image/svg+xml36Memoria y olvidodel asilo uruguayoNo debiera arrancarse a la gentede su tierra o su país, no a la fuerza.La gente queda dolorida. La tierraqueda dolorida.Nacemos y nos cortan el cordónumbilical.Nos destierran y nadie nos corta lamemoria, la lengua, los colores. Soy unaplanta monstruosa.Mis raíces están a miles de quilómetrosde mí y no nos ata un tallo, nos separandos mares y un océano.1
image/svg+xml37l siglo XX pasará a la historia como el siglo delos más graves delitos contra los derechos humanos,pero también como el siglo de la instauración y laproclamación del imperio de la ley.2De ahí lanecesidad ineludible de que se analice y se conozcasobre los abusos cometidos en el pasado para que nose repitan en el futuro. Para realizar esta tarea, estadenuncia, “la historia oral es una necesidad... Es unimperativo.”3“Los testimonios de las personas que se vierondirectamente afectadas por determinadosacontecimientos, estrategias, programas y acciones delos gobernantes, invasores y dictadores contribuyende manera importante a nuestra comprensión delpasado y constituyen una clave para encontrar lamanera adecuada de confrontar elpasado.”4En el libro La orden ya fueejecutada, Alessandro Portelliapunta que “la historia oral esante todo un trabajo de relaciones:entre narradores e investigadores,entre hechos del pasado ynarraciones dialógicas delpresente; es un trabajo esforzado ydifícil, porque exige al historiadorel trabajo tanto en la dimensiónfáctica como en la narrativa, en elreferente y en el significante, en elpasado y en el presente, y antetodo en el espacio que corre entrelos dos.”5La credibilidad de lasfuentes orales consiste en el hechode que, aunque no siempre corresponda cabalmente alos hechos, las posibles discrepancias y los erroresson hechos en sí mismos, signos reveladores queremiten al tiempo del deseo y del dolor, y a la difícilbúsqueda del sentido.En la década de los setenta del siglo XX, elpueblo uruguayo, como otros de América Latina,sufrió la violación de sus derechos humanos porparte de los militares que tomaron el poder a sangre yfuego y para mantenerse allí persiguieron, torturaron,desaparecieron y mataron a miles de personas. Parasalvarse de ello, para preservar su libertad y su vidaalgunos uruguayos solicitaron y lograron serprotegidos a través de la institución del asilodiplomático.Sobre el asilo político uruguayo, hay una escasahistoriografía6que se limita al estudio de losdocumentos generados por el Estado, donde a losperseguidos se les niega su papel de actores y se lesdeja reducidos a testigos, además sus relatos sonconsiderados como meras declaraciones con altocontenido de subjetividad, dentro de una perspectivareduccionista. La negación es el peor de los peligros:despojar a las víctimas de su pasado, a los muertosde su muerte. La negación puede hacer creer que elverdugo no persiguió, no torturó, no mató, que lasvíctimas no sufrieron, no murieron. La amnesiacolectiva que hoy amenaza con dejar de lado la me-moria de las violaciones de los derechos humanosdebe ser combatida con la recopilación de lasnarraciones de los supervivientes y su integración ala historiografía, en una posición mucho más centralque la que le ha sido reconocida hasta ahora.7La política del olvido8que han intentadoinstaurar algunos ex gobernantesha logrado bloquear hasta ciertopunto temas importantes de la me-moria.9Sin embargo, no lo hanlogrado del todo, pues la memoriaes un relato que confiere sustanciaal presente al dotar al pasado deun sentido que proyecta el futuro.Las desconfianzas del porvenirencuentran sus certezas cuando elrecuerdo adquiere nitidez, y en esanitidez marca al presente suslímites y define su forma. La memo-ria se teje en y con los recuerdos ylos recuerdos revelan perspectivasencontradas. La memoria es lafacultad de recordar, de dejarhuella; es el rastro de lasexperiencias que se vivieron; algunas de ellasreaparecen al ser invocadas, otras están ahí,esperando, y otras simplemente desaparecen.10Para Alessandro Portelli: “la memoria no eshomogénea, sino que la construcción de sentido delpasado puede enfrentar variadas versiones,generándose un proceso denominado memoriadividida, es decir la existencia de variasinterpretaciones de un acontecimiento quedeterminan de manera diferente el modo en que ésterepercute en la comunidad. Es un mecanismo depoder, de control social que aprovecha diversosinstrumentos y mecanismos que van desde losrecuerdos individuales hasta soportes técnicos y quepuede adquirir diversas dinámicas sociales”.11La categoría de la “memoria dividida” es hoyuna piedra angular del discurso sobre la guerra, laresistencia, las matanzas nazis. “Pero la memoria nose divide solamente entredistintas personas y gruposEl enfoque biográfico interpretativo en la investigaciónsocio-históricaAutorasAraceli Leal CastilloInstituto Mora / MéxicoMemoria y olvido del asilo uruguayoLos testimonios de las personasque se vieron directamenteafectadas por determinadosacontecimientos, estrategias,programas y acciones de los gobernantes, invasores ydictadores contribuyen demanera importante a nuestracomprensión del pasado yconstituyen unaclave para encontrar la maneraadecuada de confrontarel pasado.E
image/svg+xml38separados... La memoria se divide, de modo másdifícil y dramático, también dentro de las personas ydentro de los textos: no se trata de dos poemasopuestos sino de un mismopoema en el mismo libro. Yun modo seguro de no entenderlo es romperlo, yrepartírselo tomando cada uno el fragmento que leconviene.”12El recuerdo es siempre una recreación de lo queverdaderamente sucedió, no es simplemente un ecodel pasado; es decir, la memoria, como interpretaciónde hechos del pasado se compone de pausas, deslicesy discrepancias. La memoria es básicamenterevisionista, constantemente hace juegos selectivos deomisión. Por ello lo que se olvida puede ser tanimportante como lo que se recuerda.13La ausencia es tan significativa como lapresencia: en tanto que olvido y memoria sonprocesos activos, no puede interpretarse un olvidocomo deficiencia y un recuerdocomo simple reproducción de larealidad pasada.Pero, cómo historiar lo queKlempner14llama la “memoriaausente”, aquella que representael trauma.15El autor afirma que“la víctima, con su narración,inicia el proceso de nacimiento yconocimiento del episodiotraumático pues el trauma antesde ser contado es una conmociónabrumadora, una ausencia aún noasumida como conocimiento.”16De tal forma que sólo narrando losucedido, el torturado, elperseguido, el transgredidopondrá fin a un episodio que nopudo o no logró completarse, armar una secuenciaque no tiene final, que no ha alcanzado una solución,un desenlace y que, por lo mismo, ante sus ojoscontinúa estando en el presente y es actual en todossus aspectos.17Para salir de ese “cautiverio”, espreciso iniciar un proceso curativo que permitareconstruir una historia, reeditarla, esencialmentereexternalizar el episodio transfiriéndolo a alguien,depositándola en otro exterior a sí mismo. De talforma que el testimonio surge como una de tantasposibilidades que tienen las propias víctimas paratrasladar la herida de la esfera individual al ámbitocolectivo.Basándonos en los testimonios de losperseguidos políticos uruguayos así como en el delprimer secretario de la embajada en Uruguay,18nosproponemos estudiar los detalles sobre la traumáticavivencia del asilo diplomático. Los registros oralesnos permitirán recuperar lo que Roland Freser19denomina el “ambiente”, la “textura” de losacontecimientos vividos por los entrevistados. Conello podemos acceder a una visión distinta de unproceso histórico: a la mirada de la vida cotidiana delos individuos inmersos en ese suceso, los maticespersonales y emotivos; su manera de sentir y percibirlos acontecimientos y de percibirse a sí mismosdentro de ellos. Las entrevistas, como veremos,revelan muchas veces hechos desconocidos oaspectos ignorados de hechos conocidos.El Uruguay ofreció siempre una imagen fuera defronteras y especialmente internalizada en su pobla-ción, de un país ejemplar, de sólido sistema político.La Suiza de América se caracterizó por un desarrollopolítico estable, con valores civilistas y europeos, decorte liberal, reflejo de una economía en desarrollo, deuna buena distribución del excedente económico y deun nivel social elevado, era unasociedad alejada de los avatares yconvulsiones políticas que caracte-rizaron a América Latina duranteesa época. Sin embargo, a fines delsesenta una crisis global, iniciadauna década antes, provocó un cli-ma generalizado de inseguridadeconómica y por lo tanto generóuna marcada inestabilidad social.El sistema político comenzó a mos-trar una grave disfuncionalidad entorno a la representatividad de losintereses sociales y a su capacidadpolítica de respuesta a las deman-das crecientes al sistema. El 27 dejunio de 1973, el presidente JuanMa. Bordaberry decretó la disolu-ción de las Cámaras; luego del golpe de Estado sobre-vino en Uruguay, al igual que en Brasil, Argentina yChile, una cruel dictadura militar.Imbuidas de la Doctrina de Seguridad Nacionaly sobre todo de su concepto de lucha contra el enemi-go interno, las Fuerzas Armadas (FF.AA.) reestructu-raron el poder político y lo colocaron bajo su tutela. Alo largo de once años, los uruguayos sufrieron la polí-tica represiva del nuevo régimen, que tuvo como metael intento refundacional de una sociedad controladaen sus aspectos políticos: su objetivo era acabar contodo actor político que no fueran las propias FF.AA.La intromisión de los militares, se extendió a todoslos terrenos del Estado y de la sociedad: la economía,la política, la cultura, la educación, la prensa.Para lograr su meta los militares acosaron, encar-celaron, desaparecieron y asesinaron a una cantidaddesconocida de opositores. Para salvar sus vidas,El recuerdo es siempre unarecreación de lo que verdadera-mente sucedió, no es simplemen-te un eco del pasado; es decir, lamemoria, como interpretación dehechos del pasado se componede pausas, deslices y discrepan-cias. La memoria es básicamenterevisionista, constantementehace juegos selectivos de omi-sión. Por ello lo que se olvidapuede ser tan importante como loque se recuerda.
