image/svg+xml56Cuando propusimos crearun archivo oral en el Centro Cultural de la Cooperación (CCC), pensamos en la necesidad de “guardar la me-moria” de aquello que constituye la esencia misma de la institución: el trabajo de los intelectuales. De allí nació este archivo que trabaja sobre la subjetivi-dad, la política y la oralidad de los intelectuales, y su infuencia en la realidad argentina y latinoa-mericana. A partir de una reunión preliminar con las autoridades del CCC surgió el primer problema por resolver: cuál es el signifcado de la palabra “guardar” para una institución que trabaja fundamentalmente con el presente. Para el CCC, los objetos y la memoria del pasado no se presentaban como una opción prioritaria. Si bien la idea de archivo estaba presente en las discusiones, la cuestión pasaba por “qué cosas guardar y qué cosas tirar”.El segundo paso fue, entonces, hacer que la historia oral tuviera un espacio en el Centro Cultural de la Cooperación para crear conciencia de la necesidad y utilidad de guardar memorias de intelectuales mientras comenzábamos a pensar el archivo.Fue en la segunda reunión cuando escuchamos lo que hoy consideramos “las palabras mágicas” Subjetividad, política y oralidadUn archivo en construcción en el Centro Cultural de la Cooperaciónde parte de la responsable de la biblioteca (la biblioteca y la mediateca de la que formaría parte el archivo oral se encuentran en la Unidad de Información del CCC). Mirtha Villalba nos dijo:Nosotros estuvimos pensando mucho tiempo antes de hacer esta biblioteca. Esta biblioteca fue pensada antes de construir el edifcio y el arquitecto diseñó este lugar para la biblioteca.Estas frases nos mostraban la posibilidad de hacer las cosas despacio y de manera efciente. Un archivo podía ser pensado. Acto seguido, Pablo D´Amico, el webmaster, nos informó que todo debía hacerse con softwarelibre. Debíamos adaptar todos nuestros materiales a ese sistema. Al día siguiente comenzamos un trabajo que aún continúa: la construcción de un archivo oral. La historia oral y su utilidad en el presenteNuestro punto de partida fue refexionar sobre la relación entre pasado y presente, el lugar de la historia oral en la interpretación de esa relación y el papel de quienes, como historiadores, debemos V O C E S D E B U E N O S A I R E SNuestro punto de partida fue reflexionar sobre la relación entre pasado y presente, el lugar de la historia oral en la interpre-tación de esa relación y el papel de quienes, como historiadores, debemos desplegar nuestra mirada retrospectiva desde un presente poblado de conflictos y tensiones políticas, sociales y económicas.
image/svg+xml57Autoras Alexia Massholder y Graciela BrowarnikBecarias del Centro Cultural de la CooperaciónSubjetividad, política y oralidaddesplegar nuestra mirada retrospectiva desde un presente poblado de confictos y tensiones políticas, sociales y económicas. En este contexto pensamos que debíamos analizar ese pasado incorporando las memorias y los relatos de intelectuales que, como sujetos históricos, han participado activamente en el desarrollo de la historia argentina y latinoamericana. Para fundamentar nuestra decisión recurrimos a los argumentos de los “padres fundadores” de la historia oral.Según Philippe Joutard, uno de los iniciadores de la disciplina en el ámbito europeo, la historia oral (es decir, la interpretación del pasado a partir de testimonios orales) se remonta al origen mismo de la palabra “historia”. Así, Heródoto y Tucídides habían recurrido a los relatos de testigos para averiguar cuáles eran “las cosas que les habían sucedido a los griegos”. Otros “fundadores” de la historia oral moderna, como el belga Jean Vansina, se interesaron por la transmisión de generación en generación de los elementos de la historia africana en sociedades que no utilizaban otra técnica que la oralidad para transmitir sus saberes. Al mismo tiempo, teóricos ingleses y norteamericanos, generalmente de izquierda, interesados en la historia de la clase obrera, como Paul Thompson o Richard Grele, avanzaron en el sentido de utilizar la historia oral para “dar voz a los que no tienen voz”, pero también para encontrar elementos que no aparecían en los documentos escritos. En ese sentido, la historia oral es también otra forma de militancia activa.En el caso de Latinoamérica, la historia oral nos llega en realidad de la mano de la antropología y de la sociología. Estas disciplinas aportaron sus técnicas para aprender a realizar entrevistas cualitativas que buscaban lo que Clifford Geertz llamó “una descripción densa”. También fue Clifford Geertz quien aportó elementos para comprender el lugar del entrevistador en la situación de entrevista.En México, instituciones de renombre como el Instituto Mora