image/svg+xmlVoces Recobradas48Voces Recobradas48E ste es un estudio desde la sociohistoria que refeja los distintos procesos de los constructores de Ciudad Juárez, Chihuahua, México, durante cuarenta años, inserto en el escenario político y económico que va desde la modernización y los modelos de industrialización nacional de la década de 1940 y la del norte del país en la dé-cada de 1960, al centralismo y la crisis del modelo neoliberal desde los años 80.Estudiarlos permitió desmitifcar a los grupos con-trarios (agrónomos versus modernos) y a los nuevos con los viejos constructores civiles durante dos periodos: desde los años 50 y de los años 80.Abordarlos como un grupo de interés en su inicio y como empresarios con sus estrategias posteriormente, no signifcó su desaparición del escenario económico de la dé-cada de 1990, sino su transformación, no sin confictos e inconclusa, al enfrentar las nuevas condiciones económicas, institucionales y normativas de los años 90.IntroducciónSoy hija de un profesionista de la construcción que arribó a esta Ciudad Juárez, Chihuahua, México, proveniente de la capital del país a fnales de la década de 1950. Soy de una generación de resistencias sociales y de expresiones de recla-mo genuinas. Soy mujer escribiendo sobre la industria de la construcción al inicio de un nuevo milenio y sin embargo afno mi identidad en mi conciencia para argumentar los motivos que me llevaron a incursionar en este estudio.Estudio sobre la agencia de los constructores en Ciudad Juárez(1951-1994)Margarita Calvo AguilarUniversidad Autónoma de Ciudad JuárezCiudad Juárez, Chihuahua, MéxicoMi experiencia en el entorno de la construcción está ligada a mi memoria, la memoria de una hija, más que la de una profesionista. Desde muy pequeña mis más vívidos recuerdos estaban enmarcados por una serie de imágenes de muebles e instrumentos propios de los ingenieros y los ar-quitectos, conocí de la cinta métrica y la regla “T” más por su utilidad que por las tardías explicaciones escolares, sabía de entrada las características de un restirador como si me pre-guntaran por una silla o cualquier objeto de uso cotidiano. Conocí de la llegada de la industria maquiladora (de los años 1960-1970) por los planos y el avance de obra de las naves industriales –que mi padre calculaba– antes que analizar el impacto laboral, migratorio y el efecto de la for más bella de la maquila1. Vi del transitar en la empresa de mi padre a las personas que solicitaban trabajos, sin diferenciar quienes eran o dimensionar sus apellidos en la economía, el comercio y política local, así que los apellidos como Murguía, Fuentes y Zaragoza me signifcaban una bodega, un centro comer-cial, un hotel o la ampliación de alguna construcción. Lo viví sin conocer en profundidad el proceso que se generaba a mi rededor, sin entender la importancia de las personas que laboraban en la naciente industria de la construcción como tampoco pude comprender el cambio que esta labor de in-geniería civil ejercía en la ciudad. Era muy pequeña o igual muy adolescente para preguntarme cosas que lo explicaban, al igual que muchas otras personas de mi edad, simplemente viví mi infancia y mi adolescencia en el micromundo de la construcción y sin percatarme de ello.
image/svg+xml49Revista de Historia OralRevista de Historia Oral49grupos económicos; la marca de las actividades políticas; el vínculo entre los niveles estatal, federal y municipal; los re-cursos y el fnanciamiento para la industrialización local; la participación de los miembros de las organizaciones políti-cas y grupos sociales con gran infuencia en el ayuntamiento local.Participación del Gobierno del Estado de Chihuahua en el modelo de industrialización nacionalDesde 1950 hasta 1964, el Gobierno del Estado tuvo una par-ticipación relevante para el fortalecimiento de la entidad me-diante el fomento a la industria, la inversión en infraestructura carretera y las formas en que la administración del Gobierno del Estado propició la profesionalización de la actividad.La industrialización nacional requería que la infraes-tructura carretera uniera las principales ciudades de la Re-pública Mexicana. Por tal motivo, los gobernadores del Esta-do de Chihuahua entre las décadas 1950-1968 invirtieron en el Estado montos millonarios para la ampliación y construc-ción de las vías. Sin embargo, las empresas contratadas para dichas inversiones eran foráneas, lo cual implicaba que la derrama económica por participación en las magnas obras no quedaba en el Estado de Chihuahua ni mucho menos en la ciudad fronteriza.Para llevar a cabo las obras prioritarias, el gobierno es-tatal se comprometía a pagar préstamos solicitados al Banco Nacional Hipotecario Urbano y de Obras Públicas SA (antes Banobras) de la Ciudad de México una vez que la solicitud había sido aceptada por el congreso local del Gobierno del Estado. Los préstamos para llevar a cabo las obras eran soli-citados primero al Congreso del Estado mediante la presen-tación de proyectos.Nací en esta ciudad desde donde hoy hago el estudio, sin embargo me parece que la descubro en los recuerdos de los entrevistados, los constructores, en las imágenes y en los mapas que pasan entre mis dedos. Las voces del pasado se entrelazan con las voces del presente que evocan sus memo-rias, mis recuerdos de infancia frente al corte histórico signi-fcativo que mis entrevistados enuncian.Romper en este momento con las razones personales del estudio es en gran medida confrontarme entre mi for-mación profesional y la personal que es vivencial. No preten-do contraponerlas, ambas están en mí y no existe el conficto cuando pretendo mostrar y expresar la historia desde los constructores en su contexto. Por tanto declaro nuevamente que “soy hija de un constructor” y también soy quien hace un estudio de la naciente industria de la construcción que pretende presentar en relieve la capacidad de agencia de los grupos de constructores que consolidaron la materialidad de la modernización de esta localidad. La participación de estos grupos, su función social, las razones para incluirse de manera organizada en el escenario de modernización del momento y la manera vivencial en que relatan una porción de la historia local desde los años 50 