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Voces y oralidad
del estallido social
y de la pandemia
sanitaria en Chile
Tania Durán Huerta
Doctora en Antropología.
Universidad de Buenos
Aires
Introducción
Difícil ha resultado trabajar con la oralidad en las condicio-
nes sanitarias en las que se encuentra el mundo entero en la
actualidad.
Para poder escribir y recrear relatos de temáticas actua-
les, no nos ha quedado otra alternativa que adaptarnos a la
oralidad que la tecnología nos permite. Y esta es ahora, la
oralidad vía Zoom.
Yo la necesité. Necesité recrear relatos sobre el estalli-
do social, pero la pandemia no me permitió salir a la calle y
recogerlos, por eso opté por esta modalidad que, de todas
maneras, no deja de ser relevante.
La oralidad vía Zoom también nos deja voces, también nos
deja historia, relatos y vivencias dignas de rescatar y retratar.
No por estar detrás de una pantalla, esas voces dejan de
tener legitimidad. Todo lo contrario, esa es la realidad del
mundo entero. La oralidad actual la estamos viviendo des-
de nuestras casas por medio del computador día a día. Estas
voces tras la pantalla son voces que nos dejan constancia de
lo que se vive hoy. Confinamiento, agobio, temores, hacina-
miento y un sinfín de sentimientos dignos de ser retratados,
sobre todo en Chile, país que antes de la pandemia por Co-
vid–19 ya estaba en boca de todo el mundo por el levanta-
miento popular ocurrido el 18 de octubre del 2019, conocido
como “el estallido social”.
Estallido y pandemia. Dos episodios que, definitivamen-
te, le cambiaron el rostro al país cuna del neoliberalismo la-
tinoamericano.
Del estallido social chileno ya han aparecido algunos li-
bros que retratan todo el inicio y el desarrollo del conlicto,
Foto tomada por Tania Durán Huerta, 2019.
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Tal como lo señala el historiador chileno Mario Garcés,
“cuando hacemos entrevistas, sean estas individuales o
colectivas, en alguna iniciativa de historia oral, no sólo nos
encontramos con ‘hechos históricos (tal día y en tal lugar
ocurrió tal cosa), sino que también con los sentidos y signi-
ficaciones que nuestros entrevistados otorgan a los hechos
vividos. De igual manera, en la medida que recuerdan he-
chos del pasado, surgen sentimientos y emociones que in-
cluso pueden chocar con la línea racional con que tendemos
a narrar nuestras memorias”.1
Es por lo anterior que los testimonios que expondré en
este trabajo están tan claramente cargados de subjetividad.
Y esa subjetividad, por nada del mundo
puede restarle credibilidad o legitimi-
dad a los discursos.
Cada experiencia está cargada
de vivencia y de emotividad al formar
parte de un proceso social y político tan
relevante como el ocurrido en Chile a
partir de octubre del 2019. El discurso,
se entiende, está cargado también de
reivindicaciones y de cuestionamientos
al orden político gubernamental.
Muchos de los relatos de mis entrevistados pueden asi-
mismo contar experiencias o vivencias similares, sus lengua-
jes pueden ser también parecidos, ya que como lo señalaba
Foucault, “el lenguaje forma parte de la gran distribución de
similitudes y signaturas.2
(...) los testimonios que expondré
en este trabajo están tan claramen-
te cargados de subjetividad. Y esa
subjetividad, por nada del mundo
puede restarle credibilidad o legiti-
midad a los discursos.
pero la pandemia ha impedido que esos libros y estudios in-
corporen el testimonio y las voces de la ciudadanía que fue
protagonista del levantamiento de octubre del 2019.
En este escrito pretendo dejar vestigios de alguno de
esos testimonios que pude obtener mediante encuentros vía
Zoom, ya que era la única forma de tener algunos testimonios
de lo que pasó aquellos meses de máxima agitación y de cómo
el confinamiento agudizó la crisis social y política en Chile.
El rescate de esas voces, de esos testimonios, se hizo en
base a encuestas y preguntas específicas que dieron pábulo
a que las entrevistadas y los entrevistados pudieran profun-
dizar en sus vivencias específicas y en las miradas que a fu-
turo tienen del desarrollo sociopolítico y
económico del Chile pospandemia, es-
pecíficamente, del Chile bajo la tutela
de Sebastián Piñera.
