image/svg+xml66Estudio de caso:Cuando laminoría hablaUna producción multimediarealizada con las comunidadesAva Guaraní, en la fronteraentre el Paraguay y el Brasil.Museo de la Tierra Guaraní,Itaipú, Paraguaymuseobarbero.org.py
image/svg+xml7Atlántico con el nombre de Río de la Plata. Este río ysus afluentes han sido transitados, al menos losúltimos 9.000 años, por los pobladores de la Cuencadel Plata. Su exuberante floresta subtropical ha sidoescenario de la domesticación guaraní de plantasmedicinales y alimenticias. El río Paraná constituye,entre otras cosas, el espacio simbólico donde el héroecultural Kuarahy tendió un puente de flechas paracruzar de una orilla a otra y así salvar a su hermanogemelo de los seres malignos,según el mito de la CreaciónGuaraní. Desde el siglo XVI estemismo lugar fue paso obligado delos españoles que intentabancolonizar esta parte de Américadel Sur. El lugar constituyó asientode las primeras misionesjesuíticas, que, ante los constantesataques indígenas se desplazaronhacia el sur. Finalmente, fue estamisma selva la que escondió porcinco siglos, tras su muro vegetal,a aquellos indios guaraníes quehuían del mundo blanco.Luego de este paréntesis con-textual, podemos refinar nuestraspreguntas: ¿Es posible considerara una comunidad indígena comoun gran repositorio de fuentes deinvestigación? Despejandocualquier duda sobre la implicancia ética de larespuesta, y asumiendo que estemos trabajando conel mayor respeto a las diferencias culturales y a ladignidad humana, cabe preguntarnos por el beneficiode la investigación en sí: ¿Cómo asegurarse de que elmétodo no constituya una trampa?, ¿es posible la“vigilancia epistemológica” de Bourdieu2al ingresaren el terreno de la transculturalidad? Una preguntaué valor tiene un documento multimedia contemática indígena producido desde la culturablanca? ¿Se puede traspasar la brecha cultural?A estas preguntas nuestras, podemos agregar las delpensador mexicano Bonfil Batalla: “¿Hasta quépunto los sujetos indígenas tienen el control sobrelas tecnologías de representación?, y ¿hasta quépunto los sujetos indígenas tienen el control sobre lamanera cómo sus discursos y actuaciones son leídaspor sujetos de la sociedaddominante?”1Esta era nuestra principalpreocupación cuando visitábamospor primera vez la comunidad AvaGuaraní “Acaray-mi” en la zonaEste del Paraguay, limítrofe con elBrasil. Quizás el hecho de que setratara de una región que iniciótardíamente el contacto con lasociedad “blanca” –a mediadosdel siglo XX– nos llamó a un actode contrición. No deseábamosrepetir la conquista “con la espaday la cruz”, y queríamosasegurarnos de no agredir lascostumbres locales en ningúnmodo. Después de conocer la largahistoria de exclusión a la que estánexpuestos los indígenas,sentíamos cierto temor de lo queellos podrían percibir acerca de nuestra intención.El motivo de nuestra visita a “Acaray-mi” eraromper un largo silencio entre el viejo museo queestábamos reformando y las culturas indígenasvivas. La misión principal del nuevo proyecto eraque el museo reconociera la existencia de losindígenas a su alrededor, quedando abiertos a queéstos participaran activamente en la nuevapropuesta museológica, pues hasta el momento, sehabían exhibido únicamente piezas arqueológicasde los antepasados guaraníes y algunos objetosetnográficos de los años 80. Tanto los objetosarqueológicos como los de etnografía se exponíancomo reliquias de un pasado remoto, con tan pocainformación que parecían negar la existencia mismade los indígenas de la actualidad y de suhistoricidad.Pero la realidad indígena afuera de las paredesdel museo era muy diferente. La región donde estáasentado el museo corresponde a la triple fronteraParaguay-Brasil y Argentina, países que compartenel caudaloso río Paraná, que desemboca en el océanoEl enfoque biográfico interpretativo en la investigaciónsocio-históricaEstudio de caso: cuando la minoría hablaAutoresAlejandra Peña y Osvaldo CodasMemoria Activa. Paraguay¿QEl motivo de nuestra visita a"Acaray-mi" era romper un largosilencio entre el viejo museo queestábamos reformando y las culturasindígenas vivas. La misión principaldel nuevo proyecto era que el museoreconociera la existencia de losindígenas a su alrededor, quedandoabiertos a que éstos participaranactivamente en la nueva propuestamuseológica, pues hasta el momento,se habían exhibido únicamente piezasarqueológicas de los antepasadosguaraníes y algunos objetosetnográficos de los años 80.
