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Voces Recobradas
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Revista de Historia Oral
Voces Recobradas
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Introducción
En los últimos años, las narraciones populares se han
convertido, cada vez más, en fuentes representativas de
expresivos saberes. Frente a este nuevo panorama, las na-
rrativas no solo pasan a ser consideradas como fuentes
fables, sino que también ahora tienen –de la misma for-
ma que el conocimiento científco– un espacio de reco-
nocimiento y legitimidad social. El resultado directo de
esta nueva dinámica son los diversos espacios de interlo-
cuciones expresadas en foros, reuniones, acciones comu-
nitarias y en las políticas gubernamentales que afectan
a los individuos y las comunidades que producen estos
conocimientos y prácticas.
A nivel internacional, la Convención para la Salva-
guardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (2003) de las
Saberes
y haceres
comunitarios
La práctica
Griô
de la
narración de historias
El Instituto de Patrimonio Histórico y Artístico Na-
cional (IPHAN), un departamento dependiente del Mi-
nisterio de la Cultura de Brasil (MinC) es la institución
encargada, entre otras acciones, del registro, inventario
y la preparación de planes para la salvaguardia del patri-
monio inmaterial en el país.
Sin embargo, este conjunto de leyes y políticas gu-
bernamentales, a pesar de su positividad, no ha sido
sufciente para dar cuenta de la diversidad de saberes y
haceres tradicionales y populares existentes en nuestro
territorio. El Brasil tiene una rica composición étnica y
cultural que se extiende desde las grandes ciudades hasta
los pequeños pueblos del campo. Se puede imaginar con
facilidad la gran cantidad de “conocedores”, maestros,
contadores de historias, saberes y expresiones populares
y tradicionales que no están bajo la protección de los ins-
trumentos legales, ni amparados por políticas públicas de
valoración, reconocimiento y de la mejoría de las condi-
ciones de vida.
Pero estos individuos existen, están en las ciudades,
en los barrios, en las comunidades… A su modo mantie-
nen en su memoria saberes y haceres ancestrales, trans-
mitidos de generación en generación, de padres a hijos,
de abuelos a nietos, de viejos a jóvenes. Antes de los ins-
trumentos legales y de las políticas públicas ya existían y,
más allá de ellas, siguen manteniendo, como bien defnió
Hampâté Bâ: “la memoria viva” (2010, p. 167).
En el ámbito de este reconocimiento se encuentra el
estudio que presentamos, cuyo origen se vincula al traba-
jo desarrollado por el NALS (Núcleo de Arte, Lenguaje y
Subjetividad) de la Facultad de Educación de la Univer-
sidad Federal de Pelotas. En los últimos cuatro años el
NALS viene desarrollando un conjunto de acciones que
buscan la valorización y la visibilización de diferentes
formas y manifestaciones de la cultura popular. Uno de
estos proyectos es el Foro Internacional de Contadores de
Historias (FICH), que en 2012 se encuentra en su terce-
ra edición. A través de las narrativas populares el Foro
busca el diálogo con grupos periféricos y con lo que de-
nominamos de “estéticas periféricas”. Además de FICH,
el NALS también articula y desarrolla el proyecto de in-
vestigación Narrativas Cotidianas: Memoria, Identidad y
Representación. Por lo tanto, fueron estas actividades ya
emprendidas por el NALS las que estimularon este estu-
Cristiano Guedes
Pinheiro
Denise Marcos
Bussoletti
Universidad Federal
de Pelotas (PPGE/FaE/
UFPel). Brasil.
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cul-
tura (UNESCO) contribuyó para el reconocimiento de
la cultura tradicional y popular, que se manifesta en las
prácticas, las representaciones, las expresiones, el lengua-
je oral, los conocimientos y las técnicas que las comunida-
des y los grupos poseen.
En Brasil, tanto la aplicación de la Convención de la
UNESCO (de la cual el Brasil es signatario), las disposi-
ciones constitucionales de los derechos culturales (Brasil,
2011, Art. 215-216) como la aplicación de las políticas con
relación al reconocimiento y la valoración de patrimonio
cultural brasileño (la institución del Registro de la Pro-
piedad Cultural e Inmaterial de Brasil y el Plan Nacional
de Cultura)
1
posibilitaron y prometen seguir promovien-
do la salvaguardia del patrimonio inmaterial en el país.
dio e indicaron el foco temático, así como las acciones de
base que permitieron el encuentro con el sujeto de nues-
tra investigación, y hasta cierto punto, el encantamiento
con las posibilidades del ahora presentado.