La metodología utilizada en este
trabajo fue hecha por medio de la en-
trevista semiestructurada; en este
caso, como entrevistadora preparé una
serie de preguntas para hacerles a mis
entrevistadas y entrevistados con el fin
de recopilar testimonios y vivencias so-
bre el estallido social. Al ser preguntas semiestructuradas,
a medida que las entrevistadas y entrevistados me respon-
dían, se formó un diálogo que me permitió hacer preguntas
que no tenía preparadas con anterioridad y que surgieron a
raíz de las respuestas que me iban dando.
Foto tomada por Tania Durán Huerta, 2019.
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Y ahora, refiriéndonos a la oralidad y a la importancia de
difundirla y de respetarla, especialmente cuando las voces
relejan vivencias de contextos sociales y políticos relevan-
tes, recordamos las palabras de P. Thompson quien señala-
ba que “aprender a escuchar es una habilidad humana fun-
damental: ella está allí para ayudarnos
a entender el pasado en forma más
acabada a través de la creación de me-
morias nacionales pero también para
construir un mejor y más democrático
futuro”.3
El estallido social del 18 de octu-
bre del 2019 en Chile
Aquel viernes 18 de octubre de 2019 quedará
grabado por siempre en los registros de la historia reciente de
Chile.
Durante esa semana, el gobierno encabezado por Se-
bastián Piñera decidió establecer un alza de 30 pesos en el
pasaje del metro de Santiago. Eso desencadenó el enojo de
gran parte de la ciudadanía que teniendo noción de que el
pasaje del metro en Santiago ya es uno de los más caros de
toda Latinoamérica, comenzaba nuevamente una nueva
alza tarifaria. Varios llamados se hicieron desde ese mo-
mento para realizar manifestaciones pasivas, para protestar
en contra de esa medida, y una de dichas manifestaciones
fue el emblemático llamado de un grupo de estudiantes se-
cundarios a evadir el pago del pasaje del metro en todas las
estaciones y todos los recorridos en Santiago, simplemente
saltando los torniquetes.
Fue así como desde las primeras horas de ese viernes 18
de octubre, un número significativo de secundarias y secun-
darios comenzaron la evasión del pasaje entonando cánti-
cos e invitando al resto de la ciudadanía
a evadir el pasaje, cuestión que fue se-
guida por una gran cantidad de pasaje-
ros. La situación se repitió en varias es-
taciones del metro, cuando ya pasado
el mediodía, comenzaron las manifes-
taciones más radicalizadas. En la tarde
de ese día comenzaron a ser quemadas
un par de estaciones del metro, cau-
sando esto un gran revuelo periodístico. La
intención primera de las autoridades, avaladas por los me-
dios de comunicación, fue acusar a los manifestantes de la
quema de las estaciones, pero desde el primer momento de
ocurrido los incendios, se sospechó que habría sido un mon-
taje de la policía chilena para culpar a los manifestantes y así
radicalizar la represión.
Durante la tarde de ese día, las manifestaciones y pro-
testas comenzaron a trasladarse a las principales ciudades
del país, traspasando las fronteras capitalinas, trasladándo-
se también a las ciudades portuarias, al norte y al sur de Chi-
le. Nadie quedó ajena ni ajeno a esta revuelta que estaba co-
menzando. Fue de tal envergadura que el gobierno decidió
implantar toque de queda y estado de sitio, sacando para
Aquel viernes 18 de octubre
de 2019 quedará grabado por
siempre en los registros de la
historia reciente de Chile.
Foto tomada por Tania Durán Huerta, 2019.
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esto a los militares a la calle, que disparaban sin ningún tipo
de cuidado por quien anduviera por las calles. La policía am-
paraba y seguía esa represión. Los días siguiente, pese al es-
tado de sitio, las protestas y manifestaciones radicalizadas
continuaron. Día y noche fueron los enfrentamientos. No
son 30 pesos, son 30 años, fue la principal consigna de aque-
llos días y meses de agitación social.
Tal como señala el periodista Fer-
nando Paulsen en el prólogo del libro Big
bang. Estallido social 2019: Modelo derrum-
bado – sociedad rota – política inútil del
sociólogo Alberto Mayol, “cada grupo o
persona vio en los treinta pesos del alza
del metro su propio abuso particular.4
Sin duda, aquellas manifestaciones,
violencia, represión, disparos, jóvenes mu-
tilados, muertes, encarcelamiento, dejaron
huellas imborrables en la ciudadanía, huellas
que aún persisten ya que la crisis y el descontento continúan.
Octubre, noviembre, diciembre, fueron los meses más
radicalizados de la protesta y de la consiguiente represión
que hizo que hasta representantes de Amnistía Internacio-
nal y de organismos de derechos humanos internacionales
vinieran a Chile a constatar los múltiples casos de violacio-
nes a los derechos humanos que estaban ocurriendo.
