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E N C U E N T R O S
VI Encuentro Nacional
de Historia Oral
El 15,16 y 17 de octubre se realizó
en Buenos Aires el VI Encuentro
Nacional de Historia Oral: La
historia oral. Una mirada desde el
siglo XXI, organizado por Liliana
Barela, directora del Instituto
Histórico de la Ciudad de Buenos
Aires dependiente de la Secretaría de
Cultura del Gobierno de la Ciudad, y
Pablo Pozzi, actual director del
Programa de Historia Oral del
Instituto de Ciencias Antropológicas
de la Facultad de Filosofía y Letras
de la Universidad de Buenos Aires.
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ste Encuentro tuvo el significado especial
de representar los 10 años ininterrumpidos de esta
actividad iniciada en octubre de 1993. Estamos hoy
frente a un espacio ya instalado entre los
profesionales de la historia oral, que actúa como re-
ceptor y transmisor de diferentes experiencias que se
llevan a cabo en el país, y que opera, además, como
medio de divulgación en el plano internacional.
En la inauguración estuvieron presentes,
acompañando a los organizadores, la subsecretaria
de Patrimonio Cultural, Arq. Silvia Fajre; el decano
de la Facultad de Filosofía y Letras, Dr. Félix G.
Schuster; la secretaria de Investigación de esa
Facultad, Dra. Cecilia Hidalgo, y el profesor Daniel
Lauría en representación del Director General de
Cultura y Educación de la Provincia de Buenos
Aires, Prof. Mario Oporto, auspiciantes de este
encuentro.
En las palabras del Dr. Schuster se destacó la
importancia que la Facultad a su cargo da al evento
en el marco de la historia y la trayectoria en la
investigación, y mencionó al respecto la reciente
creación del XXI Instituto Interdisciplinario de
Estudios e Investigaciones de América Latina.
Resaltó a su vez la importancia del desarrollo del
método cualitativo, como es el caso de la historia
oral, que da oportunidad al surgimiento de
fructíferas discusiones.
En su disertación la Arq. Fajre puso el acento en
la necesidad de seguir promoviendo la articulación
del esfuerzo conjunto de distintas instituciones a fin
de lograr una mayor efectividad en la gestión, en
especial en un emprendimiento destinado a dar
lugar a la divulgación de proyectos que permitan la
recuperación de la memoria tanto entre los
investigadores y docentes como entre el público en
general. Destacó, asimismo, este develar
permanente, a través del trabajo de historia oral, de
las diferentes lecturas del pasado que permiten
acercarnos a una verdad más compleja y
multifacética que la que simplemente emerge en los
medios o en la historia oficial. Sostuvo, también, la
necesidad de decodificar aquello que recibimos, y a
lo que muchas veces no se le ha dado el espacio y la
jerarquía necesarios desde la esfera pública,
debiendo instalarse como una problemática a tener
en cuenta tanto en la agenda política como en la
comunidad, dado que si tenemos la urgencia de
pensar cómo reconstruir una nación, no podemos
hacerlo si no tenemos claro cuál es nuestra
identidad, y esto tiene que ver con nuestra historia,
con nuestra memoria y nuestro patrimonio.
Como cierre del acto de apertura, la Lic. Liliana
EBarela llevó a cabo un balance de los 10 años
transcurridos, para finalizar rindiendo un homenaje
a quien fuera hasta su muerte co-organizadora de
estos Encuentros, la Dra. Dora Schwarzstein,
referente indiscutida de la historia oral en la
Argentina.
En esta ocasión contamos con la presencia del
Dr. Daniel James, de la Universidad de Indiana,
Estados Unidos; del Dr. Jorge Aceves Lozano, de
CIESAS, México, y de la Dra. Ana Vera Estrada, del
Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura
Cubana “Juan Marinello”, Cuba.
El Encuentro nos permitió la grata experiencia
de recobrar voces de todo el país. Un país muy
grande y con diversidades étnicas y culturales. Con
profundas crisis políticas y dolores que parecen
infinitos. Con personas que reflexionan sobre sus
realidades y desde su lugar aportan a su
compresión.
