image/svg+xml
62
Persecución,
pauperización
y muerte:
la represión franquista
en la experiencia de una familia
republicana gallega, 1936-1953
image/svg+xml
63
A
Autor
Ruy Farías
Universidade de Santiago de Compostela /
Universidad de Buenos Aires / Museo Roca
Persecución, pauperización y muerte...
unque con cierto retraso en comparación
con otras regiones de España, la revisión del
pasado reciente (en este caso ligado al
alzamiento militar de julio de 1936, la Guerra
Civil subsiguiente y el exilio) se abre camino en
Galicia. Simultáneamente, este campo deja de
ser el ámbito preferente de las memorias y los
relatos literarios, para ser paulatinamente
ocupado por otros trabajos puramente
historiográficos.
1
El presente escrito se inscribe,
justamente, en este esfuerzo de la historiografía
gallega para recuperar la memo-
ria colectiva y rehabilitar a los
vencidos en aquel conflicto,
incluyendo, lógicamente, los
7.000-8.000 asesinados en
aquellas cuatro provincias.
2
El 14 de julio de 1936
Ramón Fernández Rico, primer
teniente de alcalde del Ayun-
tamiento de A Estrada
(provincia de Pontevedra, y con
capital en la
villa
homónima)
como consecuencia del triunfo del Frente Popu-
lar en las elecciones de febrero de ese mismo
año, quedó al frente del gobierno municipal por
delegación de su titular (Jesús Ignacio Puente
Fontanes), que se había trasladado a Madrid
como parte de la delegación de diputados
gallegos que presentó al Parlamento español
(Cortes) los resultados del Plebiscito de
Autonomía de Galicia.
3
Tras el comienzo del
golpe de Estado en Galicia y la rápida caída de
prácticamente la totalidad de la región en
manos de los sublevados (20-27 de julio),
4
Fernández Rico fue detenido por estos,
quedando recluido, primero en la prisión pro-
vincial de Pontevedra y más tarde, en la
improvisada penitenciaría de la isla de San
Simón, en la ría de Vigo. En marzo de 1937 fue
condenado a muerte y ejecutado en junio de
aquel mismo año.
El conocimiento de estos trágicos sucesos,
registrados en un acervo documental privado
excepcional,
5
se ve enriquecido por la
posibilidad de construir también otros
documentos de naturaleza oral a partir de las
entrevistas realizadas a dos de sus cuatro hijos
supervivientes.
6
Tal posibilidad nos ha
permitido acceder a las experiencias y
percepciones de los protagonistas de aquellos
trágicos sucesos, además de
complementar y contrastar la
información suministrada por
las fuentes escritas públicas y
privadas.
Golpe de Estado y
represión en Galicia
En palabras de Ramón
Villares, Galicia fue un lugar
en el cual entre 1936 y la
década de 1940 se desarrolló
una
extraña guerra
,
7
pródiga en injusticias,
atrocidades y miseria. El desarrollo de la Guerra
Civil presenta allí características bien definidas,
incluso claramente diferentes del patrón general
Al momento de iniciarse el
levantamiento en África (17 de
julio) y extenderse a la
península (18 de julio) existía
ya en Galicia una densa trama
golpista, que solo por razones
tácticas retarda su salida a la
luz hasta el día 20.
Ruy Farías.
image/svg+xml
64
de la mayor parte del Estado: inexistencia de un
frente bélico dentro del territorio gallego,
carácter brutal e indiscriminado de la represión
desatada por el franquismo, y presencia de una
resistencia armada que cuenta con un respaldo
social significativo y muestra elementos
específicos respecto de otras zonas del Estado.
Al momento de iniciarse el levantamiento en
África (17 de julio) y extenderse a la península
(18 de julio) existía ya en Galicia una densa
trama golpista, que solo por razones tácticas
retarda su salida a la luz hasta
el día 20. La sublevación tuvo
como epicentro la ciudad de A
Coruña y, tras la caída de las
ciudades, procedió a
conquistar a sangre y fuego el
campo. El 26 fueron sometidos
los últimos núcleos de
relevancia que aún se
sostenían: Tui, en la frontera
hispano-portuguesa (donde los
combates fueron encarnizados),
y el arrabal obrero vigués de
Lavadores. Esta meteórica
caída puede inducir a la idea
de que la rebelión no tuvo allí
prácticamente resistencia. Sin embargo la hubo,
incluyendo auténticos gérmenes de resistencia
organizada en la que obreros, campesinos,
marineros, profesionales, estudiantes y grupos
de carabineros defendieron la legalidad
republicana. Faltaron, empero, medios
materiales idóneos y suficientes con los que
apoyar el esfuerzo individual y colectivo. En
general, fueron desoídas por parte de los
gobernadores civiles y las autoridades
municipales las precisas instrucciones enviadas
desde Madrid, en las que se llamaba a armar a
la población civil, crear comités de defensa de la
República y patrullas de vigilancia compuestas
por milicianos del Frente Popular, así como
incautar armas y explosivos, dividir a las tropas
en varios acuartelamientos preventivos, etc.
8
Para Xosé Manoel Núñez Seixas, el rápido y
contundente triunfo de la sublevación
determinó que en Galicia no hubiera
propiamente guerra civil, ni grandes batallas o
frentes. Además, la policía salazarista impidió
el establecimiento de una zona de asilo más allá
del Miño, convirtiendo al país en una auténtica
ratonera. Pero Galicia no era zona
leal
para los
franquistas, y en ningún caso se trataba de una
retaguardia segura. Ninguna movilización
popular de apoyo masivo a los sublevados tuvo
lugar allí (como sí fue el caso de otras zonas del
Estado), y los golpistas tenían
buenas razones para presumir
que Galicia era, en buena
medida, un territorio hostil,
leal a la República: en las
elecciones de febrero el Frente
Popular se impuso en tres de
las cuatro provincias gallegas,
los sindicatos anarquistas
contaban con cerca de 40.000
militantes, y en provincias
como Ourense el sindicalismo
agrario de orientación
comunista estaba haciendo
importantes avances en los
meses previos al estallido de la
Guerra Civil. Por otra parte, desde 1935 el
Partido Galeguista
experimentó un espectacular
incremento de afiliación (de tendencia
interclasista) y de expansión social, mientras
otros partidos, como Izquierda Republicana,
disfrutaban de una notable implantación en el
medio rural. Para este autor, la misma extensión
de estos movimientos sociales de izquierda, del
republicanismo y del
galleguismo
9
fue suficiente
para que una parte importante de la población
gallega se convirtiese en un blanco preferente de
una represión que, en conjunto, fue una de las
más atroces de la retaguardia franquista.