El caso más grave, sin dudas, fue el de la gran cantidad
de mujeres y hombres mutilados y cegados, producto de los
despiadados disparos que las Fuerzas Especiales de Carabi-
neros de Chile hicieron día a día en las manifestaciones.
En marzo llegó otra calamidad, la única diferencia, es
que la calamidad ya no era local, sino mundial. El coronavi-
rus dio origen a la terrible pandemia por Covid-19.
Las protestas fueron bajando en cuanto a su radicalidad
ya que los mismos manifestantes vieron la necesidad de cum-
plir con las medidas de confinamiento tomadas por otros paí-
ses. Recalco lo de “otros países” porque
en Chile las medidas de confinamiento
fueron completamente tardías, situa-
ción que hizo de Chile el país con más
contagiados en el mundo en relación a
la cantidad de habitantes.
Debido a esta tardía reacción del
gobierno de Piñera, el país entró en
una crisis laboral y económica inmensa,
producto del desempleo y de la poca
capacidad de intervención social del
gobierno para contrarrestar esa situación.
En las poblaciones de Chile comenzaron a gestarse nue-
vas manifestaciones, esta vez teniendo el “hambre” como
referente: “si no nos mata el Covid, nos mata el hambre”, ver-
saban los lienzos.
El estallido social comenzado en octubre del 2019 no
había parado, tan solo se había puesto un paréntesis debi-
do a la violenta irrupción del coronavirus; pero desde junio
del 2020, las manifestaciones comenzaron a darse en forma
constante nuevamente, sin que nadie augure la forma en que
esto terminará ni cuándo terminará.
Lo que quedó claro con todos estos fenómenos anterior-
Sin duda, aquellas
manifestaciones, violencia,
represión, disparos, jóvenes
mutilados, muertes,
encarcelamiento, dejaron huellas
imborrables en la ciudadanía,
huellas que aún persisten ya que la
crisis y el descontento continúan.
Foto tomada por Tania Durán Huerta, 2019.
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mente descritos, es que Chile, ejemplo alguna vez del neoli-
beralismo a nivel latinoamericano, está en crisis. El neolibe-
ralismo chileno, algún día motivo de orgullo del dictador Pi-
nochet, quien instaurara este modelo en el país, está en crisis.
Como lo señala el sociólogo Alberto Mayol, “la compren-
sión conceptual de los hechos aconteci-
dos en Chile es muy relevante para el
mundo. Chile ha sido el experimento
más radical del neoliberalismo y la
más osada sociedad de consumo. Su
derrumbe parece ser el prólogo de los
efectos derivados de los desequilibrios
normativos, políticos, sociales y cultu-
rales que el modelo neoliberal produce.
Chile era el ejemplo de estabilidad neo-
liberal, Y sin embargo se movía”.5
Las voces en tiempos de estallido y pandemia
Seis fueron las personas con las que interactué vía Zoom para
recopilar sus testimonios frente a los acontecimientos del Chi-
le actual. Estallido social y pandemia del coronavirus son los
contextos que giran en torno a sus relatos.
Las preguntas realizadas fueron las siguientes:
1. ¿Qué estabas haciendo el 18 de octubre del 2019 cuando el
estallido social comenzó a visibilizarse?
2. ¿Qué fue lo que más te marcó de los meses más intensos del
estallido y qué opinas de todo ese proceso vivido en Chile?
3. Con respecto a la pandemia del Covid-19, ¿cómo crees que afec-
tó políticamente dicha pandemia al desarrollo del estallido?
4. ¿Qué crees que pasará en Chile en términos económicos,
políticos y sociales, una vez que la pandemia baje un poco y
permita que de a poco la ciudadanía pueda ir retomando sus
quehaceres?
5. ¿Tienes alguna reflexión final que una el del estallido social y la
pandemia con lo que actualmente está viviendo el pueblo chileno?
María Graciela Escobar, 41 años, arsenalera, entrevistada el
día 28 de julio, ha vivido de cerca ambos contextos, ya que tra-
baja en uno de los hospitales más grandes de la Comuna de La
Florida, en la ciudad de Santiago; por lo tanto, ella se enteró en
el mismo lugar tanto de los heridos por traumas oculares deri-
vados de la represión policial durante el estallido, como de los
contagiados y hospitalizados por el coronavirus. Sin duda su
experiencia deja paso a un gran testimonio.
