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Voces Recobradas
1918
Revista de Historia Oral
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1918
S
in duda alguna, los temas más complejos surgidos
durante las transiciones políticas hacia la demo-
cracia en toda América, han sido la búsqueda de
verdad y justicia, y el juicio a las violaciones de derechos
humanos cometidos por las dictaduras militares. Inicial-
mente hubo un auge en la defensa de los derechos huma-
nos, pero este forecimiento pronto se fue evaporando en
pro de una reconciliación nacional donde el perdón y el
olvido dejaban impunes los delitos cometidos. Este fue
el caso de la República Argentina, donde después de un
impulso sin precedentes a los derechos humanos, la fragi-
lidad institucional y los intentos golpistas llevaron a las au-
toridades civiles a decretar las leyes de Punto Final y Obe-
diencia Debida; y más tarde indultos a los jefes de la Junta
Militar, congelando de esta manera por años la posibilidad
“No al Punto
Final, no a la
Obediencia Debida,
no al Indulto…”
Testimonios
de resistencia y lucha
toneros y del Ejército Revolucionario del Pueblo; en tanto
que el segundo decreto determinó el enjuiciamiento de los
nueve integrantes de las tres primeras Juntas Militares ante
el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas.
Por decreto 183 del 14 de diciembre se crea la
CONADEP, que elabora un minucioso informe sobre los
desaparecidos durante la dictadura. El informe
Nunca Más
“da cuenta de las violaciones a los derechos humanos de
forma sistemática, orgánica y estatal por parte de las Fuer-
zas Armadas, se reconstruye la forma de operación de la
represión y se consigna la desaparición de 8.960 personas
y la existencia de 380 centros clandestinos de detención.”
5
El intento por juzgar a los militares en sus propios
fueros no prosperó, el argumento de una
“guerra justa” los disculpaba de toda
acción. En consecuencia, el gobierno
promovió un juicio en contra de los
miembros de las Juntas Militares en
los tribunales civiles, apoyándose en
una ley aprobada por el Congreso en
enero de 1984, que estableció que los
casos de violación de derechos huma-
nos no resueltos por los jueces milita-
res en determinados plazos pasaban au-
tomáticamente a los tribunales civiles, constituidos como
cortes marciales.
6
Del 22 de abril al 9 de diciembre de 1985 se desarro-
lló el llamado “Juicio del Siglo”, fueron audiencias públicas
donde se juzgó a los comandantes de las Juntas Militares,
quienes recibieron condenas de 10 años a cadena perpetua.
Atestiguaron en este juicio cerca de 1.000 personas, testi-
monios que dejaron al descubierto las aberraciones come-
tidas durante la dictadura militar. Pero estos juicios eran
solo el inicio, ya que hasta el momento se había juzgado a
una parte ínfma de los denunciados. Y si bien el gobierno
radical contaba con un importante apoyo social, pronto se
vio presionado por una serie de alzamientos militares que
pretendían detener las citaciones judiciales a los ofciales
por violaciones a los derechos humanos. El presidente
sancionó entonces las Leyes de Punto Final (24-12-1986)
y de Obediencia Debida (4-6-1987) respectivamente. La
primera paralizaba los procesos judiciales contra los auto-
res de las detenciones ilegales, torturas y asesinatos duran-
te la dictadura militar. La segunda eximía a los militares de
Lidia González y
Silvana Luverá
Dirección General
Patrimonio e Instituto
Histórico de la Ciudad
de Buenos Aires
de hacer justicia para los 30.000 desparecidos que dejó la
dictadura más cruenta que conoció nuestro país.
1
La Junta Militar intentó negociar con los partidos
políticos la garantía de impunidad de las Fuerzas Arma-
das tras la entrega del poder, y dictó una Ley de Autoam-
nistía.
2
Así, y en un marco de gran entusiasmo popular,
el 10 de diciembre de 1983 asume la presidencia del país
Raúl Alfonsín. El primer acto del nuevo presidente, y para
cumplir con su promesa electoral de enjuiciar a los res-
ponsables de la represión, fue enviar un proyecto de ley
para la anulación de la ley de autoamnistía que fue apro-
bado en diciembre del mismo año.
3
Siguieron luego dos
decretos, Nº 157/83 y Nº 158/83 del 13 de diciembre de
1983 que presentan la teoría de los “Dos Demonios”.
4
Por
el primer decreto se denunció a siete miembros de Mon-
cargo menor al grado de coronel de la responsabilidad en
los delitos cometidos en ese período.
En 2012 se han cumplido 25 años de la sanción de la
ley de Obediencia Debida y algo más de la Ley de Punto
Final, que clausuraban abruptamente el proceso de aper-
tura de las causas judiciales contra los represores iniciado
apenas unos años antes.
El tiempo transcurrido hasta que ambas leyes fueron
consideradas nulas por el Congreso Nacional en 2003, y
declaradas inconstitucionales por la Corte Suprema de
Justicia en 2005, fue de resistencia y lucha de los organis-
mos defensores de los derechos humanos por mantener
vigente el reclamo de verdad y justicia.