Fue a través de este camino como encontramos a
doña Sirley, una maestra
griô
2
del Movimiento Negro de
la ciudad de Pelotas, en el Rio Grande del Sur, una conta-
dora de historias de 76 años, que cuenta y canta historias
de su ancestralidad por las antiguas
charqueadas
(salade-
ros) de la ciudad y sus propias experiencias en el carnaval
local, de donde surge el escenario de la mayor parte de
sus historias y memorias. Doña Sirley es una costurera
jubilada que vive en la periferia de la ciudad, además de
griô,
3
puede ser nombrada como activista cultural, pues
participa de diversos grupos de promoción y valorización
del negro, el anciano y del trabajo con niños, además de
ser una reconocida carnavalesca pelotense.
A partir de esta nueva perspectiva del hacer históri-
co, este trabajo está inscripto como resultado de las accio-
nes y de la investigación producida por el NALS. A partir
de un recorte temático (en el escopo de las narrativas po-
pulares), objetivamos identifcar la oralidad, más especí-
fcamente la práctica popular de la narración de historias,
de la maestra
griô
doña Sirley, no solo como fuente válida,
sino, principalmente, como un proceso educativo y de re-
sistencia. Al fnal, esperamos que nuestro estudio pueda
apuntar la práctica de la narrativa popular
griô
de doña
Sirley, como una contribución para la promoción de nue-
vas formas de organización y educación comunitarias.
Fuxicos y muñecas confeccionadas por doña Sirley.
Fuente: Acervo NALS.
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Voces Recobradas
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Saberes y haceres humanos en la Historia
Entre los siglos VII y VI a.C., los griegos antiguos fue-
ron protagonistas de una intensa época en la historia del
pensamiento humano occidental. Hasta entonces, el pen-
samiento predominante era el mitológico, expresado en
las grandes narrativas sobre dioses, semidioses y héroes.
Luego ocurre lo que algunos autores denominan como
pasaje del
saber mítico
(alegórico) hacia el
pensamiento
racional
(
logos
) (Cotrim, 2006).
El pensamiento mitológico griego, sin embargo, se
remonta a siglos anteriores, como podemos constatar en
los poemas homéricos la
Ilíada
(episodios de la Guerra de
Troya) y la
Odisea
(aventuras vividas por el héroe Odiseo
–Ulises, según la mitología romana–, su vuelta a casa des-
pués de haber luchado en la Guerra de
Troya), que narran hechos ocurridos
en el siglo XII a.C.
El pasaje del mito a la razón no
ocurrió en un momento determina-
do, fue marcado por un largo proceso
durante el cual surgieron la escritura,
la moneda, la ley, principalmente, la
polis
. Estos avances fueron transfor-
mando la visión que el hombre tenia
de sí mismo y del mundo, culminan-
do, en el siglo VI a.C., con el surgi-
miento de la flosofía.
Por lo tanto, “El surgimiento de la flosofía en Grecia
no es, en verdad, un salto realizado por un pueblo privi-
legiado, pero la culminación de un proceso” de avance de
los saberes y haceres que se realizarán a través de la expe-
riencia humana. De la misma forma, se puede considerar
que “el surgimiento de la racionalidad fue [...] preparado
por el pasado mítico y cuyas características no desapare-
cen ‘como por encanto’ con el nuevo abordaje del mundo”,
por el contrario, hoy los mitos mantienen su valor no so-
lamente histórico, sino también simbólicos. Entre otros,
basta ver el uso que el psicoanálisis hace de aquello que
Freud llamó de
complejo de Edipo
, concepto basado en el
mito griego de Edipo. (Aranha; Martins, 1986, p. 33).
Y, después de los “mil años” de la Edad Media, du-
rante los cuales el pensamiento flosófco griego quedó
encorsetado por la adaptación promovida por el pensa-
miento religioso cristiano, el hombre avanzó en dirección
a un nuevo entendimiento sobre sí y el mundo que lo
rodeaba: el Renacimiento, movimiento que puso nueva-
mente en el centro del pensamiento humano el estudio de
la cultura grecorromana y sus ideas de valorización del
propio hombre (antropocentrismo), de las posibilidades
de la razón y la consecuente intervención y transforma-
ción del mundo por la acción del hombre.
