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16
Introducción
El presente trabajo está dedicado esencialmente
a abordar la experiencia de la Brigada de Rescate
Histórico “Germán Pomares Ordóñez” durante
el período de duración de la Campaña de
Alfabetización en Nicaragua entre marzo y agosto
de 1980. Proyecto con el que podemos hablar de
fuentes orales en Nicaragua. Es la primera vez que
en el caso de nuestro país, de forma sistemática, se
intenta analizar un programa de rescate histórico
donde los participantes en un proceso insurreccional
tenían la oportunidad de brindar su
testimonio y opinar sobre distintos
aspectos relacionados con el
curso de sus vidas y sus diversas
formas de lucha.
En ese sentido, se pueden
entender como objetivos
esenciales del presente trabajo,
en primer lugar, ofrecer una
valoración de la importancia
que en el contexto de la revolución
nicaragüense tienen las fuentes orales para el
estudio de la Historia Contemporánea; por otra
parte, brindar un estudio metodológico acerca de
la utilización de los testimonios recabados en el
proyecto mencionado, reconstruyendo, mediante
el análisis, la memoria histórica, sin descartar el
tratamiento de otras fuentes de carácter documental
y teniendo en cuenta los diferentes elementos
y juicios, análisis que han planteado algunos
estudiosos del proceso revolucionario nicaragüense.
Desde el punto de vista geográfco, si bien
el trabajo de la brigada se centró en apenas cinco
meses, en todo el ámbito territorial nicaragüense
se logró que se llevaran a cabo las entrevistas
planteadas.
Marco teórico referencial
La transmisión oral ha sido, desde el comienzo
de la historia de la humanidad, la forma más
tradicional de conservar la memoria colectiva.
Mucho antes de que se escribiera la historia,
cantores, fabulistas, relatores de cuentos y leyendas
transmitían su propia visión de los hechos relevantes
de la comunidad. La historia oral no responde, no
obstante, a los mismos presupuestos
de la tradición transmitida a
través de diversas generaciones.
Hacer este tipo de historia implica
inquirir a las personas acerca de
su pasado, sus experiencias y
su participación en la gestación
de un hecho histórico. Los
antecedentes del relato oral usado
metodológicamente para escribir
la historia pueden encontrarse en fguras como
Heródoto o Voltaire quienes en algunas de sus obras
escritas en el siglo XVIII, utilizaron los testimonios
orales de sus contemporáneos.
También Jules Michelet, en su obra
Historia
de la Revolución Francesa (1847-1853)
, consideró
los testimonios orales como un documento
valiosísimo que permitía acceder a otro aspecto
de la realidad política. En 1948, el periodista Allan
Nevis fundó en la Universidad de Columbia el
primer centro de historia oral: la Columbia Oral
History Offce. Desde allí se realizaron una serie de
Historia Oral:
Un proyecto inconcluso
en Nicaragua en la década
de los ochenta
Hacer este tipo de historia
implica inquirir a las personas
acerca de su pasado, sus experien
-
cias y su participación en la gesta
-
ción de un hecho histórico.
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17
proyectos dirigidos a recuperar los testimonios de
pequeñas comunidades. Posteriormente, en 1954, la
Universidad de Berkeley creó un archivo de fuentes
orales.
En los años sesenta, en Estados Unidos se
produjo un proceso de institucionalización de la
historia oral, creándose numerosos archivos orales
a partir de la iniciativa de sociedades históricas y
bibliotecas. Varias universidades, entre las que cabe
destacar las de Berkeley y Columbia, integraron
el aprendizaje de la historia oral en sus aulas
complementándolo con publicaciones especializadas
como
International Journal of Oral History
y
Oral
History Review
; constituyen los
aportes más signifcativos en
este campo. En Gran Bretaña,
los antecedentes del desarrollo
de la historia oral deben situarse
alrededor de 1930 a partir de los
Sound Archives
creados por la
BBC de Londres y su posterior
utilización por parte de la
historia social y la sociología.
La amplia difusión de la
obra de los historiadores orales
Ronald Blythe y Paul Thompson
da cuenta de la importancia
que se le concedió a partir de ese
momento.
En Italia, a mediados de la década del 50, se
desarrollaron una serie de proyectos destinados a
recuperar testimonios de “gente corriente”. Rocco
Scotellaro publicó sus trabajos sobre los campesinos
del sur:
L´uva putanella
y
Contadini del sud
y Edio
Vallini escribió una antología de historias de vida
de obreros industriales:
Operai del sud
. Dos décadas
después, en 1977, se publicó el primer libro de
Nuto Ravelli a partir de entrevistas a campesinos
piamonteses
: Il mondo dei vinti
. Ninguno de estos
autores era académico profesional, por ello, en 1974,
a partir de la publicación de las obras de Franco
Ferrarotti, la disciplina alcanzó un nivel académico.
1
Más recientemente, desde la década de los 80,
la historia oral ha tenido un desarrollo sostenido
en Francia, con la publicación de las obras de P.
Joutard y de F. Bedarida y la utilización con fnes
pedagógicos de los “relatos de vida”.
En España, los primeros estudios realizados con
fuentes orales en el siglo XX, fueron desarrollados
a partir de testimonios obtenidos de sobrevivientes
de la guerra civil, quienes hicieron posible la
recuperación de aspectos de la memoria popular
de aquellos acontecimientos. Como en Francia, la
década de los 80 aceleró un importante avance en el
desarrollo de la historia oral luego de las Jornadas
sobre Historia Oral y Fuentes Orales realizadas
por la Universidad Complutense de Madrid y la
celebración de
I Col-loqui sobre Les Fonts Orals
en
Palma de Mallorca.
