image/svg+xml58La ciudad dentrode la ciudad:consideraciones sobreel avance de los procesosde relegación urbanaen la Ciudad de Buenos AiresV O C E S D E B U E N O S A I R E S58
image/svg+xml59con la anuencia de las agen-cias estatales pertinentes(Mignaqui, 1999).Pero nuestra apretada sín-tesis del pasado urbano másreciente estaría incompleta sino mencionáramos que losaños 90 tuvieron una facetamenos exitosa y rutilante.Efectivamente, en simulta-neidad con estos procesos deremozamiento comandados poralianzas público privadas, laciudad de Buenos Aires asistióa la disminución de inversio-nes públicas en materia de po-lítica habitacional, al debilita-miento y la cuasidesapariciónde estrategias tendientes aconstruir ciudad en un sentidosocial, atendiendo a las necesi-dades básicas de sus ciudada-nos (Velázquez, 2002). Con re-lación a este punto podemosmencionar, a título de ejemplo,los paulatinos recortes sufri-dos por el Fondo Nacional dela Vivienda –ajustes que inclu-yeron la federalización del sis-tema mediante la transferenciade sus recursos directamente alas provincias–1, y laprivatización de los serviciosurbanos.2Todos los intentos oficialespor posicionar a la ciudad deBuenos Aires entre las metró-IntroducciónLa década del 90 marcó unsignificativo punto de inflexiónen el paisaje urbano de la ciu-dad de Buenos Aires, un hitoque se tradujo en una serie deresonantes transformaciones,algunas ya concretadas y otrasaún en suspenso.Entre los cambios más visi-bles podemos incluir lareconversión de Puerto Made-ro, el ennoblecimiento del ba-rrio del Abasto, la construcciónde edificios para sedes empre-sariales, de hotelería interna-cional y de torres country, asícomo también el anunciado–y por ahora postergado– pro-yecto Retiro.Retomando las sugerentesformulaciones de Gorelik(2004) podemos afirmar queestas mutaciones ocurridas enlos 90 integraron un auténtico“giro epocal” que modificó ten-dencias urbanísticas de largaduración en la historia porte-ña. En este sentido, desdeaquellos años y hasta la actua-lidad, se ha consolidado unnuevo modelo de planeamientode la ciudad caracterizado porel repliegue del Estado comoprincipal regulador/promotordel desarrollo metropolitano, ypor la realización de empren-dimientos de gran magnitudbajo el auspicio de inversionesprivadas.Esta verdadera urbaniza-ción del capital (Gorelik, 2004)viene afianzando una ciudadprincipalmente destinada aluso de sectores medios y altos,cuya lógica de producción es-pacial responde a las reglas derentabilidad inmobiliaria delcapital privado (arquitectos,financistas, empresarios de laconstrucción, promotores ydevelopers), aunque siempre(...) nos concentraremos entonces enel análisis de las representaciones yprácticas sociales desplegadas porlos residentes de un conjunto urbanodel suroeste porteño, a partir de unatriple caracterización de la noción delugar: el lugar utópico o planificado, ellugar tópico o vivido, y el lugarheterotópico o temido (...)polis del Primer Mundo hansido irremediablemente inter-pelados por el deterioro delespacio público, el aumento dela sensación de inseguridad3,el abandono de las viviendasde interés social y el incremen-to de la pobreza urbana, valedecir, de la población residenteen villas miseria, casas de in-quilinato, hoteles y pensiones,conventillos y casas tomadas.La ciudad que se constituyómirando a Europa, la excep-ción en el contexto latinoameri-cano, se encontró finalmente–parafraseando a Borges– consu destino sudamericano.4Es justamente en estos es-pacios urbanos devaluados–contracara de las transforma-ciones tan publicitadas con lasque abriéramos estas páginas–que proponemos detenernuestra mirada, con la finali-dad de reflexionar sobre la ma-nera en que los actores socialescomprometidos en la constitu-ción de estos escenarios localesconstruyen su peculiar sentidode la experiencia del lugar(Zukin, 1996).Para llevar adelante esteobjetivo general, el artículo senutre de un trabajo de campoantropológico –iniciado en2003 y aún en curso– que in-cluyó el relevamiento de dostipos complementarios de fuen-tes: por un lado, informacióncualitativa proveniente de ob-servaciones de campo y entre-vistas en profundidad realiza-das entre residentes de uncomplejo habitacional situadoen el barrio de Villa Soldati; ypor otro lado, datos secunda-rios referidos a nuestra temáti-ca de interés (artículos perio-dísticos, estadísticas, proyec-tos urbanísticos, etc.).A continuación, nos con-El enfoque biográfico interpretativo en la investigaciónsocio-históricaLa ciudad dentro de la ciudad: consideraciones sobre...AutoraMaría Florencia GirolaFacultad de Filosofía y Letras, UBA.Becaria de Posgrado / CONICET
image/svg+xml60centraremos entonces en elanálisis de las representacio-nes y prácticas sociales desple-gadas por los residentes de unconjunto urbano del suroesteporteño, a partir de una triplecaracterización de la noción delugar: el lugar utópicoo planifi-cado, el lugar tópicoo vivido, yel lugar heterotópicoo temido(Reguillo, 2003)5.1. El lugar utópicodelprogreso urbanoEl Complejo HabitacionalSoldati se levanta en un únicopredio emplazado entre lasavenidas Roca y Lacarra, y en-tre las calles Mariano Acosta yRodrigo de Triana –al lado delex Ferrocarril Belgrano–. Laimponente edificación, que serecorta en un barrio de casasbajas, forma parte de las vi-viendas de interés social cons-truidas bajo la modalidad delgran conjunto urbano.6El proyecto fue concebidopor el Ministerio de BienestarSocial a través de la Secretaríade Vivienda y del Banco Hipo-tecario Nacional, en el marcodel Plan Alborada y del Plande Erradicación de Villas deEmergencia (P.E.V.E.). El pri-mero de estos planes tenía porobjetivo principal cubrir el dé-ficit de viviendas entre los gru-pos de escasos y medianos re-cursos, mientras que el segun-do buscaba contribuir a la erra-dicación de villas en el ámbitodel área metropolitana de Bue-nos Aires.7La propuesta se concretóen el año 1971, mediante unllamado a concurso nacionaldestinado a profesionales ar-quitectos y empresas de laconstrucción. Las tareas se ini-ciaron en 1973, con el fin dealbergar a sectores populares ya sectores medios realojadospor obra pública. La proceden-cia de los primeros destinata-rios incluyó a empleados mu-nicipales, erradicados de laVilla 31 de Retiro y deconventillos de La Boca, entreotros:(…) yo me mudé al complejoen 1979, venía del Bajo Belgranoen donde alquilaba un departa-mento con mis viejos y hermanos.Durante el gobierno de Videla nossalió la posibilidad de acceder aun techo propio en los monoblo-ques y ni lo pensamos porque elprecio era muy accesible, casi re-galado. Si no nos íbamos igualnos hubieran terminado desalo-jando de Belgrano porque el ba-rrio se remodeló por completo…”(Fernando, 44 años, residentedel Complejo)8.