image/svg+xmlAnte el vuelo del Cóndor, la necesidad de un refugio: el asilo político argentino
image/svg+xml27A l siglo XX se lo ha defnido como el siglo “de los que huyen”.2Durante esa centuria, miles de individuos se vieron obligados a huir y a experimentar situaciones límites. Para comprender ese período de la historia, es necesario rescatar del olvido la memoria de quienes fueron orillados a partir de sus países de origen y se vieron en la necesidad de buscar un lugar donde protegerse; sus testimonios se convertirán en herramientas clave para confrontarlo.3Intentaremos revelar una nueva versión de la historia, “a la que no le conviene su difusión”.4 La política del olvido,5que diferentes gobiernos han pretendido instaurar, ha buscado –y desafortunadamente en ocasiones lo ha conseguido– bloquear temas importantes de la memoria. La negación es uno de los grandes peligros al que se tiene que enfrentar cuando se propone realizar la reconstrucción histórica de ciertos procesos político-sociales en los que la violación de los derechos humanos alcanzó altos niveles. La memoria registra y retiene información, conocimientos y experiencias que les permiten a los seres humanos actualizar esas impresiones o informaciones pasadas en cualquier momento. Sin embargo, existe una clase de memoria que por su propia naturaleza no es fácil de abordar, ya sea porque a las personas les produce vergüenza, enojo o sentimientos de culpabilidad o porque se la considera más como un secreto que como una vivencia susceptible a ser narrada: la “memoria ausente”.6La “memoria ausente” es aquella que resguarda experiencias sobre acontecimientos traumáticos, y que para casi todo el mundo resulta aterradora: una alteración grave a la vida cotidiana, la destrucción repentina del hogar; la visión de una persona seriamente herida o asesinada mediante violencia física, por ejemplo. Se trata de situaciones a las que no se les ha puesto punto fnal y que, por lo mismo, continúan estando en el presente y son actuales en todos sus aspectos.7Para salir de ese tormento es necesario iniciar un proceso curativo que permita reconstruir su historia, rehacerla; y esto sólo se logrará transmitiéndola a alguien más; las víctimas pondrán fn a ese episodio narrándolo, expresándolo, externándolo.La historia oral, que se propone recuperar, a partir de la palabra, versiones diferentes y particulares de diversos actores sociales, les permitirá a los lesionados trasladar sus heridas de la esfera individual al ámbito colectivo. Nos interesa construir las nuevas historias desde la memoria individual y colectiva, desde esa memoria confable8que permite la revisión atemperada del pasado. Sólo de esa manera entenderemos cómo experimentaron y cómo actuaron esos individuos ante una situación marcada por la más profunda deshumanización. Por eso mismo es necesario considerar sus testimonios no sólo como ejemplo de supervivencia y de victoria sobre el objetivo exterminador de los perpetradores, sino también como fuentes para el conocimiento de los procesos y formas de la práctica a través de las cuales intentaron realizar sus intenciones.9Los países del Cono Sur latinoamericano vivieron durante la segunda mitad del siglo XX situaciones de ruptura institucional. La Doctrina de Seguridad Nacional10promovió la formación de gobiernos militares en la región como una supuesta medida para terminar con el comunismo. El plan de inteligencia y coordinación entre los servicios de seguridad de las dictaduras conosureñas conocido como Operación Cóndor, se constituyó en una organización clandestina internacional para la práctica del terrorismo de Estadoque tuvo como resultado el asesinato y la desaparición de gran número de opositores.El 24 de marzo de 1976, en la Argentina, una junta militar depuso al gobierno legítimamente electo y comenzó lo que se denominó Proceso de Reorganización Nacional, en donde las garantías individuales se vieron quebrantadas ante la sistemática violación de los derechos humanos. Miles de hombres, mujeres e incluso niños fueron víctimas de torturas físicas y psicológicas. Se practicaron ejecuciones sumarias, torturas, secuestros, detenciones y asesinatos masivos, en general se violó y vulneró la legalidad institucional.11Para salvar sus vidas, una parte de los perseguidos recurrieron al asilo diplomático. Éste es un instrumento interamericano12cuyo objetivo central es brindar protección a los perseguidos políticos. Los fundamentos históricos del derecho de asilo tienen una larga tradición, según la cual todo Estado debe recibir en su territorio a quienes Autora Araceli Leal Castillo1Instituto Mora/MéxicoAnte el vuelo del Cóndor, la necesidad de un refugio... La política del olvido, que diferentes gobiernos han pretendido instaurar, ha buscado –y desafortunadamente en ocasiones lo ha conseguido– bloquear temas importantes de la memoria.
