image/svg+xml10IntroducciónEsta presentación se propone abordar lautilización del enfoque biográfico interpretativoen la investigación sobre procesos sociales2. Enparticular se busca mostrar la utilidad de losrelatos de vida para la comprensión de lossignificados atribuidos por las personas a lossucesos vividos, así como las consecuenciassociales de los mismos. En este enfoque elindividuo común es un “informante” de su época,la experiencia humana así como el recuerdo sobreella adquieren valor sociológico porque noremiten exclusivamente al individuo sinotambién a formas sociales, históricas, genéricas,de organización y de expresión individual; perotambién rescata dimensiones subjetivas que otrosmodos de investigación dejan de lado.Si bien el principal interés lo constituyen lascuestiones metodológicas, se ejemplificará con unestudio sobre los recuerdos vigentes aún en lamemoria de las personas, sobre los sucesosocurridos en Argentina entre 1976 y 1983, años enlos que gobernaron el país las Fuerzas Armadas yse cometieron violaciones a los derechoshumanos. En este estudio se recuperan lassensaciones y sentimientos que aparecen en losEl enfoquebiográficointerpretativoen lainvestigaciónsocio-histórica10
image/svg+xml11El enfoque biográfico interpretativo en la investigación socio-históricaEl enfoque biográfico interpretativo en la investigación ...AutorMasseroni, Susana 1La perspectiva biográfica captura laperspectiva microsocial y la contextualizahistóricamente, (Sautu, 1999). De todas lasmodalidades que ofrece este enfoque se ha optadopor los relatos de vida que, según Bertaux (1989:57), “(…) constituyen una herramienta incompa-rable de acceso a lo vivido subjetivamente (…)”.Apelando a la evocación del recuerdo sobre lavida cotidiana, ámbito de lo normal yde lo natural, donde se llevan a cabolas actividades diarias, rutinarias yque no son problemáticas porque sebasan en mecanismos psicológicosque generan confianza (Giddens,1995), los sentimientos recordados ylas actitudes tomadas nos acercan alos significados que adquirían lossucesos.Asumimos que en los relatos hay,naturalmente, una selección derecuerdos acerca de los sucesosvividos, así como una interpretaciónpropia en la que es determinante laexperiencia personal. Según Layder(en Sautu, 1999) aquello que el “yo”incluye u omite refleja sus ideasacerca de una situación, de lo queuna persona experimentó o recuerdaque experimentó. La memoria es asíuna selección interpretativa desucesos que tuvieron lugar en elpasado, vistos a la luz de los sucesosposteriores a los mismos. “El procesode la memoria en el hombre haceintervenir no sólo la preparación derecorridos sino también la relecturade tales recorridos” (Changeux, 1972,en Le Goff, 1991: 132).Para Lummis (1993: 90), una delas mayores ventajas de este enfoque a través deentrevistas retrospectivas es que “(…) la ideologíadominante ha cambiado y que lo que no podíadecirse antes puede expresarse ahora”,es decir,“la memoria se construye a partir de ideologíaspasadas y presentes y no es una impresiónevocada de las cosas tal como fueron”y aunqueen los recuerdos puede haber una tendencia a lasimplificación de los sucesos, aún así permitentransmitir aspectos reconocibles de la realidad. Loimportante no es saber “(…) hasta qué punto unrecuerdo encaja exactamente con un fragmento derecuerdos como conformadores del clima socialdel período, buscando reconstruir la trama sociala través de la experiencia personal, rescatandolos sucesos del pasado procesados por laexperiencia posterior, y aún por las expectativaspresentes. Se analizaron veintiuna entrevistasapenas pautadas, realizadas durante el año 1999.3El universo de estudio estuvo constituido porhombres y mujeres de sectoresmedios, del área metropolitana deBuenos Aires, que en el transcursode la última dictadura militar seencontraban cursando la escuelasecundaria, es decir que tuvieranentre 13 y 18 años, y residieran en elpaís. Este segmento etáreo resultabaparticularmente significativo desdela perspectiva de Pennebaker &Basanick (1998) para quienes “Losgrandes sucesos nacionalesafectarán a la gente de diferentesedades de manera diferente. En gen-eral, aquellos que se encuentran en-tre los 12 y los 25 años serán los másafectados. Los sucesos nacionalesque ocurran durante esos añostendrán un mayor impacto sobre laautoimagen y las memoriascolectivas de este grupo”.La reconstrucción de lasexperiencias subjetivas posibilitaarmar el microcosmos de lasrelaciones sociales en que seencontraban insertos los jóvenes enesos años. En esas interpretacioneslas personas entremezclan ydescriben los sucesos en los que hanparticipado o de los que han sidotestigos, haciendo emerger uncomponente esencial de esas experiencias, comoson las emociones pasadas y actuales. La guía depautas para las entrevistas fue organizada paralograr la reconstrucción de sus vidas cotidianas–en el hogar, en la escuela y en sus salidas conamigos– y para captar los recuerdos acerca de lossentimientos, sensaciones y actitudes queasumieron durante el período estudiado, a partirdel día del golpe militar. Se fue focalizando sobrelas experiencias personales vividas durante esosaños y las personas y los sucesos que serecuerdan y asocian con ellas.Sabemos que lasdescripciones yreferencias recogidas enlas entrevistas no seajustan totalmente ahechos positivos yobjetivos en sí mismos,fijos en el pasado, sinoque sólo permitencaptar percepciones yexpresiones personalesque forman parte deredes comunicativasmás amplias, el propiomundo de losentrevistados. Y en estesentido, las entrevistas,como procesocomunicativo, hacenposible conectar aquelobjetivo a que alude elrelato con lo cognitivo,producto de relacionesinterpersonales,permitiendo así accedera la experiencia vivida ya cómo ésta es referida.
