image/svg+xmlVoces Recobradas54En el país del sí me acuerdo. Los orígenes nacionales e internacionales del movimiento de derechos humanos argentino: de la dictadura a la transición Rubén Kotler (compilador), Imago Mundi, Buenos Aires, 2014.Divulgación de publicacionesDora Eloísa BordegarayAsociación de Historia Oral de la República ArgentinaHay algunos temas que parecen situarse en los már-genes o en la periferia del campo de conocimientos al que pertenecen, ya sea por su locación geopolítica, por la pertenencia socioeconómica de sus sujetos o por la indi-ferencia de los investigadores. En nuestro país, que se reconoce federal pero que actúa en forma centralista, el solo hecho de investigar desde las provincias, focalizando en las experiencias acaecidas en ellas y publicando los resultados en una editorial porteña, es auspicioso. Éste es el caso del libro compilado por Rubén Kotler desde la provincia de Tucumán; en él se presentan trabajos de investigación histórica que han relevado las memorias de familiares de desaparecidos y/o fun-dadores de los organismos de derechos humanos. Este volumen viene a reforzar una tendencia editorial relativa-mente nueva y que esperamos, irá consolidándose. Rubén Kotler, dedicado desde hace años a la historia de las luchas populares en las décadas de los 1960 y 1970, ha sa-bido seleccionar una serie de trabajos que indagan sobre los inicios de los organismos de derechos humanos en localida-des como Avellaneda (Provincia de Buenos Aires), Córdoba, Neuquén y Alto Valle de Rio Negro, Santa Fe, Rosario, Tu-cumán. También incluyó un trabajo que se dedica al estudio de la Comisión de Familiares de Presos y Desaparecidos en la Argentina que fue fundada en Barcelona, España, en los años de plomo. Los autores de cada uno de esos capítulos son Luciano Alonso, Enrique Arrosagaray, María Cecilia Azco-negui, Silvina Jensen, Marianela Scocco, Ana Carol Solís, y el mismo Rubén Kotler. Todos ellos han sabido mostrar las memorias de sus testimoniantes en el marco de aquel con-texto de miedo y dolor.En el breve Prólogo escrito por Kotler se esbozan “algu-nos apuntes para el debate” que son muy interesantes para tomar en cuenta, tal como la pregunta sobre si la suma de las historias regionales nos permite conjeturar una historia nacional. En el Estudio Introductorio escrito por Rubén Kotler y Marianela Scocco, como en todos los Capítulos de la obra hay indicios interesantísimos sobre posibles líneas de continuación de estas investigaciones dado que se presentan ideas e interpretaciones que podrían ser retomadas en traba-jos futuros para ahondar determinadas problemáticas. Los autores han realizado una investigación rigurosa que trata de mostrar las vicisitudes por las que pasaron los grupos fundadores de los organismos de Derechos Humanos y que llevaron a algunos de ellos a dife-renciarse y/o separarse, mostrando las especifci-dades acaecidas en cada localidad.Por último, es muy conmovedor leer una cita textual del flósofo Pablo Dreizik, que Kotler incorpora al fnal de su prólogo: “(…) somos res-ponsables de acciones que no hemos cometido (…) en un tiempo que no es el nuestro”, escrita en 2001. A comienzos del 2016 los medios de prensa han publicado gran cantidad de opiniones despreciativas de los Organismos de Derechos Humanos y en las que reaparece con inusitada fuerza la llamada teoría de los dos demonios. Justamente por ello es que este texto vuelve a interpelarnos a los lectores con especial agudeza y nos hace pensar en cuán necesaria sería la publicación de trabajos que continuaran la búsqueda. También ha sido un acierto la elección para el subtítulo de la palabra “orígenes”, en vez de “comienzos”. A primera vista, el vocablo comienzo se presenta como más riguroso puesto que remite a un determinado momento histórico. Sin embargo, para este texto el uso de “orígenes” es exacto por remitir a una idea más abarcativa que tiende a tomar en cuenta las causas que llevaron a los familiares de las víctimas a organizarse, a pesar del terror.Para quienes indagamos en el pasado reciente, la publi-cación de un libro como “En el país del sí me acuerdo” nos da la ocasión de volver a pensar las complejas relaciones entre los diversos grupos que se atrevieron a resistir las vejaciones de la última dictadura, las características diferenciales (pero también las comunes) de esas luchas en algunas provincias de nuestro país y los caminos que recorre la memoria.