Se presentaron 54 trabajos, que fueron editados
en un CD. Como ya es recurrente en estos eventos,
un gran porcentaje de las ponencias estuvo dedicado
al abordaje de la historia local y regional desde
distintas perspectivas. Algunas de ellas son parte de
planes de investigación, como es el proyecto
“Patrimonio cultural y didáctica de lo social” de la
provincia de San Luis que propone recuperar
saberes y conocimientos sobre bienes y valores
arquitectónicos de la ciudad durante el período
1850-1950, para realizar trabajos de transposición
didáctica. Esto es tomado desde diferentes espacios,
los cementerios públicos y su representación en
distintas clases, los “boliches” como lugares donde
el criollo pobre de esa provincia encontraba refugio
y compartía su pertenencia social, la estación de
trenes y los diferentes usos dados hasta su
demolición, la actividad comercial y sus
transformaciones, las casonas señoriales, el
asentamiento de familias rurales en la ciudad, sus
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viviendas y la lucha entre las viejas costumbres y las
exigencias urbanas.
La historia local también fue abordada a través
de la reconstrucción de su vida cotidiana en las
últimas décadas, historias de barrios y poblaciones
en las que el registro escrito es escaso y parte del
pasado se encuentra en la memoria de su gente,
donde aún permanecen voces que cuentan historias
de prácticas olvidadas, de lugares que ya no existen
o fueron abandonados o han modificado su función
ante los profundos cambios vividos en los últimos
años en el mundo y en particular en nuestro país.
Lugares emblemáticos de una comunidad pueden
ser tomados como referentes y a partir de ellos
establecer hitos de identidad y mojones de un
pasado mítico, como por ejemplo el caso del porteño
Café de Los Angelitos que a pesar de no existir
físicamente es reconstruido a través de relatos
dirigidos, más que a la materialidad del edificio, a
los sentidos otorgados. Recorrer un espacio
geográfico puede ser también un itinerario por sus
memorias.
Otra de las maneras de encarar la historia local
fue a partir del análisis de algunas conmemoraciones
o fiestas, pudiéndose ver a través de ello, qué se
conmemora o qué se festeja, cómo dan cuenta de los
procesos de selección de la historia del lugar, en
donde aparecen la exaltación de determinadas
comunidades étnicas y los olvidos y silencios sobre
otros grupos sociales que también forman parte del
lugar. Existe otro caso en el que la historia se
reconstruye a partir del análisis de una fiesta
inventada por el Estado, intentando desentrañar el
sentido de esta invención y la apropiación de ese
sentido por la comunidad.
El tema de la pobreza como telón de fondo de
distintas historias locales aparece presente con
problemáticas similares en sectores marginales de
distintos lugares del país, como el barrio Ramón
Carrillo y las villas de emergencia en la Capital o el
barrio Güemes en la provincia de San Juan. Los
procesos de asentamiento, la configuración étnica, la
discriminación, la inclusión y exclusión dentro de un
espacio físico preexistente y los conflictos que
genera, así como la demanda de un reconocimiento
diferenciado, son aspectos desarrollados en las
ponencias presentadas.
Lo local se encuentra fuertemente ligado a las
formas de trabajo de cada región y los bruscos
cambios económicos han dejado como saldo la
desaparición de formas laborales y en algunos casos
hasta de documentación, pero aún sobreviven los
relatos de trabajadores de las minas, de las salinas,
de los molinos o de la industria vitícola del sur.
Siempre referido a la historia local, pero
centrado en aspectos metodológicos para su
abordaje, en uno de los artículos se presentan
algunas conclusiones de 18 años de experiencia
dentro de un proyecto que incluye el trabajo de
campo, el análisis e interpretación de las fuentes, la
publicación de los resultados que se van obteniendo
y la conformación de un archivo de historia oral.
A 27 años del golpe del 76, éste es tomado como
un complejo objeto de análisis y reflexiones. La
particularidad de la historia oral nos enfrenta con las
dificultades de entrevistar cuando estos hechos aún
son una herida abierta para la sociedad, dificultades
que son expuestas en una de las ponencias que
apunta principalmente a la relación entrevistado y
entrevistador, centrándose en los dilemas de orden
historiográfico, ético y político y sus implicancias de
orden práctico.