Esta difusión mundial de la historia oral ha
suscitado en los últimos tiempos
un interés cada vez mayor
entre los diversos campos de la
investigación. La utilización de
testimonios directos de quienes
participaron en la gestación de
un proceso histórico ha sido
objeto de numerosos análisis y
utilización por parte de diversas
disciplinas de las ciencias
humanas: museología, sociología,
antropología, psicología,
lingüística, entre otras. Todas ellas
coinciden en afrmar que la historia
oral es la herramienta por excelencia
que permite dar respuesta a los problemas que se
derivan de la ausencia de fuentes escritas referidas
a un determinado período o a una determinada
temática. Lo que defne el carácter perdurable al
tiempo que renovador de la misma no es la oralidad,
ya que la historia de los pueblos se ha transmitido
a lo largo de los siglos a través de la tradición
oral, sino la labor sistemática de recuperación y de
utilización de la fuente oral.
Esta recuperación sistemática exige por
parte de los investigadores la realización de un
complejo diseño de proyecto de historia oral
que incluirá la elaboración de una muestra, una
selección y búsqueda de informantes, la realización
de entrevistas a los mismos, el tratamiento y la
transcripción de las fuentes orales. La posibilidad
de entrevistar a protagonistas de una época
determinada nos permite analizar los aspectos más
intangibles, como son las pautas de comportamiento
Autora
Jilma Romero Arrechavala
UNAN Managua, Nicaragua
Historia Oral: Un proyecto inconcluso en Nicaragua ...
Lo que define el carácter per
-
durable al tiempo que renova
-
dor de la misma no es la oralidad,
ya que la historia de los pueblos
se ha transmitido a lo largo de
los siglos a través de la tradición
oral, sino la labor sistemática de
recuperación y de utilización de la
fuente oral.
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imperantes en tal período histórico, la interacción
entre el poder político y el poder civil, las redes
informales del poder o la historia de los grupos
marginales.
La historia oral no solo permite dar respuesta a
los problemas que derivan de la ausencia de fuentes
escritas referidas a un determinado período o
temática, sino iniciar nuevas tareas de investigación
a partir de una nueva visión de los acontecimientos.
En el proceso de escribirla y rescatarla puede
colocar a aquella “gente corriente” a “gente de
los de abajo” –que hicieron historia y que muchas
veces por pertenecer a grupos sociales alejados de
las esferas del poder, no han dejado testimonio
escrito de su experiencia y participación– en un
lugar central. La utilización de las fuentes orales
como complementarias, en aquellas investigaciones
en las que la evidencia oral sirve para confrmar,
contrastar o bien refutar las hipótesis enunciadas a
partir de las fuentes escritas, permite avanzar en el
conocimiento de la realidad histórica desde diversos
enfoques, tarea que se ve enriquecida por el carácter
interdisciplinario de la historia oral, que desde el
punto de vista de la historiografía contemporánea,
resulta una herramienta efcaz e imprescindible para
el rescate y la preservación del patrimonio histórico.
Durante el año 1980 la UNAN, única
universidad pública en ese entonces, concedió
particular importancia a las fuentes orales y por
ello al rescate de la historia de la Insurrección
Popular Sandinista en cada uno de los municipios
y departamentos de toda Nicaragua. Propone, en
primer término, incluir dentro de la defnición
clásica de la historia tradicional el estudio de la
historia oral, cuestión que no había sido una práctica
en los estudios nicaragüenses y realmente necesaria
sobre todo cuando se venía de una dictadura de 45
años de opresión.
Marco histórico del proyecto
En lo que respecta al proyecto inicial
actualmente se encuentran custodiadas 2.000
entrevistas grabadas de todo el país, realizadas entre
los meses de abril a agosto del año 1980, a los nueve
meses de haber triunfado la Revolución Popular
Sandinista.
2
El proyecto fue coordinado por un equipo de
ocho personas que se distribuyeron geográfcamente
para atender a todos los brigadistas, visitándolos
cada quince días para resolver
in situ
los problemas
técnicos y humanos que surgieran durante el
desarrollo del trabajo de campo. El proyecto en su
primera fase optó por un programa innovador con
características muy particulares tras considerar
la utilidad que este material tendría para los
investigadores futuros y sobre todo, cuando se trate
de ir conformando incipientemente un pequeño
grupo en incentivar el uso de las Fuentes Orales
para el estudio de la Historia Contemporánea en
Nicaragua, es decir, para escribir la historia del
momento presente”.
3
Aquí se aborda el proyecto en sí, el objeto de
estudio sobre el que trata y el momento cronológico
de su realización. Se habla de las personas
entrevistadas, su aplicación en el programa y de las
relaciones entre investigadores e informantes en el
contexto de las entrevistas, así como los diversos
elementos tratados.
Este apartado servirá para explicar cómo nace
el proyecto de “Rescate Histórico, Germán Pomares
Ordóñez” y el marco en que surge.
4
Se propusieron
como objetivos generales, rescatar de una manera
directa el contenido de las luchas populares, así
como contribuir a rehacer la historia bajo una nueva
óptica metodológica. Como objetivos
específcos,
se planteó recoger, cuando aún estaban recientes,
las gestas, los testimonios y las participaciones en
el proceso de liberación desde 1974 hasta 1979,
situación no desarrollada en experiencias similares.