Con respecto a ese emblemático 18 de octubre del 2019, María
Graciela Escobar señala:
Recuerdo ese día salir de turno y temprano pase al supermercado
porque el 20 celebraba mi cumpleaños, lo quería celebrar ya que el
año anterior no lo había hecho. Camino a casa había tacos gigantes y
con el cansancio de la noche se siente más. Si bien los tacos son habi-
tuales en Santiago, ese día era especial. Ya había visto toda la semana
a jóvenes empoderados y dispuestos a tomar
justicia.
Claramente, la entrevistada viene a re-
forzar la idea de que el alzamiento se
estaba ya gestando días antes a su ex-
plosión el 18 de octubre.
Lo que más me impresionó o marcó es la
fragilidad de saber que podíamos llegar a un
nuevo golpe de estado o guerra civil. Las vidas hu-
manas, los ojos perdidos y aun así hay gente que piense que está bien.
Este comentario hace referencia a que a través de las redes
sociales hubo varios partidarios de la derecha chilena que
avalaron y justificaron la represión y la cantidad de mutilados,
señalando que es deber de la policía instaurar el orden frente
a los episodios de vandalismo. Algunos partidarios del gobier-
no de Piñera llegaron incluso a decir que los mismos manifes-
tantes con piedrazos se había herido entre sí.
Sebastián Navarro, 29 años, profesor de Leguaje y Comunica-
ción comenta que una de las cosas que más le llamó la aten-
ción de aquellos días de máximo estallido fue:
() la violencia descarada y desatada de la yuta. Tuve que intervenir
en más de una ocasión entre ellos y estudiantes, tuve que defender a
mis estudiantes de una detención ilegítima donde solo se centraron
en las niñas (menores de 14 años, todas). Un amigo perdió un ojo, en
todos lados donde preguntaba, había personas heridas, con perdigo-
nes y golpes. El descaro del gobierno de Piñera para manejar el caos
que tenían, los montajes que armaron, la sensación general de abuso
de poder sin vergüenza que han realizado desde ese día, declarándo-
nos enemigos de guerra a las disidencias de toda índole.
También hay eventos positivos que me marcaron. La aparición de las
asambleas populares, el conocer gente con intereses y sensaciones
similares en cada territorio en que pude participar, las redes que se
fueron armando y el descontento desatado contra la yuta.
Es absolutamente relevante lo que aquí señala Sebastián
Navarro, ya que en su calidad de profesor debió salir en de-
fensa de sus alumnas y alumnos que estaban siendo repri-
Lo que más me impresionó o marcó es
la fragilidad de saber que podíamos
llegar a un nuevo golpe de estado o
guerra civil. Las vidas humanas, los ojos
perdidos y aun así hay gente que piense
que está bien.
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midos por la policía. Los estudiantes secundarios, al ser ellas
y ellos quienes comenzaron el movimiento, fueron los más
reprimidos por el actuar de los aparatos policiales. La cru-
deza de la policía en el actuar en contra de niñas y niños no
tenía límites.
Sebastián Navarro señala también que
siente
(…) que el show mediático no ha hecho más
que refrendar en la cara la desigualdad de un
país dibujado en el imaginario del discurso
oficial, pero que dista completamente de la
realidad que viven las y los pobres subyuga-
dos desde siempre. Si bien la pobreza no es la
misma que hace años atrás, sigue siendo la
realidad de la gran mayoría que vive al día, y
las y los opresores son ciegos ante el dolor, ya
sea por enfermedad, hambre, miseria o cualquier
dolencia de las personas que solo representamos un valor económico
en sus datos estadísticos.
Esto último claramente se refiere al pensamiento de un go-
bierno que prefiere privilegiar el cuidado de la economía y de
los grandes grupos económicos antes que la vida de la pobla-
ción y la ciudadanía común y corriente.
Isabel Sepúlveda, 36 años, profesora, comentó lo que más le
llamó la atención de aquellos días del estallido:
El nivel de represión ejercida por las autoridades del país que me pa-
ralizó y me generó una crisis de angustia y pánico cada vez que me
sumaba a las movilizaciones. El proceso fue esperanzador para las
múltiples demandas del pueblo chileno, sin embargo, la angustia, la
tristeza por los caídos, por los ojos mutilados, hizo que este proceso
me generara un desconsuelo y amargura que aún mantengo.