y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) fueron los artífces de la creación en 1956 del Archivo Sonoro del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México y del Archivo de la Palabra que el propio INAH estableció en 1972. Estas instituciones y, en Brasil, el Programa de Historia Oral CPDOC (Centro de Pesquisa e Documentaçao de História Contemporânea do Brasil) en laFundación Getulio Vargas pueden considerarse los precursores de la historia oral en Latinoamérica.Los antecedentes de la historia oral en la Argentina tal vez se encuentren en la llegada al país del libro Los hijos de Sánchez, de Oscar Lewis, posiblemente en la década de 1950. Este libro fue utilizado por antropólogos y sociólogos como modelo para realizar sus entrevistas. A partir de
image/svg+xml58allí, podemos rastrear el uso de la historia oral en el Instituto Di Tella durante la década del 60, archivo en el que se destaca la labor del Dr. Juan Carlos Torre, y más tarde en el CEDES (Centro de Estudios de Estado y Sociedad), institución en la que surge un grupo de historiadores y sociólogos que producen y utilizan fuentes orales como Elizabeth Jelin, Juan Ruibal (que creará el Programa de Historia Oral del Museo Roca), Dora Schwarzstein (que fundará en la década de 1990 el Programa de Historia Oral de la UBA), Diego Armus, y Mirtha Zaida Lobato, entre otros. Casi en forma paralela, Hebe Clementi, desde la Dirección Nacional del Libro y la Fundación Otra Historia, comienza a producir experiencias y prácticas de historia oral que se ven plasmadas en el Programa Cultural en Barrios y los talleres del Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, dirigido por Liliana Barela.Todos estos esfuerzos se hallan institucionalizados actualmente a través de la Asociación Internacional de Historia Oral (IOHA), el Colectivo Latinoamericano de Historia Oral y la Asociación de Historia Oral de la República Argentina (AHORA) y muchas instituciones, entre ellas Memoria Abierta, la Asociación Anahí, HIJOS, el IDES, la Dirección General Patrimonio e Instituto Histórico, el Instituto Gino Germani, el Cedinci (Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas en Argentina), la Universidad Torcuato Di Tella, el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, la Fundación Memoria del Holocausto y la Escuela Técnica ORT, entre otras, poseen archivos basados en fuentes orales. El Centro Cultural de la Cooperación se ha convertido en los últimos años en un activo polo de creación de experiencias relacionadas con una postura antiimperialista, antidogmática, latinoamericanista y marxista. En ese sentido, pensamos que la creación de un archivo oral serviría para registrar el proceso de creación de muchas investigaciones del CCC y, por ser la historia oral parte de un movimiento transformador, frente a las formas hegemónicas de hacer historia, permitiría fundar un archivo con características propias:no una simple sumatoria de testimonios sino un espacio en el cual escuchar y multiplicar las voces de quienes participaron y quienes seguirán participando en la lucha. Importancia de la creación de un archivo oralA pesar de la resistencia hacia la historia oral en muchos ámbitos, el uso de testimonios orales es cada vez mayor. En este punto conviene aclarar que el uso de testimonios orales para una investigación no signifca hacer historia oral. Hacer historia supone el manejo de los procedimientos específcos de la disciplina en lo referente, en este caso, al tratamiento de las fuentes. La historia oral implica respetar dichos procedimientos, con la posibilidad de “crear” por parte del historiador su propia fuente de trabajo. Para el historiador, la fuente oral, como cualquier otra fuente, debe ser tratada con rigurosidad y con conciencia de las limitaciones que todas ellas suponen. El archivo oral no representa algo menos importante que un archivo escrito, sino algo diferente, como es también un archivo fotográfco. En este sentido, la creación de un archivo oral en la Unidad de Información supone una ampliación enriquecedora de las fuentes consultables por la comunidad. El proyecto también apunta a involucrar a los investigadores del CCC en el proceso de creación del archivo, en tanto pretende brindarles un conjunto de pautas y técnicas que les permitan “optimizar” el uso de las entrevistas y facilitar su inclusión en el archivo según los criterios organizativos defnidos. Las pautas de clasifcación transmitidas a los (...) el uso de testimonios orales es cada vez mayor. En este punto conviene aclarar que el uso de testimonios orales para una investigación no significa hacer historia oral. Hacer historia supone el manejo de los procedimientos específicos de la disciplina en lo referente, en este caso, al trata-miento de las fuentes.