image/svg+xml39una parte de los perseguidos se vio obligado a recu-rrir a un instrumento interamericano e internacionalde protección de los derechos humanos: el asilo di-plomático. La legislación internacional sobre éstetiene como objetivo principal proteger a los persegui-dos políticos; al mismo tiempo, convenir los derechosy las obligaciones de los Estados que conceden elasilo (Estados asilantes) y los que deben reconocerlo(Estados territoriales) para facilitar la salida de quie-nes obtienen la calificación de asilados.20Sobre la situación uruguaya y el asilo de perse-guidos, un funcionario de la embajada mexicanarecuerda:(...) los hechos condujeron a la disolución del Parla-mento el 27 de junio de 1973. Para entonces las cárcelesestaban llenas de presos políticos delas fuerzas armadas. El inicio de lospedidos de asilo coincide con la segun-da fase de la represión y está dirigidacontra los partidos políticos que ha-bían venido actuando conforme a laley: el Partido Comunista y el Socia-lista, además de militantes del FrenteAmplio... de otros supuestostupamaros... La fecha que podría seña-larse como clave fue en octubre de 1975,cuando caen en prisión directivos departidos políticos y del Frente Amplio,de allí la orden a los militantes de bus-car asilo para evitar la cárcel.21Por su parte los asilados ubi-can con precisión su origen tempo-ral en su necesidad de salvar lavida ante las acciones represivasde los militares uruguayos; tienenclaro cómo el terrorismo de Estadoempujó a numerosos grupos dedisidentes a asilarse en la reducida sede diplomáticamexicana, sin importar edad, sexo, clase social, edu-cación. No tuvieron más opción que buscar asilo,abandonar su país y trasladarse a otro. Los testimo-nios de los perseguidos señalan:(...) yo pedí asilo porque... estaba requerido desde elprimero de diciembre de 1973, cuando se ilegalizó a laFederación de Estudiantes Universitarios del Uruguay...los dos años... que transcurren desde el momento en que fuirequerido y que pedí asilo fueron bastante fluctuantes...Hubo períodos donde pude hacer una vida relativamentenormal...(otros en que)tuve que vivir... se decía de clan-destino... A fines del año 75 vino una ofensiva represivamuy fuerte... dirigida en particular sobre los estudiantes...con un asedio muy importante sobre mi familia, periódicosallanamientos a la casa... Yo estaba totalmente indocumen-tado... mi posibilidad de movilidad... estaba totalmenteacotada... eso lleva a un desgaste muy grande un gran sen-timiento de inseguridad. Muchos compañeros cercanos...habían sido detenidos... se plantearon... condiciones desubsistencia extremadamente complicadas. Entonces... contodas las implicancias que tiene... uno se empieza a pregun-tar: ¿Hasta cuándo? ... uno se empieza a preguntar... si esproductivo permanecer... en el país en esas condiciones... tremen-damente angustiante... Eso y muchas razones de esa índole pesa-ron... entendía que debía salir del país, salí del país.22(...) la dictadura había planteado una etapa de perse-cución a todo lo que era el movimiento cultural... ymayoritariamente [contra] la gente que... participaba den-tro de la izquierda... la represión sehabía hecho muy fuerte contra todo loque era la cultura artística y sus mani-festaciones más evidentes. Es decir,como todos sabemos la coyuntura sedio a partir del golpe de Estado del27 de junio de 1973. 23En general la experiencia deldesplazamiento forzado y delasilo implica una vivencia indi-vidual y, a la vez, colectiva de te-rror enmarcada por la ruptura delos referentes de orden, localidad ysentido a los que los sujetos estánhabituados. En Uruguay laviolencia y la confrontación ar-mada eran un ambientedesconocido antes de la décadadel sesenta, por ello la salidaobligada de algunos individuosconstituye un evento límite queanuncia la ruptura de loselementos que mantenían la cohesión social y lanormalidad. Tal situación queda manifiesta en losrelatos de los asilados:(...) pero el asedio sobre mí... me pesó ya demasiado...a eso se agregan elementos de tipo subjetivo, es decir, unenorme desgaste personal... de estar sometido a una...existencia en la cual prácticamente tenía vedada todaactividad normal... no podía acercarme a mi familia, nopodía trabajar, había sido expulsado del lugar del trabajo,no podía estudiar, no podía entrar a la Universidad de laRepública –que era el ámbito de socialización y de vidanormal mía–, no podía ir a un cine, no podía ir a unrestaurante, es una vida de enclaustramiento con su radiode acción muy, muy pequeño y vinculado... eso lleva a unA lo largo de once años, los uru-guayos sufrieron la política repre-siva del nuevo régimen, que tuvocomo meta el intentorefundacional de una sociedadcontrolada en sus aspectos políti-cos: su objetivo era acabar contodo actor político que no fueranlas propias FF.AA. La intromisiónde los militares, se extendió atodos los terrenos del Estado yde la sociedad: la economía, lapolítica, la cultura, la educación,la prensa.Para lograr su meta los militaresacosaron, encarcelaron, desapa-recieron y asesinaron a una canti-dad desconocida de opositores.