image/svg+xml8encierra de por sí una respuesta, que está modeladaconforme al campo epistemológico delimitado por elinvestigador. Es un laberinto por el cual elentrevistador “conduce” a la víctima entrevistada, ylos datos que obtiene no son sino el reflejo de lo quequería encontrar. No es muy distinto lo que ocurre siutilizamos el método de la observación participante.La observación también recorta la realidad deacuerdo con nuestros supuestos teóricos.Indefectiblemente, desearemos controlar todo aquelloque pudiera “amenazar” nuestro proyecto yllamaremos “amenaza” a todo lo que no coincida connuestra visión del mundo. Ahora bien, si elentrevistado está inmerso ennuestra misma cultura,compartimos un universosimbólico donde el recorte de larealidad será común a ambos y, enlugar de ser una amenaza, essencillamente una característicasociocultural e histórica que elinvestigador ha de relevar consinceridad intelectual. Pero, ¿quépasa cuando nuestro entrevistadomaneja códigos diferentes decomunicación, con un universosimbólico distinto y una lógica queno coincide con la nuestra?Con tantas preguntas dandovueltas en nuestra cabezainiciamos los preparativos paraingresar a la aldea indígena.La idea de encontrarnos conindígenas que tuvieron contactocon los occidentales hace sólo 50 años atrás era undesafío. Estábamos por conocer a los descendientesde aquellos guaraníes que, desde el siglo XVII habíanhuido de la colonización europea, escondiéndose enla selva. Los ancianos de la comunidad recordabanclaramente cómo su vida comenzó a cambiar con elingreso de los primeros blancos que se internaron enel Alto Paraná para la explotación de la madera y dela yerba mate, a mediados del siglo XX.Luego de varios encuentros con la comunidadindígena, en la que ellos nos interpelaban sobre elproyecto, acordamos que ellos serían nuestros maes-tros en la cultura guaraní.¿Quién maneja la entrevista?Después de varios encuentros de presentacióndel proyecto a toda la comunidad, el sacerdoteguaraní, conocido como “oporaíva”, nos comenzó adar citas para nuevos encuentros de entrevistas, a loscuales acudimos regularmente.En las primeras sesiones, yo acostumbraba llevaruna serie de preguntas preparadas con antelación.Al poco tiempo deseché mis preguntas: no sólo laparticipación de toda la comunidad era tan rica yestimulante, sino que luego de cada sesión, parecíaque había pocas preguntas para hacer. En cadainicio de jornada, mientras me disponía a sugeriralgún tema a discutir, siempre había alguno de losseñores que comenzaba un tema (la religiosidad, lainiciación, la muerte, etc.). Sobre el mismo seproducía la participación de todos los demás.Cuando había esposas de edad avanzada, ellastambién participaban en el mismo nivel, así comocuando se trataba de una chamana, o sacerdotisa.Los niveles de lacomunicaciónDe la misma manera que losAva Guaraní condujeron lostemas de la filmación,establecieron qué cosas deseabantransmitir en el museo y cuálesconsideraban inapropiadas. Lospedidos de apagar las cámarasocurrieron principalmente enciertos relatos míticos. El“oporaíva”, chamán RamónIturbe, cuando nos relató el mitode la Creación Guaraní realizófrecuentes pausas y nos pidió envoz baja que apagáramos lafilmadora porque era “peligrosopara todos”, sugiriendo que habíaotros seres escuchando el relato yque se podían enojar. De estemodo, el relato que se presenta en el material finaltiene las pausas propias marcadas por elentrevistado.Otro aspecto interesante es la elección visual delas locaciones de filmación así como del vestuario.Las principales reuniones de entrevista comunitariase realizaron, a pedido de los indígenas, en lacooperativa agrícola, rodeada de sus maquinarias decosecha. También notamos un cierto uso deliberadode íconos occidentales para los momentos de lafilmación, como son los jeans y los anteojos de sol.Estos accesorios no estuvieron presentes en otrosmomentos que compartimos con la comunidad. Nosatrevemos a creer que estas son hábiles estrategias decomunicación, que buscan generar empatía con elpúblico blanco, y tienden a equilibrar la fuerza de sudiscurso, claramente disonante con la racionalidadoccidental.Con el transcurso del tiempo pude tomarconciencia de que ellos siempre tenían el controlsobre las entrevistas, los temas abordados, y laLa idea de encontrarnos con indíge-nas que tuvieron contacto con losoccidentales hace sólo 50 años atrásera un desafío. Estábamos por cono-cer a los descendientes de aquellosguaraníes que, desde el siglo XVIIhabían huido de la colonización euro-pea, escondiéndose en la selva. Losancianos de la comunidad recordabanclaramente cómo su vida comenzó acambiar con el ingreso de los prime-ros blancos que se internaron en elAlto Paraná para la explotación de lamadera y de la yerba mate, a media-dos del siglo XX.
