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56
C
uando propusimos crear
un archivo oral en
el Centro Cultural de la Cooperación (CCC),
pensamos en la necesidad de “guardar la me
-
moria” de aquello que constituye la esencia misma
de la institución: el trabajo de los intelectuales. De
allí nació este archivo que trabaja sobre la subjetivi
-
dad, la política y la oralidad de los
intelectuales, y su infuencia en
la realidad argentina y latinoa
-
mericana.
A partir de una reunión
preliminar con las autoridades
del CCC surgió el primer
problema por resolver: cuál
es el signifcado de la palabra
“guardar” para una institución
que trabaja fundamentalmente
con el presente. Para el CCC, los
objetos y la memoria del pasado
no se presentaban como una opción
prioritaria. Si bien la idea de archivo
estaba presente en las discusiones, la cuestión pasaba
por “qué cosas guardar y qué cosas tirar”.
El segundo paso fue, entonces, hacer que la historia
oral tuviera un espacio en el Centro Cultural de la
Cooperación para crear conciencia de la necesidad y
utilidad de guardar memorias de intelectuales mientras
comenzábamos a pensar el archivo.
Fue en la segunda reunión cuando escuchamos
lo que hoy consideramos “las palabras mágicas”
Subjetividad,
política y oralidad
Un archivo en construcción en el
Centro Cultural de la Cooperación
de parte de la responsable de la biblioteca (la
biblioteca y la mediateca de la que formaría parte
el archivo oral se encuentran en la Unidad de
Información del CCC). Mirtha Villalba nos dijo:
Nosotros estuvimos pensando mucho tiempo antes
de hacer esta biblioteca. Esta biblioteca
fue pensada antes de construir el
edifcio y el arquitecto diseñó este
lugar para la biblioteca.
Estas frases nos mostraban
la posibilidad de hacer las cosas
despacio y de manera efciente.
Un archivo podía ser pensado.
Acto seguido, Pablo D´Amico,
el
webmaster
, nos informó que
todo debía hacerse con
software
libre. Debíamos adaptar todos
nuestros materiales a ese sistema.
Al día siguiente comenzamos un
trabajo que aún continúa: la construcción de un
archivo oral.
La historia oral y su utilidad
en el presente
Nuestro punto de partida fue refexionar sobre
la relación entre pasado y presente, el lugar de la
historia oral en la interpretación de esa relación y
el papel de quienes, como historiadores, debemos
V O C E S D E B U E N O S A I R E S
Nuestro punto de partida fue
reflexionar sobre la relación
entre pasado y presente, el lugar
de la historia oral en la interpre
-
tación de esa relación y el papel
de quienes, como historiadores,
debemos desplegar nuestra mirada
retrospectiva desde un presente
poblado de conflictos y tensiones
políticas, sociales y económicas.
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57
Autoras
Alexia Massholder y Graciela Browarnik
Becarias del Centro Cultural de la Cooperación
Subjetividad, política y oralidad
desplegar nuestra mirada retrospectiva desde un
presente poblado de confictos y tensiones políticas,
sociales y económicas. En este contexto pensamos
que debíamos analizar ese pasado incorporando
las memorias y los relatos de intelectuales
que, como sujetos históricos, han participado
activamente en el desarrollo de la historia argentina
y latinoamericana. Para fundamentar nuestra
decisión recurrimos a los argumentos de los
“padres fundadores” de la historia oral.
Según Philippe Joutard, uno de los iniciadores
de la disciplina en el ámbito europeo, la historia
oral (es decir, la interpretación del pasado a partir
de testimonios orales) se remonta al origen mismo
de la palabra “historia”. Así, Heródoto y Tucídides
habían recurrido a los relatos de testigos para
averiguar cuáles eran “las cosas que les habían
sucedido a los griegos”. Otros “fundadores” de la
historia oral moderna, como el belga Jean Vansina,
se interesaron por la transmisión de generación en
generación de los elementos de la historia africana
en sociedades que no utilizaban otra técnica que
la oralidad para transmitir sus saberes. Al mismo
tiempo, teóricos ingleses y norteamericanos,
generalmente de izquierda, interesados en la
historia de la clase obrera, como Paul Thompson o
Richard Grele, avanzaron en el sentido de utilizar
la historia oral para “dar voz a los que no tienen
voz”, pero también para encontrar elementos que
no aparecían en los documentos escritos. En ese
sentido, la historia oral es también otra forma de
militancia activa.
En el caso de Latinoamérica, la historia oral
nos llega en realidad de la mano de la antropología
y de la sociología. Estas disciplinas aportaron
sus técnicas para aprender a realizar entrevistas
cualitativas que buscaban lo que Clifford Geertz
llamó “una descripción densa”. También fue
Clifford Geertz quien aportó elementos para
comprender el lugar del entrevistador en la
situación de entrevista.