La impronta de la dictadura sigue actuando
sobre la memoria colectiva. La existencia de “islas de
paz en el océano represivo” es puesta en tela de
juicio, tanto en los trabajos de San Juan como en los
de Bariloche.
En estos años transcurridos, los trabajos de
investigación siguen abordando distintos aspectos,
las figuras del desaparecido, de la víctima, la del
militante, la no militancia, las falacias
tranquilizadoras basadas en la teoría de los dos
demonios o las políticas generacionales.
Algunas ponencias se abocaron a aspectos de la
vida institucional y a la historia de los partidos
políticos de los últimos años, tanto a nivel nacional
como a nivel provincial y sus mutuas vinculaciones.
En algunos casos se investigaron las relaciones entre
vida política y vida cotidiana en donde se
entremezclan la filiación partidaria y la identidad
personal.
En torno a temáticas referidas a la educación se
presentaron artículos en los que se abordaron desde
la historia oral, diversos temas vinculados con las
memorias y prácticas institucionales de la escuela,
como la discriminación a nuevas migraciones y la
necesidad de elaboración de estrategias didácticas y
metodológicas al respecto; el análisis de la
construcción de las narrativas en torno a la
identidad institucional de los primeros egresados de
la carrera de Psicología donde se encuentra presente
historia, imaginario, representaciones y
autorrepresentaciones.
La escuela media del primer peronismo en la
ciudad de Bahía Blanca fue analizada a través de
rastreo documental y entrevistas a actores sociales
vinculados con las instituciones.
En otro trabajo procedente de la misma ciudad,
se encaró el tema de la experiencia de “talleres de
historias” en escuelas de alfabetización de adultos
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donde conviven grupos étnicos diversos, y se
abordaron temas relacionados con migraciones, los
espacios transitados y en especial el tema del
alimento tratando de realizar una historia que diera
cuenta del cambio cultural a través de la comida, así
como también del vestido y prácticas textiles.
Como trabajos implementados desde y en la
escuela, se presentó un proyecto que fue diseñado en
función de las ventajas didácticas del trabajo con
fuentes orales y para la organización de un archivo
oral, fotográfico y epistolar de las experiencias
migratorias de las familias de la escuela ORT de
Capital. Esta experiencia se viene desarrollando
desde hace diez años.
Se expusieron anticipos de proyectos de trabajos
de estudiantes de historia, con la presencia de
docentes y capacitadores en historia oral, quienes en
conjunto explicaron la experiencia, al igual que
jóvenes alumnos de un grupo de escuelas primarias
que con sus maestros presentaron los resultados de
un trabajo de reconstrucción histórica del barrio.
Se desarrollaron trabajos sobre temas teóricos
acerca de aspectos epistemológicos de la oralidad, el
aporte del análisis del discurso y de distintas
topografías discursivas, como por ejemplo indagar
en las narrativas la manera en que se valoraban y
significaban ciertos acontecimientos sociales y
políticos de un período determinado, narrativas que
articulaban núcleos semánticos en donde se
vislumbraban contratos sociales sobre los que la
Argentina fue configurando la forma de su estado y
una imagen de nación.
Una de las comisiones de trabajo estuvo
destinada a presentar la investigación “El intelectual
y la función pública”. En ella se aborda el acceso de
intelectuales a cargos públicos a partir de un
compromiso personal para poner en práctica un
proyecto transformador de la sociedad de cuyo
funcionamiento tenían una visión crítica. Se toman
como modelo a Hebe Clementi y a Horacio Giberti y
sus historias de vida. El intercambio entre
entrevistadoras y entrevistados estuvo en el centro
de esta Comisión.
Formando parte del Encuentro y cumpliendo
con uno de sus objetivos que es el de brindar un
espacio destinado a la capacitación y reflexión
conjunta, se llevó a cabo el Taller “La historia
reciente: los trabajos de la memoria de la
represión”, organizado por la Dra. Mirta Lobato.
