image/svg+xml3030V O C E S D E B U E N O S A I R E SBorrasde memoria y caféUn acercamientoa la historia delCafé de los Angelitos
image/svg+xml31iércoles, 28 de noviembre de 2001. Una esquina deBuenos Aires. Siete de la tarde.Un grupo de personas se reúne allí a bailar tango.Cantarlo. Recitarlo.Llega apurada una mujer y cambia sus zapatosgastados del trajín cotidiano por otros de baile,relucientes. Ella invita a bailar a un peatón curioso, alcompás del 2 por 4 cantado por un hombre de funyinegro, micrófono en mano, que funciona gracias a laelectricidad cedida amablemente por el dueño delpuesto de diarios de Rivadavia y Rincón.La vereda es estrecha. Las baldosas están rotas. Noimporta como se baile, importa estar ahí, en esaesquina de la ciudad. No es un escenario. El telón defondo: maderas y chapas.El chico de la casa de enfrente se acerca con supelota, para luego seguir jugando,mientras su abuela lo vigila desde elbalcón. Una vecina, con su bolsa delos mandados, se detiene unosinstantes. Un muchacho conmaletín pasa apurado y apenasmira. El hombre de pañuelo blancoal cuello invita a bailar a una mujerde pollera corta y tajo que tararea lamelodía. Una pareja de jóvenesintenta unos pasos de baile ydespués se van abrazados ysonriendo. Un vecino pasa con superro y saluda a los bailarines.Sonríen, disfrutan. Miradas alegres y cómplicespor el entusiasmo de la gente que se suma y aplaude alfinal de cada canción.De repente, el tango comienza a mezclarse con elruido de las bocinas de los autos, las cacerolas de losbalcones, ventanas y terrazas.Esa esquina que bailaba improvisa ahoraelementos ruidosos, aplaude o grita acompañando estanueva forma de protesta urbana que ha comenzado amanifestarse en Buenos Aires, noviembre-diciembre2001…En este contexto comenzó nuestro trabajo, apartir de un pedido de la Subsecretaría deCultura de la Ciudad de Buenos Aires al InstitutoHistórico de esta ciudad, institución a la cualpertenecemos, para llevar a cabo unainvestigación sobre la historia del Café de losAngelitos, tomando como base los testimonios delos vecinos, que luego serían reflejados en unvideo, dadas la reconstrucción y futura aperturadel café.Su origen se remontaba a 1890 y, cien añosdespués, la década de 1990 fue testigo de sucierre, derrumbe y demolición.El trabajo de investigación se basó en latécnica de la Historia Oral, que utiliza comofuente para la reconstrucción histórica, losrecuerdos a través de testimonios orales,mediante la realización de entrevistasindividuales y grupales.Comenzamos con un acercamiento a losdiferentes actores sociales que se vinculaban conel Café de los Angelitos. Éstos fueron convocadosen diversas oportunidades paralas entrevistas. Entre ellosmencionaremos: el grupo dedocentes y alumnos de la EscuelaNº 1 Esteban de Luca, laAsociación Amigos del Café de losAngelitos, la Red SolidariaBalvanera-San Cristóbal, unabandoneonista de la Orquesta deSeñoritas, vecinos del barrio y delcafé, parroquianos que habíanestado en el café y artistas detango.Hablar de Historia Oral eshablar de “memoria”. De acuerdo con ElizabethJelin y entre tantas definiciones sobre este tema,“la memoria es una actividad subjetiva que serealiza en un momento o en un período, en unpresente. Consiste en dar sentido aacontecimientos del pasado –sea el pasado vividopor una persona o grupo, o transmitido por otroscomo parte de la tradición o de las creenciascompartidas”.1 A ello le sumamos que hablamosde un espacio de sociabilidad que significa unsímbolo para los porteños: el “café”, punto deencuentro, escenario de las problemáticasurbanas, referente que contribuye a la creación ytransmisión de la porteñidad.Por lo tanto, intentaremos acercarnos a lahistoria de un café en particular, el de LosAngelitos, en la cual confluyen: la “memoria”delos vecinos de Balvanera acerca de un lugar queEl fin de siglo y el umbral del tercer milenio (1983-1999)Borras de memoria y café...AutoresVilela, Marcela y Vega, SusanaLa historia del Café de losAngelitos, por tanto, estáligada a la historia de laciudad y a las propiashistorias de losentrevistados; por eso ellosla atesoran, la encarnan, lareivindican y la apropian.-M
image/svg+xml32físicamente ya no existe, el “tango” comoelemento aglutinante, el “barrio”como escenariode los recuerdos y como espacio de referencia.La gente le dio el valor de patrimonio intan-gible a esa esquina porteña, a un cafédesaparecido, a un recuerdo imborrable y así nospermite “reconstruir una historia”, darle sentido,poder imaginar de alguna manera ese espacio quefue tangible y que ha quedado en la memoriacolectiva.La historia del Café de los Angelitos, portanto, está ligada a la historia de la ciudad y a laspropias historias de los entrevistados; por esoellos la atesoran, la encarnan, la reivindican y laapropian.“Un espacio en blanco lleno dehistoria invisible” 2“Rilke dijo alguna vez quetodo está ya en el mundo. Sólonecesitamos verlo y darleamparo. Se trata por lo tanto dedesarrollar una sensibilidadpara aquellos lugares, aquellascalles y casas que necesitan denuestro apoyo”. 