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34
E
spaña es un país plurinacional, aunque
políticamente no se haya reconocido más
que en los períodos democráticos. Pero
cuando las experiencias republicanas de 1873-1874
y de 1931-1936 dieron la oportunidad de que
emergiesen las opciones en libertad, las nacionali-
dades de forma inmediata reivindicaron su lugar
en el ordenamiento jurídico y político del Estado.
La dictadura franquista hizo de este asunto
una de sus grandes preocupaciones, convirtien-
do la consigna de la “unidad de la patria” en su
principal seña de identidad. Preferían una “Es-
paña roja que rota” en palabras de uno de los
más destacados e insignes líderes de la derecha
española, José Calvo Sotelo, quien en un discurso
en el Congreso de los Diputados el 5 de diciem-
bre de 1935 había dicho: “Yo, en el Urumea en
referencia al mitin pronunciado en el frontón de
San Sebastián dije que prefería una España roja a
una España rota. Con una España roja no se va a
romper el vínculo o la unidad nacional mientras
que con una España rota, ¡la Patria quedaría para
siempre muerta!”
El nacionalcatolicismo que dio cobertura ideo-
lógica a la dictadura franquista hizo de la idea de
Calvo Sotelo una de sus referencias centrales. Cen-
tralismo a ultranza y catolicismo muy conserva-
dor son las dos claves principales de la dictadura
militar. La derrota militar de los republicanos en
1939 fue también la derrota de los “nacionalistas”,
socialistas, comunistas y anarquistas. La cuestión
nacional en España volvió a quedar relegada de
la vida pública. La única nación era España, lo
demás, provincias y regiones.
Nacionalistas
y comunistas
contra la dictadura
franquista
(1959-1962)
La visión de los protagonistas
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35
Así las cosas, la emergencia de los movimien-
tos antifranquistas tenía que incorporar la reivin-
dicación nacional y territorial, además de cual-
quier otra de calado democrático o social. Al fnal
de la dictadura, la consigna que movilizaba mayor
cantidad de veces a la población
era “libertad, amnistía, estatuto
de autonomía”, bien estuviése-
mos en Cataluña, en Euskadi,
en Canarias, en Galicia o en
Andalucía.
Para entender la historia de
España es preciso entender la
historia de las naciones que la
componen.
La oposición al franquismo
tiene sus propias manifestaciones
y ritmos en cada una de estas naciones, aunque
en todas encontremos similitudes y también
complicidades. En el trabajo que presentamos
aquí analizamos cómo la tradición comunista y
el nacionalismo emergente en Canarias tejen, no
sin complicaciones, una renovada generación de
líderes e impulsos políticos que con el paso del
tiempo terminarán jugando un papel de primera
magnitud a la muerte del dictador en 1975. En este
artículo nos centramos en el inicio de ese proceso.
Tras el fnal de la Guerra Civil española en
1939, la resistencia política quedó muy debilitada.
Hasta el fnal de la Segunda Guerra Mundial no se
recobró una actividad digna de mención, más allá
de sucesos y brotes aislados de protesta. “Tras la
brutal represión ejercida a lo largo de la guerra
civil y en años ulteriores, los comunistas anima-
ron la única resistencia política al franquismo que
avanzados los cuarenta logró valiosos niveles de
articulación entre los residuos grancanarios de la
vieja militancia. El promotor de este inicial impul-
so sería el agente comercial y ajedrecista Germán
Pírez Pérez, ex comisario del V Cuerpo de Ejército
de Enrique Lister, llegado desde la Francia de
Vichy con la misión de infundir renovados bríos
a sus camaradas y remover los estorbos que el
equipo dirigente había impuesto a las tareas de
agitación”.
1
Con la estabilización del
Régimen y el inicio de la Gue-
rra Fría se fue disolviendo la
oposición que venía aún impul-
sada por los protagonistas de la
izquierda en la II República.
Hacia el principio de los
años sesenta comienzan las pri-
meras movilizaciones obreras
en algunos sectores productivos
isleños, en el ámbito de la gana-
dería y de los transportes, y van a ser dirigidas y
lideradas por gente joven y de escasa experiencia
en esas tareas. La nueva generación de activistas
antifranquistas tuvo que partir de cero a la hora
de intentar organizar esas luchas, pero con ellos
se comienza a formar la generación de líderes
políticos de la última oposición al franquismo y la
primera de la democracia.
Antes del inicio de las protestas obreras de
1960-1962, un acontecimiento represivo sirvió de
catalizador para las nuevas generaciones de mili-
tantes antifascistas.
1. Pena de muerte para Juan García
La represión política desatada desde el co-
mienzo de la sublevación militar el 18 de julio de
1936 presentó su faz más brutal y vengativa con la
ejecución de Juan García, “el Corredera”, a garrote
vil perpetrada el 19 de octubre de 1959.
2
La historia de la persecución política a Juan
García tiene dos etapas diferenciadas. La primera
abarca desde el inicio de la guerra civil hasta el
Autor
Domingo Garí Hayek
Departamento de Historia, Universidad de La Laguna,
Islas Canarias, España
Nacionalistas y comunistas contra la dictadura franquista...
La nueva generación de
activistas antifranquistas tuvo
que partir de cero a la hora de in-
tentar organizar esas luchas, pero
con ellos se comienza a formar la
generación de líderes políticos de
la última oposición al franquismo y
la primera de la democracia.
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36
año 1947. La segunda, desde esa fecha hasta su
ejecución en octubre de 1959. La primera fue de
naturaleza política y se enmarca como continua-
ción del contexto represivo tras la Guerra Civil.
Se perseguía a un militante comunista, en opinión
de los “nacionales”,
3
aunque esto no dejase de
ser una excusa usada repetidamente para justif
-
car con ella lo que se quisiera. En algunos casos
era cierto. En otros, no. En éste, y por el tipo de
información que hemos recogido, tanto oral como
escrita, lo que hay detrás de la persecución al
Corredera en esta primera etapa es consecuencia
directa del odio de clase, que se intensifcó duran
-
te los primeros años de la dictadura militar.
El Corredera había participado en una huelga
organizada en la ciudad de Telde, a principios
del año 1936, y seguro que nunca se imaginó que
haber actuado como piquete contra el estableci-
miento del carnicero –de profesión– y falangista
Vicente Trujillo, le iba a costar la vida.
Después del 18 de julio, el Corredera tuvo
que huir de Telde tras la persecución a la que fue
sometido por Vicente Trujillo. En ese momento
no es miembro del Partido Comunista, aunque sí
simpatizante del Frente Popular. Al Corredera no
se lo persigue por comunista:
A Juan lo hicieron del
Partido después, cuando yo estuve con él no era del
Partido. Si hay un hombre a quien hay que recordar
es a Juan García. Estuvimos mucho tiempo juntos, y
donde llegara Juan García tenía las puertas abiertas.
Nos quedamos muchas veces en cuevas, covachas. Todo
el mundo lo quería, bien por la política o porque lo
querían a él porque era un buen hombre...
nos comen-
ta don Juan Méndez, miembro del Socorro Rojo,
4
quien estuvo huido esta primera etapa con Juan
García.
Don Juan Méndez tuvo que exiliarse por
repartir propaganda ilegal,
porque era que quien no
estaba con nosotros, estaba contra nosotros, entonces
todos los que no estábamos con ellos, éramos rojos,
comunistas.
5
Su hermano le consiguió un barco en el que
pudo huir de la Isla, no sin antes brindarle la
oportunidad a Juan García de embarcarse junto a
él. Pero el Corredera no quiso, dijo: “yo no salgo”
6.