image/svg+xml28le soliciten protección, estableciéndose una vinculación recíproca entre uno y otro. El asilado debe abstenerse de toda actividad que pueda afectar al país del que salió y a la nación que lo recibe. Asimismo, no puede ser expulsado o extraditado al territorio que abandonó o entregado al gobierno que lo persigue, norma que se ha respetado hasta el presente.Pese a la importancia que la fgura del asilo diplomático tiene en el ámbito internacional, pocos especialistas se han dado a la tarea de analizarla y todavía menos el caso argentino.13 Por ello, a partir de los testimonios de algunos asilados argentinos así como el del embajador mexicano en la Argentina,14 el presente trabajo se propone estudiar diversos detalles sobre la “memoria ausente” del asilo diplomático. El gobierno mexicano conocía la represión y la violencia que se producía en Argentina desde antes que las fuerzas armadas tomaran formalmente el poder. El embajador mexicano Roque González recuerda:(…) antes de que ocurriera el golpe de Estado… había un grupo paramilitar importante de derecha, la Triple A, que actuaba… con la connivencia de algunos círculos gubernamentales… tenía a su cargo la tarea de amenazar, de hostilizar, de presionar y en ocasiones de ejecutar a los que consideraban enemigos más notables del gobierno. Generalmente esos círculos de las víctimas se localizaban entre los intelectuales y periodistas… o gente de la izquierda en política... Cuando se produce el golpe y toman a la señora de Perón como rehén y que notifcan a todas las embajadas, que había un gobierno provisional, yo informo a mi Cancillería y me dan instrucciones de no tener ningún contacto con el gobierno de facto…15México “siempre se ha enorgullecido de tener una política hospitalaria hacia los que huyen por razones políticas, raciales o religiosas”.16La práctica de asilo en México ha estado presente desde el primer cuarto del siglo XIX, desde entonces miles de individuos han pedido refugio en este país. Por esa razón, no es de extrañar la disposición del gobierno mexicano para brindar protección a los perseguidos argentinos, incluso antes de que se produjera la ruptura institucional.(...) el Presidente... me dio instrucciones muy concretas con relación al asilo... me dijo: “Se aproximan momentos difíciles para la Argentina, queremos que usted recuerde que la política de México ha sido siempre de puertas abiertas y de generosidad...”17Inmediatamente después del golpe de Estado, las detenciones, la tortura, los asesinatos, la persecución, los operativos de allanamiento masivo, se volvieron comunes, eran tiempos de angustia e inseguridad sobre el futuro que les esperaba a cientos de perseguidos. En ese sentido, los testimonios señalan:(...) el 24 de marzo de 1976 fue el golpe de Estado, el día anterior... el Ejército rodeó mi casa en la provincia de Buenos Aires... la saquearon buscándome a mí... comenzaron a pasar carteles... pidiendo [mi]captura... Cayeron siete casas sucesivamente donde yo me iba escondiendo, había una situación tremenda en esos días en Buenos Aires, e incluso ya ponía en peligro a los compañeros que estaban conmigo.18(...) a partir del 10 de marzo, es la fecha que secuestran a mi padre, a partir de ahí, y en base a determinados indicios y ya el tipo de amenaza que teníamos y a su vez de aportación de apellido19como delito en ese tiempo, teníamos... una sentencia pesando sobre nosotros y, más, teniendo en cuenta casos anteriores... familiares que los masacraban, digamos, por tener portación de apellido... Y en el caso nuestro, por mi hermano Fernando20y por la actividad política de él...21Si bien era difícil tomar la decisión de abandonar el país, y sin tener la certeza de cuándo regresarían, para muchas personas fue preferible huir a vivir en la incertidumbre que representaba el terrorismo de estado. Sin embargo una vez que se tenía la seguridad de que no había otro camino más que abandonar la Argentina, las personas se preguntaban: ¿A dónde partir? ¿Cuál será la mejor opción para salvar la vida? Después de analizar las diferentes opciones, la embajada mexicana se percibió como “destino fnal” para los perseguidos que, por diferentes medios y circunstancias, se enteraron que México era casi el único país dispuesto a recibirlos. En ese sentido, algunos fragmentos de la memoria individual –que se vuelve colectiva– mencionan: La elección de México fue un poco porque uno de los únicos países que, tenía... una política, digamos, de asilo Después de analizar las dife-rentes opciones, la embajada mexicana se percibió como “desti-no final” para los perseguidos que, por diferentes medios y circuns-tancias, se enteraron que México era casi el único país dispuesto a recibirlos.
image/svg+xml29más defnida y más solidaria, donde se daban regímenes autoritarios en América latina... pero en defnitiva, los únicos que estaban en mayor certeza o dentro de la incertidumbre era México y era la única opción...22(...) estaba muy bien predispuesta y me alegré que sea México por esa situación del cariño que él [Rodolfo Puigross]le tenía, y porque pensaba también que se le iba a facilitar el camino a él, en el sentido que ya lo conocían, y la prueba está en que recuperó en seguida todo lo que tenía cuando se fue. Así que en ese sentido estaba tranquila. Además yo tenía una gran curiosidad por conocer México, sinceramente…, porque es de esos países que atraen enormemente.23El ingreso a la misión mexicana en la Argentina, para solicitar asilo, implicó una experiencia complicada, además de riesgosa, como se percibe en los siguientes fragmentos:Y alguien... comentó que no fuéramos directamente a la embajada porque no íbamos a ser aceptados y que entráramos a la Cancillería… que entráramos en distintos grupos… Y cuando entraron todos… nos declaramos asilados... se armó un despelote bárbaro… [el funcionario a cargo] nos dijo: “No”, dijimos que “no nos movíamos de ahí, que nos sacaran en todo caso”... no nos dejaban ni ir al baño... por lo cual uno de mis hermanos dijo: “bueno, perfecto hacemos todo eso acá”…[e]inmediatamente nos llevaron al baño… pero con mucho miedo, mucho terror y la verdad que nadie entendía qué es lo que estaba pasando, ni lo que iba a suceder... El recibimiento en la embajada al principio no fue demasiado amable… Después se fueron suavizando un poco más, ten en cuenta que fuimos los primeros asilados, de tránsito, entre el gobierno de Isabel24y el de Videla.25Fui a la embajada… y me dijeron que volviera el mes que viene. En otro intento, estando en la embajada veo que se baja del ascensor Francisco Yofre, con su mujer y su hijito… se abre la puerta para que salga [una persona y]Francisco y su mujer pegan el empujón y se meten… nadie se dio cuenta de nada… le dije a mi mujer: “Tenemos que hacer como ellos”… esperamos que una persona saliera, le di el empujón y entré en la embajada… nos fuimos al fondo, obviamente hubo un pequeño tumulto… vino el cónsul… [Me]planteó lo siguiente: que nosotros habíamos irrumpido en la casa de México, por medio de la violencia… [Me]dijo que saliera y volviera a entrar civilizadamente… le dije: “yo salgo y me meten preso… me van a secuestrar… me van a torturar… no aparezco nunca más...” entre… discusiones, le digo: “bueno yo salgo… pero mi mujer y mi hijo se quedan acá”... entonces salgo… [Pero]mi mujer escuchó… que alguien estaba hablando con la policía… me pegó el grito: “Guillermo, están llamando a la policía”… Y yo me mandé de vuelta a los empujones y otro gran escándalo… le dije a López Lira que me entregara a la policía… y mañana en todos los diarios saldría: “El gobierno mexicano entregó a un tipo” eso lo paralizó… Empezó a dudar y llamó al funcionario que ocupaba el cargo más alto...26 Para otros perseguidos el recibimiento por parte de los funcionarios de la embajada mexicana fue favorable y sin ningún obstáculo.