3Algunas de las preguntasque nos hacíamos al comienzode esta investigación eran:¿Por qué a partir del cierre del café (en 1992)varios grupos de vecinos, nucleados en diferentesinstituciones, toman la esquina de Rivadavia yRincón como punto de encuentro, como símbolode reivindicación y reclaman por la apertura delcafé? ¿Por qué ahora, si durante los años 80, porejemplo, a este café “no se lo veía” y se cerróporque no daba ganancias? ¿Por qué su derrumbey demolición movilizaron aún más a los vecinosque deliberadamente “tomaban la esquina” cadamiércoles, para rendirle homenaje?Quizá algunas de estas preguntas se fueronrespondiendo de la mano de Andreas Huyssenysin olvidar los sucesos por los que los argentinosatravesamos desde fines del 2001 hasta la fecha.Hablar de crisis, cierre, derrumbe y demoliciónera hablar de los efectos del proceso deglobalización en un país que despertaba del“sueño” que significó la década menemista.El caso que estamos analizando estáencuadrado en los efectos socioculturales dedicho proceso. “Lo que Benjamin llamaba el‘tiempo vacío homogéneo’ de la vida cotidianabajo el capitalismo podrá estar más vacío quenunca, pero ya no es lo bastante extenso nisustancial para poder llamarlo homogéneo. Elgiro hacia los residuos de culturas ancestrales ytradiciones locales, el privilegio de lo no-sincrónico y heterogéneo, el deseo de conservar,de prestar un aura histórica a objetos que de otromodo estarían condenados al desecho, a laobsolescencia: todo eso puede efectivamenteleerse como reacción frente a la velocidadacelerada de la modernización, como un intentode escapar del torbellino vacío del presentecotidiano y vindicar un sentido del tiempo y lamemoria. Refleja el intento, por parte de unossujetos cada día más fragmentados, de vivir conlos fragmentos, incluso de forjaridentidades variables einestables a partir de talesfragmentos, en lugar deperseguir una huidiza unidad ototalidad”. 4Era una especie derompecabezas al que había quearmar, testimonios de realidadesen pequeños fragmentos:descripciones del espacio físico,de su atmósfera, de los que allínunca estuvieron pero, no obstante, reivindicanese lugar como símbolo de identidad, frente a unproceso global que amenaza las identidades lo-cales, que fragmenta los lazos sociales, que creaindiferencia y desinterés por lo colectivo.Estos testimonios podrían representardiferentes tipos de recuerdos:a-como un dato o fuente histórica;testimonios de los que estuvieron; quéserecuerda.b-como fenómeno histórico, por quéserecuerda en este momento, además de cómose lorecuerda.La primera clasificación podríamos analizarlaa partir del planteo de Bachelard según el cualhabría testimonios que hacen una descripción delespacio físico, una representación de realidadesvisibles y tangibles, “… una representación quetiene todos los caracteres de una copia de larealidad. Ese dibujo objetivo, separado de todo(...) la geometría se trasciende enesas imágenes-testimonios quedejan de manifestar meramente undato concreto o físico para poblarsede significados mucho másprofundos que representan unespacio vivido, amado, perdido (…)
image/svg+xml33ensueño, es un documento duro y estable queseñala una biografía…” 5. Esto respondería al quése recuerda: Nos poníamos blusitas todasuniformadas, con blusitas y polleritas negras... habíaun antepalco. En el Café de los Angelitos se entrabapor la esquina pero al lado por Rivadavia, había unaescalera grande, grande, una terraza muy linda yestaba el antepalco y ahí uno se cambiaba, en elantepalco (Juanita).Siguiendo el concepto de Bachelard, lageometría se trasciende en esas imágenes-testimonios que dejan de manifestar meramenteun dato concreto o físico para poblarse designificados mucho más profundos querepresentan un espacio vivido, amado, perdido…En este caso estaríamos hablando del cómoserecuerda: Si eligiéramos una pintura sería unapintura alemana... con una especie de humo decigarrillo, la gente así, viste el calor que te da cuandoestás o con la bebida o con laemoción de la palabra, de laconversación... (Gladis).Finalmente, el testimoniocomo fenómeno históricorespecto del por qué serecuerda, se relaciona con elvacío como producto de unahistoria: los cambiosproducidos en la ciudad en elmarco de la globalización. El vacío remite a loausente por tanto persiste el recuerdo de eseespacio ocupado, pero al mismo tiempo esaausencia vehiculiza una fuerte carga imaginaria.Entonces estaríamos hablando de dos momentos:a) el vacío como un espacio urbano resultado deuna demolición, como consecuencia de undeterminado contexto histórico; b) el vacío setransforma en un espacio que de diferentesmaneras posibilita la memoria: Lo que sentíamos esque la oleada globalizadora se encontró con unapequeña roca que estaba ahí, perseverante, todas lassemanas, rememorando cosas en una lucha desigual ysiempre cavilosa... (Pedro).“La historia comienza al ras del suelo...” 6“(...) Cuando el tiempo se acelera, como hasucedido con el progreso del capitalismo, (…) lainercia de la civilización material y la impresiónde permanencia que ésta producía se debilita,cuando bajo los efectos de la economía demercado todo parece moverse con gran rapidez,nada se parece ya a nada y, sin embargo, ¡ohparadoja!, todo se parece. El abigarramientodesaparece y la modernidad recubre con launiformidad de su capa gris a las diferentesculturas en las que han desaparecido los colores(…). En estas condiciones, la historia –la que seescribe, esta vez– debe intervenir en losmecanismos de compensación de una sociedadque se ahoga bajo la uniformidad y reaccionaaumentando el número de marginales. Para ello,tendrá que añadirle una función nueva a aquélla,antigua ya, de la memoria. Espontáneamente, lasufrida sociedad le pide (…) que reconstruya enun imaginario más verdadero que el natural, ladiversidad de las realidades perdidas (…) A unacivilización que elimina las diferencias, la historiadebe devolverle el sentido perdido de lasparticularidades”. 7Los efectos de laglobalización que antesmencionamos tambiéndescaracterizaron a los cafésporteños. Muchos de ellos fueronrenovados, “supuestamenteembellecidos”, remodelados,uniformados. “Lo propio de estenuevo estilo es justamente lamezcla, sus rasgos de indiferenciación, la libertadcon que se construye fuera de los ejes de sutiempo, fuera de las tradiciones de la cultura localy fuera de la geografía urbana preexistente”.8Otros espacios, como es el caso del Café de losAngelitos, no resistieron a estos cambios ycerraron sus puertas.Entonces estaríamos hablando dedos momentos: a) el vacío comoun espacio urbano resultado deuna demolición, comoconsecuencia de un determinadocontexto histórico (...)