image/svg+xml59investigadores que puedan aportar sus entrevistas al archivo son importantes, dada la diversidad de disciplinas que utilizan la oralidad como medio para desarrollar sus investigaciones. Por lo tanto, “se hace necesario que los archiveros tengan una estrecha colaboración con los investigadores orales y, de forma conjunta, establezcan unos criterios metodológicos concretos y precisos para la creación de documentos orales, de manera que estos se puedan integrar más fácilmente en los archivos y sean también útiles para los usuarios”.1La intención es ofrecer a los investigadores la posibilidad de capacitarse en lo referente a la creación de fuentes documentales orales.2La capacitación resulta fundamental para hacer de la “subjetividad” un campo que enriquezca los alcances de la investigación. En este sentido, la entrevista permite no sólo el acceso a nuevos datos, que por supuesto deben ser verifcados mediante el contraste con otras fuentes, sino que abre el camino a las miradas y lecturas que los sujetos hacen de los procesos investigados. El archivo oral posibilita, y quizá sea esto lo más importante, la preservaciónde una parte de nuestra historia, y permitirá a futuras generaciones escuchar las “voces” vivas de nuestra sociedad. Las posibilidades tecnológicas y la creciente importancia del audiovisual permiten un registro y una preservación de los testimonios orales sin precedentes. Entrevistar a intelectualesEs común entre los historiadores pensar que las reglas sobre “cómo entrevistar” pueden aplicarse a distintos tipos de entrevistas. Sin embargo, no trabajamos de la misma manera al registrar una historia de vida que cuando buscamos información específca en el marco de una investigación. En este apartado nos detendremos en algunas particularidades que presenta el trabajo con intelectuales.En todos los casos es conveniente realizar un trabajo previo que permita al entrevistador optimizar los resultados (por ejemplo, para luego analizar contradicciones entre lo escrito por el entrevistado y el discurso desarrollado en la entrevista). En el caso de los intelectuales, su producción escrita permite un primer acercamiento a las características de su discurso y, en consecuencia, refexionar sobre las formas posibles de “romper” respuestas demasiadoestructuradas durante la entrevista. “La historia oral introduce lo irracional donde el documento escrito racionaliza o establece ideologías”, afrma Philippe Joutard. “El gran mérito de la historia oral es sacar a la luz realidades que encontraríamos tal vez esparcidas en la inmensidad de lo escrito, pero imposibles de distinguir si uno no está sensibilizado para ello”.3De esta forma, se puede “desestructurar” un discurso (o por lo menos, intentarlo) que cuenta, en la mayoría de los casos, con una fuerte elaboración previa. Una forma de hacerlo es indagar “olvidos”, “omisiones” y “sentidos”, que el intelectual presenta en su discurso. Es válido recordar aquí que el historiador oral construye sus datos, no los recopila como si estuvieran siempre allí aguardándolo. No es un desenterrador de memorias momifcadas, pero tampoco resucita recuerdos inexistentes.4Si bien el discurso “estructurado” no es patrimonio exclusivo de los intelectuales, es importante destacar que éstos escriben para un público y, en su papel de fguras públicas, constituyen un grupo con una considerable dependencia respecto de lo que son, de la imagen que tienen de sí mismos y de la imagen que los demás tienen de ellos.5En el trabajo del historiador con fuentes orales se hace necesario tener presentes algunas particularidades a la hora de entrevistar intelectuales:1. Por lo general, su discurso no fuye espontáneamente, sino que fue previamente sometido a un proceso racionalizador.2. Además de hablarle al entrevistador, el entrevistado6puede estar hablándole a otros. Estos “otros” incluyen el público que los legitima y los “acepta” como intelectuales, en tanto portadores de una “interpretación autorizada del mundo”,7y otros miembros del campo intelectual. Dentro de este último, los intelectuales sostienen