En México, instituciones de renombre como
el Instituto Mora y el Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH) fueron los artífces
de la creación en 1956 del Archivo Sonoro del
Instituto Nacional de Antropología e Historia de
México y del Archivo de la Palabra que el propio
INAH estableció en 1972. Estas instituciones y,
en Brasil, el Programa de Historia Oral CPDOC
(Centro de Pesquisa e Documentaçao de História
Contemporânea do Brasil) en la
Fundación Getulio
Vargas pueden considerarse los precursores de la
historia oral en Latinoamérica.
Los antecedentes de la historia oral en la
Argentina tal vez se encuentren en la llegada al
país del libro
Los hijos de Sánchez
, de Oscar Lewis,
posiblemente en la década de 1950. Este libro fue
utilizado por antropólogos y sociólogos como
modelo para realizar sus entrevistas. A partir de
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58
allí, podemos rastrear el uso de la historia oral
en el Instituto Di Tella durante la década del 60,
archivo en el que se destaca la labor del Dr. Juan
Carlos Torre, y más tarde en el CEDES (Centro
de Estudios de Estado y Sociedad), institución
en la que surge un grupo de historiadores y
sociólogos que producen y utilizan fuentes
orales como Elizabeth Jelin, Juan Ruibal (que
creará el Programa de Historia Oral del Museo
Roca), Dora Schwarzstein (que fundará en la
década de 1990 el Programa de Historia Oral
de la UBA), Diego Armus, y Mirtha Zaida
Lobato, entre otros. Casi en forma paralela,
Hebe Clementi, desde la Dirección Nacional del
Libro y la Fundación Otra Historia, comienza a
producir experiencias y prácticas
de historia oral que se ven
plasmadas en el Programa
Cultural en Barrios y los
talleres del Instituto Histórico
de la Ciudad de Buenos Aires,
dirigido por Liliana Barela.
Todos estos esfuerzos
se hallan institucionalizados
actualmente a través de la
Asociación Internacional
de Historia Oral (IOHA), el
Colectivo Latinoamericano
de Historia Oral y la Asociación
de Historia Oral de la República Argentina
(AHORA) y muchas instituciones, entre ellas
Memoria Abierta, la Asociación Anahí, HIJOS,
el IDES, la Dirección General Patrimonio e
Instituto Histórico, el Instituto Gino Germani,
el Cedinci (Centro de Documentación e
Investigación de la Cultura de Izquierdas en
Argentina), la Universidad Torcuato Di Tella, el
Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos,
la Fundación Memoria del Holocausto y la
Escuela Técnica ORT, entre otras, poseen
archivos basados en fuentes orales.
El Centro Cultural de la Cooperación se ha
convertido en los últimos años en un activo polo
de creación de experiencias relacionadas con
una postura antiimperialista, antidogmática,
latinoamericanista y marxista. En ese sentido,
pensamos que la creación de un archivo oral
serviría para registrar el proceso de creación
de muchas investigaciones del CCC y, por
ser la historia oral parte de un movimiento
transformador, frente a las formas hegemónicas
de hacer historia, permitiría fundar un archivo
con características propias:
no una simple
sumatoria de testimonios sino un espacio en el
cual escuchar y multiplicar las voces de quienes
participaron y quienes seguirán participando en
la lucha.
Importancia de la creación
de un archivo oral
A pesar de la resistencia hacia la historia oral
en muchos ámbitos, el uso de testimonios orales
es cada vez mayor. En este punto
conviene aclarar que el uso de
testimonios orales para una
investigación no signifca hacer
historia oral. Hacer historia
supone el manejo de los
procedimientos específcos de
la disciplina en lo referente, en
este caso, al tratamiento de las
fuentes. La historia oral implica
respetar dichos procedimientos,
con la posibilidad de “crear”
por parte del historiador su
propia fuente de trabajo. Para el
historiador, la fuente oral, como cualquier otra
fuente, debe ser tratada con rigurosidad y con
conciencia de las limitaciones que todas ellas
suponen.
El archivo oral no representa algo menos
importante que un archivo escrito, sino algo
diferente, como es también un archivo fotográfco.
En este sentido, la creación de un archivo oral en
la Unidad de Información supone una ampliación
enriquecedora de las fuentes consultables por
la comunidad. El proyecto también apunta a
involucrar a los investigadores del CCC en el
proceso de creación del archivo, en tanto pretende
brindarles un conjunto de pautas y técnicas que
les permitan “optimizar” el uso de las entrevistas
y facilitar su inclusión en el archivo según los
criterios organizativos defnidos.