image/svg+xml12la realidad pasada, sino por qué los actoresconstruyen sus recuerdos de una cierta forma enun momento dado” (Thelen, 1989, en Middleton yEdwards, 1992). Esto se convierte en un recursopara poder comprender la relación existente entrelo que las personas recuerdan y los dilemasideológicos que tienen según sus circunstanciassocio-económicas y políticas, tanto en el pasadocomo en el presente.Los procesos de la memoria sonsociales, es decir, dependen delentorno social (Hallbachs, 1992), asíla gente recuerda solamente losacontecimientos que ha repetido yelaborado en sus discusiones conotros. Esto es coincidente con elconcepto de memoria compartidaque proponen Middleton y Edwards(1992) quienes le asignan unanaturaleza social tanto al recuerdocomo al olvido. En síntesis, laformación de los significadosindividuales tiene siempre un anclaje social ypara su estudio no se la puede separar delcontexto en que está inserta. La consideración delos marcos sociales en la construcción de lossignificados es una perspectiva que exige mirarmás allá de lo individual, buscando lacomprensión de la cualidad indexical tanto de laspalabras como del sentido de los acontecimientos.Sabemos que las descripciones y referenciasrecogidas en las entrevistas no se ajustantotalmente a hechos positivos y objetivos en símismos, fijos en el pasado, sino que sólo permitencaptar percepciones y expresiones personales queforman parte de redes comunicativas másamplias, el propio mundo de los entrevistados.Y en este sentido, las entrevistas, como procesocomunicativo, hacen posible conectar aquelloobjetivo a que alude el relato con lo cognitivo,producto de relaciones interpersonales,permitiendo así acceder a la experiencia vivida ya cómo ésta es referida.La naturaleza socialde la memoria colectivaLa construcción de la memoria se refiere a laproducción de objetos y símbolos culturalmentesignificativos. Hornstein (1993: 42) sostiene que“recordar no es sólo traer a la memoria ciertossucesos aislados, sino formar secuenciassignificativas”. En el caso de la memoriacolectiva, esta construcción remite a un procesoque siempre es conflictivo porque en élintervienen distintos sectores sociales para loscuales los contenidos de los recuerdos varían. Eneste sentido Middleton y Edwards (1992: 25)sostienen que la construcción de una memoriacolectiva es el producto de la dialéctica y ladiscusión permanente entre posturascontradictorias.Para comprender los hechos deun período conflictivo, como éste, yel proceso en su conjunto esimprescindible estudiar cómo fuevivido por la gente común y lasrepercusiones en sus ámbitoscotidianos. No se necesita haber sidovíctima directa de la represión parahablar de lo sucedido, también los“otros” pueden ayudar en esareconstrucción, es más, entendemosque son necesarios, para que la visiónno sea parcial.La importancia de estudiar lavida cotidiana reside, en que en sus múltiplesdimensiones es posible observar los mecanismosque hacen posible las relaciones sociales. Locotidiano es el terreno donde se enmarcan lasactividades regulares, rutinarias4que requierenciertas reglas y normas que regulan la interacciónsocial y que actúan como condiciones mínimas deposibilidad de esa interacción. Giddens (1995: 24)habla de “(…) mecanismos psicológicos que sustentanconfianza o ‘seguridad ontológica’5durante lasactividades diarias de la vida social”.En situaciones críticas estos sentimientos estánamenazados y aparecen inseguridad y angustia queno pueden ser contenidas por el sistema de seguridadbásica porque se ha desarticulado. Lo que porcotidiano no llamaba la atención, devieneproblemático. En el período que nos interesa, lasgarantías mínimas habían desaparecido instalándoseun “sistema” de terrorismo de Estado, que constituyólo que Kaës (1991: 144) denomina situación de“catástrofe social”. Esta situación es expresada por losentrevistados en sentimientos de miedo ydesconfianza y actitudes de silencio y sospechageneralizada, consecuencia de la alteración de la“normalidad” de la vida cotidiana por la incursión delEstado en el espacio doméstico y la consecuenteruptura de las comunicaciones interpersonales.El clima generalLos testimonios son coincidentes, frente alclima de conflicto, de violencia generalizada y deNo se necesita habersido víctima directa dela represión para hablarde lo sucedido, tambiénlos “otros” puedenayudar en esareconstrucción, es más,entendemos que sonnecesarios, para que lavisión no sea parcial.
image/svg+xml13incapacidad para controlar la situación por partedel gobierno peronista (1973-1976) 6, la ciudadaníadeseaba su reemplazo. Adriana cree que lasituación de conflicto generalizado llevó a que lagente pidiera el cambio: (...) la gente lo pedía en esemomento. O sea, había realmente una situación demucho conflicto. Había un gobierno, de Isabeltotalmente incapaz de manejar la situación, y dada larecurrencia de golpes de Estado llevados a cabohistóricamente por militares en Argentina, cuandoalgunos sectores sociales no estaban de acuerdocon un gobierno democrático, parecía natural queesto sucediera nuevamente. Para Leo: (...) era comouna mecánica acostumbrada, una cosa corriente, quedespués de una situación conflictiva político partidariavenga un golpe. O sea, el golpe se esperaba. Yo lorecuerdo como una situación, como que ante tamañaconmoción el golpe se esperaba.En este sentido, paraFederico el golpe fue un proceso, no un momento:(...) es como un proceso que se va gestando, el procesotambién se gesta socialmente e institucionalmenteentonces es gradual la dureza, es gradual hasta llegaral golpe, pero el golpe no es un rapto sino que esgradualmente que se llega al golpe.El conjunto de los entrevistados recuerdalasituación social como insostenible y creen que, poreso la gente expresaba agrado con el golpe y aúncon el estilo de los militares. En la narración deAlicia se destaca que (...)por ejemplo mi mamá y mipapá estaban contentos de que la hayan derrotado aIsabelita, ¡eso sí!, ¡eso sí! Y creo que la mayoría de lagente, se sentía como que ahora iba a gobernar el paísalguien como la gente, ¿entendés? No un títere, eso síme acuerdo.Cristina recuerda: (...) que mucha genteque yo conocía estaba contenta con el golpe. Y a mí meimpactaba eso porque yo no tenía ningún tipo deposición en ese momento tomada. (...) porque “todo eraun quilombo”, obviamente, que políticamente las cosasestaban en un punto altísimo de ebullición. (…) padresde mis amigos decían: “¡Bueno, menos mal que ocurrióesto!”