En este trabajo tratamos de indagar
cuáles fueron las estrategias que se
desplegaron en esta lucha y de qué
manera las fue acompañando la so-
ciedad. Creemos que este último as-
pecto es de gran importancia porque
el desconocimiento y alcance de es-
tas leyes por gran parte de la pobla-
ción dejaban cerrada una etapa que
recién comenzaba a develarse públi-
camente. La necesidad de impulsar los
juicios por la verdad no solo era una cuestión que impli-
caba a las víctimas directas, sino también la posibilidad
de una reconstrucción social basada en la verdad y en la
justicia.
Alba Lanzillotto.
La necesidad de impulsar los
juicios por la verdad no solo era
una cuestión que implicaba a las
víctimas directas, sino también
la posibilidad de una reconstruc-
ción social basada en la verdad y
en la justicia.
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El Juicio a las Juntas fue como “un regalo”
Desde fnes de 1975 comenzaron a organizarse diversos
grupos de la sociedad civil, religiosa y política de nues-
tro país, con la consigna de promover la vigencia de los
derechos humanos. El primer organismo de denuncia
fue la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos
(APDH). Ese mismo año el SERPAJ (Servicio de Paz y
Justicia) inicia una campaña internacional de denuncia
y reclamo por la vigencia de los derechos humanos en la
región.
Vinculado con
el Consejo Mundial de Iglesias sur-
ge en febrero de 1976 el Movimiento Ecuménico por los
Derechos Humanos (MEDH). Ya durante la dictadura se
suma la actividad de Madres de Plaza de Mayo, Abuelas,
Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones po-
líticas, el Centro de Estudios Legales y
Sociales (CELS), el movimiento Judío
por los Derechos Humanos (MJDH),
entre otros.
7
Tras el advenimiento de la demo-
cracia y a pesar de sus divergencias, las
distintas agrupaciones convinieron en
el apoyo al juicio iniciado contra los
comandantes por la Cámara Federal,
en abril de 1985 “(…) y coincidieron
en expresar, aunque con distinto énfa-
sis, que la realización de este juicio debía ser considerada
solo como la primera etapa de un proceso que debía alcan-
zar `hasta al último de los torturadores´, según la expresión
utilizada en varias oportunidades por las Madres de Plaza
de Mayo”.
8
(…) creo que cuando empezó el juicio a las Juntas de
Alfonsín casi fue como un regalo, como cuando en la actua-
lidad se derogaron las leyes, digo, en el sentido que sucedía
algo que uno casi no se lo esperaba, como que era un plus, o
no, lo equipararía cuando Kirchner entregó la ESMA a los
organismos, la expropia, que era algo que por ahí uno no lo
estaba esperando (…)
9
(…) pero hacer un juicio a los militares por sus críme-
nes era algo histórico, y todos estamos contentos en el senti-
do de que se abría una posibilidad, como una puerta para
la justicia (…)
10
“Esos meses de 1985 constituyeron el momento de
mayor impacto de la lucha por los derechos humanos en
la Argentina (…) El veredicto contra los miembros de las
Juntas Militares abría la puerta para nuevos procesamien-
tos y juicios, lo que provocó creciente inquietud y levan-
tamientos militares en 1986, 1987, 1988 y una última in-
surrección en 1990. Movimientos que generaron una serie
de medidas que representaron un verdadero retroceso
político.”
11
Ya se había dictado la Ley de Punto Final cuando
tiene lugar una nueva sublevación militar, y fue en este
contexto, durante la celebración de Semana Santa, que el
viernes 17 de abril de 1987, Juan Carlos Mareco, Néstor
Ibarra y Rubén Corbacho le hicieron una entrevista para
Radio Mitre al ex teniente coronel Aldo
Rico, amotinado en Campo de Mayo,
en este reportaje Rico exige solucio-
nes políticas para fnalizar los juicios:
–(…) Ante las actitudes y aconte-
cimientos que son de dominio público
ocurridos en la ciudad de Córdoba,
apoyamos la actividad o la actitud de
aquella gente, del mayor Barreiro y del
jefe del Regimiento 14 y hemos retoma-
do esa actitud para reclamar una solución política a los pro-
blemas de las secuelas de la guerra contra la subversión.
–Solución política que usted…
–Nuestro único objetivo, es decir, una solución política,
cualquiera que sea. Tendrá que discriminar el Poder Ejecu-
tivo, el… el Legislativo, los cuadros intermedios, etcétera, a
los problemas de la guerra contra la subversión.
–(…) Teniente coronel ¿con qué suerte de propuestas,
por favor?
–Esta es la propuesta. Nosotros pedimos al… al… al
Poder Ejecutivo, una solución política al problema de la gue-
rra contra la subversión. Estamos pidiendo la reconciliación
defnitiva. El Ejército en particular, las Fuerzas Armadas en
general, durante los últimos cuatro años se han desgastado
en este problema de las secuelas de la guerra contra la sub-
versión. Creo que hemos pagado un costo bastante elevado
(…) Nosotros no estamos en contra de la democracia ni del
gobierno del doctor Alfonsín. Nosotros pedimos, reclama-
mos en forma lo más rápida posible, una solución política al
tema de la guerra contra la subversión (…)
(…)
–Concretamente, ustedes no quieren que llamen a nin-
gún militar más a ningún juicio…
–Nosotros queremos que eso se termine. Creo que ya
hemos pagado sufciente, señor (…)
12
Después de este episodio la Ley de Obediencia Debi-
da cerraba el círculo de la impunidad.
