image/svg+xml34España es un país plurinacional, aunque políticamente no se haya reconocido más que en los períodos democráticos. Pero cuando las experiencias republicanas de 1873-1874 y de 1931-1936 dieron la oportunidad de que emergiesen las opciones en libertad, las nacionali-dades de forma inmediata reivindicaron su lugar en el ordenamiento jurídico y político del Estado.La dictadura franquista hizo de este asunto una de sus grandes preocupaciones, convirtien-do la consigna de la “unidad de la patria” en su principal seña de identidad. Preferían una “Es-paña roja que rota” en palabras de uno de los más destacados e insignes líderes de la derecha española, José Calvo Sotelo, quien en un discurso en el Congreso de los Diputados el 5 de diciem-bre de 1935 había dicho: “Yo, en el Urumea en referencia al mitin pronunciado en el frontón de San Sebastián dije que prefería una España roja a una España rota. Con una España roja no se va a romper el vínculo o la unidad nacional mientras que con una España rota, ¡la Patria quedaría para siempre muerta!”El nacionalcatolicismo que dio cobertura ideo-lógica a la dictadura franquista hizo de la idea de Calvo Sotelo una de sus referencias centrales. Cen-tralismo a ultranza y catolicismo muy conserva-dor son las dos claves principales de la dictadura militar. La derrota militar de los republicanos en 1939 fue también la derrota de los “nacionalistas”, socialistas, comunistas y anarquistas. La cuestión nacional en España volvió a quedar relegada de la vida pública. La única nación era España, lo demás, provincias y regiones.Nacionalistas y comunistas contra la dictadura franquista (1959-1962) La visión de los protagonistas
image/svg+xml35Así las cosas, la emergencia de los movimien-tos antifranquistas tenía que incorporar la reivin-dicación nacional y territorial, además de cual-quier otra de calado democrático o social. Al fnal de la dictadura, la consigna que movilizaba mayor cantidad de veces a la población era “libertad, amnistía, estatuto de autonomía”, bien estuviése-mos en Cataluña, en Euskadi, en Canarias, en Galicia o en Andalucía.Para entender la historia de España es preciso entender la historia de las naciones que la componen.La oposición al franquismo tiene sus propias manifestaciones y ritmos en cada una de estas naciones, aunque en todas encontremos similitudes y también complicidades. En el trabajo que presentamos aquí analizamos cómo la tradición comunista y el nacionalismo emergente en Canarias tejen, no sin complicaciones, una renovada generación de líderes e impulsos políticos que con el paso del tiempo terminarán jugando un papel de primera magnitud a la muerte del dictador en 1975. En este artículo nos centramos en el inicio de ese proceso.Tras el fnal de la Guerra Civil española en 1939, la resistencia política quedó muy debilitada. Hasta el fnal de la Segunda Guerra Mundial no se recobró una actividad digna de mención, más allá de sucesos y brotes aislados de protesta. “Tras la brutal represión ejercida a lo largo de la guerra civil y en años ulteriores, los comunistas anima-ron la única resistencia política al franquismo que avanzados los cuarenta logró valiosos niveles de articulación entre los residuos grancanarios de la vieja militancia. El promotor de este inicial impul-so sería el agente comercial y ajedrecista Germán Pírez Pérez, ex comisario del V Cuerpo de Ejército de Enrique Lister, llegado desde la Francia de Vichy con la misión de infundir renovados bríos a sus camaradas y remover los estorbos que el equipo dirigente había impuesto a las tareas de agitación”.1Con la estabilización del Régimen y el inicio de la Gue-rra Fría se fue disolviendo la oposición que venía aún impul-sada por los protagonistas de la izquierda en la II República. Hacia el principio de los años sesenta comienzan las pri-meras movilizaciones obreras en algunos sectores productivos isleños, en el ámbito de la gana-dería y de los transportes, y van a ser dirigidas y lideradas por gente joven y de escasa experiencia en esas tareas. La nueva generación de activistas antifranquistas tuvo que partir de cero a la hora de intentar organizar esas luchas, pero con ellos se comienza a formar la generación de líderes políticos de la última oposición al franquismo y la primera de la democracia.Antes del inicio de las protestas obreras de 1960-1962, un acontecimiento represivo sirvió de catalizador para las nuevas generaciones de mili-tantes antifascistas.1. Pena de muerte para Juan GarcíaLa represión política desatada desde el co-mienzo de la sublevación militar el 18 de julio de 1936 presentó su faz más brutal y vengativa con la ejecución de Juan García, “el Corredera”, a garrote vil perpetrada el 19 de octubre de 1959.2La historia de la persecución política a Juan García tiene dos etapas diferenciadas. La primera abarca desde el inicio de la guerra civil hasta el Autor Domingo Garí Hayek Departamento de Historia, Universidad de La Laguna, Islas Canarias, EspañaNacionalistas y comunistas contra la dictadura franquista...La nueva generación de activistas antifranquistas tuvo que partir de cero a la hora de in-tentar organizar esas luchas, pero con ellos se comienza a formar la generación de líderes políticos de la última oposición al franquismo y la primera de la democracia.
