image/svg+xml
Voces Recobradas
Revista de Historia Oral
54
Represión
y resistencia
en la educación
(1976-1983).
La carrera de Historia
en el Instituto Superior
del Profesorado
Dr. Joaquín V. González
Voces de
Buenos Aires
María Valentina
Saibur, Andrea
Luján Miranda y
Belén Tanús*
Instituto Superior del
Profesorado Dr. Joaquín
V. González
Introducción
El siguiente trabajo presenta los resultados y conclu-
siones de una investigación acerca de los distintos me-
dios a través de los cuales el último gobierno de facto
(1976-1983) buscó controlar la actividad del Instituto
Superior del Profesorado Dr. Joaquín V. González, así
como también de aquellas formas mediante las cuales
algunos de sus miembros lograron oponer resistencia
al avance de la censura y de la represión.
La necesidad de investigar este tema surgió de la
falta de estudios sobre lo sucedido en el nivel terciario
durante la dictadura, frente a la abundante cantidad
Estados que abandonan la normatividad del Estado de
Derecho para adquirir formas excepcionales al margen
de la legalidad institucional (representada por el mode-
lo tradicional del Estado democrático-parlamentario)
3
,
el Estado Terrorista tiene particularidades que lo di-
ferencian de otros Estados represivos. En este sentido,
Duhalde aclara que “el Estado Terrorista aparece como
consecuencia de la imposibilidad que encuentra el Esta-
do Militar de llevar adelante sus fines mediante el solo
control discrecional de la coerción (…). La represión
pública (…) no alcanza (…). Faltan dos componentes
(…) el accionar clandestino global del Estado Militar y
el crimen y el terror como método fundamental”.
4
En
otras palabras, sólo es posible hablar de Estado Terro-
rista cuando éste cuenta con instru-
mentos coercitivos que actúan de
forma pública y otros que lo hacen
de forma clandestina y al margen
de toda legalidad.
Otro concepto central para
comprender el terrorismo de Esta-
do es el de represión, que se desa-
rrolló bajo la influencia directa de
la Psicología Social y del Psicoanáli-
sis. En el contexto de dictaduras militares, la represión
es el resultado del accionar de autoridades públicas, que
niegan o impiden el ejercicio de los derechos y liberta-
des característicos de los sistemas democráticos. Gon-
zález Calleja explica que “(…) la represión, entendida
como el conjunto de mecanismos dirigidos al control y
la sanción de conductas ‘desviadas’ en el orden ideoló-
gico, político, social o moral, aparece como un concep-
to muy cercano a la noción de violencia política.”
5
Con respecto a los agentes de esta represión,
O`Donnell propone ampliar la mirada y asegura que
“(…) no hubiera bastado jamás, con los militares o los
funcionarios de ese gobierno (…) para llegar a controlar
tan capilar, prolija y detalladamente tantos comporta-
mientos (…) hubo una sociedad que se patrulló a sí mis-
ma (…) muchas personas (…) se ocuparon activa y celo-
samente de ejercer su propio pathos autoritario (…)”
6
.
Vinculado a lo anterior, el término “resistencia”
aparece necesariamente como contracara frente a la
represión. Proust analiza en profundidad el concepto
de trabajos centrados en las experiencias de escuelas
y universidades. Sin intención de profundizar en las
causas de esta ausencia por miedo a caer en especula-
ciones, resulta necesario resaltar que el conocimiento y
la compresión acerca de cómo se vio afectada la forma-
ción de los docentes bajo aquel régimen autoritario, no
es un detalle menor si se reconoce la existencia de un
plan sistemático para manipular el espacio educativo
en general.
En lo que hace al análisis concreto del caso del
Profesorado, presentamos primero la mirada que sos-
tiene que era un “isla”, es decir, un espacio que no había
sido afectado por el terrorismo de Estado. A partir de
esto, indagamos sobre las formas en las que operó la
represión dentro de la institución y, por otra parte, la
resistencia generada como respuesta al orden político e
institucional imperante. Este análisis fue realizado en
dos niveles, el del Profesorado en general y luego el de
la carrera de Historia en particular. Para el estudio de
cada una de estas variables se recogieron testimonios
orales de docentes, estudiantes y personal no docente,
que sirvieron para describir el clima que se vivía en la
institución por aquellos años.
Algunos conceptos clave
Los sectores que tomaron el poder en marzo de 1976
plantearon el inicio de una etapa nue-
va a la que denominaron Proceso
de Reorganización Nacional, bajo la
excusa de que el país estaba atrave-
sando una crisis. El nuevo gobierno
consideró que la actividad subver-
siva tenía como uno de sus centros
de acción los establecimientos edu-
cativos y la definió como: “(…) toda
acción clandestina o abierta insidio-
sa o violenta que busca la alteración o la destrucción
de los criterios morales y la forma de vida de un pue-
blo, con la finalidad de tomar el poder o imponer des-
de él una nueva forma basada en una escala de valores
diferentes”.
1
En este sentido, la educación, responsable del caos,
se convirtió en una herramienta fundamental para po-
ner freno al “virus ideológico” diseminado por los que
amenazaban el orden. La actividad de docentes, alum-
nos y demás miembros de instituciones académicas
debía ser controlada en su totalidad. Los instrumentos
utilizados para vigilar a la sociedad en sus distintos es-
pacios formaron parte de un proyecto político basado
en el estado de sitio y en el terrorismo de Estado.
Duhalde explica que el Estado Terrorista: “No
se trata sólo ya del Estado militarmente ocupado (…)
implica un cambio cualitativo y profundo en la propia
concepción del Estado, se trata de un nuevo Estado, una
nueva forma de Estado de Excepción.”
2
Mientras que
esta categoría define en forma global a todos aquellos
(...) sólo es posible hablar
de Estado Terrorista cuando éste
cuenta con instrumentos coerciti-
vos que actúan de forma pública
y otros que lo hacen de forma
clandestina y al margen de toda
legalidad.
image/svg+xml
Voces Recobradas
Revista de Historia Oral
76
y explica que puede ser entendido como un acto de-
fensivo y activo a la vez.
“Defensivo porque se opone la
fuerza a algo que nos oprime o que amenaza con opri-
mirnos, por lo que se resiste para preservar la existen-
cia. Pero la resistencia no es solamente defensiva (…)
Los resistentes, aunque no busquen conquistar el po-
der, intentan producir efectos políticos como el hecho
de aplazar un decisión política.”
7
Complementando la mirada anterior, Bensaid sos-
tiene que “Resistir es en primer lugar (…) no ceder, aún
cuando la situación sea comprometedora, aún cuando
la postura sea mala (…) Resistir im-
plica reconocer tu debilidad, admi-
tir la relación desfavorable de fuer-
zas, sin aceptarla, sin suscribirse a
ella, y sin resignarse a ella.”
8
Las definiciones hasta aquí
presentadas resultan fundamenta-
les para cualquier estudio sobre el
impacto que tuvo el accionar del gobierno de facto en
los espacios donde actuaban y se expresaban los dis-
tintos grupos sociales. En este trabajo, los conceptos
serán aplicados al análisis particular de las prácticas
dentro del Instituto Superior del Profesorado Dr. Joa-
quín V. González en el periodo 1976-1983, por ser el
más antiguo y reconocido establecimiento dedicado a
la formación docente.
“El Joaquín”, una isla
El 19 de abril de 1976 el Instituto pasó a depender del
Ministerio de Cultura y Educación por medio de la
Dirección Nacional de Educación Media y Superior.
A partir de entonces, comienza un proceso de depu-
ración interna para evitar la actividad política parti-
dista dentro de la institución y “(…) se deroga todo
artículo del Reglamento Orgánico que sea incompati-
ble con esto, incluida la facultad de elegir sus propias
autoridades”.
9
Si bien el mandato de las autoridades
“del Joaquín V. González” se prorrogó hasta el año
1977, el Instituto fue finalmente intervenido. El profe-
sor de Geografía, Alberto López Raffo, tomó posesión
del cargo cuando la rectora Aída Amelia Barbagelata
presentó su renuncia
10
. La intervención se prolongó
hasta 1984, cuando quedó en manos de rectores nor-
malizadores.