image/svg+xml40desgaste muy grande, un gran sentimiento deinseguridad... Perdí el lugar de vivienda que tenía porrazones de seguridad elementales que se plantearon enese, en ese momento... es decir, unas condiciones desubsistencia extremadamente complicadas.24(...) incluso algunas familias fueron despuésreconstituidas, porque la dictadura golpeaba a las per-sonas, pero en cuanto a tales golpeaba a las familiastambién... golpeaba núcleos familiares... golpeaba a lasociedad en su conjunto (pero)nosotros nos queríamosquedar, lo cual demostraba una buena intención y porotra parte una cierta ingenuidad, porque uno habla aveces del enemigo, pero vimos que era más enemigo delo que uno podía creer... O sea, estábamos jugando alenemigo desde nuestro punto devista, desde nuestros valores queobviamente son totalmente opuestosa los de ellos; y es un enemigo queno perdona... es ver cómo ellos nosmiraban a nosotros, digo, a“nosotros”, prácticamente, alconjunto de la sociedad...25En el complejo contexto delpaís conosureño la embajadamexicana y el propio México seimpusieron como destino finalpara muchos perseguidos, poruna cadena de circunstancias.Entre éstas puede citarse el hechode saber que algún familiar oconocido ya había entrado a laEmbajada y que esto facilitaría supropio ingreso y aceptación. Otrofactor, quizá el más importante:que la embajada de México enUruguay era la única dispuesta arecibir a los perseguidos políticos.Uruguay no había requerido conocer mucho de loque es esta institución [de asilo] en virtud de su ampliatradición, democrática e institucional... cuando yo llegoa la embajada de México, ya venía entonces con dosexperiencias fallidas. El primer recurso que yo utilicéfue ir a la embajada suiza (pero) “reboté” totalmente, atal grado que el embajador ni siquiera me atendió... Y alotro día volví a tener otra experiencia fallida en la em-bajada de Venezuela... esto me llevó a cambiar de opi-nión. Desde el punto de vista de su política exterior, losdos lugares que en ese momento mostraban mayor am-plitud justamente eran Venezuela y México. Particular-mente México, en cuya embajada ya había muchísimagente para ese entonces... 26¿Por qué la embajada de México? Por la tradiciónque nosotros conocíamos de la política exterior mexica-na, también había sucedido... con los chilenos, nosotrosteníamos la referencia de que las embajadas no te echa-ban, ¿no? después las otras no tenías seguridad, ningu-na... Más o menos la de Venezuela acogió a alguna gen-te pero después, no había garantías de nada y las emba-jadas europeas no tenían el convenio de exilio (asilo).Entonces, México y además sabes qué, sinceramente yosiempre simpaticé con México, no sé por qué, por esapolítica exterior que nosotros, por la época revoluciona-ria, Emiliano Zapata y todo eso bueno, fueron vanguar-dia desde mi punto de vista social, desde principio desiglo, ¿no? Entonces simpaticé con México, con la mú-sica mexicana, con México, con las mexicanas, con laspelículas, con todo, ¿no?27El recuerdo común entre losasilados es el de una recepción favo-rable, en general. Incluso según al-gunos de ellos el asilo fue promovi-do y agilizado por los mismos fun-cionarios de la misión diplomáticamexicana en Uruguay.(...) ya bajando en el piso delconsulado... a pesar de que yo ibamedio... camuflado... Pero... ya ba-jando del elevador en seguida... seme acercaron... dos o tres policíasque estaban ahí en la puerta del con-sulado... en seguida... me agarrarony... empecé a hacer un escándalotremendo... yo no sé de dónde saquéfuerza... porque ahí yo me prendí...no había Dios que me moviera... yolo que gritaba era “asilo político...Afortunadamente fue una fracciónde tiempo corta. Yo siempre digo que tuve una suerteenorme y además de suerte, la excelente actitud que tu-vieron conmigo... en el medio del escándalo sale estehombre, al cual le guardo un profundo agradecimiento,Gustavo –Gustavo Maza– sale, y además, con voz enér-gica grita: ‘¿Qué es lo que está pasando acá? ¿qué es loque pasa? esto es territorio mexicano’ ... los tipos mesoltaron... cuando Maza viene hacia mí y yo ahí mediogateando y protegido por él, medio a gatas, que me esca-bullo para adentro... Y, bueno, enseguida... me dijo...que tenía concedido el asilo.28Yo conocía la embajada meses anteriores a mi in-greso para pedir asilo porque... estuvo asilado primeromi esposo... antes de que él saliera de la embajada nosllamó el embajador para... una cena para despedir a miEn general la experiencia deldesplazamiento forzado y delasilo implica una vivencia indivi-dual y, a la vez, colectiva de terrorenmarcada por la ruptura de losreferentes de orden, localidad ysentido a los que los sujetosestán habituados. En Uruguay laviolencia y la confrontación arma-da eran un ambiente desconocidoantes de la década del sesenta,por ello la salida obligada de al-gunos individuos constituye unevento límite que anuncia la rup-tura de los elementos que mante-nían la cohesión social yla normalidad.
image/svg+xml41esposo que salía esa noche hacia México. La circunstan-cia que nos llevó a nosotros a pedir asilo fue que tuvi-mos permanentemente un asedio... constantemente tenía-mos vigilancia. No obstante nos resistíamos a pedirasilo pensábamos que en algún momento aquella situa-ción podía cambiar, no fue así... unos amigos... nos avi-saron que venían por nosotras [fuimos]en el mismomomento... a Montevideo, directamente a la embajada.Tocamos timbre, nos recibe Servando que ya, a quienhabían conocido antes este y nos dice: señora que la traepor aquí... venimos a pedir asilo... el embajador nosrecibió y nos dijo: “al fin se decidieron”. Él ya nos ha-bía pedido antes... que nos asiláramos también.29La embajada fue el lugar donde desapareció la distin-ción entre lo propio y lo impropio, lo imposible y lo posible,lo individual y lo colectivo. Esto es rememorado con sumaclaridad en los testimonios que siguen:La cosa es que empezó a venir gente. Empezó a car-garse aquello y nosotros empezamos a bajar en la escaladel confort social. Al final terminamos durmiendo ochoen un recibidorcito... tendría dos y medio por tres... conniños... la embajada era un avispero; pero bueno, nohabía un lugar donde estarse tranquilo... Yo no teníaganas de leer y me puse a escribir un libro que despuésperdí, era imposible, es decir, hilvanar una frase y tratarde hacer un pensamiento era absolutamente imposible.(Estuvimos)Cinco meses. Fíjate tu, te voy a con-tar una anécdota. Yo andaba por todos los rincones,metiéndome debajo de las escaleras, en los rinconcitosasí, más, más recónditos que se podía encontrar parapoder escribir algo, para poder aislarse, porque una delas cosas horribles es la pérdida de la privacidad... nohay un momento en que estés solo, no hay un momentoen que estés solo y, además no hay un momento pararecomponer el pensamiento.30Los recuerdos se manifiestan de modos muydiversos: pueden ser redundantes o elusivos, pue-den tener la recurrencia del ritual o la ruptura dela negación; pero en todos los casos se elabora unasuerte de estrategia que otorga un repertorio desentidos y configura los relatos posibles para unacomunidad; inscribe en ellos su economía de me-moria y olvido, sus incertidumbres y sus certezas.La selección y la organización del pasado que losrecuerdos individuales y grupales trazan son lamanifestación de un trabajo activo de los procedi-mientos de construcción de la memoriaintersubjetiva, en la que se interrelacionan múlti-ples colectivos: familiares, grupales, sectoriales,sociales. La situación límite que vivieron losasilados uruguayos son prueba de ello:Es decir, uno va dejando cosas por el camino, varecogiendo otras, es como un metabolismo. Yo algunavez he pasado por aquella casa, después que volví alUruguay, en la calle Puyol, en Carrasco; pasé algunavez, una o dos veces. Y... creo que nos ha faltado, meparece, lo digo, en general una dedicación, una capaci-dad, una paciencia, un cierto coraje –también en el sen-tido de valentía– para reelaborar esa experiencia colec-tiva, que de pronto se nos fue. Esa misma reelaboraciónse hizo de una manera dispersa, ocasional, conversacio-nes, no sé. De pronto, yo he escrito mucho de esos temas,pero no estrictamente sobre la embajada, lo que yo heescrito es sobre el exilio... como colectividad, no hemoshecho eso. Ahora, por qué no lo hicimos, qué es lo que noqueremos ver de esa experiencia... qué es lo que no que-remos ver de nosotros. Es también una derrota.31(...) una anécdota fantástica que tenemos Anhelo, F.y yo... Un día decidimos ir a verla... en Puyol la casa(de la embajada de México)estaba... en Carrasco en lasegunda o tercera calle... Una noche bajamos en Puyol areconocer la embajada. Lo que... nosotros sabíamosexactamente en qué sitio estaba, es decir que estaba dellado como mirando opuesto a Miramar, estaba, eso losabíamos... nunca pudimos encontrar esa famosa casa.No la reconocimos, la conocimos de adentro haciaafuera y no la pudimos reconocer de afuera haciaadentro. Es decir, yo decía que era una, Anhelo otra... 32Los testimonios rescatados y estudiados dancuenta de, como bien lo indican diversos especia-listas “momentos de gran dolor que se me han que-dado grabados en la memoria.”33Esos registrosnos permiten apreciar, con intensidad y claridad,situaciones límite para cualquier ser humano.Hubo momentos de angustia... una de las cosas quepara nosotros fue también muy preocupante fue el asilode Flora y de Bodner. Una pareja que entró a la embaja-da y que no pudo traer a su hijita... que la tenían bajovigilancia las Fuerzas Conjuntas34y no la dejaban en-trar a la embajada, Laurita Bodner era una niñita dedos años. Esa situación fue tremenda, porque los padresllegó un momento en que dijeron que se iban de la emba-jada... porque ellos no podían soportar que su niña, quequedaba con su abuelita... no podían soportar esa situa-ción. Entonces pasó un mes largo, no sé cuánto tiempomás, que todos los días llegaba el embajador y le decía-mos: “¿Cuándo trae a Laurita?”