image/svg+xml16IntroducciónEl presente trabajo está dedicado esencialmente a abordar la experiencia de la Brigada de Rescate Histórico “Germán Pomares Ordóñez” durante el período de duración de la Campaña de Alfabetización en Nicaragua entre marzo y agosto de 1980. Proyecto con el que podemos hablar de fuentes orales en Nicaragua. Es la primera vez que en el caso de nuestro país, de forma sistemática, se intenta analizar un programa de rescate histórico donde los participantes en un proceso insurreccional tenían la oportunidad de brindar su testimonio y opinar sobre distintos aspectos relacionados con el curso de sus vidas y sus diversas formas de lucha.En ese sentido, se pueden entender como objetivos esenciales del presente trabajo, en primer lugar, ofrecer una valoración de la importancia que en el contexto de la revolución nicaragüense tienen las fuentes orales para el estudio de la Historia Contemporánea; por otra parte, brindar un estudio metodológico acerca de la utilización de los testimonios recabados en el proyecto mencionado, reconstruyendo, mediante el análisis, la memoria histórica, sin descartar el tratamiento de otras fuentes de carácter documental y teniendo en cuenta los diferentes elementos y juicios, análisis que han planteado algunos estudiosos del proceso revolucionario nicaragüense.Desde el punto de vista geográfco, si bien el trabajo de la brigada se centró en apenas cinco meses, en todo el ámbito territorial nicaragüense se logró que se llevaran a cabo las entrevistas planteadas.Marco teórico referencialLa transmisión oral ha sido, desde el comienzo de la historia de la humanidad, la forma más tradicional de conservar la memoria colectiva. Mucho antes de que se escribiera la historia, cantores, fabulistas, relatores de cuentos y leyendas transmitían su propia visión de los hechos relevantes de la comunidad. La historia oral no responde, no obstante, a los mismos presupuestos de la tradición transmitida a través de diversas generaciones. Hacer este tipo de historia implica inquirir a las personas acerca de su pasado, sus experiencias y su participación en la gestación de un hecho histórico. Los antecedentes del relato oral usado metodológicamente para escribir la historia pueden encontrarse en fguras como Heródoto o Voltaire quienes en algunas de sus obras escritas en el siglo XVIII, utilizaron los testimonios orales de sus contemporáneos.También Jules Michelet, en su obra Historia de la Revolución Francesa (1847-1853), consideró los testimonios orales como un documento valiosísimo que permitía acceder a otro aspecto de la realidad política. En 1948, el periodista Allan Nevis fundó en la Universidad de Columbia el primer centro de historia oral: la Columbia Oral History Offce. Desde allí se realizaron una serie de Historia Oral: Un proyecto inconcluso en Nicaragua en la década de los ochentaHacer este tipo de historia implica inquirir a las personas acerca de su pasado, sus experien-cias y su participación en la gesta-ción de un hecho histórico.
image/svg+xml17proyectos dirigidos a recuperar los testimonios de pequeñas comunidades. Posteriormente, en 1954, la Universidad de Berkeley creó un archivo de fuentes orales.En los años sesenta, en Estados Unidos se produjo un proceso de institucionalización de la historia oral, creándose numerosos archivos orales a partir de la iniciativa de sociedades históricas y bibliotecas. Varias universidades, entre las que cabe destacar las de Berkeley y Columbia, integraron el aprendizaje de la historia oral en sus aulas complementándolo con publicaciones especializadas como International Journal of Oral Historyy Oral History Review; constituyen los aportes más signifcativos en este campo. En Gran Bretaña, los antecedentes del desarrollo de la historia oral deben situarse alrededor de 1930 a partir de los Sound Archivescreados por la BBC de Londres y su posterior utilización por parte de la historia social y la sociología.La amplia difusión de la obra de los historiadores orales Ronald Blythe y Paul Thompson da cuenta de la importancia que se le concedió a partir de ese momento.En Italia, a mediados de la década del 50, se desarrollaron una serie de proyectos destinados a recuperar testimonios de “gente corriente”. Rocco Scotellaro publicó sus trabajos sobre los campesinos del sur: L´uva putanellay Contadini del sudy Edio Vallini escribió una antología de historias de vida de obreros industriales: Operai del sud. Dos décadas después, en 1977, se publicó el primer libro de Nuto Ravelli a partir de entrevistas a campesinos piamonteses: Il mondo dei vinti. Ninguno de estos autores era académico profesional, por ello, en 1974, a partir de la publicación de las obras de Franco Ferrarotti, la disciplina alcanzó un nivel académico.1Más recientemente, desde la década de los 80, la historia oral ha tenido un desarrollo sostenido en Francia, con la publicación de las obras de P. Joutard y de F. Bedarida y la utilización con fnes pedagógicos de los “relatos de vida”.En España, los primeros estudios realizados con fuentes orales en el siglo XX, fueron desarrollados a partir de testimonios obtenidos de sobrevivientes de la guerra civil, quienes hicieron posible la recuperación de aspectos de la memoria popular de aquellos acontecimientos. Como en Francia, la década de los 80 aceleró un importante avance en el desarrollo de la historia oral luego de las Jornadas sobre Historia Oral y Fuentes Orales realizadas por la Universidad Complutense de Madrid y la celebración de I Col-loqui sobre Les Fonts Orals en Palma de Mallorca.Esta difusión mundial de la historia oral ha suscitado en los últimos tiempos un interés cada vez mayor entre los diversos campos de la investigación. La utilización de testimonios directos de quienes participaron en la gestación de un proceso histórico ha sido objeto de numerosos análisis y utilización por parte de diversas disciplinas de las ciencias humanas: museología, sociología, antropología, psicología, lingüística, entre otras. Todas ellas coinciden en afrmar que la historia oral es la herramienta por excelencia que permite dar respuesta a los problemas que se derivan de la ausencia de fuentes escritas referidas a un determinado período o a una determinada temática. Lo que defne el carácter perdurable al tiempo que renovador de la misma no es la oralidad, ya que la historia de los pueblos se ha transmitido a lo largo de los siglos a través de la tradición oral, sino la labor sistemática de recuperación y de utilización de la fuente oral.Esta recuperación sistemática exige por parte de los investigadores la realización de un complejo diseño de proyecto de historia oral que incluirá la elaboración de una muestra, una selección y búsqueda de informantes, la realización de entrevistas a los mismos, el tratamiento y la transcripción de las fuentes orales. La posibilidad de entrevistar a protagonistas de una época determinada nos permite analizar los aspectos más intangibles, como son las pautas de comportamiento Autora Jilma Romero ArrechavalaUNAN Managua, NicaraguaHistoria Oral: Un proyecto inconcluso en Nicaragua ...Lo que define el carácter per-durable al tiempo que renova-dor de la misma no es la oralidad, ya que la historia de los pueblos se ha transmitido a lo largo de los siglos a través de la tradición oral, sino la labor sistemática de recuperación y de utilización de la fuente oral.
