image/svg+xmlVoces Recobradas56Voces Recobradas56Los documentos orales desde una perspectiva archivísticaAurora I. Ludueña y Norma I. AriasArchiveras UNC
image/svg+xml57Revista de Historia OralRevista de Historia Oral57E n el presente, personas con formaciones disci-plinares en Ciencias Humanas y Sociales, ge-neran documentos orales o audiovisuales con fines científicos, educativos y/o culturales que no siempre concluyen en la formación de archivos ora-les que puedan conservarlos y hacerlos accesibles a los usuarios.Nuestro cometido aquí es intentar clarificar algu-nos conceptos de uso más frecuente y desde esta pers-pectiva nos hacemos los siguientes interrogantes:• ¿Adónde se conservarán los documentos orales cuan-do concluya el Proyecto que les dio origen?• Si quedan en archivos privados, ¿cuál va a ser su ser-vicio para la cultura?• Como Patrimonio documental que refleja costum-bres, hábitos, vidas cotidianas del pasado reciente, ¿quién se hará responsable de tenerlo disponible para usuarios? ¿A qué costos?• ¿Qué tratamiento con vistas a su fácil recuperación para servirlos a los eventuales usuarios, recibirán los documentos orales producidos en el marco de proyectos de Historia Oral?Esta comunicación forma par-te de nuestras reflexiones reali-zadas en el marco de un proyecto investigativo mayor que estamos elaborando como trabajo final de Licenciatura en Archivología. Estu-diamos los documentos orales desde una perspectiva archivística, centrando la mirada en los proyectos de Historia Oral y particularmente el Programa de Histo-ria Oral Barrial de la Municipalidad de Córdoba.1Los archiveros trabajamos con documentos admi-nistrativos que luego de haber cumplido con la finali-dad específica que les dio origen, llegan a los archivos previa selección dada por su valor potencial científico-cultural, y son conservados de manera permanente. Se trata de documentos generados, es decir, crea-dos con fines administrativos. Por ejemplo: para dar fe de algún hecho, para conseguir la resolución de un asunto, para certificar algo, etc. Nacieron con esa fina-lidad y habiendo cumplido con su ciclo vital llegaron a los archivos porque su existencia contribuyó en su mo-mento y contribuye actualmente a entender la historia de la institución que los generó.Desde ese universo conceptual en el que abreva nuestra profesión es que nos acercamos a la Historia Oral, interesadas por el modo diferente en que se crean o generan sus documentos. El concepto con el que son generados es diferente al que se estudia en la teoría ar-chivística.Los documentos orales se manifiestan diferentes en casi todo a los documentos administrativos con los que trabajamos cotidianamente. Diferentes en su ori-gen y en su concepción además de su soporte, no así en su valor testimonial.Cuando quisimos ver documentos orales, nos planteamos ¿dónde buscarlos? Esa pregunta nos llevó hasta el Programa Municipal de Historia Oral Barrial para la Ciudad de Córdoba. Fue en ese momento que le propusimos a la Lic. Nélida Milagros Agüeros, res-ponsable de dicho Programa, que nos dirigiese en esta investigación y nos permitiese tener a ese Programa como modelo para verificar nuestras hipótesis, en un estudio de campo concreto.Para la Archivología, la Bibliote-cología, la Museología y las Ciencias de la Documentación, documento es toda información asociada a un soporte. En el caso de documentos sonoros y orales, el soporte es la cinta magnética grabada, la memo-ria informática o el CD; en los que la información se registra mediante impulsos electromagnéticos; tecno-logías ópticas empleando un rayo láser; digitalización. La información es el testimonio contenido allí.Investigadores de diferentes proyectos de Histo-ria Oral trabajan con financiamiento de instituciones como CONICET, CECyT, Extensión. O sin financia-miento como en el caso de cátedras o tesis. Instituciones como Nación, Provincia y Munici-pios; y en el ámbito privado, las universidades priva-das, los centros culturales, las ONG, a través de archi-vos, museos, bibliotecas y escuelas propician investi-gaciones que, en su desarrollo producen documentos orales que sirven a sus productores mientras trabajan para conseguir los objetivos propuestos. Si los documentos generados administrativa-mente son consultados para investigaciones cuya fi-nalidad está muy lejos de la que les dio origen, ¿por qué no conservar los documentos orales creados con fines de investigación para las futuras generaciones? Es decir, para que los futuros consultantes encuentren vetas diversas a las explotadas por quienes generaron ese documento. Estos proyectos de gran valor para el Los documentos orales se manifiestan diferentes en casi todo a los documentos adminis-trativos con los que trabajamos cotidianamente. Diferentes en su origen y en su concepción además de su soporte, no así en su valor testimonial.