y anteriores.1. Escenario de la industria de la construcción a partir de los años 50El escenario de la industria de la construcción en México hacia la década de 1950 está inserto en una política econó-mica de desarrollo y recuperación. Por un lado, a nivel na-cional durante el periodo de 1940 a 1970 ocurre el “Milagro Mexicano”, incentivado por el proceso industrializador del modelo económico de sustitución de importaciones con un intenso proteccionismo y despegue de la empresa mexicana. Por otro, el boomde la economía mexicana entre 1945-1972, que se fortaleció mediante inversiones públicas en la moder-nización de las instalaciones de puentes, la infraestructura de ferrocarriles, caminos y presas entre otros para el progre-so de la economía y desarrollo de la industria nacional.A nivel región norte de México, la inversión federal en infraestructura refejó el impacto económico mediante los planes y proyectos federales dirigidos por vez primera a territorio de la frontera norte a partir del Programa Nacio-nal Fronterizo (Pronaf) del gobierno presidencial de Adolfo López Mateos (1961-1965). Mientras que a nivel estatal, la intervención del Gobierno del Estado de Chihuahua estuvo dirigido a impulsar el desarrollo económico e industrial en ciudades específcas de la entidad, sobre todo durante el go-bierno del general Práxedes Giner Durán (1962-1968).A nivel local, la modernización de la ciudad refejaría la transformación de sus espacios urbanos; las desigualdades sociales producto de la modernización; el fortalecimiento de La imagen del poder: el Ing. Agrónomo. Bernardo Norzagaray, el recaudador de Rentas Manuel Quiñones Ponce, el ex alcalde Dávila Baranda, el presidente municipal Armando Gonzá-lez Soto y el nuevo presidente de la JFMM Guillermo López Ostolaza. En el homenaje asistieron a la ceremonia regidores, funcionarios del PRI e invitados especiales. El Correo, 16 de julio de 1965.
image/svg+xmlVoces Recobradas50Voces Recobradas50Una vez que el gobierno estatal contaba con fondos para la obra, los ayuntamientos solicitaban al Congreso del Estado su autorización para, a su vez, contratar con el mismo banco de la Ciudad de México los préstamos para invertir en infraestructura social, con lo que abriría po-sibilidades a los constructores locales –menos de un pu-ñado– de participar en obras proyectadas para la ciudad. Sin embargo los constructores pequeños y medianos no podían participar en ellas por los candados que estable-cían la exclusividad de contratos con empresas de la elite local, como la Constructora y Urbanizadora Nacional SA (CUNSA) empresa dirigida por Antonio J. Bermúdez, em-presario y político mexicano que fue presidente municipal de Ciudad Juárez, impulsor de la industria maquiladora y director general de Petróleos Mexicanos, alguien que pactó con el gobierno estatal su exclusividad en las obras de urba-nización de la ciudad de manera indefnida, según actas de cabildo de esos años.Las obras estatales no eran sometidas a concurso para su licitación, es un hecho que estaban convenidas por contra-tos bien establecidos por lo menos desde la década de 1940,2con la empresa foránea Pavimentos SA representada por el ingeniero Adolfo Tres Palacios. El costo de la modernización endeudaría al Estado permanentemente. Pero cabe señalar que la documentación en archivos municipales permite in-ferir que de manera consecutiva los gobiernos estatales con-trataron de manera exclusiva con esa misma empresa para que realizara las obras de infraestructura de modernización en el territorio chihuahuense y por tanto recibió la mayor parte del dinero que los gobernantes solicitaban a la Banca; en Ciudad Juárez la urbanizadora CUNSA saldría benefcia-da por este tipo de convenios.La modernización del país y del Estado traería consigo una inversión para infraestructura millonaria aprovechada por el gobernador del Estado, general Práxedes Giner Durán (1962-1968), cuando decreta la Ley en que crea la “Impulsora Chihuahuense de Obras Públicas” en 1963, donde se enun-cia que estaría dirigida por él, reservándose la facultad para decidir y realizar toda la obra pública en la entidad, en ella se estipulaba que podía contratar la realización de trabajos con gobiernos de otros Estados o con la federación. Además el gobernador estaría facultado para decidir la manera en que sería administrada y organizada la Impulsora, de tal manera que, de los rendimientos líquidos que obtuviera la Impul-sora Chihuahuense de Obras Públicas, tomaría un veinte por ciento para reservas de previsión (véase Anexo1). Esto signifcaría que bajo esta Ley no solamente se implantarían las nuevas condiciones de inversión en infraestructura social ampliando las atribuciones del gobernador del Estado, sino que también la participación y el concurso para participar en dichas obras estarían limitados a los intereses del goberna-dor Práxedes Giner Durán con la elite regional.En este escenario, en Ciudad Juárez aparecen los gru-pos principales relacionados con el auge de la construcción de obra pública y privada local, tanto los tradicionales (los agrónomos), así como los modernos (ingenieros y arquitec-tos civiles) y sus rencillas por participar en la toma de decisio-nes sobre la urbanización y obra pública que justifcarían el surgimiento de un mito, hasta la fecha, de grupos contrarios que no puede ser explicado sin la participación del Estado, el cual propició en gran medida las diferencias entre estos grupos de la construcción, al establecerse autoritariamen-te como empresario, contratista y patrón ensanchando sus atribuciones, no dio oportunidad al surgimiento de nuevos empresarios de la construcción y discrecionalmente otorgó obras por intereses particulares. Esta situación mantiene a los constructores modernos en calidad de subordinados al Estado y a la elite capitalista; obliga de manera natural a organizarse como asociación, generando su propia red de agencia, y establece su representación social de profesionis-tas del ramo local con ética y valores nacionales.2. Escenario político y económico de Ciudad JuárezDel escenario político, me interesa presentarles la forma en que participan los grupos de interés, entender sus posturas con relación a la modernización y el progreso de la