image/svg+xml6Desde su creación, en el año 2004, el Programa de Historia Oral Barrial de la Ciudad de Cór-doba (Argentina) es un proyecto de ejecución municipal que depende funcionalmente de la Subsecretaría de Descentralización y forma parte del Plan Estratégico local con el título “Revalorización de identidades barriales”.Los lugares de la memoriaAntiguas poblaciones veraniegas en la Ciudad de Córdoba, Argentina1En este trabajo se presenta la experiencia de uno de los talleres del Programa que funciona en el noroeste de la ciudad; área urbana periférica desti-nada típicamente a usos residenciales y de servicios donde predominan las viviendas individuales de una o dos plantas, con una importante cantidad de amplios terrenos y la presencia característica del El ex Hotel Sorrento. Barrio Villa Rivera Indarte. Córdoba. Capital. Postal de 1933.
image/svg+xml7Autora Nélida Milagros Agüeros2Programa de Historia Oral Barrial de la Ciudad de CórdobaLos lugares de la memoria. Antiguas poblaciones ...de cultura, reactivar la conciencia protagónica ciuda-dana en el proceso histórico de la ciudad, revalorizar el rol social del adulto mayor y mejorar las formas de relación intergeneracionales entre vecinos e insti-tuciones. Se espera contribuir con ello al desarrollo sociocultural, económico y ambiental de Córdoba; y particularmente que este Programa aporte al progreso de una cultura democrática, participativa, inclusiva y plural (Agüeros, 2005).3El núcleo central del Pro-grama está constituido por los talleres de historia oral barrial que funcionan gratuitamente, tanto en los Centros de Participación Co-munal dependientes de la Subse-cretaría de Descentralización como en los centros culturales de la Dirección de Cultura, bibliote-cas populares o centros vecinales que así lo demanden.Con sede de reunión en el Área Cultura del CPC de Argüello, el taller surgió en el año 2003 como una iniciativa individual de quien suscribe estas notas y al año siguiente se convirtió en el plan piloto del Programa. Estaba destinado a adultos mayores y se presuponía que concurrirían antiguos vecinos del Barrio Argüello. La experiencia del Taller revela en qué medida los vecinos de la zona consideran estos bienes y su entorno natural como elementos constitutivos de su identidad barrial y zonal, a la vez que ilustra sobre las poten-cialidades que tiene la historia oral para rescatar del olvido y de la indiferencia el patrimonio de la comunidad. La tallerista Susana Vidondo dando clase sobre historia de la zona en la Escuela Lascano Corodrelo (pública provincial). En estas aulas ella cursó en la década del 40.verde expresado en jardines interiores y añosas arboledas que pueblan las calles de sus diferentes barrios. Un amplio sector del área contiene un rico pa-trimonio construido, correspondiente al período de modernización de fnes del siglo XIX y las primeras décadas del XX. Pero buena parte de estas construc-ciones se encuentran real o potencialmente ame-nazadas ya sea por el abandono o por emprendimientos privados e iniciativas públicas de desa-rrollo urbano que no han tenido en cuenta sus valores históricos, sociales e incluso económicos.Creemos que esto se debe a la insufciencia de conocimientos sobre esta zona de la ciudad, producto de la escasa atención prestada tanto por la histo-riografía académica como por los gestores públicos del patri-monio cultural.La experiencia del Taller, que funciona en el Centro de Parti-cipación Comunal Argüello (CPC Nº 3) desde el año 2003, revela en qué medida los vecinos de la zona consideran estos bienes y su entorno natural como elementos constitutivos de su identidad barrial y zonal, a la vez que ilustra sobre las potencialidades que tiene la historia oral para rescatar del olvido y de la indiferencia el patrimonio de la comunidad.1. A modo de introducciónEl Programa tiene como misión la investigación, el asesoramiento y la difusión de la historia de los barrios cordobeses y la valorización de sus bienes culturales tangibles e intangibles. Su singularidad radica en que los diversos proyectos y tareas del Programa se realizan en el marco de un proceso participativo de gestión que involucra directamente a los vecinos de Córdoba.En este último sentido, se busca promover su participación activa en tanto portadores y hacedores