Las pautas de clasifcación transmitidas a los
(...) el uso de testimonios
orales es cada vez mayor. En
este punto conviene aclarar que el
uso de testimonios orales para una
investigación no significa hacer
historia oral. Hacer historia supone
el manejo de los procedimientos
específicos de la disciplina en lo
referente, en este caso, al trata
-
miento de las fuentes.
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59
investigadores que puedan aportar sus entrevistas
al archivo son importantes, dada la diversidad de
disciplinas que utilizan la oralidad como medio
para desarrollar sus investigaciones. Por lo tanto,
“se hace necesario que los archiveros tengan
una estrecha colaboración con los investigadores
orales y, de forma conjunta, establezcan unos
criterios metodológicos concretos y precisos para
la creación de documentos orales, de manera que
estos se puedan integrar más fácilmente en los
archivos y sean también útiles para los usuarios”.
1
La intención es ofrecer a los investigadores
la posibilidad de capacitarse en lo referente a
la creación de fuentes documentales orales.
2
La
capacitación resulta fundamental para hacer de
la “subjetividad” un campo que enriquezca los
alcances de la investigación. En este sentido, la
entrevista permite no sólo el acceso a nuevos
datos, que por supuesto deben ser verifcados
mediante el contraste con otras fuentes, sino que
abre el camino a las miradas y lecturas que los
sujetos hacen de los procesos investigados.
El archivo oral posibilita, y quizá sea esto
lo más importante, la preservación
de una
parte de nuestra historia, y permitirá a futuras
generaciones escuchar las “voces” vivas de
nuestra sociedad. Las posibilidades tecnológicas y
la creciente importancia del audiovisual permiten
un registro y una preservación de los testimonios
orales sin precedentes.
Entrevistar a intelectuales
Es común entre los historiadores pensar
que las reglas sobre “cómo entrevistar” pueden
aplicarse a distintos tipos de entrevistas. Sin
embargo, no trabajamos de la misma manera
al registrar una historia de vida que cuando
buscamos información específca en el marco
de una investigación. En este apartado nos
detendremos en algunas particularidades que
presenta el trabajo con intelectuales.
En todos los casos es conveniente realizar
un trabajo previo que permita al entrevistador
optimizar los resultados (por ejemplo, para
luego analizar contradicciones entre lo escrito
por el entrevistado y el discurso desarrollado
en la entrevista). En el caso de los intelectuales,
su producción escrita permite un primer
acercamiento a las características de su discurso
y, en consecuencia, refexionar sobre las formas
posibles de “romper” respuestas demasiado
estructuradas durante la entrevista. “La historia
oral introduce lo irracional donde el documento
escrito racionaliza o establece ideologías”,
afrma Philippe Joutard. “El gran mérito de
la historia oral es sacar a la luz realidades
que encontraríamos tal vez esparcidas en la
inmensidad de lo escrito, pero imposibles de
distinguir si uno no está sensibilizado para ello”.
3
De esta forma, se puede “desestructurar”
un discurso (o por lo menos, intentarlo) que
cuenta, en la mayoría de los casos, con una fuerte
elaboración previa. Una forma de hacerlo es
indagar “olvidos”, “omisiones” y “sentidos”, que
el intelectual presenta en su discurso. Es válido
recordar aquí que el historiador oral construye sus
datos, no los recopila como si estuvieran siempre
allí aguardándolo. No es un desenterrador de
memorias momifcadas, pero tampoco resucita
recuerdos inexistentes.
4
Si bien el discurso “estructurado” no es
patrimonio exclusivo de los intelectuales, es
importante destacar que éstos escriben para
un público y, en su papel de fguras públicas,
constituyen un grupo con una considerable
dependencia respecto de lo que son, de la imagen
que tienen de sí mismos y de la imagen que los
demás tienen de ellos.
5
En el trabajo del historiador con fuentes
orales se hace necesario tener presentes algunas
particularidades a la hora de entrevistar
intelectuales:
1. Por lo general, su discurso no fuye
espontáneamente, sino que fue previamente
sometido a un proceso racionalizador.
2. Además de hablarle al entrevistador, el
entrevistado
6
puede estar hablándole a otros.
Estos “otros” incluyen el público que los legitima
y los “acepta” como intelectuales, en tanto
portadores de una “interpretación autorizada del
mundo”,
7
y otros miembros del campo intelectual.
Dentro de este último, los intelectuales sostienen
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60
relaciones de competencia y de complementariedad
funcional que ayudan a legitimarlos como
miembros de dicho campo. Y cada uno de ellos
debe una parte más o menos grande de sus
características al lugar que ocupa en este sistema de
posiciones u oposiciones.