ciudad, abanderados por los proyectos de desarrollo nacional y por el proceso industrializador a partir del Programa Industrial Fronterizo (PIF)3del norte de México.El surgimiento de grupos secundarios ligados a los de interés es el resultado del modelo de desarrollo industria-lizador, su relación fue consecuencia lógica del proceso de transición y de la instauración del programa industrializa-dor local (PIF). Para este nuevo modelo, los miembros de estos grupos pertenecientes a un subsector industrial de la industria de la transformación eran necesarios, pues esta-blecían con su interacción y participación en los grupos de representación, las relaciones sociales sufcientes para im-primirles un mayor dinamismo. A través de sus relaciones sociales podían establecer, de manera informal, contactos oportunos para ampliar sus redes empresariales. Entre es-tos espacios estaban los clubes sociales, la Fraternidad de la Alianza Hispano-Americana, partidos políticos, Asociación Cívica de Ciudad Juárez,4 Ateneo Fronterizo, Rotarios de Ciudad Juárez, los pequeños y medianos empresarios, Aso-ciación de Mujeres Profesionistas, Asociación de Esposas de Ingenieros y Arquitectos, entre otros.5La política de industrialización que se vivió en México posterior a la Segunda Guerra Mundial, conocida como mo-
image/svg+xml51Revista de Historia OralRevista de Historia Oral51delo de sustitución de importaciones, benefció a los grupos de interés consolidados y en formación, pues les permitie-ron obtener benefcios en sus actividades empresariales y de comercio al vincularse al proceso de industrialización de la ciudad. Por un lado se vieron fortalecidos por sus ligas polí-ticas y sociales directas o indirectas a través de la capacidad de agencia del grupo o de las que aseguraban de manera in-dividual; por otro, las que se establecían comercialmente con agentes externos de la localidad con empresas proveedoras de insumos como la industria Hylsa de Monterrey, Nuevo León, o subcontratarse con empresas constructoras externas como Lobeira, también de Monterrey, o Pavimentos SA, del centro de la República.Cabe insistir que tanto el trabajo de los constructores como la inversión en infraestructura y edifcaciones por el sector público y privado no son ajenos a la historia social debida en gran medida a su participación político-adminis-trativa y la capacidad de agencia que consolidaron con su intervención. Muestran una parte de la historia que vincula la materialización de una ciudad en proceso de crecimiento como centro urbano a través de las redes que generaron los constructores en dicho proceso de transición, además de las formas de participación política que desarrollaron y la ma-nera en que, mediante dicha participación, concretaron su reconocimiento ofcial como actores relevantes para la con-sultoría acerca del crecimiento urbano funcional, armónico y salubre de la ciudad.Desde fnales de los años 20, Ciudad Juárez era una ciudad que contaba con organizaciones sociales de servicios comunitarios, religiosos e institucionales en que algunos miembros del grupo de constructores tradicionales (y sus es-posas) participaron activamente, y en la que posteriormente, también lo harán algunos constructores modernos.6Los miembros que participaban de estas organizacio-nes sociales formaban parte activa de la vida económica y política en la región, quienes desde décadas anteriores se ha-bían consolidado como grupo de elite regional, entre ellos destacaban las familias Escobar, Bermúdez, Zaragoza y pos-teriormente Fernández, por ejemplo. La existencia de la so-ciedad organizada y la presencia de grupos sociales, empre-sariales y políticos en situación de red facilitaron la inserción de la modernización en Ciudad Juárez. Las redes sociales que se establecieron a través de los grupos sociales y de representación económica sirvieron para enunciar una jerarquía entre los constructores que les vinculaba a través de sus intereses económicos que al ser favorables redundarían en la realización de negocios y por consecuencia, ampliaron sus redes de mercado.En la década de 1950, en la ciudad fronteriza se vivía intensamente la modernización tardía que el centro de la Re-pública diera inicio a más de una década anterior, con una política de desarrollo y crecimiento nacional.7La mirada de la modernización y el progreso anteriores a la década de 1950 surgieron de los proyectos de inversión en las distintas regiones bajo las prioridades de un país ampliamente vin-culado a la producción agrícola, herencia de los gobiernos posrevolucionarios. Un país en el que se pretendió llevar a cabo el crecimiento de los centros urbanos del resto de la Re-pública con la diversifcación de la estructura ocupacional y económica.A mediados de los años 60, poco antes de la industria-lización de la zona norte, la ciudad aunque era pequeña, en proporción a otras del norte de México, se transformaba a pasos agigantados; luego, con la instauración de la industria maquiladora, el crecimiento urbano fue evidente. La econo-mía de la zona urbana aún estaba vinculada al servicio del turismo, la producción agrícola del Valle –ya en decaden-cia– y la economía ganadera que también se había reducido por varios factores: la crisis de la febre afosa de años antes; la sequía que había acabado con el ganado por sed y escasez de forraje. En este entorno, la industrialización abrió nuevas oportunidades de trabajo en las ramas de la industria ma-nufacturera, la construcción, el comercio, el transporte y el almacenamiento, entre otros sectores. Por tanto, las redes de interés refejarían un escenario político vinculado directa-mente con los actores económicos relacionados con los ser-vicios, la industria, el comercio y el mercado regional.Los importantes proyectos de modernización de la ciudad eran ampliamente difundidos para divulgar no sola-mente la intervención de las diversas instancias de gobierno, sino también la presencia de constructores que no perte-necían a la elite (algunos participaban en el ayuntamiento local) resultando benefciados por la concesión de la obra contratada, pero aún no se establecía como mecanismo de Bernardo Norzagaray y los dos millones de pesos para terminar obras de la JFMM. El Correo, 19 de diciembre de 1962.
