image/svg+xml51.- IntroducciónEl Proyecto de Investigación “Patrimonio cul-tural y didáctica de lo social” (UniversidadNacional de San Luis) centra su estudio sobre larealidad de la ciudad de San Luis en el períodocomprendido entre 1880 y 1950 aproximadamentey tiene como objetivo recuperar saberes yconocimientos sobre su patrimonio culturalarquitectónico para realizar trabajos detransposición didáctica.Uno de los hitos investigados fueron lasestaciones de tren de nuestra ciudad, ya que lasmismas provocaron cambios relevantes en la trazade la ciudad y en su fisonomía, a la par que laactividad ferroviaria acompañó y gestótransformaciones significativas en distintosmomentos de la vida de la región.La primera línea ferroviaria que llega a SanLuis es la del Ferrocarril Andino.1Éste fue elprimer ferrocarril estatal construido por la NaciónArgentina con la intención de conectar el litoralcon Cuyo y desde allí con Chile. Siguiendo laposición de Scalabrini Ortiz, este decidido apoyoal proyecto del Ferrocarril Andino por parte delCuando los relatosorales tejen unahistoria:el devenirde la estación detrenes en San LuisLa primera línea ferroviaria quellega a San Luis es la delFerrocarril Andino. Éste fue elprimer ferrocarril estatalconstruido por la NaciónArgentina con la intención deconectar el litoral con Cuyo ydesde allí con Chile.Andén de la vieja estación de trenes, ya abandonada.José La VíaEl enfoque biográfico interpretativo en la investigaciónsocio-históricaAutorasMaría Avelina Rinaldi - Clotilde De PauwColaboraciónJimena Garro - María Inés TardittiFacultad de Ciencias HumanasUniversidad Nacional de San LuisCuando los relatos orales tejen una historia: el devenir...
image/svg+xml6Gobierno Nacional fue una estrategia para impedir elcrecimiento del Ferrocarril Oeste (de propiedad de laprovincia de Buenos Aires) hacia Cuyo.El Ferrocarril Central Argentino conectaba elpuerto de Rosario con Córdoba. Se diseñaentoncesun proyecto que partiendo de una estación delCentral alcanzara el pueblo de Río IV y seproyectara en el futuro hacia San Luis y Mendoza.Así, el Ferrocarril Andino se configura partiendode Villa Nueva (estación Villa María en Córdoba),comunicando hasta 1882, a Río IV-Villa Mercedesy San Luis. Recién en 1885 la línea llega a lasciudades de Mendoza y San Juan, mientras que en1886 queda librado al servicio el tramo delFerrocarril Buenos Aires al Pacífico que conecta aVilla Mercedes con la estación 11 de Septiembre enpleno centro de Buenos Aires. La vía férreaEste-Oeste queda así consolidada.Esta primera estación del Ferrocarril Andinoestaba emplazada en el predioque actualmente ocupa nuestraUniversidad. Fue demolida ennoviembre de 1966, pero perduraen el recuerdo y la nostalgia. Losobjetos y particularmente loconstruido, aquello quepodríamos instaurar como“Patrimonio arquitectónico”,configuran la memoria colectivay a la par es configurado porella. Las demoliciones inician unpaulatino proceso de olvido. En los comienzos denuestra investigación, contábamos tan sólo conuna foto del andén en pleno proceso de abandono.En nuestro caso, el recuerdo de un conjunto devecinos de San Luis, de edades y pertenenciassociales heterogéneas, le otorgó presencia viva a lavieja estación.El presente trabajo pretende revalorizar el tes-timonio oral como herramienta central que nospermitió recuperar del olvido y reconstruiraspectos de la memoria de nuestra ciudad, entorno a la primera estación de Ferrocarril y suzona de influencia.2.- La vieja estación cobra formay presencia a partir del recuerdoElegimos como informantes clave a vecinos dela zona de la primera estación de trenes, algunosde ellos jubilados ferroviarios. Los relatos nospermitieron reconstruir a partir de la palabra,imágenes de lo que pudo haber sido el predio de lavieja estación.El plano más antiguo de la ciudad de SanLuis, firmado por Rafael León, data de 1903. En élsólo se delimita el predio y se sitúa la estaciónpropiamente dicha, pero no hay referencia algunaa galpones, planchadas, casas ferroviarias, etc. Porotra parte, la documentación encontrada en laRepartición pública de Catastro es de mediadosdel siglo XX y abunda en detalles con relación altraspaso del predio del ferrocarril a la UniversidadNacional de San Luis, pero es escasa con respectoal período anterior a 1950.Los testimonios orales entonces se constituyenen un soporte fundamental para dar forma alrecuerdo del lugar y su contexto.Recuperamos así la descripción de fragmentosde infraestructura que perduraen la memoria de vecinos ytrabajadores del ferrocarril, y deesta forma “tomaron vida”: eledificio de la estación, losgalpones, los portones, laspiletas, la mesa giratoria, lasvías, las tapias...Don Américo Piscitelli,jubilado ferroviario de 93 años,dice:Era una estación como la quetenemos ahí (haciendo referencia al actual edificio),bien pintada, bien revocada, con puertas y ventanasmuy lindas, con una madera muy gruesa... como las queestán en la nueva estación. Las escaleras eran muybuenas, los escalones de pinotea muy linda... Habíavarios salones grandes que salían a la calle.Un vecino de 70 años recuerda:La vieja estación era parecida a la nueva. Esaedificación que la hacían los ingleses. Les voy a dar undato que quizá no lo conozcan mucho: las lajas quetenían en los pisos eran excelentes piedras de afilar ydespués que se dejó de usar la estación, la gente iba ysacaba piedras para afilar... estaban en el piso de laestación. (...) Unas lajas parecidas a las que seencuentran en el caminito que va a la estación (serefiere a la actual). Unas lajas blancas, grandes,irregulares totalmente. Yo nunca pude conseguir.Cuando la derrumbaron no quedó nada.Recuperamos así la descripciónde fragmentos de infraestructuraque perdura en la memoria devecinos y trabajadores delferrocarril, y de esta forma“tomaron vida”: el edificio de laestación, los galpones, losportones, las piletas, la mesagiratoria, las vías, las tapias...