10
Reclusión y muerte
de Ramón Fernández Rico
En un contexto como el que acabamos de
describir, la historia de Ramón Fernández Rico
Pero Galicia no era una zona leal
para los franquistas, y en ningún
caso se trataba de una retaguardia
segura. Ninguna movilización po-
pular de apoyo masivo a los suble-
vados tuvo lugar allí (como sí fue
el caso de otras zonas del Estado),
y los golpistas tenían buenas razo-
nes para presumir que Galicia era,
en buena medida, un territorio
hostil, leal a la República...
image/svg+xml
65
y su familia no supone un caso excepcional por
sus características esenciales, pues se ajusta a
la represión selectiva, arbitraria e
indiscriminada que el régimen franquista desató
en los territorios bajo su control inmediatamente
después del golpe de Estado. De hecho, puede
equipararse a otros miles de casos,
11
cuantificables entre las víctimas de una táctica
consciente, dirigida a paralizar y aterrorizar a
la sociedad gallega (y española) mediante el
castigo y la ejemplarización. El caso destaca, sin
embargo, por el número inusual de personas de
una misma familia directa e
indirectamente envueltas en la
tragedia.
Fernández Rico (nacido en
1891 en el ayuntamiento de
Vilasantar, A Coruña) fue
vicepresidente del Partido
Republicano Radical Socialista
apenas proclamada la II
República española (1931).
Más tarde se integró en la
Unión Republicana y, tras la
victoria del Frente Popular en
las elecciones de febrero de
1936, pasó a ocupar el cargo de primer teniente
de alcalde en A Estrada, trabajando además en
favor de la aprobación del Estatuto de
Autonomía de Galicia. En el momento de
iniciarse el levantamiento militar en las
guarniciones del Marruecos español era padre
de nueve hijos,
12
y gozaba de un buen pasar
económico sustentado en la posesión en
sociedad de una importante fábrica de muebles.
Según José Manuel y Divina Pastora Fernández
Prado se trataba, además, de un personaje popu-
lar y apreciado y que, más allá de sus
convicciones republicanas, mantenía buenas
relaciones con otras personas igualmente
acomodadas de A Estrada, aunque de ideas
derechistas.
En los momentos iniciales del golpe (es
decir, hasta el 21 de julio, cuando la Guardia
Civil destituye al alcalde, que acaba de regresar
de Madrid), no obstante haber recibido,
delegada por el gobernador civil de Pontevedra,
la jefatura de la defensa de la República en el
norte de la provincia,
13
Fernández Rico se
esforzó para evitar que las medidas tomadas
para defender la legalidad republicana
derivasen en desmanes dentro de la villa.
14
Así
fue que impidió, entre otras cosas, el asalto al
destacamento de la Guardia Civil, las armerías
de la villa, y el edificio de Correos y Telégrafos.
15
Cuando la desproporción de medios hizo
evidente la inutilidad de toda resistencia al
golpe, se pronunció a favor de
entregar pacíficamente las
armas a los sediciosos. Una vez
que estos controlaron la
situación en A Estrada, se
mostró sin embargo confiado
en que su pública mesura en el
tratamiento de los
simpatizantes de la derecha
garantizaría su integridad
física. Es por ello que, aunque
al principio se recluyó en su
casa y permaneció escondido
durante algunos días,
finalmente decidió presentarse ante la Guardia
Civil. Según los testimonios de sus hijos, a los
ruegos de su mujer y de algunos amigos (que le
pedían que huyese de la villa porque su nombre
integraba una “lista negra”) contestó diciendo
(...) muchas personas que habían
huido en los primeros días de la
rebelión, finalmente optaron por
presentarse a los facciosos ante el
temor de que las violentas “opera-
ciones de limpieza” desarrolladas
por militares, guardias civiles y
falangistas, acabaran recayendo
en sus familias y bienes.
José Manuel Fernández Prado.
image/svg+xml
66
que él no podía abandonar a su familia y a su
taller, y que, además, no abrigaba temor alguno
puesto que nada malo había hecho:
Me acuerdo. Estábamos en
[el taller].
El taller
estaba parado, y estábamos todos en el taller y vino
uno …, uno que era amigo de él, que era también
político y … le dijo “Ramón, vámonos de aquí, que
nos van a embromar”. Y dice
[mi padre]
“No, no
voy a dejar esto, no voy a dejar el taller, dejar los
hijos, todo … ¿cómo voy a salir de allá?”
16
Dice
[el
otro]
“Vámonos, que nos van a embromar”. … Era
un maestro de escuela. El maestro de escuela se fue,
se fue pa
(sic)
México, y allá está. Y a los otros que
no se fueron, que no salieron, los
agarraron a todos.
17
(…) además mamá cuando lo
llevaron preso a papá, que él se
entregó, porque él no sabía lo
[que
iba a pasarle]
… El decía “Si yo
no hice nada”, decía a mi mamá.
Si recuerdo de escuchárselo: mamá
decía “No vayas, no vayas … “¿Y
cómo no voy a ir, si yo no hice
nada? Yo no puedo estar aquí
encerrado”. Y se fue y ya no
volvió pa
(sic)
casa. Y estuvo en La Estrada detenido
un tiempo, y mamá le decía a mi hermana
[Purificación]
… “No quiero llevar
[a]
los chicos,
porque no quiero que les quede el recuerdo de ver al
padre preso, total él va a volver y después va a
olvidarse todo”. Y después nunca
[volvió]
…
18
Resulta evidente que, independientemente
de la convicción que Fernández Rico podía tener
en su falta de culpas, y en los beneficios que de
ello esperaba, debe tenerse en cuenta también
que muchas de las personas que habían huido
en los primeros días de la rebelión, finalmente
optaron por presentarse a los facciosos ante el
temor de que las violentas “operaciones de
limpieza” desarrolladas por militares, guardias
civiles y falangistas, acabaran recayendo en sus
familias y bienes.
Una vez detenido, fue enviado a la prisión
de Pontevedra (adonde llegó a más tardar el 30
de agosto), y posteriormente fue trasladado a la
improvisada penitenciaría de la isla de San
Simón.