image/svg+xml18imperantes en tal período histórico, la interacción entre el poder político y el poder civil, las redes informales del poder o la historia de los grupos marginales.La historia oral no solo permite dar respuesta a los problemas que derivan de la ausencia de fuentes escritas referidas a un determinado período o temática, sino iniciar nuevas tareas de investigación a partir de una nueva visión de los acontecimientos. En el proceso de escribirla y rescatarla puede colocar a aquella “gente corriente” a “gente de los de abajo” –que hicieron historia y que muchas veces por pertenecer a grupos sociales alejados de las esferas del poder, no han dejado testimonio escrito de su experiencia y participación– en un lugar central. La utilización de las fuentes orales como complementarias, en aquellas investigaciones en las que la evidencia oral sirve para confrmar, contrastar o bien refutar las hipótesis enunciadas a partir de las fuentes escritas, permite avanzar en el conocimiento de la realidad histórica desde diversos enfoques, tarea que se ve enriquecida por el carácter interdisciplinario de la historia oral, que desde el punto de vista de la historiografía contemporánea, resulta una herramienta efcaz e imprescindible para el rescate y la preservación del patrimonio histórico.Durante el año 1980 la UNAN, única universidad pública en ese entonces, concedió particular importancia a las fuentes orales y por ello al rescate de la historia de la Insurrección Popular Sandinista en cada uno de los municipios y departamentos de toda Nicaragua. Propone, en primer término, incluir dentro de la defnición clásica de la historia tradicional el estudio de la historia oral, cuestión que no había sido una práctica en los estudios nicaragüenses y realmente necesaria sobre todo cuando se venía de una dictadura de 45 años de opresión.Marco histórico del proyectoEn lo que respecta al proyecto inicial actualmente se encuentran custodiadas 2.000 entrevistas grabadas de todo el país, realizadas entre los meses de abril a agosto del año 1980, a los nueve meses de haber triunfado la Revolución Popular Sandinista.2El proyecto fue coordinado por un equipo de ocho personas que se distribuyeron geográfcamente para atender a todos los brigadistas, visitándolos cada quince días para resolver in situlos problemas técnicos y humanos que surgieran durante el desarrollo del trabajo de campo. El proyecto en su primera fase optó por un programa innovador con características muy particulares tras considerar la utilidad que este material tendría para los investigadores futuros y sobre todo, cuando se trate de ir conformando incipientemente un pequeño grupo en incentivar el uso de las Fuentes Orales para el estudio de la Historia Contemporánea en Nicaragua, es decir, para escribir la historia del momento presente”.3Aquí se aborda el proyecto en sí, el objeto de estudio sobre el que trata y el momento cronológico de su realización. Se habla de las personas entrevistadas, su aplicación en el programa y de las relaciones entre investigadores e informantes en el contexto de las entrevistas, así como los diversos elementos tratados.Este apartado servirá para explicar cómo nace el proyecto de “Rescate Histórico, Germán Pomares Ordóñez” y el marco en que surge.4Se propusieron como objetivos generales, rescatar de una manera directa el contenido de las luchas populares, así como contribuir a rehacer la historia bajo una nueva óptica metodológica. Como objetivosespecífcos, se planteó recoger, cuando aún estaban recientes, las gestas, los testimonios y las participaciones en el proceso de liberación desde 1974 hasta 1979, situación no desarrollada en experiencias similares. Como elemento práctico, setrataba de centralizar toda la información (a la que se alude en el objetivo anterior) en un organismo que permitiera, con posterioridad, analizar todo el material grabado desde una perspectiva de totalidad, y para lo cual la formación de un archivo de la palabra sería indispensable, ya que conservaría para las futuras generaciones la riqueza multipolar de la lucha insurreccional sandinista.En tercer lugar, nos hemos planteado analizar la preparación de recursos humanos nicaragüenses (214 brigadistas) en las técnicas y la práctica de la Historia Oral, cuyas experiencias servirían para el desarrollo de futuras investigaciones. Las hipótesis que se plantearon en el proyecto, objeto de nuestro estudio, se estructuraron de la siguiente manera:- La historia del proceso nicaragüense demuestra la necesidad de golpear a la dictadura, planteándose el Frente Sandinista la consecución de victorias parciales: Pancasán, Asalto de la casa de Chema Castillo, toma del Palacio Nacional, entre otras.- La participación decisiva de los organismos de masas y de la integración política de todo el pueblo, CDC, confguración del Ejército Popular Sandinista (EPS), resultó determinante para el triunfo sobre la dictadura.- El aislamiento social y político del somocismo, así como la concurrencia de acontecimientos como el del asesinato de Pedro Joaquín Chamorro, fueron elementos concomitantes que contribuyeron al
