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La enseñanza
práctica
de la historia oral
Algunas reflexiones sobre
una experiencia con docentes
de nivel primario
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En esta breve comunicación intentaremos re-
flexionar acerca de algunos resultados de esta activi-
dad que tienen que ver, fundamentalmente, con el
cambio de actitud del docente después de haber parti-
cipado en esta práctica de taller colectivo y su transfor-
mación en cuanto a su papel en el aula y la forma de
ver su propio concepto de la historia y su transmisión.
Creemos que la metodología de taller proporcio-
na un espacio práctico para el aprendizaje de las téc-
nicas de la historia oral.
Como se desarrolló
la actividad
En principio, queremos destacar que ninguno de
los docentes inscriptos en el curso había vivido expe-
riencia alguna relacionada con la historia oral.
Realizamos tres talleres, uno grabado en cinta y
dos filmados, de dos horas de duración cada uno,
cuyo tema fue reflexionar sobre su propia vida como
alumnos en la escuela primaria, para luego elaborar
un proyecto de investigación entre todos.
El primer taller, grabado en cinta, tuvo un inicio
sobrio, pero con el correr de los minutos los partici-
pantes se fueron distendiendo hasta llegar a una con-
versación coloquial, casi olvidando la presencia del
grabador.
Una situación distinta se vivió en el segundo
taller, esta vez filmado, donde al comenzar se notó
una gran sorpresa y hasta diríamos una sensación de
intimidación. La presencia de la cámara endureció el
relato, cada integrante habló a su turno, sin ser inte-
rrumpido, casi en un orden escolar, respetando el
papel de la coordinadora, como si fuera la directora
de la escuela.
En el tercer taller, también filmado, la actitud del
grupo cambió, se mostró más relajado, con mayor
confianza y a medida que los relatos avanzaban, los
recuerdos adquirían importancia en el marco históri-
co que se le otorgaba, y se horizontalizaba el papel
del grupo y aun el rol de la coordinadora, ya que ac-
tuaba como orientadora de las preguntas, con recono-
cida autoridad en el aporte de técnicas y metodología
pero conscientemente integrada al conjunto, partici-
pando de los temas surgidos.
La interacción del grupo fue aumentando en en-
tusiasmo y emotividad. Sorprendidos en su propia
actitud de testigos históricos, los encuentros genera-
ron en los docentes una expectativa que pasó de la
extrañeza y el juego a la búsqueda de material biblio-
gráfico, como programas de estudio, contexto político
que daba marco a los relatos y un creciente interés
por encontrar los momentos de cambios en la educa-
A modo de antecedente
El Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos
Aires dicta en forma permanente cursos sobre
historia de la ciudad en diferentes ámbitos
educativos. Es convocado anualmente por el
Ministerio de Educación de la Ciudad para capacitar
a los docentes de nivel primario en historia de
Buenos Aires, utilizando la historia oral como un
instrumento pedagógico.
Estos cursos intentan introducir al docente en la
práctica de la historia oral aportando algunas herra-
mientas teórico-prácticas que faciliten el aprendizaje,
así como proporcionar fuentes y técnicas para la
elaboración de proyectos a desarrollar en el aula.
A través de nuestra experiencia de trabajo hemos
notado que los proyectos escolares que incluyen
algunos elementos de la historia oral surgen a partir
de iniciativas personales del docente no siempre
contempladas desde la institución escolar, razón por
la cual suelen carecer de continuidad y no se
desarrollan en todo su alcance. Por ello, uno de los
objetivos de los cursos que dictamos se orienta a
incorporar esta metodología como un instrumento
integrador de las diversas disciplinas escolares y como
estrategia vinculante entre los diferentes sectores de la
comunidad educativa (escuelas, docentes, padres,
alumnos y particularmente el ámbito –el barrio–
donde se encuentra ubicada la escuela).
Una propuesta de trabajoUna propuesta de trabajo
Una propuesta de trabajoUna propuesta de trabajo
Una propuesta de trabajo
La propuesta del curso dictado en el último
cuatrimestre de 2005, organizado y presentado por
la directora del Instituto Histórico licenciada Liliana
Barela, se centró en la historia de la ciudad, los ba-
rrios y la vida cotidiana, utilizando la historia oral
como método para la didáctica de la enseñanza.
Este curso estuvo integrado por trece docentes
de diferente sexo, edad y función pertenecientes a
distintas escuelas de nuestra ciudad. Había ma-
estros de diversos grados y áreas como matemáticas,
lengua y sociales, algunos con más de veinte años de
antigüedad, otros con muy pocos años de ejercicio.
Es decir, nos encontramos frente a un grupo
heterogéneo que cumplía con la obligatoriedad de
realizar un curso de capacitación, con otorgamiento
de puntaje docente, elegido sin mayores
expectativas.
