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VIII Encuentro Nacional
y II Congreso Internacional de Historia Oral
de la República Argentina
Las fuentes orales:
su aplicación en Educación,
Investigación y Gestión
4
E N C U E N T R O S
Conferencia de Josefina Cuesta.
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“fuga” al exterior de muchos de
nuestros mejores pensadores.
La Manzana de la Luces fue
un espacio privilegiado para
tomar contacto con los fantasmas
de otros tiempos. Quizás hayan
sido ellos quienes nos protegieron
casi completamente de la lluvia
anunciada para los tres días.
Pudimos así disfrutar del patio
abierto donde la segunda tarde
celebramos los 10 años de
publicación de esta revista con
una enorme torta compartida con
viejos y nuevos responsables
editoriales, autores, participantes,
y esos visitantes ocasionales que
nunca faltan en esta ciudad de
grandes contrastes cuando se trata
de disfrutar una merienda gratis.
La historia lo atravesó todo.
La serena arquitectura del XVIII
el 3 al 5 de octubre tuvo lugar
el VIII Encuentro Nacional y
II Congreso Internacional de
Historia Oral de la República Ar-
gentina organizado por el
Instituto Histórico de la Ciudad de
Buenos Aires y el Programa de
Historia Oral de la Facultad de
Filosofía y Letras de la
Universidad de Buenos Aires.
La programación se
desarrolló puntualmente en un
clima de cordialidad y alegría.
Participaron más de 300 personas
entre las que se contaban
especialistas, docentes y alumnos
de varios países que aportaron sus
saberes y experiencias. La
curiosidad y el entusiasmo de la
concurrencia demostraron, una
vez más, que la historia oral es
una metodología-herramienta de
gran valor para investigación.
El lugar elegido fue la
Manzana de las Luces, emplazada
en pleno casco histórico de la
ciudad. El sitio ha tomado ese
nombre en referencia a la
Ilustración y en honor a las
instituciones culturales que a lo
largo de nuestra historia ocuparon
esas instalaciones: la comunidad
jesuítica con su iglesia y colegio en
el siglo XVII, la Legislatura,
Archivo y Universidad en el XIX, y
finalmente, las universidades
Nacionales de Ciencias Exactas y
Arquitectura en el siglo XX. Esas
“luces” se apagaron la “noche de
los bastones largos”, el 29 de julio
de 1966 cuando la policía de la
dictadura de Onganía desalojó a
alumnos y docentes de la
universidad, provocando la
D
dio marco a la presentación de
numerosas investigaciones sobre
el siglo XX, ni más ni menos que el
siglo más violento de la historia.
El tema de este año “Las
fuentes orales. Su aplicación en
Educación, Investigación y
Gestión” convocó alrededor de
400 participantes nacionales y
extranjeros, entre los cuales se
destacó la populosa comunidad
brasileña, con 47 miembros. Se
presentaron más de 160 trabajos
distribuidos en comisiones con
distintos subtemas: “Trabajo,
protesta y acción sindical”,
“Educación e Historia Oral”,
“Prácticas políticas y partidos
políticos: conflictos y
trayectorias”, “Experiencias
militantes, solidaridad y exilio”,
“Problemas teóricos y
metodológicos”, todas ellas con
cuatro reuniones cada una;
“Historias barriales y locales:
identidades conflictos y
Muestra de
Voces Recobradas.
Proyección de “El Tucumanazo”.
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recuperación de la memoria”
contó con seis reuniones;
“Migración e inmigración”, “Arte
y cultura: Representación y memo-
ria”, “Patrimonio, gestión y
formación de archivos”, con dos
reuniones cada una.
Completaron el programa
académico dos conferencias a
cargo de invitadas especiales
provenientes del exterior, Sonia
María de Freitas de Brasil y
Josefina Cuesta de España.
Sonia María de Freitas
(Universidad de San Pablo) es
directora del Memorial de
Emigrante de São Pablo. Nos
demostró que la historia oral se
constituye en una herramienta
imprescindible a la hora de
construir el archivo oral de un
museo contemporáneo sobre
inmigrantes. Sus dificultades,
desafíos y resultados fueron
expuestos en un portugués más
rico que la traducción española
que intentamos realizar. Este
museo cumple así la tarea de
restituir esas identidades
marginadas y les devuelve sentido
de pertenencia a los descendientes
que se encuentran representados
en ese lugar paradigmático que
tiene sus correlatos en nuestro
Hotel de Inmigrantes o la Ellis
Island norteamericana.
