Voces Recobradas. Revista de Historia Oral/45 (12/2025)  
ISSN 1515 - 1573 | RNPI 5229484  
Voces que hablan de sí  
as fuentes orales, la historia oral y los archivos orales desempeñan un papel fundamental en la  
preservación de la memoria colectiva y el patrimonio cultural, especialmente en comunidades  
que no tienen una tradición escrita fuerte o cuya historia ha sido marginada. Estos archivos  
L
documentan las voces, recuerdos, y experiencias de vida de las personas, eventos históricos, prácticas culturales.  
Son esenciales para comprender aspectos históricos, sociales y culturales que a menudo no se encuentran en  
documentos escritos.  
Desde el área de Historia Oral de la Dirección General Patrimonio, Museos y Casco Histórico (CABA),  
estamos construyendo un archivo de historia oral que ponemos a su disposición a través de los siguientes links.  
En esta sección “Voces que hablan de sí” presentamos la transcripción de algunos de estos archivos orales.  
Horacio Spinetto.  
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Entrevista con Horacio Spinetto.  
Adriana Echezuri y Silvana Luverá. [128 -153]  
Entrevista con Horacio Spinetto. Arquitecto, museólogo, artista plástico. 75 años. Entrevista realizada en su  
casa del barrio de Villa del Parque, CABA, 11 de febrero de 2025, por Adriana Echezuri, Silvana Luverá  
(DGPMyCH) (2da entrevista).  
HS: Horacio Spinetto  
AE: Adriana Echezuri  
SL: Silvana Luverá  
AE: Hoy es martes 11 de febrero de 2025 y nuevamente con Horacio Spinetto aquí presente. Como siempre te  
vamos a pedir que autorices...  
HS: Autorizo la filmación, la utilización, tranquilamente. Las cuestiones que ustedes estimen pertinentes.  
AE: Muchas gracias. Antes de arrancar con la pregunta que quedó pendiente de la semana anterior, recién te  
estabas acordando de un nombre, así ya nos queda registrado, que no nos pudimos acordar en la charla anterior…  
HS: La vez pasada, sí señor, era el eximio guitarrista Esteban Morgado, que fue con su actuación ofrecida por  
la Comisión de Cafés Notables que permitió que levantara bastante la concurrencia en los 36 Billares los días  
domingos en un determinado momento. Y cuando nosotros terminamos la gestión, la gente, los 36 billares, por  
su propia cuenta, lo contrató a él. Y sí, le vino muy bien eso.  
AE: Maravilloso. No nos pudimos acordar el nombre, pero esas cosas... A mí me pasan cada vez más seguido  
(risas). Bien, nos había quedado pendiente la relación de los cafés con la inmigración.  
HS: Así es. Eso es interesante. Por ejemplo, acá para los festejos del Centenario había venido un escritor ya  
consagrado en España que era Vicente Blasco Ibáñez, el autor de “La Barraca”, entre otras cosas. Y tuvo una  
actividad muy llamativa acá durante su presencia. Inclusive viajó por el sur, colaboró con la creación de algunas  
poblaciones y se sorprendió de manera positiva, de alguna manera, de ver a sus compatriotas acá en la Argentina  
y sobre todo en Buenos Aires, que habían llegado no hacía mucho y que en sus lugares naturales eran campesinos,  
hacían trabajos de tipo… de obreros o todos trabajos manuales y que parecía que acá llegaban a la Argentina y  
por arte de magia se convertían en empresarios, en comerciantes. Y eso les llamaba poderosamente la atención.  
Y que la mayoría dentro de ese grupo, dentro del comercio, estaban relacionados con la actividad gastronómica.  
Muchos pusieron almacenes y otros cafés y bares. Algunos que habían llegado, casos concretos se podrían dar  
muchos, ya venían de trabajar siendo niños en cafés… en bares, básicamente. Y cuando llegaron acá,  
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descubrieron que esa era una de las posibilidades de crecimiento que tenían. En muchos casos, en la mayoría de  
los casos, empezaron trabajando como dependientes o haciendo tareas subalternas. Pero bueno, con el desarrollo  
personal de ellos, con el empeño que ponían, bueno, salieron adelante y muchos llegaron a abrir sus propios  
locales.  
Y lo notable es que la mayoría de las distintas cuestiones gastronómicas en Buenos Aires, por lo menos, en un  
momento estuvieron prácticamente en manos de españoles o de descendientes españoles. Solamente hay un  
rubro dentro de la gastronomía que nunca fue tomado por los españoles y que siempre fue por italianos o  
descendientes de italianos, que son los helados. En eso nunca pudieron entrar los españoles, sino que ahí fueron  
los italianos. Y vos vas actualmente, ves el registro de la Asociación de Heladerías Artesanales, y vas a ver que  
todos los apellidos, todos son italianos. Muchos, algunos quedan y otros son hijos o nietos de esos italianos. Pero  
bueno, yo creo que un poco fue eso, y eso también tiene que ver, yo lo relaciono, yo siempre sostengo que los  
bares, los cafés de Buenos Aires, para mí son directamente relacionados con los cafés madrileños. No me cabe  
la menor duda. Pese a que algunos, los más famosos venían, por ejemplo el Tortoni, que es un señor francés…  
la mayoría de los cafés porteños, para mí están relacionados con los cafés, sobre todo madrileños.  
AE: Bien. Y casos, decías, puntuales.  
HS: Casos puntuales, por ejemplo, la señora Licinia Tomás, luego de Moreno, en Villaviciosa, en Asturias,  
trabajaba en un barcito que tenían los padres. Y una vez que los padres tuvieron que ausentarse por unos trámites  
que tenían que hacer, ella, teniendo ocho años, quedó al frente, dos días, quedó al frente del bar. Y ella misma  
contaba que llegó uno de los habitués, un pescador, que llegó y dijo, bueno, hoy no voy a poder comer, le dijo,  
porque no están tus padres ¿Cómo que no va a poder comer? ¿Qué come usted? Dice, tortilla… Yo le voy a  
hacer mejor que la que hace mi madre. Y el tipo quedó encantado con la Licinia. Llegado el caso, más adelante  
se casó y se vino con su marido y su pequeño hijo a la Argentina. Y bueno, ¿qué es lo que hicieron? Abrieron un  
bar. Que todavía sigue funcionando, que es El Progreso ahí en Barracas, sobre Montes de Oca.  
AE: ¿Y quién lo maneja ahora?  
HS: El hijo de Licinia.  
AE: ¿El que vino de chiquito con ellos?  
HS: El que vino de chiquito con ellos, que al principio no le interesaba el tema, porque estudió, se recibió  
ingeniero. Pero se ve que una vez que falleció la madre, cuando fue al local se sintió tocado, alguna fibra íntima  
le tocó con todo lo que había puesto ahí su madre, dado que quedó viuda joven también. Y bueno, y finalmente  
decidió hacerse cargo con un socio del local. Así que bueno, así hay varios. Los de Pablo Durán, el padre era un  
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gallego, gallego de Galicia, que llegó acá, abrieron un café, trabajaron los dos hijos con él. Bueno, después Pablo  
siguió su carrera solo con una cantidad de locales. O sea que hay una tradición que está relacionada con los cafés  
y bares, sobre todo gallegos y asturianos…  
AE: Me gustó porque dijiste gallego de Galicia.  
HS: Hice la aclaración para que no digan que uno es un bruto, gallego involucre a todos los españoles.  
AE: Porque eso es una cuestión muy común ¿no? Acá que se le dice gallego a todos los españoles…  
HS: Gallego, claro, como hizo lo de Tano los italianos, y en realidad Tano es un napolitano. En fin, bueno, un  
poco es así. Después te siguieron algunos hijos, algunos nietos inclusive, después otros no, otros quisieron tener  
otras actividades. Pero sí, hay una tradición, hay una tradición de origen español, sobre todo en cafés y bares.  
AE: Y vos decís que más que nada gallegos y asturianos.  
HS: Sí, sí, sí. Alguna vez, alguno muy sutil decía que los almacenes eran de gallegos y los bares de asturianos.  
Pero esas ya eran internas entre asturianos y gallegos, como aquella vez que conté cuando dijo, ah, asturianos,  
mal cristiano, dijo el gallego… (risas)  
AE: Bien, y además del de Licinia ¿hay algún otro que siga…?  