image/svg+xml36año 1947. La segunda, desde esa fecha hasta su ejecución en octubre de 1959. La primera fue de naturaleza política y se enmarca como continua-ción del contexto represivo tras la Guerra Civil. Se perseguía a un militante comunista, en opinión de los “nacionales”,3aunque esto no dejase de ser una excusa usada repetidamente para justif-car con ella lo que se quisiera. En algunos casos era cierto. En otros, no. En éste, y por el tipo de información que hemos recogido, tanto oral como escrita, lo que hay detrás de la persecución al Corredera en esta primera etapa es consecuencia directa del odio de clase, que se intensifcó duran-te los primeros años de la dictadura militar.El Corredera había participado en una huelga organizada en la ciudad de Telde, a principios del año 1936, y seguro que nunca se imaginó que haber actuado como piquete contra el estableci-miento del carnicero –de profesión– y falangista Vicente Trujillo, le iba a costar la vida.Después del 18 de julio, el Corredera tuvo que huir de Telde tras la persecución a la que fue sometido por Vicente Trujillo. En ese momento no es miembro del Partido Comunista, aunque sí simpatizante del Frente Popular. Al Corredera no se lo persigue por comunista: A Juan lo hicieron del Partido después, cuando yo estuve con él no era del Partido. Si hay un hombre a quien hay que recordar es a Juan García. Estuvimos mucho tiempo juntos, y donde llegara Juan García tenía las puertas abiertas. Nos quedamos muchas veces en cuevas, covachas. Todo el mundo lo quería, bien por la política o porque lo querían a él porque era un buen hombre...nos comen-ta don Juan Méndez, miembro del Socorro Rojo,4quien estuvo huido esta primera etapa con Juan García.Don Juan Méndez tuvo que exiliarse por repartir propaganda ilegal, porque era que quien no estaba con nosotros, estaba contra nosotros, entonces todos los que no estábamos con ellos, éramos rojos, comunistas.5 Su hermano le consiguió un barco en el que pudo huir de la Isla, no sin antes brindarle la oportunidad a Juan García de embarcarse junto a él. Pero el Corredera no quiso, dijo: “yo no salgo”6.Pasados los primeros años de huida y escon-dites en cuevas y barrancos, en 1947, Juan García se encuentra nuevamente con Vicente Trujillo en Telde, a quien había ido a buscar “para pegarle dos tiros”, acabando de esta forma con las “múl-tiples fechorías que Vicente Trujillo le hacía a la madre y a las hermanas de Juan García”,7y con la persecución a que aquél lo tenía sometido desde julio de 1936.Tras ese momento la historia del Corredera comenzaría a fraguarse en línea del trágico desen-lace de octubre de 1959. Ya sin ninguna actividad de carácter político o sindical, el Corredera sólo tiene tiempo de huir los últimos doce años de su vida. El 19 de octubre de 1959 se le aplica la pena de muerte. La noticia de la ejecución, por otra parte espe-rada en los círculos más politizados, serviría como uno de los detonantes del surgimiento de una nueva oposición al franquismo. Nueva en una do-ble acepción. En la generacional y en la ideológica. Por primera vez, tras más de sesenta años, reapa-rece el problema nacional en la relación de Cana-rias con el Estado español, y también, por primera vez, el hecho nacional entra a formar parte del ideario de las fuerzas antifascistas en Canarias, igual que ya lo hacía en Cataluña o en Euskadi.El movimiento Canarias Libre emerge como la nueva forma de oposición al franquismo, y se suma a la labor que ya realizaba el PCE, algunas veces en concordancia y otras con discordancias. La infuencia que el proceso al Corredera ejerció en su nacimiento fue señalada por uno de sus más reconocidos protagonistas, el abogado laspalmanse Fernando Sagaseta, quien nos señaló que:...vino el proceso y la muerte, el asesinato legal del Corredera. Eso fue un estímulo decisivo para que surgiera lo de Canarias Libre.El asesinato, casi clandestino, del que termi-naría convirtiéndose en un símbolo y mártir de la lucha antifascista maduró las inquietudes políti-cas de la joven intelectualidad canaria. Junto a la ejecución del Corredera, Carlos Suárez, abogado, y asimismo protagonista de esta historia, destaca tres causas de segundo orden que ayudan a expli-car el nacimiento de esta formación política:En primer lugar, nuestra situación de inquietud; en segundo lugar, los mil y un subrayados que tenía
image/svg+xml37Fernando del libro de Lefevbre, Qué es la dialéctica, y teníamos el libro que escribió Sartre8sobre la revolu-ción cubana. Me acuerdo, por el formato que tenía, que leímos cosas de ésas, pero no más, las leía uno con el cariño y la cordialidad de ver que se estaba haciendo la revolución en un sitio, pero no tenía uno la dialéctica todavía. Y, tercero, el grupo de Andrés Alvarado lanzó una octavilla anticlerical, hablando de la Semana San-ta, a la cual llamaba el carnaval de los curas.El revuelo de comentarios que provocó esa octavilla suscitó en ellos la idea de cómo agitar una ciudad aunque se careciese de medios impor-tantes. 2. La intelligentsiaantifascistaEl movimiento Canarias Libre estaba forma-do, principalmente, por personas de extracción pequeño burguesa: abogados como Fernando Sagaseta y Car-los Suárez; Andrés Alvarado, perito mercantil; Manolo Bello Cabrera, farmacéutico; Jesús Cantero Sarmiento y su herma-no Arturo, profesor de enseñan-za media, etcétera. Aunque tam-bién había personas de clase obrera, como los que constituían la célula del PCE del Barrio Arenales.El PCE, que manifestó celos políticos cuan-do surgió este grupo, redactó un informe para el transcurso del VII Congreso del Partido, en el que lo describía de la siguiente manera: “Era un movimiento de los intelectuales, capas medias de la población, gente joven. Ese Movimiento de Ca-narias Libres (sic), con unos planteamientos muy infantiles y muy fuera de la realidad de las Islas, pero que caló inmediatamente, más que nada por-que el Partido no realizó ningún trabajo de orien-tación, caló en los sectores pequeños burgueses y en algunos sectores campesinos y sirvió durante unos dos o tres años de actor de agitación y movi-lización de cierta parte del pueblo. El Partido, en estas circunstancias, fue arrastrado a remolque de ese Movimiento de Canarias Libres, de tal manera que, en la base de ese movimiento, los militantes del Partido eran los que ayudaban fundamental-mente a la tirada de octavillas, de letreros y a las acciones, y pocas acciones, de agitación que reali-zó ese movimiento. No infuía, ni mucho menos, orientaba; la prueba de ello es que los militantes, e inclusive algunos dirigentes de Canarias Libres, eran militantes y dirigentes del Partido. Los mili-tantes y dirigentes del Partido actuaban en Cana-rias Libres, pero no con una política propia, sino siguiendo la política de esos intelectuales.”9Este punto de vista ofcial del PCE será compartido años más tarde por algunos de los protagonistas de los acontecimientos, pero muy criticado por otros, que con el transcurso del tiem-po fueron alejándose de la línea ofcial del PCE, para romper con él en la década siguiente, y crear un nuevo Partido Comunista en Canarias, que no obedeciese a las directrices del histórico PCE. Aunque para ese salto interviniese otra serie de asuntos además de los aquí relatados.Canarias Libre se forma como un movimiento de masas, donde más que nada, según reconoce Fernando Sagaseta, los senti-mientos prevalecían. Así y todo, el movimiento adquirirá tal envergadura que, con el paso del tiempo, el Estado franquista tendrá que usar la represión directa contra sus miembros para atajar un creciente sentimiento de rechazo hacia la dictadura y a España, generado en signi-fcativos sectores de la población, de forma más acentuada en la ciudad de Las Palmas, la principal ciudad del Archipiélago Canario.Fernando Sagaseta opina que ese sentimien-to del que nos habla desató energías chovinistas, aunque entiende que motivadas por la situación social y política del momento:En el sentir del pueblo hay que tener en cuenta que la administración española ha sido nutrida esen-cialmente por peninsulares. Entonces, detrás de la ventanilla odiosa del Estado, aparece el tío hablándote el peninsular, entonces se producía una repulsa y se confundía el ser peninsular y el ser del Estado que estaba dominando. Fue una reacción lógica.10En el despacho de Fernando Sagaseta es donde se gesta toda la historia de Canarias Libre, El movimiento Canarias Libre estaba formado, principal-mente, por personas de extracción pequeño burguesa (...)