... “no tengo noticias”.Llegó un momento en que sus padres ya no, no soporta-ron, entonces el embajador dijo: “No, no es posible, us-tedes no pueden salir de aquí porque no tiene sentido,ustedes igual no van a estar con su niña porque si uste-des salen de aquí los están esperando ahí afuera”. Esta-
image/svg+xml42ba vigilada la entrada permanentemente. Pero llegó undía, después de tantas gestiones y tantas cosas que elembajador iba y venía y trataba de obtener que los mili-tares entregaran a la niña, que dijo: “Mañana voy atraer a Laurita”. Bueno ese día ¿no? no te puedo decirlo que fue, estábamos todos esperando detrás de las ven-tanas hasta que llegó el embajador con la niña.35La verdad es que el nivel de locura allá adentro eraimportante... me acuerdo que soñaba con un baño priva-do y con caminar por las calles... cuando nosotros entra-mos a la embajada, hablábamos despacito y nos contába-mos las cosas despacito, como si estuviéramos en la calle,eso es la primer cosa, y eso nos duró hasta México... Esa erauna sensación que se venía arrastrando de todo el tiempo.Yo creo que había un grado de inseguridad... la percibimos,cuando empezamos a estar cercados, era bastante obvio quepodían hacer con nosotros lo que quisieran. Existió la posi-bilidad de que tomaran la embajada...36El miedo es una constante en los relatos de losasilados, estamos hablando de una emoción primariay detonante las más de las veces de acciones parali-zantes. Sin embargo, el miedo, bien manejado, puedeser el combustible que promueve actitudes creativas,reflexivas y protectoras. ¿Qué nos da miedo? El dolorfísico, la muerte, lo desconocido; el perder el sentidode nuestra vida, de la condición social, de las perte-nencias materiales; y, sobre todo, el saber que nuestraidentidad de alguna manera está entretejida por to-das esas cosas. En este contexto es claro que al trau-ma lo podríamos definir, siguiendo a algunos autores“como la realización de nuestros peores miedos,como la materialización de las experiencias que nin-gún ser humano quisiera vivir jamás.”37Así lo mani-fiestan los protegidos por la embajada mexicana:La última vez que me detienen, me tienen una sema-na... me interrogan... y después de dos días, me llevan adormir a Jefatura... (donde)están todos los presos. Enton-ces... cuando salí de esta última vez, le dije: “¿Ustedes mevan a dejar salir de este país o no?” Y, me dijo: “Si ustedpiensa que todo lo que dijo es cierto”. Digo: “No es que lopiense yo, sino que lo piensan ustedes”. Y en esa semana,que yo estuve presa, mis hijos fueron a visitar al padre alpenal y a Marcos, que era el mayor, tenía diez años, mimamá le dijo: “Decíle a tu padre que tu madre está de vuel-ta presa”, y entonces Jorge Dabo, que era el padre de mishijos, me mandó decir: “Decíle a tu madre que se vaya, queva a terminar ella presa”. Igual, con todo, estaba esperandoa ver si pasaba un milagro. Me soltaron y esa noche yo nodormí en mi casa, porque estaba con mucho miedo, me fui ala casa de unos amigos y esa noche, a las cuatro de la maña-na, volvieron otra vez a hacer lo mismo, o sea, me soltaronel domingo a las diez de la mañana, y a las cuatro de lamañana del lunes volvieron otra vez. Echaron a todo elmundo para fuera diciendo que querían pedirme disculpasporque el procedimiento había estado mal hecho. Entoncesahí ya dije que la cosa estaba muy mal. Y, bueno, entoncesentramos a la embajada.38(...) esa ambigüedad de la inseguridad... de que encualquier momento alguien podía entrar... no parallevarnos presos, sino para liquidarnos... nadie que entraba a lacasa podía salir. Pero Arauco un día que llegó un proveedor y sequedó la puerta abierta, se escapó por la puerta y yo salí atrás deél... el embajador se acercó y me dijo de todo, pero yo dije: “Yo novoy a dejar a Araujo y si me lo agarran”, entonces salí corriendoy lo pesqué en la vereda y me lo traje para dentro. Para mí... esaimpresión fue horrible...39En la embajada eran las emociones personales yprofundas más que las polémicas ideológicas las queseparaban, pero sobre todo unían a las personas. Sinembargo, esto se da de inmediato y de modo indoloro,no faltaron choques entre grupos o las disputas porlos liderazgos. Pero ante todo, prevalecía laconciencia de lo que los unía: su condición deasilados. Además existía el deseo de que las familiassiguieran juntas. Como dice Portelli: “De esta tensiónentre necesidad de unidad y multiplicidad de hechono deriva una homogeneidad compacta, una ciertalínea política, sino que se evita que las personasemotiva o ideológicamente más frágiles se deslicenhacia posiciones reaccionarias.”40Los testimonios delos asilados coinciden con lo anterior:(...) había profesores... había pintores, artistas plásti-cos... y aunque había gente de otras fuerzas políticas, eranmayoritariamente del Partido Comunista. Eso homoge-neizó y permitió una convivencia civilizada, en términosgenerales...41Es decir, de noche poníamos una fila de colchones...quedaban acomodados para tirarse... en la planta baja ha-bía un comedor de esos largos como con una mesa larga con20 personas o 30 personas, que ahí estaban todas las muje-res que no tenían pareja, mujeres, hijas que no tenían fami-lia, porque el criterio fue no separar las familias con quienconvivir, compartir, ¿no?42Cuando fuimos a la residencia... había mucha másgente... más de cincuenta, sesenta personas (había un pro-blema de espacio). Pero había una disciplina... estábamosdos o tres familias por ejemplo en una pieza este... creo queotra familia, que éramos todos del mismo origen político,este... MLN43y que además casualmente uno era... un ami-go mío de infancia.44
image/svg+xml43Vivieron en ella, como queda dicho, más de 280 sereshumanos, contados numerosos niños. Se les proporcionaronropa que no traían consigo, colchonetas, mantas, sábanas,almohadas, etc., se ubicaron, por núcleo familiar en todoslos rincones de la casona.45En todo momento la amenaza de represión gene-ralizada que vivía el país estaba presente en la emba-jada, era una realidad que todos habían experimenta-do y aprendido a temer, con la pérdida de familiares,amigos y conocidos. Ante tal situación los asiladospercibían a la embajada como una especie de “paraí-so”, independientemente de las condiciones reales dellugar que no eran del todo óptimas, por falta de infraes-tructura para atender a un elevado número de personas.Los recuerdos de los perseguidos son prueba de ello:(...) imagínate, era una casa habitación para una fami-lia... muy linda, pero no era para albergar ni quince perso-nas... entrados ahí ya vimos que la distribución de las per-sonas iba a ser totalmente distinta a lo que habíamos vistoantes, ahora había dormitorios para mujeres, para hombres,para niños porque había de todas las edades: había matri-monios con hijos chiquitos, había gente mayor, entonces eramuy variado. Entonces, bueno ya nos incorporamos al gru-po que día a día iba aumentando porque desde que entra-mos nosotras siguió, siguió el flujo de tal manera que cuan-do nosotras pudimos salir en marzo, ya eran más de cientoy tantas personas que estaban... adentro de la casa... Enton-ces, de todas maneras estábamos permanentemente protegi-dos. Digamos, el haber entrado a la embajada fue en nues-tro caso, y me imagino que de la mayoría, un alivio a esatensión constante que vivíamos estando fuera de... de laembajada, en la calle, en nuestra casa porque de todos