image/svg+xml7El mito de la “calidad inglesa” está presenteen la memoria de la gente respecto de los orígenesde este edificio. Sin embargo la vieja estación fueconstruida bajo la administración nacional, hechoque podría ser un orgullo para los puntanos. Nospreguntamos por qué se mantiene en el olvido lagénesis histórica de esta construcción ligada a lallegada del ferrocarril a la provincia y se impone lamemoria del período inglés.María Abdala afirma:Ahí (Ejército de los Andes casi Justo Daract)habían dos galpones que era uno solo enorme y queabarcaban más o menos... ¿Usted vio ese negocio demateriales que está en frente?... bueno, yo creo queabarcaba más o menos hasta la mitad, por la vereda deenfrente de esa casa...Había materiales... Sí, sí, estaballeno de materiales y esos chicos Flores trabajaban allí.Después levantaron todo. Cuando abrieron la calle yaestaban levantando todo.Había unos galpones con una mesagiratoria para ver las máquinas... Ahíarriba la daban vuelta para el lado quequerían ir... todavía hay una en la nuevaestación... son todas iguales, tiene paraentrar y balancearse; tiene unas grampaspara asegurarla, cosa de que no se vaya acaer de la mesa giratoria. Da vueltaspara donde se quiera, hay unas palas, una de cadalado... hay que accionarla entre dos personas... es fácilporque es blandita, tiene ruedas y siempre la engrasan.(De la entrevista a Don Américo Piscitelli)(...) las vías del ferrocarril pasaban por lo que hoyes Ejército de los Andes. (...) pasaba la locomotoramanejada por el señor Flores. Pasaban los vagones... losvagones estaban siempre sobre las vías, en los galponesestaban los materiales nada más... siempre estabanarreglando las vías...Después levantaron todo. Cuando abrieron la calleya estaban levantando las cosas...(María Abdala)Sobre la calle Italia también habían construcciones.Sí, sí, también estaba todo cerrado con paredes deladrillo, todos estos terrenos (sobre calle Italia)estaban ocupados por casillas del ferrocarril para losobreros de día... vivían todos los obreros en esos lugaresdonde, en todos lados donde sobran terrenos, lascuadrillas hacen casillas de madera y otras de material,y ahí vive la gente, los obreros.(...)Había hasta hace poco casas por la AlmiranteBrown. Antes de llegar a la calle Italia hay unos talleresmecánicos, hay una entradita así, hay un pasaje...todavía existe ahí una casa vieja...(A. Piscitelli)Jerónimo Castillo agrega:Además de la estación teníamos otros edificiosmenores. Enfrente de donde tenía depósitos “MaterialesSan Luis”, había una casa de los ingleses que debe habersido para los guardabarreras. Sobre la calle Francia,donde está el IV Bloque(Universidad Nacional deSan Luis),también había una casa grande y vivíagente... Esta casa donde vivimos, acá en AlmiranteBrown al 800 debe haber sido, por el tamaño delterreno, una de las casas principales del ferrocarril,además coincide por tener frente a la casa el portón dela estación de carga. (...) Por la construcción debe tenermás de cien años, nosotros la habitamosdesde el año 50 y hemos bajado en dosoportunidades los techos. También teníagrandes sótanos... Esta casa, presumo queservía para acopio de mercadería, porqueacá a media cuadra había una playa decarros...Yo recuerdo que en la década del 50quedaban vestigios de grandes ladrillonesy carbonilla en el suelo (haciendoreferencia a los paredones que cercaban losterrenos del ferrocarril).Sé que cuando la demolieron había quedado elsótano, de esa parte me acuerdo.La vida y la muerte de laactividad ferroviaria enesta zona fue unaconstante en los relatosde los sujetosentrevistados.José La VíaVieja estación de tren. Probablemente tomada por José La Vía,publicada enCaras y Caretasen 1907.
