image/svg+xml10“No sabíamosque somos”Reflexiones sobreun caso de identidady memoria mapucheVII Encuentro Nacional y I Congreso Internacional de Historia Oral de la República ArgentinaIdentidad, Cultura y Política, Buenos Aires, 13 al 15 de octubre de 200510
image/svg+xml11(…) A mí después me dieron a una familia. Diez años tenía,en Huahuel Niyeu (actualmente Ingeniero Jacobacci),nunca más supe de ellos.El proceso por el cual Rosa y su familia se quedansin sus tierras se da en el contexto de especulación,mediante el que inmigrantes mayoritariamente deorigen español y siriolibanés –algunos de los cualeshabían sido comerciantes ambulantes de la zona, o sehabían asentado con permiso de los indígenas en losparajes– aprovecharon las leyes vigentes y solicitaronla propiedad legal de las tierras: “De este modo, y con elapoyo del poder gubernamental, provocaron eldesplazamiento de muchas familias hacia otros parajeso los pueblos. Los mecanismos para realizar esto fueronen muchos casos violentos y fraudulentos: elendeudamiento comercial de los indígenas, suexpulsión por la fuerza, y el alambrado nocturno sonalgunos de los recuperados en los testimonios de lospobladores. Así, las mejores tierras se transformaron enestancias, y los paisanos debieron establecerse en otrasde difícil acceso o menos productivas. Los alambrados–a partir de 1910 en la zona– modificaron la pautatrashumante habitual.”2César Vapnarsky3señala que, para esta época,debido a las migraciones internas, cerca del 20 % de lapoblación de la Línea Sur migró a las ciudades, lamayoría de ellos sería indígenas que se habrían ido de lastierras fiscales cuando aparecieron(sic)los propietarios. Detodas formas las diásporas forzadas continuaron a lolargo del siglo XX, ya sea por la usurpación o por laescasez de recursos derivados, entre otros, de la caídadel precio de la lana o las grandes nevadas.Nos echó un día el compadre de mi padre–cuentaRosa– era un turco que nos traía los vicios: tabaco, arroz,yerba, eso. Era buen hombre, pero tomado se le daba mal elcarácter… siempre quería llevarse a María, mi hermanamayor. Una vez llegó con el comisario, tenía papeles decía,nos dio tres caballos para que llevemos las cosas, que nosfuéramos en dos días, dijo. Mi madre lloró todo el día. MeIntroducciónLos factores que contribuyen al autorreconoci-miento identitario mapuche constituyen un procesocomplejo y poco abordado. En este trabajo se analiza elsingular camino que emprende una anciana mapucheal asumir su pertenencia étnica, a partir del contactoafectivo que tuvo con la persona que la cuidó en losúltimos meses de su vida: su nieta adolescente. Lacuriosidad de la joven, estimulada por el estrechovínculo establecido en tal situación y una serie deentrevistas realizadas a la abuela y a sus hijos, permitióreconstruir una historia marcada por las tensiones en-tre reconocimiento y negación que subyace en estaconstrucción de la identidad, así como determinar elimpacto familiar y social de la misma.Los propósitos de esta investigación apuntan adescubrir algunos elementos inhibidores y facilitadoresdel reconocimiento étnico, así como también analizarlas características que adquiere este proceso en elpresente.I. RosaA principios del siglo XX, la Línea Sur1de Río Ne-gro se vio afectada por el reordenamiento jurídico yterritorial que llevó a cabo el Estado nacional y quederivó en la concentración de tierras en manos departiculares o compañías colonizadoras. A éstas ya selas había beneficiado como adjudicatarias de obraspúblicas tales como el ferrocarril, lo que provocó lavalorización acelerada de las tierras y el surgimiento deemprendimientos comerciales y ganaderos en el nortepatagónico.Anecón Grande forma parte de aquella área nocolonizada por el Estado nacional inmediatamentedespués de la Conquista del “desierto”, que seconvirtió en un destino inevitable para parte de losmapuches sobrevivientes y dispersos luego de