image/svg+xmlVoces Recobradas52Voces Recobradas52selección el concurso para la designación de obra pública, situación que puso en relieve la capacidad de agencia de un puñado de constructores de elite, en la medida que explo-taron y capitalizaron sus relaciones entre actores políticos y con otros agentes económicos de la naciente industria de la construcción.El mejor ejemplo de la importancia de la fuerza y capa-cidad de la agencia en el escenario político local se encuen-tra durante el gobierno municipal del ingeniero agrónomo Bernardo Norzagaray, quien durante julio de 1965 dejaría la dirección de la Junta Federal de Mejoras Materiales (JFMM) para pasar a la Administración Política del Ayuntamiento en su calidad de presidente municipal.Durante todo ese mes de julio, tanto el Partido Revo-lucionario Institucional (PRI) como grupos sociales, asocia-ciones, empresarios y empresas, sindicatos empresariales felicitaron al ingeniero Bernardo Norzagaray por ser el nue-vo presidente electo del Ayuntamiento 1968-1971.Si bien la JFMM, dirigida hasta entonces por el ingenie-ro Norzagaray, se había convertido en un espacio propicio para los agrónomos como agentes de la construcción, tam-bién lo había sido a nivel político, pues las relaciones políticas establecidas los vinculaban al Ayuntamiento afanzando sus relaciones y capacidad de representación llegando tan lejos como a la misma Presidencia de la República.La agencia de los presidentes municipales del ayunta-miento se basó durante estos veinte años en la capacidad para administrar y negociar con el gobierno del Estado y la federación aquellos proyectos de inversión en obras pú-blicas, además por obtener inversiones y fondos del Banco Hipotecario para obra necesaria. Mientras que a la par, la JFMM –dependiente de la Secretaría de Hacienda y cuyos directores eran nombrados presidentes de la administración de la aduana fronteriza– utilizaba del presupuesto federal entre el 2 y 3% de los impuestos de importación y fondos federales para proyectar y construir dichas obras necesarias para la ciudad, las que fueron aceptadas por el gobierno cen-tral y entregadas para su conservación a la administración del Gobierno Municipal,8donde se excluía la opinión de los constructores modernos o ingenieros civiles.En pocas palabras, en el municipio coincidían dos ins-tancias que se encargaban de la modernización, innovación, reforestación e instalación de infraestructura, las partes debían proyectar obras con un costo social importante. La primera, la JFMM y la segunda la Secretaría de Recursos Hidráulicos, ambas federales, que obtenían el capital de los créditos aprobados por el gobierno central y donde eran emitidos, aceptados o rechazados todos los proyectos, en to-tal, la sociedad civil poco podía hacer por decidir sobre las inversiones de infraestructura pactada desde el centro. Por otro lado, de las partidas que recibía el Ayuntamiento por parte del Gobierno del Estado y por los impuestos obteni-dos en recaudación de rentas para invertir en obra pública, parques y jardines, en remodelación y pavimentación entre otras inversiones relacionadas con el mejoramiento de los espacios urbanos, eran retomados sin cuestionamientos por los constructores frente al modelo de desarrollo.Los constructores tradicionales habían sido, según la versión del licenciado Filiberto Terrazas –actual cronista de la ciudad– 9“quienes se dedicaran a la construcción en la lo-calidad”, a decir verdad se refería a considerar a quienes ha-bían adoptado la actividad y reclamaban por “experiencia” el reconocimiento como constructores, por su trabajo en la JFMM, Obras Públicas y Secretaría de Recursos Hidráuli-cos, por ser propietarios de empresas constructoras, en fn por obtener benefcios económicos al estar involucrados en la construcción de obra pública y privada. Los constructores modernos o civiles no poseían en su mayoría empresas, eran migrantes formados profesionalmente y no poseían capital ni redes amplias para impactar en las decisiones de creci-miento de la ciudad o para concursar por obra pública.3. Los años 70, momento de transiciónEn la década de 1970, el Instituto Mexicano del Seguro So-cial (IMSS) marcaría el fn de la disputa entre los construc-tores tradicionales y los modernos.Mediante la publicación en el periódico de circulación local, el IMSS divulgaba un documento donde imponía el Reglamento del Seguro Obligatorio de los Trabajadores Temporales y Eventuales Urbanos, que sería aplicable a los trabajadores de la industria de la construcción contratados de esta manera, novedosos conceptos de la división del tra-bajo en una localidad donde aún no se considera a los asegu-rados permanentes, y esta actividad laboral es considerada transitoria y situacional.Sin embargo, el documento señala que la excepción a la Antonio J. Bermúdez verifica los avances del Pronaf. El Correo, 3 de mayo de 1963.