A partir del Renacimiento se construyen las bases
para la independencia de la ciencia como saber autónomo
de la flosofía; se establece la ciencia como el conocimien-
to que busca el entendimiento sistemático de los fenóme-
nos del mundo. Ese entendimiento objetivo no solo torna
comprensible el mundo en que vivimos, además nos po-
sibilita controlar la naturaleza que nos
rodea.
El surgimiento de la ciencia mo-
derna desencadena la Revolución In-
dustrial y la consolidación de la bur-
guesía como clase social hegemónica
(siglos XVIII y XIX). La Revolución
Industrial produjo un desenvolvi-
miento tecnológico e industrial im-
posible de imaginar algunas décadas
antes: la máquina a vapor (maquina-
ria, tren, barco), el telégrafo y el te-
léfono, el automóvil, la electricidad, la
lámpara y tantos otros inventos que hicieron que la cul-
tura occidental pensara que la
Belle Époque
jamás termi-
naría.
Las consecuencias de este desarrollo fueron, en gran
medida, profundas y nocivas para los países “periféricos”.
Con el agotamiento de los recursos naturales y minerales,
y la necesidad de nuevos mercados consumidores, los paí-
ses ricos, ahora imperialistas, llevan el neocolonialismo a
África y Asia, sometiendo millones de personas a su po-
lítica exploratoria.
Agotadas las posibilidades de expansión capitalista,
se inicia a fnes del siglo XIX una corrida armamentista
que conduce a las dos guerras mundiales del siglo XX: ca-
ñones, ametralladoras, tanques, aviones, campos de con-
centración, insanas experiencias científcas en humanos,
armas químicas y bombas nucleares. Las estimaciones de
muertes durante la Segunda Guerra Mundial, por ejem-
plo, varían entre 60 y 70 millones de personas. Solo en
Rusia, probablemente, “20 a 25 millones de ciudadanos
soviéticos tuvieron muerte prematura entre 1941 y 1945”
(Kennedy, 1989, p. 347).
Toda esa locura y despropósito humanos fueron via-
bles gracias a las investigaciones científcas, que posibi-
litaron el desarrollo de las técnicas, los equipamientos y
armamentos utilizados en las dos grandes guerras. Des-
pués de estos acontecimientos, surgieron nuevas pregun-
tas con respecto al saber científco: ¿La ciencia es neutra?
¿Quién controla la fnalidad de la investigación científca?
¿Ciencia para qué? ¿Ciencia para quién?
Después de milenios de avance de los saberes y hace-
res humanos fnalmente se observó que no existe un saber
principal, único, que deba tener primacía en perjuicio de
otros. Se observó que las prácticas y los conocimientos
de los pueblos y comunidades “periféricas” poseen tanto
valor o son tan importantes como el conocimiento deno-
minado científco.
Saberes y haceres comunitarios,
una nueva dinámica
No tratamos aquí de hacer una criminalización de la
ciencia o de atribuirle las enfermedades de la sociedad
contemporánea, pero sí de levantar cuestiones que la
práctica científica todavía no ha logrado responder.
Además de eso, nuestro objetivo es acentuar la validez
de otros saberes, distintos de aquellos producidos por
la praxis científica, pues lo que se ha percibido a lo
largo de los últimos años es que las narrativas popu-
lares (en cuanto expresión del conocimiento y el hacer
de los pueblos y las comunidades periféricas locales
y mundiales) pasarán a ser cada vez más reconoci-
das como fuentes representativas de conocimientos
expresivos.
El resultado directo de esa nueva dinámica son los
diferentes espacios de interlocución, expresados en foros,
encuentros, acciones comunitarias y políticas guberna-
mentales en relación con los sujetos y las comunidades
productoras de esos saberes y haceres.
Agotadas las posibilidades
de expansión capitalista, se inicia
a fines del siglo XIX una corrida
armamentista que conduce a las
dos guerras mundiales del siglo XX:
cañones, ametralladoras, tanques,
aviones, campos de concentración,
insanas experiencias científicas
en humanos, armas químicas y
bombas nucleares.
Doña Sirley. Taller de Historias de Amor , promovido por el NALS. 30 de junio de 2011. Fuente: Acervo NALS. Foto: Gilberto Carvalho.
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Voces Recobradas
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En este nuevo panorama, las narrativas no solo pa-
san a ser entendidas como fuentes feles, también pasan
a tener (en cuanto a los conocimientos llamados cientí-
fcos), un espacio de reconocimiento y legitimidad social.