image/svg+xml8Tenía un sótano grande... solía ser el refugio deaquellos que no tenían su vivienda... era el refugio degente que viajaba y no tenían dónde dormir. (EduardoAbdala)La vida y la muerte de la actividad ferroviariaen esta zona fue una constante en los relatos de lossujetos entrevistados. La una movilizaba a la otra,y así los recuerdos de lo que dejó de ser vivificabansentimientos, representaciones, anécdotas,descripciones de momentos en los que todavía era.Estos recuerdos, incompletos, esfumados,recortados... fueron para nosotras pinceladas quenos permitieron armar una imagen del lugar; conespacios ocupados y huecos producidos por elolvido, imprecisa y a la par significativa y certeraen los hitos centrales que componen el predio deuna estación de tren. Recién dos años despuéspudimos encontrar en el Archivo Histórico provin-cial una secuencia de diez fotos(aproximadamente de la década del 50) queobjetivaban los relatos con la imagen de unaestación abandonada.Teniendo como información fáctica estasversiones pudimos intentar un análisis de la viejaestación.Ésta corresponde a las llamadas “intermediaso de paso”. Se distingue de otras estacionesintermedias de la línea por su carácter monumen-tal y por su estilo y detalles propios de losedificios públicos de la época.En la vieja estación es lícito relacionar estasparticularidades con su emplazamiento en unaciudad capital de provincia y el hecho de habersido construida bajo la Administración Nacional.El Estado nacional (1880-1886) asumió laconstrucción del Ferrocarril Andino yparticularmente el tramo Villa Mercedes - San Juanno sólo como empresa económica sino como undesafío para demostrar su eficiencia empresarialen contraposición con los ferrocarriles privados.Sin lugar a dudas el Estado nacional debía tenerpresencia en la arquitectura de nuestra estaciónasí como lo hizo con otros edificios públicos(correos, bancos, etc.).“La visión de las élites gobernantesamericanas fue pragmática. Su aspiración eraparecerse a Europa, una Europa abstracta yecléctica donde se sumaron este tipo de modelos.La modificación del paisaje urbano se efectuósobre la premisa inicial de borrar la imagen colo-nial española y reemplazarla por la nueva imagen.Cada ciudad debía ser cosmopolita integrandoformas y figuras de ese mundo abstracto europeo”.La composición edilicia de la vieja estación esecléctica, ya que no responde a un estilo únicosino a una sumatoria de elementos de diferentesestilos. Pertenece a la corriente del academicismoítalo-francés del siglo XIX. Esta corriente se llamaacademicista porque observa con rigor las normasclásicas que se refieren a los tratados renacentistasque se hacían en las Academias de Bellas Artes deEuropa”.2Esta presencia ítalo-francesa en laconstrucción, además de corresponder a lainfluencia arquitectónica de la época en losedificios públicos y en la construcción doméstica,se corresponde con el financiamiento al querecurre el Estado para la construcción de lasestaciones de este tramo de la línea.3A pesar del mito que perdura en la memoriacolectiva, la presencia inglesa en San Luis, hastaese momento, se evidenciaba en el materialrodante, que fue adquirido en ese mercado por lasuperioridad de calidad.La ubicación de las oficinas administrativasse resuelve siguiendo las recomendacionesfrancesas, distribuyéndolas en la planta alta ydejando la planta baja y los laterales abiertosadyacentes al edificio para la circulación depasajeros, encomiendas y cargas.La estación tenía una única puerta al frente,por lo que suponemos que (más allá del uso de losespacios laterales) el edificio estaba pensado paraque los pasajeros de llegada y salida circularanpor los mismos espacios. Distribución queexpresaba una resolución edilicia para un flujo nomuy numeroso de pasajeros.Como típica estación intermedia tenía unaúnica plataforma sobre la vía principal.Más allá de su carácter imponente para unaciudad pequeña, que recién comenzaba a transitarla transformación de aldea española de barro aciudad moderna con una fuerte improntaitalianizante, la estación era sobria. No secaracterizaba por los adornos y la decoración (niexternos, ni internos), siguiendo quizá loslineamientos que consideraban inútil adornar las
image/svg+xml9estaciones de tren, ya que eran lugares de paso,donde las necesidades del pasajero se ligaban contransitar y salir rápidamente de ese lugar y nodetenerse a contemplar y admirar.3.- La zona de la vieja estacióny la actividad ferroviariaDon Eduardo Abdala, hijo de inmigrantessirio-libaneses, describe la zona de la viejaestación como “un lugar de mucho movimiento”:(...) No hay que olvidar que en 1900 ya con lainmigración vino mucha gente y se iban por lo generaldonde había más movimiento...buscaban el movimientopara el comercio. Cuando vino nuestra gente, Maríadice en el año 13, pero antes ya había venido el tío yNellar en el año 11... La situación que se dio era degente que fue al centro de la ciudad,como Nellar, y adonde había unmovimiento más continuo, y otrosse establecían en las zonas de lasestaciones de trenes... el negocio eratraer la mercadería y hacer el canjemás que la venta... más trueque quecomercializar y así es que el negociode las colectividades eran ramosgenerales, que equivale a toda lamercadería... No hay que olvidarque a esta zona venían los carros.Nuestra primera hipótesis fue ligar este“movimiento” de la zona a la dinámica de laestación de tren, pero los testimonios nospermitieron develar el cruce de múltiplesactividades, ya que el sitio constituía unaencrucijada entre dos puertas de entrada y salidade la ciudad: los caminos que llegaban del norte deSan Luis y el ferrocarril que cruzaba de este a oestela provincia y la comunicaba con otras. Tomandocomo eje la vida ferroviaria podríamos reconocertres períodos en el devenir de esta zona.1.