19
Mientras permanecía preso se le abrió
un proceso judicial, en el cual se le formularían
múltiples cargos, tales como el de ser comunista,
uno de los instigadores del “alzamiento
revolucionario” (lo que automáticamente
derivaba la aplicación perversa del artículo 237
del Código de Justicia Militar –
rebelión militar
–,
que desde el 1º de agosto penaba con la pena de
muerte el hecho de haber defendido al gobierno
legítimo)
20
, así como también de “enemigo de la
Iglesia”. La necesidad de
rebatir los cargos que se le
formularon lo llevó a invocar el
testimonio de algunas
caracterizadas “personas de
orden” de la localidad, como
Rafael Vilariño, Melania Nine
y el cura párroco de A Estrada,
Nicolás Mato Varela.
21
A pesar
de que está probado que
muchas de esas personas
acudieron a testificar a su fa-
vor y en el de otros encausados
del municipio (y el mismo el párroco fue
particularmente enfático a la hora de defender a
los acusados, refutando tanto el carácter de
comunista que se le atribuía a Fernández Rico,
como también el que impidiera la celebración de
misas)
22
, la impresión de una de las nietas de
Fernández Rico (María Purificación Fernández
Vázquez) es de que el tono general de las
intervenciones de los testigos del juicio no
habría sido tan favorable como era de desear.
23
En cualquier caso, parece seguro que la mayoría
de sus amigos y conocidos (y aun sus mismos
familiares) preferían no mostrarse públicamente
favorables a él o a su familia ni lo visitaban en
prisión, a causa del temor de caer también en
desgracia. Según Divina Pastora, uno de los
hermanos de su padre (llamado Joaquín):
Algunos venían de noche, los que
venían a darle una mano a mi
mamá, y por audaces que eran.
Pero la gente tenía miedo. Hasta
mis tíos tenían miedo. ... el día
que murió mi papá, que lo fusila-
ron, ¡ni mis tíos vinieron a darle el
“pésame” a mi mamá! ¡ni mis tíos!
Mirá el miedo que tenían (...)
image/svg+xml
67
(…) nunca lo fue a ver a papá a la cárcel, …
Venía a casa, colaboraba con mi mamá, estaba con
ella, con mis hermanas… Pero, bueno, a mi papá
nunca lo fue a ver. (…) No sé si tenía miedo, no sé,
porque
[cuando regresé a Galicia por primera
vez, en 1973]
… él me vino a ver … entonces fuimos
a caminar
[y]
me dice “Mirá Divina, te tengo que
pedir perdón por muchas cosas. No sé si era el
miedo, si fue la … la ignorancia, la poca experiencia,
yo sé que cometí muchos errores, pero te pido que me
perdones”.
...
tengo también la impresión de que era
por miedo
[de]
que lo metieran adentro a él también,
por ser hermano de él, porque pasaba cualquier cosa
en esa época.
24
(…) había gente en el pueblo
que era solidaria y que, de vez en
cuando, a lo mejor
[nos daba
algo]
…
[Pero también]
Había
gente que tenía miedo de acercarse
a nosotros, porque era como tocar
un veneno. … Algunos venían de
noche, los que venían a darle una
mano a mi mamá, y por audaces
que eran. Pero la gente tenía
miedo. Hasta mis tíos tenían
miedo. … el día que murió mi
papá, que lo fusilaron, ¡ni mis tíos vinieron a darle
el “pésame” a mi mamá! ¡ni mis tíos! Mirá el miedo
que tenían …
25
Buena muestra del pánico que ganó a la
sociedad gallega es el siguiente testimonio, que
también pertenece a la hija de Fernández Rico:
Mirá, mi hermano
[Constantino]
que está en
España, había un cuartelillo de los falangistas … y
mi mamá, era tanto el miedo
[que tenía]
que lo
mandaba al cuartelillo. Hasta le regalaron el traje:
venía con el correaje, … el pantaloncito … él ni se
debe acordar de eso, era chiquito, tenía cuatro o cinco
años. Pero era el miedo, teníamos pánico, todos.
26
Ahora bien, si hubo testimonios a favor de
la inocencia de Fernández Rico tampoco
parecen haber escaseado, en cambio, los
testimonios en su contra. Entre ellos se cuenta
–cuando menos– uno resultante de la
combinación del enfrentamiento ideológico,
enemistad personal y/o interés económico.
Ciertamente, los ajustes de cuentas brutales que
la coyuntura de la guerra hizo posible no fueron
privativos del universo rural. Fernández Rico
había tenido hasta 1935 un socio de derechas de
origen asturiano, del que se separó en muy
malos términos debido –aparentemente– a las
irreconciliables posturas políticas que ambos
sostenían. Este enfrentamiento ideológico se vio
exacerbado primero por la competencia
comercial desde sus
respectivos talleres de
mueblería, y más tarde por la
lucha electoral de febrero de
1936, en la que ambos hicieron
campaña en frentes opuestos,
llegando inclusive a disputar
violentamente en la misma
mesa electoral. Como
represalia, este hombre habría
declarado en su contra, aunque
no de manera presencial sino
por medio de un escrito.
27
Conviene recordar que la España franquista
toda (y no solo Galicia) se convirtió en un
terreno bien abonado para que germinasen una
enorme cantidad de delatores, confidentes,
Conviene recordar que la España
franquista toda (y no solo Galicia)
se convirtió en un terreno bien
abonado para que germinasen una
enorme cantidad de delatores,
confidentes, soplones y chantajis-
tas que, alentados desde el mismo
Estado, mostraban su adhesión
ante los ojos del nuevo poder.
Divina Pastora Fernández Prado (Buenos Aires).
image/svg+xml
68
soplones y chantajistas que, alentados desde el
mismo Estado, mostraban su adhesión ante los
ojos del nuevo poder. Sea como fuere, en las
motivaciones de la prisión y condena de
Fernández Rico parecen combinarse al menos su
adscripción política republicana y las
rivalidades personales.
Fernández Rico permaneció recluido más de
nueve meses, pero al menos desde el 8 de marzo
conocía la sentencia del tribunal que lo
condenaba a muerte. De modo que tuvo casi tres
meses para sobrellevar semejante tormento
psicológico. Aunque, como puede verse en una
emotiva carta fechada pocos
días más tarde, continuó
creyendo en el triunfo militar de
la República y en el
restablecimiento de la
democracia, el mismo
documento pone también sobre
el tapete el drama que envolvía a
los condenados a muerte y a sus
parientes más próximos: el
fantasma de la miseria a corto
plazo para el grupo familiar.