La tradición de los maestros griôs
Los
griots,
4
en francés, o
dieli
, en bambara, son anima-
dores públicos, contadores de historias, músicos, diplo-
máticos, genealogistas o poetas, característicos de África
Occidental, especialemente en Mali, Senegal, Gambia y
Guinea. Recorren sus comunidades, regiones y países,
contando y cantando sus historias, en la búsqueda de in-
formación para sus genealogías o en alguna misión di-
plomática.
Para el pensador africano Ama-
dou Hampâté Bâ, hablar de tradición
en relación con la historia de África es
referirse a la tradición oral, pues cual-
quier intento de conocimiento sobre
la historia y el espíritu de los pueblos
de África, sólo tendrán validez, si tie-
nen como fuerza transmisora la: “[...]
herencia de conocimientos de toda
especie, pacientemente transmitidos de
boca a oído, de maestro a discípulo, a lo largo de los si-
glos.” Para Hampâté Bâ, mas que la confabilidad del tes-
tigo: “[...] sea escrito u oral”, lo que importa es la medida
del propio hombre, y el valor que el hombre tiene, ya que
al fnal, tanto una como la otra fuente, no son “[...] más
que testigo humano” (2010, pp. 167-168).
Esa tradición llegó a Brasil junto con los negros lle-
gados desde África durante más de 300 años de esclavi-
tud. En nuestro país fue recreada, resignifcada y se tornó
en un instrumento para mantener las culturas africanas
en tierras brasileñas, como herramienta de resistencia y
transmisión de los saberes y haceres de las comunidades
negras.
Doña Sirley
Sirley da Silva Amaro, o simplemente doña Sirley, es una
señora de 76 años de edad, descendiente de esclavos y cos-
turera de profesión. Ya hace algunos años, descubrió en
el arte de contar historias una forma de mantener viva
su propia historia y la de sus antepasados. Una manera
de rescatar los saberes y haceres recibidos durante su ju-
ventud y del aprendizaje de la madurez. Contando histo-
rias de las antiguas charqueadas (saladeros) o de los anti-
guos bailes de carnaval, doña Sirley canta y encanta a sus
oyentes con historias aparentemente simples que, para un
buen oyente traen mucho más que memorias de una vida,
ya que revelan innumerables maneras de resistencia, no
solamente experimentadas por doña Sirley, sino también
y principalmente por la comunidad de la cual se reivindi-
ca y de la que es parte activa. A través de sus historias, nos
presenta sutil o explícitamente las formas de resistencia
que este grupo, a través de esta particular portavoz, en-
gendra contra la inequidad: “[...] nació en la ciudad de Pe-
lotas, RS, el día 12 de enero de 1936, y
por allá vivió casi toda su vida. Hija
de un padre cocinero y festero y de
una madre que inventaba pomadas
y ungüentos con hierbas y tempe-
ros, tuvo una infancia muy rica, en
la cual vivió intensamente los cono-
cimientos transmitidos por sus pa-
dres, y su ciudad natal. Se hizo cos-
turera y más tarde recibió la honra de
ser Maestra
Griô
por el conocimiento tradicional adquiri-
do. Además de esto, forma parte de un coro de ancianos”
(Museu da Pessa, Online).
Doña Sirley es propietaria de una disposición envi-
diable, participa de diversas redes de narración de histo-
rias y acciones comunitarias; de talleres de historias
griôs
5
y del coro de la tercer edad. Reconocida por la comunidad
en que vive y por una red de relaciones que van del ba-
rrio a la Academia, y de la Academia al barrio, doña Sirley
cuenta y también canta las historias de su cotidianeidad,
desde niña. Para un oyente atento, sus historias de la ciu-
dad de Pelotas, de cómo eran los bailes de carnaval, re-
velan mucho más que historias personales, y es posible
aprender cómo era la vida en su tiempo, percibir cómo
se establecían las relaciones de género, raza y clase. Así lo
podemos apreciar en este fragmento de su testimonio:
No, no, no es costura
[cuando responde sobre si ella
se volvió
griô
por haber sido costurera],
es por el arte todo,
por la historia de toda de vida. Porque yo no sé si tú has
visto en las entrevistas que lo Griô es de tradición oral, es
aquella persona que cuenta varias cosas, […], de varios
tiempos
(Amaro, In: Museu da Pessa, Online).