Luego de una primera etapa teórica sobre la
historia de la ciudad y el uso de la historia oral,
propusimos transformar el curso en un taller
colectivo de historia oral, donde los docentes serían
los protagonistas de esta práctica de aprendizaje.
El enfoque biográfico interpretativo en la investigación
socio-histórica
La enseñanza práctica de la historia oral
Autoras
Lidia González (coordinadora)
y Silvana Luverá
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ción, comparación e interpretación de los diferentes
períodos involucrados, ya que las vivencias se refe-
rían a las décadas comprendidas entre 1960 y 1990.
Desde el momento en que los docentes se vieron
a sí mismos construyendo un relato, que no sólo
aportaba aspectos personales de su vida en la escue-
la, sino que se entrecruzaba con la historia de la edu-
cación en nuestro país, se encontraron analizando
diferencias y similitudes en los procesos de enseñan-
za y aprendizaje, relacionando diferentes épocas y
programas educativos. Todo esto motivó también la
búsqueda de material propio que trajeron al taller,
como cuadernos de clase, útiles escolares en desuso
que recuperaron de sus casas, y en algún caso, perte-
necientes a padres o hermanos.
En la segunda etapa del curso se visualizaron
las filmaciones de los talleres, se apuntaron los temas
tratados, se organizó una guía de contenidos
jerarquizando tópicos, se analizó bibliografía corres-
pondiente y se elaboró un proyecto de investigación.
Esta tarea realizada colectivamente no resultó senci-
lla, ya que las perspectivas y objetivos son muy difíci-
les de consensuar entre personas de diferente forma-
ción intelectual, ideológica y laboral. Sin embargo, se
logró esbozar un proyecto de investigación colectivo
estructurado sobre la base de los testimonios analizados:
El mundo escolar. Vida cotidiana (1960-2000)
1. El Estado y la educación (1960-2000)
1.1. Función del Estado en la educación
1.2. Función de la escuela
1.3. Proyectos educativos
1.3.1. Contenidos curriculares
2. Identidad y valores
2.1. Relación docente-alumno
2.2. Relación escuela-hogar
2.3. Símbolos patrios
2.3.1. Actos escolares
3. Conclusiones
4. Bibliografía y fuentes
Otra situación que merece considerarse es el
cambio de actitud de los participantes al verse refleja-
dos en la video filmación, el resultado fue un gran
asombro para todos, pues ellos mismos se convirtie-
ron en observadores de sus propias expresiones y
sentimientos; hasta en algún caso, llegaron a tomar
tal distancia que, al ver su imagen en la pantalla la
observaban como si fuera otra persona, emocionán-
dose con lo que ellos mismos habían contado.
Pudimos compartir experiencias, los recuerdos se po-
tenciaron y la presentación de objetos vinculados a ella
(cuadernos, libros) provocó la ampliación de esos recuerdos (...).
Me causó una sensación especial ver en el video los cuader-
nos de mi madre (cursó su primaria en la década del 20).
Verlos “desde afuera” y en manos de otros fue muy impor-
tante
. (María Luisa, 54 años)
Es de destacar la placentera sensación transmiti-
da por los docentes entrevistados al sentirse por pri-
mera vez hacedores directos de la historia y creadores
de fuentes primarias que se les presentaban allí mis-
mo para ser analizadas.
Mi concepto sobre la historia, concebida solamente
como información extraída estrictamente de los libros,
cambió al comprobar, tímidamente, que yo también soy
protagonista y puedo hacer historia con mis recuerdos y
testimonios.
(Olga, 54 años).
(...) aprendí que soy parte de la historia y a trabajar
con mi memoria y recuperar recuerdos muchas veces olvi-
dados.
(Andrea, 33 años).
Las comparaciones entre pasado y presente fue-
ron frecuentes, el análisis de la actualidad educativa
se trasladaba a sus relatos como una muestra de las
diferentes épocas comprometidas tratando de buscar
una explicación a los cambios producidos.
(...) yo voy a que se valoraba más el trabajo del docente
no solamente dentro del colegio sino fuera, o sea, las mis-
mas familias lo valoraban más, entonces eso lo transmitían
a los chicos (...).
(Hugo, 25 años).
A modo de evaluación final del curso se les pidió
a los docentes que prepararan un proyecto individual
para aplicar en el aula a su cargo. La respuesta fue la
puesta en marcha de propuestas de trabajo con los
alumnos íntimamente relacionadas con la realidad
de cada establecimiento y de la comunidad donde se
encuentra. Un ejemplo de esto es el proyecto presenta-
do por Valeria (23 años):
Proyecto: “Historias de recién llegados”
Contexto: Bajo Flores
Participantes: padres y alumnos de 1º B
Fundamentación: se intentará hacer una valora
ción de costumbres bolivianas, ligadas al origen
de los niños.