HS: A ver, déjame ver… Bueno, los que tienen que ver con Pablo Durán, empezaron de un padre gallego,  
después él quedó a cargo, primero el Hipopótamo junto al hermano, después el primero que abrió fue el de San  
Ignacio y Boedo, el Margot, y después fue abriendo otros. Bué, ahora el hijo de Pablo, es decir, el nieto del  
gallego original, también está trabajando en esas cosas. O sea, existe ese bar.  
Y después, a ver… sí tiene que haber más, seguro. Habría que pensar un poquito. Sí, hay muchos… Gutiérrez,  
español, el de La Biela, y el hijo también estaba trabajando con él. Sí, si uno se pone a ver, es llamativo la cantidad  
de españoles… bué, básicamente esos vecinos gallegos y asturianos que son los que estuvieron al frente de locales  
y que algunos siguen y otros ya están, sus hijos y sus nietos.  
AE: Y algunos han vendido y…  
HS: Algunos han vendido, claro, y se han dedicado a lo mejor a otras cosas o... Pero en general mantienen la  
tradición. Sí, sí, sí.  
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AE: Y en esos bares…  
HS: Y han abierto, y muchos… empezaron a formarse también sociedades entre españoles, entonces han llegado  
a mantener al mismo tiempo varios locales. Eso se sigue dando.  
AE: Bien. Y ¿en esos bares hay alguna característica especial que denote justamente la tradición?  
HS: ¿La nacionalidad? Bueno, en algunos sí. En algunos hay, por ejemplo, es muy común encontrar, por  
ejemplo, el plano del lugar de origen. Por ejemplo, Licinia lo tenía claramente, ahí en El Progreso, un plano, un  
mapa en realidad, de la zona de Villaviciosa, donde ella era oriunda. Después se pueden ver en muchos casos, sí  
tienen una cierta iconografía que tiene que ver con banderas, banderines, o imágenes, o afiches de corridas de  
toros, o ese tipo de cosas. Y esas cosas se ven, se ven. Incluso algunos tenían banderines de los equipos de fútbol  
más conocidos de España, o imágenes esas que se han traído de España, donde está el afiche del torero, y le  
cambian, por ejemplo, en vez de ser el Cordobés1, le ponen el nombre del dueño del bar ahí como que está en  
una corrida de toros. Sí, esas cosas se ven. Después con el tiempo, lógicamente, se han ido aporteñando de alguna  
manera, y van apareciendo otras cuestiones. Pero sí, se encuentran, se encuentran, cómo no.  
AE: ¿Y en la parte gastronómica en sí?  
HS: Bueno, muchos han mantenido ciertas cosas. Algunos se han cerrado, una lástima, pero sí, se ven. Por  
ejemplo, en alguno de los de Pablo Durán hacen unas croquetitas de bacalao que son muy ricas. En algún  
momento, en alguno daban unas copitas de gazpacho antes de iniciar la comida. Después, Licinia, en El  
Progreso, hacía… ella preparaba, no siempre, pero en ocasiones especiales, había arroz con leche, como decía  
que se debía hacer, había una forma buena de hacerlo era estando batiendo durante dos horas. Y hacían una  
carne asada que ofrecía también muy interesante. Y después sí, preparaba unos pinchos y algunas cosas así  
características. En muchos lugares lo siguen manteniendo ¿no? Si vos vas, por ejemplo, al bar de Cao o al Margot,  
o alguno de esos, vas a encontrar algunas cosas, por ejemplo, con sardinas o anchoas que son muy atractivas.  
AE: Si ¿Y las picadas?  
HS: Las picadas, bueno, las picadas están bien. Las picadas van muchas cosas. Bueno, la picada es una cosa muy  
característica. Lo que nosotros llamamos picadas es un poco, en España habían tapas. Y sí, muchas veces  
encontrás algunas cosas comunes en ambos lados. Muy común acá que en algunos te pongan rabas. Pulpo,  
menos, por el precio del pulpo. Pero no, algunos ponen. Y sí, encontrás esas cosas. Que intentan, de alguna  
1 Se refiere a Manuel Benítez Pérez, famoso torero español.  
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manera, mantener esa tradición ¿no? Mientras que los cafés que se han transformado más en restaurant y que  
tienen cierta tradición italiana también hay picadas con algunas características ligeramente diferentes. Yo creo  
que toda la gastronomía, tanto la española que ha llegado como la italiana, en un punto se han porteñizado y  
han sufrido variantes propias de este lugar ¿no? Por ejemplo, el tema de la pizza. Los italianos dicen que es una  
exageración el queso y la muzzarella que se le pone acá, que es una barbaridad, que los sabores tienen que ser  
menos, poquitos. Bueno, acá se ha transformado en un deslumbramiento de muzzarella o de queso ¿no? Bueno,  
las cosas van cambiando.  
AE: Sí, sí, aparte creo que hoy encontrás pizzas de lo que se te ocurra…  
HS: De todo tipo. De todo tipo. Me reía viendo el otro día ahí en… por internet un pequeño… filmación en  
Nápoles…Yo hago la... Así se hace la verdadera pizza con ananá, decía. Entonces vos veías la pizza con ananá y  
veías cómo el tipo la tiraba al horno pero al fuego, que se quemara ¿viste? Y hacía una cara así y decía, imposible  
que la pizza tenga ananá (risas)  
AE: Y hay una... Conversábamos el otro día con Pablo Vinci dado que él estuvo en la escritura también del  
último libro, de las polémicas, en algunos casos. Por ejemplo, la esquina de la Avenida de Mayo y Salta…  
HS: Ah, claro. Bueno, lógico. Avenida de Mayo y Salta fue… hay una placa que dice “la más española de las  
esquinas porteñas”, porque había dos cafés. Uno El Español, que ya cerró, que hay un banco ahora. Y otro el  
Iberia, que está abierto.  
Y bueno, al Español iban los franquistas y al Iberia los republicanos. Entonces te imaginás, enfrentado uno con  
otro, durante la Guerra Civil Española, es decir, entre el 36 y el 39, cada uno se reunía en su café, en su bar, pero  
evidentemente que trascendían y salían a la calle en algún momento. Hubo un episodio donde habían derribado  
a un avión de la falange, iba un altísimo militar y bue, lógicamente muere. Entonces, mientras en El Español  
había una especie de velatorio, digamos así, en el de enfrente estaban brindando con sidra asturiana. Y  
evidentemente salían a la calle y se armaban grescas importantes y muchas veces terminaban muchos trasladados  
a la asistencia pública que quedaba muy cerca. El edificio de la asistencia pública quedaba donde hoy es la Plaza  
Roberto Arlt. O sea que estaban a una cuadra y media. Y así sí pasaban esas cosas, era terrible. Unos estaban  
con la bandera roja y amarilla y los otros con la bandera tricolor. Así que sí, se armaban unas peleas descomunales.  
AE: Y enfrente del Iberia, pero cruzando Avenida de Mayo, hay un restaurante que es Plaza Asturias. Ese nunca  
fue bar, ese siempre fue restaurante.  
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HS: Siempre fue restaurante, siempre fue restaurante. Bueno, ahí hay varios. Si seguís un cachito más, está el  
Hispano en la esquina con Rivadavia, que ese es súper tradicional. O sea que sí, era un núcleo importante. Y  
seguís para el otro lado…  
AE: En Yrigoyen tenés… el Imperial…Imparcial, perdón.  
HS: … tenés el Globo y el Imparcial. El Imparcial dice ser el restaurante más antiguo que permanece abierto en  
la ciudad de Buenos Aires, o por lo menos dicen y es probable O sea que sí, es una zona española absolutamente.  
Y ahí además estaba el Hotel Castelar, a metros, donde se alojó García Lorca los seis meses que estuvo acá en  
la Argentina. Estaba el teatro. Enfrente del teatro hubo un cine Gloria y durante una época solamente se pasaban  
películas españolas. O sea que era todo…  
AE: Que es un banco ahora.  
HS: Es un banco, exactamente, es un banco. Que sigue manteniendo ese… ese… lo que sería el hall de entrada  
muy lindo con todas esas cerámicas, esas mayólicas. Muchos dicen que ese era el núcleo más español que había  
en ese entonces en la Ciudad de Buenos Aires y en la Avenida de Mayo además ¿no? La Avenida de Mayo,  
muchos suelen decir hija de la Gran Vía madrileña. Pero la Avenida de Mayo surgió un poco antes que la Gran  
Vía…  
AE: Ah ¿sí?  
HS: Sí, sí, sí. Cosa de uno o dos años antes. Estaba terminada la Avenida de Mayo y la Gran Vía no.  