Acompañamos las actividades de doña Sirley duran-
te 2011. Pudimos observar que la maestra
griô
cuenta sus
historias a partir de la organización de un ambiente ritual
que envuelve, siempre que es posible de acuerdo con el
lugar donde realiza la narración, un escenario con estan-
dartes, faldas, vestidos y camisetas (utilizadas por doña
Sirley en carnavales pasados); una mesa donde expone
tarjetas postales y fotos (antiguas y actuales) y donde
muestra también
fuxicos
,
agès
y muñecas
negras con vestidos (Fig. 1), todo con-
feccionado y vendido por ella misma.
Nada de eso demanda algún tipo de
“estructura” profesional o semipro-
fesional. Todo es organizado y dis-
puesto a partir del trabajo colectivo,
pues siempre que doña Sirley hace un
taller de narración de historias, se re-
úne un buen grupo de oyentes, que la
ayudan en la organización del taller.
En los talleres, doña Sirley se presenta con atuen-
dos características que puede variar entre un vestido de
bahiana, un manto imitando la piel de un tigre, un traje
de enmascarado o simplemente usando el
ojá
–manto tí-
pico envuelto en la cabeza a modo de turbante–. El taller
está repleto de historias de su niñez, su juventud y de su
vida de casada. Existe un hilo musical que conduce las
historias, generalmente vinculado al carnaval. Entre una
historia y otra, una melodía y otra, los participantes son
invitados a bailar; también a escenifcar algunas histo-
rias. Obviamente que el ensayo ocurre en el momento de
la presentación bajo la dirección atenta y vivaz de doña
Sirley. No canta sola, siempre invita a su público a cantar
con ella. En esa interacción entre la
griô
y sus oyentes las
historias son sentidas, son revividas.
Existen, además, los talleres temáticos, como el Ta-
ller de Historias de Amor (Fig. 2 y 3). Como su nombre lo
indica, en el taller se cuentan exclusivamente historias de
amor; historias suyas, de personas que conoció o que oyó
contar. En estas historias son revelados acontecimientos
de la vida cotidiana, lo que era prohibido, lo que era per-
mitido, los amoríos escondidos, las alegrías, las tristezas,
las combinaciones, los códigos de enamoramiento, los
casamientos, en fn, un conjunto de situaciones y senti-
mientos comunes, que cuando son contados ganan vida.
Además de administrar las ofcinas, doña Sirley or-
ganizó, en agosto del año pasado, un evento denominado
Cortejo
Griô
. En este evento, reunió más de 100 personas
de diversos segmentos ligados a los movimientos popula-
res y sociales: participantes del carnaval, profesores, fun-
cionarios públicos, trabajadores en general, estudiantes,
amas de casa y niños. El cortejo, realizado en el club pe-
lotense Fica Ahí, tenía el propósito de re-
unir a la comunidad para divulgar las
actividades de doña Sirley y del Mo-
vimiento Negro de la ciudad; com-
partir sus vivencias, organizar dan-
zas y sambas de rueda, danzas afro,
ruedas de capoeira, exposiciones de
fotografías, estandartes y camisetas
de diversos años del carnaval.
A través de estas rápidas des-
cripciones, podemos percibir el enlace
entre la narración de historias por doña Sirley y los ele-
mentos fundadores de la oralidad africana; la conexión
entre el
griô
histórico y el
griô
actual. La palabra, la acción
y la mímica funcionan como una sola manera de expre-
sión. Las tres son conjugadas y promueven un encanta-
miento entre los oyentes y la maestra
griô
. La narración de
historias, la gesticulación, la mímica, el caminar en esce-
na, el actuar e interactuar con el público, la acción. Todo
eso rescata, en cierta medida, elementos esenciales de la
oralidad africana. Lo aprendido sigue siendo transmitido,
esto invita a intentar aprender un poco más acerca de esta
práctica, composición de la narrativa y califcación del
proceso educativo del cual podrá, o no, ser parte.
Consideraciones finales
Como ya lo mencionamos, durante los últimos cuatro
años el NALS viene desarrollando un conjunto de pro-
yectos para valorizar las diversas manifestaciones de la
cultura popular. Uno de esos proyectos específco es el
En los talleres, doña Sirley se
presenta con atuendos caracte-
rísticas que puede variar entre
un vestido de bahiana, un manto
imitando la piel de un tigre, un
traje de enmascarado o simple-
mente usando el
ojá
(...)
Doña Sirley es propietaria
de una disposición envidiable,
participa de diversas redes de
narración de historias y accio-
nes comunitarias; de talleres de
historias griôs y del coro de la
tercer edad.