.Coincidiendo, aunque con reservas porquela violencia no se detenía Laura recuerda que(...)por un lado los adultos festejaban, o decían: “¡Bueno,al fin!”, pero por otro lado esto significaba violencia yesto me preocupaba seriamente, la violencia quegeneraba… la violencia que se generó, por más que amí no me tocó, lo vi sólo por televisión. A mí meparecía que la violencia no podía traer cosas buenas.Pero sí con una esperanza de que se iba a cortar con laguerrilla, yo le tenía mucho miedo a la guerrilla.Todos reconocen que, en esta oportunidad,para salir de un clima de violencia se cayó en unsistema aún más violento, y ademásinstitucionalizado, que fue generando un climasocial de represión que provocó en la gentesentimientos de inseguridad, miedo y pánico,como mencionan permanentemente, y actitudesde desconfianza y sospecha ante las cuales serecurrió al silencio como forma de protección.Miedo, temor, pánico son términos usados comosinónimos pero que dan cuenta de la intensidadcon que cada uno ha vivido los acontecimientos.Como ejemplo, es revelador, el relato de Germán,que vivía en Quilmes, y recuerda aún la sensaciónque le provocaban los militares: (...) los sábados ylos domingos nos juntábamos los pibes para tomar unagaseosa en algún kiosco y vos veías que venían losmilicos y salías rajando, porque te agarraban y si erasmenor, te pegaban y después te dejaban por ahí. Sitenías el pelo largo, jugaban, te cortaban todo el pelomal, desparejo... eran tiempos bastante fuleros (...) amí me gustaba mucho jugar al fútbol y me iba a jugara varios lados pero me tenía que estar cuidando en todomomento en el horario, no volver tarde, fijarme dondeiba y todas esas cosas. Y cambiaron mucho esas cosas.Por ahí me llevaban mis hermanos a jugar y como elloseran más grandes, ya no me querían llevar porquetenían miedo de que los detengan y como ellos eranmayores y yo era menor y podía zafar, me las tenía quearreglar solo. Después, cuando volvía de trabajarteníamos que andar cuidándonos de los paredones,porque o te metían un balazo o te golpeaban contra elparedón. (...) Vivíamos tensionados, digamosconstantemente en riesgo. Todo el mundo vivía así.(...) Y vos no sabías qué hacer porque ya teníamos te-rror, los veíamos a ellos y temblábamos. Era jodido.Militares y policías en esa época eran la mismaporquería... Se generaron “nuevos miedos”,trastornando profundamente las rutinas y loshábitos sociales, volviendo imprevisible la vidacotidiana.La influencia del medio habitual y lasexperiencias personales sobre los recuerdos einterpretaciones emergen si comparamos losentornos familiares y sociales de los distintosentrevistados y sus referencias sobre los sucesos.En algunos casos son personas que estánvinculadas por lazos familiares a representantesde las Fuerzas Armadas y aunque ellos tambiénrecuerdan la violencia y el miedo, atribuyen laresponsabilidad a otros actores sociales como laguerrilla o subversión. Y aunque reconocen losprocedimientos empleados por las “fuerzas deseguridad”, consideran que fueron necesariospara salvaguardar la seguridad de la Nación y, asu vez, que fueron respuesta a acciones anteriores
image/svg+xml14de las agrupaciones terroristas. Lucas, en esemomento cursaba 5° año de la escuela secundaria,hoy, pasados más de veinte años, justifica elaccionar de los militares: (...)hoy recapacito, siendomás grande, ¿no?, ... había cosas buenas… cosas quevos aprobabas y las apruebo hoy, el hecho de decir...qué sé yo... están peleando contra gente o se estálibrando una batalla contra gente que quiere destruir elpaís. Y Silvia, que tenía 16 años en el momento delgolpe militar y estaba de novia con el hijo de unmilitar sostiene: Lo primero que se me viene a la me-moria es que es la época de la guerrilla. (...) Bueno esla época en que tomaron el mando los militares, perono me acuerdo de ese hecho como un hecho, digamostrágico. Lo trágico era la subversión, el terror de unoen ese momento era la subversión.Otro caso similar es el deAndrés, que dice: (...) mi padre eramilitar... mi familia estaba amenazadamuchas veces... yo tenía 17 años y aveces recuerdo que tenía que estararmado, era una situación de violenciabastante importante, muy importante,era terrible realmente... mi padre quenunca me dio mucha bolilla con elrugby, durante todo un año ibaconmigo al rugby, siempre me llevaba,me iba a buscar al entrenamientoporque estaba asustado... es másrecuerdo que mi padre tenía en el autoarmas, no sé si para usarlas o para qué,no, no, realmente era una cosa muyjodida.Había situaciones doblementecomplejas como la que teníaSantiago. Su hermano mayor militaba en unaagrupación de izquierda que ejercía lo que sedenominaba “la lucha armada” y su padre eramilitar de carrera, pero a pesar de eso él recuerda:Vivíamos con miedo, yo vivía... Yo tenía miedo pero,tenía miedo, porque era un gobierno militar y segundoporque mi hermano había tenido un despiole con losmilitares, él había secuestrado a mi tío y… lo devolvióal mes sano y salvo, pero en definitiva lo dejaron diezaños adentro y había épocas en que nos perseguían.En otros casos, los entrevistados, estabanestrechamente vinculadas con militantes deizquierda o ellos mismo lo eran. Como es el casode Federico y su familia que tenían amistad conun matrimonio cuya hija era militante del ERP7ya raíz del compromiso afectivo que los unía seconmueve al recordar: (...) mi vida era la de unadolescente, recuerdo con respecto a mi familia que mispadres tenían unos amigos que la hija estaba en el ERPy los íbamos a visitar a veces los sábados; recuerdo queun día fuimos a ver a esta gente y había caído elEjército por el techo de la casa y no la habíanencontrado a Alejandra, ¿eh?, no la habían encontradopero los padres ya sabían que la iban a matar porqueestaban matando a todos sus compañeros, en principiolo que más marcó el cambio del 76 para mí, fueAlejandra, que la queríamos y la queremos mucho yestábamos muy en contacto con ella y con su saludfísica, que no la maten y sabíamos que empezaban adesaparecer sus compañeros de militancia, ellaempezaba a cuidar a los hijos de la gente que empezabaa desaparecer, ella nos pedía que la lleváramos hastaLiniers, que no supiéramos qué colectivo iba a tomarpara que si aparecían los militares, los padres nopudieran decir qué colectivo tomó para noorientarlos y lo que más me llamaba laatención era que tenía las manos comodesgastadas del trabajo y una actitud querealmente hacían considerarla como unapersona única que se brindaba a lahumanidad con un amor muy distinto alcotidiano.En libertad condicionalComo engranajes de un mismomecanismo reatroalimentándose uno aotro, el miedo, el silencio y ladesconfianza, eran el basamento deun cuarto elemento: la sospecha. Deella nadie estaba a salvo, las “fuerzasde seguridad” sospechaban de todos,y a la vez todos devenían sospechosospara todos. Leo rememora loscuidados que había que tener: Lo que yo siemprerecuerdo de esa época es que cotidianamente sepreguntaba si uno salía o no salía con documentos y siuno descubría en algún momento de su salida, de ir alcine, de lo que sea, que se olvidaba los documentos enla casa se te paraba el corazón y la pregunta era: “¿Ysi te confunden?”. Y había un estado de sospechageneral ante cualquier habitante (…) la pregunta serespondía sola, si te confunden te puede pasar algojodido.Dado que para las Fuerzas Armadas habíabuenos y malos, buenos ciudadanos ysubversivos. Había que probar “buena conducta”.Ladesconfianza impregnaba todo afectandolos vínculos entre las personas.Lauranos hablade la confusión reinante y cómo esto generaba enlas personas desconfianza hacia los demás: (...) yono tenía muy claro por dónde pasaba el peligro y quiénestaba en peligro. Porque además el que militaba no loComo engranajes de unmismo mecanismo,reatroalimentándoseuno a otro, el miedo, elsilencio y ladesconfianza eran elbasamento de un cuartoelemento: la sospecha.De ella nadie estaba asalvo, las “fuerzas deseguridad” sospechabande todos, y a la veztodos deveníansospechosos paratodos.