image/svg+xml8Un barrio que desde sus orígenes suburbanos a fna-les del siglo XIX y hasta la década de 1970 había sido asiento de una estación ferroviaria intermedia que conectaba la ciudad con localidades serranas del Valle de Punilla.4En la convicción de que, como señalara Linda Shopes (1984), encarar una propuesta de taller de historia oral en la comu-nidad sin un proyecto previo de investigación puede llevar por pendientes resbaladizas hacia re-sultados triviales y nostalgiosos, se diseñó un plan de trabajo que –teniendo en cuenta la ausencia de una historia escrita sobre el noroeste en general– buscaba re-construir algunos aspectos de la historia del Barrio Argüello durante el siglo XX, fundamentalmente a través de la memoria de sus antiguos vecinos.Básicamente, me propuse conocer la evolución de las instituciones barriales más emblemáticas, lograr una aproximación a las formas de sociabili-dad barrial en diferentes etapas de la vida de los talleristas y reconocer los contactos cotidianos de los antiguos vecinos, tanto con el área central de la ciu-dad (distante a unos 15 kilómetros) como con ciertas localidades de la serranía provincial que se encuen-tran a similar o menor distancia: Saldán, Dumesnil, La Calera, Villa Allende, Mendiolaza, Unquillo.Pero el taller devino en zonal desde el primer día de trabajo y esta tendencia se acentuó en 2004 y en los años siguientes debido a la concurrencia de antiguos vecinos provenientes de diferentes barrios de la zona: particularmente de Argüello, pero tam-bién de Villa Rivera Indarte, Villa Belgrano, Silvano Funes, Villa Cornú, Villa Serrana, Quisquisacate, Villa Warcalde y el Cerro de las Rosas.Para la mayoría de los 15 parti-cipantes fundadores (con edades entre los 55 y los 85 años), el taller signifcó un lugar de reencuentro después de largos años sin verse o una instancia de reconocimiento a raíz de redes sociales ya establecidas a partir de sus padres, abuelos y amigos. Por otra parte, sus evocaciones ciertamente revelaron los signos de pertenencia a sus respectivos barrios, pero una escucha atenta y amplia permitió comprender cuánto más tenían en común este grupo de talleris-tas y los vecinos que se fueron sumando a través de entrevistas individuales en la zona y fuera de ella. ¿Podría hablarse de una memoria barrial yuxtapuesta con otra memoria compartida pero de tipo zonal? ¿Memoria de qué? Efectivamente, tanto sus vivencias como las fotografías, las viejas guías de turismo, los periódicos y otros materiales que aportaron dieron cuenta de otros tiempos donde el amplio espacio del noroeste les pertenecía.(...) se diseñó un plan de trabajo que –teniendo en cuenta la ausencia de una historia escrita sobre el noroeste en general– buscaba reconstruir algunos aspectos de la historia del Barrio Argüello durante el siglo XX, fundamentalmente a través de la memoria de sus antiguos vecinos.Protesta vecinal de junio de 2004 por la demolición parcial ilegal del ex Hotel Sorrento. Esta demolición la realiza su propietario cuando el geriátrico que allí funcionaba fue clausurado, incum-pliendo una ordenanza por la que debía pedir autorización por tratarse de un edifcio con una antigüedad mayor de 40 años. La construcción de la planta baja del hotel era de 1900 y el piso superior de 1930. A la protesta concurrieron más vecinos de los que aparecen en la foto y fue cubierta por todos los medios televi-sivos, radiales y escritos de Córdoba. En la foto aparecen el direc-tor, el subdirector y los empleados de cultura del CPC. También el concejal Berrotarán del partido gobernante.Un escolar de la zona retrata el Hotel Sorrento. Año 2004.
