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Voces Recobradas
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Antiguos
pobladores
de Ushuaia.
Historias de un
presente que se
disputa el pasado
*
E
l objetivo de este trabajo es compartir los resultados
preliminares de un proyecto iniciado por docentes
investigadores del Instituto de Cultura, Sociedad y
Estado de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego,
Antártida e Islas del Atlántico Sur.
En el marco de un convenio frmado a mediados del
año 2013 entre la Universidad Nacional de Tierra del Fuego,
Antártida e Islas del Atlántico Sur y la Secretaría de Cultura
y Educación de la Municipalidad de Ushuaia, comenzamos
a realizar una serie de entrevistas a los considerados “anti-
guos pobladores”
2
de la ciudad. Nuestro objetivo era poder
llevar adelante un registro y análisis de los testimonios que
nos permitan identifcar las percepciones y las diferentes
trayectorias personales de antiguos vecinos.
El trabajo de campo, desarrollado entre fnes de
2013 y la primera mitad del 2014, nos permitió avanzar
en la realización de estas entrevistas a algunos que eran
integrantes de la Comisión de Antiguos Pobladores
3
y a
otros vecinos que no se reconocían parte de esta asocia-
Gabriela Fernández
Mariano Malizia
Instituto de Cultura,
Sociedad y Estado.
Universidad Nacional
de Tierra de Fuego,
Antártida e Islas del
Atlántico Sur
ción, aunque sí se identifcaban como antiguos poblado-
res. De esta manera pudimos comenzar a tomar contacto
con las voces y la memoria de los llegados o nacidos antes
de 1972.
4
La joven provincia de Tierra del Fuego se caracte-
riza por intensos procesos migratorios y una movilidad
poblacional que confguran una sociedad muy particular.
En este contexto nos interesa indagar sobre las prácticas y
los discursos que conferen determinado lugar de prestigio
y mayor legitimidad a quienes integran esa categoría de
antiguo poblador basado en un criterio de permanencia
prolongada en el territorio.
A partir del análisis de varios de estos testimonios
buscamos identifcar y comparar las experiencias de cada
uno de ellos, para avanzar en el estudio de prácticas y re-
presentaciones (entendidas como imaginarios, normas
y sistemas de valores) que dan sentido a un heterogéneo
entramado social y que generan ciertas condiciones socio-
culturales que inciden en el desarrollo territorial.
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Revista de Historia Oral
Revista de Historia Oral
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Coincidimos con las posturas
que consideran a la historia oral
como un movimiento de cam-
bio progresista en las ciencias
sociales, centrado en el rescate
de la memoria colectiva social e
individual y que genera nuevos
desafíos a los investigadores.
de vista que estos relatos, como bien plantea Portelli, no
son objetivos pero sí son veraces, porque en sus testimo-
nios, manifestaban lo que en ‘realidad’ ellos sentían que
habían vivido. Estos relatos nos aportaron no solo el relato
de sus experiencias, sino también esta constante recons-
trucción entre “su pasado” y “su presente”, la resignifca-
ción de estas experiencias vividas.
6
Por lo tanto, la historia oral pro-
vee un acceso privilegiado a la sub-
jetividad y de las representaciones
que los sujetos de la historia hacen
de sus experiencias. Es en el ámbi-
to de la memoria, de los recuerdos,
de las formas de expresarlos, donde
podemos rastrear esa subjetividad
que subyace en los comportamien-
tos sociales. A través de la oralidad
se trata de disparar la memoria para
construir una fuente que nos permita
una comprensión más profunda del proceso social. De
esta manera, el investigador accede a una fuente para
aprehender tanto la subjetividad de una época, como
para percibir una serie de datos que de otra manera no
han quedado registrados. Pero además, el trabajo con
fuentes orales nos permite avanzar en el análisis de las
funciones políticas de los relatos sobre el pasado y de la
construcción de diversos significados que desde distin-
tos presentes pueden realizarse.
Nuestro trabajo consistirá, entones, en el análisis de
algunos de los testimonios recopilados en el marco de
nuestro proyecto, para poder avanzar en la comprensión
de los procesos históricos que dan sentido a la particular
confguración sociocultural de la provincia y de la región,
ampliando y profundizando la mirada sobre la realidad
social. El análisis histórico de los procesos sociales nos
pueden permitir comprender las lógicas que dan sentido
a las dinámicas políticas e institucionales que conforman
la trama de signifcados donde se producen y reproducen
categorías y procesos de diferenciación social y de cons-
trucción de hegemonía.
Sobre la historia reciente de Ushuaia: algu-
nas deudas pendientes
En la gran mayoría de los trabajos históricos realizados en
Ushuaia, el abordaje de la historia reciente quedó poster-
gado frente a las investigaciones y obras de divulgación
que abordan aspectos más distantes en el tiempo: la des-
Para esto nos proponemos la recopilación de testimo-
nios y la utilización de las herramientas teóricas y metodo-
lógicas que nos brinda la historia oral. Esta forma de trabajo
se fue imponiendo en los ámbitos de producción académica
como metodología de investigación en las ciencias sociales.
Para algunos historiadores es una metodología, una herra-
mienta historiográfca para abordar algunos temas comple-
jos de la historia contemporánea que no
son refejados por las fuentes tradicio-
nales o en temas en que estas resultan
insufcientes. Para otros historiadores,
la refexión sobre el método y sobre el
tratamiento de las fuentes orales y la
memoria, convierten a la historia oral
en un campo específco de la historia,
una especialidad tal como se habla de
historia económica, política, etcétera,
y es entonces más que un método o
una técnica ya que permite revelar e inter-
pretar aspectos del pasado que de otro modo no se podrían
abordar. Coincidimos con las posturas que consideran a la
historia oral como un movimiento de cambio progresista en
las ciencias sociales, centrado en el rescate de la memoria
colectiva social e individual y que genera nuevos desafíos
a los investigadores. “Bien se trate de una revalorización de
las fuentes orales frente al imperio de ‘lo escrito’, del logro
de una comunicación más fuida entre historiadores y otros
científcos sociales o de la apuesta por una historia más de-
mocrática, lo cierto es que lo que surgió como un movi-
miento de renovación historiográfca y aun de compromiso
político hoy es asumido como una especialidad reconocida
mundialmente que nos exige una mayor refexión y labor
investigativa, la docencia y la acción comunitaria”.
