
Voces Recobradas
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Decíamos anteriormente que nos interesa aquí co-
mentar la estima de Bernal hacia un comisario político.
Entendemos que esa estima y admiración coinciden con
la mencionada hacia el miliciano de cultura y, en ambos
casos, se basan en el aprecio a los conocimientos que
poseían, en la relación humana que los vinculó, pero,
sobre todo, en el reconocimiento de las influencias que
ejercieron en el despertar de su conciencia política que
no lo abandonará jamás. Esto nos decía:
Y… te cuento una experiencia que me parece interesan-
te, yo era fumador desde los once años. Y cuando llegué
al frente, en el frente, y nosotros a veces teníamos algu-
na dificultad para los suministros en función de que los
bombardeos no permitían que llegase la comida durante
el día y después cuando venía, dos días
después, venía el carabinero con el
mulo, el caballo, a traernos la comi-
da entonces nos traían comida en-
vasada de días anteriores y después
nos traían (…). Nosotros teníamos
de compañero un muchacho que los
padres de él eran cosecheros de ta-
baco y el tabaco era más importante
que el pan en España en esa época.
Uno con tabaco conseguía mujeres,
conseguía lo que quería, lo que que-
ría. Y una chica venía a cambiarme
el pan por el tabaco, y un día yo esta-
ba medio ocioso me decía: ¿Cómo puede
ser que el ser humano sea tan idiota que cambie lo que
da vida por lo que da muerte?, porque la comida da vida
y el tabaco da muerte. Y teníamos un comisario, que era
comisario de brigada, un tipo cercano mío, cercano a mí,
que era un tipo muy capaz, muy inteligente y me dijo:
te voy a presentar un libro que te voy a reforzar tu sen-
timiento hacia el tabaco que se titula La influencia del
cáncer por el tabaco, tenía 100 páginas más o menos,
lo leí en una noche y al día siguiente le dije, cuando se
lo entregué si no tengo, si tengo la desgracia de meterme
un cebollaza no va a pasar nada ¿no? Pero si no (…).
Cuando llegue a Barcelona voy a dejar el tabaco. Y me
costó tres años dejarlo, no lo dejé inmediatamente, pero
lo dejé…
Los olvidos de la Guerra Civil
Las cuestiones relacionadas con la naturaleza de la
memoria están siempre presentes cuando trabajamos
con fuentes orales. No es nuestra intención profundizar
en este trabajo en cuestiones teóricas sobre el rol de la
memoria ya que este tema fue abordado en profundidad
por diferentes autores.
Al trabajar con los testimonios de José Bernal y
Juan Palmada, (con qué decían, con qué omitían o con
qué “olvidaban”….), nos preguntábamos como funcio-
naba el proceso de configuración de la memoria.
Coincidimos con los autores que sostienen que
en la situación de entrevista se pone de manifiesto una
constante relación entre pasado y presente, y en este
continuo viaje entre uno y otro momento el narrador
selecciona qué recordar y qué olvidar. Por lo tanto, la
memoria es “el resultado es un constructo cargado de
sentido, producto de una relación social concreta: la
entrevista como escenario e instrumento para el inter-
cambio de subjetividades.”12
De esta manera, partimos de la
certeza de que la memoria es un
mecanismo permanente, activo e
inconsciente, que no elige qué re-
cordar sino qué olvidar. Ninguna
persona puede mantener en su me-
moria todos los acontecimientos
que se van sucediendo a lo largo de
su vida, importantes o no. Tenemos
que plantearnos así, en realidad, que
lo sustancial en el proceso de recor-
dar es qué cosas se olvidan y no qué
cosas se recuerdan. Como plantea
Philippe Joutard: “El verdadero fun-
damento de la memoria no es el recuer-
do sino el olvido. La memoria se constituye primero por
lo que rechaza, sea porque lo encuentra insignificante o
demasiado significante.”13
Lo central es, entonces, el proceso de olvido, o por
qué su memoria ha seleccionado ciertos hechos del pa-
sado a la luz de su presente. A través de sus relatos nues-
tros entrevistados fueron configurando sus memorias
desde “su presente”, y nosotras, como investigadoras
que trabajamos con fuentes orales, nos propusimos ir al
rescate de esa memoria.
Juan Palmada nació el 2 de septiembre de 1932, en
Barcelona. Allí vivía cuando comenzó la guerra, junto
con su padre, madre y una hermana mayor. La familia
de Palmada pertenecía a la pequeña burguesía catala-
na, sector que prosperó bajo la República. La expan-
sión de pequeñas empresas de artesanos u obreros es-
pecializados y negocios familiares había facilitado no-
tablemente el ascenso social. Junto con el crecimiento
económico, también aumentó la incidencia política de
las clases medias que constituyeron “la espina dorsal
De esta manera, partimos
de la certeza de que la memoria
es un mecanismo permanente,
activo e inconsciente, que no elige
qué recordar sino qué olvidar.
Ninguna persona puede mantener
en su memoria todos los aconteci-
mientos que se van sucediendo
a lo largo de su vida,
importantes o no.