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Voces Recobradas
Revista de Historia Oral
9190
Memorias
con historia
Divulgación de
publicaciones
Dora Eloísa
Bordegaray
Asociación de Historia
Oral de la República
Argentina
(Artículo publicado
en
Voces Recobradas
n° 35).
A
fnales de 2013 llegaron a mis manos dos libros
cuya lectura me entusiasmó.
Son historias de vida que nos conducen a través del
siglo XX mostrando cómo se entrelaza la existencia perso-
nal con el contexto social, aunque no haya sido ese el obje-
tivo principal que se propusieron sus autores.
El libro del
Avó
(que quiere decir abuelo en gallego) escrito por Beatriz
López, me lo recomendó Adriana Echezuri, presidenta de
AHORA, y
Un linyera establecido. Diá-
logos sobre política, música y educación
de Rubens (Donvi) Vitale fue un grato
hallazgo en casa de la familia Vitale. Es-
tos dos textos hacen un recorrido por las
memorias familiares de los López y los
Vitale y, a través de esos recuerdos, po-
demos acercarnos a la vida de dos hom-
bres marcados por las ideas libertarias y
decididos a apostar por la solidaridad. En
este punto es que podemos establecer se-
mejanzas, pero las diferencias de forma y
contenido de ambos textos son múltiples.
Estoy segura de poder decir “son iguais
mais diferentes…”, como escribió el no-
velista brasileño Jorge Amado en una de
sus novelas.
El primer libro es producto de una larga investigación
cuyos resultados se exponen narrativamente. El segundo
es la conjunción de una serie de entrevistas que forman el
núcleo de la obra y que están acompañadas por refexiones
y recuerdos de varios autores.
El libro del Avó
Beatriz López es argentina; se recibió de profesora de Len-
gua y Literatura, y es periodista y traductora. Nos cuenta
que a partir de la foto de uno de sus abuelos, a quien ella no
conoció, tomó la decisión de rastrear en sus raíces gallegas
y rearmar el rompecabezas de la vida de ese “avó” y las de
sus descendientes. Casi un desconocido para la autora al
comenzar su indagación, fue haciéndose cada vez más cer-
cano a sus afectos. Será por ese cariño personal y ese sen-
timiento de añoranza y melancolía por el terruño lejano,
que una de las primeras citas es del Inca Garcilaso, hombre
de dos mundos: “En cuanto a lo de escribir/lo hago para
recuperar/ la memoria del bien perdido”.
El libro da cuenta de un trabajo de investigación que
incluye la consulta en diversos repositorios de documentos
tanto de la Argentina como de España para hallar informa-
ción fdedigna sobre Antonio López, uno de tantos inmi-
grantes gallegos llegados a Buenos Aires en la primera dé-
cada del siglo XX. También se realizaron
entrevistas a un amplio conjunto de per-
sonas. Entre ellas a los descendientes del
propietario de la Estancia San Ignacio de
la localidad de Pila, provincia de Buenos
Aires, donde este abuelo, protagonista de
la historia, fuera peón de patio y
chaufer
.
A lo largo de los capítulos se entre-
cruzan y potencian tres ejes narrativos.
El primero es el de la reconstrucción de
la vida del abuelo desde su infancia y ju-
ventud en la Galicia ancestral, luego en el
momento en que decide emigrar y se insta-
la en la Argentina, y por último se recorre
casi todo el siglo XX a través de la histo-
ria de la familia que formó en su tierra de
adopción.
Si bien el relato está centrado en la persona de Antonio
López, constantemente aparecen referencias al entorno so-
ciohistórico. Este podría considerarse el segundo eje narra-
tivo, el del contexto social y político que enmarca la vida del
abuelo añorado. Así va describiendo la vida cotidiana de los
campesinos gallegos sumidos en la pobreza y en la domina-
ción tanto de las familias ricas como de la jerarquía eclesiás-
tica. También se relata y analiza la confictividad social en la
Buenos Aires de las décadas de 1920 y 1930 haciendo foco
en las huelgas de 1936 y en las posturas que en el momento
adoptaron los sindicatos, los partidos políticos, los distintos
grupos anarquistas. Por último, se relata la historia de los hi-
jos y nietos del protagonista y al mencionar las condiciones
de la época, emergen las luchas de los sectores populares en
las décadas de 1960 y 1970. Esos capítulos llevan por nombre
“Hijos del pueblo” y “Héroes del pueblo”.
El tercer eje o hilo conductor del relato da cuenta de
las vicisitudes de la propia pesquisa. En este sentido la au-
tora nos muestra qué propósitos la guiaron, cómo fue orga-
nizando su búsqueda y los problemas que debió enfrentar
para poder seguir adelante con sus preguntas en cada una
de las etapas que formaron parte de su trabajo.