lacampaña militar.Doña Rosa Anticura, viuda de Malaspina, vive enSan Carlos de Bariloche desde el año 1984 y así cuentasus primeros años de vida:Nací en Anecón Grande, en 1920, éramos 9 hermanosmás tíos y primos, todos juntos vivíamos. Mis padres eranpaisanos, mapuches, de Chile mi madre; de Saladillo mi pa-dre. Los dos hablaban en lengua. De chicos, mucha necesidadpasamos nosotros: mucho hambre, frío, enfermedad del huesoque tengo, parece que de ahí me quedó (…) no tuvimos niñeznosotros: los hombres de chico a trabajar al campo y nosotrasnos fueron dando cuando no había qué comer. Con muchapobreza vivía antes, cuando llegaba la policía, el juez, nosechan: todos ustedes indios roban terreno, decían y la gente sefue porque ya no había vida cuando nos echaron. Y después,mis hermanas y yo nos fuimos juntando, teniendo familiaEl enfoque biográfico interpretativo en la investigaciónsocio-histórica“No sabíamos que somos”. Reflexiones sobre un caso...AutorRicardo Daniel FuentesUniversidad del Comahue, Núcleo Patagónico
image/svg+xml12acuerdo como si fuera hoy, lloraba y me agarraba fuerte, no tequiero dar, me decía, pobre, y éramos tantos … yo me asustéporque no sabía lo que pasaba y lloramos mucho, meabrazaba, eso me acuerdo.El deterioro de la situación económica delcampesinado mapuche se da a partir de la incapacidadde la agricultura y la pobreza del suelo ocupado parasostener una población cada vez mayor, en un contextode expoliación territorial permanente. Esto ahondó elempobrecimiento y la proletarización de parteimportante del campesinado, fenómeno que semanifestó especialmente durante las décadas de1960-1970,4cuyo efecto directo lo constituyó lamigración hacia las ciudades.En décadas más recientes,junto a la carencia de tierra en lascomunidades mapuches, hantenido gran impacto los cambios enla economía regional, las“modernizaciones” yreconversiones en los latifundios,realizadas en las últimas décadas,que han significado menos trabajotemporal en la región y unasubsiguiente intensificación de lamigración mapuche. Un puntoálgido de este problema loconstituye la compra de grandesextensiones de tierras, de formairregular, por parte de empresariosy famosos del jet setmundial con elconsabido y recurrente desalojo desus dueños originarios.Una vez en la ciudad, ocurreun proceso que Cristian Gonzálezdenomina de proletarización urbana: el bajo nivel deescolaridad, el alto grado de analfabetismo sumados ala discriminación racial continua, producen que lamayoría de los migrantes se incorporen a los estratosde menores ingresos, de niveles de vida más bajos y demenor estabilidad en el empleo.5La referencia notoria con la que se identifica Rosaes el genérico paisano, concepto con el que sedenominan así muchos mapuches, por sobre lapertenencia étnica o nacionalitaria: paisana soy, comomis padres, como mis abuelos. De aquí o de allá, la cordillerano corta la sangre. Rosa se acuerda que en su casa sehablaba en lengua, en mapudungun, y que durantemás de 60 años no lo había hablado tanto como hastaahora: mapudungun en voz baja, nomás. Sólo problemastraía si wingka escuchaba, india decían, escupían así el pisoen lo de mi patrona.En la abuela, el relato histórico mapuchengütram– entra a jugar un papel relevante, lastransmisiones orales obran en este caso comorecreadoras del miedo y la muerte.El miedo es un componenterecurrente en el relato.Paradójicamente es el temor el que,en ocasiones, ha truncado esetraspaso para las nuevasgeneraciones. La muerte y el miedotienen como base originaria elaukan, el malón blanco o wingkamalón, es decir, la Conquista del“desierto”. A partir de este molde serecrean los relatos en otroscontextos o sirven para describirlos.Así, la persecución, la huida, serevivifican en el testimonio de Rosa,quizás surgidos apenas dosgeneraciones distantes de ella. Lasituación de expoliación y deengaño es la marca de continuidadentre aquella conquista y la que seinició