8
En el caso de un intelectual orgánico –y de
intelectuales estrechamente vinculados a una
militancia partidaria–, a estas consideraciones se
suman otros dos aspectos muy relevantes:
1. Es posible que no hayan escrito –o al menos,
no hayan publicado– acerca de determinados
temas debido a que la “memoria” del partido al
que pertenecen estuvo relacionada con una historia
tradicionalmente producida o supervisada por sus
autoridades políticas.
9
2. En todo partido político hay un punto
de vista expresado en el discurso ofcial, que
tiene, según Pierre Bourdieu, tres funciones:
asignar a cada uno lo que es, emitir directivas
acerca de lo que cada uno debe hacer, y decir
lo que cada uno ha hecho realmente a través
de los informes autorizados.
10
En el caso de los
intelectuales pertenecientes a un partido, el estilo
y el lenguaje de la narración probablemente hayan
sido tomados de discursos existentes.
11
En ese
sentido, la referencia a modelos estereotípicos de
interpretación, en lugar de memorias personales,
no es infrecuente.
12
Al trabajar con intelectuales resulta central
tratar de seguir las líneas de pensamiento y
argumentativas a través del relato. La forma en
la que se organiza el discurso permite ver mucho
más que una simple narración. Y el modo en que
los materiales de historia son ordenados por los
narradores para contar la historia revela mucho de
las relaciones de los hablantes con su historia. La
subjetividad es asunto de la historia tanto como
lo son los “hechos” más visibles. Lo que creen los
informantes es en verdad un hecho
histórico.
13
Si se
analiza profundamente, se puede obtener mucha
más información acerca de sus escalas de valores,
la signifcación relativa de diferentes hechos y el
peso de los “olvidos” (voluntarios o involuntarios)
con relación a los temas tratados. Al interrumpir,
14
como dice Ronald Grele,
15
el entrevistador irrumpe
con su propia ideología y sus escalas valorativas.
Esto aumenta las posibilidades del entrevistado de
“desviar” el discurso, trasladando la interacción
entrevistador-entrevistado hacia el plano de
un posible “diálogo ideológico”. Si una de las
características de un intelectual es el manejo de
la justifcación (y autojustifcación), es probable
que en su evolución haya cambiado de postura
y “choque” con sus posturas pasadas, “en la
medida en que quienes se encuentran involucrados
se sienten obligados a defender y justifcar sus
acciones corrientes”.
16
Pero se ha subrayado anteriormente la
importancia del entrevistador para tratar de
“desarticular” el discurso del intelectual. ¿Cómo
proceder entonces? El abanico de posibles
formas de entrevista (individual, colectiva, taller,
estructurada, semiestructurada) es variado. Como
hemos expresado más arriba, cada entrevista
debe ser pensada y estructurada a la luz de las
características del entrevistado y de la situación en
que la misma transcurre.
Otra cuestión es el carácter “hermético”
de determinados grupos o temas. Las causas
pueden variar, pero importa tener presente que
muy pocas elites están dispuestas a reconocer
los manejos secretos, las fallas y los errores que
sus respectivas organizaciones desean ocultar.
Imaginar por un momento que, por el hecho de
que la verdad esté fresca en sus mentes podrán
expresarla y registrarla en cualquier momento
es demostrar una confanza conmovedora en la
capacidad de autocrítica pública.
17
El tiempo y la
distancia pueden ejercer, según Trevor Lummis,
notable infuencia en este sentido, ya que cuanto
más lejos se encuentra una persona del autointerés
o de sacar ventajas por proporcionar una visión
particular de un acontecimiento, es más probable
que emerja un testimonio auténtico. De todas
formas, la afrmación no debe llevar a considerar
que por el simple hecho de la distancia temporal,
el testimonio refeje lo que realmente pasó. Hay
muchos otros factores que inciden en la forma
de recordar un acontecimiento pasado. Uno de
ellos es lo que Lummis denomina “intensidad
emocional”, que permite a una persona tener un
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61
recuerdo mucho más claro de un acontecimiento
signifcativo emocionalmente (por más lejano que
haya sido) que de un hecho ocurrido poco antes.
A la hora de trabajar con intelectuales se
agrega una tarea más a la labor del historiador:
tener siempre presente que aunque su discurso
resulte “monolítico”, su mentalidad puede no serlo.
Los diferentes orígenes sociales de los intelectuales
aumentan la heterogeneidad de visiones, hábitos y
escalas valorativas.