image/svg+xml60relaciones de competencia y de complementariedad funcional que ayudan a legitimarlos como miembros de dicho campo. Y cada uno de ellos debe una parte más o menos grande de sus características al lugar que ocupa en este sistema de posiciones u oposiciones.8En el caso de un intelectual orgánico –y de intelectuales estrechamente vinculados a una militancia partidaria–, a estas consideraciones se suman otros dos aspectos muy relevantes:1. Es posible que no hayan escrito –o al menos, no hayan publicado– acerca de determinados temas debido a que la “memoria” del partido al que pertenecen estuvo relacionada con una historia tradicionalmente producida o supervisada por sus autoridades políticas.92. En todo partido político hay un punto de vista expresado en el discurso ofcial, que tiene, según Pierre Bourdieu, tres funciones: asignar a cada uno lo que es, emitir directivas acerca de lo que cada uno debe hacer, y decir lo que cada uno ha hecho realmente a través de los informes autorizados.10En el caso de los intelectuales pertenecientes a un partido, el estilo y el lenguaje de la narración probablemente hayan sido tomados de discursos existentes.11En ese sentido, la referencia a modelos estereotípicos de interpretación, en lugar de memorias personales, no es infrecuente.12Al trabajar con intelectuales resulta central tratar de seguir las líneas de pensamiento y argumentativas a través del relato. La forma en la que se organiza el discurso permite ver mucho más que una simple narración. Y el modo en que los materiales de historia son ordenados por los narradores para contar la historia revela mucho de las relaciones de los hablantes con su historia. La subjetividad es asunto de la historia tanto como lo son los “hechos” más visibles. Lo que creen los informantes es en verdad un hechohistórico.13Si se analiza profundamente, se puede obtener mucha más información acerca de sus escalas de valores, la signifcación relativa de diferentes hechos y el peso de los “olvidos” (voluntarios o involuntarios) con relación a los temas tratados. Al interrumpir,14como dice Ronald Grele,15el entrevistador irrumpe con su propia ideología y sus escalas valorativas. Esto aumenta las posibilidades del entrevistado de “desviar” el discurso, trasladando la interacción entrevistador-entrevistado hacia el plano de un posible “diálogo ideológico”. Si una de las características de un intelectual es el manejo de la justifcación (y autojustifcación), es probable que en su evolución haya cambiado de postura y “choque” con sus posturas pasadas, “en la medida en que quienes se encuentran involucrados se sienten obligados a defender y justifcar sus acciones corrientes”.16Pero se ha subrayado anteriormente la importancia del entrevistador para tratar de “desarticular” el discurso del intelectual. ¿Cómo proceder entonces? El abanico de posibles formas de entrevista (individual, colectiva, taller, estructurada, semiestructurada) es variado. Como hemos expresado más arriba, cada entrevista debe ser pensada y estructurada a la luz de las características del entrevistado y de la situación en que la misma transcurre. Otra cuestión es el carácter “hermético” de determinados grupos o temas. Las causas pueden variar, pero importa tener presente que muy pocas elites están dispuestas a reconocer los manejos secretos, las fallas y los errores que sus respectivas organizaciones desean ocultar. Imaginar por un momento que, por el hecho de que la verdad esté fresca en sus mentes podrán expresarla y registrarla en cualquier momento es demostrar una confanza conmovedora en la capacidad de autocrítica pública.17El tiempo y la distancia pueden ejercer, según Trevor Lummis, notable infuencia en este sentido, ya que cuanto más lejos se encuentra una persona del autointerés o de sacar ventajas por proporcionar una visión particular de un acontecimiento, es más probable que emerja un testimonio auténtico. De todas formas, la afrmación no debe llevar a considerar que por el simple hecho de la distancia temporal, el testimonio refeje lo que realmente pasó. Hay muchos otros factores que inciden en la forma de recordar un acontecimiento pasado. Uno de ellos es lo que Lummis denomina “intensidad emocional”, que permite a una persona tener un