con los especuladoresparticulares e inmobiliarios. Lashumillaciones que sufrió posteriormente formaronparte de esa experiencia vital.Mi abuela me hablaba del wingka malón. Muchasmuertes traía, decía… nosotros mucho miedo pasamos dechicos, siempre esperando eso. Después pensé entre mí:wingka malón sería, cuando la fronteriza lo metió preso a mipadre, después nunca más supe de él. Eso fue en el treinta ysiete6¡Imagínese usted! ¡qué iba andar por ahí diciendo queera paisana mapuche!Yo trabajé de criada en lo de Alaniz. Ellos me pidieron ami madre: la vamos a cuidar, dijeron, me acuerdo, muchosbesos me daban. Después golpes, nomás. Ahí estuve hasta los17 cuando me sacó Malaspina, que era capataz deLa Perdida, ahí tuve al Nicasio, mi hijo mayor.Nunca conocí el baile. Mis patrones me encerraban losviernes, ellos iban, y el sábado, nada más tenía catre y untarro para mis necesidades, me dejaban un tarro, peor que unperro. Venían al mediodía o a la tarde, el sábado.Me pagaban con la cuida. Me daban comida,El deterioro de la situacióneconómica del campesinadomapuche se da a partir de laincapacidad de la agricultura y lapobreza del suelo ocupado parasostener una población cada vezmayor, en un contexto deexpoliación territorial permanente.Esto ahondó el empobrecimientoy la proletarización de parteimportante del campesinado,fenómeno que se manifestóespecialmente durante lasdécadas de 1960-1970, cuyoefecto directo lo constituyó lamigración hacia las ciudades.
image/svg+xml13dormía ahí, eso habían arreglado en mi casa.Castigo sí, había mucho, golpes, rebenque, antes no eracomo ahora, la gente más bruta era. Me daban si estaba saladala comida, si le faltaba sal. Una vuelta el hijo de la patroname dio una trompada así con el puño… por cualquier cosa,porque yo tenía que lavar, planchar, picar leña, me acostaba alas siete y me levantaba a las cinco… me decían ¡indiaporquería!, te salvamos del hambre, decían. A veces meagarraban con una varilla, y me daban y me daban, y yo nohablaba ¡ni ay!, decía y eso los ponía peor, que yo no hablabacon nadie, tampoco quería ir a la iglesia, querían que rezarayo, ¡así eran las cosas, qué le iba a hacer!Rosa se juntócon Segundo Malaspina, capataz deestancia con el que tuvo a sus treshijos: Nicasio, Emilia y Antonia. Lafamilia se muda a Valcheta,primero, y luego a Fiske Menuco(General Roca) donde viven10 años.Posteriormente, en 1956,Segundo muere en una jineteada.Rosa entonces vuelve a trabajar deempleada doméstica y debeenfrentar nuevas dificultades paramantener a sus hijos:Perder a mi compañero fue duro.Era un buen hombre él, su hermana meenseñó a leer, quería que le enseñaramapuche, pero yo no quería, por laschicas, para que no sufran (…) lospatrones siempre son patrones, te tratanbien hasta que uno no sirve más.Cuando me quebré la pierna una vez, yacomenzaron los maltratos, los insultos,otra vez: india bruta, escuchaba.A fines de la década de 1960, Emilia se casa y selleva a su hermana Antonia a vivir con ella, a SanCarlos de Bariloche. En forma periódica viajaban a vera su madre en su nuevo lugar de trabajo y residencia:Pilcaniyeu, a una hora de viaje de Bariloche. En 1984,debido a la nevada extraordinaria que afectó laeconomía de la región, Rosa queda sin trabajo. Por otraparte, su salud se ve afectada por una artrosis crónica yAntonia la lleva a vivir con ella.II. Los hijosPara Emilia, todo comenzó con unas fotos viejas:Yo veía siempre las fotos porque estaban en un cajón demi mesita de luz. No las había tirado de casualidad, “vossiempre juntando porquerías”, me decía mi esposo.