Como elemento práctico, se
trataba de centralizar
toda la información (a la que se alude en el objetivo
anterior) en un organismo que permitiera, con
posterioridad, analizar todo el material grabado
desde una perspectiva de totalidad, y para lo cual
la formación de un archivo de la palabra sería
indispensable, ya que conservaría para las futuras
generaciones la riqueza multipolar de la lucha
insurreccional sandinista.
En tercer lugar, nos hemos planteado analizar
la preparación de recursos humanos nicaragüenses
(214 brigadistas) en las técnicas y la práctica de la
Historia Oral, cuyas experiencias servirían para el
desarrollo de futuras investigaciones. Las hipótesis
que se plantearon en el proyecto, objeto de nuestro
estudio, se estructuraron de la siguiente manera:
- La historia del proceso nicaragüense
demuestra la necesidad de golpear a la dictadura,
planteándose el Frente Sandinista la consecución de
victorias parciales: Pancasán, Asalto de la casa de
Chema Castillo, toma del Palacio Nacional, entre
otras.
- La participación decisiva de los organismos de
masas y de la integración política de todo el pueblo,
CDC, confguración del Ejército Popular Sandinista
(EPS), resultó determinante para el triunfo sobre la
dictadura.
- El aislamiento social y político del somocismo,
así como la concurrencia de acontecimientos como
el del asesinato de Pedro Joaquín Chamorro, fueron
elementos concomitantes que contribuyeron al
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19
aislamiento político de la dictadura militar.
- La importancia de la unidad sandinista como
elemento decisivo hacia la conquista de la victoria
como se expresa en el lema: “Pueblo. Ejército.
Unidad, garantía de la victoria”.
Las hipótesis que recorren esta investigación se
relacionan con el trabajo de la población más sufrida
y demuestran el compromiso de lucha por liberar a
Nicaragua del somocismo.
5
Es preciso explicar que las limitaciones
documentales que han existido en Nicaragua, hace
que los historiadores se planteen el desarrollo
de un rescate de carácter testimonial, base para
una verdadera labor que pudiera contar, como
complemento, con las pocas fuentes escritas
existentes en los diversos fondos de archivo en
Nicaragua. Esa escasez de fuentes tradicionales
de la historia está determinada también por la
propia clandestinidad, que bien llevada, exigía
la destrucción de información comprometedora,
pero también por la imposibilidad de acceder a
los archivos de determinadas
instituciones ofciales. Ello
obligó al historiador a recurrir al
testimonio de los protagonistas
de los hechos para desentrañar
no únicamente cuestiones de
marginalidad social, sino las
acciones políticas organizadas
frente al poder establecido;
es por eso que a partir de
esa
constatación, se elaboró el
proyecto de “Historia Oral de la Insurrección
Popular Sandinista” con el objetivo principal
de recolectar toda la información necesaria que
pudiera servir posteriormente como materia prima
para la investigación de historia social y política,
particularmente, en lo referido al estudio de las
luchas insurreccionales. En este sentido, en el diario
de campo del historiador Luis Alfredo Lobato se
encontraron las siguientes refexiones:
“Se trata de sustituir el concepto de la forma
tradicional de hacer historia, en lo que los hechos,
las leyes, las fechas eran el punto central, por el
concepto fundamental de que la historia la hacen
las masas por lo que los puntos anteriores hacen
más que confrmar la tesis. Decimos que habría que
partir de que la explicación de los procesos sociales,
mejor aún, el desarrollo de los confictos sociales
está estrechamente ligado a la estructura económica
política e ideológica de la sociedad que se estudia
(…) y sigue es hora, pues, de destruir el tópico de
que la historia la hacen los reyes, príncipes, fechas,
etc. La historia la hacen las masas”.
6
Como podemos observar, aquí se renuncia
al tipo de historia tradicional y se identifca con
las nuevas tendencias, dejando planteado que la
Historia Oral es conveniente, y además es un recurso
de incalculable valor por la información que brinda
y en nuestro caso, por el carácter masivo alcanzado
por el proyecto, así como la representatividad y
calidad de los entrevistados. También permitió
conocer todo un conjunto de “historias individuales”
que se encuentran y se conocen aisladamente, y que
en realidad forman parte de una “historia social
global” del proceso de liberación nicaragüense.
Posiblemente, la aportación más valiosa radica
en el hecho de que a través de las entrevistas
se brinda al pueblo la oportunidad de afanzar
una memoria histórica de las luchas populares,
recalcando la importancia que tienen las fuerzas
sociales, y, por ende, les permite adquirir
confanza en su poder y fuerza como agentes de las
transformaciones sociales.
Así pues, en función de los objetivos
establecidos y con base en la
carencia de fuentes escritas,
pero también porque existía el
convencimiento de la viabilidad
de los testimonios orales para el
estudio de la historia, se formuló
una metodología investigadora
con los siguientes puntos
esenciales.
Metodología
Las técnicas de investigación se centraron en las
propias de la Historia Oral, es decir, de investigación
participante, recurriendo a la entrevista grabada
como recurso principal.
En cuanto al universo geográfco y humano
se consideró necesario abarcar toda Nicaragua,
enfatizándose, como se ha señalado anteriormente,
en los frentes de combate o formas de organización
militar que utilizó el FSLN (Frente Sandinista de
Liberación Nacional) en su lucha de liberación, tanto
interna como externamente.
¿Quiénes eran los entrevistados/as?