18
Por otra parte, su preparación
como intelectuales los hace más propensos al
cambio y la reelaboración permanente de sus
puntos de vista. Los ámbitos de sociabilidad y la
misma convivencia en un campo intelectual los
pone en constante contacto con nuevas experiencias
e ideas. Se suma entonces la tarea de analizar
(contrastando con fuentes escritas y
otros testimonios, por ejemplo)
si lo relatado por el entrevistado
es lo que para él (sea así o
no) signifcó un determinado
acontecimiento en el momento
en el que éste ocurrió, o si la
memoria aparece aquí creando
nuevos signifcados para
experiencias pasadas. Este es un
terreno ampliamente explorado
por Paul Ricoeur, quien sostiene
que el problema de la representación del pasado
no comienza con la historia sino con la memoria.
19
La cuestión no es sencilla y llama a una constante
refexión por parte del historiador que trabaje con
fuentes orales. Retomando las palabras de Lummis,
la memoria se construye a partir de ideologías
pasadas y presentes y no es una impresión evocada
de las cosas tal como fueron.
20
Una de las ventajas
que brinda la historia con fuentes orales es que
el intelectual, al tiempo que da su testimonio,
puede refexionar retrospectivamente con la
libertad (quizá siempre relativa en el caso de los
intelectuales por estar ligados a la aceptación
pública) de estar hablando en un momento en que
la ideología dominante ha cambiado.
El tratamiento de las fuentes orales
en el archivo
Las particularidades de las fuentes orales
requieren de formas de clasifcación particulares.
“Las funciones básicas de cualquier archivo
se pueden concretar en: La adquisición de
documentos, por diversas vías como la compra,
donación, intercambio, etc. La descripción
de
los documentos, por medio de instrumentos
archivísticos como los inventarios, catálogos,
etc. El acceso a la documentación para regular
su consulta. La preservación
que asegura la
integridad y durabilidad de los documentos”.
21
Problematizaremos a continuación cada una
de dichas funciones:
1) Adquisición
La compra de materiales presenta el
problema de los recursos y requiere además
de un relevamiento de todos los
materiales para determinar
prioridades. Descartamos por
el momento esta instancia de
adquisición.
El trabajo inicial debe
abarcar dos líneas principales:
la “digitalización” de los
materiales ya existentes en el
CCC y la creación de fuentes
para el archivo. Con respecto a
este último punto, es fundamental
el trabajo conjunto con todos aquellos miembros
del CCC que realicen entrevistas a fn de:
proporcionarles herramientas teóricas de trabajo,
facilitarles el permiso legal para la inclusión de
la entrevista en el archivo y darles a conocer las
pautas de entrega de la entrevista (resumen del
contenido, datos del entrevistado, palabras clave,
etc.).
Habiéndonos contactado con personas de
diversos archivos, se han abierto posibilidades
de intercambio y donación de materiales. Para
ello es necesario dotar al archivo de una cantidad
considerable de materiales para llevar adelante el
intercambio.
2) Descripción
El primer paso en la descripción del material
que ingresa al archivo es el registro de entrada, es
decir, la inscripción sistemática y obligatoria de
(...) el problema de la
representación del pasado no
comienza con la historia sino con la
memoria. La cuestión no es sencilla
y llama a una constante reflexión
por parte del historiador que trabaje
con fuentes orales.
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62
todas las entradas, generalmente numeradas según
el orden cronológico, que sirve como prueba legal
de la aceptación del documento por parte de los
servicios de archivo.
El Departamento de Fuentes Orales del Archivo
Histórico de la Ciudad de Barcelona (AHCB) recoge
los siguientes datos en el registro de entrada:
a. Número de registro del soporte.
b. Fecha de recepción o de entrada.
c. Nombre del testimonio o testimonios.
d. Tema o temas del documento.
e. Nombre de la colección o del proyecto.
f. Fecha de grabación original (año, día y mes).
g. Lugar de grabación.
El segundo paso debería ser la
confección de un catálogo con las
fchas de todas las entrevistas
del archivo. Cada una de las
fchas deberá incluir como
mínimo los siguientes datos:
a. Datos del entrevistado:
• Nombre o seudónimo.
• Fecha de nacimiento.
• Ocupación actual.
• Ocupación al momento del
tema central tratado.
b. Datos de la entrevista:
• Nº de registro de entrada.
• Fecha y lugar de la entrevista.
• Tema central.
• Palabras clave.
• Resumen.
• Duración.
• Soporte (sonoro, escrito, etc.).
• Fecha de realización de copias.
• Condiciones de uso.
En caso de contar con la ayuda de técnicos,
podrá especifcarse, además del tipo de soporte
(CD-ROM, CD- audio, etc.), la frecuencia del
muestreo (48 Khz), el número de bits de medida de
la señal sonora (8 bits, 16, bits, etc.), y el formato de
los fcheros (WAVE, AIFF).
c. Datos del entrevistador:
- Nombre.