Pasados los primeros años de huida y escon-
dites en cuevas y barrancos, en 1947, Juan García
se encuentra nuevamente con Vicente Trujillo en
Telde, a quien había ido a buscar “para pegarle
dos tiros”, acabando de esta forma con las “múl-
tiples fechorías que Vicente Trujillo le hacía a la
madre y a las hermanas de Juan García”,
7
y con la
persecución a que aquél lo tenía sometido desde
julio de 1936.
Tras ese momento la historia del Corredera
comenzaría a fraguarse en línea del trágico desen-
lace de octubre de 1959. Ya sin ninguna actividad
de carácter político o sindical, el Corredera sólo
tiene tiempo de huir los últimos doce años de su
vida. El 19 de octubre de 1959 se le aplica la pena
de muerte.
La noticia de la ejecución, por otra parte espe-
rada en los círculos más politizados, serviría como
uno de los detonantes del surgimiento de una
nueva oposición al franquismo. Nueva en una do-
ble acepción. En la generacional y en la ideológica.
Por primera vez, tras más de sesenta años, reapa-
rece el problema nacional en la relación de Cana-
rias con el Estado español, y también, por primera
vez, el hecho nacional entra a formar parte del
ideario de las fuerzas antifascistas en Canarias,
igual que ya lo hacía en Cataluña o en Euskadi.
El movimiento Canarias Libre emerge como
la nueva forma de oposición al franquismo, y se
suma a la labor que ya realizaba el PCE, algunas
veces en concordancia y otras con discordancias.
La infuencia que el proceso al Corredera
ejerció en su nacimiento fue señalada por uno de
sus más reconocidos protagonistas, el abogado
laspalmanse Fernando Sagaseta, quien nos señaló
que:
...vino el proceso y la muerte, el asesinato legal
del Corredera. Eso fue un estímulo decisivo para que
surgiera lo de Canarias Libre.
El asesinato, casi clandestino, del que termi-
naría convirtiéndose en un símbolo y mártir de la
lucha antifascista maduró las inquietudes políti-
cas de la joven intelectualidad canaria. Junto a la
ejecución del Corredera, Carlos Suárez, abogado,
y asimismo protagonista de esta historia, destaca
tres causas de segundo orden que ayudan a expli-
car el nacimiento de esta formación política:
En primer lugar, nuestra situación de inquietud;
en segundo lugar, los mil y un subrayados que tenía
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37
Fernando del libro de Lefevbre,
Qué es la dialéctica
,
y teníamos el libro que escribió Sartre
8
sobre la revolu-
ción cubana. Me acuerdo, por el formato que tenía, que
leímos cosas de ésas, pero no más, las leía uno con el
cariño y la cordialidad de ver que se estaba haciendo la
revolución en un sitio, pero no tenía uno la dialéctica
todavía. Y, tercero, el grupo de Andrés Alvarado lanzó
una octavilla anticlerical, hablando de la Semana San-
ta, a la cual llamaba el carnaval de los curas.
El revuelo de comentarios que provocó esa
octavilla suscitó en ellos la idea de cómo agitar
una ciudad aunque se careciese de medios impor-
tantes.
2. La
intelligentsia
antifascista
El movimiento Canarias Libre estaba forma-
do, principalmente, por personas de extracción
pequeño burguesa: abogados
como Fernando Sagaseta y Car-
los Suárez; Andrés Alvarado,
perito mercantil; Manolo Bello
Cabrera, farmacéutico; Jesús
Cantero Sarmiento y su herma-
no Arturo, profesor de enseñan-
za media, etcétera. Aunque tam-
bién había personas de clase obrera, como los que
constituían la célula del PCE del Barrio Arenales.
El PCE, que manifestó celos políticos cuan-
do surgió este grupo, redactó un informe para
el transcurso del VII Congreso del Partido, en el
que lo describía de la siguiente manera: “Era un
movimiento de los intelectuales, capas medias de
la población, gente joven. Ese Movimiento de Ca-
narias Libres (sic), con unos planteamientos muy
infantiles y muy fuera de la realidad de las Islas,
pero que caló inmediatamente, más que nada por-
que el Partido no realizó ningún trabajo de orien-
tación, caló en los sectores pequeños burgueses y
en algunos sectores campesinos y sirvió durante
unos dos o tres años de actor de agitación y movi-
lización de cierta parte del pueblo. El Partido, en
estas circunstancias, fue arrastrado a remolque de
ese Movimiento de Canarias Libres, de tal manera
que, en la base de ese movimiento, los militantes
del Partido eran los que ayudaban fundamental-
mente a la tirada de octavillas, de letreros y a las
acciones, y pocas acciones, de agitación que reali-
zó ese movimiento. No infuía, ni mucho menos,
orientaba; la prueba de ello es que los militantes,
e inclusive algunos dirigentes de Canarias Libres,
eran militantes y dirigentes del Partido. Los mili-
tantes y dirigentes del Partido actuaban en Cana-
rias Libres, pero no con una política propia, sino
siguiendo la política de esos intelectuales.”
9
Este punto de vista ofcial del PCE será
compartido años más tarde por algunos de los
protagonistas de los acontecimientos, pero muy
criticado por otros, que con el transcurso del tiem-
po fueron alejándose de la línea ofcial del PCE,
para romper con él en la década siguiente, y crear
un nuevo Partido Comunista en Canarias, que
no obedeciese a las directrices del histórico PCE.
Aunque para ese salto interviniese otra serie de
asuntos además de los aquí relatados.
Canarias Libre se forma como
un movimiento de masas, donde
más que nada, según reconoce
Fernando Sagaseta,
los senti-
mientos prevalecían
. Así y todo,
el movimiento adquirirá tal
envergadura que, con el paso del
tiempo, el Estado franquista tendrá
que usar la represión directa contra sus miembros
para atajar un creciente sentimiento de rechazo
hacia la dictadura y a España, generado en signi-
fcativos sectores de la población, de forma más
acentuada en la ciudad de Las Palmas, la principal
ciudad del Archipiélago Canario.
Fernando Sagaseta opina que ese sentimien-
to del que nos habla desató energías chovinistas,
aunque entiende que motivadas por la situación
social y política del momento:
En el sentir del pueblo hay que tener en cuenta
que la administración española ha sido nutrida esen-
cialmente por peninsulares. Entonces, detrás de la
ventanilla odiosa del Estado, aparece el tío hablándote
el peninsular, entonces se producía una repulsa y se
confundía el ser peninsular y el ser del Estado que
estaba dominando. Fue una reacción lógica.
10
En el despacho de Fernando Sagaseta es
donde se gesta toda la historia de Canarias Libre,
El movimiento Canarias Libre
estaba formado, principal-
mente, por personas de extracción
pequeño burguesa (...)
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38
porque desde allí se podía hacer un trabajo políti-
co con la clase obrera,
haciéndonos eco de la situación
que estábamos viviendo en aquellos momentos, sin ser
ninguno ni siquiera marxista
, nos comenta Carlos
Suárez, bastaba sólo con estimular un poco las
inquietudes políticas que se tenían en aquellos
momentos, porque realmente existían unas “con-
diciones objetivas” propicias para que se pudiese
realizar un movimiento de las características del
Canarias Libre. Este joven abogado estuvo des-
de el comienzo de su carrera profesional estre-
chamente vinculado al mundo de la política. Su
ambiente familiar favoreció ese compromiso, ya
que su familia vivió marcada por la historia de su
tío Eduardo, diputado comunista fusilado el 6 de
agosto de 1936.