Las personas entrevistadas eran aquellas que de
una u otra forma habían colaborado en el proceso
revolucionario y se clasifcaron en: combatientes,
los que habían participado en combate, fuere cual
fuere, o los colaboradores, que eran las personas
que apoyaron la lucha, pero sin llegar a empuñar un
fusil.
Dentro del objeto de investigación se planteó la
necesidad de entrevistar a individuos de diversas
clases, capas y sectores sociales de la formación
Esa escasez de fuentes tra
-
dicionales de la historia está
determinada también por la propia
clandestinidad, que bien llevada,
exigía la destrucción de informa
-
ción comprometedora (...)
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20
económico social nicaragüense, como:
- Dirigentes militares y políticos de los
diferentes frentes nacionales de la insurrección
popular sandinista.
- Participantes de las milicias populares.
- Líderes sindicales y de diversas organizaciones
de masas (CDC, ATC, AMPRONAC, etc.).
- Dirigentes de organismos políticos y gremiales
que participaron en la insurrección (FER, ANDEN).
- Miembros de las columnas guerrilleras.
- Mujeres y niños participantes.
- Ancianos.
- Campesinos y proletarios protagonistas de
tomas de tierras y fábricas.
- Personas pertenecientes a sectores de la
burguesía aliados con el FSLN.
- Sacerdotes colaboradores del movimiento
insurreccional.
- Miembros de los comités internacionales de
solidaridad formados en apoyo al FSLN.
- Otros no consignados en las categorías
anteriores
7
.
No obstante, de acuerdo con las actas existentes
en el Archivo del IHN-CA, no se observan
entrevistas relativas a algunos de los sectores arriba
apuntados, pues recordemos que este proyecto
era un subproducto de la CNA, por tanto, se
procuraba entrevistar a aquellas personas que por
las facilidades de la campaña estuvieran al alcance
de los investigadores-brigadistas.
Es notorio que los entrevistados, en su mayoría,
fueron combatientes o bien colaboradores que
realizaron una labor de apoyo a las escuadras
guerrilleras, o que facilitaron medios al FSLN.
Ningún niño fue entrevistado, aunque sí existen
referencias a actividades donde algunos infantes
adquirieron notable protagonismo.
Los entrevistados, según los libros de registro
del archivo de IHN-CA, fueron jóvenes en su
gran mayoría por cuanto un buen número de
combatientes pertenecían a ese sector. Las edades de
los entrevistados oscilan entre 18 a 30 años y unos
pocos de 40 años o más.
¿Quiénes eran los entrevistadores
y coordinadores?
Para el cumplimiento de los objetivos
propuestos en el proyecto se capacitaron 214
entrevistadores, todos estudiantes de las distintas
carreras de la universidad, pero sobre todo, de
especialidades relacionadas con las Ciencias
Sociales.
Quienes dirigieron el proyecto eran
historiadores, sociólogos, antropólogos, a los
que también entrevistamos para conocer de ellos
sus comentarios sobre la parte metodológica
y cumplimiento de los objetivos. Esas últimas
entrevistas tienen que ver con la dirección y
ejecución del proyecto.
Por ello se entrevistó a coordinadores
nacionales (4 de 8), responsables de Brigadas (1
de 6) y a un brigadista, a quienes se les aplicó un
cuestionario muy distinto al de los combatientes
hace veintiséis años en el marco del proyecto. Pero
además, se revisó el informe completo sobre el
trabajo realizado por una de las seis escuadras, la
situada en el departamento de Estelí, integrada por
29 mujeres y un varón.
Se puede apreciar que la mayoría de las
entrevistas duran más de dos horas, dándose
la circunstancia de la existencia de varias cintas
magnetofónicas de la mayoría de los entrevistados,
de lo que se deduce que fue necesario, a criterio
de los entrevistadores, volver a reunirse con el
informante para completar los datos brindados en
un segundo momento por la riqueza de los relatos.
Por otra parte, en el caso de Estelí, se destaca la
sistematicidad del informe con que los miembros de
la escuadra situada en ese departamento del norte
realizaron al fnal de su labor, pues se enfatiza en
las mejores entrevistas y si se consideraba oportuno
hacerles una segunda entrevista. El informe también
clasifca, a criterio de los diferentes brigadistas, si las
entrevistas habían sido muy buenas, excelentes, o si
eran regulares y malas.
En todo el período, de abril a agosto de 1980, se
realizaron entrevistas en todos los departamentos
del país. Partieron de una cantidad proyectada
y dependieron, sobre todo, de los niveles de
involucramiento de cada sector.
A través de los diarios de campo se observa la
buena disposición de los actores de la insurrección
para ofrecer su testimonio: aunque no todos
mostraron la misma actitud de franca colaboración,
en muchos casos se aportaron nombres de otras
personas de su comunidad que también podían
informar. En otros casos se destacó la actitud de
los informantes, que accedían a ser entrevistados
porque otras personas lo habían hecho antes.
Testimonios considerados muy valiosos fueron
los que se lograron realizar en comunidades o
municipios donde se libró la lucha en condiciones de
mayor combatividad.
Con toda esta información, perteneciente
actualmente al fondo de Historia Oral del Instituto
de Historia de Nicaragua y Centroamérica, se
puede asegurar que los historiadores se encuentran
en una situación privilegiada en cuanto a la
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21
posibilidad de realizar trabajos que tengan que ver
con la dinámica de los movimientos sociales y la
historia contemporánea de Nicaragua en general.
El proyecto cumplió su cometido al realizar el
acopio de la información y una primera valoración,
aunque es preciso señalar que el material de
incalculable valor para la historia reciente no ha sido
sufcientemente trabajado.