ladosnos veíamos asediados, perseguidos y en peligro... teníamosprotección, pero absolutamente fue un alivio tremendo, fue comohaber llegado a la libertad dentro de cuatro paredes.46(...) lo que me acuerdo es que íbamos entrando... Peroobviamente como niño sabía que algo estaba extraño... Bue-no hay una serie de anécdotas, ¿no? Como el hecho de quequería colgar una sábana (para escapar)... porque pensabaque estábamos presos ahí. Bueno hasta que mis padres meexplicaron que no que estábamos por nuestra voluntad. Deahí nos pasaron a la embajada... a la casa del embajador... eldomicilio particular del embajador que me imagino que comobuen domicilio tiene también inmunidad diplomática.47Pese a que los asilados vivían en un ambiente deflagrante violación de sus derechos humanos, se pro-dujeron cotidianeidades que permitieron dar conti-nuidad a la vida con un enorme esfuerzo de solidari-dad humana. En medio de un encierro colectivo demás de 100 personas en un mismo momento, poco apoco se fueron generando rutinas que permitieronresolver aspectos esenciales como la higiene, la ali-mentación. De igual forma se desarrollaron activida-des recreativas, culturales, sociales y educativas quese transformaron en un atenuante para la angustia ylas tensiones emocionales. Los asilados lorememoran de la siguiente manera:Los asilados demostraron un alto sentido de organiza-ción comunitaria a efecto de aliviar situaciones harto difíci-les en la ubicación de cientos de ellos en una amplia resi-dencia con comodidades, sí, pero para una familia de nomás de 8 o 10 personas. Vivieron en ella... más de 280 sereshumanos, contando numerosos niños. Se les proporciona-ron ropa, que no traían consigo, colchonetas, mantas, sába-nas, almohadas, etc., se ubicaron por núcleo familiar entodos los rincones de la casona. El uso de baños fue inteli-gentemente distribuido, así como los horarios, el lavado deropa y limpieza general de toda la casa, incluido el sótano,cuarto de “servicio”, garaje, etc., se vivió de suyo, siemprecon una gran pulcritud y limpieza. Llama la atención laforma y disciplina para la hora de alimentos, tres al día, yde estudio, de lectura, de trabajo, para cada uno de ellos.48Éramos un montón de gente circulando. Había rondasy tareas para todos ¿no?, las tareas las repartíamos noso-tros, pero la señora que trabajaba en la embajada era la quedecía qué era lo que se debía hacer ¿no? Entonces eso, nosarreglábamos turnos para comer, los chiquilines primero,turnos para los adultos... Había una comisión de conviven-cia... en la comisión se veían las cosas que estaban pasando,estaba presente el embajador, se conversaba con él... estacomisión de convivencia centralizaba todos los pedidos quese le iban a hacer al embajador.49El aseo y la higiene eran un problema, se dividierontareas. Había muy pocos baños, entonces teníamos, creo queeran cuatro baños semanales, de hecho, una cosa así, y era
image/svg+xml44complicada la situación, era bastante complicada la situa-ción. Y bueno, y las tareas también parece que se repartie-ron según la conducta, y esa conducta era un poco ideológi-ca también... Pautaban los días, sí, sí, por ejemplo, los do-mingos siempre se organizaba una asamblea.50La organización desde el punto de vista sanitario, lahigiene ¿no? había que bañarse, se bañaban las parejasjuntas para que de paso tuvieran su momento de expan-sión. Y sí, porque también se expansionaban, esas ya sonanécdotas. Sí se sentían algunos ruidos sospechosos en lanoche, pero claro, todo el mundo se hacía el distraído ynavegábamos con bandera de tolerantes ¿no? Mientrasestuvimos ahí no ocurrió nada así, se cuidó mucho todolo que podía ser una pequeña epidemia, cosas de esetipo, entonces por eso estaba la división del trabajo, lasbrigadas de limpieza, bueno, de vigilancia, de todo¿no? de todo. La higiene se cuidó de una manera ex-traordinaria, ahí prácticamente el embajador nos dejólas manos libres para eso, aparte que siempre había con-versaciones con él de todo lo que ocurría.51Relatos de actos de resistencia son raros en losasilados.(...) Cuando... el ejército pone el cerco más estrecho,no nos dejan salir ni a tomar [el sol en] el patiecito chi-co... se temía por el asalto. Yo estaba casi seguro de queun asalto a la embajada de México implicaba un preciopolítico demasiado alto... Suponíamos que si entrabanen la embajada, alguna resistencia había que hacer... Loprimero que pasó fue que alguien una noche me llama...me dice: “tenés que conseguir un fierro”... De golpe, almismo tiempo, hubo treinta tipos despiertos toda lanoche turnándonos viendo a la milica. (Pero)Si losotros se proponían entrar, iban a entrar por todas laspuertas... (Aunque)El embajador después en Méxicome dijo: “Anhelo, me parece que usted no sabe que sí,que manejaron eso del asalto a la embajada”. Yo estabaequivocado.52En determinado momento se advierte que hay pre-sencia militar y podría pensarse que se generó una si-tuación de intranquilidad y de temor, es posible quemucha gente lo haya vivido así. Yo personalmente no,no, no lo viví así sinceramente, me parecía que estabatotalmente fuera del libreto que hubiera una invasión ala embajada. Sí, es cierto, mucha gente lo vivió con bas-tante tensión digo, no era para menos ¿no? hacíamosguardias permanentemente. Se organizaban guardiaspara tener un cierto control sobre el predio. La preocu-pación no era tanto una invasión, sino como algunaclase de, de provocación que pudiera ocurrir, provocaruna detonación desde afuera que fuera atribuida a los deadentro, cosas de esa índole ¿no? Sin saber exactamentebien qué, pero es posible sí que mucha gente estuvieramuy preocupada por esa eventualidad, pero yo lo tengomuy claro que para mí estaba totalmente fuera de libre-to, no se me ocurría que entraran los militares o lasfuerzas conjuntas.53Otra expresión de resistencia, por llamarla dealguna manera, se vincula con las formas decoexistencia en el ocio, momentos que los asiladosdescriben con entusiasmo. Y es que a pesar de ladesolación del encierro, las limitaciones conquetenían que convivir los asilados, cantaban,declamaban, organizaban conferencias, debates.Se trataba de actividades permanentes y regulares.Años después los asilados recuerdan el enormesignificado moral que tuvieron esas actividadesculturales autónomas y autoorganizadas. Conellas, los asilados sentían renovar su coraje devivir, al sentirse capaces de desempeñar algunaactividad. Con esta práctica de cultura yeducación, compensaban la monotoníaanestesiante del aislamiento y la depresión que seproducía en muchos. Si sus pensamientos y supráctica se concentraban en la supervivencia, se tratabaaquí también de sobrevivir como seres humanoscivilizados. Muchos de los asilados veían a estasactividades como una forma de resistencia, ya que laintención de la dictadura era la de aniquilarlos tantofísica, como moral y culturalmente.(...) tuvimos que organizar actividades porque noera fácil... la convivencia en una casa... que de pronto seve... invadida por una cantidad de gente que no cabeprácticamente y que tiene que caber porque no hay deotra. Entonces ¿qué hicimos? tratamos de organizaractividades para los chiquitos... no era fácil porque todoel tiempo sobrevolaba un helicóptero sobre el jardín dela embajada y nosotros teníamos miedo de que, en algúnmomento, nos pudieran quitar algunos de los niños...organizamos que las jovencitas cuidaran a los más chi-quitos y los sacaran durante algunas horas, algún rato,cuando se pudiera al jardín. Los que ya estaban en edadde poder dibujar o hacer otras actividades como de jar-dín de niños, bueno los organizamos; el embajador nostrajo papel, pinturas, colores, todo. Y otra cosa quequiero señalar y es que no pasó un sólo cumpleaños deniños en que el embajador no llenara la embajada deglobos y de confituras y de todo... Yo era la maestra(digamos la que dirigía la organización)de que seprodujeran las actividades educativas y recreativas.54La verdad es que había un potencial muy grandepara poder encarar una actividad, un tipo de activida-