5
Tenemos claro que en historia oral, el investigador no
accede al pasado tal como fue, sino a los recuerdos que se
tienen de él. Por eso, las cuestiones relativas a la memoria
cobran un signifcado central en esta metodología, teniendo
siempre presente que los procesos de la memoria son com-
plejos, enmarañados y presentan tensiones. Con la historia
oral se incorporan la subjetividad y la memoria como di-
mensiones de conocimiento antes escasamente exploradas
en la disciplina y se conecta al investigador/a con los sujetos
en el intercambio logrado en la situación de entrevista.
Estos testimonios nos aportan uno de los elementos
más valiosos de las fuentes orales: la “subjetividad del ha-
blante”. En la situación de entrevista tenemos que ejercitar
la escucha para poder captar “esa subjetividad” sin perder
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cripción y el análisis de los grupos originarios que habitaron
la región y el impacto de la ocupación, tanto de los misione-
ros anglicanos (a partir de 1869) como la del Estado argen-
tino tras la fundación de Ushuaia (1884) y la instalación del
presidio (1896), la llegada de las familias pioneras que arri-
baron de distintas regiones de Europa y que contribuyeron
al crecimiento de la ciudad y a una confguración cultural y
social particular, son los grandes temas que se destacan en
la bibliografía sobre la historia local, en los museos y en el
imaginario cultural y turístico de la ciudad. La mayor par-
te de las veces, esta historia es presentada sin confictos ni
tensiones, favoreciendo la construcción de la memoria de un
pasado épico que se forjó gracias al esfuerzo y el sacrifcio de
los pioneros que se instalaron en la región.
Pero lo que queda pendiente es la
historia de los últimos años, la que dé
cuenta de los cambios que se dieron
en la ciudad tras el cierre del presidio
(1947) y con la llegada de distintos
grupos migratorios (especialmente
chilenos), o la etapa que se abre tras
la promulgación de la Ley de Promo-
ción Industrial (1972), el impacto de
la dictadura, el conficto con Chile y
la Guerra de Malvinas, las consecuen-
cias de la provincialización (1992),
los cambios sociales generados por el
fuerte crecimiento demográfco que
experimentó la provincia en las últi-
mas décadas, con población llegada de
distintos puntos del país o de países limítrofes, los confic-
tos sociales que resultaron de la aplicación de las políticas
neoliberales de la década de 1990… Son muchos los temas
pendientes de la historia local y que recientemente convo-
can la atención de algunos investigadores.
7
Estas produc-
ciones comienzan a complejizar el panorama político y so-
cial, incorporando nuevas problemáticas, nuevas miradas,
nuevos actores sociales a la historia local, y esa ausencia de
tensiones y confictos comienza a ser cuestionada.
En el marco de nuestro trabajo de campo con entre-
vistas a antiguos pobladores, nos encontramos justamen-
te frente al desafío de indagar en los testimonios y en la
memoria de nuestros entrevistados sobre algunos de estos
temas pendientes. Para esto llevamos adelante una serie
de entrevistas semiestructuradas que nos permitieron un
primer acercamiento a algunas temáticas e impresiones de
aquellos nacidos o llegados antes de 1949. No es el obje-
tivo de este trabajo abarcar todos estos temas ya que nos
encontramos en una primera etapa de recopilación de tes-
timonios y de su análisis. Pero sí estamos en condiciones
de comenzar a identifcar algunos aspectos que nos propo-
nemos profundizar en las investigaciones iniciadas y que
queremos presentar en este trabajo: por un lado el papel
del Estado en la construcción de la subjetividad sobre la
fgura de “antiguo poblador” y, por el otro, la percepción
de una sociedad que atravesó sin confictos las transfor-
maciones de la segunda mitad del siglo XX.
Construcción de subjetividad sobre la figu-
ra del “antiguo poblador”: la Historia y las
historias
En esta parte del trabajo vamos a ana-
lizar la fgura del “antiguo poblador”
desde la perspectiva del relato ofcial
del Gobierno municipal de Ushuaia,
en el marco de la construcción de sub-
jetividades como parte de un proceso
cultural de construcción de sentidos
hegemónicos. Un proceso que, desde
los intereses y motivaciones del presen-
te acude a un relato histórico idealizado
–e imaginado– que permite sentar las
bases morales de la sociedad actual. No
pretendemos en este trabajo profundi-
zar en la discusión acerca de qué tipo
de sociedad, o los intereses y valores de
qué actores sociales intentan reproducir
este tipo de relatos hegemónicos. Nuestro objetivo se centra
exclusivamente en poner en tensión la visión que se despren-
de de los discursos ofciales con las historias de vida de algu-
nos de los hoy considerados antiguos pobladores.
Los recorridos que hemos elegido para este breve
análisis no pretenden ser rigurosamente representativos
de la multiplicidad de trayectorias migratorias que han
atravesado Ushuaia durante la primera mitad del siglo
XX; ni mucho menos agotar una muestra que resultaría
inasible desde nuestra técnica de entrevistas en profundi-
dad. La elección de los tres casos que trabajaremos aquí
tienen la intención de mostrar tres recorridos migratorios
que plantean tres alternativas diferentes entre sí y contra-
puestas al discurso ofcial que, a nuestro entender, tam-
bién tiende a homogeneizar en un conjunto de prácticas
discretas la diversidad de experiencias de quienes hoy son
identifcados como antiguos pobladores.
Son muchos los temas pen-
dientes de la historia local y que
recientemente convocan la aten-
ción de algunos investigadores.