El contraste entre los relatos producidos en las
entrevistas y la realidad actual, observando cómo
ha actuado el paso del tiempo sobre la memoria al
reelaborar los hechos, puede ser por sí mismo objeto
de un interesante estudio semejante a otros que se
han hecho en Europa y América Latina, aunque en
menor escala. Seguramente, después de veintiséis
años, si entrevistamos de nuevo a estos mismos
actores que fueron combatientes o colaboradores en la
etapa insurreccional de la Nicaragua
de fnes de los 70, se podrá contar
ya con una valoración distinta y
en algunos casos sus respuestas
diferirían de forma notable de
las ofrecidas a escasos meses
del triunfo sandinista. No pocos
antropólogos se han dedicado a
esa labor.
La capacitación
de los brigadistas
del proyecto de rescate oral
La capacitación se planteó considerando que
deberían tener un nivel de educación universitaria
para poder desempeñar su tarea y así cumplir
con los objetivos que se proponían. Así, su nivel
educativo presuponía ya una determinada
capacitación, no meramente en el plano de
alfabetizar, sino para poder abordar una guía
destinada a la obtención de testimonios orales y
en cuanto a determinados criterios para distribuir
a los brigadistas a lo largo y ancho de la geografía
nicaragüense. Para ello se organizó un seminario
intensivo de una semana de duración por parte del
equipo interdisciplinario e intercultural de la UNAN
contando con el apoyo de especialistas provenientes
de México, que de forma solidaria se integraron en
el proyecto.
8
Iván Romero, representante del movimiento
estudiantil, que formó parte del equipo desde que
se inició el proyecto, da sus impresiones sobre este
asunto:
Nosotros, el equipo formado por el Ministerio de
Cultura y la UNAN, pero con más énfasis la UNAN, nos
encargamos, con la asesoría de Gilberto López y Rivas,
Adalberto Santana y otros especialistas internacionales
de montar los talleres de capacitación, éstos tenían
que ver incluso con algunas técnicas de antropología y
sociología, pues era necesario para abordar al informante
(entrevistador) el uso de la grabadora, la forma de cómo
conservar los medios que iban a utilizar, la forma de
cómo abordar al guía, así como otros muchos criterios
interesantes.
9
Durante esa semana se capacitó a los
entrevistadores en las técnicas de Historia Oral:
manejo de grabadoras, dirección de la entrevista,
elaboración de preguntas, y sobre todo que se
apropiaran del proyecto que iban a emprender.
Sobre este aspecto es necesario escuchar la voz de
quienes llevaron a cabo la responsabilidad de dirigir
y preparar a los brigadistas.
Teniendo ya las escuadras
formadas, una exclusivamente
de mujeres y las otras mixtas,
integradas por los mejores
estudiantes de los últimos
años, el paso siguiente fue
ubicar a
todos los brigadistas
geográfcamente, tomando
como base que se debía cubrir
todo el territorio nacional; se
tuvieron en cuenta los Frentes
de Guerra que se formaron en
la lucha antisomocista y a los que nos hemos
referido en el epígrafe anterior. Todos querían ir
al lado de Raití Bocay
10
o a la zona de La Segovia,
pues, en palabras de algunos de los brigadistas,
muchos de ellos deseaban emular las hazañas de
los guerrilleros sandinistas y pasar las pruebas
más duras, y por eso nadie deseaba quedarse en
las áreas urbanas, aunque les explicaran que había
que entrevistar personas en Rivas (municipios de
La Virgen o Sapoá); en Masaya para trabajar con
la gente de Monimbó y en otras áreas. La idea era
cubrir todo el territorio, priorizando zonas rurales,
semi-rurales y algunas zonas urbanas donde había
existido una notable participación organizativa
pre-insurreccional, y en ese sentido, tan importante
había sido Estelí como el barrio de Monimbó en
Masaya o Sutiaba en León.
11
Todos querían la zona
montañosa y, prioritariamente, la parte norte,
pues era notorio el interés que tenían por conocer
esos lugares donde Sandino dirigió a su ejército
en la lucha anti-intervencionista, continuada
posteriormente por el FSLN.
Quizás algunos de los elementos que
permitieron que la capacitación fuera todo un éxito
El contraste entre los relatos
producidos en las entrevistas
y la realidad actual, observando
como ha actuado el paso del
tiempo sobre la memoria al reela
-
borar los hechos, puede ser por
si mismo objeto de un interesante
estudio (...)
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22
y luego su aplicación en el terreno fueron:
- El contexto revolucionario en el que se
materializó este proyecto que era de alcance
nacional.
- La selección que se hizo una vez superada
la etapa de capacitación de los brigadistas, donde
se pudo realmente conocer sus habilidades,
compromisos y apropiación de los conocimientos
teóricos, prácticos y técnicos.
- Haber seleccionado a los estudiantes (que ahora
pasan a ser brigadistas) de todas las carreras y de los
últimos años de la Universidad.
Finalmente el 2 de abril de 1980 fue el día que
partieron las ocho escuadras a los diferentes frentes
para cumplir con la tarea de rescatar la historia del
período insurreccional en Nicaragua, en donde cada
uno de ellos mismos se dirigieron equipados al igual
que todos los brigadistas de la CNA, con la diferencia
de que los miembros de la Brigada “Germán Pomares
Ordóñez” iban con grabadoras, casetes y baterías
por la investigación que todos debían hacer, además
de alfabetizar;
12
pero lo más importante, iban con los
conocimientos de la realidad donde desarrollarían el
trabajo, los conocimientos teóricos y prácticos además
de los conocimientos técnicos.