¡ Locurioso es que siempre me resultaron tan ajenas! pensabaentre mí, quiénes serían toda esa gente, qué era eso… porque,claro, las fotos solas no me decían nada, estaban mudas, ahí,esperando tantos años (…)Cuando éramos chicos, siempre veíamos a mi mamá quese levantaba y salía para afuera a tirar el primer mate a latierra. Yo pensaba que era unasuperstición, por la mala suerte y esascosas… nunca le preguntaba, ellatampoco era mucho de andarexplicando, no sé por qué, viste que lagente grande es como que esconde sussecretos.Yo medio que sospechaba quenuestros ancestros eran originarios–dice Antonia– siempre percibimosque era paisana creo. Casi toda la gentedel campo, aquí, es paisana o tiene suspadres paisanos, y además, cuando vasa la escuela tus compañeros te lo hacensentir… que sos medio retraído, quehablás atravesado, el apellido te marcatambién, así que no es una cosa que unodiga, me llevo el mundo por delante soymapuche y qué.Creo que hay mucho racismotodavía. Es difícil –afirma Nicasio–pero por la lucha de los más chicos creo que se nos abre unpanorama nuevo. Pensar que mi viejita tuvo que ocultar supasado para vivir. No sé lo que pasó por la cabeza de ella,esperando tanto tiempo para contarnos historias taninteresantes, que no se haya olvidado de hablar en mapuche yyo nunca lo supe, ni una palabrita. Yo tomé el entusiasmo deAnita, por mamá, por ese pasado que estaba ahí y sin em-bargo uno no lo ve o se avergüenza de él. Es como enterarseque uno tenía… raíces que hoy está acá, que hay que rescatarlas vivencias, porque si el día de mañana nos vamos, lasvivencias, la historia, todo eso se va con uno.III. La nietaAna tiene 15 años, es la menor de 3 hijos deAntonia. Quiere estudiar para ser enfermera o doctorarural “para atender a la gente del campo”, dice:El año pasado, a través de un chico del cursome contactécon un grupo de compañeros de la escuela que son mediospunk, yo les hacía el aguante en su movida. La cuestión de latierra, de los derechos a la tierra de los mapuches y esas cosas,En la abuela, el relato históricomapuche –ngütram– entraa jugar un papel relevante, lastransmisiones orales obran eneste caso como recreadoras delmiedo y la muerte. El miedo es uncomponente recurrente en elrelato. Paradójicamente es eltemor el que, en ocasiones, hatruncado ese traspaso para lasnuevas generaciones. La muerte yel miedo tienen como baseoriginaria el aukan, el malónblanco o wingka malón, es decirla Conquista del “desierto”.
image/svg+xml14me arrimé al grupo porque al chico que me gustaba le copadibujar y estaban haciendo un fanzine. Cuando en la clase dehistoria salió eso de hacer entrevistas me gustó, pero nuncame imaginé que yo también era mapuche, ninguno en mifamilia, no sabíamos que somos.Cuando la abuela comenzó a tener problemas derespiración y de los huesos, yo me encargué de cuidarla. Mimamá siempre me contaba que me cuidó mucho de chica,cuando ella se iba a trabajar, por eso yo la quiero un montón(…) Llegaba de la escuela y me quedaba a solas, me quedabacon ella hasta que venía una señora, a ponerle inyecciones alas 8 de la noche.Una vez buscando fotos para el trabajo de historia,encontré unas de un kamarukun. No entendía nada cómohabía llegado hasta allí… le pregunté a mi vieja pero nada, loúnico que me dijo es que eran de la abuela, nada más.La abuela Rosa dijo que era del campo, de unosparientes, que no se acordaba, al principio no me dijo nada(…) no habíamos charlado nunca, o sea el cariño de familia,nomás, ella es muy reservada, y mi vieja nos contaba quehabía sufrido mucho, le habían pasado cosas grossas… comoyo no veo novelas, aproveché para charlar mucho. Alprincipio no, pero después ella soltó la lengua de a poco,como si tuviera ganas de hablar con alguien desde hace años.Una tarde me preguntó qué era lo que hacía, que siempreandaba con los pantalones negros y con leyendas en mapucheen la campera, pero eso pasó como a los dos meses…hablamos un montón “yo sé mapuche”, me dijo un día y paramí fue lo más… yo le preguntaba todo el día, le pregunté sime quería enseñar y ahí empezamos. Con decirle que a vecesfaltaba a la escuela o había paro y enseguida la iba a ver (…)Empezó un día a enseñarme una palabra, y luego otra y otra,y así, hasta que una vez me dijo que hacía años que nohablaba