image/svg+xml9Los referentes urbanos de esta memoria –si bien incluían la Estación Argüello ubicada a pocos metros del CPC– aparecían radicados en distintos y distantes puntos de la zona: antiguas edifcaciones usadas en otro tiempo como residencias de veraneo, hoteles y pensiones, almacenes de ramos generales, bares y club bailables, escuelas, el cine, la usina hidroeléctrica, la ofcina postal, un abandonado monolito que recordaba la trágica muerte de un pilo-to en el célebre circuito automovilístico internacional La Tablada que se corría en la zona, pero también los dos canales de irrigación, el río y los caminos a determinadas localidades: Argüello, Saldán, Villa Allende, entre otros componentes.5Al mismo tiempo surgieron demandas desde adentro y afuera del grupo para que el taller se hiciera cargo no sólo de reconstruir una historia más ambiciosa sino de atender a ciertas construcciones que en los diferentes barrios se venían demoliendo ya fuera para emplazar urbanizaciones cerradas, sanatorios privados, estaciones de expendio de com-bustibles, galerías comerciales o grandes superfcies para hipermercados.Entonces, más que una amenaza para la buena marcha del taller, la heterogeneidad de los concu-rrentes resultó una oportunidad para revisar la escala de lo local y la amplitud del período en estu-dio. Debimos reelaborar juntos un nuevo proyecto investigativo y de gestión de actividades culturales relativas al patrimonio. Para comenzar fue preciso revisitar, pero ya con otras preguntas, las escasas fuentes bibliográfcas disponibles y emprender con ellos un largo trabajo de relevamiento de todas las construcciones ubicadas en el sector. 2. Memorias en busca de otra historia. Las poblaciones veraniegasSituada en una posición transicional entre la llanura y la montaña, la ciudad de Córdoba fue fundada en 1573 en una “profunda hondonada” del valle atravesado por el río Suquía. Proveniente de la zona serrana del oeste provincial, el Suquía ingresa a la ciudad por su ángulo noroeste para luego diri-girse hacia el área central donde está emplazado el casco histórico. Durante tres siglos, la ciudad permaneció casi sin variantes como una cuadrícula en sus 70 cuadras originales y recién entre el último tercio del siglo XIX y las primeras décadas del XX transpuso sus límites naturales a través de puentes, caminos y vías férreas que posibilitaron una expansión urbana sin pre-cedentes.6Con la expansión, se confguró una nueva periferia más allá del casco chico y de las recientes áreas urbanizadas contiguas a él. La originada en el ángulo noroeste del Departamento Córdoba Capital presentó características muy diferentes a la de los barrios intermedios en formación e incluso a otras zonas suburbanas.Situada en el camino ascendente hacia locali-dades serranas del Valle de Punilla y atravesada por el río Suquía, esta periferia con paisaje serrano se benefció además del “progreso” a través de dos obras de ingeniería de envergadura construidas al mismo tiempo. Una, fue el gran complejo hidráulico (1886-1890) de los Diques San Roque, el dique nive-lador Mal Paso (en la actual localidad de Dumesnil) y dos monumentales canales que partiendo del Mal Paso estaban destinados a la irrigación de Los Altos del Norte y Los Altos del Sur de la ciudad de Córdoba. Dado que los canales Maestros Norte y Sur ingresaban al Departamento Capital por el noroeste, estos dos cursos de agua artifciales se sumaron al Suquía y con ello favorecieron el establecimiento de quintas frutihortícolas en la zona.El otro aporte fue el trazado del Ferrocarril Córdoba y Noroeste (1888-1892) que unía Córdoba con las localidades serranas del Valle de Punilla. Al Guía turística de la Provincia de Córdoba de 1937. Aporte del tallerista Hugo Bortoluzzi. Foto de Nélida Agüeros.
image/svg+xml10establecerse una estación intermedia en Argüello se dinamizó la zona noroeste dando lugar a la confor-mación durante la década del 90 de un agregado poblacional alrededor de la estación de tren.Las transformaciones de fn de siglo promovi-das por el ferrocarril y los canales de irrigación se advierten en la bibliografía de la época: “El Córdoba Noroeste arranca entre quintas y chacras de Alta Córdoba, con sus anchas y arboladas calles, donde viven y trabajan ya millares de hombres que se en-riquecen, y llega a Argüello, el árido y triste bajo de Hormaeche ayer, hoy un centro, el más hermoso de la zona de riego. ¡Viñas, frutales, alamedas y hor-talizas, cada terreno con una casa y un chalet, todos hermosos y tantos! Aquéllas tierras, que hace diez años no valían diez pesos la cuadra y hoy no hay quien las venda a quinientos pesos la hectárea, y es claro, si valen mil y más. En ellas se cultivan repollos y colifores, tomates y pimientos, melones y sandías, y todo cuanto Dios crió, a puro arado, y da... como tierra de bendición” (Bialet Massé, 1904).7En el trayecto del tren y a escasos cinco kilóme-tros de Argüello pero más próximos a las sierras y a mayor altura que el anterior, se desarrolló otro pequeño núcleo poblacional. Fue Villa Rivera In-darte (1889) –más conocida entre los adultos mayo-res como el Km 14– que, junto con Argüello, fueron presentados al comenzar el nuevo siglo como dos atractivas poblaciones veraniegas del Departamento Capital.Hacia 1918, Dermidio T. González ofrecía un semblante de la zona: “...a los lados del camino, las quintas dan al ambiente una tonalidad hermosa que alegra al viajero. El trayecto que media entre Cór-doba y el Kilómetro 14, es un verdadero jardín, que en esta época luce sus foridas galas y su abundante vegetación. Los aristócratas