image/svg+xml9información que compartían. Una vez que entendíesto, mi desarme intelectual fue total y me entregué altrabajo con absoluta confianza en un resultadoexitoso. Lo que temía que se convirtiera en un acto dedominación por mi parte, acabó siendo un procesototalmente controlado por los indígenas, que decidíanqué información podían compartir con el mundoblanco y de qué manera la querían presentar.La filmación colectivaLas entrevistas siempre tuvieron lugar enespacios determinados por el “oporaíva” o chamán.Allí participaba toda la comunidad,y las conversaciones se dabandisponiéndose en ronda: loshombres en la primera fila, y lasmujeres, los niños y los animales enun segundo círculo que nosenvolvía. La presencia de todos losintegrantes marcaba la diferenciacon cualquier otro tipo de entrevistaque hubiera hecho antes. Frente alsentido individualista que micultura me reclamaba, fuiencontrando el sabor de laparticipación integral. De a pocodescubrí que ese concepto departicipación era infinitamente másamplio de lo que yo conocía. Lasredes de relaciones no sólo seestablecen entre personas, sino queincluyen a todos los seres de lanaturaleza. Estar juntos para re-solver un problema significa, además de reunirse conlos parientes y los miembros de la comunidad, asumirla presencia de otros elementos como el viento, lasaguas (lluvia o ríos) o los animales. Todo lo que nosrodea está con nosotros, y se manifiesta. Y el paso deun ave de mal agüero como el “suindá”, lechuzagrande, o la forma en que el viento mueve las hojas delos árboles, puede hacer cambiar el lugar o la fecha deuna reunión.Las palabras sagradasno necesitan ediciónLa experiencia de la filmación con los indígenasAva Guaraní había echado por tierra nuestroconocimiento de producción de audiovisuales parauso multimedia, al haber tenido que desechar nuestroguión.Pero todavía había una sorpresa. Una vez deregreso a la ciudad, al revisar los videos se tornósumamente difícil decidir cómo realizar la edición delmaterial. Los mensajes transmitidos por los indígenaseran ordenados y completos, y carecían de partesdébiles o inútiles. Se hacía imposible eliminar partesde las entrevistas, con el riesgo de perder el sentidodel mensaje. Así aprendimos que cada frase, cadagesto, había sido preeditado en el interior de sucultura de más de 2.000 años. Por centurias, en largasnoches alrededor del fuego, ellos habían realizado unejercicio permanente de retroalimentación colectiva.En la vida cotidiana, los guaraníes honran elsignificado de las palabras. Cada palabra es sagrada,y dice solamente lo que debe ser dicho. Esto nosgeneró un conflicto de metodología de trabajo.Finalmente decidimos no cortar ningún discursopero, para no perder el ritmopedagógico, le dimos títulos a lasdiferentes partes del mensaje, ydiseñamos un menú que ofrecelas partes del discurso en formaseparada, pero de maneraordenada y sin perder ningunasección.De las armas de losDe las armas de losDe las armas de losDe las armas de losDe las armas de losconquistadoresconquistadoresconquistadoresconquistadoresconquistadoresa la lapicera de losa la lapicera de losa la lapicera de losa la lapicera de losa la lapicera de loscientistascientistascientistascientistascientistassocialessocialessocialessocialessocialesLa oralidad indígena unidaal modo de vida comunitario hasido hasta el momento el mejorarchivo de resguardo de su me-moria cultural. Durante lasentrevistas, los Ava Guaraníhicieron permanente referencia ala letra impresa como un elemento que puedetraicionar a las palabras, que forman parte de losagrado.Un papel y una lapicera