Perfiles esenciales de la guía de
entrevista utilizada durante la etapa
de realización del proyecto de
rescate histórico
El cuestionario fue estructurado para
aplicarlo a los sectores de la población enunciados
anteriormente. La guía estaba concebida para obtener
entrevistas estructuradas o dirigidas que permitieran
captar una información lo más abundante posible
sobre la historia de la insurrección. Fue dirigida
a personas clave, sujetos que por su condición o
papel en el proceso poseían mayor información o
más completa que otros protagonistas. Se buscó,
además, salvo
la primera
parte del cuestionario, que
la guía estuviera constituida por preguntas abiertas
sobre los temas centrales de la investigación. Es
necesario apuntar que la muestra de entrevistas no
se planteó al azar, sino que se basó en una selección
por cuotas de sectores participantes: mujeres, niños,
religiosos, burguesía, combatientes insurreccionales,
colaboradores directos, entre otros.
A partir de ahí, la información obtenida fue
objeto de diversos enfoques interdisciplinarios. Se
planteó también que la información obtenida tendría
que complementarse con entrevistas menos selectivas
que se pudieran hacer al resto de la población
portadora de una información más limitada, así
como la captación de documentos, muchos de ellos
inéditos que estuvieran en manos de los informantes.
Por otra parte, el cuestionario-guía fue parte esencial
del proceso de capacitación de los brigadistas y que
les brindaba, desde el punto de vista metodológico,
la posibilidad de captar el mayor volumen de
información y de análisis sin caer en divagaciones,
centrando a los entrevistados en los aspectos más
relevantes del relato histórico.
El Archivo de Rescate Histórico
del IHN-CA-UCA como efecto inmediato
del proyecto
El proyecto visto desde sus coordinadores
y brigadistas
Es importante dejar planteado que a veintiséis
años de haber desarrollado este proyecto de
investigación, titulado
Historia Oral de la insurrección
popular sandinista
, sus conductores estuvieron
dispuestos a brindar su testimonio.
Tal es así, que cuando escuchábamos las
entrevistas realizadas a quienes decididamente
asumieron esta tarea a escasos nueve meses del
triunfo revolucionario, expresaron recordar todo
como si en el mismo momento estuvieran llevando a
cabo este proyecto.
Aunque algunos narraban su experiencia,
orgullosos de haber sido coautores de esa gran
epopeya, tal como lo manifestaron llenos de emoción,
explicaban que ese entusiasmo también lo sintieron
los estudiantes que seleccionaron, existiendo una
respuesta extraordinaria, ya que de 214 brigadistas
que necesitaban, asistieron al llamado muchísimos
más, y eso les permitió poder seleccionar con mayor
amplitud. Como expresa Margarita Vanini:
aquello era
un mar de gente, todo el mundo quería participar, lo que
hicimos fue inscribirlos a todos; luego se hizo un proceso de
selección.
13
En síntesis, los coordinadores y responsables
entrevistados coinciden en señalar que se obtuvo
una cantidad extraordinaria de información que no
ha sido hasta la actualidad sufcientemente tratada,
pero que es extraordinariamente valiosa en todos
los órdenes, un trabajo que puede ser gigantesco
a nivel de transcripción y, que de lograrse,
representaría un legado muy importante para los
jóvenes historiadores y de otras especialidades de
las ciencias sociales.
Algunas reflexiones
Tomando en cuenta las palabras de los
entrevistados, podemos afrmar que este proyecto
fue un trabajo único en materia de Historia Oral
en Nicaragua, y seguramente en América Latina,
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23
en términos de lo que representa rescatar por la
vía oral la historia de un proceso único como fue la
Revolución Popular Sandinista; independientemente
de lo que haya acontecido o esté pasando ahora, es
un fenómeno único en el país; en ese sentido es un
material de una importancia extraordinaria.
Tal como expresa Adalberto Santana:
Al concluir la Revolución Mexicana y Cubana,
que son dos experiencias históricas en las que puede
considerarse que triunfó un proceso revolucionario, no
existían los medios técnicos para recoger el testimonio
histórico como equipos de grabación de bajo costo, fácil
transporte, y manejo de técnicas apropiadas. Es justamente
hasta los años ochenta del Siglo XX cuando se dan una
serie de condiciones para la realización de esa importante
tarea que se llevó a cabo en Nicaragua, ya que existían las
condiciones materiales e ideológicas
para impulsar dicho proyecto que no
fueron posibles, por ejemplo, en el
contexto de la Revolución Mexicana,
pues ya habían transcurrido años y
los actores eran escasos y con edades
muy avanzadas, lo que impidió que
el testimonio oral fuera mucho mas
preciso.
14
El proyecto constituye una
referencia teórico-metodológica.
Este trabajo testimonial permitió
que los involucrados en él
conocieran a fondo la historia
de Nicaragua y lo que fue la
etapa insurreccional en cada
una de las áreas donde fueron
asignados. Además, que fortalecieran y orientaran su
predilección por la historia vivida de América, asunto
que en muchos momentos del proceso histórico ha
sido difícil desarrollar.
Tener esa riqueza de información sin utilizar,
después de veintiséis años, es una muestra de la
poca importancia que se le ha dado a la historia oral.
Darle continuidad al proyecto histórico oral de la
insurrección popular sandinista, signifca concluir
un proyecto cuya etapa más difícil y costosa ya fue
realizada y además que se puede disponer de una
información muy rica del período insurreccional y
de los períodos posteriores, así como otro tipo de
estudios socioeconómicos de comunidades rurales,
comarcales, municipales, regionales y nacionales.