image/svg+xml19aislamiento político de la dictadura militar.- La importancia de la unidad sandinista como elemento decisivo hacia la conquista de la victoria como se expresa en el lema: “Pueblo. Ejército. Unidad, garantía de la victoria”.Las hipótesis que recorren esta investigación se relacionan con el trabajo de la población más sufrida y demuestran el compromiso de lucha por liberar a Nicaragua del somocismo.5Es preciso explicar que las limitaciones documentales que han existido en Nicaragua, hace que los historiadores se planteen el desarrollo de un rescate de carácter testimonial, base para una verdadera labor que pudiera contar, como complemento, con las pocas fuentes escritas existentes en los diversos fondos de archivo en Nicaragua. Esa escasez de fuentes tradicionales de la historia está determinada también por la propia clandestinidad, que bien llevada, exigía la destrucción de información comprometedora, pero también por la imposibilidad de acceder a los archivos de determinadas instituciones ofciales. Ello obligó al historiador a recurrir al testimonio de los protagonistas de los hechos para desentrañar no únicamente cuestiones de marginalidad social, sino las acciones políticas organizadas frente al poder establecido; es por eso que a partir de esaconstatación, se elaboró el proyecto de “Historia Oral de la Insurrección Popular Sandinista” con el objetivo principal de recolectar toda la información necesaria que pudiera servir posteriormente como materia prima para la investigación de historia social y política, particularmente, en lo referido al estudio de las luchas insurreccionales. En este sentido, en el diario de campo del historiador Luis Alfredo Lobato se encontraron las siguientes refexiones:“Se trata de sustituir el concepto de la forma tradicional de hacer historia, en lo que los hechos, las leyes, las fechas eran el punto central, por el concepto fundamental de que la historia la hacen las masas por lo que los puntos anteriores hacen más que confrmar la tesis. Decimos que habría que partir de que la explicación de los procesos sociales, mejor aún, el desarrollo de los confictos sociales está estrechamente ligado a la estructura económica política e ideológica de la sociedad que se estudia (…) y sigue es hora, pues, de destruir el tópico de que la historia la hacen los reyes, príncipes, fechas, etc. La historia la hacen las masas”.6Como podemos observar, aquí se renuncia al tipo de historia tradicional y se identifca con las nuevas tendencias, dejando planteado que la Historia Oral es conveniente, y además es un recurso de incalculable valor por la información que brinda y en nuestro caso, por el carácter masivo alcanzado por el proyecto, así como la representatividad y calidad de los entrevistados. También permitió conocer todo un conjunto de “historias individuales” que se encuentran y se conocen aisladamente, y que en realidad forman parte de una “historia social global” del proceso de liberación nicaragüense.Posiblemente, la aportación más valiosa radica en el hecho de que a través de las entrevistas se brinda al pueblo la oportunidad de afanzar una memoria histórica de las luchas populares, recalcando la importancia que tienen las fuerzas sociales, y, por ende, les permite adquirir confanza en su poder y fuerza como agentes de las transformaciones sociales.Así pues, en función de los objetivos establecidos y con base en la carencia de fuentes escritas, pero también porque existía el convencimiento de la viabilidad de los testimonios orales para el estudio de la historia, se formuló una metodología investigadora con los siguientes puntos esenciales.MetodologíaLas técnicas de investigación se centraron en las propias de la Historia Oral, es decir, de investigación participante, recurriendo a la entrevista grabada como recurso principal.En cuanto al universo geográfco y humano se consideró necesario abarcar toda Nicaragua, enfatizándose, como se ha señalado anteriormente, en los frentes de combate o formas de organización militar que utilizó el FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional) en su lucha de liberación, tanto interna como externamente.¿Quiénes eran los entrevistados/as?Las personas entrevistadas eran aquellas que de una u otra forma habían colaborado en el proceso revolucionario y se clasifcaron en: combatientes, los que habían participado en combate, fuere cual fuere, o los colaboradores, que eran las personas que apoyaron la lucha, pero sin llegar a empuñar un fusil.Dentro del objeto de investigación se planteó la necesidad de entrevistar a individuos de diversas clases, capas y sectores sociales de la formación Esa escasez de fuentes tra-dicionales de la historia está determinada también por la propia clandestinidad, que bien llevada, exigía la destrucción de informa-ción comprometedora (...)
