la pérdidade la libertad, la interrupción de las actividadescotidianas, la muerte absurda y el profundo dolor deuna sociedad, con la construcción de estructuras querecuerdan los centros clandestinos de detención.Las listas y los nombres aparecen en dos proyectosque hacen referencia a la historia de los desaparecidosconcretos con la construcción de retratos. Se proponeun recorrido por historias de vida, que conducen alencuentro de sus ideales, al dolor de sus luchas y lapérdida de la libertad. Estos proyectos son laReconstrucción del retrato de Pablo Míguezde ClaudiaFontes (op. cit., p. 250) y el que resume una historiafamiliar: Mi padre. Desaparecido. Mis tíos. Desaparecidos.Mis primos. Secuestradosde Nicolás Guagnini (op. cit., p.315).Los ideales de los 70 no podían estar ausentes y dealguna manera los simboliza la obra Pensar es un hechorevolucionariode Marie Orensanz (op. cit., p. 491).Por último, la memoria como el emblema queenarbola todo es un no rotundo al olvido en Carteles dela memoria(Grupo de Arte Callejero, op. cit., p. 309). Ala manera de las señales viales, esta obra conforma unrecorrido histórico de los acontecimientostranscurridos entre los 70-80. Con fines educativosaparecen las marcas que siempre van a estar a pesar
image/svg+xml10de los cambios, de la aparición de nuevos problemas.La historia argentina está recorrida por la intoleranciay una sociedad polarizada que conspiró contra eldesarrollo normal de los procesos democráticosiniciados a lo largo de todo el siglo XX.El Parque de la Memoria intenta ser un hito, unmojón en la ciudad que refleje por un lado el alto costoque tuvo que pagar la sociedad argentina y por el otro,la creciente concientización de los valoresdemocráticos a partir del proceso iniciado en 1983.Además, el análisis de las discusiones que llevarona elegir una obra sobre otra, en donde se privilegia elpapel de víctima o el de héroe, nos hablan de unasociedad que todavía tiene cuentas pendientes y que elrecuerdo y la memoria son construccionespermanentes que tienen que ver con la historia. Cadaépoca recreará esa memoria y le dará su forma yrepresentación adecuadas.Aparecerán, además, todos los problemasasociados a la realización de una historia inmediata,una historia del tiempo presente. El problema que másse plantea es “la poca confiabilidad de la memoria”.Pero la memoria es también para el historiador “consus verdades y mentiras, sus luces y sombras, susproblemas y seguridades, un objeto de estudio”.Lo más valioso de este tipo de análisis es la críticadel historiador quien, al examinar los errores y mitosque la memoria contiene, los coloca en unaperspectiva histórica y puede entonces hacer historiaobjetiva de lo subjetivo. Los lapsus, los olvidos, losesfuerzos por ocultar, los silencios, son objetos de lahistoria. Hay, incluso, testigos que interrogados endistintos momentos históricos modifican su propiotestimonio. Estas comparaciones permitirán nuevalecturas: la memoria está fisurada, y el historiadortiene que intentar una explicación. El historiador deltiempo presente, además, dialoga y trabaja con suspropias fuentes. El testigo recuerda y ese recuerdo estáatravesado por su propia interpretación de los hechos,por su presente y por su ideología. El historiador, alinterpretar, va creando una mediación entre el testigoy él mismo. Y esta mediación sólo puede serconstruida recurriendo a la perspectiva que le brinda“la larga duración” en historia y que es la que hace ladiferencia entre “la historia del tiempo presente” y eltrabajo sobre “la actualidad”, entre el historiador y elperiodista (Franck, Robert, Historia del tiempo presente,CNRS, Francia, 1981). Sin embargo, para evitar elolvido se eligió el arte del siglo XX, para que se hicieracargo del problema histórico. El arte no pudoresolverlo. Los escultores no conocían lasrepresentaciones de los arquitectos, y los arquitectosno participaron del concurso de los escultores. Elresultado es el futuro parque temático de la memoriaque separado de la ciudad no explicará nirepresentará el sentido de las vidas, porque estánausentes, como sus cadáveres. Marcará