(…) nosotros vivíamos enLavalle entre Pasteur y Uriburu,alquilábamos y en esa época esta-ba la circular 1050 que era la eta-pa de los desalojos y bueno, a no-sotros nos tocó como a tantos otrosla circular 1050 y bueno el BancoHipotecario estaba adjudicandodepartamentos, y nos anotamos ynos dieron éste…” (Patricia, 43años, residente del Complejo).Finalmente en 1978, entiempos de la dictadura mili-tar, concluyó la construcciónde las torres articuladas entrama y de las tiras en paraleloque le imprimen al Complejosu singular y laberínticafisonomía.9En tanto espacio promovi-do por el Estado, planificadopor un reconocido staff de ar-quitectos de la época y cons-truido con una tecnologíanovedosa para el momento, elemprendimiento fue original-mente concebido como lugardonde se concretaría una uto-pía urbana heredera de los va-lores de la modernidad(Ortiz, 2000).Por un lado, el Complejofue ideado como un objeto es-pecífico de planificación urba-no-arquitectónica, compacto einterconectado, un gran siste-ma bajo-alto en el cual losabundantes espacios verdes,las calles internas (peatonaleso vehiculares), los pasillos ylos puentes, aseguraban laconstante circulación de susresidentes.Acorde con los principiosarquitectónicos modernos, laconstrucción privilegió la sub-ordinación de la estética a lafunción, promoviendo una edi-ficación homogénea y geomé-trica, adornada exclusivamentepor el uso de colores fuertes(azul, ladrillo, amarillo y ver-de).10Por otro lado, se esperabalograr dentro del Complejo unaforma particular de urbanidad,vale decir, el establecimientode relaciones sociales basadasen actitudes de respeto y acep-tación, en principios de liber-tad e igualdad (Giglia, 2000).11Para fomentar los intercambiospacíficos –aunque no por ellosin conflictos– entre los diver-sos residentes, la convivencia yla participación social, los res-ponsables del proyecto inclu-yeron una escuela primaria, uncentro comunitario y dos pa-seos comerciales. Estos últimoscontarían con una ampliagama de rubros: panadería,ferretería, peluquería para da-mas y hombres, librería, confi-tería, sucursal del Banco Hipo-tecario Nacional, oficina decorreo, etc.:(…) tenías de todo adentrodel Complejo, farmacia, perfume-ría, supermercado, mercería, unamodista, donde nosotros estába-mos hasta teníamos laverap…”(Karina, 29 años, ex residente).
image/svg+xml61Como vemos, el proyectointentaba recrear todos loscomponentes de la ciudad mo-derna, al tiempo que aspirabaa generar poderosos sentidosde pertenencia entre sus habi-tantes. En los documentos vin-culados a la planificación ori-ginal que hemos relevado yanalizado, se consignabancomo objetivos: “…individuali-zar la vivienda dentro de unconjunto único y destruir laanomia mediante ‘la reproduc-ción del microclima urbano’,recurriendo a la calle, la plaza,el barrio, el circuito de com-pras y los ‘sitios de encuentrosocial’ y ‘cruce espontáneo’.Resumiendo las premisassociológicas, se buscó:- Materializar un único climaurbano en varias escalas, a sa-ber: la unidad de vivienda, lacalle, el encuentro de calles, lanoción de conjunto.- Individualizar la viviendadentro del conjunto creandosituaciones variadas en unaestructura general, económicay ordenada”. (ConjuntoHabitacional Soldati. PrimerPremio del Concurso Nacional,1973. El resaltado con comillases nuestro).De este modo, el lugar utó-picoo planificado funcionaríacomo una auténtica “ciudaddentro de la ciudad”, una vi-vienda social-modelo que recu-peraba los emblemas de la mo-dernidad urbana (la calle y laplaza, símbolos por excelenciade la convivencia democráticaen el espacio público), impul-sando el desarrollo de la zonasur:(…) y el hecho de que trajeranel complejo algo hizo de progresoal barrio porque el comerciante selevantó muchísimo, son muchosmiles de personas… vos imaginateque los comerciantes se fuerontodos para arriba (…) claro quedespués nos trajeron otros proble-mas… (Felisa, 65 años, vecinadel Complejo y residente del“barrio viejo”.)12No está de más recordarque la construcción de grandesconjuntos urbanos constituyóuna tendencia que se registróinicialmente en Europa y Amé-rica anglosajona (desde el pe-ríodo de entreguerras), y sóloposteriormente en Lati-noamérica, llegando a la Ar-gentina en forma relativamente(...) consideramos imprescindiblerecordar que para buena parte de sushabitantes, el traslado al nuevoconjunto fue forzoso, inscripto en elmarco del proyecto urbanísticovigente durante la dictadura militarbajo el lema de “merecer la ciudad”.tardía.13En todos los casos, losproyectos fueron producto deiniciativas públicas que procu-raban disciplinar a los sectoresasalariados moralizando suscondiciones habitacionales,testimonios de la fe en el pro-greso y en la capacidad de con-vivencia pacífica de distintossegmentos de la sociedad.La específica política devivienda desplegada por el Es-tado nacional –a través de susdiferentes organismos y agen-tes sociales– y materializadaen la realización del ComplejoHabitacional Soldati, aspirabaa modificar las pautas de vidade los grupos destinatarios,permitiendo el acceso a servi-cios urbanos y fomentando la-zos de integración social entrelos moradores y con lacomunidad.El mencionado proyectolocal –P.E.V.E.– se presentabasimultáneamente como un pro-grama habitacional y socialque procuraba colaborar en “laadaptación y ambientación dela población villera a la vidaurbana”. Tanto en la construc-
image/svg+xml62ción del Complejo Soldati comode otros conjuntos edificados,“el Estado privilegiaba la obrade arquitectura como posibi-litadora de modificaciones en lavida de los grupos usuarios”(Clichevsky y Abbá, 1980).