image/svg+xml15sabías, si yo tenía un amigo militante, yo no lo sabía.Esto era lo que generaba el riesgo, ahí vos pasabas a seralguien en riesgo. Porque yo podía ser amiga de unmilitante y no saberlo, entonces yo pasaba a estar enriesgo... Era peligroso comprometerse con otros, sefueron debilitando las redes sociales mostrandocómo operaba la desconfianza en este proceso.En este clima todos se volvían sospechosos, yalgunos no tenían muy claro sospechosos de qué.Se tomaban algunas señas físicas como elementoconformador de la peligrosidad de losadolescentes, como la edad, el aspecto físico, ellargo de los cabellos, la vestimenta, lasactividades que desarrollaban, sustentando elprejuicio en las fuerzas de seguridad einseguridad en las personas, como cuenta Andrés:(...) me ha pasado por ejemplo un par de veces, que sebajen de un patrullero varios tipos armados, y éramoscuatro o cinco chicos de 16 años, más buenos que elpan de salvado, íbamos al colegio, a misa y a jugar alrugby, era lo único que hacíamos, y que nos hagantirar al piso, que nos pidan documentos, que nospalpen de armas, nosotros nos moríamos de risa, nosparecía todo una película, pero realmente era una cosamuy jodida, uno lo mira ahora, sabiendo lo que pasó yes realmente para asustarse y mucho. En este mismosentido Aliciarecuerda un hecho ocurrido a suhermano y un grupo de amigos:Incluso en esaépoca mi hermano, que es seis años mayor que yo, sejuntaba en un boliche, me acuerdo en Capital, dondeiban y tocaban la guitarra y me acuerdo que un día lollevaron a él, lo llevaron porque tenía bigotes, segúndijo la policía, lo soltaron a los dos días. Dos díasestuvo, no le hicieron nada, averiguaron antecedentessupongo, se lo llevaron a él y a dos amigos que teníanbigote, barba y pelo largo, porque había otro que estabaestudiando en la Facultad de Psicología pero que teníapelo corto y a ése no se lo llevaron. O sea, tenía otroaspecto, tenía un aspecto más de persona adulta (...)parecía más una persona formal.Laura nos habla acerca de un contenido másideológico del prejuicio y a su vez el que másriesgo implicaba, del cual no estaban exentos nilos religiosos: Todo sacerdote que hiciera algo másque dar misa era sospechado. Todo lo que fuera dudosoo que no fuera sólo hacer bautismo, misa… bueno si yate dedicabas a estar con jóvenes, para los milicos losjóvenes eran el semillero y eran la tierra fértil parainculcar ideas. Entonces, cualquier grupo que teinculcara ideas sobre el prójimo, la igualdad, quererque la gente esté mejor, era un grupo de riesgo.Las experiencias de violencia que les hatocado protagonizar o presenciar son muyfrecuentes en los recuerdos, como operativos en lacalle que se hacían indiscriminadamente y queiban desde los controles de documentos en losmedios públicos de transporte hasta situacionescon mayor grado de compromiso y riesgo per-sonal.Cristina relata un episodio que pudo tenerconsecuencias dramáticas para ella y que sale delos márgenes imaginables de posibilidades enépocas de normal funcionamiento de lasinstituciones: Yo salí con todo mi grupo de quintoaño al Golfito en Vicente López a jugar al golf (...)íbamos en varios autos y estacionamos para cruzar alGolfito (...) aparece un colectivo 59, que en realidaddespués vimos que no tenía número, pero de afuera eraun colectivo 59. Y se bajan y dos mil millones demilicos arriba. Y nos suben, y bueno, nos pidendocumentos y yo era menor de edad, tenía 17 años ynos suben a mí y a Román, un amigo mío que tambiénera menor de edad (...) cuando subimos nos dimoscuenta que no era un colectivo, todo era muyvertiginoso, muy rápido y no entendíamos, cuandosubimos al colectivo con Román empezamos aentender… y había otra gente arriba del colectivo... yme palparon de armas, me remanosearon y nossentaron a Román y a mí en el fondo, en el últimoasiento, y todos mis amigos abajo preguntando: “¿Porqué ellos?” (...) Yo tenía pánico, me acuerdo el miedoque tuve y que yo pensaba mis papás no están... cómole... la llegan a llamar a mi abuela... y yo estoy presa...mi abuela se infarta... bueno, un miedo bárbaro.Otros entrevistados recuerdan hechos demayor gravedad como matanzas de familiasenteras y noticias sobre aparición de cadáveres.Leorecuerda que sí, se decía que había cuerpos en elrío, aparecían cadáveres, había todo un pánicoalrededor de esto. No se sabían detalles pero seolfateaba (...) Yo me acuerdo cosas que me quedaron enla cabeza, una familia que no escuchó la voz de alto enun cuartel y los mataron a todos, por el sólo hecho deno escuchar la voz de alto. Alicia, que también haestado próxima a operativos importantes, dice:Recuerdo cuando yo viví una experiencia muy cerca dedonde vivo ahora, era el taller de mi papá, mataron auna familia… o sea, hubo un operativo (…),y otros,como Germán, también nos cuentan situacionesque describen con crudeza la vida cotidiana deentonces:Y lo primero que me viene a la cabeza escuando recién estaban haciendo el acceso sudeste, yotrabajaba del otro lado, cerca de Villa Azul y teníamosque pasar por esas montañas (de tierra de lasexcavaciones para la construcción de una autopista) yencontramos varios cuerpos asesinados, con varios
image/svg+xml16tiros en la cabeza y era fulero ver esas cosas...Federico recuerda dos sucesos: (...) volvíamosa mi casa, teníamos un Torino y era tarde, manejabami vieja y creo que venía mi hermana, sí mi hermana yyo, y los vidrios estaban todos empañados, entonces seve que estaban haciendo un procedimiento en GeneralPaz y cerca de Philips y a mi vieja le dicen: “Alto”,que pare, y mi vieja no oye y sigue, y mi viejo ve quenos empezaron a encañonar a todos y de pedo se ve quemi viejo grita que clave los frenos y si seguíamos dosmetros más nos mataban a todos, entonces bajó miviejo y le dijeron... e hicieron el procedimiento contodos alrededor del auto con las Itacas o no sé quécarajo tenían como para matarnos pensando queéramos parte de algún… y mi viejo salió con lasfamosas credenciales (Credenciales falsas que el padrede Federico había conseguido y con las cuales sepresentaba como militar) y nos salvamos, si no, nosmataban, ahí sí sentí que nos iban a matar y realmenteen ese momento era así y no tenías escapatoria,lalocura te atravesaba como una bala, ésa es la sensaciónde riesgo. Y después un amigo de mi hermana quevenía por la General Paz de una fiesta, esto no es per-sonal pero es vivir en esa época, venía de una fiesta yeran tres atrás, en la General Paz