image/svg+xml53Revista de Historia OralRevista de Historia Oral53obligatoriedad de inscripción al Instituto la tendrán los tra-bajadores que presenten servicios a particulares para com-posturas o arreglos de las casas en que habitan. El apartado 3 del documento señala quiénes y cómo deberán de inscribir a los trabajadores de la construcción (Periódico La Obra, Ciu-dad Juárez, Chihuahua, septiembre de 1971).Estos candados de exclusión tanto del IMSS como el de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción permitían por un lado una intensa vigilancia burocrática in-trainstitucional de la construcción a partir del nuevo orde-namiento laboral de los trabajadores y patrones que la com-ponen, a la vez que excluía a los constructores tradicionales al indicar la inscripción en el órgano empresarial, de manera directa o indirecta, para el proceso de producción de obra. Por tanto, considerando la fnalidad que perseguía la Aso-ciación de Ingenieros y Arquitectos en constituirse como los únicos profesionistas autorizados para la edifcación de obra así como para ser peritos valuadores, y los candados impues-tos externamente por el IMSS, los constructores modernos no subcontratarían la participación de los agrónomos, de-jándoles un reducido campo no regulado en la prestación de servicios particulares en composturas o arreglo de casas, sin embargo sus redes están en puestos públicos.Las crisis de la naciente industria de la construcción es, en gran medida, fnanciera pues una vez marginados los constructores tradicionales, el obtener créditos para iniciar la obra y comprar los insumos se transforma en un serio problema, sin embargo algunos constructores modernos evalúan esta década como positiva, al compararla con las crisis posteriores de los 80. En una entrevista, el arquitecto Alberto10dice:Había muchas más facilidades que ahora, sobre todo había más gente que trabajara, más entre los albañiles, había mu-chos que eran muy competentes, no había la variación de pre-cios que hay ahorita, tanto en los materiales ni en las alzas tan drásticas que se dan de un día para otro, o sea eran más tranquilos los aumentos, y entonces se mantenía un nivel de trabajo más constante. La gente tenía más posibilidades de construir.Sin embargo, a pesar de esta observación, la información de periódicos locales nos presenta una imagen de crisis perma-nente en la industria local con graves repercusiones sociales y laborales. Esta situación no pasa desapercibida por las organiza-ciones locales y nacionales –como son el Consejo Directivo de la CANACO, el Colegio de Ingenieros Civiles de Ciudad Juárez, la Cámara Nacional de la Industria de la Construc-ción, Cámara de la Industria de la Construcción de Ciudad Juárez, Centro Patronal del Norte, Asociación de Ingenieros y Arquitectos en Ciudad Juárez, Cámara Nacional de la In-dustria de la Construcción, Delegación Juárez y la Cámara Nacional de la Industria de Transformación– que a través de los delegados en la ciudad, levantaban su queja y recla-mos por la grave crisis que vivían los constructores, princi-palmente, por los costos de los productos, en especial por el incremento del precio del cemento y los créditos negados por parte de la banca que les mantienen en un continuo estado de depresión económica.La consecuencia inmediata de esta nueva crisis era el desempleo de miles de trabajadores de la construcción. A pesar de las obras federales propuestas, el costo del principal material para la construcción mantiene incrementos conti-nuos que paralizan a la industria de la construcción local.Hacia mediados de la década de 1970, las disputas ya no serán entre grupos de constructores tradicionales y mo-dernos por el mercado laboral, sino por laborar bajo con-diciones cada vez más críticas. Aún habiendo trabajo, los costos de los productos en ferreterías hacían que se convir-tieran en un verdadero problema mantenerse en capacidad productiva.Según el periódico El Fronterizo(16 octubre de 1977), no será sino hasta el 16 de octubre de 1977 cuando “el in-geniero Nazario Martínez, secretario de la Cámara Nacio-nal de la Industria de la Construcción, Delegación Juárez, informó que la industria de la construcción ha empezado a recuperarse lenta pero con paso frme para benefcio de los 18 mil jefes de familia juarenses que obtienen en este empleo su principal fuente de ingresos.”4. Los años 80 y 90, una historia diferenteHacia la década de 1980, el escenario de la industria de la construcción se complejiza por la incorporación del modelo neoliberal en todos los ámbitos de la actividad política y eco-nómica del país, que se encontraba inmersa en crisis perma-nente. Inicia el modelo reformista de Estado.Reunión de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos, 1962. Archivo fotográfico y documental del Ing. Rubén Calvo Escobar.