cordobeses, en su mayor parte, han edifcado sobre la línea férrea sus resi-dencias veraniegas, de acuerdo con las exigencias modernas”(Bischoff, 1986).Al noroeste, el historiador Waldo Ansaldi la denominó “la periferia elegante”, ya que fue el lugar elegido por los ricos del entre siglos para construir sus villas veraniegas; se trataba de fastuosas residen-cias con sus quintas anexas ubicadas en Argüello, Villa Rivera Indarte y en sectores aledaños como el Chatteau Carreras y Villa Warcalde; sectores estos últimos a los que el autor dedicó especial interés (Ansaldi ,1991).A su vez, con cierta remembranza, el historiador de los barrios cordobeses Efraín U. Bischoff retrató aquella época dedicando algunas frases a las pobla-ciones suburbanas de Argüello y el Km 14: “...tiem-pos aquellos cuando por el camino a Argüello iban los que deseaban pasar unos días de solaz en el So-rrento Hotel del K. 14, ‘el preferido de las familias’, como se autocalifcaba, o se deslizaban en carruajes traqueteantes los que anhelaban dejar transcurrir horas de calma veraniega en el ‘Sierras Pensión-Ho-tel’ de Santiago Sibilia en Unquillo o en el ‘Unquillo El Hotel Argüello en la década del 40. La niña rubia sentada a la derecha es la tallerista Susana Vidondo. En ese entonces era una turista marplatense. Por problemas de salud, a su hermanita le habían recomendado el clima serrano. Foto de Susana Vidondo.Susana Vidondo en 2006 se retrata en el mismo lugar durante nuestro trabajo de relevamiento del patrimonio. Finalmente la familia de Susana se quedó a vivir en Córdoba. Ella se casó con Leonardo Missana, hijo del dueño del Hotel Sorrento del Km 14. Foto de Nélida Agüeros.
image/svg+xml11Hotel’ de Verdún y Schiaffno, de la misma localidad y también ir a reposar en el ‘Cóndor Sierras Hotel’ en Villa Allende. Toda una expedición por aquella ruta debían cumplir los que en días de estío o de otoño iban hasta Río Ceballos...”Probablemente por cuestión de ofcio los arquitectos, más atentos que los historiadores a los temas de patrimonio arquitectónico, urbanístico y paisajístico, valoraron positivamente ese conjunto de construcciones correspondientes a aquel período modernizador y que todavía, en parte, se conser-van. Centraron la atención en algunas de las anti-guas “residencias aristocráticas”, en el surgimiento de Villa Argüello (1914-1928), un loteo residencial ubicado en las proximidades de la Estación Argüello, y en menor medida en la propia estación ferroviaria o en el paisaje resultante de Argüello y Villa Rivera Indarte. Sin embargo, estos valiosos tra-bajos ni avanzaron en el estudio de otras edifcaciones, ni han logrado traducirse en acciones concretas de patrimonialización desde los poderes públicos, salvo en escasas excepciones (Ceba-llos, 1994; Bustamante y otros, 1996; Peralta, 1998). Por otra parte, no existe una producción histo-riográfca académica que dé cuenta del impacto del proyecto modernizador y de la evolución posterior en las poblaciones veraniegas; la carencia de interés hasta ese momento por los temas de historia barrial, por los usos rurales del Departamento Capital, por estudios sobre el uso del tiempo libre en la vida privada y cotidiana del período que nos ocupa, han invisibilizado a la zona noroeste en tanto espacio productivo, ámbito de recuperación de la salud y primer eslabón en el itinerario turístico por las Sierras Chicas desde fines del siglo XIX y du-rante casi todo el siglo XX. Es como si el crecimiento urbano posterior, la propia historiografía y en buena medida la impor-tancia turística que adquirieron con el tiempo las localidades serranas del Valle de Punilla, hubieran clausurado su pasado en un momento que los arqui-tectos sitúan a mediados de los años 50 (Bustamante, Waisman y otros, 1996): “Desde la mitad de este siglo, cuando el crecimiento de la ciudad y el desme-joramiento de la calidad de vida en el área central impulsaron a muchos habitantes a buscar zonas más gratas para vivir, las antiguas villas de veraneo fueron convertidas en viviendas permanentes, y las zonas de quintas se transformaron en barrios.”Sin embargo, en los relatos de estos antiguos vecinos del noroeste se condensaban las historias de hijos y nietos de quinteros, ferroviarios, hoteleros, comerciantes, profesionales, empleados y peones; muchos de ellos establecidos en la zona desde fnes del siglo XIX y comienzos del XX. Están todavía aquí, los descendientes de anti-guos veraneantes de las clases altas del entre siglos y también de aquellos “niños” de familias de clase media que alquilaban una vivienda durante la temporada de verano en las décadas del 40 y 50. O bien habían sido parte de la población temporaria cuya posición social y familiar les permitía habitar o frecuentar las “villas” durante los largos meses de verano o perteneciendo a la población residente, mantenían vínculos con aquellos por razones laborales de los padres o por contac-tos nacidos en la sociabilidad infantil y juvenil.(...) estos adultos mayores recrearon sus vivencias no sólo dentro del Taller, sino que hicieron depositarios a un sinnú-mero de niños de escuelas –tanto públicas como privadas– de la zona de sus saberes y experien-cias, a través de las fotopostales o de la transmisión de los relatos es-cuchados con asombro e interés.Incendio intencional del 7 de octubre de 2007 de la Villa Orita, ubicada en el km 10,5, a la vera de las vías del Tren de las Sierras (entre Argüello y el km 14, Rivera Indarte). Esta propiedad levan-tada en 1906 por Liborio Bottiglieri lleva ese nombre en honor a su hija, cantante lírica. Foto del diario La Voz del Interior.