Las leyes de la impunidad
La Ley Nº 23.492 de “Punto Final” san-
cionada el 23/12/86; promulgada el
24/12/86; y publicada en el Boletín
Ofcial el 29/12/86), establecía en su
Art.1º: “Se extinguirá la acción pe-
nal respecto de toda persona por su
presunta participación en cualquier
grado, en los delitos del Art. 10 de la
Ley Nº 23.049, que no estuviere pró-
fugo, o declarado en rebeldía, o que
no haya sido ordenada su citación a
prestar declaración indagatoria, por
tribunal competente, antes de los se-
senta días corridos a partir de la fecha de
promulgación de la presente ley.”
13
En las mismas condiciones se extinguirá la acción
penal contra toda persona que hubiere cometido delitos
vinculados a la instauración de formas violentas de acción
política hasta el 10 de diciembre de 1983, pero en su Art. 5
dejaba abierta la posibilidad de continuar acciones legales
en el caso de robo de bebés: “La presente ley no extingue
las acciones penales en los casos de delitos de sustitución
de estado civil y de sustracción y ocultación de menores.”
Así también, la Ley de “Obediencia Debida” esta-
blecía en su Art. 1º: “Se presume sin admitir prueba en
contrario que quienes a la fecha de comisión del hecho
revistaban como ofciales jefes, ofciales subalternos, sub-
ofciales y personal de tropa de las Fuerzas Armadas, de
seguridad, policiales y penitenciarias, no son punibles por
los delitos a que se refere el Art. 10 punto 1 de la Ley Nº
23.049 por haber obrado en virtud de obediencia debida.
La misma presunción será aplicada a los ofciales superio-
res que no hubieran revistado como comandante en jefe,
jefe de zona, jefe de subzona o jefe de fuerza de seguridad,
policial o penitenciaria si no se resuelve judicialmente,
antes de los treinta días de promulgación de esta ley, que
tuvieron capacidad decisoria o participaron en la elabora-
ción de las órdenes. En tales casos se considerará de pleno
derecho que las personas mencionadas obraron en estado
de coerción bajo subordinación a la autoridad superior y
en cumplimiento de órdenes, sin facultad o posibilidad de
inspección, oposición o resistencia a ellas en cuanto a su
oportunidad y legitimidad.” El Art. 2° establece: “La pre-
sunción establecida en el artículo anterior no será aplica-
ble respecto de los delitos de violación, sustracción y ocul-
tación de menores o sustitución de su
estado civil y apropiación extensiva
de inmuebles”.
14
El impacto de las leyes fue
como “una traición”
(…) y cuando sucede lo de la Semana
Santa, yo no había votado a Alfonsín,
primero porque estaba en el exilio y
segundo tampoco lo hubiese votado,
pero yo apoyaba la gestión de Alfonsín
y cuando fue lo de la Semana Santa,
con mi marido nos pasamos toda esa se-
mana en la calle
(…) cuando dio su discurso Alfonsín de “la
casa está en orden, felices pascuas” el sentimiento que uno
sentía en la Plaza… todos nos fuimos con un sentimiento de
perdimos, uno percibía que ahí algo pasó que no habíamos
ganado, no había habido golpe pero ahí algo había sucedido;
(…) creo que cuando em
-
pezó el juicio a las Juntas de
Alfonsín casi fue como un regalo,
como cuando en la actualidad
se derogaron las leyes, digo, en
el sentido que sucedía algo que
uno casi no se lo esperaba, como
que era un plus (...)
(…) y cuando sucede lo de la
Semana Santa, yo no había vo
-
tado a Alfonsín, primero porque
estaba en el exilio y segundo
tampoco lo hubiese votado,
pero yo apoyaba la gestión de
Alfonsín y cuando fue lo de la
Semana Santa, con mi marido
nos pasamos toda esa semana
en la calle (…)
Raúl Alfonsín durante los hechos de Semana Santa.
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y bueno después nos damos cuenta cuando aparecen las
leyes, me parece que ahí, lo que sucede es que el gobier-
no de Alfonsín que empezó siendo como una esperanza
(…)
15
En 1989, el presidente Menem, hizo uso de la pre-
rrogativa presidencial del indulto para liberar a milita-
res condenados por violaciones a derechos humanos en
la dictadura, por su actuación en la guerra de Malvinas,
y por haber estado involucrados en los levantamientos
de 1987. “Un año después completó su estrategia otor-
gando un indulto a quienes aún permanecían en la cár-
cel, incluyendo a los ex comandantes de las juntas así
como a algunos líderes de la guerrilla que estaban pre-
sos o procesados. Pero estos indultos no incluyeron a
los militares carapintadas que habían protagonizado el
último levantamiento. Quedaba claro que la estrategia
era perdonar por crímenes del pasado, pero no castigar
la desobediencia y el levantamiento presentes y futu-
ros (…) La sanción de la Ley de Obediencia Debida
y la posterior decisión presidencial de los indultos, a
pesar de haber provocado movilizaciones masivas en
su contra, fueron vividas como derrota por parte del
movimiento de derechos humanos”.