(…) gracias a nosotros estebarrio [Villa Soldati] tuvo gas ytambién se asfaltó la avenida Roca(…)originalmente la idea de losedificios del complejo fue muybuena, el comienzo fue bueno, perodespués que nos pusieron acá nosdijeron arréglense como puedan ynadie supo cómo hacer… (Carlos,62 años, ex residente y actualtrabajador comunitario delComplejo).2. El lugar tópicoovivido: de proyectomoderno a símbolode estigmaEl trabajo de campo reali-zado en el Complejo Soldati hapuesto de relieve que las viven-cias, usos y apropiaciones–pasadas y presentes– de esteespacio por parte de los resi-dentes entrevistados, difieremuchas veces del lugar utópicoproyectado por los planifica-dores. La labor etnográfica nosha llevado, por lo tanto, acomplejizar nuestra visión sobrela base de la noción de lugar tó-picoo vivido, construida a partirdel análisis de las prácticas yrepresentaciones sociales denuestros interlocutores.En primer lugar, conside-ramos imprescindible recordarque para buena parte de sushabitantes, el traslado al nuevoconjunto fue forzoso, inscriptoen el marco del proyecto urba-nístico vigente durante la dic-tadura militar bajo el lema de“merecer la ciudad”.14Esta po-lítica de higiene y merecimien-to urbano incluyó la adopciónde medidas que crearon restric-ciones de acceso a la viviendapor parte de la población debajos ingresos, la erradicaciónviolenta de villas de emergen-cia en el contexto del comenta-do P.E.V.E., y la expropiaciónde inmuebles por construcciónde autopistas y recuperaciónde espacios verdes (cinturónecológico). Todas estas iniciati-vas tuvieron serias consecuen-cias sobre la distribución espa-cial y las condiciones de vidade los sectores populares enBuenos Aires y su área metro-politana (Oszlak, 1991):(…) vos volvé a mirar cómoson las calles, tienen una particu-laridad muy interesante de obser-var, si pasa algo acá adentro, conque pongan una tanqueta acá yotra acá [con relación a un pla-no del barrio]no sale nadie, osea está pensado también desde eselugar…(Mabel, 57 años, ex re-sidente del Complejo).(…) cuando hacías la mudan-za te custodiaba el ejército, teacompañaba hasta que guardabasla última cosa... cuando entrabas osalías del Complejo también tecustodiaba el ejército. Además lasmanzanas del Complejo estabanenrejadas, había solamente unaspocas entradas en donde teníasque mostrar los documentos…(Esther, 55 años, residente delComplejo).Junto con esta violenciainaugural –pensemos que mu-chos residentes conocieron susdepartamentos el mismo día dela mudanza–, también debe-mos tener en cuenta que elComplejo se erigió en una zonaaltamente devaluada de la urbe–el sur, en el límite con el Ria-chuelo–, con el fin de invisi-bilizar y disimular la pobreza,alejándola del centro porteño.En este sentido, todos los en-trevistados entretejen ciertosrecuerdos vinculados al dete-rioro ambiental del área, citare-mos uno a modo de ejemplo:(…) donde ahora está el Par-que Roca, había una quema debasura, el olor no era tan fuertepero lo realmente insoportableeran las moscas, se te venían todasjuntas en cuanto bajabas del colec-tivo en Roca y Acosta (…) tam-bién me acuerdo que por dondeahora pasa la autopista habíaaguas estancadas, le decían elpantano... (Rosa, 46 años, resi-dente del Complejo).La mudanza fue vivida demodo diferencial según la es-pecífica posición social/ eco-nómica/cultural de los sujetos,y sus diversas trayectorias re-sidenciales. Así, los entrevista-dos que se definieron comopertenecientes a la clase media,trasladados forzosamente, per-cibieron el cambio como unaimposición con su consecuentedescenso social. Por el contra-rio, moradores provenientes desectores populares y de situa-ciones habitacionales suma-mente precarias, se mostraronsatisfechos con el nuevo hogar,experimentando un ascensosocial posibilitado por la inter-vención del Estado:15(…) nosotros vivíamos enArenales y Carlos Pellegrini ycuando se modifica la 9 de Juliotiran abajo todas esas casas (…)cuando mi familia va a reclamarleal gobierno, creo que era IsabelPerón, le dijeron si te gusta vayanallá sino te quedás en la calle, nohabía mucha opción… (Karina,29 años, ex residente del Com-plejo).(…) nosotros veníamos de unconventillo de La Boca donde noteníamos agua caliente y compar-
image/svg+xml63tíamos el baño con otras familias.En La Boca las paredes eran demadera o chapa. Venir a Soldati,con paredes pintadas y de mate-rial, donde abrías la canilla ysalía agua caliente, era lo más (…)no todos los vecinos tuvieron lamisma experiencia, algunos ve-nían de Belgrano, donde alquila-ban, y el nuevo barrio no les gus-taba, no querían vivir con los ne-gros…(Tita, 44 años, ex resi-dente y actual trabajadora co-munitaria del Complejo).Mientras que algunos delos residentes originales quehemos contactado ya hanabandonado el complejo (aun-que conservan la propiedadpara su alquiler), otros perma-necen, al tiempo que se hansumado nuevos moradores.Hoy, tal como se desprende deltrabajo etnográfico, los habi-tantes del conjunto reconocendiversas ocupaciones:cosmetóloga, masajista, ama decasa, albañil, beneficiaria/o dePlanes Jefas y Jefes de Hogar,jubilada/o, empleada/o públi-co, modista, vendedor ambu-lante, docente, vigilador priva-do, remisero, comerciante, des-ocupada/o.Con relación al lugar utópi-code la urbanidad moderna ysus emblemáticos espacios pú-blicos, podemos hacer algunosseñalamientos a partir denuestras entrevistas y observa-ciones.Si bien el uso diurno de lascalles internas del complejo esintenso (escolares, operarios,transeúntes, etc.), muchos resi-dentes han manifestado efec-tuar recorridos limitados–generalmente por los mismoslugares– desconociendo así lamayor parte delemprendimiento. Asimismo,algunos de los espacios públi-cos compartidos han sidoresignificados mediante un usoque no era el originalmenteplanificado: predios verdesconvertidos en potreros parajugar al fútbol, playas de esta-cionamiento donde ensayanlas murgas, feria de vendedo-res ambulantes en la calle cen-tral del conjunto. Por último, seobserva un notable proceso deapropiación de áreas públicascon fines exclusivamente pri-vados: en los departamentos dePB que forman parte de las ti-ras de 4 pisos, por ejemplo,muchos residentes han avan-zado sobre el corredor común,cercando un patio que seautoadjudicaron como propio.(…) yo escribiría un libro delo que es el barrio en verano, elcalor saca la gente afuera, a lacalle, al pasillo, a tomar afuera,no sé, abrir la puerta a poner elbafle a todo lo que da, el verano esinsoportable, 2, 3 de la mañana lagente sigue afuera (…) la pelota,los gritos, la bicicleta, la patineta,la casa se prolonga afuera, por esote digo, saco bafle afuera y micasa se prolonga afuera, no im-portan los vecinos…(Liliana, 43años, residente del Complejo).La esperada sociabilidadmoderna –fundada en el respe-to al otro y la confianza– serevela, en la experiencia actualde los residentes, variada ycontradictoria. Para algunosde nuestros interlocutores, loRetomando a Goffman (1989) pode-mos señalar que el antaño símbolodel progreso y la modernidad urbana,el planificado lugar utópico, se haconvertido –desde la percepción demuchos de sus residentes y vecinos–en un símbolo de estigma. En estesentido, el hecho de residir en unconjunto habitacional de interés so-cial o en una “vivienda Fonavi”–comosuelen decir los residentes–, se havuelto una condición que inhabilita laplena aceptación social de los indivi-duos, levantando sospechas sobresus valores y comportamientos.