Por otra parte, Joaquín, 45 años, trabaja-
dor social, me contaba que lo que más
le llamó la atención de aquellos días de
revueltas populares fue:
() la decisión de miles y miles de chilenas
y chilenos en la calle, diciendo ya basta. En
el sector público nos paramos algunos días
cuando se convocó a paros nacionales que
fueron dos veces, según recuerdo. El hecho
es que todos los días uno se encontraba con
una procesión interminable de jóvenes por
la Alameda hacia plaza Dignidad, como general-
mente iba en bicicleta al trabajo en la tarde me devolvía pasando
por Dignidad y después la Alameda, no terminando de haber mul-
titudes bajando hasta Manuel Rodríguez, que es el sector en que
vivo. Esa decisión pese al terror, la represión, el carácter festivo y
simbólico de la revuelta quedó en la memoria de todas y todos.
Es interesante este último punto que nos comenta Joaquín,
ya que señala que a la vez que en las calles se respiraba te-
rror y represión, dentro de las manifestaciones y junto a los
manifestantes, se sentía festividad, ya que el pueblo se ex-
presaba como nunca se hizo en Chile en las últimas décadas.
(…) que el show mediático no ha
hecho más que refrendar en la cara la
desigualdad de un país dibujado en el
imaginario del discurso oficial, pero que
dista completamente de la realidad que
viven las y los pobres subyugados desde
siempre.
Foto tomada por Tania Durán Huerta, 2019.
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Basta ver las numerosas imágenes y videos del pueblo en la
Plaza Dignidad, en Santiago de Chile, lugar que pasó a ser el
ícono de la revuelta popular y a tener ese nombre ya que los
mismos manifestantes decidieron ponérselo. La plaza an-
tes del 18 de octubre se llamaba Plaza Italia. Ahora, todas y
todos la llaman Plaza Dignidad, menos
las clases dirigentes y sus partidarios,
claro está.
Yen-Li, 43 años, diseñadora, con res-
pecto a la pregunta de qué fue lo que
más le marcó de esos días, dijo:
Lo que profundamente me marcó: la pér-
dida de visión de muchas personas a raíz
de los tantos abusos sufridos. Eso me llegó
mal, pero mal. Y la impunidad. Aún. Un proce-
so sorprendente, era la manera como debía expresarse el descon-
tento acumulado. Alucinante las convocatorias y la participación,
un proceso que visibilizó tanta mierda, y con esto hablo de descon-
tento, desigualdad y del actuar de las autoridades, esto último im-
presentable.
Volvemos a ver aquí como las mutilaciones oculares impac-
taron a toda la ciudadanía.
Ahora, con respecto a cómo creen los entrevistados que el co-
ronavirus afectó al desarrollo del estallido social, coinciden en
señalar que esto no ha parado, que es solo un paréntesis.
Daniela Martínez, 36 años, laborista dental y artesana, me
señaló que una vez que esta pandemia pase o que, al menos
pare en su intensidad,
La gente volverá a las calles a manifestarse con más fuerza que el
18 de octubre 2019. Esta pandemia sirvió para que todos se dieran
cuenta de la brutal desigualdad que existe y que nuestros gober-
nantes no hacen nada para evitarlo. En términos políticos y sociales
se viene un cambio fuerte que ya estamos viendo, con un cambio
en el modelo. Los partidos y el sistema actual están colapsando,
se sacaron las caretas y la ciudadanía se dio cuenta, sabemos que
entre nosotros nos cuidamos y que tenemos el poder para cambiar
las cosas. El plebiscito de octubre será un golpe de gracia para un
cambio real.
En materia económica, ya tenemos un gran problema por la alta
cesantía y las herramientas que han dado a los empresarios para
que vulneren los derechos de los trabajadores mediante el uso de su
seguro de cesantía y despidos, pasando el costo a las personas y el
Estado desmarcándose de aplicar políticas públicas que vayan en
ayuda de la ciudadanía y no de los empresarios y más millonarios.
Cuando pase la pandemia quedará expuesta la pobreza de la actual
mal llamada clase media, habrá trabajos de hambre y de a poco se
irá reactivando la economía.
Cuando la entrevistada hace referencia
al plebiscito de octubre, se refiere al
que las y los chilenos tienen por delan-
te y que es para ver si se sigue o no con
la Constitución Política de Chile, ela-
borada bajo la dictadura de Augusto
Pinochet.
María Graciela Escobar, frente a la
misma pregunta de si cree que la pan-
demia afectó a la continuidad del esta-
llido, señala que la pandemia vino a demos-
trar una vez más las grandes diferencias y privilegios de algunos.
Además el gobierno la ha mal utilizado para justificar militares y
represión en contra la gente.