Josefina Cuesta (Universidad
de Salamanca) asumió de la difícil
tarea de conceptualizar los
distintos tipos de memoria y las
dificultades epistemológicas y
metodológicas de su tratamiento.
Nos regaló anticipos de su
próximo libro
La odisea de la memo-
ria
y demostró en el abordaje de
cada tema, la estrecha relación
entre su calificado conocimiento, y
el compromiso político y cívico. Su
exposición clara y amena fue una
invitación al trabajo y la reflexión.
El cierre del Encuentro estuvo
también atravesado por el espíritu
festivo. El equipo artístico
comunitario Caminarte nos contó
la historia de Villa Gesell, ciudad
balnearia de la provincia de
Buenos Aires, en una suerte de
teatro, ópera, danza y poesía. La
entrega de certificados tuvo lugar
en uno de los más bellos salones
de la nueva Legislatura de la
Ciudad de Buenos (construida en
1920). Allí Dora Bordegaray,
historiadora devenida notable
cantante recreó la Buenos Aires de
1930 mediante temas bien
seleccionados y articulados en el
espectáculo histórico musical
“Reina del Plata”.
En resumen, aprendimos, nos
enriquecimos y lo que es menos
común, la hemos pasado muy
bien. Eso se notó: una corriente de
afecto recorrió el Encuentro y
todos nos sentimos en familia.
Más de 160 trabajos y
variadas temáticas
La cantidad y variedad de
trabajos presentados hacen
imposible una síntesis en tan
breve espacio. Sólo podemos
mencionar algunos que dan
cuenta de la riqueza que nos
ofrecieron.
En la mesa “Historias
barriales y locales identidades:
conflictos y recuperación de la
memoria” coordinada por Lidia
González, varias de las ponencias
presentadas forman parte de tesis
Proyecto “Caminarte”.
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doctorales o de proyectos de
cátedras de diversas
Universidades de Brasil (Brasilia,
Minas Gerais, Goias, Rio Grande
do Sul). Uno de los puntos de
convergencia fue el enfoque sobre
las transformaciones del espacio
urbano y su incidencia en las
diferentes realidades locales. El
territorio, tratado como un espacio
de interacción entre los primeros
habitantes y los que van llegando,
está en el origen de barrios o pue-
blos cuyas historias son
recuperadas a partir de las
entrevistas en varios de los
trabajos presentados. Christiane
Machado Coelho trabajó sobre la
historia de Vila Planalto, surgida
como campamento para los
obreros que trabajaron en la
construcción de Brasilia y que, a
pesar de ser considerada
patrimonio histórico, es
actualmente una especie de
ciudad aparte, desmembrada del
centro de la ciudad, periférica y
desprestigiada respecto del
distrito federal. Por otro lado,
Maria Selete Kern Machado
recupera a través de la literatura,
las imágenes y representaciones
que en el imaginario colectivo
identifican a la ciudad de Brasilia.
Otra ciudad y otras
vivencias nos propuso Juliana
Lemes Inacio en su
investigación sobre
Uberlandia, un poblado
habitado por trabajadores
traídos desde otras localidades
para la extracción de resinas
en Minas Gerais. De sus
memorias emergen las
relaciones de poder y las
tensiones sociales que le
imprimen a la ciudad una
identidad particular.
Desde el Estado de Goias,
Silvia Clímaco Mattos presentó los
relatos del desarrollo y la
inserción en la región de Vila
Nova, una ciudad obrera
construida en un “espacio vacío”.
Finalmente, el trabajo de Liana
Souto Correa sobre la base de
entrevistas a portadores de HIV en
Pelotas, Río Grande do Sul,
analiza las nuevas prácticas
sociales a partir de la enfermedad
y su relación con el entorno.
También se abordaron temas
relacionados con identidad y
discriminación en otras mesas
donde barrios, provincias,
regiones o plazas se cargan de
significados y convierten en
lugares de representación
simbólica frente a los “otros”. Se
trata de historias locales que
permiten suponer la existencia
de muchos “otros”: inmigrantes
y criollos, pioneros y recién
llegados, aborígenes y
expedicionarios expropiadores.
En “A nosotras nos
protegían de los criollos”,
Susana Delgado parte del
análisis de una fotografía fami-
liar y del relato de una de los
integrantes de una familia de
origen italiano asentada en la
Colonia Bajo Hondo, cerca de
Resistencia, Chaco, para
recuperar el tipo de lazos
familiares y su relación
conflictiva con el entorno criollo.