no había tantoscarriles como ahora, entonces había un tipo en un Fal-con que lo quería pasar, le tocaba bocina y le hacíaluces y ellos no podían correrse, en un momento secorren, el tipo pasa con un arma y empieza a tirar,como el amigo de mi hermana estaba durmiendo,cuando oye el primer tiro se incorpora y el segundotiro le fue en la cabeza y lo mató.Las fuerzas de seguridad habían invertido surol, en lugar de velar por la seguridad de las per-sonas se convirtieron en sus victimarios. Se vivíabajo la presión de tener que “probar inocencia”permanentemente de una culpabilidad, que comola sospecha, no estaba clara para la gente común,no se sabía bien en qué consistía. ¿De qué seacusaba a la gente? ¿De qué era necesario serinocente? Las fuerzas de seguridad interpretabanla realidad social como una guerra entre losbuenos que querían restaurar el orden,encarnados en ellos, y los malos, los subversivos.Como resultado se tuvo una sociedad vigilada,controlada y atropellada. Germán se refiere a lasfuerzas de seguridad despectivamente: Militares ypolicías en esa época eran la misma porquería. Inclu-sive yo tenía, tengo, tíos que eran policías que hancambiado su vida un 99%, antes se jugaban por lademás gente y en ese momento no se jugaban pornadie...Los atropellos que cometían las fuerzas deseguridad también son mencionados por Cristinaal evocar un episodio vivido por su hermano:(...)mi hermano un día pasando por la puerta de lacomisaría a la vuelta de mi casa donde pasaba él todoslos días y los tipos lo re-conocían, y era un pibe!,imaginate... debería tener 14 o 15 años mi hermano¡eh!, y la policía lo agarró, lo palpó de armas... mal,con mucha violencia, le arrugó los documentos, loscigarrillos, lo amenzaron que si otra vez pasaba ymiraba, no sé qué le iban a hacer... Y me acuerdoque cuando él lo contó en mi casa, mi papá quiso ira putearlos y a matarlos... imaginate... como unpapá... y me acuerdo que mi mamá le dijo que no,porque era desigual, porque como están las cosasquizás vos vas a ir y capaz que (...).Un repliegue a la esfera privadaAnte el riesgo que corría la vida, aún en lasrutinas cotidianas, las únicas certezas eran elmiedo, la desconfianza y la imprevisibilidad.“Entonces sólo queda refugiarse en lo privado conla esperanza de encontrar en la intimidad unaseguridad mínima”, originándose así “…unproceso de privatización que restringiódrásticamente el campo de experiencia social”(Lechner 1995: 93). De manera casiinconscientemente surge otro mecanismo dedefensa, que está asociado con el riesgo y elmiedo, la autorrepresión, se “dejan de hacercosas” y se “hace silencio”. Cristinase lamentadiciendo:(…) lo terrible yo creo que es eso, losubterráneo que es la represión… para mí la represiónes... no es el castigo por decir algo, es laautorrepresión, lo que uno empieza a dejar de hacer y adejar de pensar… por el miedo… el miedo no sabés aqué… ni yo te lo estoy pudiendo decir, a qué teníamiedo. Hoy puedo traducir a qué tenía miedo por loque supe después… pero en ese momento… ni sé sitenía miedo, ¿me entendés? Sí, sabía que tenía miedo,claro que lo tenía pero no creo que hubiese tenidoconciencia del miedo...La cotidianeidad fue modificando susescenarios, el espacio público se tornó hostil yriesgoso, hasta transitar por la calle o permaneceren ella ponía en peligro la seguridad de las perso-nas. Esto parece promover el aislamiento, labúsqueda de seguridad y protección paredesadentro, como forma de evitar las situacionesamenazantes y la sensación de miedopermaneciendo el mayor tiempo posible enalgunos espacios privados que parecían ser los
image/svg+xml17menos inseguros –casa, escuela, etcétera. Lucía loexpresa claramente: (...) yo te digo que la escuela deBellas Artes yo la viví como una cosa que nos protegíade todo esto que pasaba afuera, yo sentía que a mí mecontenía y me preservaba, te diría, de lo que se vivíaafuera. Para ella estar en la escuela era unaseguridad y recuerda que restringió la actividadsocial pública sobre todo por la noche. (...) En laescuela no, porque como ya te digo había como unaespecie de anestesia, yo ahí no sentía riesgo ninguno,podía sentir riesgo saliendo a la noche… teníamosprecaución de no reunirnos en la calle. Ciertas cosaslas teníamos como instaladas en nuestros límites, de noprovocar ciertas cosas que sabías que te podían traerconsecuencias, no íbamos a estar en la calle engrupitos, esas cosas no, eso teníamos claro que no...Seprodujo un repliegue hacia lo privado buscandoámbitos familiares que permitieran asegurarse así mismos.Y en ocasiones, aun lugares que eran tambiénámbitos privados, durante el gobierno militartampoco ofrecieron absoluta seguridad. Germán,por ejemplo, que era socio de un club en su barriorecuerda queantes inclusive podíamos, me acuerdoque éramos pibes e íbamos al club cerca de casa a jugaral pool, al billar, al metegol. Cuando sucedió lo delgolpe no íbamos más al club, nada. Prácticamenteestaba desierto el club, no iba nadie. Yo estuve variasveces presente cuando llegaron los milicos, entraron,ponían a todos contra la pared, los golpeaban. Inclu-sive yo también he recibido un par de golpes...La sociedad argentina que había conseguidoun tipo de organización participativa debióreplegarse y desactivar ciertos mecanismos –trabajos comunitarios, distintas organizaciones deayuda, participación sindical y política, entreotros– que le habían dado ese carácter. Estadesarticulación promovió un achicamiento delespacio público y un traslado de actividades alespacio privado.De eso no se hablabaApesar de la dialéctica y discusiónpermanente entre posturas contradictorias sobreel sentido de los sucesos, en los relatos acerca dela vida cotidiana de la gente común hay una totalhomogeneidad. Aparece una constante referenciaal “silencio” como elemento conformador delclima social de esos años emerge siempreasociado al miedo y la sospecha. La sensación deriesgo personal y de miedo fue afirmándose, yfrente a esto el silencio se convirtió en una formade protección. Alicia alude al silencio comopreguntas que nadie se animaba a hacer: (…)había mucho miedo, mucho temor, muchas preguntaspero que nadie hacía porque había pánico, yo porejemplo tenía miedo cuando venía de estudiar. Casitodos los entrevistados mencionan que, en losámbitos que frecuentaban, “no se hablaba”,“nadie decía nada”. Si se hacía silencio, si no sepreguntaba, no se corría peligro. Según Adriana,por ejemplo: Había como una especie de