- Pertenencia institucional.
- Proyecto en el que se inserta la entrevista.
3) Preservación
La preservación de los documentos requiere
de varias instancias. Mencionamos anteriormente
la necesidad de digitalizar los materiales que aún
se encuentren en cintas grabadas, pero a
fnes de
optimizar los resultados debemos ser conscientes
de que esto no implica simplemente copiar el
contenido de una cinta al soporte digital, sino que
es conveniente “conocer las diversas técnicas de
tratamiento del sonido, y a veces utilizar fltros
y programas informáticos para la restauración
y limpieza”.
22
Hay que considerar
asimismo el problema de la
compresión de la información
para “ahorrar” espacio, dado que
la calidad del sonido original
puede resultar perjudicada.
Para mejorar las instancias
de preservación del testimonio
es conveniente contar con la
transcripción de cada una de
las entrevistas del archivo.
Según el
Dictionary of Archival
Terminology,
23
la transcripción es
“poner por escrito, palabra por
palabra, en forma mecanografada o
impresa, un texto hablado”.
Contar con las transcripciones de los
documentos orales del archivo presenta algunos
obstáculos, tales como los costos en tiempo y dinero,
pero sin duda brinda una serie de ventajas, entre
las que podemos mencionar un más fácil acceso a la
consulta del testimonio, el necesario chequeo de los
apellidos y nombres de lugares mencionados que no
sean de fácil comprensión auditiva y la entrega al
testimoniante de una copia de la transcripción como
muestra de agradecimiento por permitir la inclusión
del testimonio en el archivo.
Por supuesto que por más detallada que sea la
transcripción, nunca podrá refejar la complejidad
y riqueza del documento sonoro. Esto plantea
numerosos problemas vinculados a los criterios para
Para mejorar las instancias
de preservación del testimo
-
nio es conveniente contar con la
transcripción de cada una de las
entrevistas del archivo. Según el
Dictionary of Archival Terminolo
-
gy, la transcripción es “poner por
escrito, palabra por palabra, en
forma mecanografiada o impresa,
un texto hablado”.
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63
transcribir. Es decir, la forma en la que, por ejemplo,
representamos los ruidos, interrupciones, silencios,
gestos y estados emocionales que aparecen en el
testimonio y que permiten una mayor aproximación
al momento y la realidad de la entrevista. El AHCB
(Arxiu Históric de la Ciutat de Barcelona), por
ejemplo, propone los siguientes criterios:
• Lenguajes gestuales o no verbales entre paréntesis.
Ej.: (frunce el ceño), (suena el teléfono), (leyendo),
(aplaude), etcétera.
• Palabras no mencionadas, tales como nombres
incompletos, entre corchetes. Ej.: Robi [Roberto
Santucho], etcétera.
• Silencios representados por puntos suspensivos,
en los que cada punto representa un segundo.
• Los fragmentos confusos o imposibles de
transcribir se representan con una línea horizontal
de extensión aproximada a la palabra o frase.
• Citas textuales o reproducción de diálogos entre
comillas.
• Títulos de obras, diarios, etc., en cursivas.
El acceso a la información
y el problema legal
Como toda refexión acerca de cómo armar
un nuevo archivo, nuestro trabajo comenzó con
un “estado de la cuestión” de los archivos orales
constituidos hasta el momento, para defnir un
diseño que se adecuara a las necesidades del
Centro Cultural de la Cooperación.
Este recorrido comenzó con el análisis de
archivos de otros países. El primer paso se orientó
a la investigación de las formas de acceso de la
información.
La British Library posee un catálogo específco
dedicado a la historia oral, en el cual se ordenan
temáticamente las entrevistas (que abordan temas
tan diversos como la historia de la medicina y la
del comunismo inglés) y se accede a una breve
descripción de cada una.
El Instituto Internacional de Historia
Social, con sede en Ámsterdam, solo cuenta con
colecciones de otras instituciones, pero no tiene
acceso en línea a las mismas.
La Fundación Getulio Vargas de Río de
Janeiro, en cambio, permite acceder en línea a las
entrevistas, previo permiso de la institución.
El American Institute of Physics (AIP) posee
un área de historia oral donde se pueden consultar
en línea entrevistas a los físicos más importantes de
la historia científca.
Nos resultó sumamente interesante el archivo
oral de la ONG Betselem, una organización de
derechos humanos israelí pro Palestina que publica
en línea sus entrevistas, en las que israelíes y
palestinos critican al Estado de Israel, con el riesgo
que esto implica para los entrevistadores y los
entrevistados.