image/svg+xml12Con distintos orígenes sociales, nos encontra-mos con aquellos que alguna vez llegaron a la zona desde otros barrios cordobeses e incluso desde otras provincias todavía hasta las décadas del 60 y 70 de-bido a las mismas prescripciones médicas que a fnes del siglo XIX aconsejaban alejarse de los males de la gran ciudad; cuando se concebía este espacio como el de las curas dietéticas higiénicas. Tanto el río como los canales maestros de riego contribuyeron al asiento de actividades productivas pero también de recreación y de descanso, en las que habían participado de una u otra forma hasta bien entradas las décadas de los 70 y 80. Todos tenían recuerdos imborrables de la época en que venían “los turistas” procedentes “de Buenos Aires” y diferentes provin-cias argentinas. La “periferia elegante” del novecientos se complejizó socialmente con sus relatos, prolongó su tiempo de sobrevivencia. Sumó con el tiempo a las clases medias y posteriormente incorporó a las clases populares en momentos que antiguas resi-dencias comenzaban a ser adquiridas por sindicatos, asociaciones deportivas, de colectividad e institu-ciones religiosas.En este sentido, podría decirse que las pobla-ciones veraniegas de Argüello y Villa Rivera Indarte conformaron los primeros eslabones de una cadena de promesas que alcanzaron a todos los argentinos cuando se ampliaron las posibilidades de vacacio-nar y de hacer uso del tiempo libre, y del logro del bienestar físico y espiritual.8Y las antiguas construcciones que hoy preocu-pan a los vecinos comenzaron a tomar la dimensión teórica de referentes urbanos de una memoria elabo-rada y reelaborada por más de un siglo en el lugar de las villas veraniegas y zona de quintas. 3. Actores con libreto propioDesde entonces, estos adultos mayores recrearon sus vivencias no sólo dentro del Taller, sino que hicieron depositarios a un sinnúmero de niños de escuelas –tanto públicas como privadas– de la zona, de sus saberes y experiencias, a través de las foto-postales o de la transmisión de los relatos escucha-dos con asombro e interés.9Conocidas las actividades del Taller se genera-ron diversas consultas desde instituciones locales –Empresa Provincial de Energía Eléctrica de Cór-doba (EPEC), el Concejo Deliberante, las direcciones municipales de Turismo y Planeamiento Urbano. Asimismo, el Taller participó en diciembre de 2005 de la consulta pública convocada por el gobierno municipal canalizando las resistencias generaliza-das de los vecinos del noroeste que se oponían a la construcción de edifcios en altura en detrimento del paisaje natural y urbanístico existente en la zona.10La defensa del patrimonio ferroviario devastado por la política neoliberal de los 90 en nuestro país fue otro hito de signifcación que encauzó no sólo el reclamo por la Estación Argüello, hoy abandonada y derruida, sino todo el equipamiento de la red fe-rrocarrilera.11Si bien en algunos casos los esfuerzos resul-taron infructuosos, como por ejemplo tratar de evitar la demolición de la casona Sicco, en otros el Taller ha conseguido convertirse en un interlocutor válido para desarrollar acciones conjuntas con otros Talleristas en el año 2005. Foto de Nélida Agüeros.Visita de la famila Abonetti a nuestro Taller. Los padres de las mujeres sentadas a la derecha eran los dueños del Recreo Abonetti, toda una institución para ir a comer pastas entre las décadas del 30 y el 70. Foto de Nélida Agüeros.