Joaquín, por otra parte, señala que cree
() que la pandemia mutó el estallido, en ollas comunes, brigadas
de sanitización, en que pese al distanciamiento social, se fortale-
cieron las organizaciones populares, pero evidentemente se perdió
masividad en la medida que no podíamos ocupar las calles. Ahora
reafirmo las demandas sociales por las cuales el pueblo chileno vie-
ne dando pelea hace rato, la revuelta fue una expresión espontánea
de masas del descontento social acumulado con el régimen políti-
co pactado por Pinochet y la concertación, ante la incapacidad de
entregar conducción tanto de los espacios políticos y sociales donde
están las izquierdas.
Iván Núñez, 47 años, periodista, señala que: El Covid-19 permi-
tió hacer una pausa, eso no significa que terminó con el estadillo; al
contrario, estamos preparándolos para cuando termine la pande-
mia, las demandas sociales volverán a las calles.
Esta última opinión es relevante, ya que desde hace unas dos
semana está comenzando de a poco un desconfinamiento
paulatino de algunas comunas y ciudades, y desde que eso
está ocurriendo, ya se han ido rearticulando algunas mani-
festaciones en diversos lugares del país.
Con respecto a cómo quería concluir sus comentarios sobre
la temática estudiada, mis entrevistados expresaron lo si-
guiente:
La gente volverá a las calles a
manifestarse con más fuerza que el 18
de octubre 2019. Esta pandemia sirvió
para que todos se dieran cuenta de la
brutal desigualdad que existe y que
nuestros gobernantes no hacen nada
para evitarlo.
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María Graciela Escobar: Esta crisis social va a generar un nuevo
estallido sino se realizan los cambios profundos que la mayoría de
la población está exigiendo.
Sebastián Navarro: El gobierno y su brazo armado está del lado
de los dueños de Chile, y se nota claramente
para quién trabajan, y los políticos están in-
tentando salvar el pellejo ante el siguiente
estallido. El hambre, la pobreza y la mise-
ria repartida hacen que la gente sienta esa
injusticia encarnada, por ende, será inevi-
table que la gente retome el control de las
calles. Evidentemente, la resistencia violen-
ta y cruda de los asesinos a sueldo será fiera.
Yen-Li: En términos económicos, nos culparán
por el retiro del 10% de AFP, instalarán el pánico colectivo e igno-
rante que somos nosotros los responsables de la debacle económica,
que caerán las bolsas, que si las AFP terminan, nosotros también
como país, etc. Cosas que ya he escuchado de gente que, se supo-
ne, se maneja financieramente. Ahí te das cuenta cómo es el relato
acerca de la economía chilena.
La economía ya está deprimida, sin duda, pero el gasto no puede ser
a costa nuestra.
En términos políticos imagino cometiendo los mismos errores, sa-
cando provecho de situaciones ocurridas durante la pandemia, con
dudas acerca de realizar el plebiscito. Quizás decidiendo el encierro
nuevamente.
En términos sociales: una sociedad saliendo de una enfermedad,
pálida, convaleciente de muchas situaciones de borde, situaciones
visiblemente injustas. Pero enfermándonos con otras, una salud
mental deteriorada, por ejemplo.
Cambiamos hábitos, formas de trabajar, de relacionarnos, creo que
eso debe ser evaluado por todos como sociedad para rescatar prác-
ticas que de verdad aportan. Matar rutinas instaladas.
Joaquín: El estallido social y la pandemia ponen en cuestión los
supuestos sobre los cuales se ha levantado el mito de un Chile casi
ad portas del desarrollo, ha puesto sobre la mesa la pobreza de am-
plios sectores que se sentían capas medias por tener capacidad de
endeudamiento, cosa que en Chile no es gran problema porque casi
no existen filtros para obtener tarjetas de crédito y que expresa el
alto endeudamiento de la sociedad y que frente a la menor situa-
ción de salud fácilmente te conduce a solicitar apoyos en un Esta-
do famélico, que tiene muchos recursos para subsidiar a los ricos
y a las Fuerzas Armadas y las policías, pero en relación a las cosas
Cambiamos hábitos, formas de
trabajar, de relacionarnos, creo que
eso debe ser evaluado por todos como
sociedad para rescatar prácticas que
de verdad aportan. Matar rutinas
instaladas.
esenciales, como son la salud, la educación, las pensiones, están en-
tregadas al interés de los grupos económicos que controlan el feudo
llamado Chile. Se viene el estallido.
Isabel: Creo sinceramente que el pueblo nuevamente saldrá a las
calles primero, porque las demandas del 18
de octubre aún no se han logrado, el go-
bierno nada concreto ha realizado frente
a ese cúmulo de malestar social que existe
en el país.