AE: ¡Qué buen dato! Ese no lo tenía.  
HS: Sí, sí, sí. La Avenida de Mayo con todo lo que significó después. El primer subte de Latinoamérica que  
atraviesa, construido a cielo abierto, no como construyen ahora. Fue un caso muy especial la Avenida de Mayo.  
AE: Y lo sigue siendo.  
HS: Lo sigue siendo, claro, sin ninguna duda. Aparte era el eje… formaba parte de ese eje simbólico que quiso  
hacer en su momento el primer intendente de la ciudad, Torcuato de Alvear, que quería que Buenos Aires se  
transformara en una ciudad moderna. Y una ciudad moderna qué era en ese entonces, una ciudad francesa, París  
era la ciudad moderna. Entonces, bueno, tenían que desaparecer los vestigios que quedaban españoles, por eso  
lo primero que se hace es demoler la Recova que divide en dos a la actual Plaza de Mayo. Se demuele eso y se  
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trenza en el Gran Boulevard. El Gran Boulevard, la Avenida de Mayo. Que él no la llega a ver cuando se  
inauguran y casi cuando empiezan los intendentes que lo siguen. Y el trazado, ahí hubo un criterio urbanístico  
porque se pensaba hacer, con el criterio del París del Barón Haussmann, que era hacer grandes boulevares, que  
en realidad en París se hacían los grandes boulevares que uno está acostumbrado a verlos ahora y dice qué  
maravilla, pero los hacían básicamente por cuestiones de seguridad y defensa, para que las tropas pudieran  
trasladarse rápidamente y no por las calles esas de las ciudades medievales que todavía quedaban. Bueno,  
entonces acá se hizo con un criterio que era tres avenidas que construían un conjunto: la central, que era la  
Avenida de Mayo, y dos diagonales y esas iban a unir en sus extremos los diferentes poderes del Estado. Por eso  
la Avenida de Mayo tiene en un extremo Plaza Congreso, el poder legislativo, el Congreso. En el otro extremo,  
Plaza de Mayo y la Casa Rosada, el Poder Ejecutivo. La diagonal Norte, Roque Sáenz Peña, te mandaba a la  
Plaza Lavalle, Poder Judicial. Y la otra, ¿a dónde iba la otra? La otra, la diagonal Roca se iba a terminar en el  
cruce con la Avenida Norte Sur, que era la 9 de Julio y ahí se iba a instalar, en ese cruce, el nuevo edificio de la  
intendencia de la ciudad de Buenos Aires, ese proyecto no anduvo. O sea que hubo un criterio urbanístico.  
AE: Y mientras tanto los bares iban acompañando.  
HS: Los bares iban acompañando. Y con la apertura de la avenida 9 de Julio en 18942 se le entrega al bar decano  
de los bares porteños el acceso fundamental que es por Avenida de Mayo, el Tortoni. Porque entre 1870 y 1894  
tenía entrada solamente por Rivadavia. Porque el Tortoni había empezado en la esquina, en otro lugar, que era  
en Esmeralda y Rivadavia, ahí arrancó en 1858. En 1870 pasa a la actual pero solamente con entrada por  
Rivadavia. Entonces cuando se abre la avenida se regala la que iba a ser la gran fachada y que la construyeron los  
arquitectos más importantes del momento, que eran el arquitecto Alejandro Christophersen.  
AE: Cuando se abre la Avenida de Mayo.  
HS: Cuando se abre la Avenida de Mayo. Porque queda un edificio cortado por la mitad. Vos pensá que es una  
manzana que la cortan por el medio durante nueve cuadras casi.  
AE: Sí, sí. Todos los cambios con la modernidad.  
HS: Cuando se producen los festejos del Centenario ya prácticamente la Avenida de Mayo estaba conformada  
total… quedaban algunos, todavía algunos baldíos. Pero ya era una gran avenida que, como dicen las noticias en  
2 Se refiere a la Avenida de Mayo, el 9 de julio de 1894.  
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diarios y revistas, que provocó la… llamó la atención a tantas visitas europeas… Esta es una ciudad a la europea.  
Por lo menos esa parte de la ciudad.  
AE: Retomando la inmigración y todas sus características…  
HS: Bueno, los que construyen Buenos Aires, los que construyen, no me refiero a los arquitectos, los que  
construyen Buenos Aires son italianos, son albañiles italianos en su enorme mayoría. Los frentistas eran todos  
italianos. Y muchos, muchos arquitectos e ingenieros italianos llegaron acá con el centenario para construir  
pabellones de sus países. Y muchos de ellos muy visionarios se dieron cuenta que acá tenían un campo para  
construir maravilloso, porque había una sociedad ganadera que ya empezaba a hacerse notar y que requería de  
su servicio concretamente. Entonces varios se quedaron, varios… varios. Después estaban los franceses. Los  
franceses algunos se quedaron, porque muchos mandaban desde Francia sus… los proyectos y después se  
construían acá, se hacían, dirigían arquitectos locales ¿no? Pero bueno, ahí surge Buenos Aires a la europea, si  
querés. La gran obra arquitectónica de Buenos Aires, la que todavía sigue llamando la atención a los visitantes,  
es prácticamente la que se construye entre 1870 y 1930. No quiero decir que después no haya arquitectura. Pero  
la arquitectura, si querés, estándar de esa época era de muy buena calidad.  
AE: Sí. De todas maneras, con los años van cambiando los estilos también.  
HS: Los estilos, aparte. Pero la calidad también ha cambiado.  
AE: Todo ha cambiado.  
HS: Todo ha cambiado. Vos fíjate que las casas que hacía la Comisión Nacional de Casas Baratas, la casa  
supuestamente para obreros, casas baratas, vos comparás que las casas baratas actualmente son ubicadas por todo  
el mundo, con las posibilidades que tienen. Si vos comparás, eran viviendas sociales esas. Si vos comparás esas  
viviendas sociales con las viviendas sociales que hicieron años después te querés morir. Por las diferencias. Estas  
fueron construidas 1920, antes, 16, y siguen en pie. Hay otras que fueron construidas muchos años después, y  
después de 10 años ¡Dios mío!  
AE: Bueno, acá estamos en un barrio, acá estamos en Villa del Parque…  
HS: Y acá nomás tenés el barrio Rawson. Nadie larga las casas del barrio Rawson, salvo cuando se mueran,  
porque son… las posibilidades que tienen y la amplitud que tenían los ambientes. No eran… Era otra forma,  
otro mundo.  
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AE: Sí, y esos barrios que además tienen muchas calles cortadas ¿no?  
HS: Exacto, y tienen calles cortadas. Y este, por ejemplo, el barrio Rawson concretamente está formado por  
monoblocks de cuatro plantas y casas individuales, tiene lo extraordinario, bueno, las casas individuales, cada  
una tiene su jardín y los monoblocks que están en manzanas enteras, los espacios verdes interiores que tiene son  
maravillosos. Por ejemplo, ves, modernamente el barrio Catalinas en la Boca es un ejemplo muy bueno. Eso es  
bueno. La elección de gente muy valiosa los que lo hicieron. Eso muy bueno porque todos los edificios tienen  
una enorme cantidad de espacios verdes entre sí.  
AE: Y pensando también en barrios así, de casas, el barrio Cafferata…  
HS: Bueno ¡Claro! Bueno, es lo mismo. Es similar al barrio Rawson. Una maravilla. Bueno, y después con el  
tiempo eso ocurrió también, que es una pena, que a mucha gente que prosperó de alguna manera, no le gustaba  
eso de vivir en un barrio de casas baratas ¡Absurdo! Y muchos, muchos, desvirtuaron la fachada de su casa para  
hacerla que se destacara. La llenaron de materiales, hay una estrella de… Hicieron unas porquerías que no tienen  
nombre, cuando mucho más bella era toda esa construcción. Ese es un prejuicio de aquel que una casa barata…  
AE: Si, si, y hoy son...  
HS: Buscadas absol… escúchame, el barrio de Chacarita, Los Andes.  
AE: ¡Los Andes! Es una maravilla…  
HS: ¡En Flores! En Flores tenés el otro, Mansión Flores, que es lo mismo que Los Andes, los hizo el mismo  
arquitecto pero es la mitad, porque es más chico el espacio… son hermosos…  
AE: Si… y también se ha perdido, yo no... Ahí el que sabe es vos que sos arquitecto ¿no? Pero a mí me maravilla  
ver los edificios antiguos, todas las decoraciones, todas las...  