image/svg+xml61recuerdo mucho más claro de un acontecimiento signifcativo emocionalmente (por más lejano que haya sido) que de un hecho ocurrido poco antes. A la hora de trabajar con intelectuales se agrega una tarea más a la labor del historiador: tener siempre presente que aunque su discurso resulte “monolítico”, su mentalidad puede no serlo. Los diferentes orígenes sociales de los intelectuales aumentan la heterogeneidad de visiones, hábitos y escalas valorativas.18Por otra parte, su preparación como intelectuales los hace más propensos al cambio y la reelaboración permanente de sus puntos de vista. Los ámbitos de sociabilidad y la misma convivencia en un campo intelectual los pone en constante contacto con nuevas experiencias e ideas. Se suma entonces la tarea de analizar (contrastando con fuentes escritas y otros testimonios, por ejemplo) si lo relatado por el entrevistado es lo que para él (sea así o no) signifcó un determinado acontecimiento en el momento en el que éste ocurrió, o si la memoria aparece aquí creando nuevos signifcados para experiencias pasadas. Este es un terreno ampliamente explorado por Paul Ricoeur, quien sostiene que el problema de la representación del pasado no comienza con la historia sino con la memoria.19La cuestión no es sencilla y llama a una constante refexión por parte del historiador que trabaje con fuentes orales. Retomando las palabras de Lummis, la memoria se construye a partir de ideologías pasadas y presentes y no es una impresión evocada de las cosas tal como fueron.20Una de las ventajas que brinda la historia con fuentes orales es que el intelectual, al tiempo que da su testimonio, puede refexionar retrospectivamente con la libertad (quizá siempre relativa en el caso de los intelectuales por estar ligados a la aceptación pública) de estar hablando en un momento en que la ideología dominante ha cambiado. El tratamiento de las fuentes orales en el archivoLas particularidades de las fuentes orales requieren de formas de clasifcación particulares. “Las funciones básicas de cualquier archivo se pueden concretar en: La adquisición de documentos, por diversas vías como la compra, donación, intercambio, etc. La descripciónde los documentos, por medio de instrumentos archivísticos como los inventarios, catálogos, etc. El acceso a la documentación para regular su consulta. La preservaciónque asegura la integridad y durabilidad de los documentos”.21Problematizaremos a continuación cada una de dichas funciones:1) AdquisiciónLa compra de materiales presenta el problema de los recursos y requiere además de un relevamiento de todos los materiales para determinar prioridades. Descartamos por el momento esta instancia de adquisición.El trabajo inicial debe abarcar dos líneas principales: la “digitalización” de los materiales ya existentes en el CCC y la creación de fuentes para el archivo. Con respecto a este último punto, es fundamental el trabajo conjunto con todos aquellos miembros del CCC que realicen entrevistas a fn de: proporcionarles herramientas teóricas de trabajo, facilitarles el permiso legal para la inclusión de la entrevista en el archivo y darles a conocer las pautas de entrega de la entrevista (resumen del contenido, datos del entrevistado, palabras clave, etc.).Habiéndonos contactado con personas de diversos archivos, se han abierto posibilidades de intercambio y donación de materiales. Para ello es necesario dotar al archivo de una cantidad considerable de materiales para llevar adelante el intercambio.2) DescripciónEl primer paso en la descripción del material que ingresa al archivo es el registro de entrada, es decir, la inscripción sistemática y obligatoria de (...) el problema de la representación del pasado no comienza con la historia sino con la memoria. La cuestión no es sencilla y llama a una constante reflexión por parte del historiador que trabaje con fuentes orales.
image/svg+xml62todas las entradas, generalmente numeradas según el orden cronológico, que sirve como prueba legal de la aceptación del documento por parte de los servicios de archivo.El Departamento de Fuentes Orales del Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona (AHCB) recoge los siguientes datos en el registro de entrada:a. Número de registro del soporte.b. Fecha de recepción o de entrada.c. Nombre del testimonio o testimonios.d. Tema o temas del documento.e. Nombre de la colección o del proyecto.f. Fecha de grabación original (año, día y mes).g. Lugar de grabación.El segundo paso debería ser la confección de un catálogo con las fchas de todas las entrevistas del archivo. Cada una de las fchas deberá incluir como mínimo los siguientes datos:a. Datos del entrevistado:• Nombre o seudónimo.• Fecha de nacimiento.• Ocupación actual.• Ocupación al momento del tema central tratado.b. Datos de la entrevista:• Nº de registro de entrada.• Fecha y lugar de la entrevista.• Tema central. • Palabras clave.• Resumen.• Duración.• Soporte (sonoro, escrito, etc.).• Fecha de realización de copias.