Por otra parte, el mal manejo de la pan-
demia en Chile, las escasa e ineficaz ayuda
hacia quienes están padeciendo cesantía,
hambre, inequidad, etc.
Foto tomada por Tania Durán Huerta, 2019.
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Daniela: Como se dijo y se vivió durante el estallido social, solo el pue-
blo ayuda al pueblo y esta pandemia solo vino a confirmarlo. Estamos
despiertos y más unidos que nunca. Al fin muchos chilenos se dieron
cuenta del poder que tenemos si nos unimos por un mismo objetivo.
El estallido se produjo porque estábamos aburridos de los abusos, por
la desigualdad, por la falta de oportunidades y la gran brecha social
en materia de salud, educación, salarios, etc. La pandemia evidenció
aún más estas desigualdades, haciendo que quienes estaban indeci-
sos anteriormente, se unan. Se demostró que este sistema no da para
más y que es momento de cambiarlo, eso es lo que tiene a Chile hoy
discutiendo un cambio profundo en el modelo y sabiendo que somos
nosotros quienes tenemos el poder de cambiar las cosas.
Iván: Creo que entre sí se mimetizaron ambas en varios aspectos:
el estadillo social mostró el descontento que hay por la precarie-
dad y la desigualdad en salud, educación, vivienda y jubilación.
La pandemia corroboró lo mismo, al ver un estado indolente, con
políticas insuficientes que no van al génesis del problema, que no
está en sintonía frente a las familias que sufren con el hambre, la
cesantía, las deudas, etc. Se repite el mismo factor: para unos po-
cos beneficios, para la gran mayoría, postergación, en resumen:
desigualdad.
Conclusión
Desigualdad, falta de oportunidades, subsidio a los más ricos,
injusticias, represión, mutilaciones, miseria, crisis social, fueron
algunos de los conceptos más repetidos por mis entrevistados.
Las entrevistas presentaron problemas, ya que al ser vía
Zoom, teníamos problemas de conectividad. Pero, de to-
das maneras, quedó relejado el testimonio de algunas y
algunos participantes de las manifestaciones que día a día
vivieron aquellas agitadas jornadas de movilización social
en Chile desde octubre del 2019.
Como dije al principio de este trabajo, ya se han publicado
algunos libros que estudian lo ocurrido durante el estallido,
pero aún no hay demasiados relatos consistentes de las vo-
ces de los participantes. Sin dudas, ya se están haciendo y
pronto veremos las publicaciones. Lo que pretendí hacer en
este trabajo, fue un pequeño aporte al estudio de los días del
estallido social y de los inicios del Covid-19, por medio de las
voces de algunos de sus protagonistas, porque gran parte
de la ciudadanía chilena fue partícipe de aquellos sucesos y
gracias a ellas y ellos se está legislando en cuestiones antes
impensadas, como por ejemplo, la modificación de la Cons-
titución Política de Chile, creada por Jaime Guzmán en plena
dictadura de Augusto Pinochet.
La batalla continúa, y el neoliberalismo chileno se derrumba
de a poco.
No se acallaron las voces. Siguen y están esperando que Chi-
le concrete su renacer.
Chile despertó, decía otra de las consignas y sin dudas, pese
a la pandemia, está esperando salir nuevamente a las calles.
Foto tomada por Tania Durán Huerta, 2019.
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social y de la pandemia
sanitaria en Chile
Resumen
Chile, hasta hace un tiempo, era considerado
como el ejemplo del neoliberalismo latinoame-
ricano. Este neoliberalismo, iniciado en plena
dictadura de Augusto Pinochet, fue el orgullo de
economistas tanto de derecha como de centro
izquierda. Pero este neoliberalismo ocultaba la
realidad política social y económica de aquel
país. La pobreza, las desigualdades, la inequidad
social, fueron por décadas invisibilizadas por
este modelo económico. Tras el retorno a la de-
mocracia en Chile, a partir de 1990, este modelo
económico fue reforzándose y sus leyes fueron
amparadas por una Constitución Política que se
mantenía desde la dictadura. El pueblo chileno,
silencioso, soportaba toda la pobreza, todas las
desigualdades y toda la inequidad social, hasta
que un viernes 18 de octubre del año 2019, Chile
despertó. Esa fue la consigna utilizada por miles
de chilenas y chilenos a los largo de todo el país.