Lidia González, Daniel
Paredes y Marcela Vilela,
integrantes del IHCBA,
presentaron “Buenos Aires al
sur. Nostalgias de un pasado
barrial”, donde abordaron la
añoranza por lo perdido en
relación con el barrio. Los
“primeros” frente a los “nuevos”
y el barrio como un “conjunto de
muchachos trabajadores” se
convierten en ejes de una
caracterización “obrera” de la
zona sur sobre la que impactan
las crisis laborales. En este caso,
el barrio es el parámetro espacio-
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temporal que recorre el relato de
los entrevistados, permitiendo
abordar la añoranza de lo
perdido desde el concepto del
trabajo.
Ricardo D. Fuentes, bajo el
título “Soy (el caballo) de Roca”,
nos propone desde Bariloche
analizar los lugares de la memo-
ria, los monumentos de
representación simbólica y su
repercusión en el entorno y la
población. Los testimonios
analizados dejan en evidencia la
relación entre distintas memorias
sociales y problemas actuales.
En resumen, la historia local
sigue ocupando un lugar
importante en las investigaciones
porque da cuenta del modo en
que, a partir de las memorias de
los diferentes espacios, se
construyen los conflictos del
recuerdo y la rememoración, los
cruces del pasado y el presente.
En una de las mesas sobre
“Experiencias militantes,
solidaridad y exilio” que coordinó
Daniel A. Paredes, se presentaron
trabajos sobre variados temas:
“Fuenteovejuna en la pampa
gringa: la pueblada de San Genaro
(Santa Fe, 1958)”, de Daniel
Plotinsky; “Procesos de
organización social y cambio en
las subjetividades: comunidades
eclesiales de base y asentamientos
en Quilmes en 1981”, de S.
Fontana y F. Raimondo; “Ante el
vuelo del cóndor, la necesidad de
un refugio: el asilo político
argentino” de Araceli Leal Castillo
y “La fraternidad en medio de la
tempestad…”, de Patricio Rice.
También en la mesa
coordinada por Pablo Pozzi,
“Prácticas políticas y partidos
políticos: conflictos y
trayectorias”
,
se evidenció que la
preocupación por el tema de las
prácticas políticas no reconoce
fronteras. Algunos de los temas
abordados fueron: “El caciquismo
en Gran Canaria: una
aproximación a través de las
fuentes orales”, de Luisa
Monteiro; “Fragmentos y escenas
del peronismo en el partido de La
Matanza 1945-1962”, de G.
Médica y N. Re; “Entrevistas con
militantes del trotskismo de los
años 60 y 70: Reflexiones acerca
de cuestiones de género, inserción
en la clase obrera y vida
partidaria”, de Alicia Rojo y “Los
actos interpretativos y
procedimientos narrativos y
simbólicos que empiezan de las
memorias en la revuelta
comunista de Fernandópolis en
1949”, de Vagner Moreira.
La mesa “Educación e
Historia Oral” se destacó por su
composición latinoamericana. Se
expusieron trabajos como el de
Dora Bordegaray en “Reina del Plata”.
Ruben Kotler, Liliana Barela y Josefina Cuesta.
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NOTAS
1
Colaboraron también Silvana Luverá,
Juan Manuel Amieva y Eugenia
González Moss.
2
El equipo de realización del video estu-
vo integrado por: Marisol Cortez
Rodríguez, Luis Alfredo Gutiérrez,
Lorena Toconaz, Adriana Virgo y la
colaboración de Cynthia Báez.
Deyanira Daza, sobre la creación
de archivos orales escolares en
Colombia y su narración sobre
experiencias en Ciudad Bolívar,
una de las zonas más postergadas
de Bogotá, la presentación de
Mirna Pizarro sobre su trabajo con
alumnas en Magallanes (Chile)
casi al borde del fin del mundo, o
experiencias locales como la de
una institución centenaria de
Buenos Aires. Una de las riquezas
de este espacio residió en el debate
que se produjo sobre la carrera
docente y el compromiso militante.
Pusieron también de manifiesto,
los resultados tangibles que la
práctica de la historia oral aporta
a la educación. Si bien se tuvieron
en cuenta el papel y la
importancia de la investigación y
la gestión, los proyectos
educativos se destacaron por sus
resultados más inmediatos,
evidenciando el potencial de la
historia oral como herramienta en
la transformación de las
situaciones sociales, tales como la
restitución de identidades robadas
o despreciadas, mandatos
encubiertos, de historias oficiales
transmitidas en ritos de
conmemoración y monumentos.