[La entrada]fue muy impactante, pero muy cordial la atención de ellos realmente, tanto la del embajador como la de todos los miembros de la embajada. Te digo fueron muy cordiales, nos recibieron muy bien.27(...) recuerdo [que cuando] entramos... estaba el señor De Negri, que era el Consejero... e inmediatamente sale el embajador… Roque González Salazar... Tuvimos una reunión con él… después nos acompañan hasta el dormitorio que nos asignan… Sin duda [nos recibieron de manera]muy amable… nos sentíamos muy cómodos de haber llegado ahí.28“La memoria es una relación intersubjetiva, elaborada en comunicación con otros y en determinado entorno social… A la luz del presente, las memorias seleccionan e interpretan el pasado. Algunas cosas son valoradas, otras son rechazadas. Y estas miradas retrospectivas van cambiando; un día iluminarán un aspecto que otro día ocultarán. Los mismos hechos pueden ser tratados de modo muy distinto [por los diferentes informantes]. La memoria establece continuidades y rupturas y es ella misma un fujo temporal”.29(…) no recuerdo que mirara televisión, no sé si porque no me interesaba o porque no había, en realidad no me acuerdo de eso. Sí me acuerdo que leíamos diarios y revistas, eso sí, de eso me acuerdo muy bien, pero de televisión y radio no recuerdo… Pero capaz que simplemente a mí no me interesaba, yo no me acuerdo si las demás personas miraban televisión o no, la verdad no me acuerdo.30¡Ah! televisión sí veíamos, y radio podíamos escuchar… dentro de la embajada, las limitaciones generalmente las imponíamos nosotros mismos, por razones de seguridad, también por un poco de no molestar al embajador y a su familia. Pero por lo demás, podíamos ver televisión, podíamos escuchar radio...31
image/svg+xml30En medio del encierro colectivo en el que se vieron obligados a vivir, los asilados promovieron cotidianidades que permitieron dar cierta continuidad a su vida con un enorme esfuerzo de solidaridad humana; lo que permitió resolver aspectos esenciales como la higiene, la alimentación, el descanso. Al respecto un entrevistado mencionó:Cuando… entramos a la embajada, éramos 23, no había lugar físico donde ponernos… y nos dan el altillo32de la embajada… era como un tipo de loft33tuvimos que limpiarlo nosotros, conseguir colchones afuera... teníamos un baño, el cuarto de mi mamá, otro cuarto más... para que estuviesen como más intimidad las parejas y la cocina... había horario de televisión para los chicos abajo, para que vieran los dibujitos y después permanecíamos permanentemente... en el altillo.34La intención de la dictadura fue aniquilar física, moral y culturalmente a todos aquellos a los que consideraban sus enemigos, sin duda los asilados entraban en ese grupo. Para no sucumbir ante el encierro, los protegidos implementaron formas de resistencia en coexistencia con el ocio; se desarrollaron actividades recreativas, culturales, sociales y educativas. Esas tareas tuvieron un enorme signifcado moral, compensaban la monotonía del aislamiento y la depresión que ello producía; se transformaron en un atenuante para la angustia y las tensiones emocionales. Los amparados trataron de concentrar sus pensamientos y sus acciones en la supervivencia, en sobrevivir como seres humanos civilizados: Nos levantábamos... nos acostábamos tarde… nos dedicábamos a jugar al truco.35 El lugar de reunión era el cuarto donde estaba Juan Manuel, ahí nos juntábamos todas las noches… los chicos si estaban despiertos también, la rutina era antes de la cena juntarnos. Una buena ronda… serían dos horas de ping pong… después… una ducha… Era ping pong, cena, la cena siempre era por separado, a veces nos juntábamos.36(...) por la mañana, nos levantábamos... desayunábamos, mi padre hacía gimnasia en su habitación, en la habitación... empezaba a leer... El embajador González Salazar tenía una buena biblioteca... con el tiempo, empecé a hacer algunas cosas de mi profesión. A estudiar algunos temas... analizaba temas jurídicos vinculados con la misma.37La permanencia en la embajada no fue una cuestión fácil o idílica: no faltaron choques o disputas por el liderazgo. Sin embargo en la embajada las emociones personales y profundas, más que las polémicas ideológicas, unieron a las personas. Ante todo, prevaleció la conciencia de lo que los unía: su condición de asilados. Como dice Portelli: “De esta tensión entre necesidad de unidad y multiplicidad de hecho no deriva una homogeneidad compacta, una cierta línea política, sino que se evita que las personas emotiva o ideológicamente más frágiles se deslicen hacia posiciones reaccionarias”.38Al respecto los asilados comentan:Con [el ex presidente]Cámpora39la relación era más distante, porque, bueno, yo no estaba dispuesto a discutir muy abiertamente con él porque me parecía que no tenía mucho sentido en esa circunstancia. Así que había como una especie de pacto tácito ahí, en función de la convivencia de estar veladas ciertas cuestiones. Entonces… nos dedicábamos al ping pong y al truco y en esos términos, la relación fue agradable… creo que si hubiera entrado en la política con Cámpora, las cosas no hubiesen ido muy bien. Con Juan Manuel, en cambio, era diferente, por un lado, porque a lo mejor había más coincidencias en ese momento, había más posibilidades, y además porque había una actitud común en relación a cómo concebir la política. Cámpora era otra generación de político...40Independientemente del nivel de seguridad con la que contaba la embajada mexicana, los asilados se sentían protegidos, amparados. Así lo manifestaron algunos de ellos:(...) la gente acudía [a la embajada]cuando se sentía amenazada, signifcaba la salvación... la única posibilidad de seguir con vida... sentirse protegido… sabíamos que no nos podía pasar nada adentro (…) [Nos sentíamos]Tranquilos.41(...) evidentemente que había privación de libertad, pero en las condiciones de vida que teníamos ahí adentro, eran respetuosas, consideradas y no parecían extremadamente inseguras;aunque ya le digo, no hubiera armas defendiéndonos.42La permanencia en la emba-jada no fue una cuestión fácil o idílica: no faltaron choques o dis-putas por el liderazgo. Sin embar-go en la embajada las emociones personales y profundas, más que las polémicas ideológicas, unieron a las personas.