Bastó con que las autoridades decidieran subir
el pasaje del metro de Santiago en 30 pesos para
que todo Chile, en forma rápida y espontánea,
comenzara a salir a las calles a manifestarse y
a señalar que la reacción popular no fue por el
alza de 30 pesos, sino por 30 años de injusticias.
Por medio de este trabajo, quiero dejar cons-
tancia de alguno de los testimonios que puede
recopilar de aquellos días y meses que pusieron
a temblar al neoliberalismo chileno.
Voices and orality of the
social outburst and the health
pandemic in Chile
Abstract
O Chile, até pouco tempo, era considerado o
exemplo do neoliberalismo latino-americano.
Esse neoliberalismo, que deu início à ditadura
plena de Augusto Pinochet, era o orgulho dos
economistas de direita e de centro-esquerda.
Mas esse neoliberalismo escondeu a realidade
política, social e econômica daquele país. A po-
breza, as desigualdades e a desigualdade social
foram durante décadas tornadas invisíveis por
este modelo econômico. Após o retorno à de-
mocracia no Chile, a partir de 1990, esse modelo
econômico foi reforçado e suas leis foram prote-
gidas por uma Constituição Política que vigora-
va desde a ditadura. O silencioso povo chileno
suportou toda pobreza, toda desigualdade e
toda iniquidade social, até que uma sexta-feira,
18 de outubro de 2019, o Chile acordou. Esse foi o
slogan usado por milhares de chilenos em todo
o país. Bastou que as autoridades decidissem
aumentar a passagem do metrô de Santiago em
30 pesos para que todo o Chile, de maneira rá-
pida e espontânea, passasse às ruas para se ma-
nifestar e apontar que a reação popular não se
devia ao aumento de 30 pesos, mas por 30 anos
de injustiça. Com este trabalho, quero registrar
alguns dos testemunhos que você pode recol-
her daqueles dias e meses que fizeram tremer o
neoliberalismo chileno.
Vozes e oralidade do surto
social e da pandemia de saúde
no Chile
Resumo
Chile, until a while ago, was considered the ex-
ample of Latin American neoliberalism. This
neoliberalism, which began the full dictatorship
of Augusto Pinochet, was the pride of econo-
mists from both the right and the center-let.
But this neoliberalism concealed the political,
social and economic reality of that country. Pov-
erty, inequalities, and social inequality were for
decades made invisible by this economic model.
Ater the return to democracy in Chile, starting
in 1990, this economic model was reinforced and
its laws were protected by a Political Constitu-
tion that had been in force since the dictatorship.
The silent Chilean people endured all poverty,
all inequalities and all social inequity, until one
Friday, October 18, 2019, Chile woke up. That
was the slogan used by thousands of Chileans
throughout the country. It was enough for the
authorities to decide to raise the Santiago sub-
way ticket by 30 pesos so that all of Chile, quickly
and spontaneously, began to take to the streets
to demonstrate and point out that the popular
reaction was not due to the 30 pesos hike, but for
30 years of injustice. Through this work, I want
to record some of the testimonies that you can
collect from those days and months that made
Chilean neoliberalism tremble.
Notas
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1. Mario Garcés, Recreando el pasado. Guía metodológica para la memoria y la his-
toria local, Santiago de Chile, ECO Educación y comunicaciones, 2002, p.21.
2. Michel Foucault, Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias huma-
nas, Argentina, Siglo XXI Editores, 2008, p.53.
3. Paul Thompson, Historia, memoria y pasado reciente, Anuario N° 20, Escuela
de Historia. Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Ro-
sario. Argentina, Homo Sapiens Editores, 2003/2004, p.34.
4. Fernando Paulsen en Alberto Mayol, Big Bang. Estallido social 2019. Modelo der-
rumbado –sociedad rota- política inútil, Santiago de Chile, Catalonia, 2019, p.13.
5. Alberto Mayol, Big Bang. Estallido social 2019. Modelo derrumbado –sociedad
rota- política inútil, Santiago de Chile, Catalonia, 2019, p.22.
Bibliografía
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Foucault Michel, Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias huma-
nas, Argentina, Siglo XXI Editores, 2008.
Garcé Mario, Recreando el pasado. Guía metodológica para la memoria y la histo-
ria local, Santiago de Chile, ECO Educación y comunicaciones, 2002.
Mayol Alberto, Big Bang. Estallido social 2019. Modelo derrumbado –sociedad
rota- política inútil, Santiago de Chile, Catalonia, 2019.
Thompson Paul, Historia, memoria y pasado reciente, Anuario N°20, Escuela de
Historia. Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosa-
rio, Argentina, Homo Sapiens Editores, 2003/2004.