Merece una mención la mesa
integrada por los participantes del
proyecto “La historia salva la
vida”, coordinado por Clelia
Tomarchio y Mercedes Miguez. Se
trata de un proyecto que lleva dos
años de vida y del que participan
jóvenes del Bajo Flores. Se ha
trabajado sobre la base de
entrevistas de historia oral, y en su
última etapa se llevó a cabo una
capacitación en realización de
video documental a cargo de
María Elina Méndez y Virginia
Pérez.
1
Allí los jóvenes
presentaron su propio video,
donde demostraron el nivel
técnico alcanzado en la
capacitación, a la vez que su
creatividad y su compromiso con
el trabajo y los problemas que
afectan su entorno.
2
Esperamos que estas pocas
menciones den una idea del
interés y la variedad de las
experiencias presentadas en el
Encuentro. Lamentamos carecer
de espacio para nombrar muchas
otras, y agradecemos a todos y
cada uno de los autores que nos
permitieron compartir los
resultados de su trabajo.
Conferencia de Sonia María de Freitas.
Festejo por los 10 años de
Voces Recobradas.
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10
VIII Encuentro Nacional
y II Congreso Internacional de Historia Oral
de la República Argentina
La historia oral
iberoamericana
a historia oral se consolidó como movimiento
historiográfico en la década del 80, en torno a reflexiones
teóricas sobre experiencias desarrolladas en las décadas
anteriores. Desde los años 50 se formaron archivos de
entrevistas a personas famosas y su entorno en EE.UU., y
en los años 60 la práctica se extendió a los actores sociales
anónimos. En la década del 70 pasa a Europa y se
desarrolla fuera de los ámbitos universitarios.
El término historia oral es una marca, no define
un concepto. En verdad, hacemos historia a secas, y
en nuestra práctica construimos nuevas fuentes, que
son orales.
En estos últimos años, los estudios sobre la memoria y
los aniversarios o conmemoraciones despertaron un de-
bate teórico a la hora de recordar episodios políticos
traumáticos. Esto es especialmente relevante en América
latina del siglo XX, prolífica en gobiernos dictatoriales y
terrorismo de estado, y donde las investigaciones sobre
historia reciente produjeron una creciente demanda de
fuentes orales, que en estos casos no sólo son posibles sino
irreemplazables.
Por eso, creímos importante aprovechar, en el VIII
Encuentro Nacional y II Congreso Internacional de
Historia Oral, la presencia de historiadores de diferentes
países (algunos donde la práctica está consolidada e
institucionalizada, como Brasil, México, Argentina y
España, y otros de incipiente y fructífero nacimiento como
la República Dominicana y Colombia) para pedirles que
nos cuenten sobre el estado de la historia oral en sus
respectivos ámbitos. Trataremos de resumir los puntos
más importantes de sus exposiciones.
La presidente de la Asociación Mexicana de Historia
Oral, fundada en 1995, Ana María de la O Castellanos,
informó que son alrededor de 40 miembros que trabajan en
forma permanente en esa entidad, que ya ha organizado
su séptimo congreso internacional de historia oral. En
cada encuentro se han presentado entre 80 y 130
ponencias. México fue el país que inició la práctica
sistemática de historia oral en América latina y allí ya se
está hablando de generaciones de historiadores orales que
aportan distintas preocupaciones. En la actualidad se
abordan temas novedosos como género, instituciones,
salud, historia ambiental, guerrilla y movimientos sociales
y políticos de 1968 a 1971. Se organizan foros y seminarios
regionales y temáticos donde confluyen entidades
públicas, asociaciones y universidades de todas partes del
país. También se ha logrado incluir la asignatura Historia
Oral en los planes de estudio de carreras de Historia y
Antropología de 4 o 5 universidades.
Cleria Botelho Da Costa, de Brasil, nos contó que en
su vasto país la historia oral comienza en los años 60 y que
en 1975 se creó la Fundación de Getulio Vargas como
centro de documentación. En 1993 nace la Asociación
Nacional de Historia Oral y en 1998, Río de Janeiro se
convierte en la sede de la X Conferencia Internacional de la
IOHA. Allí se puso en evidencia la enorme cantidad de
historiadores y universidades que adherían a la práctica.