16
“Después vinieron las Leyes de Obediencia Debi-
da y Punto Final. De la resistencia y ofensiva contra
la dictadura militar, el SERPAJ, al igual que los demás
organismos de derechos humanos, tuvo que adaptar-
se a la nueva etapa, en la que el hecho principal era
el intento desde el Estado y los partidos políticos de
domesticar los reclamos. Ahora el Estado se hacía car-
go del discurso de los derechos humanos, pero quería
controlarlo para que no lo excediera.”
17
Nuestros entrevistados pertenecen o pertenecie-
ron a algunos de los organismos de derechos huma-
nos, familiares, abuelas, hijos. Les preguntamos de qué
manera repercutieron las leyes de Obediencia debida y
Punto final en su organización, qué vías encontraron
con cierta luz como para continuar lo que se había lo-
grado con los Juicios.
(…) un paso para atrás, para nosotros fue como
una traición, yo lo sentí, creo que todos, como una trai-
ción (…)
Bueno es la primera, la ley de punto final, y después
la de obediencia debida era peor porque era agachar la
cabeza ante la exigencia de los militares… las dos fueron
rechazadas, porque la primera implicaba decir: la Jus-
ticia hasta acá y la segunda bajarse los pantalones ante
los militares, eran dos cosa más o menos distintas pero
eran lo mismo en el fondo. Una traición al pueblo eran
las dos y un acto contra la justicia también porque el
Punto Final era de una manera y la Obediencia Debida
era de otra.
18
Resistencia y lucha
La última dictadura militar en la Argentina arrasó los
derechos más elementales de las personas e implemen-
tó la metodología de la desaparición; frente a esto se
fue incrementando una nueva forma de resistencia,
eran las madres y los familiares de desaparecidos que
después de haber agotado todas las instancias legales
para encontrar a sus seres queridos y sin recibir res-
puesta oficial alguna entendieron que era necesario or-
ganizarse para que su reclamo fuera escuchado.
“1981 fue el año en que esa organización y resis-
tencia se tradujo en la inauguración de una marcha
que nuclearía a los organismos de derechos humanos,
acompañados por algunas organizaciones y que luego
iría nutriéndose paulatinamente de otros sectores de la
población que empezaban a tomar conciencia de las se-
cuelas de la dictadura aún en el poder. Así año tras año,
y bajo diferentes consignas que irían reflejando los re-
clamos tácticos de la realidad cotidiana en el escenario
de la lucha por los derechos humanos, se fue realizando
la Marcha de la Resistencia.”
19
Un gran número de marchas se
han desarrollado reclamando jus-
ticia, solo las Madres de Plaza de
Mayo, Línea Fundadora, cuentan
con un total de veintisiete, entre
ellas podemos destacar, de acuerdo
con la temática que estamos desa-
rrollando las siguientes:
6ª marcha: 1986 “Contra el
Punto Final, la autoamnistía. Por el
juicio y castigo a los culpables.”
7ª marcha: 1987 “Resistimos y luchamos contra el
proyecto político de impunidad del gobierno consti-
tucional. Resistimos y luchamos contra la Obediencia
Debida y resistimos y luchamos contra toda forma de
amnistía.”
8ª marcha: 1988 “Exigimos verdad y justicia. No a
la amnistía, no a la impunidad. Sí a la democracia sin
tutela militar.”
9ª marcha: “No al Punto Final. No a la Obediencia
Debida. No al indulto. No a la impunidad”.
Ante la pregunta sobre si estas marchas tenían un
apoyo popular masivo, la repuesta fue que al principio
no. El apoyo fue aumentando, tardíamente. Primero
hubo grandes manifestaciones contra los indultos pero
durante la primera mitad de los noventa, la presencia
pública fue mínima. Es con el tema de los “vuelos de la
muerte”, donde la población toma más conciencia de
lo que había pasado y en relación con la apropiación
de bebés.
(…) La gente que no estaba muy involucrada, re-
cién allí empieza a valorar la militancia, “los chicos de la
noche de los lápices” además del boleto estudiantil tenía
que ver con la militancia escolar (…)
20
(…) el apoyo popular, la verdad que ese fue… uno
de los logros más grandes de los organismos. Los orga-
nismos fueron poquito a poco, poquito a poco y en eso
tuvieron mucho que ver las Abuelas, porque no se puede
negar… la gente podía decir si estos eran los terroristas,
nosotros los defendíamos a ellos, por cierto, yo a mi her-
mana y cada uno a su hijo y a todos,
pero casi no podían oponerse a los
chicos, algunas también se oponían,
nosotros íbamos con esta teoría: si te
robaran un nieto a vos ¿qué harías?
(…) yo creo que todos los or-
ganismos al unísono seguimos lu-
chando contra esas leyes, seguimos
luchando siempre, siempre hemos
luchado no sé cuántos años han pa-
sado hasta que logramos que la de-
rogaran cosa que no sirve para nada,
me acuerdo una cosa que hicimos ahí en la plaza de los
Dos Congresos, una vez pusimos un inodoro enorme e
íbamos echando las cosas (sonrisas), no me acuerdo bien
como era; me acuerdo que en una de las marchas le he-
mos llevado un gran inodoro para echar todas las cosas
(...) me acuerdo bien como
era; me acuerdo que en una de
las marchas le hemos llevado un
gran inodoro para echar todas
las cosas malas que estaban ha
-
ciendo, no me acuerdo bien pero
eso tiene que estar en los diarios
porque fue impresionante (...)