Estas producciones comienzan a
complejizar el panorama político
y social, incorporando nuevas
problemáticas, nuevas miradas,
nuevos actores sociales a la
historia local, y esa ausencia de
tensiones y conflictos comienza a
ser cuestionada.
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Revista de Historia Oral
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Antiguos pobladores: un ejemplo de supe-
ración ante la adversidad, basado en el sa-
crificio personal
Desde los discursos ofciales, la fgura del antiguo pobla-
dor ha estado generalmente asociada a valores positivos
de esfuerzo y sacrifcio personal, a la capacidad de sobre-
ponerse a las condiciones adversas que presentan estas la-
titudes, a la resistencia ante un clima hostil en una ciudad
aislada. En el marco del “8º Encuentro Binacional de An-
tiguos Pobladores de la Región del Beagle y Cabo de Hor-
nos”, uno de los tantos eventos organizados por el Gobier-
no municipal con el fn homenajear a los
antiguos pobladores de la ciudad, el
intendente Federico Sciurano se refe-
ría a ellos con las siguientes palabras:
(…) Realmente muchos de los que
hoy viven en estos lugares, viven por-
que existieron personas como ustedes,
que estuvieron dispuestas a hacer un
sacrifcio por encima de lo que signi-
fcaba sobrevivir en otras ciudades de
nuestros países. Y eso habla y defne una
generación. (…) reconocemos la capacidad que han tenido
de superar las difcultades; la capacidad que han tenido de
imponerse ante un clima adverso e igual seguir adelante;
las difcultades que han resuelto con las distancias, con la
montaña, con la nieve.
Todas estas conquistas individuales, a su vez, son vistas
desde el presente como gestos de solidaridad hacia los
nuevos pobladores por haber forjado las bases sociales de
las que hoy todos podemos disfrutar.
(…) El sacrifcio que ustedes han hecho es lo que a nosotros
nos motiva todos los años, permanentemente, a tener la ne-
cesidad de decirles gracias y de reconocérselos.
De esta manera se eleva la fgura del antiguo poblador a
un ejemplo moral para toda la sociedad. Un ejemplo de
lucha; de superar con valor ciertas condiciones que se pre-
sentan a priori como adversas o negativas.
Tenemos un largo camino por delante; un largo camino… Y
necesitamos, fundamentalmente, poder construir ejemplos
para que los que van a transitar ese camino entiendan cuál
es la mejor manera de transitarlo.
Como veremos a continuación, indagando en la memoria
de algunos de los hoy identifcados como antiguos pobla-
dores a través de las entrevistas abiertas que se realizaron
en el marco de nuestro estudio, podremos advertir algunas
señales de la incorporación de un discurso autorreferen-
cial que los eleva como modelos morales. Modelos de una
sociedad imaginada, construida sobre la base de la suma
de esfuerzos y sacrifcios personales. Pero en este discurso,
inevitablemente, también aparece la historia, el contexto
histórico. El marco referencial donde se inscriben las tra-
yectorias personales, donde adquieren sentido.
Enrique Cisterna: Del campo
a la ciudad
Como muchos de los inmigrantes
chilenos que hoy viven en Ushuaia y
son considerados antiguos poblado-
res de la ciudad, Enrique Cisterna es
oriundo de la Isla Grande de Chiloé,
proveniente de una familia campesi-
na. Arribó a Ushuaia con 17 años de
edad en 1947. Si bien emprendió el
viaje solo, allí lo aguardaban su madre y
sus hermanos, quienes habían arribado a Tierra del Fuego
dos años antes en busca de trabajo:
Ellos habían escuchado que había trabajo en esa época. Por-
que ya estaban por sacar la cárcel.
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Todavía en Chile, se desempeñó como capataz de estancia
en una pequeña fnca de su tierra natal. Allí ordeñaba va-
cas, y producía queso y manteca. Pero dos años más tarde,
De esta manera se eleva la
figura del antiguo poblador a un
ejemplo moral para toda la so-
ciedad. Un ejemplo de lucha; de
superar con valor ciertas condi-
ciones que se presentan a priori
como adversas o negativas.
Enrique Cisterna. Entrevista realizada en la Casa Beban de la ciudad
de Ushuaia, el 6 de diciembre de 2013.
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empujado por la soledad, decidió seguir los pasos de su
familia y migrar hacia la Argentina.
En 1947 salí de la Isla Grande de Chiloé; pasé por Puerto
Montt; me embarqué para ir a Punta Arenas, y de Punta
Arenas a Ushuaia. (…) Yo me imaginaba que iba a haber
fuego, porque en esa época era Tierra del Fuego… Entonces
yo creía que de noche iba a ver fuego. No… nieve blanca,
cordilleras… Hermoso.
Tal como le habían anticipado a su madre, Enrique Cis-
terna comenzó a trabajar en la Base Naval poco tiempo
después de su arribo. Pero a menos de un año de su llega-
da debió partir nuevamente hacia Chile para cumplir con
la instrucción militar obligatoria, la cual
llevó a cabo en Punta Arenas durante
nueve meses. Luego,
(…) directamente volví a Ushuaia, me
presenté en la Base, y empecé como al
principio (…) me conservaron el traba-
jo. (…) Te digo la verdad, empecé ha-
ciendo café y limpiando las ofcinas (…)
Seguí, seguí, después seguí haciendo los
planos que hacían los dibujantes, los
maestros mayor de obras (…) y arquitec-
tos. Entonces ya me fueron haciendo una mesa como esta, con
vidrio, un feltro arriba (…). Se ponía el plano, un papel espe-
cial; lo dábamos vuelta, con luz solar (al sol), sacabas cada 25
segundos una copia. Lo mandábamos adentro, a mi compa-
ñero, para que le pase el ferropurciato (sic) y aparecía toda la
leyenda en fondo azul y línea blanca. Todavía tengo guarda-
do uno de recuerdo… Y ahí empecé con eso, y con el pasar de
Yo trabajaba con Borsari en
Italia (…) Y mi papá también.