image/svg+xml34Nuestro trabajo consistía entonces encompensar desde la historia algún sentido derealidad frente a ese espacio eliminado, vaciado…Pero entonces, ¿dónde iniciarla?Los testimonios más fuertes se vinculaban alderrumbe y demolición del café, en 1999 y 2000,respectivamente. Parecía que lo fundacional eran esoshechos dolorosos, transmitidos con angustia y tristeza.Entonces, creímos que la mejor manera de empezar acontar esta historia era desde ese vacío que significabala ausencia del café. Desandarlo. Porque era un vacíoproducto de una historia. Iniciábamos así una especiede reconstrucción, a modo de albañiles, ladrillo sobreladrillo que nunca van a encajar exactamente cuandotrabajamos con la memoria, porque sus tiempos noson lineales ni cronológicos.Acá había como un baldío queno se podía pasar durante tantosaños... (Mía María)Muchas veces me preguntabana qué iba al café si no había nada.Muchas veces me preguntan eso:¿Para qué vas si no hay nada?¿Cómo que no hay nada? Claro medicen, si lo tiraron abajo. ¿A quévan? No para nosotros el café sigueestando, para vos no está porque se derrumbó. ¡A mí... agastar zapatos! (Dora)El café... había que construirlo todo de nuevo eso,estaba todo al ras. Imaginate que cuando me llamaronpor teléfono a mí, eran las 8 de la mañana, yo reciénme estaba levantando y me dijeron, ‘mire señorOrlando, apúrese que están tirando el café’ ¿Cómo queestán tirando el café?, no lo podía creer. Bueno, hizotanto que le creí y era cierto. (Orlando)Si nosotros estamos avisados, nos ponemos allí, latopadora tiene que parar... tiene que parar porquehubiésemos hecho una barrera allí. (Gladis)Lo vi cuando lo estaban tirando... Sentí una cosarara, ¡qué faltaba algo! Cuando miraba faltaba algo...porque siempre pasaba del colegio y miraba... y ahorano hay nada. (Emiliano)La directora me dijo: ¡Eloísa! Se la cayó elboliche... y me vine, me vine para acá... y lloraba...desesperada. Estuve como quince días llorando. Todosme decían: “¡No es para tanto! ¡No es la muerte!”.¡Para mí, qué sé yo, es como la muerte! (Eloísa)Bailar ese día bajo la lluvia, que se cayó el techo,para mí era... me hacía mucho bien porque era unaforma de llorarlo, bailando, por eso salí y me puse en elmedio de la calle, bajo la lluvia. La única loca ¿no?...cuando salí de casa que me enteré, lo único que atiné estomar una pollera y los zapatos de tango y corrí a laesquina. Dije: “¡No puede ser, no puede ser! ¡Unhomenaje le tengo que hacer!”. Fue ponerme esapollera y los zapatos de bailar y bailé... bailé... Noteníamos música; no teníamos nada, pero tenía quebailar, lo tenía que homenajear. Le tenía que darfuerza, que no se cayera eso, que no terminara...(Beba)Estos testimoniosdemuestran que cuando seproducen cambios físicos en unespacio tiene lugar además su“des-realización” porque seborran las marcas, las huellas queinscriben materialmente a lamemoria.9Lo físico y territorialconfirman entonces la memoria,la historia de cada uno. Ladesaparición de los lugares también indica unatemporalidad. En este caso, nos mostrarían lasconsecuencias del paso del tiempo. “Las fachadasy los lugares representativos de nuestra ciudadnos ayudan a sostener nuestra identidad, dice elarquitecto Rodolfo Livingston. Es por eso que nosafecta tanto que derriben –como es costumbreentre nosotros– edificios que, aun carentes devalor ‘arquitectónico’ o histórico, nos sirven deapoyo para constatar que seguimos siendo losmismos durante el transcurso del tiempo y apesar de todo lo que nos pasa… El yo del hombrese extiende a sus cosas, a su casa y a su ciudad.Por eso, cuando modificamos las partes de laciudad que están incorporadas a nuestramemoria, a nuestra historia personal, nos estamosmodificando a nosotros mismos. Cuando serompe el ámbito, se rompe algo dentro denosotros mismos”.10El café de Rivadavia y Rincón se habíacerrado en 1992. Su último dueño fue GermánLozada. En el mismo año fue declarado “sitio deEn l996 se constituyó laAsociación Amigos del Café de losAngelitos que adhirió a lapropuesta inicial de reconocer alcafé como centro y espaciocultural para vecinos y amigos (...)
image/svg+xml35interés para la ciudad”: no se podía construir allíotro edificio y se descartaba su demolición. Desdesu cierre, las autoridades hablaron de “rescatarlo”por su valor simbólico.Luego de cerrado, en diciembre de l992, laEscuela Nº 1 “Esteban de Luca” plantea comoproyecto institucional la “reapertura del Café delos Angelitos”. En 1993, en esa esquina losalumnos de dicha escuela mostraban sus trabajosreferidos al tango y al café.Acá esto empezó en el año 92. El café se cerró enabril del 92 y nosotros, acá en la escuela, a fin de año,estábamos terminando la tarea y a Carmona se leocurrió decir que saliéramos a hacer una actividad deconexión de la escuela con el barrio... Carmona es elprofesor de música. Esto nospareció una cosa muy ambiciosa,porque no es fácil esto de que laescuela salga al barrio y que elbarrio venga a la escuela, ¿no?Porque sabemos que todo está así,como muy estanco... (Cristina)Nosotros fuimos a ver, a vernada más el café de afuera, yresulta que aparece un señor que losaluda a él (se refiere a unalumno de la escuela),le da lamano, entonces yo digo: “¡Bueno!Decile a ver si nos deja entrar”. Y él hizo toda latransacción y nos dejó entrar. Era peligrosísimo...(Cristina)Había tabiques colgando de un hilo, de unalambre, unas piedras así de grandes colgando...Estaba en muy mal estado, directamente se caía... Eraun salón grande, había máquina de escribir... habíaunos cuadros de un ferrocarril... había un montón degatos... Los carteles de afuera tirados ahí en el pisoadentro, había un montón de bolsas de maíz...(Emiliano)Había un cuadro de Carlos Gardel, había uno deCharlo también. Había uno de una mujer que no mefijé quién era... Había de la selección argentina.(Orlando)Movilizó muchísimo al barrio, a mucha gente...En ese momento movilizamos mucho a la escuela y lagente se entusiasmó muchísimo, incluso se hicieronfrisos, se hicieron montones de cosas, porque era muyreciente y era la primer movida que hacíamos... elmismo año del cierre, a fin de año... Entonces veníanmujeres grandes y lloraban y estábamos todosemocionados y nos dejaban cartas para que noscomuniquemos con ellas. ¡Fue una cosa brillante!, quedespués nosotros tampoco pudimos sostener tanto,porque acá nos multiplicamos en diversas tareas, acános diversificamos, entonces no se puede sostener,hasta que llegaron ellos (se refiere a la AsociaciónAmigos)y lo sostuvieron los miércoles... (Cristina)La Red Solidaria es San Cristóbal-Balvanera,donde hay varias instituciones. Ahora, el Café de losAngelitos es una de las instituciones que está dentrode la Red Solidaria. La escuelatambién se acercó para trabajar enred... La escuela colabora con laAsociación. (Cristina)En l996 se constituyó laAsociación Amigos del Café deEstábamos tratando de reconstruirla historia de un café, pero ¿dequé café queríamos hablar?Empezamos entonces por indagaren los diferentes tiempos de unahistoria que transcurrió a lo largode cien años, buscando lascaracterísticas de este café endistintas décadas.