28
Con las palabras
que siguen, y entre sollozos, evocaba casi
setenta años más tarde su hija dicho drama:
Lo tengo presente, sí, … Esa máquina
29
me vio
llorar tantas veces … a veces
[pensaba]
en mi
mamá, … el dolor que habrá tenido mamá,
[de]
verse
rodeada con sus nueve hijos, sin tener marido, y
ninguno de la familia, ni de parte de ella, ni de parte
de él, se acercaron a acompañarla.
[Solo]
Los vecinos
que se arrimaron fueron los que estuvieron al lado de
ella. Y sus hijos. Pero ella tuvo que haber sufrido
mucho, porque era una mujer
[a la]
que no le faltaba
nada, y de verse con nueve hijos y no tener comida
para darles de comer ¿vos sabés lo que debe ser eso?
Y mi papá, pensaba, muchas veces lo pienso, pensar
en él, que en el momento cuando supo que lo
sentenciaron a muerte, tardaron seis meses en
fusilarlo después de la sentencia, todo ese tiempo lo
que habrá pensado, el abandonar a sus hijos… No
creo que él haya tenido tanto dolor con su muerte,
sino
[como por]
el saber que dejaba nueve hijos…
sin protección. Eso … a mí me trabajó siempre la
cabeza: ¿qué habrá pensado mi papá en ese
momento? Ese fue el dolor mío toda la vida. …el
dolor de él era dejar a su mujer con nueve hijos, que
nunca él pensó eso, que lo iban a fusilar. Porque él
cuando se entregó no pensó que lo iban a fusilar. …
30
La suerte de la familia
Preso el cabeza de familia y huido su socio
al extranjero, el taller de mueblería se cerró, y de
un día al otro la mujer y los hijos de Fernández
Rico quedaron sin fuentes de ingresos, con el
agravante de que debían
remitirle casi a diario dinero y
comida.
31
Ciertamente, no era
este último
ítem
un aspecto
menor. La malnutrición
propia de los presos en las
cárceles franquistas (producto
de un “rancho” reducido e
hipocalórico) es proverbial.
Incluso pueden encontrarse
testimonios directos de las
penalidades de los convictos de la prisión de
San Simón (donde transcurrió la mayor parte de
la condena de Fernández Rico).
32
Solo la ayuda
de su familia podía salvar al reo de las
enfermedades típicas de la vida carenciada,
como el tifus y la tuberculosis. De modo que no
solo la familia se vio privada de quien generaba
sus ingresos, sino que sin solución de
continuidad debió pasar a sostenerlo. Ante
estas dificultades económicas (exacerbadas por
el hecho de que muchos deudores aprovecharon
para no cancelar sus compromisos), los niños de
más edad (la mayor de las hijas del matrimonio
contaba apenas con 16 años) debieron salir a
trabajar. Las mujeres se emplearon en labores de
costura y domésticas, mientras los varones
hacían lo propio como aprendices de
carpintería. Todos, indistintamente, trabajaron
también por encargo de una talabartería en la
fabricación de cartucheras para el ejército
franquista.
33
Purificación Prado Rey vendió
Hay una cosa que, nunca lo dije,
pero odio al pueblo de La Estrada.
Lo odio porque no salieron en de-
fensa [de esa gente]. Tenían que
salir todos a la calle de [ellos]. ...
Tenían que juntarse e ir a declarar a
favor
[de los acusados]
image/svg+xml
69
también una casa que había recibido en
herencia, y de ese modo la familia fue
resistiendo. Pero a fin de aliviar el pesar del
prisionero, Purificación y sus hijos le ocultaron
hasta el final el calamitoso estado de la
economía familiar y su progresiva
pauperización, llegando incluso a hacerle creer
que el taller seguía en funcionamiento. Todo
ello, sin embargo, no impidió que tras conocer el
dictamen del tribunal, Ramón sufriera grandes
padecimientos por la perspectiva del desamparo
en el que quedaba su familia. No obstante sus
convicciones republicanas y su tranquilidad de
conciencia,
34
la desesperación lo llevó también a
pedir a su mujer, el día anterior a ser ejecutado,
que recomendase a sus hijos
que nose
(sic)
metan
nunca en politica (…)
.
35
En estas palabras se hace
carne uno de los principales fines de la
represión desatada en Galicia por el
franquismo: la desmovilización y
desarticulación de la sociedad civil, invirtiendo
la tendencia de la misma (palpable desde
comienzos del siglo XX) hacia una cada vez
mayor agencia y politización.
Ramón Fernández Rico no murió en la
ciudad de Pontevedra el 5 de junio de 1937
como consecuencia de una hemorragia interna
(como falazmente certificó el juez Venancio
Méndez Feijoo),
36
sino que fue fusilado a la
altura del kilómetro 5 de la Avenida de Buenos
Aires, en un cruce de caminos de la localidad de
Monte Porreiro (también perteneciente al ayun-
tamiento pontevedrés). Aunque aún se
desconoce la localización exacta de sus restos,
se cree que es uno de los tres sin identificación
que ocupan las fosas numeradas entre el 45 y el
47 del cementerio municipal de aquella ciudad.
Su viuda, que había concurrido ese mismo día a
presentarle a su hijo nacido hacía poco tiempo,
no alcanzó siquiera a despedirse de él. Pero las
penalidades que esta mujer debió soportar no
acabaron allí, porque tras la muerte de su
esposo el drama de la familia continuó y se
profundizó. Purificación Prado Rey no pudo
superar la muerte de su marido (muy pronto
seguida de la del mayor de sus hijos varones
–Ramón– a causa del tifus), y tras derrumbarse
física y anímicamente falleció tuberculosa el
8 de febrero de 1940.