Porque yo vine con toda mi
familia: mi papá, mi mamá, y
tres hermanas y un hermano
chiquito, de 4 años. Todos jun
-
tos vinimos. Yo tenía 19 años
cuando vine.
los tiempos ya vinieron las máquinas eléctricas. Pero con luz
solar… y cuando no había sol con el refejo de la cordillera; el
mismo refejo de la montaña blanca, con eso hacíamos copia.
¡Soy un pionero de la copia heliográfca!”
Carlos Teggi: De los Apeninos a los Andes
Carlos Teggi llegó a las costas de Ushuaia en octubre de
1948 a bordo del buque Génova. La nave provenía de Bo-
logna, Italia y transportaba aproximadamente a 600 tripu-
lantes, en su mayoría familias de trabajadores de la empre-
sa italiana Borsari, quien fuera contratada por el Estado
argentino con el objetivo de impulsar la construcción de
obra pública en la capital del entonces Territorio Nacional:
Yo trabajaba con Borsari en Italia (…)
Y mi papá también. Porque yo vine con
toda mi familia: mi papá, mi mamá, y
tres hermanas y un hermano chiquito,
de 4 años. Todos juntos vinimos. Yo te-
nía 19 años cuando vine. (…) la empre-
sa, nos dijo que era muy feo, que íbamos
a estar en el medio del monte; que no
había nada; que lleváramos mucha ropa
de invierno porque hacía mucho frío…
Y llegamos acá… ¡Y estaba lindo! A mí
me gustó. Era muy parecido a… Yo en ese
tiempo vivía, antes había vivido, arriba de la montaña, a 80 ki-
lómetros de la ciudad, que es montaña. (…) Y era muy pareci-
do acá, el invierno, todo. (…) A nosotros nos gustó y por eso no
nos movimos nunca. Mi papá falleció acá. Mis tres hermanas
fallecidas acá. Mi mamá en el 86 se fue a Italia y después falle-
ció… Y yo me quedé; acá estoy. (…) Nosotros cobrábamos $300
por mes. Yo, como era menor de edad, cobraba $250. Hasta
cumplir los 21 años. (…) Era buena plata, en Italia era buena
plata. Y se podían mandar hasta… no me acuerdo si eran 200
o 300 dólares por mes que se podían mandar a Italia.
Más allá de su pabellón auricular derecho mutilado ac-
cidentalmente por las esquirlas producidas por el estallido
de una mina terrestre y, como él mismo reconoce, aunque
seis de sus diecinueve años de vida en Italia fueron años de
guerra, Carlos dice no tener recuerdos traumáticos:
Yo le soy franco: gracias a Dios, nosotros no sufrimos
mucho porque mi papá ganó mucha plata. (…) Teníamos
trigo, maíz; teníamos gallinas, teníamos frutas de todo
tipo. Uvas… hectáreas de uvas. Vendíamos la uva y hacía-
Carlos Teggi. Entrevista realizada en su domicilio de la ciudad de
Ushuaia en diciembre de 2013.
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Revista de Historia Oral
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Nosotros veníamos a pasear y a dejar a mi primo. (…) Mi
mamá me dice: ¿Cuándo te querés ir? Estábamos en no-
viembre y venían las festas de fn de año: ¿Lo querés pasar
acá o querés que vayamos a Punta Arenas? (…) Entonces mi
mamá le mandó correspondencia a mi papá diciendo que
era muy lindo Ushuaia, que había mucho trabajo. (…) Le
pidió que venga a pasar las festas a Ushuaia, entonces se
pidió algún permiso especial, no sé cómo hizo, y mi viejo
vino por Rio Gallegos, para pasar las festas acá. Vino por
Aeroposta. (…) Y resulta que aparece acá en Ushuaia. No-
sotros contentos porque llegó y al otro día ya querían el tra-
bajo de él. Inclusive en la Base Naval. Y mi viejo decía “no
puedo, porque soy de las Fuerzas Armadas… tendría que
pedir la baja…”. La cosa es que pasó las festas acá y se fue.
Pero regresó en febrero, y ya regresó dado de baja. Le gustó
también a él. Le gustó el pueblito porque
realmente era tranquilo. Yo por mi
parte –y hablo por mi mamá también–
quedamos fechados por Ushuaia. (…)
En Ushuaia todo era lindo. Mi mamá
al llegar comenzó a hacer fores para
coronas, para cuando fallecía alguien.
Mi mamá hacía coronas. Yo iba al bos-
que, que lo teníamos ahí, iba a buscar
ramas y le ayudaba a hacer las coro-
nas. Porque en Punta Arenas también
lo hacía mi mamá. ¡Lindas coronas! En
cruces o círculos. Con unas rosas grandotas… ¡Uh! ¡Está-
bamos felices! (…) Nos fechó. Y después, a mi viejo, más
todavía. Mi viejo llegó y al otro día ya lo habían venido a
buscar porque mi tío les había hablado de que se venía. En-
tonces entró a una carpintería de un tal Gortan (…) era un
mueblista italiano él. Así que lo fue a ver a mi viejo y… mi
papá dijo: —Bueno. Y después no lo quería largar, porque
mos un montón de vino. Gracias a dios teníamos gallinas,
conejos… no pasábamos hambre. (…) Yo, cuando salí de
Italia, a mis amigos…
[les dije]
“dos años y vuelvo”. ¿Sabés
cuánto pasaron? 65 ya.