en manos delinvestigador pueden ser tan agresivos como lo era unarcabuz en manos del conquistador del siglo XVI.Cuando mantuvimos las primeras entrevistas con laLas entrevistas siempre tuvieron lugaren espacios determinados por el"oporaíva" o chamán. Allí participabatoda la comunidad, y las conversacio-nes se daban disponiéndose en ron-da: los hombres en la primera fila, y lasmujeres, los niños y los animales enun segundo círculo que nos envolvía.La presencia de todos los integrantesmarcaba la diferencia con cualquierotro tipo de entrevista que hubierahecho antes. Frente al sentido indivi-dualista que mi cultura me reclamaba,fui encontrando el sabor de la partici-pación integral.
image/svg+xml10comunidad Ava Guaraní, fuimos sin filmadoras niotro equipamiento de registro, aunque símencionamos que desearíamos grabar lasconversaciones que ellos aprobaran. La respuesta fuesumamente favorable, y el “oporaíva”, chamán, nosdijo textualmente: “si nosotros vamos a estarproyectados en las pantallas del museo, estamosdispuestos a colaborar. Porqueentonces, yo voy a mirar con micara a la cara del visitante y mispalabras irán directamente a susoídos”. También agregó que losblancos cuando tenemos lápiz ypapel en mano anotamos todo,pero después cambiamos lasverdaderas palabras por otras, yno explicamos bien la realidadindígena.El sentido multimedial estátotalmente incorporado en la formade ser indígena. La comunicaciónpasa por todos los sentidos. Fueasí que comprendimos que,mientras para nosotros laproducción multimedia es unrecurso entre tantos otros, paranuestros interlocutores indígenasera una garantía de la excelenciade la comunicación. Para ellos, lamultimedia no es una forma más,sino “la forma” ideal de comunicarse cuando uno noestá personalmente.Reflexión finalLa experiencia vivencial y digital con los AvaGuaraní cambió nuestra concepción de producciónmultimedia. Descubrimos en nuestros amigosindígenas las condiciones culturales óptimas parainsertarse en la cultura digital, probablemente debidoa su concepción holística de la vida y del universo.Nos sentimos en todo momento frente a un discursosólido y frente a personas plantadas en su identidady en su historia. Esto explica su claridad meridianacon respecto a qué comunicar y cómo comunicar suuniverso simbólico en un contexto occidental dondeson considerados el último peldaño social.Este trabajo comenzaba con las preguntas quenos agobiaron al comienzo del proyecto, con laintención de que los lectores ensayen sus propiasrespuestas. Quizás las más inquietantes de todasnuestras preguntas sean aquellas de Bonfil:3¿hastaqué punto los sujetos indígenas tienen el controlsobre la manera en cómo sus discursos y actuacionesson leídas por sujetos de la sociedad dominante? yLa experiencia vivencial y digital conlos Ava Guaraní cambió nuestra con-cepción de producción multimedia.Descubrimos en nuestros amigosindígenas las condiciones culturalesóptimas para insertarse en la culturadigital, probablemente debido a suconcepción holística de la vida y deluniverso. Nos sentimos en todo mo-mento frente a un discurso sólido yfrente a personas plantadas en suidentidad y en su historia. Esto explicasu claridad meridiana con respecto aqué comunicar y cómo comunicar suuniverso simbólico en un contextooccidental donde son considerados elúltimo peldaño social.NOTAS1 Bonfil Batalla, Guillermo, “La teoría del control cultural en elestudio de procesos étnicos”, en RevistaPapeles de la CasaChata, Año 2, Nº 3, 1987.2 Bourdieu, Pierre y otros, El oficio de sociólogo, México,Siglo XXI, 1976.3Bonfil Batalla, op. cit.Las imágenes