image/svg+xml45des que fueron como un factor regulador, socializador yal mismo tiempo de, de, de aprovechamiento del tiempode, de alguna manera, ¿no? Estábamos en buenas condi-ciones porque tenían un elenco teatral casi completo,estaba el Galpón55, este... (...) artistas, plásticos, en finde distintas disciplinas, bueno había gente de letras,poetas connotados, había historiadores.56(...) inventamos actividades, inventamos activida-des sociales, culturales. Bueno, naturalmente corría eltruco, corría, este... había gente que hacía ajedrez, otraque hacía tatetí, al final yo terminé dando clases de pin-tura, sin ejemplos visuales...57En medio del dolor que en general significabadejar familia, hogar, trabajo, la sola idea de salirdel país donde se había sufrido persecución, in-cluso cárcel por razones políticas, generaba paraalgunos una esperanza de vida. Así lo evocan lospropios cautivos-protegidos:Bueno, la idea era como cruzar un puente ¿no? yoviajaba con una gran incertidumbre no sabía exacta-mente qué era lo que iba... había estado en México, peroapenas dos o tres días, ¿no?, no sabía, no tenía ni lamás mínima idea... no estaba muy seguro de que me ibaa quedar en México porque en ese momento había ungran flujo, de no sé si sustentado en un acuerdo conMéxico o por intereses personales, o intereses políticos.El hecho es que muchos de los asilados que llegaban a,a, a México desde Uruguay o unos cuantos de ellos te-nían la opción de viajar a algunos de los países de loque entonces era la comunidad socialista: Unión Sovié-tica o a Checoslovaquia o a la RDA.58No, no pensé en lo que dejaba, cuando salí este... laidea central era este... salir a una nueva vida, una nuevaesperanza, una nueva expectativa... y por supuesto, elrecuerdo para mi hermano que estaba preso, estuvo pre-so hasta el ochenta y cinco y para mis compañeros, pero,te digo, la noción vital mía era, salgo a una nueva vidano voy a recordarla no, no era de pesadumbre sino deexpectativa.59En la medida que el asilo es un recurso desobrevivencia, donde la persona no ha tenido laopción de elegir y ha debido irse de su país por elriesgo de ser asesinado, su proyecto de vida inme-diato es el retorno a su patria. El asilado no se per-cibe a sí mismo como un emigrante, por tanto vivecon la expectativa de que esta situación cambie enun lapso breve y se produzca el regreso. Nuestrosinformantes nos permiten reconstruir el corto tiem-po de la esperanza, a la vez que la inexorable reali-dad de un retorno a Uruguay que se hace imposi-ble en lo inmediato. Así lo encontramos en los rela-tos de los asilados:Todo está ahí, y entonces ese problema, esa dicoto-mía que se genera cada cual la va resolviendo como pue-de, unos la resuelven quedándose en México, otros yen-do y viniendo, otros yendo hasta Uruguay. Porque elque está allá sueña con México, viene acá y sueña conUruguay.60Volví en noviembre del 84... ésa era mi promesapersonal... cuando salí; que iba volver el primer día quepudiera volver, inmediatamente saqué mi pasaporte ymi pasaje, y nos venimos o sea, de la misma manera...que cuando fuimos, nos fuimos abiertos, cuando volvi-mos, volvimos igualmente abiertos no teníamos arreglode trabajo... vendimos el apartamento... Sin nada, igualque no planifiqué irme, no planifiqué volver...61Como menciona Marcelo Viñar, el asilo hahecho referencia siempre al destierro como formaterrible de castigo, de venganza, de agresión; es laexpresión de la violencia que ejerce una parte de lasociedad contra otra; cuando huye, al perseguidopolítico lo abraza el término de desterrado. “Noeligió irse, lo expulsaron fue la opción que le que-dó: huir antes de caer preso o morir. Pero en supatria quedan los otros, insilados. Si aquellos sondesterrados, éstos quedan soterrados, enterrados,todos aterrados, desolados.”62El siguiente relato esprueba de ello:
image/svg+xml46Se respondía a esa situación reelaborándola despuésde una práctica social determinada por el regreso,reinsertándose, como se decía, en la sociedad uruguaya quehabía cambiado tanto y que en alguna medida nos recha-zaba, porque eso ocurría también. Se distinguió a los queestaban y de los que se habían ido y volvían. Eso fue muydoloroso, es decir, la dictadura hizo una separación y lagente que se suponía que debía luchar contra la dictadura,o que estaba en contra, hizo también la separación. Así,como nosotros cuando llegamos a México también lo ha-cíamos; hablo en general, o sea, hacíamos separaciones conrespecto a lo que se consideraba que era México. Actitudes,incluso hasta de rechazo hacia la sociedad que te recibía,eso pasó, de rechazo y de agresividad. Y... claro se daba untraslado de estos ánimos negativos, pero no estoy hablan-do de moral, no hablo nada más que de conducta... inclusoconducta motivada de pronto por impulsos no conscientes,porque después de todo la gente estaba muy lastimada.Porque no en vano era un castigo de exilio... hasta en laGrecia clásica, era el ostracismo… que se hacía la inscrip-ción del decreto… y te la entregaban para que te fueras. Y,además, es producto del mar. Ahora te ponemos el mar enmedio, el mar de la separación simbolizaba el pedazo deostra en donde estaba decretado tu destierro. Y yo creoque eso es de las peores cosas que le puede pasar a unapersona...63La construcción, la invención de una patria esuno de los principales problemas para los que regre-san, sobre todo los jóvenes, luego de ser desarraiga-dos del país en que se criaron. Esto se exacerba alconstatar un desajuste entre lo narrado y lo encontra-do, lo que provoca que Uruguay se viva como la pa-tria de los antepasados y no como la propia. Uru-guay es el lugar donde está la familia y ese deberíaser un vínculo con suficiente fuerza como para per-mitir el encuentro de referentes útiles; sin embargo, eldesarraigo lleva a veces a que retornados, en especiallos jóvenes hagan cortes radicales con sus entornossociales y familiares como un modo de rebelarse contraesa salida obligada. Un joven asilado lo evoca así:(...) no es que haya sido un martirio … pero los cuatromeses en la embajada … me marcaron para el resto demi vida … o sea en donde obviamente se definió par-te de lo que en la actualidad soy … O sea obviamen-te, así o sea no, no me convertí en asesino múltiple...Pude desarrollar una vida normal... pero la relaciónque establezco con la gente obviamente está marcada poruna estancia de cuatro meses en la embajada en Uru-guay, está marcada por las vivencias pre estancia, o seaque ya en el país se vivía una situación de dictadura ycomo niño o sea, como hijo de unos padres que bueno,están en contra de una dictadura y que están luchandocontra esta dictadura, este, tú lo percibes, ¿no? y des-pués obviamente lo que es ese, o sea la embajada en sí loque es, o sea después, después viene el exilio, ¿no? Quees otro, que es otra historia. Entonces obviamente estámarcado lo que es, o sea la embajada es un gran parteaguas… O sea de pasar de una vida, en donde tu mundoes tu familia y el mundo, no hay más mundo más alláde Uruguay … Porque para los niños creo que eso esmuy difícil, a pasar a un mundo que bueno, hay cosasmás allá... Entonces o sea, saber que el mundo es muchomás extenso, entonces sí es un parte aguas muy impor-tante... no... fue así una cosa ¡ah! ... no... fue un sufri-miento tampoco, o sea pero creo que sí es un parte aguasimportante… la verdad es que yo no quería irme delpaís no o sea volar en avión es bonito pero volar enavión y regresar al mismo punto … despegar enCarrasco y aterrizar en Carrasco eso es lo bonito, perodespegar de un punto para salirte y llegar a otro eso no,eso no creo que sea muy bonito sobre todo… que quiénsabe cuando vas a volver no, o sea que es un vuelo sinretorno... o sea eso sí estaba muy implícito en la despe-dida con la familia... yo me imagino que es el recuerdo...el por qué recuerdo esa noche en particular que es laúltima noche no, o sea es un adiós y es un adiós pero estambién un hasta luego, bueno es nos vemos pronto.64Consideraciones finalesEl recuerdo personal, cargado de sentido paraquien lo conserva y la reinterpretación de que esobjeto desde el presente, constituye un registro oralfundamental. Aunque se trata de experiencias quemuchas veces sólo se traspasan de manera infor-mal y abreviada como anécdotas privadas de fami-lia o de grupos afines; forman parte de un contextomayor; por ello la necesidad de rescatarlas, conser-varlas y difundirlas.La combinación de fuentes orales y escritaspermite reconstituir una memoria colectiva eneste caso del asilo, a partir de una pluralidad devoces y recuerdos, donde más allá de las parti-cularidades de las experiencias vividas por ladiversidad de situaciones que caracterizaron elasilo uruguayo, es posible encontrar lugares dememoria comunes, que pueden erigirse en re-flexiones sociales capaces de concretarse yobjetivarse más allá de su propia subjetividad.La creación de fuentes orales sobre hechostraumáticos se vuelve esencial, no sólo paracompensar la inexistencia de fuentes tradiciona-les –un motivo que sería suficiente por sí mismo–sino también, y principalmente, para garantizarla centralidad de la perspectiva de las víctimasy prevenir su marginalización, o incluso su des-aparición. Debemos activar la memoria, sin ver-güenza, para que el testimonio corrija el olvido,con responsabilidad y con derechos humanos.