image/svg+xml20económico social nicaragüense, como:- Dirigentes militares y políticos de los diferentes frentes nacionales de la insurrección popular sandinista.- Participantes de las milicias populares.- Líderes sindicales y de diversas organizaciones de masas (CDC, ATC, AMPRONAC, etc.).- Dirigentes de organismos políticos y gremiales que participaron en la insurrección (FER, ANDEN).- Miembros de las columnas guerrilleras.- Mujeres y niños participantes.- Ancianos.- Campesinos y proletarios protagonistas de tomas de tierras y fábricas.- Personas pertenecientes a sectores de la burguesía aliados con el FSLN.- Sacerdotes colaboradores del movimiento insurreccional.- Miembros de los comités internacionales de solidaridad formados en apoyo al FSLN.- Otros no consignados en las categorías anteriores7.No obstante, de acuerdo con las actas existentes en el Archivo del IHN-CA, no se observan entrevistas relativas a algunos de los sectores arriba apuntados, pues recordemos que este proyecto era un subproducto de la CNA, por tanto, se procuraba entrevistar a aquellas personas que por las facilidades de la campaña estuvieran al alcance de los investigadores-brigadistas.Es notorio que los entrevistados, en su mayoría, fueron combatientes o bien colaboradores que realizaron una labor de apoyo a las escuadras guerrilleras, o que facilitaron medios al FSLN. Ningún niño fue entrevistado, aunque sí existen referencias a actividades donde algunos infantes adquirieron notable protagonismo.Los entrevistados, según los libros de registro del archivo de IHN-CA, fueron jóvenes en su gran mayoría por cuanto un buen número de combatientes pertenecían a ese sector. Las edades de los entrevistados oscilan entre 18 a 30 años y unos pocos de 40 años o más.¿Quiénes eran los entrevistadores y coordinadores?Para el cumplimiento de los objetivos propuestos en el proyecto se capacitaron 214 entrevistadores, todos estudiantes de las distintas carreras de la universidad, pero sobre todo, de especialidades relacionadas con las Ciencias Sociales.Quienes dirigieron el proyecto eran historiadores, sociólogos, antropólogos, a los que también entrevistamos para conocer de ellos sus comentarios sobre la parte metodológica y cumplimiento de los objetivos. Esas últimas entrevistas tienen que ver con la dirección y ejecución del proyecto.Por ello se entrevistó a coordinadores nacionales (4 de 8), responsables de Brigadas (1 de 6) y a un brigadista, a quienes se les aplicó un cuestionario muy distinto al de los combatientes hace veintiséis años en el marco del proyecto. Pero además, se revisó el informe completo sobre el trabajo realizado por una de las seis escuadras, la situada en el departamento de Estelí, integrada por 29 mujeres y un varón.Se puede apreciar que la mayoría de las entrevistas duran más de dos horas, dándose la circunstancia de la existencia de varias cintas magnetofónicas de la mayoría de los entrevistados, de lo que se deduce que fue necesario, a criterio de los entrevistadores, volver a reunirse con el informante para completar los datos brindados en un segundo momento por la riqueza de los relatos.Por otra parte, en el caso de Estelí, se destaca la sistematicidad del informe con que los miembros de la escuadra situada en ese departamento del norte realizaron al fnal de su labor, pues se enfatiza en las mejores entrevistas y si se consideraba oportuno hacerles una segunda entrevista. El informe también clasifca, a criterio de los diferentes brigadistas, si las entrevistas habían sido muy buenas, excelentes, o si eran regulares y malas.En todo el período, de abril a agosto de 1980, se realizaron entrevistas en todos los departamentos del país. Partieron de una cantidad proyectada y dependieron, sobre todo, de los niveles de involucramiento de cada sector.A través de los diarios de campo se observa la buena disposición de los actores de la insurrección para ofrecer su testimonio: aunque no todos mostraron la misma actitud de franca colaboración, en muchos casos se aportaron nombres de otras personas de su comunidad que también podían informar. En otros casos se destacó la actitud de los informantes, que accedían a ser entrevistados porque otras personas lo habían hecho antes. Testimonios considerados muy valiosos fueron los que se lograron realizar en comunidades o municipios donde se libró la lucha en condiciones de mayor combatividad.Con toda esta información, perteneciente actualmente al fondo de Historia Oral del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica, se puede asegurar que los historiadores se encuentran en una situación privilegiada en cuanto a la
image/svg+xml21posibilidad de realizar trabajos que tengan que ver con la dinámica de los movimientos sociales y la historia contemporánea de Nicaragua en general. El proyecto cumplió su cometido al realizar el acopio de la información y una primera valoración, aunque es preciso señalar que el material de incalculable valor para la historia reciente no ha sido sufcientemente trabajado.El contraste entre los relatos producidos en las entrevistas y la realidad actual, observando cómo ha actuado el paso del tiempo sobre la memoria al reelaborar los hechos, puede ser por sí mismo objeto de un interesante estudio semejante a otros que se han hecho en Europa y América Latina, aunque en menor escala. Seguramente, después de veintiséis años, si entrevistamos de nuevo a estos mismos actores que fueron combatientes o colaboradores en la etapa insurreccional de la Nicaragua de fnes de los 70, se podrá contar ya con una valoración distinta y en algunos casos sus respuestas diferirían de forma notable de las ofrecidas a escasos meses del triunfo sandinista. No pocos antropólogos se han dedicado a esa labor.La capacitación de los brigadistas del proyecto de rescate oralLa capacitación se planteó considerando que deberían tener un nivel de educación universitaria para poder desempeñar su tarea y así cumplir con los objetivos que se proponían. Así, su nivel educativo presuponía ya una determinada capacitación, no meramente en el plano de alfabetizar, sino para poder abordar una guía destinada a la obtención de testimonios orales y en cuanto a determinados criterios para distribuir a los brigadistas a lo largo y ancho de la geografía nicaragüense. Para ello se organizó un seminario intensivo de una