El fin de este taller fue aportar elementos y
reflexionar sobre la amplia gama de producciones
sociales y culturales producidas a raíz de la
reelaboración del pasado reciente marcado por la
violencia de las dictaduras sufridas en las últimas
décadas del siglo XX.
La propuesta fue abarcar diferentes
dimensiones relacionadas con la memoria de la
represión, tales como la formación de museos y
archivos, la educación de las nuevas generaciones y
los trabajos de investigación.
Por lo dicho, este taller constó de tres módulos:
investigación, educación y museos y archivos, que
funcionaron paralelamente durante los tres días del
Encuentro. Ofrecemos una breve síntesis de las
reflexiones surgidas en cada módulo.
Módulo investigación:
Elizabeth Jelin (CONICET-IDES) tuvo a su
cargo la coordinación del primer día de este módulo
ocupándose del tema: “Los trabajos de la memoria:
Transmisiones, herencias, aprendizajes”.
La memoria se puede concebir como un proceso
social que trata de dar sentido al pasado y esos
sentidos se otorgan desde el presente. Este proceso
se da tanto a nivel individual como social e implica
luchas y conflictos.
Jelin comienza planteando el interrogante de
cómo investigar temas vinculados a un pasado tan
reciente y, a su vez, un pasado donde violencia y
terrorismo de estado, violencia y sufrimiento
personal y catástrofe social han estado tan unidos.
En principio, hay que convenir que las palabras
no son neutras, están cargadas de sentido y esos
sentidos varían según los diferentes sectores. Otro
elemento importante es reconocer que están en juego
las propias emociones, la subjetividad, los
sentimientos de entonces y los sentimientos de
ahora.
El trabajo de investigación es de descubrimiento
y esa tensión entre compromiso y distancia nos
acompaña en forma permanente.
La memoria puede ser tomada como objeto de
estudio o como fuente en el proceso de investigación
histórica, ambas instancias son temas de
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competencia del historiador.
Hay hechos realmente acontecidos y hay
memorias y relatos que dan cuenta de las diferentes
interpretaciones sobre lo que sucedió. Es aquí donde
se instalan las luchas por la memoria.
El pasado no siempre termina de pasar y se
actualiza en formas de memoria y esas memorias
tienen pertinencia porque tienen que ver con las
luchas políticas en un momento dado, de diferentes
proyectos de futuro y de lo que tiene que ver con
cada presente. Se van transformando los actores y
los sentidos que les dan a ese pasado.
Hay dos aspectos a tener en cuenta. Uno es la
cuestión ligada a la investigación de memorias
relacionadas con acontecimientos vividos en carne
propia. Lo traumático genera huecos, falta de
mecanismos de interpretación, de sentido de ese
pasado. Entre el hecho de haber vivido algo y la
construcción de un relato sobre el mismo, hay un
pasaje a lo simbólico a partir de la mediación del
lenguaje.
El otro aspecto tiene que ver con la transmisión
intergeneracional. Hay experiencias que vienen de
relatos, pero que se asumen como propias.
Tenemos diferentes actores que vivieron ciertos
sucesos y que les dieron diferentes sentidos pero
que, además, se convierten en emprendedores de
futuro ya que asumen el papel de transmisores para
que el pasado no caiga en el olvido.
El segundo día de este módulo estuvo a cargo
de Alejandro Cattaruzza (UBA-Universidad
Nacional de Rosario), quien desarrolló un panorama
de la historiografía de los últimos cincuenta años
ubicando en este contexto los trabajos sobre la
historia reciente y la evolución de la historia oral. Se
remonta al final de la Segunda Guerra Mundial,
cuando comienza el proceso de consolidación de la
periferia al centro del grupo de los Annales, con una
concepción de la historia como ciencia del pasado y
del presente, que si bien no se ocupó de la historia
reciente tuvo una mirada benévola acerca de este
tipo de estudios. Este clima terminó por madurar
hacia fines de la década del 70 cuando se crea en
París el Instituto de Historia del Tiempo Presente.