Hasta aquí un libro que atrapa casi como una novela
pero hay algunas cosas más para destacar. Un interesante
conjunto de fotografías familiares, de la prensa gráfca y de
documentos ilustran el texto. Además, hay otro plus que le da
originalidad y un clima de “saudades”, si es que, por
sauda-
de
entendemos una cierta melancolía y amor por lo que está
distante. Así, cuando en el relato se despliega la presencia del
avó,
el lector queda inmerso en diálogos y descripciones en
el dulce idioma “galego” incluyendo también bellísimas poe-
sías de Rosalía de Castro y Luis Seoane, entre otros.
Un linyera establecido.
Diálogos sobre política,
música y educación
Rubens “Donvi” Vitale encaró, con la asis-
tencia de Pablo Arias, una serie de diálo-
gos que quedaron truncos por su ines-
perado fallecimiento; así se cuenta en la
contratapa del libro. Pareciera un absur-
do: diseñar un proyecto de trabajo para
dejar asentados los recuerdos personales
sobre experiencias de vida signifcativas y
que ese proyecto se interrumpa de modo
defnitivo. Para quienes nos movemos en
el campo de la historia oral esto no nos
sorprende, nos ha sucedido el hecho de
perder a nuestros testimoniantes. Esos momentos duelen
porque el vínculo entre testigo e investigador es especialísi-
mo y además porque dejan preguntas sin respuesta, relatos
incompletos e interpretaciones que pueden ser limitadas.
Y si de absurdos hablamos, es interesante observar
con detenimiento el título del libro “linyera establecido”
que nos pone frente una paradoja porque el diccionario
nos señala que linyera es una persona vagabunda. Cuenta
la hija del autor, en uno de los capítulos, que su padre se
autodefnía como un “anarquista establecido” y que había
llegado a imprimir en los años 90, tarjetas personales en la
que estaba escrito “Rubens
Don Vi
Vitale, linyera”. Aho-
ra bien, al avanzar en la lectura se descubren otras incon-
gruencias aparentes, Donvi se decía anarquista y, al mismo
tiempo, era un admirador de Marx y del libro
El Capital
, al
que “siempre hay que volver…” decía, pero con renovado
espíritu crítico.
Sin embargo, todas esas contradicciones adquieren
un tinte diferente cuando nos introducimos en el fujo del
pensamiento de Rubens Vitale, autodidacta que se veía a
sí mismo como un pedagogo de la música y de los ofcios;
un hombre que trató de pensar y sentir en forma amalga-
mada, es decir, trató de ser un “sentipensante”, según su
propia voz.
El libro está organizado en tres partes. La prime-
ra corresponde a los “Diálogos con Donvi” y contiene
la síntesis de las transcripciones de cuatro series de en-
trevistas. Los diálogos giran en torno a diversos temas
que pueden resumirse en refexiones sobre el origen y
los cambios en el sistema capitalista, algunas ideas del
marxismo acompañadas de un intento de crítica guiada
por la necesidad de poner al día esa teoría valiosa para
el análisis y al mismo tiempo tan difícil de ser llevada a
la práctica. También se despliegan opi-
niones sobre la historia y la política ar-
gentinas del siglo XX.
La segunda parte se llama “Resca-
tes”; se incluye una entrevista muy an-
terior realizada por Uberto Sagramoso
para su libro
Era sólo rocanrol
y cartas
de Donvi Vitale a algunos amigos en los
años 1960 y 1968.
La última sección contiene “Co-
mentarios de alumnos y compañeros
de ruta” donde además de sus hijos,
Liliana y Lito, muchas personas liga-
das a la música escribieron sus aposti-
llas. Entre ellos Santiago Chotsourian
(músico, director de orquesta, Premio
Konex 2007), Diego Boris (director del Instituto Nacio-
nal de la Música), Teresa Parodi, Liliana y Lito Vitale,
entre otros.
Mención especial merecen la “Introducción” y “El
método de enseñanza de Donvi” escritos por quien fue
su compañera de vida, su colaboradora y coautora de
proyectos de enseñanza y de organización autogestiva,
Esther Soto.
En fn, un libro que conmemora a un hombre que
marcó un rumbo. Para los historiadores es una fuente in-
teresante porque incluye la mirada de grupos vinculados a
la música que, en nuestro pasado reciente, sostuvieron que
ese arte no es ni debe ser solamente una mercancía. Una
serie de evocaciones que ayuda a complejizar las visiones
simplifcadoras mostrando cómo en los bordes, en los in-
tersticios o pequeñas grietas es donde se cuelan los cambios
en los procesos históricos.