hermetismoen la escuela, porque como que de esas cosas no sehablaba.Tampoco en la escuela a la que concurría Ali-ciase comentaba nada:No se hablaba de… por lomenos en donde yo iba o con los profesores que tenía,no se hablaba, no se preguntaba, no se comentaba. Eracomo que estaba pasando algo pero nadie decía nada.Del mismo modo en su casa tampoco se (...)comentaba nada, no, en casa mucho el tema… no… nose hablaba, pero no se hablaba porque mi papá, como élopinaba distinto, evidentemente tenía miedo a quenosotros opináramos igual que él, o pensáramos igualque él y lo empezáramos a divulgar y él nos decía queno habláramos con nadie de esas cosas porque sepodían creer otra cosa.AsimismoLeorecuerda que (…) la cuestiónera, bueno, todo el mundo chito la boca, porque acá hayun grupo muy difícil de sacar y hay que sacarlo cuestelo que cueste… no tenías que preguntar demasiado.De los testimonios surge la convicción acercadel ocultamiento deliberado por parte de quienesdetentaban el poder. Por ejemplo a través de lamanipulación de la información ya que losmedios de comunicación fueron intervenidos. Yen este sentido es necesario reflexionar sobre laimportancia de los medios de comunicación comositios donde se forma la memoria colectiva, yaque son los que ofrecen el material sobre el queluego se discutirá en la interacción y se recordará.Como formadores de opinión los mediosmoldean, de alguna manera, lo que se puede o nopensar, decir o recordar. Adrianadice: (…) no, nose pasaba información de lo que estaba pasando. Nosabíamos cuándo detenían a alguien o cuándo lomataban. No, estaba manejada la información. No lamostraban por en televisión, y paraDaniel: (…) latele estaba muy bien controlada por ellos. Te pasabanla información que ellos querían que vos vieras parameterte que lo anterior(se refiere a la subversión)era una porquería y que la paz venía en ese momento.También se mencionan canales extraoficialespor los cuales algunas personas sí accedían a
image/svg+xml18información sobre el accionar de las fuerzas deseguridad, como Radio Colonia (radioemisora delUruguay) y ciertos medios gráficos que seexpresaban entrelíneas. Leodice que en esa épocahabía que escuchar Radio Colonia y ahí escuchabasde “enfrentamientos”, así entre comillas, y lacantidad de muertos que había por día y cómoaparecían. Y acá no pasaba nada.Ciertas revistassugerían cosas, Lucía, por ejemplo, recuerda:(…) mucho la burla a través del humor, comopodían decir algunas cosas y poner en ridículo aestos tipos (…) había algunas revistas que por ahífiltraban estas cosas, pero no recuerdo que losdiarios hablaran así claramente, no, no, se debíandecir las cosas que los milicospermitían que se dijeran.Algunos no creían ¿o nopodían creer? El silencio y ladesinformación habrían provocadoincredulidad. Cristina piensa: Nosé si mis viejos sabían… creo que misviejos tampoco sabían que la gentedesaparecía y que lo supieron después8y que fueron muy incrédulos (…). YFernandaconfiesa que bastantedespués empecé a darme cuenta,porque era más vox populi, se hablabamás, y aunque se seguía sin publicidad,sin todo eso. Pero empezaron lasprimeras manifestaciones de las Madresde Plaza de Mayo, la gente que pedíapor los desaparecidos, que no sabíandónde estaban sus (...). Uno empezaba aescuchar, si bien ni en mi núcleo famil-iar ni en mi barrio nadie desapareció.Nunca vi, viste, que de golpe aparecieran los “Fordverde” y entraran a casa de un vecino mío (...)Entonces eso hizo que, en una familia donde no sehablaba de política, en un colegio donde no habíalibertad, en un colegio privado, de monjas, máscerrado, y en mi entorno encima no pasó nada, eracomo que me costó caer.Han quedado secuelas en la gente, como cul-pas no resueltas, producto de la contradicción quese vivía por intuir que algo extraño estabapasando, vivenciar el miedo y hacer silencio, porejemplo, ante la desaparición de un compañero decolegio. Gabriela hoy piensa que (...) vivía adentrode una burbuja,¿entendés?, toda esa cosa que a mí mepasó yo pienso que si a mí me hubiera pasado en otromomento de mi vida, esto que te digo de ir a golpear lapuerta diez veces y que te encuentres a una personaque te diga: “No, acá no vive nadie”, no es normal queyo no haya hecho nada que no haya tratado deaveriguar y recién después cuando empezó a sonar eltema, recién ahí empecé a atar cabos de qué es lo quea él le pasó (…). Se habían socavado los criteriossociales acerca de lo normal y de lo posible, sehabían perdido referentes, provocando en laspersonas sentimientos de impotencia.Aunque cuesta reconocer qué mecanismohacía posible la convivencia, se vivía. Todas lasevidencias acerca de lo que estaba ocurriendose fueron resignificando e incorporando a lavida diaria. Para Cristina era:(…) que ése es unmecanismo loco… porque sí, estaba el miedo, peroyo no sé cómo es... creo que es unmecanismo de la infancia, supongo...ahora vos me hacés pensar enesto…creo que es la primera vez que lopienso… que uno convive con eso…supongo que es como... ¿viste que undía te enfermás, o que tenés unpariente muy enfermo y es una cosaque no podés nunca pensar? Y un díaestás conviviendo con esa realidad y televantás a la mañana, y hacés lacomida y te reís y esa situación está.Creo que vivía con eso. O sea, hoy meangustia tremendamente (…).Lechner (1995) sostiene que du-rante los gobiernos autoritarios seda una especie deimpermeabilización mediante lacual la gente protege su vida inte-rior del mundo externo que se hatornado hostil.El silencio generalizado era para laciudadanía, un mecanismo de defensa y para elEstado, un mecanismo de control. Fueconsecuencia y al mismo tiempo herramienta,según quién lo actuara. Los adolescentes hacíansilencio por obediencia a los mandatosfamiliares. Danielrecuerda que sus padres ledecían que tenía que tomar precauciones como:(...) no hablar de política, no hablar de esto, de lootro, es decir, todo lo que sea político no hablareeeh... tratar de no opinar (…).ConclusionesCon respecto a la metodología podemosconcluir que este enfoque logra mantener vivala experiencia de los actores a través de lasvoces de quienes relataron.Hubo una alteración enla división de losespacios habituales deinteracción, con unapérdida absoluta de losespacios públicos deintercambio. Lapenetración del Estadoen los espaciosdomésticos causó ladestrucción de los lazosinterpersonalesgenerando unaatmósfera de sospechay culpas que alteró lacomunicación entre losciudadanos.