lo siniestropero no explicará la trama anterior, el compromisode una generación en su lucha por una sociedadmás justa. No devolverá el sentido a esas vidas ysólo reiterará la muerte. Serán sus nombres, eseregistro que permitirá convertirse en lugar de dueloy recuerdo, pero no explicará el sentido de susluchas. Hablar sólo de las pérdidas nos impidereconocer la transformación que estas pérdidas hancausado a una sociedad cada vez más fragmentaday a su vez nos invalida para encontrar el camino dela superación. De esta forma el Parque terminarásiendo, como dice Graciela Silvestri, una suma deestatuas en serie como las de San Martín, que afuerza de marcar lo mismo no nos cuentan niexplican nada.Ninguno de los proyectos presentados ha podidosuperar el problema. No se le puede pedir a losartistas que resuelvan lo que la sociedad no hapodido resolver: su permanente fragmentación.NOTAS1Tiene como antecedentes la investigación sobre la militancia enla década del setenta (Barela, Liliana y otros, “Los 70. Militancia,participación, compromiso y violencia”, Río de Janeiro, IOHA,1998 y Barela, Liliana, “Militancia, mujer y religión”, en VocesRecobradas, Nº 0, 1997). En tanto en aquellos trabajosindagábamos sobre las voces menos escuchadas, o sea, la de losmilitantes de base, en éste, cuyo anticipo hoy presentamos, nospropusimos entrevistar a los integrantes de comisiones quetrabajan desde organizaciones de derechos humanos,organizaciones no gubernamentales e instituciones estatales en lapreparación de acciones para preservar, activar, conmemorar oseñalizar la historia de la dictadura.Es bueno aclarar que ningún trabajo ha registrado en Argentinalas otras voces. Las voces de los represores sólo aparecenregistradas en libros escritos por autores extranjeros, tales comoPatricia Marchak (God’s Assessins. State terrorism in Argentina inthe 1970’s, Londres, Mc Gill Queen’s University Press, 1999) yPrudencio García (El drama de la autonomía militar, Madrid,Alianza, 1995). Una excepción en este sentido es la publicación de“la confesión” del capitán Adolfo Scilingo, quien se habríadesempeñado en el campo de concentración de la Escuela deMecánica de la Armada (ESMA), que apareció en el libro deHoracio Verbitsky, El Vuelo, Buenos Aires, Planeta, 1995.Con respecto a este tema y ante el reclamo de otras voces, larespuesta de una integrante de un organismo de derechoshumanos sintetizó lo que, en general, opinan todos:“Pienso que ellos (los militares) tienen su propia memoria y nocreo que esté silenciada, creo que fue durante mucho tiempo laúnica memoria, durante toda la dictadura y durante muchotiempo después seguían escuchándose los mismos discursos porparte de las Fuerzas Armadas, creo que en un sistemademocrático ellos tienen posibilidad de expresarse, donde elloscuenten su versión de los hechos, ése es el juego del sistemademocrático” (Entrevista a Gabriela Alegre, Voces Recobradas,Nº 10, p. 52).2A raíz de estas controversias se creó una institución en marzodel año 2000 de la que participaron ocho organizaciones dederechos humanos, reunidas para trabajar sistemáticamente enla construcción del patrimonio que tendrá el futuro Museo de laMemoria en la ciudad. Para ello se han proyectado un archivooral, uno documental y la máxima aspiración de emplazarlo enla sede de la ESMA.En junio de 2000 un proyecto de ley presentado por organismosde derechos humanos y avalado por diferentes instituciones delEstado (Instituto Histórico de la Ciudad, Dirección General deDerechos Humanos, Comisión para la Preservación delPatrimonio histórico-artístico de la ciudad) es aprobado con elNº 392, por el cual se destinan los predios donde funciona laESMA para la instalación del Museo de la Memoria. La leytodavía no pudo concretarse, hubo una decisión política de