image/svg+xmlVoces Recobradas58Voces Recobradas58patrimonio cultural de la sociedad deben perdurar en los archivos.Los funcionarios de las administraciones no se llevan los documentos con que trabajan, éstos se con-servan en los archivos de las instituciones. De igual manera, los investigadores debieran resguardar los do-cumentos orales que producen. Los documentos orales, ¿dónde se conservarán cuando concluya el proyecto que les dio origen?Consideramos que corresponde a las institucio-nes que financian los proyectos de historia oral formar los archivos que contengan los documentos creados en esos proyectos.¿A quién pertenecen? No tenemos ley nacional ni provincial (en Córdo-ba) de archivos, entonces tomamos como referente la Ley de Patrimonio Histórico Español que sostiene que los archivos son “conjuntos de docu-mentos… reunidos por las personas jurídicas, públicas o privadas, en el ejercicio de sus actividades, al ser-vicio de su utilización para la inves-tigación, la cultura, la información y la gestión administrativa.”2Por nuestra profesión, nos inte-resa la misión del archivo con vistas al futuro, para la investigación, la cultura y la información. Por eso la necesidad de que los documentos ora-les sean conservados en archivos con acceso a consulta.La Ley Nacional 25197 sancionada en noviembre de 1999, titulada Régimendel Registro del Patrimonio Cultural define, en su artículo 2º, como bien cultural histórico- artístico, entre otros a los materiales de in-terés antropológico y etnológico; a los bienes que se refieren a la historia, incluida la historia de las cien-cias y las técnicas, la historia social, política, cultural y militar, así como la vida de los pueblos y los dirigentes, pensadores, científicos y artistas nacionales. Y a los do-cumentos de archivos incluidos colecciones de textos, mapas y otros materiales cartográficos, fotografías, pe-lículas cinematográficas, videos, grabaciones sonoras y análogos.3Este texto legal nos responsabiliza por los docu-mentos que estamos generando y que deberemos con-servar como un bien culturalpara el futuro.Queda saber: ¿quién se hará responsable de dispo-nerlo para eventuales usuarios?, y ¿a qué costos?Obviamente, para esto antes habrá que definir si queremos que esas grabaciones, que tanto nos han cos-tado, queden disponibles para otras personas. Luego seguirá saber dónde, en qué lugar físico y, como son bienes culturales, la responsabilidad de su custodia es del Estado. El Estado como organización social dotada de po-der soberano mediante un orden jurídico determina las condiciones tendientes a satisfacer las exigencias del bien común.4Es la razón por la cual debe consti-tuirse en garante de la conservación de los documentos –archivos como bienes patrimoniales de la sociedad en su conjunto– no de una época determinada, sino de toda la historia de esa sociedad. En las entrevistas realizadas percibimos la necesidad de contar con más nociones específicas que aporta la ciencia archivística, como también la inquietud de despertar y mantener la motivación de la comunidad para la consulta de sus ar-chivos.Una vez almacenados, hay que aplicarles algunos tratamientos especiales para hacer más fácil su recuperación. Y por tratamientos aludimos tanto a su ordenamiento físico: contenedores, muebles para éstos, acondicionamiento de ambientes; como a los cuidados técnicos espe-ciales: volcar su contenido en di-versos tipos de instrumentos des-criptivos que faciliten su utilización y difusión por eventuales usuarios.En el marco de nuestra tesis, hemos realizado en-trevistas a especialistas de la historia oral y pudimos observar que una de sus mayores preocupaciones es cómo tratar los documentos de un archivo oral.Nuestra propuesta para el Programa de Historia Oral Barrial de la Municipalidad de Córdoba es reunir en fondos y series a sus documentos, además de propo-nerles un plan descriptivo para el control y la recupe-ración de la información contenida en ellos. Nuestro máximo colofón será organizar un servicio de consulta y difusión de su acervo documental. Desde nuestra especialidad aportamos los méto-dos de ordenación basados en la teoría archivística, para luego reflejarlos en un cuadro de clasificación. Después, vendrá un plan descriptivo, que tendrá que cubrir las posibilidades de búsqueda de la información por diferentes vías de acceso, teniendo en cuenta los distintos intereses de los usuarios, que podemos afir-mar no serán sólo historiadores sino otros profesiona-les que utilizarán estas nuevas fuentes. Aquí debemos Por nuestra profesión, nos interesa la misión del archivo con vistas al futuro, para la investiga-ción, la cultura y la información. Por eso la necesidad de que los documentos orales sean conser-vados en archivos con acceso a consulta.
image/svg+xml59Revista de Historia OralRevista de Historia Oral59Notas————— ————— ————— ————— ————— ————— ————— ———La presente investigación fue expuesta en el X Encuentro Na-cional y IV Congreso Internacional de Historia Oral de la Re-pública Argentina, realizado en San Luis en octubre de 2011.1Trabajo Final de Licenciatura en Archivología: Los documen-tos orales desde la perspectiva archivística. El caso del Progra-ma Municipal de Historia Oral Barrial para la Ciudad de Cór-doba; dirigido por la Lic. Nélida Milagros Agüeros. Escuela de Archivología de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. Argentina.2Cruz Mundet, Manual de Archivística, Madrid, 4º ed., 2001.3www.google.leyes/ley_25197.pdf4Benigno Ildarraz y otros, Derecho Constitucional y Adminis-trativo,Córdoba, 2ª edición actualizada, 2006.reforzar el convencimiento de que las fuentes creadas por medio de la historia oral pueden ofrecer la infor-mación que será interpretada desde diferentes mira-das, no teniendo por qué ser la misma que la creó. Es importante la puesta en valor de estas fuentes por sus mismos creadores, ofreciéndola a la consulta abierta para otros intereses.Otro tema importante es la conservación y pre-servación de los documentos orales. Además de tener en cuenta el control ambiental del depósito, las condi-ciones de uso, también es indispensable mantener en excelentes condiciones las máquinas necesarias para la reproducción auditiva o visual de los documentos, sean grabadoras o computadoras. También es importante, la migración de soportes como medio para la conserva-ción preventiva al igual que las copias de resguardo que se deben realizar de forma periódica.