Desde ese momento, seminarios y encuentros
regionales han contribuido a enriquecer la historia
oral en nuestro continente.
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Josefina Cuesta Bustillo recordó que en España la
Asociación de Historia y Fuentes Orales, en colaboración
con la Universidad Nacional de Educación a Distancia
(UNED), organizan jornadas en forma bienal. Los trabajos
presentados en jornadas se publican cada vez y se pueden
encontrar en la UNED.
Destacó también la importancia de la revista
Antropología, Historia y Fuentes Orales
(de la Universidad de
Barcelona en colaboración con el Archivo del Ayun-
tamiento de Barcelona) dirigida por Mercedes Villanova.
La colaboración internacional convierte esta revista en un
“atalaya” desde el cual se puede ver por dónde pasan las
preocupaciones del momento. La modalidad de dedicar
números a determinados temas la constituye en un
referente de investigadores y académicos que
recurran a ella.
Menciona también a la Universidad Complutense de
Madrid, pionera en el tema de las fuentes orales y su
archivo de mujeres republicanas aún no estudiado, que
actualmente ha pasado al archivo de la guerra civil en
Salamanca. En Albacete, por su lado, están los archivos
relacionados a las brigadas internacionales
En cuanto a la investigación, señaló que una de las
cuestiones relevantes es la extensión del uso de fuentes
orales a muchos ámbitos, por ejemplo a las tesis doctorales
de historia o derecho, donde en forma habitual cuentan
con 3 ó 4 entrevistas entre sus fuentes.
En lo que hace a las investigaciones más
específicamente sustentadas en fuentes orales, cobran
especial relevancia las dedicadas al franquismo y la
transición democrática, las de emigración, aunque
también se trabajan otros temas como la historia de
mujeres o gitanos. Las asociaciones vinculadas a los
sindicatos cuentan con importantes colecciones de fuentes
orales. A este auge de la fuente oral contribuye la
institucionalización oficial y política impulsada desde el
gobierno, que elaboró el proyecto de ley de “reparación de
víctimas” y se comprometió a estimular la reconstrucción
de la memoria a través del financiamiento de proyectos de
asociaciones y sindicatos.
Jesús Díaz del Archivo General de la Nación de la
República Dominicana nos contó que hace tres años se
creó el Departamento de Colecciones Especiales, y dentro
del mismo el área de Historia Oral. Trabajan allí
entrevistadores, digitalizadores para trascripción y un
equipo de pasantes de carreras de ciencias sociales de la
Universidad Autónoma de Santo Domingo, institución
que contribuye a la realización de proyectos del Archivo.
Están desarrollando varios proyectos vinculados a la
historia de ese país: “14 de junio” referido a la resistencia
de la dictadura trujillista, “Voces de la Revolución de
Abril” que aborda el gobierno del profesor Juan Bosch en
1963 y hasta 1965, y los años de la dictadura selectiva
de Balaguer y su plan de eliminación de los integrantes
del bando constitucionalista que participaron en la
guerra de abril.
Entre todos los proyectos, tienen ya alrededor de 600
entrevistas y están trabajando en la digitalización de los
materiales. En pocos días estarán a disposición del
público 50 entrevistas del proyecto “Voces de la
Revolución de Abril” que los investigadores podrán
consultar íntegras o por selección de temas.
Deyanira Dazza Pérez nos contó que los comienzos
de la Historial Oral en Colombia fueron individuales. Es el
caso de Arturo Alape que escribió la historia del Bogotazo
a partir de testimonios orales. La organización e
institucionalización es más reciente. En 2005 se realizó el
primer encuentro internacional y nacional de historia oral
en Colombia, en el que participaron Arturo Alape y
Alfredo Molano, para explicar las experiencias que se
estaban desarrollando a nivel nacional e internacional, e
invitados de Argentina, Brasil, Panamá, Bolivia. Allí se
acordó que Panamá sería la sede del siguiente encuentro,
que ya se ha realizado a comienzos de este año.
El encuentro del 2005 en Colombia estimuló la
formación de grupos de memoria locales. Allí el Archivo
General de la Nación propuso la formación de archivos
orales, que lamentablemente hasta el momento no se han
realizado por múltiples impedimentos administrativos y
técnicos. Sin embargo, el encuentro se materializó en la
conformación de un centro de memoria educativa y
pedagógica a partir del Instituto de Desarrollo e
Investigación Pedagógica de la Secretaría de Educación de
Bogotá, que está desarrollando diferentes experiencias en
la actualidad.