image/svg+xmlVoces RecobradasRevista de Historia Oral6160La Asociación de Historia Oral de la República Ar-gentina (AHORA) como corresponsable de la 17ª Conferencia Internacional de Historia Oral de la International Oral History Asociation (IOHA) formó una comisión organizadora que propuso dar espacio a todas las voces, miradas e interpretaciones sobre el devenir his-tórico, visto desde la perspectiva de las identidades y sus complejas relaciones con la diversidad y la desigualdad. Por tal razón incorporó por vez primera en sus en-cuentros un área específca referida a los pueblos indíge-nas. Para ello se propusieron cuatro tipos de actividades diferentes: una clase magistral a cargo de la prestigiosa socióloga aymara Silvia Rivera Cusicanqui; un panel sobre identidades étnicas y transmisión de los relatos históricos, una mesa de ponencias que se tituló Pueblos originarios, memoria, política e historia oral y la proyección de algunas películas documentales.Sostener que por primera vez que se le otorgaba enti-dad a dicho tema no pretende negar la presentación de tra-bajos sobre el mismo en los anteriores encuentros naciona-les de Historia Oral, sino más bien poner en evidencia una cierta invisibilidadque han sufrido y continúan sufriendo los pueblos originarios y una escasa producciónde estudios históricos referidos a la historia indígena.1. AntecedentesDecíamos que en los encuentros de Historia Oral celebra-dos desde 1993 se presentaron trabajos en los que apare-cían problemáticas vinculadas a las poblaciones indígenas a lo largo del siglo XX. Pero en la mayoría de los mismos el eje de sus análisis no estaba constituido por la etnicidad o la interculturalidad; esas facetas quedaban semiocultas Pueblos originarios, memoria, política e historia oralCongresos y Encuentrosbajo el velo de categorías como las de nacionalidad y clase. Tal el caso de ponencias sobre migrantes de Bolivia, Perú y Chile en nuestro país o de México en California. En ellos el foco estaba puesto en analizar cuestiones de género, de transmisión cultural a hijos y nietos y/o en problemas de discriminación pero las referencias a las culturas y lenguas ancestrales eran tenues o nulas en comparación con la mención a situaciones de pobreza y/o cultura campesina. Ahora bien, si tomamos el conjunto de las ponencias presentadas en todas las mesas temáticas, a partir del en-cuentro del año 2001, es signifcativo encontrar unas cuan-tas que mostraban interés por estudiar y analizar testimo-nios de individuos que se autoidentifcan como pertene-cientes a pueblos originarios. La mayoría de esos trabajos se vinculan con cuestiones de identidad2y de educación y, en este último aspecto, sobresalen aquellos que refexionan sobre el uso de la historia oral como herramienta didáctica en las instituciones educativas con presencia de alumnos indígenas.3Además de los trabajos que incluyen testimonios de individuos que se consideran a sí mismos mapuche, wichis o kollas, solo por mencionar algunos, existe otro conjun-to importante dedicado a cuestiones indígenas pero que a falta de una mesa temática propia se presentaron en mesas dedicadas a “historias locales”, “cultura”, “migraciones” y “memoria”.4Entre todas las acciones realizadas en estos casi 20 años de encuentros hubo dos momentos en los que la te-mática indígena tuvo un espacio especial. Sucedió en el V y en el VII Encuentros Nacionales de los años 2001 y 2005. En el V Encuentro se habían organizado tres talleres, uno de los cuales se llamó “Historia oral y educación” y dos de las experiencias educativas presentadas en ese taller se ocupaban de las poblaciones originarias. Una de ellas a través del relato de cómo un grupo de docentes inves-tigó y escribió libros de historia, lengua y geografía con-textualizados en la Quebrada de Humahuaca, provincia de Jujuy.5La otra experiencia daba cuenta de un trabajo de investigación hecho con alumnos de escuelas secundarias del barrio de Lugano de la ciudad de Buenos Aires donde la migración de grupos de origen aymara o quechua era numerosa.6Sería imposible cerrar este breve resumen de ante-cedentes sin mencionar que en el VII Encuentro de 2005 una de las conferencistas invitada fue la Dra. Silvia Rivera Cusicanqui, socióloga boliviana de origen aymara. Su di-sertación llevaba por título “La HO y el uso de imágenes en la investigación social. Una experiencia