image/svg+xml38porque desde allí se podía hacer un trabajo políti-co con la clase obrera, haciéndonos eco de la situación que estábamos viviendo en aquellos momentos, sin ser ninguno ni siquiera marxista, nos comenta Carlos Suárez, bastaba sólo con estimular un poco las inquietudes políticas que se tenían en aquellos momentos, porque realmente existían unas “con-diciones objetivas” propicias para que se pudiese realizar un movimiento de las características del Canarias Libre. Este joven abogado estuvo des-de el comienzo de su carrera profesional estre-chamente vinculado al mundo de la política. Su ambiente familiar favoreció ese compromiso, ya que su familia vivió marcada por la historia de su tío Eduardo, diputado comunista fusilado el 6 de agosto de 1936. Sin embargo, para Antonio Cubillo, también abogado, pero en otra ciudad y en otra isla, el pro-ceso había comenzado mucho antes, en la década de los años cuarenta, nos comenta, y añade:En aquella época había algunos enfrentamientos y (fue)entonces cuando empezamos a hablar de –quizá, oponerse al franquismo– independencia, de crear una república canaria. Después llegaron los primeros estu-diantes, en el 48, de Las Palmas, hablando de crear una república. Empezaron a hablar de la RIA (República Independiente del Atlántico). Nosotros encontramos eso un poco folclórico, lo que traía la gente de Las Pal-mas, porque nosotros lo tomábamos muy en serio.11Aunque posiblemente infuido por la ver-sión que ha difundido Antonio Cubillo sobre el Movimiento Autonomista Canario (MAC)12y la organización del Canarias Libre, Jesús Cantero expone su lectura de estos acontecimientos que adelanta Cubillo. Para Cantero, la disparidad que ha existido a la hora de interpretar los orígenes del Canarias Libre está infuida por la realidad ar-chipielágica, y así expresa que el proceso arranca paralelamente en Tenerife y en Gran Canaria, sólo que: En Las Palmas surgió este sentimiento nacionalis-ta y se le denominó Canarias Libre y en Tenerife surgió este sentimiento nacionalista y allí se lo llamó MAC.13Y reafrma que las dos organizaciones ter-minarían confuyendo en el transcurso de una reunión que mantienen “Cubillo y Sagaseta”.Otro elemento precursor del dinamismo antifascista en 1960 fue el nacimiento de un grupo que se denominó la Iglesia Cubana, que hace cir-cular unos panfetos por Las Palmas en los que se ridiculizaba el papel de la Iglesia y se criticaba la situación general que se vivía en aquellos momen-tos. Hay que tener en cuenta que la Iglesia era el pilar ideológico de la dictadura y, por tanto, criticar a la Iglesia era hacerlo también al aparato político. Precisamente, la especifcidad española de fascismo en el contexto europeo radica en el importante pa-pel que juega la Iglesia como soporte del régimen. El nombre elegido, Iglesia Cubana, se debió a la visión que tenían las personas con formación política de izquierda de la Isla Caribeña, en la que estimaban que la corrupción formaba parte de la normalidad del sistema cubano, así como la sumisión a los inte-reses de los EE.UU., que había convertido la sobera-nía nacional en la Isla en una entelequia: Entonces, decir Iglesia Cubana era lo más cachon-do que se le podía ocurrir a uno. Se dedicaron a criticar a la Iglesia y a criticar al sistema, a reírse del sistema y como método de hacer un revulsivo de la sociedad.14Esa primera experiencia fue formando a la gente y comprometiéndola políticamente. De he-cho, algunos de los integrantes de ese grupo parti-ciparían posteriormente en la creación de Canarias Libre, al que más tarde, según el recuerdo de Jesús Cantero, se incorporó el Partido Comunista de España.La idea de Canarias Libre surgió de gente in-dependentista, yo quizá también, nos dice Fernando Sagaseta, pero la infuencia ideológica del Partido Comunista ya existía,15y éste fomentaba la idea de que había que formar un solo Partido, que no había que dividir las fuerzas sino unirlas: ...y la idea de freír un huevo para que se lo comiera otro y entonces, claro, no se dijo Canarias Indepen-diente, sino Canarias Libre –asevera Sagaseta–pero cabían gente independentista, gente que no lo era pero que defendían el problema social, económico, de Cana-rias. Y así salió.En la constitución de Canarias Libre, el Parti-do Comunista de España estuvo presente por me-
image/svg+xml39dio de una célula obrera que funcionaba en el Ba-rrio Arenales. El papel de este Partido, y el de sus hombres dentro de Canarias Libre estuvo limitado a acciones propagandísticas, y siempre mantuvo una posición de segundo orden en el interior de la organización nacionalista. “El PC local se había dejado absorber por la eclosión del nacionalismo y no pudo actuar como centro rector, ni desplegar siquiera sus particulares orientaciones, por estar aislado de las masas e ignorar incluso las directri-ces políticas de la dirección”.16Aun así dentro del PCE, la facción representada por los más jóvenes y encabezada por Armando León Herrera, era partidaria de la colaboración con Canarias Li-bre. “León Herrera captó las posibilidades de la canariedad para promover un frente antifascista y llevar una conciencia de clase al difuso sentimiento ‘antigodo’. Las reticencias iniciales de sus compañeros fueron arrumbadas y de este radio opositor surgió la mayor parte de la propagan-da y el grueso de los agitadores urbanos, además de la base popular que arropaba la ini-ciativa autóctona. La difusión propagandística experimentó un avance sustancial merced a los dos artilugios de alcohol fabricados a partir de una máquina que suministró Cubillo”.17Este episodio narrado pone de manifesto una ruptura generacional, que es también en cierta for-ma ideológica, al introducir una nueva sensibilidad y preocupación por el hecho nacional en un Partido que lo había ignorado de forma recurrente.La nueva generación tuvo su forma específca de articular la lucha política contra el franquismo, no sin paralelamente tener que salvar difcultades de distinto orden. El hecho de haber nacido a la vida política veinte años después del trauma de la Guerra Civil, difcultó que el conocimiento y las experiencias de los más veteranos se transmitiesen a las nuevas generaciones:No hubo testigo que se entregase a la siguiente generación. Yo creo que hay que decirlo así, el hecho de descubrir lo que signifcaba tirar una octavilla fue un paso de gigante en la mente de las cuatro personas que asumieron eso.La escasa preparación y experiencia política de la que nos habla Carlos Suárez se debió tam-bién a la falta de materiales que les permitiesen estudiar y comprender otras luchas y formas de organización que había desarrollado la clase obrera en distintas latitudes y épocas, en aquellos momentos no éramos estudiosos del marxismo, ni de la lucha obrera,sentencia.Por medio de los despachos de abogados la-boralistas la infuencia del colectivo fue agrandán-dose. Este fenómeno fue similar en otros lugares del Estado, cuando la emergencia de las nuevas generaciones de activistas antifascistas se hizo con el protagonismo de la lucha contra la dictadura. “En los años 50 y 60 (…) un despacho de laboralis-tas era algo más que un despa-cho de laboralistas y en oca-siones se convertía en un lugar de encuentro y reuniones entre combatientes sociales. Podría-mos decir que la historia de la resistencia antifranquista en las ciudades hubiera sido muy diferen-te y mucho más dura sin contar con los ‘territorios francos’ de los despachos de algunos abogados”.18Gracias a la actividad de los abogados labora-listas, algunas veces el Estado tenía que guardar las apariencias de estado social, pero además y so-bre todo, se utilizaba como vehículo para politizar a la clase obrera y a los trabajadores en general. No fueron los despachos de Tenerife y Gran Ca-naria los primeros del Estado español, tal y como nos comentó Carlos Suárez, pero sí, desde luego, están insertos en la misma lógica y son contempo-ráneos e igual de vanguardistas que los surgidos en Barcelona y en otras grandes ciudades.En Canarias, el primer despacho de estas ca-racterísticas fue el de Antonio Cubillo, quien una década más tarde sería el dirigente independentis-ta más conocido. Cubillo era hijo de una maestra de Icod, un pequeño pueblo del norte de Tenerife, muy afectado por las dos importantes olas emi-gratorias hacia América que sufrió la población El hecho de haber nacido a la vida política veinte años después del trauma de la Guerra Civil, dificultó que el conocimien-to y las experiencias de los más veteranos se transmitiesen a las nuevas generaciones.