- Época de plena actividad ferroviaria: desde1882, en que llega el ferrocarril a la ciudad de SanLuis, hasta que la estación deja de funcionar comotal y se traslada definitivamente a su actualemplazamiento en la Avda. Lafinur. Fuentesperiodísticas (La Reformadel 21-3-1908 y 25-3-1908) señalan que el “tinglado” que oficiaba comonueva estación había sido librado para el serviciode pasajeros el 23 de marzo de 1908.2.- Período de mediana actividad ferroviaria(1908-1930): desde el traslado al borde oeste de laciudad hasta el cierre de toda la actividadferroviaria en esta zona. Este límite es impreciso,debido a que el levantamiento de las vías y demásinfraestructura fue paulatino, produciéndosealrededor del año 1930.3.- Período de abandono y demolición: el cesede la actividad ferroviaria propició que la estaciónabandonada se convirtiera en vivienda colectivade familias pobres. Hasta que a fines de noviembrede 1966 fue demolida.43.1. Primer período:1882-1908Antes del establecimiento del Ferrocarril, éstaera una zona de quintas. Comoya señalamos, los relatos oralestestimonian que con este hito, lazona se transforma en un “lugarde mucho movimiento”. Sin em-bargo aun antes delemplazamiento de la estación, lacalle Colón Norte (hoy JustoDaract) constituía prácticamentela prolongación del camino delNorte, que comunica con Villa dela Quebrada, Nogolí, San Fran-cisco, Quines; zona serrana con una economíapastoril y extractiva, centrada en el desmonte paraleña y carbón. Mas allá de las mensajerías, lo quepredominaba en la entrada norte de la ciudad eranlas tropas de carretas, carros y arreos quetransportaban “los frutos de la tierra”,Este primer período en la vida dela vieja estación de trenes nacecon la esperanzada llegada delferrocarril como empresanacional y culmina con el triunfode las estrategias inglesas porlograr el monopolio del tráficoférreo del litoral al Pacífico.José La VíaFachada de la vieja estación, ya abandonada.
image/svg+xml10básicamente ganado y leña. Esta actividad searticula y se incrementa con el emplazamiento dela estación en la zona.El efecto de “borde de las ciudades” y el incre-mento de actividades comerciales que genera elferrocarril produce en San Luis un lento procesode crecimiento de la urbanización de esta zonatradicional de quintas.El ferrocarril cumplía una importante funciónen el transporte de cargas . Según testimoniosorales de don Mario Quiroga Luco: traía a SanLuis “las novedades de la civilización”, porejemplo telas, cosméticos, puntillas, generalmenteimportado; también ingresaban herramientas detrabajo (hachas, por ejemplo), hierro deconstrucción. Estas cargas demoraban menostiempo que los transportes anteriores (carros ycarretas) pero el flete era más caro. El tren sellevaba de San Luis “la carga de la Pachamama”:zapallos, lanas, cueros, ganado, pastos, a loscentros urbanos donde podía ser comercializado omanufacturado.La industria nacional de carretas vive lagénesis de su final, reducida paulatinamente allevar carga hasta la punta de riel y prontamentereemplazada por carros más livianos.5Este primer período en la vida de la viejaestación de trenes nace con la esperanzada llegadadel ferrocarril como empresa nacional y culminacon el triunfo de las estrategias inglesas por lograrel monopolio del tráfico férreo del litoral alPacífico. Juárez Celman suscribe con Juan E. Clarkun contrato de transferencia que fue aprobado pordecreto del 21 de enero de 1887, constituyéndose elGran Oeste Argentino que en 1907 se traspasa alBuenos Aires al Pacífico.A partir de la llegada del ferrocarril la zonacomienza a conformarse como una zona deencrucijada de inmigrantes y criollos. Inmigrantessobre todo italianos y sirio-libaneses que elegían ellugar por el movimiento comercial que ofrecíatanto el FF.CC. como las tropas de carros delinterior y también por el asentamiento deempleados ferroviarios (criollos algunos einmigrantes otros). Aledaño a estos sectoresinmigrantes se establecieron otros sectores pobresque constituían la mano de obra barata delferrocarril y de los negocios de ramos generales(changarines, peones), el servicio doméstico,vendedores ambulantes e indigentes ypordioseros. Estos sectores eranpredominantemente criollos.En este primer período el testimonio dedescendientes de una familia tradicional italianase constituye en un caso paradigmático de laarticulación de actividades económicas que seconcentraban en la zona:La familia Cantisani se inscribe dentro de lasegunda corriente