image/svg+xml64que podríamos llamar la “edadde oro” del complejo quedódefinitivamente en el pasado:Lila:Yo terminé el secundario yme hubiera gustado seguir Psico-logía pero la facultad está muylejos y el Complejo no es seguropara volver a la noche tarde, ade-más mi marido trabaja todo el díay no confío en los vecinos comopara dejar a mi hija.Fernando:La desconfianza es larelación que prima dentro delComplejo, como la gente buena ensu mayoría ya se fue, uno siempreestá a la defensiva, a ver cuándote van robar o se van a meter en tucasa…(Lila y Fernando, 42 y 44 añosrespectivamente, residentes delComplejo).Para otros, en cambio, to-davía persiste una forma sin-gular de urbanidad –basada enla solidaridad, las relacionesvecinales de ayuda mutua y lafuerte presencia de relacionesde parentesco–, que distingueal Conjunto Soldati:Liliana: Se muere una persona,por ejemplo, y los amigos de esapersona van departamento pordepartamento a pedir si podemoscolaborar con algo para el viudo,la viuda, la madre que se le murióel hijo, un pesito, lo que sea. Yocreo que en un edificio común deFlores, un edificio de departamen-tos, eso no sucede.Florencia:¿Y por qué pensás quepasa acá y no en un edificio deotro barrio?Liliana: Pienso que es porque pordonde vienen, yo creo que en la villalo han hecho, o sea, por ahí se matanpor boludeces pero en el dolor seunen, se unen… (Liliana, 43 años,residente del Complejo).(…) después de tantos años yano tenés más vecinos, acá son to-dos tíos y tías. La gente se conocióacá, se puso de novio y se casaroncon gente de acá. Yo me casé conun hombre del complejo y piensoque el día de mañana le puedepasar lo mismo a mi hija... (Tita,44 años, ex residente y actualtrabajadora comunitaria delComplejo.)16Por último, también pode-mos mencionar a aquellos nopocos habitantes que prefierenmantener relaciones socialesacotadas, restringidas a susvecinos más próximos, desa-rrollando todas sus activida-des fuera del Complejo (ocio,amistades, escolaridad de loshijos):(…) yo iba al secundario fue-ra de acá, mis amigas estabanafuera y yo en general no me dabacon la gente de acá, venía a casa,estaba en casa y me iba, me toma-ba el colectivo 115 y me iba, losfines de semana también (…) aho-ra tampoco soy de darme mucho,más que nada soy de saludar…(Patricia, 43 años, residente delComplejo).A pesar de estas experien-cias diferentes, todos nuestrosinterlocutores coincidieron enseñalar que el Complejo se hatransformado en una auténtica“zona roja” donde ni la policíani los prestadores de serviciosse animan a entrar (remises otaxis, ambulancias,recolectores de basura, técnicosde las empresas privatizadasde servicios, etc.):Fernando:La salita de salud quefunciona dentro del barrio no estálas 24 horas porque para la poli-cía se trata de una zona roja, losremises te llevan hasta Acosta yCruz, tampoco entran las ambu-lancias. Yo una vez tuve un picode presión una madrugada, y laambulancia entró con patrullerosy la médica subió con dos poli-cías.Carlos:Si decís que sos deSoldati no te dan trabajo...(Carlos y Fernando, 62 y 44años, ex residente y residente delComplejo, respectivamente).Retomando a Goffman(1989) podemos señalar que elantaño símbolo del progreso yla modernidad urbana, el pla-nificado lugar utópico, se haconvertido –desde la percep-ción de muchos de sus residen-tes y vecinos– en un símbolode estigma.17En este sentido, elhecho de residir en un conjun-to habitacional de interés so-cial o en una “viviendaFonavi”–como suelen decir losresidentes– se ha vuelto unacondición que inhabilita la ple-na aceptación social de los in-dividuos, levantando sospe-chas sobre sus valores y com-portamientos.18La situaciónresidencial de habitar enmonobloques opera como unatributo profundamentedesacreditador que estigmatizaa su portador, al tiempo queconfirma la normalidad y/oprestigio de los “otros”. Quere-mos destacar en este punto elcomponente relacional que en-traña la noción misma de estig-ma, ya que el atributo no eshonroso o ignominioso en símismo. Algunos de los testimo-nios recogidos pueden ilustrareste aspecto:(…) al barrio Soldati lo arrui-nó el complejo, yo calculo que endos años el complejo va a termi-nar siendo el Fuerte Apache de laCapital…(Manuel, 65 años,vecino del Complejo y residen-te del “barrio viejo”).(…) para la gente Soldati noexiste, es el Fuerte Apache19de la
image/svg+xml65Capital Federal, somos los olvida-dos (…) el Complejo tiene muymala fama, son todos unos negrosvilleros, ésa es la visión que setiene desde el afuera, más desdeque se pobló de bolivianos y pe-ruanos…(Liliana, 43 años, resi-dente del Complejo).Con relación a los vínculoscon los habitantes del “barrioviejo”, nuestra entrevistadaagregaba:(…) nosotros les compramosen los negocios, en las ferreterías,consumimos en el barrio y nuncanos tienen en cuenta para nada, yofui hace poco a unas reuniones quehicieron para organizar unoseventos y todo estaba en manos delos mismos viejos de siempre quelo único que quieren hacer sonmisas y cosas con la iglesia, no ledan cabida a nuestros jóvenes delbarrio…(Liliana, 43 años, resi-dente del Complejo).Para finalizar esta secciónquisiéramos llamar la atenciónsobre otro aspecto del lugartópicoo vivido que también serevela como fundamental, entanto fue señalado por todosnuestros entrevistados, ya seaque habiten dentro del comple-jo, trabajen en sus centros co-munitarios, o sean vecinos re-sidentes en el viejo barrio deVilla Soldati. Nos referimos ala “mezcla” de población quecaracterizó al emprendimientodesde sus inicios y que, segúnlos testimonios obtenidos, ha-bría repercutido desfavorable-mente en su evolución:(…) el problema de Soldatifue la mezcla: juntar gente de lavilla 31 con gente que sacaron desus casas para hacer una autopistapor ejemplo, los de la villa sonvilleros y van a morir villeros. Lamezcla fue un desastre, terminantodos manchados por culpa deunos pocos que hacen mucho lío…(Esther, 55 años, residente delComplejo).