Cattaruzza propone la reflexión acerca de los
múltiples alcances del concepto de historia reciente y
sus variaciones en cada ámbito nacional de acuerdo
a períodos y coyunturas diferentes que marcan cada
uno de ellos el inicio de esta especialidad
sustrayéndola de la historia contemporánea.
Podríamos considerar que como parte de estos
cambios y paralelamente se produce la
institucionalización de los estudios dedicados a la
memoria y de la historia oral, logrando un lugar de
legitimación importante, a pesar de ciertas
resistencias dentro y fuera de ámbitos académicos.
En nuestro país, al igual que en otros países
como España con la guerra civil, el concepto de
historia reciente se asocia a la década del 70, por
encontrarse en ella acontecimientos tan traumáticos
para la sociedad que son tomados como punto de
inicio, pero podríamos preguntarnos: un libro sobre
el primer peronismo ¿puede ser considerado como
parte de la historia reciente? La década del 70 resulta
difícilmente explicable sin analizar el período
anterior.
Con respecto al tema de la memoria, afirma
Cattaruzza que actualmente ésta puede ser objeto de
estudio de la historia y que contribuye a los procesos
de ratificación identitaria e incluso, aunque fuera
falsa, opera sobre la conciencia de la gente. La
historia con sus herramientas metodológicas puede
corregir algunos de estos desvíos.
Claudia Feld (IDES-UBA) cierra el módulo
investigación con el tema de las imágenes del juicio a
los ex comandantes.
En el proyecto dirigido por Elizabeth Jelin,
Claudia Feld se dedicó al uso de los medios
audiovisuales como objetos de estudio en la
investigación sobre memoria.
La relación entre memoria y espacio audiovisual
puede ser abordada desde cuatro perspectivas:
a)Pensar a los medios audiovisuales como
tecnologías de la memoria entendiendo a la
tecnología en un sentido amplio como todo
implemento, artefacto y proceso que permite
almacenar, organizar y transmitir el saber en una
sociedad determinada, y que modelan la percepción
y por lo tanto los recuerdos de las personas que son
contemporáneas a estos acontecimientos.
b)Concebir a los medios audiovisuales como
medios de transmisión a las generaciones futuras
que no fueron contemporáneas a los hechos.
Conviven con otros medios de transmisión, como la
familia o la escuela.
c)Pensar a los medios como emprendedores de
la memoria en el mismo sentido que personas o
instituciones que tratan de llevar su visión del
pasado al espacio público incluso disputando con
otros. Esto tiene que ver con concebir la memoria
como campo de disputa y donde los que encaran
esas disputas son los emprendedores de la memoria.
d)El último abordaje es a partir de considerar
los medios como escenarios de la memoria.
Escenario en el sentido de espacio en el que se hace
ver y oír a un público determinado un relato
veritativo sobre el pasado. Este abordaje no sólo
reconoce actores, personas e instituciones que se
encargan de elaborar el recuerdo, sino que también
necesitan de un ámbito en donde ese relato sea
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posible; son escenarios que tienen sus reglas y
lenguajes específicos. Abordarlos como escenarios
significa ver cómo se produce ese relato, qué actores
están, qué se privilegia.
Sobre este último punto trabaja Feld y al
respecto plantea tres dimensiones:
1)La dimensión narrativa: qué historia se cuenta
y qué elementos conforman el relato.
2)La dimensión espectacular: es la puesta en
escena, las imágenes y sonidos al servicio de ese
relato.
3)La dimensión veritativa: a diferencia de la
imaginación se propone ser fiel a los acontecimientos
más allá de que lo logre. El espacio audiovisual
pondrá determinados elementos para convencer de
que ese relato es verdad.
Feld pasó a los participantes del taller
segmentos de las imágenes filmadas y de un
documental presentando por Magdalena Ruiz
Guiñazú transmitido por televisión, a fin de trabajar
con las dimensiones mencionadas.
Estas imágenes no son utilizadas como fuentes
sino que tienen que ver con lo que la realización
puso en escena, de qué manera esto sirve con el
trabajo de la memoria, quiénes hacían circular esas
memorias, qué sentidos se iban construyendo en
cada etapa y por dónde circulaban.