mapudungun. ¡Qué bárbaro! Le contaba al grupo queyo pensaba también que los mapuches había que ayudarlosporque estaban en la Línea Sur, en el campo, para que tengansu lengua y cultura y todas esas cosas folclóricas, como sifuera un mundo tan lejano.Como al tercer mes de estar con la abuela, fui a unareunión de los chicos y les dije que me había enterado que yotambién era mapuche. Al principio pensaron que era unajoda, pero después les conté cómo había sido todo… a partirde allí empecé a meterme más en la movida y a tratar de leermás, aprender… siempre me extrañó por qué mis viejos nosabían, pero después entendí un poco más.Estuvo bueno cuando me preguntaba qué era eso devestirme toda de negro, escuchar ese ruido, decía, por lamúsica fuerte, heavy, ahí yo le explicaba, ella me prestabaatención, eso me daba ganas de hablar más, porque la abuelano es una persona cerrada, me contó que no sabía por qué, quepor ahí no era interesante para nosotros y nunca habíaescuchado tanto decir a los mapuche que ahora querían de-fender a su gente.Ana cuenta que de esta manera empezó uncontacto lento pero fructífero entre Rosa y los demásjóvenes que se acercaban a escucharla y aprender deella. El tema del prejuicio es algo que desvela a los másjóvenes, que muchas veces piensan que el trabajo deconstrucción identitaria se ve estorbado por lareproducción de la visión hegemónica entre los propiosmapuches.Con frases como yo creía que los mapuches estaban enla Línea Sur, viven en el campo, crían ovejas, se reproduceuna visión estática que tiene la sociedad global de laetnia mapuche, que “suele encasillar al pueblosubordinado en un momento histórico del pasado: laépoca de la derrota y que, por consecuencia, niegaprocesos de desarrollo y de adaptación”.7La realidades que el éxodo rural ya se inició hace décadas, y quepor la dispersión geográfica, los mapuches en laactualidad viven en una gran proporción en lasciudades.En cuanto a la visión estereotipada, ser mapucheequivaldría a vivir en las reducciones del campo, tener“rasgos típicos”, ser de la Línea Sur, hablar elmapudunguny celebrar ceremonias como el nguillatún.Incluso en los educadores persiste esta actitud, como lodemuestra una frase de un profesor de Ana: nunca penséque Ana era mapuche, ¿viste que es blanquita?,comoconsecuencia de ello ocurre una profundasubestimación de la población mapuche urbana. Deella resulta la opinión que considera que esos cambiosen los “rasgos típicos” del mapuche significarían el finde la etnicidad. De esta manera, dejaría de ser mapucheel que va a vivir a la ciudad, escucha música heavyo seviste con remeras con leyendas en inglés.Por otra parte, la migración como el desplazamien-to, la adaptación y el mestizaje forman parte delproceso histórico que al pueblo mapuche le ha tocadovivir y que complejizan aún más este presente. Comodicen los jóvenes de la campaña de autoafirmaciónmapuche:Nuestra realidad hoy es compleja y heterogénea. Losmapuche nos encontramos viviendo en espacios tanto ruralescomo urbanos de nuestro territorio ancestral. Históricamente,
image/svg+xml15desde la incorporación violenta de nuestro pueblo al Estadonacional, la ciudad se convirtió en el lugar obligado demigración forzada por la falta de perspectivas y condicionespara el desarrollo de la vida en las escasas tierras a las cualesfuimos reducidos. La ciudad también ha sido el lugar dondehan nacido generaciones enteras de mapuche que no hantenido vínculo con su cultura. Si a esto sumamos lasistemática campaña de occidentalización, la permanentediscriminación, racismo y la evangelización a la que hemossido sometidos, seguro encontraremos un muy bajo índice deautorreconocimiento de la identidad.Lo nuestro nace como una forma de reflejar las diversasconstrucciones que realizamos los mapuche en la actualidad,apropiándonos de elementos que provienen de la culturaoccidental no mapuche, como ciertos géneros musicales (rock,heavy, folclore, etc.), el teatro occidental, la literatura escrita,la tecnología, etc., utilizándolos como una forma deexpresión, de reafirmación cultural ocomo un medio de búsqueda yacercamiento a la identidad. Esta partede nuestro quehacer diario integra larealidad del pueblo mapuche; realidadque superó desde hace tiempo elestereotipo impuesto oficialmente: losmapuche como una imagen del pasado ocomo resabios aislados del resto de lasconstrucciones sociales. Nuestro presenterefleja la vigencia del pueblo mapucheque se manifiesta en las prácticasculturales ancestrales, en la lucha por elterritorio y la identidad, y en lacreación y recreación de otras nuevasformas de expresión. Hoy nuestrapresencia se manifiesta en distintospuntos del Wallmapu, tanto en el campocomo en la ciudad, en Gulu Mapu(Territorio del oeste) como en Puel Mapu (Territorio del este),Pikun Mapu (Territorio del norte) y Willi Mapu (Territoriodel sur.8)Apoyando la idea anterior, Marimán afirma que esesencial reconocer el dinamismo cultural de las etnias.Ninguna etnia o pueblo en el mundo ha quedadopetrificado en el tiempo. Estas palabras reflejan muybien la visión compartida por muchos, que la culturamapuche no es estática, ni ahistórica, sino dinámica yen permanente reelaboración.El dinamismo se aprecia tanto en la recreación yreinterpretación de las tradiciones ancestrales, como enla apropiación de elementos culturales ajenos. Laemergencia de la población urbana demuestraclaramente la vitalidad de la sociedad mapuche y elpoder de esta etnia para reformular y renovar suidentidad y cultura.Podríamos reflexionar con Walter Pérez Campos9que quizás se trate de un proceso de identificación yautoidentificación, o de un proceso de representacionesindividuales y colectivas respecto al qué es y cómo esuno mismo, y qué son y cómo son los demás.Es en el ámbito urbano, especialmente en lasúltimas décadas, al calor de las luchas de las nuevasidentidades sociales, donde se manifiesta con mayorclaridad esta nueva forma deidentidad mapuche, ya que sonespecialmente los mapuchesurbanos los que despliegan eldeseo de recuperar sus raíces. En laopinión de Perren,10lareetnificación es sobre todo unaactitud defensiva. Este autor diceque se ha desarrollado una culturade resistencia específicamente ur-bana; una que, en contra de lo queera de esperar, no se sustenta en lacultura mapuche originariatodavía presente en el campo, sinoen la autoidentificación con laidentidad histórico-grupal y conlos valores que ella presenta. Enotras palabras, para reafirmar suser mapuche, los mapuchesrefieren a un pasado lejano, un tiempo en que existíatodavía una fuerte identidad étnica colectiva. En estesentido, otro autor, Carlos Martínez 11, observa que“poco importa si las referencias a un pasado o a unacultura en particular se refieren a ‘verdades’ medibles odemostrables, o incluso, si la propia práctica secorresponde con ese pasado y cultura, pues todaafirmación se valida en la medida que reafirma lacohesión y singularidad del grupo”.Las tendencias históricas se reflejan en la actitudadoptada por los mapuches en la actualidad, ésta seencuentra entre la integración absoluta y lareetnificación. Si el mapuche se orienta hacia lasociedad mayoritaria o hacia la propia, depende defactores como conciencia étnica, edad y posición social.De todas formas, en la práctica diaria, elcomportamiento de una persona puede variar deacuerdo con las circunstancias y el contexto. Así puedeocurrir que una misma persona despliegue conductasen apariencia contradictorias.En la opinión de Perren, lareetnificación es sobre todo unaactitud defensiva. Este autor diceque se ha desarrollado unacultura de resistenciaespecíficamente urbana; una que,en contra de lo que era de esperar,no se sustenta en la culturamapuche originaria todavíapresente en el campo, sino en laautoidentificación con la identidadhistórico-grupal y con los valoresque ella presenta.