image/svg+xmlVoces Recobradas54Voces Recobradas54En el discurso neoliberal, se considera que la crisis no surge a partir de las relaciones de producción del momento, sino más bien a partir de la administración y participación del Estado y de su política económica que alteró el proceso de crecimiento, la estabilidad económica y la política nacio-nal. Estos problemas plantearían la necesaria aparición de un nuevo modelo económico que redimensionará la partici-pación del Estado y sus poderes.11En estas décadas, los constructores modernos y las nuevas generaciones que compiten por obras son desconfa-dos. Esta es una característica cultural que los asemeja y los mantiene separados entre sí, aún más por la preponderancia del espíritu competitivo que se desarrolla en los años 90. La búsqueda por ser competitivos y mantenerse en el mercado en tiempos de crisis económica y por la falta de trabajos los obliga a renovar su empresa, su única fuente de ingresos y patrimonio familiar.Constituirse como persona física o moral se convier-te en una estrategia debido a que la competencia entre las empresas para la construcción ha forecido en la localidad, sobre todo desde que grandes empresas nacionales y extran-jeras se han establecido en la región por la apertura comer-cial sufriendo el impacto de la globalización económica. El ingeniero Marco Antonio Rubén12 dice:Pues sí, ahora últimamente si hay muchas, muchas empresas contratistas de construcción importantes, empresas grandes, constructoras de estructuras inclusive para exportación. Han surgido últimamente una y luego han venido a establecerse otras empresas extranjeras: una de Canadá que está fabri-cando estructuras para exportación para Estados Unidos y Canadá con sede aquí en Ciudad Juárez. Por fn que ya hay compañías contratistas de obras grandes, de obras importan-tes aquí en Ciudad Juárez. Aquí ya ahora es otra la forma de trabajar.La refexión sobre el estado legal de las empresas construc-toras lleva a considerar marginadas de todo apoyo institu-cional a todas aquellas que laboren al margen de la normati-vidad, so pena de infracción jurídica. El estado legal de una empresa le permite ser reconocido en el mercado, pero no por ello, lo hace más competitivo. Al respecto el ingeniero Armando Raúl13 menciona:El motivo principal para mí fue que tenía más representación social, una persona moral, me daban más confanza en ese entonces, le daba más confanza los clientes a la persona con-tratar con personas morales que con personas físicas. Aunque sabemos que legalmente está más protegido el cliente contra-tar con una persona física que con una persona moral. Pero así se estaban dando las cosas y por eso tomamos la opción de crear esa nueva empresa como persona moral, pero práctica-mente fue por eso.Sin embargo, la grave crisis nacional de los años 80 no afec-tó en gran medida a los constructores quienes se mantenían asociados, pues la organización empresarial a la que perte-necían había fungido como canal para conocer los linea-mientos y regulaciones que afectarían a sus empresas, como serían las arancelarias y las de seguridad social entre otras. Pero también se habría convertido en un espacio desde el cual promovían, criticaban, opinaban y participaban públicamen-te algunos miembros desde la jerarquía de la organización.En la década neoliberal de 1990, en México deja de ser importante para los constructores formar parte de la Cá-mara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC, antes Cámara Nacional de la Industria de la Construcción, CNIC), bajo el régimen de gobierno nacional de Carlos Sa-linas de Gortari al disminuir los candados que regulaban la forma de participar para las licitaciones de obra federal y estatal y municipal, teniendo así, entre los prerrequisitos eli-
image/svg+xml55Revista de Historia OralRevista de Historia Oral55minados, el pertenecer a una cámara o asociación, presentar un currículo donde quede manifesta la experiencia de los constructores, permitiendo que en los concursos por obra, la decisión sea para la que cobre menos.Fue entonces que en tiempos de una nueva crisis de la construcción, de manera defnitiva múltiples agremiados consideraron innecesaria su participación en un organismo que consideraban más político (para quienes desearan parti-cipar) y dan su baja de la CMIC pues el pago de cuotas anua-les resultaba ser un peso oneroso en tiempos de mayor crisis, aunque mantienen su anexión a las asociaciones civiles de las cuales habían iniciado, como la Asociación de Ingenieros y Arquitectos, manteniéndose integrados por razones de in-tereses y relaciones de representación social necesarias para su actividad, y como colectivo por afnidad.Comentarios finalesDe esta manera, los constructores, de Ciudad Juárez arman el proceso vivencial de cuarenta años de duración en que evo-lucionan de un proceso amplio de reconocimiento como ac-tores subordinados que surgieron de los tumbos del modelo modernizador del país, hasta convertirse en pequeños agentes económicos locales que sobreviven, no sin fricciones, a la as-fxia de sus empresas por el modelo reformista y neoliberal.Las experiencias de los constructores tanto modernos como tradicionales y nuevos, no están excluidos de la histo-ria nacional y regional del todo social, sino que marcan espe-cífcamente la participación de los grupos de interés durante el proceso más amplio de transición de una ciudad semiur-bana a la consolidación de una ciudad industrial.Esta historia refejó los cambios que han sufrido los constructores modernos, con un enemigo en común: los agrónomos o tradicionales, que se desdibujará cuarenta años después, al cambiar el modelo de acumulación bajo la visión de competitividad del régimen salinista.Panorámica aérea, frontera Juárez El Paso. Plano Regulador de Ciudad Juárez, 1970-1972.En sentido general, los resultados de la investigación develan dos fenómenos a través del surgimiento de la indus-tria de la construcción, a partir del modelo de moderniza-ción en el norte de México:1) La subordinación de los constructores modernos que carecían de una intervención y presencia formal en el go-bierno local, para la ordenación y planeación de la ciudad.2) La limitada autonomía profesional. Mientras que el principal promotor para la producción de obra estuviera do-minado por las necesidades de modernización cuyo modelo de acceso está centralizado, por tal motivo la agencia de los constructores modernos se vio oportuna.Y, bajo el modelo neoliberal, el enfrentamiento de las nuevas condiciones económicas, institucionales y norma-tivas por parte de los micro, pequeños y medianos empre-sarios de la construcción, no signifcó su desaparición del escenario económico de los años 90, sino su transformación, no sin confictos e inconclusa, en un pequeño empresariado más dinámico y fexible.