Convocatoria contra el indulto.
María Eugenia Urzi.
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malas que estaban haciendo, no me acuerdo bien pero
eso tiene que estar en los diarios porque fue impresio-
nante…
21
Tanto la ley de Punto Final como la de Obediencia
Debida (Arts. 5º y 2º, respectivamente) dejaban lugar
para querellar por delitos imprescriptibles como la sus-
tracción de menores y la alteración de identidad.
En la Argentina lo más notorio fueron las acciones
relacionadas con la recuperación de niños secuestra-
dos o nacidos en cautiverio, impulsadas por la Agru-
pación Abuelas de Plaza de Mayo. Aquí actúan, una
vez encontrado los nietos, la Comisión Nacional por el
Derecho a la Identidad, establecida en 1992, y el Banco
de Datos Genéticos. En 1995 un marino confiesa y des-
cribe como se llevaban a cabo las desapariciones en los
llamados “vuelos de la muerte”. En este mismo año (dé-
cimo aniversario del juicio) hubo Congresos, películas
libros, exposiciones que reavivaron la memoria social;
también aparece un nuevo grupo de derechos huma-
nos: HIJOS (Hijos por la Identidad, la Justicia, contra
el Olvido y el Silencio), es una organización de los hijos
de desaparecidos. En diciembre de 1996, las Abuelas de
Plaza de Mayo presentaron una querella criminal por
el delito de sustracción de menores durante la dicta-
dura. Esto tuvo importantes consecuencias. En tanto
el crimen de apropiación y falsificación de identidad
no prescribe, porque se sigue cometiendo el crimen a
lo largo de la vida del niño-adolescente-adulto víctima
del secuestro, y en tanto estos crímenes no fueron juz-
gados en el juicio a los ex comandantes, se han podido
llevar adelante causas judiciales que incriminan a los
más altos jefes de la dictadura militar.
22
“Gracias a la lucha de las Abuelas, quedaron afue-
ra de la Obediencia Debida y Punto Final los casos de
apropiación de menores, que se convirtieron en el úni-
co resquicio posible para quebrar la impunidad. Más
tarde, los Juicios por la Verdad sin duda resultaron
trascendentales ante la imposibilidad del avance por el
camino punitivo.”
23
La Marcha del NO
En las entrevistas surge la cuestión del apoyo popular
como una necesidad de ampliar la base de sustento de
una lucha que no solo persigue verdad y justicia sino,
además, promover una toma de conciencia en la mayor
cantidad de gente, más allá de aquellos involucrados en
una lucha más personalizada con respecto a los dere-
chos humanos.
Así como fue el No en ese momento y esas mar-
chas multitudinarias inmediatas a los indultos que
después mermaron, se retomaron en la década de 1990
reconociendo el valor de la militancia, y el valor de los
organismos que se sostuvieron durante todo el tiempo
y eso permitió una continuidad. Alba nos dice:
(…) yo no sé, la gente que nos apoyaba en esa épo-
ca, que tampoco no era tanta como ahora… cuando se
cumplieron los 20 años, o sea en el año 96, ahí es donde
la gente empezó a tomar más conciencia y aumentarse
los asistentes a las marchas y todo eso. Pero la gente que
Martín Fraga
reaccionaba lo mismo que nosotros, las dos leyes eran
tan malas una como la otra. Lo que yo nunca me voy
a olvidar es la marcha contra el indulto, yo lloré por-
que era que venías por la calle, no sé cuantas cuadras
de gente, y venía un NO desde la punta de atrás cami-
nando por todo, todo… ¡ay! era algo que te hacía llorar
de pensar ese NO que el hijo de su madre de Menem ni
lo oyó, ni le importó un pito porque era más importante
la “obediencia debida” de él para los militares; pero yo
esa marcha no me la olvido nunca, fue algo tan históri-
co, ese NO… lo único que decíamos era NO. Y ese NO,
caminaba, iba y volvía, era algo impresionante, pero no
tuvimos éxito.
24
Los escraches, una
herramienta de denuncia,
una condena social
Hay coincidencia en los testimo-
nios, en los relatos sobre la década
del 90 en que la llegada de HIJOS
como organización le da un vigor
particular a la lucha, manifestándo-
se a través de los escraches.
Martín tiene 34 años, su madre y
su padre están desaparecidos
.
(…) Yo entré en la agrupación en el 2000… no re-
cuerdo, hace 6 o 7 años que estoy en la agrupación más
o menos, eh, sí en el 2006 e igualmente yo sé cosas de la
agrupación anterior a mi ingreso porque me han conta-
do mis compañeros ¿no?
Como decíamos la agrupación surge en el año 95,
que era una época brava que tiene que ver con los or-
ganismos de Derechos Humanos porque bueno, estaban
vigentes las leyes de impunidad y los indultos de Menem
¿no? Época bastante jodida para empezar a organizarse
y empezar a militar estos temas todo lo que tiene que
ver con Derechos Humanos. En esa época, bueno, mis
compañeros de entrada se propusieron lograr el juicio y
castigo de los genocidas pero bueno como teníamos las
puertas de los Tribunales cerradas con candado y con
cadenas, había que buscar un método alternativo, es de-
cir, para llegar a esa meta. Fue así como fue surgiendo
el escrache, la idea era que a falta de condena judicial se
buscara la condena social.