image/svg+xml40del Archipiélago. La primera a Cuba a fnales del siglo XIX, la segunda a Venezuela tras la Gue-rra Civil de 1936-1939. La primera es la que más infuyó en su visión de los problemas de las Islas. Los retornados de Cuba hacia los años treinta eran personas que habían vivido la guerra anticolonial de 1898, o la resaca del proceso de independencia de Cuba. En el pueblo... los chicos nos reuníamos con ellos y ellos nos contaban las historias de la guerra de la independencia contra España (…) En este ambiente la mayoría de la gente decía, estos campesinos que esta-ban allí ¡ya! Si nosotros fuésemos independientes como los cubanos, viviríamos mejor que con España.Para Antonio Cubillo, la discusión que se entablaba en la década de los cincuenta era si se debía construir un movimiento independentista en toda Canarias o sólo en Tenerife para, a partir de ahí, llegar al resto de las Islas:La gran discusión durante mucho tiempo fue esa, establecer la idea por todo el Archipiélago o concentrar-la en la ciudad de La Laguna y después en Tenerife, y después llegar a acciones de toma de cuarteles, poner una bandera y declarar la independencia.Se pretendía aprovechar la oportunidad que ofrecía el desarrollo de organismos como el que representaba Naciones Unidas, a la vez que la debilidad del régimen franquista –pensaba– creaba expectativas sobre su pronta desaparición, hasta que los acuerdos frmados con los EE.UU. en 1953,19y sus consecuencias, echaron por tierra las esperanzas de que el aislamiento internacional pudiese acabar con la dictadura.Junto a los asuntos señalados, la emergencia de los procesos independentistas en el Tercer Mundo animaba el planteamiento nacionalista. Sobre todo, según reconoce Cubillo, el vivido en la India: Lo de Gandhi tuvo infuencia bastante entre nosotros. La prensa le daba bastante importancia, la es-pañola, porque se oponía a la política inglesa. Entonces decíamos que por qué no hacíamos lo mismo. Porque ése era el proceso de liberación que se estaba verifcando.Hacia fnales de la década de los 50,20se producen en Tenerife los primeros síntomas de malestar social, expresado públicamente con la quema de guaguas (bus), monopolio a la sazón de la familia Oramas, miembro de la poderosa oli-garquía local. La causa principal que dio origen a estos brotes de protesta social, estuvo relacionada con otra actividad económica de la misma familia Oramas, la producción de leche en polvo. Con la constitución de la empresa ILTESA esta familia se quiso asegurar el monopolio en la venta de leche, para lo que no dudó en usar mecanismos de dumping, contra los ganaderos locales.Esa situación, que en un primer momento be-nefció a los consumidores, se usó como un arma para eliminar a los productores locales de leche. Cubillo, que puso su despacho a trabajar en la defensa de los ganaderos y de las repartidoras de leche, nos manifestó que la movilización de estos colectivos tenía como fnalidad que se prohibiese la importación de la leche en polvo. Pero el enemigo resultó muy poderoso nos comenta, los Oramas esta-ban haciendo la ILTESAy la importación generaliza-da del producto terminaría siendo una realidad.La visión de Cubillo en aquel momento iba más allá del problema laboral, aunque no mi-nusvalorara éste: Yo me acuerdo que fue una batalla diciendo que la importación de leche en polvo acabaría con los ganaderos, con las lecheras... pero sobre todo tenía en cuenta el grave proceso de dependencia en que podía caer el sector primario porque... al acabar con la vacas, pues acabaría después con la agricultura pues no habría después estiércol. Lo que iba a pasar es que íbamos a ser importadores de abonos químicos y se acabaría destruyendo la agricultura.Este conficto laboral terminó confrmando a las autoridades franquistas la peligrosa tendencia que animaba al joven abogado, que además ya se había destapado en otros confictos de pareci-da índole, como fueron los casos de la huelga de panaderos en mayo de 1961 y la huelga de portua-rios en enero de 1962.3. El fútbol ayudó lo suyoA todos estos acontecimientos se sumó la detención del grupo de Las Palmas, lo que origi-nó, según Cubillo, su arresto: Cuando eso ya éramos Canarias Libre y el grito que se daba en todas partes era ¡Canarias Libre!
image/svg+xml41En opinión de Cubillo, a raíz de su detención por la “cuestión de las lecheras”, el grupo de Las Palmas se lanzó a hacer una pintada enormeen el Estadio Insular momentos antes del inicio de un partido de fútbol, y ahí cometieron el error, y lo come-tió Sagaseta.La intervención de la policía fue inmediata, y las pruebas dejadas por quienes realizaron la acción facilitaron la labor represiva. Las pintadas se habían hecho con tiza, y los veinticinco kilogramos necesarios fueron adquiridos en un mismo estable-cimiento. Para la policía fue fácil seguir el rastro.En la creencia de Cubillo, no confrmada por nadie más, y bastante improbable pero necesaria de aportar porque nos informa de las desavenencias dentro del grupo (y la permanencia de éstas a tra-vés del tiempo), la responsabilidad de lo ocurrido sólo podía recaer en Sagaseta, porque según afrma:Él tenía un libro que tenía apuntado a todos los simpatizantes del movimiento Canarias Libre. A partir de ahí, y siempre según Cubillo, a su arresto “por la cuestión de las lecheras” se suma-ron los nuevos cargos que le iban a caer por su participación en Canarias Libre.Para el resto de integrantes del movimiento, los acontecimientos se suceden de manera distin-ta, de tal forma que los incidentes del Estadio no encuentran su origen en la detención del abogado tinerfeño, sino en otra serie de factores.Duncan Shaw escribió: “De hecho, podría argumentarse que la dictadura estuvo realmente a favor de que el fútbol sirviese de campo seguro para las tensiones regionales (nacionales), como una válvula de escape”.21El 4 de marzo de 1962, la UD Las Palmas juga-ba un decisivo partido para ascender a la primera división de la liga española. El contrincante era el Córdoba, equipo que lideraba la clasifcación en la segunda división con tres puntos de ventaja sobre Las Palmas. La UD Las Palmas vencía en el partido por el tanteo de un gol a cero, cuando a tres minutos del fnal, a juzgar por los comentarios de la prensa local, el árbitro concede un dudoso gol al Córdoba. “El 1-1 de ayer queda ciertamente como una afrenta, como un desprecio al sentido de dignidad del fútbol (…) El resultado fnal lo había producido el árbitro dándole al Córdoba un gol totalmente inexistente”, publicaba el Diario de Las Palmasel lunes 5 de marzo. Y continuaba; “Creemos que el desgraciado árbitro que hoy ha manejado tan nefastamente el pito en nuestro Estadio Insular es el señor Martín Álvarez, del Co-legio Aragonés. Por supuesto, no honra a su Cole-gio, ni a la clase arbitral en general, y, por bien y prestigio de la misma esperamos sea inhabilitado a perpetuidad incapacitándole ofcialmente para cualquier labor de tipo deportivo, aparte de las responsabilidades de orden civil que puedan ca-berle, tras la fabulosa alteración de orden público que ha protagonizado”.22Los medios de comu-nicación anunciaron la detención del árbitro, al objeto de apaciguar el ánimo de la afción, aunque tal hecho no ocurrió.Lo relevante del caso es que ese partido de fút-bol fue un detonante muy importante en las masas, y el malestar que generó lo supo interpretar Cana-rias Libre. El nivel de alteración de orden público del que nos informa el Diario de Las Palmasfue lo suf-cientemente grave como para que el presidente de la Junta Provincial de Educación Física y Deportes de Las Palmas sacara una nota en los periódicos granca-narios el día 7 de marzo, advirtiendo y confando en que : “no serán necesarias las medidas que la Autoridad con toda energía tomará en evitación de que la asistencia a un deporte se transforme en una posible alteración de orden público, que después todos hemos de lamentar”. Y continúa, “Ruego a los directivos, jugadores, Prensa y Radio así como a todos los afcionados correspondan en todo momento al alto concepto del deporte, que en sus competiciones entre equipos de la misma Provin-cia, de la misma Región, de la misma Nación o incluso internacionales, deben suponer siempre una noble emulación que acerque a los pueblos en vez de separarlos”. Es difícil de demostrar por me-dio de documentación escrita, pero a tenor de las declaraciones del presidente de la Junta Provincial de Educación Física y Deportes de Las Palmas, Antonio Avendaño Porrúa, y de los testimonios orales recogidos, probablemente el grito más co-reado durante los disturbios después del partido fuese el de: “¡Godos fuera, viva Canarias Libre!”
