image/svg+xml49n octubre de 2003 elInstituto Histórico organizó lamuestra “Democracia: 20 años”,en el Centro Cultural PlazaDefensa. Acompañando estamuestra, cada miércoles,especialistas desde diferentesabordajes aportaron su miradapara ayudar a pensar los 20años transcurridos.Entre estos especialistastuvimos el privilegio de contarcon la presencia de IgnacioLewkowicz, joven historiadordedicado a la investigación delpensamiento de la subjetividad,definido en diálogo con elmarxismo, el psicoanálisis, laarquitectura y la ética. Profesoradjunto de la cátedra dePsicología, Ética y DerechosHumanos de la Facultad dePsicología de la UBA, y Directordel Sitio Estudios de lasubjetividad.El 4 de abril de 2004 IgnacioLewkowicz murió en unaccidente náutico.Quisimos utilizar esteespacio para reseñar brevementelas ideas planteadas porLewkowicz no sólo como unaforma de rendirle un homenaje,sino también, para que suspalabras, sus preguntas y susinterpretaciones nos ayuden apensar este tiempo presente delque somos partícipes y al quetenemos la obligación deinterrogar en nuestra calidad dehistoriadores. Creemos que elmejor homenaje es la vigencia yla pertinencia de supensamiento y de su obra, sobretodo en lo que se refiere a laIgnacio LewkowiczEespecificidad de nuestro trabajoabocado a la historia máspróxima y al uso de la memoriacomo herramienta deacercamiento a ese pasado.“De la democracia a lasdemocracias” fue el título de sudisertación y parte de considerarel agotamiento de una figura delEstado y la emergencia denuevas subjetividades.Según el autor, a partir de1983 se establece en la sociedadun consenso básico“antiautoritario”, que respondíaal miedo subyacente a larepetición de un “golpe deEstado”. Al final de la décadadel 80, un nuevo consensocomienza a establecerse y res-ponde a los nuevos riesgos quese deben afrontar. Ante el “golpede mercado” y susconsecuencias, se gesta un“consenso antiinflacionario”.Así como la dictadura pusoen suspenso la “ley”, que es elreferente simbólico esencial de lavida en común, en 1989 lasupresión del dinero, como otroorganizador simbólico social,determina la creación de esenuevo consenso para poderenfrentar los nuevos riesgos,pero este nace y se establecedejando de lado el estallido so-cial y la cantidad cada vezmayor de excluidos de ese pactode convivencia.Es a partir de entoncescuando, según Lewkowicz, sepercibe la amenaza dedesintegración social, nocontando con una organización49
image/svg+xml50capaz de garantizar el ser encomún.La democracia comienza atransitar entonces por otromedio, ya no por la lucha por elpoder entre sectores políticos,sino por la lucha de la existenciaen medio del flujo de capitales.Los capitales que circulan sinradicarse, cuando se retiran,hacen desaparecer lasposibilidades de articulaciónsocial.Caracteriza los años 90como los de la fluidez,transformándose la vida socialen una contingencia perpetua.Se disuelven los conjuntossociales que marcabanpertenencias firmes, por ejemplola sindical, en donde había unacorrespondencia entrepertenencia social e ideología.La fluidez nos arroja para cadatema a un conjunto diferente.Entra en crisis larepresentatividad ya que lamisma solo tiene sentido si hayun conjunto que pueda serrepresentado.Para Lewkowicz el únicoconjunto pasible de serrepresentado en este período esla “clase política”, que nacecomo conjunto durante elmenemismo para denominar alconjunto de funcionarios.Esta democracia que nace en1983, y que Lewkowicz llama“posdictadura”, tiene su fin enel año 2001 a partir de lossucesos del 19 y 20 de diciembre.Según dice en su libroSucesos Argentinos: “¿Quésucedió la noche del miércolesen Buenos Aires? Lo impensable.La genteprodujo un modo desubjetivación. Y por eso mismo,dejó de ser gente –al menos, lagente que era así desde eldiscurso (...). Porque gentehastaaquí no era más que un nombreneoliberal inactivo, desactivante,destinado a cubrirmediáticamente la sombragloriosa del pueblo (...). Eldevenir vecinode la mera genteimpone al nombre genteunadignidad subjetiva que hastaaquí no tenía (...).Después de los saqueos ysiendo de noche, la calle no sedespuebla sino que se puebla.Deja de ser la tierra de nadie y seconvierte en el terreno de losvecinos... La calle es instaladapor los sucesos del miércoles(19) y se convierte en un espaciobellamente habitable. Elsupuesto estado de sitio resultóun llamado a habitar las calles”.Aparecen allí trescondiciones que desarticulan lacomprensión de lo quellamábamos democracia:• el flujo de capitales queatraviesa las fronteras sin verlas.La soberanía directa del capitalagotando la soberanía delEstado.• la consolidación yvisibilidad de la “clase política”,aunque sea por un día. El “quese vayan todos” designó demanera orgánica a la clasepolítica como un obstáculo parala democracia.• la disolución de conjuntossociales estables.A partir de la Constituciónde 1994 aparece una nuevafigura, la del consumidor, nosólo ciudadano sino consumidorNOTA1Lewkowicz, Ignacio, Sucesos Argentinos. Cacerolazo y subjetividad postestatal, BuenosAires, Paidós, 2002.como soporte subjetivo. Se definesólo por sus derechos, no tieneobligaciones, y su contrapartida,entonces, es la figura delexcluido.En la actualidad hay trescondiciones si se quiere pensaruna institucionalidad y laconfiguración de un ser encomún: no hay un Estadosoberano; no representaconjuntos estables; y se tomacomo base no sólo a losciudadanos sino a losconsumidores y los expulsados.Estas condiciones afectan enla base del pensamiento. Losantiguos supuestos ya no tienenlugar: “Los amigos sin partido,sin instituciones, sin referenciasfuertes de identidad, hoy másque nunca sirven para pensar lavida. Y resulta que uno tiene queubicarse en qué hacercotidianamente con la crisis dela experiencia argentina y nosólo establecer qué verdadessostener”.1El pensamiento de IgnacioLewkowicz seguirá provocandoreflexiones y polémicas.Sinceramente todo el equipo delInstituto Histórico lamentahaber perdido a la persona ytodo aquello que su capacidadnos prometía generar.Ignacio Lewkowicz escribió,entre otros, Sucesos Argentinos.Cacerolazo y subjetividadpostestatal yPensar sin Estado. Lasubjetividad en la era de la fluidez.