HS: Sí, sí, bueno, la mano de obra que había era excepcional, ese es el… El arquitecto Julián García, argentino,  
pero que estudió en España, estudió con Domènech i Montaner, uno de los arquitectos modernistas más  
importantes, que vino acá a la Argentina después, es el que hizo el Hospital Español, lo que queda del Hospital  
Español, que no entiendo cómo no se restaura eso. Varias obras más, una Chacabuco 78, que era un edificio  
oficial de Celedonio Pereda, que es maravilloso, yo los llevé a mis estudiantes de arquitectura a visitarlo eso, bue,  
él trabaja acá, hace cosas magníficas, todos le dicen Julián García Núñez, todo el mundo aparece haciendo libros,  
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todo, si vos te fijás, las obras de carácter modernista, al decir modernista, no digo moderna, modernista con el  
criterio del modernismo catalán, que es una forma específica, todas esas él las firma solamente J. García, cuando  
después deja el modernismo catalán y hace unas obras afrancesadas, clásicas, esas son las que firma García Núñez  
¿Y él por qué deja de hacer sus obras modernistas catalanas? Porque empezó a perder los artesanos que tenía,  
entonces ya resultaba muy complicado, muy difícil. Y estaba ese, que ahora no existe, estaba el oficio de frentista,  
que era un tipo que venía y se ocupaba del frente. El padre de Fangio, el campeón de automovilismo  
internacional, era frentista y trabajaba como frentista, trabajó en Balcarce y después acá en Buenos Aires  
también. Sí, pero se ha perdido, y se han perdido muchas cosas. Si bien había piezas que ya estaban armadas  
previamente y después se instalaban directamente, sí, pero el detalle de los frentes, los almohadillados, todas esas  
cosas han perdido. Eso han perdido… Está bien, con el paso de los tiempos las técnicas cambian, los materiales  
son otros… No digo que no haya excelente arquitectura contemporánea, no estoy diciendo eso, pero que el  
medio, la generalidad o si querés el promedio era... Y antes los arquitectos orgullosamente ponían su nombre en  
el frente del edificio. Ahora yo creo que hay muchos que no le ponen porque les da vergüenza… Pero bueno.  
AE: Si… si.  
HS: Pero no es una crítica, no estoy diciendo no… hay excelente arquitectura contemporánea.  
AE: Pero también hay, en el medio, como vos decís, hay mucho edificio, sobre todo ahora vos ves cómo está  
cambiando la fisonomía de la ciudad. Por ejemplo, avenida Independencia, donde encontrabas casas antiguas,  
bonitas, cuidadas, donde encontrabas otras que estaban que se caían solas, porque no estaban mantenidas, pero  
que ahora hay una serie de demoliciones, parece...  
HS: ¡Claro! El problema es que si se demuele esto, que lo que venga sea mejor.  
AE: Y sin embargo, son torres que son prácticamente todas iguales.  
HS: El arquitecto Julián García, del cual te hablaba, él vivía en la Avenida Independencia, a media cuadra  
pasando el Bar de Cao, una casa maravillosa, que él construyó su vivienda, lógicamente, maravillosa, llena de  
detalles. Yo la llegué a ver cuando ya estaba muy deteriorada, me acuerdo cuando la estaban demoliendo, que  
me metí y le pedí a un obrero si me podía… un mosaico, un zócalo que había de cerámica, si me podía dar una  
pieza. Y me la dio, que la tengo acá ¿Qué irán a poner acá? Y pusieron un triste garaje… un estacionamiento.  
Con el tiempo me di el gusto de… a través del Gobierno de la Ciudad, un programa que habíamos hecho, que  
pensábamos poner… pensábamos generar circuitos en los barrios a través de placas que se colocaran en lugares  
característicos del barrio. Preguntábamos a los vecinos, a algunos que nosotros conocíamos también... Nunca  
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llegó a concretarse, porque nunca se llegaron a armar los recorridos, siempre esas cosas. Bueno, me di el gusto  
de poner una plaquita, está todavía. Las plaquitas las hacíamos de cerámica, para que no se las robaran.  
Comprábamos la placa, yo hacía escribir en un papel transparente el texto que se quería poner en la placa, y con  
ese transparente y la placa la llevamos a la Escuela de Cerámica Municipal y ellos la terminaban, pasaban el texto  
ahí sobre la placa. Colocamos cerca de 30, y pudimos, pude colocar, esa la puse con mis propias manos, en donde  
era la casa de Julián García, está el garaje, ahí está por lo menos la placa, que dice que ahí nació, que ahí vivió el  
arquitecto Julián García, introductor del modernismo catalán en la arquitectura porteña.  
AE: Maravilloso… Y si, es muy poco lo que se mantiene en esas cuadras. Hay un club, en la cuadra siguiente,  
un club español, donde se hacen actividades culturales y demás, que todavía mantiene...  
HS: ¿El Centro Salamanca?  
AE: ¡Ahí está!  
HS: Sí, sí, sí. En la misma vereda del garaje. La misma vereda donde vivía Julián García, sí.  
AE: Entre Matheu y Alberti.  
HS: Es vereda par, sí.  
AE: Bueno, ahí ves esa fachada todavía, se mantiene…  
HS: Sí, está, está. Y ahí funciona un restaurante, sensacional, hace cosa de… 30 años. Buenísimo. En general  
todas las asociaciones españolas tuvieron restaurantes magníficos.  
AE: Y hay muchas que se mantienen todavía.  
HS: Hay muchas que los tienen todavía, sí.  
AE: O sea que el inmigrante español está absolutamente ligado a nuestra gastronomía.  
HS: Sí y eso… claro, eso es notable también. Toda la inmigración que vino, especialmente españoles e italianos,  
pero otras también, tendían a reunirse, a fundar inmediatamente asociaciones donde poder encontrarse con sus  
coterráneos. Españolas hay un montón. Y de otras nacionalidades también. Francesas había algunas. En La  
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Boca había una de... Bueno, en La Boca hay muchas de italianos, sobre todo. Había una de molfetteses del sur  
de Italia, sobre el Adriático. Y después los ligures, los genoveses hay también. Pero bueno, las cosas que se  
pueden hablar sobre Buenos Aires…  
AE: Y sobre inmigración ni hablar…  
HS: Eso sí…  
AE: De todo... Hay mucho… Vos algo dijiste el otro día de cuáles son las condiciones para ser bar notable.  
HS: Sí… hay una… Yo… Yo creo, no sé si ya lo dije, que cualquier individuo, vamos a decir porteño, o cualquier  
tipo más o menos lúcido, no digo que los porteños sean todos lúcidos, pero el porteño, por esa cuestión de  
porteño, que es un hombre de café el porteño, si entra cualquier café, después de estar un rato, de consumir algo,  
y ver el público que hay, yo creo que está en condiciones de él decir si me parece que puede ser notable o no ese  
café. Pero los efectos de la ley 35 del año 98, el artículo segundo dice que debe ser un local que tenga  
características propias del punto de vista arquitectónico, que en su ámbito hayan ocurrido situaciones de interés  
para la cultura porteña, o que hayan frecuentado personajes que tengan que ver con la cultura porteña. Pero  
además también, y cuando abre el juego ahí me parece que es fundamental, y dice que sea representativo para la  
zona, para el vecino de la zona. Y eso es fundamental. Yo creo que si uno piensa en un café, bueno, vos pensás,  
el Tortoni, el Tortoni ha pasado medio mundo, todas las personas ilustres que han llegado al país las hicieron  
pasar por el Tortoni, o tantos otros. Y hay cafés de barrios que a lo mejor uno piensa que no ha pasado nada,  
pero que hurgando, y estudiando, y buscando, se da cuenta que han pasado un montón de cosas. Y que si le sacás  
ese café al vecino, se le genera un gran vacío en el… en lo que tiene que ver con el barrio ¿no? y con su propia  
interacción con el barrio y con los vecinos, porque es un lugar para interactuar el café, evidentemente. O para un  
solitario absoluto de querer quedarse, encerrarse ahí, y nada más. Pero eso es lo que tiene de maravilloso el café,  
que ofrece todas las posibilidades que desee utilizar quien ingresa al local.  
AE: Esto tiene… me viene a la cabeza algo que siempre trabajamos con Silvana ¿Quién define…? O sea, en la  
cuestión patrimonial ¿quién define qué es patrimoniable y qué no? ¿Cómo definimos que algo merezca...?  