La mirada imperante sobre “el Joaquín” durante la
última dictadura lo presenta como una especie de isla o
de burbuja, en la que nada parece haber cambiado. Con
frecuencia, aquellos que sostienen esta postura son per-
sonas que tenían o habían tenido en un pasado reciente
experiencias fuertes en otras instituciones educativas y
que recurren continuamente a la comparación al inten-
tar describir lo que sucedía en el Profesorado.
En lo que respecta al clima que se experimentaba
dentro de la institución por aque-
llos años, desde esta perspectiva
más difundida, se señala el carácter
amable, cordial y respetuoso que
predominaba en las relaciones entre
estudiantes, docentes, autoridades y
al interior de cada uno de estos gru-
pos. Mabel Rojas, en aquel entonces
estudiante de la carrera de Filosofía, recuerda que:
En
realidad, nosotros veníamos de jolgorio. Veníamos, nos
matábamos de risa con los compañeros (…)
11
. En rela-
ción a esto, Ana María Galibert, estudiante de Historia
en aquella época, describe el espíritu festivo dentro de
la institución cuando cuenta, por ejemplo, que
yo lleva-
ba la guitarra y tocaba la guitarra y cuando entró a la
Academia de Historia María Duarte, le compramos una
medalla (…) le hicimos una canción. Era un clima como
una continuación del secundario (…)
12
.
La misma sensación de tranquilidad expresa, la en-
tonces docente, Susana Martínez, quien había ingresado
al Profesorado tras haber vivido situaciones de represión
más explícitas en el ámbito universitario. La entrevistada
relata:
Yo estaba en la Universidad de La Plata y estuve en
Filosofía y Letras (…) Era más tranquilo acá.
13
Haciendo
hincapié en lo anterior, Susana señala
(…) la diferencia en-
tre la Universidad y acá (…)
[era que]
había en la puerta
uno, dos, tres, cinco tipos de policía de civil y vos sabías
que era la cana que te estaba controlando. Acá no.
14
En
concordancia con la comparación realizada
por Ana en-
tre el nivel medio y el Profesorado, Susana asegura que
la institución funcionaba como
(…) una escuela: horarios,
entrabas, dabas la clase y te ibas
15
.
La mayoría de los entrevistados coinciden en que
la falta de intervenciones de miembros de las Fuerzas
Armadas dentro del Profesorado, el hecho de que no
fuera necesario presentar documentación a la hora de
ingresar y la inexistencia de un reglamento que fijara
pautas severas de conducta, diferenciaron al Instituto
de otros espacios educativos más acosados.
Es interesante destacar en este punto que, al refe-
rirse a la ausencia de un reglamento que pautara la ves-
timenta de los miembros “del Joaquín”, los entrevista-
dos presentan miradas diferentes. Las
docentes
Susana Martínez
16
, María
Teresa Camarda
17
e Irma Zanella-
to
18
afirman que las costumbres y
la moda (sobre todo en términos de
vestimenta para docentes) hacían
innecesario ese tipo de normas es-
critas. Irma, por ejemplo, explica:
Había como consignas generaliza-
das. Las chicas no venían en pantalo-
nes (…) no porque se haya impuesto algo.
19
De la misma
forma, María Teresa recuerda
Camisa y corbata era lo
que se usaba y lo que los chicos traían directamente. Te-
nía que ver con usos y costumbres.
20
Por el contrario,
Ana asegura que la libertad ofrecida por el Profesorado
a los estudiantes, permitía que algunos de ellos tuvie-
ran un aspecto que podía ser considerado desafiante
en otros espacios:
(…) Es más, yo he ido con poncho que
era una prenda que a mí, por lo menos, en esos mismos
años, me paró la policía porque salía de la parroquia con
poncho y eso podía ser motivo de sospecha.
21
Con respecto la expulsión de personal, tan señala-
da en estudios sobre otras instituciones educativas, la
mirada tradicional del “Joaquín isla” niega que esto su-
cediera aquí o se lo explica por factores no relacionados
a la persecución y castigo por motivos ideológicos. Ana
hace referencia a la
(…) gran continuidad de los profe-
sores. No tengo recuerdos de que, por ejemplo, bajaran a
algún profesor y amigas mías más grandes habían tenido
a los mismos profesores (…).
22
Mabel
presenta una ima-
gen muy similar, al explicar
que (…) en comparación
a la cantidad de gente tirada por la ventana, claustros
cerrados, profesores echados que venía por el lado de las
facultades, nosotros no sufrimos esa cosa violenta, por
lo menos cuando ingresé yo en el 77
.
23
María Teresa, en
cambio, no desconoce el recambio de antiguos miem-
bros de la institución, pero lo explica desde lo adminis-
trativo, diciendo:
Pienso que tenía que ver (…) con una
mentalidad administrativa poco flexible (…) Causas po-
líticas no. Tiene más que ver con la ignorancia de lo que
significa formar recursos humanos (…)
24
.
En relación a los estudiantes, se los presenta en
una actitud que perfectamente podría ser definida
como pasiva, ya que no oponían re-
sistencia frente a disposiciones de
las autoridades institucionales y
gubernamentales. Desde la mirada
del “Joaquín isla”, la inexistencia del
Centro de Estudiantes y de activi-
dades político-partidistas dentro
del Instituto parecería dar cuenta
de aquella pasividad, que en algu-
nos casos, es incluso presentada como
sinónimo de neutralidad o indiferencia. Ana explica:
(…) hacíamos lo que teníamos que hacer: íbamos a la
clase, asistíamos, firmábamos el libro, consultábamos
la bibliografía. No tuve una referencia concreta de al-
guien que fuera contestatario. No se vivía un clima con-
testatario ni revolucionario
25
. En concordancia con esto,
Susana presenta las pocas manifestaciones de resistencia
que recuerda como conductas aisladas y esporádicas por
parte de algunos estudiantes:
(…) Yo no he visto formas de
resistencia en ‘el Joaquín’ (…) Sí que algunos trajeran un
panfeto, un diario,
Evita Montonera
. También sé de un
alumno que en el año 81 trajo el diario del MAS (…)
26
.
Desde una interpretación distinta de los hechos,
Mabel complementa la mirada anterior sobre el estu-
diantado. A diferencia de las otras entrevistadas men-
cionadas, considera que la actitud general de estos era
de rechazo frente al gobierno de facto. No obstante,
reafirma su pasividad dentro del Profesorado al acla-
rar que aquellos que decidían manifestarse o actuar
contra la dictadura elegían otros espacios:
Fuera del
“Joaquín’”sí se armaron grupos. Pensá que en los años
superiores éramos muy pocos. Nos armábamos entre los
que nos conocíamos, pero fuera de la institución
27
.
(...) los estudiantes, se los
presenta en una actitud que
perfectamente podría ser definida
como pasiva, ya que no oponían
resistencia frente a disposiciones
de las autoridades institucionales
y gubernamentales.
La mirada imperante sobre
“el Joaquín” durante la última
dictadura lo presenta como una
especie de isla o de burbuja, en la
que nada parece haber cambiado.
image/svg+xml
Voces Recobradas
Revista de Historia Oral
98
La burbuja departamental
A la hora de explicar el clima dentro del Departamento
de Historia en particular, los entrevistados repitieron
muchas de las características atribuidas al Instituto en
general: cordialidad, libertad, pasividad, etc.
De sus
testimonios se desprende que “la isla” logró absorber
incluso a aquellas carreras que por sus contenidos ha-
bían sido fuertemente censuradas en otros espacios
educativos.
Por su parte, los docentes destacaron la inexisten-
cia de un control represivo ejercido por las autoridades
de la institución sobre su tarea. María Teresa afirma:
Nosotras trabajamos muy cómodas en la cátedra por-
que nuestras jefas eran Elvira Saluzzi y Susana Royo.