image/svg+xml36los Angelitos que adhirió a la propuesta inicial dereconocer al café como centro y espacio culturalpara vecinos y amigos; bregando por esclarecerante la opinión pública y las autoridades sobre laimportancia cultural que tuvo y tiene el café paratodos los porteños.Esta iniciativa de los vecinosse vincula a la promesa de no demolición del caféque realizó en l996, Fernando de la Rúa, entoncesjefe del gobierno porteño.Todos los miércoles, a la caída de la tarde, losvecinos de Balvanera nos reunimos a cantar, bailar yescuchar música en la esquina de Rivadavia y Rincón.Frente a tantos problemas cotidianos, ésta es la manerade luchar por los nuestro... El café se encuentracerrado desde hace más de 6 años. Ha sido declaradoárea de protección histórica y espera el aporte deinversores particulares o del gobierno que decidaninvertir en rescatar nuestroslugares enraizados en nuestranacionalidad. Los amigos del Caféde los Angelitos nos hemospropuesto desarrollar actividadesorientadas a la difusión y defensade la cultura nacional, en general,y su peculiar expresión porteña, eltango. En este sentido nuestrocompromiso es asumir la defensadel Café de los Angelitos como depositario y testigo deun importante período de la vida de nuestra ciudad.Nos sentimos convocados para poner el mayor empeñoen lograr la reapertura de este histórico baluarte de lacultura que no ha logrado sobrevivir a la impiadosalucha comercial. Y de cara al futuro nos sentimosconvocados a prestarle el apoyo cotidiano cuando llegue elmomento que sus puertas vuelvan a abrirse y renazca estepedazo de la historia de Buenos Aires. (Pedro) 11Estábamos tratando de reconstruir la historiade un café, pero ¿de qué café queríamos hablar?Empezamos entonces por indagar en losdiferentes tiempos de una historia que transcurrióa lo largo de cien años, buscando lascaracterísticas de este café en distintas décadas.Pero, ¿cuáles eran esas características? ¿Las quereconstruían un espacio físico que hoy estáausente? ¿Las que reflejaban la atmósfera que sevivía en ese café? ¿Las que construyeron ese“recuerdo mítico” que tenían nuestrosentrevistados?Si bien teníamos más clara la noción del vacíoy la necesidad de empezar a construir la historiadesde allí, no estaba tan claro dónde detenersepara rearmar la historia del café enfuncionamiento, abierto.La década del 80 fue la última en la cual elCafé de los Angelitos todavía tenía sus puertasabiertas al público.Era también como un poco antiguo para uno, enla época que iba... entré a veces a la tarde... como en laesquina está el gremio de maestros y yo era delegado,me acuerdo que una de las primeras veces que fui eraporque había una reunión... ya estaba un pocodecaído... Y esos son los años 86, por ahí... ElCongreso es una zona de mucha reunión de militanciapolítica... a la tarde... se armaban mesas largas. Era uncafé que a mí, la idea que me daba, era que estababastante vacío siempre. Era comoque si no íbamos nosotros no habíamucho movimiento. (Carmona)(...) Si bien lo conocía de pasoal café porque iba de vez en cuandoa tomar algún café o a reunirme conalgún amigo pero nada más. Nuncale di la importancia que tenía el Caféde los Angelitos. (Carlos)Estos ejemplos nos hablan de un café al quese iba de paso, circunstancialmente, quizá por subuena ubicación y por su cercanía a otros centrosde interés. Pero su imagen ya estaba desdibujada.Los fines de semana, por otro lado, habíaespectáculos de tango.Horacio Salas comentaba que en los 70 ya noera lo mismo y que el último esplendor del viejocafé aportado por los integrantes de la llamadageneración del 60 que conformaban el grupofundador de la revista El grillo de papel(AbelardoCastillo, Arnoldo Liberman, HumbertoCostantini, Liliana Heker, Roberto Santoro).“Después vinieron el grill, las mesas de fórmica,las tulipas de plástico, el feísmo de inexplicablesespejos y la falta de personalidad”.12En 1966 los dueños son tres: Luis Gómez, Noya yPablo Domínguez y ponen una cervecería tipoMunich y después ya viene un poquito ladeclinación. (...) En el 64 empieza a declinar unLos testimonios referidos a lasdécadas del 60, 70 y 80indudablemente no reflejabanningún esplendor del Café de losAngelitos.
image/svg+xml37poquito. El ambiente que tenía ya empieza a tenerun poquito de todo. (Jorge)Había un restorán, después dejaron de dar decomer hasta que llegó un momento que no dabaganancias. Pero ellos lo habían abandonado. Se ve quea los tipos no les daba ninguna utilidad. Venían abuscar plata y llevaban deudas. Entonces un buen díadijeron: no va más y cerraron. (...) Pero lo dejaronabandonado, lo abandonaron y bueno, se fueacumulando basura. (Tomás)Y cuando lo vi deteriorarse... vos sabés que a veceslloré. Había dos personas muy humildes que le dejabanalgo ahí para que lo fueran limpiando, porque es tristeenvejecer así, no importa envejecer pero envejecer conaltura, no como terminó el Café delos Angelitos, hecho una piltrafa...(Juanita)Hasta el día que apareció unadelanto tecnológico¡maravilloso!... que es latelevisión... Y a esa esquinadejamos de ir muchos, bastantetiempo. Un poco porque estábamosimbuidos de otros problemas cadauno de nosotros. Y otro poco porqueteníamos que ir a ver en latelevisión a... teníamos que estarviendo televisión. Entonces, nos privábamos de eseencuentro de amigos y amigas que durante muchospero muchos años fue una realidad. Aunque no rechazola televisión, lo que estoy diciendo es que tiene quehaber un tiempo para que en la mesa del fecachamuyemos de nuestra familia, de nuestros amigos,de las minas también y de alguna manera intercambiaropiniones como era en aquel entonces... Se ha perdidoel lugar del encuentro de seres humanos que o quierenexpresar sus sentimientos o quieren escuchar lossentimientos de esos amigos y amigas que se sientan enla mesa. Entonces, en vez de ir al café donde nosotroshacíamos el psicoanálisis, todas las noches, ahoratenemos que ir a ver al psicoanalista. (Ben Molar)Esta declinación de la función social del cafécomo espacio de encuentro y de contención formaparte de un proceso cultural mayor vinculado a laaparición de nuevas tecnologías y cambios que seproducen en la ciudad: la complejización de losmedios de transportes y comunicaciones,especialmente la televisión, los reveseseconómicos que obligaron a los argentinos abuscar más de un empleo; con ello se acortaronlos tiempos disponibles para el ocio y la charla decafé.“Todo lo aprendimos en la mesa del café…”La búsqueda continuaba. Los testimoniosreferidos a las décadas del 60, 70 y 80indudablemente no reflejaban ningún esplendordel Café de los Angelitos. Sabemos que lamemoria es selectiva y sólo elige determinadoshechos para recordar, enmarcados en el momentopresente en el cual realizamos la entrevista. Eneste caso, podríamos decir quelos testimonios aludían a unaetapa de esplendor del café quealgunos vivieron pero que, en lamayoría de los casos, sereproducía como parte de unahistoria transmitida. Lasimágenes que se tienen del caféno hacen referencia a espaciosfísicos concretos ya que nadiedescribe cómo era ese cafématerialmente, sino asituaciones vividas y a lospersonajes que por allí pasaron:hitos a partir de los cuales se organizan lasmemorias.13Eran lugares necesarios para la vida de esasgeneraciones que se instruyeron en el café. Porque enesta mesa alguien no sólo contaba el tango que habíaescrito o la música... para todos nosotros era unaLas imágenes que se tienen delcafé no hacen referencia aespacios físicos concretos ya quenadie describe cómo era ese cafématerialmente, sino a situacionesvividas y a los personajes que porallí pasaron: hitos a partir de loscuales se organizan lasmemorias.