En cuanto a las instituciones nacionales,
algunas, como el Cedinci,
solo dedican en su
página un párrafo destinado a informar la cantidad
de entrevistas que poseen. El Archivo de Historia
Oral de la Argentina Contemporánea (1958-2003)
del Instituto Gino Germani ofrece la consulta
en sede de sus entrevistas; da ejemplos de los
entrevistados y la cantidad de entrevistas pero no
incluye datos específcos, como horarios y días
de atención, sino la dirección electrónica de los
responsables del archivo, lo que parece ser la forma
de acceder a la información. Lo mismo sucede
con el archivo del Instituto Di Tella, del que este
archivo parece ser una derivación.
Memoria Abierta ofrece en línea el listado de
las entrevistas, pero la consulta es en la sede de
la fundación. Las mismas están editadas y solo se
puede acceder a los originales mediante permiso
especial.
En el Archivo Nacional de la Memoria hasta el
momento solo se accede por medio de un permiso
especial.
El archivo oral del Programa de Historia Oral
de la Universidad de Buenos Aires se encuentra en
proceso de formación, por lo que aún no puede ser
consultado en forma masiva. El Archivo de Historia
Oral de la Dirección General de Patrimonio e
Instituto Histórico puede ser consultado en la
sede, previa cita con los encargados del Área de
Historia Oral.
Por último, el Archivo Cooperativo posee
un catálogo a través del cual se puede acceder
a un listado temático y otro alfabético de las
entrevistas y a sus fchas, donde se las describe
exhaustivamente.
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64
Este recorrido nos llevó a refexionar acerca
de las posibilidades de establecer un archivo en
línea. Esto derivó en una nueva fase de nuestro
trabajo: los problemas legales en la difusión de
entrevistas orales. Luego de consultar a varias
instituciones, como Memoria Abierta, Betselem,
Programa de Historia Oral de la UBA, Archivo de
Historia Oral de la Dirección General Patrimonio
e Instituto Histórico, leer las leyes de
hábeas data
y de derecho de autor y consultar a los editores
y abogados de la institución, tomamos conciencia
de las difcultades de colocar en un espacio de
dominio público entrevistas que pueden traer algún
tipo de riesgo a los entrevistados. Por lo tanto,
diseñamos un permiso legal que contemple todas las
opciones posibles para proteger al entrevistado y al
entrevistador y permitir al mismo tiempo la consulta
de la información.
En esta fase del trabajo de campo, pudimos
ver que Memoria Abierta utiliza un permiso legal
en el cual entrevistado y entrevistador ceden todos
sus derechos, aun el de comercialización de la
información a la institución. En el caso del Programa
de Historia Oral de la UBA, no hay cesión de
derechos. El Instituto Histórico no posee permiso
legal, aún. La Universidad de California trabaja con
un permiso que tiene en cuenta una gran variedad
de posibilidades (consulta en sede, utilización para
fnes educativos y culturales, consulta en línea, etc.)
y la ONG Betselem ha diseñado un permiso que
debe ser frmado por un abogado.
Por último, luego de investigar acerca de los
modelos de catálogo de consulta y de fcha de los
documentos existentes, diseñamos un catálogo
original y una fcha.
Archivo oral del Centro Cultural
de la Cooperación
Entrevista número:
Signatura:
Fecha de realización:
Entrevista a:
Entrevistador/a:
Transcriptor/a:
Contenido:
Palabras clave:
Condiciones de uso:
Estado de conservación:
Referencias biográfcas:
Referencias bibliográfcas:
Referencias documentales:
Un espacio para la historia oral
El archivo oral “Subjetividad, política y
oralidad” comenzó sus actividades para la creación
de un espacio para la historia oral en el CCC,
paralelamente a las acciones destinadas a sentar
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NOTAS
1
Lluís Ubeda Queralt, “El tratamiento archivístico y
documental de las fuentes orales”, en revista
Historia Oral
(Asociación Brasilera de Historia Oral), N° 7, junio del 2004.
El autor es el responsable del Departamento de Fuentes
Orales del Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona.
2
A diferencia del “documento sonoro” que incluye cualquier
tipo de grabación (música, por ejemplo), con “documento
oral” nos referimos a “grabaciones sonoras de palabra,
entendiendo el concepto oral o la oralidad como el modo
de transmisión en el tiempo de los hechos y datos recogidos
por la memoria de las personas, en íntima relación con sus
propias trayectorias existenciales”. Definición incluida en
Lluís Ubeda Queralt,
op. cit.