Eran dos personas muy íntegras en términos docentes y
en términos políticos muy abiertas,
con mentalidad progresista
28
. Irma,
por su parte, se refiere a las mate-
rias de Historia Antigua y asegura
(…) no había demasiado problema
ni de persecución, ni de control de
ideologías o de bibliografías o de
programas (…)
29
.
De la misma for-
ma, Susana explica:
Acá cada profe-
sor y en cualquier época tiene una gran
libertad de cátedra y hace lo que quiere (…)
30
.
Precisamente, al referirse al director del Profeso-
rado de Historia, Antonio Austral, las docentes coin-
ciden en que no ejerció la censura dentro del Depar-
tamento e incluso destacan rasgos positivos de su ges-
tión. María Teresa, por ejemplo, afirma: [Era]
un tipo
sensato. Él daba clases en La Plata, era arqueólogo, era
muy cuidadoso con las cuestiones formales, pero nun-
ca nos complicó
31
. Irma, lo recuerda como una buena
persona y asegura
(…)
nos cayó muy mal que lo hayan
jubilado de oficio (…)
Para nosotros una gran pérdida
fue esa.
32
.
En relación a la falta de censura y represión, se
sostiene como argumento central la ausencia de mo-
dificación de programas, presentándolo como eviden-
cia clara de la libertad de la que se gozaba dentro del
Profesorado. Algunas docentes señalan que no hubo
cambios en ellos desde 1971 hasta el 2010. María Te-
resa resalta:
No había una bajada de línea. Eran más
bien sugerencias, pero no presiones (…) uno las tomaba
o las dejaba (…). El docente, el practicante trabajaba
con toda la libertad que correspondía a los criterios que
considerábamos académicos y necesarios para egresar
33
.
Incluso en aquellas materias cuyos contenidos solían
ser cuestionados en otros ámbitos educativos, parecería
que en “el Joaquín” esto no ocurría. Ana afirma
(…) ni
siquiera
[vinculaba]
que los programas con los que estu-
diaba estaban sesgados (…) cuando tuve materias como
[Historia]
Argentina no se vivía un clima de represión.
Salvo que yo fuera tan inconsciente que no lo hubiera
visto
34
. En síntesis, los criterios de selección de conte-
nidos en aquel período parecerían haber respondido a
criterios académicos de los docentes, en lugar de estar
determinados desde las autoridades institucionales en
función de cuestiones ideológicas.
Con respecto al desarrollo de
las clases, las diferentes descripcio-
nes presentadas por los entrevista-
dos parecen responder a recuerdos
variados que estos tienen depen-
diendo de la materia o del docente
al que se refieran, dando cuenta de
la inexistencia de homogeneidad en
términos pedagógicos que se extiende
hasta la actualidad.
Algunos testimonios ofrecen una imagen de cla-
ses en las que los estudiantes no tenían ningún tipo de
intervención. Irma, por ejemplo, explica:
En general las
clases de Historia son expositivas. No había promoción
sin examen, había trabajos prácticos, investigación. El
rol del docente era activo y el del estudiante más pasi-
vo.
35
Ana reafirma esto al asegurar:
Era una historia
súper fáctica y tenías promedio 50 libros por cátedra y
te los tomaban y todo era con final (…) la sensación era
que uno estaba a años luz de los profesores y de su capa-
cidad intelectual y que no podías abrir la boca porque,
¿qué ibas a decir frente a un Austral?
36
Por el contrario, María Teresa presenta las clases
de Metodología como precursoras del constructivismo
dentro del Profesorado:
Nosotros siempre trabajamos
con los mismos fundamentos epistemológicos tanto en
la didáctica como en el plano histórico (…) Siempre, sin
saberlo creo, fuimos constructivistas
37
.
Lo que resulta importante para destacar aquí es
que, en ninguno de los casos presentados, los entre-
vistados asocian las formas de desarrollo de las clases
con un modelo impuesto por el gobierno de turno, ni
consideran que haya habido diferencias significativas
con respecto a las clases en períodos anteriores y pos-
teriores.
Con respecto a la relación entre docentes y es-
tudiantes, algunos de los entrevistados coinciden al
resaltar el trato amable y al no hacer mención a un
cambio en este vínculo tras el golpe de Estado. Ana
explica:
En general, el clima dentro del Profesorado
era de mucho compañerismo, cordialidad, muy buena
vinculación con los profesores y una relación de mucho
respeto
38
. Irma recuerda con cierta
nostalgia:
El clima, la relación con
los estudiantes era excelente (…)
39
.
Tanto ella como Susana, describen
un tipo de alumno que, para su
gran pesar, consideran perdido:
(…) un alumno mucho más madu-
ro, mucho más comprometido (…)
Eran alumnos que venían a apren-
der. Se armaban muy buenas discusio-
nes, muy buenas interpelaciones.
40
El clima armónico y alegre dentro del Profesora-
do de Historia es frecuentemente adjudicado por sus
miembros al desconocimiento de gran parte de lo que
se estaban desarrollando por fuera del Instituto. En
este sentido, Ana afirma:
No recuerdo clases donde se
trabajara el tema de la política actual y una actitud de
resistencia a esa política
41
. La mayoría de los entrevis-
tados señalan además la falta de certeza que se tenía
con respecto a la desaparición forzada de personas y
aseguran no haber tenido conciencia de que esto su-
cediera con gente de la institución. En este sentido,
María Teresa aclara:
La cuestión de los desaparecidos
como tema de clase y de trabajo viene después del 83.
En diciembre asume Alfonsín, al poco tiempo el juicio
y la publicación del
Nunca Más
. Ahí se conocen los ho-
rrores de la dictadura.
42
Reflexiones sobre el origen
del aislamiento
Para la mayoría de los entrevistados, esta especie de
mundo aparte en el que parece haberse convertido el
Profesorado fue el resultado de un accionar conscien-
te por parte de sus autoridades. Ana señala:
Vos ponés
tres actitudes
[consenso, apatía y rechazo]
, pero hay
una cuarta que es la de la protección por el temor, la
protección de lo que está adentro. Había como un res-
guardo, un “vamos a cuidar a los que están adentro has-
ta que pase esto que no sabemos lo que es, ni cuánto va
a durar”
43
. Esta actitud es coincidente con lo que rela-
ta Marta Souto
44
y con lo que recuerda Mabel Rojas
45
cuando afirman que la rectora Barbagelata, la misma
noche del 24 de marzo, se dirigió ha-
cia el edificio de Av. de Mayo, llamó
a aquellos chicos que participaban
en el Centro de Estudiantes para
pedirles que quemen todos los folle-
tos e hizo desaparecer todos los re-
gistros en donde aparecían los nom-
bres de los que participaban en “el
Centro”. Si bien no hay que olvidar
que esta rectora permaneció tan sólo un año más en el
cargo para luego ser reemplazada por López Raffo, la
idea de protección dentro del Profesorado parece ha-
ber continuado y queda evidenciada por el ingreso de
docentes y estudiantes perseguidos en otros espacios
académicos. Mabel se refiere a ello cuando menciona la
presencia de
(…) gente que iban echando de otros lados
por declaraciones políticas, denuncias de subversión o
lo que sea, y que se mantenían resguardados dentro ‘del
Joaquín’. El profesor Mercado Vera fue uno. Lo sacan de
la Facultad de La Plata, de Buenos Aires y de Rosario
y de pronto el tipo queda acá
46
. Más ejemplos de este
resguardo lo ofrecen los casos del entonces estudiante
Marcelo Bagnati
47
, militante perseguido en el ámbito
universitario, y de la profesora Susana Martínez, quien
relata:
(…) yo venía con un antecedente. Venía cesan-
teada y me cesantearon en septiembre de 1976 (…)
48
.
Lo presentado anteriormente sirve para reforzar
la idea que el Profesorado no fue atacado y que no su-
frió una fuerte represión durante los años del último
A la hora de explicar el clima
dentro del Departamento de
Historia en particular, los entrevis-
tados repitieron muchas de las ca-
racterísticas atribuidas al Instituto
en general: cordialidad, libertad,
pasividad, etc.