image/svg+xml38necesidad ir a esos lugares donde sabíamos quefrecuentaba la gente que nos atraía ya sea por susentimiento poético o literario, ya sea porque era uncantor o un músico... Como sabíamos que a la nocheteníamos que estar en “El Nacional” por ejemplo, o en“El Germinal” o en Villa Crespo en el “San Bernardo”o en “La Pura”; era una necesidad encontrarse... alanochecer. Durante el día se trabajaba en aquelentonces, todos trabajábamos, así que íbamos cuandosalíamos de nuestras tareas... pero era una necesidadestar en los cafés... Teníamos por delante nochesenteras, y entonces íbamos a tres o cuatro cafés dondehabía gente que nos hacía feliz... Esos son lugaresdonde de alguna manera naciónuestro tango. En realidad, nonació ahí, pero sí se hizo grandecitoporque en esas mesas siemprealternaban cantantes, compositores,letristas, poetas del tango quechamuyaban y hacían suscomentarios... al decir nuestrotango estamos diciendo Café de losAngelitos.” (Ben Molar)“Las características del cafépropiamente dichas no te podríadecir cómo eran, lo que pasa es quepara el recuerdo de uno que conocíatambién el tango, ir al Café de losAngelitos era reencontrarse unpoco con el pasado histórico, ¿no escierto? Pero no me acuerdoexactamente qué característicastenía adentro... Si me preguntaras no me acuerdo... simal no recuerdo tenía una barra, como se usabaantiguamente de estaño... A veces salíamos con losmuchachos, veníamos al centro, cuando tenía 18, 19,20 años y después veníamos caminando del centro porRivadavia y por ahí tomábamos algo en el Café de losAngelitos, ¿no? Lo que tomábamos era cerveza, lacerveza suelta. (Zanardo)Cuando yo tenía que decirle a alguien que íbamosa ir... ¿dónde vas esta noche? Y, voy a Ri y Ri. Nodecíamos el lugar para que no se enteraran, pero eraRivadavia y Rincón… Eran lugares non sanctos, enaquel entonces, lugares de tango que no a todas lasfamilias les gustaba que sus niñas fueran... a ciertoscafés donde se decían que estaban cafishios,tangueros... Es un lugar histórico por el cualfrecuentaron casi todos... estoy acordándome y sontantos los nombres... de los que tuve la suerte de estarcompartiendo la mesa... todas estrellas especialmentedel tango. Estuve con Razzano, ahí sentado en unamesa tomando un café, chamuyando. Tuve la suerte deestar con este querido amigo que se fue hace poco,cuando tenía casi cien años, Enrique Cadícamo... (BenMolar)Yo entré por primera vez en ese café en 1942. Eraun pibe de 17 años; me llevaron unos dirigentessocialistas de la Casa del Pueblo,rememorabaAlfredo Bravo en algunaoportunidad y rescatabala siguiente anécdota: La Casa delPueblo estaba ubicada a 50 metrosde Rivadavia y Rincón, fueinaugurada en 23 de enero de l927.Esa noche hubo una cena popular,donde se comió desde tallarines a laboloñesa hasta pollo al spiedo.Como era tradicional entre lossocialistas sólo se tomó agua. Claroque después de la cena un gruponumeroso se fue al Café de losAngelitos y se tomó todo el vinoque había.14Una vuelta fue De Caro. ¡Ay!Sabés el susto que me pegué cuandofue el maestro De Caro. Entonces,me acuerdo que toqué el tangoCopacabana, bueno. También vinoChazarreta, que era el autor delvals Santiago del Estero. (Juanita)Pero, al escuchar a estos hombres que de algunamanera tenían una vida más intensa, que eran másestudiosos, que habían alternado en las universidades,en los colegios, escuchándolos hablar aprendíamos...todo lo aprendimos en la mesa del café. (BenMolar)Hasta tengo un verso hecho por mi esposo en elCafé de los Angelitos del 37. ¡Ay!,¡se dan cuenta, losaños muchos que tengo!. Entonces, ahí venían a vecesnúmeros, tenían una particularidad, por ejemplo, laorquesta estable, pero estaba muy lindo el reservado,para familias, estaba muy lindo, muy bien montado…Vino Marianito Mores… con las hermanitas...Mores… era un prodigio; él pedía una nota al públicoy sobre esa nota él armonizaba un tango. ¡UnEra la gente, entonces, la quetomaba esa esquinasemanalmente, la AsociaciónAmigos del Café de los Angelitos,los docentes y alumnos de laescuela, los vecinos, los que ahoraencarnaban al café, lopresentificaban, especie de“puesta en escena de la memoria”de estos nuevos depositarios delser del café. El Café de losAngelitos va más allá de lomaterial, de su presencia oausencia. No es la nostalgia sinouna tenaz vocación por la memoriacomo mecanismo que fortalece elsentido de pertenencia.
image/svg+xml39prodigio!... Mi esposo... me hizo un verso muy lindo:“Café de los Angelitos, lugar de amigables citas con unpalco en el centro y orquesta de señoritas”. (Juanita)Carlos Gardel vivía en Rincón 137, a una cuadray un poquito más. Cerca también vivía el apoderado deGardel, Delfino, que vivía en Saavedra 222, quetambién se acerca a Los Angelitos. Gardel se encuentracon mucha gente del ambiente en elcafé... (Jorge)(...) Gardel cantaba acá en Los Angelitos, digamosque cuando se lo pedían cantaba, pero más venía parareunirse a jugar a las cartas... porque Gardel cantabaen el Café de los Angelitos... (Osvaldo)¿Alguien le contó a ustedes que ahí se encontrabaRazzano con Gardel? ¿Alguien se lo contó?... Yo no losé... yo no sé. Estuve con Razzano ahí tomando unfeca, pero... nunca se me ocurrió preguntarle y nuncasupe si era verdad, porque se inventan muchas cosas,¿no es cierto? Yo recuerdo haber escuchado pero nopuedo dar fe de eso... (Ben Molar)Esta esquina de Buenos Aires seráinmortalizada en la década del 40 por CátuloCastillo y José Razzano, quienes componen eltango Café de los Angelitos.(...) El tango que escriben Razzano y CátuloCastillo (...) ensalza mucho y le da muchatrascendencia en la ciudad de Buenos Aires yalrededores. La gente venía a conocer el Café de losAngelitos. (Jorge)A mí el tango Café de los Angelitosme parecíauna pintura, me gustó toda la vida. Hasta que vine yconocí lo que era el frente, lo que quedaba del Café delos Angelitos, y estaba chocha de vivir en el barrio,donde está ese café que estaba en la letra de un tango.(Gloria)El tango es el único dato real que mencionala existencia del café y no es casual que elproyecto de la escuela, ya citado, se inicie apartir del profesor de música, desde lapartitura del tango Café de los Angelitos.Podríamos decir que es un documento históricoque refleja cómo era ese espacio, el significadoque tenía para los porteños en la década de orodel tango, cuando la relación entre el tango y elcafé eran inseparables, dado que, desde susorígenes, el tango estuvo vinculados a estosespacios de sociabilidad porteños. No obstante,Cátulo Castillo ya estaba evocando un tiempoido que reflejaba una imagen nostálgica delcafé haciendo referencia a esos personajes quehabían pasado por allí: “Yo te evoco, perdidoen la vida/ Rivadavia y Rincón... Viejaesquina/ de la antigua amistad que regresa,/coqueteando su gris en la mesa que estámeditando/ en sus noches de ayer./ Café delos Angelitos./ Bar de Gabino y Cazón./ Yo tealegré con mis gritos/ en los tiempos deCarlitos por Rivadavia y Rincón./ Cuandollueven las noches su frío,/ vuelvo al mismolugar del pasado,/ y de nuevo se sienta a milado/ Bettinoti, templando la voz”.Los testimonios cuentan que, desde ladécada del 20 en adelante, este lugar fuetestigo del paso de diferentes figuras ypersonajes de la ciudad de Buenos Aires:Carlos Gardel, José Razzano, Roberto Arlt, loshermanos Discépolo, Florencio Parravicini,Carlos de la Púa, Tito Luciardo, Leguizamo,Nicolás Olivari, los hermanos González Tuñón,entre otros, y además los socialistas J. B. Justo,Américo Ghioldi, Nicolás Repetto, AlfredoPalacios y un grupo de radicales yrigoyenistas,quizá elegido por algunos –aquellos integrantesde la bohemia artística y tanguera, quereivindicaban el suburbio y con él la culturacomo un valor popular en expansión– como unsitio más dentro del “circuito marginal”