37
Así recuerda Divina
Pastora la muerte de su hermano y de su madre:
Y nos enfermamos todos, tuvimos todos el tifus,
menos la mayor y Lino. Y ahí murió el hermano
mayor… En los delirios siempre
[le]
decía a mamá:
“Mamá, … vamos a empezar a abrir el taller, no tengas
miedo a la vida, vamos a salir adelante”, como
delirando hablaba, con ella sentadita al lado de él …
Ella tenía la esperanza de que, como era varón,
era el que nos iba a proteger a los demás, porque ya
sabía un poco el oficio
[de carpintero],
y él le decía
… se abrazaba a mamá, “Mamá, no tengas pena” –le
decía– “¡Yo –y él hablaba así– soy el hijo de Ramón
Fernández, un inocente que han fusilado y le han
dejado nueve hijos!” le decía, así él hablaba, pero
hablaba como un … como cuando tenés fiebre y
hablás … que delira la gente. … Entonces decía
“Mamá ¡vamos a salir adelante! ¡Yo te voy a
acompañar siempre! Los chicos van a ir al colegio,
no les va a faltar nada. Van a aprender. El que
quiera estudiar, estudia. El que no va a aprender un
oficio. Pero no nos va a faltar nada. ¡Mamá no
María Purificación Fernández Vázquez.
image/svg+xml
70
tengas miedo, mamá no sufras!” Y
[se]
abraza a ella. Y
mi mamá, calladita, a veces se caía dormida de estar al
lado de él… Ese fue el primero que se murió.
…mamá después de que murió mi papá … ya
empezó a venirse abajo. Yo, después que mataron a
papá nunca la vi sonreír más, siempre andaba con la
cabeza baja, se ve que no pudo superarlo. Y empezó a
enfermarse … Yo la recuerdo: ella era una viejita. Mi
mamá tenía cuarenta y siete años cuando murió papá
… y mi mamá era una viejita, ¡era una viejita!…
Está bien que las mujeres antes envejecían antes,
[pero]
me parece verla
[como]
una mujer de setenta
años,
[ese es]
el recuerdo que yo tengo.
38
Poco después, y a consecuencia de las
mismas causas de mala alimentación, carencias
y tuberculosis, morirían también Manuel, Pilar,
Purificación (h) y María del Carmen.
39
Antes de ser ejecutado, Ramón Fernández
Rico había pedido a sus hermanos que se
ocupasen de sus hijos. Estos, tras la muerte de
su madre, vivieron juntos pero solos durante
algún tiempo. Dado que el mayor de ellos tenía
apenas 15 años, finalmente la familia se reunió y, tras
algunas reticencias, los cinco chicos supervivientes
(aún no había fallecido María del Carmen) fueron
repartidos en un mismo número de casas. En algunos
casos parece haberse tratado de una generosidad
interesada pues, como en el caso de José Manuel,
fueron utilizados descaradamente como mano de obra
gratuita.
Pero la represión franquista no fue solo
física: tuvo también una vertiente económica
(como también la hubo, lógicamente, en el plano
de las ideas). En aquel terreno la venganza de
los vencedores llegaba incluso más allá de la
muerte de su víctima. En 1941 el caso de
Fernández Rico fue incluido en el marco de la
Ley de Responsabilidades Políticas,
40
por lo que les
correspondió a sus herederos el pagar las 50
pesetas de la multa. Según José Manuel:
Después
de que mi padre fue fusilado… todos los meses, tenía
que pagar una multa en el Juzgado, en el Ayun-
tamiento
.
41
¿Emigración o exilio encubierto?
Como ya señalara Núñez Seixas, después de
1946 (fecha de la reinstauración de la Ley
migratoria española de 1924) muchos casos de
emigración legal y aparentemente motivada por
causas económicas, constituyen más bien exilios
que hunden sus causas en la represión sufrida
durante o después de la Guerra Civil española.
42
Ese es, claramente, el caso del mayor de los hijos
varones supervivientes, José Manuel, quien en
1953 emigró primero al Brasil y luego al Uru-
guay (donde actualmente reside), no por
razones de necesidad económica (tenía ya su
propio taller de carpintería y no le faltaba
trabajo), sino por hechos ligados al fusilamiento
de su padre, y a cierta insatisfacción general
con el contexto de dictadura en la que se vivía:
Estaba aburrido de aquello ¿no? Porque terminó
la
[Segunda]
guerra
[Mundial]
y todos estábamos
esperando, los de izquierda estábamos esperando…
que terminase la España del franquismo,
[pero]
entonces era … Estados Unidos, Inglaterra y Francia se
dan la mano con Franco…, entonces ahí se vino la… la
“tonga”. Entonces fue cuando empezaron a …, la gente
de izquierda empezó a emigrar. … Estábamos esperando
que se liberase España del fascismo.
43
[Pepe]
se quería ir porque … como que le tenía
fastidio a un montón de gente que había en La
Estrada que lo adulaban, y que él sabía que eran
falsos … Pepe acumuló mucho más la bronca.
44
Lo que pasa es que yo estaba aburrido de aquello,
por el asunto de mi padre… estaba aburrido de La
Estrada, de tropezarme con los fascistas, con los
“camisas azules”, con compañeros míos que fueron
de la escuela que se pusieron la camisa azul …
45
Como queriendo despejar cualquier tipo de
duda al respecto, en su casa montevideana se
sinceraba:
Hay una cosa que, nunca lo dije, pero odio al
pueblo de La Estrada. Lo odio porque no salieron en
image/svg+xml
71
NOTAS
1
Véase por ejemplo, J. de Juana López y J. Prada Rodríguez
(coords.),
Lo que han hecho en Galicia. Violencia, represión y exilio
(1936-1939)
, Barcelona, Crítica, 2006, a la fecha el más
importante análisis y síntesis historiográfica del fenómeno
represivo desatado en Galicia a partir del 20 de julio de 1936,
y también del exilio al que dio lugar.
2
El número víctimas mortales está en permanente revisión al
alza. Un número algo menor (en torno a 5.000) se da en C. F.
Velasco Souto (2006),
1936. Represión en alzamento militar en
Galicia
, Vigo, A Nosa Terra, 29, lapso en el que las
investigaciones han proseguido a buen ritmo.
3
Cfr. carta de Jesús Ignacio Puente Fontanes a Ramón
Fernández Rico, A Estrada, 14/7/1936 (tanto esta como las
siguientes cartas citadas pertenecen al fondo particular de José
Manuel Fernández Prado).
4
C. F. Velasco Souto,
1936
, 17.