• Condiciones de uso.En caso de contar con la ayuda de técnicos, podrá especifcarse, además del tipo de soporte (CD-ROM, CD- audio, etc.), la frecuencia del muestreo (48 Khz), el número de bits de medida de la señal sonora (8 bits, 16, bits, etc.), y el formato de los fcheros (WAVE, AIFF). c. Datos del entrevistador:- Nombre.- Pertenencia institucional.- Proyecto en el que se inserta la entrevista.3) PreservaciónLa preservación de los documentos requiere de varias instancias. Mencionamos anteriormente la necesidad de digitalizar los materiales que aún se encuentren en cintas grabadas, pero afnes de optimizar los resultados debemos ser conscientes de que esto no implica simplemente copiar el contenido de una cinta al soporte digital, sino que es conveniente “conocer las diversas técnicas de tratamiento del sonido, y a veces utilizar fltros y programas informáticos para la restauración y limpieza”.22Hay que considerar asimismo el problema de la compresión de la información para “ahorrar” espacio, dado que la calidad del sonido original puede resultar perjudicada.Para mejorar las instancias de preservación del testimonio es conveniente contar con la transcripción de cada una de las entrevistas del archivo. Según el Dictionary of Archival Terminology,23la transcripción es “poner por escrito, palabra por palabra, en forma mecanografada o impresa, un texto hablado”.Contar con las transcripciones de los documentos orales del archivo presenta algunos obstáculos, tales como los costos en tiempo y dinero, pero sin duda brinda una serie de ventajas, entre las que podemos mencionar un más fácil acceso a la consulta del testimonio, el necesario chequeo de los apellidos y nombres de lugares mencionados que no sean de fácil comprensión auditiva y la entrega al testimoniante de una copia de la transcripción como muestra de agradecimiento por permitir la inclusión del testimonio en el archivo. Por supuesto que por más detallada que sea la transcripción, nunca podrá refejar la complejidad y riqueza del documento sonoro. Esto plantea numerosos problemas vinculados a los criterios para Para mejorar las instancias de preservación del testimo-nio es conveniente contar con la transcripción de cada una de las entrevistas del archivo. Según el Dictionary of Archival Terminolo-gy, la transcripción es “poner por escrito, palabra por palabra, en forma mecanografiada o impresa, un texto hablado”.
image/svg+xml63transcribir. Es decir, la forma en la que, por ejemplo, representamos los ruidos, interrupciones, silencios, gestos y estados emocionales que aparecen en el testimonio y que permiten una mayor aproximación al momento y la realidad de la entrevista. El AHCB (Arxiu Históric de la Ciutat de Barcelona), por ejemplo, propone los siguientes criterios:• Lenguajes gestuales o no verbales entre paréntesis. Ej.: (frunce el ceño), (suena el teléfono), (leyendo), (aplaude), etcétera.• Palabras no mencionadas, tales como nombres incompletos, entre corchetes. Ej.: Robi [Roberto Santucho], etcétera.• Silencios representados por puntos suspensivos, en los que cada punto representa un segundo.• Los fragmentos confusos o imposibles de transcribir se representan con una línea horizontal de extensión aproximada a la palabra o frase.• Citas textuales o reproducción de diálogos entre comillas.• Títulos de obras, diarios, etc., en cursivas.El acceso a la información y el problema legalComo toda refexión acerca de cómo armar un nuevo archivo, nuestro trabajo comenzó con un “estado de la cuestión” de los archivos orales constituidos hasta el momento, para defnir un diseño que se adecuara a las necesidades del Centro Cultural de la Cooperación.Este recorrido comenzó con el análisis de archivos de otros países. El primer paso se orientó a la investigación de las formas de acceso de la información.La British Library posee un catálogo específco dedicado a la historia oral, en el cual se ordenan temáticamente las entrevistas (que abordan temas tan diversos como la historia de la medicina y la del comunismo inglés) y se accede a una breve descripción de cada una.El Instituto Internacional de Historia Social, con sede en Ámsterdam, solo cuenta con colecciones de otras instituciones, pero no tiene acceso en línea a las mismas.La Fundación Getulio Vargas de Río de Janeiro, en cambio, permite acceder en línea a las entrevistas, previo permiso de la institución.El American Institute of Physics (AIP) posee un área de historia oral donde