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“Una memoria, involuntaria, dependiendo de
circunstancias personales, no responde a las
necesidades objetivas de la historiografía.”
Willi Bolle
n gran desafío para la comunidad de
historiadores, antropólogos y sociólogos que se
propone reconstituir testimonios e historias de
vida, utilizando una metodología de historia oral,
consiste en una definición apropiada de lo que es
la historia oral.
En verdad, ninguna historia, de cualquier
proceso y construcción de la trayectoria de la
humanidad a lo largo de los tiempos, es ORAL.
La historia de la humanidad, en su realización, se
constituye por la interrelación de hechos, procesos
y dinámicas, que a través de movimientos
dialécticos y de acción de sujetos históricos,
individuales o colectivos, transforman las
condiciones de vida del ser humano o se empeñan
en mantenerlas como están.
Los movimientos de la historia son múltiples y
se traducen en cambios lentos o abruptos, por
conservación de órdenes sociales, políticos y
económicos y también por reacciones a las
transformaciones. En la mayor parte de las veces,
esos procesos contradictorios entre sí acontecen
simultáneamente y se integran a una misma
dinámica histórica. Son diferentes lados de una
misma moneda o faces plurales de un cristal
Historia Oral: memoria, tiempo, identidades
Lucilia de Almeida Neves Delgado
Historia y memoria:
metodología
de la historia oral
U
A P U N T E S T E Ó R I C 0 S
Historia oral: memoria, tiempo,
identidades
(Belo Horizonte,
Auténtica, 2006) es un nuevo tra-
bajo de la historiadora brasileña
Lucilia de Almeida Neves Delgado.
En este número publicamos la
traducción que realizó Hebe
Clementi del primer capítulo
de la obra.
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quebrado. Son los denominados conflictos de la
Historia, que el marxismo conceptuó como lucha
de clases y que, en tiempos contemporáneos, han
sido identificados como contradicciones
intrínsecas a la propia condición del hombre como
ser social.
La historia oral es un procedimiento
metodológico que busca, por la construcción de
fuentes y documentos, registrar, a través de
narraciones inducidas y estimuladas, testimonios,
versiones e interpretaciones sobre la historia en
sus múltiples dimensiones: fácticas, temporales,
espaciales, conflictivas, consensuadas. No es, por
lo tanto, un compartimiento de la historia vivida,
sino el registro de los resultados de esa historia
vivida. De acuerdo con Methy, es un proceso
procedimiento premeditado de producción de
conocimiento que envuelve al entrevistador o
entrevistados que aparezcan en la grabación.
Se mueve en un territorio interdisciplinario,
ya que utiliza muchas veces la música, literatura,
recuerdos, fuentes iconográficas, documentos
escritos, entre otras fuentes estimuladoras de la
memoria. También dialoga o interactúa con la
sociología, la antropología, el psicoanálisis, como
soportes para la construcción de guías de
entrevistas para la conducción del propio
documento. Finalmente, recurre a la memoria como
fuente principal que subsidia y alimenta las
narrativas que construirán el documento final, la
fuente histórica que se produzca.
Por lo tanto, la historia oral es un
procedimiento, un medio, un camino para la
producción de conocimiento histórico. Lleva
consigo una mutua enseñanza doble –el tiempo
pasado, y sobre la época enfocada por la fuente– y
sobre la época en que la fuente se ha producido el
tiempo presente. Trátase por lo tanto de una
producción especializada de documentos y
fuentes, realizada como interferencia del
historiador y en la que se
cruzan subjetividades
.
El pasado reflejado en el presente reproduce a
través de las narrativas una dinámica de la vida
personal en conexión con procesos colectivos. La
reconstitución de esa dinámica, por el proceso de
recordación, que incluye énfasis, pausas,
omisiones, olvidos, contribuye a la reconstrucción
de lo que pasó según la visión de cada testimonio.
La temporalidad, es decir, la relación entre
múltiples tiempos, también es inherente al
documento producido. En el estado presente del
tiempo pasado investigado y los tiempos
recorridos por la trayectoria de vida del
entrevistado es el tiempo presente el que orienta y
estimula tanto las preguntas del entrevistador que
prepara su camino de trabajo como las respuestas
a esas indagaciones. En ese sentido de acuerdo
con Bolli (2000), citando a Walter Benjamin,
elementos decisivos del proceso mnemónico son la
conciencia biográfica y la historia del presente
.
La memoria, principal fuente de las búsquedas
orales, es un repositorio infinito donde múltiples
variables –temporales, topográficas, individuales,
colectivas– dialogan entre sí, muchas veces
revelando recuerdos, otras, en forma explícita,
ocultándolas en la cubierta protectora que el
propio ser humano crea, inconscientemente,
protegiéndose así de dolores, traumas y emociones
que marcaron su vida.
Al procesar la memoria están presentes las
dimensiones del tiempo individual (vida privada-
recorrido biográfico) y el tiempo colectivo social,
nacional, internacional. Las señales exteriores son
referencias y estímulos para el florecer de
Traductora
Hebe Clementi
Historia y memoria: metodología...