image/svg+xml42En los días posteriores a estos sucesos se pre-sentan en Canarias dos importantes autoridades del Estado fascista: la primera es el jefe del Estado Mayor del Ejército y la segunda, el ministro secre-tario general del Movimiento. Sus intereses son apaciguar los ánimos y respaldar a las autoridades locales: “Venimos con ilusión a Canarias por-que Canarias nos preocupa constantemente y la tenemos muy presente (…) España nos necesita a todos que todos somos españoles”, dijo Solís Ruiz en su discurso del 30 de marzo de 1962.23Dos días después, en la nota de “salutación” al ministro el periódico testimonió: “Las Palmas siempre leal a sus convicciones patrióticas y a su españolidad a toda prueba… se siente orgullosa por la visita del ministro secretario general del Movimiento”.Dos semanas más tarde, en el partido de juveniles entre la selección de Las Palmas y la Andaluza, el Estadio apareció por la mañana lleno de pinta-das en las que se podía leer: “¡Viva Canarias Libre!” Esa acción fue la que le costó al grupo la represión policial y el posterior encarcelamiento a buena parte de sus integrantes.La acción del Estadio fue realizada por el gru-po comunista de Barrio Arenales, al frente del cual estaba el ya mencionado Armando León Herrera. Jesús Cantero, que también participó en la misma, nos lo narra:La cosa estaba organizada por los comunistas, por esta gente y su furgón, después uno de ellos llevaba un pistolón –me parece que era una Ruger– y bueno, allí se entró armado, se saltó por encima. Armando León saltó por encima y luego dentro con una sierra cortó el candado y luego entramos todos los demás y pintamos aquello durante toda la noche. Incluso yo recuerdo pintar toda la torre del marcador, pintamos también las tribunas esas que están reservadas para las autori-dades.La acción rápida de la policía condujo a la estructura de Canarias Libre a la comisaría de policía en los días sucesivos.Estando esta gente detenida se jugó la fnal entre las selecciones juveniles de Las Palmas y de Murcia. Ganó Las Palmas por 5-3, lo que provocó las aguerridas declaraciones del entrenador del equipo canario, Luis Molowny: los chicos se han batido como auténticos canarios y verdaderos españo-les.Mientras, los detenidos, estando en la celda de castigo oíamos los comentarios de los guardias civiles que decían que Las Palmas había ganado.La ciudad fue una explosión nacionalista, algo nunca visto según dicen.Sin duda, la detención de aquel grupo de jóvenes no era ajena al eufórico estado de ánimo de las masas. Esos acontecimientos signifcaron el punto álgido del Canarias Libre, aquello fue como el último fogo-nazo y después, aparentemente, se apagó otra vez.24Las nue-ve personas detenidas fueron sometidas a consejo de guerra, cayendo penas de cárcel para ocho, que oscilaban entre los ocho años y los seis meses de prisión.Bajo la perspectiva de Fernando Sagaseta, lo ocurrido en el Estadio no fue más que el resultado de la actuación de un grupo de pequeños burgueses no acostumbrados a la clandestinidad, que hablaba por todas partes y enton-ces, nos tenían a todos fchados. Pero como las autoridades sabían que no eran comunistasno los habían tomado en serio hasta ese momento, no se preocupaban por nosotros.25Más ingenuamente otros protagonistas esti-maron que el grupo mantenía una estructura de mayor enjundia. En el siguiente testimonio que narra la estructura orgánica de Canarias Libre se apunta la existencia de una organización constitui-da por distintas células, y en la que los componen-tes de unas ignoraban la existencia de las otras.Había una clandestinidad y una organización por células. Yo militaba no sé si con Manuel González Ba-rrera, Manuel Vizcaíno Reyes, Manuel Bello Cabrera, Luis Alzó y Arturo Cantero.26Otra célula la componían los abogados labora-listas del despacho de Fernando Sagaseta y Carlos Suárez y, por último, la tercera estaba compuesta por Armando León, que:Sin duda, la detención de aquel grupo de jóvenes no era ajena al eufórico estado de ánimo de las masas. Esos acontecimien-tos significaron el punto álgido del Canarias Libre.