(…) cuando nosotros teníamos el dato del domicilio
de algún genocida, primero investigábamos, chequeába-
mos que viviera en ese lugar y una vez que teníamos la
certeza íbamos al barrio, pegábamos afiches, volanteába-
mos, hablábamos con los vecinos, con los comerciantes,
contando quién era esa persona y lo que había hecho du-
rante la dictadura; generalmente estas personas se pre-
sentaban como personas del barrio, amables, como gente
común y corriente pero, bueno, no lo eran
(…)
También
buscábamos el impacto mediático con este tema, por-
que todos estos temas estaban como ignorados por los
medios, pero como el escrache era algo novedoso, algo
que no sé… que no tenían anteceden-
tes acá en el país llamó la atención
de los medios y bueno, logramos por
suerte ese impacto mediático para
instalar el tema de los crímenes de
la dictadura en la Argentina que era
una nueva forma de llegar a alguna
gente que tal vez del tema ni fu ni
fa (…)
25
Se hicieron varios escraches en
Capital Federal y en el resto del país e incluso el escra-
che fue una metodología que trascendió las fronteras
del país porque lo tomaron en el exterior, por ejemplo
Chile, allá lo llaman la funa pero es la misma metodo-
logía ir al lugar, al trabajo de los genocidas ir a escra-
charlos. Con la derogación de las leyes de impunidad,
la metodología del escrache fue dejándose para dar
(...) había que buscar un
método alternativo, es decir,
para llegar a esa meta. Fue así
como fue surgiendo el escra
-
che, la idea era que a falta de
condena judicial se buscara la
condena social.
Convocatoria.
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lugar al seguimiento de los juicios que se empiezan a
abrir.
(…) así que no es solamente el tema de los juicios
en los tribunales sino una posibilidad de desarticular
todo ese aparato represivo que se recicló en democracia
y que todavía sigue enquistado ahí en sus puestos, así
que es más importante de lo que pa-
rece, de lo que aparentemente es el
tema de la derogación de las leyes.
(…) el escrache en sí, digamos
el escrache siempre fue como una
herramienta de denuncia. Hasta
que, bueno, en el 2003 se empieza a
abrir la puerta para los juicios, con
la derogación de las leyes de obe-
diencia debida y punto final y de la
derogación de los indultos, fuimos
dando cuenta que esa consigna de
juicio y castigo inicial parecía tan
lejana para algunos imposible (…)
Y bueno empezamos a ver que el
escrache como herramienta iba de-
jando de tener valor y que teníamos
que empezar a poner nuestra cabe-
za, nuestras fuerzas en el juicio.
Y bueno, no solamente los jui-
cios en sí, sino laburar juntando pruebas o investigan-
do, sino que había muchas trabas más allá de las leyes
que había que superar para llevar adelante los juicios.
Muchas de esas trabas de a poco las vamos sorteando
y seguimos adelante. Así nosotros funcionamos en co-
misión. Nosotros inicialmente desde el 95 teníamos la
Comisión de escrache. Paulatinamente esa Comisión
quedó como relegada por el laburo diario y bueno tu-
vimos que conformar la Comisión de legales para em-
pezar a trabajar el tema de los jui-
cios. Inicialmente éramos bastante
ignorantes en este tema, éramos
muy básicos y bueno se conformó
con compañeros que más o menos
entendían y le ponían onda y ganas
de trabajar ese tema (...)
26
La organización interna en
comisiones, como la Comisión de
Legales fue desplazando a la de
Escrache que ya había cumplido
su cometido.
(…) yo creo que la clave es el
paso del escrache a los juicios, ahí
estuvo el quiebre que tuvimos que
hacer hacia adentro nuestro, hacia
adentro de la agrupación que tuvi-
mos nuestras discusiones también no
fue un cambio automático que dijimos un día bueno
no más escraches, esto también generaba discusiones
internas, idas y vueltas pero finalmente acordamos se-
guir este camino. Ojo que el escrache hoy por hoy no lo
tenemos como objetivo olvidado, si tenemos que hacer
un escrache lo vamos hacer, no es que le rechazamos el
escrache.
27
La agrupación funciona en asamblea; se reúnen
una vez por semana, todos los compañeros orgáni-
cos y tienen diferentes comisiones con reuniones se-
manales. Todas las acciones a seguir se manejan por
consenso y no hay cargos internos, nos comenta Mar-
tín que:
(…)
la palabra de cualquiera vale por igual, nadie
está por encima de nadie, bueno se valora por ahí la
(…) en esa época eran muy
pocos los medios, más allá de
que salían nuestros escraches
y alguna actividad nuestra, era
como una mirada... los loquitos
estos que van a apedrear a los
pobres viejitos que están en sus
casas… Éramos como molestos
para esa época (...)
experiencia del compañero más viejo (…)
28
Martín destaca el papel de los medios de comu-
nicación, en especial la televisión, en la difusión de
los escraches y la concientización popular:
(…) en esa época eran muy pocos los medios, más
allá de que salían nuestros escraches y alguna actividad
nuestra, era como una mirada... los loquitos estos que
van a apedrear a los pobres viejitos que están en sus
casas… Éramos como molestos para esa
época (...)