image/svg+xml13NOTAS1Presento aquí una versión corregida y aumentada de la ponen-cia presentada en el II Encuentro Internacional de Historia Oral “Construyendo la Otra Historia. Fuentes y Metodología”. Mesa Nº 3: Tu lugar, Mi lugar y los procesos de desarrollo. Sesión: Ciudad y barrios. Organizado por la Facultad de Humanidades. Departamento de Historia. Universidad de Panamá. 27 de enero al 4 de febrero de 2007.2 Responsable del Programa Municipal de Historia Oral Barrial y Coordinadora del Taller de Historia Oral Barrial del CPC Nº 3 Argüello. Subsecretaría de Descentralización. Secretaría de Participación Ciudadana. Municipalidad de Córdoba. Contacto: historiaoral@cordoba.gov.ar3 En el año 2006 el Programa fue declarado de “interés cultural para la Ciudad de Córdoba” por el Concejo Deliberante con voto unánime de todos los bloques políticos. Ordenanza Nº 11.112 del 28/09/06.4El CPC Argüello es uno de los 10 organismos municipales descentralizados de la ciudad. Se encuentra ubicado en Barrio Argüello pero su área de infuencia es la vasta zona del noroeste donde habitan, en más de 20 barrios, alrededor de 140.000 perso-nas del millón trescientos mil que viven en Córdoba Capital. 5Seguimos la defnición de referente urbano como “aquel ele-mento de la ciudad con capacidad para condensar aspectos de la memoria colectiva del lugar, producir evocaciones históricas para una comunidad determinada o sintetizar rasgos de una identidad compartida” (Bekinchstein, Caride, Gravano; 2000).6Ello fue producto de la decisión política de corte liberal que potenció el comercio, promovió industrias, gestionó obras de in-fraestructura y dotó de equipamientos modernos a la ciudad. Las oportunidades laborales atrajeron a inmigrantes desde ultramar y de las provincias vecinas incrementando fuertemente la población cordobesa, mientras una élite muy dispuesta a hacer buenos ne-gocios inmobiliarios provocaba la expansión descontrolada de la ciudad hacia los Altos y ampliaba la trama urbana en todas las direcciones (Boixadós, 2000).7 Fue el nombre originario de lo que hoy conocemos popular-mente como el Tren de las Sierras.8Al igual que al Valle de Punilla, Argüello y Villa Rivera Indarte llegaron turistas de todo el país; particularmente desde Buenos Aires, Santa Fe y las provincias del norte. Algunos autores (Torre, Pastoriza; 1999) han acertado en señalar que la ciudad marítima de Mar del Plata constituyó una promesa para todos los argenti-nos. Es preciso indicar que las sierras cordobesas fueron el otro escenario soñado, atractivo y saludable.Los talleristas Fernando Chacho Molina (izquierda) y Leonar-do Missana. Año 2007. Foto de Nélida Agüeros.propietarios. Tal es el caso de la empresa francesa de grandes superfcies comerciales Grupo Casino que buscó consensuar motu propriocon el Taller un des-tino para lo que queda todavía en pie del ex Hotel Sorrento. Doce charlas en medios académicos, orga-nizaciones comunitarias y medios de comunicación, colaboraciones en revistas zonales, videos, docu-mentos de trabajo, monografías, libros y guiones turísticos elaborados por los propios talleristas son algunas de las formas con las que hemos ido visibili-zando las antiguas poblaciones veraniegas. Desde una perspectiva antropológica, los lu-gares son aquellos espacios donde puede leerse una parte o la totalidad de la identidad de un grupo, sus relaciones y la historia que comparten (Augé, 1998). Para los talleristas, para muchos vecinos y aún para aquellos que alguna vez veranearon en la zona, el noroeste resulta un lugar signifcado. Un lugar cuyo pasado no se encuentra clausurado porque forma parte de sus vidas. Parece necesario entonces soste-ner estas memorias y sus referentes; y hacer historia pensando en un futuro que nos contenga a todos. AgradecimientosA Fernando Molina y Héctor Agustín Álvarez, talleristas e historiadores amateurs, porque con ellos aprendí que el Barrio Villa Belgrano fue también un lugar de veraneo y sobre la importancia de nuestro río en la generación de energía hidroeléctrica para la zona. A todos los talleristas y vecinos del noroeste porque gracias a ellos fue posible la construcción de un objeto de estudio en torno a las poblaciones veraniegas.