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Revista de Historia Oral
Voces Recobradas
Revista de Historia Oral
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Foro Internacional de Contadores de Historias (FICH)
que busca en las narrativas populares el diálogo con gru-
pos periféricos y con aquello que nominamos de “estéti-
cas periféricas”.
Durante ese tiempo y a través del FICH, varios con-
tadores de historias, narrarán cómo la música, la religión,
la lucha y la resistencia colaboraron para la construcción
de la identidad y la permanencia de la memoria de sus
comunidades. Uno de estos contadores fue, justamente,
la maestra
griô
doña Sirley.
Sus conocimientos y prácticas junto a la comunidad
a la que pertenece y de la que es, efectivamente, parte
contribuyen para entender las narrativas populares como
herramienta de lucha y resistencia al proceso de homoge-
neización social y cultural determinado por la sociedad
de consumo contemporánea.
Así, creemos colaborar en el avance de nuevas for-
mas de organización social a través de la construcción de
un espacio de diálogo entre el saber llamado científco y
el saber popular. Entendemos que este camino posibili-
ta la construcción de una sociedad más equitativa donde
los sujetos sociales puedan ser los propios sujetos de su
emancipación social y donde, tal vez, podamos encontrar
respuestas sobre la neutralidad científca, su fnalidad,
para qué y para quién debe servir la ciencia.
No caben aquí las pretensiones de “dar voz” a las
“minorías”. Pero sí buscar la grandeza de estas historias
al margen, pensar la historia de la ciudad como fragmen-
tada, como singularidades que componen una totalidad.
Pensar que esa totalidad nunca está cerrada, que una
“historia nunca acaba”, que existe siempre otra perspecti-
va, un nuevo fragmento y nuevas formas de contar o na-
rrar la historia.
Es necesario reconocer que existen otras posibilida-
des de saberes, de experiencias, y comprender que una de
las marcas de este tiempo histórico en que vivimos es la
diversidad, y por lo tanto, que nuestros conceptos pue-
den, y tal vez deban, ser reelaborados.
• Este trabajo toma como base la disertación de la maestría
Na-
rrativas de Educación y Resistencia: La Práctica Popular Griô
,
que se encuentra en fase de quilifcación (Pinheiro, 2012). La
referida disertación es dirigida por la profesora Dra. Denise
Marcos Bussoletti y se desarrolla en el Programa de Posgrado
en Educación de la Universidad Federal de Pelotas.
Contacto con los autores
cgptapes@gmail.com
denisebussoletti@gmail.com
Notas
————— ————— ————— ————— ————— ————— ————— ———
1
El Plan Nacional de Cultura fue aprobado en diciembre
de 2010.
2
De forma bastante genérica, y siguiendo a Hampâté Bâ (2010,
p. 193) en su defnición de
griô
en África, podemos decir que son
músicos; embajadores y cortesanos; genealogistas, historiadores o
poetas. La práctica
griô
tiene fuerte tradición en África Occiden-
tal, en especial en las regiones de Malí, Senegal, Gambia y Guinea.
Esa tradición llegó a Brasil junto con los negros venidos de África
durante más de 300 años de esclavitud. En Brasil fue recreada, re-
signifcada, y utilizada como herramienta de resistencia y transmi-
sión de los saberes y haceres de las comunidades negras.
3
Doña Sirley recibió el título de
griô
a partir de la Acción
Griô
Nacional, que es una de las acciones del Programa Cultura Viva,
desarrollado por el Ministerio de la Cultura de Brasil.
4
Aportuguesado en Brasil como
griô
(s).
5
Doña Sirley es una maestra
griô
reconocida por el Ministe-
rio de la Cultura brasileño a través de la Ação Griô Nacional,
una de las acciones del ministerio, desarrollada en el ámbito del
Programa Cultura Viva.
6
El
fuxico
es una técnica artesanal que aprovecha sobras de telas
para hacer un pequeño paquete de paño. Solo, el
fuxico
puede
ser utilizado como adorno; cosido uno por uno, puede cubrir
almohadas, bolsas, ropas y muchos otros objetos. Según el co-
nocimiento popular, el
fuxico
surgió en las senzalas, cuando las
esclavas. mientras cosían restos de telas desechados por la casa
grande, se quedaban charlando sobre el día a día. El
agè
es un
instrumento musical hecho a partir de una pequeña calabaza
(porongo), envuelta en una malla de hilos de cuentas, con
se-
mientes
o
bucios
(pequeñas conchas marinas) (Vogel, Mello y
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