semana de duración por parte del equipo interdisciplinario e intercultural de la UNAN contando con el apoyo de especialistas provenientes de México, que de forma solidaria se integraron en el proyecto.8Iván Romero, representante del movimiento estudiantil, que formó parte del equipo desde que se inició el proyecto, da sus impresiones sobre este asunto:Nosotros, el equipo formado por el Ministerio de Cultura y la UNAN, pero con más énfasis la UNAN, nos encargamos, con la asesoría de Gilberto López y Rivas, Adalberto Santana y otros especialistas internacionales de montar los talleres de capacitación, éstos tenían que ver incluso con algunas técnicas de antropología y sociología, pues era necesario para abordar al informante (entrevistador) el uso de la grabadora, la forma de cómo conservar los medios que iban a utilizar, la forma de cómo abordar al guía, así como otros muchos criterios interesantes.9Durante esa semana se capacitó a los entrevistadores en las técnicas de Historia Oral: manejo de grabadoras, dirección de la entrevista, elaboración de preguntas, y sobre todo que seapropiaran del proyecto que iban a emprender. Sobre este aspecto es necesario escuchar la voz de quienes llevaron a cabo la responsabilidad de dirigir y preparar a los brigadistas.Teniendo ya las escuadras formadas, una exclusivamente de mujeres y las otras mixtas,integradas por los mejores estudiantes de los últimos años, el paso siguiente fue ubicar atodos los brigadistas geográfcamente, tomando como base que se debía cubrir todo el territorio nacional; se tuvieron en cuenta los Frentes de Guerra que se formaron en la lucha antisomocista y a los que nos hemos referido en el epígrafe anterior. Todos querían ir al lado de Raití Bocay10o a la zona de La Segovia, pues, en palabras de algunos de los brigadistas, muchos de ellos deseaban emular las hazañas de los guerrilleros sandinistas y pasar las pruebas más duras, y por eso nadie deseaba quedarse en las áreas urbanas, aunque les explicaran que había que entrevistar personas en Rivas (municipios de La Virgen o Sapoá); en Masaya para trabajar con la gente de Monimbó y en otras áreas. La idea era cubrir todo el territorio, priorizando zonas rurales, semi-rurales y algunas zonas urbanas donde había existido una notable participación organizativa pre-insurreccional, y en ese sentido, tan importante había sido Estelí como el barrio de Monimbó en Masaya o Sutiaba en León.11Todos querían la zona montañosa y, prioritariamente, la parte norte, pues era notorio el interés que tenían por conocer esos lugares donde Sandino dirigió a su ejército en la lucha anti-intervencionista, continuada posteriormente por el FSLN.Quizás algunos de los elementos que permitieron que la capacitación fuera todo un éxito El contraste entre los relatos producidos en las entrevistas y la realidad actual, observando como ha actuado el paso del tiempo sobre la memoria al reela-borar los hechos, puede ser por si mismo objeto de un interesante estudio (...)
image/svg+xml22y luego su aplicación en el terreno fueron:- El contexto revolucionario en el que se materializó este proyecto que era de alcance nacional.- La selección que se hizo una vez superada la etapa de capacitación de los brigadistas, donde se pudo realmente conocer sus habilidades, compromisos y apropiación de los conocimientos teóricos, prácticos y técnicos.- Haber seleccionado a los estudiantes (que ahora pasan a ser brigadistas) de todas las carreras y de los últimos años de la Universidad.Finalmente el 2 de abril de 1980 fue el día que partieron las ocho escuadras a los diferentes frentes para cumplir con la tarea de rescatar la historia del período insurreccional en Nicaragua, en donde cada uno de ellos mismos se dirigieron equipados al igual que todos los brigadistas de la CNA, con la diferencia de que los miembros de la Brigada “Germán Pomares Ordóñez” iban con grabadoras, casetes y baterías por la investigación que todos debían hacer, además de alfabetizar;12pero lo más importante, iban con los conocimientos de la realidad donde desarrollarían el trabajo, los conocimientos teóricos y prácticos además de los conocimientos técnicos.Perfiles esenciales de la guía de entrevista utilizada durante la etapa de realización del proyecto de rescate históricoEl cuestionario fue estructurado para aplicarlo a los sectores de la población enunciados anteriormente. La guía estaba concebida para obtener entrevistas estructuradas o dirigidas que permitieran captar una información lo más abundante posible sobre la historia de la insurrección. Fue dirigida a personas clave, sujetos que por su condición o papel en el proceso poseían mayor información o más completa que otros protagonistas. Se buscó, además, salvola primeraparte del cuestionario, que la guía estuviera constituida por preguntas abiertas sobre los temas centrales de la investigación. Es necesario apuntar que la muestra de entrevistas no se planteó al azar, sino que se basó en una selección por cuotas de sectores participantes: mujeres, niños, religiosos, burguesía, combatientes insurreccionales, colaboradores directos, entre otros.A partir de ahí, la información obtenida fue objeto de diversos enfoques interdisciplinarios. Se planteó también que la información obtenida tendría que complementarse con entrevistas menos selectivas que se pudieran hacer al resto de la población portadora de una información más limitada, así como la captación de documentos, muchos de ellos inéditos que estuvieran en manos de los informantes. Por otra parte, el cuestionario-guía fue parte esencial del proceso de capacitación de los brigadistas y que les brindaba, desde el punto de vista metodológico, la posibilidad de captar el mayor volumen de información y de análisis sin caer en divagaciones, centrando a los entrevistados en los aspectos más relevantes del relato histórico.El Archivo de Rescate Histórico del IHN-CA-UCA como efecto inmediato del proyectoEl proyecto visto desde sus coordinadores y brigadistasEs importante dejar planteado que a veintiséis años de haber desarrollado este proyecto de investigación, titulado Historia Oral de la insurrección popular sandinista, sus conductores estuvieron dispuestos a brindar su testimonio.Tal es así, que cuando escuchábamos las entrevistas realizadas a quienes decididamente asumieron esta tarea a