image/svg+xml149En 2004, en su aniversario el CPC editó seis mil copias postales con ocho fotografías de época proporcionadas y elegidas por los talleristas; sumándose tres más en 2007. En el marco de proyec-tos curriculares, el taller difunde y asesora sobre la historia del noroeste a los alumnos de todos los niveles de la enseñanza que acuden cada viernes al CPC. 10Se entregó un documento de trabajo al Concejo Deliberante y a la Dirección de Planeamiento Urbano con el listado de 120 in-muebles a los fnes de que se estudie la posibilidad de su patrimo-nialización y gestión integral. 11En función de la ampliación de una avenida, la Dirección de Obras Viales municipal evaluó la demolición de la casilla del cambista del apeadero del Km 14 que gracias a los vecinos se encuentra en perfecto estado, por lo que se cursó nota desde el Taller para evitarlo.12Apenas se inició la demolición parcial e ilegal del centenario edifcio (junio de 2004), el Taller realizó una movilización calle-jera a la que acudieron los medios de comunicación, se juntaron frmas y se solicitó a la Dirección de Patrimonio Cultural de la Municipalidad, por expediente y mediante un documento de investigación, el pedido de declaratoria de patrimonio cultural sin obtener ninguna respuesta. Después de dos años de ininte-rrumpido saqueo, la Dirección de Planeamiento Urbano atendió fnalmente a los reclamos.BIBLIOGRAFÍAAgüeros, Nélida (2005), Programa de revalorización de la identidad barrial.PECBA. 2005. Plan Estratégico de la Ciudad de Córdoba. Una ciudad como su gente, edición de laMunicipalidad de Córdoba y Agencia para el Desarrollo Económico de la Ciudad de Córdoba. IDEC (1997-1998).Álvarez, Héctor y Fernando Molina (2001), Abrazando el Suquía. Historia de Villa Belgrano, Córdoba,Ediciones Zero.Ansaldi, Waldo (1991),Industria y Urbanización. Córdoba, 1880-1914.Tesis Doctoral. Universidad Nacional de Córdoba. Fa-cultad de Filosofía y Humanidades. Escuela de Historia, Córdoba, pp. 396-398 y 549-561.Augé, Marc (1998), Los no lugares, Barcelona, Gedisa.Bekinchstein, Eduardo; H. Caride y A. Gravano (2000), “En busca de la memoria urbana. Una experiencia para la ciudad de Buenos Aires”, en Medio Ambiente y Urbanización, Año 16, Nº 55, Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo, IIED-América Latina, pp. 89-104.Bialet Massé, Juan (1904), Informe sobre el estado de la clase obrera en el interior de laRepública, Buenos Aires, Hyspamérica Ediciones, Biblioteca Argentina de Historia y Política, Buenos Aires, 1986, p. 308.Bischoff, Efrain U. (1986), Historia de los barrios de Córdoba. Sus leyendas, instituciones y gentes,Córdoba, B Editores, p. 272.Boixadós, María Cristina (2000), Las tramas de una ciudad. Córdoba entre 1870 y 1895. Élite urbanizadora, infraestructura, poblamiento, Ferreyra Editor, pp. 27-142.Bustamante, Juana; G. Ceballos y M. Waisman (1996), Guía de Arquitectura de Córdoba. 15 recorridos por la ciudad,Instituto de Historia y Preservación del Patrimonio, Universidad Católica de Córdoba, Córdoba-Sevilla, Municipalidad de Córdoba y Junta de Andalucía, pp. 164-165.Ceballos, Gustavo (1994), Villa Argüello, versión ampliada para la Dirección de Urbanismo de la Municipalidad de Córdoba. Con base en el proyecto subsidiado por Conicor, 1986, directora: Arq. Marina Waisman, pp.2-65.Pastoriza, Elisa y Juan Carlos Torre (1999), “Mar del Plata, un sueño de los argentinos”, en Fernando Devoto y Marta Madero (directores), Historia de la vida privada en la Argentina,Tomo III, Buenos Aires, Taurus, pp. 49-77.Peralta, Joaquín (1998), “Identidad y Paisaje. Argüello y Villa Rivera Indarte”, en MWRevista del Centro Marina Waisman de Formación en Investigación, en Historia y Crítica de la Arquitectura, Nº 1, Córdoba, pp. 47-57.Shopes, Linda (1984), “Más allá de la trivialidad y la nostalgia: contribuciones a la construcción de una historia local”, en Jorge Aceves (comp.) (1993), Historia Oral, México, Instituto Mora, Uni-versidad Autónoma Metropolitana, pp. 243-253.Talleristas visitan el Centro de Jubilados de Argüello. Foto de Nélida Agüeros.