Sin embargo, para Antonio Cubillo, también
abogado, pero en otra ciudad y en otra isla, el pro-
ceso había comenzado mucho antes, en la década
de los años cuarenta, nos comenta, y añade:
En aquella época había algunos enfrentamientos y
(fue)
entonces cuando empezamos a hablar de –quizá,
oponerse al franquismo– independencia, de crear una
república canaria. Después llegaron los primeros estu-
diantes, en el 48, de Las Palmas, hablando de crear una
república. Empezaron a hablar de la RIA
(República
Independiente del Atlántico)
. Nosotros encontramos
eso un poco folclórico, lo que traía la gente de Las Pal-
mas, porque nosotros lo tomábamos muy en serio.
11
Aunque posiblemente infuido por la ver
-
sión que ha difundido Antonio Cubillo sobre el
Movimiento Autonomista Canario (MAC)
12
y la
organización del Canarias Libre, Jesús Cantero
expone su lectura de estos acontecimientos que
adelanta Cubillo. Para Cantero, la disparidad que
ha existido a la hora de interpretar los orígenes
del Canarias Libre está infuida por la realidad ar
-
chipielágica, y así expresa que el proceso arranca
paralelamente en Tenerife y en Gran Canaria, sólo
que:
En Las Palmas surgió este sentimiento nacionalis-
ta y se le denominó Canarias Libre y en Tenerife surgió
este sentimiento nacionalista y allí se lo llamó MAC.
13
Y reafrma que las dos organizaciones ter
-
minarían confuyendo en el transcurso de una
reunión que mantienen “Cubillo y Sagaseta”.
Otro elemento precursor del dinamismo
antifascista en 1960 fue el nacimiento de un grupo
que se denominó la Iglesia Cubana, que hace cir-
cular unos panfetos por Las Palmas en los que se
ridiculizaba el papel de la Iglesia y se criticaba la
situación general que se vivía en aquellos momen-
tos. Hay que tener en cuenta que la Iglesia era el
pilar ideológico de la dictadura y, por tanto, criticar
a la Iglesia era hacerlo también al aparato político.
Precisamente, la especifcidad española de fascismo
en el contexto europeo radica en el importante pa-
pel que juega la Iglesia como soporte del régimen.
El nombre elegido, Iglesia Cubana, se debió a la
visión que tenían las personas con formación política
de izquierda de la Isla Caribeña, en la que estimaban
que la corrupción formaba parte de la normalidad
del sistema cubano, así como la sumisión a los inte-
reses de los EE.UU., que había convertido la sobera-
nía nacional en la Isla en una entelequia:
Entonces, decir Iglesia Cubana era lo más cachon-
do que se le podía ocurrir a uno. Se dedicaron a criticar
a la Iglesia y a criticar al sistema, a reírse del sistema y
como método de hacer un revulsivo de la sociedad.
14
Esa primera experiencia fue formando a la
gente y comprometiéndola políticamente. De he-
cho, algunos de los integrantes de ese grupo parti-
ciparían posteriormente en la creación de Canarias
Libre, al que más tarde, según el recuerdo de Jesús
Cantero, se
incorporó el Partido Comunista de España
.
La idea de Canarias Libre surgió de gente in-
dependentista,
yo quizá también
, nos dice Fernando
Sagaseta, pero la infuencia ideológica del Partido
Comunista ya existía,
15
y éste fomentaba la idea
de que había que formar un solo Partido, que no
había que dividir las fuerzas sino unirlas:
...y la idea de freír un huevo para que se lo comiera
otro y entonces, claro, no se dijo Canarias Indepen-
diente, sino Canarias Libre
–asevera Sagaseta–
pero
cabían gente independentista, gente que no lo era pero
que defendían el problema social, económico, de Cana-
rias. Y así salió.
En la constitución de Canarias Libre, el Parti-
do Comunista de España estuvo presente por me-
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39
dio de una célula obrera que funcionaba en el Ba-
rrio Arenales. El papel de este Partido, y el de sus
hombres dentro de Canarias Libre estuvo limitado
a acciones propagandísticas, y siempre mantuvo
una posición de segundo orden en el interior de
la organización nacionalista. “El PC local se había
dejado absorber por la eclosión del nacionalismo
y no pudo actuar como centro rector, ni desplegar
siquiera sus particulares orientaciones, por estar
aislado de las masas e ignorar incluso las directri-
ces políticas de la dirección”.
16
Aun así dentro del
PCE, la facción representada por los más jóvenes
y encabezada por Armando León Herrera, era
partidaria de la colaboración con Canarias Li-
bre. “León Herrera captó las posibilidades de la
canariedad para promover un frente antifascista
y llevar una conciencia de clase al
difuso sentimiento ‘antigodo’.
Las reticencias iniciales de sus
compañeros fueron arrumbadas
y de este radio opositor surgió
la mayor parte de la propagan-
da y el grueso de los agitadores
urbanos, además de la base
popular que arropaba la ini-
ciativa autóctona. La difusión
propagandística experimentó un
avance sustancial merced a los dos artilugios de
alcohol fabricados a partir de una máquina que
suministró Cubillo”.
17
Este episodio narrado pone de manifesto una
ruptura generacional, que es también en cierta for-
ma ideológica, al introducir una nueva sensibilidad
y preocupación por el hecho nacional en un Partido
que lo había ignorado de forma recurrente.
La nueva generación tuvo su forma específca
de articular la lucha política contra el franquismo,
no sin paralelamente tener que salvar difcultades
de distinto orden. El hecho de haber nacido a la
vida política veinte años después del trauma de la
Guerra Civil, difcultó que el conocimiento y las
experiencias de los más veteranos se transmitiesen
a las nuevas generaciones:
No hubo testigo que se entregase a la siguiente
generación. Yo creo que hay que decirlo así, el hecho de
descubrir lo que signifcaba tirar una octavilla fue un
paso de gigante en la mente de las cuatro personas que
asumieron eso.
La escasa preparación y experiencia política
de la que nos habla Carlos Suárez se debió tam-
bién a la falta de materiales que les permitiesen
estudiar y comprender otras luchas y formas
de organización que había desarrollado la clase
obrera en distintas latitudes y épocas,
en aquellos
momentos no éramos estudiosos del marxismo, ni de la
lucha obrera,
sentencia.
Por medio de los despachos de abogados la-
boralistas la infuencia del colectivo fue agrandán
-
dose. Este fenómeno fue similar en otros lugares
del Estado, cuando la emergencia de las nuevas
generaciones de activistas antifascistas se hizo con
el protagonismo de la lucha contra
la dictadura. “En los años 50 y
60 (…) un despacho de laboralis-
tas era algo más que un despa-
cho de laboralistas y en oca-
siones se convertía en un lugar
de encuentro y reuniones entre
combatientes sociales. Podría-
mos decir que la historia de la
resistencia antifranquista en las
ciudades hubiera sido muy diferen-
te y mucho más dura sin contar con los ‘territorios
francos’ de los despachos de algunos abogados”.
18
Gracias a la actividad de los abogados labora-
listas, algunas veces el Estado tenía que guardar
las apariencias de estado social, pero además y so-
bre todo, se utilizaba como vehículo para politizar
a la clase obrera y a los trabajadores en general.
No fueron los despachos de Tenerife y Gran Ca-
naria los primeros del Estado español, tal y como
nos comentó Carlos Suárez, pero sí, desde luego,
están insertos en la misma lógica y son contempo-
ráneos e igual de vanguardistas que los surgidos
en Barcelona y en otras grandes ciudades.