3
Philippe Joutard,
Esas voces que nos llegan del pasado
, Buenos
Aires, Fondo de Cultura Económica, 1999, p. 308.
4
Jorge E. Aceves, “Las fuentes de la memoria: problemas
metodológicos”, en
Voces Recobradas,
Nº 7, 2000.
5
Pierre Bourdieu, “Campo intelectual y proyecto creador”, en
Problemas del estructuralismo,
México, Siglo XXI, 1971, p. 145.
6
En este trabajo se hacen coincidir historiador y entrevistador.
7
Karl Manheim,
Ensayos sobre la sociología de la cultura,
Madrid, Aguilar, 1963, p. 151.
8
Bourdieu, “Campo intelectual...”
op. cit.
, pp. 167-168.
9
Pierre Nora, “Pour une historie au second degré”, en
Le
Débat
, Nº 122, 2002.
Especialmente, en un partido con una
conducción poco abierta al debate.
10
Pierre Bourdieu, “Espacio social y poder simbólico”, en
Cosas dichas
, Buenos Aires, Gedisa, 1988, p. 139.
11
Véase al respecto el trabajo de Daniela Koleva,
“Remembering communism: official and unofficial
discourses”, en XI Conferencia Internacional de Historia Oral,
vol. II, Estambul, IOHA, junio de 2000, pp. 554-556.
12
Koleva,
op. cit.
, p. 555.
13
Alessandro Portelli, “Lo que hace diferente a la historia
oral”, en Dora Schwarzstein (comp.),
La historia oral
, Buenos
Aires, Centro Editor de América Latina, 1991, p. 42.
14
Los riesgos de interrumpir el relato son variados y han
sido tratados por muchos autores. Véanse: Ronald Grele, “La
historia y sus lenguajes en la entrevista oral: ¿quién contesta
las preguntas de quién y por qué?”, en
Historia y Fuente Oral
,
Nº 5, 1991.
15
Ronald Grele,
op. cit.
16
Trevor Lummis. “La memoria”, en Dora Schwarzstein
(comp.),
op. cit
., p. 85.
17
Lummis,
op. cit.
, p. 86.
18
Convendría, para el caso del PC, investigar acerca del
origen social de sus intelectuales.
19
Paul Ricoeur, “L’écriture de l’histoire et la représentation
du passé”, en
Annales
, Nº 4, 2000, pp. 731-747.
20
Lummis,
op. cit.
, p. 91.
21
Lluís Ubeda Queralt,
op. cit.
22
Ibídem.
23
International Council on Archives,
Dictionary of Archival
Terminology
, K. G. Saur Verlag Gmbh & Co, 1984.
las bases del archivo oral (relevamiento y trabajo
de campo para la defnición del marco legal y la
estructura física y organizativa del archivo).
El archivo fue presentado ofcialmente por
las becarias de la Unidad de Información Alexia
Massholder y Graciela Browarnik el 23 de junio
de 2008, junto con el Dr. Pablo Pozzi, director
del Programa de Historia Oral de la UBA, quien
disertó sobre las relaciones entre historia oral
y compromiso político. El 1º de julio, el Prof.
Daniel Plotinsky, responsable del Departamento
de Cooperativismo del Centro Cultural de la
Cooperación y director del Archivo Histórico
Cooperativo, nos introdujo en algunos aspectos
teóricos y metodológicos de la historia oral, a
partir de entrevistas a testigos de la formación del
movimiento cooperativo. El 4 de agosto se realizó
una actividad de cine-debate, con la proyección
del documental
El Tucumanazo
, de Diego Helueni
y Rubén Kotler. Este documental fue realizado
a partir de entrevistas orales. El debate fue
presentado, a sala llena, por varios panelistas,
entre los que se encontraban el historiador Rubén
Kotler y el experto en cine Pablo Martínez Levy;
fue coordinado por Alexia Massholder y Graciela
Browarnik y contó con la presencia de varios
entrevistados para el documental.
¿Por qué guardar memorias de
intelectuales?
En principio, sostenemos que los intelectuales
infuyen de una manera u otra en las sociedades a
las que pertenecen; como actores sociales pueden
crear, fortalecer o cerrar espacios de participación;
algunas veces infuyen en los gobiernos y en la
oposición escribiendo discursos, aconsejando
a presidentes, ministros u otros funcionarios;
otras, integran la vanguardia de movimientos
revolucionarios.
Preservar memorias de intelectuales sirve,
por ejemplo, para dar cuenta de las permanencias,
las continuidades y las contradicciones entre el
discurso y las prácticas, entre los discursos a través
del tiempo, o ante diferentes interlocutores.
Será tarea para los historiadores encontrar
esos quiebres, esas contradicciones y esas
continuidades.