image/svg+xml15Os lugares da memória. Antigas populações de verao na Cidade de Córdoba, ArgentinaNélida Milagros AgüerosDesde sua criação em 2004, o Programa de História Oral dos Bairros da Cidade de Córdoba (Argentina) é um projeto de execução municipal que depende da Subse-cretaria de Descentralização e forma parte do Plano Estratégico local sob o título de “Revalorização de identidades dos Bairros”.Este trabalho apresenta a experiência de uma das oficinas do Programa localizado em um setor periférico do noroeste urbano que contém um rico patrimônio construído correspondente ao período de moderni-zação de fins do século XIX e primeiras décadas do século XX.Atualmente, as maiorias destas constru-ções se encontram ameaçadas, já seja pelo abandono ou por empreendimentos priva-dos e iniciativas públicas de desenvolvi-mento urbano. Acreditam que isto se deve à insuficiência de conhecimentos sobre esta zona da cidade, produto da escassa atenção dada tanto pela historiografia acadêmica como pelos gestores públicos do patrimônio cultural.A experiência da oficina que funciona no Centro de Participação Comunal Nº 3 Argüello revela na medida en que os vizi-nhos da zona consideram estes bens e seu entorno natural como elementos constitu-tivos de sua identidade como bairro e zona de uma vez que ilustra sobre as potencia-lidades que tem a História Oral para res-gatar do esquecimento e da indiferença o patrimônio da comunidade. Apresentamos aqui superficialmente em palavras o que ficou plasmado em um vídeo institucional, contextualizando histórica e contempora-neamente os cenários e aos protagonistas.Les lieux de la mémoire. Des populations anciennes estivales dans la Ville de Córdoba, ArgentineNélida Milagros AgüerosDepuis sa création en 2004, le Programme d’Histoire Orale des Quartiers de la Ville de Córdoba (Argentine) est un projet municipal qui dépend du sous-secrétariat à la Décen-tralisation et fait partie du Plan Stratégique local sous le titre de «Revalorisation des identités de quartiers”.Ce travail présente l’expérience d’un des ateliers du Programme situé dans un secteur périphérique du nord-ouest urbain qui contient un riche patrimoine construit durant la période de modernisation de la fin du XIXe siècle et des premières décennies du XXe siècle. Actuellement, la plupart de ces construc-tions sont menacées, soit par l’abandon soit par des initiatives privées ou publiques de développement urbain. Nous considé-rons que cela découle de l’insuffisance de connaissances sur cette zone de la ville, une conséquence de l’attention insuffisante qu’y porte tant l’historiographie académique que les gérants publics du patrimoine culturel.L’expérience de l’atelier fonctionnant au Centre de Participation de la Commune Nº 3 Argüello révèle dans quelle mesure les voi-sins de la zone considèrent ces biens et leur environnement naturel comme éléments constitutifs de leur identité de quartier et de la zone. En plus, cet atelier illustre les po-tentialités que l’Histoire Orale a de sauver de l’oubli et de l’indifférence le patrimoine de la communauté. Nous présentons ici sommai-rement par des mots ce qui est resté d’une vidéo institutionnelle en replaçant les scènes et les protagonistes dans un contex-te historique et contemporain.The places of memory (report). Former summer places in the City of Cordoba, Argentina Nélida Milagros AgüerosSince its creation in 2004, the Program of Neighbourhood Oral History of City of Cordo-ba (Argentina) is a project of municipal order that depends on the Subsecretary of Decen-tralization and makes a part of the Strategical local Plan under the title of “Revaluation of identities mires” (“Revalorización de identi-dades barriales”). This paper presents the experience of one of the workshops of the Program located in a peripheral sector of the urban northwest that contains a rich constructed heritage corresponding to the period of moderniza-tion of ends of the 19th century and the first decades of the 20th century. Nowadays, the most of constructions are threatened, already for the abandon or for private projects and public initiatives of urban development. We believe that this is does to the insufficiency of knowledge about this zone of the city, product of the less attention given by the academic historiography as well by the public managers of the cultural patrimony.The experience of the workshop that works in the Center of Communal Participation N º 3, Agüeros reveals in what measure the neigh-bors of the zone consider to be these goods and these natural environment constitutive elements of the neighborhood and zonal at same time they informed the possibilities that the Oral History has to rescue from the oblivion and the indifference about the heri-tage of the community. Let’s sense hear sum-mary in words what these is left had formed in an institutional video, putting in a histori-cally and contemporary frame the stages and the protagonism.15