En Canarias, el primer despacho de estas ca-
racterísticas fue el de Antonio Cubillo, quien una
década más tarde sería el dirigente independentis-
ta más conocido. Cubillo era hijo de una maestra
de Icod, un pequeño pueblo del norte de Tenerife,
muy afectado por las dos importantes olas emi-
gratorias hacia América que sufrió la población
El hecho de haber nacido a
la vida política veinte años
después del trauma de la Guerra
Civil, dificultó que el conocimien-
to y las experiencias de los más
veteranos se transmitiesen a las
nuevas generaciones.
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40
del Archipiélago. La primera a Cuba a fnales del
siglo XIX, la segunda a Venezuela tras la Gue
-
rra Civil de 1936-1939. La primera es la que más
infuyó en su visión de los problemas de las Islas.
Los retornados de Cuba hacia los años treinta eran
personas que habían vivido la guerra anticolonial
de 1898, o la resaca del proceso de independencia
de Cuba. En el pueblo...
los chicos nos reuníamos con
ellos y ellos nos contaban las historias de la guerra de
la independencia contra España (…) En este ambiente
la mayoría de la gente decía, estos campesinos que esta-
ban allí ¡ya! Si nosotros fuésemos independientes como
los cubanos, viviríamos mejor que con España.
Para Antonio Cubillo, la discusión que se
entablaba en la década de los cincuenta era si se
debía construir un movimiento independentista
en toda Canarias o sólo en Tenerife para, a partir
de ahí, llegar al resto de las Islas:
La gran discusión durante mucho tiempo fue esa,
establecer la idea por todo el Archipiélago o concentrar-
la en la ciudad de La Laguna y después en Tenerife, y
después llegar a acciones de toma de cuarteles, poner
una bandera y declarar la independencia.
Se pretendía aprovechar la oportunidad que
ofrecía el desarrollo de organismos como el que
representaba Naciones Unidas, a la vez que la
debilidad del régimen franquista –pensaba–
creaba expectativas sobre su pronta desaparición,
hasta que los acuerdos frmados con los EE.UU.
en 1953,
19
y sus consecuencias, echaron por tierra
las esperanzas de que el aislamiento internacional
pudiese acabar con la dictadura.
Junto a los asuntos señalados, la emergencia de
los procesos independentistas en el Tercer Mundo
animaba el planteamiento nacionalista. Sobre todo,
según reconoce Cubillo, el vivido en la India:
Lo de Gandhi tuvo infuencia bastante entre
nosotros. La prensa le daba bastante importancia, la es-
pañola, porque se oponía a la política inglesa. Entonces
decíamos que por qué no hacíamos lo mismo. Porque ése
era el proceso de liberación que se estaba verifcando.
Hacia fnales de la década de los 50,
20
se
producen en Tenerife los primeros síntomas de
malestar social, expresado públicamente con la
quema de guaguas (bus), monopolio a la sazón de
la familia Oramas, miembro de la poderosa oli-
garquía local. La causa principal que dio origen a
estos brotes de protesta social, estuvo relacionada
con otra actividad económica de la misma familia
Oramas, la producción de leche en polvo. Con la
constitución de la empresa ILTESA esta familia se
quiso asegurar el monopolio en la venta de leche,
para lo que no dudó en usar mecanismos de
dumping
,
contra los ganaderos locales.
Esa situación, que en un primer momento be-
nefció a los consumidores, se usó como un arma
para eliminar a los productores locales de leche.
Cubillo, que puso su despacho a trabajar en la
defensa de los ganaderos y de las repartidoras de
leche, nos manifestó que la movilización de estos
colectivos tenía como fnalidad que se prohibiese la
importación de la leche en polvo. Pero el enemigo
resultó muy poderoso nos comenta,
los Oramas esta-
ban haciendo la ILTESA
y la importación generaliza-
da del producto terminaría siendo una realidad.
La visión de Cubillo en aquel momento iba
más allá del problema laboral, aunque no mi-
nusvalorara éste:
Yo me acuerdo que fue una batalla
diciendo que la importación de leche en polvo acabaría
con los ganaderos, con las lecheras
... pero sobre todo
tenía en cuenta el grave proceso de dependencia
en que podía caer el sector primario porque...
al acabar con la vacas, pues acabaría después con la
agricultura pues no habría después estiércol. Lo que
iba a pasar es que íbamos a ser importadores de abonos
químicos y se acabaría destruyendo la agricultura.
Este conficto laboral terminó confrmando a
las autoridades franquistas la peligrosa tendencia
que animaba al joven abogado, que además ya
se había destapado en otros confictos de pareci
-
da índole, como fueron los casos de la huelga de
panaderos en mayo de 1961 y la huelga de portua-
rios en enero de 1962.
3. El fútbol ayudó lo suyo
A todos estos acontecimientos se sumó la
detención del grupo de Las Palmas, lo que origi-
nó, según Cubillo, su arresto:
Cuando eso ya éramos
Canarias Libre y el grito que se daba en todas partes
era ¡Canarias Libre!
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41
En opinión de Cubillo, a raíz de su detención
por la “cuestión de las lecheras”, el grupo de Las
Palmas
se lanzó a hacer una pintada enorme
en el
Estadio Insular momentos antes del inicio de un
partido de fútbol,
y ahí cometieron el error, y lo come-
tió Sagaseta
.
La intervención de la policía fue inmediata,
y las pruebas dejadas por quienes realizaron la
acción facilitaron la labor represiva. Las pintadas se
habían hecho con tiza, y los veinticinco kilogramos
necesarios fueron adquiridos en un mismo estable-
cimiento. Para la policía fue fácil seguir el rastro.
En la creencia de Cubillo, no confrmada por
nadie más, y bastante improbable pero necesaria de
aportar porque nos informa de las desavenencias
dentro del grupo (y la permanencia de éstas a tra-
vés del tiempo), la responsabilidad de lo ocurrido
sólo podía recaer en Sagaseta, porque según afrma:
Él tenía un libro que tenía apuntado a todos los
simpatizantes del movimiento Canarias Libre.
A partir de ahí, y siempre según Cubillo, a su
arresto “por la cuestión de las lecheras” se suma-
ron los nuevos cargos que le iban a caer por su
participación en Canarias Libre.
Para el resto de integrantes del movimiento,
los acontecimientos se suceden de manera distin-
ta, de tal forma que los incidentes del Estadio no
encuentran su origen en la detención del abogado
tinerfeño, sino en otra serie de factores.
Duncan Shaw escribió: “De hecho, podría
argumentarse que la dictadura estuvo realmente
a favor de que el fútbol sirviese de campo seguro
para las tensiones regionales (nacionales), como
una válvula de escape”.
21
El 4 de marzo de 1962, la UD Las Palmas juga
-
ba un decisivo partido para ascender a la primera
división de la liga española. El contrincante era
el Córdoba, equipo que lideraba la clasifcación
en la segunda división con tres puntos de ventaja
sobre Las Palmas. La UD Las Palmas vencía en el
partido por el tanteo de un gol a cero, cuando a
tres minutos del fnal, a juzgar por los comentarios
de la prensa local, el árbitro concede un dudoso
gol al Córdoba. “El 1-1 de ayer queda ciertamente
como una afrenta, como un desprecio al sentido
de dignidad del fútbol (…) El resultado fnal lo
había producido el árbitro dándole al Córdoba un
gol totalmente inexistente”, publicaba el
Diario
de Las Palmas
el lunes 5 de marzo. Y continuaba;
“Creemos que el desgraciado árbitro que hoy ha
manejado tan nefastamente el pito en nuestro
Estadio Insular es el señor Martín Álvarez, del Co-
legio Aragonés. Por supuesto, no honra a su Cole-
gio, ni a la clase arbitral en general, y, por bien y
prestigio de la misma esperamos sea inhabilitado
a perpetuidad incapacitándole ofcialmente para
cualquier labor de tipo deportivo, aparte de las
responsabilidades de orden civil que puedan ca-
berle, tras la fabulosa alteración de orden público
que ha protagonizado”.