image/svg+xml19Como sostiene Vasilachis (Sautu 1999: 17)“Los sonidos de esas voces aparecen aquídestacándose por sobre todos esos ruidos yocupando un lugar central en un texto en el que elinvestigador cede su turno al que sabe qué ycómo ha vivido, llorado, sufrido, amado y reído.Y ese lugar no está ofrecido como una concesiónsino que está acordado en los mismos términosque el reconocimiento de todo derecho que haga ala dignidad humana”.Cada texto hace presente el pasado yrecupera junto con la historia al propioprotagonista, sus emociones, sus sentimientos,sus sensaciones e interpretaciones. Laevocación del recuerdo a través del relatoimplica considerar la memoria comointerpretación, como significación a través dela cual se habla del pasado desde lasidentidades individuales ygrupales. Y en tanto hayinterpretación de los hechoscreemos que hay una búsqueda desentido, de las causas de losacontecimientos y como se logra através de los propios actores,implica que hay un tiempo y unlugar desde el cual se relataponiendo en evidencia que hay unarelación estrecha entre el relato y ellugar que el que relata ocupa en el sistema derelaciones sociales. Como relatar también esintercambiar, a través del diálogo, es por lotanto transmisión para nuevas generaciones.En cuanto a los hallazgos obtenidos de losrelatos podemos concluir que las secuelas queel proceso militar ha dejado se reflejan en lostestimonios.A pesar de la diversidad de sucesos yanécdotas mencionadas, se observahomogeneidad en la descripción del tipo deprocedimientos empleados por las Fuerzas Ar-madas. Casi la totalidad de los entrevistadosrecuerda en primer lugar haber sentido“miedo”, ante la propuesta de evocar tanto elgolpe militar de 1976 como el gobierno delautodenominado Proceso de ReorganizaciónNacional. Originadas por el miedo se fueronentrelazando una serie de actitudes –“silencio”,“obediencia”, “sospecha”– que reemplazaronotras redes que antes sostenían a la sociedad.Nuestras interpretaciones se ven superadaspor las propias vivencias rememoradas por los... el golpe duró todo eltiempo que estuvieronlos militares, no fue el76, sino que fue unbloque de cementosobre todos esos años,(…).actores. Fernanda no encuentra la manera deexpresar lo que el miedo provocaba en la gente:¿Viste cuando te adaptás a lo que se va dando sinoponer resistencia? (…) y claro, de política no sehablaba, no se opina de esto, no se opina de lo otro(…) Se me pasó la vida sin posibilidad de opinar.No tenías posibilidad de opinar, de informarte. Vospensá que yo tenía 25 años cuando voté (…)Cuando pienso que se me pasaron veinticinco años.Y yo a los 25 no podía opinar de nada porque notenía ni idea qué era derecha, izquierda. Nuncapodía hablar de política (…).Silencio y obediencia fueron unacombinación efectiva y segura. Para la gentecomún fue mecanismo de defensa y para lasfuerzas de seguridad fue herramienta desometimiento. Los medios de comunicaciónintervenidos cumplieron un rol importante deapoyo, silenciando noticias sobrelo que ocurría y vehiculizandomensajes amenazantes, comoforma de control social.Hubo una alteración en ladivisión de los espacios habitualesde interacción, con una pérdidaabsoluta de los espacios públicosde intercambio. La penetración delEstado en los espacios domésticoscausó la destrucción de los lazosinterpersonales generando una atmósfera desospecha y culpas que alteró la comunicaciónentre los ciudadanos.Otro de los aspectos significativos, que aparece enlos relatos, fue la inversión del rol de las fuerzas deseguridad, ya no velaban por la seguridad de losciudadanos sino que se habían convertido envictimarios, basados en la concepción dicotómica de lasociedad que sostenían. Había buenos y malos. Losmalos eran los subversivos y los demás debíandemostrar que no pertenecían a ese grupo.La mejor síntesis de lo que el golpe militar, elperíodo siguiente y sus consecuencias hansignificado para la gente la hace unentrevistado, Federico, quien siente: (…) que elgolpe duró todo el tiempo que estuvieron losmilitares, no fue el 76, sino que fue un bloque decemento sobre todos esos años (…).Por último queremos decir que el tema nosinteresa porque forma parte de nuestra propiahistoria y porque consideramos que esnecesario mantener abierto el debate comoforma de construir nuestra memoria colectiva.
image/svg+xml20NOTAS1Es profesora adjunta de Metodología y Técnicas deInvestigación Social en la Carrera de Sociología e Investigadoraen el Instituto Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires.2Bertaux, D. (1989) sostiene que el enfoque biográfico permiteabordar las dos dimensiones del mundo social, “losocioestructural: los modos de vida” y “lo sociosimbólico: lovivido, las actitudes, las representaciones y los valoresindividuales”, esos “…dos niveles de lo socioestructural y de losociosimbólico no son más que dos fases de una misma realidad,lo social y por esto todo estudio profundo de un conjunto derelaciones sociales está obligado a considerarlossimultáneamente”.3La cantidad de páginas permitidas hizo imposible incluir relatosde todos los entrevistados.4La rutinización es para Giddens (1995: 398) “el carácter habitual,y que se da por supuesto, del grueso de las actividades de unavida social cotidiana, la prevalencia de estilos y formas familiaresde conducta que sustentan un sentimiento de seguridadontológica y a su vez recibe sustento de éste”.5Giddens (1995: 399) “Certeza o confianza en que los mundosnatural y social son tales como parecen ser, incluidos losparámetros existenciales básicos del propio ser y de la identidadsocial.”6Conducido por María Estela Martínez (Isabel), viuda desde 1974del general Juan Domingo Perón.7ERP eran las siglas del autodenominado Ejército Revolucionariodel Pueblo.8Se refiere al momento en que comienza a funcionar la ComisiónNacional sobre la Desaparición de Personas en 1983.BIBLIOGRAFÍABertaux, D., “El enfoque biográfico: su validez metodológica, suspotencialidades”,en Historia oral e historias de vida, San José deCosta Rica, FLACSO, Cuadernos de Ciencia Sociales N° 15,1989.Dabenigno y otros, “Hacer memoria. Recordando el golpe militarde 1976”,en Sautu, R. (comp.), El método biográfico. Lareconstrucción de la sociedad a partir del testimonio de los actores,Buenos Aires, Editorial de Belgrano,1999.Giddens, A., La constitución de la sociedad. Bases para la teoría de laestructuración,Buenos Aires, Editorial Amorrortu,1995.Hornstein, L., Práctica psicoanalítica e historia, Buenos Aires, Edito-rial Paidós,1993.Kaës, R., “Rupturas catastróficas y trabajo de la memoria. Notaspara una investigación”,en Janine Puget, René Kaës (comp.),Violencia de Estado y psicoanálisis,Buenos Aires, Centro Editor deAmérica Latina,1991.Le Goff, J., El orden de la memoria. El tiempo como imaginario,Barcelona, Editorial Paidós,1991.Lechner, N., Los patios interiores de la democracia. Subjetividad ypolítica,Santiago de Chile, Fondo de Cultura Económica,1990.Middleton y Edwards, Memoria compartida. La naturaleza social delrecuerdo y el olvido,Barcelona, Editorial Paidós,1992.Pennebaker, J. & B. Basanick, “Creación y mantenimiento de lasmemorias colectivas”, en Páez, D. y otros, Memorias colectivas yprocesos culturales y políticos, Bilbao, Servicio EditorialUniversidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea,1998.Sautu, R., “Estilos y prácticas de la investigación biográfica”enSautu, R. (comp.), El método biográfico. La reconstrucción de lasociedad a partir del testimonio de los actores,Buenos Aires, Editorialde Belgrano,1999.Vasilachis, I., “Prólogo”, en Sautu, R. (comp.), El métodobiográfico. La reconstrucción de la sociedad a partir del testimonio delos actores,Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 1999.White, H., El contenido de la forma. Narrativa, discurso yrepresentación histórica, España, Editorial Paidós, 1992.Datos básicos de los entrevistadosEntrevistadoEdadEdadLugar de residenciaTipo de colegioOcupación en 1999en 