boliviana.”La temática indígena en la 17ª Conferencia Internacional de Historia OralLas actividades desarrolladas en vinculación con los pue-blos originarios se realizaron en el Centro Cultural de la Cooperación, en el Centro Cultural General San Martín, en la Casa del Historiador y en el Espacio Virrey Liniers.1. Clase MagistralEl lunes 3 de septiembre en la Sala Laks del Centro Cultural de la Cooperación “Floreal Gorini” dio su Clase Magistral la Dra. Silvia Rivera Cusicanqui, especialmente invitada por la Comisión Directiva de AHORA para este evento. El tema elegido por la conferencista fue “Violencia e interculturalidad en el nuevo manejo discursivo sobre la Pa-chamama y lo indígena” que concitó el interés de un grupo nutrido de participantes del encuentro y de varios miembros de la comunidad boliviana en Buenos Aires, quienes entera-dos de la conferencia a través de periódicos, se presentaron pidiendo que se los dejase entrar a escuchar la disertación aunque no se habían inscripto en el Congreso.2. Panel “Identidades étnicas, relato histórico y transmi-sión generacional”El día viernes 7 a las 14 horas se llevó a cabo en el Espa-cio Virrey Liniers, Venezuela 469, este panel abierto a la comunidad que contó con la presencia de dos destacados investigadores. En primer lugar la Dra. Gabriela Novaro, antropóloga, presentó una serie de refexiones sobre los avances de una investigación que dirige para el Programa de Antropología y Educación de la Facultad de Filosofía y Letras /UBA-Conicet titulado “Niños migrantes bolivianos en contextos educativos interculturales. Continuidades y rupturas en la transmisión de saberes y relatos históricos”.Algunas de las situaciones signifcativas a las que hizo referencia la disertante se vinculan con las formas del re-cuerdo y el dilema entre querer recordar y no poder olvi-dar; con procesos de afrmación identitaria que en el con-texto de migración se expresan en clave nacional y en los espacios cotidianos y domésticos de la población, también en clave étnica. Por otra parte señaló la necesidad de aten-der a la transmisión de relatos en situaciones que no se de-fnen explícita ni formalmente asociados a esa intención. Luego disertó el Lic. Marcelo Valko, psicólogo e in-vestigador histórico, que comentó dos de sus libros publi-cados en los ultimos años: Los indios invisibles del Malón de la Paz y Ciudades malditas. Ciudades perdidas. Oralidad en torno a sitios de geografía sagrada, aunque, al calor del debate que se suscitó, también hizo mención de algunos fragmentos de Pedagogía de la desmemoria. Crónicas y es-trategias del genocidio invisible. Acompañó su presentación con la proyección de diapositivas que sirvieron para ilus-trar sus palabras y que los asistentes recibieron con mani-festo interés. 3. FilmsTres fueron los documentales proyectados a lo largo de la semana. El primero en exhibirse fue Octubre Pilagáde Valeria Mapelman. La película da voz a testigos de la matanza de cientos de personas pertenecientes a la etnia pilagá de la provincia de Formosa en octubre de 1947.Otra mañana se proyectó Runa Kuti. Indígenas urba-nosde Dailos Batista y Paloma Castaño quienes nos mues-tran los testimonios de descendientes de grupos indígenas que viven en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores. La película revela los esfuerzos de todas esas personas por reconocer sus raíces culturales en medio de una sociedad que niega ese pasado.Por último, el día viernes, a continuación del panel sobre identidades étnicas, relato histórico y transmisión Dora BordegarayAHORA Asociación de Historia Oral de la República Argentina
image/svg+xmlVoces RecobradasRevista de Historia Oral6362generacional se proyectó Inacayal. La negación de nues-tra identidad. En esta oportunidad los directores del flm, Myriam Angueira y Guillermo Glass, estuvieron presentes y al fnalizar la proyección respondieron las preguntas de un auditorio sumamente entusiasmado.4. Los trabajos presentados en las Sesiones Paralelas Es digno de destacar que siendo la primera vez que se abría esta temática específca, se recibieron 25 ponencias, canti-dad que muestra el interés que concita. Por otra parte y por razones de organización y tiempo, algunas otras ponencias fueron asignadas a otras mesas aunque su tema bien po-dría haberse incorporado a la de pueblos originarios.Los ponentes llegaron desde