image/svg+xml31(...) no había diferencia entre estar protegido y seguro... las dos cosas iban de la mano... es decir, por instantes vos te podés sentir protegido en cuanto mirabas alrededor tuyo, bueno, y veías una cara familiar, pero por otro lado mirabas una cara familiar dentro de un contexto de encierro, y esa cara familiar que veías no era una cara familiar, este... normal sino era una cara, que digamos, bastante transformada. La sensación de estar en una isla alrededor donde vos tenés militares rodeándote en la embajada, es la sensación de no saber a dónde vas.43En medio del dolor que en general signifcaba dejar familia, hogar, trabajo, la sola idea de salir del país donde se había sufrido persecución, incluso cárcel por razones políticas, generaba para algunos una esperanza de vida. Así lo evocan los propios cautivos-protegidos:Era tal la situación de miedo en ese momento que uno no pudo pensar, que sé yo, en las cosas que se iban a hacer en el futuro. Fue una cosa inmediata de salvar la vida y de poder salir indemne, en un momento determinado.44Era una situación muy límite... me acuerdo de haber estado con mucha desesperación, yo lo único que quería era irme y me iba a cualquier país… Después allá veía qué hacía. La única idea era irme de acá, yo no tenía proyectos a futuro, y la verdad no pensaba en nada, lo único que quería era irme, no me importaba ni a dónde, ni cómo me iban a recibir, nada, no pensaba en esas cosas. No es que me sentara y dijera “ah, no me importa”. No, no pensaba… en ese momento… me quería ir desesperadamente… irnos del horror, estábamos espantados… mientras estábamos en la embajada, había reiteradamente versiones de que iba a haber un atentado, que la iban a asaltar.45De acuerdo con las convenciones internacionales, el país que brinda el asilo tiene la obligación de tramitar la documentación necesaria para la salida de sus protegidos, en este caso ante el Ministerio del Interior argentino. El tiempo que la gestión demoraba dependía del grado de animadversión que los militares les manifestaban a cada asilado, aunque por lo general, se otorgaba en no más de tres meses. Pero para el ex presidente Héctor Cámpora –que permaneció cincuenta y seis meses en la embajada–, para su hijo Héctor Pedro Cámpora y para Juan Manuel Abal Medina, la protección se convirtió en una especie de prisión. Mi padre estuvo desde el 13 de abril del 76, hasta… si no me equivoco, el 20 de noviembre del 79. Yo estuve desde el 13 de abril de 1976 hasta el 19 de diciembre de 1980.46[Ingresé a]fnes de abril… estaba don Héctor Cámpora… Héctor Cámpora hijo… estaba un matrimonio de abogados laboralistas… los Zanella… y dos o tres días después, ingresaron dos dirigentes de la JTP de Junta Trabajadora Peronista, de apellidos Yofre y Greco… Los Zanella salieron un poquito después con salvoconductos y los Greco y los Yofre salieron unos tres meses después más o menos. Ahí quedamos el doctor Cámpora, Cámpora hijo y yo, y (...) El doctor Cámpora… a principios del 79 comienzan los problemas de salud serios… podía ser un cáncer, lo que, lo que fue fnalmente. Fue la época más penosa de la estadía en la embajada (...) era muy difícil… fnalmente, aprovechando la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en septiembre del 79 (los militares)tuvieron una muy fuerte presión internacional, Cámpora, ya se había comprobado que tenía cáncer, ahí se otorga el (…) salvoconducto… fallece un año después. El día que muere don Héctor (...) le dan el salvoconducto a Héctor hijo... [Fue]hasta que se produce la situación de Malvinas y allí México apoya, por supuesto, decididamente a la incursión de la Argentina, pero… dice que hay un problema pendiente… y, ahí me dan mi salvoconducto.47Otra experiencia traumática que tuvieron que vivir los asilados fue el traslado de la embajada mexicana al aeropuerto argentino.Entonces el viaje de la embajada a Ezeiza, fue así: se armó una caravana de autos… Todo transcurrió normalmente hasta llegar al acceso a Ezeiza, estaba controlado por la Aeronáutica… que era muy celosa de su jurisdicción. Entonces cuando llegamos al puesto que tenía la Aeronáutica, digamos unos kilómetros antes de Ezeiza, se dio una situación difícil entre la Aeronáutica y la Policía, porque la Aeronáutica le impidió a la Policía Federal que entraran, que entraran en Ezeiza, bueno, se dio una situación… Yo dije... hasta aquí fue el asilo político… a partir de eso nos escoltó la Aeronáutica, la policía se fue y nos escoltó la Aeronáutica. Llegamos a Ezeiza y nos ubicaron en un salón a esperar que saliera el avión, volamos en Aeroméxico.48Los testimonios de los asilados argentinos nos permitieron acercarnos a momentos de gran dolor que se han quedado grabados para siempre en su memoria: (…) es difícil olvidarse… esos momentos, porque uno los vivió muy intensamente… tengo dos fechas fjas… una el secuestro de mi padre, el 10 de marzo de