5
Se trata de un despacho oficial, dos certificados de defunción
y ciento seis cartas. La mayoría de estas fueron cruzadas entre
Ramón, su esposa (Purificación Prado Rey) y la mayor de las
hijas del matrimonio (llamada también Purificación) a lo largo
de los meses en los que aquel permaneció preso. Conservadas
ocultas por Purificación Prado Rey hasta su muerte, fueron
halladas de manera fortuita y providencial por José Manuel
Fernández Prado mientras desarmaba una mesa para
reutilizar su madera. A pesar de que la mayoría de las
epístolas son bastante breves, y que generalmente reproducen
los típicos modelos fijos aprendidos en la escuela y manuales
de redacción de la época, con su recurrencia sistemática a las
mismas fórmulas al comienzo y al final de la carta,
constituyen una valiosísima fuente de información para la
reconstrucción de los trágicos sucesos que rodearon a sus
protagonistas.
6
Se trata de José Manuel y Divina Pastora Fernández Prado,
entrevistados por el autor el 4 y 11 de noviembre de 2006 en
las ciudades de Montevideo y Buenos Aires, respectivamente,
por encargo del
Proxecto de investigación interuniversitario “As
vítimas, os nomes, as voces, os lugares”
(Universidade de Santiago
de Compostela / Universidade de Vigo / Universidade da
Coruña) para la investigación y recuperación de la memoria de
las víctimas de la represión franquista en Galicia. En aquella
oportunidad se registró también el testimonio de la hija de José
Manuel, María Purificación Fernández Vázquez (Montevideo,
4/11/2006).
7
R. Villares,
Historia de Galicia
, Vigo, Galaxia, 2004, 417.
8
Cfr. J. Tusell (1998),
Historia de España en el siglo XX. La crisis
de los años treinta: República y Guerra Civil
, Madrid, Taurus, 287,
299; C. F. Velasco Souto (2000),
Galiza na II República
, Vigo, A
Nosa Terra, 133-4.
9
Recibe el nombre de galleguismo (
galeguismo
) el movimiento
que encarna el largo y complejo proceso de reivindicación
política de Galicia como ente nacional diferenciado, y la
paralela génesis de un cuerpo de ideas que justifican esa
reivindicación. Para un resumen de su evolución histórica,
véase J. G. Beramendi - X. M. Núñez Seixas (1996),
O
nacionalismo galego
, Vigo, A Nosa Terra, 2ª ed.
10
Véase X. M. Núñez Seixas (2006), “Itinerarios do desterro:
Sobre a especificidade do exilio galego de 1936”, en X. M.
Núñez Seixas y P. Cagiao Vila (eds.),
O exilio galego: Política,
sociedade, itinerarios
, Sada-A Coruña: Eds. do Castro/ Consello
da Cultura Galega, 2006, pp. 11-51.
11
Véase A. Rodríguez Gallardo, “Golpe de Estado y represión
franquista en la provincia de Pontevedra”, en J. de Juana
López y J. Prada Rodríguez (coords.),
op. cit
., 153-64. Este
defensa
[de esa gente]
. Tenían que salir todos a la
calle de
[ellos]
. … Tenían que juntarse e ir a
declarar a favor
[de los acusados]
.
46
También Divina Pastora y Lino emigrarían
respectivamente a la Argentina y Brasil,
completándose así el cuadro de destrucción y
dispersión de la unidad familiar iniciado por la
política represiva de los amotinados del 36.
Aunque todos ellos continúan con vida, y
también vive en A Estrada un cuarto hermano
(Constantino) tras la partida de José Manuel de
Galicia nunca más volvieron a reunirse todos
los hijos supervivientes de quien fuera, en los
fatídicos días de julio de 1937, el primer
teniente de alcalde de A Estrada.
José Manuel Fernández Prado
y María Purificación Fernández Vázquez.
image/svg+xml
72
grado de tener que sucumbir, a merced de la calumnia y la
infamia; … inmolados en aras del ideal, puro e inmaculado de
la Republica, …estos hombres a vosotros se derigen (sic), para
encargaros en ultimo y postrer encargo especial = …os roga-
mos no abandonéis a nuestras pobres esposas y a nuestros
queridos hijos, a éstos decidles que sus padres han muerto por
el ideal santo de la Republica; por la regeneración de la España
de [los] menesterosos y de los hambrientos, y por honrados
trabajadores y nobles nos han fusilado. Esperamos y os
recalcamos esto, miréis mucho por nuestras viudas y por
nuestros pequeñuelos [que] tengan siquiera pan para
amortiguar el hambre de estas criaturas que quedan sin tener
que comer. (…)Vosotros… sentis a la par que nosotros como
embarga en nuestro pecho el dolor, no por morir… sino por
tener que dejar la hora bendita del triunfo que se aprosima
(sic) y no poder verlo…” (Carta de Ramón Fernández Rico y
otros compañeros de prisión a sus camaradas de A Estrada,
Pontevedra, 13/3/1937).
29
Se refiere a la máquina de coser que se encuentra en la
misma habitación en la que se hizo la entrevista.
30
Entrevista a Divina Pastora Fernández Prado.
31
Cfr. las cartas de Purificación Prado Rey y Purificación Fernández
Prado a Ramón Fernández Rico, A Estrada, 8/2/1937.
32
Véase el testimonio de Evaristo Antonio Mosquera,
reproducido en C. F. Velasco Souto,
1936
, 82.
33
Ibid.
y carta de Purificación Fernández Prado, del 12 de
febrero de 1937.
34
“Mis queridos hijos. Lo que en estos momentos hos (sic) pido
es lo siguiente [:] que seais buenos para todos y principalmen-
te para vuestra madre[,] esto es lo que mas os pido[,] que no
le deis disgustos. pues por mi no tengais pena[,] este era mi
destino. llevo la conciencia tranquila [:] no mate a nadie ni
robe[,] fue solo por defender un ideal. pero si siento que unas
cuantas malas personas los engañaran a vosotros y ami[,] y
que con ingurias me mataran …” (carta de Ramón Fernández
Rico a sus hijos, s/l, s/f).
35
Carta de Ramón Fernández Rico a Purificación Prado Rey,
Pontevedra, 4/6/1937.
36
Véase Acta de Defunción de Ramón Fernández Rico, certifi-
cada por el Juez Venancio Méndez Feijoo.
37
Véase Acta de Defunción de Purificación Prado Rey, certifi-
cada por el Juez Luis Losada Magariños.
38
Entrevista a Divina Pastora Fernández Prado.
39
María de la Paz ya no vivía al momento de que su padre
fuera ejecutado.