image/svg+xml40porteño que desembocaba en la calleCorrientes.En 1919 el café fue comprado por ÁngelSalgueiro, quien colocó los angelitos en el frente y lollamó “Café de los Angelitos”, aunque la gente ya lollamaba de este modo, hecho que demuestra unatemprana interrelación entre los parroquianos con ellugar.(...) El nombre Los Angelitos que todo el mundoconoce la anécdota que el comisario siempre comentabaque como dos por tres había trifulcas, les decía a losintegrantes de la comisaría: “¡Muchachos, vamos a verqué pasa en ese café de los angelitos!”, con elpeyorativo de que eran bastante lieros, ¿no? (Jorge)“Con la expansión de la ciudad se vanconfigurando y creciendo los ‘barrios’ comoámbitos económico-sociales. En los barriosporteños, muchas veces como escenarios de lasproblemáticas urbanas, como espacio deintercambio social, como punto de encuentro, seconstituyeron los cafés. En la ciudad de BuenosAires, para 1887 había más de 200 cafés, lamayoría con billar y despacho de bebidas… Lavisibilidad de los cafés es insolente; esparcidospor toda la ciudad, diseñando filonesininterrumpidos, sobre la calle, emplazados enlas esquinas o en la mitad de la ‘cuadra’, seofrecen a la consideración y el disfrute detodos… La connivencia entre la bebida, laconversación, la disputa, el trabajo y labúsqueda de empleo justifica suemplazamiento en los mercados y en torno deellos”.15Tal es el caso del barrio de Balvanera,en el que se sitúa el Café de los Angelitos que,si bien se fundó en torno de la parroquia deNuestra Señora de Balvanera hacia fines delsiglo XVIII, los avances de la ciudadtransformaron a este barrio en un centro deintercambio comercial, debido a la presencia dequintas abastecedoras, corrales, mercados(Abasto, Spinetto) y la estación del Ferrocarril11 de Septiembre.Para 1890, el italiano Batista Fazio construyey abre el “Café Rivadavia”. Sólo era un galpóncon billares, piso de tierra y techo de chapa, en laesquina de Rivadavia y Rincón.¡Cuánto tiempo llevo construyéndote…! 16Retornando a esa esquina que observamosaquel miércoles de noviembre de 2001,¿quiénes estaban allí?, ¿por qué habían elegidoese lugar?, ¿qué representaba estar ahí? “Lamemoria se produce en tanto hay sujetos quecomparten una cultura, en tanto hay agentessociales que intentan ‘materializar’ estossentidos del pasado en diversos productosculturales que son concebidos como o que seconvierten en vehículos de la memoria… Tambiénse manifiesta en actuaciones y expresiones que,antes que representar el pasado, lo incorporanperformativamente”.17Era la gente, entonces, la que tomaba esaesquina semanalmente, la Asociación Amigosdel Café de los Angelitos, los docentes yalumnos de la escuela, los vecinos, los queahora encarnaban al café, lo presentificaban,especie de “puesta en escena de la memoria” deestos nuevos depositarios del ser del café. ElCafé de los Angelitos va más allá de lomaterial, de su presencia o ausencia. No es lanostalgia sino una tenaz vocación por lamemoria como mecanismo que fortalece elsentido de pertenencia. Se trata entonces, de loque les pasa a ellos a partir de..., lo que puedenconstuir con eso. Es esta gente la que se erigecomo depositaria de una memoria o legado dela historia ciudadana a partir de la“apropiación” de un espacio determinado. Hanelegido una manera diferente de manifestarse –el tango, bailado y cantado– y así llevar a cabouna forma de resistencia ante la pérdida delespacio y la identidad ciudadanos. Laidentidad porteña, cristalizada a través deltango, resiste aquí los avatares neoliberales.¡No lo podíamos creer! ¡Vos sabés la cantidadde años de lucha que tenemos acá!Porque acá llueva, truene, refucile, estamosigual. ¡Hacemos presencia! (Eloísa)Yo quería destacar la experiencia que hemostenido estos ocho años de juntarnos en la calle... Loque sentíamos es que la oleada globalizadora seencontró con una pequeña roca que estaba ahí,perseverante, todas las semanas, rememorando cosasen una lucha desigual y siempre cavilosa... Fue unsímbolo, y nosotros ahí, cada noche del miércoles,bajo la lluvia, en el frío... Yo soy de los que nunca
image/svg+xml41ha tomado un café en Los Angelitos... y ahíestábamos con los chicos de la escuela que tampocolo vieron abierto, rindiendo un homenaje y untestimonio. No vamos a dejar que se lo lleven gratis,no vamos a dejar que haya una estación deservicios, no vamos a dejar que haya un banco, unedificio de propiedad horizontal. ¡Ahí vamos aestar! Sabiendo que quizá íbamos a perder... Esasson las dos cosas que quería destacar: el valor de lalucha, aún teniendo las posibilidades de la derrotacomo lo más probable; y el valor de la memoria, esaenseñanza de nuestro pueblo, aun para aquel que noha vivido la sensación del aroma del café.(Pedro)Cuesta, pero tiene sus gratificaciones... Se tratade crear una cultura solidaria, romper con laindiferencia, con el no saludo, poder saber en quéanda el otro. (Héctor)(...) Donde lo cultural seintegra a la vida comunitaria ymás que una asociación somos ungrupo de vecinos que tratamos defortalecer los puntos de contactoy disminuir los roces, lasdiferencias. Eso sería la síntesisde un grupo de amigos que fortalece lascoincidencias y trata de manejarlas, apuntalarlas...Hay toda una historia donde uno ha ido, a veceslimando las diferencias... (Pedro)Es como nuestra identidad... Y de golpe teencontrás con la necesidad de estar ahí. Y despuéste encontrás con gente que además es macanuda,que tiene valores similares a los tuyos. Y bueno,uno se va consolidando en esta identidad...Y cuandovos escuchás, es lo tuyo, viste, es tu música, es tugente, son tu vecinos. (Pedro)Por otro lado, nos encontrábamos con un lugarque ya no estaba y otro que se proyectaba; junto a laimagen del viejo café se construía también laimagen soñada. La memoria está unida a laesperanza. “En ese presente donde lo pasado es elespacio de la experiencia y el futuro es el horizontede expectativas, es donde se produce la acciónhumana”.18La continuidad de ese espacio vacío yproyectado está en la gente y, a pesar, de no estarmaterializado, el Café de los Angelitos nunca dejóde estar o de ser.La identidad porteña, cristalizada através del tango, resiste aquí losavatares neoliberales.—¿Y qué querés ver del café?...Emiliano: —Por ahí lo que era antes...—¿Creés que va a ser como antes?Emiliano: —No, ¡¡ahora va a estar másmoderno!!—¿Qué tenés ganas de que pase cuando seabra?Emiliano: —¡¡Que vuelva todo!!, ¡como antes!(Alumno de la escuela Nº 1, 13 años)(...) Por eso, para mí, eso de reconstruirlo,muchos me dicen: no es lo mismo... Sí, la llamasigue viva ahí, para mí siguen los angelitos ahí,para mí tiene mucho valor... (Beba)Este trabajo pudo realizarse dada laconfluencia de, por un lado, la iniciativaprivada que inició la reconstrucción del café;por otro, los espacios públicosencarnados, en este caso, en laEscuela Esteban de Luca, laSubsecretaría de Cultura de laCiudad de Buenos Aires y elInstituto Histórico; yfinalmente, lo popular: losvecinos porteños depositarios,defensores y trasmisores de la culturaciudadana.Rescatamos especialmente el tenazproyecto de la escuela pública, tambiéndepositaria y trasmisora de la cultura, unida auna asociación civil que, desde una actitudreparadora, han permitido demostrar quepatrimonio no es sólo aquello queinstitucionalmente, por valores estéticospreestablecidos, se declara como tal, sino quees patrimonial aquello que se conoce, seaprehende, se trasmite, se defiende.