image/svg+xml43Era de la célula de Barrio Arenales, que detuvo la cadena de detención porque él se negó a dar más nom-bres y, entonces, los del Barrio Arenales se salvaron, que eran los comunistas. Yo fui el penúltimo en ser detenido y modestamente también contribuí a que se rompiera la cadena de nombres. La acción policial tuvo efectos devastadores contra la incipiente oposición antifranquista. La estancia en las comisarías duró varios días, en los que fueron golpeados y torturados psicológica-mente. Al salir de ella y en espera del juicio que los terminaría mandando defnitivamente a la cárcel, Cubillo se exiló en Argel y estuvo allí hasta mediados de los años ochenta.Los demás integrantes del Canarias Libre que fueron a prisión salieron de ella militando en el PCE. Todos, eso es un dato importantísimo. Y, curiosamen-te, a pesar de que todos éramos de Canarias Libre y después del Partido, jamás hemos ejercido presión como grupo, que para mí es un dato muy importante,señala Fernando Sagaseta.Sin embargo, el fenómeno de colaboración recíproca no se produjo, porque si bien los mili-tantes de Canarias Libre entraron a formar parte del Partido Comunista, éste subestimó el papel que podía jugar la organización nacionalista y dejó que se diluyera a raíz del golpe sufrido tras los acontecimientos del Estadio. El Partido, y aquí comunistas veteranos han hecho esa crítica, no supo recoger ese sentimiento. Cuando caímos nosotros, el Partido, mandado desde París por Carrillo, dijo que aquello había que suprimirlo y sólo coger a los camaradas que sirvieran.Ese “error de cálculo”, probablemente, no sólo perjudicó a Canarias Libre, sino que también le im-pidió al PCE haberse aprovechado de un ascenden-te enorme del pueblo, educándolo ideológicamente, aprovechando un sentimiento real que existía por unas condiciones históricas determinadas. Pero en fn, hubo grandes errores, precisamente por estar la dirección en París y se dictan las cosas sin cono-cerlas, por intuiciones y boberías y por teorías librescas. La aplicación práctica es lo más difícil que hay. Los que traduzcan en la práctica una teoría que siempre es gris (…) Como decía Lenin, la práctica es multicolor.274. La ideologíaMientras estos acontecimientos se desarro-llaban con el grupo de Las Palmas, en la Isla de Tenerife, Cubillo había logrado llevar a cabo una intensa actividad por medio de su despacho. Su labor sindical, que había concluido con la serie de huelgas que ya hemos mencionado, llevó al gobierno a pensar en la posibilidad de seducirlo y atraerlo a sus posiciones. Le ofrecieron la Secre-taría Provincial del Sindicato Único. El gobierno franquista trató de integrarlo de esa guisa, jugan-do con la basa de que... había sido fecha, en aquel tiempo la gente iba sin ideología ninguna. Total que éste ya estaba haciendo una labor en la clase obrera muy interesante en Tenerife.28El despacho de Las Palmas, por indicación de Germán Pírez emuló la actividad que desarrollaba Cubillo, y Carlos Suárez pasó a desarrollar una labor igual a la que hacía Cubillo, dadas sus amplias relaciones sociales. Y en opinión de Sagaseta la hizo mucho mejor, porque Cubillo después se marchó. Desde ese momento, Carlos Suárez, aun a pesar de estar en el Canarias Libre, se mantenía alejado del grupo. Su dedicación se centraba exclusivamente en la clase obrera.Esta aportación organizada por un veterano comunista como era Germán Pírez fue con el tiempo valorada de forma positiva por los integrantes de Canarias Libre, que se hicieron marxistas años más tarde, porque: ...sobre todo para los comunistas, esa la-bor era importante, porque la clase obrera es la decisiva.29El despacho que llevaba Antonio Cubillo, a través del cual se canalizaron los confictos y las huelgas de la época, fue el vehículo adecuado para establecer el contacto entre los grupos de Las Palmas y de Tenerife. Estuvimos hablando de cómo se hacían las cues-tiones. Ya estábamos balbuceando los rudimentos del marxismo. Me acordaré siempre de una anécdota, de no sé qué rollo se metió Antonio en un escrito sobre el marxismo, que yo le decía: “¡pero Antonio, si tú no tienes ni puta idea de esto!” Es que no teníamos ni siquiera libros, le decía. Y el tío subestimó la historia, nos testimonió Carlos Suárez.
image/svg+xml44La relación entre los dos grupos fue bastante esporádica debido a que, por una parte existía el inconveniente de la insularidad y, por otra parte, el funcionamiento orgánico de Canarias Libre no era el de una organización bien estructurada, sino más bien dominaba la improvisación y la esponta-neidad. El abogado Carlos Suárez nos comenta: Yo sé que participé en una reunión pero, vamos, como se hacían las reuniones en aquella fecha, en una fnca al aire libre de Nicolás Díaz Saavedra, que vino Antonio Cubillo y estuvimos charlando, pero nunca fue una reunión de ésas, de las clásicas reuniones políticas que te sientas, estudias cosas, acuerdas cosas (…) Esa fue la única relación que tuvo Cubillo; no sé si con Fernando tuvo más reuniones y yo no me enteré.El auge revolucionario que experimentó el mun-do en los años sesenta ejerció su infuencia en deter-minados sectores de la juventud. Pero, sobre todo, fue la Revolución Cubana la que más impacto causó. Pensábamos abrir la delegación de Canarias Libre en Cuba. Era el idealismo de las primeras fases de la Revolución Cubana, porque aquello era el Movimiento 26 de Julio, una cosa magmática también, pero esto aquí era mucho menos.Se carecía por completo de líderes revoluciona-rios que fuesen capaces de elaborar propuestas po-líticas o ideológicas, ...no teníamos nada, era una cosa más bien de intuición y se desató bastante el chovinismo. Se decía: ¡canario escoge tu godo!, recuerda Sagaseta.El Canarias Libre funcionó a base de volun-tarismo, priorizando la agitación al análisis y a la teoría, que fue prácticamente nula.Hablando de la visión que yo tengo –Carlos Suárez–elementos agitativos, manifestación de des-contento, tibieza en nuestros planteamientos, porque efectivamente, no teníamos experiencia, no teníamos una consistencia ideológica. Ante esa situación era fácil para un Partido bien organizado, como era el PCE, desarrollar una considerable infuencia en aquellos jóvenes entusiastas, sobre todo en los elementos más politizados como era Fernando Sagaseta y el grupo político que podía ser Isidro Miranda, Sebastián Dores-te Abreu, Manolo Bello, Luis Alzó. El Partido Comunista y sus militantes tenían una visión clara de lo que pretendían hacer: Esos sí sabían lo que querían. Y, claro, para un Par-tido Comunista, los movimientos independentistas son nefastos. Ya sabemos la actuación típica de los Partidos Comunistas con respecto a grupos independentistas. Mientras los integrantes del grupo Canarias Libre aprovechaban los paseos con sus novias para tirar unas octavillas ...la célula comunista funcionaba como tenía que funcionar y estuvo en condiciones de hacer pintadas por el Estadio y de hacer pintadas por la ciudad y todas esas historias espectaculares que fue eso.30Esta relación tan estrecha y tan directa entre los integrantes del Canarias Libre y los comunis-tas de la célula de Barrio Arenales permitió que el PCE ejerciera infuencia a niveles ideológicos, que se vio incrementada por la amistad personal que existía entre los diferentes miembros de las dos organizaciones.La presión era tan grande que tenía la gran hege-monía ideológica que podía tener, en este caso digo el Partido pero, bueno, Germán Pírez, la gran amistad que tenía con Fernando, hace que las posiciones nacio-nalistas que pueda tener Canarias Libre fueran mati-zadas; luego, cae. Viene el desastre de Canarias Libre, por la inexperiencia, porque todo cae en base de, pura y exclusivamente, de uno que se caga todo y habla todo lo que tenía que hablar. Porque se sabía todo, ya que había un mal funcionamiento orgánico. Se va a la cárcel.Aunque no es ese el caso de quien nos lo narra –Carlos Suárez– que a pesar de haber sido citado varias veces en el resumen del sumario, no fue enviado a prisión. Desde su punto de vista, el hecho de haber escapado a la represión pudo deberse a una valoración del Régimen en aquellos momentos, dado el trabajo que estaba realizando con colectivos obreros. Este argumento, piensa Carlos Suárez, que está reforzado por el hecho de