Brasil, México, Ecuador, Panamá, Chile y compartieron la mesa con cuatro ponen-tes argentinos.Podemos hacer un análisis a grandes rasgos para ob-servar algunos de los temas que atrajeron la atención de los trabajos. Varios se vinculan con las problemáticas territo-riales de los pueblos indígenas. Por un lado la necesidad de no perder contacto con su territorio ancestral; por otro, las complejas situaciones que se viven en los procesos de regu-larización de tierras llevados adelante por las políticas públi-cas estatales.7Por supuesto estas cuestiones se vinculan con la construcción de identidades y sentimientos de pertenen-cia en cuyo desarrollo no están ajenos los Estados.8También se presentaron ponencias que analizan las estrategias de las poblaciones originarias frente a proble-mas ambientales9y los dilemas educativos en cuanto a la transmisión de costumbres que enfrentan los pueblos in-dígenas en relación con la sociedad criolla.10Una mención aparte merecen las ponencias que se ocupan de la pobla-ción negra de los “quilombos” de Brasil11que se entrelazan con las luchas por sus identidades.Por último, algunos trabajos refexionan sobre las re-laciones confictivas entre la historia y las memorias12po-niendo sobre el tapete la necesidad de un debate abierto y profundo sobre el tema.Historia y memorias indígenas. Perspectivas y desafíos Quienes nos dedicamos a la historia podemos dar cuenta de las difcultades que trae aparejado el intento de incor-porar a los pueblos indígenas dentro del relato histórico. La historiografía tradicional argentina se ha ocupado de ellos en forma que podríamos califcar como “espasmódi-ca” puesto que se les otorgó un lugar en el desarrollo his-tórico solamente en algunos pocos momentos. Quizás no sería exagerado decir que los grupos indígenas aparecen en nuestra historia antes de la conquista y colonización española, luego se los estudió como mano de obra barata y descartable en la economía colonial y por fn como los bárbaros/incivilizados que impedían con su sola existencia el progreso de la nación. Aún más, el sentido común de la sociedad argentina (en gran parte difundido por la escuela) sostuvo a lo largo del siglo XX que en nuestro país no queda-ban grupos indígenas. Esta mirada fue parte de la puesta en acto del mito fundante civilización/barbarie que nos ha hecho sostener que los argentinos descendemos de los barcos.13Si bien la investigación académica ha incorpora-do esta temática en las últimas dos décadas, todavía nos encontramos con muchos historiadores que todavía no advierten su importancia y muchos otros que, formados profesionalmente con rigor aunque en forma tradicional, solo ven en estas cuestiones la ocupación territorial dentro del proceso de conformación del Estado y por tanto se en-cuentran encorsetados en análisis de fronteras internas, de relaciones bélicas y desarrollo económico y cambios socia-les de los espacios ocupados por la “civilización”. Ese enva-ramiento se agrava cuando se pretende superponer iden-tidades nacionales o provinciales a las étnicas en forma anacrónica (vgr. diferenciar entre argentinos o chilenos a los mapuches cuando todavía no existían las fronteras entre ambos países) o cuando se trasladan periodizacio-nes que nada tienen que ver con el desenvolvimiento de las comunidades.Pero las luchas de los movimientos indígenas en pro del reconocimiento de sus derechos demostraron su exis-tencia ante el asombro de parte de la sociedad nacional. El artículo 75 de la Constitución Nacional sancionada en 1994 reconoce, entre otros derechos, ser considerados étnica y culturalmente preexistentes a la formación del Estado y a ser respetados en su identidad recibiendo una educación bilíngüe e intercultural. La efectivización de estos derechos conduce inevitablemente a considerar a las comunidades como productoras de cultura en el presente y por lo tanto con capacidad de proyecto hacia el futuro. Y esto incluye la revisión del propio pasado.Ahora bien, la mayoría de los grupos indígenas de la Argentina no escribieron su pasado sino que lo tienen re-gistrado en sus memorias, entre las que los mitos14tienen gran importancia y vigencia. Y esas memorias abarcan re-latos de sus luchas, de sus rebeliones y de las represiones y matanzas que sufrieron, en lo que llamamos pasado re-ciente. Todas esas fuentes están esperando ser registradas, analizadas, interpretadas.Entonces, ¿cuál