image/svg+xml42NOTAS1Elizabeth Jelin, en “Enfoques” de La Nación, Buenos Aires, 31 demarzo de 2002.2Expresión de Andreas Huyssen, en En busca del futuro perdido.3Andreas Huyssen, ídem,p.210.4Andreas Huyssen, ídem, p.64.5Bachelard, La poética del espacio, p. 61.6Expresión de Michael De Certeau en La invención de locotidiano.7Philip Aries, Ensayos de la memoria, pp. 68-69.8Emiliano Galende, De un horizonte incierto.9“Primero fue el tiempo cíclico de los orígenes, después el linealde la historia cronológica, ahora entramos en un tiempo esféricoque al desrealizar el espacio liquida la memoria, su cargahistórica y su espesor geológico”. Jesús Martín Barbero,“Globalización comunicacional y descentramiento cultural” enLa dinámica global/local, p. 38.10Rodolfo Livingston, ídem, pp. 108 y 142.11Periódico barrial El Damero, 1998.12Horacio Salas, El Cronista de Buenos Aires, febrero de 1992.13Véase Elizabeth Jelin, Los trabajos de la memoria.14 La tradición se conserva en los bares, Publimetro, 22-11-2000.15Sandra Gayol, Sociabilidad en Buenos Aires: Hombres, honor y cafés1862-1910.16Expresión de Gastón Bachelard en Poética del espacio.17Van Alphen, en Elizabeth Jelin, Los trabajos… p.3718Elizabeth Jelin, Los trabajos de la memoria, p. 13BIBLIOGRAFÍAAries, Philip, Ensayos de la memoria. El tiempo en la historia, Bogotá,Grupo editorial Norma, 1995.Augé, Marc, Los “no lugares”. Espacios del anonimato. Unaantropología de la sobremodernidad, Barcelona, Gedisa, 1998.Bachelard, Gastón, La poética del espacio, Buenos Aires, F.C.E.,2000.Ballardo, Rubens y Lacarrieu, Mónica (comp.), La dinámica global/local. Cultura y comunicación: Nuevos desafíos, Buenos Aires,Ciccus-La Crujía, 1999.Bellucci, Mabel, “Vida y transfiguración de los Cafés Porteños”,en Revista Todo es HistoriaNº 333. Buenos Aires.Berman, Marshall, Todo lo sólido se desvanece en el aire. Laexperiencia de la modernidad, Buenos Aires, Siglo XXI,1989.Burke, Peter, Formas de Historia Cultural, Madrid, Alianza, 2000.Calvino, Italo, Las ciudades invisibles, Barcelona, Minotauro, 1990.Candau, Joël, Antropología de la memoria, Buenos Aires, NuevaVisión, 2002Chartier, Roger, Escribir las prácticas. Foucault, de Certeau, Marin,Buenos Aires, Manantial,1996.Crónicas intergalácticas, EZLN, Primer Encuentro Intercontinentalpor la Humanidad y contra el Neoliberalismo, Chiapas, México,1996.De Certeau, M; Giard, L.; Mayol, P., La invención de lo cotidiano 2.Habitar y Cocinar, México, Universidad Iberoamericana, Institutotecnológico y de estudios superiores de Occidente, 1999.De Certeau, Michael, La invención de lo cotidiano 1. Artes de hacer,México, Universidad Iberoamericana. Instituto tecnológico y deestudios superiores de Occidente, 2000.Devoto, Fernando y Madero, Marta (dirección), Historia de la vidaprivada en la Argentina.La Argentina plural: 1870- 1930, tomo 2,Buenos Aires, Taurus, 1999.Galende, Emiliano, De un horizonte incierto. Psicoanálisis y SaludMental en la sociedad actual, Buenos Aires, Paidós.Gayol, Sandra, Sociabilidad en Buenos Aires: Hombres, honor y cafés1862-1910, Buenos Aires, Ediciones del Signo, 2000.Gorelik, Adrián, La grilla y el parque, Buenos Aires, U.N.Q., 1998.Hardoy-Gutman, Buenos Aires. Historia urbana del áreametropolitana, Mapfre.Huyssen, Andreas, En busca del futuro perdido. Cultura y memoriaen tiempos de globalización, México, F.C.E., 2002.Jelin, Elizabeth, Los trabajos de la memoria, Madrid, Siglo XXI,2002.Le Goff, Pensar la Historia, Barcelona, Paidós, 1991.Livingston, Rodolfo, Arquitectura y Autoritarismo, Buenos Aires,Ediciones de La Flor, 1991.Moise, Cecilia, Prevención y Psicoanálisis, Buenos Aires, Paidós,1998.Piñeiro, Alberto y Trueba, Carlos, Balvanera y Once. Una parroquiay un barrio,Buenos Aires, Fundación Banco de Boston, Nº 22.Salas, Horacio, El Cronista de Buenos Aires, febrero de 1992.Sarlo, Beatriz, Escenas de la vida posmoderna. Intelectuales, arte yvideocultura en la Argentina, Buenos Aires, Ariel, 1998.Scenna, Miguel Angel, “Los Cafés” en Revista Todo es Historia.Scobie, James, Buenos Aires, del centro a los barrios. 1870-1910,Buenos Aires, Solar, 1977.Sebreli, Juan José, Buenos Aires y su gente, Buenos Aires, CEAL,1982.
