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E N C U E N T R O S
El patrimonio
documental privado
L
as II Jornadas de Archivos de Buenos Aires
avivó el debate sobre “El patrimonio documen-
tal privado”. Allí quedaron planteadas las
preocupaciones de especialistas e interesados
en custodiar los archivos privados que se
encuentran en la ciudad. Las problemáticas
giraron en torno al “acceso a la documentación
como garantía de las prácticas democráticas”, a
los “movimientos sociales y su
documentación”, a los archivos de las
experiencias “de la sociedad civil”, a las de las
“fuentes de imagen y sonido” y también a la
“identidad, reconocimiento y documentación”.
El Instituto Histórico de la Ciudad junto con la
Comisión para la Preservación del Patrimonio
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Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos
Aires y la Legislatura de la Ciudad organizaron
estas jornadas con el objetivo de reflexionar e
intercambiar experiencias sobre la necesidad de
realizar la señalización, hacer accesibles y
preservar los valiosos fondos existentes en la
Ciudad. Las más diversas organizaciones e
instituciones llegaron al acuerdo de que para el
estudio y la investigación de nuestro pasado y
de nuestro presente, se hace imperiosa la
necesidad de conocer, identificar y consultar
importantes documentos que por diversas
razones están en poder de entidades,
organizaciones y particulares.
La licenciada Liliana Barela, directora del
Instituto Histórico, destacó la acción del
Instituto desde la recuperación de la
democracia y cómo “la implementación de la
Historia Oral, permitió escuchar las voces de
los vecinos que estaban calladas durante la
dictadura”; y cómo eso permitió también “el
acceso a una nueva forma de documentación”
con la que el Instituto está trabajando. Por su
parte, Horacio Tarcus contó la experiencia del
Centro de Documentación e Investigación de la
Cultura de Izquierda en la Argentina
(CEDINCI) que dirige, y explicó las
complicaciones para construir un archivo de
esas características, inédito en el país. Expuso
las dificultades de tipo burocráticas que
debieron sortearse por parte de algunas
autoridades tanto académicas como
gubernamentales; sin embargo, resaltó la
predisposición y voluntad de los particulares
que se acercaron y que con sus colaboraciones y
donaciones contribuyeron al funcionamiento
del CEDINCI. Subrayó como un avance la
realización de estas Jornadas donde se notaba
un trabajo en conjunto entre distintas
organizaciones e instituciones.
Mirta Lobato, historiadora de la UBA, habló
sobre su experiencia como investigadora en el
mundo del trabajo y la cultura obrera. Con
referencia a su investigación sobre los
trabajadores del gremio de la carne en Berisso
(1904-1970), resaltó la importancia de la
documentación que utilizó y cómo una
metodología abierta le permitió explorar
archivos de empresas, testimonios orales,
informes oficiales, la prensa gremial, local y
nacional. Por su parte, Ana Westein,
investigadora de la AMIA, destacó la
importancia de la documentación como
constructora de memoria.
Las jornadas fueron inauguradas por la
Subsecretaria de Patrimonio Cultural,
arquitecta Silvia Fajre; la presidenta de la
Comisión de Preservación, licenciada Leticia
Maronese y el legislador de la Ciudad, profesor
Luis García Conde, propulsor de una ley en
defensa de los archivos privados. En esa
oportunidad, también se contó con la presencia
de representantes de diversas organizaciones,
particulares e investigadores, entre ellos:
Hernán Invernizzi, María Inés Rodríguez, Nora
Cortiñas, Edgardo Rocca, Olga García
D’Agostino, Jorge Falcone, Carlos Ulanovsky,
Felicitas Luna, Estela de Carlotto, Diana Maf-
fia, Kurt Frieder, Ana Lía Rey y Estela Pagani,
quienes se proclamaron, de manera unánime, a
favor de una ley marco que regule el cuidado
de los documentos privados. Todavía no existe
esa ley ni tampoco una que custodie el
patrimonio documental público. Se dio el
primer paso de un largo camino que esperemos
no se desvíe.