de las páginas 6 (der.), 7 y 10 fueron tomadas deMordo, Carlos, La herencia olvidada, Buenos Aires, FondoNacional de las Artes, 2001.BIBLIOGRAFÍALeuthold, Steven, Indigenous Aesthetics. Native Art, Media andIdentity, Austin, University of Texas Press, 1998.Said, Edward W., Orientalism, New York, Vintage Books, 1979.Sartori, Giovanni, Homo videns. La sociedad teledirigida, Madrid,Taurus, 1997.Spivak, Gayatri Chakravorty, “Can the Subaltern Speak?”, enCary Nelson y Lawrence Grossberg (eds.), Marxism and the Inter-pretation of Culture, Chicago, University of Illinois Press, 1988.¿hasta qué punto los sujetos indígenas tienen el con-trol sobre las tecnologías de representación?Con respecto a la primera pregunta, pensamosque la lectura que la sociedad dominante haga deldiscurso indígena no es un problema indígena, sinouna deliberada ceguera occidental que es funcional asu posición de cultura dominante.En cuanto a la segunda pregunta, la experienciacon los indígenas Ava Guaranínos dio la pauta de que los“blancos” (como ellos nos llaman)seguimos manteniendo la ideacolonialista de que el indio essujeto de protección, ypretendemos, bajo proyectosfalaces, “enseñarles” a sacarprovecho de las nuevastecnologías, cuando en realidad,ellos tienen mucho que aportar ynosotros tenemos mucho queaprender de su concepciónmultimedial de la vida.
image/svg+xml11traduccionesEstudo de caso:Quando a minoriafala. Uma produçãomultimídia realizadanas comunidadesAva Guaraní, nafronteira entre oParaguai e o Brasil.Museu da TerraGuaraní, Itaipú,ParaguaiAlejandra Peña e Osvaldo CodasNo ano de 2003 foram contratados peloItaipú -o maior emprendimentohidroeletrolítico do mundo, propriedadedos estados paraguaio e brasileiro- pararestaurar o antigo "Museu Ambiental"situado na margem paraguaia. Comoresposta, nossa equipe desenhou ummuseu cujo eixo de percurso estariaapoiado na tecnologia de multimídia.O museu tinha uma dívida com os povosindígenas, presentes na região. Paramudar esta situação, propusemos aosindígenas integrar-se ao trabalhoconjunto, que mudaria nossa visão daprodução multimídia.Étude de cas : Quandla minorie parle. Uneproductionmultimédia réaliséeavec lescommunautés AvaGuaraní, dans lafrontière entre leParaguay et le Brésil.Musée du PaysGuarani, Itaipú,ParaguayAlejandra Peña et Osvaldo CodasEn 2003, nous avons été embauchés parItaipú –le plus grand ouvragehydroélectrique du monde, propriété desÉtats paraguayens et brésiliens – afin derenouveler l’ancien « musée del’environnement » situé sur la margeparaguayenne. En réponse, notre équipe aprojeté un musée dont le scénario duparcours aurait un support multimédia. Lemusée avait une dette avec les peuplesindigènes présents dans la région. Pourchanger la situation, nous avons proposéaux indigènes de s’intégrer à un travailconjoint, qui changerait notre vision de laproduction multimédia.Study of Case: Whenthe Minority Speaks. Aproduction multimediarealized with thecommunities AvaGuaraní, in the borderof the Paraguay andBrazil. Museum of theGuaraní Land, Itaipú,ParaguayAlejandra Peña and Osvaldo CodasIn the year 2003 we were contracted byItaipú -the major hydroelectric Paraguayanand Brazilian construction of the world,property of the States- to renewing theformer "environmental museum" placed inthe Paraguayan margin. As response, ourequipment designed a museum whichscript of tour would be supported intechnology multimedia. The museum had adebt with the indigenous present in theregion.To change this situation, we proposed theaborigines to a joint work, which wouldchange our vision of the productionmultimedia.11