HS: Está bien la pregunta que vos hacés… Y eso teóricamente yo creo que tiene que ver un poco, esto que dice  
el artículo segundo de la ley, te da unas pautas, está bien... El problema es el sentido común. Porque, como en  
todas las cosas, lo malo son los extremos. Están los ultrapatrimonialistas o ultraconservadores, y están aquellos  
que les importa un corno conservar. Las dos cosas son nefastas en un punto. La ciudad es una… una célula  
cambiante, va cambiando en el paso del tiempo. No hay duda. No podés mantenerla toda inmóvil y que quede  
todo como original. ¿Original cuándo? Esto es… lo que nosotros conocemos ya se ha cambiado. Han cambiado  
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otras cosas, el original es relativo. No podés, en un barrio, no permitir que puedan modificarse 50 casas porque  
tiene una tipología interesante. No podés congelar al barrio, porque de alguna manera estás embromando al  
propietario. Por eso también se crean algunos lugares, que es positivo y a veces no, las áreas, los distritos…  
Bueno, está bien, el criterio es preservar un poco, pero hay que ser en algunos puntos flexibles. Al decir flexibles  
no quiere decir que se permita cualquier cosa, sino ver qué es lo que realmente se debe conservar. Yo creo que  
no podés conservar todo. En los barrios, bueno, los barrios más antiguos, obviamente, son los que tienen mayor  
cantidad de elementos patrimoniales. Está, patrimonio material, que es el edificio. Y el inmaterial, todo lo que  
significan las cosas que han ocurrido. Yo nunca separé absolutamente en dos. Eso me ha costado algunas…  
peleas, no peleas de ninguna manera, pero cambios de opinión, intercambios, no siempre muy suaves. Están  
muy ligados uno y otro. Es muy difícil este separ... porque ahora me dicen, enseguida te sacan una poesía, una  
música… Sí, está bien. Pero en un punto se transforman materiales el patrimonio. No queda solamente en la  
cabeza, se transforma en una partitura, en un disco, en una pintura, esa idea. Entonces es… pero bue… llegado  
el caso está por norma, material e inmaterial, bueno. Pero habría que ver cuáles realmente son las cosas que no  
se pueden… no pueden cambiarse. Entonces sí, habría que hacer un estudio muy serio, determinadas cosas que  
no pueden desaparecer. Ahí sí que habría que ser muy riguroso. Y después otras que hay, ya te digo, 50, 60, 70  
casas muy lindas, pero, ¿por qué no pueden…? dejá una o dos, la más valiosa o las dos más valiosas, pero las  
otras pueden desaparecer.  
AE: O pueden modificarse.  
HS: Cuando se habla de... Creo que lo conversamos, el tema de Los Angelitos3. No, no, los angelitos, una  
barbaridad, tiene… hay que volver al original.  
AE: No, vos dijiste, piso de tierra…  
HS: Piso de tierra no se puede, por más original que quiera. ¿Y original? ¿Cuál es el original? Depende de la  
edad de la gente, qué es lo original y qué no también. Pero las cosas van cambiando y lo que para uno es original,  
el que tiene 70 años, no, no es el original, el original es el que estaba antes. Las cosas van cambiando. Y lo que  
hay que ver es qué es lo que es valioso y lo que es más importante. Una vez Peña justificó, creo que lo conté ya  
eso, el edificio de Talcahuano y Tucumán, enfrente a tribunales. Hay un edificio, era un edificio maravilloso, art  
noveau, que querían sacarlo para construir un edificio moderno, un edificio muy importante. Entonces, el  
arquitecto Peña, el director del museo, organiza una encuesta entre la gente que pasaba por ahí. Y le preguntaba,  
¿qué es lo más valioso y lo más interesante de este edificio? Claro, todo el mundo decía, bueno, esto es la ochava  
3 Se refiere al Café de los Angelitos, en Rivadavia y Rincón, CABA.  
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que termina en esta torre, la cúpula… prácticamente todo decía no. Entonces, a través de esa encuesta, justifica  
que se demuela toda la otra parte, que quede solamente eso, y que por detrás de esa torrecita se construya toda  
una obra nueva como hay ahora, que es un cachivache lo que ha quedado. Entonces están los que, siendo los  
reyes del patrimonio, lo manejan a voluntad. Es muy difícil, porque todos los arquitectos te van… al principio  
te van a hablar del patrimonio, el patrimonio, el patrimonio, pero muchas veces después cuando el patrimonio  
puede desaparecer por una obra de 50 pisos que se haga y cuesta una cantidad de millones de dólares, lo va a  
derrotar eso al patrimonio. Y ha pasado. Ha pasado… El edificio que aloja actualmente a la Embajada de Israel…  
esa torre se aprobó unos días antes, unos meses antes, de que saliera el Código de Planeamiento Urbano, que ya  
se disponía, no sé por qué salió, justo… Pero bueno, esos son temas que no competen a esta… (risas).  
SL: No, pero cómo nos va llevando ¿no?  
HS: Y si, te va llevando todo… todo una mezcla de cosas, porque están los tipos que hacen las cosas bien y los  
tipos que no hacen las cosas bien. El problema es ese. Si vas a hacer una cosa, hacela, chau. Pero no que andes  
dando vueltas. Acá es interesante preguntarle a Pablo Durán cuando quiso poner mesitas en la vereda del  
Hipopótamo, pero no, no tienen lugar ahí en la esquina, las ponían… querían ponerse enfrente al Parque  
Lezama, que ahí justo aparece el camino que va hacia la estatua de Mendoza. Era lindo poner una serie de…  
Aparte, si estos genios que prohíben cosas van a Europa, mirá qué lindo esto allá, y después vienen acá y les  
parece que es una barbaridad, como las sillas y las mesas en la vereda. Donde te permitan pasar ¿cuál es el  
problema? Al que va caminando ¿no? Y bue, las vueltas que hubo… para eso, que lo negó y después una misma  
persona, esa misma persona, dijo, ¿pero có…? vos no seguiste eso, porque eso era muy interesante esa idea.  
Como todo en la vida, el sentido común es el menos común de los sentidos. Pero bue, que sé yo, así está la  
ciudad, bah, la ciudad y el mundo, va avanzando como pueda en definitiva.  
SL: Después de la pandemia se empezó a usar un poco esto de las sillas…  
HS: Claro, las sillas sí, incluso empezaron a permitir poner ciertos sectores en la calle, que ahora parece que  
quieren sacar en algunos lados. Yo no sé si lo pueden sacar ¿molestó tanto? Y aparte de esa manera también estás  
ayudando al comercio en sí, claro, que después fue terrible la pandemia para mucha gente. Muchos se quedaron,  
no pudieron levantar, otros fueron zafando, pero fue muy muy duro, fue una locura en general todo eso… pero  
bue… qué sé yo.  
SL: Horacio, ¿cómo te… empezó tu relación con este mundo de los bares? ¿Fue a partir del trabajo o viene de  
toda la vida?  
HS: A mí los bares me gustaron siempre, yo iba siempre a los bares, a los cafés…  
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SL: Sí, a vos te gusta cafés, es cierto.  
HS: Siempre he ido a cafés y tenía mis cafés preferidos, lugares donde me gustaba ir. Y después trabajando ahí  
en… para el gobierno de la ciudad, cuando surgió esa idea de ver de qué manera el gobierno podía ayudar a una  
tipología comercial, que se discutió muy brevemente y enseguida salió Cafés y Bares. Bue, estuve trabajando de  
entrada ahí con eso.  
SL: Y antes de trabajar ¿cómo veías a los bares o a los cafés? ¿Qué es lo que encontrabas en el café?  