Las fuentes orales acopiadas en este proyecto,
para el caso de la historia contemporánea en
Nicaragua, reclaman su inserción y va a ser inevitable
para quienes quieran escribir sobre este período que
se recurra a ellas permanentemente. Coincidimos
con los entrevistados en plantear que el volumen de
información que se recopiló y el entusiasmo con el
que se trabajó, no hubiera sido posible desarrollarlo
en otra coyuntura. Ello se facilitó porque en
Nicaragua hubo una revolución popular y se logró
emprender la actividad de rescate histórico a escasos
meses del triunfo sandinista.
Valdría la pena hacer un esfuerzo a través de
la formulación de un proyecto que permita realizar
a gran escala la segunda etapa de este trabajo para
poder realmente escribir ese período de la historia de
Nicaragua.
Podrían además, desarrollarse investigaciones
sobre historia local, sus problemas, la cuestión de la
pobreza; sobre las relaciones de la mujer; el papel de
los trabajadores; en fn, tareas investigativas sobre
movimientos sociales, historia cultural, historia de las
mentalidades, sobre la mentalidad
revolucionaria, porque se logró
analizar lo concerniente a la
psicología colectiva, entre muchos
más temas.
Es imaginable la
trascendencia de un trabajo de
ese tipo, pues historiadores,
antropólogos y sociólogos han
explotado escasamente este
material, si exceptuamos algunos
investigadores extranjeros.
Los jóvenes que participaron
en esta epopeya adquirieron
una gran escuela, pues fue una
experiencia extraordinaria que
tuvieron en sus vidas como proyecto
de investigación histórica.
Los materiales sonoros producidos en el
marco de ese proyecto, fueron organizados y
almacenados con la debida coordinación ambiental.
En los primeros meses se trabajó en la verifcación
de cada casete, y en enero de 1981 se empezó a
transcribir y procesar las entrevistas realizadas en
el Departamento de Masaya, las que se editaron en
junio de 1982, basado en los testimonios recogidos
en Masaya; las primeras publicaciones fueron:
¡Y se
armó la runga!
, testimonio de la insurrección popular
sandinista en Masaya, y
Porque siempre viven entre
nosotros. Semblanza.
Las entrevistas derivadas de este proyecto,
además de cumplir con su cometido, han abierto
posibilidades a muchas investigaciones, incluso sobre
los mismos informantes o actores, su estatus socio-
político, las acciones en las que fueron responsables,
sus implicaciones con instituciones públicas o
privadas, así como una amplia gama de temas de
carácter local, regional o nacional.
Tomando en cuenta las
palabras de los entrevistados,
podemos afirmar que este proyec
-
to fue un trabajo único en materia
de Historia Oral en Nicaragua, y
seguramente en América Latina,
en términos de lo que representa
rescatar por la vía oral, la historia
de un proceso único como fue la
Revolución Popular Sandinista (...)
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24
11
Monimbó y Sutiaba son poblados indígenas situados en Masaya y
León respectivamente
.
12
Fueron 200 grabadoras y 12.000 casetes los que se distribuyeron para
todo este proyecto que se desarrolló desde el 2 de abril hasta agosto
de 1980.
13
Entrevista realizada por la autora, 25/8/99. Margarita Vanini fue
miembro del equipo coordinador, hoy directora del IHN-CA-UCA
donde se archiva todo el material recogido con el proyecto.
14
25 de enero de 2000.
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NOTAS
1
En este mismo sentido las obras publicadas por Luisa Paserini y
Sandro Portinelli concretaron importantes conclusiones al estudio de
la metodología de la historia oral y analizaron los aportes de la misma
en diferentes temas de investigación: metodología, cultura y trabajo
del campesinado, historia feminista e historia de la emigración.
2
Revolución que derroca a la dinastía de los Somoza y su Guardia
Nacional, en 1979.
3
Lo único que se conoce en el mundo de los historiadores orales
acerca del proceso histórico vivido en Nicaragua es lo que Dora
Schwarzstein escribe en la revista
Historia y Fuente Oral
cuando dice:
“En Nicaragua comienza a desarrollarse un Proyecto de Historia Oral
vinculado a la campaña de alfabetización, poco tiempo después del
triunfo sandinista”. También Eugenia Meyer (mexicana) pionera en
este campo, se refere al proyecto en la misma revista en la que hace
mención al proyecto, pero no lo desarrolla. Es por eso que al presentar en
esta ocasión una investigación sobre fuentes orales, hemos considerado
necesario darlo a conocer en profundidad, así como el estado en que se
encuentran esas fuentes después de transcurridos veintiséis años, pero
además exponer qué tanto hemos avanzado en este aspecto.
4
Fue organizado por el Comité de Investigaciones Históricas,
organismo bilateral del Ministerio de Cultura y la Universidad
Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN). Dicha instancia se
convirtió en el órgano califcado para organizar e instrumentalizar
todo lo relacionado con la puesta en marcha del proyecto, así como
la formación del banco de archivo sonoro donde se centraría toda la
información.
5
Luis Alfredo Lobato, 12/4/80,
Diario de Campo
. Instrumento
metodológico en el que los brigadistas de rescate histórico plasmaban
sus vivencias e inquietudes.
6
Diario de Campo, 12 de abril de 1980. Chichigalpa, Nicaragua. En
Archivo del Instituto de Historia de Nicaragua y Centro América,
Universidad Centroamericana. (IHN-CA-UCA) Managua, Nicaragua.
