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Voces Recobradas
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Voces Recobradas
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Los documentos
orales desde
una perspectiva
archivística
Aurora I. Ludueña y
Norma I. Arias
Archiveras UNC
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Revista de Historia Oral
Revista de Historia Oral
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E
n el presente, personas con formaciones disci-
plinares en Ciencias Humanas y Sociales, ge-
neran documentos orales o audiovisuales con
fines científicos, educativos y/o culturales que
no siempre concluyen en la formación de archivos ora-
les que puedan conservarlos y hacerlos accesibles a los
usuarios.
Nuestro cometido aquí es intentar clarificar algu-
nos conceptos de uso más frecuente y desde esta pers-
pectiva nos hacemos los siguientes interrogantes:
• ¿Adónde se conservarán los documentos orales cuan
-
do concluya el Proyecto que les dio origen?
• Si quedan en archivos privados, ¿cuál va a ser su ser
-
vicio para la cultura?
• Como Patrimonio documental que refleja costum
-
bres, hábitos, vidas cotidianas del pasado reciente,
¿quién se hará responsable de tenerlo disponible para
usuarios? ¿A qué costos?
• ¿Qué tratamiento con vistas a su
fácil recuperación para servirlos a
los eventuales usuarios, recibirán los
documentos orales producidos en el
marco de proyectos de Historia Oral?
Esta comunicación forma par-
te de nuestras reflexiones reali-
zadas en el marco de un proyecto
investigativo mayor que estamos
elaborando como trabajo final de
Licenciatura en Archivología. Estu-
diamos los documentos orales desde una perspectiva
archivística, centrando la mirada en los proyectos de
Historia Oral y particularmente el Programa de Histo-
ria Oral Barrial de la Municipalidad de Córdoba.
1
Los archiveros trabajamos con documentos admi-
nistrativos que luego de haber cumplido con la finali-
dad específica que les dio origen, llegan a los archivos
previa selección dada por su valor potencial científico-
cultural, y son conservados de manera permanente.
Se trata de documentos generados, es decir,
crea-
dos
con fines administrativos. Por ejemplo: para dar
fe de algún hecho, para conseguir la resolución de un
asunto, para certificar algo, etc. Nacieron con esa fina-
lidad y habiendo cumplido con su ciclo vital llegaron a
los archivos porque su existencia contribuyó en su mo-
mento y contribuye actualmente a entender la historia
de la institución que los generó.
Desde ese universo conceptual en el que abreva
nuestra profesión es que nos acercamos a la Historia
Oral, interesadas por el modo diferente en que se crean
o generan sus documentos. El concepto con el que son
generados es diferente al que se estudia en la teoría ar-
chivística.
Los documentos orales se manifiestan diferentes
en
casi todo
a los documentos administrativos con los
que trabajamos cotidianamente. Diferentes en su ori-
gen y en su concepción además de su soporte, no así en
su valor testimonial.
Cuando quisimos ver documentos orales, nos
planteamos ¿dónde buscarlos? Esa pregunta nos llevó
hasta el Programa Municipal de Historia Oral Barrial
para la Ciudad de Córdoba. Fue en ese momento que
le propusimos a la Lic. Nélida Milagros Agüeros, res-
ponsable de dicho Programa, que nos dirigiese en esta
investigación y nos permitiese tener a ese Programa
como modelo para verificar nuestras hipótesis, en un
estudio de campo concreto.
Para la Archivología, la Bibliote-
cología, la Museología y las Ciencias
de la Documentación, documento
es toda información asociada a un
soporte. En el caso de documentos
sonoros y orales, el soporte es la
cinta magnética grabada, la memo-
ria informática o el CD; en los que
la información se registra mediante
impulsos electromagnéticos; tecno-
logías ópticas empleando un rayo
láser; digitalización. La información
es el testimonio contenido allí.
Investigadores de diferentes proyectos de Histo-
ria Oral trabajan con financiamiento de instituciones
como CONICET, CECyT, Extensión. O sin financia-
miento como en el caso de cátedras o tesis.
Instituciones como Nación, Provincia y Munici-
pios; y en el ámbito privado, las universidades priva-
das, los centros culturales, las ONG, a través de archi-
vos, museos, bibliotecas y escuelas propician investi-
gaciones que, en su desarrollo producen
documentos
orales que sirven a sus productores mientras trabajan
para conseguir los objetivos propuestos.
Si los documentos generados administrativa-
mente son consultados para investigaciones cuya fi-
nalidad está muy lejos de la que les dio origen, ¿por
qué no conservar los documentos orales creados con
fines de investigación para las futuras generaciones?
Es decir, para que los futuros consultantes
encuentren
vetas diversas a las explotadas por quienes generaron
ese documento. Estos proyectos de gran valor para el
Los documentos orales se
manifiestan diferentes en casi
todo a los documentos adminis-
trativos con los que trabajamos
cotidianamente. Diferentes en su
origen y en su concepción además
de su soporte, no así en su valor
testimonial.
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patrimonio cultural de la sociedad deben perdurar en
los archivos.
Los funcionarios de las administraciones no se
llevan los documentos con que trabajan, éstos se con-
servan en los archivos de las instituciones. De igual
manera, los investigadores debieran resguardar los do-
cumentos orales que producen.
Los documentos orales, ¿dónde se conservarán
cuando concluya el proyecto que les dio origen?
Consideramos que corresponde a las institucio-
nes que financian los proyectos de historia oral formar
los archivos que contengan los documentos creados en
esos proyectos.
¿A quién pertenecen?
No tenemos ley nacional ni provincial (en Córdo-
ba) de archivos, entonces tomamos como referente la
Ley de Patrimonio Histórico Español que sostiene que
los archivos son “conjuntos de docu-
mentos… reunidos por las personas
jurídicas, públicas o privadas, en el
ejercicio de sus actividades, al ser-
vicio de su utilización para la inves-
tigación, la cultura, la información
y la gestión administrativa.”