1976en 1999 en 1976al que concurríaAlicia16 años39 añosLuis Guillón (GBA)Escuela públicaProfesora de MúsicaLeo13 años36 añosLanús (GBA)Escuela públicaFotógrafoCristina13 años36 añosColegiales (C.F.)Escuela privada laicaProfesora de MúsicaLaura16 años39 añosAcasusso (GBA)Escuela privada religiosaDocenteSilvia16 años39 añosBella Vista (GBA)Escuela privada religiosaMaestra JardineraAdriana16 años39 añosRamos Mejía (GBA)Escuela privada laicaProfesora de NataciónLucas17 años40 añosPalermo (CF)Escuela pública/Esc. NavalMarinoSantiago17 años40 añosBarrio Norte (CF)Colegio privado laicoMédicoDaniel17 años40 añosItuzaingó (GBA)Escuela públicaComercianteFernanda17 años40 añosCórdoba - Prov. CórdobaEscuela privada religiosaIngeniera civilJulia14 años37 añosAdrogué (GBA)Escuela privada religiosaAma de casaLucía16 años39 añosPalermo (CF)Escuela públicaIlustradora - PintoraGabriela17 años40 añosCongreso (CF)Escuela públicaFarmacéuticaVerónica17 años40 añosCaseros (GBA)Escuela privada religiosa(Falta el dato)Germán15 años38 añosQuilmes (GBA)No estudiaba - TrabajabaEmpleadoAna17 años40 añosCapital/Ciudadela (GBA)Trabajaba - Grupo en IglesiaAma de casaVirginia17 años40 añosCapitalEscuela públicaDocente - Prop. Inst. de EnseñanzaAndrés17 años40 añosOlivos (GBA)Escuela privada religiosaDocente - Director Inst. de EnseñanzaCecilia15 años38 añosTemperley (GBA)Escuela privada religiosaMaestraDiego13 años36 añosVilla Devoto (CF)Escuela públicaRemiseroFederico13 años36 añosMartínez (GBA)Escuela privada religiosaPsicoanalista
image/svg+xml21traduccionesO enfoquebiográficointerpretativo napesquisasocio-historicaMasseroni, SusanaEsta apresentação propõe se aproximar nautilização do enfoque biográficointerpretativo na pesquisa sobre processossociais. Procura-se mostrar em espacial autilidade dos relatos de vida para acompreensão dos significados atribuídospelas pessoas aos acontecimentos vividos,assim também as conseqüências sociaisdos mesmos.Embora o principal interesse estejaconstituído pelas questões metodológicas,será exemplificado com este estudo sobreas lembranças que ainda continuam vivasna memória das pessoas, sobre ossucessos acontecidos na Argentina entre1976 e 1983, anos nos que governaramem nosso pais as Forças Armadas e secometeram violações aos direitoshumanos. Recuperam-se sensações esentimentos que apareceram naslembranças que fazem parte do climasocial do período, procurando reconstruir atrama social através da experiênciapessoal, resgatando os sucessos dopassado processados pela experiênciaposterior, e ainda pelas expectativaspresentes. Analisaram-se entrevistasrealizadas no ano 1999. O universo doestudo esteve contituído por homens emulheres de setores médios, da áreametropolitana de Buenos Aires, que noperíodo da ultima ditadura militar seachavam cursando o segundo grau eresidiam no país.A reconstrução da experiências subjetivasda possibilidade de analisar as relaçõessociais desse momento, emergindo comoum componente essencial dessasexperiências, emoções passadas e atuais.Em referência às descobertas obtidaspodemos concluir que as seqüelas quedeixou o processo militar se refletem nostestemunhos.Apesar da diversidade do sucesso seobservou homogeneidade na descrição dotipo de procedimento utilizado pelas ForçasArmadas. A primeira sensação que quasetodos os entrevistados sentiram foi medo,a idéia de evocar tanto o golpemilitar de1976 como o governo autodenominadoProcesso de Reorganização Nacional.Originadas pelo medo se foramentrelaçando uma série de atitudes –silêncio obediência, suspeita– quesubstituíram outras redes que antesmantinha à sociedade.L’approchebiographiqueinterprétative dansl’enquête sociale ethistoriqueMasseroni, SusanaCette présentation se propose d’aborderl’usage de l’approche biographiqueinterprétative dans l’enquête sur les pro-cessus sociaux. En particulier on essaie dedémontrer l’utilité des histoires de vie pourla compréhension des significationsattribuées par les gens aux événementsvécus, aussi bien que les conséquencessociales des mêmes.Bien que l’intérêt principal est constitué parles questions méthodologiques, onessaiera d’exemplifier avec une étude surles souvenirs encore vivants dans lamémoire de gens, au sujet des événementspassés en Argentine entre 1976 et 1983,lorsque les Forces Armées ont gouvernénotre pays, et ont commis des violationsaux droits humains.On reprend les sensations et sentimentsqui apparaissent dans les mémoirescomme formateurs du climat social de lapériode, on essaie de reconstruire le réseausocial à travers l’expérience personnelle, onrattrape les événements du passé, traitéspour l’expérience postérieure, et mêmepour les expectatives présentes.On a analysé les entrevues accomplis en1999. L’univers étudié a été constitué parhommes et femmes de secteurs sociauxmoyens, de la région métropolitaine deBuenos Aires, qui au cours de la dernièredictature militaire fréquentaient le lycée etont résidé dans le pays.La reconstruction des expériencessubjectives facilite l’analyse des rapportssociaux de ce moment, en faisant émergerdes émotions passées et présentes,comme un composant essentiel de cesexpériences.À propos des découvertes obtenues nouspouvons conclure que les séquelleslaissées par le processus militaire, sontreflétées dans les témoignages.Malgré la diversité d’événements, on ob-serve l’homogénéité dans la description dutype de procédures utilisée par les ForcesArmées. Presque la totalité des interviewésse souviennent de commencement d’avoirsenti la peur, devant la propositiond’évoquer tant le coup militaire de 1976que le gouvernement appelé Processus deRéorganisation Nationale.Toute une série d’attitudes causée par lapeur a été entrelacée –silence, obéissance,soupçon– cela a remplacé des autresréseaux qui autrefois ont soutenu lasociété.The interpretivebiographicalapproach in thesocial and historicalinvestigationMasseroni, SusanaThis presentation intends to approach theuse of the interpretive biographical ap-proach in the investigation on social pro-cesses. In particular, the utility of the sto-ries of life for the understanding of themeanings attributed by people to the livedevents, as well as the social consequencesof the same ones, is tried to demonstrate.Although the main interest is constitutedby the methodological questions, I will tryto exemplify with a study on the still aliveremembrances in the memory of people,about the events happened in Argentinabetween 1976 and 1983, years in that theArmed Forces governed our country, andviolations were made to the human rights.Sensations and feelings that appear in thememories like shapers of the social climateof the period, trying to reconstruct thesocial network through the personal experi-ence, are recovered, rescuing the events ofthe past, processed for the later experi-ence, and even for the present expecta-tions.nterviews performed in 1999 wereanalysed. The studied universe was consti-tuted by men and women of middle socialsectors, of the metropolitan area of BuenosAires that in the course of the last militarydictatorship were frequenting secondaryschool and resided in the country.The reconstruction of the subjective experi-ences facilitates the analysis of the socialrelationships of that moment, making pastand present emotions emerge, as an es-sential component of those experiences.Concerning the obtained discoveries wecan conclude that the sequels that themilitary process has left are reflected in thetestimonies.In spite of the diversity of events, homoge-neity is observed in the description of thetype of procedures used by the Armedforces. Almost the totality of theinterviewees remember in first place tohave felt fear, in the presence of the pro-posal of evoking both the military blow of1976 and the government of de so calledProcess of National Reorganization.Originated by the fear, a series of attitudeswere interlaced –silence, obedience, suspi-cion– that replaced other nets that formerlysustained the society.21