escasos nueve meses del triunfo revolucionario, expresaron recordar todo como si en el mismo momento estuvieran llevando a cabo este proyecto.Aunque algunos narraban su experiencia, orgullosos de haber sido coautores de esa gran epopeya, tal como lo manifestaron llenos de emoción, explicaban que ese entusiasmo también lo sintieron los estudiantes que seleccionaron, existiendo una respuesta extraordinaria, ya que de 214 brigadistas que necesitaban, asistieron al llamado muchísimos más, y eso les permitió poder seleccionar con mayor amplitud. Como expresa Margarita Vanini: aquello era un mar de gente, todo el mundo quería participar, lo que hicimos fue inscribirlos a todos; luego se hizo un proceso de selección.13En síntesis, los coordinadores y responsables entrevistados coinciden en señalar que se obtuvo una cantidad extraordinaria de información que no ha sido hasta la actualidad sufcientemente tratada, pero que es extraordinariamente valiosa en todos los órdenes, un trabajo que puede ser gigantesco a nivel de transcripción y, que de lograrse, representaría un legado muy importante para los jóvenes historiadores y de otras especialidades de las ciencias sociales.Algunas reflexionesTomando en cuenta las palabras de los entrevistados, podemos afrmar que este proyecto fue un trabajo único en materia de Historia Oral en Nicaragua, y seguramente en América Latina,
image/svg+xml23en términos de lo que representa rescatar por la vía oral la historia de un proceso único como fue la Revolución Popular Sandinista; independientemente de lo que haya acontecido o esté pasando ahora, es un fenómeno único en el país; en ese sentido es un material de una importancia extraordinaria.Tal como expresa Adalberto Santana:Al concluir la Revolución Mexicana y Cubana, que son dos experiencias históricas en las que puede considerarse que triunfó un proceso revolucionario, no existían los medios técnicos para recoger el testimonio histórico como equipos de grabación de bajo costo, fácil transporte, y manejo de técnicas apropiadas. Es justamente hasta los años ochenta del Siglo XX cuando se dan una serie de condiciones para la realización de esa importante tarea que se llevó a cabo en Nicaragua, ya que existían las condiciones materiales e ideológicas para impulsar dicho proyecto que no fueron posibles, por ejemplo, en el contexto de la Revolución Mexicana, pues ya habían transcurrido años y los actores eran escasos y con edades muy avanzadas, lo que impidió que el testimonio oral fuera mucho mas preciso.14El proyecto constituye una referencia teórico-metodológica. Este trabajo testimonial permitió que los involucrados en él conocieran a fondo la historia de Nicaragua y lo que fue la etapa insurreccional en cada una de las áreas donde fueron asignados. Además, que fortalecieran y orientaran su predilección por la historia vivida de América, asunto que en muchos momentos del proceso histórico ha sido difícil desarrollar.Tener esa riqueza de información sin utilizar, después de veintiséis años, es una muestra de la poca importancia que se le ha dado a la historia oral. Darle continuidad al proyecto histórico oral de la insurrección popular sandinista, signifca concluir un proyecto cuya etapa más difícil y costosa ya fue realizada y además que se puede disponer de una información muy rica del período insurreccional y de los períodos posteriores, así como otro tipo de estudios socioeconómicos de comunidades rurales, comarcales, municipales, regionales y nacionales.Las fuentes orales acopiadas en este proyecto, para el caso de la historia contemporánea en Nicaragua, reclaman su inserción y va a ser inevitable para quienes quieran escribir sobre este período que se recurra a ellas permanentemente. Coincidimos con los entrevistados en plantear que el volumen de información que se recopiló y el entusiasmo con el que se trabajó, no hubiera sido posible desarrollarlo en otra coyuntura. Ello se facilitó porque en Nicaragua hubo una revolución popular y se logró emprender la actividad de rescate histórico a escasos meses del triunfo sandinista.Valdría la pena hacer un esfuerzo a través de la formulación de un proyecto que permita realizar a gran escala la segunda etapa de este trabajo para poder realmente escribir ese período de la historia de Nicaragua.Podrían además, desarrollarse investigaciones sobre historia local, sus problemas, la cuestión de la pobreza; sobre las relaciones de la mujer; el papel de los trabajadores; en fn, tareas investigativas sobre movimientos sociales, historia cultural, historia de las mentalidades, sobre la mentalidad revolucionaria, porque se logró analizar lo concerniente a la psicología colectiva, entre muchos más temas.Es imaginable la trascendencia de un trabajo de ese tipo, pues historiadores, antropólogos y sociólogos han explotado escasamente este material, si exceptuamos algunos investigadores extranjeros.Los jóvenes que participaron en esta epopeya adquirieron una gran escuela, pues fue una experiencia extraordinaria que tuvieron en sus vidas como proyecto de investigación histórica.Los materiales sonoros producidos en el marco de ese proyecto, fueron organizados y almacenados con la debida coordinación ambiental. En los primeros meses se trabajó en la verifcación de cada casete, y en enero de 1981 se empezó a transcribir y procesar las entrevistas realizadas en el Departamento de Masaya, las que se editaron en junio de 1982, basado en los testimonios recogidos en Masaya; las primeras publicaciones fueron: ¡Y se armó la runga!, testimonio de la insurrección popular sandinista en Masaya, y Porque siempre viven entre nosotros. Semblanza.Las entrevistas derivadas de este proyecto, además de cumplir con su cometido, han abierto posibilidades a muchas investigaciones, incluso sobre los mismos informantes o actores, su estatus socio-político, las acciones en las que fueron responsables, sus implicaciones con instituciones públicas o privadas, así como una amplia gama de temas de carácter local, regional o nacional.Tomando en cuenta las palabras de los entrevistados, podemos afirmar que este proyec-to fue un trabajo único en materia de Historia Oral en Nicaragua, y seguramente en América Latina, en términos de lo que representa rescatar por la vía oral, la historia de un proceso único como fue la Revolución Popular Sandinista (...)