image/svg+xml11traduccionesLimites darepresentaçãoartistica naconstrução doParque da MemóriaLiliana BarelaA partir da recuperação da democracia naArgentina, surgiram comissões, entidades,espaços de difusão, identificaram-selugares significativos. Tenta-se resgatar amemória da ultima e mais feroz de nossaditadura, este resgate provocou umadisputa pela apropriação de uma memóriaque nos pertence a todos.Disputa estéril, porque as testemunhas sãosuperabundantes, ainda que subjetivo, esempre tem mais setores, mais gerações,mais memória para registrar.Como participante ativa de algumascomissões e de alguns debates sobre arepresentação da memória e sobre ossignificados do esquecido, proponho-menesta pesquisa procurar ferramentasalternativas para reconstruir, através deperguntas sobre lugares, objetos, palavrase praticas, outras possíveis articulações damemória coletiva.Limites de lareprésentationartistique dans laconstruction du parcde la mémoireLiliana BarelaÁ partir de la récupération de la démocratieen Argentine, des commissions, des entités,des espaces de diffusion sont apparus; destextes ont été publiés –quelques unsautobiographiques–; des places significatifsont été identifiés. On essaye de récupérer lamémoire de la dernière et plus féroce de nosdictatures. Cette récupération a causé unediscussion pour l’appropriation d’unemémoire qui appartient à nous tous.La discussion est stérile, parce que lestémoignages sont surabondants, bienqu’obliques, et il y a toujours plus desecteurs, plus de générations, plus demémoire á registrer.Comme un participant actif de quelquescommissions et de quelques débats sur lareprésentation de la mémoire et au sujet dessignifications du manque de mémoire, jeprojette dans cette enquête de chercher desoutils alternatifs pour reconstruire, à travers dequestions sur des places, des objets, des motset des usages, d’autres articulations possiblesde la mémoire collective.Limits of the artisticrepresentationin the constructionof the park of thememoryLiliana BarelaStarting from the recovery of thedemocracy in Argentina, commissionshave arisen, entities, diffusion spaces; textshave been published –someautobiographical ones–; significant placeshave been identified. Memory of the lastand most ferocious of our dictatorships istried to be rescued. This rescue has causeda dispute for the appropriation of amemory that belongs to all of us.The dispute is sterile, because thetestimonies are superabundant, althoughslanted, and there are always more sectors,more generations, more memory toregister.As an active participant of somecommissions and of some debates on therepresentation of the memory and aboutthe meanings of the forgetfulness, I intendin this investigation to look for alternativetools to reconstruct, through questions onplaces, objects, words and practices, otherpossible articulations of the collectivememory.11impedir la entrega del lugar emblemático de la memoria de larepresión, del “centro clandestino” por excelencia, a losorganismos de derechos humanos para instalar allí el museo.El espacio simbólico en el proceso del recuerdo teje una tramaligada a la sensibilidad. Siempre se recuerda en el espacio,recuperar el espacio de la ESMA es recuperar la lectura de lasvíctimas. Este tema es fundamental en la historia de los vencidos,pues siempre los lugares de la memoria recuerdan los hitos delos vencedores. La aceptación de la ESMA como lugar de la me-moria significa incorporar la noción del no olvido en unasociedad todavía fracturada por el dolor.Entre estas acciones sobre la apropiación de la memoriaaparecieron organismos que se movieron al compás de loshechos históricos. No es casual que en plena efervescenciademocrática y juicios a las juntas militares, haya sido creada, enel ámbito de la Nación, laSubsecretaría de DerechosHumanos. Cuando las leyes de PuntoFinal, Obediencia Debida y el propioindulto se promulgaron, laSubsecretaría pasó a Dirección General.En el ámbito del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, lacreación de la Comisión de Derechos Humanos (1996) y laDirección General de Derechos Humanos (2000) estaba ligadaa compromisos pre-electorales que se cumplieron (1º y 2ºelección de Jefe de Gobierno en la Ciudad), por un lado. Porotro lado, la fecha de 1996, a 20 años del golpe, prescribió elsilencio y pudieron aparecer cantidades de libros,monumentos, autobiografías. La conmemoración estaba enmarcha.