inmigratoria europea en SanLuis, donde en general el italiano llegaba porreferencia de otros inmigrantes ya instalados en laprovincia y contando con un considerable capitaleconómico. Don Pascual Cantisani llega a SanLuis aproximadamente a fines de la década del 80y se dedica, en un comienzo, al negocio de ramosgenerales y a la explotación de un campo de supropiedad de 10.000 ha, que se encontraba al nortede la ciudad. Él personifica en sus prácticasproductivas y comerciales la misma estructura dela zona donde se instala. Es muy interesantedesentrañar el circuito productivo y comercial quese va tejiendo: el almacén abastecía al vecindarioincipiente que se iba asentando alrededor de lainstalación del ferrocarril, la compra demercadería en grandes cantidades le permitíaabastecer a las familias que trabajaban en supropio campo de donde se extraía leña y sefabricaba carbón, que trasladaba en su propiatropa de carros para abastecer al ferrocarril. Latropa entraba desde el camino del Norte por laactual Justo Daract para descargar en lasplanchadas del ferrocarril aledañas a su casa,asignadas a él.Otra relación comercial con el ferrocarril laestablecía su esposa, según el testimonio de sunieto: Tengo entendido que mi abuela cuando funcionabala estación mandaba a algún personal de servicio concanastas y cosas así y hacían un servicio como de buffetcuando llegaba un tren, así de entre casa, seguramentellevaban algún pastelito o algo así. Era un tren de cargay de pasajeros.(Raúl Yelpo)Parte del excedente de este circuito se invertíaen construcciones en la zona, que don PascualCantisani hacía para sus hijos varones, inversiónque partía de la producción de ladrillos en elcampo. Dice su nieto:Y también se hacían ladrillos para las
image/svg+xml11construcciones, yo he visto en el campo todavía loshornos (...) cuando volteamos una pared de la calleChile encontramos un ladrillo que decía 1905 y quetenía unas iniciales.Estas construcciones todavía se conservan condiferentes usos y modificaciones. Otraconstrucción que aún permanece en pie y hatenido diferentes usos es un viejo hotel y pensiónque pasó posteriormente a ser vivienda de lafamilia Abdala.Los hoteles fueron construcciones infaltablesen los aledaños de las estaciones de trenes,atendiendo a las necesidades de hospedaje delviajero. No hemos podido encontrar informaciónsobre el mismo, salvo que perteneció a una familiamendocina de apellido Posca.Los hermanos Abdala evocanasí su casa natal:Es importante hacer notar quecuando vino nuestra gente allí eraun hotel. Era de Posca de laprovincia de Mendoza...seguramente lo deben haberconstruido algunos años despuésde la llegada del ferrocarril... laestación del ferrocarril seconstruyó en 1882... del ochenta al1910 no son muchos años... mispadres llegaron en 1913... La casamaterna era un hotel: 19habitaciones. Cómo se llamaba nome acuerdo, nunca me dijeron nipresté atención si me dijeron, cuando mi padre compróel hotel ya estaba construido... nuestra gente vino aquí,se hospedaron allí... se hospedaron en una piecita allado de la cocina y después compraron y siguieron... asíque ésa era una construcción mucho más vieja...¡maravillosa, maravillosa!Como ya dijimos, la estación de tren constituíauna de las “entradas” a la ciudad y era el lugardesde donde todos los viajeros podían apreciarla.En la opinión pública, expresada en algunos delos periódicos de la época, aparece lapreocupación por el embellecimiento de la zona:erradicación de ranchos de adobe y construcciónde una plaza. Nace así la Plaza Colón frente a lafachada de la vieja estación (actual emplazamientode la Terminal de Ómnibus). Ésta constituía unespacio público de paseo, de “encrucijada”también de los sectores radicados en la zona, lospasajeros del tren y aquellos que iban atraídos porespectáculos populares.Paseo de los pobres y clase media incipiente,Plaza de las “pulgas”, descanso del viajero. Segúndon Quiroga Luco, ésta era la plaza popular de laciudad. Se la llamaba Plaza de las pulgas,aludiendo despectivamente a que era frecuentadapor los sectores más pobres.El nombre de Plaza de las pulgas contrastabacon la Plaza Pringles o Paseo de las Flores a la quele decían “Plaza de las perlas y las mostacillas”,refiriéndose a los dos sectores sociales que lafrecuentaban (clase alta e incipiente clase media).También recuerda don Américo Piscitelli:(...) La plaza no tenía alumbradopúblico... Había muchos árboles,muchos pimientos. Estaba cerradacon alambrado como también supo serla Plaza Pringles... cerrada conalambrado bajito así y cada tanto amedia cuadra tenía un molinete y porahí pasaba la gente. La gente quevenía a esta plaza era más humildeque la que iba a la Plaza Pringles, erauna plaza de barriada. Le decían laPlaza de las pulgas, injustamente,porque venía gente más humilde.Se fueron en sulky y quemaronla vieja estación. El juez llegócomo lo había prometido,mostrándose sorprendido, y apesar de que hubo denunciaspersonales contra quienesprovocaron el incendio, el juezno los juzgó y ordenó el trasladode la estación de “dondemolestaba” y obligó a laempresa inglesa a laconstrucción de un edificionuevo.Tropa de carros de leña.