image/svg+xml43traduccionesBorra de memória ede café. Umaaproximação àhistória do “Café delos Angelitos”Vilela, Marcela; Vega, SusanaEste trabalho começou em novembro de2001, a partir de um pedido da“Subsecretaria de Cultura de la Ciudad deBuenos Aires” ao “Instituto Histórico”desta cidade para realizar uma pesquisasobre o “Café de los Angelitos” que serábaseada nos testemunhos dos vizinhos erefletidos em um vídeo, a raiz da sua futurareconstrução e abertura.A esquina do Café (Av. Rivadavia e Rincón)estava ocupado por moradores do bairrode Balvanera que semanalmente seencontravam ali para homenagear, atravésda dança e o canto, ao Tango e ao Café:símbolos dos portenhos.Nosso trabalho tenta reconstruir a históriado Café de los Angelitos, utilizando comobase a técnica da História Oral que utilizacomo fonte para a reconstrução histórica,as lembranças através dos testemunhosorais, com a realização de entrevistaindividuais e reuniões grupais.A pesquisa realizada não só nos permitelevar em conta uma reconstrução espacialdo lugar em questão, desde o modo de verfísico e de sua atmosfera senão também selhe acrescentará um novo significado ounova representação, talvez produto daconjuntura presente: o processo deglobalização. Dado que as tensões edilemas que confrontamos no presente dãosentido aos acontecimentos do passadoque lembramos, então, as caraterísticapróprias da união atual (o individualismo, oisolamento, a fragmentação das uniõessociais, a indiferença e a falta de interessepelo coletivo, a falta de um sentimento depertencer ou de referência que identificamnosso lugar no mundo) mobilizam àquelasidentidades ameaçadas.Esta pesquisa nos mostrou a um grupo depessoas que escolheram uma formadiferente de se manifestar e assim cumprircom uma forma de resistência frente aperda de identidade e o espaço cidadão.O café representa para a história da cidade,um lugar de encontro, um espaço de trocasocial, um cenário dos problemas urbanos,um referente que constitúi a criação etransmissão da vida dos portenhos.A história do Café de los Angelitos portanto, está vinculada a essa história e àspróprias histórias dos entrevistados; porisso eles a tesouram, a encarnam, areivindicam e a fazem própria.Sédiments demémoire et Café. Uneapproche à l’histoiredu Café de losAngelitosVilela, Marcela; Vega, SusanaCe travail a commencé en novembre 2001,à partir d’une demande du Sous-sécretariatde Culture de la Ville de Buenos Aires àl’Institut Historique de cette ville pourexécuter une enquête sur le Café de losAngelitos sur la base des témoignages desvoisins qui seraient reflétés dans unevidéo, à cause de sa reconstruction etouverture dans l’avenir.Le coin où le Café est placé (Rivadavia etRincón) a été occupé par les voisins duquartier de Balvanera qui, toutes lessemaines, était là pour rendre hommage, àtravers la danse et la chanson, au Tango etau Café: symboles de la “porteñidad”.1Notre travail essaie de reconstruirel’histoire du Café de los Angelitos, d’aprèsla technique de l’Histoire Orale qui utiliseles mémoires à travers des témoignagesoraux, comme une source pour la recon-struction historique, par moyend’entrevues singulières et d’ateliers engroupes. L’enquête accomplie nous permetne pas seulement mener à bien unereconstruction de l’espace en question, dupoint de vue physique et de sonatmosphère mais une nouvelle significationou une nouvelle représentation serontajoutées, peut-être produit de l’occasionprésente: le processus de la globalisation.Comme les tensions et dilemmes que nousaffrontons au présent donnent un sens auxévénements du passé dont nous noussouvenons, les propres traits du présent(l’individualisme, l’isolement, la fragmenta-tion des liens sociaux, l’indifférence etl’indifférence pour la chose collective, lemanque du sentiment d’appartenir ou deréférence qui ont identifié notre place dansle monde) mobilisent ces identitésmenacées.Cette enquête nous a montré un groupe degens qui ont choisi une manière différentede se manifester et de mener à bien unefaçon de résistance qui fait face à la pertede l’espace et de l’identité citadine.Le Café représente pour l’histoire de laville, un point de rencontre, un espaced’échange social, une scène des problèmesurbains, un point de repère qui contribue àla création et la transmission de la“porteñidad”.L’histoire du Café de los Angelitos, parconséquent, est liée à cette histoire et lespropres histoires des interviewés; pourcette raison ils la réunissent, ils l’incarnent,ils la réclament et ils l’approprient.1Porteñidad: condition d’être porteños (cequi sont habitants de Buenos Aires ou sontnés à Buenos Aires)Sediments of memoryand Café. Anapproach to thehistory of the Caféde los AngelitosVilela, Marcela; Vega, SusanaThis work began in November 2001, start-ing from a request of the Sub secretary ofCulture of the City of Buenos Aires to theHistorical Institute of this city to carry outan investigation on the Café1de losAngelitos on the base of the testimonies ofthe neighbors that would be reflected in avideo, because of its reconstruction andfuture opening.The corner where the Café is placed(Rivadavia and Rincón) was occupied byneighbors of the neighborhood ofBalvanera that, weekly, were there to payhomage, through the dance and the song,to the Tango and to the Café: symbols ofthe “porteñidad”.2Our work tries to reconstruct the history ofthe Café de los Angelitos, on the basis ofthe technique of the Oral History that usesthe memories thorough oral testimonies asa source for the historical reconstruction,by means of the achievement of singularinterviews and workshops in groups. Thefulfilled investigation not only allows us tocarry out a reconstruction of the place inquestion, from the physical point of viewand of its atmosphere but a new meaningor a new representation will be added,perhaps a product of the present opportu-nity: the globalization process.As the tensions and dilemmas that we facepresently give a sense to the events of thepast that we remember, the own features ofthe present (the individualism, the isola-tion, the fragmentation of the social ties,the indifference and the indifference for thecollective thing, the lack of feelings ofbelonging or of reference that identified ourplace in the world) mobilize those threat-ened identities.This investigation showed us a group ofpeople that have chosen a different way tomanifest themselves and to carry out ameans of resistance facing the loss of thespace and their identity as townspeople.The Café represents for the history of thecity, a point of meeting, a space of socialinterchange, a stage of the urban problems,a landmark that contributes to the creationand transmission of the porteñidad.The history of the Café de los Angelitos,therefore, is bound to that history and theown histories of the interviewees; for thatreason they treasure it, they incarnate it,they claim back it and they appropriate it.1Café: bar, cafeteria.2Porteñidad: condition of being porteños(those who are inhabitants of Buenos Airesor have born in Buenos Aires)43