22
Los medios de comu-
nicación anunciaron la detención del árbitro, al
objeto de apaciguar el ánimo de la afción, aunque
tal hecho no ocurrió.
Lo relevante del caso es que ese partido de fút-
bol fue un detonante muy importante en las masas,
y el malestar que generó lo supo interpretar Cana-
rias Libre. El nivel de alteración de orden público del
que nos informa el
Diario de Las Palmas
fue lo suf
-
cientemente grave como para que el presidente de la
Junta Provincial de Educación Física y Deportes de
Las Palmas sacara una nota en los periódicos granca-
narios el día 7 de marzo, advirtiendo y confando
en que : “no serán necesarias las medidas que la
Autoridad con toda energía tomará en evitación de
que la asistencia a un deporte se transforme en una
posible alteración de orden público, que después
todos hemos de lamentar”. Y continúa, “Ruego a
los directivos, jugadores, Prensa y Radio así como
a todos los afcionados correspondan en todo
momento al alto concepto del deporte, que en sus
competiciones entre equipos de la misma Provin-
cia, de la misma Región, de la misma Nación o
incluso internacionales, deben suponer siempre
una noble emulación que acerque a los pueblos en
vez de separarlos”. Es difícil de demostrar por me-
dio de documentación escrita, pero a tenor de las
declaraciones del presidente de la Junta Provincial
de Educación Física y Deportes de Las Palmas,
Antonio Avendaño Porrúa, y de los testimonios
orales recogidos, probablemente el grito más co-
reado durante los disturbios después del partido
fuese el de: “¡Godos fuera, viva Canarias Libre!”
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42
En los días posteriores a estos sucesos se pre-
sentan en Canarias dos importantes autoridades
del Estado fascista: la primera es el jefe del Estado
Mayor del Ejército y la segunda, el ministro secre-
tario general del Movimiento. Sus intereses son
apaciguar los ánimos y respaldar a las autoridades
locales: “Venimos con ilusión a Canarias por
-
que Canarias nos preocupa constantemente y la
tenemos muy presente (…) España nos necesita a
todos que todos somos españoles”, dijo Solís Ruiz
en su discurso del 30 de marzo de 1962.
23
Dos días
después, en la nota de “salutación” al ministro el
periódico testimonió: “Las Palmas siempre leal a
sus convicciones patrióticas y a su españolidad a
toda prueba… se siente orgullosa por la visita del
ministro secretario general del Movimiento”.
Dos semanas más tarde, en
el partido de juveniles entre la
selección de Las Palmas y la
Andaluza, el Estadio apareció
por la mañana lleno de pinta-
das en las que se podía leer:
“¡Viva Canarias Libre!” Esa
acción fue la que le costó al
grupo la represión policial y el
posterior encarcelamiento a buena
parte de sus integrantes.
La acción del Estadio fue realizada por el gru-
po comunista de Barrio Arenales, al frente del cual
estaba el ya mencionado Armando León Herrera.
Jesús Cantero, que también participó en la misma,
nos lo narra:
La cosa estaba organizada por los comunistas, por
esta gente y su furgón, después uno de ellos llevaba un
pistolón –me parece que era una Ruger– y bueno, allí
se entró armado, se saltó por encima. Armando León
saltó por encima y luego dentro con una sierra cortó el
candado y luego entramos todos los demás y pintamos
aquello durante toda la noche. Incluso yo recuerdo
pintar toda la torre del marcador, pintamos también
las tribunas esas que están reservadas para las autori-
dades.
La acción rápida de la policía condujo a la
estructura de Canarias Libre a la comisaría de
policía en los días sucesivos.
Estando esta gente detenida se jugó la fnal
entre las selecciones juveniles de Las Palmas y de
Murcia. Ganó Las Palmas por 5-3, lo que provocó
las aguerridas declaraciones del entrenador del
equipo canario, Luis Molowny:
los chicos se han
batido como auténticos canarios y verdaderos españo-
les.
Mientras, los detenidos,
estando en la celda de
castigo oíamos los comentarios de los guardias civiles
que decían que Las Palmas había ganado.
La ciudad fue
una explosión nacionalista, algo nunca
visto según dicen.
Sin duda, la detención de aquel grupo
de jóvenes no era ajena al eufórico estado de ánimo de
las masas. Esos acontecimientos signifcaron el punto
álgido del Canarias Libre,
aquello fue como el último fogo-
nazo y después, aparentemente, se apagó otra vez.
24
Las nue-
ve personas detenidas fueron sometidas a consejo de
guerra, cayendo penas de cárcel para
ocho, que oscilaban entre los ocho
años y los seis meses de prisión.
Bajo la perspectiva de
Fernando Sagaseta, lo ocurrido
en el Estadio no fue más que el
resultado de la actuación de un
grupo de
pequeños burgueses no
acostumbrados a la clandestinidad,
que hablaba por todas partes y enton-
ces, nos tenían a todos fchados
.
Pero como las autoridades sabían que
no eran
comunistas
no los habían tomado en serio hasta ese
momento,
no se preocupaban por nosotros
.
25
Más ingenuamente otros protagonistas esti-
maron que el grupo mantenía una estructura de
mayor enjundia. En el siguiente testimonio que
narra la estructura orgánica de Canarias Libre se
apunta la existencia de una organización constitui-
da por distintas células, y en la que los componen-
tes de unas ignoraban la existencia de las otras.
Había una clandestinidad y una organización por
células. Yo militaba no sé si con Manuel González Ba-
rrera, Manuel Vizcaíno Reyes, Manuel Bello Cabrera,
Luis Alzó y Arturo Cantero.
26
Otra célula la componían los abogados labora-
listas del despacho de Fernando Sagaseta y Carlos
Suárez y, por último, la tercera estaba compuesta
por Armando León, que:
Sin duda, la detención de
aquel grupo de jóvenes no era
ajena al eufórico estado de ánimo
de las masas. Esos acontecimien-
tos significaron el punto álgido del
Canarias Libre.
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43
Era de la célula de Barrio Arenales, que detuvo la
cadena de detención porque él se negó a dar más nom-
bres y, entonces, los del Barrio Arenales se salvaron,
que eran los comunistas. Yo fui el penúltimo en ser
detenido y modestamente también contribuí a que se
rompiera la cadena de nombres.
La acción policial tuvo efectos devastadores
contra la incipiente oposición antifranquista. La
estancia en las comisarías duró varios días, en los
que fueron golpeados y torturados psicológica-
mente. Al salir de ella y en espera del juicio que
los terminaría mandando defnitivamente a la
cárcel, Cubillo se exiló en Argel y estuvo allí hasta
mediados de los años ochenta.
Los demás integrantes del Canarias Libre que
fueron a prisión salieron de ella militando en el PCE.
Todos, eso es un dato importantísimo. Y, curiosamen-
te, a pesar de que todos éramos de Canarias Libre y
después del Partido, jamás hemos ejercido presión como
grupo, que para mí es un dato muy importante,
señala
Fernando Sagaseta.
Sin embargo, el fenómeno de colaboración
recíproca no se produjo, porque si bien los mili-
tantes de Canarias Libre entraron a formar parte
del Partido Comunista, éste subestimó el papel
que podía jugar la organización nacionalista y
dejó que se diluyera a raíz del golpe sufrido tras
los acontecimientos del Estadio.