image/svg+xml123.2. Segundo período:1908-alrededor de 19303.2.1. El traslado de la estaciónEn 1908, la vieja estación de trenes deja deusarse como tal. ¿Cuáles fueron las razones quellevaron a dejar de usar una construcción quetodavía tenía muchos años de vida útil? Existendiferentes versiones sobre el traslado de la estación:Según el periodista Mario Otero:(...) la vieja estación, demolida en 1966, después dedécadas de servir de vivienda a numerosas familias, dejóde usarse mucho antes de que concluyera la vida útil de laedificación por su ubicación inconveniente. En efecto, lostrenes, lanzados desde La Cumbre, tenían dificultad parafrenar en ese terreno con pendiente hacia el Oeste.Esta fue la razón principal para la mudanza al nuevoemplazamiento (con orientación sur-norte) y otro trazadopara las vías por la ciudad, que incluían un ramal deescape para cuando el convoy tomaba demasiadavelocidad en la bajada. En tales circunstancias, los treneseran desviados hacia el norte. Las vías, en parábola,recorrían parte de lo que actualmente son los barrios deJubilados y Las Américas, para volver hacia el Este ydetenerse en las cercanías del Hipódromo.6La segunda versión es de don Mario QuirogaLuco. Según él, el tren en la primera estación teníaproblemas no para frenar sino para seguir viaje, yaque construyeron un dispositivo que preveíacompensar el declive este-oeste del terreno. DonQuiroga Luco contaba una historia en la queparticiparon su padre y su abuelo: según estetestimonio había en las clases altas de la ciudadmucho descontento con la administración quedesarrollaban los ingleses en el Ferrocarril BuenosAires al Pacífico.7Este malestar provocó que un grupo de vecinosse organizara para realizar una protesta.8Se reuníanen el Bar Victoria y en el Club Social. Allí decidenquemar la vieja estación de trenes. Don VíctorGuiñazú le avisa al Juez Federal, don Valentín Luco,y parece ser que éste le responde: Cuando se vayan, meavisan y yo llego dos horas después cuando ya estéquemado. Se fueron en sulky y quemaron la viejaestación. El juez llegó como lo había prometido,mostrándose sorprendido, y a pesar de que hubodenuncias personales contra quienes provocaron elincendio, el juez no los juzgó y ordenó el traslado dela estación de “donde molestaba” y obligó a laempresa inglesa a la construcción de un edificionuevo.Otros testimonios y documentación oficialrespaldan la primera versión:(...) resulta que del Puente Blanco para acá lapendiente de bajada es muy pronunciada, entonces comolos ferrocarriles de acá no estaban tan adelantados en lacuestión de frenaje... lo que pasaba es que los trenes delChorrillo para acá agarraban una velocidad muy grande...No frenaba en la estación. Había trenes que se alzaban, quese dice, unos que la máquina no era posible de detenerlosentonces, después se fueron modificando... se iban paraBalde. ¡Allá iban a parar! No podían parar en la estación,no, no algunos han pasado de largo... (...) Todo eso hainfluido porque los trenes se alzaban mucho, la pendienteera muy grande. La diferencia no me acuerdo cuánto es,pero es mucha. Es mucha la diferencia que hay desdeDonovan a San Luis y hasta Balde. Ese fue el motivo.(...) Yo entiendo todo esto porque yo soy maquinista yme doy cuenta porque yo también he conducido un tren yque hay veces que el tren era deficiente y he tenido quetener muy mucho cuidado y no darle tiempo que el tren sealce, porque ellos dominan.Efectivamente, en el Boletín Oficial de laRepública Argentina del 30 de julio de 1902 seautoriza a la Empresa Gran Oeste Argentino paraconstruir una nueva estación y se aprueban losplanos presentados por la empresa y su ubicación enla ciudad. En los considerandos del decreto sedetallan las razones técnicas por las que se solicita eltraslado que confirman las versiones de losinconvenientes topográficos del terreno.La versión de don Mario Quiroga Luco se refierea otro suceso ligado a conflictos de sectores de lasociedad puntana con la empresa inglesa, conflictoque se materializa en la nueva estación de trenes.Efectivamente, la prensa local en el mes de junio de1910, testimonia cómo una “pueblada” quema lacasilla de madera que oficiaba como estación desde1908 porque la empresa B.A.P. no había construidoel edificio que correspondía a la estación. Aprincipios de 1912 la información periodística datestimonios de “la hermosa estación que yatenemos”.3.2.2. Un lugar de mucho movimiento...aún sin terminal de trenesEsta zona de encrucijada dejó de contar con unode los elementos que le daban ese movimiento. Sin