image/svg+xml321976 y luego, el ingreso a la embajada una noche anterior al golpe… Durante ese proceso de aproximadamente catorce días… tuvimos que pensar en irnos del país… y sin haber tenido ningún interés en irnos… Es decir, fue una cosa desgarrante en ese sentido y sobre todo inesperado porque a pesar de que la situación estaba muy complicada, existía la Triple A,49el riesgo era… pero uno se había acostumbrado a vivir dentro de un clima de caos y de inseguridad total… lo que marcó el quiebre fue el secuestro de mi padre, hicimos todas las investigaciones… y fue como que se lo tragó la tierra.50El miedo es una constante en los relatos de los asilados. El miedo es una emoción natural y origen de respuestas inimaginables. Paralizantes o compulsivas unas; y creativas, refexivas y protectoras, otras. Por lo tanto el trauma es, como lo afrman algunos autores, “la realización de nuestros peores miedos... la materialización de las experiencias que ningún ser humano quisiera vivir jamás”.51Así lo manifestan los protegidos por la embajada mexicana:(...) estábamos muy asustados también porque además teníamos el pensamiento que teníamos que salir, no sabía si [los militares]se iban a animar, como no se animaron en México tampoco a hacernos absolutamente nada contra nosotros pero si era [algo que nos preocupaba]hasta que no llegó al avión y no salió el avión, uno no podía estar tranquilo. 52[El asilo]era pesado, pero no por cosas materiales que tuvieran que ver con el lugar, había incomodidades serias, por ejemplo hacía mucho frío… y no había mucho abrigo. Entonces esa era la incomodidad, pero no más que eso. Comíamos todos los días. No recuerdo que nadie se haya enfermado. El tema principal era el miedo que teníamos a que asaltaran la embajada.53Como menciona Marcelo Viñar, el asilo ha hecho referencia siempre al destierro como forma terrible de castigo, de venganza, de agresión; es la expresión de la violencia que ejerce una parte de la sociedad contra otra; cuando el perseguido político huye lo abraza el término de desterrado. “No eligió irse, lo expulsaron fue la opción que le quedó: huir antes de caer preso o morir. Pero en su patria quedan los otros, insilados. Si aquellos son desterrados, éstos quedan soterrados, enterrados, todos aterrados, desolados”.54El siguiente relato es muestra de ello:[Aunque ya]nos íbamos, también estábamos preocupados… por el efecto de los otros grupos familiares… no sea que vayan a tomar represalias sobre los otros familiares de nuestras respectivas mujeres o esposas...55(...) es un desgarre irse del país... deja sus cosas, y sus afectos... lo que deja, que no sabe por cuánto tiempo lo va a dejar… y qué le digo que los años que viví en México, los viví muy bien. Rodeado de afecto de mucha gente… Pero de cualquier forma, tiene que hacer eso. Y, sí... pero no creo haberme planteado esto cuando estaba asilado. La verdad es que yo no sentía el temor de que fueran a invadir la embajada, a pesar de que conocía hechos de que habían sacado gente de embajadas... nada hubiera sido imposible, pero… la mayor preocupación… era porque mi familia quedaba afuera...56En la medida que el asilo es un recurso de sobrevivencia, donde la persona no ha tenido la opción de elegir y ha debido irse de su país por el riesgo de ser asesinado, su proyecto de vida inmediato es el retorno a su patria. El asilado no se percibe a sí mismo como un emigrante, por tanto vive con la expectativa de que esta situación cambie en un lapso breve y se produzca el regreso. En ese sentido, véase los siguientes comentarios:(...) mi hermano mayor... me hace una especie de chantaje afectivo, que me dice que si no me iba yo, no se iba mamá y que si no se iba mamá no se iba nadie... por lo cual obviamente decido irme… la primera sensación… la tuve durante mucho tiempo, pese a tener 16 años… era como que uno no tenía derecho de irse... en todo caso hay una cosa que todavía con los años uno no termina de dilucidar o de encontrar una verdadera síntesis sensacional la encuentra bueno, dice “estás vivo”, pero por otro lado el tema del exilio. A esa edad en que me fui... en defnitiva como que la desestructura es total... en la adolescencia… el tema del exilio… es un tema que parte… y que produce una disgregación absoluta, ¿no? porque es una pérdida no sólo de referencia... y de lugares sino una pérdida… del tiempo… como una cosa propia en la cual vos podés ejercer un cierto control, lo perdés, el control del tiempo. Y a la vuelta de eso, que siempre uno quería volver, quería volver... al volver se produce un desentendimiento... un desarraigo... y, a su vez, una no satisfacción con lo que encontrás… que era un nivel El miedo es una constante en los relatos de los asilados. El miedo es una emoción natural y origen de respuestas inimagina-bles. Paralizantes o compulsivas unas; y creativas, reflexivas y protectoras, otras.