Carlos Arizmendi: De turistas a residentes
Carlos Arizmendi nació en Punta Arenas, Chile. Desde allí
llegó a Ushuaia en 1950, con 10 años de edad, acompañado
por su madre y un primo de 7 años. El viaje fue impulsado
por motivos familiares. El objetivo era reunir al primo de
Carlos con sus padres, quienes vivían y trabajaban en Tierra
del Fuego desde hacía dos años. El niño había quedado a la
guarda de sus abuelos en Punta Arenas pero, tras fallecer
la abuela, la decisión familiar fue reunirlo nuevamente con
sus padres. La intención de la madre de Carlos era cum-
plir con el objetivo de trasladar al niño;
pasar unos días junto a su hermana y
su cuñado; y regresar a Punta Arenas
donde la aguardaba su marido, el pa-
dre de Carlos, quien trabajaba como
carpintero para la Armada chilena.
Mi abuelo no iba a poder atenderlo.
Entonces le pidió a mi mamá: —¿Tu
serías capaz de llevarlo a Ushuaia
donde está su mamá? —Sí, cómo no.
¿Y cómo hacemos para llegar a Ushuaia?
Primero que no conocíamos… no sabíamos ni que existía
tampoco.
Los tres se embarcaron en un buque de la armada chilena
que zarpó desde Punta Arenas con rumbo sur. Tras cinco
días de navegación a través de los canales fueguinos, lle-
garon a la Isla Navarino. Una vez allí fueron embarcados
en una de las lanchas argentinas que solían hacer el cruce
del Canal Beagle transportando gente y mercadería, entre
las estancias de Navarino y la Isla Grande. Así llego Carlos
Arizmendi al Puerto de Ushuaia.
El buque venía bastante cargado de pasajeros… aventure-
ros, digamos. Que venían en busca de trabajo; otros ya te-
nían trabajo porque le pedían urgente que se vengan porque
ya tenían trabajo hablado acá.
Según nos cuenta Carlos, la fascinación que le provocó
Ushuaia fue inmediata. Desde el primer día intentó con-
vencer a su madre de trasladarse defnitivamente allí:
El buque venía bastante cargado
de pasajeros… aventureros, di-
gamos. Que venían en busca de
trabajo; otros ya tenían trabajo
porque le pedían urgente que se
vengan porque ya tenían trabajo
hablado acá.
Enrique Cisterna. Entrevista realizada en su domicilio de la ciudad
de Ushuaia, el 4 de diciembre de 2013.
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resulta que lo vinieron a buscar de la Base. (…) Así que de
entrada mi viejo tuvo trabajo.
La Historia y las historias
En un lapso de tres años, Enrique Cisterna, Carlos Teggi y
Carlos Arizmendi migraron a la ciudad de Ushuaia desde
distintos puntos del mundo, llevando consigo sus historias
particulares, sus subjetividades. La inserción en el mer-
cado de trabajo; el reconocimiento de un lugar familiar
alejado de la violencia de la guerra; y el aquerenciamiento
a través de los ojos de un niño, son las motivaciones que
los condujeron y radicaron aquí. Proyectadas sobre estas
motivaciones o necesidades particulares, se encuentran
algunos elementos comunes. Por un lado, la búsqueda de
un mejoramiento relativo de la calidad de vida; por otro,
la visión positiva de Ushuaia como un
lugar fundamentalmente próspero en
términos económicos, pero también
como un espacio apacible y disfruta-
ble en términos sociales y naturales
que convierten a la ciudad, no ya en
un destino posible, sino más bien en
un destino deseable.
Esto marca un contraste sensi-
ble con la fgura de “antiguo pobla-
dor” construida desde el sacrifcio y
la superación personal; a partir de la
renuncia a vivir en “otras ciudades” menos
hostiles evocando un espíritu aventurero y altruista que ha
sabido domesticar ese medio hostil para que hoy pueda
ser habitado y disfrutado plenamente por los nuevos po-
bladores. Esta fgura, que devuelve una imagen idealizada
de “antiguo poblador”, también devuelve una imagen dis-
torsionada de lo que representaba Ushuaia como destino
deseable en el contexto histórico donde se inscriben cada
una de las trayectorias de los migrantes. Esto se aprecia
en los relatos de nuestros entrevistados: por un lado, la
ciudad es representada como un lugar de prosperidad
laboral y económica. Las oportunidades de trabajo que
ofrecía Ushuaia a mediados del siglo XX aparecen como
una constante en las historias de nuestros entrevistados;
incluso Carlos Teggi nos habla de las remesas que envia-
ban desde aquí hacia Italia como una práctica cotidiana.
Por otro lado, la visión de lugar hostil
“con la montaña y
con la nieve”
es invertida por una imagen positiva hacia
los mismos atributos:
“Era muy parecido acá, el invierno,
todo”,
nos decía Teggi comparando su antigua casa en las
afueras de Bologna con la ciudad de Ushuaia.
Conflictividad diluida o “las fronteras de la
memoria”
No solo encontramos en los discursos ofciales una ima-
gen distorsionada de la Ushuaia de principios de siglo, que
la presenta como un lugar mucho más hostil de lo que re-
latan nuestros entrevistados. Algo similar ocurre cuando
indagamos sobre las transformaciones sociales y políticas
ocurridas desde mediados del siglo XX. Un primer acer-
camiento a los trabajos sobre la historia de Ushuaia no
permite identifcar claramente momentos de confictos
o tensiones entre miembros de la población local o con
las instituciones estatales. Al mismo tiempo, la distancia
geográfca de Buenos Aires y de los principales centros
urbanos y la condición de Territorio
Nacional de la isla, parece preservar
a la ciudad de los confictos políticos
ocurridos en el resto del país. De esta
manera, no se evidencia un impacto
local de los cambios políticos que se
dan en el escenario nacional: acon-
tecimientos importantes como el
peronismo, los golpes de Estado, el
aumento de la violencia política de
las décadas de 1960 y de 1970 no pa-
recen tener repercusión en Ushuaia.
Nuestro objetivo, a través de las entrevistas fue po-
der indagar si estas primeras impresiones pueden ser con-
frmadas a la luz de los testimonios recopilados. O si lo
relatos que remiten a una imagen idealizada del antiguo
poblador, no favorecen además la cristalización de una
imagen idealizada de la sociedad fueguina, donde
“nun-
ca pasó nada”
, donde no existieron confictos políticos, ni
tensiones por cuestiones socioeconómicas ni por cuestio-
nes étnicas.