image/svg+xml45que hubo gente que, sin apenas tener actividad política y cuyo acercamiento al grupo era bastan-te débil, fue reprimida y llevada a prisión, como en el caso de Vizcaíno, un chico que trabajaba junto con Andrés Alvarado o cualquier otro. Y, sin embar-go, a ellos los cogieron y les metieron cuatro años y a mí ni siquiera me tocaron. Fue por eso que cuando estaba asistiendo al juicio –me citaron dos o tres veces– cuando estaban leyéndose los atestados, los sumarios, o como se llame eso, uno estaba cagado, uno estaba manteniendo el tipo en el juicio y que de repente enci-ma te nombren (…) Bueno, y eso fue en el resumen. Sí, en el resumen estaba citado dos o tres veces (…) y, sin embargo, ni me tocaron.En este movimiento, donde ni todos eran comunistas ni todos eran independentistas, los vínculos de unión ideológica venían dados por elementos más genéricos. Ideológicamente, po-dríamos catalogarlos como “gente de izquierda”, “antifascistas”, haciendo la salvedad de los mili-tantes perteneciente al PCE. Los demás compo-nentes que no formaban parte del PCE, podríamos decir que no se habían dotado, todavía, de una teoría revolucionaria que pudiese explicarles el sentido de sus inquietudes, aunque como plantea Jesús Cantero, ya “se hablaba del marxismo”, lo que le induce a pensar que: No era un grupo bur-gués, como se dice después–dicen algunos–. Entró un entusiasmo revolucionario y entonces una febre y una agitación (…) la ciudad estaba totalmente muerta, era la paz de los cementerios por completo. No había nadie que hiciera lo más mínimo.En esa situación, una pintada con tiza en una pared, que dijese “Canarias Libre”, tenía un impacto tremendo, la gente se paraba a leerla y co-mentarla, y “se pasaba de boca en boca.” Hay que tener en cuenta que las últimas actuaciones políti-cas en Las Palmas habían sido en el año cuarenta y siete, cuando se desmanteló al PCE. Desde esa fecha era la paz de los cementerios total, yo creo que incluso había pocos policías, porque el Régimen estaba fuerte y no necesitaba ni policías ni nada.31En las circunstancias políticas e históricas en que se desarrolló Canarias Libre, la cuestión de que los integrantes se declarasen independen-tistas o no era un problema de segundo orden, porque objetivamente, estaba haciéndole el juego a los independentistas, pero los que estamos allí metidos, si nos considerábamos y queríamos ser independentistas, teníamos el freno de Germán Pírez detrás. De ahí que, efectivamente, no hay ninguna contradicción cuando Fernando dice que no es independentista, es que nunca lo fue, sus topes con el independentismo han estado en Canarias Libre, en su participación en Pueblo Canario Unido y la que vino después, y en todo momento ha dejado claro que no lo es.32La ambigüedad con respecto al planteamiento nacional, permitía que existiesen contradicciones dentro de la organización, yo concretamente, decía: “Canarias independiente.” Ellos decían: “No, no, Canarias libre engloba a más gente y tal” (…). Pero esto fue infuencia del Partido Comunista. El Partido Comunista de España siempre ha sido un freno para la cuestión nacionalista.El planteamiento de Canarias Libre iba diri-gido a reivindicar la autonomía como un paso im-portante para la consecución de su difusa perspec-tiva estratégica que, como hemos visto, abarcaba desde el logro de la independencia hasta la mejora de las condiciones de vida y trabajo del pueblo en general. Esa pluralidad ideológica les llevó a rea-lizar una votación durante su estancia en la cárcel, para intentar determinar cuál era la posición que se adoptaba respecto del tema nacional. En esa votación, Luis Alzó se declaró autonomis-ta y todos los demás, incluido Sagaseta, se declararon independentistas (…). La verdad es esta, fue así (…). Yo creo que éramos independentistas y, sobre todo, el pueblo lo que entendía era independencia.33Canarias Libre desapareció en 1962, pero el eco de algunas de sus propuestas resurgió a fna-les de la década. Entre 1968 y 1972 se sentaron las bases teóricas que impulsaron un potente movi-miento de masas que irrumpió al fnal de la dicta-dura y en el proceso de transición. Los dirigentes que llevaron a cabo esa apuesta democrática pro-cedían, casi todos, de Canarias Libre y del PCE, pero ahora eran otras siglas, otras organizaciones, los sujetos colectivos que animaban la lucha por la autodeterminación y el socialismo.
image/svg+xml46NOTAS1Testimonio oral de Germán Pírez Pérez, 1-7-1988, citado en Millares Cantero, A. y Domínguez Prat, P.: “La cuestión nacional entre los comunistas grancanarios (1959-1971)” Texto sin publicar y cedido amablemente por los autores.2El garrote vil fue una forma de ejecución originaria de España que estuvo activa desde 1820 hasta 1978. Consiste en un collar de hierro, que por medio de un tornillo retrocedía hasta matar al acusado por asfxia. La variante denominada catalana incluía un punzón de hierro que penetraba por la parte posterior destruyen-do las vértebras cervicales del condenado.3Aquí, el término “nacionales”, es para usar la terminología con que los fascistas se denominaban a sí mismos, en la tradición de los fascismos europeos de la época. Los “dos bandos” de la Gue-rra Civil, en la versión tradicional de interpretación de la contien-da, son los “rojos” y los “nacionales”. Es importante no confundir esta denominación de “nacional”, con la de “nacionalista”, usada por los miembros de las corrientes ideológicas del nacionalismo vasco, catalán, gallego y canario. En esta acepción los “naciona-listas” son antifascistas, y están enfrentados a los “nacionales” españoles.4El Socorro Rojo Internacional (SRI) fue un servicio social organi-zado por la Internacional Comunista y desempeñó un papel muy activo en el apoyo a los refugiados, desplazados y exiliados du-rante la Guerra Civil española. Su primera dirección estuvo bajo el mando de Clara Zetkin.5Entrevista concedida por Juan Méndez el 3/11/1989.6Ibídem.7 Diversos testimonios recogidos en el pueblo de Telde mani-festan esta idea, que bien sea cierta o no, es válida en la medida en que recoge la opinión y el punto de vista de los vecinos del pueblo. El estado de opinión, o la vox populis, por medio de la cual se crean los mitos y las historias legendarias de los héroes popu-lares. Juan García, huido y perseguido por un régimen injusto y opresivo, baja de las montañas para vengar los abusos a los que son sometidos su madre y hermanas. Con su acto particular, Juan García venga la memoria colectiva ajusticiando a los verdugos.8El libro de Sartre al que se hace referencia se editó en la época bajo el título Huracán sobre el azúcar y consistía en una serie de artículos y entrevistas en los que el flósofo francés hablaba de la Cuba que vio en su visita de 1960.9VII Congreso del PCE, primer volumen, Fol. 266-267, ACC, citado en A. Millares Cantero y P. Domínguez Prat: op. cit.10Entrevista concedida por Fernando Sagaseta el 5/10/1988.11 Entrevista concedida por Antonio Cubillo el 5/11/1988.12 Sobre el Movimiento Autonomista Canario (MAC), las opinio-nes son dispares, pero en cualquier caso la primera documenta-ción escrita que aparece sobre dicho Movimiento es su boletín informativo fechado en julio de 1963, es decir, un año después de la desarticulación del Canarias Libre, y posterior también al exilio de Antonio Cubillo. A tenor de lo expresado en dicho órgano, su planteamiento es sobre todo regionalista y autonomista, y tam-bién decididamente antifranquista. Así lo expresa el MAC cuando apunta que: “A nuestro lado tendréis la AUTONOMÍA, las refor-mas necesarias, la creación de una región de ciudadanos libres dentro de una Democracia Nacional Española”. Órgano Ofcial Canarias; Boletín Informativo del Movimiento Autonomista Canario, Nº 1, julio, 1963, p.10. 