Módulo educación:
El primer día del módulo de educación fue
coordinado por Silvia Finocchio (FLACSO- UBA).
El tema de debate que propuso la coordinadora
giró en torno de las marcas de la dictadura en la
escuela y los nuevos medios para trabajar con la
memoria, así como también la lucha por la
(in)justicia en el Movimiento Documentalista y en la
web.La mirada estuvo centrada, principalmente, en
el rol de la escuela y del docente, y la percepción que
en general tienen sobre los jóvenes como abúlicos,
apáticos, faltos de lectura, desinteresados por la
historia, con falta de interés por las cuestiones
políticas y sociales, cuando en realidad lo que existe
es un desconocimiento por parte de los adultos
respecto de las culturas juveniles y una falta de
apertura para leer en sus producciones culturales los
sentidos políticos, las luchas por la memoria y por la
justicia que expresan.
Finocchio toma la producción del Movimiento
de Documentalistas y los sitios en la web, como dos
ámbitos de la producción cultural juvenil, donde se
encuentran fuertemente involucrados, convocados y
con posibilidades de tomar la palabra. Para el
adulto, todavía, no dejan de ser espacios bastante
incomprensibles, sinónimo de peligro, pérdida de
poder, deshumanización, lo que dificulta su uso
como transmisor y receptor privilegiado de
información, lugar de encuentro, de interacción y de
colaboración.
No toma a la tecnología desde el discurso que se
le ha dado en la década del 90, en el sentido
primermundista de innovación, rapidez, inmediatez,
sino como nuevas formas de alfabetización,
permitiendo no sólo el acopio de información sino
también la construcción de conocimiento, de
convicciones, de sentimientos y emociones.
La coordinadora del módulo invita a dejar de
pensar que sólo se aprende leyendo sino que
también se aprende preparando para la lectura y
conversando acerca de lo que se lee y es ahí donde
se redefine el lugar del docente conduciendo el
proceso de enseñanza.
El día 16, la coordinación del módulo estuvo a
cargo de Sandra Raggio, de la Comisión Provincial
por la Memoria. Su participación se centró alrededor
de la problemática de la escuela con respecto a la
enseñanza del pasado reciente, en particular con
respecto a la dictadura militar y sus antecedentes
inmediatos.
A pesar de que la normativa vigente establece la
necesidad de conmemorar ciertas efemérides, como
por ejemplo el 24 de marzo, lo cierto es que en
términos generales a la escuela esto termina
resultándole altamente conflictivo, no así en el caso
de La Noche de los Lápices (16 de setiembre) o La
guerra de Malvinas (2 de abril), produciéndose una
tensión entre la normativa y el tipo de
conmemoración escolar basado principalmente en la
glorificación de sucesos o personajes y no en el
repudio.
Para Raggio, por lo dicho anteriormente, uno de
los riesgos que se corren es que la escuela, al
apropiarse del pasado, transforme el 24 de marzo en
una conmemoración vaciada de contenido y
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problematización, y que termine siendo nada más
que una cartelera con una cronología de los hechos.
La disposición legal es necesaria pero no
suficiente para que algo cambie. El problema
consiste en trabajar para cambiar la puesta en
práctica de la norma, no construir memorias
tranquilizadoras sino problematizar la cuestión. De
lo que se trata es de la lucha entre las políticas del
olvido y las políticas de la memoria y la resolución
de este conflicto es político, de esto dependerá qué
frases se pondrán en la cartelera.
Florencia Levín (UBA) coordinó el último día de
este módulo, acompañada por Pablo Erramouspe y
Ana María Manfredini, donde se analizaron las
representaciones sobre la última dictadura militar en
producciones de alumnos de la escuela media.
En el año 2001 el Consejo Federal de Educación
realizó un concurso nacional de monografías con el
tema “25 años después del golpe”, destinado a
alumnos del polimodal de todo el país. Sobre las 150
monografías seleccionadas, entre las 1073
presentadas, se efectuó un análisis sobre las
representaciones y los imaginarios que los
adolescentes construyen en torno a la historia
reciente y al último golpe militar.