image/svg+xml2411Monimbó y Sutiaba son poblados indígenas situados en Masaya y León respectivamente.12Fueron 200 grabadoras y 12.000 casetes los que se distribuyeron para todo este proyecto que se desarrolló desde el 2 de abril hasta agosto de 1980.13Entrevista realizada por la autora, 25/8/99. Margarita Vanini fue miembro del equipo coordinador, hoy directora del IHN-CA-UCA donde se archiva todo el material recogido con el proyecto.14 25 de enero de 2000.fUENTES y BIBLIOgRAfíABaltodano Egner, Charlotte, Entre el fuego y las sombras,Managua, Fondo Editorial Centro de Investigación de la Realidad de América Latina (CIRA), 1988.Blandón, Jesús M., Entre Sandino y Fonseca,Managua, DEPEP-FSLN, 1981.Borge Martínez, Tomás, “Historia político-militar del FSLN”, en Encuentros, N°. 15. 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Métodos y experiencias, Madrid, Debate, 1993.Meyer, Eugenia, “La historia Oral en Latinoamérica y El Caribe”, en Historia y Fuente Oral,N° 5, Barcelona, 1991.Ministerio de Educación (MED), Educación, Primer año de la Revolución Popular Sandinista,Managua, Ediciones de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, 1980.Ministerio de educación de Nicaragua (MED), Vencimos Nicaragua: Cruzada Nacional de Alfabetización,Tomo I, México, 1988.Núñez Téllez, Carlos, Un pueblo en armas,Managua, SENAPEP, 1980.Ortega Saavedra, Humberto, “La insurrección nacional victoriosa”, en Nicarauac, Revista mensual del Ministerio de Cultura de Nicaragua, Managua, mayo-junio de 1980.Ortega Saavedra, Humberto, Sobre la insurrección, La Habana, Ciencias Sociales, 1981.Ortega Saavedra, Humberto, 50 años de lucha sandinista,Managua, Ediciones del Ministerio del Interior, 1979.NOTAS1 En este mismo sentido las obras publicadas por Luisa Paserini y Sandro Portinelli concretaron importantes conclusiones al estudio de la metodología de la historia oral y analizaron los aportes de la misma en diferentes temas de investigación: metodología, cultura y trabajo del campesinado, historia feminista e historia de la emigración.2Revolución que derroca a la dinastía de los Somoza y su Guardia Nacional, en 1979.3Lo único que se conoce en el mundo de los historiadores orales acerca del proceso histórico vivido en Nicaragua es lo que Dora Schwarzstein escribe en la revista Historia y Fuente Oralcuando dice: “En Nicaragua comienza a desarrollarse un Proyecto de Historia Oral vinculado a la campaña de alfabetización, poco tiempo después del triunfo sandinista”. También Eugenia Meyer (mexicana) pionera en este campo, se refere al proyecto en la misma revista en la que hace mención al proyecto, pero no lo desarrolla. Es por eso que al presentar en esta ocasión una investigación sobre fuentes orales, hemos considerado necesario darlo a conocer en profundidad, así como el estado en que se encuentran esas fuentes después de transcurridos veintiséis años, pero además exponer qué tanto hemos avanzado en este aspecto.4Fue organizado por el Comité de Investigaciones Históricas, organismo bilateral del Ministerio de Cultura y la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN). Dicha instancia se convirtió en el órgano califcado para organizar e instrumentalizar todo lo relacionado con la puesta en marcha del proyecto, así como la formación del banco de archivo sonoro donde se centraría toda la información.5Luis Alfredo Lobato, 12/4/80, Diario de Campo. Instrumento metodológico en el que los brigadistas de rescate histórico plasmaban sus vivencias e inquietudes.6Diario de Campo, 12 de abril de 1980. Chichigalpa, Nicaragua. En Archivo del Instituto de Historia de Nicaragua y Centro América, Universidad Centroamericana. (IHN-CA-UCA) Managua, Nicaragua.7No se contempló entrevistar a ex guardias somocistas (8 GN).8Adalberto Santana, sociólogo, se encontraba en Nicaragua por cuanto el Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México Dr. Guillermo Soberón autorizó la solicitud de la UNAN en Managua a través de su Rector Mariano Fiallos Oyanguren. En la UNAN tenía la responsabilidad de la coordinación escolar de la DirecciónGeneral de Extensión Académica y Gilberto López y Rivas, antropólogo mexicano del personal de la Universidad de Iztapalapa de la Universidad Metropolitana, UAM.La capacitación se realizó en el Colegio Centroamérica, institución regentada por la Compañía de Jesús, desarrollando el siguiente programa: el primer día se explicó el proyecto, en sus aspectos generales; el segundo se explicó la guía de entrevista; el tercero, la parte técnica: manejo de grabadora, la técnica de la entrevista, cómo hacer una entrevista dirigida; el cuarto, se organizaron las ocho escuadras, bajo una estructura de Brigada realizando el pilotaje en Managua.9Entrevista realizada por la autora, 15/8/99.10Zona montañosa, fronteriza con Honduras, donde en 1962 tuvieron lugar los primeros enfrentamientos armados entre la guerrilla sandinista y la Guardia Nacional.