2
Por nuestra profesión, nos inte-
resa la misión del archivo con vistas
al futuro
, para la investigación, la
cultura y la información.
Por eso la
necesidad de que los documentos ora-
les sean conservados en archivos con acceso a consulta.
La Ley Nacional 25197 sancionada en noviembre
de 1999, titulada Régimen
del Registro del Patrimonio
Cultural
define, en su artículo 2º, como
bien cultural
histórico- artístico,
entre otros a los materiales de in-
terés antropológico y etnológico; a los bienes que se
refieren a la historia, incluida la historia de las cien-
cias y las técnicas, la historia social, política, cultural y
militar, así como la vida de los pueblos y los dirigentes,
pensadores, científicos y artistas nacionales. Y a los do-
cumentos de archivos incluidos colecciones de textos,
mapas y otros materiales cartográficos, fotografías, pe-
lículas cinematográficas, videos, grabaciones sonoras y
análogos.
3
Este texto legal nos responsabiliza por los docu-
mentos que estamos generando y que deberemos con-
servar como un
bien cultural
para el futuro.
Queda saber: ¿quién se hará responsable de dispo-
nerlo para eventuales usuarios?, y ¿a qué costos?
Obviamente, para esto antes habrá que definir si
queremos que esas grabaciones, que tanto nos han cos-
tado, queden disponibles para otras personas. Luego
seguirá saber dónde, en qué lugar físico y, como son
bienes culturales, la responsabilidad de su custodia es
del Estado.
El Estado como organización social dotada de po-
der soberano mediante un orden jurídico determina
las condiciones tendientes a satisfacer las exigencias
del bien común.
4
Es la razón por la cual debe consti-
tuirse en garante de la conservación de los documentos
–archivos como bienes patrimoniales de la sociedad
en su conjunto– no de una época determinada, sino
de toda la historia de esa sociedad. En las entrevistas
realizadas percibimos la necesidad de contar con más
nociones específicas que aporta la ciencia archivística,
como también la inquietud de despertar y mantener la
motivación de la comunidad para la consulta de sus ar-
chivos.
Una vez almacenados, hay que
aplicarles algunos tratamientos
especiales para hacer más fácil su
recuperación.
Y por tratamientos aludimos
tanto a su ordenamiento físico:
contenedores, muebles para éstos,
acondicionamiento de ambientes;
como a los cuidados técnicos espe-
ciales: volcar su contenido en di-
versos tipos de instrumentos des-
criptivos que faciliten su utilización
y difusión por eventuales usuarios.
En el marco de nuestra tesis, hemos realizado en-
trevistas a especialistas de la historia oral y pudimos
observar que una de sus mayores preocupaciones es
cómo tratar los documentos de un archivo oral.
Nuestra propuesta para el Programa de Historia
Oral Barrial de la Municipalidad de Córdoba es reunir
en fondos y series a sus documentos, además de propo-
nerles un plan descriptivo para el control y la recupe-
ración de la información contenida en ellos. Nuestro
máximo colofón será organizar un servicio de consulta
y difusión de su acervo documental.
Desde nuestra especialidad aportamos los méto-
dos de ordenación basados en la teoría archivística,
para luego reflejarlos en un cuadro de clasificación.
Después, vendrá un plan descriptivo, que tendrá que
cubrir las posibilidades de búsqueda de la información
por diferentes vías de acceso, teniendo en cuenta los
distintos intereses de los usuarios, que podemos afir-
mar no serán sólo historiadores sino otros profesiona-
les que utilizarán estas nuevas fuentes. Aquí debemos
Por nuestra profesión, nos
interesa la misión del archivo con
vistas al futuro, para la investiga-
ción, la cultura y la información.
Por eso la necesidad de que los
documentos orales sean conser-
vados en archivos con acceso a
consulta.
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Revista de Historia Oral
Revista de Historia Oral
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Notas
————— ————— ————— ————— ————— ————— ————— ———
La presente investigación fue expuesta en el X Encuentro Na-
cional y IV Congreso Internacional de Historia Oral de la Re-
pública Argentina, realizado en San Luis en octubre de 2011.
1
Trabajo Final de Licenciatura en Archivología: Los documen-
tos orales desde la perspectiva archivística. El caso del Progra-
ma Municipal de Historia Oral Barrial para la Ciudad de Cór-
doba; dirigido por la Lic. Nélida Milagros Agüeros. Escuela de
Archivología de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la
Universidad Nacional de Córdoba. Argentina.
2
Cruz Mundet,
Manual de Archivística,
Madrid, 4º ed., 2001.
3
www.google.leyes/ley_25197.pdf
4
Benigno Ildarraz y otros,
Derecho Constitucional y Adminis-
trativo,
Córdoba, 2ª edición actualizada, 2006.
reforzar el convencimiento de que las fuentes creadas
por medio de la historia oral pueden ofrecer la infor-
mación que será interpretada desde diferentes mira-
das, no teniendo por qué ser la misma que la creó. Es
importante la puesta en valor de estas fuentes por sus
mismos creadores, ofreciéndola a la consulta abierta
para otros intereses.
Otro tema importante es la conservación y pre-
servación de los documentos orales. Además de tener
en cuenta el control ambiental del depósito, las condi-
ciones de uso, también es indispensable mantener en
excelentes condiciones las máquinas necesarias para la
reproducción auditiva o visual de los documentos, sean
grabadoras o computadoras. También es importante, la
migración de soportes como medio para la conserva-
ción preventiva al igual que las copias de resguardo que
se deben realizar de forma periódica.