Para la mayoría de los entre-
vistados, esta especie de mundo
aparte en el que parece haberse
convertido el Profesorado fue el
resultado de un accionar conscien-
te por parte de sus autoridades.
image/svg+xml
Voces Recobradas
Revista de Historia Oral
1110
gobierno militar. Mabel presenta lo que considera la
causa de dicho resguardo, explicando:
(…) la carrera
docente sonaba como ‘Ah, el pibe quiere ser maestro, no
es riesgoso’ (…) Se les ocurría como que era una cosa
más llana, más aplacada, menos politizada
49
. Marcelo
reflexiona sobre lo mismo y concluye:
(…) el Profeso-
rado era una isla, no porque quería serlo, sino que era
un lugar marginal al cual nadie le daba pelota (…) Te
sentías seguro en el Profesorado.
50
Un aislamiento vulnerable: represión
y resistencia en “el Joaquín”
A partir de las entrevistas realizadas
y sin entrar en contradicción con lo
expuesto hasta aquí, es posible iden-
tifcar una serie de formas de repre-
sión que operaban dentro del Profe-
sorado y ciertos modos de resistencia
que sus miembros llevaban adelante
para evitar que el contexto exterior
y, sobre todo, la intervención afecta-
ran su actividad educativa. Resulta
muy interesante señalar que son los
mismos entrevistados los que dejan
ver estas prácticas (de represión y de
resistencia) en medio de sus explicaciones acerca del ais-
lamiento y la tranquilidad de la institución.
En primer lugar, todos los entrevistados hacen re-
ferencia a un cambio en las autoridades “del Joaquín”
tras el golpe de Estado y mencionan, principalmente, el
reemplazo de la rectora Barbagelata por el rector López
Raffo. Si bien algunos, como Irma
51
y María Teresa
52
,
no logran definir la relación de los directivos con las
Fuerzas Armadas, la mayoría concuerda en que habían
sido designados para llevar adelante una tarea de con-
trol funcional a los intereses del nuevo gobierno. El bu-
fetero de la institución, Osvaldo Anglesi, por ejemplo,
afirma:
El Rectorado apoyaba en todo al gobierno de
facto, se hacía lo que ellos querían
53
. Susana lo explica
a través de una comparación:
Los directivos conjugaban
con el gobierno (…) se corría en los pasillos, como en las
escuelas, que si hacías algo ibas a dirección.
54
En cuanto a la relación de estas autoridades con
los docentes, en particular con la designación de car-
gos, Mabel describe una muy marcada intervención
por parte de aquellos:
(…) te pasaba este tipo de cosas,
como de terminar adrede las cátedras, que no se hacían
concursos a medida que la gente se iba yendo. Cosa que
duró incluso después de que terminó el periodo militar
(…)
55
.
Claramente, esto solo puede ser comprendido
dentro del marco de un proyecto educativo que, si
bien no operaba expulsando abiertamente individuos
por cuestiones ideológicas, al menos favorecía la de-
signación de profesionales funcionales al régimen. De
hecho, la misma entrevistada recuerda que
(…) termi-
na el período de Alicia y ponen un docente a dedocra-
cia como jefe de departamento, que
venía del colegio militar
56
.
Como ya se ha mencionado,
los entrevistados coinciden en que
no se produjeron intervenciones de
miembros de las Fuerzas Armadas
en el Profesorado, fenómeno tan
frecuente en otros espacios educati-
vos. La única referencia a un hecho
similar la presentó Osvaldo, cuando
comentó:
Una vez, cuando fue que
teníamos a la nuera de Videla y que
venía con los custodios. Los custodios
subían al aula y se quedaban atrás con las armas lar-
gas. En ese tiempo, la doctora Barbagelata, que era la
rectora, agarró y los sacó a empujones desde el segundo
piso hasta abajo
57
. De todas formas, el entrevistado no
recordó ningún otro caso como este luego de la inter-
vención.
No obstante, tras negar el ingreso de militares o
policías de forma violenta, la mayoría de los testigos
explican que eran conscientes de la presencia de miem-
bros de los servicios en las clases. Esto obligaba a ser
muy cautelosos a la hora de presentar temas y exponer
ideas. Mabel confirmó:
(…) lo que tenías era gente que
sabías que eran de los servicios y nos lo confirmaron con
el tiempo. Se fueron haciendo amigotes nuestros. Por
ahí estaban distribuidos en ciertas aulas.
En Filosofía
había un señor Jorge (…) que tenía una actitud que era
fácilmente visible.
58
Hechos similares eran frecuentes
dentro del profesorado de Historia, como se verá en el
próximo apartado.
Con respecto a la actitud de los estudiantes “del
Joaquín” frente al golpe y a la imposición de nuevas
autoridades, ya se ha explicado que, si bien algunos
entrevistados hablan de cierta oposición o rechazo, la
mayoría coincide en que predominaba una sensación
de indiferencia. Esto parecería confirmar el hecho de
que el Profesorado funcionaba al margen del contexto
exterior. Marcelo afirma: [La]
Del estudiantado, en ge-
neral, era una actitud de apatía.
59
Ana coincide con él
al decir:
(…) no había manifestaciones (…) Silencio, eso
es lo que recuerdo.
60
No obstante, en su intento por confirmar aquella
conducta pasiva o apática, Susana describe los resulta-
dos de lo que era claramente un control y represión muy
exitosos por parte de las autoridades:
Nadie hablaba, no había Centro de
Estudiantes, no había manifestacio-
nes. Habría grupos de alumnos que
hablan, pero entre ellos
61
.
De hecho,
muchos de los que califican al es-
tudiantado de apático, se refieren
a épocas previas del Instituto en
las que la existencia de grupos de
alumnos movilizados era evidente y
dan cuenta de su censura en el nuevo contexto. María
Teresa, por ejemplo, explica que
(…) en el 72, formamos
la Línea Independiente del Profesorado (…)
[los que]
trabajaban con el Peronismo Revolucionario tenían
actividades partidarias específicas y nosotros todavía
éramos independientes (…) En el 76 todo se desmanteló
(…). Durante los años ‘del Proceso’ los muchachos su-
frían los efectos disuasivos del sistema (…).
62
Algunos testimonios de estudiantes permiten en-
trever que se sentían bastante controlados (e incluso
perseguidos) por las autoridades. Ana, por ejemplo, es
consciente de no haber sufrido ningún tipo de censura
por su conducta “aceptable”:
(…) tampoco me tendrían
que haber censurado nada porque yo no hacía nada
malo. No me manifestaba de una manera particular-
mente interesante como para que me censuraran
63
.
Ma-
bel, por su parte, recuerda el episodio en que fue denun-
ciada por el director de su carrera, Horacio Pinto/s
64
:
(…)
en el Ministerio habían dicho que la gente que estudiaba
Filosofía no hacía falta que curse esa materia
[Ética y
Deontología]
(…) Como no me daban pelota, empecé a
pegar carteles con el artículo del Ministerio (...) este tipo
me dijo que no lo había hablado con él, que las cátedras
ya estaban asignadas (…) Después de una trenzada de-
cidió denunciarme (…)
65
.
Una de las formas frecuentes de represión en el
Profesorado, no reconocida por la mayoría de los entre-
vistados, fue el control de la apariencia de los estudian-
tes. Si bien, como ya se ha mencionado en el apartado
anterior, muchos consideran que era la costumbre la
que imponía los límites y otros aseguran que gozaban
de total libertad, Osvaldo, en cambio, presenta la for-
malidad como resultado de un fuerte control realizado
por algunos miembros del personal de
la institución. En este sentido, co-
mentó:
Vos venías a dar un examen
en minifalda o con pantalón ajusta-
do, chau, sonaste, no te permitían
(…)
Los bedeles eran los encarga-
dos de ver que se cumpliera con esto
porque bedelía era un lugar de paso
sí o sí, no la podías evadir. En las
horas de cambio estaban parados ahí
para ver cómo estaban los chicos vestidos.