image/svg+xml25Ramírez Mercado, Sergio (comp.), Augusto C. Sandino, El pensamiento vivo, Managua, Nueva Nicaragua, 1984.Rugama, Leonel, Obras, Managua, SENAPEP, 1980.Schwarzstein, Dora, “La Historia Oral en América Latina”, enHistoria y Fuente Oral,No. 14, Barcelona, 1995.Somoza, Anastasio, El verdadero Sandino o el calvario de La Segovia,San José, Costa Rica, 1976.Thompson, Paul, La voz del pasado. Historia Oral,Valencia, Alfons El Magnanim, 1988.Trujillo Sánchez, José Manuel (ed.), Memoria y sociedad en la España Contemporánea,Ávila, Jornadas de Historia y fuentes orales, 1992.Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, “La Revolución de Nicaragua. Sucesos de enero de 1978”, en Cuadernos Universitarios,N° 27, León (Nicaragua), julio de 1980.Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, “La revolución en Nicaragua a partir de octubre de 1977”, en Cuadernos Universitarios,N° 26, León (Nicaragua), Editorial Universitaria, abril de 1980.Wheelock Román, Jaime, Imperialismo y dictadura,Managua, Nueva Nicaragua, 1985.Wheelock Román, Jaime, La Reforma Agraria Sandinista, 10 años de Revolución en el campo,Managua, Vanguardia, 1990.Wheelock Román, Jaime, Raíces indígenas de la lucha anticolonialista en Nicaragua,Managua, Nueva Nicaragua, 1981.Wheelock Román, Jaime, Entre la crisis y la agresión. La Reforma Agraria Sandinista,Managua, Nueva Nicaragua, 1986.Documentos del Archivo del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica1. Breve informe fnal sobre el subproducto Rescate Histórico.2. Brigada de Rescate Histórico “Germán Pomares Ordóñez”: Historia Oral de la Insurrección Popular Sandinista, Guía de Entrevista, 1980. Archivo del IHN-CA-UCA.3. Brigadistas de la Escuadra “Mildred Abaunza”: Informe fnal del trabajo realizado por la escuadra en el Departamento de Estelí. Agosto de 1980.4. Comité de Investigación Histórica: Diseño de Investigación. Primera fase, recopilación de información (borrador). Managua, Nicaragua, junio de 1980.5. Iván Romero Arrechavala (Responsable de Occidente): Diario de Campo. Brigada de Rescate Histórico, (León, Chinandega) Nº 0017 y 0021.6. Luis Alfredo Lobato Blanco: Diario de Campo. Miembro de la Escuadra “Héroes y mártires desconocidos”, Chinandega, Nº 0051.7. Sergio Ruiz Simpson (Segundo jefe de Occidente): Diario de Campo, León, Nº 00228. Ana Isabel Díaz Salinas (Escuadra “Mildred Abaunza”): Diario de Campo. Estelí, Nº 0013.9. Instituto de Historia de Nicaragua (IHN): Historia Oral de la Insurrección Popular Sandinista. II fase de trascripción de entrevistas. UCA, Managua, Nicaragua, 1990.Relación de entrevistas transcritas y existentes en la fonoteca del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica1. María Lourdes Molina Hernández (Estelí, 25/5/80, 18 años).2. Josefna Ulloa (Ingenio San Antonio, Chichigalpa, 3/5/80, 26 años).3. Fanor Herrera “Diógenes” (León, 7/5/80, 26 años).4. Evelin Pinto (León, 6/5/80, 21 años).5. Mauricio Terán (San Felipe, León, 13/6/80, 33 años).6. Jerónimo Navas (Barrio La Cruz, Chichigalpa, 30/5/80, 23 años).7. Julio Rodríguez Lazo (Estelí, 7/7/80, 30 años).8. Nelson Campos Silva (San Felipe, León, 13/7/80, 26 años).9. Francisco Jordán Rodríguez (de origen salvadoreño, Barrio La Cruz, Chichigalpa, 29/4/80, 25 años).10. Eduardo Orellana Pacheco (Barrio Concepción, Chichigalpa, 22/5/80)11. Jimmy Cabezas Díaz (Estelí, 14/5/80, 26 años).12. Ulises Castil Blanco (Estelí, 9/5/80, 23 años).13. Leticia Herrera Sánchez “Vicki” o “Miriam” (León, 1/8/80, 31 años).14. Telésforo Solano (Ingenio San Antonio, Chichigalpa, 21/5/80, 30 años).15. Magno Berby Mercado (Barrio Sutiaba, León, 14/5/80, 37 años).16. Octavio Porras (León, 26/5/80, 36 años).17. Bayardo Ramírez (Ingenio San Antonio, 17/5/80, 28 años).18. Guillermo Najarro Solís (Ingenio San Antonio, Chichigalpa, 22/4/80, 26 años).19. Adolfo Galeano “Fito” (Comarca El Tololar, Posoltega, Chinandega, 26/4/80, 51 años).20. Walter Flórez Borge “Fabricio” (Chichigalpa, 13/5/80, 25 años).21. Wiler Palavicini (Posoltega, Chinandega, 13/7/80, 21 años).22. Juan Antonio Valdivia “Plutarco” (Ingenio San Antonio, Chichigalpa, 13/5/80, 39 años).23. Luis Pérez Carmona (Colonia Zapatera, Ingenio San Antonio, Chichigalpa, 25/4/80, 25 años).24. Humberto Flórez Somarriba (Chichigalpa, 20/5/80, 50 años).25. Juan Lorenzo Santana “El negro Santana” (Chichigalpa, 18/7/80, 30 años).26. Juan Quezada (Barrio Las Mercedes, Chichigalpa, 28/5/80, 35 años).27. Lenín Valle Pérez (Barrio San Felipe, León, 15/6/80, 25 años).28. José Álvarez Lobo (Chinandega, Barrio La Garracha, 22/7/80, 42 años).29. Francisco Centeno (Estelí, 17/5/80).30. René Altamirano (Chichigalpa, Barrio El Pueblito, 14/5/80, 34 años).31. María Antonia García (Ingenio San Antonio, 2/5/80, 30 años).32. Guadalupe Quezada de Cordero (Barrio Sutiaba, León, 30/4/80, 25 años).33. María Bernarda Morales de Pantoja (Barrio Ermita de Dolores, León, 20/7/80, 22 años).Entrevistas realizadas por la autora a brigadistas y miembros del Comité de Investigaciones Históricas1. Luis Alfredo Lobato Blanco (Managua, 19 de julio de 1999).2. Iván Romero Arrechavala (Managua, 15 de agosto de 1999).3. Margarita Vanini Pertieri (Managua, 25 de agosto de 1999).4. Adalberto Santana (México, 25 de enero de 2000, respuestas realizadas vía correo electrónico).5. Manuel Ortega Hegg (Managua, 2 de agosto de 1999).6. José Salomón Delgado (15 de julio de 1999).