13Entrevista concedida por Jesús Cantero Sarmiento el 8/6/1989.14Ibídem.15Con este testimonio queda refutada la opinión vertida por el PCE, en el VII Congreso, citado anteriormente, en el sentido de que el Partido no ejerció infuencia y que se dejó arrastrar por lo “nacionalistas”. En testimonios posteriores también veremos que se reafrma esta opinión de Fernando Sagaseta.16 A. Millares Canteros y P. Domínguez Prat: op. cit.17Ibídem.18M. Vázquez Montalbán: “Albert Fina: El imprescindible Albert Fina” en La Factoría, Nº 14-15, Barcelona, febrero-septiembre 2001.19 El plato fuerte de estos acuerdos consistió en que los norteame-ricanos prestaban ayuda económica a España, a cambio de poder instalar bases militares en la península bajo control exclusivo de los propios norteamericanos. Las bases siguen estando en la actualidad. De los 226 millones de dólares que correspondían a los años 1953-1954, 141 millones irían destinados a gastos mili-tares para la modernización del anticuado ejército español. Esos millones se reembolsaban nuevamente a los EE.UU. “Franco no sólo salía del hoyo sino que se le reconocía ofcialmente. De paria a colaborador. De residuo fascista a casi aliado... Estados Unidos había acabado dándose cuenta de que España era uno de los puntos neurálgicos de la defensa occidental”, la cita corresponde a Ángel Viñas, En las garras del águila. Los pactos con Estados Unidos de Francisco Franco a Felipe González (1945-1995), Crítica, Barcelona, 2003.20 Se suele tomar la fecha de marzo de 1951 como la del inicio de las protestas sociales de masas durante el franquismo. Fue a raíz de la subida del precio del tranvía en Barcelona cuando los trabajadores del cinturón industrial comenzaron un ciclo de huelgas en los sectores del textil, metalúrgico, químico y de la construcción. En los meses siguientes las huelgas se expandieron a Vizcaya, Álava, Navarra, Madrid y Guipúzcoa. Luego, en 1956, la protesta se instaló en la Universidad Complutense de Madrid demandando libertad en las cátedras y en las aulas. En el terreno estrictamente laboral, se suele considerar la huelga en la mina de La Camocha (Asturias) en enero de 1957 como el punto de partida organizativa de las Comisiones Obreras, sindicato clandestino que jugó un destacado papel en la oposición al franquismo desde esa época en adelante. El sindicato mantuvo una relación muy estrecha con el PCE hasta mediados de la década de los noventa.21D. Shaw: Fútbol y franquismo, Alianza, Madrid, 1987.22 Diario de Las Palmas, 5 de marzo, 1962.23 Diario de Las Palmas, 31 de marzo, 1962.24 Jesús Cantero Sarmiento.25 Una interpretación mucho más completa sobre las motivaciones de la rápida intervención policial nos la proporcionan los histo-riadores Agustín Millares Cantero y Pilar Domínguez Prat en el artículo citado más arriba cuando señalan lo siguiente: “La desar-ticulación de CL… se debió a las vastas proporciones que, casi de forma espontánea, empezaba a adquirir en la calle. Próximos los actos fnales de la independencia argelina, la exagerada inquietud de Madrid extremó la represión policial y cosechó éxitos inmedia-tos. La inexperiencia en la lucha clandestina y la falta de medidas de seguridad favorecieron las investigaciones de la Brigada de Investigación Político-Social, llevándose a cabo una de las más célebres redadas del franquismo.” Op. cit.26 Jesús Cantero Sarmiento.27 Fernando Sagaseta.28 Ibídem.29Ibídem.30 Carlos Suárez.31 Jesús Cantero Sarmiento.32 Carlos Suárez.33Jesús Cantero Sarmiento.
image/svg+xml47Nacionalistas e comunistas contra a ditadura franquista (1959-1962). A visão dos protagonistasDomingo Garí HayekEspanha é um país plurinacional, embora politicamente não se reconheceu mais que nos períodos democráticos. Quando as experiências republicanas de 1873-1874 e de 1931-1936 deram à oportunidade de que emergissem as opções em liberdade, as nacionalidades de forma imediata reivin-dicaram seu lugar no ordenamento jurídico e político do Estado.Para entender a história da Espanha é preciso entender a história das nações que a compõem.A oposição ao franquismo tem suas pró-prias manifestações e ritmos em cada uma destas nações, embora em todas encontre-mos similitudes e também cumplicidades. No trabalho que apresentamos aqui, analisamos como a tradição comunista e o nacionalismo emergente em Canarias te-cem, não sem complicações, uma renova-da geração de líderes e impulsos políticos que com o passado do tempo terminarão jogando um papel de primeira magnitude à morte do ditador em 1975. Neste trabalho nos centramos no início desse processo.Nationalistes et communistes contre la dictature franquiste (1959-1962). Le point de vue des protagonistes Domingo Garí HayekL’Espagne est un pays plurinational, bien que politiquement cela ne fut reconnu que pendant les periodes democratiques. Lorsque les experiénces républicaines de 1873-1874 et de 1931-1936 ont offert la possibilité de l’emergence des optiones en liberté, les nationalités revendiquèrent de façon inmédiates sa place dans l’ordre juridique et politique de l’Etat.Par comprendre l’histoire de l’Espagne, c’est necessaire de comprendre l’histoire des nations que la composent.L’opposition du franquisme a ses manifesta-tions propres et ses rythmes dans chacune de ces nations, bien que dans toutes nous retrouvions des ressemblances et aussi des complicités.Dans le travail que nous présentons ici, nous analysons comment la tradition com-muniste et le nationalisme émergeat en Canaries tissent, non sans difficultés, une rénovation dans la génération de dirigeants et d’elans politiques, qu’avec le temps, finiront par jouer un rôle eclatant à la mort du Dictateur en 1975. Dans ce travail nous nous centrons au commencement de ce processus.Nationalists and communists against the pro-Franco dictatorship (1959-1962). The vision of the protagonistsDomingo Garí HayekSpain is a country of diverse nationalities, although politically it had been recognized just during in the democratic periods. When the republican experiences of 1873-1874 and of 1931-1936 gave the opportunity to emerge the options of freedom, the nationalities im-mediately claimed for their place in the juridi-cal and political classification of the State. To understand the history of Spain is necessary to understand the history of the nations that compose it.The opposition to the Franco’s regime has its own manifestations and rhythms in every one of these nations, although we find in all of them, similarities and also complicities. In the work that beforehand we presented here, we analyze how the communist tradition and the emergent nationalism construct in Canaries, not without complications, a renewed genera-tion of leaders and political impulses that, as times passes by, will end up by playing a role of first magnitude in the face of death of the dictator in 1975. This work is based on the beginning of this process.47