66
Otra de las consecuencias más claras de la repre-
sión que se ejercía dentro del Profesorado por parte
de sus autoridades fue la desaparición del Centro de
Estudiantes. Incluso Ana, quien ingresó al Instituto
tras el golpe, pudo dar cuenta de ello:
Lo que sí se veía
eran apuntes del Centro de Estudiantes que no se podían
conseguir porque estaba cerrado y las promociones an-
teriores a la mía habían trabajado con ellos. Eso es una
referencia de algo que existía y dejó de existir después de
marzo del 1976.
67
Irma, por su parte, aclara que el Cen-
tro de Estudiantes no fue eliminado inmediatamente,
sino que sobrevivió hasta 1977 y
(…) después evidente-
mente muchos se fueron, otros desaparecieron.
68
La cuestión de los estudiantes exiliados o deteni-
dos desaparecidos aparece en varios de los testimonios
como evidencia de la represión. Si bien casi todos ase-
guran no haber tenido conocimiento total de lo que
estaba sucediendo en el momento, aclaran que existía
No obstante, tras negar
el ingreso de militares o
policías de forma violenta, la
mayoría de los testigos ex-
plican que eran conscientes
de la presencia de miembros
de los servicios en las clases.
Esto obligaba a ser muy cau-
telosos a la hora de presentar
temas y exponer ideas.
Otra de las consecuencias
más claras de la represión que
se ejercía dentro del Profesorado
por parte de sus autoridades fue
la desaparición del Centro de
Estudiantes.
image/svg+xml
Voces Recobradas
Revista de Historia Oral
1312
general, Mabel presenta una analogía que describe el
clima en su interior:
(…) era mucho más el clima gene-
ral que hacía o que te generaba una cuestión de mucha
desconfianza. Entonces, la situación de autocensura era
más o menos como el panóptico de Foucault, cuando vos
sacás al vigía de la torre y la gente supone que todavía
está adentro (…).
74
Frente a este contexto de represión explícita y tácita,
los entrevistados mencionan ciertas actitudes y acciones
que pueden ser defnidas como de resistencia. Si bien
existen referencias aisladas sobre formas de resistir en-
tre los estudiantes, coinciden en que fueron los docentes
los que se movilizaron realmente para
proteger a la institución.
Con respecto al accionar estu-
diantil, Marcelo presenta su expe-
riencia como participante de una
iniciativa para formar un nuevo
Centro de Estudiantes. Recuerda
que aquel pequeño grupo, confor-
mado, principalmente, por indivi-
duos del profesorado de Historia, no
podía reunirse dentro de la institu-
ción por orden de Austral. De todas
formas, la voluntad de juntarse supe-
ró la prohibición y los estudiantes buscaron un espacio
cercano donde poder llevar adelante sus debates. Mar-
celo sintetiza esto explicando:
(…) un grupo, no más de
doce o quince (…) nos empezamos a juntar y a armar la
idea de que era necesario un Centro de Estudiantes, sin
recoger la idea de lo que había antes (…) empezamos a
charlar, a ver qué hacíamos, si se podía hacer (…)
.
75
Por otra parte, Marcelo comentó que frente a los
ya mencionados controles sobre la vestimenta y apa-
riencia, los militantes conservaron una forma de ves-
tirse particular de acuerdo a la agrupación a la que
pertenecían y que eso les permitía identificarse entre
ellos:
Estaba el fenotipo montonero, el fenotipo trosko,
el del PC. Los del PST éramos más hippies, deshilacha-
dos a propósito porque se usaba. Los montos eran más
nacionales y populares, más de camisa, que sé yo. Los de
PC eran mucho más formales.
76
Los ejemplos presenta-
dos por Susana sobre estudiantes que llevaban diarios
de agrupaciones o bibliografía prohibida también po-
drían sumarse a esta lista de actos de resistencia. Sin
embargo, de todos estos testimonios se desprende que,
si hubo algún tipo de resistencia estudiantil dentro del
Profesorado no fue ni masiva ni organizada ni muy evi-
dente. Los ejemplos presentados no dejan de ser con-
ductas aisladas.
El caso de los reclamos realizados por docentes
presenta características diferentes. Resulta interesante
destacar en este punto que algunas de las tensiones que
recorren la historia del Profesorado aún hasta la actua-
lidad parecen haber sido objeto de debate y defensa en-
tre estos, más allá de toda intervención.
El pedido de mejores condiciones edilicias es el
ejemplo más citado por los entrevis-
tados. María Teresa afirma que
(…) el reclamo del edificio propio
fue una bandera que no se aban-
donó. Esa presión siempre estuvo
77
.
La vigencia del conflicto edilicio
es también demostrada por Souto,
quien cita un documento presentado
por López Raffo al Consejo Directivo en el que redac-
ta una nota a Videla, pidiéndole que tome cartas en el
asunto
78
. Desde su perspectiva de estudiante, Ana
re-
cuerda:
(…) se discutía el tema del edificio. Era lamen-
table el estado del edificio en San José y Av. de Mayo.
Después pasó al Colegio Mariano Moreno. Es decir,
que un lugar de tal excelencia como lo fue el Instituto
o lo seguirá siendo, no se entendía que no tuviera un
edificio digno (…)
79
. La misma entrevistada aclara que,
si bien era consciente del problema, los estudiantes no
participaban activamente del reclamo:
La participa-
ción era más docente. No recuerdo como estudiante
de haber participado en alguna reunión pidiendo un
edificio propio, tampoco se estilaba
80
. Similar a esto,
Marcelo afirma que entre ellos
se charlaba de esto, de
que el edificio quedaba chico, que había un montón de
lugares cerrados, que había que hacer algo, pero no te-
níamos posibilidad porque teníamos que reunirnos en
el bar de enfrente (…)
81
.
Haciendo referencia a la resistencia presentada por
el cuerpo de docentes frente al avance de autoridades
internas y del exterior, María Teresa asegura:
(…) Fren-
te a cualquier intromisión del Ministerio en cuestiones
inherentes a la institución nosotros contestábamos, te-
níamos asambleas docentes (…). Cuando las autorida-
des veían que el cuerpo docente estaba bastante unido
reculaban o trataban de buscarlo de otra manera (…)
82
.
La entrevistada explica que el estudiantado no parti-
cipaba activamente de estos reclamos. Mabel recuerda
que
se peleaba por el respeto a un Reglamento Orgánico,
que era institucional y que declaraba la autonomía y que
se estaba haciendo caso omiso y que hasta era una cues-
tión de principios.
83
Ana afirma lo anterior aclarando:
De la autonomía se hablaba y se comunicaba algo pero,
sobre todo, los docentes que tenían quizás más onda con
los alumnos (…).
84
Controles y libertades
dentro del Departamento
de Historia
Si bien los entrevistados coinciden
en que no existía una bajada de lí-
nea explícita que limitara los conte-
nidos que podían ser incluidos en los programas, la
represión parece haber adoptado, en este caso, la for-
ma de autocensura. Los docentes aseguran haber sido
plenamente conscientes de aquello que no podía in-
cluirse en una planificación. María Teresa, por ejem-
plo, sostiene:
(…) lo que uno sentía en la circulación
del saber es que más que censura había autocensura.
La gente evitaba poner en sus programas alguna bi-
bliografía que fuera objetable (…)
85
.
Susana se refiere
de forma similar a las limitaciones que se percibían
cuando explica que eran los mismos docentes los que
hacían los recortes para evitar algún tipo de sanción:
Otra cosa que tuvimos que sufrir en cualquier casa
de estudio es que (…) te controlaban la bibliografía
86
.
Irma coincide con esto al explicar que
(…) uno trataba
de ser prudente por temor. Justamente, lo que manejó
el gobierno fue el temor.
87
Además de la autocensura por miedo, las docen-
tes coinciden en que por momentos fueron víctimas
de controles directos, tal como lo relata Mabel para el
caso de la carrera de Filosofía. María Teresa explica
cierta idea o intuición. María Teresa, por ejemplo, ex-
plica
: De los desaparecidos (…) durante mucho tiempo
se desconocía (…). Se rumoreaba, alguien comentaba.