(…) el problema fue la mez-cla, trajeron gente de todos la-dos…(Ricardo, 58 años, traba-jador comunitario del “barrioviejo”).(…) lo que tuvo de malo elComplejo fue la mezcla, mezcla-ron gente con culturas muy dife-rentes, suponiendo que los de me-nos educación iban a progresarpor juntarse con los de más educa-ción…(Manuel, 65 años, vecinodel Complejo y residente del“barrio viejo”).En una ciudad de BuenosAires que siempre se ha pre-sentado como el gran escenariolatinoamericano de una valo-rada “mezcla de culturas”(Sarlo, 1988), las representacio-nes sociales negativas de nues-tros interlocutores sobre lamixtura socio-urbana resultanllamativas, revelando concep-ciones profundamentedeterministas y esencialistasde la cultura.3. El lugar heterotópicoo temido: del estigma ala relegación urbanaLa hegemonía del paradig-ma neoliberal implementado enel país mediante las leyes deReforma del Estado (1989), deReforma Económica (1989) y elPlan de Convertibilidad (1991),concretaron un modelo de so-ciedad crecientemente des-igual, caracterizado por unfuerte proceso desindus-trializador, altos niveles dedesempleo/subempleo y depobreza/indigencia.Desde mediados de la dé-cada del 90 ya se perfilaba unanueva cartografía social delpaís que revelaba la crecientedistancia existente entre in-cluidos y excluidos, imagenque sepultó el poderoso mitointegrador del progreso indefi-nido asociado a la presenciade una clase media cultural-mente homogénea, cuya expan-sión a lo largo del siglo XX ha-bía sido el rasgo distintivo de
image/svg+xml66la sociedad argentina en com-paración con los demás paíseslatinoamericanos.Como era de esperarse, niel barrio de Villa Soldati ni sucomplejo habitacional perma-necieron ajenos al generaliza-do proceso de empobrecimientoque experimentó la poblacióndel país. El concepto de lugarheterotópiconos permite, enton-ces, introducir el proceso decrisis socioeconómica y el dete-rioro/relegación que aquejanactualmente al conjuntoSoldati, así como también re-flexionar sobre ciertas prácti-cas y representaciones de susresidentes vinculadas al miedourbano.Conforme avanzaba la dé-cada del 90, Soldati asistió a laconstrucción del barrio RamónCarrillo (1991), con el fin deradicar a los ex habitantes delAlbergue Warnes. En 1996 secreó el comedor comunitarioLos Piletones para asistir a lacada vez más carenciada po-blación de la zona. Tambiéndebemos contemplar el creci-miento de la villa de emergen-cia Nº 3 (Villa Fátima), la villa1.11.14, y la instalación –en2001– de familias en un terre-no privado frente a la fábricaSuchard (Villa Dulce).En ese mismo año se pro-dujo la formación de un asen-tamiento sumamente precariodebajo de la Autopista “HéctorJ. Cámpora” (AU 7), en Avda.Roca y Avda. Lacarra, frente alComplejo Habitacional Soldati:(…) mirá yo fui una vez conel Dr. H. a pesar a los chicos queviven bajo autopista como unaactividad del programa de desnu-tridos y te digo que el ambiente esrepesado, después una vez volvi-mos a pesar y estaban a los tiros…(Jimena, 33 años, residente delComplejo).(…) hay colectivos que ya nopasan más por Lacarra porque lagente de bajo autopista los roba…(Abel, 56 años, residente delComplejo).En coincidencia con la for-mación de “bajo autopista”, elgobierno de la ciudad declaróla situación de emergencia am-biental y edilicia del ConjuntoSoldati; conformándose poste-riormente una comisión de ve-cinos electos por los residentescon el propósito de llevar ade-lante las tareas necesarias parareformar el Complejo, en cola-boración con el Instituto de laVivienda (ex Comisión Munici-pal de la Vivienda). El Comple-jo insume buena parte de losfondos públicos destinados ala rehabilitación de barriosporteños, los cuales se invier-ten, principalmente, en cuestio-nes fundamentales tales como:reparación y mantenimiento delos espacios compartidos (esca-leras, pasillos), problemas dehumedad y filtraciones (rela-cionados con caños maestros),arreglos en la red de agua ygas. Sin embargo, el deteriorourbano y edilicio avanza visi-blemente. Un entrevistado re-sumía de este modo las causasque, a su entender, llevaron al(…) yo vivo acá hace años, llego acualquier hora y nunca me pasónada, hay quienes te van a decirque el barrio se está fuerte-apachizando pero no es así, haygente buena y mala como en todoslados (…) hay que cuidarse comoen cualquier lado, de hecho yo veomás jóvenes tomando alcohol enlas esquinas del barrio viejo que enel Complejo…Complejo a su actual estado derelegación:(…) Soldati es un barrio olvi-dado y discriminado. Para la po-licía es zona roja por la peligrosi-dad, por eso la salita de salud noestá abierta las 24 horas y tampo-co tenemos ambulancia, ambascosas son muy necesarias. La sali-ta no podría abrir a la noche si noes con seguridad porque seguroque se robarían los medicamentos,además a la policía no le gustaingresar al Complejo, solamenteentra el grupo GEO. El barrio estácomo está por culpa del Estadoque se retiró, los gobiernos nacio-nales, los dirigentes ambiciosos ycorruptos del barrio y la gente queno hace nada... (Martín, 34 años,ex residente del Complejo yactual trabajador comunitario).En otro signo inequívocode crisis socioeconómica, mu-chos de los locales que forma-ban parte del planificado cen-tro comercial fueron ocupadospor familias que hoy los utili-zan como vivienda. Asimismo,el mantenimiento de los edifi-cios se ve dificultado por laausencia de administracionesy comisiones de consorcio (másque nada en las tiras bajas),por incumplimientos en elpago de las expensas (muy fre-cuente en las torres), y por faltade cuidado o deliberadadestrucción:(…) en mi edificio somos 35departamentos y si pagan 5 esmucho, así es imposible estar aldía con los arreglos. La gente nopaga ni las expensas ni los im-puestos (…) hace poco puse platade mi bolsillo para comprar untubo fluorescente que alumbraradonde están los ascensores, mimarido se va a trabajar a las 4 dela madrugada y sin luz eso erauna boca de lobo, está lleno de