Si bien la mayoría de los entrevistados recupera ese
pasado colectivo como pacífco, solidario, donde se vivía
como una gran familia
“donde nunca pasaba nada”,
pudi-
mos reconocer en algunos fragmentos de los testimonios
la presencia de ciertos confictos latentes que matizan esa
imagen de
“pueblo tranquilo y familiar”
que era Ushuaia
en esos años.
La familia Cisterna y los golpes de Estado
Como relatamos, Enrique Cisterna comenzó a trabajar
en la Base Naval poco tiempo después de su arribo desde
Esta figura, que devuelve una
imagen idealizada de “antiguo
poblador”, también devuelve
una imagen distorsionada de lo
que representaba Ushuaia como
destino deseable en el contexto
histórico donde se inscriben cada
una de las trayectorias de los
migrantes.
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Revista de Historia Oral
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Chile. Y si bien Ushuaia era un territorio alejado del esce-
nario político nacional, el golpe de Estado de 1955 tuvo
sus repercusiones locales y varias personas van a ser dete-
nidas como parte de la persecución política emprendida
por la Revolución Libertadora, entre ellas Enrique:
P: ¿Había actividad política en esa época?
R:
No. No se hablaba de política en esa época. Era Perón y
era Perón… Si no te gusta Perón… más bien que te vayas
calladito.
P: ¿Y en el 55?
R:
Y en el 55 con la Revolución… fuimos a los calabozos
de los presos que estuvieron un montón de años… Lo ocu-
pamos nosotros… Yo era civil… Por eso mismo que pasa
en Buenos Aires… eso de que había de-
rrocar a Perón… eso mismo paso en el
país… y la ligamos también nosotros.
Acá ya estaba la compañía de disci-
plina, la chilenada que había y algún
alcahuete que había… Por las dudas
metieron a todos adentro: policías,
chilenos, argentinos… Todos estaban
sospechados.
P: ¿Y los carceleros quienes eran?
R:
Y los carceleros eran los conscriptos
que habían venido a la Base. Había policías presos. Yo no
tenía nada que ver. Estuve 17 días presos… Y después vino
un certifcado frmado con tu buen nombre y honor…
Por otro lado, en una entrevista que realizamos a Angélica
Caimapo Cisterna (hermana de Enrique), nacida en Us-
huaia poco tiempo después de que sus padres llegarán a la
ciudad, nos brinda más detalles de cómo impactó el golpe
de Estado de 1955:
A mi hermano Enrique lo llevan detenido a la Base Naval.
El era bombero voluntario y tenía a sus amigos de la Base
y se juntaban en un bar que se llamaba España. Y se jun-
taba para hablar de fútbol en ese bar. Y cuando es el golpe
y empiezan a tomar los bares y las escuelas, se ve que en-
cuentran un cuaderno donde estaban los nombres. Y en ese
cuaderno estaba el nombre de mi hermano. Y esa noche, a
la madrugada, cuando salieron los militares... se metieron
por casa… yo pensé que rompieron la puerta. Se metieron
los militares, revisaron todo, salieron… y no dieron ninguna
explicación. Y a las dos horas, llegó mi cuñada
[la esposa de
Enrique]
a la madrugada, golpeando los vidrios… descon-
solada… ¿Qué pasó?... Los militares se llevaron a Enrique…
estábamos durmiendo, entraron, tiraron la puerta abajo, lo
apuntaron y lo hicieron subir a un camión y lo llevaron a la
Base… Estuvo mucho tiempo y al fnal salieron.
No quedan claros los motivos de detención, pero se puede
inferir que se debió a la simpatía de Enrique y de otros
compañeros civiles de la Base hacia el peronismo. Lo in-
teresante de este testimonio es que se aleja bastante de esa
imagen de una Ushuaia alejada de los confictos políticos.
Y el relato se vuelve aún más sugestivo cuando Angélica
nos narra su vivencia personal, frente al golpe de Estado
de 1976. En esa época ella trabajaba en Vialidad Nacional,
y se entera por la radio de la destitución
de Isabel Perón. Relata la sensación
de incertidumbre, de no saber cómo
actuar frente a la presencia militar en
las calles, si dirigirse o no a su traba-
jo… Nos cuenta que aún con miedo,
se dirige a su trabajo y al llegar se en-
cuentra con la presencia militar:
Ya en la esquina, una cuadra antes de
llegar los militares nos pararon. Nos
preguntaron cómo nos llamamos, el docu-
mento, que hacíamos en Vialidad… todo. Todo el personal
de Vialidad estaba en fla en la vereda… Tuvimos que es-
perar a que verifquen los datos (…) En la ofcina donde yo
trabajaba estaba los militares revisando los legajos y a todo
el que era chileno lo llamaba (…). Nos llevaron al patio,
mujeres y hombres. Las mujeres entraban por un lado y los
hombres por otro. Nos revisaron todo. No encontraron nada
(…) Y teníamos dos amigas que estaban en el sindicato de
Vialidad y estaban en la fla. Y no las vimos salir (…). Y em-
pezamos todas: no salió Isabel, no salió Guillermina. Y yo
me puse a llorar… Y Ricardo y Mario y Medina no salieron,
los sacaron por otra puerta y los subieron en una camioneta
(…) Como eran gremialistas los llevaron a la Base, los lleva-
ron detenidos (…). Y estuvieron todo el día…
El relato continúa con la descripción del control que vi-
vieron a partir de esos días en su lugar de trabajo: los inte-
rrogatorios, el control de los movimientos, las salidas, las
entradas, las ordenes formar en el patio para ser requisa-
dos, donde hombres y mujeres eran desvestidos y revisa-
Lo interesante de este testi
-
monio es que se aleja bastante
de esa imagen de una Ushuaia
alejada de los conflictos políticos.