HS: Bueno, más o menos lo que después certificaba con todas las cosas que decías ahí en la comisión. Me pareció  
un lugar grato, me encantaba. Yo era jovencito, cuando iba del colegio secundario y algún día de la semana no  
iba al colegio y me iba a pasear. Y me iba a visitar galerías de arte, eran ratas culturales (risas) Y a veces arrastraba  
a algunos compañeros míos. Y siempre el punto de referencia donde encontrarte era un café. Me acuerdo que  
una vez, con un dilecto amigo mío, que lo sigue siendo actualmente, Alfredo Bollón, que es arquitecto también…  
y yo me venía rateando dos días seguidos, y el tercer día, el 9 de abril, que era el cumpleaños de mamá. Y yo voy  
a entrar al colegio, entro por… yo iba al Colegio Mariana Mariano, se entra por Bartolomé Mitre, y veo que  
Alfredo sale ¿Te vas? Vení, vení conmigo. No, no puedo, dos veces me ratee ¿A dónde vas vos? Al Café El  
Cóndor, me dice. Bue… Entro al colegio. No puede ser, justo el día de cumpleaños de mi madre. No puedo  
ratearme dos días ya… Mientras estaban pasando ahí el himno, veo que el morocho portero estaba cerrando  
la… ¡No, no, espere, no cierres, no cierres! (risas) Y salí. Y entonces llego a la esquina y le pregunto a un... En  
la esquina había un kiosco donde vendían, obviamente, yo no fumaba, pero vendía cigarrillos sueltos para los  
alumnos… para cualquiera. Le pregunto ¿El Bar El Cóndor, señor, usted lo conoce? ¡Sí, pibe! Y me dice,  
Medrano y Corrientes. Por ahí, no sé, que hay un bar, o después hubo… un banco, no sé. Llego, un café de esos  
hermosos, un café porteño, todo… la mesa de madera, los mozos... Veo, busco, busco, y no lo encuentro a mi  
amigo. Bue, me quedé sentado, me tomé un cafecito con leche con medialunas, y después, como todos los  
rateros, a la hora que cierra, que salen los… van a la puerta del colegio a ver las novedades. Y me voy a la puerta  
y me encuentro… ¡Escuchame! ¡No estabas en el Café El Cóndor! ¡Me hiciste ratear! Y no estabas en el... ¿Cómo  
que no estaba en el Café El Cóndor? ¡Sí que estaba! Yo fui, me senté, pregunté dónde era, fui, me dijeron…  
¡Ah, no! Dice… este Gil se había vuelto a tres cuadras de la casa, en Caballito. El Cóndor era uno que ahora se  
llama El Coleccionista, frente al parque. Estaba en ese Cóndor. Así que estamos a 30 cuadras de distancia, los  
dos en… dos bares llamado El Cóndor. Después, otras veces, también cuando íbamos, a veces los viernes a la  
tarde, me encantaba ir también a ver exposiciones. Pero había una cantidad de salas de galerías de arte entre  
Córdoba y Plaza San Martín, sobre Florida y alrededores, tenías 40, 45. Y me encantaba ir a una confitería, un  
bar, un café, que estaba en Viamonte y Florida, que se llamaba Jockey Club. Que ahí venían alumnos de filosofía,  
que estaban ahí nomás… ese me encantaba. Y una vez… tenía forma de L, el local, sobre Viamonte y muy  
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angostito sobre Florida. Y atrás estaba la barra y la caja estaba ahí... y yo voy un día y pido el café con leche y me  
doy cuenta que con la plata que tenía no me alcanzaba para pagar el café con leche… me encomendé a todos los  
dioses, volveré otro día y pagaré. Me ayudó la forma de esa L que tenía el local. Ya cuando el mozo que me  
atendía se fue para acá, lógicamente, tomé todo, no hui despavorido. Y cuando se fue para acá, yo salí caminando  
tranquilo y me fui de ahí… caminando… En fin, me acuerdo perfectamente que después que salí de ahí, fui a  
una galería de arte ¡Mirá cómo me quedó grabado! Se llamaba Art Gallery. Era en un piso superior sobre Florida  
que había una exposición de Carlos Alonso sobre el Dante, de dibujos. O sea que con los cafés siempre me gustó.  
Y siempre me gustó. Cuando íbamos a veces a veranear a Mar del Plata, me encantaba también ir a los cafés en  
Mar del Plata. Había uno que se llamaba... que estaba frente al casino que ahora desapareció porque hicieron  
toda esa gran plaza... Y se llamaba... que te servían un café que me parecía exquisito, que tenía una espuma y ahí  
en las medialunas eran… iba seguido. Siempre me gustaron los cafés. Así que… siempre me han gustado. Y  
siempre me parecían lugares atractivos. Cuando vos te tenías que citar con alguien, te citabas en tal café. Y… si.  
Conocí a algunos pintores importantes en algunos cafés. Así que el café forma parte de la vida de uno, por lo  
menos. La mía, seguro.  
AE: Sí, de todos, por esto que vos decís, cuando te citás con alguien... Y me reía con tus rateadas, porque claro,  
en esa época no tenías la ventaja que tenés ahora, ¿no? Que agarrás un celular...  
HS: ¡No, nada! Pero no, nada. Es otro mundo. Y conseguir un teléfono público era...  
AE: No era sencillo… Y no todos teníamos teléfono… teníamos teléfono en casa.  
HS: No, claro, claro… Me acuerdo cuando lo que significaba... Por ejemplo, tenías que alquilar una casa, un  
departamento “con teléfono” ¡Ah, bueno!  
AE: Era otro precio…  
HS: Era otro precio, claro. Qué locura.  
AE: Pero sí, los cafés son parte de la vida, de la cultura…  
HS: Y van a seguir estando, con algunos cambios, porque uno dice las cadenas van a... Las cadenas están, las  
cadenas tienen su público. Y los otros que no son cadenas también tienen su público. Hay un barcito notable  
que se llama El Símbolo que está en Corrientes casi Bulnes… Yendo hacia el bajo, mano izquierda, es decir,  
vereda impar. Y abrió… más, hacía rato, y se le puso un Martínez al lado. Martínez y El Símbolo. Muchos  
pensaban, va, adiós, chau, desaparece. No, ahí está, tiene su público El Símbolo. Y hay cosas así que en algunos  
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casos están enraizadas en el barrio. Acá en Devoto hay una... tradicional heladería que se llamaba Monte Olivia.  
Años y años y en algún momento ¡puc! le pusieron un Freddo enfrente ¡Tac! No pasó un año y el que se terminó  
yendo fue Freddo.  
AE: Mirá. Sí, sí, las cadenas en algunos lugares funcionaron, en otros no. Y vuelvo a los gallegos yo, porque…  
Porque te preguntaba esto de las condiciones…  
HS: ¿Echezuri qué es? Vasco.  
AE: Vasco. Vasco. Vasco francés dicen algunos, pero Vasco…  
HS: Ahí el vasco te sacaría lo de franceses. Vasco (risas)  
AE: Te preguntaba lo de las condiciones para ser bar notable porque hay muchos bares que… a mí también me  
gustan los bares, sí. Recorro.  
HS: Sí, uno ve bares que tendrían que estar ya en la lista de notables.  
AE: Claro, pero a lo mejor vos decís, bueno, pero este bar la arquitectura no lo acompaña. Bueno, pero hay otras  
cosas que lo acompañan.  
HS: O sea, ahí sacás lo intangible, lo inmaterial.  
AE: ¡Exacto!  
HS: Para eso sirve.  
AE: Y vos recién decías el Moreno, el Colegio Mariano Moreno, que nosotras pasamos por ahí en otra  
institución que es el profesorado Joaquín V. González que funcionó muchos años en el primer piso…  
HS: Claro, exactamente.  
AE: Ahí estudiamos… Entonces, más allá de lo que es la hermosura del edificio en sí, conocemos todos los  
bares de alrededor.  
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HS: Claro, lógico.  
AE: Y ahí creo que no hay ninguno notable, porque han ido cambiando…  
HS: El más cercano es Las Violetas.  
AE: ¡Claro! Las Violetas. Pero ese…  
HS: Cambiaron.  
AE: …tiene otra particularidad.  
HS: Fueron cambiando todos los que había.  
AE: Y eran más como… modernosos, ¿no?  
HS: Sí, sí. Yo me acuerdo al que más íbamos era uno que esta… en realidad era una pizzería más que un café,  
que estaba justo en la esquina Mario…  
AE: Maza, porque era la vereda de enfrente…  
HS: No, no. Acá está el colegio [señala con el dedo marcando en el aire la manzana]  
AE: Sí.  
HS: Esta es Billinghurst, esta es Mario Bravo, cruzando acá: acá. Creo que ahora hay una pinturería, me parece.  
AE: Sí, ahora sí.  
HS: Ahí íbamos bastante con los... Cuando se iba ahí era todo absolutamente normal, porque no te ibas a ratear  
acá estando el colegio a media cuadra...  
AE: No, claro. Nosotros íbamos enfrente, que ya sería Maza, porque ahí cambia de nombre.  
HS: Sí, sí, Maza  
AE: Un bar que también ha cambiado el nombre varias veces, pero sigue siendo un bar.  
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HS: Claro.  