image/svg+xml67chicos que se juntan a tomar y espeligroso…(Susana, 52 años,residente del Complejo y admi-nistradora de edificio torre).Como deja entrever estetestimonio, el miedo al peligrogenerado por situaciones deviolencia forma parte de lavida cotidiana de buena partede los residentes, afectando eluso de los espacios comunes,los recorridos realizados y lasformas internas de sociabili-dad. El miedo se puede definircomo el sentimiento que expe-rimenta un individuo ante elreconocimiento de un peligroreal o imaginario, producidopor estímulos o representacio-nes mentales que el sujetoidentifica como amenazantes(Niño Murcia, 2002).El temor se construye entorno a ciertas temporalidadesy especialidades concretas, yse corporiza sobre determina-das personas. La tarde nocheparece ser el momento más pe-ligroso de la jornada, y los es-pacios de circulación son losque generan mayor inseguri-dad. En este sentido, las obser-vaciones realizadas en el Com-plejo ponen de relieve que mu-chos de estos espacios (sobretodos los pasillos que conectana las torres o los corredoresdonde se disponen los departa-mentos) están jalonados porrejas y puertas con candados–ausentes en la construcciónoriginal y reglamentariamenteprohibidos– pero que fueron le-vantadas por los vecinos con pro-pósitos de control y seguridad.También surge de las en-trevistas que la peligrosidad seconcentra en lugares talescomo: playones de estaciona-mientos, espacios verdes inter-nos, y en los denominados“nodos” o “nudos”20, donde esfrecuente el pago de “peajes”:(…) te piden peaje, yo nuncalo pagué, ellos saben que conmigo,a mí plata no me pidas, si tengoun cigarrillo te lo doy no tengoningún problema, pero yo platano les doy, nunca les di plata:“tía, tía, una moneda”, “sabés queno tengo”, y está todo bien…(Liliana, 43 años, residente delComplejo).Creemos importante desta-car que si bien la tríada vivien-da de interés social-peligro-miedo fue mencionada por mu-chos residentes, hemos regis-trado matices y contradiccio-nes en torno a este duro núcleode sentido. Mientras que algu-nos entrevistados sostuvieronque cualquiera puede ser vícti-ma de la violencia, otros esti-man que cierto código, todavíavigente, protege a los residen-tes del Complejo:(…) yo me doy cuenta que amí no me hacen nada porque sabenque soy del barrio, que a veces lospibes se contienen porque uno ledice al otro che no le hagas nadaque es la madre de fulano…(Hebe, 66 años, residente delComplejo).Otros interlocutores, encambio, han cuestionado cier-tas visiones que, ancladas enla inseguridad, hegemonizanlos sentidos construidos entorno al Complejo:(…) yo vivo acá hace años,llego a cualquier hora y nunca mepasó nada, hay quienes te van adecir que el barrio se está fuerte-apachizando pero no es así, haygente buena y mala como en todoslados (…) hay que cuidarse comoen cualquier lado, de hecho yo veomás jóvenes tomando alcohol enlas esquinas del barrio viejo queen el Complejo…(Rosa, 46 años,residente del Complejo).La imagen de la ciudadcomo generadora de miedo seha convertido en una de lasescenificaciones que dominanlas representaciones socialesconstruidas respecto de lasmetrópolis latinoamericanas.Esta visión responde en parte alos hechos de violencia que sepresentan a nivel cotidiano, yen gran medida al imaginariocreado por los medios masivosde comunicación, y otros meca-nismos más informales (talescomo el chisme o rumor, losencuentros y charlas con fami-liares y amigos), reforzando asíla idea de urbe peligrosa yamenazante.En el lugar heterotópicootemido, la peligrosidad tomaprincipalmente cuerpo en la figu-ra de los jóvenes, excluidos delempleo, la escolaridad y cualquiertipo de contención social:(…) acá hay mucha drogadic-ción, continuamente hay olor aporro, a cualquier hora, a las nue-ve de la mañana, a las cinco de latarde, a las dos de la tarde, les dalo mismo, se pasan toda la noche,también bueno, toman mucho, chi-cos jóvenes, chicos de 20 años…(Patricia, 43 años, residente delComplejo).Para finalizar esta secciónquisiéramos hacer referencia almodo en que los residentescontactados vivieron las jorna-das de protesta social de losdías 19 y 20 de diciembre de2001. En esta particular coyun-tura, los sentimientos de temorque integran la vida cotidianade buena parte de los habitan-tes del Complejo Soldati seagudizaron, manifestándosemiedos extracotidianos o ex-traordinarios:(…) vos no sabés lo que fueesto, acá adentro no, todos los
image/svg+xml68almacenes, viste Ronor, se ensaña-ron con Día, fue con el que más seensañaron (...) y ahí me di cuentatambién la cantidad de gente ar-mada que hay en este complejo.Porque la misma policía creaba elmiedo de decir “métanse en suscasas que viene de la villa de, eh...la Carlos Gardel a tomar los de-partamentos”. ¡Mentira! Lo quequerían era que la gente se metaen la casa y no salga ¿si? Bueno,chicos, gente, adolescentes, gran-des, apostados en los techos, ar-mados, para cuidar sus casas…(Liliana, 43 años, residente delComplejo).