Tres rasgos principales que aparecen de este
análisis, y con relación a las razones por las que los
alumnos se sintieron convocados, son: compromiso
hacia la actual democracia; responsabilidad como
difusores de valores tales como la justicia y la
democracia y conciencia de ser personas nacidas en
democracia y con una suficiente distancia temporal
para abordar la problemática.
Levín menciona once características halladas en
el análisis, algunas de las cuales son:
-Imposibilidad para representar lo sucedido, ya
que resulta inexplicable o increíble. Faltan las
palabras o sobran las palabras, pareciera que
cualquier intento de explicación pudiera resultar en
una justificación por lo que no debiera ser inteligido.
-Hegemonía del discurso de la memoria del
Nunca Más y la recurrente presencia de la teoría de
los dos demonios, eludiéndose la responsabilidad
colectiva y el consenso social del golpe del 76. La
figura del desaparecido reemplaza al militante.
-La dictadura es vista como algo que adviene
abruptamente sin enmarcarse en un contexto
histórico, sin una responsabilidad social y
absolutamente despolitizada.
-La mitificación de la democracia ligada a la
libertad de expresión y no a la justicia social o a
otros valores.
-Aparecen en algunos casos, minoritarios,
memorias que avalan los objetivos de la represión
por ejemplo el discurso de los excesos, haciendo
hincapié en los modos, como la tortura y no en los
objetivos.
Módulo museos y archivos:
El 15 de octubre Alejandra Naftal y Patricia
Valdéz (Memoria Abierta) encaran la problemática
de los significados de los archivos y museos en el
marco de la búsqueda de verdad y justicia, el
archivo oral de Memoria Abierta sus características
y uso.
Memoria Abierta es una alianza de ocho
organismos de derechos humanos, que comenzó a
trabajar a fines de 1999. Tiene por objetivo
reflexionar y actuar de manera sistemática sobre el
tema de la memoria.
Produce, preserva y sistematiza el patrimonio
histórico-cultural formado por los distintos registros
documentales que pueden ayudar a conocer los
fenómenos ocurridos durante la dictadura militar y
de la forma en que son recordados.
Su proyecto de archivo está dirigido a la
conformación y guarda de documentos orales,
escritos, fotográficos y topográficos, en este último
caso se trata de una topografía de la memoria
tratando de mostrar la forma en que la represión se
desplegó en lo geográfico y espacial.
En el caso de la documentación escrita, los
documentos quedan en poder de cada uno de los
ocho organismos que integran la institución,
habiéndose realizado un catálogo colectivo que se
presenta en una página web. El mismo tiene la
importancia de haber servido como soporte tanto
para la CONADEP como para el Juicio a las Juntas.
Con respecto a la creación de un museo,
independientemente de la elección de su
emplazamiento, creyeron imprescindible iniciar la
conformación de un fondo patrimonial que
constituyera su acervo. Entienden el museo como la
posibilidad construir un relato coherente que admita
múltiples voces y recorridos.
El 5 de diciembre de 2002 se vieron los primeros
frutos de los esfuerzos realizados por los organismos
al promulgar la Legislatura de la Ciudad de Buenos
Aires, la ley de creación del Instituto “Espacios para
la memoria”.
Con respecto a los archivos orales, son el
resultado de la producción de testimonios orales
referentes al terrorismo de estado en la Argentina,
sus antecedentes y sus consecuencias en el presente.
En el período 2001/02 se realizaron 260 entrevistas
registradas en video a familiares de detenidos y
desaparecidos, sobrevivientes, ex presos políticos, ex
militantes de diferentes organizaciones sociales y
políticas, exiliados, etc.
En el segundo día del módulo, participaron
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Liliana Barela, Directora Instituto Histórico de la
Ciudad de Buenos Aires; Gabriela Alegre, Directora
General de Derechos Humanos del Gobierno de la
Ciudad; Eduardo Maestrepieri, Director de la
Carrera de Arquitectura, FADU-UBA; Florencia
Battiti, Asesora Artística Comisión Pro-Monumento,
y Tati Almeida, Madres Línea Fundadora.