40
Sancionada el 9 de febrero de 1939, la Ley tuvo un carácter
retroactivo hasta octubre de 1934 y calificaba como “rebelión
militar” cualquier actividad en pro del “enemigo”. Bajo el
ámbito de aplicación de la ley no sólo estaban los combatientes
republicanos, sino también funcionarios civiles de la República,
enfermeras y médicos de hospitales de guerra, miembros de
partidos y sindicatos o incluso trabajadores o voluntarios que
hubieran realizado actividades como construcción de refugios
antiaéreos, recaudación de fondos para huérfanos de guerra,
confección de material militar de cualquier clase (armas o ropa
de abrigo), etc. En definitiva, la mayor parte de la población de
los territorios que hubieran estado bajo control de la República
durante la guerra. Sufrió algunas reformas en 1942 y fue
derogada en 1945.
41
Entrevista a José Manuel Fernández Prado.
42
Véase X. M. Núñez Seixas, “Itinerarios do desterro”, 27-31.
43
Entrevista a José Manuel Fernández Prado.
44
Entrevista a Divina Pastora Fernández Prado.
45
Entrevista a José Manuel Fernández Prado.
46
Entrevista a José Manuel Fernández Prado.
autor indica que, para la provincia de Pontevedra, el saldo de
la violencia paralegal y la institucionalidaza es de no menos de
1.200-1.400 represaliados.
12
Se trataba de Purificación (17 años al morir su padre), Pilar
(16), Ramón (14), José Manuel (11), Divina Pastora (9), María
de la Paz, María del Carmen, Constantino, Lino (todos ellos
sin datos de su edad en ese momento). En abril de 1937
nacería Manuel.
13
Véase
http://209.85.129.104/
search?q=cache:ULGeCk0XE3oJ:www.blogoteca.com/
autoestrada/
index.php%3Fmes%3D12%26ano%3D2006+Fern%C3%A1ndez+Rico+
%2B+autoestrada+da+memoria&hl=es&ct=clnk&cd=1&gl=es
14
Para una brevísima síntesis del desarrollo del golpe de Esta-
do en A Estrada, véase C. F. Velazco Souto,
1936
, 240-1.
15
Véase carta de Ramón Fernández Rico a Purificación Prado
Rey, s/l, s/f.
16
Por “acá”.
17
Entrevista a José Manuel Fernández Prado, Montevideo,
4/11/2006. Según María Purificación Fernández Rico
(Montevideo, 4/11/2006) este hombre sabía que ambos
estaban en una “lista negra”. Además, según ella, el término
que empleó al hablarle a su abuelo fue que “los iban a joder”.
18
Entrevista a Divina Pastora Fernández Prado, Buenos Aires,
16/11/2006. Este convencimiento de que la ausencia de culpa
habría de permitirle salir ileso de la coyuntura del alzamiento
lo acompañará cuando menos hasta diciembre de 1936, como
se desprende de sendas cartas: “… estoy bien y supongo que
pronto nos beremos (sic) juntos pues están poniendo mucha
gente nuestra en libertad …” (Carta de Ramón Fernández Rico a
Purificación Prado Rey, San Simón, 1/12/1936), o “… de lo demás
no te preocupes pues yo estoy con la conciencia tranquila[,] yo se
que no hice daño a nadie y no me arrepiento de aber echo bien a
todo el mundo[,] que fue todo el daño de ise” (Carta de Ramón
Fernández Rico a Purificación Prado Rey, S/l, S/f.)
19
Cfr. las cartas de Ramón Fernández Rico a Purificación Pra-
do Rey fechadas en Pontevedra, 30/8/1936 y San Simón,
18/10/1936.
20
“Pura[,] el informe de la Guardia Cibil es delo peor[:] me
pone por comunista[,] y …me acusan de pertenecer al comité
Revolucionario, …tambien que fui el que arme la gente[,] que
fui yo[,] y mucho mas[,] pero de menos importancia[.] (Carta
de Ramón Fernández Prado a Purificación Prado Rey, s/l,
s/f). “Mi querida esposa[,] … Es necesario que hables con
Manuel Deza y con Manuel Pego[,] y que le digas asi que de
ellos[,] los dos[,] depende mi vida[,] … pues sabes que estoy
procesado por Rebelión Militar[,] y que por mis hijos les pido
tengan compasión de ellos y de mi y de ti[,] … “ (carta de
Ramón Fernández Rico a Purificación Prado Rey, San Simón,
29/1/1937).
21
Véanse Cartas de Ramón Fernández Rico a Purificación
Prado Rey, s/l, s/f y San Simón, 29/1/1937.
22
Véase http://www.blogoteca.com/autoestrada/
index.php?cod=911 Ciertamente, la actitud de Mato Varela lo
inscribe dentro de la minoría de sacerdotes que contribuyó a
salvar a muchos de una muerte segura, aunque en este caso
puntual sus esfuerzos resultasen finalmente baldíos.
23
Entrevista a María Purificación Fernández Vázquez,
Montevideo, 4/11/2006.
24
Entrevista a Divina Pastora Fernández Prado.
25
Ibid
.
26
Ibid
.
27
Entrevista a José Manuel Fernández Prado.
28
“Amigos y correligionarios de La Estrada: Estos compañeros
vuestros, que el barómetro de la esistencia (sic) les puso en el
image/svg+xml
73
traduccione
s
Perseguição,
pauperização e morte: a
repressão franquista na
experiência de uma
família republicana
galega, 1936-1953
Ruy Farías
Em 17 de julho de 1936 estalou no então
Marrocos espanhol uma sublevação militar
que, em poucos dias mais, transladar-se-ia à
Península e derivaria em uma guerra civil de
quase três anos. Embora na Galicia o golpe
de estado se atrasou até nos dia 20, uma vez
iniciado triunfou de forma rápida e
contundente. Isto determinou que ali não
houvesse propriamente guerras civis, nem
grandes batalha ou frentes. Entretanto, para
o novo regime em gestação resultava claro
que esta não era uma zona leal e, portanto,
tampouco constituía uma retaguarda segura.
Nenhuma mobilização popular de apoio
maciço aos amotinados teve lugar ali, e nas
eleições de fevereiro de 1936 a Fronte Popu-
lar se impôs em três das quatro províncias
galegas. Precisamente, foi esta extensão dos
movimentos sociais de esquerda, do
republicanismo e do galeguismo, o que fez
que uma parte importante da população
galega se convertesse automaticamente em
um branco preferencial da repressão dos
novos donos da situação.