image/svg+xml33NOTAS1 Correo electrónico: aleal@mora.edu.mx2 Horst Kurnitzky, “Huida-emigración-exilio. Refexiones sobre ciertos fundamentos histórico-culturales de nuestra civilización” en Renata von Hanfestengel y Cecilia Tercero, México, el exilio bien temperado, México, Instituto de Investigaciones Interculturales Germano-Mexicanas, AC, 1995, p. 171.3 Véase Jan Coetzee, “Narrando el trauma. Introducción a A. Portelli, R. Van Boeschoten, A. Molnár, y L. Catela” en Historia, Antropología y Fuentes Orales,Nº 24, Universidad de Barcelona, 2000, pp. 31- 34. 4 Véase Sergio Grez y Gabriel Salazar, Manifesto de historiadores,Chile, LOM, 1999.5 “El olvido nos devuelve al presente, aunque se conjugue en todos los tiempos: en futuro, para vivir el inicio; en presente, para vivir el instante; en pasado, para vivir el retorno; en todos los casos, para no repetirlo. Es necesario olvidar para estar presente, olvidar para morir, olvidar para permanecer feles” en Marc Augé, Las formas del Olvido,Gedisa, España, 1998. pp. 20 y 104.6 Véase Mark T. Klempner, “Llevar a buen término entrevistas biográfcas con supervivientes de un trauma”, Historia, Antropología y Fuentes Orales, Nº 23, Universidad de Barcelona, 2000, p. 136.7 La memoria traumática solo se cierra cuando “la víctima, con su narración, inicia el proceso de nacimiento y conocimiento del episodio traumático pues el trauma antes de ser contado es una conmoción abrumadora, una ausencia aun no asumida como conocimiento.” op. cit., p. 138.8 Mercedes Vilanova, “¿Confar en la historia?”, en Historia, Antropología y Fuentes Orales, Nº 25, Universidad de Barcelona, 2001, pp. 7-16.9 Therkel Straede, “Cotidianidad y violencia en un campo de concentración nazi” en Historia, Antropología y Fuentes Orales,20, Universidad de Barcelona, pp. 53-75.10 Doctrina formulada en el Colegio Nacional de Guerra de Estados Unidos. Propone la hipótesis de una guerra contra los enemigos internos de la nación para asegurar la supervivencia de los Estados capitalistas. El conficto entre las superpotencias se expresa, a nivel de cada nación, en la existencia de una subversión interna aliada al comunismo que debe ser derrotada. Por ello debe replantearse el poder político, que se ha mostrado inefectivo en este combate y que sólo puede operar bajo la tutela militar. Gabriel Gaspar (comp.),La militarización del Estado latinoamericano: algunas interpretaciones, Cuadernos Teoría y Sociedad, México, UAM-I, s/f., p. 61.11 Según una investigación llevada a cabo en 1984, por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, creada por el gobierno constitucional de Raúl Alfonsín, el número de desaparecidos oscilaría las 9.000 personas, pero grupos defensores de derechos humanos como las Madres de Plaza de Mayo y el Servicio Paz y Justicia, estiman que hubo 30.000 desaparecidos. Un informe de la inteligencia chilena estimaba el número de desaparecidos en 22.000 personas en 1978, según un informe de los Estados Unidos. Hasta 2003 la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación Argentina tenía registrados 13.000 casos. La mayoría de las víctimas eran jóvenes menores de 35 años, de profesión obrero o estudiante, y que fueron detenidos preferentemente en sus domicilios durante la noche. Véase “Una duda histórica: no se sabe cuántos son los desaparecidos” en elClarín, lunes 06/10/2003. www.clarin.com/diario/2003/10/06/p-00801.htm.12 En 1954 en la X Reunión Interamericana, en Caracas, se suscribió la Convención de Asilo Diplomático que dio continuidad y claridad a las convenciones sobre esa misma materia frmadas en La Habana, en 1928, y Montevideo, en 1933. Ver Convención sobre asilo Diplomático suscrita en la Décima Conferencia Interamericana, Caracas 1-18 de marzo, Secretaría General/OEA/Unión Panamericana, Washington, 1961. (Serie Tratados, 18)13 Los libros de Silvia Dutrénit y Guadalupe Rodríguez de Ita, Tras de conciencia como era determinado tipo de gente y encontrás todo lo contrario... Entonces... se produce una automarginación mucho mayor de la realidad, digamos, en la cual estás, más allá del fenómeno político, económico, del fn de la historia como se le quiera llamar, pero es una cosa bastante curiosa que a mí en este momento, por ejemplo, me lleva mucho a... tenerlo en cuenta, en pensarlo...57Para fnalizar, debemos apuntar que la construcción, la invención de una patria es uno de los principales problemas para los que regresan luego de ser desarraigados del país en que se criaron. Esto se exacerba al constatar un desajuste entre lo narrado y lo encontrado, lo que provoca que algunos asilados que regresaron a la Argentina vivieron como la patria de los antepasados y no como la propia. La Argentina es el lugar donde se quedó la familia y ese debería ser un vínculo con sufciente fuerza como para permitir el encuentro de referentes útiles; sin embargo, el desarraigo llevó a que, a veces, los retornados, en especial los jóvenes, hicieran cortes radicales con sus entornos sociales y familiares como un modo de rebelarse contra esa salida obligada. Un joven asilado lo evoca así:(...) de alguna manera nunca me imaginé el futuro... siempre vivía el día y permanentemente viviendo en función de volver, que era un poco la idea... en la cual... yo me iba volviendo, es decir, que no me iba... entonces era medio difícil articular una propuesta, sino hubiera terminado de estudiar allá... hubiera seguido la carrera universitaria que todavía sigo terminando acá a duras penas... me hubiera armado de otra manera, hubiera venido con más herramientas, incluso laborales, que tenía posibilidades de hacerlo allá. Entonces, bueno, pero no todos digamos, no todos hicimos lo mismo. Hubo gente que se fue y que armó y armó su proyecto de vida en función de aprovechar la instancia de estar afuera. En el caso mío no, porque yo estuve muy relacionado siempre con el tema de la solidaridad, las denuncias... de los campos de concentración... todo eso a mí me llevaba mucho tiempo y entonces seguí permanentemente laborando desde allá.58