Todos sabíamos que algo pasaba
69
.
Al intentar explicar otras causas de la desmovi-
lización estudiantil, algunos entrevistados se refieren
a sus experiencias personales previas en distintos es-
pacios educativos. Marcelo señala que, como ya se ha
explicado, eran varios los que llegaban “al Joaquín” es-
capándose de persecuciones que habían sufrido en ins-
tituciones debido a su participación en distintas agru-
paciones. En términos del entrevistado,
(…)
[el Profe-
sorado]
era una isla (…) para poder
vivir y desarrollar algo que no sea
el miedo a la militancia afuera (…).
Nosotros teníamos que sobrevivir
(…)
70
.
Según él la falta de activi-
dad política dentro del Instituto
respondía a la necesidad de pre-
servarse, al miedo a la exposición.
En este sentido, afirma:
(…) por eso
no se armaban discusiones políti-
cas internas, ni pujas por espacios,
ni nada (…) porque si hubiésemos
tomado esa actitud hubiésemos dura-
do 5 minutos porque, está bien, era una burbuja, pero
era chiquito y estaba recontra expuesto.
71
De esta forma
justifica también el hecho de que los militantes no se
animaran a exponer abiertamente su pertenencia a tal
o cual agrupación, ni siquiera en reuniones entre com-
pañeros. La ya mencionada reflexión de Mabel
72
sobre
la frecuente organización de estudiantes por fuera del
Profesorado parece confirmar lo anterior.
La autocensura aparece constantemente como
resultado del temor que se vivía dentro y fuera de la
institución. Irma explica:
Yo creo que al principio la
gente tenía mucho miedo. El miedo hacía que las fami-
lias se cerraran en sí mismas. Es decir, en la calle no
se hablaba. Trataba de no manifestar uno ninguna idea
contraria (…)
73
.
Esto supone pensar que, además de los
controles explícitos, existía una fuerza mayor tácita
que funcionaba como limitadora del discurso y del ac-
cionar. Haciendo un análisis sobre el Profesorado en
(...) por eso no se ar
-
maban discusiones políticas
internas, ni pujas por es
-
pacios, ni nada (…) porque
si hubiésemos tomado esa
actitud hubiésemos durado
5 minutos porque, está bien,
era una burbuja, pero era
chiquito y estaba recontra
expuesto.
(…) el reclamo del edificio
propio fue una bandera que no se
abandonó. Esa presión siempre
estuvo.
image/svg+xml
Voces Recobradas
Revista de Historia Oral
1514
que la consciencia de que podía haber gente infiltra-
da entre los estudiantes o de que estos podían hablar y
denunciar a los profesores, obligaba a tomar recaudos
a la hora de dictar las clases:
(…) Cuando presentaba
un tema tenía que hacer una aclaración muy particular:
“Vamos a ver esto, pero ojo” (…) Yo se las hacía
[las acla-
raciones]
a mis alumnos y también a los practicantes
cuando venían. Uno no sabía qué comentarios podían
hacer afuera o cómo eso podía trascender
88
.
En concor-
dancia con esto, Irma relata una experiencia particu-
lar que tuvo mientras dictaba su clase de Historia de
Roma:
En un curso (…) se sentó en el fondo un señor
como si fuera alumno, trajeado con
corbata y demás. Hasta recuerdo el
nombre, Gallo se llamaba de apelli-
do y estaba en las listas. Todo el pri-
mer cuatrimestre escuchó mi clase y
yo sentía que era como un control
permanente, continuo (…) en julio
desapareció del Profesorado. Me
imaginé de qué se trataba
89
. El caso
de Susana es aún más contunden-
te. La entrevistada se refiere a las
acusaciones que sufrían los docen-
tes cuando se encontraban dentro
del curso con gente de los servicios o
que simplemente apoyaba al gobierno de facto. Recuer-
da con respecto a esto:
A mí me cuestionó un alumno
acá que yo era marxista porque daba Carr; y Carr es
un autor inglés (…) que vivió en Rusia y tiene dos o tres
trabajos de Rusia, pero de ahí a que sea marxista, no.
Tuve problema con un alumno que era de la policía, que
venía acá. Y lo peor era el dicho
90
.
Como contracara de lo explicado hasta aquí, es
posible dar cuenta de ciertas formas de resistencia
llevadas a cabo dentro del Departamento de Historia
para preservar la calidad académica. María Teresa, por
ejemplo, señala que los docentes frecuentemente redac-
taban los programas de forma muy ambigua o general,
con el objetivo que los contenidos no sonaran “peligro-
sos” y que, al mismo tiempo, dieran una gran libertad
a la hora de trabajar en clase algunos temas controver-
tidos. En este sentido, afirma:
Los programas siempre
fueron sintéticos. Enunciábamos los temas (…) ponías
un título, no un contenido y el contenido lo dabas en
clase.
91
Susana coincide con ello, diciendo:
Vos tratabas
de poner del 49 para atrás. Después dabas los que que-
rías (…), te arriesgabas.
92
Al tratar la cuestión de la bibliografía, algunos
entrevistados mencionaron haber utilizado material
considerado “peligroso” por el gobierno de turno. Su-
sana ejemplifca diciendo:
(…) la bibliografía base, Fe-
bvre y Carr, que me lo cuestionaron en ese momento, lo
seguimos dando (…)
93
. Marcelo, por su parte, recuerda
que dentro del Instituto tuvo acceso a bibliografía que
se encontraba prohibida en otros espacios académicos,
aunque niega haber podido discutir
abiertamente su contenido:
Uno no
discutía. Lo leías y nada más (…) Vos
leías Gordon Childe y sabías que era
un enfoque marxista clásico (…).
94
María Teresa reflexiona so-
bre lo anterior, presentando al aula
como un espacio desde el que era
posible resistir a los controles ex-
teriores:
El docente cuando cierra el
aula puede desplegar una cantidad
de variables que tienen que ver con
la libertad académica
95
.
Conclusiones sobre
el caso del Joaquín V. González
A partir de los testimonios analizados resulta intere-
sante reflexionar sobre la complementariedad de las di-
ferentes interpretaciones acerca de lo sucedido dentro
del Profesorado durante la última dictadura militar.
La represión que afectaba a la sociedad en su con-
junto desde el golpe de Estado de 1976 (sumado al re-
cuerdo de lo sucedido durante los gobiernos de facto an-
teriores) afectó significativamente la vida “del Joaquín”
antes de su intervención. Dentro del Instituto parece
haberse generado la necesidad de tomar medidas para
su preservación por medio de la eliminación de sus ele-
mentos más “conflictivos” y todo aquello que pudiera
exponer a sus miembros. Esta autocensura preventiva
por temor se convertiría en un elemento fundamental
del clima institucional, afectando a sus distintos gru-
pos de diversas formas. El resultado más evidente de
aquello fue la transformación del Profesorado en un lu-
gar de resguardo que es recordado por los estudiantes
y docentes como una “isla”, como un lugar tranquilo
donde imperaron las relaciones cordiales y en el que
ellos se sintieron protegidos de peligros externos.
Precisamente la prematuridad de dichas decisiones
“depurativas” hizo que la posterior intervención sobre el
Instituto no supusiera profundos cambios de forma evi-
dente y no fuese vivido como un trauma por sus integran-
tes. La aplicación de duras medidas represivas carecía
de sentido en un espacio donde la autocensura ya había
realizado gran parte del trabajo. Además, es importante
resaltar en este punto que las formas de control y censura,
que sí fueron introducidas a partir de 1977,
parecen ha-
ber quedado opacadas en la memoria de los entrevistados,
quienes constantemente recurren a la comparación con lo
sucedido en otras instituciones educativas más atacadas.