(…) no sabés lo que era acá,una batalla campal, me asusté malesa vez, porque no sabés la gente,¡mujeres, niños, de todo! cómoiban y venían con las cosas quesaqueaban, entraba la policía conlos perros, y entraron con ¿vistelos caballos? (…) había un rumorde que los de Fuerte Apache ve-nían a saquearnos a nosotros, haybronca parece, ¡no sé como es!,entonces los de Fuerte Apache ve-nían a saquear a Soldati (...) esoseran los rumores, porque en esaépoca hubo en toda la ciudad ru-mores de tiroteo, de saqueo, enton-ces los mismos de Soldati ¿viste?,las barras bravas de Soldati esta-ban todos así, con unos bastonesasí esperando a los de Fuerte Apa-che…(Patricia, 43 años, resi-dente del Complejo).A modo de cierreEn tanto todo proceso so-cial está anclado en un tiempoy un ámbito concreto, nuestrotrabajo ha procurado avanzaren la reflexión sobre las prácti-cas y las representaciones des-plegadas por aquellos indivi-duos involucrados en la cons-titución de un peculiar espacioresidencial porteño. Másespecíficamente, nuestro inte-rés se ha concentrado en tornoa la manera en que los residen-tes del Complejo HabitacionalSoldati construyen su singularexperiencia del sentido dellugar.El recurso al concepto delugar nos ha permitido com-prender los diversos modos enque sujetos sociales concretos–locales y localizados– utili-zan/recorren/significan el es-pacio que habitan. Las nocio-nes de lugar utópico, tópicoyheterotópico, han puesto de re-lieve las diferentes, contradic-torias y superpuestas configu-raciones del lugar que convi-ven en un mismo contextourbano.Así, el Complejo Soldati hasido analizado como un expo-nente típico de los ideales de lamodernidad, al tiempo que he-mos desagregado y confronta-do esta utopía urbana con ellugar vivido y temido que sedesprende del decir y el hacerde los residentes contactadosdurante nuestro trabajo decampo. En este sentido, consi-deramos que la pregunta por eluso y la apropiación diferen-cial que los sujetos realizan delos espacios en los que trans-curren sus vidas cotidianas,permanece como un interro-gante relevante para el análisissocial.En este trabajo tambiénhemos construido una visiónde la ciudad que contempledistintos niveles de análisis,incluyendo la producción de lourbano a través de políticasestatales específicas que plani-fican y gestionan la metrópolis,así como también de los hom-bres y mujeres que “hacen”ciudad desde sus lugares deresidencia.Por último, a lo largo deestas páginas hemos intentadopermanecer fieles a dos precep-tos del enfoque antropológicotal como lo entendemos.Retomando los planteos deRockwell (1989), hemos reali-zado un trabajo etnográfico dedescripción y análisis de unaproblemática social recortadaen el ámbito de la vivienda ydelimitada en espacio-tiempo,
image/svg+xml69NOTAS1Creado en 1972, el FONAVI fue responsable de la construc-ción de viviendas multifamiliares, obras de infraestructura yequipamientos comunitarios para la población de menoresingresos. Los recursos del organismo eran administrados por elBanco Hipotecario Nacional, mientras que la Secretaria deVivienda diseñaba y evaluaba técnica y financieramente losproyectos posteriormente ejecutados por los Institutos Provin-ciales de Vivienda. Con la federalización del FONAVI y laprivatización del BHN en los 90, se recortó el accionar de lasprincipales entidades vinculadas a la instrumentación de polí-ticas públicas de vivienda.2El traspaso de las empresas estatales prestadoras de servi-cios urbanos básicos a manos privadas es otra importantetransformación que se inscribe en la nueva modalidad de ges-tión urbana inaugurada en los 90. Bajo este modelo, las políti-cas públicas que apuntaban a la satisfacción del interés gene-ral cedieron terreno frente a empresas que regularon el accesode la población a los servicios según criterios exclusivamentemercantiles, agudizando así procesos de desigualdad y segre-gación socioespacial.3Coincidimos con Sarlo (2001) cuando señala que si bien esprobable que la violencia urbana haya aumentado, más se haacrecentado la sensación de inseguridad, permanentementeescenificada y alimentada por los medios de comunicación.4Borges, J. L. “Poema Conjetural”. En: El otro, el mismo(1964).5 En un trabajo anterior hemos recurrido a esta interesanteconcepción tripartita para analizar el fenómeno de lasurbanizaciones cerradas bonaerenses (Girola et al., 2003).Como en aquella oportunidad, la noción de lugaraquí utiliza-da no sólo remite a un ámbito físico, sino al conjunto de rela-ciones sociales que los sujetos tejen entre sí, y con el espacio enel cual y por el cual interactúan.6 Este formato de pabellón y/o torre –Soldati, Lugano I y II,Piedrabuena, etc.–, se institucionalizó como modelo arquitec-tónico durante las décadas de 1960-80, disminuyendonotablemente desde el regreso de la democracia en 1983.7El P.E.V.E. no fue el único programa de viviendas queconoció la Argentina en los años 1960-1970, sino queconstituyó una particular política habitacional vigente desde1967, tras las inundaciones que afectaron al Gran Buenos Airescomo producto del desborde de los ríos Matanza y Reconquis-ta (Clichevsky y Abbá, 1980).8Para resguardar la identidad de nuestros interlocutores he-mos cambiado sus nombres originales.9Algunos datos cuantitativos pueden darnos una idea de lamagnitud de la obra: 3.200 viviendas con redes de infraestruc-tura y equipamiento comunitario para una población estima-da en 17.880 personas. El conjunto se organiza en sectores osistemas bajos (los primeros en levantarse) y altos. Los bajosincluyen 4 barrios conformados por un total de 1.400 vivien-das dispuestas en tiras de 4 pisos (PB y 3 más sin ascensor,con calles peatonales entre las filas de bloques unidos porpuentes-escalera circulatorios). Los sectores altos están confor-mados por 1.800 viviendas (torres de 10 o 15 pisos con ascen-sores que paran cada 3). En ambos casos, los departamentososcilan entre los 2 y 5 dormitorios.10En este punto recuperamos la distinción entre urbanismo yarquitectura establecida por Hall (1998). Mientras que el pri-mero remite a la planificación de los espacios teniendo encuenta la distribución de la población, los usos del suelo, lacontaminación, etc., la arquitectura hace referencia a la formavisual y estética de las construcciones.11Desde sus orígenes, el concepto de ciudad ha estado relacio-nado con la experiencia de la alteridad, del otro sociocultural, concon el propósito de dar cuentade su particularidad.21Siguiendo a Ginsburg(1998) hemos procurado reco-nocer las pluriperspectivas denuestros interlocutores, reco-nociendo la heterogeneidadconstitutiva de todo universosocial y evitando la reproduc-ción de estereotipos.