image/svg+xml13embargo, el lugar siguió constituyendo un punto deintercambio comercial importante, dado por laurbanización que produjo el ferrocarril como por laafluencia de carros que siguió siendo continua hastamediados del siglo XX.Este movimiento comercial es digno de destacarporque resulta característico del lugar y está muypresente en la memoria de los entrevistados.Don D’Amico, hijo de italianos, quien heredó desu padre el oficio de peluquero, evoca:Mi papá trabajaba en el centro, cerca del mercado,después se vino acá... antes la gente venía ubicándose enlos puntos para trabajar. Tenían visión para trabajar, parahacer las cosas. Él sabía que por acá entraba toda la gentede campo y estaban los corralones. Conocía a mucha gente.Había veces que solía atender hasta las dos o tres de lamañana aunque no había esta luz, sólo un foquito.Entonces esa gente venía como a las 7 u 8 de la mañanacon la fresca y le decían: “Buen día, más tarde venimos aque nos corte el pelo”. Y caían de 7, 8 ó 9 a cortarse el pelo.Venían dos o tres por carreta y a toda esa gente le cortabael pelo mi papá. Algunos pagaban y otros no. Pagaban conplata luego que iban a entregar la carga a la báscula, alotro día venían y le pagaban a mi papá. Algunos amigosconocidos le dejaban carbón, vizcachas, chivos.Los carreros, así como algunos de los dueños delas tropas, eran criollos que traían básicamente leñay carbón. Esto se comercializaba en el ferrocarril, enlos corralones y en los almacenes de ramos generalesde la zona en manos de los inmigrantes. Conalgunos de estos almacenes el intercambio seproducía a través del sistema de trueque. El carrerocompraba ropa, alimentos, herramientas de trabajo y“los vicios” (yerba y tabaco).Don Américo Piscitelli, desde la vereda de sucasa, describe esta situación:Donde están todos esos montes que se ven en laesquina... era una playa de carros. El trabajaba con loscarreros... Ahí dejaban toda la carga, ahí chupaban, ahícomían, ahí dormían, y cuando ya no tenían nada, se ibana la casa. Llegaban a la casa con un poco de azúcar, unkilogramo de pan habrán llevado, alguna cosa... Y estehombre les compraba leña, les compraba carbón... En esetiempo se llevaban bolsas de azúcar, bolsas de harina queno costaban nada... Los carreros se llevaban harina,azúcar, maíz, alpargatas, llevaban ropa... en fin, aceite...toda mercadería de una casa de familia. Los corralonesacumulaban de todo, cueros, eran depósitos, y despuéssalían a vender los cueros a otro lado, a los negocios delcentro... ellos compraban acá y después revendían allá. Siacá pagaba un cuero, un suponer 50 centavos, ellos lovendían por 1,20. Los carreros no pasaban la AvenidaEspaña.Por su parte María Abdala, hija de inmigrantessirio-libaneses propietarios de un almacén de ramosgenerales, recuerda de su infancia:La clientela nuestra eran los carreros que venían delcampo y gente de acá. Llegaban (los carreros) como a launa o dos de la mañana... mi mamá se tenía que levantar aabrir a atenderlos, a darles la comida... Me acuerdo de loscarreritos que venían al negocio a comprar y llevabanmercadería. La leña se usaba para muchas cosas: la cocinaeconómica, todo era con leña... todo era a base de leña...La ausencia del tránsito de pasajeros transformael uso y función de algunos espacios públicos. LaPlaza Colón se va transformando en una cancha defútbol. Según Liberato Tobares, alrededor de 1924 laPlaza ya era la cancha Colón. D’Amico, actualpeluquero del vecindario, recuerda:La cancha Colón estaba entre Rivadavia y avenidaEspaña. Bien en la esquina donde está la esquina de laterminal, justo ahí estaba la cancha Colón. Estaba rodeadapor paredes grandes, ladrillos, pimientos grandes. Laentrada principal era por la esquina de Rivadavia. Eso sí,los muchachitos de antes nos acordamos porqueentrábamos por cualquier otra parte... Cancha, cancha noera, como ahora, pero tenía su tribuna, estaba toda rodeadacon alambre. Había mucho entusiasmo, estaba el clubdeportivo Estudiantes, Huracán, Juventud, Victoria,Pringles. Jugábamos. Se jugaba de mucho corazón. Sesiente mucha nostalgia.El predio del ferrocarril va perdiendopaulatinamente la dinámica de la actividadferroviaria y a la par cobra otro uso y otra vida parala infancia del barrio. El vivo recuerdo de MaríaAbdala testimonia esta metamorfosis:Me acuerdo que jugábamos... ¡¡sabe comojugábamos!!... ¡Ay, no se imagina! Tomábamos la zorrapor cuenta nuestra... cuando quedaba desocupadita lazorra, jugábamos todos y hacíamos de todo, de todo...íbamos a jugar... además mis hermanos varones eranmás chicos que yo... éramos tres mujeres y después tresvarones. Nosotros tomábamos las vías del ferrocarril yla acequia ésa que corre acá nos llevaba hasta los saucesque están más o menos a una cuadrita, nada más de loque es el Puente Blanco. Y nosotros nos íbamos adesayunar con las amigas mías, las chicas Flores deenfrente. Pasaban los linyeras y nosotros no les