image/svg+xml34la memoria: el asilo diplomático en tiempos de la Operación CóndoryAsilo diplomático mexicano en el Cono Surinician el estudio del caso que nos ocupa.14Las fuentes orales utilizadas fueron creadas en el marco del proyecto Asilo y dictaduras, coordinado por Silvia Dutrénit y Guadalupe Rodríguez, Instituto Mora, 1997. 15 Entrevista a Roque González Salazar.16 Sergio Aguayo, El éxodo centroamericano, México, SEP, 1985, p. 84.17Entrevista al embajador Roque González Salazar. 18Entrevista a Juan Manuel Abal Medina.19De llevar ese apellido, tener apellido conocido de fácil identifcación.20 Fernando Vaca Narvaja fue miembro de la dirección del grupo guerrillero Montoneros.21 Entrevista a Gonzalo Vaca Narvaja.22 Ibíd.23 Entrevista a Delia Puigross.24 Ma. Estela Martínez de Perón, presidenta interina tras la muerte de Juan Domingo Perón, su esposo, en el período de 1974-1976. 25 Entrevista a Gonzalo Vaca Narvaja.26 Entrevista a Guillermo Greco.27 Entrevista a Delia Puigross.28 Entrevista a Héctor Pedro Cámpora.29 Pedro E. Guell y Norbert Lechner, “La construcción social de las memorias colectivas” en Norbert Lechner, Las sombras del mañana. La dimensión subjetiva de la política,Santiago, LOM, 2002, p. 62.30 Entrevista a Guillermo Greco.31 Entrevista a Héctor Pedro Cámpora.32 En las casas antiguas era el área de servicio, también utilizado como lugar de depósito.33 Un departamento sin paredes.34 Entrevista a Gonzalo Vaca Narvaja.35 Juego de naipes.36 Entrevista a Guillermo Greco.37 Entrevista a Héctor Pedro Cámpora.38 Alessandro, Portelli, La orden ya fue ejecutada. Roma, las fosas ardeatinas, la memoria, Buenos Aires, FCE, 2004. p. 279.39 Héctor Cámpora, ex presidente de Argentina.40 Entrevista a Guillermo Greco.41 Entrevista a Delia Puigross.42 Entrevista a Héctor Pedro Cámpora.43 Entrevista a Gonzalo Vaca Narvaja.44 Entrevista a Delia Puigross.45 Entrevista a Guillermo Greco.46 Entrevista a Héctor Pedro Cámpora.47 Entrevista a Juan Manuel Abal Medina.48 Entrevista a Guillermo Greco.49 Alianza Argentina Anticomunista. Grupo paramilitar creado por López Rega.50 Entrevista a Agustín Vaca Narvaja.51 Mark T. Klempner, op. cit.,pp. 143 y 144. 52 Entrevista a Delia Puigross.53 Entrevista a Guillermo Greco.54 Marcelo y Maren Viñar, Fracturas de la memoria. Crónicas para una memoria por venir, Montevideo, Trilce, 1993, p. 10.55 Entrevista a Agustín Vaca Narvaja.56 Entrevista a Héctor Pedro Cámpora.57 Entrevista a Gonzalo Vaca Narvaja.58 Entrevista a Gonzalo Vaca Narvaja. fUENTES CONSULTADASBIBLIOgRAfíAAguayo, Sergio,El éxodo centroamericano, México, SEP, 1985.Augé, Marc, Las formas del Olvido,Gedisa, España, 1998. Coetzee, Jan K., “Narrando el trauma. Introducción a A. Portelli, R. Van Boeschoten, A. Molnár, y L. Catrla” en Historia, Antropología y Fuentes Orales,Nº 24, Universidad de Barcelona, 2000.Convención sobre asilo diplomático suscrita en la Décima Conferencia Interamericana, Caracas, 1-18 de marzo, Secretaría General/OEA/Unión Panamericana, Washington, 1961. (Serie Tratados, 18).Dutrénit, Silvia y Guadalupe Rodríguez de Ita, Asilo diplomático mexicano en el Cono Sur, México, Instituto Mora/IMR-SRE, Acervo Histórico Diplomático, 1999. Dutrénit, Silvia y Guadalupe Rodríguez de Ita, Tras la memoria: el asilo diplomático en tiempos de la Operación Cóndor, México, Instituto Mora/Instituto de Cultura-Ciudad de México, 2000.Gaspar, Gabriel (comp.),La militarización del Estado latinoamericano: algunas interpretaciones, Cuadernos Teoría y Sociedad, México, UAM-I, s/f., p. 61. Grez, Sergio y Gabriel Salazar, Manifesto de historiadores,Chile, LOM, 1999.Guell, Pedro E. y Norbert Lechner, “La construcción social de las memorias colectivas” en Norbert Lechner, Las sombras del mañana. La dimensión subjetiva de la política,Santiago, LOM Ediciones, 2002.Horst Kurnitzky, “Huida-emigración-exilio. Refexiones sobre ciertos fundamentos histórico-culturales de nuestra civilización” en Renata von Hanfestengel y Cecilia Tercero, México, el exilio bien temperado, México, Instituto de Investigaciones Interculturales Germano-Mexicanas, AC, 1995.Klempner, Mark T, “Llevar a buen término entrevistas biográfcas con supervivientes de un trauma”, en Historia, Antropología y Fuentes Orales, Nº 23, Universidad de Barcelona, 2000.Portelli, Alessandro, La orden ya fue ejecutada. Roma, las fosas ardeatinas, la memoria,Buenos Aires, FCE, 2004.Rickard, Wendy, “Historia oral, trauma y tabú” en Historia, Antropología y Fuentes Orales, Nº 23, Universidad de Barcelona, 2000.Saldarriaga, Alberto, “Imagen y memoria en la construcción cultural de la ciudad” en Torres Tavares y Fernando Viviescas, La ciudad: hábitat de diversidad y complejidad,Colombia, Universidad Nacional de Colombia, 2000. Schwarzstein, Dora, “Historia Oral y memoria del exilio” en Estudios sobre las culturas