se pueden consultar en línea entrevistas a los físicos más importantes de la historia científca. Nos resultó sumamente interesante el archivo oral de la ONG Betselem, una organización de derechos humanos israelí pro Palestina que publica en línea sus entrevistas, en las que israelíes y palestinos critican al Estado de Israel, con el riesgo que esto implica para los entrevistadores y los entrevistados.En cuanto a las instituciones nacionales, algunas, como el Cedinci,solo dedican en su página un párrafo destinado a informar la cantidad de entrevistas que poseen. El Archivo de Historia Oral de la Argentina Contemporánea (1958-2003) del Instituto Gino Germani ofrece la consulta en sede de sus entrevistas; da ejemplos de los entrevistados y la cantidad de entrevistas pero no incluye datos específcos, como horarios y días de atención, sino la dirección electrónica de los responsables del archivo, lo que parece ser la forma de acceder a la información. Lo mismo sucede con el archivo del Instituto Di Tella, del que este archivo parece ser una derivación.Memoria Abierta ofrece en línea el listado de las entrevistas, pero la consulta es en la sede de la fundación. Las mismas están editadas y solo se puede acceder a los originales mediante permiso especial.En el Archivo Nacional de la Memoria hasta el momento solo se accede por medio de un permiso especial.El archivo oral del Programa de Historia Oral de la Universidad de Buenos Aires se encuentra en proceso de formación, por lo que aún no puede ser consultado en forma masiva. El Archivo de Historia Oral de la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico puede ser consultado en la sede, previa cita con los encargados del Área de Historia Oral.Por último, el Archivo Cooperativo posee un catálogo a través del cual se puede acceder a un listado temático y otro alfabético de las entrevistas y a sus fchas, donde se las describe exhaustivamente.
image/svg+xml64Este recorrido nos llevó a refexionar acerca de las posibilidades de establecer un archivo en línea. Esto derivó en una nueva fase de nuestro trabajo: los problemas legales en la difusión de entrevistas orales. Luego de consultar a varias instituciones, como Memoria Abierta, Betselem, Programa de Historia Oral de la UBA, Archivo de Historia Oral de la Dirección General Patrimonio e Instituto Histórico, leer las leyes de hábeas datay de derecho de autor y consultar a los editores y abogados de la institución, tomamos conciencia de las difcultades de colocar en un espacio de dominio público entrevistas que pueden traer algún tipo de riesgo a los entrevistados. Por lo tanto, diseñamos un permiso legal que contemple todas las opciones posibles para proteger al entrevistado y al entrevistador y permitir al mismo tiempo la consulta de la información.En esta fase del trabajo de campo, pudimos ver que Memoria Abierta utiliza un permiso legal en el cual entrevistado y entrevistador ceden todos sus derechos, aun el de comercialización de la información a la institución. En el caso del Programa de Historia Oral de la UBA, no hay cesión de derechos. El Instituto Histórico no posee permiso legal, aún. La Universidad de California trabaja con un permiso que tiene en cuenta una gran variedad de posibilidades (consulta en sede, utilización para fnes educativos y culturales, consulta en línea, etc.) y la ONG Betselem ha diseñado un permiso que debe ser frmado por un abogado.Por último, luego de investigar acerca de los modelos de catálogo de consulta y de fcha de los documentos existentes, diseñamos un catálogo original y una fcha.Archivo oral del Centro Cultural de la CooperaciónEntrevista número: Signatura:Fecha de realización:Entrevista a: Entrevistador/a: Transcriptor/a: Contenido:Palabras clave:Condiciones de uso: Estado de conservación:Referencias biográfcas:Referencias bibliográfcas:Referencias documentales:Un espacio para la historia oralEl archivo oral “Subjetividad, política y oralidad” comenzó sus actividades para la creación de un espacio para la historia oral en el CCC, paralelamente a las acciones destinadas a sentar