image/svg+xml47NOTAS1 Juan Gelman citado en Maren y Marcelo Viñar, Fracturas de lamemoria. Crónicas para una memoria por venir, Montevideo,Trilce, 1993, p. 10.2 La Declaración Universal de los Derechos Humanos de laUNESCO y el Convenio de Ginebra de 1949, que está en elorigen de la Convención contra el Genocidio, el Pacto Interna-cional sobre Derechos Civiles y Políticos y la Convención contrala Tortura, sentaron una base para el reconocimiento del valory la dignidad de quienes fueron víctimas de abusos en el pasa-do.3 Dora Schwarzstein, “Fuentes orales en los archivos: desafíos yproblemas” en Historia, Antropología y Fuentes Orales, Nº 27,año 2002. p. 1674 Coetzee, Jan K., “Narrando el trauma. Introducción a A.Portelli, R. Van Boeschoten, A. Molnár, y L. Catrla” en Historia,Antropología y Fuentes Orales, Nº 24, año 2000, p. 31.5 Alessandro, Portelli, Laorden ya fue ejecutada: Roma, las fosasardeatinas, la memoria, Buenos Aires, FCE, 2004, p. 266 Los libros de Silvia Dutrénit y Guadalupe Rodríguez de Ita,Tras la memoria: el asilo diplomático en tiempos de la OperaciónCóndoryAsilo diplomático mexicano en el Cono Surson honrosasexcepciones.7“Este desplazamiento del centro de atención, desde una com-prensión de la historia a partir de un enfoque ‘macro’, colecti-vo, estructural y en gran escala, a unos análisis ‘micro’ de laexperiencia, la evaluación y la interpretación individuales,representa algo más que una mera sustitución del colectivismometodológico por el individualismo metodológico. El centro deatención se desplaza sobre todo hacia un situacionalismometodológico, que contempla la situación en la que han tenidolugar la acción social como la experiencia individual.” Coetzee,Jan K., op. cit., p. 31.8“La definición de olvido como pérdida del recuerdo tomaotro sentido en cuanto se percibe como un componente de lapropia memoria. La memoria y el olvido son solidarios y nece-sarios ambos para la ocupación completa del tiempo”. “Elolvido nos devuelve al presente, aunque se conjugue en todoslos tiempos: en futuro, para vivir el inicio; en presente, paravivir el instante; en pasado, para vivir el retorno; en todos loscasos, para no repetirlo. Es necesario olvidar para estar presen-te, olvidar para morir, olvidar para permanecer fieles.” MarcAuge, Las formas del Olvido,Gedisa, España, 1998, pp. 20y 104.9“La memoria es el mecanismo de registro, retención y depósi-to de informaciones, conocimientos y experiencias que movili-za capacidades de orden psíquico que permiten a los sereshumanos actualizar impresiones o informaciones pasadas.”Ulpiano Becerra de Meneses, “Historia, cativa da memoria.Para un mapeamento da memoria no campo das CienciasSociais” en Revista do Instituto de Estudos Brasileiros,São Paulo,Nº 34, 1992, pp. 9-24.10 Alberto Saldarriaga, “Imagen y memoria en la construccióncultural de la ciudad” en Torres Tavares y Fernando Viviescas,La ciudad: hábitat de diversidad y complejidad,Colombia,Universidad Nacional de Colombia, 2000, pp. 161-163.11 Alessandro Portelli, “O massacre de Civitella Val di Chiana(Toscana, 20 juhno de 1944): mito e politica, luto e senso co-mum” en Marieta Ferreira y Janíana Amado (organizadoras),Usos y abusos da historia oral, Río de Janiero, Editora FundaçaoGetulio Vargas, 2002. pp. 103-130.12 Alessandro, Portelli, op. cit., 2004, p. 256.13 Dora Schwarzstein, op. cit., 2002, p. 172.14 Mark T. Klempner, “Llevar a buen término entrevistas bio-gráficas con supervivientes de un trauma”, Historia,Antropología y Fuentes Orales, segunda época, Nº 23, 2000,p. 144.15 El psicólogo Charles R. Figley explica que “un acontecimientotraumático ocurre cuando una persona experimenta unacontecimiento fuera del rango de la experiencia humana usualque puede estar considerado como horrible para casi todo elmundo...” Ibid. p.135. Apud. Burnout in families: the systemiccost of caring, New York, CRC Press, 1998. p. 716 Ibíd.,p. 138.17 Ibíd., p. 139.18 Las fuentes orales utilizadas fueron creadas en el marco delproyecto Asilo y dictaduras, coordinado por Silvia Dutrénit yGuadalupe Rodríguez en el Instituto Mora en 1997.19 Roland Freser, Recuérdalo tú y recuérdalo siempre, T. I, Crítica,Barcelona, 1979. Citado en Dora Schwarzstein, “Historia Oraly memoria del exilio” en Estudios sobre las culturas contemporá-neas,vol. 3 Nº 8-9 (1990), p.152.20 En 1954 en la X Reunión Interamericana, en Caracas, se sus-cribió la Convención de Asilo Diplomático. En específico seestableció que el asilo es un derecho soberano de los Estados.Éstos pueden concederlos o no de acuerdo con sus intereses.Ver Convención sobre asilo Diplomático suscrita en la Décima Confe-rencia Interamericana, Caracas 1-18 de marzo, Secretaría Gene-ral/OEA/Unión Panamericana, Washington, 1961. (Serie Tra-tados, 18.)21 Entrevista a Gustavo Maza realizada por GuadalupeRodríguez y Silvia Dutrénit, ciudad de México, México, 18diciembre de 1997. PHO14/21.22 Entrevista a Jorge Landinelli realizada por Gerardo Caetano,en Montevideo, Uruguay, 17 de marzo de 1997. PHO14/28.23 Entrevista a Saúl Ibargoyen realizada por GuadalupeRodríguez, en México D. F., 25 de septiembre de 1997.PHO14/27.24 Jorge Landinelli, entrevista citada.25 Saúl Ibargoyen, entrevista citada.26 Entrevista a Federico Falkner Dufourd realizada por SilviaDutrénit y Guadalupe Rodríguez, ciudad de México, México,11 de marzo de 1997. PHO14/24.27 Entrevista a Walter Martínez realizada por Silvia Dutrénit, enla ciudad de México, México, 30 de septiembre de 1997.PHO14/3028 Federico Falkner, entrevista citada.29 Entrevista a Emilia Anyul de Puchet realizada por SilviaDutrénit y Guadalupe Rodríguez, Ciudad de México, 5 demarzo de 1997. PHO14/22.30 Entrevista a Anhelo Hernández realizada por GerardoCaetano en Montevideo, Uruguay, 20 de diciembre de 1996.PHO14/25.31 Saúl Ibargoyen, entrevista citada.32 Ida Holz, entrevista citada.33 Wendy Rickard, “Historia oral, trauma y tabú” en Historia,Antropología y Fuentes Orales,Nº 23, año 2000, p. 133.34 Aparato de represión integrado por militares y policías.35 Emilia Anyul de Puchet, entrevista citada.36 Entrevista a Ida Holz realizada por Gerardo Caetano, Monte-video Uruguay, 16 de diciembre de 1996. PHO14/26.37 Mark T. Klempner, “Llevar a buen término entrevistas bio-gráficas con supervivientes de un trauma”,Historia, Antropolo-gía y Fuentes Orales, Nº 23, 2000, p. 144.38 Entrevista a Nylia Nieto realizada por Gerardo Caetano,Montevideo Uruguay, 17 de diciembre de 1996. PHO 14/3339 Ida Holz, entrevista citada.40 Alessandro, Portelli, op. cit.2004, p. 279.41 Saúl Ibargoyen, entrevista citada.