image/svg+xmlVoces Recobradas56Voces Recobradas56Anexo 1Periódico Ofcial del Gobierno del Estado, Chihuahua, del 26 de JUNIO de 1963, núm. 51DECRETO 116 donde el Poder Legislativo decreta la:Ley que crea la Impulsora Chihuahuense de Obras PúblicasARTÍCULO PRIMERO.-Se crea un organismo público descentrali-zado, el cual se ha denominado “Impulsora Chihuahuense de Obras Públicas” y tendrá personalidad jurídica y patrimonio propios. ARTÍCULO SEGUNDO.-Este organismo se encargará de la ejecución de toda clase de obras públicas en el Estado de Chihu-ahua, ya sea que éstas correspondan al Gobierno del Estado de Chihuahua ya que éstas correspondan al Gobierno del Estado o a los Municipios, siempre y cuando es tos últimos soliciten la intervención de la Institución en forma legal. ARTÍCULO TERCERO.- Con la previa auto rización del Gober-nador del Estado, la Impulso ra Chihuahuense de Obras Públi-cas podrá con tratar realización de trabajos con los Gobiernos de otros Estados, de la Federación y aún con particulares. ARTÍCULO CUARTO.-La dirección y repre sentación de la .Impulsora. Chihuahuense de Obras Públicas, estará a cargo de un Director General, el cual podrá ser libremente nombrado y removido por el Gobernador del Estado. ARTÍCULO QUINTO. EI Director General podrá contratar el personal que requiera el desarrollo de la función que tiene encomenda da la institución. Asimismo, podrá formular los programas y realizar las, inversiones necesarias, previa la apro-bación del Gobernador del Estado. En términos generales, el Director General contará con todas las facultades que requiera para el buen desempeño de su cargo, las cuales se expresarán detalladamente en el Reglamento que de esta Ley se expida. ARTÍCULO SEXTO.-EI Ejecutivo del Estado queda facultado para determinar la forma en que deba integrarse el patrimonio de la Impul sora Chihuahuense de Obras Públicas. ARTÍCULO SÉPTIMO.-Además, de las fa cultades que la pre-sente Ley confere al Gobernador del Estado, quedan reservadas para este las de control y vigilancia, con el fn de proteger el patrimonio de la Impulsora Chihuahuense de Obras Públicas y para lograr que alcance su objeto. En tal virtud, el Gobernador del Estado, pondrá intervenir por si o, por la entidad administrativa que señale, los términos y para los objetivos siguientes.I. En la jerarquización y aprobación de los programas.II. En la aprobación de los presupuestos de operación y en la vigilancia de su ejecución y ejercicio.III. En la aprobación y control de las inversiones, para que se ajusten a los programas y presupuestos autorizadosIV. En la aprobación del destino que se dé a las utilidades y re-servas. V. En la aprobación de la forma en que dé debe reconstituirse el capital en caso de pérdidas.VI. En la vigilancia del funcionamiento y administración de la Impulsora Chihuahuense de Obras Públicas.VII. En la práctica de auditorías.ARTÍCULO OCTAVO.-De los rendimientos líquidos que ob-tenga la Impulsora Chihuahuense de Obras Públicas, se tomará un veinte por ciento para reservas de previsión.ARTÍCULO TRANSITORIO UNICO.-Esta Ley entrará en vigor al día siguiente del de su pu-blicación en el Periódico Ofcial del EstadoDADO en el Salón de Sesiones del Poder Legislativo en la Ciu-dad de Chihuahua, a los veintiún días del mes de mayo de mil novecientos sesenta y tres.DIPUTADO PRESIDENTE.- ING. JESUS SAGARNAGA.- DIPUTADO SECRETARIO,- JUAN J. FERNÁNDEZ.- DIPU-TADO SECRETARIO.- Por tanto, mando se imprima, publique, circule y se le dé el de-bido cumplimientoPalacio de Gobierno del Estado.-Chihuahua, a 1ro. de junio de 1963.GRAL. DE DIV. PRAXEDES GINER DURAN.- EI Secretario General de Gobierno LIC. SAÚL GONZÁLEZ HERRERA. Bibliografía————— ————— ————— ————— ————— ————— ————— ———Jiménez Cabrera, Edgar,“Neoliberalismo, reforma del Estado y modernización”. En Fundamentos teóricos. Cuadernos del Li-beralismo Social, Cambio XXI Fundación Mexicana, Núm. 1, México, 1993.Pedraza Reyes Héctor, “Compendio de Historia Política de Ciudad Juárez (1940-1960)”, Cuadernos de Trabajo,20 abril, UACJ, 1994.Periódicos————— ————— ————— ————— ————— ————— ————— ———(Biblioteca de la UACJ, Colecciones Especiales y de la Biblioteca de UTEP)La Obra, Ciudad Juárez, Chihuahua, desde septiembre de 1971 a 1º de noviembre de 1971. (Fotocopiado y digitalizado en CD). (Colecciones Especiales de la UACJ)Excelsior el Periódico de la Vida Nacional, desde 5 de enero de 1947 hasta 6 de diciembre de 1972 (M&M Hemeroteca de UTEP).––jueves 2 de diciembre de 1993, Artículo: “Un pueblo prehis-pánico, Santa Cruz Tlacoquemecatl” de León Rivera Jorge.El Correo.1962- 1965.La Prensa de Juárez.1966.El Fronterizo, 1963 -1977 (Archivo Histórico Municipal.)El Fronterizo, microflmación desde 1960 hasta diciembre de 1969 (en Colecciones Especiales UACJ).Las Banderasde 1956-1967 en el Archivo Histórico Municipal.Documentos Gubernamentales————— ————— ————— ————— ————— ————— ————— ———• Chihuahua, Estado deCódigo Administrativo del Estado de Chihuahua, 1950. (Biblio-teca UACJ, Colecciones Especiales).