image/svg+xml16Las distintas identidades mapuches encuentran suexpresión también en las organizaciones mapuches delpresente siglo, las que han asumido una variedad deestrategias para enfrentar la crisis cultural y social que vivela sociedad mapuche.Reflexiones finalesLa vida de Rosa Anticura es un fiel reflejo de lacomplejidad que asume la autoidentificación identitariaentre los mapuches. En este caso, juega un papel central laconstante dinámica de sometimiento, expoliación yresistencia.Las experiencias de rechazo a su identidad étnica a lolargo de su vida hicieron que Rosa adoptara una actitudde silenciamiento voluntario. El miedo fue el hilo conduc-tor entre una memoria histórica transmitida generacio-nalmente y su experiencia personal, que actuó como factorinhibidor en la construcción identitaria del grupo familiar.Sin embargo, en los últimos años ha ocurrido unaserie de transformaciones que trajeron como consecuenciael surgimiento de un nuevo eje en la construcción de laidentidad mapuche: la ciudad como punto de continuidadde las luchas étnicas pendientes. De aquí surge lanecesidad de tomar la cuestión urbano-rural como unproblema complementario de la historicidad mapuche. Notomamos como excluyente lo urbano y lo rural: cuando sehabla de mapuches urbanos no hay dicotomía en lacuestión central, sino que la encuadramos en un procesode migración que le da origen al concepto y que sóloadquiere visibilidad en la medida que se identifiquen lascondiciones de arrebato sufridas. Si se plantean ambassituaciones étnicas sociales en forma opuesta, la identidadurbana mapuche queda sin memoria, sin ethos culturalque reivindicar, rescatar y proyectar.Lejos de pensar en lo urbano con una lógica moder-nizadora excluyente, sin vínculos estrechos con elpresente, se percibe en él un espacio abierto a lasresignificaciones y a novedosas formas de manifestacióncultural alejadas del estereotipo y relacionadas con elnuevo clima social y político que la misma dinámica de laresistencia –aún en sus formas no visibles– contribuyó acrear. La ciudad no sólo es control, vigilancia ydominación, sino y esencialmente un espacio abierto delucha y por ende de resistencia, componente fundamentalen la larga lucha del pueblo mapuche.De la mano de su nieta, Rosa pudo, al fin, reconocerseen este nuevo contexto y proyecta en el entorno familiarefectos desconocidos a mediano y largo plazo. En estecaso, el vínculo afectivo, el diálogo intergeneracional, seimponen sobre los aún dificultosos factores estructuralesque actúan como inhibidores, demuestran, por ejemplo,que el entorno social condiciona las manifestacionesculturales, obliga a algunas de ellas a mantenerse latentesy condena a otras al olvido. En definitiva, permiten a unasfotos volver a tener rostros.Las fotos en cuestión fueron el único nexo que Rosamantuvo consigo misma, en silencio, ocultando su pasadopara enfrentar la intolerancia. Son de un Kamarukun enAnecón Grande:Nunca supe cómo llegaron a manos de mi finado esposo,Segundo Malaspina. Las guardé porque los que aparecen ahí sonmis primos, tíos y algunos de mis hermanos, a los que nunca máspude ver.Conocí a Rosa a través de Ana, su nieta, mi alumnade primer año de secundario. Rosa le había dado elconsentimiento para que registrara con un grabador sutestimonio. A los 10 días de terminar la segunda ronda deconversaciones, murió en su antiguo Anecón Grande,donde fue a una rogativa, a descansar para siempre.NOTAS1Se denomina así al área de meseta y estepa del interior deesta provincia, caracterizada por la actividad ovina pastoril.2Marisa Malvesttiti, “Después del aukán: el poblamientomapuche de la Línea Sur”, Jornadas de Historia e IdentidadCultural de la Provincia de Río Negro, San Carlos de Bariloche,1999. p.3.3Varpnasky, Los pueblos del Norte de la Patagonia, 1983, p. 80 (elresaltado es mío).4César Bermúdez, “Migraciones internas: la