Se abordó el proyecto del Parque de la Memoria
y los límites de la representación artística en su
construcción.
Este Parque tiene características similares a
otros memoriales del siglo XX, como por ejemplo el
Museo del Holocausto en Berlín o el Memorial de los
Veteranos de Guerra de Vietnam, en el sentido de
representar una herida abierta, una ruptura que dé
sentido a los hechos conmemorados. Se resalta la
idea de herida abierta en contraposición a la de
cicatriz, porque no es una temática cerrada, y no se
trata de una simple cuestión semántica sino de un
tema histórico.
El objetivo de presentar placas con la
inscripción de los nombres de los desaparecidos es la
forma de brindar cierta materialidad, ofreciendo a
su vez la posibilidad de “tocar”, de ejercer un
contacto físico lo que de alguna forma responde a
esta necesidad reverencial de hacer alguna
manifestación física.
Estuvieron siempre presentes en el trabajo de la
construcción de este monumento las consignas
históricas de los organismos de derechos humanos:
la memoria, la verdad y la justicia.
Uno de los sentidos de la construcción del
Parque de la Memoria es la transmisión a las nuevas
generaciones de lo que pasó. Ahora, ¿cómo
representar el horror? Lo cierto es que si se lo hace
de una manera morbosa, los destinatarios pueden
ser refractarios al legado, el equilibrio estaría dado
en poder transmitir la dimensión del dolor, pero
recordando a las víctimas en clave de vida, con una
visión de futuro, sin caer en la morbosidad.
Desde una visión arquitectónica el parque fue
pensado como algo estático, geométrico, riguroso,
pero es la participación de la gente la que le va
dando una dimensión más humana. Al respecto
ejemplifican con el caso del padre de un
desaparecido que quería plantar un árbol que le
recordara a su hijo y sin esperar la respuesta de la
Comisión, fue y lo plantó, y hoy forma parte del
paisaje del Parque.
La idea de la creación del Parque de la Memoria
corresponde a los organismos de derechos humanos,
los que debieron recurrir al Estado por dos causas.
Una es por la cantidad de recursos necesarios para
llevar adelante un emprendimiento de esta
envergadura y otra, porque al haber sido el Estado el
generador de esta situación está obligado a
repararla.
Esta comisión fue, como no podía ser de otra
manera, un escenario de disputa entre distintas
memorias, no contrapuestas pero sí divergentes.
Temas como el límite cronológico para determinar la
inclusión de las víctimas (24-3-76 ó 1974/75),
situación de la desaparición o muerte, etc. y hasta la
inclusión o no de los nombres en el recordatorio.
El último día del módulo estuvo a cargo de
Patricia Funes (UBA-Comisión Provincial por la
Memoria), que se refirió a los Archivos de la
Represión.
Se ocupa específicamente del Archivo elaborado
por la ex Dirección de Inteligencia de la Policía de la
Provincia de Buenos Aires, el que supone un extenso
y pormenorizado registro de la represión político-
ideológica a lo largo de cincuenta años. La
mencionada dirección fue creada en 1957 y se
disolvió en 1998, en el marco de la reforma
impulsada por León Arslanian. Por Ley de la
Provincia de Buenos Aires, ese archivo fue cedido a
los organismos de derechos humanos a partir del
año 2001.
Un convenio firmado entre la Comisión por la
Memoria y la Universidad de La Plata dio lugar a un
trabajo de digitalización de ese archivo. La cantidad
de carillas a procesar es de 3.500.000.
Haciendo un análisis de un archivo de esta
naturaleza podemos observar cómo se desarrolló la
progresión de la persecución política en la
Argentina. Esta secuencia fue la siguiente: el otro, el
adversario, el enemigo y por último el sujeto a
exterminar.
Para dar un ejemplo cita una publicación del
Partido Comunista que en el año 1949 fue calificada
como “comunista”, en 1967 como “subversiva” y en
1975 como “terrorista”.
Hoy la Cámara Federal de La Plata tiene en su
poder la parte del archivo que va desde 1976 a 1983
y lo utiliza como prueba en los Juicios por la Verdad
que se están llevando a cabo en esa ciudad.