image/svg+xml65NOTAS1 Lluís Ubeda Queralt, “El tratamiento archivístico y documental de las fuentes orales”, en revista Historia Oral(Asociación Brasilera de Historia Oral), N° 7, junio del 2004. El autor es el responsable del Departamento de Fuentes Orales del Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona.2 A diferencia del “documento sonoro” que incluye cualquier tipo de grabación (música, por ejemplo), con “documento oral” nos referimos a “grabaciones sonoras de palabra, entendiendo el concepto oral o la oralidad como el modo de transmisión en el tiempo de los hechos y datos recogidos por la memoria de las personas, en íntima relación con sus propias trayectorias existenciales”. Definición incluida en Lluís Ubeda Queralt, op. cit.3 Philippe Joutard, Esas voces que nos llegan del pasado, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1999, p. 308.4 Jorge E. Aceves, “Las fuentes de la memoria: problemas metodológicos”, en Voces Recobradas, Nº 7, 2000.5 Pierre Bourdieu, “Campo intelectual y proyecto creador”, en Problemas del estructuralismo,México, Siglo XXI, 1971, p. 145.6 En este trabajo se hacen coincidir historiador y entrevistador.7 Karl Manheim, Ensayos sobre la sociología de la cultura,Madrid, Aguilar, 1963, p. 151.8 Bourdieu, “Campo intelectual...” op. cit., pp. 167-168.9 Pierre Nora, “Pour une historie au second degré”, en Le Débat, Nº 122, 2002. Especialmente, en un partido con una conducción poco abierta al debate. 10 Pierre Bourdieu, “Espacio social y poder simbólico”, en Cosas dichas, Buenos Aires, Gedisa, 1988, p. 139.11 Véase al respecto el trabajo de Daniela Koleva, “Remembering communism: official and unofficial discourses”, en XI Conferencia Internacional de Historia Oral, vol. II, Estambul, IOHA, junio de 2000, pp. 554-556.12 Koleva, op. cit., p. 555.13 Alessandro Portelli, “Lo que hace diferente a la historia oral”, en Dora Schwarzstein (comp.), La historia oral, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1991, p. 42.14 Los riesgos de interrumpir el relato son variados y han sido tratados por muchos autores. Véanse: Ronald Grele, “La historia y sus lenguajes en la entrevista oral: ¿quién contesta las preguntas de quién y por qué?”, en Historia y Fuente Oral, Nº 5, 1991.15 Ronald Grele, op. cit.16 Trevor Lummis. “La memoria”, en Dora Schwarzstein (comp.), op. cit., p. 85.17 Lummis, op. cit., p. 86.18 Convendría, para el caso del PC, investigar acerca del origen social de sus intelectuales. 19 Paul Ricoeur, “L’écriture de l’histoire et la représentation du passé”, en Annales, Nº 4, 2000, pp. 731-747.20 Lummis, op. cit., p. 91.21 Lluís Ubeda Queralt, op. cit.22 Ibídem.23 International Council on Archives, Dictionary of Archival Terminology, K. G. Saur Verlag Gmbh & Co, 1984. las bases del archivo oral (relevamiento y trabajo de campo para la defnición del marco legal y la estructura física y organizativa del archivo). El archivo fue presentado ofcialmente por las becarias de la Unidad de Información Alexia Massholder y Graciela Browarnik el 23 de junio de 2008, junto con el Dr. Pablo Pozzi, director del Programa de Historia Oral de la UBA, quien disertó sobre las relaciones entre historia oral y compromiso político. El 1º de julio, el Prof. Daniel Plotinsky, responsable del Departamento de Cooperativismo del Centro Cultural de la Cooperación y director del Archivo Histórico Cooperativo, nos introdujo en algunos aspectos teóricos y metodológicos de la historia oral, a partir de entrevistas a testigos de la formación del movimiento cooperativo. El 4 de agosto se realizó una actividad de cine-debate, con la proyección del documental El Tucumanazo, de Diego Helueni y Rubén Kotler. Este documental fue realizado a partir de entrevistas orales. El debate fue presentado, a sala llena, por varios panelistas, entre los que se encontraban el historiador Rubén Kotler y el experto en cine Pablo Martínez Levy; fue coordinado por Alexia Massholder y Graciela Browarnik y contó con la presencia de varios entrevistados para el documental.¿Por qué guardar memorias de intelectuales?En principio, sostenemos que los intelectuales infuyen de una manera u otra en las sociedades a las que pertenecen; como actores sociales pueden crear, fortalecer o cerrar espacios de participación; algunas veces infuyen en los gobiernos y en la oposición escribiendo discursos, aconsejando a presidentes, ministros u otros funcionarios; otras, integran la vanguardia de movimientos revolucionarios.Preservar memorias de intelectuales sirve, por ejemplo, para dar cuenta de las permanencias, las continuidades y las contradicciones entre el discurso y las prácticas, entre los discursos a través del tiempo, o ante diferentes interlocutores.Será tarea para los historiadores encontrar esos quiebres, esas contradicciones y esas continuidades.