Desarrollo: se hará una encuesta familiar sobre el
lugar de origen de la familia.
Luego se realizarán varios encuentros, grabados
y filmados. Los temas a tratar serán: costumbres, ves-
timenta, comidas, bailes, etc.
Se llevará a cabo una presentación en el patio de
la escuela y se invitará a toda la comunidad educativa.
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La construcción de estos proyectos fue de gran
interés para los docentes porque a través de éstos
pudieron poner en práctica la metodología aprendida
pero con la particularidad de conocerla desde aden-
tro; se les presentaba así, la oportunidad de desarro-
llar una propuesta, con herramientas teóricas, pero
proyectando desde lo vivenciado.
La experiencia de taller “en vivo” me fue de mucha
utilidad y esclarecimiento en cuanto a cuestiones prácticas,
ya que si no lo hubiese vivido, dudo haber podido realizar
algo semejante.
(Mariana, 28 años).
(...) infinidad de proyectos se me presentan como desa-
fíos para llevar a cabo. La historia oral como contenido
transversal de diferentes áreas del conocimiento. La histo-
ria oral como un producto de trabajo para intercambiar
entre escuelas o bibliotecas escolares, como utilización de
fuente primaria de investigación (...) y los alumnos como
ejecutores del proyecto, construyendo el sentido de perte-
nencia a la comunidad, identificándose con la misma
.
(Verónica, 32 años).
El día de cierre de las actividades, los resultados
se expusieron en una cartelera de la escuela donde se
dictó el curso. Se agregó a la presentación una serie
de reflexiones de los docentes participantes sobre las
ventajas de la práctica de la historia oral y los posi-
bles usos en la escuela:
Personalmente el curso de historia oral, me sirvió para
reencontrarme con mi historia escolar y compartirla con
otras personas (...). El haber sido protagonista en el taller
me permitió aprender haciendo, que es la mejor manera de
aprender la metodología y las técnicas de investigación de
los investigadores
. (Silvia, 44 años)
Fue una experiencia muy integradora de mi ser,
puesto que pude no sólo interiorizarme de un tema bas-
tante naturalizado por mí, “el mundo escolar”
,
sino que
pude también hablar de mi propio pasado, escuchar el
pasado de otros y relacionarlo con algunos conceptos
históricos. Es como ver la historia desde otro costado.
(Carolina, 33 años)
Comprendí, en el transcurso de las clases (...) que la
historia oral, como complemento del documento escrito,
tiene la ventaja de registrar una historia donde lo humano
está presente en toda su complejidad.
(Analía, 24 años)
Breves conclusiones
El uso de la historia oral en la escuela resultó un
excelente nexo entre los propios docentes, ejercitando
una práctica “en vivo” que los capacitó para hacerla
extensiva en su trabajo en el aula, con los alumnos y
su entorno.
La enseñanza práctica de la metodología de la
historia oral facilitó la comprensión y validez de tra-
bajar con la memoria individual y colectiva. En el
caso de esta experiencia se pudo acceder al conoci-
miento histórico, entendiendo la historia desde una
mirada más inclusiva.
La experiencia del taller de historia oral colectivo
favoreció la integración de diferentes visiones sobre
la historia, obligando a reflexionar, discutir y
reelaborar propuestas de trabajo en el aula.
Esta situación, que transformó a los docentes de
posibles entrevistadores en entrevistados, los llevó a
percibirse a sí mismos como sujetos históricos, porta-
dores de un relato con valor de interpretación históri-
ca y creadores de fuentes.
Los cambios que pudimos apreciar en ellos a
medida que se desarrollaban los encuentros tienen
que ver con su propia visión de la historia y con la
valoración de la historia oral como técnica de
aprendizaje.
A medida que el curso avanzaba se hizo visible
un creciente deseo por participar en los talleres, cada
propuesta recibió una respuesta positiva, incluso del
mismo grupo surgieron posibilidades de trabajo di-
versas. Este deseo de participación se forjó a partir de
haber experimentado una revalorización de la histo-
ria, sentirse parte de ella generó un compromiso como
docentes pero fundamentalmente como componentes
de la sociedad.
Los distintos útiles escolares que se presentaron
en el taller con el fin de motivar el recuerdo resultaron
de gran validez. Por un lado la cantidad de elementos
traídos nos hablan de las ganas de sumarse a la pro-
puesta, por otro encontramos a personas
redescubriéndose a sí mismas, revisando sus propias
vidas pero con un carácter crítico y ubicando “sus
historias” dentro de un marco histórico compartido.