Y el relato se vuelve aún más
sugestivo cuando Angélica nos
narra su vivencia personal, frente
al golpe de Estado de 1976.
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Voces Recobradas
32
Voces Recobradas
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dos. Y la incertidumbre por la suerte de los compañeros
del sindicato que fueron detenidos, de los que no supieron
nada por bastante tiempo y que van a ser liberados sema-
nas más tarde:
P: ¿Y con los compañeros que eran gremialistas que pasó?
R:
Y a ellos no los vimos por un tiempo, nadie sabía nada…
no podíamos comunicarnos. La familia de Guillermina no
sabía lo que pasaba, no sabían nada. Y no queríamos ha-
blar porque teníamos miedo que nos grabaran. Yo tenía mu-
cho miedo cuando no sabíamos que pasó con las chicas…
Reflexiones finales
A la luz de los testimonios registra-
dos, son varios los interrogantes que
se nos han planteado y sobre los que
nos proponemos seguir investigan-
do. Por un lado, las motivaciones
que llevaron a hombres y mujeres de
distintos lugares del mundo a elegir
Ushuaia como lugar donde vivir, tra-
bajar, arraigar, formar su familia. Y
que en muchos casos, ya muy mayo-
res siguen eligiendo como rincón del
mundo donde terminar sus días.
Antes de formular la pregunta de
por qué una persona decide vivir en un lugar hostil y ale-
jado y, principalmente, antes de apresurar la respuesta alu-
diendo a la pureza y entereza de sus valores morales, quizá
deberíamos preguntarnos de dónde provienen esas perso-
nas; cuáles son sus trayectorias. ¿Provenían de un lugar
cuya comparación directa con Ushuaia hacía que esta ciu-
dad se presentara efectivamente como hostil y aislada? Y,
aún más. ¿Cómo eran sus formas de vida antes de llegar a
Tierra del Fuego? ¿Qué los impulsó a migrar? ¿Fue el espí-
ritu de aventura y el altruismo moral o fue la búsqueda de
mejores condiciones de vida? Con estas preguntas no que-
remos signifcar que la vida de los migrantes, en su gran
mayoría, no implique sacrifcio y renuncias personales en
muchos aspectos. Aquí lo que intentamos hacer es recons-
truir el marco de posibilidad en el cual las acciones de los
llamados antiguos pobladores de Ushuaia cobran sentido.
Y de esta forma problematizar también los procesos por
los cuales la fgura del “antiguo poblador” es apropiada y
resignifcada para reproducir ciertos valores que ni siquie-
ra coinciden necesariamente con los de aquellos migrantes
reconocidos hoy como antiguos pobladores. En este senti-
do, el modelo de antiguo poblador construido por el relato
del Gobierno municipal pareciera estar fundado sobre la
base de idealizaciones que han dejado deliberadamente
de lado los contextos sociales, políticos y económicos que
dan sentido histórico a las trayectorias individuales. Es un
modelo que pareciera nutrirse y recrear los valores tradi-
cionales del liberalismo, centrados en las capacidades y es-
fuerzos individuales como condiciones necesarias de éxito
económico y social por fuera de todo condicionamiento
estructural, histórico o de clase.
Por otro lado, esa imagen idealizada de una sociedad
sin confictos también debería ser revisada. Los testimo-
nios de Enrique y de Angélica fueron
muy reveladores, ya que nos permitie-
ron identifcar aspectos no difundi-
dos en el relato histórico de Ushuaia,
donde se impone, la mayoría de las
veces, la imagen de una sociedad apa-
cible, sin confictos, que logró superar
las adversidades gracias al esfuerzo
de los pioneros. Pero a través de las
entrevistas, comenzamos a detectar
que esta imagen no se ajusta necesa-
riamente a la realidad, que existieron
momentos y cuestiones que sí gene-
raron tensiones. No solo en el relato de
los integrantes de la familia Cisterna, sino también el tes-
timonio de Carlos Arizmendi dio cuenta de las difculta-
des que tuvo para trabajar para la Base por su condición
de chileno durante el conficto limítrofe con Chile. Y esta
forma particular en la que se confgura la memoria colec-
tiva, que excluye esos momentos de tensiones y confictos
despertó nuestro interés como investigadores y comenza-
mos a plantearnos nuevas preguntas: ¿Cómo explicar esta
particular forma de recordar? O mejor dicho, ¿de olvidar?
¿Cómo explicar estas “fronteras de la memoria”?
En una de sus producciones más reconocidas, Ales-
sandro Portelli analiza en función de un caso particular,
la Masacre de las Fosas Ardeatinas en la Italia de 1944,
cómo se puede llegar a producir una interacción ente lo
que se considera un hecho y lo que ocurre en la memoria,
individual y colectiva, que puede llegar a incluir aconte-
cimientos imaginarios y falsos recuerdos.
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Cuando a la
luz de las entrevistas realizadas logra identifcar ese “error
colectivo” en la memoria de los habitantes de la región,
Portelli se propone investigar el sentido más profundo de
este acontecimiento. Su objetivo es analizar cómo y por
Antes de formular la pregun
-
ta de por qué una persona decide
vivir en un lugar hostil y alejado
y, principalmente, antes de apre
-
surar la respuesta aludiendo a la
pureza y entereza de sus valores
morales, quizá deberíamos pre
-
guntarnos de dónde provienen
esas personas; cuáles son sus
trayectorias.
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Revista de Historia Oral
Revista de Historia Oral
33
Notas
————— ————— ————— ————— ————— ————— ————— ———
*
. Trabajo presentado en las VI Jornadas de Historia de la Patago-
nia: “Pasado y Presente: encuentro entre las Ciencias Humanas
y Sociales con la Historia”. Cipolletti, 12 al 14 de noviembre de
2014.