image/svg+xml70BIBLIOGRAFÍAClichevsky, N. y A. Abbá (1980), “Diseño y modo de uso delos conjuntos habitacionales”, en Revista AmbienteNº 22, Bue-nos Aires.De Garay, G. (2004) Modernidad habitada: Multifamiliar MiguelAlemán, ciudad de México, 1949-1999, Instituto Mora, MéxicoDF.Giglia, A. (2000) “¿Es posible la urbanidad en lasmegaciudades?”, Préactes du séminaire PRISMA-3, Toulouse.Ginsburg, F., “Cuando los nativos son nuestros vecinos”, enBoivin, M.; A. Rosato y V. Arribas (1998), Constructores deotredad. Una introducción a la Antropología Social y Cultural,Eudeba, Buenos Aires.Girola, M. F. (2003), “Desarmando la utopía. Urbanizacionescerradas del Gran Buenos Aires”,en Actas de las 6ª JornadasRosarinas de Antropología Sociocultural, Argentina, en colabora-ción con M. Lacarrieu y A. Murgida.Goffman, E. (1989), Estigma. La identidad deteriorada,Amorrortu, Buenos Aires.Gorelik, A. (1997), “Buenos Aires en la encrucijada: moderni-zación y política urbana”, en Gorelik, A. 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(1988), Una modernidad periférica: Buenos Aires 1920 y1930, Buenos Aires, Nueva Visión.Sarlo, B. (2001), Tiempo Presente. Notas sobre el cambio de unacultura, Buenos Aires, Siglo Veintiuno.Velázquez, M. (2002), “Politikon o algunas notas sobre laideología urbana porteña”, en Laciudad en cuestión. Nuevoslugares, viejos espacios,Cátedra Walter Gropius/FADU-UBA-DAAD, en prensa.Zukin, S. (1996), “Paisagens urbanas pós-modernas:mapeando cultura y poder”, Revista do Patrimonio Histórico eArtístico Nacional, Rio de Janeiro, IPHAN.el cruce de sujetos heterogéneos en el espacio público. El en-cuentro entre personas diferentes y desconocidas, constituyeuna situación típica de la experiencia urbana moderna, enespecial de las ciudades industriales de los siglos XIX y XX. Eneste sentido, el concepto de urbanidad remite tanto a ciertascualidades de la vida urbana (heterogeneidad de funciones ypersonas), como a las formas de sociabilidad y comportamien-to propio de las metrópolis (Giglia, 2000).12Nombre mediante el cual los residentes del complejo se refie-ren al barrio de Villa Soldati que los contiene.13En la ciudad de México, por ejemplo, el primer proyectomoderno de estas características –el Centro Urbano PresidenteAlemán, más conocido como “Multifamiliar Miguel Alemán”–fue inaugurado en 1949 (De Garay, 2004).14“La ciudad no es para cualquiera. Para vivir en Buenos Aireshay que merecer la ciudad”. La frase, que pertenece al ex in-tendente de facto Dr. Del Cioppo, sintetiza la concepción auto-ritaria del espacio urbano que primó durante el Proceso deReorganización Nacional (1976-1983). El gobierno de factodesplegó una brutal política de reubicación de los sectorespopulares, ya sea en complejos habitacionales como el queaquí nos convoca, o mediante su expulsión hacia la periferiabonaerense.15Como ya mencionáramos, el Conjunto Urbano Soldati fueproducto de una iniciativa pública, probablemente de las últi-mas grandes intervenciones de un Estado de pseudobienestaren materia de vivienda social.16No solo es común la formación de parejas entre residentesdel complejo, sino que también es frecuente que los integrantesde una misma familia se muden dentro del mismo.17“Los griegos crearon el término para referirse a los signoscorporales que indicaban el bajo status moral del portador, aquien debía evitarse especialmente en los lugares públicos. Enla actualidad, la palabra es ampliamente utilizada con unsentido bastante parecido al original, pero con ella se designapreferentemente al mal en sí mismo y no a sus manifestacionescorporales. Además, los tipos de males que despiertan preocu-pación han cambiado” (Goffman, 1989).18Esta reflexión también podría hacerse extensiva a los habi-tantes de villas de emergencia, asentamientos, casas tomadas,u otras formas del hábitat popular.19La referencia a Fuerte Apache ha sido recurrente durantenuestro trabajo de campo. Tal es el nombre con el cual se cono-ce al barrio “Ejército de Los Andes” o “Conjunto CiudadelaI y II”, monobloques situados en el partido bonaerense de Tresde Febrero, y construidos por la misma firma de arquitectosque realizó el Complejo Soldati –de hecho la similitud arqui-tectónica de los edificios es notoria–. La “fama” de barriopeligroso e irrecuperable llegó a su punto máximo cuando fue-ron demolidas algunas de sus torres. Actualmente, la seguridaddentro de este complejo está en manos de la Gendarmería.20Los nudos conforman corredores circulatorios que –mediantepuentes– conectan a cuatro torres altas (una de 15 pisos, otrade 10, y dos bloques variables que pueden llegar a los 9 pisos),otorgándole al complejo un perfil peculiar e inconfundible.21 “A pesar de toda la reflexión crítica y los problemas depolisemia, conservo la palabra etnografía. Proviene de la antro-pología, donde tiene varios sentidos, de los cuales retomo elque se refiere al proceso y al producto de investigacionesantropológicas sobre realidades sociales delimitadas en tiempoy espacio, cuyo fin es la descripción –grafía– de su particulari-dad –etnos– en el sentido de otredad” (Rockwell, 1989).
image/svg+xml71traduccionesA cidade dentro dacidade:considerações sobreo avanço dosprocessos de relegourbano na Cidadede Buenos AiresMaría Florencia GirolaO trabalho de oficina sobre História Oralandina, foi uma tentativa de por emprática as exigências na recuperação dosmovimentos indígenas. Foram avaliadosneles os comportamentos e práticasquotidianos, sem esquecer que a brechaentre o que se diz e o que se faz é umtraço central da ação política.Assim, a história oral india permitedescobrir as percepções sobre a ordemcolonial e os requisitos morais que delasurgem sendo a crítica feita não somenteà ordem, mas à toda idéia acidentalsobre a história.La ville dans la ville :considérations surl'évolution desprocessus derelégation urbainedan la Ville de BuenosAiresMaría Florencia GirolaDans cet article, nous centrons le regarddans une modalité d'habitation qui arépondu à une politique spécifique delogement social en vigueur dans les années70, fondée sur la construction de grandsensembles urbains et sur le rôle de l'État entant que producteur de ville. Ce travail faitpartie d'une recherche socio-anthropologique sur des processus deconstitution de l'urbanité dans des espacesrésidentiels de la ville moderne, notamment,dans un complexe de loyers situé dans lequartier porteño de Villa Soldati. Il est doncintéressant de rendre compte de l'évolutiondes processus de relégation urbaine dans cesingulier logement d'intérêt social, tout enobservant son passage de symbole deprogrès à symbole de stigma.The city inside thecity: considerationson the advance of theprocesses of urbanrelegation in theCity of BuenosAiresMaría Florencia GirolaAlong this article, we concentrate the lookon a residence modality that responded toa specific politics of effective social housingin the years´70, based on the constructionof big urban groups and in the roll of thestate as a producer of city. The work is partof a social and anthropological investigationon processes of the constitution of theurban residential spaces in the modern city,concretely, in a complex housing located inthe Buenos Aires neighbourhood of VillaSoldati. It interests, then, to explain theadvance in the processes of urban relega-tion in this singular housing of social inter-est, focusing to their passage from symbolof progress to stigma symbol.70