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negación del derecho al trabajo” (López, 1992).
Por lo anterior, considero que la principal
virtud conceptual e histórica de este trabajo es
intentar recrear cada uno de los momentos de
vida personal y la interacción con sus diver-
sas alteridades básicas en el ámbito histórico-
colectivo. Se trata de localizar los puntos de
inflexión donde se construye la continuidad o la
ruptura de un antes (cómo, por qué, de dónde,
quién era), un transcurso (experiencia vivida
durante el tiempo de su experiencia laboral) y
un después (balance de vida poslaboral).
En este punto, será de suma utilidad re-
cuperar la noción materialista-
dialéctica de la denominada
psicología concreta (Politzer,
1969), que buscaba construir
una teoría científica del indi-
viduo concreto, así como la
postura acerca de la perso-
nalidad y su profunda relación
con la concepción del hombre
desde el marxismo (Sève,
1973). Considero que estas
aproximaciones teóricas se
constituyen como el punto con-
ceptual esencial para comprender
el acontecer socio-histórico del sujeto-conductor
jubilado.
En torno a lo anterior, durante el desarro-
llo de la investigación de tesis, me propongo
responder a los siguientes cuestionamientos:
¿Cómo es la personalidad, de acuerdo con la
psicología concreta, de los trabajadores conduc-
tores jubilados del STC?, ¿Cuáles son las repre-
sentaciones acerca de sus continuidades y rup-
turas en un antes, un transcurso y un después
de la actividad laboral?, ¿Cómo perciben su
conflicto psíquico y su proceso salud-enferme-
dad en su devenir histórico actual?, ¿Cómo se
instauran, en nuestro contexto sociohistórico en
el México actual, las necesidades y las formas
de consumo en los sujetos-conductores jubila-
dos?, ¿Cómo se manifiestan, en su corporeidad,
las continuidades y rupturas de su proceso de
vida?, ¿Cómo perciben su corporeidad?, ¿Cuál
ha sido el papel del proceso de trabajo en la
deconstrucción de su realidad social?, ¿Qué tipo
de sujeto histórico es?
Hacia la deconstrucción de la histori-
cidad del sujeto jubilado
Es bien conocido que para Marx la historia
es la sustancia de la sociedad y Héller comple-
menta dicha aseveración argumentando que la
sociedad no posee ninguna sustancia a no ser
los seres humanos en relaciones: son ellos los
realizadores que se objetivan en instituciones y
estructuras sociales. Los seres humanos hacen
su propia historia, pero la hacen en condiciones
previamente dadas, es decir, por
un contexto sociohistórico que
modifica su devenir vital de
forma estructural. En síntesis,
la esencia humana es histórica
y la sustancia humana es su
propia historia.
En este sentido, los pro-
cesos de significación o sim-
bolización involucrados en la
reproducción histórico-social
de los sujetos-conductores
jubilados del Metro nos brin-
darán un gran contenido de
representaciones culturales, ideologías, valores,
creencias, mitos, signos, conductas, normas, etc.
que reconfiguran y transforman su historici-
dad: reinvenciones de una realidad que necesita
reinterpretarse, espacio contextual en pro de
información significativa referente a diversas
contradicciones inmersas en un tiempo y espa-
cio histórico-social específico.
Hoy por hoy, la historia oral tiene un
desafío consustancial: su interacción con las téc-
nicas cuantitativas y con la metamorfosis de su
aplicación. Aunado a esto, la exigencia de com-
prender nuestras realidades, nuestras alternati-
vas históricas, las transformaciones y dinámicas
suscitadas en la sociedad. Sin duda, los anteriores
retos harán del método una herramienta, no por
eso mecanicista, más próspero e inagotable en
pos del (@s) otros.
La comprensión de la singularidad del otro,
en su real dimensión, podrá generar alternativas
Hoy por hoy, la historia oral
tiene un desafío consustan-
cial: su interacción con las técnicas
cuantitativas y con la metamor-
fosis de su aplicación. Aunado a
esto, la exigencia de comprender
nuestras realidades, nuestras
alternativas históricas, las transfor-
maciones y dinámicas suscitadas
en la sociedad.