El Partido, y aquí comunistas veteranos han hecho
esa crítica, no supo recoger ese sentimiento. Cuando
caímos nosotros, el Partido, mandado desde París por
Carrillo, dijo que aquello había que suprimirlo y sólo
coger a los camaradas que sirvieran.
Ese “error de cálculo”, probablemente, no sólo
perjudicó a Canarias Libre, sino que también le im-
pidió al PCE haberse aprovechado de un ascenden-
te enorme del pueblo, educándolo ideológicamente,
aprovechando un sentimiento real que existía por
unas condiciones históricas determinadas.
Pero en fn, hubo grandes errores, precisamente por
estar la dirección en París y se dictan las cosas sin cono-
cerlas, por intuiciones y boberías y por teorías librescas.
La aplicación práctica es lo más difícil que hay. Los que
traduzcan en la práctica una teoría que siempre es gris
(…) Como decía Lenin, la práctica es multicolor.
27
4. La ideología
Mientras estos acontecimientos se desarro-
llaban con el grupo de Las Palmas, en la Isla de
Tenerife, Cubillo había logrado llevar a cabo una
intensa actividad por medio de su despacho. Su
labor sindical, que había concluido con la serie
de huelgas que ya hemos mencionado, llevó al
gobierno a pensar en la posibilidad de seducirlo y
atraerlo a sus posiciones. Le ofrecieron la Secre-
taría Provincial del Sindicato Único. El gobierno
franquista trató de integrarlo de esa guisa, jugan-
do con la basa de que
... había sido fecha, en aquel
tiempo la gente iba sin ideología ninguna. Total que
éste ya estaba haciendo una labor en la clase obrera
muy interesante en Tenerife.
28
El despacho de Las Palmas, por indicación de
Germán Pírez emuló la actividad que desarrollaba
Cubillo, y
Carlos Suárez pasó a desarrollar una labor
igual a la que hacía Cubillo, dadas sus amplias relaciones
sociales
. Y en opinión de Sagaseta
la hizo mucho mejor,
porque Cubillo después se marchó
. Desde ese momento,
Carlos Suárez, aun a pesar de estar en el Canarias
Libre, se mantenía alejado del grupo. Su dedicación
se centraba exclusivamente en la clase obrera.
Esta aportación organizada por un veterano
comunista como era Germán Pírez fue con el tiempo
valorada de forma positiva por los integrantes de
Canarias Libre, que se hicieron marxistas años más
tarde, porque:
...sobre todo para los comunistas, esa la-
bor era importante, porque la clase obrera es la decisiva.
29
El despacho que llevaba Antonio Cubillo, a
través del cual se canalizaron los confictos y las
huelgas de la época, fue el vehículo adecuado
para establecer el contacto entre los grupos de Las
Palmas y de Tenerife.
Estuvimos hablando de cómo se hacían las cues-
tiones. Ya estábamos balbuceando los rudimentos del
marxismo. Me acordaré siempre de una anécdota, de
no sé qué rollo se metió Antonio en un escrito sobre
el marxismo, que yo le decía: “¡pero Antonio, si tú no
tienes ni puta idea de esto!” Es que no teníamos ni
siquiera libros, le decía. Y el tío subestimó la historia
,
nos testimonió Carlos Suárez.
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44
La relación entre los dos grupos fue bastante
esporádica debido a que, por una parte existía el
inconveniente de la insularidad y, por otra parte,
el funcionamiento orgánico de Canarias Libre no
era el de una organización bien estructurada, sino
más bien dominaba la improvisación y la esponta-
neidad. El abogado Carlos Suárez nos comenta:
Yo sé que participé en una reunión pero, vamos,
como se hacían las reuniones en aquella fecha, en una
fnca al aire libre de Nicolás Díaz Saavedra, que vino
Antonio Cubillo y estuvimos charlando, pero nunca fue
una reunión de ésas, de las clásicas reuniones políticas
que te sientas, estudias cosas, acuerdas cosas (…) Esa
fue la única relación que tuvo Cubillo; no sé si con
Fernando tuvo más reuniones y yo no me enteré.
El auge revolucionario que experimentó el mun-
do en los años sesenta ejerció su infuencia en deter
-
minados sectores de la juventud. Pero, sobre todo, fue
la Revolución Cubana la que más impacto causó.
Pensábamos abrir la delegación de Canarias Libre
en Cuba. Era el idealismo de las primeras fases de la
Revolución Cubana, porque aquello era el Movimiento
26 de Julio, una cosa magmática también, pero esto
aquí era mucho menos.
Se carecía por completo de líderes revoluciona-
rios que fuesen capaces de elaborar propuestas po-
líticas o ideológicas,
...no teníamos nada, era una cosa
más bien de intuición y se desató bastante el chovinismo.
Se decía: ¡canario escoge tu godo!
, recuerda Sagaseta.
El Canarias Libre funcionó a base de volun-
tarismo, priorizando la agitación al análisis y a la
teoría, que fue prácticamente nula.
Hablando de la visión que yo tengo
–Carlos
Suárez–
elementos agitativos, manifestación de des-
contento, tibieza en nuestros planteamientos, porque
efectivamente, no teníamos experiencia, no teníamos
una consistencia ideológica.
Ante esa situación era fácil para un Partido
bien organizado, como era el PCE, desarrollar
una considerable infuencia en aquellos jóvenes
entusiastas, sobre todo en los elementos más
politizados como era
Fernando Sagaseta y el grupo
político que podía ser Isidro Miranda, Sebastián Dores-
te Abreu, Manolo Bello, Luis Alzó.
El Partido Comunista y sus militantes tenían
una visión clara de lo que pretendían hacer:
Esos sí sabían lo que querían. Y, claro, para un Par-
tido Comunista, los movimientos independentistas son
nefastos. Ya sabemos la actuación típica de los Partidos
Comunistas con respecto a grupos independentistas.
Mientras los integrantes del grupo Canarias
Libre aprovechaban los paseos con sus novias para
tirar unas octavillas
...la célula comunista funcionaba
como tenía que funcionar y estuvo en condiciones de
hacer pintadas por el Estadio y de hacer pintadas por la
ciudad y todas esas historias espectaculares que fue eso.
30
Esta relación tan estrecha y tan directa entre
los integrantes del Canarias Libre y los comunis-
tas de la célula de Barrio Arenales permitió que el
PCE ejerciera infuencia a niveles ideológicos, que
se vio incrementada por la amistad personal que
existía entre los diferentes miembros de las dos
organizaciones.
La presión era tan grande que tenía la gran hege-
monía ideológica que podía tener, en este caso digo el
Partido pero, bueno, Germán Pírez, la gran amistad
que tenía con Fernando, hace que las posiciones nacio-
nalistas que pueda tener Canarias Libre fueran mati-
zadas; luego, cae. Viene el desastre de Canarias Libre,
por la inexperiencia, porque todo cae en base de, pura y
exclusivamente, de uno que se caga todo y habla todo lo
que tenía que hablar. Porque se sabía todo, ya que había
un mal funcionamiento orgánico. Se va a la cárcel.
Aunque no es ese el caso de quien nos lo
narra –Carlos Suárez– que a pesar de haber sido
citado varias veces en el resumen del sumario, no
fue enviado a prisión. Desde su punto de vista,
el hecho de haber escapado a la represión pudo
deberse a una valoración del Régimen en aquellos
momentos, dado el trabajo que estaba realizando
con colectivos obreros. Este argumento, piensa
Carlos Suárez, que está reforzado por el hecho de
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45
que hubo gente que, sin apenas tener actividad
política y cuyo acercamiento al grupo era bastan-
te débil, fue reprimida y llevada a prisión, como
en el caso de Vizcaíno,
un chico que trabajaba junto
con Andrés Alvarado o cualquier otro. Y, sin embar-
go, a ellos los cogieron y les metieron cuatro años y
a mí ni siquiera me tocaron. Fue por eso que cuando
estaba asistiendo al juicio –me citaron dos o tres veces–
cuando estaban leyéndose los atestados, los sumarios,
o como se llame eso, uno estaba cagado, uno estaba
manteniendo el tipo en el juicio y que de repente enci-
ma te nombren (…) Bueno, y eso fue en el resumen. Sí,
en el resumen estaba citado dos o tres veces (…) y, sin
embargo, ni me tocaron.