image/svg+xml57Revista de Historia OralRevista de Historia Oral57Periódico Ofcial del Estado de Chihuahua. (POGECh de 1951 a 1964). (Biblioteca UACJ, Colecciones Especiales)• Ciudad JuárezArchivo Histórico Municipal. Actas de Cabildo.1959 -1962.Entrevistas y Testimonios————— ————— ————— ————— ————— ————— ————— ———• Entrevista al Arq. Alberto Rosas, realizada por Margarita Calvo Aguilar, Ciudad Juárez, Chih., agosto de 1998. • Entrevista al Ing. Marco Antonio Rubén Calvo Escobar (†), realizada por Margarita Calvo Aguilar, Ciudad Juárez, Chih., enero de 1998.• Entrevista al Ing. Francisco Ochoa Cunningham, realizada por Margarita Calvo Aguilar, Ciudad Juárez, Chih., septiem-bre y octubre de 2007. • Entrevista al Lic. Filiberto Terrazas Sánchez, cronista de Ciudad Juárez, realizada por Margarita Calvo Aguilar, Ciu-dad Juárez, Chih., 10 al 18 septiembre de 2007.Notas————— ————— ————— ————— ————— ————— ————— ———1Iglesias Prieto, Norma, La for más bella de la maquilado-ra: historias de vida de la mujer obrera en Tijuana,BCN, SEP, Cultura: Centro de Estudios Fronterizos del Norte de México (CEFNOMEX), c1985.2Entre las cláusulas destacan las relacionadas con la contra-tación de mano de obra la cual especifcaba que el contratista debía ocupar ingenieros y obreros mexicanos así como dar preferencia a los materiales que se produjeran en el país; y que el contratista debería presentar una fanza por el 10% (200 mil pesos) para garantizar el cumplimiento de sus obligaciones.3 En 1965 da inicio el Programa Industrial Fronterizo (PIF), concertado por el gobierno federal para favorecer la inserción o establecimiento de industrias maquiladoras de exporta-ción.4 Pedraza dice que “la Asociación empresarial de la crema y nata de la iniciativa privada de la ciudad era, por tanto, un poderoso grupo de presión, el primero originado en Juárez pero con proyección nacional y estatal”. Héctor Pedraza Re-yes, “Compendio de Historia Política de Ciudad Juárez (1940-1960)”, Cuadernos de Trabajo,20 abril, UACJ, 1994.5 Estas agrupaciones realizaban actividades donde tenían como invitados a representantes de organizaciones sociales y civiles de la ciudad.6 Algunos de estos grupos sociales eran: El Club Rotario (1929), El Comité de Damas Rotarias, El Comité Pro Asilo de Ancianos de Senecú, La Legión de Honor Mexicana, La Mesa Redonda Panamericana de Ciudad Juárez- El Paso, El Comité pro construcción de la Iglesia de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, Comité de Damas de la Cruz Roja, el Club de Leones, la Asociación de Charros, las Damas del Casino (Juárez), y las Damas del Botón Rojo, Club Social del Botón Rojo, Comité Diocesano, a los que pertenecían doña. María Teresa Rojas Aparicio (1888-1999), don Edmundo Silva Clau-dio (1891-1973), Manuel F. Mora (1894-1973). Empresariales y comerciales como la Confederación de Cámaras Naciona-les de Comercio e Industria, Cámara Nacional de Comercio, Cámara de Comercio, Casino Juárez, Asociación de Agentes Aduanales a las que pertenecieron distinguidos ciudadanos como fueron don Timoteo Cuellar (1888-1945), don Raymun-do García Azcárate (1892-1972).7Aquí las impresionantes construcciones de la ciudad de México moderno y progresista, que materializara por ejemplo el Arq. Augusto H. Álvarez o el reconocido Arquitecto Mario Pani.8Ing. Francisco Ochoa Cunningham, 2007.9Lic. Filiberto Terrazas Sánchez, 2007.10Expresidente de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de Ciudad Juárez, posee una empresa micro debido a que, en suma, el número de empleados permanentes no llegaban a quince personas. Es, en la actualidad, una empresa fami-liar y su giro comercial se establece como persona física. Su principal actividad comercial es el diseño y la construcción privada de casas habitación y, eventualmente, obra pública de reconstrucción.11Para Jiménez Cabrera, el Estado benefactor que articulaba las demandas sociales vio rebasada su capacidad de solucio-nar los graves problemas, consecuentemente se deterioraron las condiciones de vida de la población. Edgar Jiménez Ca-brera,“Neoliberalismo, reforma del Estado y modernización”. En Fundamentos teóricos. Cuadernos del Liberalismo Social, Cambio XXI Fundación Mexicana, Núm. 1, México, 1993 (Ji-ménez Cabrera; 1993).12El Ing. Marco Antonio Rubén nació en Paris, Francia, estu-dió Ingeniería de Aeronáutica en el Politécnico Nacional de la Ciudad de México; a fnales de los años 50 migra a la ciudad de Chihuahua enviado por la empresa de Estructuras Metálicas propiedad del Ing. Del Olmo (español) quien atraído por los incentivos de desarrollo hacia el norte de México decide ex-tender su empresa hasta Ciudad Juárez. El Ing. Calvo estaría a cargo de abrir el mercado para la estructura metálica en Ciu-dad Juárez. Formó parte de la Asociación de Ingenieros y Ar-quitectos de Ciudad Juárez por invitación, llegando a obtener el cargo de presidente en el bienio 1965-1966. Fue propietario de las empresas Estructuras Calvo, SA y Diseño Materiales y Equipo Calvo SA.13 El Ing. Armando Raúl posee una empresa que defne como pequeña, aunque no se pudo obtener el número de trabajado-res debido a que, en el momento de la entrevista, salía de una recesión de trabajo e iniciaría el reclutamiento de los traba-jadores. Su equipo de planta y de confanza está conformado por un contador interno y uno externo, una secretaria, cinco ingenieros, dos auxiliares administrativos y dos almacenistas. En tiempos en que no hay trabajo la reducción del personal llega a desplazar a todos y su esposa o algún familiar lo auxi-lian como secretarios o recepcionistas.