29
Ante el comentario de si el es-
crache llevaba un signo de violen-
cia que los medios traducían con
cierto temor, Martín nos dice:
(…) no éramos violentos, lo
más violento era tirarle bombitas
rojas a las casas, y eso de violen-
to tiene muy poco con un balde de
pintura es solucionaba pero si los me-
dios... incluso hoy hay muchos medios que nos tildan...
por suerte va cambiando un poco esa mirada y además
sabemos que algunos medios aunque levanten noticias
(…) yo creo que la clave
es el paso del escrache a los
juicios, ahí estuvo el quiebre que
tuvimos que hacer hacia aden
-
tro nuestro, hacia adentro de la
agrupación que tuvimos nuestras
discusiones también no fue un
cambio automático que dijimos
un día bueno no más escraches,
esto también generaba discusio
-
nes internas, idas y vueltas pero
finalmente acordamos seguir
este camino. Ojo que el escrache
hoy por hoy no lo tenemos como
objetivo olvidado, si tenemos
que hacer un escrache lo vamos
hacer, no es que le rechazamos
el escrache.
relacionadas con nosotros, o con la lucha de los or-
ganismos, sabemos que nos siguen mirando de reojo,
pero bueno ahora no pueden expresar abiertamente su
rechazo por la lucha por los derechos humanos porque
quedarían muy mal parados.
30
Algunas conclusiones
La sanción de las leyes de Punto Final y Obediencia
Debida y luego el indulto presidencial representaron
un retroceso jurídico y político en el
campo de los derechos humanos,
que pocos años antes habían sido
impulsados por el Estado a través
del Juicio a las Juntas. En el relato
de los entrevistados, militantes e
integrantes de organismos en de-
fensa de los derechos humanos,
este hecho fue sentido como una
traición. Frente al distanciamien-
to del Estado, replantearon su lu-
cha, desplegando algunas estrate-
gias que pudieran tener repercusión
en los medios de comunicación y que sirvieran para
alertar sobre los alcances del terrorismo de Estado,
con referencia particular al robo de bebés. Las con-
Remera “Carcel al torturador”.
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Voces Recobradas
2928
Revista de Historia Oral
Voces Recobradas
Revista de Historia Oral
2928
Notas
————— ————— ————— ————— ————— ————— ————— ———
Salvador Gálvez Yadira “Transición democrática y derechos
humanos en Argentina. Verdad y justicia para la Reconciliación
Nacional”. Consulta en línea en: www.fusda.org/Revista13-11-
YadiraGalvez.pdf, p. 115.
2
Ley de Autoamnistía (Nº 22.924) del 22 de mayo de 1983. Declaró
extinguidas las acciones penales sobre los actos de terrorismo y sub-
versión desde el 25 de mayo de 1973 hasta el 17 de junio de 1982,
esta ley alcanzaba a todas las acciones de las Fuerzas Armadas.
3
Ley Nº 23.040 del 22 de diciembre de 1983.
4
La Teoría de los “Dos Demonios” afrma que los crímenes de la
guerra sucia (terrorismo) fueron cometidos tanto por el Estado
como por los grupos de izquierda, por lo que ambos tendrían la
responsabilidad en los hechos.
5
Salvador Gálvez Yadira,
op. cit.
, p. 120.
6
Ibídem
.
7
http://www.memoriaabierta.org.ar
8
Elizabeth Jelin, “Los derechos humanos entre el Estado y la so-
ciedad” en: Juan Suriano (dir. de tomo),
Dictadura y Democracia
(1976-2001)
. Tomo X, Colección Nueva Historia Argentina, Bue-
nos Aires, Sudamericana, 2005, p. 538.
9
Entrevista con María Eugenia Ursi. Familiar de desaparecidos.
Realizada por Lidia González y Silvana Luverá en la DGPeIH,
Buenos Aires, el 16 marzo de 2012.
10
Entrevista con Alba Lanzillotto. Ex abuela de Plaza de Mayo,
actualmente coordina la Plataforma Interamericana de Derechos
Humanos, Democracia y Desarrollo. Capítulo argentino (PID-
HDD). Realizada por Lidia González y Silvana Luverá en la sede
del PIDHDD, el 14 marzo de 2012.
11
Elizabeth Jelin,
op. cit.
, p. 544.
12
Revista
Gente
. Año 19, Nº 1136, 30 de abril de 1987.
13
www.nuncamas.org/document/nacional/ley23492.htm.
14
www.lanacion.com.ar/712961-texto-completo-de-la-ley-de-
obediencia-debida.
15
Entrevista con María Eugenia Ursi. Familiar de desaparecidos.
Realizada por Lidia González y Silvana Luverá en la DGPeIH,
Buenos Aires, el 16 marzo de 2012.
16
Elizabeth Jelin,
op. cit.
, p. 544.