En este movimiento, donde ni todos eran
comunistas ni todos eran independentistas, los
vínculos de unión ideológica venían dados por
elementos más genéricos. Ideológicamente, po-
dríamos catalogarlos como “gente de izquierda”,
“antifascistas”, haciendo la salvedad de los mili-
tantes perteneciente al PCE. Los demás compo-
nentes que no formaban parte del PCE, podríamos
decir que no se habían dotado, todavía, de una
teoría revolucionaria que pudiese explicarles el
sentido de sus inquietudes, aunque como plantea
Jesús Cantero, ya “se hablaba del marxismo”, lo
que le induce a pensar que:
No era un grupo bur-
gués, como se dice después
–dicen algunos–.
Entró un
entusiasmo revolucionario y entonces una febre y una
agitación (…) la ciudad estaba totalmente muerta, era
la paz de los cementerios por completo. No había nadie
que hiciera lo más mínimo.
En esa situación, una pintada con tiza en
una pared, que dijese “Canarias Libre”, tenía un
impacto tremendo, la gente se paraba a leerla y co-
mentarla, y “se pasaba de boca en boca.” Hay que
tener en cuenta que las últimas actuaciones políti-
cas en Las Palmas habían sido en el año cuarenta
y siete, cuando se desmanteló al PCE. Desde esa
fecha
era la paz de los cementerios total, yo creo que
incluso había pocos policías, porque el Régimen estaba
fuerte y no necesitaba ni policías ni nada.
31
En las circunstancias políticas e históricas en
que se desarrolló Canarias Libre, la cuestión de
que los integrantes se declarasen independen-
tistas o no era un problema de segundo orden,
porque
objetivamente, estaba haciéndole el juego a los
independentistas, pero los que estamos allí metidos, si
nos considerábamos y queríamos ser independentistas,
teníamos el freno de Germán Pírez detrás. De ahí que,
efectivamente, no hay ninguna contradicción cuando
Fernando dice que no es independentista, es que nunca
lo fue, sus topes con el independentismo han estado en
Canarias Libre, en su participación en Pueblo Canario
Unido y la que vino después, y en todo momento ha
dejado claro que no lo es.
32
La ambigüedad con respecto al planteamiento
nacional, permitía que existiesen contradicciones
dentro de la organización,
yo concretamente, decía:
“Canarias independiente.” Ellos decían: “No, no,
Canarias libre engloba a más gente y tal” (…). Pero
esto fue infuencia del Partido Comunista. El Partido
Comunista de España siempre ha sido un freno para la
cuestión nacionalista.
El planteamiento de Canarias Libre iba diri-
gido a reivindicar la autonomía como un paso im-
portante para la consecución de su difusa perspec-
tiva estratégica que, como hemos visto, abarcaba
desde el logro de la independencia hasta la mejora
de las condiciones de vida y trabajo del pueblo en
general. Esa pluralidad ideológica les llevó a rea-
lizar una votación durante su estancia en la cárcel,
para intentar determinar cuál era la posición que
se adoptaba respecto del tema nacional.
En esa votación, Luis Alzó se declaró autonomis-
ta y todos los demás, incluido Sagaseta, se declararon
independentistas (…). La verdad es esta, fue así (…).
Yo creo que éramos independentistas y, sobre todo, el
pueblo lo que entendía era independencia.
33
Canarias Libre desapareció en 1962, pero el
eco de algunas de sus propuestas resurgió a fna
-
les de la década. Entre 1968 y 1972 se sentaron las
bases teóricas que impulsaron un potente movi-
miento de masas que irrumpió al fnal de la dicta
-
dura y en el proceso de transición. Los dirigentes
que llevaron a cabo esa apuesta democrática pro-
cedían, casi todos, de Canarias Libre y del PCE,
pero ahora eran otras siglas, otras organizaciones,
los sujetos colectivos que animaban la lucha por la
autodeterminación y el socialismo.
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46
NOTAS
1
Testimonio oral de Germán Pírez Pérez, 1-7-1988, citado en
Millares Cantero, A. y Domínguez Prat, P.: “La cuestión nacional
entre los comunistas grancanarios (1959-1971)” Texto sin publicar
y cedido amablemente por los autores.
2
El garrote vil fue una forma de ejecución originaria de España
que estuvo activa desde 1820 hasta 1978. Consiste en un collar
de hierro, que por medio de un tornillo retrocedía hasta matar al
acusado por asfxia. La variante denominada catalana incluía un
punzón de hierro que penetraba por la parte posterior destruyen-
do las vértebras cervicales del condenado.
3
Aquí, el término “nacionales”, es para usar la terminología con
que los fascistas se denominaban a sí mismos, en la tradición de
los fascismos europeos de la época. Los “dos bandos” de la Gue-
rra Civil, en la versión tradicional de interpretación de la contien-
da, son los “rojos” y los “nacionales”. Es importante no confundir
esta denominación de “nacional”, con la de “nacionalista”, usada
por los miembros de las corrientes ideológicas del nacionalismo
vasco, catalán, gallego y canario. En esta acepción los “naciona-
listas” son antifascistas, y están enfrentados a los “nacionales”
españoles.
4
El Socorro Rojo Internacional (SRI) fue un servicio social organi-
zado por la Internacional Comunista y desempeñó un papel muy
activo en el apoyo a los refugiados, desplazados y exiliados du-
rante la Guerra Civil española. Su primera dirección estuvo bajo
el mando de Clara Zetkin.
5
Entrevista concedida por Juan Méndez el 3/11/1989.
6
Ibídem
.
7
Diversos testimonios recogidos en el pueblo de Telde mani-
festan esta idea, que bien sea cierta o no, es válida en la medida
en que recoge la opinión y el punto de vista de los vecinos del
pueblo. El estado de opinión, o la
vox populis
, por medio de la cual
se crean los mitos y las historias legendarias de los héroes popu-
lares. Juan García, huido y perseguido por un régimen injusto y
opresivo, baja de las montañas para vengar los abusos a los que
son sometidos su madre y hermanas. Con su acto particular, Juan
García venga la memoria colectiva ajusticiando a los verdugos.
8
El libro de Sartre al que se hace referencia se editó en la época
bajo el título
Huracán sobre el azúcar
y consistía en una serie de
artículos y entrevistas en los que el flósofo francés hablaba de la
Cuba que vio en su visita de 1960.
9
VII Congreso del PCE
, primer volumen, Fol. 266-267, ACC, citado
en A. Millares Cantero y P. Domínguez Prat:
op. cit
.
10
Entrevista concedida por Fernando Sagaseta el 5/10/1988.
11
Entrevista concedida por Antonio Cubillo el 5/11/1988.