2. La categoría “antiguo poblador” se ha vuelto en los últimos
años una categoría de identidad para muchos pobladores que
han llegado a Tierra del Fuego antes de la promulgación de la
Ley de Promoción Industrial, es decir antes de los grandes movi-
mientos migratorios hacia la provincia. Pero la defnición de este
grupo no se agota allí, sino más bien, allí comienza la disputa
por quiénes pueden ser considerados o no “antiguos poblado-
res”. Uno de los objetivos de este análisis es comprender cómo se
construye esta categoría desde el grupo social que se autoidentif-
ca “antiguo poblador” pero también desde el resto de la sociedad
y desde el propio Estado.
3. La Comisión de Antiguos Pobladores nuclea a un grupo de
personas autoidentifcadas con esta categoría que consideran
“antiguos pobladores” a todos los ciudadanos de la ciudad, na-
cidos o migrados (argentinos o extranjeros), establecidos hasta
el año 1949. Esta Comisión, al ser reconocida y reivindicada of-
cialmente por el Estado municipal, se presenta como el grupo
legítimo de antiguos pobladores, aunque dicho grupo no agote
la totalidad de personas que se consideran a sí mismas antiguas
pobladoras.
4. Fecha de la promulgación de la Ley de Promoción Industrial.
5. Pablo Pozzi: “Historia oral: repensar la historia”, en Gerardo
Necoechea Gracia y Pablo Pozzi,
Cuéntame cómo fue. Introduc-
ción a la historia oral.
Buenos Aires, Imago Mundi, 2008, p. 6.
6. Alessandro Portelli: “Lo que hace diferente a la historia oral”,
en Dora Schwarzstein (comp.):
La
historia oral
, Buenos Aires,
CEAL, 1991.
7. Algunos temas que empezaron a desarrollarse en los últimos
años comenzaron a poner la mirada sobre una variedad de temas
que requieren una más profunda investigación: las migraciones
de colectividades como la italiana, chilena y boliviana, las movili-
zaciones populares de Semana Santa del 1995 que terminaron en
la muerte de Víctor Choque, la formación de la Cooperativa Re-
nacer, los confictos en torno a la ocupación de tierras, etcétera.
8. Para mediados de la década del ´40 el penal representaba el
principal motor de la economía de Ushuaia.
9. Alessandro Portelli:
La orden ya fue ejecutada. Roma, Las Fosas
Ardeatinas, la memoria.
Buenos Aires, FCE, 2004.
Alessandro Portelli, (2002) “Las fronteras de la memoria. La masa-
cre de las Fosas Ardeatinas. Historia, mito, rituales y símbolos” [en
línea].
Sociohistórica
, (11-12). Disponible en: http://www.fuentes-
memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.3065/pr.3065.pdf
Testimonios orales
————— ————— ————— ————— ————— ————— ————— ———
Entrevista a Carlos Teggi, realizada por Mariano Malizia, Peter
Van Aert y Agustín Coto. Ushuaia, diciembre de 2013.
Entrevista a Carlos Arizmendi, realizada por Mariano Malizia,
Peter Van Aert y Agustín Coto. Ushuaia, 4 de diciembre de 2013.
Entrevista a Enrique Cisterna, realizada por Mariano Malizia,
Peter Van Aert y Agustín Coto. Ushuaia, 6 de diciembre de 2013.
Entrevista a Angélica Caimapo Cisterna, realizada por Gabriela
Fernández, Laura Horlent y Agustín Coto. Ushuaia, 21 de octu-
bre de 2014.
Discurso del intendente Federico Sciurano en el marco del 8º
Encuentro Binacional de Antiguos Pobladores de la Región del
Beagle y Cabo de Hornos, uno de los tantos eventos organizados
por el Gobierno municipal con el fn homenajear a los antiguos
pobladores de la ciudad. Ushuaia, 11 de octubre de 2013.
Bibliografía
————— ————— ————— ————— ————— ————— ————— ———
Aceves Lozano, Jorge (comp.),
Historia Oral
, México, Instituto
Mora, 1997.
Necoechea Gracia, Gerardo y Pozzi, Pablo,
Cuéntame cómo fue.
Introducción a la historia oral,
Buenos Aires, Imago Mundi, 2008.
Portelli, Alessandro,
La orden ya fue ejecutada. Roma, las Fosas
Ardeatinas, la memoria,
Buenos Aires, Fondo de Cultura Econó-
mica, 2003.
Portelli, Alessandro, “Memoria y resistencia. Una historia (y cele-
bración) del Circolo Gianni Bosio” en
Taller. Revista de sociedad,
cultura y política
, Vol. 4, N° 10 (julio 1999).
Portelli, Alessandro: “Las fronteras de la memoria. La masacre de
las Fosas Ardeatinas. Historia, mito, rituales y símbolos”,
Socio-
histórica
, (11-12). 2002. Disponible en: http://www.fuentesme-
moria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.3065/pr.3065.pdf
Schwarzstein, Dora (comp.),
La
historia oral
, Buenos Aires,
CEAL, 1991.
qué se produce la diferencia entre lo que pasó y las múlti-
ples maneras de recordarlo. Cómo se genera esa distancia
entre los acontecimientos y el imaginario y los recuerdos
que tienen algunos testigos directos, y cómo funciona la
memoria del sentido común, que exagera, modifca, crea
mitos. Portelli concluye que en el caso de la sociedad ita-
liana de la época, esa distancia expresa toda la complejidad
de la identidad nacional, de las bases constituyentes de la
democracia italiana, de las políticas de la memoria, de la
interacción entre recuerdos personales e institucionales.
Este balance de Portelli nos pareció muy sugerente y nos
abrió las puertas a nuevos interrogantes, ya que considera-
mos que estos aspectos no han sido sufcientemente anali-
zados para comprender la dinámica de la sociedad fuegui-
na, donde el mito de una comunidad pacífca, que superó
la adversidad gracias al esfuerzo y al sacrifcio, en la que
los confictos estaban ausentes se sigue sosteniendo tanto
desde el imaginario cultural, como turístico y político.