contemporáneas, vol. 3, Nº 8-9.Straede, Therkel, “Cotidianidad y violencia en un campo de concentración nazi” en Historia, Antropología y Fuentes Orales, 20, Universidad de Barcelona, 1998.Vilanova, Mercedes,“¿Confar en la historia?” en Historia, Antropología y Fuentes Orales,Nº 25, Universidad de Barcelona, 2001.Viñar, Maren y Marcelo, Fracturas de la memoria. Crónicas para una memoria por venir, Montevideo, Trilce, 1993. fUENTES ORALESEntrevista a Juan Manuel Abal Medina realizada por Guadalupe Rodríguez de Ita y Silvia Dutrénit, D. F. México, 11 de marzo de 1997.Entrevista a Agustín Vaca Narvaja realizada por César Tcach en Córdoba, Argentina, junio de 1997. Entrevista a Héctor Pedro Cámpora realizada por Lucía Cargnel, en Buenos Aires, Argentina, 25 de agosto de 1997.Entrevista a Guillermo Greco realizada por Lucía Cargnel, Buenos Aires, Argentina, 9 de agosto de 1997.Entrevista a Gonzalo Vaca Narvaja realizada por César Tcach en Córdoba, Argentina, 4 de junio de 1997.Entrevista a Delia Puigross realizada por Lucía Cargnel, Buenos Aires, Argentina, 29 de julio de 1997.Entrevista a Roque González Salazar realizada por Silvia Dutrénit, D. F. México, 14 de mayo de 1998.
image/svg+xml35Diante do vôo do Condor, a necessidade de um refúgio: o asilo político argentinoAraceli Leal CastilloO século XX passará à história como o século no qual eram encontrados os mais graves delitos contra os direitos humanos, mas também como o século da instau-ração e proclamação do império da lei. Desde aí a necessidade inevitável de que sejam analisadas e sejam reconhecidos os abusos cometidos no passado para que não sejam repetidos no futuro. Para reali-zar esta tarefa, esta denúncia, e tomando palavras de Doura Schwarztein, “a história oral é uma necessidade... um imperativo.”Em 24 de março de 1976, as Forças Arma-das argentinas, imbuídas da Doutrina de Segurança Nacional e de seu conceito de luta contra o “inimigo interno”, deram um novo e mais violento golpe de estado; ime-diatamente encarceraram, desapareceram e assassinaram a uma quantidade desconhe-cida de opositores. Para salvar suas vidas, alguns perseguidos estiveram obrigados a recorrer ao amparo diplomático da Em-baixada do México na Argentina. Utilizando diferentes testemunhos de asilados argentinos assim como o do embaixador do México nesse país, preten-demos historiar o que Klempner chama a “memória ausente”, aquela que representa o trauma. Conheceremos como os asilados perceberam os sucessos de forma particu-lar, dependendo de suas próprias experiên-cias, emoções, posição política, e inclusive sua permanência na Embaixada.Devant le vol du Condor, le besoin d’un refuge: l’exil politique argentinAraceli Leal CastilloLe XX s. sera rappelé dans notre histoire comme le siècle où on a commis les délits les plus graves contre les droits de l’homme, mais aussi comme le siècle de l’instauration et la proclamation de l’empire de la loi. Voilà la nécessité inéluctable de faire connaître et de réfléchir à propos des abus commis dans le passé pour qu’ils ne se répètent plus au futur. Pour effectuer cette tâche, je commencerai par utiliser des mots de Dora Schwarztein, «l’histoire orale est un besoin... elle est un impératif.»Le 24 mars 1976, les Forces Armées ar-gentines, imbues de la Doctrine de Sécurité Nationale et de leur concept de lutte contre l’»ennemi intérieur», elles ont donné un nou-veau et encore plus violent coup d’état. Immé-diatement un nombre inconnu d’adversaires ont été disparus ou assassinés. Pour sauver leurs vies, certains poursuivis ont été obligés à demander la protection diplomatique de l’Ambassade du Mexique en Argentine. En utilisant les témoignages des différents exilés argentins et de l’ambassadeur du Mexique en Argentine, nous voulons faire l’histoire de ce que Klempner appelle la «mémoire absente», celle qui représente le trauma. Nous connaîtrons de quelle manière les exilés ont vécu les événements en pre-mière personne selon leurs propres émo-tions et positions politiques, et aussi sur les expériences pendant leurs permanences dans l’Ambassade du Mexique en Argentine.Before Condor’s flight, the need of refuge: the argentine political asylumAraceli Leal CastilloThe twenty century will pass to History like the century most offensive against the hu-man rights but also like the century of the establishment and proclamation of empire’s law. It is necessary to analyze and know the abuses done in the past with the purpose of don’t repeat these in the future. To do this task, this denunciation and taking the Dora Schwarztein’s words that says `the oral his-tory it’s a need and imperative’.The Armed Forces of Argentina, imbue with the National Security Doctrine and their concept of struggle against the ‘internal enemy’, they gave a new and more violent coup d’état on March, 24 of 1976. They put in jail, vanished and killed an unknown number of persons opposed to their regime. To save their lives, some were obliged themselves to ask for asylum and diplomatic protection in the México Embassy in Argentina.We used different testimonies of political refugees as well as the testimony of the Mex-ico ambassador in that country and we try to make history what Klempner calls ‘absent memory’, that which represents the trauma. We will know how the refugees perceived the facts by themselves, about experiences of their own, emotions, political choosing, including their staying at the Embassy.35