image/svg+xml14José La Vía. FotógrafoNace en Nicosia, Catania (Sicilia) en 1888 y muere en SanLuis el 29 de abril de 1975.Llega a San Luis en 1894 y adquiere su primera máquina en1907.Documentó la vida cotidiana de San Luis desde principiosdel siglo XX, y registró episodios políticos, culturales,religiosos, sociales y familiares.Acompañó al historiador Juan W. Gez a mula o a caballo ensu andar por la provincia, con su cámara fotográfica.Fue reportero gráfico de distintas publicaciones ycorresponsal gráfico de La Prensa, La Nación, Caras yCaretas, PBT, El Mundo, Noticias Gráficas, Ahora, ElHogar, y Atlántida.teníamos miedo, ¡a nada! Esa era la vida que teníamos...cuando íbamos a jugar, la estación estaba abierta, eracampo... los vagones estaban siempre sobre las vías...Después levantaron todo. Cuando abrieron la calleya estaban levantando las cosas... lo que recuerdo es queen aquel momento en que levantaron las vías yo estabaaprendiendo a andar en bicicleta. Así que yo en estemomento, tengo 80... yo tengo que haber tenido en esemomento 10 años, 12 años. Yo soy del 19, así que unos10 años más.(...) cuando la cortaron(refiriéndose al paso deltren por las vías del barrio)era una bajada tanhermosa... que me puse en las vías y me fui con bicicletay todo y me sostuvo el zaguán de mi casa y tengo doshermosos tajos en las rodillas de ese golpe... nunca másusé una bicicleta.TESTIMONIOS ORALESRECOGIDOS EN EL PERÍODO 2000-2001-Don Mario Quiroga Luco (85 años): profesor de Filosofía, conextensa labor docente. Emparentado con muchas de lasfamilias tradicionales de San Luis.-Américo Piscitelli: jubilado ferroviario, vecino de la zona,nacido el 30 de octubre de 1908.-Raúl Yelpo (70 años): nieto de don Pascual Cantisani, uno delos primeros vecinos de la zona que construye su casa y la desus hijos frente a la Plaza Colón y al ferrocarril (actualdependencia del servicio de encomiendas de T.A.C.)-María y Eduardo Abdala (80 y 76 años aproximadamente):vecinos y comerciantes de la zona. Vivieron su infancia yjuventud en el viejo Hotel de los Posca, comprado por suspadres para residencia familiar, hoy depósito de la firmaAbdala.-Jerónimo Castillo: vecino de la calle Alte. Brown desde 1965.Testigo de la demolición del edificio de la estación. Habitantede una casa ferroviaria.-D’Amico (60 años): hijo de italianos, peluquero, vecino de lacalle Justo Daract.NOTAS1 Salvando las contradicciones encontradas entre las fuentesbibliográficas y periodísticas consultadas hasta el momento,estimamos que la estación se habilitó para pasajeros el 25 demayo de 1882. El Boletín Oficial, por otra parte da cuenta deque el servicio de carga quedó habilitado a partir del 1° deagosto del mismo año.2 Es esencial tener en cuenta que desde la creación de lasacademias, el encuadre de la arquitectura dentro de las BellasArtes convertía cada una de las obras en obra de arte y porende un ejemplo singular e irrepetible. Cita de: Garro, Jimena,en base a textos de Gutiérrez, Ramón, Arquitectura eniberoamérica, Ediciones Cátedra, 1992.3 Se recurrió a empréstitos con la Banca francesa, muchosmateriales fueron adquiridos a compañías francesas y parte dela mano de obra que trabajó en la construcción de este tramofue europea, preferiblemente francesa, italiana y española.4 Por la extensión del presente trabajo no nos referiremos a esteperíodo. Pero sí vale mencionar que los vecinos recuerdan ladesaparición del edificio con nostalgia, impotencia y laintuición de que algo importante moría: No están demoliendo laestación, están matando la historia, fue la sentencia de una madrea su hija al oír la explosión.5 Este proceso tuvo avances y retrocesos, producto de laresistencia de los sectores interesados y de los vaivenes de loscostos de los fletes ferroviarios que en ocasiones reinstalaban eltransporte de carretas.6 Otero, Mario (1999), “Las calles del Ferrocarril”, en RevistaCima, p. 26.7 Según su testimonio...,fue una protesta no de pueblo sino deoligarquía.8 Entre quienes estaban: Modesto Quiroga, Juan T. Zabala,Alberto Quiroga, Deoclesio Pérez (hacendado) y Víctor Páez.BIBLIOGRAFÍABoletín Oficial de la Nación, Archivo Centro de EstudiosHistóricos Ferroviarios, Buenos Aires, Ed. Lumiere.El Oasis, La Reforma, El Heraldo, periódicos publicados en laciudad de San Luis. Ejemplares consultados: período 1880-1912. Archivo Histórico de la Provincia de San Luis.Gutiérrez, Ramón, Arquitectura en iberoamérica, EdicionesCátedra, 1992.López, Mario Justo, Historia de los ferrocarriles nacionales. 1866-1886, Buenos Aires, Museo Ferroviario, 1994.Otero, Mario, “Las calles del Ferrocarril”, en Revista Cima,1999.Scalabrini Ortiz, Raúl, Historia de los ferrocarriles argentinos,Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1995.Tartarini, Jorge, Arquitectura Ferroviaria, Buenos Aires, EditorialDel Arco Iris, Colihue, 2001.Tobares, Jesús Liberato, San Luis de antaño, San Luis.