Em julho de 1936 Ramón Fernández Rico
era um afortunado fabricante de móveis da
Prefeitura da Estrada (Pontevedra). Casado e
pai de dez filhos, graças à vitória do Frente
Popular se desempenhava como Primeiro
Tenente Prefeito do município. Depois do
triunfo da sublevação militar foi detido pelos
amotinados e encarcerado, primeiro na
prisão provincial de Pontevedra e mais tarde
na improvisada penitenciária do lazarento da
ilha de San Simón (no estuário do Vigo).
Depois de enfrentar um julgamento
vergonhoso, foi condenado em março de
1937 à pena de morte e executado em junho
daquele mesmo ano. Sua família ficou na
miséria, e pouco tempo depois morreriam, a
conseqüência da má alimentação, o tifo e a
tuberculose, sua esposa e seis de seus filhos.
A possibilidade de construir documentos de
natureza oral a partir das entrevistas
realizadas a dois de seus quatro filhos
sobreviventes, adicionado à existência de um
acervo documentário privado excepcional,
permitiu-nos aceder às experiências e
percepções dos protagonistas daqueles
trágicos sucessos. Plasmamos algumas
delas neste trabalho, como contribuição ao
esforço da historiografia galega
contemporânea por recuperar a memória
coletiva e reabilitar aos vencidos naquele
conflito, incluindo, logicamente, aos 7.000
ou 8.000 que de modo legal ou para legal
foram assassinados naquelas quatro
províncias.
Persecution,
appauvrissement et mort.
La repression franquiste
dans l'experience d'une
famille républicaine
galicienne, 1936-1953
Ruy Farías
Le 17 juillet 1936 éclate dans ce qui était
alors le Maroc espagnol, un soulèvement
militaire qui, peu de jours plus tard, se
transporterait à la Péninsule et dériverait en
une guerre civile de presque trois ans. Si
bien en Galice le coup d'état se rétard
jusqu'au 20 juillet, une foi commencé il
triunpha rapidement et d'une façon
foudroyante. Ceci détérmine que là-bas il n'y
eût à proprement parler de guerre civile, ni
de grandes batailles ou frontes. Or, pour le
nouveau régime naissant il était évident que
cette zone n'était pas loyale, et, en
conséquence, elle ne constituait pas une
arrière-garde certaine. Aucune mobilisation
populaire d'appui forte aux insurgés n'eut
lieu là-bas, et lors des élections de Février
1936 le Front Populaire remporta la victoire
en trois des quatres provinces galiciennes.
Justement ce fut cette extension des
mouvementes sociaux de gauche, du
républicanisme et du galleguismo
(galicianisme), ce qui provoqua qu'une
partie importante de la population galicienne
devînt automatiquement la cible préferée de
la repression des nouveaux maîtres de la
situation.
En juillet 1936 R.F.R.etait un puissant
fabricant de meubles du Conseil Municipal
(Ayuntamiento) de A. Estrada (Pontevedra)
Marié et père de dix enfants, grâce à la
victoire du Front Populaire il remplissait les
fonctions de Premier adjoint au maire.
Après le triomphe du soulèvement militaire il
fut arrété par les soulevés et mis en prison,
premièrement à la prison provinciale de
Pontevedra et plus tard à la Penitencerie de
fortune du lazaret de l'île de San Simón
(dans la "ria" de Vigo). Après avoir été jugé
honteusement il fut condamné en mars
1937 à la peine de mort et éxécuté en juin e
la même année. La famille sombra dans la
misère, et peu aprés son épouse et six de
ses enfants moururent à conséquence de la
mauvaise nourriture, le typhus et la
tuberculose.
La posibilité de construire des documents de
nature orale à partir des entretiens avec deux
de ses quatre fils survivants, en plus de
l'existence d'un patrimoine documentaire
privé exceptionnel nous a permis d'accéder
aux expériences et perceptions des
protagonistas de ces tragiques faits.
Quelques-unes d'elles ont été enregistrées
dans ce travail, en tant que contribution à
l'effort de l'historiographie galicienne
contemporaine, pour récupérer la mémoire
collective et réhabiliter les vaincus de ce
conflit , en comprenant, logiquement, les
7.000 ou 8.000 qui, de façon legale ou
para-légale furent assassinés dans ces
quatre provinces.
Pursuit, pauperization
and death: the
repression of Franco's
regime in the experience
of a republican Galician
family, 1936-1953
Ruy Farías
On the July 17th., 1936 bust out in the Span-
ish Marruecos a military sublevation that, in a
few more days , would move to the Peninsula
and would derive in a civil war of almost three
years. Although in Galicia the coup d'état did
not start until the 20th, once initiated it tri-
umphed in a fast and forceful way. This deter-
mined that there were not properly neither civil
war, nor big battles or fronts. Nevertheless,
for the new regime in gestation it was obvious
that this one was not a loyal zone and, there-
fore, it either constituted reliable reaguard. No
popular mobilization of massive support to
the rebels and in the elections of February,
1936 the Popular Front had won in three of
four provinces. Of Galicia. Precisely, it was this
extension of the social movements of left
wing, of the republicanism and of the
galleguismo,what made that an important part
of the Galician population turned automatically
into a preferential target of the repression of
the new owners of the situation.
On July, 1936 Ramon Fernández Rico was a
prosperous manufacturer of furniture of the
Town hall of A Estrada (Pontevedra). Married
and father of ten children, because to the
victory of the Popular Front he was pointed
The First Lieutenant Mayor of the municipality.
After the victory of the military sublevation he
was arrested by the rebels and sent to the
provincial prison of Pontevedra and then in
the improvised penitentiary in the "Lazareto de
la Isla de San Simon"(in the "ria" of the river of
Vigo). After facing a shameful judgment, he
was condemned in March, 1937 to the capital
punishment and executed in June of the
same year. His family went to the misery, and a
little time later his wife and six of his children
died, as a result of the bad nourishment, the
typhus and the tuberculosis,
The possibility of constructing documents of
oral nature starting by interviews to two of his
four surviving children ,and to the existence of
a documentary private exceptional archive,
has allowed us to accede to the experiences
and perceptions of the protagonists of those
tragic events. We have formed some of them
in this work, as contribution to the effort of the
Galician contemporary historiography for
recovering the collective memory and rehabili-
tating to conquered in that conflict, including,
logically, the 7.000 or 8.000 that in a legal way
or paralegal were murdered in those four
provinces.
73