AE: O el que estaba en la esquina de Billinghurst. Y ahí, y uno dice, bueno, a ver, pensando en la parte educativa,  
decís, cuántos grandes maestros y gente conocida del ambiente educativo que ha estado en esos bares…  
HS: Sin duda.  
AE: Igual en algunos, por ejemplo, en la esquina de Billinghurst, habían traído una profesora de España a dar  
unas clases especiales y el recuerdo que se llevó esa mujer es que le robaron en la cartera, en el bar de la esquina…  
Pero bueno, digo, en esos bares la arquitectura no es nada que te llame la atención, pero ¿cómo rescatar todas  
esas...  
HS: Sí, claro.  
AE: Porque en ese caso todos los bares tienen...  
HS: Bueno, Fanego lo ha comentado, decía que todos los cafés de Buenos Aires tenían que ser cafés notables.  
Por lo que significaba el café, por el esfuerzo que era y porque así tenía que ser.  
AE: Y si, un poco... ¿Cuándo decís Fanego...  
HS: Fanego padre.  
AE: El padre de...  
HS: Del que está actualmente. Roberto Fanego... ahora cumpliría, justo hoy estaba viendo, cumpliría 90 años  
una cosa así. Y falleció hace 3 o 4 años. Y él fue el que hizo que el Tortoni, después de sus épocas brillantes de  
la peña del Tortoni y todo, año 50 así, estaba muy venido abajo, 50 y pico y él ingresa como accionista y lo… lo  
comienza a levantar nuevamente. Actualmente está Fanego, el hijo, está él y otro muchacho más que son los dos  
gerentes principales. Pero es un milagro el Tortoni, realmente. Un milagro no, porque tiene un montón de  
gente. Quiero decir que es un milagro haya… que nunca haya cerrado y haya llegado hasta estos días ¿no?  
AE: Se explotó muy bien la parte turística.  
HS: Eso perfecto, no hay duda, no hay duda.  
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AE: Y justamente por la ubicación que tiene se ha cuidado mucho toda la parte patrimonial eso también…  
HS: Viste el que cerró proviso… cerró… el de ahí de Callao casi Corrientes la… ¿La Academia?  
AE: La Academia ¿cerró La Academia?  
HS: Cerró, pero sí, cerró hace unos días que apareció en muchos lados, pero no desaparece. Se mudan al local  
que era de Pipo…  
AE: En Montevideo.  
HS: Montevideo. Ese era… en su momento era famoso por las mesas de billar que tenía atrás también. Iban a  
jugar a la generala y todas esas cosas.  
AE: Eso sí se ha perdido.  
HS: Sí. Eso lo tenés un poco concentrado en el… en el San Bernardo.  
AE: En Corrientes… y Acevedo, por ahí  
HS: En Corrientes, Villa Crespo. Por ahí. Que ahí sí, llama la atención, porque tenés de todo. Mesas de ping  
pong, mesas de billar, juegan a los dados, juegan al dominó, es notable eso.  
AE: Es como que quedó en el tiempo.  
HS: Sí, pero van muchos jóvenes, enorme cantidad de jóvenes. Sobre todo por el ping pong, supongo. Te da  
gusto. Hace poco yo fui con unos españoles, unos catalanes, que me habían citado a tomar un café, y fuimos a  
un café del Doge, que está ahí casi sobre Corrientes… Toma el café, es rico, pero no dice nada este café, pero…  
vengan, los voy a llevar a un café que les va a gustar… Caminamos, quedaron encantados. Y bue…  
AE: La vida porteña. Bien. Nos queda pendiente un capítulo, pero eso lo vamos a dejar para... Para la semana  
que viene, podría ser, vemos, ahora combinamos… qué tiene que ver, estoy viendo ahí un libro…  
HS: Ha escrito entre otros el señor Vinci ahí también… [hay un breve corte].  
Entonces le pedí ¿Te animás a escribir algo? Si, cómo no. Como hay otro muchacho que trabajaba en la época  
en Inspección, que era Esteban Murro, ustedes no lo llegaron a conocer, que es el que hizo la traducción al inglés  
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de los últimos… veces que se hizo el libro Los Cafés Notables. Que... Era un personaje también. Y había que  
perseguirlo para que… trabajara. Pero un tipo notable. Y cuando escribía, yo le encargué varias veces… Una vez  
habíamos empezado a hacer un trabajo que iba a ser un libro que se iba a llamar Los oficios entre el rescate y el  
olvido. Y yo lo estaba escribiendo. Y ya tenía... entre 40 y 50 oficios que estaban y no ¡Lindísimo era ese libro!  
Y entonces trataba de buscar algo en literatura, un poema que tuviera que ver con la zurcidora, con el… bue…  
Y entonces este Esteban Murro, un poeta muy bueno ¿no me harías un poema de la zurcidora? (risas) ¿Pero  
qué… me ves cara de poeta que viene acá, me piden…? Pero ¿vos no viste la película Il postino de Neruda?  
Cuando le pide, ¿me puede hacer un poema para mi novia? Y no, no puedo… Pero ¿no es poeta usted? (risas) Y  
entonces me hizo un poema de la zurcidora. ¡Ay, qué hijo de puta! ¡Un drama me hizo! Que el hijo de la zurcidora  
había desaparecido, era un desaparecido. Y mientras ella zurcía en el huevo de madera una lágrima… ¡No! ¡Sos  
un hijo de puta! No podés, no podés (risas) Así que yo este poema que vos me diste, te lo voy a hacer, vos lo  
firmaste pero yo te lo voy a cortar. No, esperá, esperá, que te hago otro. Eso me hizo acordar, mirá…  
Hermenegildo Sabbat siempre había querido hacer algo con Cortázar, y Cortázar siempre quería hacer algo con  
Sabbat.  
Entonces Sabbat tenía una idea de hacer algo con un cuadro de Toulouse-Lautrec, un cuadro famoso, que es el  
interior de un prostíbulo, donde hay una señorita sentada sobre una especie de (inaudible) sillón, todo rosado  
ese. Es muy conocido el cuadro. Y entonces él hizo una cantidad de dibujos en función de eso. Y con esos dibujos  
quería que Cortázar hiciera un libro, escribiera sobre eso. Bue, le manda a Cortázar… Buenísimo, pero deme  
unos meses. Hacía rato que yo quería hacer algo con usted… Hace un tiempo… Era el momento en que Sa, que  
Cortázar estaba hiperpolitizado con Nicaragua. Y le manda un texto. Era un texto así, pero ¡Pa!... Qué difícil es  
cuando vos querés que alguien te diga algo y vos tenés en la cabeza ya todo pensada las situaciones, y te van a  
decir algo que no tiene nada que ver con toda la imagen y todo lo que te habías inven… tenías en la cabeza.  
Entonces ¿cómo hacía el dibujante para decirle al escritor, esto no es lo que esperaba (risas) Que por otro lado…  
pero bueno, pídaselo a Magoya le podía contestar el otro. Entonces Sabbat, que escribía muy bien, tiene unos  
libros bárbaros, se buscó la vuelta, inmediatamente le contestó Cortázar, sí, perfecto, tiene razón, lo entiendo,  
lo entiendo perfectamente, yo me dejé llevar. Y le mandó un texto después que era... El libro quedó... Monsieur  
Lautrec se llama el libro. Espectacular… Maravilloso el libro. Y bueno, lo editaron en España. No tuvo mucha  
difusión, al final. Estaba en la fundación (inaudible) estaban todas las cajas con los libros. Y Sabbat tenía, lo  
regalaba, qué sé yo. Y en base a ese libro, la escritora, una argentina que estaba en París, ya me va a salir el  
nombre, hizo una novela que se llamaba Mireille, la rubia Mireya. Que inclusive fue un dibujo de Sabbat. Y tuvo  
un éxito bárbaro esa novela. Y mirá cómo del textito eso... Les quería mostrar el libro para que veas como es...  
¿Me puedo levantar?  
SL y AE: Sí, sí.  
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[Se hace una pausa para sacar fotos - Se da una charla distendida mientras HS busca un libro, y hacen el esfuerzo  
por recordar el nombre de la autora, que resulta ser Alicia Dujovne Ortiz].  
AE: Cuando vi el libro acá... Arriba de una mesa... Y dije, bueno, justamente... Lo que nos queda para la  
próxima...  
HS: Cómo no.  
AE: …es todo lo que tiene que ver con tu producción artística.  
HS: ¡Con todo gusto!  