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recuerdos y remembranzas individuales que
constituyen el sustrato del acto de rememorar, y
que se relaciona según Halbwachs con los cuadros
sociales de la memoria.
Es común por ejemplo que las personas se
refieran al pasado utilizando expresiones como “en
tiempos de Vargas” o “la época de los corsos
antiguos del carnaval” o “cuando los estudiantes
hacían caminatas” o “el tiempo de los militares”, o
“cuando llegaron los gitanos” o “cuando los
ferroviarios hicieron huelgas en época de cosechas”,
o “los tiempos de la
bossa nova
” o “cuando estalló la
guerra mundial”, o “el tiempo de la radio” o
“cuando la ciudad era tranquila”...
Es habitual también que los expositores
estimulados en las entrevistas aporten viejas
reliquias o cosas encubiertas por la pátina del
tiempo, como fotos, objetos, diarios, discos, cartas,
poemas, entre tantos recursos que tornen más vivos
el recuerdo. También el entrevistador puede
incentivar las memorias para que fluyan más
fácilmente o activarlas, ya que la memoria es un
proceso vivo, actual, renovable y dinámico. Un
diálogo vivo y enriquecido por estímulos que pueden
hacerse presentes en el mismo recorrido del proceso
de grabación de la fuente oral.
Historia, Tiempo y Memoria son procesos
interrelacionados. Además, el tiempo de la memoria
sobrepasa el tiempo de vida individual y se
encuentra con el tiempo de la Historia, visto que se
nutre de recuerdos de familia, de músicas o películas
del pasado, de tradiciones, de historias escuchadas o
registradas. La memoria activa es un recurso
importante para la transmisión de experiencias
consolidadas a lo largo de diferentes
temporalidades.
Pues, como afirma Paul Ricoeur: “Una vez que
entendemos por tradiciones las cosas dichas en el
pasado y transmitidas hasta nosotros por una
cadena de interpretaciones, es preciso acrecentar una
dialéctica material de los contenidos de la dialéctica
formal de la distancia temporal; el pasado nos
interroga y cuestiona antes que lo interroguemos y lo
cuestionemos.” (Ricoeur, 1997, p. 381)
Es muy común escuchar personas que se
refieren a recuerdos de un tiempo en el que ni
siquiera vivían, sino que están en los registros
heredados de generación en generación que les
presentaban como una época buena y con
esperanzas. Son imágenes diseminadas y registradas
por el sentido común, por libros, por amigos o
familiares, y también, muchas veces por la propia
historia institucional.
En el caso brasileño, por ejemplo, es usual
referirse al período gubernamental de Juscelino
Kubitschek, en la presidencia de la República, como
“años dorados”. Una fase de euforia desarrollista,
un tiempo que de acuerdo con Santos (1998) no debía
terminar. Otras veces, del pasado no vivido, pero
integrado a la historia de cada persona por la
inserción de la memoria colectiva, identifica algunas
épocas como sombrías, como fases de pérdidas y
oscurantismo. Un buen ejemplo son los años “del
chumbo”, referentes a los de la dictadura militar en
Brasil en las décadas de 1960 a 1970. No fueron
vividos por la actual generación de jóvenes
brasileños, pero son identificados por ellos como un
tiempo de sombras. Nuevamente la memoria social
alimenta las imágenes del pasado, contribuyendo a
la construcción de visiones y representaciones sobre
determinados períodos de la Historia.
Pero la relación memoria y tiempo no vividos,
no se sitúa solamente en el terreno de la vida
pública. El recuerdo “saudade”, o bien la
execración de algún tiempo que ya pasó, acontece
también en el terreno de la vida privada. Son
recuerdos diseminados de generación a generación
por familiares y amigos que, muchas veces, al
calificarlas según su punto de vista del pasado,
influencian o determinan su representación del
presente.
Entre los muchos desafíos de la historia oral,
se destacan, por tanto, la relación entre las
múltiples temporalidades, visto que en una
entrevista o registro de fuentes, habla un joven del
pasado por la voz del adulto, o del anciano del
tiempo presente. Adulto que trae en sus memorias
sus propias experiencias y también recuerdos que
él experimentó, filtradas por él mismo, al
diseminarlas... Se habla de un tiempo sobre otro
tiempo. Finalmente, se registran sentimientos,
testimonios, visiones, interpretaciones, sobre otro
tiempo, en una narrativa entrecortada por las
emociones del ayer, renovadas o resignificadas por
las emociones del hoy.
Por lo tanto, la historia oral es un
procedimiento integrado a una metodología que
privilegia la realización de entrevistas o
recolección de datos de personas que participaron
de procesos históricos o testimoniaron
acontecimientos en el ámbito de la vida privada o
colectiva. Objetiva la reconstrucción de fuentes o
documentos que subsidian investigaciones o
forman repositorios de documentación e
investigación.
No es la historia en sí misma, sino uno de los
posibles registros sobre lo que pasó o sobre lo que
quedó como herencia o como memoria.