es la perspectiva que tiene la his-toria oral en este campo? En primer lugar, tomamos la idea de perspectiva con dos significados. Por un lado incluye las circunstancias que pueden preverse sobre un asunto y por otro, la distancia o alejamiento respecto del objeto que observamos con la finalidad de analizarlo mejor. ¡Menudo desafío espera a los interesados! Pen-semos simplemente en que para la cultura occidental el proceso histórico se dirige hacia adelante y las culturas originarias sostienen que el futuro está a nuestras espal-das porque no podemos verlo y que adelante nuestro está el pasado, que conocemos y del cual ya tenemos imágenes.Tendremos que romper costumbres que nos llevan a utilizar categorías inaplicables en estos contextos; debere-mos trabajar interdisciplinariamente pero con mucha se-riedad, escuchando y debatiendo con otros profesionales (antropólogos, lingüistas, sociólogos, etc.) para no volver-nos superfciales y nos comprometeremos a respetar las interpretaciones que las comunidades hagan de su propio pasado incluyéndolas en nuestros trabajos seguramente como parte que luego usaremos para dar nuestra reinter-pretación como historiadores. Pero más aún, tendremos que desarticular (deconstruir) los pensamientos coloniales que poseemos tanto las comunidades como los profesio-nales que las estudiamos.De ser así, más que perspectivas alentadoras, la histo-ria indígena construida con fuentes orales tiene una gran prospectiva, en el sentido de estudio del futuro basado en la imaginación creadora y en la refexión científca sobre lo posible. Entonces, la historia oral tendrá allí una “masa crítica” importantísima que podría producir una reacción en cadena incorporando defnitivamente a nuestra historia (la de todos) a estos sectores que Gramsci llamaba subal-ternos como actores necesarios en el relato de un pasado compartido.Notas————— ————— ————— ————— ————— ————— ————— ———1Entre otros se pueden citar: • Brígida Baeza, “Transformacio-nes identitarias en una comunidad de origen mapuche en el NO de la provincia de Chubut”, en Encuentro Nacional de Historia Oral, 2001. • Pastora Mamani y Silvia Hoyos, “La minga como espacio de comunicación oral en Valle Grande, Provincia de Jujuy”, en Encuentro Nacional deHistoria Oral, 2003.2Bibiana Pivetta, y Sandra Ballescio, “La HO, una alternativa en atención a la diversidad”, en Encuentro Nacional de Historia Oral, 2001.3En este tema podemos mencionara tres trabajos:•Iván Ramiro Nicola, “Grupo de recuperación histórica en el Valle de Picún Leuvú”, en Encuentro Nacional de Historia Oral, 2001. • Autores varios, “La HO en la construcción de proyectos educativos comunitarios desde la experiencia con la comuni-dad Misak del Cabildo Kurak Chac, Colombia”, en Encuentro Nacional de Historia Oral, 2001. • M.E. Ferreyra y E. Jaimes, “Una propuesta educativa en multiculturalidad y bilingüismo en Tucumán. Voces de la historia de los pueblos originarios en el currículo”, en Encuentro Nacional de Historia Oral, 2011.4O. Jerez e I. Julián,“Memoria e identidades étnicas: los guar-aníes de las tierras bajas de Jujuy”, en Encuentro Nacional de Historia Oral, 2011.5Autores varios, “Quebrada de Humahuaca, 10000 años de his-toria y Los caminos de la lengua en la Quebrada de Humahua-ca, Elaboremos entre todos una escuela para todos”, Ministerio de Educación, 2001.6 Vera Carnovale.7Clovis Brighenti, “Territorio en movimiento. Contribución de la oralidad en la regularización de las tierras indígenas en el Brasil”.8J. Cruz Mamani, y J. D`Orcy, “Los recuerdos de un viejo pue-blo vuelven a tejerse. Legado, espacio y memoria en los talleres textiles comunitarios en San Pedro de Atacama”.9I. Ferreyra, “La vida en un hilo en los bosques”10M. Cahuich Campos, “¿Hipil o vestido? Dilema sobre la edu-cación en una familia maya”.11•M.T.Trabulsi, “Quilombos e Quilombolas, Reconocimiento e identidades: una refexión preliminar”. •E.R. Silva, “Quilom-bola Community from Lagoa Santa: memories of an invasion (1950)”.12• Autores varios, “Sobre los indios y los historiadores”.• N. Dal Moro, “Textos memorialistas como forma política de es-cribir la historia”.13Los mexicanos descienden de los aztecas, los peruanos de los incas y los argentinos de los barcos.14Bordegaray, Dora, “Mitos e historia en la Puna jujeña. Miradas contrapuestas”, en Encuentro Nacional de Historia Oral 2007