image/svg+xml4842 Ida Holz, entrevista citada.43 Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaro).44 Entrevista a Antonio Elías realizada por Gerardo Caetano,Montevideo, Uruguay, 26 de diciembre de 1996. PHO14/23.45 Gustavo Maza Padilla, entrevista citada.46 Emilia Anyul de Puchet, entrevista citada.47 Entrevista a Andrés Keiman realizada por Silvia Dutrénit, enla ciudad de México, México, julio de 2001. PHO14/34.48 Gustavo Maza Padilla, entrevista citada.49 Nylia Nieto, entrevista citada.50 Entrevista a Maluza Stein realizada por Gerardo Caetano,Montevideo Uruguay, 18 de diciembre de 1996. PHO14/33.51 Saúl Ibargoyen, entrevista citada.52 Anhelo Hernández, entrevista citada.53 Jorge Landinelli, entrevista citada.54 Emilia Anyul de Puchet, entrevista citada.55 Grupo teatral. Asilados en la embajada de México en Uru-guay.56 Jorge Landinelli, entrevista citada.57 Anhelo Hernández, entrevista citada.58 Jorge Landinelli, entrevista citada.59 Antonio Elías, entrevista citada.60 Saúl Ibargoyen, entrevista citada.61 Antonio Elías, entrevista citada.62 Marcelo y Maren Viñar, op. cit., p. 10.63 Saúl Ibargoyen, entrevista citada.64 Andrés Keiman,entrevista citada.BIBLIOGRAFÍAAuge, Marc, Las formas del Olvido,Gedisa, España, 1998.Becerra de Meneses, Ulpiano, “Historia, cativa da memoria.Para un mapeamento da memoria no campo das CienciasSociais” en Revista do Instituto de Estudos Brasileiros, São Paulo,Nº 34, 1992.Coetzee, Jan K., “Narrando el trauma. Introducción a A.Portelli, R. Van Boeschoten, A. Molnár, y L. Catrla” en Historia,Antropología y Fuentes Orales,Nº 24, año 2000.Convención sobre asilo Diplomático suscrita en la Décima ConferenciaInteramericana, Caracas 1-18 de marzo, Secretaría General/OEA/Unión Panamericana, Washington, 1961. 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PHO14/26.Entrevista a Saúl Ibargoyen realizada por GuadalupeRodríguez, en México D. F., 25 de septiembre de 1997,PHO14/27.Entrevista a Jorge Landinelli realizada por Gerardo Caetano,en Montevideo, Uruguay, 17 de marzo de 1997. PHO14/28.Entrevista a Walter Martínez realizada por Silvia Dutrénit, enla ciudad de México, México, 30 de septiembre de 1997.PHO14/30.Entrevista a Nylia Nieto realizada por Gerardo Caetano,Montevideo Uruguay, 17 de diciembre de 1996. PHO 14/32.Entrevista a Maluza Stein realizada por Gerardo Caetano,Montevideo Uruguay, 18 de diciembre de 1996. PHO14/33.Entrevista a Andrés Keiman realizada por Silvia Dutrénit, enla ciudad de México, México, julio de 2001. PHO14/34.
image/svg+xml49traduccionesMemória eesquecimento doexílio uruguaioAraceli Leal CastilloPela primeira vez na história do Uruguaiem 1973 os militares articularam umgolpe de estado, as forças armadasimbuídas da Doutrina de SegurançaNacional e principalmente do seuconceito de luta contra o "inimigoexterno": encarceraram, fizeramdesaparecer e assassinaram umaquantidade desconhecida deopositores. Uma parte dos perseguidosviu-se obrigada à recorrer à proteçãodiplomática para salvar sua vida. Osesilados uruguaios na Embaixada doMéxico, formaram a partir dessemomento até a saída do país, um grupoheterogéneo em idades, origens sociais,níveis de responsabilidade e militânciapolítica.Esta dissertação pretende demonstrarcomo a hitória oral nos permitedistinguir claramente as "sensibilidadesdiferentes em relação a umacontecimento similar conforme osgrupos. Para isso usarei diferentestestemunhos de esilados uruguaios,assim como o do primeiro secretário dasede diplomática amexicana nesse paísdo Cone Sul.Evitando cair no lugar comum dehomogeneizar ou equiparar o que foivivido pelos esilados, tentareidemonstrar que cada um deles percebeos acontecimentos de maneiradiferente, dependendo das suaspróprias experiências, emoções ou graude dor sofrido há mais de vinte anos.Mémoire et oubli del'asile uruguayenAraceli Leal CastilloEn 1973, pour la première fois dansl'histoire de l'Uruguay, les militaires ontorganisé un coup d'état. L'Armée,imbue de la Doctrine de SécuritéNational, et sur tout de son concept delutte contre " l'ennemi interne ", aemprisonné, a fait disparaître et aassassiné à une quantité inconnued'opposants. Une partie des persécutésse sont vus obligés de faire appel à laprotection diplomatique poursauvegarder leurs vies. Les réfugiésuruguayens à l'Ambassade du Mexiqueont formé, dès ce moment jusqu'à lasortie de leur pays, un groupe trèshétérogène en ce qui concerne l'âge, laclasse sociale, les niveaux deresponsabilité et la militance politique.Le présent travail a l'intention demontrer la façon dont l'histoire oralenous permet de distinguer clairementles " sensibilités différentes par rapport[à un] événement [semblable] selon lesindividus mais encore plus selon lesgroupes ". Pour cela, j'utiliseraidifférents témoignages des réfugiésuruguayens, ainsi que le témoignage dupremier secrétaire du siège diploma-tique mexicain dans ce pays du cônesud.Pour éviter se rabattre sur le lieucommun d'homogénéiser ou comparerce qui a été vécu par les réfugiés, jechercherai à démontrer que chacund'entre eux a perçu différemment lesévénements, selon leurs propresexpériences ou leurs émotions o leurdegré de douleur subi il y a plus devingt ans.Memory andforgetfulness ofuruguayan refugeesAraceli Leal CastilloIn 1973, for the first time in Uruguay'shistory, the army implemented a coupd'etat. The armed forces, instilled with theDoctrine of National Security and aboveall with it's concept of fighting the"internal enemy", they imprisoned,kidnapped and murdered an unknownnumber of oppositors. Some of thepersecuted people were forced to appealfor diplomatic protection in order to savetheir lives. Since then and until they lefttheir country, the Uruguayan refugees atthe Mexican Embassy made a group,very heterogeneous in ages, socialextraction and political responsibility andmilitancy.This communication pretends todemonstrate how oral history allows usto clearly distinguish those "differentsensibilities in respect [to a similar] eventaccording to individuals but even more togroups". To accomplish this task I willuse different testimonies of Uruguayanrefugees and also the one of the firstsecretary for the Mexican diplomatic seatat that South American country.In order to avoid the common place ofhomogenizing or comparing therefugees' experiences I will try todemonstrate that each of them perceivedthe events in a different way dependingon their own experiences, emotions orpain level suffered more than twentyyears ago.49