12
Sobre el Movimiento Autonomista Canario (MAC), las opinio-
nes son dispares, pero en cualquier caso la primera documenta-
ción escrita que aparece sobre dicho Movimiento es su boletín
informativo fechado en julio de 1963, es decir, un año después de
la desarticulación del Canarias Libre, y posterior también al exilio
de Antonio Cubillo. A tenor de lo expresado en dicho órgano, su
planteamiento es sobre todo regionalista y autonomista, y tam-
bién decididamente antifranquista. Así lo expresa el MAC cuando
apunta que: “A nuestro lado tendréis la AUTONOMÍA, las refor-
mas necesarias, la creación de una región de ciudadanos libres
dentro de una Democracia Nacional Española”. Órgano Ofcial
Canarias;
Boletín Informativo del Movimiento Autonomista Canario
,
Nº 1, julio, 1963, p.10.
13
Entrevista concedida por Jesús Cantero Sarmiento el 8/6/1989.
14
Ibídem
.
15
Con este testimonio queda refutada la opinión vertida por el
PCE, en el VII Congreso, citado anteriormente, en el sentido de
que el Partido no ejerció infuencia y que se dejó arrastrar por lo
“nacionalistas”. En testimonios posteriores también veremos que
se reafrma esta opinión de Fernando Sagaseta.
16
A. Millares Canteros y P. Domínguez Prat:
op. cit
.
17
Ibídem
.
18
M. Vázquez Montalbán: “Albert Fina: El imprescindible Albert
Fina” en
La Factoría
, Nº 14-15, Barcelona, febrero-septiembre 2001.
19
El plato fuerte de estos acuerdos consistió en que los norteame-
ricanos prestaban ayuda económica a España, a cambio de poder
instalar bases militares en la península bajo control exclusivo
de los propios norteamericanos. Las bases siguen estando en la
actualidad. De los 226 millones de dólares que correspondían a
los años 1953-1954, 141 millones irían destinados a gastos mili
-
tares para la modernización del anticuado ejército español. Esos
millones se reembolsaban nuevamente a los EE.UU. “Franco no
sólo salía del hoyo sino que se le reconocía ofcialmente. De paria
a colaborador. De residuo fascista a casi aliado... Estados Unidos
había acabado dándose cuenta de que España era uno de los
puntos neurálgicos de la defensa occidental”, la cita corresponde
a Ángel Viñas,
En las garras del águila. Los pactos con Estados Unidos
de Francisco Franco a Felipe González (1945-1995)
, Crítica, Barcelona,
2003.
20
Se suele tomar la fecha de marzo de 1951 como la del inicio
de las protestas sociales de masas durante el franquismo. Fue
a raíz de la subida del precio del tranvía en Barcelona cuando
los trabajadores del cinturón industrial comenzaron un ciclo de
huelgas en los sectores del textil, metalúrgico, químico y de la
construcción. En los meses siguientes las huelgas se expandieron
a Vizcaya, Álava, Navarra, Madrid y Guipúzcoa. Luego, en 1956,
la protesta se instaló en la Universidad Complutense de Madrid
demandando libertad en las cátedras y en las aulas. En el terreno
estrictamente laboral, se suele considerar la huelga en la mina de
La Camocha (Asturias) en enero de 1957 como el punto de partida
organizativa de las Comisiones Obreras, sindicato clandestino
que jugó un destacado papel en la oposición al franquismo desde
esa época en adelante. El sindicato mantuvo una relación muy
estrecha con el PCE hasta mediados de la década de los noventa.
21
D. Shaw:
Fútbol y franquismo
, Alianza, Madrid, 1987.
22
Diario de Las Palmas
, 5 de marzo, 1962.
23
Diario de Las Palmas
, 31 de marzo, 1962.
24
Jesús Cantero Sarmiento.
25
Una interpretación mucho más completa sobre las motivaciones
de la rápida intervención policial nos la proporcionan los histo-
riadores Agustín Millares Cantero y Pilar Domínguez Prat en el
artículo citado más arriba cuando señalan lo siguiente: “La desar-
ticulación de CL… se debió a las vastas proporciones que, casi de
forma espontánea, empezaba a adquirir en la calle. Próximos los
actos fnales de la independencia argelina, la exagerada inquietud
de Madrid extremó la represión policial y cosechó éxitos inmedia-
tos. La inexperiencia en la lucha clandestina y la falta de medidas
de seguridad favorecieron las investigaciones de la Brigada de
Investigación Político-Social, llevándose a cabo una de las más
célebres redadas del franquismo.”
Op. cit.
26
Jesús Cantero Sarmiento.
27
Fernando Sagaseta.
28
Ibídem
.
29
Ibídem
.
30
Carlos Suárez.
31
Jesús Cantero Sarmiento.
32
Carlos Suárez.
33
Jesús Cantero Sarmiento.
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47
Nacionalistas e comunistas
contra a ditadura
franquista (1959-1962).
A visão dos
protagonistas
Domingo Garí Hayek
Espanha é um país plurinacional, embora
politicamente não se reconheceu mais que
nos períodos democráticos. Quando as
experiências republicanas de 1873-1874
e de 1931-1936 deram à oportunidade de
que emergissem as opções em liberdade,
as nacionalidades de forma imediata reivin-
dicaram seu lugar no ordenamento jurídico
e político do Estado.
Para entender a história da Espanha é
preciso entender a história das nações que
a compõem.
A oposição ao franquismo tem suas pró-
prias manifestações e ritmos em cada uma
destas nações, embora em todas encontre-
mos similitudes e também cumplicidades.
No trabalho que apresentamos aqui,
analisamos como a tradição comunista e
o nacionalismo emergente em Canarias te-
cem, não sem complicações, uma renova-
da geração de líderes e impulsos políticos
que com o passado do tempo terminarão
jogando um papel de primeira magnitude à
morte do ditador em 1975. Neste trabalho
nos centramos no início desse processo.
Nationalistes et
communistes contre la
dictature franquiste
(1959-1962). Le point de
vue des protagonistes
Domingo Garí Hayek
L’Espagne est un pays plurinational, bien
que politiquement cela ne fut reconnu
que pendant les periodes democratiques.
Lorsque les experiénces républicaines de
1873-1874 et de 1931-1936 ont offert la
possibilité de l’emergence des optiones
en liberté, les nationalités revendiquèrent
de façon inmédiates sa place dans l’ordre
juridique et politique de l’Etat.
Par comprendre l’histoire de l’Espagne,
c’est necessaire de comprendre l’histoire
des nations que la composent.
L’opposition du franquisme a ses manifesta-
tions propres et ses rythmes dans chacune
de ces nations, bien que dans toutes nous
retrouvions des ressemblances et aussi des
complicités.
Dans le travail que nous présentons ici,
nous analysons comment la tradition com-
muniste et le nationalisme émergeat en
Canaries tissent, non sans difficultés, une
rénovation dans la génération de dirigeants
et d’elans politiques, qu’avec le temps,
finiront par jouer un rôle eclatant à la mort
du Dictateur en 1975. Dans ce travail nous
nous centrons au commencement de ce
processus.
Nationalists and communists
against the pro-Franco
dictatorship (1959-1962).
The vision of the
protagonists
Domingo Garí Hayek
Spain is a country of diverse nationalities,
although politically it had been recognized
just during in the democratic periods. When
the republican experiences of 1873-1874 and
of 1931-1936 gave the opportunity to emerge
the options of freedom, the nationalities im-
mediately claimed for their place in the juridi-
cal and political classification of the State. To
understand the history of Spain is necessary
to understand the history of the nations that
compose it.
The opposition to the Franco’s regime has its
own manifestations and rhythms in every one
of these nations, although we find in all of
them, similarities and also complicities. In the
work that beforehand we presented here, we
analyze how the communist tradition and the
emergent nationalism construct in Canaries,
not without complications, a renewed genera-
tion of leaders and political impulses that, as
times passes by, will end up by playing a role
of first magnitude in the face of death of the
dictator in 1975. This work is based on the
beginning of this process.
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