7
No se contempló entrevistar a ex guardias somocistas (8 GN).
8
Adalberto Santana, sociólogo, se encontraba en Nicaragua por
cuanto el Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México Dr.
Guillermo Soberón autorizó la solicitud de la UNAN en Managua a
través de su Rector Mariano Fiallos Oyanguren. En la UNAN tenía la
responsabilidad de la coordinación escolar de la Dirección
General de
Extensión Académica y Gilberto López y Rivas, antropólogo mexicano
del personal de la Universidad de Iztapalapa de la Universidad
Metropolitana, UAM.
La capacitación se realizó en el Colegio Centroamérica, institución
regentada por la Compañía de Jesús, desarrollando el siguiente
programa: el primer día se explicó el proyecto, en sus aspectos
generales; el segundo se explicó la guía de entrevista; el tercero, la parte
técnica: manejo de grabadora, la técnica de la entrevista, cómo hacer una
entrevista dirigida; el cuarto, se organizaron las ocho escuadras, bajo
una estructura de Brigada realizando el pilotaje en Managua.
9
Entrevista realizada por la autora, 15/8/99.
10
Zona montañosa, fronteriza con Honduras, donde en 1962 tuvieron
lugar los primeros enfrentamientos armados entre la guerrilla
sandinista y la Guardia Nacional.
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25
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8. Ana Isabel Díaz Salinas (Escuadra “Mildred Abaunza”): Diario de
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Relación de entrevistas transcritas y existentes en la fonoteca del
Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica
1. María Lourdes Molina Hernández (Estelí, 25/5/80, 18 años).
2. Josefna Ulloa (Ingenio San Antonio, Chichigalpa, 3/5/80, 26 años).
3. Fanor Herrera “Diógenes” (León, 7/5/80, 26 años).
4. Evelin Pinto (León, 6/5/80, 21 años).
5. Mauricio Terán (San Felipe, León, 13/6/80, 33 años).
6. Jerónimo Navas (Barrio La Cruz, Chichigalpa, 30/5/80, 23 años).
7. Julio Rodríguez Lazo (Estelí, 7/7/80, 30 años).
8. Nelson Campos Silva (San Felipe, León, 13/7/80, 26 años).
9. Francisco Jordán Rodríguez (de origen salvadoreño, Barrio La Cruz,
Chichigalpa, 29/4/80, 25 años).
10. Eduardo Orellana Pacheco (Barrio Concepción, Chichigalpa, 22/5/80)
11. Jimmy Cabezas Díaz (Estelí, 14/5/80, 26 años).
12. Ulises Castil Blanco (Estelí, 9/5/80, 23 años).
13. Leticia Herrera Sánchez “Vicki” o “Miriam” (León, 1/8/80, 31 años).
14. Telésforo Solano (Ingenio San Antonio, Chichigalpa, 21/5/80,
30 años).
15. Magno Berby Mercado (Barrio Sutiaba, León, 14/5/80, 37 años).
16. Octavio Porras (León, 26/5/80, 36 años).
17. Bayardo Ramírez (Ingenio San Antonio, 17/5/80, 28 años).
18. Guillermo Najarro Solís (Ingenio San Antonio, Chichigalpa,
22/4/80, 26 años).
19. Adolfo Galeano “Fito” (Comarca El Tololar, Posoltega,
Chinandega, 26/4/80, 51 años).
20. Walter Flórez Borge “Fabricio” (Chichigalpa, 13/5/80, 25 años).
21. Wiler Palavicini (Posoltega, Chinandega, 13/7/80, 21 años).
22. Juan Antonio Valdivia “Plutarco” (Ingenio San Antonio,
Chichigalpa, 13/5/80, 39 años).
23. Luis Pérez Carmona (Colonia Zapatera, Ingenio San Antonio,
Chichigalpa, 25/4/80, 25 años).
24. Humberto Flórez Somarriba (Chichigalpa, 20/5/80, 50 años).
25. Juan Lorenzo Santana “El negro Santana” (Chichigalpa, 18/7/80,
30 años).
26. Juan Quezada (Barrio Las Mercedes, Chichigalpa, 28/5/80,
35 años).
27. Lenín Valle Pérez (Barrio San Felipe, León, 15/6/80, 25 años).
28. José Álvarez Lobo (Chinandega, Barrio La Garracha, 22/7/80,
42 años).
29. Francisco Centeno (Estelí, 17/5/80).
30. René Altamirano (Chichigalpa, Barrio El Pueblito, 14/5/80,
34 años).
31. María Antonia García (Ingenio San Antonio, 2/5/80, 30 años).
32. Guadalupe Quezada de Cordero (Barrio Sutiaba, León, 30/4/80,
25 años).
33. María Bernarda Morales de Pantoja (Barrio Ermita de Dolores,
León, 20/7/80, 22 años).
Entrevistas realizadas por la autora a brigadistas y miembros del
Comité de Investigaciones Históricas
1. Luis Alfredo Lobato Blanco (Managua, 19 de julio de 1999).
2. Iván Romero Arrechavala (Managua, 15 de agosto de 1999).
3. Margarita Vanini Pertieri (Managua, 25 de agosto de 1999).
4. Adalberto Santana (México, 25 de enero de 2000, respuestas
realizadas vía correo electrónico).
5. Manuel Ortega Hegg (Managua, 2 de agosto de 1999).
6. José Salomón Delgado (15 de julio de 1999).