AE: Porque... Uno dice Horacio Spinetto, arquitecto... trabajó en Cultura de la Ciudad... Trabajó antes en... en  
la parte de habilitaciones como contabas la semana pasada... Pero vos tenés toda una producción que va más allá  
de tu trabajo.  
HS: Miren, este soy yo, aunque no lo puedan creer (risas) Cuando tenía 18 años. Y acá tengo este otro también,  
que es penoso…  
AE: ¿Cómo penoso?  
HS: Penoso… Comisario de la Bonaerense de Narcotráfico (risas).  
AE: ¡Con bigote! Mirá…  
HS: Esto lo puse acá ¿Por qué lo puse acá? Porque esta foto me la sacó una fotógrafa que era excelente, que se  
llamaba Julie Méndez Ezcurra, que trabajamos juntos en el Museo de la Ciudad. Entonces acá puse una foto  
que me sacó ella y yo puse esta pinturita que hice yo de ella.  
AE: Los dos.  
HS: ¡Claro! Que murió también prematuramente… Una lástima… Joven…  
AE: Bien… ¿Algo que quieras acotar de los cafés notables?  
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HS: Y los cafés notables… que tienen que nombrarse más cafés notables, que… habría que exigirle un cachito  
más a algunas cosas de los cafés notables, pero se complica también, porque si exigís algo enseguida… pero  
tendría que tener todos algún café por lo menos aceptable. Que en algunos casos no llegue a (inaudible)  
aceptable. Eso sería muy fácil porque instruyendo un poco a los que hacen el café se solucionaría. Pero bue…  
En muchos se puede tomar un café muy bueno.  
AE: Si… Sí, sí. Eso es cierto.  
HS: Otra cosa de los cafés notables es que es a veces el problema, vos declaraste un café notable por las  
características que tiene. Y a partir de que es café notable algún vecino, con la mejor voluntad, empiezan a llevar  
cosas para que pongan…  
AE: Porque creen que es un museo de antigüedades…  
HS: Cla… Entonces empiezan a desvirtuar esas características. Quieren mejorar el local desde que saben que es  
notable. Y no fue notable por eso, no está ahí. Eso es un problema también… Si van acercando cosas los vecinos  
también hay que ver cómo se estudia eso, porque no deja de ser… tener su parte entre ingenua y afectiva a la vez  
¿no?  
AE: Es que eso nos lleva también a lo que estábamos hablando hace un ratito ¿Quién define qué es  
patrimoniable, que…?  
HS: ¡Claro! Como todo, todo se llega a poner en tela de juicio. Actualmente, ahora más que nunca con el tema  
de las obras de arte. ¿Hasta dónde una obra es arte? El otro día, una alumna mía ¿Hasta cuándo es una obra de  
arte? Vos me decías que uno de tus fines era vender las pinturas que vos hacés y bueno, entonces cuando te  
paguen va a ser ese el parábolo que define la obra de arte. Poné una banana, poné una cinta, pégala y ese es el  
arte porque es lo que están comprando… no esperara que le contestara yo qué es… El arte es algo que produce  
emoción estética y no a todos les produce el mismo objeto la misma emoción. Por eso es interesante la… mirá  
si a todos les gustaran las mismas cosas. Si a todos les gustara la misma mujer… O a todos el mismo tipo.  
¡Asesinato en masa! (risas).  
AE: Pero por eso no es lo mismo valor que precio.  
HS: No, claro, muy bien, muy bien. Evidentemente que hay, si uno se pone… hay una cierta cantidad de… si  
vos escribís no podés poner una letra con otra que no suene, tiene que ser algo que se arme. Si vos pintás también  
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Voces Recobradas. Revista de Historia Oral/45 (12/2025)  
ISSN 1515 - 1573 | RNPI 5229484  
tiene que haber… hay una relación de armonía, una cantidad de cosas. Si vos querés, todo eso que se enseña no  
le das bolilla, bueno, pero si vos querés ser un artista es interesante que lo conozcas, para que después si querés  
no le des bola. Pero es importante. Lo que pasa ahora ya no en cuestiones artísticas, en general… esto no es que  
me esté poniendo viejo, sino que me parece que es así. No dan bola en general a las cosas que uno puede  
explicar… Ahora están en otra cosa… lo inmediato… El otro día mi mujer me decía, tus nietos no te aprovechan.  
Y qué querés, que yo me ponga a darle clase a mis… es absurdo. Si a ellos les interesa algo ya vendrán y  
preguntarán. A veces cuando salimos a pasear en auto yo me doy cuenta que… Contar ¿sabés eso? Así entran.  
Pero sino en general es muy difícil acceder ahora a los jóvenes… y a los chicos con las cosas que uno supone que  
deberían conocer. A lo mejor con el tiempo las conocen a lo mejor no. Así que… Es otro mundo. Es una lástima  
que… por eso da gusto cuando… lo que va pasando, ustedes son jóvenes todavía, pero con el paso del tiempo te  
vas quedando sin interlocutores. Porque empezás a… un montón de temas que la gente no conoce cuando estás  
hablando. Entonces porque ya se han ido yendo, los otros ya han perdido… Eso es notable y se nota. Y da gusto,  
por ejemplo, cuando encontrás con alguno… que le interesan ciertas cosas, que los hay, está lleno de chicos sin  
decir estudiosos, por lo menos curiosos… Está lleno. No es que todo es un desastre. Ciertas cosas que sí, que…  
escuchá, lo que me querés hacer es escuchar ¿Vos escuchaste a Los Beatles? Bueno, pero yo los vi... Te digo Los  
Beatles por decirte algo.  
AE: Si, si…  
HS: Esas cumbias, no llego a L-Gante, no llego pero (risas) todas esas chicas que cantan, todas chicas lindas,  
pero que cantan de una manera tan parecida, todo igual. Esos tarados que te meten las... Yo veo a mis nietas que  
les gusta bailar, las más chicas, y estas chicas tienen idea de lo que están can… no tienen la más puta idea de lo  
que están cantando y las cosas que dicen… Pero ¿Cómo haces para...? No puedes prohibirle que escuchen eso,  
porque todas las compañeritas… Pero bueno….  
SL: Horacio, ¿dónde se toma mejor la café de Buenos Aires?  
HS: ¡Qué pregunta! Así a boca de jarro (risas) Mirá, yo he tomado muy buen café, lo comenté el otro día, el de  
Le Caravelle, Lavalle casi Maipú… Hacen un café excelente en el barcito cafecito que tiene el Museo Marco.  
El Museo Marco está en La Boca ¿lo ubicás? en Almirante Brown, entre Brandsen y Pinzón. El café que hacen  
ahí es riquísimo. Y ahora espero que tome un lindo café [haciendo referencia al que nos está esperando en la  
bandeja]. Qué sé yo, depende. Hay veces que en el Tortoni he tomado muchas veces buen café y otras veces no  
tanto. Depende del que lo haga. Esa es la desgracia. Tampoco se puede... A mí no me gusta ser exagerado en la  
ponderación de algo. Aunque lo haría ¿viste? pero me freno. Porque muchas veces, cuando vos ponderás algo,  
generás una expectativa mayor en general que la que después… cuando vas a ver una película ¡esta película es  
extraordinaria! ¡buenísima! está bien. Con el café y todas esas cosas, pasa lo mismo. Así que lo ideal es que cada  
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Entrevista con Horacio Spinetto.  
Adriana Echezuri y Silvana Luverá. [128 -153]  
uno... Bueno, que de acuerdo a su gusto diga cuál es el… Cuando a mí… salió el libro de pizzerías ¿cuál es la  
mejor pizzería de Buenos Aires? No, yo digo cuál es la que más me gusta a mí. Eso sí, pero qué más le gusta no  
puede decir. Todos van a decir el Cuartito, el Cuartito… El Cuartito, qué… Está bien por decir, pero hay otras  
que son diez veces mejores que el Cuartito. Pero bueno ¡para mí!  
AE: Por supuesto.  
HS: No sé si le contesté…  
SL: si, si…  
AE: Bueno Horacio, como siempre un placer charlar con vos…  
HS: Igualmente. Ahora sí se toman un cafecito.  
AE: Sí, muchas gracias. Primero vamos a hacer el cierre oficial…  
HS: Ahí tienen un budincito chiquito...  
AE: … es un placer. Muchas gracias y seguimos la próxima con tu producción artística.  
HS: Ah, muy bien, me parece muy bien… Ahí tengo para contar cosas también…  
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