cuestión indíge-na”, diarioRío Negro, 17 de febrero de 1983.5Cristian González, citado en Walter Pérez Campos,“Globalización e identidad mapuche” en Tiempo de SaberNº 8,Bariloche, 1996, p. 56.6Fuerza de choque parapolicial pagada por los estancieros ycuya función consistió en reducir a los mapuches como manode obra de las estancias. Al respecto véase Dellerba, Esteban,La Fronteriza en Río Negro, 1928-1945, Editora Surgente,Viedma, 1972.7Juan Flettes, La identidad de los mapuches urbanos, Océano,Santiago de Chile, 1999, p. 24.8Campaña Wefkvletuyiñ. Estamos Resurgiendo.9 Walter Pérez Campos, “Globalización e identidad mapuche”en Tiempo de Saber, Nº 8, Bariloche, 1996, p. 56.10Marcelo Perren, “Encrucijadas de la multiculturalidad”enTiempo de Saber, Nº 8, Bariloche, 1996, p. 31.11Citado por Walter Pérez Campos, “Globalización e identi-dad Mapuche” en Tiempo de Saber, Nº 8, Bariloche, 1996, p. 58.BIBLIOGRAFÍABermúdez, C., “Migraciones internas: la cuestión indígena”,diario Río Negro, 17 de febrero de 1983.Dellerba, E., La Fronteriza en Río Negro, 1928-1945, EditoraSurgente, Viedma, 1972.Flettes, J., La identidad de los mapuches urbanos, Océano, Santia-go de Chile, 1999.Malvesttiti, M., “Después del aukán: el poblamiento mapuche de laLínea Sur, Jornadas de Historia e Identidad Cultural de la Pro-vincia de Río Negro, San Carlos de Bariloche, 1999.Pérez Campos, W., “Globalización e identidad mapuche” enTiempo de Saber, Nº 8, Bariloche, 1996.Perren, M., “Encrucijadas de la multiculturalidad”en Tiempode Saber, Nº 8, Bariloche, 1996.Varpnasky, C., Pueblos del Norte de la Patagonia, Eudeba, Bue-nos Aires, 1983.
image/svg+xml17traducciones“Não sabíamosque somos”.Reflexões sobreum caso deidentidade ememória mapucheRicardo Daniel FuentesNeste trabalho analiso o reconhecimentoidentitário que assume uma anciã mapuche,a partir do contato afetivo que teve com apessoa que a cuidou nos últimos meses desua vida: sua neta adolescente. Acuriosidade da menina estimulada peloestreito vínculo estabelecido e uma série deentrevistas realizadas à avó eseus filhos,permitiu reconstruir uma história marcadapelas tensões entre reconhecimento enegação que subjaze nesta construção daidentidade, assim como determinar oimpacto familiar e social deste processo queé resumido numa frase: Tomei coragem defalar porque se afastou o medo.“ Nous ne savonspas ce que noussommes ”. Réflexionssur un cas d'identitéet de mémoiremapucheRicardo Daniel FuentesDans ce travail, j'analyse la reconnaissanceidentitaire qui assume une vieille damemapuche, à partir du contact affectif qu'elle aeu avec la personne qui l'a soignée lesderniers mois de sa vie : sa petite-filleadolescente. La curiosité de la filleencouragée par le lien étroit qui s'est établi, etune série d'interviews réalisées à la grand-mère et à ses enfants, ont permis dereconstruire une histoire marquée par lestensions entre la reconnaissance et lanégation sous-jacente dans cette construc-tion de l'identité, et déterminer aussi l'impactfamilier et social de ce processus qui peutêtre résumé en une seule phrase : je me suisdécidée à parler parce que je n'ai plus depeur.“We did not knowthat we are”.Reflection ona case of identityand memoryMapucheRicardo Daniel FuentesIn this work I analyze the identitary recogni-tion that assumes an old mapuche, startingfrom the affective contact that she had withthe person who took care of her in the lastmonths of her life: her granddaughterteenager. The curiosity of the girl stimulatedby the narrow established link and a seriesof interviews realized to the grandmotherand her children, allowed to reconstruct ahistory marked by the tensions betweenrecognition and negation that underlies inthis construction of the identity, as well asto determine the family and social impact ofthis process that is summarized in aphrase: I encouraged to speak because methe fear went away.17