En este escenario, donde la autocensura funciona-
ba como sustituta de medidas represivas más duras y
transformaba al Instituto en un espacio de poco interés
para el gobierno de turno, fue posible que se mantu-
vieran ciertas libertades características del Profesora-
do que, en el nuevo contexto dictatorial, dejaron de ser
derechos básicos para convertirse en formas de resis-
tencia llevadas a cabo, sobre todo, por los docentes.
La continuidad del reclamo por un edificio digno, la
defensa de la autonomía institucional y los esfuerzos
al interior del aula por preservar la calidad académica,
permiten rechazar la idea de un disciplinamiento y una
desmovilización completamente exitosos, de una total
neutralidad e indiferencia, y presentar al Profesorado
como una institución en la que la protección de sus
miembros no supuso la anulación de los principios que
la habían acompañado a lo largo de toda su historia.
(...) la consciencia de que
podía haber gente infiltrada
entre los estudiantes o de que
estos podían hablar y denun-
ciar a los profesores, obligaba
a tomar recaudos a la hora de
dictar las clases: (...)
Cuando
presentaba un tema tenía
que hacer una aclaración muy
particular: “Vamos a ver esto,
pero ojo”
(…)
Notas
————— ————— ————— ————— ————— ————— ————— ———
*
Este trabajo es parte de la tesis fnal de las autoras presentada
en la materia Seminario de Metodología de la Historia Argenti-
na y Americana del Instituto Superior del Profesorado Joaquín
V. González, cátedra a cargo de la Prof. Lidia González y Prof.
Adscripta Silvana Luverá.
1
“Subversión en el ámbito educativo (conozcamos a nuestro enemi-
go)”, Buenos Aires, Argentina, Ministerio de Cultura y Educación,
27 octubre de 1977, p. 16. Extraído de http://repositorio.educa-
cion.gov.ar/dspace/bitstream/handle/123456789/88827/11997.
pdf?sequence=1
2
Eduardo Luis Duhalde,
El Estado Terrorista Argentino
, Buenos
Aires, El Caballito, 1983
, p
. 28.
3
Ibídem
, p. 21.
4
Ibídem
, pp. 29-30.
5
Eduardo González Calleja, “Sobre el concepto de represión”
en:
Hispania Nova
. Revista de Historia
Contemporánea, Año
8, Nº 6, España, 2006. Extraído de http://hispanianova.rediris.
es/6/dossier/6d022.pdf
6
Guillermo O`Donnell,
Contrpauntos: ensayos escogidos sobre
autoritarismo y democratización
, Buenos Aires, Paidós, 1997,
pp. 137-138
.
7
Françoise Proust,
De la Resistance
, París, Cerf, 1997, p. 182.
8
Daniel Bensaid,
Resistencias. Ensayo de topología general
, Ma-
drid, El Viejo Topo, 2006, p. 34.
9
Marta Souto,
et. al
.,
La identidad institucional a través de la
historia: el Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V.
González
, Buenos Aires, Instituto Superior del Profesorado Dr.
Joaquín V. González, 2004, pp. 202-203.
10
Ibídem,
p. 203.
11
Mabel Rojas
, 54 años, estudiante del Profesorado de Filosofía
del Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V. González
en el periodo 1977-1983, profesora y coordinadora del Departa-
mento de Filosofía de la misma institución actualmente, Balva-
nera, CABA, 10 de agosto del 2011.
12
Ana María Alejandrina Galibert
, 53 años, estudiante del Pro-
fesorado de Historia del Instituto Superior del Profesorado Dr.
Joaquín V. González entre 1976-1981, profesora de Historia y
editora de Publitec actualmente, Parque Chacabuco, CABA, 25
de septiembre de 2011.
13
Susana Martínez
, 66 años, profesora de Introducción a la
Historia del Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V.
González desde
1979
hasta la actualidad, Balvanera, CABA, 8
de agosto de 2011.
14
Ibídem
.
15
Ibídem
.
16
Ibídem
.
17
María Teresa Camarda
, 60 años, profesora auxiliar de Metodolo-
gía del Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V. González
en el periodo 1978-2011, profesora de Metodología de la misma ins-
titución actualmente, Balvanera, CABA, 4 agosto 2011.
18
Irma Yolanda Zanellato
, 74 años, profesora de Historia de
Roma del Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V.
González desde 1971 hasta la actualidad, Balvanera, CABA, 25
de septiembre de 2012.
19
Ibídem
.
20
Entrevista con María Teresa Camarda,
Op. Cit
.
21
Ana María Alejandrina Galibert
, 53 años, estudiante del Pro-
fesorado de Historia del Instituto Superior del Profesorado Dr.
image/svg+xml
Voces Recobradas
Revista de Historia Oral
1716
-O’Donnell, Guillermo,
Contrapuntos: ensayos escogidos sobre
autoritarismo y democratización
, Buenos Aires, Paidós, 1997.
-Pineau, Pablo, “Impactos de un asueto educacional. Las políti-
cas educativas de la dictadura (1976-1983)” en: Pineau, Pablo
et
al
.
El principio del fn
, Buenos Aires, Colihue, 2007.
-Proust, Françoise,
De la Resistance
, París, Cerf, 1997.
-Southwell, Myriam, “Ciencia y penitencia: dictadura, pedago-
gías restrictivas y formación de pedagogos. El caso de la Uni-
versidad Nacional de La Plata” en: Kaufmann, Carolina (dir.),
Dictadura y Educación. Depuraciones y Vigilancia en las uni-
versidades nacionales argentinas
, Buenos Aires, Miño y Dávila,
2003.
-Souto, Marta
et. al
.,
La identidad institucional a través de la
historia: el Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V.
González
, Buenos Aires, Instituto Superior del Profesorado Dr.
Joaquín V. González, 2004.
-Tedesco, Juan Carlos
et. al
.
El proyecto educativo autoritario
(1976-1982)
, Buenos Aires, GEL, 1985.
Páginas web
————— ————— ————— ————— ————— ————— ————— ———
-González Calleja, Eduardo, “Sobre el concepto de represión”
en: Hispania Nova. Revista de Historia
Contemporánea. Año
8, Nº 6, España, 2006. Extraído de http://hispanianova.rediris.
es/6/dossier/6d022.pdf
Documentos
————— ————— ————— ————— ————— ————— ————— ———
-Acta fjando el propósito y los objetivos básicos para el Proce-
so de Reorganización Nacional. Buenos Aires, Argentina, Junta
Militar, 24 de marzo de 1976, pp. 7-8. Extraído de http://www.
bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL000162.pdf.
-CePA,
Historia, memoria y educación. Recordar y entender,
Buenos Aires, Serie Documentos de Memoria
.
La última dicta-
dura militar 1976/1983, 2007.
-Comisión Nacional por la Desaparición de Personas,
Nunca
más
, Buenos Aires, Eudeba, 2005.
-Decreto estableciendo el Instituto Nacional del Profesorado
Secundario. Buenos Aires, Argentina, Ministerio de Justicia
e Instrucción Pública, 16 de diciembre de 1904. Extraído de
http://institutojvgonzalez.buenosaires.edu.ar.
-“Subversión en el ámbito educativo (conozcamos a nues-
tro enemigo)”, Buenos Aires, Argentina, Ministerio de Cul-
tura y Educación, 27 octubre de 1977, p. 16. Extraído de
http://repositorio.educacion.gov.ar/dspace/bitstream/
handle/123456789/88827/11997.pdf?sequence=1
Entrevistas
————— ————— ————— ————— ————— ————— ————— ———
2011, actualmente profesora de Metodología de la misma insti-
tución, Balvanera, CABA, 4 agosto 2011.
-Susana Martínez
, 66 años, profesora de Introducción a la
Historia del Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V.
septiembre de 2012.
61
Entrevista con Susana Martínez,
Op. Cit.
62
Entrevista con María Teresa Camarda,
Op. Cit.
63
Entrevista con Ana María Alejandrina Galibert,
Op. Cit.
14 de
septiembre de 2012.
64
Nota: la docente no recuerda cómo era el nombre y no hemos
logrado encontrarlo.
65
Entrevista con Mabel Rojas,
Op. Cit
.