17
Carlos González “Gandhi” responsable del SERPAJ Buenos Ai-
res durante varios años. En: Luis Bruschtein “Servicio de Paz y
Justicia (SERPAJ) www.comisionporlamemoria.org/serpaj
18
Entrevista con Alba Lanzillotto. Ex abuela de Plaza de Mayo,
actualmente coordina la Plataforma Interamericana de Derechos
Humanos, Democracia y Desarrollo. Capítulo argentino (PID-
HDD). Realizada por Lidia González y Silvana Luverá en la sede
del PIDHDD, el 14 marzo de 2012.
19
Ana María Careaga, “Un espacio para la Memoria, por la Ver-
dad y la Justicia” en
Diario de la Marcha
, Buenos Aires, Instituto
Espacio para la Memoria, 2006, p.2.
20
Entrevista con María Eugenia Ursi. Familiar de desaparecidos.
Realizada por Lidia González y Silvana Luverá en la DGPeIH,
Buenos Aires, el 16 marzo de 2012.
21
Entrevista con Alba Lanzillotto. Ex abuela de Plaza de Mayo,
actualmente coordina la Plataforma Interamericana de Derechos
Humanos, Democracia y Desarrollo. Capítulo argentino (PID-
HDD). Realizada por Lidia González y Silvana Luverá en la sede
del PIDHDD, el 14 marzo de 2012.
22
Elizabeth Jelin,
op. cit.
, p.549.
23
Publicación de las Abuelas de Plaza de Mayo por la identidad,
la memoria y la justicia. Edición especial, noviembre 2011.
24
Entrevista con Alba Lanzillotto. Ex abuela de Plaza de Mayo,
actualmente coordina la Plataforma Interamericana de Derechos
Humanos, Democracia y Desarrollo. Capítulo argentino (PID-
HDD). Realizada por Lidia González y Silvana Luverá en la sede
del PIDHDD, el 14 marzo de 2012
.
25
Entrevista con Martín Fraga, 34 años. Hijo de desaparecidos,
actualmente es integrante de la organización HIJOS. Realizada
por Lidia González y Silvana Luverá en la sede HIJOS, Buenos
Aires, 5 de junio de 2012.
26
Ibídem.
27
Ibídem.
28
Ibídem
29
Ibídem.
30
Ibídem.
Bibliografía
————— ————— ————— ————— ————— ————— ————— ———
AA.VV.,
Memoria y Dictadura. Un espacio para la refexión desde
los derechos humanos.
Buenos Aires, Asamblea Permanente por
los Derechos Humanos e Instituto Espacio para la Memoria.
Bayer, Osvaldo y otros,
El terrorismo de Estado en la Argentina.
Apuntes sobre su historia y sus consecuencias.
Buenos Aires, Insti-
tuto Espacio para la Memoria, 2010.
Jelin, Elizabeth, “Los derechos humanos entre el Estado y la so-
ciedad” en: Juan Suriano (dir. de tomo),
Dictadura y Democracia
(1976-2001)
. Colección Nueva Historia Argentina, tomo X, Bue-
nos Aires, Sudamericana, 2005, p. 538.
Entrevistas
————— ————— ————— ————— ————— ————— ————— ———
Alba Lanzillotto. Ex abuela de Plaza de Mayo, actualmente coor-
dina la Plataforma Interamericana de Derechos Humanos, De-
mocracia, y Desarrollo. Capítulo argentino (PIDHDD). Realiza-
da por Lidia González y Silvana Luverá en la sede del PIDHDD,
el 14 marzo de 2012.
María Eugenia Ursi. Familiar de desaparecidos. Realizada por
Lidia González y Silvana Luverá en la DGPeIH, Buenos Aires, el
16 marzo de 2012.
Martín Fraga. 34 años. Hijo de desaparecidos, actualmente
es integrante de la organización HIJOS. Realizada por Lidia
González y Silvana Luverá en la sede HIJOS, Buenos Aires, 5
de junio de 2012.
Revistas
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Careaga, Ana María, “Un espacio para la Memoria, por la Verdad
y la Justicia” en
Diario de la Marcha
, Buenos Aires, Instituto Es-
pacio para la Memoria, 2006.
Yadira Gálvez, Salvador, “Transición democrática y derechos
humanos en Argentina. Verdad y justicia para la Reconciliación
Nacional” en: www.fusda.org/Revista13-11YadiraGalvez.pdf.
Publicación de las Abuelas de Plaza de Mayo por la Identidad, la
Memoria y la Justicia. Edición especial, noviembre 2011.
Revista
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Páginas web
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http://www.nuncamas.org/document/nacional/ley23492.htm
http://www.lanacion.com.ar/712961-texto-completo-de-la-ley-de-
obediencia-debida.
Martes 14 de junio de 2005.
http://www.memoriaabierta.org.ar
signas apuntaban a hacer visible una demanda de jus-
ticia que involucraba a toda la sociedad.
A mediados de la década de 1990, y con la apa-
rición de la agrupación HIJOS surge la figura del
escrache, con cierto impacto en la población, que
comienza a manifestarse en forma creciente, acom-
pañando los reclamos.
Desde el 2003, a partir de la anulación de los in-
dultos, se desarrollan los juicios a los implicados en
los crímenes de la dictadura, cuya expectativa refuer-
za esta lucha sostenida por la memoria, la verdad y
la justicia.