66
Entrevista con Osvaldo Héctor Anglesi,
Op. Cit
.
67
Entrevista con Ana María Alejandrina Galibert,
Op. Cit.
25
de septiembre de 2011.
68
Entrevista con Irma Yolanda Zanellato,
Op. Cit
.
69
Entrevista con María Teresa Camarda,
Op. Cit.
7
0 Entrevista con Marcelo Claudio Bagnati,
Op. Cit.
71
Ibídem.
72
Entrevista con Mabel Rojas,
Op. Cit
.
73
Entrevista con Irma Yolanda Zanellato,
Op. Cit
.
74
Entrevista con Mabel Rojas,
Op. Cit
.
75
Entrevista con Marcelo Claudio Bagnati,
Op. Cit.
76
Entrevista con Marcelo Claudio Bagnati,
Op. Cit.
77
Entrevista con María Teresa Camarda,
Op. Cit.
78
Citado en: Souto, Marta
et al
.
Op. Cit
. P. 204.
79
Entrevista con Ana María Alejandrina Galibert,
Op. Cit.
14 de
septiembre de 2012.
80
Ibídem
.
81
Entrevista con Marcelo Claudio Bagnati.
Op. Cit.
82
Entrevista con María Teresa Camarda.
Op. Cit.
83
Entrevista con Mabel Rojas,
Op. Cit
.
84
Entrevista con Ana María Alejandrina Galibert,
Op. Cit.
14 de
septiembre de 2012.
85
Entrevista con María Teresa Camarda,
Op. Cit.
86
Entrevista con Susana Martínez,
Op. Cit.
87
Entrevista con Irma Yolanda Zanellato,
Op. Cit
.
88
Entrevista con María Teresa Camarda,
Op. Cit.
89
Entrevista con Irma Yolanda Zanellato,
Op. Cit
.
90
Entrevista con Susana Martínez,
Op. Cit.
91
Entrevista con María Teresa Camarda,
Op. Cit.
92
Entrevista con Susana Martínez,
Op. Cit.
93
Ibídem
.
94
Entrevista con Marcelo Claudio Bagnati,
Op. Cit.
95
Entrevista con María Teresa Camarda,
Op. Cit.
Bibliografía
————— ————— ————— ————— ————— ————— ————— ———
-Bensaid, Daniel,
Resistencias. Ensayo de topología general
, Ma-
drid, El Viejo Topo, 2006.
-Braslavsky, Cecilia, “Estado, burocracia y políticas educativas”
en: Tedesco, Juan Carlos
et al
.
El proyecto educativo autoritario
(1976-1982)
, Buenos Aires, GEL, 1985.
-Duhalde, Eduardo Luís,
El Estado Terrorista Argentino
, Bue-
nos Aires, El Caballito, 1983.
-Márquez, Ángel Diego,
La quiebra del sistema educativo ar-
gentino: política educacional del neoconservadurismo
, Buenos
Aires,
Libros del Quirquincho, 1995.
Joaquín V. González entre 1976-1981, profesora de Historia y
editora de Publitec actualmente, Parque Chacabuco, CABA, 14
de septiembre de 2012.
22
Entrevista con Ana María Alejandrina Galibert,
Op. Cit
. 25 de
septiembre de 2011.
23
Entrevista con Mabel Rojas,
Op. Cit.
24
Entrevista con María Teresa Camarda,
Op. Cit.
25
Entrevista con Ana María Alejandrina Galibert,
Op. Cit
.
25 de
septiembre de 2011.
26
Entrevista con Susana Martínez,
Op. Cit.
27
Entrevista con Mabel Rojas,
Op. Cit
.
28
Entrevista con María Teresa Camarda,
Op. Cit.
29
Entrevista con Irma Yolanda Zanellato,
Op. Cit
.
30
Entrevista con Susana Martínez,
Op. Cit
.
31
Entrevista con María Teresa Camarda,
Op. Cit.
32
Entrevista con Irma Yolanda Zanellato,
Op. Cit
.
33
Ibídem.
34
Entrevista con Ana María Alejandrina Galibert
Op. Cit.
25 de
septiembre de 2011
35
Entrevista con Irma Yolanda Zanellato,
Op. Cit
.
36
Entrevista con Ana María Alejandrina Galibert
Op. Cit.
25 de
septiembre de 2011.
37
Entrevista con María Teresa Camarda,
Op. Cit.
38
Entrevista con Ana María Alejandrina Galibert
Op. Cit.
25
de septiembre de 2011
39
Entrevista con Irma Yolanda Zanellato,
Op. Cit
.
40
Entrevista con Susana Martínez,
Op. Cit
.
41
Entrevista con Ana María Galibert,
Op. Cit.
25 de septiembre
de 2011.
42
Entrevista con María Teresa Camarda,
Op. Cit
.
43
Entrevista con Ana María Alejandrina Galibert,
Op. Cit.
25
de septiembre de 2011.
44
Souto, Marta
et. al
.
Op. Cit
. P. 203.
45
Entrevista con Mabel Rojas.
Op. Cit
.
46
Ibídem
.
47
Marcelo Claudio Bagnati
, 55 años, estudiante del Profesorado
de Historia del Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín
V. González entre 1977-1981, trabajador comunitario actual-
mente, Parque Chacabuco, CABA, 24 de octubre de 2011.
48
Entrevista con Susana Martínez,
Op. Cit.
49
Entrevista con Mabel Rojas.
Op. Cit
.
50
Entrevista con Marcelo Claudio Bagnati,
Op. Cit
.
51
Entrevista con Irma Yolanda Zanellato,
Op. Cit
.
52
Entrevista con María Teresa Camarda,
Op. Cit.
53
Osvaldo Héctor Anglesi
, 56 años, bufetero del Instituto Supe-
rior del Profesorado Dr. Joaquín V. González desde 1968 hasta
la actualidad, Balvanera, CABA, 8 de agosto de 2011.
54
Entrevista con Susana Martínez,
Op. Cit.
55
Entrevista con Mabel Rojas.
Op. Cit
.
56
Ibídem
.
57
Entrevista con Osvaldo Héctor Anglesi,
Op. Cit
.
58
Entrevista con Mabel Rojas,
Op. Cit
.
59
Entrevista con Marcelo Claudio Bagnati,
Op. Cit
.
60
Entrevista con Ana María Alejandrina Galibert,
Op. Cit.
14 de
González desde
1979
hasta la actualidad, Balvanera, CABA, 8
de agosto de 2011.
-
Osvaldo Héctor Anglesi
, 56 años, bufetero del Instituto Supe-
rior del Profesorado Dr. Joaquín V. González desde 1968 hasta
la actualidad, Balvanera, 8 de agosto de 2011.
-
Mabel Rojas
, 54 años, estudiante del Profesorado de Filosofía
del Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V. González
en el período 1977-1983,
actualmente profesora y coordinadora
del Departamento de Filosofía de la misma institución, Balva-
nera, CABA, 10 de agosto del 2011.
-
Ana María Alejandrina Galibert
, 53 años, estudiante del Pro-
fesorado de Historia del Instituto Superior del Profesorado Dr.
Joaquín V. González entre 1976-1981, actualmente profesora de
Historia y editora de Publitec, Parque Chacabuco, CABA, 25 de
septiembre de 2011.
-
Ana María Alejandrina Galibert
, 53 años, estudiante del Pro-
fesorado de Historia del Instituto Superior del Profesorado Dr.
Joaquín V. González entre 1976-1981, actualmente profesora de
Historia y editora de Publitec, Parque Chacabuco, CABA, 14 de
septiembre de 2012.
-
Marcelo Claudio Bagnati
, 55 años, estudiante del Profesorado
de Historia del Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín
V. González entre 1977-1981, actualmente trabajador comuni-
tario, Parque Chacabuco, CABA, 24 de octubre de 2011.
-
Irma Yolanda Zanellato
, 74 años, profesora de Historia de
Roma del Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V.
González desde 1971 hasta la actualidad, Balvanera, CABA, 25
de septiembre de 2012.